Blablacar. El día que me cambió la vida.

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Invitado
Hace unos años, tenía una pareja con la que había hecho planes de futuro. Vivíamos juntos desde hacía unos seis meses. Vida sexual normal desde el principio de la relación. Lo típico: Mucho al principio (coches, habitaciones de hotel...), un poco menos conforme fue avanzando la convivencia. Pero todo bien. Al inicio, hicimos un viaje juntos por el norte de España. Borrachos, me preguntó por mi vida sexual antes de conocernos. Luego le pregunté yo la suya. Me dijo algo que me inquietó: Que desde los 16 al último año de carrera, tuvo el típico novio del pueblo. Pero que ese año lo dejó e inició una especie de etapa de ninfomanía en la que su vida fue una película porno. Dicho así mismo. Que no hizo tríos ni cosas grupales pero que se lió compulsivamente con todo los que pudo. Algún profesor de la facultad; su propio casero que le triplicaba la edad; un chico negro. Fue un no parar. Yo me quedé pensando que eso no era compatible con lo que yo había visto de ella, pero ahí quedó la cosa.

Pues bien, el día de marras, estaba solo en casa, esperando que llegase. Venía de otra ciudad en BlaBlaCar. Yo estaba sentado haciendo cosas en el ordenador cuando llegó. Estaba agitada. Sin mediar palabra, me echó la silla para atrás, empezó a besarme y se puso de rodillas para chupármela. Fue tan súbito que hasta tardé un poco en empalmar. Cuando lo hice, se puso encima y me pegó una cabalgada brutal. Llevaba un vestido azul y el pelo recogido. Me corrí pronto, estaba muy mojada... Cuado terminé, se fue directa a la ducha. No me habló nada.

Pasado un rato, fue al salón y empezó a llorar. Y ahí me contó todo. Que le habían recogido dos chicos en el coche, que iban al aeropuerto de la ciudad donde vivimos, donde se iban a la despedida de soltero del que iba de copiloto, en un lugar secreto para él. Que estuvo hablando con los chicos de buen rollo hasta que el que conducía empezó a hablar de sexo, y ella se animó. Que de pronto se empezó a excitar ante la posibilidad de montárselo con ellos. El amigo le pegaba tiretes todo el tiempo y el que se iba a casar se reía, cada vez más nervioso. Al final, después de un buen rato de calentamiento mutuo, pararon en un área de descanso. En el asiento de atrás, primero se folló al conductor, que se corrió en medio minuto, y luego al de la despedida de soltero, que era quien más le ponía. Me dijo que estuvo besándole y que le puso las tetas en la boca. El tipo quería correrse fuera pero ella dijo que tomaba medidas, que le echase la leche dentro. Así lo hizo. Le dejó las bragas en el asiento trastero.

Cuando me contó esto, directamente me fui a su etapa universitaria... No dije nada. Ni discutimos. Me fui al trabajo, el fin de semana me fui a casa de mis padres, y el lunes la dejé. Me costó un tiempo superarlo, decidimos romper todo contacto. De hecho, no sé nada de ella. No teníamos muchos amigos en común...

La cuestión es que necesité meses para restablecerme, pero un día me hice una paja y pensé en ella y los dos tíos. De pronto, me vi masturbándome con algo que me había dejado hecho una colilla. Y así varios días y semanas... Y, de pronto, me vi como en una espiral de fantasías sexuales de las que no he salido y que no había tenido en toda mi vida. Empecé a recordar las primeras pajas con mi primo, los polvos más morbosos. Y a tener fantasías homosexuales (de hecho, he ido por zonas de cruising o baños públicos, pero luego entro en pánico) o de sexo en grupo, a imaginar situaciones morbosas todo el tiempo (tipo tener una pareja y que se la coma al repartidor). Me cuesta mucho tener una pareja con una vida sexual ordenada. Y una vez tuve una swinger y no salió bien. Ni siquiera disfruté cuando fuimos a locales. Es todo muy sórdido desde aquel día del BlaBlaCar, y no encuentro freno en mi imaginación.
 
