Hola. Hemos parado el ritmo un poco y vuelto a nuestra vida “normal”. Tenemos previsto volver a jugar y a probar más cosas en nuestras vacaciones de julio, que nos vamos a otra comunidad autónoma. Tendremos 15 días en los que seguramente algo haremos. Me he dado cuenta de que no os conté nuestra segunda aventura en Barcelona.
Al llegar al hotel después de su follada con el jovencito sevillano pegamos un buen polvo, ella venía calentita, al parecer no se había corrido, el chaval se había puesto muy cachondo y solo le aguantó unos minutos botando en su polla antes de correrse, así que la rematé yo. Mientras me la follaba le conté que me había gustado mucho y que podíamos repetir en otro viaje, y ella me dijo que perfecto, pero que por qué no al día siguiente, que nos quedaba una noche. Definitivamente mi mujer ha cambiado, y aunque a veces me gusta y me enloquece de morbo, hay ratos en los que me comen por dentro los nervios y los, por qué no decirlo, los celos.
Al día siguiente repetimos la rutina, cena y paseo por los pubs, y al final, acabamos en el mismo. Ella primero, como el día anterior, y yo después. Juraría que uno de los camareros se dio cuenta del asunto, porque no paraba de mirarnos alternativamente y sonreír, pero bueno, estábamos lejos de casa y me da igual. Tonteo de ella con miraditas y sonrisas varias y yo mirando desde una distancia prudencial. Esta vez ella con una minifalda más o menos normal, de las que solo dejan ver lo que ellas quieren que veas con sus cruces de piernas y posturas, y un top ajustado que marcaba bien sus pechos, de los que dejan intuir el bordado de la ropa interior, y un poco los pezones cuando se empitonan. Mi mujer tiene un don especial para vestir en el límite de los estándar y lo que pone cerdos a los tíos. Al rato, se le acerca un cuarentón largo o cincuentón, bien vestido que se pone a hablar con ella. En este caso hemos quedado que le cuente la verdad, que su marido está en la esquina mirando y se nota desde lejos que el tipo se queda un poco cortado cuando ella me señala sutilmente y me mira. Yo asiento suavemente y casi puedo leer la mente del tipo pensando si seremos unos tarados que le van a meter en problemas, pero no, seguramente la perspectiva de follarse a la MILF que tiene delante le bloquea el cerebro. Sonríe, charlan un rato, y en cuanto se queda un hueco en la zona de la esquina donde yo estoy, más discreta, vienen y se sientan a mi lado, el tipo junto a mi, y un poco más allá mi mujer. Esto no entraba en mis planes, no pensaba poder escuchar todo lo que hablan, pero me gusta. Yo intento no mirar para ellos y me giro un poco como si no los conociera de nada. El tipo le cuenta que es delegado comercial, que está de viaje de empresa, y que se vuelve a su casa al día siguiente. Casado, niños, pack completo. Después de unos minutos de charla banal, directamente él pregunta si hacemos esto a menudo y le dice que está empalmado. Carmen le dice que se nota y hay unos segundos de silencio. Hago como que miro para los baños y veo que la mano de ella está disimuladamente entre sus piernas, como apoyada pero claramente rozándole la polla, y él tiene su brazo por encima de los hombros de ella, y comienzan a comerse la boca, con poco disimulo. Nada de besitos o piquitos, una comida de boca como Dios manda. Así de cerca es tremendamente morboso, pero como no me puedo girar y ponerme a verlos desde tan cerca porque sería muy extraño, me levanto, me voy para la zona de los baños y desde una distancia prudencial veo como se morrean a saco. Paran, se ríen, charlan, y de nuevo a comerse la boca.
