Amistades

FranRel

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MÓNICA

Vi como Felipe se despedía de su familia, su mujer y sus dos críos. Lo observé todo desde la distancia, hacía unos 10 minutos que yo ya había pasado el control de seguridad del aeropuerto y estaba medio oculta al otro lado del control porque tenía la certeza de que la mujer de Felipe sospechaba algo y no quería que me viera.

Felipe se agachó y abrazó a Felipe junior, un hombrecito de 6 años, y a su princesita María, de 4 años. Quería a sus dos críos con locura. Luego, se incorporó y dio un beso rápido en la cara a su mujer, Noelia, una rubia de bote de 35 años, con un pecho descomunal para lo delgada que estaba. Según me había contado Felipe, se tuvo que casar con Noelia tras dejarla embarazada por accidente, pero yo tenía la certeza que de accidente nada de nada, Noelia era ese tipo de mujer que harían cualquier cosa por enganchar a un hombre bien situado.

Felipe fue hacia la máquina para pasar su billete, y tras hacerlo, pasó, se volvió, se despidió con la mano y entró en la zona reservada para viajeros. Lo miré atentamente, a sus 45 años se mantenía ágil, delgado, y muy atractivo con su media melena plateada y su cara perfectamente afeitada. Era un hombre muy guapo, con unos ojos grandes y oscuros, que cuando te miraban, veías a un hombre honesto pero duro, acostumbrado a mandar y tomar decisiones.

¿Y quién soy yo? Pues soy Mónica, una chica de 29 años, alta, delgada y atractiva, bastante atractiva aunque esté feo que yo lo diga. Soy rubia pero de verdad, melena por los hombros, con unas piernas largas y seductoras, una figura envidiable con un buen culo, pecho talla 90 y muy guapa según me dicen todos y puedo ver yo a diario en el espejo jajaja. Tengo los ojos marrones y unos labios grandes y tiernos.

Trabajo en una empresa de Madrid como consultora. Llevo casi unos 3 años en esa empresa y desde hace 4 meses soy consultora senior. Me gusta mi trabajo y mi empresa, estoy muy contenta allí. Y Felipe es mi jefe desde que empecé a trabajar y sí, me lo estoy follando, pero no seáis mal pensados, no me ascendieron por chupársela, no, lo del sexo ocurrió hace solo unos dos meses y fue cosa mía, no de él, yo le “ataqué” y lo seduje una noche que estábamos de viaje por trabajo. Y como digo, no fue con intención de ascender, lo hice porque me ponía muy cachonda y quería follármelo.

Felipe siempre ha sido muy correcto conmigo y el resto de empleados, duro pero correcto. Jamás me hizo una insinuación ni una mirada fuera de lo aceptable, ni comentarios… nada, es una persona muy educada. Fui yo la que estaba con ganas de follármelo desde hacía meses y cuando vi la oportunidad, ataqué con todas mis armas en un bar. Estábamos de viaje y habíamos tenido una jornada de trabajo intensa en un cliente y al terminar, le dije de ir a cenar. Me puse un vestido muy sexi que había llevado para la ocasión (sí, lo tenía todo previsto jaja) y estuve tonteando toda la cena, y luego le insistí de ir a un bar y allí, le besé, y él ya no pudo aguantar más y follamos, vaya si follamos aquella noche.

Y ahora, en cada ocasión que tenemos, follamos, incluso lo hemos hecho en la empresa cuando no había nadie. Y es que Felipe es muy buen amante, con una polla no muy grande pero sí algo más gruesa de lo habitual, que me provoca unos orgasmos increíbles. Sin lugar a dudas, está en el top 3 de mis mejores amantes, y he tenido unos cuantos, quizás demasiados.

Vi como Felipe avanzaba mirando alrededor, buscándome. Cuando comprobé que ya no estaba a la vista de la familia, salí de mi escondite y le saludé. Al verme, sonrió y vino hacia mí. En cuanto llegó, le besé con ganas, un morreo en toda regla. Al terminar, me dijo:
• Nena, que me da corte que nos vean así
• ¿Por qué?
• Un viejo con una preciosidad, llamando de esta forma la atención ufff
• Que se jodan, me moría de ganas de besarte jajaja

Nos volvimos a besar pero ya de una forma más normal y nos fuimos a buscar la sala de embarque que nos tocaba.

Noté a Felipe raro y nervioso. Llevaba así un par de semanas y no sabía por qué. Al principio pensé que era por mí pero luego vi que era algo del trabajo, se metía en reuniones largas con los otros dos socios, discutían a voces y salía con la cara blanca. No había conseguido que me explicara nada. La empresa iba genial así que por problemas económicos no podía ser. Y él se llevaba muy bien con los otros dos socios, los tres se conocían desde la universidad y no había puñaladas ni traiciones entre ellos, al menos eso me decía siempre él, que confiaba al 100% en sus socios.

Otra posibilidad es que fuera cosa de su matrimonio. Sabía que no estaban bien. Según Felipe, llevaban años casi sin sexo y nunca se habían querido de verdad. Seguían juntos por los niños. Pero si fuera por su matrimonio, no estaría así durante el trabajo, con esa mala cara y nervioso ¿no? En fin, que no conseguía que me lo dijera y este viaje era idea mía, para intentar que se relajara. La excusa era la visita a un cliente en Canarias, y aprovechando ese viaje, quedarnos allí 4 días, tomando el sol y follando como conejos.

Íbamos a un chalet que está bastante apartado de todo, y pensaba tirarme los 4 días desnuda tomando el sol y follando, lo tenía clarísimo. Y para que lo sepáis y no penséis que lo de follar con mi jefe es por enganchar a un tío con pasta, ese chalet es mío… bueno, era de mis padres pero me lo dejaron en herencia junto a una buena fortuna. No necesitaría trabajar gracias a esa fortuna pero soy de esas personas que no se puede estar quieta y, aunque tengo pensado tener mi propio negocio en un futuro, ahora mismo quiero aprender.

Nos sentamos mientras esperábamos el embarque. Felipe estaba callado, no es que fuera un gran hablador pero hoy estaba más callado de lo normal. Le pregunté:
• ¿Te preocupa algo?
• No, no, perdona, estaba pensando…
• ¿En qué?
• En la reunión de mañana con el cliente
• Ah
• No es muy temprano así que podemos salir con tiempo y desayunar antes, su sede está cerca del hotel que nos ha reservado Patricia

Patricia es la secretaría y jefe administrativa de los tres socios. Es una mujer de unos 40-45 años que dirige con mano de hierro todos los pormenores de la empresa. Es el brazo derecho de los socios, y me llevo genial con ella, pero eso no quiere decir que sepa que me estoy follando a Felipe así que nos había reservado dos habitaciones en el hotel aunque no pensaba ni abrir mi habitación. La idea era pasar allí la primera noche, ir al cliente por la mañana y luego irnos al chalet. Oficialmente, yo me había pedido 4 días de vacaciones y Felipe también pero para irse a Marbella con su familia. La realidad era que Felipe se quedaba conmigo, y su familia (que creía que tenía que trabajar toda la semana en Canarias) se irían solos al chalet que tenía Felipe en Marbella. Luego, en el fin de semana, él se iría a Marbella un par de días y yo volvería a Madrid.

Nos pusimos a hablar sobre la reunión de trabajo hasta que embarcamos y nos sentamos en nuestros asiento de primera clase. Estaba un poco preocupada porque notaba a Felipe distraído y con la cabeza en otra parte, y eso no podía ser. Mientras hablábamos, lo había pillado varias veces mirándome el escote y las piernas, cosa que me encantaba, pero no pasaba de ahí, de miradas rápidas, sin tonteo ni tocamientos, y eso me tenía ofuscada. Yo iba monísima y bastante ligerita de ropa ya que estábamos a finales de junio y ya hacía bastante calor. Iba con una chaquetita delgada, que siempre llevo por los aires acondicionados, una camisa con bastantes botones abiertos para que se viera escote y una minifalda cortita, rematando con unas sandalias con algo de tacón. Sabía perfectamente que estaba cañón y que llamaba la atención de cualquier hombre, pero Felipe estaba con la cabeza en otra parte.

Cuando despegamos y nos dejaron quitarnos los cinturones, pensé en entrar en acción. Fui al cuarto de baño y valoré la posibilidad de echar un polvo allí pero no, no lo veía posible, demasiado estrecho y Felipe es de esos hombres corteses y educados que no es capaz de montar un numerito así. “Quizás una mamada mmmm” pensé pero tampoco lo veía, y no era por falta de ganas, es que Felipe no querría dar así la nota. Suspiré resignada y entonces se me ocurrió algo. Me quité las bragas y salí. Me senté al lado de Felipe y le dije al oído:
• Me muero de ganas de que me folles

Felipe me miró entre sorprendido y divertido, y se rio de buena gana. Me encantaba su risa, es un hombre que sonríe poco, siempre ocupado y con la cabeza en mil cosas, y por eso, cuando se ríe, destaca más. Noté como me entraba un hormigueo por ahí abajo, se lo había dicho para calentarlo y la que se había calentado era yo, y bien caliente. Le dije al oído:
• Y me muero de ganas de chupártela, me encanta tu polla y no puedo esperar

Felipe me miró ahora con una cara entre vicio y corte. Como era tan educado, nunca hablaba mal ni decía guarradas, pero yo sabía que le ponía. Puse mi mano en su paquete y lo noté duro. Le sonreí y le dije:
• Fóllame en el cuarto de baño
• Estás loca jaja
• Te prometo no gritar
• Jajaja
• Venga, tengo el coñito mojado
• Estás fatal, Mónica jeje
• ¿No te lo crees? Mira

Y le cogí la mano y se la puse entre mis piernas. La empujé más adentro y noté sus dedos sobre mis labios inferiores. Me estremecí y Felipe abrió los ojos sorprendido:
• ¿Estás sin bragas?
• Síiiii
• jajaja
• Mete un dedo, verás lo mojada que estoy

Y, sorprendentemente, lo hizo. Me volví a estremecer, totalmente cachonda y encendida. Felipe movió su dedo dentro y luego sobre mi clítoris. Me moría de ganas de sentarme encima de él y follármelo pero eso era imposible. Le dije:
• Venga, fóllame
• No puedo, Moni
• Sí, sí puedes, vamos al WC y me follas

Y le metí la lengua en la oreja mientras empujaba más adentro su mano entre mis piernas. Y, entonces, de repente, Felipe quitó su mano, carraspeó y se removió en su asiento. Abrí los ojos y vi que la azafata estaba preguntando al de delante si quería algo. La miré con fastidio y luego a Felipe, que se reía colorado. Me había calentado en un momento, este hombre me encendía en un par de segundos.

El resto del vuelo me tuve que comportar bien, era imposible juguetear con las azafatas por allí todo el rato. Tuve que contenerme hasta que entramos en la habitación del hotel y me lancé sobre él como una loba hambrienta. Lo desnudé rápidamente, lo empujé a la cama para que viera como me desnudaba. Luego, se la chupé y me monté encima para follarlo rápidamente hasta correrme.

Me derrumbé sobre él, y entonces cogió la iniciativa y me folló como quiso durante unos minutos más hasta correrse sobre mi vientre y mis tetas. No más de 10 minutos de polvo pero fue fantástico.

Eran ya casi las 9 de la noche y nos vestimos para salir a buscar un buen restaurante. Cenamos, con un Felipe mucho más animado y luego fuimos a dar un paseo. Al volver al hotel, follamos de nuevo pero ya con más calma, tomándonos nuestro tiempo, saboreándonos pero sin perder la pasión. Me quedé dormida totalmente satisfecha.

FELIPE
No conseguía dormir y eso que estaba cansado y exhausto por el polvo con Mónica. Me levanté y miré por la ventana. Hacía buena noche y todo estaba tranquilo. Miré a la cama donde ella dormía boca abajo y desnuda, mostrando su magnífico culo.

Recordé la primera vez que la vi. Era su primer día en el trabajo y apareció vestida de oficina, con pantalones, camisa y chaqueta, muy profesional. La chica era un bombón, rubia, guapa y con una figura super atractiva, y todos la miraban al pasar, no era para menos. En cuanto la vi, la catalogué de forma superficial como la típica niña pija, y más cuando Patricia me dijo “esos zapatos que lleva cuestan casi medio mes de mi paga” y Patricia tenía un buen sueldo. Así que, aunque muy mona, ni me planteé trabajar con ella, pensé que sería la típica niñata pija insoportable, seguramente niña de papá que le había pagado unos estudios carísimos y aprobado casi sin dar un palo al agua, es decir, pensé que sería una rubia tonta y pija, y la asigné a realizar prácticas en documentación, que molestara poco.

Y unas semanas después, un buen día entró en mi despacho después de llamar y pedir permiso. Levanté la cabeza del ordenador y me la encontré delante mía con unos papeles. Me dijo:
• Perdone, Felipe, es que Adolfo me ha dicho que le enseñara esto

La miré sin comprender y entonces vi, detrás de ella, a Adolfo y otros del equipo descojonándose e imaginé que le estaban gastando una broma con el jefe. Ese día estaba con mucho lío y no tenía ganas de tonterías. Me quedé mirándola sin decir nada, pero ella no se amedrentó y dijo:
• Adolfo me mandó repasar las cifras de este cliente y he detectado un error, y me ha dicho que le tengo que avisar

No dije nada. La miré a los ojos y me sorprendió ver que la chica tenía una mirada viva e intensa, pensé “esta chica no es nada tonta”. Entonces, Mónica puso los papeles en la mesa y dio la vuelta a la mesa y, poniéndose casi pegada a mí, buscó entre los papeles y me mostró varias páginas mientras explicaba lo que pensaba que estaba mal. La chica se desenvolvía con desparpajo y seguridad aunque imaginaba que debía estar nerviosa. La escuché atentamente mientras me invadía el olor de su perfume, un perfume que ahora conozco perfectamente.

Mónica terminó, se enderezó, volvió al frente de mi mesa y esperó. La miré durante bastantes segundos, no para asustarla sino porque estaba pensando en como actuar. Le dije:
• Siéntate, por favor

Mónica se sentó y le dije:
• ¿Sabes quién es el responsable de repasar estos números antes de enviarlos al cliente?
• Mmmm, no… mmm no es mi intención acusar a nadie, es solo que me ha parecido importante y...
• El responsable soy yo

Y aquí le cambió la cara
• Ah, no quiero decir que usted se haya equiv…
• ¿Crees que soy una máquina y no me puedo equivocar?
• No, yo… no… mmmm
• ¿Adolfo ha escuchado tu explicación?
• No completa, es solo que… mmmm dijo que era importante, y que… mmmm

Se dio cuenta que no debería haber venido directamente a mí, que primero debería haber pasado el filtro de Adolfo. Le indiqué que se callara y llamé a Adolfo que entró muy seguro. Le dije:
• F: ¿Qué opinas de lo que…? mmmm ¿Cómo te llamas?
• M: Mónica
• F: ¿Qué opinas de lo que Mónica ha encontrado?
• A: Los números los repasaste tú varias veces con Manolo, están bien
• F: ¿Seguro?

Adolfo cambió de cara al escuchar mi tono. Me miró, miró a Mónica y se levantó a coger los papeles y los leyó rápidamente. Luego dijo:
• A: Están mal
• F: Sí
• A: Joder

Se puso blanco. Le pregunté:
• F: ¿Cuántos errores has visto?
• A: Así, en un vistazo rápido, dos
• F: Bien
• M: ¿Dos?
• F: Sí, hay dos… bueno, tres

Los dos me miraron sin comprender. Les dije:
• F: El primero es el que tú has encontrado, Mónica, el segundo… mmmm te lo dejo para que lo investigues y encuentres, Mónica… y el tercero

Miré a Adolfo muy serio, y le dije:
• F: El tercero es que este no es el informe definitivo, habéis archivado una versión anterior, el informe que se envió al cliente tenía arreglados esos dos errores
• A: Coño, menos mal
• F: A ver si tenéis cuidado con eso, joder Adolfo, que luego si nos piden una auditoría, la podemos cagar por una tontería así
• A: Ya, lo sé, lo siento, ahora lo vemos
• F: Pues ya estás tardando, y escucha a los nuevos, están aquí para aprender, no para que les hagáis pasar un mal rato con los jefes
• A: Es para que se fogueen
• F: Los cojones, Adolfo, los cojones, venga, ve y que arreglen el archivo
• A: Voy, lo siento

Entonces, Adolfo salió rápidamente y miré a Mónica que se estaba levantando para irse. Le dije:
• Bien visto, pero no puedes ir a un jefe por algo así, hay una jerarquía por algo ¿No te parece?
• Sí, lo siento… me dejé llevar por la urgencia…

Vi que dudaba y le dije:
• Venga, dispara, sospechas donde está el otro error ¿no?
• Creo que sí

Y se puso a explicármelo. La miré y asentí. La verdad es que me tenía impresionado. Nos quedamos en silencio unos segundos y le dije:
• Muy bien, me has impresionado… toma, revisa este otro cliente, aún no le he echado un ojo… revísalo con calma y, cuando yo lo revise, hablamos ¿De acuerdo?
• Sí, gracias, Felipe, y perdone por haberlo molestado por esto…
• Y otra cosa más
• ¿Sí?
• Deja de tratarme de usted ¿Has visto aquí a algún compañero que no me tutee?
• No, no sé… es que…
• Acojona hablar con uno de los socios ¿no? yo también empecé en prácticas como tú, recuerdo lo que era hablar con el viejo jeje

Y Mónica se rio y noté como se relajaba. Me encantó su risa y como le brillaban los ojos. A partir de ese día la incorporé al equipo pero no por su físico, es que la chica era muy inteligente y no se dejaba amedrentar fácilmente, y esas dos cualidades me gustaban. En ningún momento me planteé tener algo con ella, ni de lejos, solo la admiraba y ya está. En los siguientes meses incluso llegamos a hacernos amigos con tantos viajes, horas extras… La sorpresa fue hace unos dos meses que, en un viaje, salimos a cenar y ella se presentó con un vestido muy sexi y se puso a tontear conmigo. Al principio, me resistí, no quería líos en la oficina con una empleada, sabía que esas cosas pueden acabar muy mal, pero Mónica no era como otras chicas, ella ni iba a enganchar a alguien con dinero ni a intentar conseguir favores para ascender ni nada por el estilo, Mónica tenía más dinero que yo y tampoco necesitaba ascender, ella solo quería sexo conmigo y claro ¿Quién se podría negar a acostarse con un bombón así? Al final, caí y esa noche tuve el mejor sexo de toda mi vida.

La miré y sonreí al recordar aquella noche, lo sorprendido que estaba con sus ganas y lo buena que era. Y aún me seguía sorprendiendo con esas ganas de sexo conmigo, a todas horas, pero sin atosigar ni exigir nada que no fuera sexo.

Suspiré y pensé “Y ahora podía ser el tío más feliz del mundo si no fuera por aquellos putos correos con las amenazas y chantaje”. Esos correos habían empezado a llegar hacía 3 semanas. Al principio, no le hicimos caso pero entonces empezaron a llegar con algunas cosas que no debía conocer nadie. Y Paco, Alfonso (mis socios) y yo nos empezamos a poner muy nerviosos, y ahora estábamos cada dos por tres discutiendo sobre aquello, si pagar o no, si solo se quedaría en eso o iría a más, porque aquello nos podía llevar a prisión, o peor, a la muerte como habían amenazado en el último mensaje. Suspiré de nuevo. Pero tenía un plan, teníamos que averiguar como ese tipo había conseguido la información, y creía saber como podía hacerle caer en una trampa, así que la había activado y ahora solo quedaba esperar a ver quien era.

Miré de nuevo a Mónica y sonreí pensando “Y la espera va a ser dulce, 4 días con Mónica, sin nadie más… veremos si soy capaz de aguantar el tipo jeje”. Fui al baño y luego me acosté.
 
2

MÓNICA

Me desperté antes de que sonara la alarma porque estaba entrando luz por la ventana. Abrí los ojos y vi que nos habíamos dejado las cortinas sin echar. Miré el móvil para ver que casi era la hora de levantarse. Hoy teníamos la reunión con el cliente así que me tenía que duchar, lavarme el pelo, maquillarme, vestirme… y eso me llevaría un buen rato.

Miré a Felipe que seguía durmiendo. Quité las sábanas y observé su cuerpo. A pesar de los 45 años, se mantenía en forma porque todos los días nadaba, corría… no tenía barriga pero tampoco estaba musculado, un cuerpo cuidado pero sin buscar resaltar. Lo acaricié suavemente. Miré su polla, estaba flácida. Me acordé de mi ex, Juan, que sí tenía un cuerpo musculado, perfecto, y una polla enorme que todas las mañanas estaba empalmada. La verdad es que Juan era un portento, tanto físicamente como en la cama, otro de mi TOP3 de amantes, pero como persona era un gran hijo de puta. Había sido un año de relación que me había dejado muy jodida, muy tocada. Cuando al fin tuve el valor de dejarlo, me sentí liberada. Y Felipe, sin él saberlo, había sido un gran amigo, siempre atento, solícito, pero sin intentar nunca sobrepasarse. Felipe era todo lo contrario a Juan en cuanto a personalidad, sabía escuchar, comprendía, razonaba, hablaba cuando tenía algo interesante que decir… Juan, en cambio, siempre creía llevar la razón, no dejaba hablar, jamás escuchaba, era manipulador… uffff, mejor dejaba de pensar en él, me entraba la depre.

Felipe sabía que me pasaba algo con Juan e intentaba no meterse pero, a la vez, siempre me escuchaba durante los viajes o almuerzos. Cuando dejé a Juan, ya estaba enamorada de Felipe pero, como estaba casado, no quise intentar nada hasta que no aguanté más, pero fueron unos meses duros, viéndolo a diario y deseando tener algo con él pero sin atreverme a dar el paso.

Miré de nuevo el móvil, estaba a punto de sonar la alarma. Podía irme ya al baño y prepararme pero… estaba cachonda, quería follar aunque fuera un polvo rápido mañanero. Miré la polla de Felipe, seguía flácida pero eso no era un problema, era cuestión de segundos que se la pusiera dura. Mi duda ahora era si follar en la cama o mejor en la ducha. Me decidí por la cama así que me dirigí hacia abajo y me metí su polla en la boca.

FELIPE
Me desperté al escuchar la alarma, e inmediatamente noté la mamada de Mónica. Abrí los ojos para mirarla. Me reí y le dije:
• Estoy mayor ya para estas cosas, Moni

Ella se rio y dijo:
• ¿Sí? Pues a esto lo noto muy en forma

Y entonces se incorporó y se sentó sobre mí, metiéndose mi polla dentro. La miré, estaba imponente, recién despierta y estaba guapísima. Se empezó a mover lentamente sobre mí, sonriendo y jadeando flojito. Mónica era preciosa, pero es que tenía un cuerpo perfecto, con unos pechos redondos, ni muy grandes ni pequeños, totalmente erguidos, con los pezones duros. Luego, tenía un vientre plano que, descendiendo, culminaba en un pequeño triángulo rubio de pelo, muy recortado.

La admiré unos segundos y luego, puse mis manos en sus pechos y jugué con sus pezones. Aumentó el ritmo y comenzó a jadear más fuerte. Estuvo cabalgándome un rato hasta que noté que me iba a correr. Le dije de cambiar de postura pero ella pasó y fue más rápido hasta que no aguanté más y me corrí dentro de ella, y ella, se corrió unos pocos segundos después con un gran grito, para luego derrumbarse encima mía, riéndose.

Nos quedamos unos segundos abrazados y luego, ella se levantó diciendo:
• Buenos días
• Y tan buenos, jeje
• jajaja, me voy a duchar, que tengo que lavarme el pelo, luego vas tú
• Vale

Y se metió en el baño. Un buen rato después, estábamos los dos listos, los dos con trajes, muy profesionales. La miré mientras ella se terminaba de maquillar. Entonces dijo:
• Bueno, pues el plan está claro ¿no?
• ¿Plan?
• Reunión, hacemos el informe, buscamos un coche de alquiler y vamos a mi casa. Y allí, nada de trabajo ni de pensar en problemas ¿eh?
• jeje
• Lo digo en serio, nada de problemas, estamos aquí para relajarnos
• Ya, ya
• Tu única preocupación va a ser pensar en como follarme
• jajaja
• Quiero acostarme todos los días contenta y satisfecha, así que ya sabes
• Ufff, que presión me metes, a ver si voy a estar más agobiado que con el trabajo
• ¿Por?
• Por tenerte satisfecha… a ver si soy capaz
• De lo que te tienes que preocupar no es por dejarme satisfecha, eso es 100% seguro, tu preocupación debe ser pensar en las guarradas que me quieres hacer jajaja
• ¿Guarradas?
• Sí, quiero sexo, mucho, y muy guarro, así que ya sabes
• jajaja
• Y si no se te ocurre nada, no es problema, tengo mucha imaginación
• Lo sé

Entonces, paró de maquillarse y me miró. Dijo muy seria:
• En serio, Felipe, estamos aquí para que te relajes, que te veo muy agobiado, intenta no pensar en el trabajo, te va a venir bien
• Lo sé, lo sé

Me miró unos segundos y luego, metió algunas cosas en su bolso. Entonces dijo:
• Y lo del sexo y las guarradas también era en serio ¿Nos vamos?

Me reí y abrí la puerta. Salimos a buscar una cafetería y luego fuimos al cliente. Tuvimos la reunión, ella super profesional y seria, nada que ver con la chica sedienta de sexo de hacía unas horas. Luego escribimos el informe en otra cafetería. Lo enviamos, leímos los correos y cerramos los portátiles tras buscar donde podíamos alquilar un coche.

Cuando llegamos al chalet de Mónica me quedé impresionado, estaba en una cresta al lado del mar, con un muro alrededor y una bonita zona verde con su piscina. Entramos avisando a los que lo vigilaban de que habíamos llegado. Mónica me enseñó el lugar diciéndome:
• Me gusta este sitio porque mis padres lo compraron unas semanas antes de su accidente y es un sitio libre de recuerdos de ellos, cuando voy al otro chalet que teníamos en Mallorca, me deprimo mucho por los recuerdos, pasamos allí muchas vacaciones y es muy duro estar allí sin ellos

La miré, ella hablaba poco de la muerte de sus padres aunque siempre estaba contando alguna anécdota de ellos, sobre todo de su padre y sus consejos. La vi perdida en sus recuerdos hasta, que de repente, meneó la cabeza y dijo sonriendo:
• Lo siento, esta semana nada de recuerdos tristes ni de agobios del trabajo, estamos aquí para divertirnos y relajarnos

Llegamos al dormitorio principal donde dejamos las maletas. Mónica se asomó a la ventana. Eran las 5 de la tarde, hacía bastante calor y aún estábamos con los trajes. Se giró sonriendo y dijo:
• La piscina me está llamando jeje

Y se comenzó a desvestir. La observé notando como me excitaba. Se quedó completamente desnuda y me dijo:
• Venga, vamos a darnos un baño, rápido
• Voy, espera que saque el bañador
• ¿Bañador? Anda ya, en pelotas, que aquí no hay nadie jajaja

Se me acercó y me dio un largo beso con lengua. Entonces dijo:
• Además, ya se me ha ocurrido la primera guarrada que vamos a hacer jiji
• ¿Cuál?
• Me vas a follar en la piscina, ahora mismo

Y comenzó a desnudarme. Bajamos desnudos y nos metimos en la piscina. Pronto, nos pusimos a follar dentro del agua y luego fuera. Era mi primer polvo al aire libre, debería haberme cortado mucho pero con una mujer así, la excitación era máxima y solo pensaba en ella.

Al terminar, nos quedamos tumbados en unas tumbonas que tenían allí. Había terminado corriéndome en su boca tras ella correrse varias veces durante el polvo. Estaba claro que todo esto no era nuevo para Mónica, este tipo de sexo, era una mujer mucho más experimentada que yo, pero tampoco me extrañaba, era imposible que ella tuviera algún problema para encontrar amante y estaba claro que disfrutaba con el sexo. Eso no me parecía mal, al contrario, me alegraba por ella, que disfrutara así. Lo que me entristecía era mi poca experiencia con este tipo de sexo. Noelia, mi mujer, al principio también fue muy activa y sabía como calentarme, pero tras el primer embarazo, aquello cambió radicalmente.

Miré como Mónica tomaba el sol desnuda, con ese cuerpazo que tenía. Pensé en el polvo que acabábamos de echar, follando dentro de la piscina, fuera en el suelo, ella a 4, encima mía… y como tras su último orgasmo, a mí no me dio tiempo y ella se quedó unos segundos tumbada recuperándose, para luego incorporarse y chupármela de rodillas hasta que descargué en su boca, tragándoselo con una sonrisa. No era la primera vez que lo hacía. En cambio, no era capaz de recordar cuando fue la última vez que me había hecho una mamada así Noelia.

Nos quedamos allí tumbados y descansando hasta casi las 8 de la tarde. Aquello era extraordinario, se escuchaba el mar, con unas vistas increíbles… me adormilé. Luego, me tiré a la piscina y Mónica me siguió, nos besamos, nos acariciamos, pero al rato salimos, secándonos mientras entrábamos al salón. Allí, terminamos de secarnos y entonces me fijé en una gran foto que había en una pared. La foto era como un cuadro grande, de dos metros de largo o algo así. Se veía a una Mónica con otro corte de pelo junto a una chica morena, muy guapa, las dos con unos bikinis muy sugerentes, muy sonrientes y abrazadas por la cintura. De fondo, se veían unas palmeras y un cielo muy azul. Le pregunté:
• ¿Quién es?

Mónica miró y sonrió. Dijo:
• Es Ana, mi mejor amiga
• Ah, es guapa
• ¿Guapa? Es preciosa, mira que sonrisa y que ojos
• Sí
• Y que tetas ¿eh? Nos compramos esos bikinis casi de coña, pero al final nos los pusimos, no tapaban casi nada jaja
• Ya veo, ya veo jeje
• Fuimos pareja durante un tiempo, hace unos años
• Ah

Me quedé sorprendido. Ella me miró con una ceja levantada y dijo:
• Vaya cara
• No, no… no te juzgo, perdona, es que… no sé, me ha sorprendido
• Porque me gusta mucho follar y piensas que solo con tíos ¿no?
• Sí, bueno… perdona, de verdad, que no era mi intención…
• No importa… sí, fuimos pareja en la uni durante un poco más de un año, y sí, ya me gustaba mucho follar en aquella época, y con ella, más jeje
• Ah
• Me rompió el corazón cuando cortó conmigo
• Ah, vaya
• Estuvimos casi dos años sin hablarnos, por mí, no soportaba verla, me dolía todo
• Entiendo
• Luego, mis padres tuvieron el accidente… y yo…

Mónica se quedó callada, pensando. Al poco dijo:
• Soy hija única y la relación con mis padres era muy buena, muy profunda, con ellos siempre hablaba, a todas horas, les contaba todo, eran mi apoyo… cuando murieron, me hundí… llamé a Ana y… bueno, si no llega a ser por ella, no sé que hubiera pasado, estuvo a mi lado…

Suspiró y sonrió tristemente. Dijo:
• Volvimos a ser amigas y amantes esporádicas, pero no pareja, Ana tiene sus prioridades y un pasado muy jodido y… bueno, acepté lo de ser solo amigas. Ahora es mi gran amiga, nos contamos todo aunque nos vemos poco, vive con su novio Gus, un chico muy atractivo, y viaja mucho, va a mil sitios por su trabajo, es periodista de investigación
• Ah
• Mira

Y se dirigió a una repisa y sacó un libro. Vi que era sobre narcotráfico en el sur de España. Los autores eran la tal Ana y Gus. Mónica me miró con orgullo, como si fuera suyo. Dijo:
• Ábrelo, ábrelo

Lo abrí y vi que tenía una dedicatoria escrita a mano:
“Con todo mi amor, a la rubia que me enamoró y a la que quiero con locura”

Mónica tenía una sonrisa tonta en la cara. Me reí y dijo:
• Pero hay más, esa es la que me dedicó al regalarme el libro pero lee, lee la primera página

Pasé a la página que decía, allí había otra dedicatoria pero esa impresa. Decía:
“Preciosa y rubia pero las apariencias engañan, es todo fuego e inteligencia”

Lo leí y solté una carcajada. Mónica me miró con una ceja levantada y dije:
• Es que… jajaja la primera vez que te vi pensé “rubia pija tonta” pero no, enseguida me di cuenta que de tonta nada… y ahora, sé que sí, que eres todo fuego jeje
• jajajaja, pues eso decía ella, que la primera vez que me vio pensó que era una rubia tonta niña de papá jajaja
• Pero te conoce bien ¿No?
• Mejor que nadie en este mundo
• Te ha calado bien, ”todo fuego e inteligencia”... lo suscribo
• jajaja gracias

Me dio un beso y guardó el libro con cuidado, se notaba que le tenía un gran cariño. Entonces miró la foto y puso su mano sobre la cara de Ana, diciendo:
• Esta foto es de hace unos 4 años, antes de entrar en la empresa… nos fuimos una semana al caribe… Sexo y sol, lo mismo que quiero hacer estos días contigo jeje

Mónica miraba la foto con gran cariño y dijo:
• Nos lo pasamos genial
• Claro… mmmm ¿Le has hablado de mí?
• Por supuesto
• ¿Sí? uffff ¿Le has contado que te acuestas con un viejo?
• Sabe que andaba detrás tuya desde hace tiempo, la llamé al día siguiente de acostarnos por primera vez jajaja
• Ufff
• Se alegró muchísimo, sabía lo mal que acabé con mi ex y… bueno, estaba contenta de que estuviera con un buen tío, para variar

Me quedé pensando que menudo elemento tenía que ser el ex, y menudo gilipollas para fastidiarla con una chica así. Le dije:
• Me gusta que tengas una amiga así, es importante tener buenos amigos
• ¿Tú los tienes?
• Claro, mis socios
• Discutís bastante
• Sí, pero somos una piña

Me quedé pensando unos segundos. Luego, dije:
• Confío en ellos totalmente, pondría la mano en el fuego por ellos, y ellos por mí
• Os conocéis desde hace mucho ¿no?
• Desde la universidad, como tú con tu amiga
• Ya
• Pero somos más viejos jeje
• Más tiempo para enfadaros ¿no?
• Sí, supongo… pero no es el caso. Fundamos la empresa juntos, con muchos problemas, lo pasamos muy mal, pero… aguantamos
• Lo sé
• Es bueno tener amigos, buenos amigos

Nos fuimos a duchar y allí, volvimos a echar un polvo. No me reconocía, tres polvos en un día, esto era increíble en mí. Luego, fuimos a comer algo. El frigorífico y la despensa estaban llenos así que pudimos elegir. Llamé a los niños y luego preparamos algo. Salimos al jardín a comer y charlar, estuvimos un par de horas comiendo, charlando, riendo… los dos muy relajados.

Nos acostamos desnudos y rápidamente, nos volvimos a liar. Esta vez le comí el coño hasta que se corrió. Esa era otra cosa que casi tenía olvidado, comer un coño. Luego, follamos un buen rato, a mí me costaba correrme pero Mónica no paraba de tener orgasmos, me tenía impresionado. Tras su último gran orgasmo, nos quedamos tirados en la cama, respirando y jadeando, ella recuperándose del orgasmo y yo destrozado de tanta excitación. Estuvimos así un par de minutos, entonces ella se abrazó a mí, me cogió la polla que seguía dura y se puso a besarme en el cuello y la oreja. Al poco, me dijo:
• ¿Quieres follarme por detrás?

La miré sorprendido aunque no debería, ya me había demostrado que en sexo era muy experimentada. El sexo anal siempre había sido un tabú para Noelia así que sería mi primera vez… “miento, la primera fue aquella noche… pero mejor olvido eso”. Mónica se levantó y volvió al poco con un bote. Me dijo:
• Toma, échate bastante, que hace mucho que no lo hago y me puede doler

Se puso a cuatro sobre la cama y me miró. Reaccioné y me puse detrás de ella. Eché en mi polla y en su culo, e intenté metérsela pero me puse nervioso. Mónica ayudó a tranquilizarme y se la fui metiendo lentamente. Dijo:
• Así, despacio, despacio, me encanta

Tras meterle la mitad, no sabía muy bien que hacer, si meter más, sacarla… pero Mónica se encargó de todo, indicándome. Al poco, la estaba follando a buen ritmo mientras ella se tocaba y cuando me corrí, ella también tuvo otro orgasmo. Que mujer. Esa noche, dormí como hacía mucho tiempo no dormía.

Los días siguientes pasaron en el mismo tono de excitación y relajación, excitación con el sexo y relajación con las charlas con ella. Nos contamos muchas cosas, íntimas o divertidas. Me sentía muy cómodo con Mónica.

La última noche, tras echar otro espectacular polvo con ella, me levanté a media noche y salí fuera. Al día siguiente cogíamos los aviones de vuelta, el mío a Málaga para ir con la familia y el de ella a Madrid. Se acababan estas magníficas vacaciones, las mejores en mucho tiempo. Y tenía razón Mónica, necesitaba esto, iba a explotar con el tema del chantaje. A escondidas, había estado atento a los correos de mis socios pero no había cambiado nada al respecto. Ninguno sabía que estaba aquí con Mónica, pensaban que estaba en Marbella con la familia.

Pero lo que me mantenía despierto era que me había llegado un aviso de que mi trampa había surtido efecto. Estaba dudando si ir a la oficina mañana a ver el resultado o esperar al lunes. No sabía quien era el chantajista pero sí estaba seguro de que alguien de la empresa lo estaba ayudando, y esperaba que esa trampa me lo dijera. No le había querido contar nada a mis socios de mis sospechas porque sabía lo nerviosos que estaban y verían sospechosos por todos lados. Podía ser algún descontento o con falta de dinero, quien sabe. Éramos casi 50 en la empresa pero solo 8 tenían el acceso necesario para obtener esa información.

Respiré hondo y pensé que tendría que armarme de paciencia y esperar al lunes. Me sentía culpable por estas vacaciones y no estar con los niños, al menos tenía que pasar el sábado y domingo con ellos. Decidí que sí, que mejor me iba a Marbella y que eso podría esperar al lunes, pero antes de volver a la cama, envié un correo a mis socios para contarles lo de la trampa y que el lunes tendría buenas noticias sobre el chantaje, que les diría quien era o quien lo estaba ayudando, y que sabiéndolo, lo podríamos cortar de raíz. Así podrían descansar el fin de semana igual que yo.

Volví a la cama una vez que ya tenía claro lo que iba a hacer al día siguiente. Me acosté al lado de Mónica. La miré pensando que me sentía rejuvenecido gracias a ella. Además, me había quitado la venda de los ojos respecto a mi matrimonio, estaba claro que ya no sentía nada por Noelia, ni ella por mí, seguir juntos era engañarnos y hacernos daño. Tenía que dar el paso y divorciarme de ella. Y no era por seguir con Mónica, era realista y sabía que lo mío con Mónica era temporal, una chica así no puede estar mucho tiempo con un viejo “que le saco más de 15 años, es que tiene narices la cosa”. Además, aunque ella quisiera seguir, no pensaba hacerle eso a Mónica, “es una chica que merece mucho más, tener un novio de su edad, que le de niños si quiere, que la haga feliz… no estar con un tío en declive como yo”. Suspiré y cerré los ojos intentando dormir de una vez.

MÓNICA
Esperé pacientemente mientras el móvil realizaba la llamada. Tras unos cuantos tonos, Ana respondió casi gritando:
• ¡¡¡Nena!!!!
• Hola chiqui
• ¿Dónde andas?
• En el aeropuerto, esperando para embarcar
• ¿Y tu príncipe?
• Jajajaja, ya ha salido, su avión salía primero
• Ohhhh ¿Y qué tal?
• Alucinante, tía
• Tía, no me digas, tía, por snoppy
• Que idiota eres jajaja
• Jajajaja
• Jamás he hablado así
• Pero te pega, es lo que todos esperamos que digas jajaja
• Idiota jajaja
• Venga, cuenta ¿Alucinante por el sexo?
• Síiii, jajaja, pero también por estar con él

Y le conté nuestras charlas durante estos días, como nos habíamos contado cosas íntimas. Terminé diciéndole:
• De verdad, me lo he pasado genial, necesitaba esto, y él también
• ¿Se ha relajado?
• A ratos, el pobre lo he tenido malo todo el rato, casi siempre desnuda jajaja
• Que zorra jajaja
• jajaja, pero sí, se ha relajado, no hemos hablado de trabajo y no ha estado agobiado
• Genial pero entonces ¿Y el sexo? ¿Un hombre de su edad es capaz de follar más de una vez al día? jajajaja
• Que tonta eres a veces jajaja
• jajajaja
• Pues 3 o 4 veces al día, para tu información
• Anda, que bien servida
• Síiiii
• Bueno, es que un bombón como tú resucita a muertos jeje
• jajajaja
• Contento se habrá quedado ¿eh?
• Mucho jeje, no paraba de decir que han sido sus mejores vacaciones
• Normal jejeje

Y nos reímos ambas. Entonces le dije:
• Anita, creo que me he enamorado
• No, tía, no me digas eso
• Sí (con voz triste)
• Pero si está casado, no me jodas, Moni
• Ya
• Pero ¿Qué te dije?
• Ya, ya
• Que te lo follaras para olvidar al gilipollas ese, pero para nada más
• Que lo sé
• Y ¿Ahora te enamoras de un tío casado?
• Es que… joder, es… uffff
• Ayyyyy, Moni, no tienes remedio
• Ya
• Te va a romper el corazón
• No sé…
• Tiene niños
• Ya
• Moni...
• Lo sé, lo sé… pero no he podido remediarlo, es…
• Uffff

Entonces avisaron para el embarque y me despedí de Ana corriendo. Pasé el tiempo del vuelo pensando en la conversación con Ana y mi futuro con Felipe.

