Camino a Santiago.

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1 Jul 2023
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Capítulo uno.

Lo primero presentarnos, yo me llamo Toni y mi mujer Elsa, un matrimonio de 39 años yo y ella 34. Mi mujer y yo llevamos 7 años casados y toda la vida de novios. Como en todas las parejas que llevan mucho tiempo juntas caemos en la monotonía, pero no siempre ha sido así y a veces le ponemos algo de picante. Ella es una mujer muy guapa, con unos preciosos ojos verdes y una bonita sonrisa, 1.65 de estatura y siempre ha tenido muy buen cuerpo, con unas caderas anchas y un culo de esos que se contonean de lado a lado al andar. Su pecho es pequeño y natural. Es de esas mujeres que aunque sean discretas en su forma de ser y de vestir, llaman la atención.

Que por qué me atrae la idea de ver a otro hombre teniendo sexo con ella? Muy fácil: por su culpa. Comentarios y hechos ante los que a otras personas les despertarían celos, en mí despiertan excitación y morbo. Algunos sutiles, como observar que otros hombres le dirigen la mirada en sitios como en la playa... y no les culpo, ya que mi mujer acostumbra a hacer topless y usar tanga, dejando a la vista de todos su espectacular cuerpo. También ver como a ella a veces le traiciona el subconsciente y se muerde los labios mientras mira a otro hombre.

Ya siendo novios, en una ocasión, me comentó que estando sentada en el tren se sentó un chico delante de ella, en pantalón corto y con unas buenas piernas. Pues me confesó que no pudo evitar fantasear durante el trayecto que este chico le ponía a 4 patas y que ella miraba sus musculadas piernas alejarse y acercarse entre las suyas, mientras la embestía. Otra de sus confesiones fue que yendo en el coche a la Universidad, en esa época quedaban entre otros dos chicos y ella para turnarse un día el coche cada uno, resulta que cuando ella viajaba detrás y veía los ojos de uno de ellos por el retrovisor, que debían de ser azules iba excitada todo el camino.

La gota que colmó el vaso de mi excitación y curiosidad fue un día que salió de fiesta con sus amigos. Ella solía salir con un grupo grande de chicas y chicos y a mi entonces novia le gustaba bailar y pasarselo bien, como es natural. Resulta que una noche mientras bailaban, uno de sus amigos se acercó mucho a ella por detrás. Tanto que notó el miembro del chico bien duro rozando su trasero y que al girar la cabeza comprobó como los pantalones de él tenían un bulto que cada vez crecía más. Al preguntar si se apartó de él o si le dijo algo me contestó que no, que siguieron bailando y que incluso él puso sus manos en sus caderas acercando sus cuerpos y que a ella no le molestó. Todo lo contrario, se dejó llevar, disfrutó del momento y le gustó sentir ese miembro bien erecto rozando su trasero. A mi tampoco me molestó, no soy una persona celosa, todo lo contrario. Además que me cuente esas cosas hacía volar mi imaginación. Es más, a partir de ahí le animaba a que cada vez que saliera hiciese lo mismo, que buscara a ese chico y le calentara pero que la cosa no fuera a más y que tuviera que aliviarse el calentón en casa pensando en mi chica.

Asique por aquel entonces empecé los sondeos. Ella ya sabía que me excitaban todos estos comentarios y que fantaseaba con que tenía sexo con otro. Asique le propuse hacer un trío con otro chico, que yo estaba dispuesto y tenía claro que sólo iba a ser sexo, nada más. La respuesta fue no. Pero yo no me rindo tan fácilmente y cada cierto tiempo le volvía a insistir con la misma pregunta( ella tenía 20 años por aquel entonces y yo unos pocos más). La respuesta siempre era la misma : NO. No obstante, un día tanta insistencia dio sus frutos. Me dijo que ella sólo quería tener sexo conmigo, que no le parece mal que tuviese esa fantasía, pero que a ella también le ponía la idea, aunque no iba a pasar de ahí. Una de las cosas que le atraía era ser penetrada a la vez por dos hombres. Yo ahí vi brotes verdes.

