Orgía en el velero

Pedromiguel

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Fernanda, mi mujer, mi hotwife, me contó esta historia de una conocida de ella.
Lo cuento como me la contó ella, a quien a su vez se lo contó una amiga de Lana, quie estuvo en la fiesta en el velero.
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Ronnie soltó las amarras y salió del puerto a motor. Montó la punta que cerraba el puerto y se dirigió a una pequeña bahía situada del otro lado. Entre ambos extremos se extendía una playa de arena blanca, bordeada toda de edificios altos, todos de 10 a 12 pisos.

Se acercó a la playa a unos 100 o 150 metros y soltó el fondeo. El mar estaba casi chato, con muy pocas ondas que apenas movían al velero. No había viento y hacía calor.

Una vez que se aseguró que estaba firme trajo la hielera de adentro y abrió el bar.

Los chicos vestían pantalón corto de baño y una remera. Las chicas no podían estar vestidas más diferentes. Eran muy distintas.

Mientras Tami era toda elegancia, con un short blanco corto, que cubría la parte alta de sus muslos y una camisa blanca suelta, de evidente buena calidad, zapatos náuticos y medias blancas. El blanco contrastaba con su piel bronceada y su rubio cabello, todo complementado con pocas alhajas de buena calidad.

Lana era toda distinta, lo opuesto.

Voluptuosa, con caderas amplias y grandes tetas se había puesto un vestido rojo, apretado, corto abajo y arriba, mostrando la parte de arriba de las tetas y muslo casi hasta arriba del todo. Iba muy maquillada y con grandes joyas de fantasía. Hablaba fuerte y se reía fuerte.



Ronnie le hizo sacar los zapatos de taco alto, totalmente inadecuados para un barco. Entonces quedó descalza, más bajita.

Pese a que Martin la presentó como su novia, era claramente una conquista del momento. Tenía incluso aspecto de prostituta y a nadie le extrañaría que hubiera cobrado por venir.

Igual Tami estaba contenta porque prefería que hubiera otra chica, para ayudarla a contener un poco a los amigos de su novio.

Pusieron música y al poco rato bailaban todos en cubierta y cabina. Las conversaciones fluían fácilmente y había un buen humor contagioso. Chistes y bromas fueron subiendo de tono y el ambiente se empezó a poner más fuerte con el alcohol y el contacto.

Martín y Paco, los más perjudicados por el alcohol, cargaron a Ronnie y lo tiraron al agua, en medio de risas y aplausos.

Luego Antonio tiro a Paco y Martín se tiró solo, antes de que alguien lo hiciera.

Ronnie llamó a Tami al agua. Tami se sacó el short y la camisa, quedando en bikini. Se había imaginado que esta fiesta incluiría baño, y había venido preparada.

¡Pero Lana no!! Y viéndolos a todos en el agua se moría de envidia. ¡Todos en el agua y ella no!

En el camarote hay bikinis míos, grito Tami, - ¡Ponete el que quieras!
Lana entro y se probó, pero ninguno le servía, todos eran muy chicos.

Cuando desde cubierta contó el problema, Martín le dijo que no jodiera más y se bañara con la ropa interior, que eran todos grandes.

Lana se rio, encantada de mostrarse, se sacó el vestidito y quedo sólo con una tanga pequeñísima, nada más. No tenía sostén.

Sus tetas, por su tamaño, caían un poco, pero se mantenían muy bien, con una areola grande y un pezón bien duro, por el frío o por la excitación de ser vista por todos. La tanga era colales, mostrando su culo todo desnudo ya que la fina tira posterior se introducía entre las nalgas y no se veía. Por delante un pequeño triángulo rojo ocultaba su coño de la mirada de todos. Así, exhibiendo descaradamente sus grandes tetas, saltó y cayó al agua sentada.

Apenas cayó empezó un desesperado braceo para mantenerse a flote. Martín y Paco fueron rápidos en su ayuda.

La sostuvieron, algo asustados, pero, aprovechando la situación, le manosearon las tetas y el culo, mientras trataban de mantenerla a flote. Paco, que le agarró el culo, metió una mano entre las piernas y le busco la concha, apena protegida por la tanguita. La encontró depilada, suavecita, húmeda y caliente. Sin dudar nada, le metió dos dedos.

  • ¡Epa!, gritó Lana, y soltó una carcajada cuando se sintió penetrada por los dedos de Paco, ¡por ahí no me ahogo! jajajaja
Y nadando un perfecto crawl se alejó de ambos chicos.

