Té puedo asegurar que las dos veces que hemos probado eso que tú dices, igual ella que yo, alucinamos. Ella perfectamente acoplada en él macho, con su coño bien lleno, y yo en su culo. Son sensaciones difíciles dé explicar. Ésa fina piel que separa él coño del culo, dejá sentir perfectamente la dureza del otro en tú polla. Como sí las dos sé restregaran y lucharán pará entrar lo más hondo posible. Sentir y ver los orgasmos y vibraciones dé ella, ver cómo él corneador acaricia sus tetas mientras la follamos, besar su cuello y animarla a que sé corra nuevamente, una verdadera locura. Él momento culminante, cuando los dos a la vez empezamos a soltar chorros dé semen, uno dentro dé su coño, y otro en su culo, ella extasiada juntando sus corridas una tras otra, gritando ME VOY, ME CORRO, una y otra vez, convulsionando su cuerpo como sí sufriera descargas eléctricas. No creo que exista nada comparado a eso.