Desde entonces, cada vez que teníamos sexo, intentaba picarla. Cuando estaba cerca del orgasmo acercaba un dedo a su boca y ella lo mordía y chupaba. Al hacerlo estando yo detrás, jugaba con mi dedo en la entrada de su ano, introduciéndolo y coincidiendo esto con unos orgasmos muy intensos por su parte. A ella le gustaba que la tumbase y la follase la boca. Yo aprovechaba para masturbarla con mis dedos metiendoselos dentro. Cuando se corría no sacaba mi polla de su boca. Yo al imaginarme en éstas situaciones que mi dedo era el miembro de otro hombre también descargaba irremediablemente. Pero me tenía que conformar con eso. Pasó el tiempo, y un verano se fue de viaje unas semanas.
 
Capítulo uno.

Lo primero presentarnos, yo me llamo Toni y mi mujer Elsa, un matrimonio de 39 años yo y ella 34. Mi mujer y yo llevamos 7 años casados y toda la vida de novios. Como en todas las parejas que llevan mucho tiempo juntas caemos en la monotonía, pero no siempre ha sido así y a veces le ponemos algo de picante. Ella es una mujer muy guapa, con unos preciosos ojos verdes y una bonita sonrisa, 1.65 de estatura y siempre ha tenido muy buen cuerpo, con unas caderas anchas y un culo de esos que se contonean de lado a lado al andar. Su pecho es pequeño y natural. Es de esas mujeres que aunque sean discretas en su forma de ser y de vestir, llaman la atención.

Que por qué me atrae la idea de ver a otro hombre teniendo sexo con ella? Muy fácil: por su culpa. Comentarios y hechos ante los que a otras personas les despertarían celos, en mí despiertan excitación y morbo. Algunos sutiles, como observar que otros hombres le dirigen la mirada en sitios como en la playa... y no les culpo, ya que mi mujer acostumbra a hacer topless y usar tanga, dejando a la vista de todos su espectacular cuerpo. También ver como a ella a veces le traiciona el subconsciente y se muerde los labios mientras mira a otro hombre.

Ya siendo novios, en una ocasión, me comentó que estando sentada en el tren se sentó un chico delante de ella, en pantalón corto y con unas buenas piernas. Pues me confesó que no pudo evitar fantasear durante el trayecto que este chico le ponía a 4 patas y que ella miraba sus musculadas piernas alejarse y acercarse entre las suyas, mientras la embestía. Otra de sus confesiones fue que yendo en el coche a la Universidad, en esa época quedaban entre otros dos chicos y ella para turnarse un día el coche cada uno, resulta que cuando ella viajaba detrás y veía los ojos de uno de ellos por el retrovisor, que debían de ser azules iba excitada todo el camino.

La gota que colmó el vaso de mi excitación y curiosidad fue un día que salió de fiesta con sus amigos. Ella solía salir con un grupo grande de chicas y chicos y a mi entonces novia le gustaba bailar y pasarselo bien, como es natural. Resulta que una noche mientras bailaban, uno de sus amigos se acercó mucho a ella por detrás. Tanto que notó el miembro del chico bien duro rozando su trasero y que al girar la cabeza comprobó como los pantalones de él tenían un bulto que cada vez crecía más. Al preguntar si se apartó de él o si le dijo algo me contestó que no, que siguieron bailando y que incluso él puso sus manos en sus caderas acercando sus cuerpos y que a ella no le molestó. Todo lo contrario, se dejó llevar, disfrutó del momento y le gustó sentir ese miembro bien erecto rozando su trasero. A mi tampoco me molestó, no soy una persona celosa, todo lo contrario. Además que me cuente esas cosas hacía volar mi imaginación. Es más, a partir de ahí le animaba a que cada vez que saliera hiciese lo mismo, que buscara a ese chico y le calentara pero que la cosa no fuera a más y que tuviera que aliviarse el calentón en casa pensando en mi chica.

Asique por aquel entonces empecé los sondeos. Ella ya sabía que me excitaban todos estos comentarios y que fantaseaba con que tenía sexo con otro. Asique le propuse hacer un trío con otro chico, que yo estaba dispuesto y tenía claro que sólo iba a ser sexo, nada más. La respuesta fue no. Pero yo no me rindo tan fácilmente y cada cierto tiempo le volvía a insistir con la misma pregunta( ella tenía 20 años por aquel entonces y yo unos pocos más). La respuesta siempre era la misma : NO. No obstante, un día tanta insistencia dio sus frutos. Me dijo que ella sólo quería tener sexo conmigo, que no le parece mal que tuviese esa fantasía, pero que a ella también le ponía la idea, aunque no iba a pasar de ahí. Una de las cosas que le atraía era ser penetrada a la vez por dos hombres. Yo ahí vi brotes verdes.

