Descubriendo con mi abuela.

nortebi

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Navarra, Rioja y Álava.
Como ya he contado en otros post, mi inicios como voyeur fue cuando descubrí que mi abuela en casa no llevaba bragas.
El siguiente paso fue espiarle cuando se desnudaba para acostarse ya que no cerraba la puerta del todo.
Un día, me levanté de la cama cuando todos estaban acostados y metiéndome entre las sábanas, le roze las tetas y los pelos del coño.
A los días y como mi abuela no había dicho nada, me levanté otra noche y metiéndome entre las sábanas, le manosee las tetas y el coño sin meter mucho la mano entre las piernas.
Continuará si a nadie le parece una aberración lo que cuento.
 
El siguiente día mi abuela no comentó haber notado nada.

Esto me envalentonó, y a los días, repetí la visita, le toque más fuerte las tetas y le metí un dedo en la raja del chocho.
Volvieron a pasar unos días, (no todos los días me mantenía yo despierto y mi madre se acostaba tardísimo).
Está vez, le plante una mano en cada teta y se las amase a gusto.
Después, me pasé a su entrepierna, está vez, ya me aventuré a deslizar el dedo a lo largo de la raja pero sin adentrame
Se movió un poco, me asusté y me fui rápido a mi cama donde por supuesto, me masturbe.
 
No os he puesto en antecedentes.
Estatamos hablando de 1974/75, en aquel momento, mi abuela tenía 81/82 años y yo tenía 13/14 años.
A mí abuela, jamás la he visto en bañador. Vestida del todo, o desnuda. Como he dicho antes, en casa iba sin bragas y en lugar de sujetador, llevaba una especie de camisetas de tirantes finas como de sabana.
Era pequeña, no llegaría al metro cincuenta, regordeta sin excesos y bastante tetona, evidentemente ya caídas. La piel, excepto cara, cuello y brazos, blanca como la leche, los pezones claritos y pies muy pequeños, (34/35) este detalle para los fetichistas.
 
Como su cabeza se fue deteriorado y estaba más inquieta, le subieron la dosis de tranquilizantes, ventaja para mí.
Por tanto, la siguiente incursión, ya fue mas osada, pellizque suavizante sus pezoncillos, que eran una monada, creo que por eso tengo yo tanta obsesión por las tetas y los garbancillos tiesos. Amase sus tetas con ambas manos y después me baje a su coño.
Esa vez si que metí el dedo pero muy torpemente. Tened en cuenta que era la primera vez que tocaba a una mujer y que yo no tenía ni idea de que era un clítoris ni unos labios ni mayores ni menores.
Empuje un poco mi dedo hacia el interior y algo debí hacer bien ya que se retorció levemente y soltó un leve quejido.
Una vez más, me pareció prudente irme pues, como dije, mi madre podía pillarme.
 
En casa, por desgracia en este caso, siempre había alguien, por lo que no tenias mucha libertad.
Pasaron días, entre tanto, yo de paja en paja con el recuerdo de mis incursiones y el tacto de su piel.
‌Otra noche, otra visita. El mismo ritual, primero roces leves en tetas y felpudo. A continuación coger las tetas una con ca‌da mano está vez y pellizcar suave los pezones. Una delicia.
‌Despues de darme mi ración de tetas y pezones, me baje a la entrepierna.
Con la experiencia anterior, deslice mi dedo entre sus labios vaginales pero moviendolo arriba y abajo y apretando suave hacia el interior. Note una leve presión de los muslos sobre mi dedo y algo parecido a un suspiro.
‌Esta vez no me corté y seguí con mi masaje. Leve contracción otra vez y así varias más. Yo atento a que los ruidos no fueran a más, pero sin dejar de mover el dedo. A mi abuela parecía que no le desagradaba el masaje, seguía respirando más fuerte, así que seguí un poco.
‌Cuando consideré que ya era excesivo riesgo, volví a mi cama con el corazón a mil y casi dolor de cabeza de la tensión.
‌Me serene un poco, me masturbe recreándome en pasar el dedo que había utilizado en el coño de mi abuela por mi glande y al momento eyacule una buena lechada.
Un capítulo más y fin.
 
Mi Abuela llevaria sin que le tocarán el coño unos 23 años y estoy seguro que ella no se masturbaba, así que lo que hice fue casi desvirgarla, a pesar de que había parido seis hijos. En tanto tiempo, casi se le habría regenerado el himen.
‌Pasaron algunos días en los que no pude repetir las incursiones.
‌Vuelta a su cuarto, está vez ya más descarado, derecho a las tetas, buen sobeteo y mientras dejo la mano izquierda alternando de una teta a otra, comienzo a trabajar la entrepierna, la experiencia se va notando y al momento noto la respiración diferente. Está vez no paro. Parece que le gusta, suelta algún jadeo, pero no bajo el ritmo. No puedo estimar el tiempo que duró, pero casi se podría considerar una paja.
‌Al parecer, el combinado tetas+pezones+coño estaba rico. Y creo que ella disfrutó.
‌Esta forma de visita se repitió creo recordar unas 5 ó 6 veces, ya con más técnica y aunque nunca metí totalmente un dedo en su vagina. Si que amplíe la zona de masaje. La respiración se alteraba bastante y hacia cortos movimientos con los muslos y la pelvis. En mi opinión, se puede decir que le masturbaba, otra cosa es que tuviera orgasmos, pero disfrutaba.
‌Mucho tiempo después, recordando estás experiencias, imaginaba que en algún momento me quedaba solo en casa con ella, me desnudaba, me metía en la cama con ella y empezaba la fiesta. A todo lo descrito antes, seria añadir chuparle las tetas y meterle la polla en la boca, tal vez ya puesto, metérsela en el coño, pero entonces me hubiera corrido instantáneamente y a ver qué hacíamos después con el manchón y con el olor. Menudo olfato tenía su hija que era mi madre.
‌No hace falta aclarar que todas las visitas terminan en memorables pajas al volver a mi cuarto, de hecho, alguna vez tuve que volver pellizcándome el prepucio para contener la eyaculación hasta llegar al trapo de limpiarme.
‌Después, dejó de vivir en nuestra casa y se jodió el disfrute.
‌Me llegan a pillar y me mandan interno hasta el dia de ir a la mili.

‌Fin
 
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