Concierto

Cancionhumeda

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16 Jul 2023
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En el grupo de Whatsapp que teníamos común nos dijo que se apuntaba al concierto y que le parecía bien ir a cenar algo antes de entrar en la sala. Verlos entrar a los dos en el restaurante, provocó una aceleración inesperada en mi corazón. Las conversaciones previas en el chat resonaban en mi mente, encendiendo una llama que se manifestó en una erección al momento. Mi mujer que estaba a mi lado mirando la carta de hamburguesa no se imaginaba que la presencia de él aquella noche acompañando a mi cuñada cambiaba totalmente la película.
Tenía dos propósitos aquella noche. Primero, conseguir que Miquel acabará la noche deseando follarse a mi mujer. Y dos, hacer correr a mi cuñada durante el concierto.

Ella caminaba delante de él, su sonrisa iluminaba la mesa donde nos sentamos. Observé, y no fui el único, cómo la conexión entre ellos iba más allá de una simple amistad. Cuando los veo juntos y creo que no soy el único que lo piensa, veo el deseo que tiene sobre ella. Se muere de ganas de tirársela. Creo que le gusta sentirse deseada, incluso acepta más roce, más íntimo de lo habitual entre amigos. Sino fuera amigo de mi cuñado, me atrevería a decir que follarían siempre que tuvieran oportunidad. Si ella quisiera hubiera montado su polla en más de una ocasión. Oportunidades no les faltaron, y la sensación persistente de que algo más había sucedido entre ellos permanecía en mi mente.

Nos levantamos para saludar cuando se acercaron. Dos besos para ella acompañado de un “Hola, ¿Qué tal?”, un apretón de manos y un efusivo "¡Hombre, cuanto tiempo!" para Miquel. Ella emitía su fragancia característica, un aroma que me excitaba en cualquier contexto, ese olor que me pone cachondo ya sea en su casa, en casa de mi suegra, en la calle… Al apartar las chaquetas de la silla junto a la mía, logré, o quizás fue su decisión, que se sentara a mi lado. Mi mujer frente a mí, y Miquel a su lado.

La conversación inicial, una serie de comentarios para romper el hielo antes de pedir la cena, reveló una sorpresa para mí.

- ¿Me han dicho que os vais a un festival en Vigo? - comentaba él.
- Si, tiene buen cartel. Queríamos ver a Rammstein y Depeche. Nos hemos decidido a ir los dos solos sin niño. – contestaba mi mujer, mientras enumeraba uno a uno a todo el cartel del festival.
- Estuve mirando las entradas cuando me lo dijo Sonia – contesto él.

En ese momento note como la mano de ella apretaba mi pierna. La miré y sonreí.

Deseaba ver a mi mujer follada por otro y el festival en Vigo era un lugar perfecto para buscar ese rabo que hiciera correr a mi mujer. Le había explicado a mi cuñada que me encantaría encontrarme con alguien en el festival conocido, alguien con confianza, pero no habitual de nuestro círculo, para que fuera el elegido. Mi cuñada sabia mi plan y le había explicado que Miquel sería un buen candidato. Ella había hecho los deberes explicando a su acompañante nuestro viaje y ese apretón en mi pierna fue una certificación que habían hablado de ello.

No sé si fue el apretón, sentir su mano sobre mi pierna, imaginarme ya en el jacuzzi de Vigo borracho haciendo de voyeur lo que me provoco la primera erección.
A ella le brillaban los ojos de una manera especial y mientras Miquel hablaba con mi mujer del festival, del Airbnb, de los conciertos… le sonreí y le dije que le debía una. Acto seguido le pregunte si tendría que activar el bluetooth aquella noche en voz baja. Ella me respondió que quizás. Ella sabía cómo ponerme cachondo. Esa respuesta hizo que mi pene estuviera erecto el resto de noche. Solo deseaba cogerla, ponerla encima de la mesa, bajarle los pantalones, abrirle las piernas, apartarle las bragas y comerle el coñito allí delante de todo el mundo, incluso mi mujer. La llegada de la camarera para tomarnos nota de nuestro pedido hizo que todo prestáramos atención a la camarera y mi fantasía se aparcará por un momento en un rincón de mi cerebro. Mientras nos tomaba nota la camarera, vi que Miquel tenía un brillo especial también en los ojos. ¿Le habría explicado mi cuñada mi fantasía?
Durante la cena, la charla giraba en torno a música, conciertos y bares. Nuestras piernas se rozaban constantemente. Un par de veces, disimuladamente, mi mano se aproximó a su entrepierna, notando un calor que indicaba que ella estaba tan caliente como yo. Aquel calor en su cuerpo me hizo pensar que aquella noche posiblemente no acabaríamos follando, pero que correrse en el concierto usando el consolador que le regale, era posible. Todavía no sabía si lo llevaba puesto, si lo traía en el bolso o simplemente no se atrevió a traerlo por la tentación de ponérselo, acabar muy cachonda y tener que volverse con Miquel una vez finalizado el concierto con el calentón. Podría ser que aquella noche en la que se corría en el concierto mientras sonaba Canción Húmeda fuera la gota que explosionaba aquella tensión sexual resuelta entre los dos amigos.
Cenamos. Recordar ciertos conciertos en el FIB, donde Miquel, no sé si en broma o en serio nos propuso un trio hacía que mis fantasías que por momentos tenía aparcadas volvieran a estar presentes en mi cabeza. También se nombró San Juan en Martín Ledesma. Que noche, recordada todavía y presente en las fantasías con mi mujer mientras follamos.