Desde entonces, cada vez que teníamos sexo, intentaba picarla. Cuando estaba cerca del orgasmo acercaba un dedo a su boca y ella lo mordía y chupaba. Al hacerlo estando yo detrás, jugaba con mi dedo en la entrada de su ano, introduciéndolo y coincidiendo esto con unos orgasmos muy intensos por su parte. A ella le gustaba que la tumbase y la follase la boca. Yo aprovechaba para masturbarla con mis dedos metiendoselos dentro. Cuando se corría no sacaba mi polla de su boca. Yo al imaginarme en éstas situaciones que mi dedo era el miembro de otro hombre también descargaba irremediablemente. Pero me tenía que conformar con eso. Pasó el tiempo, y un verano se fue de viaje unas semanas.
Necesito saber más!!!
 
Capítulo uno.

Lo primero presentarnos, yo me llamo Toni y mi mujer Elsa, un matrimonio de 39 años yo y ella 34. Mi mujer y yo llevamos 7 años casados y toda la vida de novios. Como en todas las parejas que llevan mucho tiempo juntas caemos en la monotonía, pero no siempre ha sido así y a veces le ponemos algo de picante. Ella es una mujer muy guapa, con unos preciosos ojos verdes y una bonita sonrisa, 1.65 de estatura y siempre ha tenido muy buen cuerpo, con unas caderas anchas y un culo de esos que se contonean de lado a lado al andar. Su pecho es pequeño y natural. Es de esas mujeres que aunque sean discretas en su forma de ser y de vestir, llaman la atención.

Que por qué me atrae la idea de ver a otro hombre teniendo sexo con ella? Muy fácil: por su culpa. Comentarios y hechos ante los que a otras personas les despertarían celos, en mí despiertan excitación y morbo. Algunos sutiles, como observar que otros hombres le dirigen la mirada en sitios como en la playa... y no les culpo, ya que mi mujer acostumbra a hacer topless y usar tanga, dejando a la vista de todos su espectacular cuerpo. También ver como a ella a veces le traiciona el subconsciente y se muerde los labios mientras mira a otro hombre.

Ya siendo novios, en una ocasión, me comentó que estando sentada en el tren se sentó un chico delante de ella, en pantalón corto y con unas buenas piernas. Pues me confesó que no pudo evitar fantasear durante el trayecto que este chico le ponía a 4 patas y que ella miraba sus musculadas piernas alejarse y acercarse entre las suyas, mientras la embestía. Otra de sus confesiones fue que yendo en el coche a la Universidad, en esa época quedaban entre otros dos chicos y ella para turnarse un día el coche cada uno, resulta que cuando ella viajaba detrás y veía los ojos de uno de ellos por el retrovisor, que debían de ser azules iba excitada todo el camino.

La gota que colmó el vaso de mi excitación y curiosidad fue un día que salió de fiesta con sus amigos. Ella solía salir con un grupo grande de chicas y chicos y a mi entonces novia le gustaba bailar y pasarselo bien, como es natural. Resulta que una noche mientras bailaban, uno de sus amigos se acercó mucho a ella por detrás. Tanto que notó el miembro del chico bien duro rozando su trasero y que al girar la cabeza comprobó como los pantalones de él tenían un bulto que cada vez crecía más. Al preguntar si se apartó de él o si le dijo algo me contestó que no, que siguieron bailando y que incluso él puso sus manos en sus caderas acercando sus cuerpos y que a ella no le molestó. Todo lo contrario, se dejó llevar, disfrutó del momento y le gustó sentir ese miembro bien erecto rozando su trasero. A mi tampoco me molestó, no soy una persona celosa, todo lo contrario. Además que me cuente esas cosas hacía volar mi imaginación. Es más, a partir de ahí le animaba a que cada vez que saliera hiciese lo mismo, que buscara a ese chico y le calentara pero que la cosa no fuera a más y que tuviera que aliviarse el calentón en casa pensando en mi chica.