Llegué a mi piso en Madrid sobre las 12 del mediodía. Me puse a sacar las cosas de la maleta pensando que ya echaba de menos a Felipe. Entonces, me llamaron al móvil. Me extrañó quien me llamaba, Patricia, del trabajo, la jefa de secretaría y administración de la empresa. Era raro que me llamara un sábado. Lo cogí:
• Patri ¿Para algo?
• Hola chica ¿Sigues de vacaciones?
• No, no, acabo de volver
• ¿Estás en tu casa?
• Sí
• Ah, es que estoy aquí al lado, que he traído a mi hijo a un partido en el cole que hay en tu barrio
• Ah
• ¿Me puedo pasar? Me aburre el baloncesto y aún queda una hora
• Claro, vente
• Así me das envidia de tus vacaciones jaja
• Venga ¿Te acuerdas donde es?
• Sí, sí, estoy en 5 minutos

Patricia había estado en mi casa el año pasado, por mi cumpleaños que organicé una fiestecilla e invité a algunos del trabajo. Seguí con la maleta pensando que me apetecía un poco de charla, así no pensaba tanto en Felipe. Al poco, llamaron a la puerta. Abrí a Patricia que me dio dos besos y dijo:
• Chica, que guapa, se te ha pegado todo el sol de Canarias jaja
• ¿Se nota?
• Uff, guapísima, que envidia jaja
• Sí, he descansado bastante
• ¿Sólo descansado?
• Bueno, solo, solo… no jajaja
• Ahhh, pillina
• He estado con un amigo
• Playa, sol y sexo ¿no?
• Bueno, piscina, sol y sexo jajaja
• Cuenta, cuenta, que me estaba durmiendo en el partido ese, pero saca unas cervecitas o algo, anda, que estoy seca

Y estuvimos un rato bebiendo y charlando, riéndonos mucho. Obviamente, no le conté nada de Felipe pero tenía ganas de contar lo bien que me lo había pasado. A la media hora, empecé a notarme cansada, las emociones, el vuelo… Y no pude reprimir un bostezo. Patri se rio y dijo:
• Bueno, Moni, me voy yendo, te noto cansada
• No, no, es solo que hemos madrugado para coger el avión y…
• Jaja, pero guapa, si estás que te caes
• Sí, jeje, un poco

Patricia miró la hora y dijo:
• Ya mismo termina el partido, tengo que recoger a mi hijo

Nos levantamos y pensé “Me voy a echar un rato en la cama a descansar en cuanto se haya ido”. Patri salió, me dio dos besos y se fue diciendo:
• Me lo he pasado muy bien, me has salvado del mayor de los aburrimientos, ver deporte jajaja
• jajaja
• Anda, acuéstate un rato que tienes cara de quedarte dormida en cualquier momento
• Sí, el vuelo ha sido muy cansado, me voy a echar un rato
• El vuelo dice… Para mí que es el “deporte” que has hecho estos días jajaja
• Un poco jiji
• Nos vemos el lunes, guapa
• Sí, hasta el lunes

En cuanto se fue, me eché y caí redonda. Ese finde fue duro, no paraba de pensar en Felipe. Me moría de ganas de llamarlo, escribirle, pero no me atrevía. Y miraba el móvil cada dos por tres, esperando ver un mensaje suyo pero nada, no llegó ninguno.

El lunes me levanté desanimada por no haber tenido noticias de él, pero, a la vez, contenta por verlo de nuevo. Llegué a la oficina muy nerviosa. Al entrar, vi a todo el mundo en grupitos, hablando, y me extrañó. No vi a la chica de recepción y fui a mi mesa. No había nadie. Miré el despacho de Felipe y estaba cerrado. Fui a preguntar a Patricia. Estaba llorando y me entró algo por todo el cuerpo. Fui hacia ella y le pregunté:
• ¿Qué pasa, Patricia?
• ¿No te has enterado?
• No
• Felipe… (sollozando)

Noté que me quedaba sin respiración. La miré mientras Patricia lloraba. Le dije con un hilo de voz:
• Pero ¿Qué… qué...?
• Es horrible (llorando)

Ya no pude aguantar más y le grité:
• ¿QUÉ HA PASADO? ¿QUÉ HA PASADO?
• Se ha suicidado (rompiendo a llorar)

Y no recuerdo nada más.
 
3

ANA

“Pom, pom, pom” se escuchaba en la habitación del motel junto a mis jadeos y los de Gus mientras me follaba rápidamente y el cabecero de la cama no paraba de golpear la pared. El colchón también protestaba ante el traqueteo de las rápidas embestidas de Gus, que, encima, me penetraba constantemente llevándome al quinto cielo. Clavé mis dedos en su musculosa espalda, intentando retrasar el orgasmo que estaba a punto de llegarme. Le miré, estaba totalmente excitado, aguantando como un campeón. Eran las 9 de la mañana y ya hacía mucho calor en la habitación. Ambos estábamos sudados, brillantes y jadeantes, llevábamos 20 minutos follando y, aunque ya me había corrido un par de veces, notaba claramente que se acercaba el gran final.

Le puse la mano detrás del cuello y lo acerqué para besarlo, nos entrelazamos en un beso guarro, intentando alargar la llegada del orgasmo pero ya no aguanté más y me corrí con una gran grito en su boca. Gus aumentó aún más el ritmo mientras yo notaba las oleadas del gran orgasmo que estaba experimentando. Siguió durante unos segundos más para terminar en otro gran grito de ambos al correrse dentro de mí.

Nos besamos lentamente mientras lo retenía, no quería que se saliera aún. Pero al final, aquello decayó y se salió poco a poco. Gus se tumbó a mi lado resoplando:
• Vaya polvo mañanero, la idea era echar uno rapidito ¿no?
• Eh, que lo de alargarlo ha sido cosa tuya jeje
• Porque estás muy buena y me pones muy cachondo
• Tú tampoco estás mal

“Estás cañón, mucho” pensé mientras acariciaba su pecho sudoroso. Dije:
• A los vecinos los tendremos contentos, menuda forma de despertarlos con los porrazos
• Que va, se fueron hace un rato, ni te has enterado
• Estaba concentrada en otras cosas jeje
• Pero tus gritos los han escuchado en todo el motel, eso seguro
• Idiota jajaja

Nos quedamos callados, recuperándonos. Entonces dijo:
• Nena, tu móvil no paraba de sonar
• ¿Qué?
• ¿No lo has escuchado?
• Para eso estaba yo, para hacerle caso al puto móvil
• Era muy insistente, he estado a punto de parar
• Y te mato jajaja, que le den por culo a quien sea, no me vas a dejar a medias con el polvazo
• Ya, ya, pero mira a ver quien era, y mientras, me pido prime en la ducha
• No, no, primero yo
• Noooo, tarde (riéndose y saltando de la cama)

Y lo vi meterse corriendo en el pequeño cuarto de baño, y disfruté de las vistas de su culo y espalda desnudas. Suspiré y me quedé tumbada. Entonces, me estiré en la cama todo lo que pude, para desentumecerme, el polvo había sido bestial y ahora me notaba muy floja. Alargué la mano y cogí el móvil. Me extrañó ver que quien llamaba era Mónica y pensé “¿Para qué me llama un lunes a las 9 de la mañana?”. Entonces me di cuenta que tenía 8 llamadas perdidas de ella y me alarmé. Me incorporé y la llamé. Tras unos tonos, descolgaron y solo escuché sollozos. Me entró algo por dentro y me costó hablar:
• ¿Moni? ¿Qué pasa?

Ahora escuchaba llorar y me levanté sintiendo mucho pánico. Le dije:
• Moni, por favor ¿Eres tú? Dios, háblame, me va a dar algo

Más lloros y entonces la escuché:
• A...a...a... Ana (entre hipos y sollozos)

Me alivió escucharla, había empezado a pensar que le había pasado algo y quien me llamaba era alguien para contármelo desde su móvil. Dije:
• Moni, dios ¿Qué ha pasado?
• Es… es… está... muerto
• ¿Qué? ¿Quién?
• Felipe

Y rompió a llorar. Me quedé de piedra y comencé a llorar también, tanto que al poco salió un alarmado Gus por la puerta del baño, totalmente mojado pero con cara de susto. Se acercó preguntando que pasaba. No pude decirle nada, solo lloraba junto a mi amiga.

Gus me abrazó y me consoló hasta que conseguí tranquilizarme. Le dije al oído “se ha muerto el chico de Moni”. Gus puso cara de sorpresa total, sin comprender nada. No conocíamos a Felipe más allá de lo que nos contaba Moni pero sabía perfectamente como se encontraría en estos momentos Moni y sentía todo roto por dentro, por ella.

Nos sentamos en la cama y puse el manos libre. Le dije a Moni:
• Nena, lo siento muchísimo, dios, cuanto lo siento

Gus dijo:
• Mónica, no… no tengo palabras, lo siento mucho

Moni seguía llorando. Al final consiguió decir:
• Por favor, Ana, ven, no puedo con esto, no puedo
• Sí, sí, claro, voy, pero estoy en Melilla, tardaré un poco
• Ven, por favor
• Sí, sí… ¿Dónde estás?
• En el trabajo
• Vete a casa y espérame, tardaré unas horas pero llegaré, salgo ya, de verdad
• Gra… gracias

Me levanté y cogí la maleta, empecé a meter ropa. Gus, por su parte, cogió su móvil y se puso a ver horarios. Entonces, Moni dijo:
• Se ha suicidado

Nos quedamos con la boca abierta, mirándonos. Pero aún era peor, Moni dijo:
• Dicen que ha matado a su familia y luego se ha suicidado

Me tuve que sentar de nuevo. Moni rompió de nuevo a llorar. No sabía que decirle, solo miraba a un Gus tan sorprendido como yo. Entonces, entre sollozos, Moni dijo:
• No puede ser, no puede ser, él adoraba a sus niños y era la mejor persona que he conocido, no puede ser

Conseguí sobreponerme ante tal noticia y le dije:
• No pienses en eso ahora, ya se verá, vete a tu casa y espérame
• No puede ser, no puede ser...
• Ya, ya, ¿Te puede llevar alguien a casa?
• No… no… no lo sé
• Toma un taxi, no conduzcas

Entonces Gus me dijo flojito:
• ¿No es mejor que se quede con compañía?
• mmm
• Es que, por lo que veo, no vas a llegar allí hasta la noche, no hay buenas combinaciones

Lo miré cabreada, no con él, sino por las circunstancias. Inspiré y le dije a Moni:
• Nena ¿Te puedes quedar con alguien?
• No.. no sé
• Es que voy a llegar tarde, aquí las combinaciones son muy malas y…
• ¿Cuándo?
• Por la noche
• Nooooo, no puedo pasar por esto sin ti, no, ven ya, por favor
• Es que no hay combinaciones, nena, no puedo…
• Coge un vuelo privado, yo te lo pago, pero ven ya, por favor

Miré a Gus y afirmó con la cabeza y se puso a mirar de nuevo en el móvil. Le dije a Moni:
• Lo está mirando Gus, tranquila, si puede ser, cojo un avión privado
• Yo te lo pago, pero ven, por favor
• Olvida eso, tranquila

Gus afirmó con la cabeza y dije:
• Moni, Gus dice que hay, me voy a duchar y salgo corriendo ¿Vale?
• Gracias
• Tú tranquila, en cuanto sepa algo más, te llamo, pero voy ya, Gus está contratándolo mientras me ducho y salgo
• Me quiero morir
• No digas eso, tú tranquila

Y me fui con el móvil al cuarto de baño, para seguir con ella mientras me daba una ducha rápida, me vestía y salía corriendo. Le dije a Gus que se quedara, estábamos allí por unas reuniones importantes de nuestro trabajo, que fuera él a esas reuniones y yo volvería cuando pudiera. Le besé, agradecida por su buena disposición y apoyo, y me metí en un taxi.

Tras varias horas de vuelo, conseguí llegar a Madrid y fui a la casa de Mónica. Allí me la encontré, totalmente derrotada. Nos pusimos a llorar abrazadas. Me estuvo contando entre sollozos lo poco que sabía, que habían encontrado sus cuerpos ayer noche, que la policía quería hablar con ella porque sabían de su viaje a Canarias y querían conocer su estado de ánimo o si había dicho algo pero que ella no había podido hablar porque había tenido un ataque de ansiedad y se había derrumbado. Conseguí que se tomara un tranquilizante y la llevé a su dormitorio, nos quedamos dormidas juntas, en su cama. Me desperté unas horas después y la miré dormir, no tenía un sueño tranquilo. Me llegaron recuerdos de cuando murieron sus padres, lo mal que estaba, con una depresión que costó meses que levantara la cabeza. Me dolía todo por dentro de verla así, ella no se merecía estos palos de la vida.

Me levanté y llamé a Gus. Me descolgó rápidamente y estuvimos hablando un buen rato. Cuando colgué, pensé en él. Gus era mi amor, mi fuerza, mi apoyo. Me salvó la vida hacía unos años, pero ya antes de eso estaba enamorada de él. Pensé en qué sería de mí si lo perdiera y me desesperé, pero luego meneé la cabeza y borré esa horrible idea de la cabeza. Me volví a la cama con Mónica. La desnudé, me desnudé, y me metí en la cama con ella. No había comido nada en todo el día, pero ni ganas. Estaba exhausta de tantos nervios y angustia. Me quedé dormida abrazada a Moni.

A la mañana siguiente, desperté a Moni y la llevé a la ducha, estaba como ida y me metí en la ducha con ella. La enjaboné y la lavé. Luego, le puse una bata, me puse otra y nos fuimos a la cocina. Le preparé algo de desayuno pero solo tomó café, distraída, casi sin hablar. Entonces, llamaron a la puerta. Fui. Era la policía. Querían hablar con ella por el viaje a Canarias.

La entrevista fue penosa, con Moni llorando cada dos por tres. Les dijo la verdad, lo de la semana juntos, que eran amantes, que ella se había despedido de él bien, que no notó nada raro, que lo notó muy feliz. Al terminar, los acompañé a la puerta y les pregunté:
• ¿Es verdad que ha sido un suicidio?
• Lo siento, no podemos hablar de eso
• Pero ¿Mató a la familia? ¿Eso es verdad? ¿Cómo?
• Le digo que no podemos hablar de eso, se está investigando

Se fueron sin que pudiera sacar nada en claro. Pasé esa semana con Moni, ella muy afectada, como era normal. Gus quería venir pero estábamos en plena negociaciones con gente local para que nos pusieran en contacto con gente de las mafias de la inmigración ilegal, para nuestro siguiente libro. Lo hablamos y, al final, le dije que se quedara, que siguiera preguntando y negociando. Era un mal momento para echarnos para atrás, perderíamos meses de trabajo.

La semana siguiente pasó más o menos igual, aunque Moni ya iba saliendo de su sopor. Llamó al trabajo y pidió una excedencia, pero me dijo que en realidad no pensaba volver a trabajar allí, que sería insoportable para ella trabajar con el recuerdo de Felipe. Los días se me hacían eternos, con Moni llorando sin parar o super triste, y yo echando de menos a Gus y con el corazón roto por verla así. Del trabajo no la llamó nadie pero una tarde se pasó una jefecilla de allí, Patricia, que había hecho buenas migas con Mónica. La pobre estaba también muy mal, conocía a Felipe desde hacía mucho, desde el inicio de la empresa. Le contó a Mónica lo afectados que estaban los otros dos socios y toda la empresa en general.

Una noche, mientras Moni dormía tras un largo rato llorando, me fui al salón, llamé a Gus y estuvimos hablando más de dos horas sobre el trabajo y nuestras cosas. Se estaba viendo con gente que no era de fiar o incluso que eran peligrosos, y me ponía muy nerviosa, me gustaría estar allí con él, y si pasaba algo, que nos pasara a los dos. Para poder escribir el nuevo libro, teníamos que entrevistar a gente de “los buenos” y de “los malos”, y la idea era hacer esos contactos entre los dos, pero ahora, con esto de Moni, todo se había trastocado.

Me quedé sentada, nerviosa, pensativa. Luego, fui al dormitorio y, tras desnudarme, me metí en la cama. En verano, siempre dormía desnuda, al igual que Moni. La miré, dormía profundamente, se había tomado un Valium y estaría fuera de circulación hasta media mañana, pero así repondría fuerzas, el día siguiente era la ceremonia y sería duro, muy duro. Intenté dormir pero no lo conseguía. Al final, me levanté, me puse una camiseta y me fui a la cocina. Me hice una manzanilla y me quedé pensando mientras la tomaba.

Al terminar, me fui al salón y llamé a Gus, que contestó con voz adormilada:
• Ana ¿Qué ocurre?
• Nada
• ¿Nada?
• Que te hecho mucho de menos, muchísimo
• Ah, que susto, jeje, yo también
• Lo sé

Nos quedamos callados. Me tumbé en el sofá y le dije:
• Cuéntame algo
• ¿Del trabajo?
• No, algo bonito
• ¿Bonito?
• Sí, quiero escucharte
• mmmm esta tarde he paseado por el paseo marítimo, estaba atardeciendo, había gente en la arena aunque ya se estaba poniendo el sol
• Era bonito ¿no?
• Sí, precioso, pero…
• Pero ¿Qué?
• No estabas tú

Me estremecí y me empecé a tocar. Le dije:
• Sigue
• Pensé en que estabas a mi lado, e iba hablando contigo, pero en silencio
• ¿Qué me contabas?
• Lo bonita que eres, que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, que llevo 9 días sin poder tocarte y me subo por las paredes
• Te entiendo, me pasa lo mismo
• Que sin ti, no soy nadie, no sé que hacer, que necesito tu guía, que estés a mi lado
• mmm
• Necesito tocarte, acariciarte, besarte

Y empecé a gemir. Gus sabía que estaba pasando y me detalló lo que quería hacerme, como me besaría, como me tocaría… no tardé casi nada en correrme. Nos quedamos callados. Al final, le dije:
• Necesitaba escucharte
• Lo sé
• ¿Te has corrido también?
• Sí
• Habrás puesto todo perdido jeje
• Claro jeje

Nos callamos de nuevo, recuperándonos:
• ¿Cuándo volverás?
• mmmm
• Sabes que ya mismo no podré hacer nada más, que eres tú la que piensa y decide
• Pensamos y decidimos entre los dos
• Ya, claro, jajaja, lo que tú digas pero ya mismo no voy a saber qué más hacer, te voy avisando
• No sé cuando Moni estará en condiciones, con sus padres fueron semanas
• Ya
• No la puedo dejar sola
• Lo sé

Nos callamos de nuevo, entonces él dijo:
• Ana, si ocurre algo entre vosotras...
• ¿Algo?
• Sí, ya me entiendes… que si ocurre algo, no lo consideraré cuernos
• ¿No?
• No, sé como es vuestra relación y si, bueno, si pasa algo, no me enfadaré
• mmmm
• Me contaste que cuando sus padres, volvisteis a…
• Sí, fue un sexo extraño, pero sí, lo hicimos, fue nuestra reconciliación y para ella fue como una forma de evadirse de todo el sufrimiento
• Pues eso, que lo entiendo, no me tienes que dar explicaciones ni contarme nada
• Gracias, Gus
• Nada, nena, pero que eso no quiere decir que te puedas ir tirando a cualquiera ¿eh? que estás muy buena y ya quisieran muchos jeje
• jeje, tonto
• Por ti, estoy tonto por ti
• Lo sé jeje

Y estuvimos un rato más charlando hasta que nos despedimos. Me quedé tumbada en el sofá, pensando. Gus era especial, muy especial. Recordé el día que lo conocí, 3 años atrás. Estaba recopilando información para mi libro sobre las drogas. Fui a la Línea, en Cádiz, buscando informantes. Vi a un grupo de chavales tirados en la playa y me acerqué para preguntarles y obtener información. Inmediatamente, me fijé en él. Un chaval de 19 años, alto, muy delgado, algo desgarbado, rubio desaliñado, unos sorprendentes ojos muy azules, herencia de a saber que extranjero que visitara esas playas en el pasado. No era especialmente guapo pero sí muy atractivo. Y una sonrisa canalla, chula, que me encantó.

El chico se me acercó con total desparpajo, hablándome como si me conociera, riendo, gastando bromas. Me dio algo de información, sobre donde ir, por quien preguntar. Me pasé por allí varias veces más, para hablar con él. Le conté que buscaba y para qué. Él se sorprendió por mi trabajo e intentaba ayudarme. Me gustaba estar con él, era divertido, ocurrente, y la información que me daba me ayudaba. Pero a la vez, cuando estaba con él sentía tristeza porque veía en sus ojos algo que me traía recuerdos, malos recuerdos. El chico estaba muy enganchado a la droga, y sabía que hacía de todo por conseguirla, cualquier cosa, robar, sexo… me reconocía en él, con su edad yo estaba igual de enganchada y hacía las mismas cosas por conseguirla.

Cada vez quedaba más tiempo con él, charlando. Me contó el desastre de familia que tenía, desde cuando se drogaba, los chanchullos que tenía para conseguir algo de dinero, y que cuando no lo conseguía, tenía que poner el culo o la boca para conseguirlo. Era como si tuviéramos vidas paralelas. Y al final, ocurrió lo inevitable, me acosté con él. Y resultó sorprendente, era un gran amante, con una polla grande y gruesa que me descolocó totalmente y me hizo disfrutar como una loca. A los pocos días, me fui, tenía que empezar a trabajar con el material que había conseguido.

Volví unos meses más tarde, con la excusa de cerrar algunas ideas y algún dato que me faltaba. Me lo encontré más demacrado, la droga seguía su curso. Volvimos a follar, me enamoré de él aunque no quería reconocerlo. Sabía que no era buena idea, él un drogata, yo una ex drogata. Él con 19 años, yo con 26. Él sin futuro y yo intentando hacerme uno. Y cuando lo veía tomarse algo, ahí estaba la tentación, que nunca se va del todo. Sabía todo eso, pero no podía dejar de verme con él.

Y entonces, un día me consiguió una entrevista que estaba buscando desde hacía tiempo, hablar con uno de los jefes. Era peligroso pero merecía la pena. Fui con él a una nave industrial abandonada. Era de noche y estaba acojonada, pero me fiaba de Gus. En cuanto entré, vi que había cometido un error. Nos esperaban dos tipos que reconocí. Los había entrevistado pero eran unos mindundis y no les hice mucho caso. Además, todo su interés era follarme. Aquella vez, los dejé plantados de mala manera. Y ahora, ahí estaban y en sus miradas vi problemas. Me giré y eché a correr. Me alcanzaron y me dieron un golpe en la cabeza que me dejó aturdida. Me ataron a una columna de metal de la nave.

Cuando despejé la cabeza, miré a Gus. Le estaban dando unas bolsitas de droga, en pago por llevarme allí. Se me llenaron los ojos de lágrimas, había sido una imbécil, había confiando en un drogadicto, sin recordar que yo fui una y que sabía que se hacía cualquier cosa por esas bolsitas. Y sabía lo que me esperaba, pero me sentía peor por la traición de Gus que por lo que sabía que me iban a hacer.

Miré a Gus llorando. Él solo miraba las bolsitas, ya no existía nada más. Entonces, uno de los tipos se me acercó y dijo:
• Menuda monada la zorrita, esta noche nos vamos a divertir bien contigo, y mañana, te vas de viaje, te vamos a vender, putita

Le escupí pero sin darle. El otro, vino y me dio un puñetazo en el estómago que me dejó sin respiración. El primer tipo protestó diciendo:
• Coño, no estropees la mercancía, que ya sabes que la revisan
• Esta zorra se cachondeó de nosotros en el bar, delante de todo el mundo
• Ya, ya
• Se va a llevar una paliza, además de follárnosla
• Vale, pero no la golpees en la cara, ni en las tetas, que eso es lo que más miran

Entonces, me subió la camiseta y me bajó el sujetador de un tirón, diciendo:
• Mira que tetas, joder, nos vamos a forrar con esta puta
• Ya te digo

Miré a Gus, con la vista empañada por las lágrimas. No solo me iban a violar, me iban a vender, me drogarían, me llevarían a saber donde… lloré de impotencia. Entonces, escuché como Gus decía:
• Me habéis engañado
• Chaval, te he dicho que te largues
• No va a venir el jefe
• Eres gilipollas, chaval, ¿Te crees que va a venir para charlar con una puta? jajaja

Y entonces, vi como Gus cogía un cuchillo de la mesa y se lo clavaba a uno en el cuello y al otro en el pecho, todo muy rápido. Los escuché agonizar mientras miraba sorprendida.

Gus vino a mí, me bajó la camiseta y me abrazó, pidiéndome perdón, que no sabía nada, que lo habían engañado. Lloraba. Me desató, y me sacó de allí rápidamente. Me fijé que no había tocado la droga, la había dejado donde estaba.

Me lo llevé a mi casa en Madrid. Al principio, estuvimos muy asustados, mirando las noticias y esperando a la policía o, incluso peor, a amigos de esos dos mierdas. Pero los asesinatos se clasificaron como ajustes de cuentas entre bandas, y ahí quedó. Gus pensaba que había sido una idea de solo esos dos, que no se lo habían contado a nadie. Nos equivocamos al pensar que aquello se iba a quedar así, pero sacudí la cabeza, no quería recordar aquella parte.

Gus se desenganchó pero pasándolo muy mal durante semanas. Fue muy jodido pero lo consiguió. Luego, se enganchó a otra cosa, al gimnasio. Cogió peso, músculo, y con el tiempo, se puso cachas. Ahora está obsesionado con eso, pero mucho mejor que las putas drogas, claro. Escribimos el libro entre los dos, y lo publicamos, y tuvo un relativo éxito que nos dio una buena reputación en el sector. Me salvó la vida y nos dio una nueva vida a ambos.

Suspiré y me fui a la cama. Esta vez me dormí de inmediato.
 
4

MÓNICA

Ana me acompañó a la ceremonia por Felipe. La habían organizado los socios. No quise ir al entierro en sí porque no podía, no tenía ningún ánimo ni de salir de casa ni para enfrentarme a su ataúd. Además, temía un enfrentamiento con la familia de la mujer de Felipe porque tenía casi la certeza de que ella sabía algo de lo nuestro y podía habérselo contado a su familia y que me la liaran cuando me vieran, y eso no lo iba a poder soportar.

La ceremonia fue tristísima, no solo por el hecho en sí sino porque casi no fue nadie. Solo estábamos los dos socios, Patricia, un par de compañeros del departamento de Felipe, unos cuantos familiares de él, Ana y yo. La gente no quería saber nada de un asesino y pensaban que no merecía una despedida.

Vi a los dos socios muy mal, con ojeras y llorando sin parar. Patricia igual, intentando controlarse pero me abrazó y lloramos juntas. Y mis dos compañeros estaban destrozados, eran Adolfo y Fran, las personas en las que más se apoyaba Felipe. Nos hinchamos de llorar casi sin hablar. Habíamos asistido los que más lo queríamos. Y solo podíamos repetir “esto no puede ser verdad, no puede ser”. Los que peor estábamos éramos Adolfo y yo, que prácticamente no paramos de llorar. Fue muy duro para todos.

Al terminar la ceremonia, nos quedamos los de la empresa y Ana reunidos. Paco sollozaba, con Patricia abrazándolo para consolarle. Alfonso quiso decir unas palabras, con mucho esfuerzo. Consiguió calmarse unos segundos y dijo que no entendía nada, que Felipe siempre había sido el mejor de los tres socios, el más honesto, el más generoso, siempre dispuesto a escuchar, a apoyar, que era la mejor persona que nunca había conocido, un amigo de verdad y rompió a llorar, no pudo seguir.

Nos fuimos cada uno por nuestro lado, sin decirnos nada más, el dolor era demasiado profundo para todos.

ANA
Lo pasé muy mal durante la ceremonia, las caras de todos eran un poema. Ver a esos amigos del difunto, tan destrozados, llorando sin parar, me encogía el corazón. Eran pocos pero se notaba que eran sus amigos de verdad.

Al menos, le puse cara a ciertos nombres que Mónica no paraba de repetir cuando hablábamos. Los primeros, los dos socios. Alfonso el más serio e intentando siempre ocultar sus sentimientos bajo una fachada que, en realidad, estaba totalmente resquebrajada.

Luego estaba Paco, mucho más abierto a mostrar sus sentimientos, llorando sin parar, abrazándose a todos… No conseguía decir dos palabras seguidas sin ponerse a llorar.

Luego, Patricia, aunque a ella la había conocido la tarde que fue a ver a Moni. Era como me la había imaginado cuando Mónica hablaba de sus compañeros. Patricia era igual de alta que Mónica, pero era morena y con una bonita figura a pesar de tener algo más de 40 años. Era bastante atractiva aunque tenía una cara que denotaba que le gustaba mandar, controlar, y así me lo había dicho Mónica, llevaba un control férreo de las cosas de la empresa. Era la que estaba más atenta a los dos socios, todo el rato consolando y abrazando a ambos.

Y luego estaban los dos compañeros de Mónica, Adolfo y Fran. Adolfo era como un jefecillo, el que le había intentado gastar una broma cuando ella entró pero que, desde entonces, hacía caso a todo lo que decía Mónica. Vi como la miraba, estaba colado por ella. Tendría unos 35 años y estaba algo regordete y empezaba a clarearle la cabeza. En cambio, Fran tendría la misma edad pero se conservaba mucho mejor, totalmente tieso, se adivinaba un buen cuerpo debajo del traje. Era atractivo aunque ese día estaba hecho un flan. Según Mónica, era un chulillo que se sabía listo y guapo, pero que le caía bien. Y que no paraba de entrarle a Mónica cada vez que salían en grupo o de viaje. A Adolfo lo vi totalmente afectado. A Fran no tanto y me pareció que estaba allí por compromiso, no me pareció que estuviera tan afectado como el resto. Con él hablé un rato e incluso intentó flirtear conmigo.

Eran los únicos que habían aparecido para dar el último adiós a Felipe.

Nos volvimos a casa de Moni en un taxi, en silencio. Me preocupaba ella, sabía que la ceremonia había tenido que ser muy dura para ella. Cuando llegamos, dijo:
• Creo que me voy a echar un rato (eran las 6 de la tarde)
• Vale, voy contigo y te acompaño
• No, no… llama a Gus, por mi culpa estáis separados y…
• Anda ya, no digas tonterías, Moni, sabes lo importante que eres para mí
• Lo sé pero… el pobre Gus…
• Él lo comprende, está también muy mal por ti, lo sabes, ya lo has escuchado (Gus había hablado con ella varias veces durante estos días)
• Lo sé, es un amor pero… es que también necesito estar sola un rato
• Ah, vale

Y se metió en su dormitorio. Me eché en el sofá y llamé a Gus. Estuvimos un buen rato hablando del trabajo y de esto y aquello. Terminé casi dos horas más tarde, me encantaba hablar con él, siempre estábamos hablando de todo. Miré el reloj y me levanté para ver como estaba Moni. La vi sentada en la cama, aún con el mismo vestido. Me senté a su lado y le pregunté:
• ¿Qué tal?
• Pensando
• Ya
• ¿Cómo está Gus?
• Bien
• ¿Se las apaña sin ti?
• jeje, poco, ya lo conoces
• Ya, pobre

Nos quedamos calladas, mirando al suelo. Entonces dijo:
• Necesito no pensar durante un rato, no paro de pensar en… necesito descansar de eso durante un rato, lo necesito

La miré. Ella me miró y dijo:
• ¿Te has planteado alguna vez engañar a Gus… conmigo?

Nos miramos a los ojos. No nos acostábamos juntas desde que empecé en serio con Gus. Entonces, me incliné y la besé en los labios. Nos quedamos unidas por los labios durante unos segundos y luego, me retiré. Le dije:
• No sería engañar, él lo sabe

Y la besé de nuevo pero esta vez buscando su lengua. Nos besamos mezclando nuestras lenguas y la empujé suavemente para que se tumbara en la cama. Seguimos besándonos unos minutos, con pasión, y la fui desnudando poco a poco. Llevaba una camisa oscura y una falda larga y también oscura. Le desabroché la camisa y besé su cuello y luego el escote. Le abrí totalmente la camisa y pasé mi lengua por su vientre hasta su ombligo. Mónica gemía bajito, dejándose hacer. Seguí lamiéndola mientras pasaba una mano por su espalda y le abría el sujetador. Le quité la camisa y el sujetador. Miré sus pechos, que se movían al ritmo de su respiración agitada. Abrió los ojos y me miró, viéndome como me recreaba con su cuerpo.

Me incorporé y me quité mi blusa y mi sujetador. Luego, me volví a echar sobre ella para besarla mientras acariciaba sus tetas, para luego bajar y lamerlas, mordisquear sus pezones, chupar… estuve un buen rato, los gemidos de Mónica ya eran altos, agitados.

Luego, le quité la falda, los zapatos, besé sus piernas, muslos, le quité las bragas y me metí entre sus piernas. Lamí y chupé, jugué con mis dedos, le provoqué varios orgasmos pequeños hasta que explotó en uno grande. Me tumbé a su lado, la besé y ella me abrazó muy fuerte, diciendo “menos mal que te tengo, menos mal que te tengo”... se durmió entre mis brazos, agotada por el día tan angustioso y relajada por el sexo.

Y mientras la tenía en mis brazos, recordé como nos habíamos conocido. Había sido en un bar. En aquel momento, llevaba casi dos años sin tocar la droga. Me había costado mucho pero al final lo conseguí. Terminé los estudios y conseguí una beca para la universidad, para periodismo. Me mudé a Madrid, dejé todo atrás. Iba a clase y trabajaba a la vez en un restaurante. Vivía en un pequeño cuarto, compartiendo piso con otras alumnas. No salía nunca, no me atrevía, por las tentaciones de la droga. O trabajaba o estudiaba o me ponía a leer. El sexo era mi mano unas 4 o 5 veces a la semana, antes de dormir, sin pensar en nadie concreto. Casi no tenía dinero nunca, no me compraba ropa excepto la imprescindible, ni maquillaje, ni hobbies. Los libros que leía eran de la biblioteca. Miraba cada céntimo.

A Mónica la veía de vez en cuando por la zona de la universidad. No iba a mi facultad pero la chica era tan llamativa y bonita, que se hacía notar. La miraba con envidia, siempre riendo, siempre rodeada de gente. La había visto en un coche caro, con bastantes tíos siempre. Y siempre que la veía, pensaba lo mismo “ahí está la rubia pija” pero sentía envidia de su vida sin problemas.

Entonces, un jueves me cansé. Sabía que los jueves todo el mundo salía por una zona de la ciudad, y quise salir a ligarme a alguno y follármelo, estaba harta de pajas, necesitaba polla. Me vestí con lo más provocativo que encontré en mi escaso ropero, unos shorts ajustados, una camiseta escotada, y salí.

Entré en un bar y me puse a bailar sola, esperando a que alguien me entrara, me pagara unas copas, y si estaba bien, follármelo, ese era el plan. Se me acercaron bastantes pero se me habían quitado las ganas de ligar, quería bailar, olvidarme de todo, y pasé de todos. Al final me cansé y me fui al WC a refrescarme, estaba sudando tras un buen rato bailando sola, sin parar.

Al entrar, vi a la rubia pija delante del espejo, retocándose. La reconocí inmediatamente, la chica era espectacularmente guapa. La miré unos segundos, demasiados, y ella se dio cuenta. Me miró y dijo:
• Hola
• mm hola
• Me gusta como bailas
• ¿Qué?
• Te he visto ahí bailando sola, sin importarte una mierda la gente, a tu bola
• Ya
• Yo soy incapaz de hacer eso
• ¿Por qué? es solo moverse y cerrar los ojos
• jaja, es verdad jajaja

Y me gustó su risa. Me eché agua en la cara y nos vi reflejadas en el espejo. Ella perfecta, con el pelo perfecto, la cara perfecta, la ropa perfecta. A su lado, yo parecía una vagabunda, la ropa un desastre, sin maquillaje, el pelo de cualquier forma, sudada… Sentí vergüenza. Me sequé las manos e iba a salir cuando dijo:
• ¿Fumas?
• ¿Qué?
• Que si fumas
• A veces
• Yo igual, pero ahora me apetece ¿Quieres salir?
• mmmm bueno, vale

Y salimos fuera. Me dio un cigarrillo y fumamos. Dijo:
• Me llamo Mónica
• Yo Ana
• Creo que te he visto en los bancos de la uni, leyendo ¿no?

La miré sorprendida. Dije:
• Puede ser
• Es que siempre te veo tan concentrada, leyendo… tengo curiosidad ¿Qué lees?
• De todo lo que pillo
• ¿Qué lees ahora?

Y nos pusimos a hablar de libros. Y me sorprendió, ella había leído muchos, y se sabía frases y párrafos enteros de muchos, tenía muy buena memoria. Y no solo leía, analizaba lo que leía y me hacía comentarios que ni me había planteado. Fumamos varios cigarrillos sin parar de hablar. A la media hora, tras terminar los últimos cigarrillos, sacó una pequeña cajita de metal de su bolso, diciendo:
• ¿Quieres?

Mire la caja, de metal, redonda, muy bonita y llena de pastillas. Me mareé y di dos pasos atrás, asustada. Mónica me miró extrañada y dije:
• No… no… no tomo drogas
• ¿Qué? ¿Drog.. jajajaja

Y se rio, con una frescura que me encantó. Dijo:
• Noooo, yo no tomo de eso, paso… son de menta, para el aliento, siempre tomo después de fumar, es costumbre, mi madre me mata si se entera que fumo jajaja
• Ah
• Que carita has puesto
• Ya es que...
• mmmm ¿Tienes hambre?
• Pues, no sé
• Yo sí ¿Me acompañas?
• ¿No estás con gente?
• Sí, pero paso, eres más interesante, vamos

Y me cogió de la mano y fuimos a buscar algún sitio abierto. Encontramos una pizzería y nos metimos. Pedimos una pizza y seguimos hablando. Me contó que estudiaba teleco, que no tenía novio, que había salido con ganas de enrollarse con alguno pero que ahora se le habían quitado las ganas, que se lo estaba pasando bien hablando conmigo. Luego, me llevó a una tetería donde seguimos hablando, contándome sitios que había visitado, viajes… pero no lo contaba como restregándomelo por la cara, no, lo contaba de forma natural, como si fuera algo normal, y lo sería para ella, no para mí que había nacido en una ciudad del centro de España y solo había ido a Madrid. Cada dos por tres, alguien nos interrumpía, era muy conocida y la saludaban mucho.

Esa noche nos despedimos sin más, sin darnos teléfonos ni nada. Pero, a partir de ese día, cada vez que me veía en la uni, se acercaba a saludarme. Y una vez me invitó a ir con ella y su grupo. Otro día me pidió el móvil y me empezó a llamar para salir. Nos hicimos amigas, muy amigas. Ella sabía de mis problemas económicos y nunca me llamaba para nada caro, siempre para cosas que no fueran un gasto imposible para mí.

Y empecé de nuevo a follar. Mónica siempre estaba rodeada de tíos buenos, y también me entraban, y a veces, me los follaba, igual que ella. Y hablábamos de tíos, nos reíamos de ellos, babeábamos por otros…

Y un día, unos meses después, me llamó para salir y le dije que no, que no tenía ganas. Ella se extrañó, me insistió, le dije que no y me despedí. Ese día mi madre me había llamado para pedirme dinero, y habíamos discutido porque sabía que el dinero lo quería para comprar droga. Me había insultado, yo a ella. Cuando colgué, lloré amargamente, esa era mi vida real, y deseé tomarme algo, para olvidar, y la tentación llegó con tanta fuerza que hasta me puse a temblar. Y estaba tumbada en mi cama intentando controlarme cuando llamaron a mi puerta y entró Mónica. Una compañera la había dejado entrar. Me miró y dijo:
• Sabía que te pasaba algo

Se sentó sin decir nada, esperando. Y le conté todo, mi pasado, mi mierda de familia, mi adicción, como conseguía el dinero… todo. Sabía que la iba a espantar, ¿Cómo iba ella a ser amiga de una drogata y puta? Pero me abrazó, me abrazó fuerte y lloró conmigo. Luego, le dije:
• Ahora te doy asco
• No, mierda, no… ahora te admiro
• Ja, he sido puta y estoy que me muero por un chute y olvidarme de todo, y me admiras, ya
• Sí, joder, eres una tía con un buen par de ovarios, yo en tu situación uff, ni de coña salgo de ese agujero y, mírate, luchando tú sola, joder tía, eres mi heroína

Seguíamos abrazadas y entonces, se levantó, me cogió de la mano para levantarme y me sacó fuera de la habitación, cogiendo mi abrigo de paso. Le dije:
• No, Moni, no quiero salir
• No te vas a quedar aquí
• Que no, en serio

Pero me arrastraba. Nos metimos en el ascensor. La miré, iba estupenda, como siempre, con una minifalda, pantys, tacones, una blusa preciosa… y yo iba con unos vaqueros, una sudadera, el pelo sucio recogido en un moño descuidado. Le dije:
• No tengo ánimos para salir, y mira que pintas
• Estás guapa, como siempre, déjate de tonterías
• Ya, claro

Y me metió en su coche. Estaba tan mal de ánimo que ni me esforcé en intentar no dejarme llevar. Arrancó y empezó a conducir. Y mientras lo hacía, me iba contando los sitios que tenía que ver, de España y de fuera. Ella sabía que yo quería viajar, que nunca lo había hecho, e iba contándome que ver en cada sitio. Era una enciclopedia, con esa buena memoria que tenía. Y condujo durante horas, distrayéndome con sus comentarios, anécdotas… le preguntaba dónde íbamos y ella se reía sin decir nada al respecto. Y después de 4 horas, lo olí y me quedé callada. Y Moni se dio cuenta y se calló. Y condujo y al poco lo escuché… el mar. Ella sabía que yo ansiaba ver el mar, que nunca lo había pisado. Aparcó en un paseo marítimo y salí corriendo. Eran casi las 4 de la noche de una fría noche de febrero en Valencia, un frío húmedo y horrible, pero me daba todo igual. Me quité los zapatos, los calcetines, pisé la arena, corrí al agua, metí mis pies en un agua helada pero todo me daba igual. Y lloré, pero esta vez no por tristeza sino de emoción, y corrí hacia Moni que me esperaba en la arena, con los tacones en la mano, sonriendo. Y me abracé a ella, llorando. Y ella me dijo:
• Este es el primer viaje de los muchos que vas a hacer porque tú eres de esas personas que consigue todo lo que se propone

Sollocé riendo. Fuimos andando por la arena, charlando y riendo. Nos sentamos en la arena y, muertas de frío pero emocionadas, vimos amanecer. Ese día me enamoré de ella, o más bien, acepté que estaba totalmente enamorada de ella porque en realidad lo estaba de antes. Pero no me atreví a decirle nada, no quería asustarla, que se alejara de mí, me lo guardé dentro, con solo tenerla a mi lado y ser su amiga, me valía.

Tras enterarse de mi pasado, Moni no cambió en su forma de tratarme, no me miraba diferente ni me trataba con algodones o pasaba de mí, no. Me llamaba como siempre, quedábamos como siempre… no me rechazó por mi pasado.

Y llegó junio y con ese mes, el final del curso, un curso radicalmente distinto al resto, ahora me sentía viva, como no me había sentido nunca, y todo gracias a Mónica. Y un día, me llamó:
• Anita, haz las maletas para una semana, que nos vamos de vacaciones
• ¿Qué? Ya sabes que no puedo, tengo trabajo
• Pide una semana, por favor
• ¿Para qué? No puedo pagarme un viaje
• Te lo pago yo, es a Mallorca, al chalet de mis padres, la semana que viene no están, lo tendremos para nosotras solas, ya verás, allí se liga un montón
• No, Moni, no puedo
• ¿Me vas a rechazar mi regalo de fin de curso?
• Es que…
• Es que nada, vente, por favor, por favor
• mmmm
• Dí que sí
• No puedo aceptar eso, lo sabes
• Sí, puedes aceptarlo, es un regalo, no una limosna, es muy diferente
• Ya pero…
• En solo unos meses te has convertido en mi mejor amiga, no puedo irme de vacaciones sin ti, así que te vienes y ya está
• ¿Tu mejor amiga?
• Sí, y yo la tuya, así que déjate de tonterías… una maleta, vestidos cortitos que enseñen mucho, y un par de bikinis… además, tienes que probar el mar a una temperatura normal, no helada jeje

Me quedé callada, ni siquiera tenía bikinis. Mónica seguía hablando, sobre qué podíamos hacer allí, donde comer… a todo me quería invitar, cosa que no podía aceptar. Pero al final le dije:
• Vale, voy, acepto tu regalo, pero nada de ir a sitios caros a comer, nos vamos de McDonald y cosas así, que yo pueda pagar
• jajaja, vale, vale
• Y Moni…. muchas gracias, de verdad
• Anda, anda… venga, te recojo en un rato y vamos a comprar bikinis, que seguro que no tienes ni uno
• Que cabrona jajaja

Iba a ser un palo a mis pobres finanzas, pero es que nunca me había ido de vacaciones, ni montado en un avión, me apetecía un montón. Y estaría con Moni, que eso ya era importante para mí.