Aquella charla me sumió en un viaje a través de todos los momentos compartidos, desde una noche vibrante en el Sala Sol, un leve roce de mi mano en su cadera hasta el juego clandestino bajo la mesa entrelazando nuestras piernas. Luego de la cena, decidí plantear directamente a Miquel la posibilidad de que se uniera a nosotros en Vigo. Su respuesta se convirtió en otra pregunta intrigante: "¿Pero con ustedes en el apartamento?". Una mirada cómplice entre mi cuñada y yo marcó el inicio de una decisión conjunta. Revisamos la hora, consideramos prudente dirigirnos al concierto, solicitamos la cuenta, y mientras mi esposa y cuñada se retiraban al baño. Cuando se levantó por detrás mío con el bolso en la mano y antes de marcharse tras los pasos de mi mujer me dijo: “Espero que no te quedes sin batería”.

El consolador que le había regalado se podía controlar a través de una aplicación móvil que tenía instalada con Bluetooth. Incluso, a través de la app podías hacer que fuera controlado a miles y miles de kilómetros. ¿Qué me quedará sin batería aquella noche fue la pregunta clave para decirme que se lo iba a poner o que ya lo llevaba puesto? Mientras se alejaban, observé cómo Miquel no dejaba de admirar el contoneo de aquel culazo que se alejaba hacia el baño. Impulsado por alguna combinación de cervezas y el anhelo de que esa noche se convirtiera en un recuerdo imborrable, solté sin pensar demasiado:

- Tiene un buen culo mi cuñada, ¿eh? – mientras le señalaba el culazo que desaparecía entre las mesas.
- Ya te digo, sin desmerecer las tetas. Pero soy bando amigo, se piensa, pero no se toca.
- Tu prueba. – le dije.

Se rio. Claro que había probado en mas de una ocasión. Me habían contado que en varias ocasiones les habían confundido con ser pareja ¿Qué tipo de conexión debían tener para ser malinterpretados como una pareja? Una vez pagada la cuenta tras la discusión habitual de "te lo pago" y "no hace falta ahora, nos invitas a las cervezas", nos pusimos de pie junto a la mesa, a la espera de que mi mujer y cuñada salieran del baño. Mi mujer fue la primera en llegar a la puerta, y salimos uno al lado del otro mientras Miquel aguardaba pacientemente a que mi cuñada saliera del baño. Nos encontrábamos afuera, en la puerta, buscando las entradas en el móvil y debatiendo si dejáramos algo en el guardarropa.

De repente, ambos salieron con sonrisas y risas, él con la mano sobre el cuello y susurrándole algo al oído a mi cuñada, quien se sonrojó de inmediato mientras me miraba con una expresión que parecía decir: "Te estás pasando". ¿Le estaría explicando que le pedí que intentara seducir esa noche? ¡Vámonos!, sentenciamos. En parejas, nosotros adelante y ellos detrás, nos dirigimos a la cola del local donde se celebraría el concierto. Aunque el camino no duró más de tres minutos, la corta distancia que nos separaba a las dos parejas no permitió escuchar la conversación completa. Solo capté palabras y frases sueltas: "después nos quedamos", "¿quieres que te acompañe?", "hotel", "mi casa", ...

Hoy nuevamente, Miquel intentaría que ella diera el primer paso para no sentirse incómoda con mi cuñado. Si ella era capaz de dar ese salto, él no pondría ningún impedimento en disfrutar de esas tetas, de ese trasero y de ese coñito, ese lindo coñito que siempre recuerdo húmedo. Llegamos a la cola y los cuatro intercambiamos comentarios sobre el guardarropa, la ubicación en la sala y él no se me ninguna canción nueva.

Llegamos a la puerta y entramos en la sala. Decidimos colocarnos en un punto medio bastante alejado de la barra. De camino al lugar definitivo, íbamos en fila india: mi mujer, yo, mi cuñada y Miquel. Ellos dos cogidos de la mano. Parecían una pareja. Mientras esquivábamos a la gente para llegar a nuestro lugar definitivo, note la mano de ella en mi culo, me gire para sonreírle y en ese momento me dijo acercando su boca a mi oído: encendido.
Me hubiera volteado, la hubiera cogido del culo me la hubiera acercado y la hubiera besado en medio de todo el mundo. Hubiera cogido la mano de Miquel y mientras la besaba y sobaba el culo se la hubiera puesto sobre las tetas, haciéndole un sándwich total e invitando a Miquel a que tomará lo que durante tanto tiempo había deseado. Nos la podríamos follar los dos allí en medio. Pero no, control. Me puse muy nervioso. La polla quería salirse de mi pantalón, tenia que pensar como lo haría, como podría activar la vibración de aquel aparato desde mi móvil sin que se diera cuenta nadie. Al menos mi mujer. Por un momento pensé, que si el nos pillaba no me preocuparía demasiado, pero arriesgaba el plan de ver follar a mi mujer con Miquel mas adelante. No se tendría que dar cuenta nadie, como las otras veces.
Aun con el calentón presente choco con mi mujer que me pregunta si parecía buen sitio la ubicación actual. Todo perfecto. Ubicados ya en el puesto definitivo un vistazo alrededor para identificar alguna cara conocida. Es momento de ir a por las cervezas. Voluntario me presento y mi cuñada me acompaña hasta la barra. Primer momento que tenemos para hablar con tranquilidad.