Asique por aquel entonces empecé los sondeos. Ella ya sabía que me excitaban todos estos comentarios y que fantaseaba con que tenía sexo con otro. Asique le propuse hacer un trío con otro chico, que yo estaba dispuesto y tenía claro que sólo iba a ser sexo, nada más. La respuesta fue no. Pero yo no me rindo tan fácilmente y cada cierto tiempo le volvía a insistir con la misma pregunta( ella tenía 20 años por aquel entonces y yo unos pocos más). La respuesta siempre era la misma : NO. No obstante, un día tanta insistencia dio sus frutos. Me dijo que ella sólo quería tener sexo conmigo, que no le parece mal que tuviese esa fantasía, pero que a ella también le ponía la idea, aunque no iba a pasar de ahí. Una de las cosas que le atraía era ser penetrada a la vez por dos hombres. Yo ahí vi brotes verdes.

Desde entonces, cada vez que teníamos sexo, intentaba picarla. Cuando estaba cerca del orgasmo acercaba un dedo a su boca y ella lo mordía y chupaba. Al hacerlo estando yo detrás, jugaba con mi dedo en la entrada de su ano, introduciéndolo y coincidiendo esto con unos orgasmos muy intensos por su parte. A ella le gustaba que la tumbase y la follase la boca. Yo aprovechaba para masturbarla con mis dedos metiendoselos dentro. Cuando se corría no sacaba mi polla de su boca. Yo al imaginarme en éstas situaciones que mi dedo era el miembro de otro hombre también descargaba irremediablemente. Pero me tenía que conformar con eso. Pasó el tiempo, y un verano se fue de viaje unas semanas.
Muy interesante, sigue que queremos saber más.
 
Capítulo dos.

Mi mujer ha trabajado desde bien joven, así que ha tenido siempre independencia económica y ha podido darse sus caprichos, sus viajes... Uno de ellos fue hacer el Camino de Santiago con su madre. Hicieron el camino por el norte y como su familia tiene casa en un pueblo de Galicia por el que se pasa, el plan era quedarse ahí unos días al terminar el camino. Aunque ella siempre ha estado en forma, los primeros días se le complicaron entre unas rozaduras en los pies y unas molestias que arrastraba en el cuádriceps. Tanto que ya el segundo o tercer día tuvo que parar en mitad de una etapa, descalzarse y descansar. Pero como uno de los aspectos fundamentales del camino es el compañerismo y el apoyo a los demás por ahí apareció un buen samaritano. Era un chico que también estaba haciendo el camino con su padre y que se conocían de vista, de verse en las etapas y los albergues. Tras preocuparse por su estado y entablar una breve conversación se despidió de ella guiñandole un ojo y ofreciendole un masaje, entre risas. Menudo pájaro. Cuando me lo contó tuve una erección a la que tuve que poner remedio usando mi imaginación.

Cuando acabaron esa etapa, se encontraron en un supermercado y él se acercó y le dijo:

Él - Hola, que tal llevas esas molestias?
Ella - Hola, pues hoy me ha costado llegar, pero poco a poco iré a mejor, gracias.
Él - Perdona pero no me he presentado, soy Álvaro.
Ella - Encantada, yo Elsa.

Después de darse dos besos siguieron hablando.

Álvaro: Perdona por lo que te he dicho antes del masaje, no lo he dicho con ninguna intención.
Ella : Tranquilo no pasa nada, además es verdad que necesito un masaje, tendré que buscar un masajista por aquí.

Se despidió con un "nos vemos mañana" y con otro guiño de ojo y ella me contó la conversación.

Yo : Menudo pájaro el amigo. Te puedes imaginar lo que quiere no?
Ella: Pues que va a querer, no seas tonto.
Yo : Ni tú inocente. Te tira lo del masaje y si cuela cuela.
Ella: Lo que tú digas, siempre pensando en lo mismo.
Yo : Eso es verdad. De todas formas no te gastes el dinero en un masajista, que lo tienes gratis, jeje.
Ella : Lo que me faltaba que me de un masaje un desconocido.
Yo: Pues como cualquier otro masajista.
Ella: Jajaja pues sí.
Yo : Y como es, es guapete?
Ella : Pues no sé, sin más, ni me he fijado y eso que más te da?
Yo: A mi me da igual pero quiero saber como es, por curiosidad, ya sabes que no soy celoso. Tiene buen cuerpo?
Ella : Pues mira en eso sí que me he fijado oye y el chico se ve que se cuida. Mañana seguimos hablando, que estoy muy cansada y me voy a dormir ya.