El viaje en avión fue todo un acontecimiento para mí pero para Moni era algo normal. La seguí todo el rato, fijándome en todo. Me sentía una cateta total, pero aproveché para enterarme de como iba todo. Lo pasé mal en el despegue pero durante el vuelo, Moni no paró de hablarme. Y me dijo:
• Y para el curso que viene, te vienes a mi casa
• ¿Qué? Pero ¿Qué dices?
• Tengo una habitación que no uso, te vienes y compartimos piso
• Pero… tu piso costará… uffff, sabes que no puedo pagar algo así
• El piso es de mis padres, no tienes que pagar nada
• No, Moni
• Que sí
• No, esto ya es demasiado
• A ver ¿En serio me estás diciendo que prefieres compartir piso con unas desconocidas que conmigo? Tía, menudo insulto, bien empiezas las vacaciones jajaja
• Sabes que no es eso… es solo que… mmmm sería como aprovecharme de nuestra amistad
• Ya, claro, que has sido tú la que me lo ha propuesto, anda, anda… te vienes y verás que bien lo pasamos
• Pero te pago algo
• Vale, tú pagas internet ¿Contenta?
• jajaja, nooooo
• Y me invitas a cenar un día
• Que noooo, jajaja
• Pero te advierto una cosa, cocino genial, ya verás, no vas a querer más tus hamburguesas y pizzas cuando pruebes mis platos
• ¿Sabes cocinar?
• Claro
• Jo, yo no, soy un desastre
• Que bien, te enseñaré, ya verás que divertido jajaja
• Vale
• Y nos pondremos de acuerdo en limpiar ¿eh?
• ¿Tú limpias?
• Pues claro
• ¿No tienes a alguien que te limpie?
• jajaja y mi madre me mata jajaja, que vaaaa, dice que cuando tenga mi trabajo y mi sueldo, que me gaste el dinero en lo que quiera, pero que mientras viva de ellos, me tengo que limpiar mi mierda jajaja
• ¿En serio?
• Y tanto, no la conoces, no quiere una hija mimada… aunque luego, no para de hacerme regalos jajaja
• jeje
• Ahhh, ya sé como me vas a pagar… te va a tocar planchar, eso lo odio jajaja
• Vale, a mí me gusta
• ¿En serio? Mira que eres rara jajaja
• jajaja
• Te tengo que presentar a mis padres, te van a caer genial y tú a ellos… mmm nos podríamos quedar otra semana más, así coincidís ¿Vale?
• Ufff, Moni, que tengo que currar
• Vale, vale… lo iremos viendo, pero al menos un día sí, que te conozcan, no paro de hablarles de ti, se mueren por conocerte
• ¿A mí?
• Claro

Y seguimos hablando, y hablando, y ni tuve tiempo de asustarme hasta el descenso. Luego, salimos, cogimos las maletas y buscó un taxi que nos llevó en un largo viaje hasta un chalet que me dejó con la boca abierta, precioso y enorme. Estaba aislado por un alto muro, con una casa principal y otra más pequeña que era la de invitados. Moni me lo enseñó todo pero no me llevó a la de invitados sino a una habitación al lado de la suya. Eran las 8 de la tarde y dijo de salir a dar una vuelta y enseñarme el pueblo.

Sacó un coche del garaje y fuimos al pueblo donde paseamos, comimos, fuimos de bares… esa noche no íbamos de ligue, solo salir y reírnos. Nos volvimos a la casa y nos fuimos a dormir. De tantas emociones, me dormí enseguida.

Al día siguiente, nos levantamos temprano, nos preparamos unos sándwiches y fuimos a la playa, mi primer día de playa, estaba deseándolo. Nos lo pasamos genial, el sitio era fantástico y la compañía inmejorable.

Volvimos por la tarde a su casa, muy cansadas y nos fuimos a la piscina. Tras darnos un baño, nos tumbamos para seguir tomando el sol. Entonces, Moni se quedó en topless. Me quedé mirándola con cara de tonta. Se tumbó y dijo:
• Mejor que también te quites la parte de arriba
• mmm
• ¿Te da vergüenza? Aquí no te va a ver nadie, solo yo jiji
• No, ya… es que…
• Con lo blanquita que estás vas a coger color pronto, si te dejas la parte de arriba, tus tetas van a resaltar por la noche cuando estés follando jeje
• jajaja

Entonces me quité la parte de arriba y escuché:
• Vaya, que tetas tan bonitas, Anita, son perfectas
• Ya, bueno, como si las tuyas no lo fueran
• Son algo más pequeñas pero sí, también están muy bien, lo sé jajaja

Y nos tumbamos. Y no podía evitar mirarla de vez en cuando aunque me ponía muy nerviosa. Pensaba “pero ¿Cómo me puede poner tan cachonda?”. No me lo explicaba, nunca me habían interesado las mujeres, me había acostado con alguna pero solo por “trabajo”, en alguna fiesta o algún trabajito especial, siempre colocada, sin pensar nada, solo en tocar, besar y chupar, sin sentimientos ni ganas, y solo por espectáculo, sin llegar a follar de verdad.

Al final, me tuve que echar al agua, para intentar tranquilizarme, pero Moni también se tiró y se puso a juguetear en el agua, la notaba tan cerca, tan atractiva… me salvó su móvil, que sonó y ella dijo:
• El tono de mi madre

Y salió rápidamente de la piscina y se puso a hablar con ella. Pensé “esta noche o me follo a un tío o me hago una paja, de otra forma imposible que me duerma, fijo”. Llevaba ya un tiempo masturbándome pensando en ella así que tocaría eso, seguro, no me apetecía nada follar con un tío.

Tras estar un rato charlando con la madre, Moni se volvió a tumbar y me tranquilicé. Pasamos la tarde tumbadas como lagartos y charlando. Luego, Moni dijo de ducharnos y salir fuera a cenar, bailar, ligar… Dijo:
• Ponte algo sexi, esta noche follamos jajaja

Y me quedé pensando “Ya quisiera yo”. En la ducha no hacía más que repetirme que no hiciera ninguna tontería, que no podía perderla como amiga, que era la única que tenía, que si le entraba la asustaría… Me puse un vestido con una falda y un poco de escote, muy veraniego. Me miré al espejo, se me había pegado bastante el sol y me veía bien, guapa y sexi. Recordé a la chica demacrada y con la piel horrible de hacía unos años, y sobre todo recordé aquella mirada perdida, sin esperanza… Sacudí la cabeza, ahora parecía otra y esa otra me gustaba, y era gracias a Moni. Sonreí ampliamente.

Fui al dormitorio de Moni. Estaba maquillándose un poco delante del espejo. Me quedé mirándola, estaba preciosa, con un vestido ajustado, muy cortito, mostrando sus bronceadas piernas y hombros. Tras unos segundos, le dije:
• Me tienes que enseñar eso

Giró su cabeza y me miró sin comprender. Le dije:
• A maquillarme bien, sin que se note, que cuando lo hago, parezco una puerta mal pintada jeje
• Ah jeje, pero es que tú no necesitas maquillaje, tienes belleza natural
• Ya, jajaja
• Sí, mira, quizás solo un poco de pintalabios de mmmm este color (cogiendo una barra de su mesa)

Y se me acercó y me pintó los labios, lentamente, con cuidado. Luego, me miró y dijo:
• Que guapa eres, tienes unos ojos preciosos

Y me apartó un poco el pelo. Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos y no pude aguantarme más y la besé, un beso rápido, y enseguida me arrepentí y me aparté. La miré, su cara de sorpresa, y aparté la mirada avergonzada. Entonces, empezó a reírse y dijo:
• Jooooo, días planificándolo y me lo fastidias
• ¿Qué?
• Que esta noche te pensaba seducir jajaja, llevo días nerviosa perdida, al fin me había decidido pero me daba miedo, por si te asustaba
• ¿Cómo? ¿Qué?

Y entonces ella me besó, al principio con miedo, nerviosismo, pero luego apasionadamente, con su lengua buscando la mía. Se separó y me dijo:
• Estaba deseando hacer esto desde que te vi aquel día bailando sola, tan sexi
• ¿Sí?
• Sí, tenías a todo el bar pendiente de ti, estabas ufff, pero no me atreví esa noche ni… bueno, nunca… es que es mi primer beso a una chica
• No tenía ni idea de que estabas interesada en mí de esa forma
• Ufff, mucho jajaja

Nos callamos, nerviosas y entonces dijo:
• ¿Y tú? ¿Has hecho esto antes con… una chica?
• Sí
• ¿Sí? Genial, así me enseñas

Y me cogió de la mano y me llevó a su cama. Nuestro primer polvo, el primero de muchos.

Sonreí como una tonta ante ese recuerdo, esos miedos iniciales, como me dio una vida. Cerré los ojos y sentí su calor, su cabeza en mi hombro, su olor… y me dormí.
 
5

ANA

Me desperté notando unas sacudidas. Abrí un ojo y vi a Moni. Me dijo:
• Despierta, guapa
• ¿Qué… qué hora es?
• Las 7
• Ufff ¿Qué haces levantada? Métete en la cama, es muy temprano
• No, mira, te he traído el desayuno

Y vi al lado una bandeja para la cama llena de cosas. La miré interrogativamente y medio adormilada. Moni se sentó en la cama, en postura de yoga y se le abrió un poco la bata, mostrándome sus pechos, y un estremecimiento me recorrió por el cuerpo. Me incorporé y ella me puso detrás unas almohadas para hacer un asiento. Estaba desnuda y la sábana dejó mis pechos al aire. Miré debajo de las sábanas y vi que no llevaba nada. Dije:
• mmmm recuerdo haberme dormido con los pantalones
• jeje, sí, pero te los quité
• ¿Cuándo?
• Hace rato
• Ya

La miré y vi que ella observaba mis tetas. Le dije:
• Que disimulada
• jajaja, es que son preciosas… pero vamos, que tú de disimulada poquito, que bien rápido se te han ido los ojos a las mías jajaja

Y se me acercó y me dio un beso. Fui a retenerla por el cuello, aquello tenía que acabar en polvo, me había puesto cachonda de repente, pero Moni se movió rápido y dijo:
• No, no, a desayunar que se enfría
• ¡¡Moni!!
• Venga, rápido, que hay muchas cosas que hacer
• mmmm te has levantado de muy buen humor
• ufff, no diría buen humor, pero sí distinto
• ¿Desde cuándo llevas despierta?
• Desde las 3
• ¡¡Moni!!! tía, te va a dar algo
• Necesitaba pensar
• Justo es lo que no necesitas, necesitas descansar
• No, no, ayer ya descansé, me dejaste muerta, cabrona, mira que sabes que hacerme jajaja
• Sí, un poquito jeje

Entonces cogió una taza y me la dio, de café del bueno, que olía que alimentaba. Lo tomé, mientras ella bebía del suyo, mirándome. Luego, me preparó una tostada como me gustaba, y me la dio. Le dije:
• No, si no comes, yo tampoco
• Vale, pues para mí

Y le dio un gran bocado. Se la arrebaté, riendo. Comimos, ella poco pero sí comió algo, un avance. Al poco dijo:
• Tengo una propuesta que hacerte
• Huy, como suena eso
• mmm, a ver como empiezo

La miré intrigada. Entonces dijo:
• Bueno, vale… lo primero está claro… sé que Felipe no se suicidó ni mató a su familia
• Moni, la policía dice...
• No es oficial que sepamos, lo dice la gente, y yo conocía a Felipe, es imposible
• Bueno, estas cosas son así, la policía investiga y no dice nada oficialmente hasta estar seguros, pero las cosas se filtran muy rápido
• Pero han pasado días, a mí me parece raro que si fuera un suicidio claro, no lo hayan hecho oficial aún ¿no?
• Sí, eso lo he pensado… La verdad es que es raro ¿Cómo supieron en tu empresa que era un suicidio?
• Yo cuando llegué esa mañana ya se sabía, y luego me desmayé, pero Fran me dijo que esa mañana antes de llegar yo, un familiar de él llamó a la oficina y dijo que le habían dicho que parecía un suicidio, por eso todo el mundo lo da por seguro
• Mmmmm, ya
• Pero estoy segura que Felipe nunca hubiera matado a sus hijos y jamás se hubiera suicidado, jamás, era el hombre más responsable y generoso que he conocido, es imposible

La miré unos segundos y le dije:
• Te creo cuando dices que no puede ser un suicidio
• Bien, gracias… pues eso, Felipe no hizo eso pero no sé si la policía lo sabe y está investigando otra causa de las muertes, no nos dicen nada
• Exacto
• Como no nos dicen nada, quiero que se investigue de otra forma
• Ah, ¿Y cómo…?
• Quiero que tú lo investigues… bueno, tú y Gus
• ¿Yo? pero si no tengo ni idea de…
• Sí, eres super lista, sabes moverte, preguntar, investigar… quiero contrataros
• Pero Moni, no hacemos eso, es otro tipo de investigación, es…
• Ana, confío en ti totalmente, si otro me dice que Felipe hizo eso, no le creeré, de ti sí me lo creeré porque sé que no vas a engañarme jamás, y necesito hacer algo, no me puedo quedar todo el día llorando en la cama y dándole vueltas a la cabeza, no puedo...

Me quedé mirándola sin saber que decir. Ella continuó:
• Sé que estáis ahora en plena investigación, que la editorial os ha dado un adelanto, que ya habéis gastado una buena parte, que tenéis un plazo de entrega… todo eso me lo has contado
• Así es
• Pues ese adelanto te lo doy yo, para que lo devuelvas si la editorial os lo exige cuando le digáis que os vais a retrasar, si es que esto os lleva más tiempo del esperado
• Moni, es mucho dinero
• Me importa una mierda el dinero, Ana, necesito saberlo, lo necesito
• Ya
• Y os daré mmmm no sé, lo que tú digas, pon precio a vuestra hora y lo que echéis o lo que sea, lo que tú digas bien está
• Moni...
• Y, naturalmente, gastos aparte y…
• Espera, espera

Respiré hondo y le dije:
• Lo primero, una mierda voy a ganar un solo euro con esto, si lo hago es por ti, no por la pasta
• Pero…
• Pero nada, y lo segundo, somos dos, no lo decido solo yo
• Gus está de acuerdo, hemos hablado antes… bueno, me ha dicho “lo que diga la jefa”
• Que cabrón jajaja y tú lo tienes todo pensado ¿no?
• jejeje, sí, mira, tiene que estar saliendo de Melilla el avión que le he enviado así que tenemos unas dos horitas antes de que llegue y…

Quitó la bandeja, la dejó en el suelo, se quitó la bata y dijo:
• Y anoche me quedé con las ganas de ti, así que tenemos todo ese tiempo para saciarme

Y se tiró sobre mí besándome por todos lados, lamiendo, comiéndome las tetas… Me alegró mucho verla así, con esas ganas.... la noche anterior había estado muy apagada, receptiva pero no era la Moni de siempre… esa mañana sí… ahora con un objetivo en mente, ya no quería estar hundida en sus penas. Me comió el coño como ella sabía, me llevó a un orgasmo, luego a otro con los dedos mientras me comía las tetas, y luego me puso a 4 y me lamió el ano mientras me follaba con tres dedos, y ahí tuve mi gran orgasmo, que me dejó tirada en la cama, temblando sin parar.

La noté abrazándome por detrás, sus tetas apretadas contra mi espalda. Me giré y nos besamos largamente. Ahora le tocaba a ella, me comí sus tetas, le metí los dedos, se lo comí… hicimos la tijera, un 69… acabamos tumbadas en la cama, destrozadas pero sonrientes. Entonces, me abracé a ella y me dijo:
• También me sé algunas cosillas que hacerte ¿eh?
• jeje, ya te digo

Me besó y le dije:
• Ayer noche, cuando te dormiste en mis brazos…
• ¿Sí?
• Estuve recordando como nos conocimos
• Ah jeje, hace ya mucho
• Sí, pero lo recuerdo como si fuera ayer
• Yo también, esa chica tan sexi bailando sola, sin importarle una mierda la gente…
• jeje y como las dos no nos atrevíamos a dar el paso
• Yo sí lo tenía todo pensado, pero te adelantaste
• jajaja, estabas irresistible
• Tú estabas irresistible, me tenías los dedos cansados de tantas pajas pensando en ti jajaja
• jeje y recordé ese viaje de noche a la playa
• Se me ocurrió al ver el póster de la playa que tenía en aquel cuartucho, y que no parabas de decir que te morías de ganas de ir
• Sí, y me llevaste
• Y me enamoré de ti allí
• No, me enamoré yo
• jajaja
• Y el primer viaje a Mallorca
• Ay, dios, que mala era en la cama al principio ¿eh? tú me hacías explotar y yo me sentía tan torpe…
• Aprendiste rápido
• Tenía una buena profesora jaja

Nos callamos, recordando, y luego dijo:
• ¿Y te acuerdas cuando llegaron mis padres?
• Claro
• Les encantaste, sabían que estaba coladita por ti y cuando nos vieron juntas, se alegraron un montón
• No sé como podías contarle todas esas cosas
• Eran muy especiales

Nos callamos y entonces estalló en una carcajada y dijo:
• Me acabo de acordar de cuando mi padre se fue a no se donde y nos quedamos las tres en la piscina y mi madre se puso en topless
• jajaja
• Y nosotras también y ¿Te acuerdas de qué hablamos?
• Ya te digo jajaja
• De sexo oral jajaja
• No recuerdo como surgió el tema pero menudo corte tenía encima, pero tu madre, como si fuera lo más normal del mundo jeje
• Ella diciéndonos que de sexo oral entre nosotras no nos podía decir nada, pero de pollas sí, y se puso a explicarnos como lo hacía ella
• jajajaja
• Me quería morir jajajaja
• Y entonces le dije como me gustaba a mi comer una polla jajaja
• jajajaja, síiiii e intercambiasteis pareceres y técnicas jajaja
• Y luego tú
• Joder, claro, me sentía tonta jajaja, que yo también sabía comer una polla jajaja
• Y lo flipante era escuchar a tu madre hablando tan natural
• Y yo queriéndome morir porque ella no mencionaba a mi padre pero llevaba 20 años comiendo una sola polla así que no podía parar de pensarlo jajaja
• jajaja
• ¿Te imaginas estar 20 años solo con una persona?
• Me imagino con dos
• ¿Sí?
• Claro, no creo poder renunciar a estas cosas contigo
• Yo tampoco

Nos quedamos calladas un rato hasta que dije:
• ¿Sabes que llamaba a tu madre cada dos por tres cuando me fui?
• Lo sé
• Y le preguntaba por ti, necesitaba saber de ti
• Ella me lo contaba, y me contaba qué estabas haciendo aunque yo le decía que no quería saber nada de ti, estaba muy enfadada contigo por dejarme
• Ya
• Pero me moría de ganas de que me contara jeje
• Ella te conocía muy bien
• Sí, mucho… mis padres eran especiales ¿Eh?
• Eran fantásticos
• Mi madre tan seria siempre, pero era divertidísima en realidad, y muy inteligente… y te adoraba
• Y yo a ella
• Y mi padre… uff, cuanto los echo de menos
• Lo sé
• Y ahora esto de Felipe...que mierda de vida
• Sí

Nos quedamos un buen rato más en la cama, abrazadas y charlando. Luego, nos duchamos y fuimos a por Gus.

MÓNICA
Mientras esperábamos a que Gus apareciera, miré a Ana. Estaba nerviosa, ansiosa, deseando verlo. La entendía, no me sentía celosa, era su novio y era un tío estupendo, su perfecta media naranja. Yo no lo pude ser, nos queríamos muchísimo pero cada una quería una vida diferente, ella ansiaba viajar, vivir sin casa, de hostal en hostal, sin importarle el dinero, solo ver, entrevistar… y yo no podía vivir así. Si ella se hubiera quedado en Madrid conmigo, al final me hubiera odiado, y si yo me hubiera ido con ella, al final me habría cansado. Pero Gus no, Gus la seguía a todos lados, la adoraba, la miraba con admiración, eran tal para cual, y me alegraba por ellos.

Entonces lo vimos aparecer, alto, erguido, con espalda ancha, su melenita rubia, esos ojos tan azules y su media sonrisa que a Ana le hacía mojar las bragas. Ana salió corriendo y se abrazó a él, se besaron, se dijeron cosas, se rieron… luego se acercaron y le dije:
• Rubio!!! ¿Qué paza, quillo?
• Mírala, que graciozilla la pija (exagerando ese acento gaditano que me hacía sonreír)

Me miró con una sonrisa triste y dijo:
• ¿Cómo estás, rubita?
• Fatal, pero ahora un poco mejor con los dos aquí

Y me abrazó fuerte y me dijo al oído:
• Tranquila, ya verás como averiguamos lo que pasó realmente

Y Ana se nos abrazó y me puse a llorar. Tras calmarme, les dije:
• Venga, vámonos

Nos metimos en un taxi, Gus delante y yo detrás con Ana. Di una dirección que no era la de mi casa. Ana se dio cuenta y dijo:
• Esa no es tu casa
• No, es un hotel que os he reservado
• ¿Qué? ni hablar, tienes una habitación de sobra, no te pienso dejar sola
• Sí, hoy os vais a ese hotel y hacéis lo que tenéis que hacer
• No, nos vamos contigo
• Ni hablar, lleváis días sin veros, os vais directos a la cama

Ana miró a Gus que había girado la cabeza para mirarnos. Vi sus ganas, totalmente evidentes, se moría por echarle un polvo. Me reí y dije:
• Nena, si se te van a salir los ojos jaja
• No seas tonta, eso da igual
• No, no da… además, yo tengo muchas cosas que hacer, para organizar todo
• ¿Organizar?
• Sí, mañana nos vamos a Málaga, a Marbella, a preguntar y todo eso que sabéis hacer
• Pero…
• Pero nada, y quiero hacer unas llamadas y… bueno, que tengo mucho que hacer, voy a estar ocupada, tranquila, no voy a estar de bajón, no voy a tener tiempo

Gus sonreía y dije:
• Bueno, un rato
• No, ya quedamos para cenar, vendré a recogeros
• ¿A cenar? No, almorzamos juntos
• No

Entonces el taxi paró y miré por la ventana. Vi el hotel y dije:
• Ah, no, ni hablar, esto es super caro
• Pues es lo que hay, venga, a bajaros
• No, no puedo permitir que…

Y entonces Gus dijo:
• Pero niña, deja de quejarte, ¿No ves que flipada de sitio? Así me quito de encima los piojos del cutre hostal que cogiste en Melilla jajaja

Y el taxista nos miró espantado y todos nos reímos y le dije:
• Es gaditano, no sabe hablar sin bromear jeje

Salimos fuera y Ana dijo:
• No me gusta que te gastes…

La abracé y le dije al oído:
• Calla y disfruta, tonta

ANA
Gus se metió dentro con su maleta. La mía estaba en casa de Moni. La miré y le di las gracias. Me fui detrás de Gus pero entonces paré. Me volví y le dije:
• Moni, vente

Moni me sonrió y dijo:
• Me encantaría pero… no estoy ahora para estar con un chico
• Ah
• Pero… sería una pasada… quizás más adelante, no sé
• A Gus le encantaría, lo hemos hablado
• ¿Sí?
• Claro, y a mí me gustaría más
• mmm no es por vosotros, es que… no puedo aún....
• Lo entiendo
• Anda, disfruta, déjalo seco
• Eso seguro jeje

Y la abracé con fuerza y me metí en el lujoso hall del hotel, donde Gus ya estaba preguntando por la habitación y dando nuestros datos. Luego subimos a la habitación y ya me estaba empezando a mosquear viendo el nivel del hotel. Encima, cuando entramos en la habitación, vi que no era una simple habitación, no, era una suite enorme. Entré, miré alrededor y le dije enfadada a Gus:
• La voy a matar
• ¿Por qué? Esto es una pasada
• ¿Sabes cuánto debe costar una noche aquí?
• No sé, ¿como 6 meses en uno de los hostales que pillas normalmente? jeje
• No estoy para bromas, Gus, es que… mira, vámonos, buscamos nosotros un hotel y…

Entonces Gus me giró para mirarlo y dijo:
• No
• ¿Cómo que no? No voy a aprovecharme de…
• No, Ana, no le hagas ese feo
• ¿Feo? Si lo que quiero es que no gaste el dinero tontamente y...
• Ana, Mónica está mal, ha llamado a su mejor amiga que ni se ha pensado un segundo en venir corriendo a estar con ella, la ha separado de su novio, de su trabajo… y ahora quiere darle las gracias con esto ¿Te vas a ir menospreciando su regalo?

Lo miré. Dudé y dije:
• Es que… es que no quiero que piense…
• ¿El qué?
• Que soy mmm
• ¿El qué, Ana?
• Que soy su amiga para aprovecharme de su dinero

Gus me miró y arqueó las cejas. Entonces dijo:
• ¿Y no te sientes ridícula después de decirlo en voz alta?
• Eres…. eres un cabrón jajaja, sí, sí que me siento ridícula
• Después de tantos años ¿En serio crees que pensaría eso?
• Ya, ya, mierda, como eres… no vale que me conozcas tan bien
• jeje
• Pero pienso decirle algo
• Claro, darle las gracias
• jajaja

Entonces me giró para mirar la habitación y, abrazándome por detrás, dijo:
• Es enorme ¿eh?
• Sí, y seguro que tiene una bañera donde cabemos los dos
• ¿Eso crees?
• Con todo tipo de pijadas jeje
• Ah
• Hace mucho que no lo hacemos en una bañera ¿no?
• Solo en platos de ducha
• jeje, y mira esa cama, es enorme ¿no?
• ¿Crees que se follará bien en ella?
• mmm no sé, seguramente no tiene el morbillo de los ruidos del colchón, del cabecero contra la pared....
• Quizás, pero seguro que tus gemidos y gritos se van a seguir escuchando en todo el hotel

Me giré para mirarlo y le dije:
• Que tonto eres jajaja
• Ya
• Pues, no sé… habrá que comprobar esa cama y la acústica ¿no?

Y le besé, buscando su lengua. Pronto me encendí de mala manera, buscando sus besos con urgencia, tocándolo… Le quité la chaqueta, la camiseta, le lamí sus marcados abdominales, sus pectorales perfectos, le mordisqueé sus pezones… Luego, me agaché y tiré de su ropa para abajo, saltando su enorme polla ya dura. Me la metí en la boca y chupé con ansia. Me la saqué de la boca para recuperar el aliento y le lamí las pelotas.

Entonces me levanté y empecé a quitarme la ropa. Él terminó de desnudarse quitándose los zapatos y el pantalón mientras yo hacía lo propio y me tumbaba en la cama solo con la ropa interior. Gus se echó sobre mí, besándome, lamiéndome, casi arrancándome la ropa interior, para luego penetrarme rápidamente. Tras unas cuantas embestidas, noté que me iba a correr y, esta vez, no quería aguantarlo y le dije:
• Córrete, nene
• ¿Ya?
• Sí

Gus aumentó el ritmo y me llegó el orgasmo casi de inmediato, clavándole mis dedos en su espalda mientras lanzaba un alarido. Noté la corrida de Gus dentro de mí y me estremecí aún con mi orgasmo sin terminar del todo. Ni un minuto de polvo pero había sido bestial. Me quedé abrazada a él con todas mis fuerzas. Cerré los ojos mientras mi cuerpo se convulsionaba aún. Cuando me calmé, le dije:
• Cuanto te he echado de menos
• Ya lo noto, el conejito estaba hambriento ¿eh?
• ¿El conejito? jajaja estás fatal
• jeje
• Anda, deja la zanahoria ahí dentro un poquito más, que sigue con hambre jajaja
• jajaja, vale, ha sido ridículo, lo admito jajaja
• Pues sí, pero no te muevas

Y nos besamos lentamente. Entonces, me miró de una forma extraña y le dije:
• ¿Qué pasa?
• Nada
• ¿Nada? Me miras raro
• Es que… joe, que te veo más guapa que hace dos semanas
• jaja que tontería
• En serio, estás preciosa
• jeje será el rubor del orgasmo
• No, me fijé en cuanto te vi en el aeropuerto
• Estás muy tonto jeje
• Por ti, sí
• Anda, vamos a ver como es esa bañera ¿Vale?
• Claro

Y nos levantamos para comprobar, que en efecto, era una bañera enorme con jacuzzi y más chorradas. La llenamos y le echamos de todo para que hiciera espuma. A los 5 minutos, estábamos de nuevo follando, esta vez con menos urgencia, calmados, disfrutando a tope el uno del otro. Cuando terminamos, nos volvimos a echar en la bañera, a descansar y recuperarnos.

GUS
Estaba en la gloria, tumbado, con Ana echada sobre mí y yo rodeándola desde atrás. Habíamos activado el jacuzzi pero flojo, y me estaba adormeciendo. Le dije:
• Ufff, me estoy quedando dormido
• ¿Te aburro?
• Jamás
• jeje
• Es que la rubia me despertó a las 5, me dio un susto de muerte, pensé que os había pasado algo
• ¿A esas horas te llamó?
• Sí, chiqui, para contarme todo su plan
• Y te pareció bien
• Sí, pero le dije que tú mandabas
• Que tontería, aquí mandamos los dos
• Eres la inteligente, me fio de tu criterio jeje, pero sabía que no ibas a rechazarlo viniendo de Mónica
• Ya
• Se puso a buscar el jodido avión, me he sentido un VIP gilipollas de esos, con un avión para mí solo jeje
• Joder, el viajecito nos costó un riñón
• Me ha dado el dinero
• Joder
• Sabe que andamos siempre a dos velas
• Pero…
• No empecemos, me lo ha dado a mi porque sabe que le pondrías pegas
• Mierda, claro

Se quedó callada, rumiando. Las cosas de dinero la ponían de mala leche, era de esas personas que no le daba importancia a ganar mucho dinero pero que miraba cada euro que gastaba por eso mismo, porque normalmente no nadaba en la abundancia. Entonces dijo:
• Nene, te tengo que contar algo

Y por el tono, supe que era algo serio. Se giró y me miró muy seria. Me dijo:
• mmm anoche… anoche nos acostamos
• Ah
• Y esta mañana
• Por eso estaba tan contenta jeje
• Nene, esto es serio
• Pero si ya lo habíamos hablado

Me miró unos segundos muy seria hasta que dije:
• ¿Qué haces?
• Comprobar si estás enfadado
• Ah ¿Y lo estoy?
• mmmm
• Ya lo sabía, me lo contó cuando me llamó esta mañana
• Ah
• Y me pidió permiso para volver a hacerlo
• Ah
• Y le dije que yo no mando sobre ti
• Somos pareja, Gus
• Claro
• Y tienes derecho a que te parezca mal

Y me estuvo mirando otro rato hasta que dije:
• Para, Ana jeje, me estás poniendo nervioso, mirándome así, sin pestañear
• Es que… quiero estar segura
• Pero si lo hablamos y te dije que me parecía bien
• Ya pero…
• A ver, si me sigues mirando así, con esos ojazos que tienes, me van a entrar ganas otra vez

Entonces se rio y dijo:
• Pues aquí estoy
• jajaja

Pero me dio un beso de cariño, no guarro, y se volvió a echar sobre mí, diciendo:
• Gracias, Gus
• Bueno ¿Y estuvo bien?
• jajaja mmmm

De pronto se puso seria. Le pregunté:
• ¿Qué pasa ahora?
• Antes, cuando entraste en el hotel...
• ¿Sí?
• Le dije que se viniera con nosotros
• Ah
• Pero no quiso
• No soy su tipo
• No, no es eso… es que está aún… está mal, es demasiado pronto para acostarse con un tío
• Claro
• Se lo dije porque… no sé… me dio pena dejarla sola y… tú… bueno, a mí me parece bien que te la folles conmigo, ya sabes
• Sí, me lo has dicho varias veces
• Sí, pero ahora no es el momento
• No pasa nada, lo primero es lo primero, a ver si conseguimos aclarar algo de esas muertes
• Ufff, que difícil lo veo
• ¿Qué opinas? ¿Tendrá razón Moni?
• Creo... mmmm creo que puede ser, está super convencida y no hay declaraciones oficiales
• No
• Solo lo que dice la prensa
• Eso creo
• Es raro que aún no haya declaraciones oficiales ¿no crees?
• Hay que dejar trabajar a la policía
• No sé como vamos a hacer esto
• Pues preguntando a todo el mundo, como siempre
• Ya pero… no sé como empezar
• Mañana vamos a Marbella y nos hacemos una idea de todo, y ya decidimos ¿no?
• mmmm
• Siempre te gusta hacerlo así, primero un vistazo, luego pensar, y luego preguntar
• Pero esto es diferente
• Ya
• Quizás sería mejor empezar ya a preguntar por aquí, a los compañeros de trabajo, amigos… no sé
• Puede ser, ya que estamos aquí…
• Sí, por hacernos una idea de como lo veían, no sé
• Me parece bien

Nos quedamos callados y luego, Ana dijo:
• Pobre Moni, lo ha pasado fatal
• Ya
• Y peor que lo va a pasar porque la gente de su trabajo ya se habrá enterado de su lío y, ya sabes…
• Puffff
• Veremos que nos encontramos al preguntar
• Habrá de todo

Nos quedamos callados. Al poco, Ana dijo:
• ¿Qué estará haciendo?
• Decía que tenía que organizar cosas
• Pufff, y yo aquí con mi chico pasándomelo genial, me siento culpable
• Anda ya, vamos a hacerle caso, a ver que organiza y ya veremos
• Ya

Seguimos charlando más sobre la investigación, que hacer, que no hacer… muchas dudas. Entonces, escuchamos llamar a la puerta. Ana me miró sorprendida. Salí, poniéndome una bata. Era el servicio de habitaciones, metieron dos mesas rodantes con un montón de bandejas. Ana salió del baño con una bata preguntando:
• Pero ¿Esto qué es?
• Su almuerzo, señora

Me reí al ver la cara de Ana al ser llamada “señora“. Dijo:
• Se han equivocado, no hemos pedido nada
• No, es esta habitación
• ¿Seguro?
• Segurísimo, fue encargado al hacer la reserva

Ana me miró poniendo los ojos en blanco. Me reí y los camareros se fueron. Ana miró el móvil y dijo:
• Mierda, si son más de las 2
• Claro
• Se me ha pasado la mañana volando
• Y follando jajaja
• jajaja

Entonces, Ana abrió una bandeja y vio la comida. Dijo:
• De verdad que la voy a matar
• jeje
• Pero la verdad es que estoy muerta de hambre jeje
• Venga, a zampar

Y nos sentamos y empezamos a ver que habían traído. Había un montón de cosas, muchísimas. Y cuando Ana destapó una bandeja, se partió de risa y dijo:
• La mato jajaja

Era una hamburguesa de McDonalds, con su cajita y sus patatas en su bolsita. Rápidamente cogió su móvil y la llamó:
• ¿En serio una hamburguesa de McDonalds entre tanto plato pijo?
• jajaja, es que he pensado que sin tu comida basura, no vas a ser capaz de comer nada jajaja
• Que zorra jajaja pues que sepas que me la pienso comer, y todo el resto porque tiene todo una pinta flipante, y si me pongo gorda, caerá sobre tu conciencia
• jajaja, pero si llevas años comiendo esa porquería y sigues teniendo un tipito envidiable jajaja
• Moni, nena, muchas gracias por esto, todo es… esto es genial pero no deberías…

Me miró y reculó:
• Que muchas gracias, de corazón
• jajaja esto es cosa de Gus porque lo de recibir un regalo sin protestar es nuevo jeje
• Me conoces bien
• jajaja, bueno, a disfrutarlo, que eso me alegra un montón
• Moni ¿Cómo estás? ¿Quieres que vayamos?
• Noooo, hasta la noche noooo
• ¿Seguro?
• Síii
• Oye, hemos pensado una cosa, empezar mañana a hablar con tus compañeros
• ¿Sí?
• Sí ¿Te parece bien?
• Vosotros sois los expertos, había reservado billete en el AVE a Málaga pero lo cambio, no hay problema
• Creo que sí, mejor empezamos con tus compañeros
• Bien, os voy a recopilar contactos… y dejad de pensar en trabajo, hoy solo follar, comer y descansar jeje
• En ello estamos jeje
• Besitos

Nos pusimos a comer y devoramos casi todo, ya que todo estaba buenísimo. Tras terminar, nos echamos en la cama y nos dormimos. Me desperté un par de horas más tarde y vi a Ana sentada en un sofá, y en la mesa mi portátil abierto. Ana tomaba notas en un bloc, llevaba puesta mi camisa pero totalmente abierta, mostrando sus pechos. Se había recogido el pelo en un moño y estaba concentrada. Ya estaba trabajando, buscando información y anotándolo todo, como siempre hacía. Me acerqué y la ayudé. Nos quedamos el resto de la tarde hablando, preguntando, buscando… Ana era muy detallista con estas cosas y no podía empezar algo sin informarse bien, en este caso, de como se llevaba un caso de suicidio, la investigación…

Mónica nos envió un mensaje diciendo que mejor quedábamos en su casa, que había pedido comida. Fuimos y allí estuvimos medio cenando, medio trabajando. Mónica había estado llamando a sus compañeros, algunos ni le habían contestado, otros le habían contestado mal… estaba jodida. Pero otros sí querían participar. Nos dijo:
• Mañana, como es sábado, pues he quedado con Patricia a las 11 aquí y con Adolfo más tarde, le he dicho que se quede a almorzar ¿vale?
• Claro
• Son mis mejores amigos en la empresa… sin contar a Felipe, claro
• Ya
• No me han puesto ninguna pega, al revés, quieren ayudar todo lo posible, pero el resto, ufff, que decepción… una me ha llamado zorra y todo… es que hasta Fran me ha puesto excusas… no lo entiendo
• No le des más vueltas, la gente es así
• Y Patri dice que hablará con los socios, para que podamos quedar con ellos
• Perfecto
• Sí, es un cielo, y Adolfo… ufff, está muy mal, nos hemos puesto a llorar juntos por teléfono… él y Felipe eran…

Vi como le caían lágrimas y, rápidamente, Ana la abrazó. Mónica consiguió reponerse y seguimos. Nos contó sobre la familia de Felipe, por si queríamos hablar, sobre la de su mujer… la historia de la empresa y los tres socios… y entonces se levantó y volvió, dejando una tarjeta de crédito en la mesa y dijo:
• Esto para los gastos

La cara de Ana cambió completamente. Noté como iba a saltar pero se calmó y me miró. Entonces dijo:
• Moni, no…
• Ya empezamos, escuchad

Ana se revolvió en el asiento pero no dijo nada. Mónica dijo:
• Cuando lleguéis a Málaga, alquilad un coche, usad esa tarjeta, si tenéis que coger el tren para venir, usad la tarjeta, para comer, la gasolina… para lo que sea
• No
• Sí, si no lo aceptas, esto se acaba, contrato a una empresa, que me pasará todos los gastos y sus tarifas
• Pero…
• Pero nada, Ana, cógela de una vez

Ana me miró, enfadada. Dije:
• G: Ana, tiene razón, nosotros no vamos a gastar más de lo necesario, Moni lo sabe, confía en ti y tu buena cabeza… una empresa le va a costar mucho más cara
• M: Claro, es como dice Gus, jamás he dado a nadie una tarjeta, os la estoy dando a vosotros, por algo será no
• A: Ya pero…
• M: Ufff, con los peros
• A: Pero, desde ahora, los billetes y hoteles los compro yo
• M: Con esa tarjeta
• A: Sí, con esa puta tarjeta, pero yo los pillo, y devuelve esos putos billetes en primera y esos hoteles pijos, yo me encargo de todo eso
• M: Pero nada de hostales
• A: Será lo que yo vea mejor
• M: Gus, ayúdame
• G: Manda ella jeje
• M: Vaya dos
• A: Pues aclarado

Y cogió la tarjeta como si quemara. Nos reímos. Nos dio el pin y dejamos ese tema que tanto incomodaba a Ana. Seguimos hablando y hablando. Ana le contó lo que había averiguado y, al rato, Mónica dijo:
• M: Pero ¿Qué habéis hecho en todo el día? Que la habitación era para follar, no para trabajar jaja
• A: Y hemos follado, y muy bien, pero una vez resuelto el picor de ahí abajo, tenía el picor de esto, y me tenía que rascar
• M: jajaja, que bruta

Seguimos hablando hasta que vimos que eran más de las 12. Mónica dijo de cortar. Entonces Ana dijo:
• A: Moni, me quedo esta noche contigo
• M: Ni hablar
• G: Sí, lo hemos hablado, no hay problema
• M: Que no
• A: Moni...
• M: Nena, estoy mal, pero no es como con mis padres, lloro mucho, me hundo… pero es diferente, de verdad

Ana la miró, preocupada. Dijo:
• A: ¿Has llorado mucho hoy?
• M: Claro, es inevitable, me acuerdo de cosas y…
• A: Pues me quedo
• M: Que no, de verdad, mira, estoy muy cansada, no he parado todo el día, no me va a hacer falta ni tomarme pastilla, voy a caer redonda

Ana me miró y dije:
• G: ¿Y si nos quedamos aquí contigo?
• M. Que pesaitos estáis con los tríos jeje
• G: Noooo, jeje, digo en la otra habitación
• M: Ya, ya, estaba de broma… pero no, llévate a Ana por ahí, a bailar un rato, lleva dos semanas aquí metida, con mi mal ánimo… divertíos, que las próximas semanas serán duras
• A: Nooo, no pienso irme a…
• M: Anda, Gus, llévatela y haz que se divierta, por mí

Miré a Ana que negaba con la cabeza. Miré a Moni y le dije:
• Sabes lo mucho que me importa Ana ¿Verdad?
• Claro
• Sabes que es lo más importante para mí

Las dos me miraban extrañadas. Seguí:
• Si Ana está mal, yo estoy mal
• Ya
• Y si tú estás mal, Ana está mal
• mmm, lo sé
• Bien pues nos vamos pero con una condición
• ¿Cuál?
• Si no consigues dormir, si necesitas hablar, si te despiertas mal, si tienes una pesadilla… cualquier cosa, nos llamas
• No va a hacer falta
• Porque si no es así, Ana seguirá preocupada y no estará bien ¿Tengo tu promesa de que en cuanto la necesites, la llamarás?