Deja que fuera delante y al pasar por el primer grupo grande que podría dificultar la visión a Miquel y mi mujer mi mano fue directa a su culo. Ella se paro al sentir mi mano, quería sentir mi mano apretando aquel culo. Me acerqué a su oído y le dije: “me la tienes dura desde que has entrado al restaurante”. En ese momento su mano fue a mi paquete y pudo notar que era cierto. No mentía, me la había puesto durísima pero no en ese momento, ya por la mañana el pensar que la iba a ver en el concierto me había excitado de una manera increíble.
Estuvimos 10 segundo aproximadamente parados a 5 metros de la barra, rodeados de desconocidos, yo con mi mano en su culo y ella con su mano en mi polla. Creo que podría correrme sin necesidad de paja o mamada, únicamente con aquel sube y baja por encima del tejano. Le pedí que parara y caminará hacia la barra. Y así lo hicimos.

Ella delante con sus brazos apoyados sobre la barra, yo detrás con mi polla pegada a su culo y mis manos subiendo por sus caderas dirección a sus tetas. Pasé las manos por encima de aquella camiseta y pude sentir lo duro que tenia los pezones, estaba muy excitada. Ella empezó a mover su culo y con su movimiento hacia que mi polla estuviera a punto de explotar. El camarero paso un par de veces por delante nuestro, pero no lo reclamamos, estábamos los dos extasiados por la excitación. Que se parara el tiempo.

Fue entonces cuando con la mano que tenia libre saque mi móvil del bolsillo posterior de mi tejano. Lo desbloquee mientras seguíamos rozando nuestros cuerpos y busque la aplicación del consolador. Abierta, la aplicación iba a comprobar si realmente lo llevaba puesto. Active un breve zumbido que al momento hizo que su cuerpo se estremeciera, cruzara aun mas las piernas y cerrara los ojos. Incluso con el ruido de la sala, la música, las conversaciones que nos rodeaban pude escuchar su suspiro. Active otro zumbido. Su mano apretó mi polla por encima del pantalón, giro su cara, me miro con cara de deseo:

- Me vas a hacer correr y acabamos de llegar. – me dijo entre suspiros.
- Solo quería saber si era cierto que lo llevabas puesto.
- Me vas a dejar con ganas de follar. – me contesto.
- Siempre te podrás follar a Miquel antes de volver a casa. Puedes llegar con el coñito bien mojado. – le conteste sin pensar.

Ella no contesto y justo en ese momento el camarero nos pregunto que queríamos. Creo que nos lo preguntaba por 3 o 4 vez, pero estábamos tan distraídos que no nos percatamos de su presencia.
Pare la vibración. En aquel momento coloque el móvil en el bolsillo de la chaqueta mientras ella pedía 4 cervezas. Con la aplicación abierta y el móvil en la chaqueta desbloqueado, podría activar la vibración al ritmo de la música sin necesidad de tenerlo constantemente en la mano.

Después de pagar, ella cogió dos cervezas de la barra y me dejo las otras dos encima para que las llevara yo. Cuando ya volvíamos a reencontrarnos con nuestros acompañantes volví a activar la vibración, antes de coger las cervezas que tenía que transportar. Tembló y se derramo un poco de cerveza mientas cruzaba y apretaba las piernas. Al para la vibración en su coñito se giró y es cuando pude ver esa cara de excitación que tanto me gusta, acalorada solo pude decirle. “Me portaré bien”.
Con las manos ocupadas durante el trayecto no pude hacer nada malo, solo susurrarle guarradas en el oído. Al llegar vimos a Miquel y mi mujer cerca, hablando muy animadamente. Nos reprocharon que habíamos tardado mucho y Miquel comento que por un momento le pareció que aquello se había convertido en una cita a ciega y que buscábamos dejarlos solo para intimar. Muy serio le dije que podían intimar lo que quisieran que ya me quedaba detrás de ellos y que hicieran lo que quisieran. Ese comentario me ayudo para apartarme un poco de ellos dos y quedarme al lado de mi cuñada haciéndole un gesto con la mano de vez cada vez que nos miraban de apartarlos, hacer lo que queráis.

Ya ubicados en nuestra posición la luz de la sala se apagó, saque el móvil lo desbloquee y lo volví a meter en el bolsillo de la chaqueta manteniendo mi mano dentro de la chaqueta mientras con la otra mano sujetaba la cerveza. Mi mujer con Miquel delante y nosotros justo detrás uno al lado del otro. No me puede resistir y aprete la pantalla del móvil, haciendo que el coñito de mi cuñada tuviera una descarga. En ese momento me agarro del brazo y me apretó. Solo le pude decir una cosa:

- Disfruta.