Esa noche se quedaron en un hostal con habitaciones dobles que daban a un pequeño patio interior. Al despertarse por la mañana y asomarse por la ventana vio como la ventana de delante en el piso de abajo estaba entreabierta y se veía una silueta. Sin quitarle los ojos de encima vió como una persona que estaba de espaldas se quitaba el pijama y se preparaba para la jornada. En ese momento se dio la vuelta y vio que era Álvaro, totalmente desnudo ante sus ojos. Ella estaba escondida entre las cortinas y observó atónita su miembro teniendo poco a poco una erección, que no podía disimular ninguna de las prendas que se iba poniendo. También corroboró que era un deportista al que se le marcaban los músculos. Se puso una camiseta y salió de la habitación. Mi mujer no pudo evitar que su clítoris se mojara y palpitara. Estaría teniendo una erección pensando en ella?

De esta guisa bajó también a desayunar. Ahí estaba él también. Sujetaba el café con la mano y pudo ver cómo se le notaban las venas del antebrazo, lo que le puso más cachonda aún. Al cruzarse se saludaron y ese día salieron a la vez a hacer la etapa. De camino fueron hablando. Ella no podía quitarse de la cabeza la imagen que vio esa mañana y cuando llegaron al siguiente albergue no pudo evitar encerrarse en su habitación y aliviar esa tensión masturbándose hasta que tuvo un orgasmo enseguida. En qué habrá pensado...? Cuando acabó recibí un mensaje:

- Me ha pedido el teléfono, jiji.
- Joder como se lanza, ese quiere lo quiere como te dije.
- Vale pero ya sabes que no tiene nada que hacer.
- No tendrá nada que hacer pero bien cachonda te ha puesto esta mañana.
- Lo siento, una no es de piedra.
- No te preocupes, es normal, además llevamos muchos días ya sin vernos. Yo ando cachondo todo el día y con ganas de follarte.
- Yo también quiero follarte... cuando me hecho el dedo he pensado que me follabas de lado y luego te corrias en mis tetas :p ( seguro que había pensado en mi?) jaja me acaba de enviar un wasap!
 
Capítulo dos.

Mi mujer ha trabajado desde bien joven, así que ha tenido siempre independencia económica y ha podido darse sus caprichos, sus viajes... Uno de ellos fue hacer el Camino de Santiago con su madre. Hicieron el camino por el norte y como su familia tiene casa en un pueblo de Galicia por el que se pasa, el plan era quedarse ahí unos días al terminar el camino. Aunque ella siempre ha estado en forma, los primeros días se le complicaron entre unas rozaduras en los pies y unas molestias que arrastraba en el cuádriceps. Tanto que ya el segundo o tercer día tuvo que parar en mitad de una etapa, descalzarse y descansar. Pero como uno de los aspectos fundamentales del camino es el compañerismo y el apoyo a los demás por ahí apareció un buen samaritano. Era un chico que también estaba haciendo el camino con su padre y que se conocían de vista, de verse en las etapas y los albergues. Tras preocuparse por su estado y entablar una breve conversación se despidió de ella guiñandole un ojo y ofreciendole un masaje, entre risas. Menudo pájaro. Cuando me lo contó tuve una erección a la que tuve que poner remedio usando mi imaginación.

Cuando acabaron esa etapa, se encontraron en un supermercado y él se acercó y le dijo:

Él - Hola, que tal llevas esas molestias?
Ella - Hola, pues hoy me ha costado llegar, pero poco a poco iré a mejor, gracias.
Él - Perdona pero no me he presentado, soy Álvaro.
Ella - Encantada, yo Elsa.

Después de darse dos besos siguieron hablando.

Álvaro: Perdona por lo que te he dicho antes del masaje, no lo he dicho con ninguna intención.
Ella : Tranquilo no pasa nada, además es verdad que necesito un masaje, tendré que buscar un masajista por aquí.

Se despidió con un "nos vemos mañana" y con otro guiño de ojo y ella me contó la conversación.