Moni miró a Ana y sonrió. Luego me miró y dijo:
• Sí
• Cualquier cosa que necesites, aunque sea hablar por hablar a las 3 de la noche, nos llamas
• Que sí
• Moni, lo digo en serio, si Ana duda que no nos vas a llamar, va a estar mal
• Lo sé
• Pues díselo

Moni la miró, se acercó a ella, la abrazó y le habló al oído. Ana se rio, se dieron un beso en la boca y se separaron. Miré a Ana que dijo:
• Confío en ti, Moni, si te encuentras mal y no me llamas, me enfadaré mucho y jamás me volveré a fiar y nos tendrás aquí a todas horas
• jaja, lo sé, y sí, os llamaré si lo necesito

Se miraron unos segundos y entonces Ana dijo:
• Venga, vámonos, y tú a la cama
• jajaja, sí

Me cogió de la mano y nos fuimos. Nos metimos en el ascensor y la miré, estaba muy seria. Le dije:
• ¿Estás enfadada conmigo?
• ¿Qué? ¿Contigo? ¿Por?
• Por no haber insistido en quedarnos
• Ah, no, has estado muy bien
• ¿Entonces?
• Ufff, me preocupa, ya lo sabes
• Quédate, sabes que lo entiendo
• No, quiero estar con mi chico. Anda, vamos a tomar algo por ahí, necesito desconectar, estoy agobiada con el estado de ánimo de Moni y con la investigación, no sé como nos la vamos a apañar con eso y ufff… ven

Y me dio un beso largo hasta que paró el ascensor. Fuimos en taxi a una zona de bares y, en cuanto entramos en uno, Ana se puso a bailar. Me fui a la barra a pedir algo y la observé. Rápidamente se le acercó un chico de unos 20 años, intentando bailar con ella. Y era normal, Ana llamaba la atención sin ir vestida provocativamente. Llevaba unos vaqueros y una camiseta, pero era guapa y sensual, con un cuerpo estupendo. Los vaqueros le marcaban perfectamente su precioso culo, y la camiseta era ajustada, mostrando el tamaño de sus tetas.

Ana pasó olímpicamente del chico y siguió bailando a su bola, moviendo su morena y frondosa melena. No tardó en acercarse otro, esta vez no era un chaval, el nuevo tendría su edad. Se puso a su lado bailando al ritmo de Ana, que no le hacía caso. Intentó hablar con ella pero Ana pasaba, ni le miraba. Sabía que ahora estaba en su mundo, con los ojos casi cerrados, solo siguiendo el ritmo. El tío era un pesado y seguía intentándolo pero cuando le puso las manos en las caderas para intentar bailar con ella, Ana lo apartó de un empujón flojo. Me preparé para intervenir pero el tío se fue mosqueado, no lo intentó más.

Ana siguió, ahora más tranquila, sin que nadie intentara algo. Siempre era igual cuando se ponía a bailar. 10-15 minutos después, sudada y acalorada, me buscó con la mirada y, al verme, vino. Me cogió el vaso, se bebió todo y me arrastró a bailar con ella. Bailamos y nos enrollamos durante un rato hasta que ella dijo de irnos. Salimos fuera y nos enrollamos largamente, besándonos y tocándonos. Entonces dijo:
• Habrá que ir a probar esa cama ¿no?
• No estaría mal

Y riéndonos, buscamos un taxi y volvimos al hotel. En el camino, ella miró el móvil pero Moni no había dado señales. Al entrar en la habitación, ella dijo de ir al baño a hacer un pis. La esperé hasta escuchar la ducha. Me asomé y la vi desnuda dentro de la bañera. Me dijo:
• Ufff, he sudado mogollón bailando, anda vente

Me desnudé rápidamente y me metí en la bañera donde nos dimos una ducha rápida mientras nos tocábamos y besábamos. Luego, salimos y, tras secarnos, nos echamos en la cama besándonos. Ana dijo:
• Haz que dure y que sea guarro ¿vale? Necesito que me dejes muerta como tú sabes

Y comenzó una mamada ansiosa. Luego, comenzamos a follar fuerte, con Ana desatada, gimiendo y gritando en alto, a las 2 de la mañana. La cama era buena y no retumbaba pero le dimos un fuerte trote al colchón. Y estando ella encima, cabalgándome rápidamente, de pronto se paró y se levantó. Miró alrededor y dijo:
• Mierda, que no tengo aquí mis cosas, están en casa de Moni

Me miró con fastidio y entonces se metió en el baño. Volvió al poco con un bote de crema diciendo:
• Esto valdrá

Mientras se echaba en la mano y me lo esparcía en la polla y luego se lo ponía por detrás. Se volvió a sentar sobre mí pero esta vez se metió mi polla con cuidado por el culo, despacio y con alguna dificultad. Cuando la tuvo dentro, se recolocó, echando las manos atrás y las piernas hacia mí, mostrándome claramente como me follaba con el culo, al principio despacio pero no tardó en moverse rápido mientras gritaba:
• ASÍ, ASÍ, RÓMPEME EL CULO CON ESE POLLÓN

Veía su cara de vicio, su coño rojo, húmedo y abierto, y sus tetas que rebotaban rápidamente con sus embestidas. Le puse una mano en el coño y le metí un par de dedos y con la otra mano le acaricié el clítoris. El orgasmo de Ana fue brutal, con ella gritando, y tumbándose en la cama convulsionando entre gritos. Me incorporé y me corrí sobre sus tetas y su cara. Me tumbé a su lado y nos besamos largamente mientras nos calmábamos.

Estábamos al contrario en la cama, es decir, con la cabeza en la zona de los pies, pero estábamos tan hechos polvo que nos dio igual y nos dormimos así.
 
6

ANA

Me desperté de inmediato al escuchar el móvil. Miré desorientada alrededor mientras Gus también levantaba la cabeza. Al fin, localicé el móvil y me tiré sobre él. Era una video de Moni. Descolgué y dije:
• Dime, dime ¿Te pasa algo?

Vi a Moni sollozando y observé a Gus que me miraba alarmado pero medio dormido. Entonces, Moni dijo:
• No, perdona que te llame pero dijiste...
• Claro, claro, espera, ahora voy
• No, no, es solo para hablar

Gus me miraba y le dije:
• Me meto en el baño, duerme
• Avísame si hay que salir, no te vayas sola
• Vale, vale

Me levanté y me metí en el baño, cerrando. Le dije a Moni:
• Me he metido en el baño, que Gus duerma
• Vale
• ¿Qué te pasa?
• Nada, una tontería, no debería haberte despertado
• Déjate de historias, cuenta
• mmm
• Moni, cuenta o salgo ya
• Me.. me dormí cuando os fuisteis, me eché en el sofá un momento y me quedé dormida
• Normal, muchas emociones…
• Sí… hace un rato me desperté y me fui a la cama, pero no conseguía dormirme y no quiero más pastillas, quiero estar bien despejada para las entrevistas con Patri y Adolfo
• Ajá
• Y me puse a pensar sobre Felipe...
• Ya
• En nuestra última vez, fue por la mañana y fue… estuvo muy bien
• Claro
• Y… estaba feliz, Ana, estaba feliz, de verdad, fue un polvo estupendo y estaba sonriente y bromeaba mientras desayunábamos
• Ya
• Te juro que no era una persona que pensara en… (y se puso a llorar)
• Ya, ya… tranquila
• Perdona, estoy harta de llorar
• Pero es lo que necesitas ahora
• Necesito aclarar esto, no me entra en la cabeza, de verdad
• Eso intentaremos, aclararlo
• Pero no te llamo por esto, estas cosas me pasan constantemente, me acuerdo de algo y me pongo a llorar…
• ¿Entonces?
• Es que me he acordado de algo que me dijo mientras íbamos al aeropuerto, no sé como he podido olvidarlo, tantas pastillas y…
• Ya
• Ya no quiero más putas pastillas, necesito estar despejada ¿vale?
• Vale… pero ¿Qué te dijo?
• Que… ufff… que se sentía rejuvenecido conmigo, feliz, que habían sido unos días fantásticos, me dio las gracias, y me contó un poco lo que le pasaba
• Ah ¿Y qué era?
• Pues del trabajo, que tenían un problema de algo que pasó al crear la empresa, que ahora había vuelto y los tenía muy preocupados, pero que ya sabía como iba a resolverlo, que al lunes siguiente hablaría con sus socios y lo solucionarían y entonces… entonces se centraría en mí

Y lloró desconsoladamente. La dejé llorar mientras le decía palabras para calmarla. Cuando se calmó dijo:
• ¿Ves? Algo así no lo dice una persona con intenciones suicidas ¿Verdad?
• No, no parece
• Estoy segura que algo pasó y no fue cosa de Felipe, estaba contento y adoraba a sus hijos, jamás les hubiera hecho daño, imposible
• Lo aclararemos, Moni, seguro
• Lo sé, lo sé… y se me ha ocurrido otra cosa
• ¿El qué?
• Que a Felipe lo hayan matado fingiendo un suicidio
• ¿Quién?
• Su mujer
• ¿Su mujer? ¿Cómo va a ser eso?
• Esa tía estaba fatal, enganchó a Felipe, y mmmm creo que sabía lo nuestro, me miraba raro
• ¿Y qué?
• Pues… ¿Y si lo mató fingiendo un suicidio, luego mató a los niños y luego se mató, y lo hizo de forma que las culpas recayeran en él?
• Pero ¿Por qué?
• Por celos, por despecho… no sé… es que eso tendría mucho más sentido que pensar que Felipe lo hizo… de verdad
• Pues no sé, sería otra línea de investigación
• Sí, sí… eso hay que revisarlo bien

Y nos quedamos calladas, mirándonos por la pantalla. Entonces dijo:
• Esto te lo podía haber contado mañana, no debería haberte despertado
• No, has hecho bien
• Es que… mmm Gus… mmmm
• ¿Qué?
• Ha estado bien ¿Eh? Te quiere con locura
• Sí, mucho
• Piensa mucho en ti
• Sí, haría… ha hecho cosas por mí que… me quiere de verdad
• Se nota, me alegra mucho, es un buen tío
• Sí
• ¿Habéis salido?
• Sí, necesitaba… necesitaba desconectar, todo esto también es muy duro para mí, Moni, sufro mucho viéndote así
• Lo sé… mmm has estado bailando a tu bola espantando a los moscones ¿no?
• Jajaja como me conoces
• Sí, y luego con Gus…
• Sí, hemos bailado
• Espero que te lo hayas follado bien, se merecía un polvazo
• jajaja, sí, y lo ha tenido
• Me alegro

Miré la hora, las 4 de la noche. Le dije:
• ¿Vas a intentar dormir?
• Ufff, no creo que lo consiga
• Voy
• No
• Sí, voy, estoy ahí en 20 minutos
• No, no vengas, no te pienso abrir
• Moni...
• Duerme, veniros mañana a desayunar, pero duerme ahora
• Moni, sabes que no es un problema ir
• Lo sé, y sé que a Gus no le parecerá mal que vengas, pero no… me tomaré una tila o algo, e intentaré dormir un poquito, prometido, pero tú duerme
• Ya me he despejado
• Pues despierta a ese pibón que tienes en la cama y le echas otro polvo, eso relaja, seguro que duermes jeje
• jajaja, eso seguro, pero lo he dejado seco antes jajaja
• jajaja, anda, buenas noches
• Moni, puedo ir...
• Buenas noches, Ana
• Pufff, pues llámame si...
• Que sí, buenas noches
• Estoy contenta de que me hayas llamado, me ha gustado
• Ya, claro, mola que te despierte una loca a estas horas jeje
• No, tonta, me gusta que hayas cumplido tu promesa y, bueno, me ha gustado que hayas recordado eso, cada vez te entiendo mejor con lo de que haya sido imposible que él hiciera eso
• ¿Verdad? Lo cierto es que me ha puesto triste recordarlo, pero a la vez me ha gustado porque me da la razón, no puede ser
• Sí, por eso estoy contenta
• Gracias Anita, eres mi apoyo, siempre me siento mejor cuando hablo contigo… buenas noches
• Buenas noches, preciosa

Se cortó la video. Me quedé pensando si ir o no. Al final, salí del cuarto de baño y, con la luz del móvil, fui a la cama. Gus dormía profundamente. Estaba boca arriba y miré su cuerpo desnudo, con todos los músculos marcados y la polla flácida pero grande. Me recorrió por el cuerpo un estremecimiento y me planteé si despertarlo o no para echar un polvo. Al final, me eché a su lado, no quise despertarlo, el pobre se había portado muy bien durante el polvo, estaría cansado y eran las 4 de la noche. Mejor lo dejaría dormir.

Lo acaricié y notaba un cosquilleo que no me iba a dejar dormir. Cerré los ojos, sintiéndolo a mi lado y me comencé a acariciar, sintiendo su calor, oliéndole, recordando su sabor, sus caricias, su forma de follarme… y no tardé en correrme, ahogando mis gemidos en su pecho. Le di un beso y me quedé dormida rápidamente.

Por la mañana nos despertamos con la alarma de mi móvil. A Gus no le gusta madrugar así que se hizo el remolón mientras yo me iba a la ducha. Apareció con cara de dormido cuando ya me estaba secando y se metió en la ducha.

Me vestí y recogí sus cosas. Apareció al poco, desnudo, húmedo, para follárselo veinte veces seguidas, pero íbamos tarde. Se vistió y me dijo:
• Joder, me he olvidado completamente de la llamada… Veo que no te fuiste
• No, estuve a punto pero…

Le expliqué todo. Gus seguía vistiéndose mientras me escuchaba. Le dije:
• Y me acosté nerviosa
• Ya
• Estuve a punto de despertarte
• ¿Para ir?
• No, para echar un polvo
• ¿Otro? ¿No te dejé satisfecha?
• Síiii, idiota, jajaja, pero es que te vi ahí desnudo, tan mono y sexi…
• Pues haberme despertado, joe
• jajaja, me hice una paja tocándote
• ¿Sí? jajaja, estás loca
• Me habías vuelto a poner cachonda, como ahora, he estado a punto de tirarte en la cama
• ¿Ahora? Pues vamos
• Noooo, que vamos tarde
• Joe, me tienes sin sexo
• jajaja, sí, claro, sin sexo
• Dos veces ya, las apunto
• jajaja, idiota

Cogimos la maleta de Gus y salimos, dejando el hotel pijo. Fuimos en taxi a la casa de Moni. Nos abrió sonriente. Me dio un abrazo y beso en la boca, y lo mismo a Gus, que se quedó extrañado, mirándome. Nos sentamos en la cocina. Se notaba a Moni nerviosa y de buen humor. Dijo:
• M: Estoy nerviosa por esto ¿Se nota?
• G: No, no mucho
• A: Sí
• G: A ver, que la intentaba tranquilizar
• M: jajaja, no, si sé que estoy de los nervios
• A: ¿Conseguiste dormir?
• M: No, pero fui a la piscina, hice unos largos y después me metí en la bañera a relajarme, funcionó, me quedé dormida jeje
• A: ¿En la bañera?
• M: Sí
• A: Pufff, capaz eres de ahogarte
• M: Sí, claro, como si fuera la primera vez que me echo un sueñecito ahí jajaja
• G: ¿Qué piscina?
• M: La del edificio
• G: Ah, no sabía que teníais recinto
• M: No, es cubierta
• G: La leche, piscina cubierta, que pijada
• A: Y climatizada, la tienen abierta todo el año
• M: Sí, jeje, pero ahora prácticamente solo la uso yo a esas horas… por la mañana se bajan algunos abuelos, pero de noche nadie… el año pasado pillé algunas veces a una chica con el noviete, desnudos, pero se fue a estudiar al extranjero así que ahora es para mí sola jaja
• G: Que suerte, mola
• M: Sí, me relaja mucho ¿Y tú, Ana?
• A: ¿Yo qué?
• M: ¿Dormiste o…?
• A: Ah, jajaja
• G: No me quiso despertar
• M: ¿No? ooooohhhh
• G: Pero se hizo una paja sobándome, me siento ultrajado jeje
• A: idiota jajaja
• M: jajaja ¿En serio?
• A: Me dio lástima despertarlo, pero estaba sexi y me puso… y bueno, ya está bien, aquí contando mis intimidades…
• M: jajaja
• A: Bueno, vamos a desayunar y a trabajar, que tenemos que preparar las entrevistas, Moni, ve contándonos que hacen Patricia y Adolfo en la empresa, su relación y como se llevaban con Felipe… esas cosas, ponnos en antecedentes

Y mientras Gus y yo preparábamos tostadas y café, Moni nos contó que Patricia tendría unos 40-45 años, viuda por un accidente de coche de su marido y con un hijo adolescente. Según decía ella misma, no tenía ni quería un hombre en su vida pero se cuidaba mucho, iba al gimnasio diariamente, se arreglaba y maquillaba… Moni pensaba que era verdad que no tenía novio, pero sí rolletes. Sobre el trabajo, era la responsable administrativa y secretaria general de los tres socios. Se encargaba de toda la burocracia y gestión de RRHH, proveedores… era la mano derecha de los socios. Y su relación con Felipe y el resto de socios era excelente. A Moni le caía muy bien, habían conectado desde el principio, pero ella dudaba que fuera a contarnos algo sobre la situación de la empresa, ya que era muy reservada con esos temas.

Sobre Adolfo, nos contó que tendría unos 35 años, muy trabajador, sin novia conocida y siempre decía que Felipe era su mentor, lo veneraba. Era el segundo al mando en la dirección de Felipe y tenía la total confianza de Felipe. Moni se llevaba muy bien con él a pesar de que empezaron con alguna trastada por parte de él pero poca cosa. Ella trabajaba muy bien con él y él la escuchaba y tenía en cuenta sus comentarios. Le caí muy bien.

Después nos habló del resto de los compañeros de Felipe, que tanto la habían defraudado ahora. Se llevaba bien con todos, alguno incluso había intentado algo con ella en alguna fiesta. Pero ahora, ninguno quería ayudar o hablar con ella. Preparamos una lista de preguntas para ambos. A nivel jerárquico, Patricia no era la jefa de Adolfo o Moni, pero era una jefa, eso no lo podíamos olvidar, había que tratarla con cuidado al preguntarle por los problemas en el trabajo.

Me cambié de ropa interior y de ropa, llevaba desde el día anterior con la misma y ya me daba asquito. Estaba terminando de vestirme cuando escuché que llamaban. Salí corriendo para ver entrar a Patricia. La observé mientras abrazaba a Moni y se hablaban dándose ánimo. Luego, dio dos besos a Gus. Vi claramente como le daba un repaso, pero eso era normal, Gus llamaba la atención. Luego, me dio dos besos. Iba vestida con vaqueros y una blusa. Pensé que estaba más cerca de los 40 que los 45 pero es que la mujer se cuidaba bien, era evidente. Tenía un cuerpo de treinta y poco, no de 40. Los vaqueros le marcaban un buen culo, las piernas eran delgadas. Era igual de alta que Moni, es decir, algo más alta que yo. Y de tetas, pues como yo más o menos. La mujer estaba bien, seguro que ligaba sin problemas cuando salía a buscar esos rolletes que decía Moni. Se sentó y rápidamente me di cuenta que estaba acostumbrada a mandar y organizar. Dijo:
• P: Bueno, pues vosotros diréis, la verdad es que estoy nerviosa e intrigada, no entiendo muy bien esto
• M: Mira, Patri… tú conocías bien a Felipe
• P: Claro
• M: Y sabes que es imposible que hiciera lo que hizo
• P: Ya pero la policía lo ha dicho
• A: ¿Lo ha dicho?
• P: Eso dijeron cuando nos llamaron
• A: ¿Es oficial?
• P: mmmm pues no lo sé
• A: ¿Tú qué opinas?
• P: ¿Yo? Pues que si lo dice la policía… no sé, dicen que los suicidas lo ven todo negro y no pueden salir de ese estado… no sé, quizás le pasó algo, lo vio negro y…
• M: Imposible
• P: Ya, ya, hija, pero…
• A: Entonces ¿Lo crees posible?
• P: Ufff, a ver… mira, Mónica, yo… una cree conocer a la gente y, de repente, se lleva sorpresas…
• A: ¿Por qué lo dices?
• P: Por la sorpresa que me llevé al enterarme la semana pasada de lo vuestro, Mónica… que no os estoy juzgando pero Felipe daba la imagen de marido fiel y padre, y resulta que andaba… ya me entiendes
• M: ¿Te parece mal?
• P: Ah, no, no entro a juzgar eso, lo que quiero decir es que pensaba que lo conocía pero mira, no, tenía sus mmmm otras cosas que no conocía
• M: Bueno, es normal que no lo fuera pregonando, estaba casado
• P: Pero que no os juzgo, lo que quiero decir es que una no conoce a la gente tanto como pensaba ¿Entendéis? Mirad, hace dos semanas ni se me hubiera pasado por la cabeza que Felipe hiciera una cosa así pero tampoco que estuviera… mmm engañando a su mujer, y eso me hace pensar que no lo conocía tan bien como suponía, que a saber que ocurrió esa noche

Nos quedamos todos callados, mirándola. Patricia nos devolvió la mirada, sin achantarse. Vi que Mónica lo estaba pasando mal y decidí cambiar de tema. Me aclaré la garganta y pregunté:
• A: Pongamos que sea cierto lo del suicidio ¿Pudo ser por algo del trabajo?
• P: ¿Del trabajo? La empresa va muy bien
• A: ¿No hay algún tipo de problema?
• P: ¿Económico? ¿De deudas? Ni hablar
• A: O, no sé, problemas de otro tipo, no sé, con empleados o algo
• P: Ah, no, nada de eso, y esos temas los llevo yo, no los socios
• A: Ya pero…
• P: Pero nada, la empresa no tiene problemas
• M: Pero Felipe me contó que sí había un problema que lo tenía agobiado, de hecho, por eso planificamos esas vacaciones en Canarias, para que se relajara

Me sorprendió la cara que puso Patricia, de enfado, pero rápidamente la relajó y dijo:
• P: Mirad, eso es un tema del que no puedo hablar, ese tema… es de los socios
• A: Pero tú lo conoces
• P: Conozco algo, pero la confidencialidad con mi empresa no pienso romperla, ni por ti, Mónica, disculpadme pero de eso me niego a hablar, preguntad a los socios pero dudo que os quieran contar algo de ese tema
• A: ¿Por qué? ¿Tan grave es?
• P: Ya he dicho todo lo que tenía que decir al respecto, no insistas, niña

Me quedé sorprendida por la reacción y ese tono de Patricia hacia mí. Miré a Mónica por si quería que parara pero ella miraba al suelo. Dije:
• A: Patricia, no quiero que me cuentes el problema en sí, quiero que me digas si opinas si era lo suficientemente grave como para llevarle al suicidio y asesinato de su familia

Patricia me miró durante unos segundos, una mirada dura, firme. Estaba enfadada conmigo, era evidente. Dijo:
• P: Mira mmm Ana, no lo voy a repetir, no voy a hablar con vosotros de los temas internos de la empresa ¿Queda claro?
• A: Sí, pero…
• G: Perdona Patricia, es que todo esto nos afecta mucho
• P: Y tanto, pero no quiere decir que yo vaya contando a mmm cualquiera, los temas internos de mi empresa

Miré a Gus enfadada pero él siguió:
• G: Claro, claro, y eso te honra, eres fiel a tu empresa, eso no se ve mucho
• P: Eso parece, pero yo sí
• G: De verdad que te admiro, pero nosotros no sabemos mucho de empresas, ya sabes, somos periodistas y freelance, jeje, discúlpanos por preguntar cosas que no se deben preguntar

Y vi como Gus, con su sonrisa y simpatía, relajaba el ambiente. Se sentó al lado de Patricia y dijo:
• G: ¿Llevas mucho trabajando en la empresa?
• P: Desde que se creó
• G: Ah ¿Y eso cuándo fue?
• P: Hace 15 años
• G: ah, tu primer trabajo ¿No?
• P: No, que va
• G: ¿No? ¿Con veinte ya habías trabajado mucho?
• P: ¿Veinte? ¿De dónde sacas eso?
• G: Ah, pues no sé… 15 años atrás y tú tendrás unos 35 años, pues eso, 20 ¿no?
• P: jajaja ¿Yo 35? jajaja
• G: ¿No? ¿Menos? Ay, perdona
• P: jajajaja

Intenté no sonreír viendo como Gus se camelaba a Patricia. Estuvieron un rato riendo y Gus haciéndose el tonto con la edad de Patricia, que no quiso decir cual era pero se partía de risa. Al final, la tenía comiendo de su mano. A Gus se le daban bien las mujeres, yo fui una de ellas, lo reconocía. Entonces dijo:
• G: No sé, Patri, una mujer como tú tan inteligente, tendrás una idea de lo que tenía a Felipe tan mal como para llegar a eso ¿no?

Patricia sonrió a Gus. Vi que sabía que la estaba adulando pero le gustaba, le caía bien Gus. Dudó un poco y al final dijo:
• P: Mirad, no puedo contaros detalles aunque quisiera, no conozco el detalle del asunto, solo sé que algo pasa pero los socios me dijeron que no era preocupante para la empresa y les creo. De todas formas, hablaré con los socios para que les preguntéis a ellos ¿Os vale?
• G: Uff, sería genial, Patri
• P: Pero no os hagáis ilusiones… si no han querido contármelo a mí, no creo que a vosotros os cuenten mucho más
• G: Por intentarlo… muchísimas gracias, Patri, nos ayudas un montón
• P: Ahora luego hablo con ellos, a ver si hoy mismo podéis quedar con ellos

Me hacía gracia como Gus usaba su diminutivo tan normal, como estaba casi pegado a ella, como la miraba… era un seductor nato. Como Patricia volvía a estar relajada, me atreví a preguntar más. Le dije:
• A: Patricia, ¿Te puedo preguntar otra cosa que no tiene nada que ver con los negocios?
• P: A ver
• A: Es que como no nos creemos que Felipe fuera capaz de hacer algo así, hemos estado pensando en otra posibilidad

Patricia levantó una ceja con sorpresa. Continué:
• A: Y si fue la mujer la que los mató a todos pero dejándolo preparado para que Felipe pareciera el culpable

Patricia se quedó literalmente con la boca abierta y tardó unos segundos en decir:
• P: Pero… menuda imaginación tenéis… no se me había ocurrido esa posibilidad
• A: ¿Y lo ves factible?
• P: Déjame pensar

Y se quedó unos segundos pensando. Luego dijo:
• P: En principio, te diría que no porque lo que sé de Noelia es que era una persona muy egoísta, y a alguien así, no la veo matándose, hubiera matado a los niños y luego echado la culpa a Felipe o algo así, pero ella salvándose ¿No?
• A: No sé, no la llegué a conocer
• P: Mónica, tú sí hablaste con ella alguna vez ¿no?
• M: Sí
• P: ¿De verdad la ves matándose por… no sé “celos”?
• M: mmmm no, la verdad es que no
• P: Es que esa mujer siempre miraba por ella antes que por nadie, y que yo sepa, adoraba a sus hijos, no sé, me parece a mí que no, no le veo sentido a vuestra teoría, la verdad
• A: Ya
• P: Pero también te repito lo que dije antes, creía conocer a las personas y mira que sorpresas me he llevado últimamente
• A: De todas formas, nos gustaría hablar con su familia, por si acaso contó algo… no sé
• P: ¿Quieres sus móviles? Sin problema, son unos pesados, me llaman a diario varias veces
• A: ¿Y eso?
• P: Por la herencia, para saber cosas de la empresa. Naturalmente, no les cuento nada, jamás revelaría datos financieros de mi empresa, pero no paran de llamar con la excusa de cualquier cosa y preguntar… en realidad quieren hablar con los socios pero yo no lo permito, bastante tienen ya como para aguantar a esta gente
• A: Ah
• P: Los hermanos son igual de egoístas que ella
• A: Ya veo
• P: mmmm no me gusta hablar mal de los muertos pero os voy a contar algo que me dijo una de las hermanas en el velatorio
• A: Dinos
• P: Según esta hermana, que yo eso no lo sé, pero es lo que me contó ¿eh? Que os lo cuento porque sois vosotros
• A: Ya, ya
• P: Pues que mmm Felipe tenía cuernos desde hace muchos años, con varios… incluso ella decía que dudaba que Felipe fuera el padre de su hija

Nos quedamos todos sorprendidos. Patricia continuó:
• P: Pero que Noelia no lo quería dejar por el dinero
• A: Madre mía
• P: Y la hermana piensa que lo mismo él lo descubrió esa noche y se volvió loco
• M: Eso es una locura… pero si la pequeña María se le parecía un montón
• P: ¿Verdad? Eso le dije yo… pero ella insistía que su hermana era muy zorra, que seguro que todo fue por esos cuernos… no ponían muy bien a la muerta, y además, no paraban de preguntar por la herencia, por como se repartiría… son una familia muy mmmm no sé como decirlo
• G: Son unos cabrones
• P: jeje, eso mismo

Seguimos un buen rato más hablando de esto y aquello, nada importante, solo anécdotas de ella con Felipe y cosas así, con Gus todo el rato riéndole las gracias, contándole chorradas… El ambiente ya era totalmente relajado y nos lo pasamos hasta bien. Al final, Patricia cortó la conversación tras recibir un mensaje y mirarlo. Entonces dijo:
• P: ¿Queréis preguntar algo más? Es que he quedado con un amigo y ya me está avisando
• M: ¿Un amigo? (sonriendo)
• P: Sí, nena, que estoy vieja, pero no tanto jeje
• G: ¿Vieja? ¿Con 35 años? Afortunado tu amigo jeje
• P: Jajaja, que tonto

Cuando se fue, Mónica se empezó a reír y, poniéndome seria, le dije a Gus:
• A: Te ha faltado invitarla a la cama
• G: Bueno, yo por Moni, hubiera hecho ese esfuerzo para sacarle más información a Patricia
• A: Patri, ahora es Patri para ti
• G: Ah, sí, claro, hubiera hecho ese sacrificio con Patri, que es horrible, pero por Moni, un polvo o dos… pues hubiera hecho el esfuerzo
• A: Eres idiota (sonriendo)
• G: Pero ha funcionado ¿no? que estabais las dos a punto de sacar las uñas
• M: Ya te digo, que miedo, como os mirabais
• A: La tía me estaba vacilando, me ha llamado “niña”
• G: Ahí he tenido miedo, pensé que la ibas a matar jeje
• A: idiota
• M: jajaja, pero ha sido muy tenso, tía, eres dura con las entrevistas ¿eh?
• A: Somos el poli malo y el poli bueno
• M: Ah, que siempre es así
• A: Muchas veces, sobre todo si es una mujer, este tonto sabe engatusarlas jeje
• G: Así me la llevé a la cama la primera vez
• A: Una mierda, te llevé yo porque me distes pena
• G: ¿Pena? Si me ibas a buscar a diario
• A: Para preguntarte cosas para mi investigación, tonto
• G: Ya, ya, y los ojitos que me echabas ¿qué?
• A: Ufff, ya quisieras tú
• M: jaja, vaya dos, pero entonces ¿Cómo fue?
• A: ¿Nuestra primera vez?

Miré a Gus sonriendo. Dije:
• A: Me consiguió una entrevista importante
• G: Importante y peligrosa
• A: Iba hecha un flan
• G: Yo iba de los putos nervios
• A: Pero salió más o menos bien
• G: Fue genial, me quedé con la boca abierta escuchándola, como preguntaba, su aplomo, me dejó impresionado
• A: Y al terminar, nos fuimos y al meternos en el coche, lo abracé, por nervios
• G: Y la besé, me tenía loco desde hacía semanas, tan guapa y tan profesional, estaba flipando y ni me lo pensé
• A: Y se lo devolví con ganas, y me lo llevé a mi habitación
• M: Por pena ¿no?
• A: Sí, y porque estaba como un tren, ya le tenía ganas de antes jajaja

Y lo besé. Entonces les pregunté:
• A: ¿Qué os ha parecido?
• G: Desengañada con Felipe
• M: Me ha dolido que no esté tan segura como yo de que es imposible que Felipe hiciera algo así, pensé que no lo iba a dudar
• A: ¿Son imaginaciones mías o la he notado molesta con vuestra historia?
• M: mmmm, quizás
• G: No estoy seguro, más que molesta por eso, quizás molesta por no haberse enterado antes ¿no?
• A: Puede, molesta sí que estaba, quizás es que es muy controladora y cotilla
• M: mmm, creo que Patricia no es de las que se calla si algo le parece mal, me lo habría echado en cara, es siempre muy directa y franca, y ha dicho varias veces que no me juzga
• G: Yo la he notado bien con Mónica, por eso no creo que esté enfadada por su relación en sí, quizás defraudada con Felipe y mosqueada por no haberse enterado antes de lo vuestro
• A: Ya, puede
• M: Y que fuerte lo de la hermana de Noelia
• A: Menuda familia
• M: Sí, tía, que se supone que en un velatorio solo se dicen las cosas buenas de los muertos
• A: Pero lo que ha dicho sobre celos de Felipe, puede tener sentido ¿no?
• M: Ufff, no creo, para mí que a él le daba igual ella, supongo que le hubiera molestado enterarse pero que hubiera sido hasta un alivio para él
• A: Para dejarla
• M: Y por los cuernos que él le ponía… se sentía culpable por eso, a pesar de no quererla ya
• A: ya… y lo de que no cree que ella se suicidara ¿Qué opinas ahora?
• M: Pues me ha convencido, la verdad es que no era una persona capaz de un sacrificio así, y además ¿Con qué objetivo? No, creo que ahí me equivoqué

Nos quedamos callados, pensando hasta que Moni dijo:
• M: Y lo de no querer contar nada de los trapos sucios de la empresa, ya me lo imaginaba, os lo dije
• A: Ya, una pregunta, Moni ¿Cuánto factura tu empresa al año?
• M: Uff, unos cientos de millones de euros al año
• G: Guau
• M: Tienen un producto muy solicitado en todo el mundo
• A: Entonces, los socios ¿Cuánto sacan en limpio cada año?
• M: Eso no lo sé pero… mmmm varios millones, eso seguro
• G: Joder, están forrados
• M: Una posibilidad que he pensado es que les hayan hecho una oferta para comprar la empresa
• A: Ah, pero eso sería bueno ¿no?
• M: Depende, sí y no, pero puede provocar fuertes discusiones entre los socios
• A: Ajá, y eso podría ser la causa del agobio de Felipe
• M: Sí, pero eso no le llevaría a un suicidio
• A: Claro

Estuvimos un rato más charlando hasta que Moni miró el reloj y dijo:
• M: En un rato llega Adolfo ¿Gus me ayudas en la cocina? Que Ana es un desastre, a ver a ti como se te da
• G: A mí genial, tengo un arte calentando las pizzas en el microondas que lo flipas
• M: ¡¡¡Otro igual!!! pero ¿Cómo os mantenéis tan en forma y tan guapos comiendo solo basura? jajaja
• G: Follando mucho, claro jajaja

Y nos estuvimos riendo un rato mientras ayudábamos a Moni en la cocina, preparando el almuerzo y esperando a Adolfo.
 
7

ANA

Mientras preparábamos el almuerzo, vi a Mónica mucho más animada, la pena no se iba a ir en mucho tiempo pero tener el objetivo de aclarar lo ocurrido, hacía que se distrajera aunque sabía que eso no significaba que se habían acabado los llantos, seguro que volverían cuando estuviera sola y se pusiera a pensar de nuevo en Felipe y que ya no estaba.

Adolfo llegó puntual. Era todo lo contrario a Patricia, introvertido, no miraba fijamente, inseguro… pero a Adolfo se le notaba totalmente desanimado y triste. Dijimos de comer y luego hablar del asunto. La comida fue bien aunque observé que Moni solo picaba dos cosas, aún seguía sin apetito. Poco a poco, Adolfo se fue soltando con nosotros. Se notaba que era un tío listo pero tímido.

Cuando terminamos de comer, nos preparamos un café y fui a empezar con las preguntas pero Adolfo dijo:
• AD: Moni, yo…
• M: Dime
• AD: Yo… la gente…
• G: Venga, dispara hombre
• AD: Es que la gente está diciendo cosas horribles de ti, pero yo no las comparto
• M: ¿Qué dicen?
• AD: mmmm ¿No lo sabes?
• M: No, pocos me han cogido el teléfono, pero sospecho que será
• AD: Yo…
• A: La acusan de ligarse al jefe para ascender o algo así ¿no?
• AD: mmmm eso y… mmmm
• M: Dime
• AD: Yo no lo pienso
• M: Ya, ya, venga, dime
• AD: Dicen… dicen que tú eres la causante de todo
• M: ¿Qué?
• AD: Que lo usaste y… pues… mmmm lo dejaste y él…
• M: ¿Cómo? pero ¿Quién dice eso?
• AD: No sé… es lo que se escucha…
• M: Joder, yo no lo dejé, si me pasé ese fin de semana deseando que me escribiera, que hijos de putas, como se inventan… JODER
• A: Tranquila, Moni
• AD: Lo siento, Moni, yo… solo quería contarte…
• M: Ya, ya… me enfado con esa gente, no contigo… pero dime, sé sincero ¿Crees que soy una zorra por acostarme con el jefe?
• AD: Yo no…
• M: Adolfo, sé sincero, cuando la semana pasada te enteraste ¿Lo pensaste?
• AD: Yo… no me enteré la semana pasada
• M: ¿Qué?
• AD: Ya lo sabía
• M: ¿Te lo contó Felipe?
• AD: No, fue… ¿Te acuerdas hace 5 semanas cuando estuvimos trabajando hasta tarde por el cliente de Polonia?
• M: Sí
• AD: Me fui antes que vosotros, estaba cansado y…
• M: Ya, lo recuerdo
• AD: Pero me arrepentí y volví
• M: Ah
• AD: Os escuché…

ADOLFO
……………………………..
5 semanas atrás


Aparqué de nuevo el coche y salí. Me había dado la vuelta a medio camino. Me sentía culpable por dejar a Mónica trabajando hasta tarde y yo irme. Además, siempre podría ganar algún punto con ella sí me quedaba “eres gilipollas, una chica así jamás querrá algo así, por mucho que te quedes a ayudar” pensé, pero no podía evitarlo, me sentía culpable.

Subí y entré en la oficina. Iba andando y me fije que Mónica no estaba en su sitio. Pensé que habría ido a comer algo. Seguí andando y me dirigí al despacho de Felipe. Entonces, escuché la inconfundible risa de Mónica y supuse que estaría con Felipe. Seguí andando y entonces, escuché algo más que hizo que me parara en seco. Fue un gemido masculino, seguido de un sonido húmedo que solo podía ser una cosa. Me acerqué, la zona donde estaba el despacho de Felipe estaba a oscuras. Me paré al ver la puerta abierta. Felipe estaba sentado pero girado hacia un lado, y miraba abajo. Di unos pasos más y vi unos zapatos de tacón sobresaliendo por el lado de la mesa hacia el que estaba girado Felipe. Los zapatos eran de Mónica. Estaba haciéndole una mamada a Felipe. Me quedé impactado, no me lo esperaba para nada.

Ahora, el sonido de la mamada me llegaba claramente, con Felipe gimiendo y jadeando. Estaba a 3 metros de la puerta, a oscuras, era imposible que me vieran si no me movía. Me quedé quieto como una estatua. Al poco, Felipe dijo:
• Moni, para, para, que me voy a correr

Entonces, asomó la cabeza de Mónica por encima de la mesa, sonriendo y diciendo:
• Ah, no, antes me tienes que follar

Y se dieron un beso con lengua. Entonces, Mónica se levantó y, mirando a Felipe, se fue quitando la ropa, primera la camisa, luego la falda. Me quedé ensimismado, era escultural, con sujetador y bragas negras, medias negras… vientre liso, culo redondo… Entonces, se quitó el sujetador. Pensé que me iba a dar algo al ver sus preciosas tetas. Dio un paso hacia Felipe, que la agarró por el culo y besó su vientre. Le bajó las bragas y la besó en el coño, lamiéndoselo mientras Mónica le agarraba la cabeza. Al poco, Mónica empujó hacia atrás a Felipe y se giró, mostrándole su culo. Felipe se lo agarró pero Mónica le quitó las manos y se sentó sobre él. Gimió y empezó a moverse, estaban follando.

Noté mi polla dura, me tendría que ir, eso no estaba bien, no podía espiarles, pero no me podía mover, estaba como hipnotizado. Los tenía de perfil, Mónica moviéndose sin parar mientras Felipe, sentado aún, le agarraba las tetas desde atrás. Cuando llevaban así un par de minutos, Mónica paró y se incorporó. Se giró y tiró de Felipe para que se levantara. Se besaron y luego, Felipe le comió las tetas, chupándoselas y lamiéndoselas mientras Mónica jadeaba y gemía sin parar. Vi claramente los pezones hinchados y duros de Mónica, y como Felipe se los chupaba y mordisqueaba.

Entonces, quitaron algunas cosas de la mesa. Mónica se tumbó en ella, boca arriba, y puso sus piernas en los hombros de Felipe, que la folló en esa postura. Luego, Mónica puso sus piernas alrededor de él y se medio incorporó para mirarlo, apoyando sus codos en la mesa mientras él seguía follandola. Los gemidos y jadeos de los dos eran fuertes, sentidos.

Follaron así unos minutos hasta que Mónica dijo de parar. Se levantó y se besaron largamente, con ella cogiéndole la polla y pajeándole mientras no paraba de besarlo. Luego, le dio la espalda y se apoyó contra la mesa, mirando hacia donde yo estaba. Me acojoné. Felipe se puso detrás de ella, y la folló rápidamente. Veía la cara de Mónica, era de gozo total, y la de Felipe de emoción y concentración.

De pronto, Mónica gritó:
• ME CORRO, ME CORROOOOOO

Y vi su cara de éxtasis total, y como temblaba, y noté que yo también me corría, sin tocarme, me estaba corriendo sin tocarme, estaba alucinado. Al poco, Felipe también gimió y se corrió dentro de ella. Se quedaron quietos, ella con la cabeza entre los brazos, jadeando, y él con sus manos en las caderas de ella, acariciándola. Entonces, dio un paso atrás y Mónica se incorporó y lo besó largamente.

Al fin, conseguí moverme, y con mucho cuidado, me fui, avergonzado por haberlos espiado, por correrme, por todo… pero alucinando con Mónica. Me metí en el coche y me fui. Ese día me costó dormirme, estuve todo el rato entre, enfadado con Mónica por zorra, por tirarse al jefe, y alucinado por lo maravillosa que era. Al día siguiente, los vi, tan normales, pero me fijé en como se miraban, en detalles que antes había visto pero no le había dado importancia y me di cuenta que se gustaban de verdad.

Pasé varios días entre cabreado y excitado. Evitaba a Mónica pero, a la vez, me masturbaba todas las noches pensando en ella, reviviendo ese polvo, su cuerpo, su cara de éxtasis…

No le conté a nadie lo que había visto. Poco a poco, fui aceptando que Mónica jamás vería nada en mí, pero sentía rabia de que se liara con un casado y rabia porque Felipe se liara con ella estando casado. Y ahora me sentía culpable.

……………………………..