Empezó la primera canción y con pequeños golpes en la pantalla del portátil fui haciendo vibraciones al ritmo de la música. En ese momento no había marcha atrás, mi objetivo hacer que se corriera en algún momento del concierto. Mi mujer se volvió a girar para decirme algo y acto seguido volvió a su posición original. En aquel momento Miquel le abrazo por la cintura y le dijo algo en el oído. Momento que aprovecho mi cuñada para ponerme su mano encima de mi paquete y hacerme una paja por encima de mi tejano.
Durante las primeras canciones nos mantuvimos en la misma posición. Ellos delante y nosotros detrás. Cada cierto tiempo iba pulsando las pantallas para hacer vibrar con mas fuerza el consolador. Su cara era preciosa. Veía que estaba disfrutando de una experiencia espectacular. Su coñito vibraba al ritmo de la música de unos de sus cantantes favoritos. ¿sonaría “Canción húmeda”? ¿podría correrse con la canción mas caliente del cantante?
En caso vibración de su coñito, un suspiro, una sonrisa, un apretón a mi polla. Se le veía feliz. Disfrutando. Y llego el momento en que Miquel se puso al lado de ella para comentar algo, momento que aproveche para ir al lado de mi mujer y quedarme durante el resto de concierto a su lado. Pasado un minuto, en el inicio de una nueva canción, aprete con fuerza el móvil y empecé a hacer movimiento sobre la pantalla para que la vibración fuera in crescendo. Los tenía detrás, no los veía, pero si puede escuchar el grito de mi cuñada dirigido al cantante, aunque provocado por la vibración del consolador que tenía metida en su coñito.
Durante el concierto seguí pulsando el móvil, sabiendo por roces de su mano en mi culo que lo estaba gozando. Hubo un momento que Miquel y ella se fueron a la barra a pedir cerveza. Espere un tiempo prudencial para conseguir que llegaran a la barra. Y active la vibración del consolador cuando se encontraba en medio de una sala con su acompañante. Iba hacer que se corriera estando a solas con él. Bueno a solas, no. Rodeada de desconocidos en medio de una sala de conciertos.
Durante los siguientes 3 minutos marque el ritmo de la música, imaginando como debía estar gozando el momento. Sabia que aquel coñito se esta corriendo en ese preciso momento y lo que mas me gustaba es que yo no estaba allí. Se estaba corriendo conmigo, pero sin mí. Pasaron 5 minutos mas y no volvían. Dos canciones mas y tampoco volvían. Veinte minutos más tarde aparecieron los dos. El con los labios rojos y ella sofocada. Algo había pasado a parte de conseguir que se corriera.

Llevaban cervezas y Miquel se acerco a mi mujer a darle la suya. Mi cuñada me entrego la cerveza y se quedo a mi lado. Me acerque a su oído y le pregunte:

- ¿Te has corrido?
- Dos veces. Una contigo y otra sin ti.

Me acababa de confirmar que hoy por fin la tensión sexual que existía entre los dos amigos había explotado. quería detalles, pero posiblemente no me los diera. Pero le pedí por favor que me explicara como fue. No obtuve respuesta. Volví a pulsar la pantalla del móvil y no vi ninguna reacción en su cuerpo.

- Ya no lo llevo puesto. Miquel me lo ha quitado cuando hemos ido al baño para meterme su polla.

En aquel momento creo que me corrí. había conseguido un objetivo, hacer que se corriera mi cuñada, pero es que además había roto la línea de no agresión de los dos amigos. El resto de concierto trascurrió con normalidad, de vez en cuando mi cuñada me miraba sonreía y movía los labios dibujando en el aire: “Que locura”. Me pase el resto de concierto imaginándolos en el baño, follando los dos como siempre han deseado.

Acabado el concierto, se encendieron las luces. Momento de recogernos. Les preguntamos qué hacían, si marchaban o se quedaban. Dijeron que se quedaban un rato más, acababan las cervezas y después Miquel acompañaba a mi cuñada a su casa. Nos despedimos y mi mujer invito de nuevo a Miquel a Vigo. Contestación afirmativa, siempre y cuando compartiéramos jacuzzi.
¿Cómo sabia lo del jacuzzi? No recuerdo que nombráramos que el apartamento lo tuviera, mi mujer no lo sabía, solo lo sabía mi cuñada. ¿Qué le había contado? Se me puso dura de nuevo, mas de lo que estaba de imaginar como habían follado.
Cuando me despedía de mi cuñada le dije:

- ¿Me explicaras que ha pasado no?
- No se a que hora voy a llegar a casa, no creo que nos vayamos ya. Pero atento al móvil, te enviare un *

Nos fuimos por la puerta de la sala mi mujer y yo con la sensación de que había sido una gran noche. Yo debería espera días a recibir el WhatsApp de mi cuñada para explicarme que había pasado, pero finalmente el martes por la tarde mientras trabajaba, vibro mi móvil que estaba encima del escritorio y pude ver su mensaje.