Todos se rieron.

Ronnie abrazó a Tami y la besó, flotando, sosteniéndose de la escalera. Le metió la mano bajo el sostén y le agarró una teta bajo el agua.

Tami sintió las manos de Ronnie, una en su espalda y la otra en la teta. ¡Entonces, alguien le acariciaba la cola!

Se dio vuelta rápidamente y vio que atrás tenía a Paco.

Tami, deberías sacarte también el sostén, para no avergonzar a Lana, ¿no crees?
Sugirió Paco mientras le agarraba la cola con su mano totalmente abierta, suavecito.



  • Ronnie, mira lo que me dice tu amigo Paco.
  • Sí, lo oigo, y creo que tiene razón, -respondió mientras le subía todo el sostén, bajo el agua, soltando las tetas, y desprendiendo el lazo, se lo sacaba totalmente y lo tiraba hacia el barco.
  • No, Ronnie, no me hagas eso, me haces sentir mal delante de tus amigos – pidió Tami, avergonzada, alejándose, nadando de ambos.

Lana se estaba besando con Martin y Antonio estaba detrás de ella, sujetándose del cabo del fondeo, a proa. No era difícil imaginar que ocurría bajo el agua, estando las 3 cabezas tan cercanas una de otra.

Sin tener a donde ir ya que Ronnie y Paco seguían hablando en la escalera, se quedó mirando el terceto de proa.

Lana y Martin se besaban apasionadamente, Antonio la abrazaba por detrás y besaba su nuca. El trío estaba a los suyo.

Harta, se dirigió a la escalera decidida a subir y vestirse. Para ella la fiesta estaba terminada.

¿Cómo podía Ronnie hacerle eso delante de sus amigos?

Ronnie no quería dejarla subir y la hizo luchar para hacerlo, Tami estaba cada vez más enojada. Tampoco le importó a Ronnie que Paco participara de la lucha por subir, la manoseara y se riera de ella, mientras le tocaba a la fuerza las tetas y el culo delante de su exnovio, que eso era ya Ronnie en su mente.


Finalmente subió y entró a la cabina, buscando una toalla para secarse y vestirse.

Ronnie entró atrás de ella. Enojado, le reprendió su falta de humor.



  • ¿Qué te pasa? ¿Estás loca?
  • Si te parece una broma que tu amigo me toquetee pese a que le dije que no lo hiciera, estás muy equivocado, contestó Tami, enojada, sin mirarlo mientras se secaba.
  • No seas boba, vení, no te vistas, dame un beso, perdóname, era todo broma
  • No era broma para mí.
  • Perdóname, vos sabés como es Paco, siempre hace todo en joda, todo es broma para él.
  • Si, puede ser, pero me tocó en serio
  • ¿Te tocó? ¿Qué te tocó?
  • Me tocó las tetas y el culo, si vos lo viste, no te hagas el idiota
  • Pero sin mala intención, jugando, vení, dame un beso, no seas mala.
Y así Tami, a su pesar, algo borracha, pero también cachonda, fue cediendo y terminaron besándose en la cabina, ella desnuda y él casi, sólo con el pantalón de baño. Ella sentía su pija bien dura contra su cuerpo. La discusión y el manoseo la habían puesto más cachonda aún y sentía su coño hinchado y mojado. Pero se negaba a reconocerlo.

Ronnie se sacó el pantalón y desnudó su polla, totalmente erecta. Era grande y gorda, no enorme, pero estaba muy bien.

-Chupámela, dale siéntate
  • Tami se sentó y tomando la verga se la llevó a la boca. Estaba deliciosa, con gusto a la sal del mar, caliente y suave. Cerró los ojos para aumentar la sensibilidad de su boca y de sus manos que acariciaban las bolas y el culo de su novio.

Sentía su verga, salada del agua, ocupando toda su boca, Ronnie la follaba con ella mientras ella la lamía al mismo tiempo.

-Uyyy que divino lo hacés, sos la mejor chupa pija que conozco, Tami, que bien la chupas, que divino que lo siento… pará amor pará que me vas a hacer acabar y todavía no quiero, noooo

Tami se reía, encantada de la respuesta de Ronnie a su boca.

Éste la sacó de la boca de su novia, retirándose un poco, para no venirse todavía.

Cuando Tami abrió los ojos, al retirarse Ronnie, vio que Paco, también desnudo, con su pija bien dura, se hacía la paja mientras los miraba desde la escalera de entrada a la cabina.

