SerendipiaX
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Mis padres reservaban todos los veranos al menos 15 días para pasarlos en el pueblo costero de mis abuelos paternos. El pueblo o casi aldea, contaba con no más de 500 habitantes y era el oasis perfecto para pasar un tiempo de relax, después de visitar grandes ciudades o destinos turísticos masificados. El verano en el que se cuenta esta historia, yo tenía 18 años, y ese año iba a empezar ya la universidad. Estaba impaciente por lanzarme a la vida universitaria, pero había algo que me impedía disfrutar del momento, y es que llegar a la universidad siendo virgen, era algo que no entraba en mis planes. No es que no tuviera oportunidades, ni que no tuviera curiosidad por el sexo, es más, creo que las ganas de descubrir el verdadero placer de sentir a un hombre dentro de mi es lo que me hacía retrasarlo cada vez que tenía oportunidad. Los relatos sobre las primeras veces de mis amigas no ayudaban. Como es normal, todas habían ido perdiendo la virginidad con chicos de nuestra edad, y todas contaban alguna experiencia que no llegaba a ser satisfactoria del todo. Sí, soy una idealista.
Oportunidades había tenido muchas, soy una chica con encantos, bajita, muy morena de piel, con el pelo largo, liso, ojos marrones, no demasiado delgada, de complexión ancha, sobre todo en mis caderas, pero que a mis 18 años, lucía de forma atrayente. No excesivamente guapa, pero con algo que parecía atraer a los chicos. Sin embargo, siempre había algo en los chicos, su actitud, su manera de comportarse, que hacía que pensara que ese momento no era el adecuado. Y así había llegado a esos días de verano, especialmente caluroso, en el pueblo de mis abuelos. Virgen, a escaso mes y medio de empezar la universidad y por qué no decirlo, con unas ganas tremendas de abandonar la lista de chicas vírgenes. Esos días Luis estaría en el pueblo, era un chico también de ciudad, que pasaba todo el verano allí, con quien en otros años había tenido algunos encuentros que no habían pasado de besos, tocamientos… De hecho, Luis había sido uno de los primeros chicos a los que había masturbado. Ese día, dejé que Luis me tocara, incluso estuve tentada de pedirle que lo hiciéramos, pero su “no experimentada” táctica hizo que poco a poco fuese perdiendo interés en ello y que terminara forzando unos gemidos nada acordes con sus tocamientos, para que él pensara que todo iba bien. Aun así, las ganas que sentía esta temporada me habían hecho olvidar aquella escena y ya había incluso comentado con él entre broma y broma vía WhatsApp, que este verano quería que mi virginidad llegara a su fin. Nunca he tenido reparos para hablar de la sexualidad de forma abierta. Creo que tomarme el sexo con esa libertad, es lo que había hecho que precisamente no me valiera cualquier momento ni persona para que mi primera vez fuese completamente satisfactoria.
Normalmente, Luis y yo íbamos a una cala poco transitada. Se necesita bajar por unas escaleras en bastante mal estado y comparada con la playa grande y amplia del pueblo, las personas mayores no se daban el paseo hasta allí. En esa cala fue donde años atrás Luis y yo habíamos tenido nuestros momentos más excitantes. Muchos besos, dentro del agua nos habíamos tocado. Incluso fuera, entre las rocas, después del primer dedo poco satisfactorio, Luis me había vuelto a tocar, esta vez con mejor puntería y había conseguido que tuviera un orgasmo entre sus dedos. En esa cala, además, había una casa medio abandonada, donde tuvimos la tentación de meternos alguna que otra vez, pero él decía que el dueño pasaba temporadas dentro, que no se sabía bien cuando estaba y cuando no, y que mejor no meternos en líos….
Oportunidades había tenido muchas, soy una chica con encantos, bajita, muy morena de piel, con el pelo largo, liso, ojos marrones, no demasiado delgada, de complexión ancha, sobre todo en mis caderas, pero que a mis 18 años, lucía de forma atrayente. No excesivamente guapa, pero con algo que parecía atraer a los chicos. Sin embargo, siempre había algo en los chicos, su actitud, su manera de comportarse, que hacía que pensara que ese momento no era el adecuado. Y así había llegado a esos días de verano, especialmente caluroso, en el pueblo de mis abuelos. Virgen, a escaso mes y medio de empezar la universidad y por qué no decirlo, con unas ganas tremendas de abandonar la lista de chicas vírgenes. Esos días Luis estaría en el pueblo, era un chico también de ciudad, que pasaba todo el verano allí, con quien en otros años había tenido algunos encuentros que no habían pasado de besos, tocamientos… De hecho, Luis había sido uno de los primeros chicos a los que había masturbado. Ese día, dejé que Luis me tocara, incluso estuve tentada de pedirle que lo hiciéramos, pero su “no experimentada” táctica hizo que poco a poco fuese perdiendo interés en ello y que terminara forzando unos gemidos nada acordes con sus tocamientos, para que él pensara que todo iba bien. Aun así, las ganas que sentía esta temporada me habían hecho olvidar aquella escena y ya había incluso comentado con él entre broma y broma vía WhatsApp, que este verano quería que mi virginidad llegara a su fin. Nunca he tenido reparos para hablar de la sexualidad de forma abierta. Creo que tomarme el sexo con esa libertad, es lo que había hecho que precisamente no me valiera cualquier momento ni persona para que mi primera vez fuese completamente satisfactoria.
Normalmente, Luis y yo íbamos a una cala poco transitada. Se necesita bajar por unas escaleras en bastante mal estado y comparada con la playa grande y amplia del pueblo, las personas mayores no se daban el paseo hasta allí. En esa cala fue donde años atrás Luis y yo habíamos tenido nuestros momentos más excitantes. Muchos besos, dentro del agua nos habíamos tocado. Incluso fuera, entre las rocas, después del primer dedo poco satisfactorio, Luis me había vuelto a tocar, esta vez con mejor puntería y había conseguido que tuviera un orgasmo entre sus dedos. En esa cala, además, había una casa medio abandonada, donde tuvimos la tentación de meternos alguna que otra vez, pero él decía que el dueño pasaba temporadas dentro, que no se sabía bien cuando estaba y cuando no, y que mejor no meternos en líos….