“*. Sácatela, que te voy a hacer correr yo ahora. Te explico…”
 
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En el grupo de Whatsapp que teníamos común nos dijo que se apuntaba al concierto y que le parecía bien ir a cenar algo antes de entrar en la sala. Verlos entrar a los dos en el restaurante, provocó una aceleración inesperada en mi corazón. Las conversaciones previas en el chat resonaban en mi mente, encendiendo una llama que se manifestó en una erección al momento. Mi mujer que estaba a mi lado mirando la carta de hamburguesa no se imaginaba que la presencia de él aquella noche acompañando a mi cuñada cambiaba totalmente la película.
Tenía dos propósitos aquella noche. Primero, conseguir que Miquel acabará la noche deseando follarse a mi mujer. Y dos, hacer correr a mi cuñada durante el concierto.

Ella caminaba delante de él, su sonrisa iluminaba la mesa donde nos sentamos. Observé, y no fui el único, cómo la conexión entre ellos iba más allá de una simple amistad. Cuando los veo juntos y creo que no soy el único que lo piensa, veo el deseo que tiene sobre ella. Se muere de ganas de tirársela. Creo que le gusta sentirse deseada, incluso acepta más roce, más íntimo de lo habitual entre amigos. Sino fuera amigo de mi cuñado, me atrevería a decir que follarían siempre que tuvieran oportunidad. Si ella quisiera hubiera montado su polla en más de una ocasión. Oportunidades no les faltaron, y la sensación persistente de que algo más había sucedido entre ellos permanecía en mi mente.

Nos levantamos para saludar cuando se acercaron. Dos besos para ella acompañado de un “Hola, ¿Qué tal?”, un apretón de manos y un efusivo "¡Hombre, cuanto tiempo!" para Miquel. Ella emitía su fragancia característica, un aroma que me excitaba en cualquier contexto, ese olor que me pone cachondo ya sea en su casa, en casa de mi suegra, en la calle… Al apartar las chaquetas de la silla junto a la mía, logré, o quizás fue su decisión, que se sentara a mi lado. Mi mujer frente a mí, y Miquel a su lado.

La conversación inicial, una serie de comentarios para romper el hielo antes de pedir la cena, reveló una sorpresa para mí.

- ¿Me han dicho que os vais a un festival en Vigo? - comentaba él.
- Si, tiene buen cartel. Queríamos ver a Rammstein y Vigo. Nos hemos decidido a ir los dos solos sin niño. – contestaba mi mujer, mientras enumeraba uno a uno a todo el cartel del festival.
- Estuve mirando las entradas cuando me lo dijo Sonia – contesto él.

En ese momento note como la mano de ella apretaba mi pierna. La miré y sonreí.

Deseaba ver a mi mujer follada por otro y el festival en Vigo era un lugar perfecto para buscar ese rabo que hiciera correr a mi mujer. Le había explicado a mi cuñada que me encantaría encontrarme con alguien en el festival conocido, alguien con confianza, pero no habitual de nuestro círculo, para que fuera el elegido. Mi cuñada sabia mi plan y le había explicado que Miquel sería un buen candidato. Ella había hecho los deberes explicando a su acompañante nuestro viaje y ese apretón en mi pierna fue una certificación que habían hablado de ello.

No sé si fue el apretón, sentir su mano sobre mi pierna, imaginarme ya en el jacuzzi de Vigo borracho haciendo de voyeur lo que me provoco la primera erección.
A ella le brillaban los ojos de una manera especial y mientras Miquel hablaba con mi mujer del festival, del Airbnb, de los conciertos… le sonreí y le dije que le debía una. Acto seguido le pregunte si tendría que activar el bluetooth aquella noche en voz baja. Ella me respondió que quizás. Ella sabía cómo ponerme cachondo. Esa respuesta hizo que mi pene estuviera erecto el resto de noche. Solo deseaba cogerla, ponerla encima de la mesa, bajarle los pantalones, abrirle las piernas, apartarle las bragas y comerle el coñito allí delante de todo el mundo, incluso mi mujer. La llegada de la camarera para tomarnos nota de nuestro pedido hizo que todo prestáramos atención a la camarera y mi fantasía se aparcará por un momento en un rincón de mi cerebro. Mientras nos tomaba nota la camarera, vi que Miquel tenía un brillo especial también en los ojos. ¿Le habría explicado mi cuñada mi fantasía?
Durante la cena, la charla giraba en torno a música, conciertos y bares. Nuestras piernas se rozaban constantemente. Un par de veces, disimuladamente, mi mano se aproximó a su entrepierna, notando un calor que indicaba que ella estaba tan caliente como yo. Aquel calor en su cuerpo me hizo pensar que aquella noche posiblemente no acabaríamos follando, pero que correrse en el concierto usando el consolador que le regale, era posible. Todavía no sabía si lo llevaba puesto, si lo traía en el bolso o simplemente no se atrevió a traerlo por la tentación de ponérselo, acabar muy cachonda y tener que volverse con Miquel una vez finalizado el concierto con el calentón. Podría ser que aquella noche en la que se corría en el concierto mientras sonaba Canción Húmeda fuera la gota que explosionaba aquella tensión sexual resuelta entre los dos amigos.
Cenamos. Recordar ciertos conciertos en el FIB, donde Miquel, no sé si en broma o en serio nos propuso un trio hacía que mis fantasías que por momentos tenía aparcadas volvieran a estar presentes en mi cabeza. También se nombró San Juan en Martín Ledesma. Que noche, recordada todavía y presente en las fantasías con mi mujer mientras follamos.