Paco miraba, sonreía, y sin dejar de mirarla a la cara, le mostraba su gruesa polla.

Tami no pudo evitar mirarle la pija y ver que calzaba un regio pollón, gordo y largo, bastante más grande que le pija de Ronnie, en todo sentido.


- Chúpamela un poco también Tami, se buena, un poquito que yo no tengo mujer y a mi amigo Ronnie no le importa compartirte conmigo un rato, vení, jajaja, sé buenita, ¿sí?, un poco de compasión conmigo
  • ¿pero vos estás loco? Yo no hago esas cosas, no te confundas
  • Dale, hacele el gusto – se sumó Ronnie a la discusión, - chúpasela un poquito, por mi está bien. Es un amigo mío, deberías hacerme el gusto. ¿Viste que bruta verga que tiene? ¡Es como el doble que la mía! ¡Si yo fuera mujer me encantaría comérsela!
Tami pese a su enojo con Ronnie, realmente no podía dejar de mirarla, cuando retiraba la mirada inevitablemente volvía, como atraída por un imán a mirarla. Era verdaderamente grande y linda, con la cabeza brillante de jugos, un grueso tronco decorado por venas hinchadas, bien visibles.

Sin decir nada se acercó a Tami. Ésta, asustada por la situación, y sintiéndose desprotegida por su novio, retrocedió y se metió en el camarote. Ronnie fue tras ella, metiéndose dentro antes de que ella pudiera cerrar la puerta. La cerró apenas entró, pero sin cerrar la cerradura.



  • No te pongas así, mi amor, no seas tan necia, aflójate un poco, ¿Te traigo una copa de burbujas?
  • Tráeme, si por favor. Pero no dejes entrar a Paco, por favor, no quiero.
Tami lo abrazó, apoyando su cabeza en el pecho, casi a punto de llorar del susto.

Ronnie salió, sirvió dos copas y en una echó un polvo que sacó de su billetera. Le guiño un ojo a Paco, que seguía desnudo y empalmado. Llevándose la botella abierta, volvió a entrar al camarote.



  • Toma mi amor, - le dijo, dándole la copa con la droga. Se sentó en la cama a su lado y la abrazo.
Brindó con ella y bebió de un trago, mientras le decía, riendo, - ¡fondo blanco!

Tami sonrió, le dio un piquito, y se bebió toda la copa de un trago.

Ronnie relleno las copas y volvieron a besarse, cada vez con más pasión.

No iba a confesar que ver a Paco masturbarse mirándola la había hecho calentarse, pero su pensamiento volvía una y otra vez a esa verga grande, tan gorda, oscura, con el glande brillante de jugos y gruesas venas que la recorrían. Suspirando se abrazó a su novio, desnuda.

Ronnie se dio cuenta, la tocó y encontró que su concha que era un charco de jugos, hinchada, blanda y caliente. La acostó y cubriéndola con su cuerpo, la penetró sin más, arrancándole un suspiro de placer al sentirse llena por su hombre, su concha invadida por esa pija que había aprendido a querer.

Lentamente Ronnie empezó a follarla, entrando profundamente luego de que hubiera retirado casi del todo su polla de la vagina de su novia. Eso la enloquecía a Tami, sentir como iba abriendo su coño y empujando sus órganos le encantaba, no demoró en tener un orgasmo largo y profundo.

Ronnie oyó que Paco abría la puerta, miró y lo vio parado, desnudo, pajeándose. Le hizo un guiño, aceptándolo y siguió a lo suyo.

Paco había silenciosamente entreabierto la puerta y miraba como follaban sus amigos por una pequeña rendija.

Seguía sosteniendo su erección y la mantenía, pajeándose despacito. Casi se acaba cuando presenció el orgasmo de Tami y tuvo que soltarse y apretarse fuerte la verga para no soltar la leche.

Un griterío sonó a sus espaldas, miró hacia atrás y vio que Lana, Martín y Antonio subieron desde el mar a cubierta y, después de secarse apenas, entraron a la cabina.
 
Un griterío sonó a sus espaldas, miró hacia atrás y vio que Lana, Martín y Antonio subieron a cubierta y, después de secarse apenas, entraron a la cabina.
Paco les pidió silencio, asustado de que sus ruidos interrumpieran el espectáculo que se desarrollaba frente a sus ojos.

Pero no necesitaba preocuparse. La droga había hecho efecto.
Ronnie le hizo señas que entrara al camarote y que no cerrara la puerta.