Yo : Menudo pájaro el amigo. Te puedes imaginar lo que quiere no?
Ella: Pues que va a querer, no seas tonto.
Yo : Ni tú inocente. Te tira lo del masaje y si cuela cuela.
Ella: Lo que tú digas, siempre pensando en lo mismo.
Yo : Eso es verdad. De todas formas no te gastes el dinero en un masajista, que lo tienes gratis, jeje.
Ella : Lo que me faltaba que me de un masaje un desconocido.
Yo: Pues como cualquier otro masajista.
Ella: Jajaja pues sí.
Yo : Y como es, es guapete?
Ella : Pues no sé, sin más, ni me he fijado y eso que más te da?
Yo: A mi me da igual pero quiero saber como es, por curiosidad, ya sabes que no soy celoso. Tiene buen cuerpo?
Ella : Pues mira en eso sí que me he fijado oye y el chico se ve que se cuida. Mañana seguimos hablando, que estoy muy cansada y me voy a dormir ya.

Esa noche se quedaron en un hostal con habitaciones dobles que daban a un pequeño patio interior. Al despertarse por la mañana y asomarse por la ventana vio como la ventana de delante en el piso de abajo estaba entreabierta y se veía una silueta. Sin quitarle los ojos de encima vió como una persona que estaba de espaldas se quitaba el pijama y se preparaba para la jornada. En ese momento se dio la vuelta y vio que era Álvaro, totalmente desnudo ante sus ojos. Ella estaba escondida entre las cortinas y observó atónita su miembro teniendo poco a poco una erección, que no podía disimular ninguna de las prendas que se iba poniendo. También corroboró que era un deportista al que se le marcaban los músculos. Se puso una camiseta y salió de la habitación. Mi mujer no pudo evitar que su clítoris se mojara y palpitara. Estaría teniendo una erección pensando en ella?

De esta guisa bajó también a desayunar. Ahí estaba él también. Sujetaba el café con la mano y pudo ver cómo se le notaban las venas del antebrazo, lo que le puso más cachonda aún. Al cruzarse se saludaron y ese día salieron a la vez a hacer la etapa. De camino fueron hablando. Ella no podía quitarse de la cabeza la imagen que vio esa mañana y cuando llegaron al siguiente albergue no pudo evitar encerrarse en su habitación y aliviar esa tensión masturbándose hasta que tuvo un orgasmo enseguida. En qué habrá pensado...? Cuando acabó recibí un mensaje:

- Me ha pedido el teléfono, jiji.
- Joder como se lanza, ese quiere lo quiere como te dije.
- Vale pero ya sabes que no tiene nada que hacer.
- No tendrá nada que hacer pero bien cachonda te ha puesto esta mañana.
- Lo siento, una no es de piedra.
- No te preocupes, es normal, además llevamos muchos días ya sin vernos. Yo ando cachondo todo el día y con ganas de follarte.
- Yo también quiero follarte... cuando me hecho el dedo he pensado que me follabas de lado y luego te corrias en mis tetas :p ( seguro que había pensado en mi?) jaja me acaba de enviar un wasap!
Que morbazo, me encanta la historia, continúa por favor
 
Qué buena historia, que morbazo. Deseando seguir leyendo.

Gracias por escribir y compartir
 
Capítulo dos.

Mi mujer ha trabajado desde bien joven, así que ha tenido siempre independencia económica y ha podido darse sus caprichos, sus viajes... Uno de ellos fue hacer el Camino de Santiago con su madre. Hicieron el camino por el norte y como su familia tiene casa en un pueblo de Galicia por el que se pasa, el plan era quedarse ahí unos días al terminar el camino. Aunque ella siempre ha estado en forma, los primeros días se le complicaron entre unas rozaduras en los pies y unas molestias que arrastraba en el cuádriceps. Tanto que ya el segundo o tercer día tuvo que parar en mitad de una etapa, descalzarse y descansar. Pero como uno de los aspectos fundamentales del camino es el compañerismo y el apoyo a los demás por ahí apareció un buen samaritano. Era un chico que también estaba haciendo el camino con su padre y que se conocían de vista, de verse en las etapas y los albergues. Tras preocuparse por su estado y entablar una breve conversación se despidió de ella guiñandole un ojo y ofreciendole un masaje, entre risas. Menudo pájaro. Cuando me lo contó tuve una erección a la que tuve que poner remedio usando mi imaginación.

Cuando acabaron esa etapa, se encontraron en un supermercado y él se acercó y le dijo:

Él - Hola, que tal llevas esas molestias?
Ella - Hola, pues hoy me ha costado llegar, pero poco a poco iré a mejor, gracias.
Él - Perdona pero no me he presentado, soy Álvaro.
Ella - Encantada, yo Elsa.