Aquella charla me sumió en un viaje a través de todos los momentos compartidos, desde una noche vibrante en el Sala Sol, un leve roce de mi mano en su cadera hasta el juego clandestino bajo la mesa entrelazando nuestras piernas. Luego de la cena, decidí plantear directamente a Miquel la posibilidad de que se uniera a nosotros en Vigo. Su respuesta se convirtió en otra pregunta intrigante: "¿Pero con ustedes en el apartamento?". Una mirada cómplice entre mi cuñada y yo marcó el inicio de una decisión conjunta. Revisamos la hora, consideramos prudente dirigirnos al concierto, solicitamos la cuenta, y mientras mi esposa y cuñada se retiraban al baño. Cuando se levantó por detrás mío con el bolso en la mano y antes de marcharse tras los pasos de mi mujer me dijo: “Espero que no te quedes sin batería”.

El consolador que le había regalado se podía controlar a través de una aplicación móvil que tenía instalada con Bluetooth. Incluso, a través de la app podías hacer que fuera controlado a miles y miles de kilómetros. ¿Qué me quedará sin batería aquella noche fue la pregunta clave para decirme que se lo iba a poner o que ya lo llevaba puesto? Mientras se alejaban, observé cómo Miquel no dejaba de admirar el contoneo de aquel culazo que se alejaba hacia el baño. Impulsado por alguna combinación de cervezas y el anhelo de que esa noche se convirtiera en un recuerdo imborrable, solté sin pensar demasiado:

- Tiene un buen culo mi cuñada, ¿eh? – mientras le señalaba el culazo que desaparecía entre las mesas.
- Ya te digo, sin desmerecer las tetas. Pero soy bando amigo, se piensa, pero no se toca.
- Tu prueba. – le dije.

Se rio. Claro que había probado en mas de una ocasión. Me habían contado que en varias ocasiones les habían confundido con ser pareja ¿Qué tipo de conexión debían tener para ser malinterpretados como una pareja? Una vez pagada la cuenta tras la discusión habitual de "te lo pago" y "no hace falta ahora, nos invitas a las cervezas", nos pusimos de pie junto a la mesa, a la espera de que mi mujer y cuñada salieran del baño. Mi mujer fue la primera en llegar a la puerta, y salimos uno al lado del otro mientras Miquel aguardaba pacientemente a que mi cuñada saliera del baño. Nos encontrábamos afuera, en la puerta, buscando las entradas en el móvil y debatiendo si dejáramos algo en el guardarropa.

De repente, ambos salieron con sonrisas y risas, él con la mano sobre el cuello y susurrándole algo al oído a mi cuñada, quien se sonrojó de inmediato mientras me miraba con una expresión que parecía decir: "Te estás pasando". ¿Le estaría explicando que le pedí que intentara seducir esa noche? ¡Vámonos!, sentenciamos. En parejas, nosotros adelante y ellos detrás, nos dirigimos a la cola del local donde se celebraría el concierto. Aunque el camino no duró más de tres minutos, la corta distancia que nos separaba a las dos parejas no permitió escuchar la conversación completa. Solo capté palabras y frases sueltas: "después nos quedamos", "¿quieres que te acompañe?", "hotel", "mi casa", ...

Hoy nuevamente, Miquel intentaría que ella diera el primer paso para no sentirse incómoda con mi cuñado. Si ella era capaz de dar ese salto, él no pondría ningún impedimento en disfrutar de esas tetas, de ese trasero y de ese coñito, ese lindo coñito que siempre recuerdo húmedo. Llegamos a la cola y los cuatro intercambiamos comentarios sobre el guardarropa, la ubicación en la sala y él no se me ninguna canción nueva.

Llegamos a la puerta y entramos en la sala. Decidimos colocarnos en un punto medio bastante alejado de la barra. De camino al lugar definitivo, íbamos en fila india: mi mujer, yo, mi cuñada y Miquel. Ellos dos cogidos de la mano. Parecían una pareja. Mientras esquivábamos a la gente para llegar a nuestro lugar definitivo, note la mano de ella en mi culo, me gire para sonreírle y en ese momento me dijo acercando su boca a mi oído: encendido.
Me hubiera volteado, la hubiera cogido del culo me la hubiera acercado y la hubiera besado en medio de todo el mundo. Hubiera cogido la mano de Miquel y mientras la besaba y sobaba el culo se la hubiera puesto sobre las tetas, haciéndole un sándwich total e invitando a Miquel a que tomará lo que durante tanto tiempo había deseado. Nos la podríamos follar los dos allí en medio. Pero no, control. Me puse muy nervioso. La polla quería salirse de mi pantalón, tenia que pensar como lo haría, como podría activar la vibración de aquel aparato desde mi móvil sin que se diera cuenta nadie. Al menos mi mujer. Por un momento pensé, que si el nos pillaba no me preocuparía demasiado, pero arriesgaba el plan de ver follar a mi mujer con Miquel mas adelante. No se tendría que dar cuenta nadie, como las otras veces.
Aun con el calentón presente choco con mi mujer que me pregunta si parecía buen sitio la ubicación actual. Todo perfecto. Ubicados ya en el puesto definitivo un vistazo alrededor para identificar alguna cara conocida. Es momento de ir a por las cervezas. Voluntario me presento y mi cuñada me acompaña hasta la barra. Primer momento que tenemos para hablar con tranquilidad.