Tami estaba como muy borracha, desnuda y caliente, se reía fuerte, se tocaba la concha y las tetas. Totalmente desnuda, le hacía a Paco señas aparatosas para que entrara.

Lo que siguió fue una orgia total, todos contra todos.

Los 4 chicos se follaron a las dos mujeres.

Tami estaba desconocida, cogió con dos a la vez, tuvo a Paco en el coño y a Antonio en el culo simultáneamente, mientras se la chupaba a Martín. Ronnie y Lana filmaban cuando no estaba ella cogiendo, también.
Después también cogió con Lana, que le puso la concha en la boca, mientras la chupaba y le sacaba un largo orgasmo. El show lésbico fue festejado por los chicos que se unieron a ellas cuando Lana tuvo su orgasmo. Las cuatro pollas exploraron los coños, culos y bocas disponibles.

Cuando Tami se despertó ya era de día. Había amanecido sin viento, en una calma chicha donde el velero apenas se movía. El calor ya era evidente pese a lo temprano de la hora.

Tami estaba desnuda en la cabina principal, sus piernas enredadas con las de Lana.
A su espalda estaba Paco, con su grueso pollon en reposo, aunque bien situado, apoyado contra su culo. Todos dormían.

Se levantó, asombrada, con un fuerte dolor de cabeza y en todo su cuerpo, el coño y el culo. Se tocó y lo encontró ¿abierto y muy mojado? ¿con un líquido espeso? No recordaba nada, ¿qué era eso?

La puerta de camarote estaba abierta. Se acercó y miró hacia adentro, los otros chicos estaban ahí, los 3 sobre la cama, todos desnudos.

Antonio dormía, pero Martín, despierto, sonriendo, parado detrás de su novio ¡se lo estaba cogiendo! Ronnie en 4 patas sobre la cama ofrecía su culo a Martín, que lo penetraba, follándolo regularmente, sacando y metiendo su larga polla en el interior del culo de su exnovio.
Ronnie la miro a través de la puerta, le sonrió, le hizo una guiñada, ¡y la invitó con la cabeza a que entrara!

Paco, que se había despertado, ahora la abrazo por atrás, haciéndole sentir su gruesa pija en el culo.

- ¡Hola divina! ¡Que madrugadora, después de la fiesta de anoche te imaginaba durmiendo hasta mañana, jajaja!

e paró detrás de Tami, la abrazó por detrás, una mano en las tetas y la otra en la concha
Le acomodo su gorda verga atrás y le metió un pedazo por el culo, abierto y lubricado por varias leches, antes de que Tami, totalmente sorprendida por la escena y por Paco, pudiera hacer nada.

- ¡Qué haces, idiota!

Grito Tami, tratando de sacárselo de arriba, sin éxito alguno ante la fuerza del hombre que la sujetó y se mantenía ensartándola. Pero no hacía mucha fuerza para salirse. Le gustaba.

-Jajaja, así me gusta, que se resistan, ¡toma pija, puta divina! ¡Anoche no le decías que no a nada, jajaja te cogiste a las 4 vergas y hasta te cogiste a Lana! - -No, no, por favor, no me cojas más, no, ¿no…que haces hijoeputa? … ¿de qué hablas? ¿Las cuatro pollas?, ¡no puede ser, nommmm sorete, mmmmque lindo es esto,aaahaaha ayyynooononono me acabo nonono ahhh que divino ahhhhghhhasi, si asi, así, dame pija, dámela toda, siiiii!
  • Toma, Tami, toma lechita, otro polvo más, el primero del día, jajaja y vos que no querías jajaja, ¿cómo te convenció tu novio, ¿eh?, jajaja te cogiste todo, bien puta resultaste, bien puta…una divinaaaaa...

  • Mientras Paco se culeaba a Tami, Martin hacía lo propio con el culo de Ronnie, llenándolo de su leche, y Ronnie se acababa haciéndose una paja mientras Martin lo llenaba.



  • ¿Qué decís idiota? ¿Cómo que me cogí todo? ¿Y vos Ronnie, no decís nada? ¿No me defendés? ¡Buen puto resultaste, te podés ir a la mierda!
  • Pero si es verdad, Tami, anoche cogiste con todos y más de una vez, no digas más bobadas. Te cogimos todos, por todos tus agujeros, culo, concha y boca. Y para culminar, la frutilla de la torta, jajaja, si la torta que se hicieron Uds. dos, bien bolleras las dos, hahahaha.
  • ¿Por qué me decís todo eso? Yo no hice nada de eso, nada. Y Uds., todos, defiéndame, ¿son mis amigos o eran mis amigos?
Todos se miraban entre ellos asombrados y se reían de Tami. Honestamente la chica no recordaba nada. Todo efecto de la droga que le había dado el infame de su novio.