Después de darse dos besos siguieron hablando.

Álvaro: Perdona por lo que te he dicho antes del masaje, no lo he dicho con ninguna intención.
Ella : Tranquilo no pasa nada, además es verdad que necesito un masaje, tendré que buscar un masajista por aquí.

Se despidió con un "nos vemos mañana" y con otro guiño de ojo y ella me contó la conversación.

Yo : Menudo pájaro el amigo. Te puedes imaginar lo que quiere no?
Ella: Pues que va a querer, no seas tonto.
Yo : Ni tú inocente. Te tira lo del masaje y si cuela cuela.
Ella: Lo que tú digas, siempre pensando en lo mismo.
Yo : Eso es verdad. De todas formas no te gastes el dinero en un masajista, que lo tienes gratis, jeje.
Ella : Lo que me faltaba que me de un masaje un desconocido.
Yo: Pues como cualquier otro masajista.
Ella: Jajaja pues sí.
Yo : Y como es, es guapete?
Ella : Pues no sé, sin más, ni me he fijado y eso que más te da?
Yo: A mi me da igual pero quiero saber como es, por curiosidad, ya sabes que no soy celoso. Tiene buen cuerpo?
Ella : Pues mira en eso sí que me he fijado oye y el chico se ve que se cuida. Mañana seguimos hablando, que estoy muy cansada y me voy a dormir ya.

Esa noche se quedaron en un hostal con habitaciones dobles que daban a un pequeño patio interior. Al despertarse por la mañana y asomarse por la ventana vio como la ventana de delante en el piso de abajo estaba entreabierta y se veía una silueta. Sin quitarle los ojos de encima vió como una persona que estaba de espaldas se quitaba el pijama y se preparaba para la jornada. En ese momento se dio la vuelta y vio que era Álvaro, totalmente desnudo ante sus ojos. Ella estaba escondida entre las cortinas y observó atónita su miembro teniendo poco a poco una erección, que no podía disimular ninguna de las prendas que se iba poniendo. También corroboró que era un deportista al que se le marcaban los músculos. Se puso una camiseta y salió de la habitación. Mi mujer no pudo evitar que su clítoris se mojara y palpitara. Estaría teniendo una erección pensando en ella?

De esta guisa bajó también a desayunar. Ahí estaba él también. Sujetaba el café con la mano y pudo ver cómo se le notaban las venas del antebrazo, lo que le puso más cachonda aún. Al cruzarse se saludaron y ese día salieron a la vez a hacer la etapa. De camino fueron hablando. Ella no podía quitarse de la cabeza la imagen que vio esa mañana y cuando llegaron al siguiente albergue no pudo evitar encerrarse en su habitación y aliviar esa tensión masturbándose hasta que tuvo un orgasmo enseguida. En qué habrá pensado...? Cuando acabó recibí un mensaje:

- Me ha pedido el teléfono, jiji.
- Joder como se lanza, ese quiere lo quiere como te dije.
- Vale pero ya sabes que no tiene nada que hacer.
- No tendrá nada que hacer pero bien cachonda te ha puesto esta mañana.
- Lo siento, una no es de piedra.
- No te preocupes, es normal, además llevamos muchos días ya sin vernos. Yo ando cachondo todo el día y con ganas de follarte.
- Yo también quiero follarte... cuando me hecho el dedo he pensado que me follabas de lado y luego te corrias en mis tetas :p ( seguro que había pensado en mi?) jaja me acaba de enviar un wasap!

Cuéntanos como sigue, pinta bien
 
Capítulo dos.

Mi mujer ha trabajado desde bien joven, así que ha tenido siempre independencia económica y ha podido darse sus caprichos, sus viajes... Uno de ellos fue hacer el Camino de Santiago con su madre. Hicieron el camino por el norte y como su familia tiene casa en un pueblo de Galicia por el que se pasa, el plan era quedarse ahí unos días al terminar el camino. Aunque ella siempre ha estado en forma, los primeros días se le complicaron entre unas rozaduras en los pies y unas molestias que arrastraba en el cuádriceps. Tanto que ya el segundo o tercer día tuvo que parar en mitad de una etapa, descalzarse y descansar. Pero como uno de los aspectos fundamentales del camino es el compañerismo y el apoyo a los demás por ahí apareció un buen samaritano. Era un chico que también estaba haciendo el camino con su padre y que se conocían de vista, de verse en las etapas y los albergues. Tras preocuparse por su estado y entablar una breve conversación se despidió de ella guiñandole un ojo y ofreciendole un masaje, entre risas. Menudo pájaro. Cuando me lo contó tuve una erección a la que tuve que poner remedio usando mi imaginación.