Deja que fuera delante y al pasar por el primer grupo grande que podría dificultar la visión a Miquel y mi mujer mi mano fue directa a su culo. Ella se paro al sentir mi mano, quería sentir mi mano apretando aquel culo. Me acerqué a su oído y le dije: “me la tienes dura desde que has entrado al restaurante”. En ese momento su mano fue a mi paquete y pudo notar que era cierto. No mentía, me la había puesto durísima pero no en ese momento, ya por la mañana el pensar que la iba a ver en el concierto me había excitado de una manera increíble.
Estuvimos 10 segundo aproximadamente parados a 5 metros de la barra, rodeados de desconocidos, yo con mi mano en su culo y ella con su mano en mi polla. Creo que podría correrme sin necesidad de paja o mamada, únicamente con aquel sube y baja por encima del tejano. Le pedí que parara y caminará hacia la barra. Y así lo hicimos.

Ella delante con sus brazos apoyados sobre la barra, yo detrás con mi polla pegada a su culo y mis manos subiendo por sus caderas dirección a sus tetas. Pasé las manos por encima de aquella camiseta y pude sentir lo duro que tenia los pezones, estaba muy excitada. Ella empezó a mover su culo y con su movimiento hacia que mi polla estuviera a punto de explotar. El camarero paso un par de veces por delante nuestro, pero no lo reclamamos, estábamos los dos extasiados por la excitación. Que se parara el tiempo.

Fue entonces cuando con la mano que tenia libre saque mi móvil del bolsillo posterior de mi tejano. Lo desbloquee mientras seguíamos rozando nuestros cuerpos y busque la aplicación del consolador. Abierta, la aplicación iba a comprobar si realmente lo llevaba puesto. Active un breve zumbido que al momento hizo que su cuerpo se estremeciera, cruzara aun mas las piernas y cerrara los ojos. Incluso con el ruido de la sala, la música, las conversaciones que nos rodeaban pude escuchar su suspiro. Active otro zumbido. Su mano apretó mi polla por encima del pantalón, giro su cara, me miro con cara de deseo:

- Me vas a hacer correr y acabamos de llegar. – me dijo entre suspiros.
- Solo quería saber si era cierto que lo llevabas puesto.
- Me vas a dejar con ganas de follar. – me contesto.
- Siempre te podrás follar a Miquel antes de volver a casa. Puedes llegar con el coñito bien mojado. – le conteste sin pensar.

Ella no contesto y justo en ese momento el camarero nos pregunto que queríamos. Creo que nos lo preguntaba por 3 o 4 vez, pero estábamos tan distraídos que no nos percatamos de su presencia.
Pare la vibración. En aquel momento coloque el móvil en el bolsillo de la chaqueta mientras ella pedía 4 cervezas. Con la aplicación abierta y el móvil en la chaqueta desbloqueado, podría activar la vibración al ritmo de la música sin necesidad de tenerlo constantemente en la mano.

Después de pagar, ella cogió dos cervezas de la barra y me dejo las otras dos encima para que las llevara yo. Cuando ya volvíamos a reencontrarnos con nuestros acompañantes volví a activar la vibración, antes de coger las cervezas que tenía que transportar. Tembló y se derramo un poco de cerveza mientas cruzaba y apretaba las piernas. Al para la vibración en su coñito se giró y es cuando pude ver esa cara de excitación que tanto me gusta, acalorada solo pude decirle. “Me portaré bien”.
Con las manos ocupadas durante el trayecto no pude hacer nada malo, solo susurrarle guarradas en el oído. Al llegar vimos a Miquel y mi mujer cerca, hablando muy animadamente. Nos reprocharon que habíamos tardado mucho y Miquel comento que por un momento le pareció que aquello se había convertido en una cita a ciega y que buscábamos dejarlos solo para intimar. Muy serio le dije que podían intimar lo que quisieran que ya me quedaba detrás de ellos y que hicieran lo que quisieran. Ese comentario me ayudo para apartarme un poco de ellos dos y quedarme al lado de mi cuñada haciéndole un gesto con la mano de vez cada vez que nos miraban de apartarlos, hacer lo que queráis.

Ya ubicados en nuestra posición la luz de la sala se apagó, saque el móvil lo desbloquee y lo volví a meter en el bolsillo de la chaqueta manteniendo mi mano dentro de la chaqueta mientras con la otra mano sujetaba la cerveza. Mi mujer con Miquel delante y nosotros justo detrás uno al lado del otro. No me puede resistir y aprete la pantalla del móvil, haciendo que el coñito de mi cuñada tuviera una descarga. En ese momento me agarro del brazo y me apretó. Solo le pude decir una cosa:

- Disfruta.