Antonio, Martin y Paco se reían.

Lana la miró con pena,

-Tami, yo no te conocía, no tengo por qué mentirte, pero es verdad lo que dice Ronnie. Cogiste con todos ellos, más de una vez y también lo hicimos nosotras, y fue delicioso. Sos un amor, pero eso es todo cierto. Y la verdad, se veía que lo disfrutabas mucho, mucho.
Perdí la cuenta de las veces que te acabaste. Estabas insaciable. Y no te la agarres con Ronnie, que es un divino. No le insultes, es tan puto como vos y yo somos tortilleras o bolleras, como quieras llamarnos. No te quejabas cuando hicimos el 69, para nada, ¡te encantó! ¡Y a mí también!
Pero además… ¡acabás de dejar que Paco te folle el culo! ¡y lo gozaste! tuviste un regio orgasmo ahora, acá, delante de todos nosotros. No seas boba. Te gusta follar, disfrútalo, ¡no seas boluda!

Tami se derrumbó. Las lágrimas le corrían por su lindo rostro, se arrodilló en el suelo y se cayó, sentada contra la pared. Se cubrió la cara con las manos y sus hombros se sacudían con el llanto. Seguía totalmente desnuda, igual que todos.

Ronnie se acercó y se sentó a su lado, conmovido, pero cuando quiso tocarla, Tami le sacó la mano, entre triste y enojada.

Los demás se miraron entre ellos y salieron a cubierta. Solo quedó Lana, que le pidió a Ronnie que también saliera y que volvieran al puerto. Cubrió a Tami con una toalla, la levantó al sillón y se sentó al lado de ella.



  • No recuerdas nada, ¿verdad?
  • No, nada. Solo que discutí con Ronnie porque Paco me tocaba y quería que se la chupara. Entonces cerró la puerta del camarote y trajo champán. No recuerdo más nada hasta esta mañana.
  • Está bien, no pienses más.
  • ¿Qué paso? ¿Me dieron algo? ¿Es cierto que me follaron todos?
  • Me parece que te dieron algo, tal vez la droga de la violación, que te deja sin voluntad y sin memoria. Es verdad todo, si, las dos follamos con todos y también lo hicimos nosotras. Te juro que creí que tú también querías.
  • Debe haber sido Ronnie, ¡qué hijo de puta! ¡Con el champan que llevó para hacer las paces! ¡Lo voy a matar!
  • Si mi amor, así, enójate, no fue tu culpa, abusaron de ti los 4, pero el gran culpable es Ronnie, que debió protegerte, pero hizo que te violaran todos. Deberías denunciarlo.
  • No, ni loca, ¿te imaginas el escándalo? No, que se vayan bien lejos. Gracias Lana, me siento acompañada contigo.
Volvieron al puerto, Tami y Lana se vistieron, desembarcaron en la lancha del club sin despedirse de nadie. Lana acompañó a Tami a su casa.

Tami estuvo bien un tiempo, mientras le duro el enojo.

Después empezó a sufrir los embates de la culpa por la violación, ya que no fue otra cosa lo que le sucedió. Aunque en su momento, drogada consintió y disfrutó.
No podía dormir o se despertaba de madrugada, soñando con lo que pasó. Caía en pozos de depresión, durante los cuales no podía hacer nada. Se quedaba en su casa, en pijama todo el día. La TV siempre encendida, sin prestarle atención a nada. Empezó a repercutir en su trabajo, faltaba mucho y cuando iba no rendía como antes.

Estos periodos alternaban con otros de una fuerte promiscuidad sexual, participando en orgias o yéndose a la cama con dos o tres hombres a la vez, siempre desconocidos. Aunque a veces dudaba, a éste, ¿ya me lo cogí o no?

Frente a todo esto, consultó a un psiquiatra y estaba en tratamiento con él. Terminó con licencia médica por trastornos psiquiátricos, provocados por la violación.

Lentamente parecía estar mejorando. Hacía un año del episodio y aún no podía dejar que un chico normal, conocido, la tocara.

Los periodos de exacerbación sexual seguían igual, siempre con desconocidos y en grupo, nunca en una relación normal.