MÓNICA

• AD: Os escuché…
• M: Oh, madre mía
• AD: Lo siento, no era mi intención
• M: Dios…
• AD: Perdona, Moni
• M: ¿Qué pensaste?
• AD: mmmm sinceramente, te juzgué mal ese día, pensé… lo siento, pensé mal de ti
• M: Ya
• AD: Pero al día siguiente, cuando os vi juntos, sonrientes, como os mirabais, me di cuenta que era algo bueno y normal, tú sin novio, él con un matrimonio infeliz… me alegré por los dos, no se lo conté a nadie
• M: ¿Te alegraste?
• AD: Sí, se notaba a Felipe más contento, y a ti… radiante

Me levanté y lo abracé. Le dije:
• M: Me sentía muy bien, Felipe era…
• AD: Era un tío estupendo, que puta mierda de vida

Y vi que se le caía una lágrima y me eché a llorar. Al poco, él también. Nos quedamos abrazados y cuando conseguí parar. Me separé de él. Adolfo dijo:
• AD: Ayer le di a Patricia mi carta de despido, dejo la empresa
• M: ¿Qué?
• AD: No puedo trabajar con gente que dice esas cosas de ti y Felipe, no puedo, me dan asco
• M: ¿Dicen más cosas?
• AD: Es mejor que no lo sepas
• M: No, dímelo

Vi como miraba a Ana y Gus, pidiendo ayuda pero le dije:
• M: Ado, dímelo
• AD: mmmm que lo usaste, que lo incitaste a matar a la familia y luego, lo dejaste, y por eso se mató

Me quedé pasmada, ahora resultaba que yo era la promotora del asesinato:
• M: Joder ¿Y Fran?
• A: Fran está en modo trepa, quiere el despacho de Felipe y está… bueno… metiendo cizaña contra ti y contra mí
• M: Que hijo de puta, ese despacho debería ser para ti
• AD: O para ti, pero ninguno lo queremos, no podríamos estar allí…
• M: Lo tengo clarísimo
• AD: Ya ves, no puedo seguir allí con gente que dice esas cosas de ti y Felipe o solo piensan en aprovechar la ocasión… no puedo… me… me voy a tomar un tiempo… necesito un cambio…
• M: Ya, pero trabajo no te va a faltar
• AD: No, pero necesito pensar… sigo en la empresa 15 días más, se me van a hacer eternos con esa gente, pero bueno…

ANA
Seguimos hablando un rato más con Adolfo pero no dijo nada interesante, que Felipe era su mentor, que era muy buena persona, que todos lo escuchaban… No sabía nada de problemas en la empresa ni que podía preocuparle, ni se había dado cuenta que estaba especialmente preocupado por algo porque “Ya sabes como era, tan responsable de todo, siempre encima de todo, preocupado por todo”.

Cuando se fue, miré a Mónica. Dijo:
• M: Que fuerte, nos pilló follando en la oficina
• A: Eso parece
• M: Para una vez que lo hicimos… me entró calentón y…
• A: jeje
• M: Puff, y seguro que nos vio, nada de escuchar, que ni cerramos la puerta ni nada
• G: Pero se ve buen chico
• M: Sí, sí… es que me da corte jajaja, pero sí, ha sido discreto y, ya veis, el único que me quiere hablar, él y Patricia… ah, por cierto, me ha escrito Patri, dice que si queremos, podemos ir esta tarde a ver a los socios, que ha hablado con ellos
• A: ¿Sí?
• M: Ya os dije que nos ayudaría
• A: ¿Cuándo?
• M: Si salimos ahora, podemos ir a casa de Alfonso, no vive lejos… Paco no sé donde vive pero me pasa la dirección Patri ¿Vamos?
• A: Sí

Y salimos. Alfonso vivía en un piso enorme en una buena zona. Nos atendió muy amablemente pero no quiso contar nada de nada. Mucho decir que sentía mucha pena, que estaba destrozado pero que no sabía nada de problemas que preocuparan tanto a Felipe como para suicidarse. Cuando saqué el tema de problemas en el negocio, dijo:
• AL: ¿Problemas? Pues claro, todos los negocios tienen sus cosas, es normal, pero nada preocupante
• A: Pero Mónica os vio discutir bastante últimamente ¿no?
• AL: Que nos viste ¿A quién?
• M: A los tres socios
• AL: Bueno, es que aunque fuéramos amigos, no siempre coincidíamos
• M: Pero Felipe estaba agobiado con algo, se le notaba
• AL: Felipe era muy responsable, siempre le daba muchas vueltas a todo
• M: Pero...
• AL: Mira, Mónica, sin querer faltarte al respeto, pero el hecho de que te acostaras con él no quiere decir que lo conocieras mejor que nosotros que lo conocíamos desde la universidad

A Moni se le cambió el semblante, le había jodido ese comentario. Iba a decir algo pero intervine:
• A: Pero si se suicidó, sería por algo ¿no?
• AL: Evidentemente, pero no por el trabajo, no tiene ningún sentido
• A: ¿Entonces?
• AL: Bueno, creo que está claro ¿no? La vida personal de Felipe no era modélica, está claro, se acostaba con una empleada
• A: ¿Y?
• AL: Pues que si Noelia se enteró, seguro que le montó una buena bronca y a saber que pasó ahí
• A: ¿Qué quieres decir?
• AL: Mirad, no tengo ni idea pero pensadlo, se enfadaron, discutieron, ella era muy borde, seguro que lo sacó de sus casillas, él la empujó, un mal golpe y la mató sin querer
• A: ¿Y entonces?
• AL: Miedo, pánico, desesperación al ver lo que había hecho… pues se quitó de enmedio
• A: ¿Y a sus hijas también?
• AL: Pufff, me cuesta creerlo, sí, pero… no sé, es la única explicación que le encuentro… es que no conocisteis a Noelia, era muy…

Nos quedamos esperando. Entonces dijo:
• AL: Era una hija de puta, llevaba años puteando a Felipe
• A: ¿Se acostaba con otros?
• AL: Estoy seguro
• A: ¿Por qué?
• AL: Porque era una cabrona, ya os lo he dicho

Nos miramos. Entonces dijo:
• AL: Bueno, dejemos el tema, tampoco es cosa de hablar mal de los muertos… solo os quería dar mi versión porque estoy seguro que Felipe no haría algo así por sí mismo, algo tuvo que pasar y me inclino por un accidente de ese tipo que desembocó en desesperación

Me fui de allí con la sensación de que nos había toreado respecto a los problemas en el trabajo, queriéndolo todo enfocar en la vida personal de Felipe. Además, noté a Alfonso nervioso y esquivo, nada que ver con Patricia o Adolfo, que se habían mostrado mucho más abiertos y con ganas de cooperar. Cuando salimos, les pregunté a Moni y Gus:
• A: ¿Qué os parece?
• G: Otra nueva versión de los hechos, están saliendo como setas
• M: No me lo creo, Felipe hubiera apechugado con ese accidente, jamás hubiera matado a sus hijos por algo así
• A: Ya, tampoco me parece factible… pienso que no nos ha querido decir la verdad sobre los problemas del negocio y que ha querido llevarnos por otro camino
• M: Sí… y el cabrón ¿Sabes que ha intentado ligar conmigo un montón de veces?
• A: No
• M: Sí, pero no me gusta, no es de fiar, de los tres socios, es el que peor me ha caído de siempre, te mira y te está desnudando
• A: Sí, me estaba mirando todo el rato las tetas
• G: ¿Sí? Que cabrón

Fuimos a la casa de Paco el cual estuvo también reservado respecto a los negocios aunque menos que Alfonso. Se le notaba más apenado. No paró de decir que no se lo creía, que era imposible… Cuando le preguntamos por problemas en el negocio, también lo negó al principio, pero luego dijo que sí que había uno pero que no era como para llegar al suicidio. Le insistí para que nos contara pero se negó alegando confidencialidad entre socios. Cuando nos íbamos, dijo algo de pasada pero que me pareció muy importante:
• P: Además, Felipe nos escribió ese viernes por la noche diciendo que ya tenía la solución, que había tendido una trampa y sabía como resolverlo así que ese ya no era el problema
• A: ¿A quién os escribió?
• P: A Alfonso y a mí, claro
• A: ¿A nadie más?
• P: Naturalmente que a nadie más, es… era un asunto confidencial entre socios
• A: ¿Patricia conoce ese asunto?
• P: Sabe que pasa algo, pero no lo que es, como os digo, era una asunto de los socios, no del resto de empleados
• A: ¿Y ya se ha resuelto?
• P: Por favor, dejemos el tema, es confidencial

Salimos fuera y le dije a Moni:
• A: ¿Has escuchado? es lo que te dijo a ti, que había resuelto lo que fuera ¿no?
• M: Sí, bueno, que sabía como resolverlo
• A: Y ¿Qué habrá querido decir con “una trampa”?
• M: Ni idea
• G: A mí me suena que alguien les estaba jodiendo y Felipe le puso una trampa ¿no?
• A: mmmm puede ser algo así y por eso no quieren contarlo

Nos quedamos los tres callados, pensando. Entonces Moni dijo:
• M: Quizás sea una tontería pero…
• A: ¿Qué?
• M: No sé… es muy peliculero
• A: Cuenta
• M: La empresa tiene un producto que es la puta caña, de verdad, es un analizador que hace magia. No sé como lo hace pero las empresas pagan una pasta por pasar por él
• A: No me entero ¿un analizador?
• M: Sí, es un software que es… mágico, de verdad jajaja, es que nosotros recogemos datos, alimentamos al software y te da información importante a futuro para esa empresa… no tengo ni puta idea de como funciona, pero funciona
• A: ¿Y qué hace?
• M: Pues ayuda a las empresas a aumentar sus ganancias, y te digo que funciona, lo he visto
• A: Vale ¿Y?
• M: Pues ese software es ultrasecreto, casi nadie puede acceder a él
• A: Ah, crees que lo han robado o algo así ¿no?
• M: Más que robar, que alguien sabe como funciona o como usarlo… no sé... de estas cosas casi no sé nada, no tengo acceso
• A: Ya, y ¿Quién tiene acceso?
• M: Los socios y el equipo especial
• A: ¿El equipo especial?
• M: Sí, los que lo tocan y modifican
• A: ¿Y Patricia y Adolfo? para ver si nos cuentan algo
• M: Que va, ellos no, serán 5-10 personas como mucho los que tengan acceso, y seguro que no a todo…
• A: Pero me contaste que Felipe te dijo que era un problema del inicio de la empresa ¿no?
• M: Sí, es verdad… entonces no puede ser que lo estén robando ahora
• A: ¿Y si lo robaron al inicio?
• M: ¿Y ahora surge?
• A: Sí, no sé… parece algo importante, sería preocupante si alguien les chantajeaba con algo de eso ¿no?
• M: Mucho, sin eso, la empresa se va al garete
• A: mmmm pues es algo a tener en cuenta

Estuvimos charlando un rato más sobre el tema pero no llegamos a nada y, por mi parte, no sabía como abordar eso. Entonces, Moni dijo:
• Bueno, pues vamos a cenar, esta noche os quedáis a dormir en mi casa y mañana salimos temprano a Málaga en tren y luego, a Marbella ¿Vale?

Estuvimos todos de acuerdo y fuimos a cenar. Estuvimos todo el rato hablando de las entrevistas, como seguir,... Me sentía muy perdida, no veía por donde poder avanzar en la investigación. Al volver a casa de Moni, seguimos hablando y planteando ideas, y buscando por internet. Nos acostamos tarde, cansados y algo frustrados porque ninguno veíamos como afrontar este problema.
 
8

MÓNICA

El domingo por la mañana nos despertamos temprano, y tras ducharnos y desayunar algo rápido, fuimos a Atocha a coger el AVE. Nos pasamos el viaje hablando del tema. Me hicieron contarles todas las conversaciones con Felipe, para ver si recordaba algo nuevo. También repasamos a todos los del trabajo, por si alguno podría ayudarnos, pero eso lo veía imposible, ninguno ayudaría a la “zorra”.

Llegamos a Málaga y alquilamos un coche. Gus condujo hasta Marbella mientras nosotras seguimos charlando. No nos costó encontrar la casa de Felipe. No pudimos entrar, ni ganas que yo tenía, pero preguntamos a los vecinos, que se pensaron que éramos periodistas. Ninguno nos dijo nada nuevo, que estaban en shock, que eran una pareja normal, ninguno se esperaba algo así… Estuvimos toda la mañana por allí pero fue en balde, ninguna información interesante.

Cansados, nos fuimos al paseo marítimo, a tomar algo mientras nos daba el sol. Gus dijo que se iba a dar una vuelta, que necesitaba andar. El pobre estaba con mono de gimnasio. Lo vimos alejarse. Ana y yo nos pusimos a hablar de nimiedades. Entonces le dije:
• He reservado hotel para los tres
• Ah, no, ni hablar
• Sí
• Que te conozco
• No, tranquila, es normalito
• Normalito para ti
• Que no, es barato, tranquila, pero no tanto como esos cuchitriles que te gustan tanto jajaja
• Que cabrona eres jajaja

Estábamos las dos en una terraza al sol, con las piernas estiradas. Ana llevaba un vestido de verano cortito, estaba más blanca que yo e imaginé que le gustaría pasar la tarde tumbada al sol. Yo iba con unos shorts cortos y una camiseta. Pensaba quedarme un buen rato allí, en esa terraza, tomando el sol y cerveza fresquita. Cerré los ojos y disfruté del sol pero entonces recordé la última vez que estuve así, fue con Felipe en las vacaciones y me entró una pena enorme y sentí culpabilidad, solo dos semanas que se había ido y yo aquí tomando cerveza y al sol, disfrutando. Me quise morir y noté que iba a llorar cuando, de repente, escuché una voz carrasposa decir:
• Hola Ana, cuanto tiempo

Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Ana con cara de miedo y blanca como una pared. Miré al que había saludado a Ana, un tipo de unos 45 años, con gafas. Iba con un pantalón de vestir gris, zapatos sucios y una camisa blanca arrugada y sudada. Tenía una barba descuidada y una frente amplia, con unas entradas importantes. Se le notaba una buena barriga cervecera y no debía medir más de 1,60m. Me quedé intrigada por la reacción de Ana, que rápidamente cambió el semblante y dijo:
• Inspector Linares
El otro rio y dijo:
• Vaya, vaya… una sorpresa ¿no?
• S… sí
• ¿Quién lo iba a decir? ¿Cuánto tiempo hace que no nos veíamos? Seguro que te acuerdas bien cuando fue ¿no?

Y se rio de una forma desagradable, para luego toser. Sacó un cigarro y lo encendió. Vi que Ana tenía los labios apretados y que se había encogido en el asiento. Se quedaron callados, mirándose. Entonces, el tipo dijo:
• Ahora estoy destinado aquí
• Ah
• No está mal, mucho calor, mucho ricachón y mucha puta, pero bien

De nuevo un silencio incómodo. El tipo no me gustaba nada, daba muy mal rollo. Dijo:
• ¿Sigues con el quinqui ese?

Ana no le contestó. Él se rio y dijo:
• Un perla el tal Gus, un perla

Silencio. Entonces, el tipo me miró. Sentí que me desnudaba con la mirada y me moví incómoda. Volvió a mirar a Ana y dijo:
• Bueno, pues siempre es un placer volver a verte, Ana

Entonces me miró y dijo:
• Adiós, Mónica, seguro que nos vemos

Y se fue riendo. Me puso los pelos de punta.

ANA
Me dio un vuelco al corazón cuando escuché como decía el nombre de Mónica “¿Cómo coño sabe el hijo de puta éste el nombre de Moni?” y me saltaron todas las alarmas posibles. Me quedé en shock hasta que noté como Moni me sacudía el brazo:
• Oye, Ana ¿Me estás escuchando?
• Ah, no, perdona
• Tía, te has quedado blanca ¿Quién coño es ese tipo? Que asco da

“No lo sabes tú bien” pensé y dije:
• Es un… policía que conocí cuando el libro del narco
• Ah
• No es un buen tipo, todo lo contrario, es peligroso
• Joder, tía, ¿Y cómo me conoce?

“No lo sé, y me preocupa un montón” pensé. La miré y dije:
• No… no lo sé
• Joder, que mal rollo

Nos quedamos calladas y, entonces, Moni dijo:
• Joe, ese es el poli corrupto de tu libro ¿Verdad?
Asentí. En mi libro salían bastantes agentes de la ley honrados y competentes, muchos de ellos me habían ayudado, explicado, incluso me habían llevado a ver desembarcos de droga… todos buena gente… pero luego estaba este tipo, un personaje corrupto y peligroso. Los compañeros me advirtieron sobre él, incluso algún delincuente, pero quise hablar con él, que gran error, y aún peor el haberlo incluido en el libro. Y no pude evitar recordar la última vez que lo vi….

…………………………………..
Madrid, hace un año y medio


El libro se había publicado y había tenido una buena acogida de crítica y nos había hecho coger una buena reputación a Gus y a mí. Las ventas no nos iban a sacar de pobres pero estábamos contentos. Además, Gus ya llevaba meses limpio y cada día más fuerte y guapo. Nos iban las cosas bien, demasiado bien.

Entonces, un día que salí de la editorial, lo vi, me estaba esperando. Me puse nerviosa pero aguanté el tipo y fui a su encuentro:
• Inspector ¿Qué hace aquí? Un poco lejos de su jurisdicción ¿no?
• Tenemos que hablar
• ¿De qué?
• No me ha gustado nada tu libro
• Lo siento, yo…
• Eres una zorra, casi consigues que me despidan

Esa había sido mi intención, no había dado nombres pero estaba claro quien era. El tipo me miró fijamente y, si no llego a estar en mitad de la calle a las 12 de la mañana, hubiera sentido miedo por mi vida. Pero no, estábamos rodeados de gente y aguanté. Le dije:
• Es lo que pasa cuando se es corrupto
• Ya, pero como me debían algún favorcillo, no lo has conseguido, zorra

Y se rio con esa risa desagradable. Le dije:
• Si me perdona, tengo cosas que hacer
• No te conviene irte
• ¿Por qué?
• Tengo en mi poder un bonito souvenir

Me quedé mirándolo sin comprender. Entonces dijo:
• Que estuvo en el pecho de un mal tipo, y tiene unas bonitas huellas de un drogata que creo que ahora vive aquí en Madrid

Me quedé de piedra. Entonces dijo:
• ¿Te gustaría conseguirlo? Pues ven aquí esta tarde a las 6. Si no vienes, ese cuchillo se “encontrará” en la comisaría y se habrá resuelto un doble asesinato

Y me dio una tarjeta de un motel de mala muerte en las afueras. Detrás estaba escrita la habitación. Le dije:
• ¿Cuánto quiere por el cuchillo?
• Esta tarde hablamos, me tengo que ir
• Yo…

Pero el tipo se fue, dejándome con la palabra en la boca. Lo miré y me apoyé en la pared, me temblaba todo el cuerpo y pensé “No, no, el cuchillo con el que Gus mató a esos indeseables para salvarme, no puede ser, ahora no, nos va bien y está limpio, no, no”. Noté que estaba a punto de derrumbarme pero me recompuse y me fui a casa, pero no pude llegar, no quería que Gus me viera así. Le mandé un mensaje diciendo que llegaría tarde por un tema de trabajo y me fui a un parque a pensar.

Allí pensé en el dinero que tenía. Casi todo lo ganado por el libro se había ido en deudas y la rehabilitación de Gus. Tenía en el banco unos 2.000€, y otros 2.000 en casa, escondidos. Pero seguro que ese cabrón me va a pedir más. Tendría que pedírselo prestado a Moni, no tenía a nadie más a quien acudir, aunque me dolía en el alma pedirle dinero, pero por Gus haría cualquier cosa, me tragaría el orgullo y se lo pediría a Moni.

Estuve sentada, pensando en otras alternativas, sin comer, sin ganas de nada. Al final, llegó la hora y fui al motel. Llamé a la puerta y me abrió. Entré. Vi en la mesa el cuchillo dentro de una bolsa de pruebas. Le dije:
• ¿Cuánto?
• Espera, antes, apaga el móvil
• ¿Qué?
• Que apagues el puto móvil o lo tiro por la ventana

Saqué el móvil del bolso y lo apagué. Entonces, me cogió el bolso y tiró todo el contenido en la mesa. Lo inspeccionó y tiró el bolso por la ventana. Me quedé sorprendida. Me miró y dijo:
• No quiero tonterías, no llevarás un micro ¿no?
• ¿Qué? No

Entonces, me empujó contra la pared y me cacheó. Al principio de forma profesional pero luego, casi se pegó a mí y me sobó las tetas, despacio, mirándome con una medio sonrisa asquerosa. Sentí su aliento, tabaco y alcohol, y algo más pestilente. Buscó mis pezones con sus dedos y luego bajó las manos por mi cuerpo hasta llegar al pantalón y pasó sus dedos por encima del pantalón, apretando mi coño. Estaba acojonada y no me moví. Luego, me agarró el culo, apretándomelo fuerte.

Entonces, dio dos pasos atrás y dijo:
• Vale, estás limpia. Siéntate
• Prefiero…
• QUE TE SIENTES, COÑO

Lo miré pero me senté. Nos quedamos callados, mirándonos. Entonces dije:
• ¿Cuánto quieres?
• mmm a ver, contéstame a una duda que tengo

Lo miré esperando. Dijo:
• ¿Cuánto tiempo has estado con ese puto libro? Meses ¿no?
• Sí
• Y por un trabajo de meses ¿Solo tienes 2.000 en el banco? menuda miseria
• Pue… puedo conseguir algo más
• ¿Los otros 2.000 que tienes pegados en el mueble? Sigo pensando que no renta eso de escribir libros jeje

Me quedé de piedra. El cabrón había estado en nuestro piso. Siguió:
• Porque el drogata ese con el que vives no tiene ni cuenta, ese es un muerto de hambre, un mierda, pero gusta a las tías, lo sé… y a los tíos, por ese culo puede pasar hasta mi coche jajajaja

Estaba tan asustada que no conseguí ni enfadarme. Siguió:
• ¿Te ha contado que una vez me la chupó? No me gustan las mariconas pero, una mamada es una mamada, y sabe hacerlas, mucha práctica jeje
• Puedo pedir… prestado y…
• Sabías eso de tu novio ¿no? Maricón y puto, tienes buen ojo jajaja

Entonces, se inclinó hacia mí y dijo:
• Lo que no me esperaba era lo que me encontré al buscar tus antecedentes, pensé que eras una niña de papá, putita como todas pero no una puta de verdad… a ver, detenida por robo, por prostitución, drogadicta... vaya, vaya, así que tú también vendías tu culo por un tirito… vamos, que estáis hecho el uno para el otro jajaja

Me miró mientras yo me esforzaba por no temblar y aguantarle la mirada. Dijo:
• Y claro, esos delitos eran poca cosa para vosotros, pasasteis a algo grande, asesinato, o más bien, asesinatos jajaja pero que conste, me la traen flojas esos dos a los que os cargasteis, eran dos mierdas, pero sus jefes no piensan lo mismo, así que tengo un dilema, entregar esto como prueba o, contárselo a unos amigos de tu quinqui, quizás os vengan a hacer una visitita
• 10.000, puedo darle 10.000
• ¿10.000? ¿Eso vale la vida de tu novio? Joder, es un mierda pero solo eso, que poco lo quieres, eh, puta
• No… no… sé… déjeme un día y veo…
• Mira, hoy estoy generoso, voy a hacerte una buena oferta, el cuchillo y me olvido del mierda de tu novio por…

Lo miré, ansiosa. Dijo:
• Una hora follándote como me dé la puta gana, vas a disfrutar de lo lindo por todo lo que escribiste de mí, puta

Me miró, sonriendo. Dijo:
• Fácil ¿no? total, cuando se ha sido puta, se es para siempre ¿no?

Y se rio con ganas, me estaban entrando nauseas, pero continuó:
• Y me quedo con los 2.000 que cogí del mueble, digamos mmmm por derechos de imagen ¿no?, por salir en tu libro jajajaja

Lo miré fijamente. Entonces, sacó algo de la camisa y lo esparció por la mesa. Dijo:
• Anda, y a esto invito yo, métete esto, verás como la próxima hora será más divertida

Miré el polvo en la mesa, y temblé, sería bueno colocarme, olvidarme, dejarme follar sin sentir… pero no, no volvería a caer en eso. Negué con la cabeza. Se rio de nuevo y dijo:
• Pues ve desnudándote mientras yo me lo meto

Me levanté y me quité la ropa… salí de allí una hora después, mojada por una ducha rápida sin casi secarme para salir rápido, asqueada, llorando, odiándome pero con el cuchillo en mi mano. Me dolía el cuerpo y el alma, pero lo tenía, Gus no tendría que pagar por salvarme aquella vez. Abrí la bolsa y limpié el cuchillo con tierra. Luego, lo tiré por un desagüe del alcantarillado. Estuve llorando y con ganas de gritar todo el camino de vuelta a casa.

Al llegar, me quedé parada en la puerta y entré. Gus no estaba, a esa hora estaba en el gimnasio. Me duché durante una eternidad, limpiándome. Cuando salí, me miré en el espejo, tenía que hacer lo imposible para que Gus no se enterara. Cuando llegó un rato después, lo saludé como siempre. Él entró gastando bromas, exagerando su acento para hacerme reír y contando anécdotas. Conseguí disimular y guardar en un cajón de mi cabeza la espantosa experiencia por la que acababa de pasar.

………………………………

Y ahora, habían vuelto todos esos recuerdos. Moni no sabía nada, no se lo había contado a nadie, ni lo haría jamás. La miré y dije:
• Moni, no le cuentes a Gus que nos hemos encontrado a ese hijo de puta
• ¿Por?
• Le hizo la vida imposible a Gus, no… no quiero que se sienta mal
• Ah ¿Qué hizo?
• Cosas… es que es un hijo de puta pero de los de verdad, no… no quiero ni pensarlo
• Madre mía, te has quedado blanca, Ana
• Ya, no me trae buenos recuerdos que digamos
• ¿Te hizo algo?
• Déjalo, de verdad

MÓNICA
Miré preocupada a Ana pensando en lo que habría pasado entre los tres, pero vi tan afectada a Ana que no quise insistir. Para cambiar de tema, le dije:
• Vamos a ver si encontramos a Gus y comemos algo ¿no?
• Sí, bueno, me ha jodido el día el cabrón ese
• Ya, pero por eso, vamos a buscarlo, con Gus al lado siempre te animas
• Sí (sonriendo)

Nos levantamos para pagar y nos fuimos dando un paseo. Le dije:
• Mira cuanta gente en la playa
• Claro, hace día de eso jeje
• Sí, ahora luego, os vais tú y Gus a la playa
• No, vamos a volver a ver si encontramos a alguien más y…
• No, por hoy ya vale
• No
• Es domingo, hace un día genial, y soy la jefa, así que no, os vais
• ¿Y tú?
• mmmm no
• ¿Por qué?
• Ana, es que no estoy de ánimo para estar al sol con lo de Felipe tan reciente
• Ah, claro, perdona
• No pasa nada
• Pero entonces nos quedamos contigo
• No, no... me voy a echar un rato, necesito descansar, ya sabes que no duermo mucho y estoy que me caigo
• mmmm
• Os vais vosotros dos a la playa y te animas, que te haga olvidar a ese mierda
• Bueno, ya veremos

Encontramos a Gus, que rápidamente empezó a bromear con las dos y hacernos reír. Comimos algo, o más bien vimos comer a Gus porque ni Ana ni yo estábamos con ganas, cada una por nuestras cosas.

Luego, volvimos al hotel y me fui a mi habitación mientras ellos se metían en la suya.

ANA
Entramos en la habitación y Gus me rodeó con sus brazos y me dijo:
• Bueno ¿Me cuentas qué te pasa?
• Nada
• Nada… y casi no has comido ni hablado
• Es que… estoy pensando
• En la investigación
• Sí
• Niña, pues ahora mente en blanco y a la playa, me muero por verte con el bikini
• jeje

Nos cambiamos de ropa y fuimos a la playa. Pasamos allí unas horas, tranquilos y disfrutando del agua y el sol. Al rato de estar allí, Gus insistió:
• Nena, algo te pasa y no es la investigación

Lo miré y negué con la cabeza, no quería contarle lo de Linares, sabía que le pondría triste y no quería, conmigo triste ya era suficiente. Pero insistió tanto que al final se lo conté. Se quedó mirando la orilla y, al rato, dijo:
• Que hijo de puta, sigue de poli
• Sí
• Que asco

Estaba sentado en la toalla y lo abracé. Nos quedamos callados. Le dije:
• No quería contártelo, sabía que contigo fue…
• Un grandísimo hijo de puta, conmigo y mis colegas
• Ya
• ¿Sabes que casi mató de una paliza a uno? Por reírse de él por alguna gilipollez
• Me lo creo
• Le partió todos los dientes y casi le revienta la cabeza
• Ya
• Y el cabrón no hacía más que llamarnos maricones pero luego bien que venía para que le hiciéramos mamadas, que asco
• No pienses…
• ¿Y sabes que le gustaba terminar con “su marca”? Se corría y luego nos meaba encima, el hijo de puta

Le abracé con fuerza, vaya si lo sabía. Sacudí la cabeza y me levanté. Le di la mano para levantarlo y lo llevé al agua. Nos metimos y lo besé, rodeándolo con mis piernas mientras me lo comía a besos. Noté su polla crecer. Paré y le dije:
• Eso pasó hace mucho, ahora estamos juntos
• Lo sé
• Juntos para siempre
• Mi salvadora
• Mi héroe
• Sin ti, ahora estaría muerto, en alguna esquina por sobredosis o por una paliza
• Y sin ti estaría también muerta, eso seguro, aquella noche me salvaste
• Y lo volvería a hacer sin dudar
• Lo sé
• No te haces una idea de lo que te quiero, Ana
• Ni tú de lo que te quiero yo, Gus

Y nos volvimos a besar largamente. Luego le dije:
• mmmm quiero que me folles
• ¿Aquí?
• No, tonto, jajaja, en la cama, vámonos ya
• Bueno, ve saliendo tú, yo necesito unos minutillos jeje
• jajajaja

Recogimos y volvimos al hotel. Cuando entramos en recepción, vino corriendo uno del hotel y nos dijo:
• Perdone, perdone
• Estamos hospedados aquí
• Sí, sí, perdone, no es eso
• ¿Entonces?
• Es que… ha venido la policía y se han llevado detenida a su amiga
 
9

ANA

Miré a Gus sin creérmelo. Él preguntó:
• ¿A nuestra amiga? ¿Seguro?
• Sí, sí, tienen que ir a comisaría
• ¿Dónde está?

Y salimos corriendo a buscar un taxi. Llegamos pero no nos quisieron contar nada por no ser familia ni nada. Estuvimos allí esperando pero nadie se dignaba a contarnos algo. Al final, se nos acercó un tipo bien vestido que se presentó como el abogado de Moni. Nos contó que la habían detenido como presunta autora de los asesinatos de Felipe y su familia. Gus y yo estábamos alucinando. El abogado nos contó que tenían pruebas y que parecían muy seguros. Nos fuimos al hotel hundidos, era algo increíble, inexplicable.

En el hotel estaba como en shock, no podía ni pensar por los nervios. Era imaginar a Moni allí metida y me ponía a llorar. Gus estuvo super comprensivo, apoyándome todo el rato. Nos duchamos y salimos porque Gus insistió mucho en que me tenía que dar el aire. Nos fuimos a dar un paseo por la playa. Casi no hablamos, no había mucho que decir, no teníamos ni idea de lo que había pasado. Entonces dije:
• Ha sido el hijo de puta de Linares, seguro
• No me extrañaría
• Sabía quien era Moni, lo mismo la vigilaba
• No sé, puede
• Pero ¿Qué pruebas tendrá? Si Moni estaba en Madrid y el asesinato fue aquí, en Marbella, a más de 500km, no lo entiendo
• Ni idea
• JODER, PUTA MIERDA, PUTA VIDA

Grité y empecé a llorar mientras Gus me consolaba y la gente nos miraba. Esa noche no dormí nada. A la mañana siguiente, lunes, llamé al abogado pidiendo más información pero no sabían nada más. Les insistí que me llamaran con lo que fuera. Salimos a desayunar, solo tomé un café, no me entraba nada. El abogado nos llamó un par de horas más tarde, habían trasladado a Moni a Málaga así que dejamos el hotel y nos fuimos a Málaga donde buscamos otro.

Me volvía loca pensando, intentando encontrar algo de sentido a todo aquello. Me olvidé de la investigación y de todo. Pasaron unos días casi sin noticias. El abogado nos dijo que no le habían permitido salir bajo fianza por el riesgo de fuga y el delito. Le pedí verla pero no me dejaron. Me subía por las paredes, no comía, no dormía. Si no llega a ser por Gus, me habría dado algo, él me cuidaba y estaba atento a mí.

Y un día que estaba totalmente desquiciada, aproveché que Gus había salido a correr y cogí el coche y volví a Marbella. Fui a la comisaría y pregunté por Linares. Me dijeron que no estaba pero les dejé mi móvil para que me llamara. Me fui a la playa a esperar. Media hora más tarde, me llamó:
• ¿Tanto me echas de menos, putita?
• Linares, esto ha sido cosa tuya, cabrón
• ¿El qué?
• Lo de Mónica
• Ahhh, la putita rubia… ¿Cosa mía?
• Nos viste y…
• No, no fue cosa mía, ese caso no lo llevo yo, es de un mierda que han traído de la central
• La conocías
• Al principio me dieron el caso a mí, y como soy curioso, lo he estado siguiendo aunque no sea ya mío
• mmmm
• ¿Dónde estás?
• No te importa
• Vamos a vernos, quizás tenga algo interesante para ti
• No
• ¿Seguro?

Dudé. Le pregunté:
• ¿A qué te refieres?
• En persona ¿Dónde estás?
• En el paseo marítimo
• Vale, voy y te recojo

Al poco, llegó en coche. Me dijo que entrara y dudé, le tenía pánico. Dijo:
• ¿Quieres ayudar a tu amiga o no?

Lo miré durante unos segundos y entré. No dijo nada mientras conducía. Paró en un campo, no había nadie a la vista. Me dijo que saliera. Temblaba de nervios y miedo. Salimos, encendió un cigarro y me dijo:
• Apaga el móvil

Lo apagué. Dijo:
• Deja el bolso y el móvil en el coche, ven

Le seguí hasta una pared de una casa en ruinas. Me temía lo peor. Me dijo:
• ¿Llevas micro?
• No
• Ya sabes que toca

Y me cacheó. Yo llevaba un vestido con falda y tenía poco sitio donde esconder algo, pero aprovechó para sobarme bien las tetas y las piernas. Lo aguanté mordiéndome el labio. Luego, subió sus manos por mis muslos hasta llegar a mis bragas. Le dije:
• Ya vale
• ¿Ahora te vas a hacer la estrecha? Te recuerdo que has tenido mi polla en todos tus agujeros, puta

Le empujé y le dije:
• He dicho que ya vale

Me miró enfadado unos segundos, pensé que me iba a pegar pero entonces se rio y dijo:
• Vale, pues hablemos
• ¿Qué quieres?
• Tu amiga está metida en un buen lío
• Ya ¿Qué tenéis?

Se rio de nuevo y dijo:
• ¿Quieres que te de información confidencial?
• Sí
• No estoy en el caso, putita
• Pero sabes algo ¿no?
• Quizás

Me miró sonriendo. Estaba de los nervios y le dije:
• Coño, suéltalo de una puta vez
• Podría conseguir el informe de su caso
• ¿Completo?
• Sí
• ¿Cuánto?
• mmmmm

No me lo podía creer, de nuevo con la misma historia. Lo miré queriendo matarlo pero dijo:
• 50.000
• ¿Qué?
• Precio de amigo
• No tengo ese dinero, lo sabes
• Ah, y te creías que con un polvo como la otra vez, lo conseguirías ¿no?

Me callé y él se rio:
• Estás buena, putita, pero no vales 50.000€… la otra vez me apetecía follarte para bajarte los humos y porque era una historia entre putos drogadictos que no le importaba a nadie, pero esta vez no es igual, es gente de pasta
• Pero no tengo ese dinero
• Tu amiga sí, está forrada, ese dinero no es nada para ella, le va a salir barato tener esa información
• No sé como…
• Eso es cosa tuya, si quieres el informe, ya sabes aunque… ahora que lo pienso, serán 100.000€
• ¿Qué? ¿Por qué?
• Por hacerte la estrecha, puta, así aprenderás

Y se fue al coche. Lo seguí. Sacó el bolso y me lo tiró de mala manera. Dijo:
• Cuando tengas la pasta, llámame y solo dime “lo tengo”, y ahora te toca dar un paseo, no soy chófer de putas

Y se fue, dejándome en medio de no sé donde. Lo insulté un rato hasta que me cansé y me puse a andar. Al menos, me sirvió para pensar en como conseguir ese dinero. Cuando ya vi la ciudad, me llamó Gus y le mentí diciéndole que me había agobiado y salido a dar un paseo, que en un rato llegaría. Entonces llamé al abogado y le insistí que quería ver a Moni. El tío me decía que imposible pero le grité y amenacé, le dije que tenía que contarle algo muy importante. Al final, me dijo que lo intentaría. Le dije:
• Esta tarde, la tengo que ver esta tarde
• No sé si…
• Me importa una mierda, esta tarde ¿entiendes?

Llegué al coche destrozada por la caminata de varios kilómetros a las 12 del mediodía, con todo el sol pegando fuerte. Llegué al hotel donde estaba Gus esperándome. Me dio un beso y me abrazó pero le dije que me quería duchar. Me vio con mala cara y no insistió para que le contara donde había estado. Al salir, me dijo que saliéramos a comer algo. Le acompañé aunque casi no comí nada, no me entraba nada.

Gus estuvo todo el rato intentando animarme pero yo andaba con la cabeza en el tema del dinero. Sabía que necesitábamos ver ese informe pero era mucho dinero. Cuando volvíamos al hotel, me llamó el abogado y me dijo que en una hora me recogía para ir a ver a Moni. Casi di saltos de alegría. Se lo conté a Gus que se alegró mucho.

Esperé impaciente hasta que vino el abogado y fuimos a prisión. Gus tuvo que esperar fuera, solo podía entrar yo. Me moría de nervios. Nos llevaron a una sala y, cuando apareció Moni me dio un vuelco el corazón por la mala cara que tenía. Nos dejaron a solas, Moni, el abogado y yo. Me lancé sobre ella y nos abrazamos durante varios minutos, llorando y hablándonos al oído, yo dándole ánimos y ellas diciendo lo mucho que se alegraba de verme. Cuando nos tranquilizamos, nos sentamos, agarradas de la mano. Entonces dije:
• Creo que es mejor que hable a solas con ella

El abogado fue a decir algo pero Moni le hizo un gesto. Se levantó y se fue. Nos besamos tiernamente, con lágrimas en los ojos. Le pregunté como lo llevaba, me dijo que bien, asustada pero bien teniendo en cuenta las circunstancias. Entonces, viendo que el tiempo pasaba, fui directa al grano:
• Moni, he contactado con alguien que podría darnos acceso a mmm cierta información confidencial que puede ser importante
• Ah
• Pero pide dinero
• Ya
• ¿Qué hago? Es mucho
• ¿Cuánto?
• 100.000€
• mmm ¿Y qué información es?

Me acerqué a su oído y se lo conté. Entonces dijo:
• Es el poli ese asqueroso ¿no?
• Sí
• Mierda, no me gusta
• Ya
• ¿Te fías de él?
• Que va
• Pero crees que deberíamos pagarle ¿no?
• Es que no sé… no sé qué más hacer
• ¿Te buscó él o tú a él?
• Yo a él

Se quedó pensando y dijo:
• Vale, dáselo
• Pero… no es seguro que me de algo, lo mismo me tima y no podría hacer nada
• Da igual, es solo dinero
• Pero mucho
• Mírame, no sabemos que tienen, no entiendo que han encontrado, yo no lo hice pero algo tienen, consiguieron la orden de un juez, algo le presentaron que demuestra que yo lo hice
• ¿Alguien te ha acusado?
• No lo sé, puede ser, pero el abogado dice que solo por eso no me hubieran detenido
• Y no se te ocurre nada
• Nada, yo… ese día estaba tan cansada del viaje que no salí de casa
• ¿Y?
• Y eso es un problema, nadie me vio, no tengo coartada
• Ah
• El abogado y su equipo están buscando bajo las piedras pero...nada así que sí, dale el dinero, si es un timo, no te preocupes, no es culpa tuya
• Ya pero…
• Pero nada, es decisión mía, ahora le digo al abogado que te lo prepare
• Vale
• Y le diré que te dé las llaves de mi piso, de mi coche, tienes la tarjeta de crédito… no sé ¿Te hace falta algo más?
• No creo… bueno, sí, dame los contactos de los socios, Patricia y Adolfo, por si necesitamos hablar con ellos
• Vale, también se lo digo

Nos miramos y le dije:
• Sé fuerte, esto tiene que ser un error o…
• ¿No tienes dudas?
• ¿Dudas de qué?
• Si lo he hecho, si los maté yo
• Noooo, que locura
• Gracias, Ana
• Te conozco muy bien, jamás… es que vamos, solo pensarlo me parece tan ridículo que…

Me abrazó. Nos miramos y me dijo:
• Todo esto tiene una cosa “buena” (haciendo las comillas con las manos)
• ¿El qué?
• Que Felipe no se suicidó ni mató a su familia, estaba tan segura de eso
• Es cierto
• Alguien lo mató, no entiendo como alguien pudo hacer eso con un hombre tan bueno…
• Ya
• Muchos compañeros del trabajo lo juzgaron y sentenciaron como asesino, que asco… y ahora seré yo el objeto de esos comentarios
• No pienses en eso, cuando se demuestre que no fuiste, se comerán sus palabras

Me miró y dijo:
• Tienes mala cara
• Mira quien fue a hablar
• Pero lo mío es normal, mira donde estoy, pero tú… tú no duermes ni comes ¿Verdad?
• Bueno, imagínate
• No hace falta, lo veo… Anita, tienes que estar fuerte para ayudarme, cuídate, y haz caso a Gus, seguro que está todo el rato intentando animarte y haciendo lo posible para apoyarte
• Sí, es un cielo, no para de estar pendiente de mí y preguntar por ti
• Pues escúchalo ¿Vale? Tienes que estar fuerte, por mí, y dale un beso enorme de mi parte

Entonces llamaron. Entró el abogado. Moni le dio instrucciones. Puso mala cara y dijo:
• Mónica, es una suma muy elevada para…
• Se lo das, y es más, le vas a dar cualquier suma de dinero que te pida, sin consultármelo, se la das directamente
• Pero…
• Pero nada, y cualquier cosa que te pida mía, lo mismo, se la das
• Como tu abogado te tengo que recordar que podría irse con ese dinero y…
• Todo, acceso a todo y a todo mi dinero ¿Entendido?