Empezó la primera canción y con pequeños golpes en la pantalla del portátil fui haciendo vibraciones al ritmo de la música. En ese momento no había marcha atrás, mi objetivo hacer que se corriera en algún momento del concierto. Mi mujer se volvió a girar para decirme algo y acto seguido volvió a su posición original. En aquel momento Miquel le abrazo por la cintura y le dijo algo en el oído. Momento que aprovecho mi cuñada para ponerme su mano encima de mi paquete y hacerme una paja por encima de mi tejano.
Durante las primeras canciones nos mantuvimos en la misma posición. Ellos delante y nosotros detrás. Cada cierto tiempo iba pulsando las pantallas para hacer vibrar con mas fuerza el consolador. Su cara era preciosa. Veía que estaba disfrutando de una experiencia espectacular. Su coñito vibraba al ritmo de la música de unos de sus cantantes favoritos. ¿sonaría “Canción húmeda”? ¿podría correrse con la canción mas caliente del cantante?
En caso vibración de su coñito, un suspiro, una sonrisa, un apretón a mi polla. Se le veía feliz. Disfrutando. Y llego el momento en que Miquel se puso al lado de ella para comentar algo, momento que aproveche para ir al lado de mi mujer y quedarme durante el resto de concierto a su lado. Pasado un minuto, en el inicio de una nueva canción, aprete con fuerza el móvil y empecé a hacer movimiento sobre la pantalla para que la vibración fuera in crescendo. Los tenía detrás, no los veía, pero si puede escuchar el grito de mi cuñada dirigido al cantante, aunque provocado por la vibración del consolador que tenía metida en su coñito.
Durante el concierto seguí pulsando el móvil, sabiendo por roces de su mano en mi culo que lo estaba gozando. Hubo un momento que Miquel y ella se fueron a la barra a pedir cerveza. Espere un tiempo prudencial para conseguir que llegaran a la barra. Y active la vibración del consolador cuando se encontraba en medio de una sala con su acompañante. Iba hacer que se corriera estando a solas con él. Bueno a solas, no. Rodeada de desconocidos en medio de una sala de conciertos.
Durante los siguientes 3 minutos marque el ritmo de la música, imaginando como debía estar gozando el momento. Sabia que aquel coñito se esta corriendo en ese preciso momento y lo que mas me gustaba es que yo no estaba allí. Se estaba corriendo conmigo, pero sin mí. Pasaron 5 minutos mas y no volvían. Dos canciones mas y tampoco volvían. Veinte minutos más tarde aparecieron los dos. El con los labios rojos y ella sofocada. Algo había pasado a parte de conseguir que se corriera.

Llevaban cervezas y Miquel se acerco a mi mujer a darle la suya. Mi cuñada me entrego la cerveza y se quedo a mi lado. Me acerque a su oído y le pregunte:

- ¿Te has corrido?
- Dos veces. Una contigo y otra sin ti.

Me acababa de confirmar que hoy por fin la tensión sexual que existía entre los dos amigos había explotado. quería detalles, pero posiblemente no me los diera. Pero le pedí por favor que me explicara como fue. No obtuve respuesta. Volví a pulsar la pantalla del móvil y no vi ninguna reacción en su cuerpo.

- Ya no lo llevo puesto. Miquel me lo ha quitado cuando hemos ido al baño para meterme su polla.

En aquel momento creo que me corrí. había conseguido un objetivo, hacer que se corriera mi cuñada, pero es que además había roto la línea de no agresión de los dos amigos. El resto de concierto trascurrió con normalidad, de vez en cuando mi cuñada me miraba sonreía y movía los labios dibujando en el aire: “Que locura”. Me pase el resto de concierto imaginándolos en el baño, follando los dos como siempre han deseado.

Acabado el concierto, se encendieron las luces. Momento de recogernos. Les preguntamos qué hacían, si marchaban o se quedaban. Dijeron que se quedaban un rato más, acababan las cervezas y después Miquel acompañaba a mi cuñada a su casa. Nos despedimos y mi mujer invito de nuevo a Miquel a Vigo. Contestación afirmativa, siempre y cuando compartiéramos jacuzzi.
¿Cómo sabia lo del jacuzzi? No recuerdo que nombráramos que el apartamento lo tuviera, mi mujer no lo sabía, solo lo sabía mi cuñada. ¿Qué le había contado? Se me puso dura de nuevo, mas de lo que estaba de imaginar como habían follado.
Cuando me despedía de mi cuñada le dije:

- ¿Me explicaras que ha pasado no?
- No se a que hora voy a llegar a casa, no creo que nos vayamos ya. Pero atento al móvil, te enviare un *

Nos fuimos por la puerta de la sala mi mujer y yo con la sensación de que había sido una gran noche. Yo debería espera días a recibir el WhatsApp de mi cuñada para explicarme que había pasado, pero finalmente el martes por la tarde mientras trabajaba, vibro mi móvil que estaba encima del escritorio y pude ver su mensaje.

“*. Sácatela, que te voy a hacer correr yo ahora. Te explico…”
Tiene contnuacion?? Me tienes expectante
 
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