Al rato el tío se levante y pasa de camino a los baños, se para a mi lado y me dice al oido “qué suerte tienes, cabrón, lo buena que está tu mujer, lo puta que es y lo bien que lo tienes que pasar, ojalá la mía fuese así” y entra al baño. Cuando sale me dice “dice tu mujer que me la folle en el baño, ¿estás seguro?”. Le digo que completamente, así que el tipo va a por C la coge de la mano y vuelve hacia los baños y se mete para adentro de nuevo. Como el día anterior, a pesar de la excitación y la empalmada que llevo, el no verla me dispara nervios y algo que no sé si describir como celos o qué. La cabeza funciona de manera muy extraña, la verdad. Saco el móvil esperando que Carmen haga como el día anterior y me envíe video pero no llega nada. Pasan los minutos y nada. Me pongo muy nervioso, cuando pasan un par de tipos a mi lado riéndose y escucho a uno decir “menudo polvo le tiene que estar pegando…”. Me quedo congelado, entro en los baños y se escucha, no exageradamente pero sí claramente, el sonido de una follada, los golpes en los cachetes típicos y a una mujer (tu mujer, me dice mi cerebro) gimiendo y diciendo en voz baja “sí, así, así”. La polla casi me revienta, pero no me corro, y me quedo unos minutos disimulando. Cada tío que entra se queda unos segundos quieto al escuchar la follada, luego sonríe, y sigue a lo suyo, mear. Yo no puedo disimular más, salgo y me siento donde estaba. Hago una llamada a mi mujer pero no lo coge (evidentemente, no sé qué esperaba). Tardan en salir por lo menos diez minutos más, primero él, que sale sonriente y se sienta donde estaba antes sin mirarme ni un segundo. Al poco, sale ella, que viene hacia mí y me alarga algo en la mano. Lo cojo y es el tanga negro de mi mujer. Lo cojo y al cogerlo noto humedad. Disimuladamente (tengo a otra pareja a mi izquierda que, según me dice luego mi mujer, se ha percatado de toda la película) miro el tanga y está lleno de semen, no un poco, sino una corrida como Dios manda. Carmen me dice “cariño, ha sido andar unos pasos y mira lo que me ha pasado…” y se sienta a mi lado y me pone el brazo por lo alto, sin hacerle caso al otro tipo, que apura su copa, se levanta y se marcha, sin mirarnos. C me dice (sin bajar el tono, se ve que le da igual que la escuchen) que el tipo es un follador de 10, tiene una polla enorme y ha disfrutado muchísimo, que se ha corrido dos veces y que aunque le ha pedido el teléfono porque quería que se la follase bien follada en una cama, el tío se ha negado. Le digo que han follado sin condón y ella me dice que sí, que se fiaba, está casado y no cree que haya problema, y mirándome me dice “¿vas a empezar otra vez a poner pegas?”. Le digo que no, la beso (no sabe a polla aunque luego me dice que sí se la ha mamado un rato, sino a colonia, de hombre, lo que me excita) y le digo de marcharnos.
Luego en el hotel me cuenta que nada más llegar, y cerrar la puerta del WC el tipo la sentó en la taza, sacó la polla y comenzó a follarle la boca, al parecer fue muy dominante. Al rato la levantó, se sentó él en la taza, le subió la minifalda, echó a un lado el tanga y la sentó en su polla, levantándole el top y el sujetador y comiéndole las tetas a lo bestia. Dice que el tío mandaba en el ritmo y que la follaba duro e hizo que se corriera enseguida. Cuando ella se corrió, la levantó, le dio la vuelta, la hizo ponerse con las rodillas en la taza (le quedaron marcas) y comenzó a follásela por detrás. Al parecer al rato intentó pegarle una enculada pero mi mujer dice que no lo dejó porque le dio miedo el pollón, así que el tipo se la volvió a clavar en el coño y la empotró, hasta que se corrieron juntos. Una cosa que me dio morbo pero que ella dice que no le gustó fue que el tipo le dijo “ve y le cuentas al cornudo de tu marido como se ha corrido su puta un par de veces”. Le dije que me hubiese gustado ver video pero me dijo que estaba muy cachonda y más al ver ese pollón, y que el tipo tampoco la dejó tener mucho margen de maniobra.
Ahora, como os he dicho, nos vamos a tomar un descanso y ver las cosas con perspectiva. No quiero que esto se nos vaya de las manos. Seguimos igual de enamorados o más, pero siento que si esto no le pones control es muy fácil desfasar. Hemos quedado en ir poco a poco, probar cosas nuevas (ella quiere verme follar a una tía, y quizás que me folle un tío) pero con control, todo muy hablado y si vemos que se nos va, parar. Y no me he atrevido a sacar el tema de F. Creo que follan de vez en cuando, pero no estoy 100% seguro. El otro día vino del trabajo y entró directa, me tiró un beso y se fue directa al baño diciendo que se meaba, aunque después se dio una ducha (no, las bragas no tenían restos de semen, lo miré). Igual es mi imaginación, pero me sonó raro. En fin, os iré contando.