El abogado refunfuñó pero dijo que lo haría. Salimos al poco, se me partía el corazón mirando como se la llevaban. Cuando salíamos, el abogado me advirtió que debería firmar unos papeles y que no se fiaba pero tenía que hacer lo que quería su cliente. Le dije al abogado:
• Mira, te entiendo, espero no necesitar más dinero, pero es importante
• No sé si…
• No tienes por qué saber nada
• Ya
• ah, y lo del dinero, no le digas nada a Gus

Me miró extrañado y dije:
• Al igual que no te voy a contar para que es para no involucrarte, no quiero involucrar a Gus, esto es cosa mía, si la cago, la cago yo sola ¿Vale?
• De acuerdo

Cuando llegamos donde nos esperaba Gus, lo abracé. Me preguntó como la había visto, que se contaba… le conté todo excepto lo del dinero, sabía que, como supiera que estaba en tratos con Linares, se pondría de los nervios, querría acompañarme y sería capaz de liarla y estropear todo. No era desconfianza en él, era que sabía que a la primera bordería o insulto de Linares, le pegaría una paliza y eso, Linares no le perdonaría, se vengaría y jodería a Gus y a Moni.

El abogado nos llevó de vuelta y quedamos en que me llamaría. Gus y yo dimos un largo paseo, charlando de mil cosas. Él intentaba que pensara en otras cosas, y se lo agradecía, necesitaba despejarme. Fuimos a cenar, comí algo más de lo que realmente me apetecía, por Gus y Moni, porque era verdad que me sentía débil y cansada. Dimos otro paseo ya de noche, y empezamos a hablar de qué hacer los siguientes días. Entonces, Gus me dijo:
• Ana, he estado pensando una cosa, será una chorrada porque no entiendo de estas cosas pero no sé, a ver que te parece
• Dime
• El socio nos dijo que Felipe le habló de una trampa ¿no?
• Sí
• Y he estado pensando ¿Cómo sería una trampa en un negocio así?
• mmmm
• No tengo ni idea ¿Y tú?
• Tampoco
• Pero quizás Adolfo lo sepa ¿no?
• Oye, pues es verdad, no lo había pensado
• ¿Le preguntamos?
• Sí, sí, una gran idea, nene, mañana le pedimos al abogado que nos dé el contacto de Adolfo y lo llamamos
• Quizás no lleve a nada
• Pero es algo por donde ir, joe, es que… menos mal que te tengo jeje

Y le besé. Seguimos andando y charlando mientras íbamos de vuelta al hotel.

GUS
Llegamos al hotel bastante cansados pero notaba a Ana de mejor humor, ver a Moni la había alegrado aunque hubiera sido verla en esas circunstancias. Entramos al baño a asearnos para dormir. Cuando terminamos, nos desnudamos. Miré como Ana se quitaba toda la ropa y me excité, como siempre. Además de guapa, tenía unas tetas y un culo geniales, era imposible no mirarla y que no se me pusiera dura. Pero su estado de ánimo no estaba para sexo, casi no comía ni dormía, siempre distraída, con la cabeza en los problemas de Moni, ahora no era cosa de insitirle en el sexo, por muchas ganas que yo tuviera. Aparté la mirada y me desnudé también.

Apagamos la luz y nos tumbamos, ambos desnudos, como siempre. Entraba bastante luz por la ventana pero a ninguno nos molestaba eso para dormir. Entonces, ella se acurrucó a mi lado, poniendo su cabeza en mi pecho y la rodeé con mi brazo. Noté sus tetas contra mi costado, y su coño contra mi muslo ya que había pasado una pierna sobre la mía. Se me puso dura casi al momento y me sentí incómodo, no quería que ella lo notara y se sintiera mal por no querer hacer nada. Intenté pensar en otra cosa para que se me bajara pero entonces me empezó a acariciar el pecho y dijo:
• Nene
• ¿Qué?
• Siento mucho como me he comportado estos días
• ¿Qué? ¿Por qué dices eso?
• He estado distraída, de mal ánimo, una compañía muy mala
• Es normal
• Es que todo esto… me ha superado, me costaba hasta pensar
• Ya, ya, verás como al final todo se soluciona
• No sé… pero mmm nene
• ¿Qué?
• Gracias por portarte tan bien y ser tan comprensivo
• No he hecho nada especial
• Sí, sin ti… ufff, ni lo quiero pensar

Entonces, bajó la mano y me la cogió, al final la había visto con tanta luz de la ventana. Dije:
• Lo siento, es que…
• Te tendrás que disculpar cuando no se te levante al tenerme desnuda a tu lado, no por lo contrario jeje

Levantó la cabeza y le di un beso pero fue algo rápido. Volvió a poner la cabeza en mi pecho y empezó a mover la mano a lo largo de mi polla. Pensé “Esto va a acabar en que me hace una paja para que me quede tranquilo”. Entonces dijo:
• Hoy me ha dicho Moni que te dé un beso enorme de su parte así que…

Volvió a levantar la cabeza y esta vez, nos morreamos bien. Terminamos y volvió a poner la cabeza en mi pecho, diciendo:
• ¿Sabes que me ha dicho que tengo muy mala cara?
• ¿Sí? Anda ya, siempre estás preciosa
• jaja, adulador… pero tiene razón, no he comido ni dormido bien desde hace días
• Ya
• Y la verdad es que tengo mucha hambre
• ¿Ahora?
• Sí, mucha, pero mucha, mucha… de ti
• jaja
• Creo que te voy a comer entero, no voy a dejar ni las migas
• ¿De verdad tienes ganas?
• ¿Por qué dices eso?
• Puesss... no sé, por tu ánimo
• A mí no se me pone dura, pero tenerte al lado desnudo me pone cachonda, muy cachonda

Entonces, me comenzó a besar el pecho y fue bajando hasta metérsela en la boca y comenzar una mamada lenta. Estuvo varios minutos tomándoselo con calma, chupando y lamiendo, hasta que se incorporó un poco para meterse más y más mi polla en su boca. Esto no lo solía hacer mucho ya que le costaba, pero tras varios intentos, consiguió comerme entera la polla, hasta la garganta. Lo hizo varias veces, jadeando y atragantándose, quedándose parada varios segundos cuando ya estaba todo dentro. Me miró sonriendo y se movió para ponerse en un 69. Le comí el coño, que lo tenía hecho agua y no tardó mucho en tener un orgasmo, gimiendo con mi polla en su boca mientras le temblaban las piernas.

Cuando se calmó, se giró y me dio un morreo de escándalo para luego, ponerse encima y cabalgarme, de nuevo lentamente. La veía perfectamente por la luz de la calle, con su figura tremendamente sexi gracias a sus tetas imponentes. Recordé la primera vez que se las vi, me dejaron extasiado, eran grandes y redondas, perfectas. Ana seguía moviéndose lentamente, recuperándose de su orgasmo aún pero sabía que pronto se animaría. Le agarré las tetas y jugué con sus pezones. Eso la encendió de nuevo y empezó a moverse más rápido y a gemir en alto. Pronto, sus gemidos pasaron a ser gritos, aún no altos pero ya muy calientes. Supe que se iba a correr pronto pero entonces, ella paró y tiró de mí para que me pusiera encima. La follé rápido, con ella clavándome los dedos en la espalda y gritando sin control hasta que nos corrimos casi a la vez.

Nos quedamos en la misma postura besándonos tiernamente hasta que mi polla se salió de ella, que es cuando me soltó. A los 10 segundos, dormía.
 
10

ANA

Por la mañana me desperté de buen humor y hambrienta. Salimos a desayunar y luego, nos fuimos a dar una vuelta. Mientras paseábamos, me di cuenta que estaba ansiosa por saber que decía el informe policial, ver las pruebas que tenían, y se me ocurrió algo, si alguien había implicado a Moni acusándola de asesinato, podría ser el causante de los problemas en la empresa, el de la trampa, y quizás hasta el asesino de verdad. Estaba deseando saber si esa era su prueba, un falso testigo, y ese alguien sería nuestro sospechoso número 1.

Llamé al abogado para saber como iban los trámites. Me dijo que me avisaría durante la mañana para firmar y darme el dinero. Le pregunté si ya sabía algo de la acusación y me dijo que sí, que la iban a acusar de homicidio pero aún no había pasado a disposición judicial, aunque estaría al caer y que habían detenido a Mónica por el riesgo de huida si se enteraba de la causa sobre ella mientras terminaban de realizar la investigación, pero que tenían que tenerlo muy claro para dar ese paso de la detención. También me dijo que pasadas 72 horas la tenían que poner en disposición judicial o soltarla por falta de pruebas ya que la policía, el fiscal y el juez no se arriesgarían a tenerla detenida más tiempo sin acusarla formalmente, y que cuando estuviera en disposición judicial, tendríamos toda la información.

Me quedé pensando ¿Merecería la pena la información de Linares por ese dinero si en horas o un día íbamos a tenerla? Le pregunté al abogado si ayudaría conocer las pruebas ahora mismo y me dijo que sí pero que no sería esencial, que tendríamos mucho tiempo para rebatirlas. Tenía que pensar bien lo de pagar a Linares.

Cuando ya me iba a despedir, me acordé de otra cosa y le pedí los móviles de Patricia y Adolfo. Me los envió pasados unos minutos y llamamos a Adolfo. Tras decirle quienes éramos, se alegró mucho y nos preguntó por Mónica, que sabía que la habían detenido pero no tenía forma de ponerse en contacto con nosotros para preguntarnos. Le dijimos lo poco que sabíamos. Entonces le conté lo de la trampa de Felipe y si él sabía algo de eso. Se quedó pensando y dijo:
• Una trampa… ¿De qué tipo?
• Ni idea
• Pero… ¿Para qué?
• No lo sabemos, solo lo que te acabamos de contar, que tenía un problema y Paco nos dijo que gracias a una trampa, Felipe lo iba a resolver
• Joder, pues no sé que deciros
• Ya, era por si a ti se te ocurría algo…
• Es que… no sé… mmmm
• ¿Se te ha ocurrido algo?
• El portátil de Felipe lo tiene la poli, no lo han devuelto aún
• Ya
• Pero… él trabajaba mucho en remoto… podría mirar… quizás… mmmm tengo sus credenciales, me las dieron para recuperar cosas del trabajo
• Ah
• Pero, la verdad, no sé donde mirar
• Bueno, tú sabes más que nosotros
• Además, no sé… me voy de la empresa, si me pillan fisgoneando podrían pensar que estoy intentando llevarme algo y meterme un puro de los grandes
• Ah, entiendo
• Y sería para nada porque no sé ni por donde mirar
• Ya, ya, era solo una idea
• Lo siento, si supiera algo más, no sé, si se os ocurre algo… pero tened en cuenta me voy en unos días
• Nada, Adolfo, era solo una idea
• Ya, siento no ayudar, me encantaría pero es que no sé como…

Y nos despedimos. Vi que Gus me miraba triste, su idea no había funcionado. Me pareció raro que Adolfo no hubiera querido ayudar más, lo había notado muy a la defensiva, con miedo y no lo entendía bien, si iba a dejar la empresa ¿Qué más le daba fisgonear un poco?

Decidimos pasarnos por la comisaría a preguntar, pero nadie quiso decirnos nada, todo bajo secreto de investigación. Toda la mañana perdida allí para nada. Almorzamos y nos quedamos sin ideas, habíamos preguntado por la zona, habíamos insistido a la policía… no sabíamos que más hacer, menudos dos investigadores. Pensé que necesitábamos el informe policial para conseguir avanzar. Decidimos volver a Marbella a preguntar una vez más a los vecinos, por si teníamos suerte, que muchas veces a base de preguntar y preguntar, al final caía alguna información interesante. Pero tampoco tuvimos suerte y volvimos a las 8 de la tarde al hotel, desanimados.

Gus se fue a correr y me quedé en la habitación buscando en el portátil por internet, sin saber bien que buscar. Entonces me llamó el abogado y quedé con él. Le firmé un montón de papeles para que me diera el dinero, las llaves de la casa de Moni en Madrid y acceso a lo que necesitara. Le dije que esperaba que nada más pero le pedí que me enviara toda la información que tuviera del caso. Me pasó el dinero en una pequeña mochila. Era la primera vez que veía tanto dinero junto. Me puse muy nerviosa. Cuando volví a la habitación, lo escondí, no pensaba decirle a Gus que había quedado con Linares para darle ese dinero.

Cuando Gus llegó y se fue a la ducha, me metí con él y echamos un buen polvo que me gustó pero no consiguió quitarme los nervios. Luego salimos a cenar, dimos un paseo y, de vuelta al hotel, volvimos a follar, rápido e intenso. Nos dormimos abrazados pero me desperté un par de horas más tarde. Me puse a mirar el móvil y vi que el abogado me había enviado un montón de documentación. Me levanté y la leí en el portátil. Tras una hora leyendo informes y actas, me cansé, no había nada interesante, ellos sabían tan poco como nosotros.

Me levanté y busqué en la maleta. Saqué un cigarrillo. Casi nunca fumábamos, pero siempre teníamos un paquete, por si acaso. Me acerqué a la ventana y la abrí, y me puse a fumar, pensando. Sabía que lo de Linares no era buena idea, no me fiaba de ese cabrón, temía que me timara, que se volviera a aprovechar de mí, que al final no sirviera de nada… pero es que no veía otras opciones, estaba agobiada sin saber que más hacer.

GUS
Me desperté sin abrir los ojos. Moví la mano y, al no tocar a Ana, los abrí. La vi de pie, desnuda frente a la ventana, fumando. Estaba super sexi, tenía un cuerpo que me ponía malo, pero es que además, me pareció que estaba tremendamente sexi, allí fumando, con la luz de la calle entrando, ella pensativa, su precioso culo… Me levanté y ella me miró. Fui hacia ella. Me puse detrás suya y le dije:
• No puedes dormir
• No, no mucho
• Dame una calada

Y me la dio. Luego, siguió fumando. Le dije:
• Si miran hacia arriba, te van a ver
• No hay un alma en la calle
• Ya
• Es bonito esto ¿eh?
• Sí

No veíamos el mar pero la ciudad de noche estaba silenciosa y bonita, solo pasaba algún coche de vez en cuando. Le acaricié el culo. Estaba ya totalmente excitado. Me pegué un poco a ella, para que notara mi polla ya dura. Ana miraba fuera, fumando. La besé en el hombro y luego en el cuello. Ella se dejaba hacer. Le mordí los lóbulos de la oreja, se la lamí y ella giró la cabeza para besarme con lengua. Mi mano no paraba de agarrarle el culo, acariciándoselo, apretándolo…. Entonces, apagó el cigarrillo y me dijo:
• ¿Te gusta mi culo?
• Me vuelve loco
• ¿Quieres follármelo?
• Sí

Mientras no paraba de besar su cuello. Ella gimió y dijo:
• Fóllamelo aquí pero antes, cómemelo

Y me arrodillé y le mordisqueé las nalgas y luego le lamí el ano como sabía que a ella le gustaba. Mientras, le acaricié el coño y le metí dos dedos. Ana gemía frente a la ventana abierta. Al rato, dijo:
• Fóllame el culo, nene, fuerte

Me incorporé y se la metí despacio, sin lubricante, solo con mi saliva. Entró con dificultad mientras ella se inclinaba en la ventana. La follé despacio y le dije:
• Tócate

Ana se acarició una teta con una mano y con la otra, el coño. Gimió flojo, mientras yo seguía moviéndome despacio. Esperé a que ella se excitara más. Cuando vi que se soltaba la teta y se agarraba a la ventana, supe que ya estaba. Aumenté el ritmo y ella sus gemidos y su mano en su coño. Pronto, sus gemidos fueron claramente audibles, y cada vez más. La follé cada vez más rápido y entonces empezó a correrse. Seguí follándome su culo hasta correrme yo también. Ana, como siempre, había montado un buen espectáculo sonoro y seguro que en la calle se la había escuchado, pero ahora mismo ella estaba jadeando y temblando, le daba todo igual. Me salí de ella y la besé en la espalda. Se giró y me dio un beso de tornillo.

Luego, nos fuimos al baño y nos limpiamos. Volvimos a la cama y me quedé dormido de inmediato mientras ella me abrazaba y acariciaba el pecho.

ANA
Me desperté y tomé la decisión, llamaría a Linares y le diría que no iba a pagar. Me vestí y salí de la habitación sin despertar a Gus. Fuera del hotel lo llamé y le dije:
• No vamos a pagar
• ¿Seguro?
• Sí, seguro que hoy tendremos toda la información, se cumplen las 72 horas
• ¿Toda? Lo dudo
• Claro, cuando la pongan en disposición judicial le darán al abogado la información de…
• Zorrita, te estoy ofreciendo más que el expediente completo, todas las líneas de investigación y toda la información recabada, alguna que es sospechosa y no está clara del todo y, que en manos de un defensor competente, pueden significar una gran diferencia
• ¿Como qué?
• Lo verás cuando me pagues
• No te creo
• Putita, estás jugando con el futuro de esa pijita ¿Sabes lo mal que lo va a pasar en la cárcel?

Me mordí el labio nerviosa porque eso era cierto pero pagarle a ese cabrón esa cantidad de dinero para que luego no fuera nada… Le dije:
• Necesito algo para saber que no te voy a dar ese dinero por nada
• No
• Pero…
• Putita, me cansas, adiós

Y me colgó. Me quedé pensando. Si era cierto lo que decía, eso nos daría mucha ventaja en la defensa, pero ese cabrón no era de fiar, lo sabía. Tras unos minutos, lo volví a llamar:
• De acuerdo, pero como me engañes y no tengas nada…
• Tranquila, zorrita, te va a interesar, será un dinero bien invertido
• ¿Dónde quedamos?
• Luego te lo digo

Me colgó. Me quedé extrañada. Al poco, me mandó un mensaje con otro número de móvil con una dirección de Marbella, y que fuera a las 5 de la tarde. Subí a la habitación y me duché pensando en Gus. Se lo podría decir, que me acompañara, sabía que sería lo mejor pero Gus era muy temperamental, estaba segura que juntar a esos dos era acabar en bronca, pelea y quien sabe que más. Me jodía no contarle esto, a Gus le contaba todo excepto lo relativo a ese mierda de Linares pero no por mí sino por él, Linares estaría encantado de detenerlo o chivarse a los narcos o a saber que más.

Pasamos la mañana igual que la anterior, dando el coñazo en comisaría a ver si pescábamos algo, con el mismo resultado, nadie contaba nada. Almorzamos y, al terminar, le dije a Gus:
• Nene, se me ha ocurrido algo
• ¿El qué?
• Podríamos preguntar a los periodistas locales
• mmm
• Esta tarde quiero ir a ver al abogado, a ver si podemos ir a ver a Moni ¿Te encargas tú de ir al periódico de aquí y preguntar?
• Bueno, mejor los dos ¿no?
• No, quiero ver a Moni, no quiero dejarlo, ve tú a preguntar ¿vale?
• Vale, vale

Y un rato después, nos separamos. Me fui al hotel y me cambié de ropa. En verano casi siempre estaba con vestidos de verano o shorts, pero me puse un vaquero largo y una camiseta holgada sin escote, no quería tonterías con Linares. Cogí el coche y conduje a Marbella, quería llegar a tiempo ya que no conocía la zona.

MÓNICA
Me llevaron a una sala y me sorprendió ver al policía ese asqueroso. Me senté y el tío se quedó un buen rato mirándome, sin decir nada. Entonces, pulsó un botón y dijo:
• Ahora podemos hablar tranquilamente
• ¿Qué quieres?
• He quedado dentro de un rato con tu amiga, la puta

Me crispé al escuchar como hablaba de Ana pero me contuve. El tío se rio de forma desagradable y dijo:
• Porque sabes que es una puta ¿no? menudos antecedentes tiene la zorra, esa ponía el culo a cualquiera, igual que su novio, otro puto pero además, maricón
• Sé todo eso, es el pasado y…
• Y sigue siendo una puta ¿Te ha contado que hace un par de años quiso algo de mí y me lo pagó abriéndose de piernas?

Me quedé de piedra. Él se dio cuenta y rio diciendo:
• La muy zorra sabe que está muy buena y como es la forma más fácil de conseguir algo, a saber a cuantos se folla para conseguir sus mierdas
• Ella… ella no…
• Ella es una puta, rubia, una puta… mira, esa te va a timar todo la pasta que pueda, te quiero avisar porque me das pena, eres una pija que no sabe de la vida, pero esa puta se las sabe todas
• Yo…
• Sabes que me vino el otro día con una propuesta ¿no?
• S… sí
• Me pidió información sobre tu caso
• Ya
• E íbamos a hacer una transacción como la de hace dos años, un polvo por la información pero no, su idea era otra

Me quedé esperando. Se tomó su tiempo hasta que continuó:
• Me dijo que esta vez tenía pasta y me daría dinero por la información
• Ya
• Te lo ha pedido a ti ¿Verdad?
• Sí
• Pero te habrá pedido más de lo que me va a dar a mi
• Yo… no sé…

Estaba en shock. Encima dijo:
• Porque seguro que te ha pedido más de esos 10.000 que me va a dar ¿no?

Me quedé sin habla, no me lo podía creer. Él lo vio mi cara y se rio:
• Que puta, lo sabía ¿Cuánto te ha dicho?
• Yo… yo…
• Te va a timar, seguro que luego te llama para decirte que le he pedido más pasta jajaja

Me eché las manos a la cabeza y cerré los ojos pensando “No, Ana no, por favor”. Dijo:
• Mira, tranquila, no se va a salir con la suya, le voy a dar una lección
• ¿Qué?
• Esta tarde, si hace falta, le sacaré a hostias el resto de la pasta que te ha pedido, total, era para mí ¿no? jajaja y me la follaré, vaya si me la follaré, y la humillaré de tu parte, quizás hasta invite a un par de amigos... o mejor, me la follaré y luego se la dejaré a un par de drogatas de la calle, que se diviertan con ella, hasta le haré un favor, está claro que le gusta follarse a drogatas ¿no? jajaja

Lloré sin poder pensar en nada. El tío se me acercó y me dijo:
• Esa puta no va a querer volver a timarte en su vida, tranquila, de eso me encargo yo, se va a acordar de esta tarde

Entonces se fue.

LINARES
Cerré la puerta satisfecho. Había tenido que pedir unos favores para conseguir hablar con la pija pero había merecido la pena. Tenía que joder la amistad entre esas dos, tenía planes para la puta, planes que me iban a dar mucha pasta y, sobre todo, amigos importantes. Ahora ya había plantado la semilla de la duda entre esas dos. Lo siguiente sería separarla del quinqui del novio, pero eso sería aún más sencillo.

Me fui silbando, me esperaba una buena tarde follándome a la putita. Se me ponía dura de solo pensar en sus tetas y todo lo que pensaba hacerle.

MÓNICA
Me dejaron en la celda donde no paraba de llorar sin poder controlarme y repitiéndome todo el rato “Ana no, Ana no”. Me sentía muy dolida, traicionada, me quería morir, yo había confiado en ella siempre, le habría confiado mi vida y ahora…

Y estuve como media hora en estado de shock, llorando y tan dolida que ni pensaba. Hasta que me fui calmando y entonces pensé “No puede ser… Ana jamás me ha pedido un euro, ni ha querido nada de mí que tuviera que ver con dinero, y siempre ha estado ahí, jamás me ha dejado de escuchar, de apoyar, ha venido corriendo siempre que he estado mal, ella es… mierda, mierda, me he dejado engañar por ese hijo de puta ¿Cómo he podido creerme lo que me ha dicho? Sé que es un cabrón y lo he creído, mierda, estúpida, eres una estúpida pero ¿por qué? ¿por qué nos quiere hacer daño? ¿Por…?“ y recordé lo que había dicho que pensaba hacerle a Ana y me levanté de un salto y me puse a gritar:
• QUIERO HABLAR CON MI ABOGADO, AHORA, ES IMPORTANTE, ES IMPORTANTÍSIMO, POR FAVOR, GUARDIAS, POR FAVOR

Estuve gritando durante un buen rato hasta que me hicieron caso y me dejaron llamar. Pero llamé a Ana, pero me saltó que no estaba conectado. Me puse a llorar. Llamé al abogado. En cuanto se puso el abogado, le dije:
• Llama a Ana, rápido, no la dejes ir
• Ir ¿A dónde?
• Ha quedado con ese tío y… es una trampa, no la dejes ir, LLÁMALA YA
• Vale pero ¿Con quién…?
• Da igual eso, dile que no vaya, que me llame, ve al hotel, lo que sea, pero que no vaya, por favor, no la dejes ir, por favor

Y me puse a llorar. Colgué para que el abogado la buscara pero sabía que ya era tarde, muy tarde, y todo por mi culpa, por dudar de ella, todo por mi culpa.

ANA
Fui caminando hacia el lugar de la cita. Iba solo con la pequeña mochila con el dinero, había dejado en el coche el bolso con el móvil apagado… seguro que me lo querría registrar.

Llegué al lugar y vi su coche. Entré. Le dije:
• Aquí tienes…
• Silencio, no me fio de ti

Y condujo hasta una zona que no conocía. Aparcó y se dirigió hacia un chalet adosado. Entramos. Estaba acojonada pero resuelta a terminar con esto rápidamente. Esperé a que me cacheara con el consiguiente manoseo que aguanté. Entonces dijo:
• Siéntate

Lo hice y le dije:
• Traigo el dinero
• Bien, dámelo
• Antes la información

Me miró y abrió un portátil. Dijo:
• Ahí la tienes, léelo
• No, me lo tienes que enviar
• No, una mierda, eso no sale de aquí, lo lees tranquilamente pero eso no va a ir a parar a un abogado
• Pero…
• Pero una mierda, lo lees o te vas, no hay otra

Lo miré enfadada pero me puse a leer. Era el informe policial, un montón de documentos, fotos... Mientras yo leía, él contaba la pasta. Me quedé impactada al ver las fotos y leer como fueron las muertes. Felipe envenenado y muerto entre convulsiones, sufriendo. La mujer, le habían rajado el cuello desde atrás, mientras veía la tele en el salón. Y los niños, asfixiados con sus almohadas. Era todo horrible, con fotos, detalles… me sentí mal, muy mal pero al ver la brutalidad de todo, más segura estuve aún de que Moni no tenía nada que ver con aquello.

Seguí leyendo transcripciones de interrogatorios, informes internos,... Al principio, la investigación se había enmarcado dentro de suicidio pero unos días después lo cambiaron a asesinato por diversas pruebas. Estuve como una hora leyendo mientras Linares me miraba pero no molestaba. Muchas partes eran técnicas y me las saltaba, quizás tuvieran importancia pero no las comprendía y no quería perder el tiempo. A veces le preguntaba algo a Linares y me explicaba.

Entonces, busqué la parte de las pruebas y no las encontré. Le pregunté:
• Aquí no está todo
• No
• ¿Por qué? Habíamos quedado en que me darías acceso a todo
• Es que he pensado que 100.000 era poco
• Serás hijo de… era un trato
• Pues lo cambio
• ¿Cuánto quieres?
• Te quiero a ti

Inspiré y él se rio. Dijo:
• Quiero follarte bien
• ¿A cambio de qué?
• Del resto del informe
• ¿Todo?
• Sí, todo

Estaba ya concienciada que tendría que follar con él, me había intentado autoengañar durante estos días, que sería solo dinero, pero cuando me llevó a su casa, lo supe. Respiré hondo y le dije:
• De acuerdo, pero lo del final no lo voy a hacer
• Sí, eso también
• No
• Pues quitaré alguna hoja del final

Lo miré con asco y odio. Le dije:
• Esta bien, pero en las tetas
• No, esta vez también en la cara
• Entonces me voy

Y me levanté. Era un farol. Haría cualquier cosa por Moni, ver las pruebas contra ella era lo más importante y no pensaba dejar pasar esta oportunidad, pero tenía que intentarlo. Me sorprendió cuando dijo:
• Está bien, solo me mearé en tus tetas pero estaremos un buen rato follando, me he tomado una pastillita azul y eso no baja rápido

Y se rio tosiendo. Me estremecí pero pensé que por Moni merecía la pena… me empecé a desnudar.

Tras no sé cuanto rato que se me hizo eterno, me levanté y fui al baño. Me metí en la ducha y me quité su última corrida en la cara. Entonces llegó él y dijo:
• Ponte de rodillas

Lo miré con asco pero me arrodillé en la bañera, ya era lo último. Levanté la cara pero sin perder de vista donde apuntaba. Entonces dijo:
• Abre la boca

Me incorporé y me alejé de él. Dije:
• Una mierda, te dije en las tetas
• mmmm si te portas bien, quizás te diga algo que ayudará a tu amiguita
• ¿El qué?
• Abre la boca y lo sabrás
• No, dímelo antes
• Tengo una coartada para ella, para esa noche
• ¿Y por qué no está en el informe?
• No estoy ya en esa investigación
• ¿Y cómo lo sabes?
• Soy un buen detective, sé donde preguntar

Lo miré sin confiar en él pero, joder, una coartada para Moni era demasiado importante aunque Moni había estado todo el fin de semana en su casa, sin salir, y ella decía que nadie la había visto excepto Patricia por la mañana, pero eso no era una coartada válida, era demasiado pronto ya que los asesinatos fueron por la noche, le habría dado tiempo a llegar. Le dije:
• Me mientes
• No
• No me fio de ti
• Ahora mismo te podría dar un par de hostias bien dadas y harías lo que yo quisiera, sin contarte nada, pero mira, te estoy ofreciendo una transacción civilizada… lo tomas o lo dejas

Lo miré unos segundos y luego, me arrodillé y abrí la boca. Dijo:
• Saca la lengua y mírame, puta

Y así hice. Aguanté aquello como pude. Cuando terminó, escupí y abrí la ducha. Él se fue riendo y yo me quedé unos minutos bajo la ducha llorando de rabia. Pero me recuperé y salí. Cogí una toalla y, casi sin secarme, solo envuelta en ella, fui al salón. Allí me vestí y le dije:
• Dímelo
• Primero lee el resto

Me puse a leer. Vi las pruebas contra Moni. Un vaso y un cuchillo con sus huellas. Me hundí, era todo tan claro ¿Cómo podía ser? Además, una declaración de Alfonso, uno de los socios, diciendo que Felipe le había contado que se estaba acostando con Moni pero que estaba un poco asustado con ella porque tenía cambios de humor y le amenazaba si no dejaba a su mujer. Declaraba que había estado hablando con él por el móvil el mismo sábado que murió y Felipe le había dicho que había cometido un gran error al acostarse con Mónica, que le estaba acosando, que ella estaba desquiciada, que había pasado con ella la semana intentando tranquilizarla pero ella solo quería sexo y retenerlo. Me quedé flipando ante lo absurdo de esa declaración y pensé “Ese es, el asesino”. Terminé y le dije:
• ¿Y bien?
• Bien ¿Qué?
• La coartada y esas cosas que decías que no estaban claras del todo
• Ah, jajaja

El cabrón me estaba haciendo sufrir. Dijo:
• Oye, eres una puta perfecta, una guarra total, y encima estás muy buena… podrías ganar una pasta, te podría conseguir clientes que pagarían una fortuna por las cosas que has hecho hoy ¿Te interesa?
• No, dime la coartada
• ¿Seguro?
• Segurísimo
• Que pena… en fin

Se quedó callado. Me puse nerviosa, este cabrón no tenía nada, me la había jugado. Entonces dijo:
• ¿No te parece extraño que con unas pruebas así no hubiéramos acusado a tu amiga desde el primer momento?
• mmm sí, ahora que lo dices, es verdad ¿Por qué no lo hicisteis?
• Porque eran pruebas raras, no cuadraba todo y se decidió seguir con la investigación mientras a tu amiga se la ponía bajo vigilancia, pero un día desapareció de Madrid y eso activó alarmas por posible fuga y se pidió la orden para detenerla
• ¿Por venir a Marbella?
• Sí, hubo un poco de pánico, no se sabía donde estaba, y con lo mediático que es el caso, imagínate si llega a huir, la prensa nos hubiera crujido, hubiera sido un buen escándalo y los jefes no se lo podían permitir
• Ah, y ¿Qué es lo que no cuadraba con esas pruebas?
• mmmm ¿Sabes que no se ha encontrado ningún juego de cuchillos igual a ese en la casa?
• ¿Qué?
• Que el asesino lo llevó, no lo cogió en la casa
• Ah ¿y?
• Tu amiga tiene el mismo juego y le falta ese cuchillo, pero es raro llevarse un cuchillo de cocina en el bolso ¿no?
• Mierda
• Y tampoco hay ningún vaso igual en esa casa, pero… curiosamente, tu amiga tiene esos vasos y ¿No te parece raro llevarse un vaso de tu casa para beber en otra casa?
• ¿Crees que alguien los puso allí tras cometer los asesinatos? pero ¿Quién?
• mmm ya sabes lo fácil que es entrar en la casa de alguien que está de vacaciones y cogerle algunas cosillas ¿no?
• Pero ¿Quién iba a….? mmm el socio, el que ha declarado esas mentiras ¿no?
• Ahhh jaja, si además de puta tienes cerebro jajaja

Lo miré cabreada pero a la vez, contenta, todo se iba aclarando:
• Pero ¿Por qué iba a hacer eso ese tío?
• mmm investiga sus cuentas y deudas, son interesantes
• ¿Tiene problemas económicos?
• Investiga, no te voy a hacer yo todo el trabajo
• Entonces ¿Vais a seguir adelante con la acusación a Mónica?
• Sí, las pruebas son las que son, y ella no puede decir donde estuvo esa noche
• Pero tú sí, dices que tienes una coartada
• Sí jeje, aunque con esto que te he dicho del vaso y los pelos, un buen abogado puede hacer maravillas aunque todo el mundo seguirá pensando que es una asesina, pero se podría librar

Eso me dio esperanzas, era verdad. Le pregunté impaciente:
• ¿Cuál es la coartada?
• Resulta que a tu amiga le gusta nadar de noche

Lo miré sin entender. Él siguió:
• Y resulta que vive en un piso de ricachones
• Ya pero…
• Que tiene cámaras, y esa noche, a las 12, más o menos la hora de los crímenes, ella salió de su casa y fue a la piscina
• Eso ella no nos lo ha contado ¿Está grabada?
• Sí
• ¿Cómo lo sabes?
• Tengo “amigos” y contactos… fue fácil, solo hay que pensar un poco y saber preguntar
• Mónica no ha dicho nada de ese baño
• Se la ve bastante colocada en el video, iba hasta arriba de algo jeje
• Dame ese video
• Te lo puedo dar pero no servirá de nada
• ¿Por qué?
• Puede estar trucado… tienes que pedirlo a la empresa de seguridad con un abogado y la policía, que no haya dudas de su autenticidad

Me quedé pasmada y con ganas de gritar de alegría, iba a sacar a Moni de prisión, ya no habría dudas, quería saltar, reír, todo el mal rato que había pasado se me había olvidado, esto era lo más importante. Noté que iba a llorar pero conseguí controlarme. Dije:
• ¿Y por qué no cuentas esto a la policía?
• Te he dicho que no es mi caso
• Pero si sabes que ella es inocente… joder
• Mira, no tienes ni puta idea de como son las cosas… si voy con esto, le joderé una investigación al jefe y él, viendo sus pruebas, ha decidido ir a por ella, nunca me perdonará que haya metido las narices donde no me llamaban, este caso es una patata caliente y ahora tienen a alguien y pruebas, es perfecto
• Pero ahora yo lo contaré
• Ah, pero ya no será cosa mía
• E imagino que con esto joderás a ese tío que te la tendrá jurada o algo así, sin mancharte tú, vamos, que me has utilizado, encima te estoy haciendo un favor

Linares me miró sonriendo y dijo:
• Ya es hora de que te largues

Y me fui. En la calle, casi grité de alegría. Era increíble como el asco que me daba a mí misma por todo lo que acababa de hacer hubieran pasado a un segundo plano, ahora lo importante era contar lo de Moni. Tenía que llamar al abogado y contarle todo. Lo que acababa de hacer se quedaría guardado en ese oscuro sitio de mi cabeza donde lo tendría escondido para siempre, junto al resto de cosas repugnantes de mi vida anterior.

Busqué un taxi y al llegar a mi coche, llamé inmediatamente al abogado. Me dijo que había intentado localizarme pero no le dejé hablar. Le dije que tenía que hablar con él con urgencia. Quedamos en su oficina. Allí le conté todo lo que había leído, y lo de las cámaras. Él no fue tan optimista, dijo que Moni no había contado nada de que había ido a nadar esa noche. Le dije que Moni había estado con la cabeza ida, que no estaba bien, pero que había que mirar esas cámaras. Dijo que él se encargaba de todo. Le dije también lo del socio y sus deudas, ahora estaba segura que era el asesino. Por último, le dije que no contara a Gus que yo había conseguido la información.

Cuando ya me iba a ir, el abogado me dijo:
• He estado toda la tarde intentando ponerme en contacto contigo
• Ya he visto ¿Por?
• Mónica ha insistido
• ¿Por qué?
• No quería que fueras a la cita
• ¿Y eso?
• No me lo ha dicho pero estaba muy alterada

Me extrañó pero estaba tan feliz que no le di importancia. Salí de la oficina y llamé a Gus y le dije que tenía que contarle algo increíble. Fui al hotel y allí le abracé con todas mis fuerzas. Le conté todo pero diciéndole que lo había conseguido el abogado. Nos abrazamos y reímos de alegría. Le dije de volver a Madrid y fuimos a la estación de tren. Necesitaba ver la casa de Moni y el video. Y quería hablar con el otro socio, Paco, para contarle lo nuevo que sabíamos, iba a desenmascarar a ese hijo de puta de Alfonso. Tenía que pagar por todo esto, vaya si iba a pagar.
 
11

ANA

En el tren, nos llamó Adolfo. Nos dijo:
• Esta mañana he sido un cobarde, he pensado más en mí que en Mónica, lo siento
• ¿Qué quieres decir?
• Me asusté y no lo pensé, pero luego, almorzando estuve pensando en qué podía ser esa trampa y se me ocurrió algo pero me daba miedo a que me pillasen y me denunciasen, pero luego pensé que les dieran por culo, son todos unos cabrones
• ¿Y has descubierto algo?
• Sí, no sé que es pero os lo digo, aunque no sé si servirá de algo
• Venga, dinos
• Felipe estuvo monitorizando los accesos a una parte del servidor, puso un programa
• Ah ¿Y eso qué quiere decir?
• Quería ver quién accedía a una parte del producto, a la importante, al algoritmo central
• mmmm sigo sin comprender bien
• Bueno, yo tampoco pero a esa parte solo accedían normalmente él y otros dos técnicos, los que entienden eso, el resto no tienen por qué acceder
• ¿Y pueden acceder más personas?
• Solo ellos tres y los otros dos socios
• Ajá ¿Y quién accedió?
• Pues los dos técnicos, de forma constante, sin parar, pero eso es normal
• Ah, vale
• Pero lo raro es que… accedió Alfonso
• Ah ¿Y es raro?
• Mucho, él no entiende ese código
• Ajá
• Creo que esa era la trampa, o el cebo o lo que sea… no entiendo por qué es importante pero Felipe lo preparó y se puso una alarma por si accedía alguien diferente de él y los dos técnicos
• mmmm
• ¿Os sirve de algo?

Miré a Gus. Sonreímos, no lo entendíamos pero estaba claro que era otra prueba más contra Alfonso. Le dije a Adolfo:
• Creo que sí, que puede ser importante
• ¿Sí? Pues me alegro de haberlo hecho
• Gracias, le has echado valor
• Soy un cobarde, esto no es nada… decidle a Mónica que me perdone por no haber ayudado más y antes…
• Has ayudado, ella se alegrará, eres prácticamente su único amigo en la empresa, su único amigo de verdad
• Ya, menudo amigo… espero verla pronto, que se aclare todo y verla antes de irme
• ¿Te vas?
• Sí, me voy a tomar un año sabático, para viajar, esto ha sido un palo, nada comparable a lo que Mónica ha sufrido pero para mí, Felipe también era importante
• Lo entiendo, muchas gracias Adolfo
• De nada, siento no haber llamado antes

Y nos despedimos de él. Teníamos indicios claros que algo pasaba con Alfonso pero ninguna prueba concluyente:
1. Había accedido a información a la que no debería acceder
2. Había contado mentiras sobre Mónica
3. Tenía deudas

Todo eso lo señalaba pero no lo podíamos acusar sin pruebas concretas, necesitábamos encontrar algo. Un rato después, nos llamó el abogado, habían ido a la empresa de seguridad del edificio de Mónica y encontrado la grabación, y en efecto, se la veía a la hora del crimen dándose un baño. Ahora estaban en contacto con la policía y esperaban que retirarán pronto la acusación contra Mónica. El abogado nos envió un trozo del video grabado desde su móvil, donde se veía a Mónica metiéndose en al piscina y, en una esquina, la fecha y hora. Gus y yo nos abrazamos emocionados. De todas formas, el trámite no iba a ser inmediato y tardarían un tiempo en aceptarlo y liberarla. Me maldije por mi impaciencia y no haberme quedado en Málaga para verla salir pero ya que estábamos casi en Madrid, aprovecharíamos para ver como obtener una prueba contra ese cabrón de Alfonso.

Pensé mientras miraba por la ventana y se me ocurrió algo. Se lo conté a Gus y llamamos a Patricia. Se puso rápido. Dijo que se había enterado de la detención de Mónica, que era imposible que Mónica hiciera algo así y que estaba muy preocupada. La corté y le dije:
• Mira, Patricia, tenemos buenas noticias
• ¿Sí? Dime
• Van a retirar las acusaciones contra Mónica
• Ohhhh ¿Y eso?
• Hemos conseguido una coartada para ella, una grabación de esa noche

Ella se alegró mucho y preguntó:
• Pero ¿eso es seguro?
• Sí, bueno, aún no la he visto, estamos en el tren, camino de Madrid, ahora cuando lleguemos a casa de Mónica la veremos
• Ah, que bien, sois magníficos
• No, ha sido suerte

No quería hablar de eso y cambié rápido de tema. Le dije:
• Pero no te llamo por esto
• ¿Entonces?
• Tenemos indicios importantes de que el causante de todo esto es Alfonso

Patricia no dijo nada durante unos segundos. Luego dijo:
• Esa es una acusación muy grave
• Lo sabemos pero… mira, hemos pensado en contaros a ti y a Paco todo, para que nos ayudéis a desenmascararlo
• Pero…

Se calló otros segundos. La imaginaba con la cabeza loca, la noticia era impactante. Le dije:
• Patricia, esto ya no tiene nada que ver con la empresa y sus cosas, esto es un asesinato, de tu amigo y su familia, sus hijos… no puedes anteponer la empresa a esto
• No, no… es que… me has dejado…
• Ya, es normal
• No sé que decir, me he tenido que sentar
• Sí, es muy fuerte, Patricia, pero tenemos que atraparlo y en eso nos tenéis que ayudar los dos
• No sé como pero… sí, os ayudaré
• Bien, muchas gracias, Patricia
• ¿Qué puedo hacer?
• Llama a Paco y pasaos por la casa de Mónica en dos horas, allí os contaremos todo, lo que sabemos del asesinato, por qué van a liberar a Mónica y lo que sabemos de Alfonso ¿Vale?
• Vale, vale… que fuerte, estoy conmocionada… no entiendo como… ¿Estáis seguros de eso?
• Sí, Patricia, ahora luego os contamos, y si nos equivocamos, nos lo decís pero estamos seguros

Nos despedimos de ella. Si Patricia y Paco nos ayudaban, nos podrían dar información o podríamos preparar una trampa para Alfonso. Pensé que eran nuestra mejor oportunidad para atraparlo, teníamos que convencerlos para que nos ayudaran, sobre todo a Paco. Miré a Gus y le sonreí. Puse mi cabeza en su hombro y entonces recordé lo que había hecho esa tarde y se me revolvió todo. Gus no se merecía eso, tener una pareja tan… sucia, que lo engañaba… me di asco. Sabía que lo había hecho por una buena razón pero lo había hecho, y él no sabía nada. Me sentí sucia, despreciable y apreté los ojos pensando “Mételo en otro cajón de la cabeza, ahora, que no salga“ y conseguí tranquilizarme.