Cuando acabaron esa etapa, se encontraron en un supermercado y él se acercó y le dijo:

Él - Hola, que tal llevas esas molestias?
Ella - Hola, pues hoy me ha costado llegar, pero poco a poco iré a mejor, gracias.
Él - Perdona pero no me he presentado, soy Álvaro.
Ella - Encantada, yo Elsa.

Después de darse dos besos siguieron hablando.

Álvaro: Perdona por lo que te he dicho antes del masaje, no lo he dicho con ninguna intención.
Ella : Tranquilo no pasa nada, además es verdad que necesito un masaje, tendré que buscar un masajista por aquí.

Se despidió con un "nos vemos mañana" y con otro guiño de ojo y ella me contó la conversación.

Yo : Menudo pájaro el amigo. Te puedes imaginar lo que quiere no?
Ella: Pues que va a querer, no seas tonto.
Yo : Ni tú inocente. Te tira lo del masaje y si cuela cuela.
Ella: Lo que tú digas, siempre pensando en lo mismo.
Yo : Eso es verdad. De todas formas no te gastes el dinero en un masajista, que lo tienes gratis, jeje.
Ella : Lo que me faltaba que me de un masaje un desconocido.
Yo: Pues como cualquier otro masajista.
Ella: Jajaja pues sí.
Yo : Y como es, es guapete?
Ella : Pues no sé, sin más, ni me he fijado y eso que más te da?
Yo: A mi me da igual pero quiero saber como es, por curiosidad, ya sabes que no soy celoso. Tiene buen cuerpo?
Ella : Pues mira en eso sí que me he fijado oye y el chico se ve que se cuida. Mañana seguimos hablando, que estoy muy cansada y me voy a dormir ya.

Esa noche se quedaron en un hostal con habitaciones dobles que daban a un pequeño patio interior. Al despertarse por la mañana y asomarse por la ventana vio como la ventana de delante en el piso de abajo estaba entreabierta y se veía una silueta. Sin quitarle los ojos de encima vió como una persona que estaba de espaldas se quitaba el pijama y se preparaba para la jornada. En ese momento se dio la vuelta y vio que era Álvaro, totalmente desnudo ante sus ojos. Ella estaba escondida entre las cortinas y observó atónita su miembro teniendo poco a poco una erección, que no podía disimular ninguna de las prendas que se iba poniendo. También corroboró que era un deportista al que se le marcaban los músculos. Se puso una camiseta y salió de la habitación. Mi mujer no pudo evitar que su clítoris se mojara y palpitara. Estaría teniendo una erección pensando en ella?

De esta guisa bajó también a desayunar. Ahí estaba él también. Sujetaba el café con la mano y pudo ver cómo se le notaban las venas del antebrazo, lo que le puso más cachonda aún. Al cruzarse se saludaron y ese día salieron a la vez a hacer la etapa. De camino fueron hablando. Ella no podía quitarse de la cabeza la imagen que vio esa mañana y cuando llegaron al siguiente albergue no pudo evitar encerrarse en su habitación y aliviar esa tensión masturbándose hasta que tuvo un orgasmo enseguida. En qué habrá pensado...? Cuando acabó recibí un mensaje:

- Me ha pedido el teléfono, jiji.
- Joder como se lanza, ese quiere lo quiere como te dije.
- Vale pero ya sabes que no tiene nada que hacer.
- No tendrá nada que hacer pero bien cachonda te ha puesto esta mañana.
- Lo siento, una no es de piedra.
- No te preocupes, es normal, además llevamos muchos días ya sin vernos. Yo ando cachondo todo el día y con ganas de follarte.
- Yo también quiero follarte... cuando me hecho el dedo he pensado que me follabas de lado y luego te corrias en mis tetas :p ( seguro que había pensado en mi?) jaja me acaba de enviar un wasap!
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