Hace unos años, tenía una pareja con la que había hecho planes de futuro. Vivíamos juntos desde hacía unos seis meses. Vida sexual normal desde el principio de la relación. Lo típico: Mucho al principio (coches, habitaciones de hotel...), un poco menos conforme fue avanzando la convivencia. Pero todo bien. Al inicio, hicimos un viaje juntos por el norte de España. Borrachos, me preguntó por mi vida sexual antes de conocernos. Luego le pregunté yo la suya. Me dijo algo que me inquietó: Que desde los 16 al último año de carrera, tuvo el típico novio del pueblo. Pero que ese año lo dejó e inició una especie de etapa de ninfomanía en la que su vida fue una película porno. Dicho así mismo. Que no hizo tríos ni cosas grupales pero que se lió compulsivamente con todo los que pudo. Algún profesor de la facultad; su propio casero que le triplicaba la edad; un chico negro. Fue un no parar. Yo me quedé pensando que eso no era compatible con lo que yo había visto de ella, pero ahí quedó la cosa.

Pues bien, el día de marras, estaba solo en casa, esperando que llegase. Venía de otra ciudad en BlaBlaCar. Yo estaba sentado haciendo cosas en el ordenador cuando llegó. Estaba agitada. Sin mediar palabra, me echó la silla para atrás, empezó a besarme y se puso de rodillas para chupármela. Fue tan súbito que hasta tardé un poco en empalmar. Cuando lo hice, se puso encima y me pegó una cabalgada brutal. Llevaba un vestido azul y el pelo recogido. Me corrí pronto, estaba muy mojada... Cuado terminé, se fue directa a la ducha. No me habló nada.

Pasado un rato, fue al salón y empezó a llorar. Y ahí me contó todo. Que le habían recogido dos chicos en el coche, que iban al aeropuerto de la ciudad donde vivimos, donde se iban a la despedida de soltero del que iba de copiloto, en un lugar secreto para él. Que estuvo hablando con los chicos de buen rollo hasta que el que conducía empezó a hablar de sexo, y ella se animó. Que de pronto se empezó a excitar ante la posibilidad de montárselo con ellos. El amigo le pegaba tiretes todo el tiempo y el que se iba a casar se reía, cada vez más nervioso. Al final, después de un buen rato de calentamiento mutuo, pararon en un área de descanso. En el asiento de atrás, primero se folló al conductor, que se corrió en medio minuto, y luego al de la despedida de soltero, que era quien más le ponía. Me dijo que estuvo besándole y que le puso las tetas en la boca. El tipo quería correrse fuera pero ella dijo que tomaba medidas, que le echase la leche dentro. Así lo hizo. Le dejó las bragas en el asiento trastero.

Cuando me contó esto, directamente me fui a su etapa universitaria... No dije nada. Ni discutimos. Me fui al trabajo, el fin de semana me fui a casa de mis padres, y el lunes la dejé. Me costó un tiempo superarlo, decidimos romper todo contacto. De hecho, no sé nada de ella. No teníamos muchos amigos en común...

La cuestión es que necesité meses para restablecerme, pero un día me hice una paja y pensé en ella y los dos tíos. De pronto, me vi masturbándome con algo que me había dejado hecho una colilla. Y así varios días y semanas... Y, de pronto, me vi como en una espiral de fantasías sexuales de las que no he salido y que no había tenido en toda mi vida. Empecé a recordar las primeras pajas con mi primo, los polvos más morbosos. Y a tener fantasías homosexuales (de hecho, he ido por zonas de cruising o baños públicos, pero luego entro en pánico) o de sexo en grupo, a imaginar situaciones morbosas todo el tiempo (tipo tener una pareja y que se la coma al repartidor). Me cuesta mucho tener una pareja con una vida sexual ordenada. Y una vez tuve una swinger y no salió bien. Ni siquiera disfruté cuando fuimos a locales. Es todo muy sórdido desde aquel día del BlaBlaCar, y no encuentro freno en mi imaginación.
El mundo del sexo es confuso, fantasías y realidades se entremezclan muchas veces
 
Una vez entras en este mundo del morbo extremo... es difícil salir. Como entras y que experimentas es variado, persona dependiente, pero la constante es que luego vivir una vida sexual "vainilla", como dicen los ingleses, se hace del todo imposible.
 
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