Quise apartarme de él, no me merecía tocarlo, me sentía sucia, pero él me rodeó con sus brazos, me besó, me acarició… mi repulsa contra mí misma era fuerte y me levanté diciéndole que tenía que ir al baño, pero era solo una excusa, no me merecía que me tratara bien… fui y ni me atreví a mirarme al espejo. Me lavé la cara, la boca, y lloré. Cuando me tranquilicé, me sequé y salí. Me senté en mi asiento y le dije que iba a intentar dormir algo. Apoyé mi cabeza en la ventana y pensé en lo que pasaría cuando se lo contara a Moni y Gus, porque al final se lo diría, lo tenía claro, esto me acabaría explotando, no podría retenerlo y saldría de ese maldito cajón de mi cabeza donde lo había metido. Y ellos… ellos me dejarían porque soy una puta y siempre lo seré.

Estuve todo el camino que quedaba ensimismada en mis negros pensamientos hasta que Gus me zarandeó, habíamos llegado. Me miró y dijo:
• Has estado llorando
• No sé, no me he dado cuenta
• Tienes los ojos rojos y la cara mojada
• Sí, bueno…
• Lo siento, me he quedado dormido, haberme despertado para consolarte
• No importa

Me abrazó y me encogí, me daba auto asco pero lo aguanté. Salimos del tren y buscamos un taxi. Cuando llegamos a casa de Moni, Gus dijo que se iba a duchar, si iba con él. Le di una excusa de que quería prepararme bien la reunión con Patricia y Paco. Me miró extrañado pero se fue al baño.

GUS
Salí de la ducha y fui al salón. Allí seguía Ana, con el portátil encendido. Me acerqué a ella para darle un beso pero me dio uno rápido. La notaba rara, sería por los nervios pero… no, era algo más, estaba seguro porque cuando estaba nerviosa le encantaba abrazarse o acurrucarse, y ahora estaba esquiva. Me dijo:
• He pensado que vamos a grabar la reunión con Patricia y Paco
• ¿Y eso?
• Para que la vea Moni mañana… es que quizás nos hemos precipitado y sería mejor sería retrasar esta reunión a mañana con Moni, pero es que no me fio de Alfonso ¿Qué opinas? ¿Los llamamos y lo retrasamos a mañana?

Entonces llamaron al porterillo. Le dije:
• Tarde, ya están aquí
• Bueno, pues nada, pongo esto a grabar

Me metí en nuestro cuarto y me terminé de vestir. Escuché la puerta y salí cuando estaba ya dentro Patricia. Le di dos besos y le pregunté:
• G: ¿Vienes sola?
• P: Sí, Paco llegará un poco más tarde
• G: Ah
• A: Gracias por venir tan deprisa
• P: Aún estoy conmocionada, a ver qué me contáis
• A: Sí, es que es muy fuerte
• P: Pues empezad, no puedo aguantarme hasta que llegue Paco
• A: A ver, lo primero es que tenemos coartada para Mónica. Resulta que esa noche del sábado, se levantó y fue a la piscina de aquí
• P: Ah ¿y la vio alguien?
• A: No, ni ella se acordaba, no nos dijo nada
• P: Entonces… no lo entiendo ¿Cómo lo habéis sabido? ¿Y cómo es la coartada si nadie la vio?

No estaba dispuesta a contarle como había conseguido la información así que mentí y dije:
• A: Ha sido un golpe de suerte, es que resulta que este recinto tiene muchas cámaras
• P: Ah
• A: Y un técnico de la empresa de seguridad del edificio nos ha dicho que se la ve dándose un baño a la hora del crimen

Patricia abrió los ojos y asintió. Dijo:
• P: ¿Tenéis ya la grabación?
• A: No, aún no, acabamos de llegar
• P: Ah

Iba a contarle que nosotros no la teníamos pero sí las autoridades pero Ana tenía prisa por llegar al tema importante y siguió:
• A: Y lo de Alfonso… pues sabemos que tiene fuertes deudas
• P: ¿Alfonso?
• A: Sí
• P: ¿De cuánto?
• A: No lo sé, pero es mucho dinero
• P: ¿Y qué tiene que ver…?
• A: Y ha acusado a Mónica
• P: ¿De qué?
• A: De amenazar a Felipe, de cambios de humor… vamos, de estar loca
• P: ¡¡No me digas!!
• A: Y lo último es que Felipe tendió una trampa para algo que tenía nerviosos a los tres socios y descubrió que fue Alfonso el que cayó en la trampa

Patricia se quedó callada, mirando al suelo. Después de unos segundos dijo:
• P: Y de eso ¿Cómo os habéis enterado?
• G: Adolfo nos lo ha contado
• P: ¿Adolfo? ¿del trabajo?
• G: Sí
• P: Pero… mmmmm me está dando vueltas la cabeza
• A: Normal
• P: Pero estas cosas no demuestran nada ¿No?
• A: No, por eso queremos que entre tú y Paco, nos ayudéis a desenmascararlo
• P: Pero es que… no sé, no lo veo claro…
• A: ¿No ves claro el qué, Patricia? Porque está bien claro

Patricia miró enfadada a Ana e intervine:
• G: Lo que quiere decir Ana es que todo apunta a él ¿No te parece?
• P: No sé… uffff, es que conozco a Alfonso desde hace mucho, no lo veo…
• G: Ya, ya pero la gente hace locuras por el dinero

Patricia se levantó y dijo:
• P: Que locura todo eso… necesito tomarme algo

Y se dirigió donde estaba el alcohol. Nos dijo:
• P: ¿Os pongo algo?

Miré a Ana y dije:
• G: Pon tres de lo mismo
• P: Vale, seguidme contando
• A: Ahora, cuando llegue Paco, queremos ver con vosotros como podemos hacerlo para que Alfonso confiese o si se os ocurre algo que podamos revisar para comprobar si llevamos razón o no
• P: Algo… no sé ¿Cómo qué?

Patricia ponía las copas, dándonos la espalda, escuchábamos los cubitos de hielo en los vasos mientras seguíamos hablando:
• A: Eso nos lo tenéis que decir vosotros
• P: mmmm lo que pasaba que preocupaba a los socios… os lo voy a contar
• A: ¿Ya sabes que era?
• P: Sí, me lo contaron ayer
• A: ¿Sí? genial, pues cuenta, cuenta, a ver si eso nos ayuda
• P: Era un chantaje
• A: ¿Chantaje? ¿A la empresa?
• P: A los socios
• A: ¿Por qué?
• P: Esto es confidencial ¿Eh? Me lo contaron los socios pero es un secreto
• A: Claro, claro

Patricia volvió con dos copas que nos dio a Ana y a mí. Luego, fue a por la suya y se volvió a sentar. Dijo:
• P: Bueno, primeros brindemos por la liberación de Mónica

Y levantó su vaso para brindar. Bebimos sonriendo, es que era para celebrarlo. Entonces dijo:
• P: Es una vieja historia, de cuando fundaron la empresa
• A: Ah
• P: Eran cuatro, no tres. El cuarto era el genio, el que pensó y programó el producto. Felipe lo ayudaba pero era ese cuarto el verdadero artífice de todo.
• A: ¿Y qué pasó?
• P: Los cuatro se conocían de la universidad, luego se fueron a la misma empresa… eran una piña. El cuarto les habló sobre algo en lo que estaba trabajando. A Felipe le interesó y le ayudó. Y luego, Alfonso y Paco vieron el potencial
• A: Ajá
• P: La cuestión es que la base de todo aquello era un producto de la empresa donde trabajaban pero ellos decidieron mmmm robar esa base, ponerle las mejoras del genio y formar la nueva empresa

Bebimos en silencio. Patricia continuó:
• P: El día que decidieron que iban a dejar la empresa y crear una propia, se fueron a celebrarlo… bebieron, comieron, se drogaron, contrataron a unas chicas...

Miré a Ana pero ella estaba atenta a Patricia que continuó:
• P: Pero el cuarto era muy introvertido, y no quiso follar con las chicas. Felipe se apiadó de él y lo invitó a hacer un trío con una de las chicas, como para ayudarlo. Estaban muy colocados. Empezaron a enrollarse con la chica y, resulta que no es que fuera introvertido, era gay, besó a Felipe, se enrollaron entre ellos y follaron, Felipe se folló al chico

Ana y yo nos miramos, aún sin comprender a donde llevaba esta historia. Patricia rio tristemente y dijo:
• P: Me chocó bastante saber que Felipe se folló a un tío, no sé, no daba el tipo ¿no? jeje, pero hay tantas sorpresas en la vida… bueno, pues mientras ellos follaban, la putilla quiso participar y los tocó y parece que le cogió la polla al chico éste y que la tenía bastante pequeña. La chica se rio y dijo algo despectivo. El chico se enfadó, la empujó y la chica se golpeó fuerte, abriéndose la cabeza.
• G: Joder
• P: El chico se asustó y salió corriendo, colocado, borracho y asustado… cogió el coche y tuvo un accidente, murió
• A: Madre mía
• P: A la chica no le pasó nada grave, la llevaron a urgencias, le dieron más dinero y ya está pero luego se enteraron de la muerte del cuarto
• A: Y todo esto ¿A dónde lleva?
• P: Pues que al final cogieron todo el trabajo del chico, fundaron la empresa, no dijeron nada a nadie. El chico tenía familia y no le dieron nada, ni a la empresa que era la dueña originaria de todo
• A: Ah, ya veo
• P: Y hace poco, alguien les mandó un correo contando esto, algo que solo ellos tres sabían
• A: ¿Y te lo contaron entonces?
• P: Sí
• A: Pero no entiendo ¿Tenían pruebas para ese chantaje?
• P: Sí, dijeron que podían probar que el algoritmo base de nuestro producto y el de la empresa originaria era el mismo y pedían 20 millones de euros

Nos quedamos callados e impresionados porque para nosotros era una cifra exorbitante. Entonces Ana dijo:
• A: ¿Y la trampa de Felipe?
• P: Felipe les pidió una prueba para que demostraran que conocían nuestro algoritmo y el chantajista le envió un extracto de nuestro código.
• A. Y Felipe pilló al que obtuvo ese código
• P: Eso parece ¿no?

Me quedé pensando y, entonces, me di cuenta que algo me pasaba. Miré a Ana y la vi borrosa. Cerré los ojos y al abrirlos, veía aún peor. Intenté levantarme y dije:
• Ana, me pasa alg…

Y me desmayé.
 
12

ANA

Vi caerse a Gus y me quedé parada sin reaccionar. Intenté moverme pero no pude. Miré a Patricia que dijo:
• Tienes un chico muy fuerte, mira que le he echado pero ha aguantado como un toro ¿eh? Pensaba que nunca iba a caer

La miré sin comprender. Dijo:
• Tranquila, solo está dormido. A ti te he echado poco porque tenemos que hablar

Se levantó y sacó algo del bolso. Volvió hacia donde yo estaba sentada y dijo:
• Como te he puesto poco, mejor te ato para que hablemos tranquilamente ¿Vale?

Y me puso unas bridas en las piernas. Luego, me puso las manos atrás y también me las ató. Miró a Gus y dijo:
• Debería dormir unas cuantas horas pero, después de lo de Mónica, ya no confío tanto en mis cálculos, mejor lo ató también

Y se agachó para atarle las piernas y manos. Con el movimiento, se le subió la camiseta a Gus y Patricia le acarició el abdomen diciendo:
• Está muy bueno tu novio, chica ¿Y está bien armado ahí abajo?

Y le tocó el paquete por encima del vaquero. Sonrió y dijo:
• Vaya, vaya… que tenemos por aquí

Entonces, le bajó la cremallera y metió su mano dentro. Sonrió más y dijo:
• Pufff, esto promete mucho ¿eh? me lo vas a tener que prestar, que yo últimamente no pruebo de estas

PATRICIA
Me senté delante de Ana, y bebí un sorbo de mi copa. La miré unos segundos y le dije:
• A ver mmm por donde empiezo… lo primero, ya os podría haber matado, y como ves, no lo he hecho, y eso es porque tengo una propuesta para vosotros

Respiré hondo y dije:
• Hoy me habéis dado un buen susto con eso de Alfonso y lo de conseguir soltar a Mónica pero sé reaccionar rápido aunque me gusta más pensar detenidamente todo, pero bueno, no siempre se puede ¿no?

Miré la copa y continué:
• Todo empezó… pues empezó con el cobarde de Alfonso, sí…

………………………………………………………………………..
(6 semanas atrás)


Eran las 9 de la noche y aún seguía en la oficina, repasando algo que me había encontrado esa tarde de casualidad. Llevaba horas repasando todo, no me creía que fuera cierto pero sí, era evidente. Descolgué el teléfono y llamé a Alfonso. Me lo cogió después de bastantes tonos. Le pregunté:
• ¿Estás en tu casa?
• Sí, claro
• ¿Sólo?
• Sí ¿Qué pasa, Patri?
• Voy para allá
• ¿Por qué?
• Estoy en la oficina
• ¿Por algo del trabajo? Mejor mañana, estoy cansado y…
• No, ahora, eres un gilipollas, Alfonso

Se calló. Estuvo unos segundos sin decir nada y le dije:
• Sí, gilipollas y ladrón, lo he descubierto, voy y espero que tengas una buena excusa para esto
• Yo…

Colgué. Salí hecha una furia. Llegué a su casa, y en cuanto me abrió, entré casi empujándolo. Nos fuimos a su salón donde le dije:
• Pero ¿Tú eres tonto o qué?
• Yo… no sé de qué me hablas

Me dieron ganas de pegarle dos tortas. Me controlé. Aquella tarde había descubierto que Alfonso estaba robando a la empresa. Y lo peor es que robaba usando mi firma. Si se descubría, yo sería la culpable. Quería matarlo. Le conté todo lo que había visto. Él estuvo callado. Terminé:
• Joder, Alfonso, casi medio millón
• Ya, es que… lo pienso devolver pero…
• Pero una mierda, mañana se lo cuentas a los otros dos y que decidan
• Nooo, sabes que Felipe es muy estricto, querrá… querrá
• Te denunciará
• Sí
• Pues te jodes, has robado
• Pero yo no puedo…
• Pero ¿Para qué coño robas?
• Tengo… tengo… me he metido en problemas con… gente… y necesito… Por favor, Patri, yo… eres mi amiga, necesito ayuda con esto… yo...
• Mierda, Alfonso

Miré por la ventana. Estuvimos callados unos minutos y le pregunté:
• ¿Cuánto debes?
• Pues.. no sé…
• ¿No lo sabes? ¿Tan inútil eres?
• Yo… unos 5 millones

Me reí. Me volví y le dije:
• ¿5? ¿Te has fundido todos tus beneficios?
• El divorcio y el… bueno, algunas malas decisiones… yo
• Se lo podrías haber pedido a Felipe y Paco
• Ya pero…
• El orgullo, claro
• Sí, bueno…

Volví a mirar por la ventana. Entonces dijo:
• Patri, por favor, esta gente... son… peligrosos, yo… necesito tu ayuda, somos amigos
• ¿Ahora necesitas mi ayuda? ¿Ahora sí existo?

Me giré y lo miré con dureza. Le dije:
• Porque aún estoy esperando a que me llames, me follas hace unos meses en la fiesta de Navidad, y luego, que me den ¿no? y ahora, mágicamente, vuelvo a existir
• No, es que… no sé, pensé que solo era esa noche, por la bebida y que tú no querrías…

Recordé aquella noche. Me había insinuado claramente a Felipe pero me rechazó. Llevaba años enamorada de él pero como estaba casado, no le había dicho nunca nada. Y esa noche, se lo dije pero me rechazó. Estaba tan enfadada que bebí más de la cuenta y me enrollé con este pusilánime. Me lo llevé a casa, follamos y, cuando me desperté ya no estaba y ni una palabra más desde entonces.

Entonces recordé algo que me había contado entre risas aquella noche que nos acostamos. Yo le había dicho, por la borrachera y porque estaba colocada por una pastilla que me había dado Alfonso, que me quería follar a Felipe, y él me dijo que Felipe era medio maricón porque una vez se folló a un tío, y me contó la historia de los 4 socios. También me dijo que era un desgraciado, con una mujer que le ponía los cuernos y él ni se enteraba. Me contó que unos años atrás, los tres socios junto a sus familias se fueron de vacaciones y que una noche, mientras todos dormían, Noelia se la chupó y que estuvieron viéndose durante unos meses para follar hasta que se cansaron.

Estaba harta de estos tres gilipollas, Felipe tan correcto e imbécil, Paco tan inútil, y Alfonso siempre equivocándose. Y yo detrás de los tres arreglando todo. La empresa seguía en pie gracias a mí pero esos tres gilipollas estaban todo el día pavoneándose. Y entonces, se me ocurrió una idea. Le dije:
• Robando esas pequeñas cantidades, en la vida vas a conseguir ese dinero que debes
• Ya pero…
• Si te ayudo, quiero sacar tajada

Me miró sorprendido. Dijo:
• ¿Cómo?
• Vamos a chantajear a tus socios
• ¿Con qué?
• De eso me encargo yo, tú solo tienes que estarte quietecito y hacerme caso en todo
• Pero…
• Pero nada, o aceptas o mañana le das explicaciones a los otros dos
• Yo… bueno, sí
• Dame las gracias
• Gracias, Patri
• Tú y yo vamos a ser socios en esto, Alfonso, pero aquí mando yo ¿Entendido?
• Ent… entendido
• Como no me hagas caso en todo, te quedas solo
• Vale, vale

Nos miramos. Me noté excitada por el subidón. Me levanté la falda, me quité las bragas y me senté en el sofá, abriéndome de piernas y enseñándole mi coño perfectamente rasurado. Le dije:
• Y ahora, cómeme el coño
• ¿Qué?
• Que me lo comas

Alfonso se arrodilló y me lo comió hasta correrme, que no tardé mucho porque estaba tremendamente excitada. Entonces, lo miré. Seguía excitada y quería follármelo pero antes tenía que hacerle sufrir y enseñarle quien mandaba. Me quité los zapatos y le puse los pies frente a él. Le dije:
• Chúpamelos

Y Alfonso ni se lo pensó. Me chupó los pies con ansia. Y mientras me chupaba uno, bajé el otro pie y le toqué el paquete, la tenía dura. Se la apreté con el pie y él gimió con mi pie en su boca. Bajó una mano e intentó desabrocharse el pantalón. Me incorporé y le di un guantazo. Le dije:
• ¿Te he dicho que te la saques?
• N.. no
• Pues sigue chupando y deja esa mierda de polla ahí dentro

Esa noche hice dos descubrimientos, que a Alfonso le iba que lo dominaran (ya lo había probado antes) y que a mí se me daba bien, sobre todo si estaba realmente enfadada. Fue una noche larga pero muy interesante. La primera de muchas. Alfonso era un mierda y un cobarde, pero me encantaba follar con él, más que por sus habilidades o por su polla, me gustaba porque me sentía poderosa.

……………………………………………………..

Continué hablándole a Ana:
• Todo empezó… pues empezó con el cobarde de Alfonso, sí… cuando descubrí sus robos a la empresa. El muy gilipollas ni sabía hacerlo bien y, encima, me involucró… y de aquello, surgió la idea del chantaje… 30 millones, 10 cada socio, pero claro, Alfonso no tenía que pagarlos así que en realidad eran 20, 10 para Alfonso y sus putas deudas, y otros 10 para mí, que bien me los merecía después de tantos años manteniendo la empresa porque ellos, los tres, son unos inútiles, sin mí esa empresa no existiría, pero ellos jamás me han ofrecido entrar como socia, esos hijos de putas

Miré a Ana. Le dije:
• ¿Estás atontada o estás entendiendo?
• S… sí
• ¿Sigo?
• Sí
• Pues nada, era sencillo, 10 kilitos para cada uno porque el pago de 10 de Alfonso no contaba, y si no pagaban les contaría a todo el mundo como habían timado a la familia del chico aquel y como habían timado a su antigua empresa… obviamente era un farol, eso me llevaría al paro jajaja, pero Felipe y Paco se acojonaron

Miré alrededor y dije:
• Espera, necesito un cigarro

Fui a mi bolso y saqué un paquete. Encendí uno y suspiré. Busqué un cenicero pero la zorrita no tenía ninguno. Usé el vaso de Ana. Me senté de nuevo:
• A ver… por donde iba mmmm ah, sí, se acojonaron y entonces salió el santurrón de Felipe queriendo dar una parte de los beneficios a la familia del idiota aquel que se mató por tener una picha pequeña… le folla el culo y ya se sentía responsable de él y su familia… en fin, siempre fue muy tonto y honrado

Me reí y dije:
• Joder, menudas peleas entre los tres por el tema del chantaje, con Paco no queriendo dar beneficios a nadie y Felipe sí… Ahora, el gilipollas de Paco se siente culpable, piensa que le dijo cosas muy duras a Felipe… idiota… bueno, que todo iba más o menos bien, esperando a que pagaran, pero entonces ocurrieron dos cosas

Di una calada y miré a Ana. Le dije:
• Me estás siguiendo ¿no?
• Sí
• Es importante que comprendas todo esto que te estoy contando, que luego tienes que tomar una decisión ¿Entiendes?
• Sí
• Bien, pues la primera fue que me enteré del asuntillo entre Felipe y la zorra de Mónica. Dios, como me enfadé… llevaba años detrás de Felipe y el gilipollas siempre pasando de mí, viviendo con esa arpía pero sin querer engañarla ni dejar a sus repelentes críos, hasta que Mónica lo sedujo. Y no le culpo a él ¿eh? porque claro, es… mmm era un tío, y que una zorrita le esté poniendo las tetas delante todo el día, pues lo entiendo, no aguantó porque Mónica no se andaba con tonterías, peor que una fulana ¿Sabes como me enteré? Porque necesitaba hablar con él, lo estuve llamando al móvil pero no lo cogía, y como se suponía que estaba de vacaciones con la familia, llamé a Noelia y, oh sorpresa, me dijo que estaba trabajando en Canarias… sume 2+2, hice una llamada al hotel, y la cosa estaba clara, esos dos estaban juntos

Me quedé pensando en aquel día, me subía por las paredes… esa noche Alfonso sufrió pero bien, le pegué y humillé de todas las formas que se me ocurrieron y el gilipollas disfrutando, pero me quedé a gusto. Continué:
• Y la segunda, la jodida trampa que montó Felipe. Felipe pidió una prueba al chantajista y Alfonso se metió en el código y le envió un extracto, sin decírmelo ni nada, el muy gilipollas, y ahí la lió del todo… Felipe le contó a los socios su trampa y que había caído el chantajista o quien le ayudaba, que el lunes lo vería y pensarían que hacer

Di otra calada recordando el pánico de Alfonso cuando recibió ese mail aquel viernes noche. Continué:
• Alfonso entró en pánico al darse cuenta que Felipe vería que era él el chantajista. Esa noche estábamos juntos y tendrías que haberlo visto, casi lloraba de miedo, que asco de tío, que pocos cojones tiene… Tuve que hacerme cargo de todo, como siempre… y pensé en dos planes, el A y el B… el A era el que yo quería, el B por si acaso. Los dos implicaban viajar a Marbella para verlo en persona. Pero antes de salir, vine aquí, porque necesitaba algunas cosillas para el plan B. Vine, drogué a la zorrita, cogí disimuladamente un vaso y un cuchillo con sus huellas. Y pensé que eso había salido perfecto, que ella dormiría durante horas y no tendría coartada posible, pero la muy zorra se despertó antes de tiempo y no tiene mejor cosa que irse a dar un baño... en fin

Bebí un sorbo de mi vaso. Ana me miraba atentamente. Supuse que ya se le habría pasado casi todo el efecto. Dije:
• El plan A consistía en hablar con Felipe, declararle mi amor, que dejara a la arpía de su mujer y se viniera conmigo. Le dije que para Mónica él era solo un divertimento pasajero, que era del tipo de mujer que cambia más de hombres que yo de bragas, y que luego va llorando porque los hombres no la comprenden, no tiene suerte y esas mierdas. Si Felipe aceptaba, pensaba dejar en la estacada a Alfonso, ese gilipollas, que se comiera él solo el marrón del chantaje. Él había hecho todo siguiendo mis instrucciones, claro, yo no había participado en nada, así que contra mí no había nada de nada. Estarás pensando que estoy loca si creía que Felipe aceptaría… pues no, tú no tienes ni puta idea de la conexión entre nosotros, era muy especial, éramos el uno para el otro pero Felipe era muy honrado y recto, eso de dejar a su familia era algo imposible para él… si no llega a ser por eso, hubiéramos estado juntos, eso seguro… lo de Mónica, eso solo era sexo con una zorra, no me preocupaba, en cuanto me lo follara, caería a mi pies y se olvidaría de esa pija

Sonreí, me hubiera encantado ver la cara de la pija cuando Felipe le hubiera dado la patada por mí. Suspiré y seguí:
• El plan B… ese era por si Felipe no aceptaba el plan A. Ese era… pues si no aceptaba, no merecía vivir y hacerme perder ese dinero que tanto me merecía. Usaría el cuchillo de Mónica o veneno, llevaba las dos cosas por si acaso, y luego dejaría el vaso y sus pelos por allí. Simple ¿no? Así mataría dos pájaros de un tiro y alejaría sospechas sobre mí

Reí. Ana me miró con los ojos muy abiertos. Le dije:
• Pero nada salió como esperaba. Quise quedar con él en un hotel de Marbella, para hablar, seducirle y follármelo, así seguro que aceptaría el plan A, pero no quiso quedar, me dijo que fuera a su casa. Ahí firmó el destino de su familia. Me vieron, los putos críos y la mujer. Felipe me metió en su despacho, le conté todo, mi amor, los cuernos de Noelia, lo de Mónica pero discutimos. Me dijo que estaba loca, el muy gilipollas. Lo envenené. Disfruté viendo como se ahogaba entre espumarajos. Me despreció, a mí. Menudo imbécil, no sé que vi en él.

Respiré hondo. Fumé y dije:
• Luego, tuve que encargarme de la arpía y los putos críos, todo por su culpa, me había hecho ir a su casa y me habían visto. Con la arpía tengo que confesar que me divertí viéndola desangrarse mientras me miraba sin comprender nada. Lo de los niños… bueno, fue algo que tenía que hacerse, no le doy más vueltas. Dejé por allí las putas pruebas contra la pija y me volví a Madrid.

Me levanté y me eché más bebida. Volví y me senté frente a Ana:
• Bueno, pues ya sabes todo… un simple chantaje que se complicó por culpa de Felipe, solo eso. Y ahora, hablemos de negocios. Mira, al final Paco pagó el chantaje. Como Felipe no dejó herederos directos porque también murieron, su parte de la empresa pasa a Paco y Alfonso porque así lo dice su testamento. El dinero lo ha puesto Paco, los 20 millones pero cogerá más tarde de los beneficios la parte del chantaje que le hubiera correspondido pagar a Felipe. Alfonso está a punto de pagar sus deudas así que nos quedan 15 millones… pues bien, pueden ser vuestros, de tu chico y tuyos si me ayudas
• ¿Qué?
• Sé que eres como yo, a ti nadie te ha dado nada gratis en tu vida, te lo has tenido que currar todo ¿A que sí? Se nota al ver tu mirada. No eres como la pija de Mónica, que jamás ha sabido lo que es no tener nada y luchar por todo, sin tener privilegios. Tú miras cada euro que tienes ¿Verdad?
• Sí
• Lo sabía… Y sé que a ti te pasará con Mónica lo mismo que a mí, que estarás harta de que te restriegue por las narices sus viajes, sus ropas, sus casas… siempre igual, restregándotelo pero con risas, como si una fuera una gilipollas que le tiene que reír todo, y cuando le da un bajón por cualquier tontería, a llorar y que estemos ahí para apoyarla y sentir lástima de ella ¿verdad? porque son así, no saben lo que es un problema de verdad, viven en un mundo que no tiene nada que ver con la realidad de nosotras y nos tratan como si fuéramos sus chachas, con amabilidad pero superioridad, joder, la de veces que he tenido ganas de pegarle dos buenas tortas, zorra engreída

Bebí un buen sorbo, me notaba nerviosa, era un momento importante. Si no cooperaba, tendría que matarla. Le dije:
• Esa puta pija se merece pasar una temporadita en prisión, que madure y aprenda, verás como sale más fuerte y dejará de mirarnos por encima del hombro porque dime, dime… ¿Cuántas veces te ha dicho de ir un fin de semana a París porque le apetece ir a no se qué cafetería o ir a su chalet o a un viaje cuando una está hasta arriba de trabajo, sin dinero y agobiada? Porque sé que cosas así te las ha dicho

La miré. Era el momento decisivo. Dijo:
• Sí, claro, está siempre así
• ¿Ves? y al final, un día que tú la necesites, que será una necesidad de verdad, no estará, todo el apoyo que tú le has dado siempre, se le olvidará, eso tenlo por seguro
• Sí, siempre lo he pensado
• ¿Cuánto te paga por todo vuestro trabajo con este tema?
• ¿Pagar? No nos paga
• No me jodas ¿No os paga nada? ¿Lo hacéis gratis?
• Sí
• jajajaja, es lo que te digo, ¿Piensa que la gente vive del aire o qué? jajaja porque tú estarías con tu trabajo, y lo has dejado para estar aquí y llevas casi 3 semanas ¿no? ¿Y cree que eso es normal? jajaja, se aprovechan de nosotros, piensan que con solo su presencia ya estamos pagados… dios, como me cabrea
• Es aún peor, me ha dado una tarjeta para gastos para sentirse generosa
• Ahhh, la limosnita… ya veo, y así se sentirá magnánima jajaja, que asco, de verdad

La miré, vi que dudaba. Iba bien la cosa. Entonces dije:
• Mira, te digo como sería la cosa. Del video ese solo sabéis vosotros y el técnico ese ¿no? Pues le pagáis algo al tío ese para que se esté calladito y destruís la coartada esa, dejáis en paz a Alfonso, Mónica carga con esas muertes y vosotros dos os vais con esos 15 millones
• Y si te digo que destruyo esa coartada ¿cómo sabes que es verdad?
• Porque lo hará tu novio, tú te vienes conmigo… nos tiraremos juntas una temporada, pero me caes bien, no será problema. Y cuando Mónica sea condenada, te liberaré junto al resto del dinero
• Pero eso pueden ser meses
• Eso o de esta noche no pasáis, tú me dirás
• ¿Y como sabemos nosotros que vas a darnos el dinero?
• ¿Te fías de tu novio?
• Sí
• Pues le doy una parte ahora, y la otra cuando te libere
• Claro, me liberes o me mates y te ahorres la pasta
• No, chica, no me voy a buscar complicaciones por un poco de dinero porque eso no será nada para el dinero que voy a tener
• ¿Por?
• Tengo a Alfonso pillado por los huevos, me voy a casar con él y luego, venderemos la puta empresa, y vale una millonada… 15 millones no serán nada
• Pero serán suyos, no tuyos
• No será la primera vez que un marido mío tiene un accidente fatal, cosas que pasan

Nos miramos fijamente. Le dije:
• ¿Hay trato?
• mmm déjame que lo piense
• No, mira… te he contado todo porque quiero que veas que hablas con una persona cabal e inteligente, que piensa las cosas pero, a la vez, actúa… así que decídete
• Tengo una sugerencia
• Dime
• No confío en que me liberes, sigo pensando que es mucho dinero y te lo puedes ahorrar fácilmente
• Te escucho
• Te propongo que… mmm cada 15 días, vayas ingresando una cantidad en una cuenta a mi nombre. Si dejas de ingresar, Gus enseñará la coartada a la poli y contará lo que sabemos de Alfonso. Si ingresas, Gus se estará quieto, esperando. Y cuando se sentencie a Mónica, me podrás liberar sin problema porque ya no tendrás la tentación de quedarte con el dinero
• jajaja, y además, tu novio tampoco tendrá la tentación de dejarte tirada porque la cuenta estará a tu nombre
• Exacto
• mmmm me gusta como piensas… sabía que eras lista… me parece bien ¿Hay trato?
• Sí

Sonreí. No era verdad que ese dinero me daba igual. Lo que necesitaba era ganar tiempo. Si los mataba, todo se complicaría. Si me llevaba a esta tonta, el novio se quedaría calladito. Solo necesitaba un poco de tiempo para casarme con Alfonso, vender la empresa y luego matarlo. Me quedaría con todo y, entonces, me daría igual lo que le pasara a la tonta ésta, a su novio y a Mónica. Los tendría entretenido pasándoles un poco de dinero cada quincena y ya está, merecía la pena. Le dije:
• Bien, bien… me alegro ¿Cuánto dinero le dejo a tu novio?
• ¿Lo traes?
• Sí
• ¿Cuánto?
• Dime tú cuánto le dejo, a ver cuanto confías en él

Se quedé pensando y dijo una cifra ridícula:
• Con 50.000 estará bien

Me reí, había traído medio millón. Me levanté y fui a mi bolso, diciendo:
• Bien, le dejamos el dinero y un video tuyo donde le expliques el plan

ANA
”Esta tía está fatal” pensé. La había mirado a los ojos y sabía que estaba loca, que me mataría, no ahora pero sí en un futuro. Su plan era una locura sin sentido, estaba totalmente desquiciada y fuera de control. Le había seguido el juego para ver a donde llegaba pero en cuanto se enterase que Moni estaba libre, me mataría. Y lo que no podía ni imaginarse es que yo jamás traicionaría a Moni, ni por ese dinero ni por ninguno.

Miré a mi alrededor. Gus dormía profundamente, o eso esperaba porque no se movía nada de nada. Sea como fuere, no podía contar con él y yo estaba jodida, me había atado de pie y manos aunque sin sujetarme a nada. Cuando me dio la espalda, no me lo pensé mucho más y me tiré sobre ella empujándola fuerte con el hombro.

Patricia chilló y se dio un golpe en la cabeza con el suelo pero no lo suficientemente fuerte para hacerle perder el conocimiento. Se giró y me lanzó un puñetazo a la cara que me derrumbó y me hizo ver las estrellas. Entonces, se lanzó a por mí, con cara de loca y los pelos despeinados. La empujé con los pies y volvió a caer pero se levantó pronto y comenzó a pegarme con el puño en la cara diciendo:
• Estúpida zorra, todo iba bien, no tenías que morir ahora, pero tú lo has querido, zorra

No podía hacer nada, con mis manos atadas a la espalda. Cuando se cansó de pegarme, paró y me miró. Le dije algo en tono muy flojo. Ella se inclinó hacia delante para escucharme y le pegué un cabezazo con todas mis fuerzas. Cayó redonda, y yo casi.

Cuando conseguí centrar la vista, me la quité de encima y me arrastré hacia Gus, diciendo:
• Gus, Gus, mi vida, por favor, que no te haya matado esta loca, me muero sin ti

Llegué a su lado y lloré aliviada cuando noté su aliento. Estuve unos segundos pegada a él, llorando sin poder contenerme. Me daba fuerza solo con tocarlo. Al final, me levanté, me fui dando saltitos a la cocina y conseguí liberarme. Volví al salón y cogí una de las bridas de Patricia y la até. Entonces, llamé a la policía y a urgencias.

Mientras esperaba, me miré al espejo, tenía un ojo fatal, la cara hinchada por los golpes y me dolía un montón la frente por el golpe, ahí me saldría un gran moratón, seguro. Me senté a esperar.

Cuando llegó la policía y la ambulancia, todo fue un jaleo enorme. La policía todo el rato preguntando cosas, los enfermeros aplicando curas, yo solo preocupada por Gus, que no despertaba… fue una locura. Les dije a los polis que se llevaran el portátil, que estaría todo grabado, que yo quería estar con Gus. Nos llevaron al hospital y allí siguió la policía preguntando. Estaban sorprendidos tras ver la grabación. Me quisieron dar unas pastillas para tranquilizarme pero me negué, no quería dormirme, quería estar con Gus cuando se despertara, hasta que no lo viera despierto, no podría descansar tranquilamente.

Al fin, despertó Gus y le abracé con todas mis fuerzas. Él no entendía nada y se alarmó al verme la cara pero le dije que estaba bien y que me abrazara, solo eso. Me dormí como tenía que ser, abrazada a él aunque fuera en una cama del hospital.

Me desperté unas horas después. La policía estaba allí. Contamos todo a Gus y ellos nos dijeron que habían detenido a Alfonso y que habían acusado a Patricia. También habían liberado a Mónica que, en esos momentos, estaba a punto de coger un avión de vuelta a Madrid.

Como Gus se encontraba bien y yo solo magullada, nos dejaron irnos y fuimos al aeropuerto a esperar a Moni. Cuando nos vio, corrió hacia nosotros y nos abrazamos los tres, llorando. Moni me acariciaba la cara diciendo “Ana, Anita, perdóname, si lo llego a saber, no os meto en esto“ y yo le decía que se dejara de tontería, que todo había acabado bien, con ella en libertad y todo resuelto.

En cuanto llegamos a casa de Moni, ella me cogió de la mano y me metió en su dormitorio, diciéndole a Gus:
• Nene, necesito hablar a solas con Ana, no te enfades, es que…
• Lo entiendo, lo entiendo, no pasa nada

MÓNICA
En cuanto cerré la puerta, la besé, la abracé y lloramos juntas. Nos quedamos abrazadas, las caras pegadas y le dije:
• Anita, perdóname, perdóname
• Anda, tonta, deja de decir eso, solo son unos golpes, todo ha acabado bien, hay que celebrarlo
• Ana… sé lo de Linares

A Ana se le cambió la cara. Intentó separarse pero no la dejé. Le dije:
• Espera
• No quiero hablar de ese
• Espera, yo sí
• No p…
• Vino a verme a la cárcel

Ana se quedó callada. Le conté todo, como intentó meter cizaña entre las dos, como me lo tragué, como dudé de ella. Le dije:
• Dudé de ti, amor, durante más de media hora, de ti, que jamás has dudado de mí, que siempre has estado ahí cuando te necesitaba, que nunca me has pedido nada… dudé, y me siento fatal
• No te preocupes, lo entiendo
• No, no se puede entender, soy una mierda
• No digas eso
• Sí, lo soy, si no llego a dudar, no habrías tenido que hacer “eso“ con ese cabrón
• “Eso“... el cabrón ese ya lo tenía pensado desde el primer momento
• Te podría haber avisado con tiempo pero dudé
• No, Moni, habría ido de todas formas
• No, te habría dicho que le llevaras el triple de dinero, me daba igual
• Moni, ese tío quería eso, entiendes, daba igual si le daba un millón, sería ese millón y eso
• Pero…
• Pero nada, Moni… entiendo que para ti es algo horrible pero para mí… recuerda mi pasado
• Por eso mismo, pasado, ahora…
• Ahora sé como desconectar y dejar que eso pase sin que me afecte, es solo sexo con un tío asqueroso, solo un rato desagradable y ya está
• Una mierda no te afecta
• No, no me afecta, va al sitio donde están mis otras mierdas
• No, Ana, no me lo trago, te he visto llorar por recordar cosas del pasado
• Eso… eso pasa poco, y ya te digo que tampoco fue para tanto, no le des más vueltas
• Ya, no me lo creo… yo, quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites, de verdad, sin dudar más, soy la peor amiga del mundo pero ya no más
• No digas eso, eres la mejor
• No, eso lo eres tú, eres todo generosidad, yo no lo soy
• No exageres
• Ana, ¿Y Gus?

La cara de Ana fue un poema. Dijo muy flojito:
• No sé como decírselo a Gus, él no se merece que lo engañe, que le haya hecho algo tan…
• Horrible
• Sí, horrible, lo volvería a hacer sin dudar pero él no se merece estar con una persona como yo
• ¿Cómo tú? pero ¿Qué dices?
• Soy una puta, Moni, lo fui y lo seré siempre
• Ana, no…
• Escucha… me siento genial pensando en que gracias a eso estás aquí y se ha aclarado todo pero me siento fatal pensando en Gus, es la segunda vez que le engaño y…
• Eso no es engañar, es sacrificarte por los demás
• Es engañar y me siento sucia, me doy asco y no aguanto que me toque porque no lo merezco, soy una puta y…

La besé con fuerza, para callarla. Se quedó quieta sin devolverme el beso, con lágrimas cayéndole por sus mejillas. Entonces le dije:
• No quiero escucharte más decir eso
• Pero es la verdad
• No, es tu cabeza pensando como ese cabrón quiere que pienses, pero tú… tú eres la mejor persona, Gus y yo tenemos una suerte increíble de tenerte, dios, me muero si no te tuviera, lo sabes
• No, soy…
• Eres increíble, te admiraba antes pero ahora, joder, es que eres mi heroína, siempre te lo he dicho en serio pero es que lo eres, una tía con dos ovarios grandísimos, que se sacrifica por los demás… no sé Gus, pero yo tengo claro que no te merezco, pero intentaré mejorar para merecerte
• No digas tonterías
• No son tonterías, tenerte en mi vida es lo más importante para mí, jamás volveré a dudar, jamás

Y la besé de nuevo, esta vez buscando su lengua. Ella me correspondió y nos liamos en un beso lento pero apasionado. Cuando terminamos, nos miramos sonriendo. Le dije:
• Y ahora, ve a por Gus, déjate de no querer que te toque, el chico se muere por hacerlo
• Lo sé pero… se lo tengo que contar, no puedo seguir así
• Vale
• Necesito tu ayuda
• ¿Por?
• Si se va y me deja, yo…
• ¡¡No se va a ir!! que tonterías
• Le voy a dar asco y se irá…
• No, sabes que no, eso es lo que cree tu cabeza por miedo, pero tu corazón sabe que no
• Pero si…
• Vamos a explicárselo juntas

Y nos separamos. Ana se sentó en la cama, asustada. Abrí la puerta y llamé a Gus. Entró y al ver la cara de Ana, se asustó. Le explicamos todo. La cara de Gus fue cambiando rápidamente. Cuando Ana acabó, Gus salió de mi habitación dando un portazo. Ana se echó a llorar y salí corriendo detrás de él. Estaba en el salón, sentado, con la cabeza entre las manos. Le dije:
• Gus, ella lo hizo por nosotros
• Lo sé, lo sé
• No por ella
• Lo sé
• ¿Y te enfadas con ella?