Siguió amiga de Lana, pero, aunque una vez lo intentaron, no pudieron coger.

Le contó todo lo que pasó a Ana, quien a su vez se lo contó a Fernanda. Las dos amigas, a cuál más puta de las dos, la entendían, pero a su vez no podían evitar excitarse con la historia.
Comentaban entre ellas sus amigas : -Te imaginas, en un velero, ¿con 4 tipos? ¡Qué fiesta nos haríamos nosotras dos! Pero claro, si ella no quería, ¡que hijos de puta, sobre todo el novio!

Y además, se confesaban que ambas habían tenido alguna vez fantasías similares, donde eran violadas en grupo, así.

Lo bueno que tenía la violación era que no era culpa de ellas, no era por putas sino obligadas, forzadas, no podían resistirse.

Son esas fantasías, similares a las de trabajar de puta alguna vez, que les paguen por follar y que a su vez deban follar, obligadas, con quien les pague.

Fernanda me lo contó, sin decirme de quien se trataba, aunque yo ya lo sabía. Tenía amigos en el club de Veleros y ahí, extraoficialmente, todos se enteraron.

Me decía que le encantaba la idea de que la forzaran así, en un lugar de donde no pudiera escaparse. Que la cogieran todos, por todos lados, obligándola. Eso hacía que, al ser sometida, no era culpa de ella, y si su cuerpo gozaba, ¿qué iba a hacer ella?

Le recordaba aquel famoso consejo dado a las mujeres en la guerra, donde les decían que, si no podían evitar la violación, se entregaran y disfrutaran.

Fernanda conocía superficialmente a Tami a través de Ana, y siempre le pareció una chica normal, solitaria, a quien no le interesaban los hombres. No se notaba la situación que vivía.
Era gracioso que era considerada por sus conocidos casi una monja, una concha seca, porque nunca salía con nadie ni se le conocía ninguna relación de tipo sexual con hombres o mujeres. Solo de amigos y de éstos, pocos.

Muy pocos sabíamos de sus excursiones a otras ciudades a hacerse coger por varios, mejor aún por muchos y, en grupo. Viajaba sola, se alojaba en un hotel grande y ahí iba a lugares de encuentro que ya conocía, buscando alguien, o mejor varios, que se la follaran.
Calmada la urgencia, volvaí y retomaba la vida de siempre.

Nunca había podido olvidar lo que pasó en ese velero y tampoco pudo tener una relación normal con un hombre.
Podía, cuando estaba de humor, pasarse dos o tres días follando, con varios, y también con chicas.
De alguna forma, reditaba lo sucedido en el velero.

Participó en varios gang bang.
Le gustaba ir a los clubes liberales.
Era de esas pocas chicas que iban solas, no pagaba entrada, y luego follaba con todos los que se lo pedían. ¡Su récord fue con 14 en una noche! Le quedó doliendo todo y se asustó tanto que casi va al médico.

La violación de Ronnie y sus amigos no fue sólo sexo forzado, sino que fue un abuso de confianza de la persona a quien ella quería, de su novio, con quién hablaban de casamiento, hijos y vida juntos. Nunca más pudo confiar en ninguna pareja.

Fernanda, que no comprendía tanto problema por unos polvos, no la entendía. Igual la historia y la sexualidad de la chica, capaz de someterse a muchos tíos a la vez, la excitaban.

Eso era curioso en ella, ya que no le gustaban los tríos porque decía que se distraía, decía que le pasaba eso si yo estaba solo mirando.

Sin embargo, la idea de la entrega forzada, dejarse hacer, forzada por varios a la vez, la ponía cachonda. Que yo sepa nunca lo exploró.

Los chicos salieron ese mismo día navegando, no se supo entonces hacia dónde. Lana quiso averiguar para, aunque sea, pegarles un susto, porque Tami nunca quiso denunciar la violación.
A Rio no llegaron, en el club se dijo que habían aparecido en ciudad del Cabo.

Seguro que tenían miedo de que Tami hubiera hecho la denuncia.

Pero nada fue confirmado y cuando Antonio y Martin volvieron, nunca hablaban del tema. Si les preguntaban cambiaban de tema y no contestaban De Paco y Ronnie nunca más se supo.

Si bien ni Fernanda ni Ana fueron nunca violadas siempre fantasean con eso. No creo que, si lo fueran en realidad, les gustara, pero como fantasía muchas veces usan a Tami y su violación en sus sueños pajeros.





 

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