Me miró, con lágrimas en los ojos y dijo:
• No estoy enfadado con ella
• ¿Entonces? ¿Con ese cabrón?
• A ese cabrón lo voy a matar… estoy enfadado conmigo
• ¿Por qué?
• Porque… Yo tenía que cuidar de ella y no lo he hecho, no lo he hecho… no sirvo ni para eso, soy un inútil
• No digas eso… Os cuidáis los dos, el uno al otro… Ella hizo lo único que podía por cuidarte, y joder, se ha sacrificado por nosotros, es eso, nene
• Lo sé
• Esa tía que está ahí llorando es la puta caña, jamás encontraremos a alguien así
• Lo sé
• Pues ve y se lo dices
• No la merezco
• También pienso que no la merezco… es nuestra pena y nuestra impotencia ante esa barbaridad que tuvo que hacer por nosotros… y no sé tú, pero yo voy a hacer todo lo posible por merecérmela
• Le he fallado
• No, no pienses eso… Entra ahí, abrázala, y hazle el amor todo el día, que vea que no ha cambiado nada, que la quieres y deseas como siempre, eso es muy importante, ella piensa que ahora te dará asco tocarla
• ¿Asco? Asco me doy yo
• No, ni tú ni ella

Gus me miró y dijo:
• Gracias, Moni
• Anda, entra, que se piensa que has salido así porque estás enfadado con ella… Entra y no salgáis en todo el día… Yo me voy, mañana vuelvo ¿vale?
• Gracias

Se levantó, me dio un abrazo y entró en mi dormitorio. Escuché el murmullo de una conversación y me quedé hasta que oí como se besaban y Ana empezaba a gemir. Sonreí y me fui.
 
13

MÓNICA

Volví al día siguiente, no muy temprano pero con el desayuno. Abrí la puerta con cuidado y no me hizo falta entrar mucho para escuchar claramente los gemidos de Ana y el traqueteo de la cama. Sonreí, con algo de envidia pero feliz.

Fui a la cocina y preparé la mesa, calenté el pan, hice café… 10 minutos después, aparecieron Ana y Gus sonrientes. Ana con una camiseta mía y Gus solo con unos boxers ajustados, marcando todo. Estaban muy sexis y silbé, riéndonos los tres. Me acerqué a ellos y los besé en la boca, a ambos. Gus dijo:
• G: Esto huele que alimenta
• A: ¿Llevas mucho aquí?
• M: No, 10 minutos
• A: Ah
• M: Os habéis despertado de buen humor ¿eh?
• A: jeje, éste siempre se despierta así jaja
• G: Normal con una chica así al lado ¿no?

Miré a Ana y le acaricié suavemente la cara. Se le notaban claramente los golpes de Patricia. Le dije:
• M: A pesar de esto, tienes cara de bien follada jeje
• A: Buenooooo, no ha estado mal
• G: ¿Que no ha estado mal? Si te tienen que conocer ya en todo el bloque
• A: Bueno ¿Y qué?
• M: jajaja
• A: No tengo la culpa de tener un novio que sabe follarme tan bien

Sacándole la lengua a Gus. Se besaron y bromearon un rato mientras se servían el café. Me encantaba verlos así. Gus era un cielo, la adoraba y era capaz de hacerla siempre feliz. Nos pusimos a comer y Ana me preguntó:
• A: ¿Qué hiciste ayer? Mira que irte de tu casa
• M: Jajaja ¿Querías darme más envidia o qué? jajaja
• A: Mujer, que nos hubiéramos ido nosotros a un hotel
• M: No, no, eso lo teníais que arreglar así, y bien contenta que estoy de veros como dos tortolitos
• A: Es que es especial

Mirándose los dos como tontos. Me reí y dije:
• M: Bueno, bueno, como estáis jajaja
• A: jajaja, venga, cuenta ¿Qué hiciste?
• M: Pues fui a comisaría, a intentar enterarme de algo, pero solo conseguí que me dieran la grabación de tu portátil

A Ana se le cambió la cara y dijo:
• A: Ah
• M: Que fuerte, de verdad, jamás pensé que me tuviera esa tirria, soy tonta
• A: Está trastornada
• M: Pues no me enteré de nada, ni siquiera de su interés por Felipe
• A: Ya
• M: Y, joe, tía, 15 millones te ofreció
• G: ¿15? Niña, con eso ya no trabajamos en la vida
• A: Ya te digo
• G: Haberlos cogido, luego hubiéramos sacado a la rubia en una operación peliculera y ya está, a irnos todos al Caribe jeje
• A: Claro, claro jeje

Nos reímos pero Gus se puso serio diciendo:
• G: Pufff, anda que para fiarse de la tipa esa, la hija de puta, me dejó totalmente KO
• M: Sí, y a mí, y ni me di cuenta aquel día
• A: Nos hubiera matado, lo tenía claro, por eso aproveché y… ¿Sale en la grabación?
• M: La imagen no, estabais fuera de cámara, pero se escucha bien la pelea, me dolía cada golpe que escuchaba
• A: Pegaba bien la cabrona, casi pierdo el conocimiento, me duele toda la cara, que hija de puta
• M: Menos mal que eres una tía dura jeje
• A: jeje
• M: También estuve con Adolfo, el pobre, estaba conmocionado con todo, superado
• A: Sí, pero al final es el único que ha estado ahí contigo
• M: Sí, lo llamé por la mañana y le conté lo que había pasado. Estuvo gracioso porque él estaba en la oficina y se puso a gritar a todo el mundo cosas como “HIJOS DE PUTA, A FELIPE LO MATARON PERO NO TUVO NADA QUE VER MÓNICA, FUE LA LOCA DE PATRICIA ¿OS ENTERÁIS, HIJOS DE PUTA? HABÉIS ESTADO ACUSANDO Y JUZGANDO A UNA INOCENTE, CABRONES” y cosas así mientras iba andando. Se fue de la oficina, dice que ya no vuelve. Fue gracioso porque él nunca levanta la voz pero estaba feliz por mí y lo quiso exteriorizar
• A: jajaja, pues me gusta que hiciera eso
• M: jeje, sí, quedamos a almorzar y pasamos la tarde juntos
• A: mmm
• M: No, tonta, no en ese plan… Me estuvo contando que piensa hacer, sus viajes… Quizás vaya a verlo en alguno de esos sitios, me ha prometido irme contando, me hace ilusión, es el único amigo de verdad de allí, no quiero perderlo
• A: Ya, es buen chico

Nos quedamos callados. Entonces, Ana dijo:
• A: Moni, una cosa
• M: Dime
• A: Lo que te contó ese cabrón en la cárcel
• M: No me lo recuerdes, como me engañó, y que tonta soy, jamás me lo perdonaré
• A: No, no es eso… No sé como demostrarte que de verdad me pidió 100.000€, que no hinché la cantidad para quedármela
• M: Anda ya, tonta
• A: Es que… no quiero que queden dudas entre nosotras y no se me ocurre…
• M: Ana, me vas a enfadar… La cagué yo, no tengo ninguna duda
• A: Es que esas cosas se quedan ahí… El dinero es lo que tiene, crea desconfianza
• M: Que no, de verdad, fui idiota y ya está

Nos callamos. Entonces, Gus dijo:
• G: Ana y yo hemos estado hablando de ese… De ese hijo de puta
• M: Ah
• G: Me ha hecho prometerle que no iré a por él
• A: Claro, no puedo perderte por una venganza
• G: Me hierve la sangre cuando pienso…
• A: Pero me lo has prometido
• G: Sí pero… ¿Tú qué opinas, Moni?
• M: Ufff, pues he pensado también en como vengarme, si supiera como contratar a alguien para que…
• A: No, ni hablar, dejaos los dos de esas cosas… Ese tío ya no existe para nosotros, para ninguno de los tres ¿Vale? nada de venganzas, es un tío muy peligroso, os pasa algo a alguno de los dos y me muero, ya está bien con esta historia, me tenéis que prometer los dos que os olvidaréis de ese asqueroso

Nos quedamos callados. Entonces, Gus me cogió la mano, la puso sobre la de Ana y dijo:
• G: Por ti, Ana, te lo prometemos

Me miraron y dije:
• M: Por ti, Ana, te lo prometemos
• A: Gracias, de verdad, necesito esa tranquilidad

Nos miramos y entonces Gus dijo:
• G: Yo también le he hecho prometer algo
• M: ¿El qué?
• G: Que jamás hará cosas peligrosas sin mi, sin contármelo, me da igual lo que sea, pero tengo que saberlo y tengo que ayudarla
• A: Él me ha prometido lo mismo aunque he sido yo la de ocultarle cosas

Nos quedamos callados pensando cada uno en las implicaciones de todo esto. De repente, Ana dijo:
• A: Otra cosa, Moni
• M: Dime
• A: Las cosas que dijo esa loca sobre ti, y que yo le daba la razón, era solo seguirle el juego ¿Eh? Nunca te he visto como ella decía
• M: Lo sé, amor
• A: Vale
• M: Pero lo que dijo de teneros trabajando para mí sin sueldo… Tenía razón
• A: No, no la tenía, eso ya lo hablamos
• M: Pero es que…
• A: Eso fue cosa mía, no tuya, recuérdalo
• M: mmmm tienes una novia muy cabezota

Mirando a Gus que sonreía. Nos reímos y les dije:
• M: Bueno, os cuento los planes para hoy
• A: ¿Planes?
• M: Hay que ir a comisaría a declarar más oficialmente… Lo hicisteis en el hospital y bueno, tienen algunas preguntas pendientes
• A: Ah
• M: Trámite, pero hay que pasarlo
• A: Bien
• M: Pero será en Málaga, la investigación se lleva desde allí
• A: mmmmm
• M: Podríamos hacerla por video desde una comisaría aquí pero les he dicho que sí, que íbamos, esta tarde
• A: ¿Por qué?
• M: Porque, después de la declaración, nos vamos los tres a un sitio super chulo que he alquilado allí, pero lejos de Marbella jeje
• A: Moni, ya estamos, sabes que no me gustan estas...
• M: Ana, sí, y no hay nada que discutir, nos hemos ganado unos días tirados al sol, lo necesito, no pensar en nada, solo tostarme, y sola me va a dar algo, vosotros os venís, y no se habla más
• A: pufff
• G: Me apunto, me apunto
• M: Dos contra una, aprobado jajaja

Ana se rio y se fueron a duchar. Llegamos a Málaga, comimos algo y fuimos a declarar. Gus terminó pronto, se había pasado todo el tiempo con Patricia dormido así que tenía poco que aportar. Ana sí estuvo un buen rato.

GUS
Salí a la calle a despejarme mientras esperaba a que Ana terminara. Hacía calor pero no me gustaban las comisarías, malos recuerdos de mi pasado delictivo. Busqué una sombra. Me apoyé en una pared y cerré los ojos. Entonces, escuché:
• Vaya, vaya, vaya ¿Buscando clientes para tu culo, maricón?

Me quedé helado pensando “Linares”. Reconocería esa voz sin problemas. Abrí los ojos para verlo al lado mío, junto a otro tipo. Se rieron los dos y apreté los puños intentando contener mi rabia. Recordé mi promesa y me calmé, pero él siguió:
• ¿Ahora cuánto cobras por una mamada, maricón?

Miró al que estaba a su lado, un chaval joven. Le dijo:
• La de veces que detuve a este maricón en La línea, joder, mira que le gustaba ponerse de rodillas jeje

El otro dijo:
• Parece reformado
• Que va, estos son putos toda la vida…

Entonces se me acercó y me dijo solo para mí:
• Como tu chica, menudo putón ¿Te ha contado? Seguro que no pero me la estuve follando justamente hace un par de días y siento decirte que la chupa mejor que tú… Creo que está cansada de follar con un maricón, me estuvo pidiendo polla más de una hora, la muy puta, pero chico, normal, para una vez que se encuentra una buena polla, pues debe aprovechar ¿no? jajaja

Se separó y me miró. No entendía como podía contenerme. Vi al otro pendiente de mí, no había escuchado nada pero había visto mi cara y se puso en alerta. Linares me miró y volvió a decirme al oído:
• Como gritaba de gusto la muy puta mientras se la clavaba por el culo, joder, es que tiene un buen culo ¿eh? y que tetas… Me encanta ese lunar que tiene bajo la teta izquierda, hay que fijarse mucho pero cuando le chupas la teta, se ve

Me miró unos segundos, sabía que me estaba provocando, que quería mi reacción. Recordé a Ana y me contuve. Entonces dijo:
• Y como disfrutó cuando le meé la boca, como tragaba la muy cerda… Te acuerdas lo que te gustaba a ti ¿no? Pues a ella más aún, no dejó ni una gota

Me separé de la pared y apreté mis puños. Linares se retiró un poco pero me miró con su sonrisita asquerosa. El otro tenía la mano dentro de la chaqueta. Me fui. Escuché a Linares:
• Míralo, maricón, lo que te había dicho, ese perdió los huevos hace mucho jajaja

LINARES
Lo vi irse y me cabreé. Había intentado provocarlo sin parar, el chico estaba a punto de saltar, pero el cabrón se había controlado, había madurado, no era aquel chaval que se llevaba hostias por defender a sus colegas a la mínima de cambio.

Me jodía, quería que intentara algo y detenerlo. Entonces, la putita sería mía porque me iba a deber muchos favores si no quería que a su novio le pasara algo en la trena. Pero ya se me ocurriría algo.

ANA
Al fin había terminado. Acababa de terminar y charlaba con Mónica que me decía dónde íbamos a ir. Entonces, vimos entrar a Gus, y por la cara que traía, sabía que había pasado algo grave. Corrí hacia él y le pregunté:
• Nene ¿Qué pasa?

Estaba crispado, con la mandíbula apretada, los puños apretados. Le cogí la mano y me costó que me la diera. Nos sentamos y me dijo:
• Linares
• ¿Qué?

Moni se puso a nuestro lado y preguntó:
• M: ¿Lo has visto?
• G: Me ha hablado
• A: Oh, no
• M: ¿Qué ha pasado?

Gus respiró profundamente y dijo:
• G: Ha intentado provocarme para que le pegara
• M: ¿Por qué?
• G: Imagino que para detenerme
• A: Mierda
• G: A saber con que intenciones
• M: Que hijo de puta
• A: Te ha contado cosas sobre…
• G: Sí
• A: Lo siento, mi vida
• G: Me he controlado (sonriendo tristemente)
• A: Gracias, gracias (y le abracé con fuerza)
• G: Me ha costado una barbaridad pero tú eres lo primero
• A: No me puedes dejar sola, eso es lo que busca
• G: Sí

Nos fuimos de allí preocupados. Cogimos el coche y condujimos al sitio que había alquilado Moni, pero nuestro humor y ánimo había cambiado radicalmente. Llegamos, nos fuimos a la piscina, luego a cenar, volvimos y nos acostamos pronto.

MÓNICA
“Moni, Moni” me desperté zarandeada. Me incorporé asustada. Era Ana, con el rostro surcado de lágrimas. La abracé y la consolé. Pensé que estaba con una pesadilla por lo ocurrido pero me dijo:
• Mira

Y me dio su móvil. Me fijé que eran las doce y media de la noche. Lo miré y me quedé de piedra al leer la conversación que me enseñaba. Decía:
• Hola putita, me echas de menos ¿eh?
• Hoy he visto al maricón de tu novio, sigue igual, sin huevos, y se veía con ganas de chupármela
• Vamos a empezar a hacer negocios, ya verás la pasta que ganamos
• Mañana ven a mi casa, ya sabes donde está
• A las 7, te voy a presentar a un amigo, se muere de ganas por conocerte “a fondo”
• Y más te vale venir, si no este video lo recibirán las agencias y editoriales con las que trabajas

Y ponía un video. Fui a darle pero Ana me lo impidió. Le dije que tenía que verlo. Se echó boca abajo en la cama y lo puse. Se veía a Ana en una bañera, desnuda y de pie, y a un tío de pie frente a ella, desnudo, con una buena barriga, los dos de perfil respecto a la cámara aunque él tenía la cara difuminada. Entonces, Ana se movía y se ponía de rodillas delante del tío. Ana abría la boca y miraba hacia arriba. Pensé que el tío se iba a correr en su cara pero entonces me fije que no estaba empalmado. Se escuchó decir “Saca la lengua y mírame, puta”. Ana lo hizo y entonces… apagué el móvil. Me quedé impactada.

Ana lloraba contra mi almohada. Me eché sobre ella. Dijo contra la almohada:
• Te lo dije, soy una puta, una guarra, doy asco…

La giré y la besé. Ella intentó quitarse pero no la dejé. Busqué su lengua con la mía y la saboreé. Ella aceptó mi lengua y dejó que la besara durante casi un minuto. Entonces, me separé y le dije:
• Este es el asco que me das, tonta
• Yo…
• Asco da el mierda ese, tú jamás

La miré a los ojos. Los tenía llenos de lágrimas. Le limpié la cara y dijo:
• Moni ¿Qué voy a hacer? No puedo volver a eso, no puedo
• No vas a volver a eso, nunca
• Pero ese video… Joder, que estúpida he sido, que imbécil, me lo tendría que haber imaginado cuando me llevó a su casa, que idiota soy
• Querías ayudarme, solo pensabas en eso
• Pero debí…
• ¿Qué? ¿Negarte? Ojalá lo hubieras hecho, pero te conozco, ibas dispuesta a hacer lo que fuera por mí
• Moni ¿Qué hago?
• ¿Se lo has enseñado a Gus?
• No, me lo acaba de enviar y me he puesto mala y…

Nos quedamos calladas. Entonces, Ana dijo:
• Lo voy a despertar, tiene que saberlo
• Sí
• Y lo tendré que tranquilizar, va a querer ir y…
• Ya, venga, despiértalo y lo hablamos entre los tres

Ana se fue. Me puse una camiseta y salí al salón. Al poco llegaron, Gus con cara de asustado. Ana le enseñó la conversación y Gus enrojeció. No quiso ver el video porque entonces no se iba a poder controlar. Ana lloró y Gus la consoló. Entonces dije:
• M: Esto lo voy a arreglar yo
• A: ¿Cómo?
• M: Con dinero, Ana, con dinero, este tipo de gente quiere eso ¿No?
• A: No puedo…
• M: No, no me vengas con eso, no me vengas con eso después de todo lo que has hecho por mí, que este problema es por mí, así que no me vengas con que no puedes consentirlo

Nos callamos. Gus dijo:
• G: Ana, o es eso o lo matamos, no hay otra
• A: Pero…
• G: Pero nada, lo sabes… si tuviéramos nosotros ese dinero, es lo primero que habrías hecho ¿Verdad?
• A: Sí
• G: Moni es nuestra amiga, te quiere con locura, si se lo rechazas, estás rechazándola
• A: No es eso
• G: Lo sé pero… es lo único que podemos hacer, porque te aseguro que ni ella ni yo vamos a permitir que te haga eso ¿Verdad, Moni?
• M: Y tanto

Ana la cogió de la mano y dijo:
• A: Gracias, Moni
• M: Nada de gracias… esto lo resolvemos esta noche
• A: ¿Cómo?
• M: Voy a ir a verlo y a ver cuánto dinero quiere, se lo damos mañana y olvidamos este tema
• G: Voy contigo
• A: No, vamos los tres
• M: Pero entro yo sola, estoy acostumbrada a negociar, dejadme esto a mí

Además, no quería que Ana se enterara de la cantidad. Nos vestimos y cogimos el coche. No hablamos mucho durante el camino. Al llegar a Marbella, Ana nos guió hasta la casa. Les dije que se quedaran en el coche. Abrí la verja y entré en el recinto del chalecito adosado. Había luz en la ventana principal. Llamé. Al poco, abrió Linares, solo en calzoncillos. Me miró y dijo:
• Tú
• Sí
• ¿Qué haces aquí?
• Vamos a negociar
• ¿Negociar el qué?
• Quiero comprar los videos que tengas de Ana
• Ah mmmm pasa

Entré, asustada pero entré. Me llevó al salón y me ofreció una copa. Vi que estaba colocado y quizás borracho, y apestaba a sudor. Me senté y fui directa al grano:
• ¿Cuánto quieres?
• mmmm no sé si los quiero vender
• Una mierda, quieres dinero, la quieres a ella por eso
• Sí, por eso y porque me viene bien para tener contentos a ciertos amigos
• Con el dinero que te voy a dar, no te harán falta esos amigos
• Siempre hacen falta amigos, pija
• 100.000
• jajaja, que poco valoras a tu amiga
• 200.000
• Lejos
• Está bien, 500.000
• 1 millón

Lo miré unos segundos y dije:
• ¿Cómo sé que me darás todas las copias?
• No lo sabes
• ¿Por qué le haces esto?
• Porque intentó hundirme y casi lo consigue, lo tiene que pagar
• De acuerdo, 1 millón
• Levántate
• ¿Qué?
• Que te levantes, coño

Me levanté y se acercó a mí. Me empezó a cachear. Yo llevaba un vestido de verano y él me tocó por todos lados. Dijo:
• Llegas a llevar un micro y te mato
• No lo llevo
• ¿Y tú móvil?
• En el coche
• Bien

Entonces, empezó de nuevo a palparme pero esta vez, las tetas y la entrepierna. Le intenté apartar pero me cogió del cuello para empujarme contra la pared y acercándose me dijo:
• 1 millón y un polvo
• ¿Qué?

Entonces, tiró de mis bragas hacia abajo, rompiéndolas ya que era un tanga. Lo miré, acojonada. Se pegó a mí y me lamió la cara para luego decirme:
• Y lo que has visto en el video

Lo miré asqueada. Me intentó besar con lengua pero aparté la cabeza. Me la giró para que lo mirara y preguntó:
• ¿Hay trato o no?
• ¿Y la dejarás en paz?
• Sí
• De… de acuerdo

Entonces, se apartó de mí y me dio un fuerte guantazo “PUTA, TODAS SOIS UNAS PUTAS”. Y reaccioné por reflejo, le di un rodillazo en los huevos y él se dolió pero me dio un tortazo más fuerte que me dejó atontada hasta que recibí un puñetazo en el estómago. Me dejó sin respiración, cosa que aprovechó para tirar de mi vestido y romperlo, tirando después de mi sujetador.

Y entonces, alguien lo cogió por detrás, apretándole la garganta con un brazo. Miré y vi a Gus, jamás había estado más contenta de ver a alguien. Linares dijo:
• Como no me sueltes ahora mismo, maricona, lo vas a lamentar
• Lo vas a lamentar tú, pedazo de cabrón
• La pija, la maricona y ¿también está la puta?

Apareció Ana y dijo:
• Sí, también está

Y le clavó un cuchillo en el costado. Todos nos quedamos de piedra. Ana dijo:
• Eres un hijo de puta, una mierda vas a hacerle a mi amiga lo mismo que a mí

Gus soltó al tipo que trastabilló hasta caer al suelo. Ana me ayudó a levantarme y a cubrirme. Miramos al mierda, con el cuchillo en el costado. Gus miró alrededor, vio una corbata. Giró a Linares y le ató las manos a la espalda, luego lo volvió a poner boca arriba. Entonces, Linares dijo:
• L: Llamad a una ambulancia
• M: No, antes dinos donde están los videos
• L: Zorra, llama a la puta ambulancia
• M: Antes los videos
• L: Joder, en el portátil del cuarto de arriba
• G: Y el dinero
• L: Una mierda
• G: Venga, coge el portátil y vámonos, y nos llevamos su móvil
• L: Vale, vale… arriba, en el armario, en un hueco en el lateral derecho

Gus subió y bajó al poco. Llevaba un portátil y la mochila que llevé con el dinero. Cogí el portátil. Le pedí las credenciales. Me las dio y busqué. Encontré un montón de porquerías, y dos videos con el nombre Ana y la fecha de aquel día. Asentí. Nos miramos. Ana dijo:
• A: Este cabrón se va a querer vengar
• G: Sí

Lo miramos. Él nos miró asustado, prometiendo que no, que llamáramos a la ambulancia y no pasaría nada. Entonces Gus dijo:
• G: Salid fuera, me encargo yo
• M: No
• G: Moni, no conoces a este tío, seguro que…
• A: Moni, vete, nos encargamos nosotros

Ana se agachó y le sacó el cuchillo de un tirón. Era un cuchillo grande de cocina, de la propia cocina de Linares. Linares chilló con voz aguda, acojonado, y nos miró más asustado aún. Gus le metió un trapo en la boca y cogió el cuchillo poniendo la mano sobre la de Ana, los dos empuñándolo. Ana me miró y dijo:
• A: Moni, sal fuera

Los miré y negué. Puse mi mano sobre la de ellos, los tres empuñamos el cuchillo. Ana me miró unos segundos y afirmó con la cabeza. Apoyamos el cuchillo sobre su corazón y apretamos lentamente, con Linares arrastrándose y chillando apagadamente por el trapo en la boca hasta que dejó de moverse. Soltamos el cuchillo y nos miramos. Dije:
• M: No lo lamento
• G: Yo solo lamento que no fuera más doloroso
• A: Yo me alegro
• M: ¿Qué hacemos ahora?
• A: Vamos a limpiar

Limpiamos las zonas que habíamos tocado. Guardamos el cuchillo para llevárnoslo. Cogimos todo lo de valor y lo guardamos en una bolsa de basura, junto con mi tanga roto. Apagamos los dos móviles que encontramos, rompiendo sus sims, metiendo todo en la bolsa de basura. Cogimos la droga que tenía en la mesa y la esparcimos por el suelo. Revisamos todo una y otra vez, y cuando estuvimos seguros que no había nada nuestro, salimos. Nos fuimos sin hacer ruido.

Volvimos a la casa en silencio. Estuve pensando durante todo el camino. Cuando llegamos, les dije:
• M: Mañana por la mañana, compráis un billete y os vais a mi casa de Canarias
• A: ¿Por qué?
• M: Para descansar lejos de aquí
• A: ¿Y tú?
• M: Iré en unos días, antes tengo que arreglar unas cosas
• G: Habría que deshacerse de eso (señalando la bolsa con las cosas de Linares)

Fui, cogí la mochila y se la di a Ana. Le dije:
• M: Esto es vuestro
• A: No
• M: Sí, esto lo guardáis, como seguro por si acaso hace falta salir del país o algo
• A: Crees que…
• M: No lo sé, pero por si acaso… ¿Vale?
• A: Gracias
• M: Del resto, me encargo yo… Id a dormir, mañana salís prontito pero antes, decidme ¿Cómo supisteis que estaba en problemas?
• A: Cuando te fuiste, Gus dijo de vigilar por la ventana, no se fiaba de ese mierda… La tenía abierta, escuchamos todo
• M: Ah
• A: Moni, le hubieras dado ese millón ¿Verdad?
• M: Claro
• A: Y te hubieras acostado con él
• M: Sí, por ti

Me miró con lágrimas en los ojos. Dijo
• A: Moni… gracias por todo
• M: Nena, me habéis salvado, las gracias las tengo que dar yo
• G: Esta noche nos hemos salvado o hundido todos ¿No os parece?
• M: Sí, es verdad

Se fueron a la cama. Me quedé rompiendo todo lo de Linares excepto ese portátil. Limpié a fondo el cuchillo y luego, salí y lo tiré a una alcantarilla a unos kilómetros. El resto de cosas las tiré en varios contenedores, todo separado. Volví a casa y me eché pensando que no me iba a dormir pero sí. A la mañana siguiente fuimos al aeropuerto, ellos para irse a Canarias y yo a Madrid. Les prometí ir en unos días.

En Madrid, estuve atenta a las noticias y con miedo por si aparecía la policía. En las noticias solo dieron una nota de prensa escueta. Dejé pasar dos semanas, muy nerviosa, pero no ocurrió nada. Durante ese tiempo, aproveché para arreglar unos papeles con mis abogados y llamaba diariamente a Ana y Gus.

También, revisé el portátil de Linares. Encontré muchos temas turbios y videos repugnantes con otras chicas. Cada vez me alegraba más de lo que habíamos hecho. Y vi que había tres videos de Ana, uno en el salón de su casa, otro en su dormitorio y otro en el baño, el tío tenía montado un estudio de grabación en toda la casa. Los tres tenían mucho tiempo sin nada, se veía que el asqueroso los había puesto a grabar con tiempo. Me obligué a verlos, llorando sin parar, pero tenía que ver lo que ella había hecho por mí, para nunca más volver a dudar de ella. Ana le había quitado mucha importancia diciendo que solo había sido sexo desagradable pero no, eso me lo había dicho para que no me sintiera mal pero había pasado por un infierno durante más de una hora de abuso constante, humillante, denigrante, con ese asqueroso insultándola, bejándola sin parar, haciéndole daño… En el video casi no se la escuchaba, a veces algún quejido por algún golpe, azote, bofetada o penetración salvaje, pero nada más, me moría viendo así a mi Ana.

Y constaté que Linares me mintió respecto al dinero, Ana le dio todo el dinero directamente al entrar en la casa, sin negociación ni nada, pero eso ya lo sabía, ya no tenía dudas de ella, nunca más. Y luego vi el video completo de la bañera. Y lloré desconsoladamente viendo a Ana negarse a hacer eso hasta que él le dijo que le daría mi coartada si lo hacía, y entonces ella lo hizo sin pensárselo más, por mí.

Cogí y destruí a conciencia ese portátil. Y luego pensé en lo que me había dicho Felipe sobre sus socios, que eran sus amigos y que confiaba ciegamente en ellos, pero le habían fallado. Y pensé en mis amigos, Ana y Gus, lo que habían hecho por mí y cómo no pensaba fallarles nunca. Porque ahora sabía que hay amistades para toda la vida.
 
Epílogo

MÓNICA
Paré el coche junto a la verja y miré la casa. Hacía algo más de un mes, había pasado aquí unos días inolvidables con una persona fantástica que ya no estaba. Me dolió el corazón al recordarlo. En este tiempo, había pasado por situaciones totalmente increíbles, que jamás pensé que haría o me pasarían. Había visto como supuestos amigos me traicionaban, me abandonaban, me juzgaban… y había visto como amigos de verdad me apoyaban, me ayudaban, se preocupaban por mí… amigos por los que merecía la pena darlo todo.

Abrí la verja con el mando y entré. Aparqué y salí. Hacía un día de verano fantástico, eran las 7 de la tarde y aún pegaba bien el calor. Me dirigí a la piscina. Pronto, escuché risas. Sonreí, reconocería esa risa en cualquier sitio. Me asomé y vi a Ana en una tumbona, desnuda e increíblemente morena. Reía mientras Gus le contaba algo metido en el agua. Caminé hacia ellos hasta que Gus me vio y dijo:
• Hola rubia, al fin te dignas a venir a vernos
• Hola rubio, pues sí, me ha dado por ahí

Ana giró su cabeza, me vio y se levantó para venir corriendo y abrazarme. Nos besamos tiernamente y nos dijimos lo mucho que nos echábamos de menos. Entonces, nos separamos y nos dirigimos a la piscina. Miré a Gus y le dije:
• ¿Qué paza, rubio? ¿No vienes a zaludarme? (exagerando su acento)
• No, rubia, que estoy en bolas y te puedes ezcandalizá
• jajaja, no creo que tengas nada que no haya visto ya
• Tú misma, que a mí no me da corte

Y salió de la piscina como un adonis muy moreno, muy cachas y con un gran instrumento. Miré a Ana que sonreía y dije:
• Chiquillo, que bueno estás jajaja

Se me acercó, me abrazó y me dio un beso en la boca, sonriendo. Entonces, le dije:
• Que calor ¿no? habrá que darse un bañito

Y me quité mis sandalias, mis shorts, mi tanga, mi camiseta, quedándome desnuda. Entonces, me tiré al agua y me siguieron los dos. Estuvimos un rato en el agua charlando, ellos recriminándome que hubiera tardado tantos días en ir. Les dije:
• M: No creo que os hayáis aburrido mucho ¿no?
• A: Aburrirse, aburrirse…
• G: Pues yo estaba aburrido y le estaba diciendo que se metiera en el agua que me la quería follar pero estaba haciéndose de rogar
• A: jajaja, de rogar… lo que te estaba diciendo es que lo hemos hecho hace un rato
• G: Pues eso, se pone en bolas, me la pone dura y luego haciéndose de rogar
• M: jajaja, pues nada, nada… yo me voy y os dejo con vuestras cositas
• A: Noooo, que se aguante un poco, que me tiene escocía jajajaja

Estuvimos un rato a remojo, charlando y riendo. Luego, salimos y nos secamos. Me puse la ropa y les dije que me ayudaran a meter mis maletas en la casa. Allí, Ana dijo que iba a sacar sus cosas del dormitorio principal pero me negué y me fui a uno de los cuartos. Luego, hice de cenar mientras seguíamos charlando y riendo. En la cena, salió el tema:
• M: Bueno, nenes ¿Algún remordimiento?
• G: Para nada
• A: No ¿Y tú?
• M: No
• A: Bien
• M: Sí, muy bien
• G: Espero que se esté pudriendo en el infierno
• M: Brindo por eso

Estuvimos cenando tranquilamente durante más de dos horas, en el jardín, bebiendo vino y riendo. Ya cerca de las 12, dijimos de acostarnos. Nos subimos a la planta de arriba donde estaban los dormitorios. Les di las buenas noches pero, entonces, Ana me cogió la mano y me quiso llevar al dormitorio principal. Negué con la cabeza y dije:
• No, ahí no, mis recuerdos…

Ana me miró comprendiendo con quien estuve en esa cama. Nos quedamos mirándonos y entonces, la llevé de la mano a mi cuarto. Entramos las dos pero al poco salí fuera y mirando a Gus le dije:
• Bueno, rubio ¿Hay que mandarte una invitación?

Alargué mi mano. Gus se rio y me dio su mano. Lo llevé dentro, junto a una sonriente Ana. Sin soltar la mano de Gus, besé a Ana ardientemente, saboreando su boca, buscando su lengua. Luego, besé igual a Gus, entrelazando nuestras lenguas en un morreo profundo. Cuando acabamos, nos miramos los tres sonrientes y Gus se inclinó sobre Ana para darle otro buen morreo. Aproveché para quitarme la camiseta y luego hice lo mismo con la de Ana, quedándonos las dos en tetas ya que no llevábamos sujetador.

Nos volvimos a besar pero esta vez acariciándonos las tetas mutuamente. Mientras tanto, Gus se quitó su camiseta y lo miramos sonrientes. Tenía cuerpazo, con todo bien marcado, muy moreno. Ana y yo nos miramos, y riendo, tumbamos a Gus en la cama y nos pusimos a besarlo y lamerlo.

No era el primer trío de las dos ya que en unas vacaciones en el Caribe, habíamos compartido a varios tíos, y todo fue muy divertido, pero es que ahora me sentía mucho más excitada.

Tras un rato comiéndonos a Gus, Ana le quitó los pantalones dejándolo desnudo. Su polla saltó totalmente dura y nos quedamos las dos mirándola. Gus estaba totalmente depilado y su polla era recta, grande, gruesa y sin pellejo, con un glande enorme al aire. Se la cogí, mi mano no la abarcaba por lo gruesa que era. No era la primera polla grande que veía, en el Caribe probamos unas cuantas que eran una bestialidad pero la de Gus me puso aún más cachonda. Me reí y le dije a Ana:
• Niña, que pasada jajaja
• ¿A que es bonita?
• Uffff
• Pues sabe aún mejor, pruébala

Miré a Gus, el cual nos miraba con una sonrisa. Me moví y me coloqué para mirarlo mejor mientras sacaba la lengua y lamía su polla desde abajo hasta arriba. Gus se estremeció y eso me encantó. Lo repetí varias veces y luego me la metí en la boca.

GUS
Tumbado boca arriba, miré como Mónica comenzó a chupármela despacio pero con ganas. Miré a Ana que observaba con una sonrisa como Mónica chupaba mi polla. Estaban las dos preciosas, Ana de rodillas en la cama, con sus enormes tetas muy morenas, y Mónica a cuatro patas sobre la cama, con sus tetas colgando y mi polla en su boca. Las dos chicas eran preciosas, Mónica más delgada y con algo menos de tetas que Ana, pero también muy excitante.

Mónica aumentó el ritmo de la mamada mientras con una mano me acariciaba los huevos y me estremecí. Ana me miró sonriente y entonces, se agachó y lamió el tronco de mi polla mientras Moni seguía con ella en la boca aunque solo la punta. Comenzaron una mamada a duo que si no llega a ser porque ese día ya había follado varias veces con Ana (la última en la ducha hacía un par de horas), no hubiera aguantado.

Estuvieron un buen rato turnándose o chupando a la vez hasta que Moni se levantó, se desnudó completamente y se sentó sobre mi polla, metiéndosela despacio pero sin problema, estaba muy lubricada. Me folló despacio mientras Ana la besaba o le comía las tetas, pero rápidamente aumentó el ritmo hasta correrse con un gran grito.

Después de ese orgasmo, cambiaron de sitio, siendo Ana la que se sentaba sobre mí y me cabalgaba, mientras Moni la besaba y le comía las tetas. Tras un rato así, cogí y moví a Moni para ponerla encima mía y comerle el coño mientras Ana seguía cabalgándome. Moni se puso de cara a Ana y las escuchaba besarse y gemir. Moni estaba tan cachonda que no tardó en volverse a correr gritando a la vez que Ana que también se corrió a ver a su amiga.

Se tumbaron en la cama riendo y resoplando. Aproveché para tocarlas, besarlas, comerles las tetas y pronto me puse sobre Moni y la follé despacio mientras Ana se ponía de lado y nos acariciaba y miraba. Moni y yo nos besamos mientras seguía con mi ritmo lento, sabía que necesitaba recuperarse.

ANA
Miré como Gus, encima de Moni, la follaba despacio mientras se besaban. No sentía nada de celos, al revés, sentía excitación. Eran los dos super atractivos y eran las personas a las que más quería en el mundo, me sentía feliz viéndolos juntos.

Observé los pezones duros de Moni, su respiración, su cara de éxtasis… Acaricié la espalda de Gus, lo miré, su cuerpo perfecto, su cara de excitación… Entonces me miró y me sonrió. Me incorporé un poco y lo besé, sentí su lengua mientras Moni jadeaba cada vez más hasta que dijo:
• Más rápido, cariño, más rápido

Y Gus aumentaba el ritmo. Moni clavó sus dedos en la espalda de Gus, estaba cerca de un nuevo orgasmo. La besé mientras Gus la follaba cada vez más rápido sin parar de jadear. Moni gemía en mi boca, buscando mi lengua hasta que gritó en un nuevo orgasmo.

Me aparté un poco para verla bien, como temblaba, abrazada fuertemente a Gus, con los ojos cerrados y con un gran gemido que se alargó mucho. Cuando se calmó, abrió los ojos, miró a Gus y luego a mí, con cara de flipada. Me sonrió. Sus ojos lo decían todo.

Gus se estaba portando como un campeón pero sabía que ya estaba deseando correrse. Me planteé decirle que se corriera sobre nosotras, eso le encantaría pero es que yo estaba con ganas de más, seguía muy cachonda. Me puse a cuatro sobre la cama y besé a una Moni medio atontada. Gus lo entendió perfectamente y se situó detrás mía para follarme.

Mientras Gus me follaba desde atrás, Moni se despejó al fin y aumentó sus besos y caricias sobre mí. Noté sus dedos en mi clítoris, como me lo acariciaba rápidamente al ritmo de las embestidas de Gus. Me tensioné notando como mi orgasmo estaba a punto de llegar. Comencé a jadear fuerte entre los besos de Moni. Entonces, empecé a convulsionarme y a gritar, el orgasmo era increíblemente intenso y largo, y cuando noté que Gus se corría dentro de mí, estallé del todo.

MÓNICA
Me quedé mirando como Ana se corría de una forma espectacular, con unos gritos y unas convulsiones que hasta daban miedo. Se quedó boca abajo temblando y miré a Gus sorprendida. Gus estaba sudando y extenuado, respirando fuerte, estaba super sexi. Entonces, se echó al lado de Ana la cual seguía temblando y gimiendo contra la almohada. Los miré pensando que mi último orgasmo había sido una pasada total pero el de Ana era de otra dimensión.

Entonces, me reí y dijo.
• Pero ¿Así es como folláis siempre? Me la vas a matar, nene jajajaja

Y nos reímos los tres. La verdad es que Ana siempre era muy espectacular en los polvos, muy activa, muchos gritos, mucho temblar… Me vino a la mente el video con el asqueroso, una Ana silenciosa, pasiva… me sacudí esa imagen de la cabeza, no era momento para eso… La miré sonriendo y ella dijo:
• Me vais a matar entre los dos jeje

Miré la hora, no eran ni las 12 y media de la noche. Me levanté y dije:
• Pues ahora me apetece un bañito en la piscina ¿Quién se apunta?

Los dos me miraron sonriendo. Gus dijo:
• G: Yo estoy destrozado pero me apunto
• M: Genial, un bañito relajante, que aún es joven la noche
• G: ¿Quieres más?
• M: ¿Qué pasa? ¿Tardas en recuperarte? (en tono vacilón para picarlo)
• A: ¿Éste? Ya verás en la piscina lo que tarda jajaja

Y bajamos riéndonos y desnudos… fue una noche muy larga y placentera.
Por la mañana, me desperté antes que ellos. Los miré, ambos dormidos, juntos y desnudos. Sentí un hormigueo de excitación pero pensé “No, antes un café”. Fui a la cocina y preparé café. Ana llegó poco después, sonriendo. Le dije:
• Uff, nena, anoche que pasada jeje
• Sí
• Ahora voy entendiendo que estés tan tonta con el rubio jeje
• Ya ves jajaja

Gus llegó un buen rato después, también muy sonriente. Nos pusimos a desayunar entre risas y charla. Cuando terminamos, les dije:
• M: Bueno, ahora somos amantes pero también…

Y puse unos papeles en la mesa. Los dos me miraron sin comprender. Les dije:
• M: También socios
• A: ¿Cómo?
• M: He creado nuestra editorial de investigación, será nuestra empresa, de los tres
• A: Pero ¿Qué? ¿Cómo?
• M: Antes de que protestes, sí, la inversión inicial será mía pero con las ganancias, me la iréis devolviendo poco a poco
• A: Con esto no se gana mucho
• M: Sí, he estado haciendo un plan de negocios estos días y creo que será viable y nos irá muy bien
• A: Pero Moni, esto no…
• M: Esto es nuestra empresa, nena, de los tres, mira, lee

Ana se puso a leer. Cuando terminó, miró a Gus que se encogió de hombros sonriendo. Ana dijo:
• A: Aquí dice que vamos a partes iguales
• M: Claro
• A: Pero solo tú pones dinero
• M: Inicialmente, sí
• A: No es justo, deberías llevar más parte
• M: No, aquí somos todos iguales, si no es así, no funcionará ¿De acuerdo?

Ana volvió a mirar a Gus y dijo:
• A: Nene, dí algo
• G: A mí me mola
• A: Ya estamos… Os ponéis de acuerdo contra mí ¿no?
• M: No, esta decisión no es por mayoría, o todos o no se hace ¿Qué dices, Ana? Solo falta tu voto

Nos miró y dijo:
• A: mmmm, esperad un momento

Fue al frigorífico, sacó una botella de champán y, abriéndola, dijo:
• A: Hay que brindar por la nueva empresa ¿No?
• G: Biennnnnn
• M: Venga, brindemos… Os quiero muchísimo, sois mi familia… Por nosotros, por nuestra amistad y por más aventuras

FIN
 
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