Pedromiguel
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Ayer estaba solo en una pequeña sala, donde solo se muestran filmes de mujeres, lesbianas.
Me estaba masturbando, despacio, sentado en el borde del pasillo de la última fila.
Entra un hombre. Unos 45 años, fuerte, con barriga. No muy alto, feo de cara. Nariz grande, aguileña, mentón chico, pelo corto, con muchos rulos y una boca de labios gruesos. Mal afeitado, con barba de varios días. Vestía un pantalón corto y una camiseta con algún dibujo de colores, no sé de qué, todo fondo negro.
Me mira y se para en el pasillo, lejos. Saca su polla del pantalón, ya en erección y se pajea mirando a las mujeres en la pantalla.
Lo miro a la cara y luego miro su verga. Se ve buena, desde lejos, al menos. Siento que me mira y vuelve a la pantalla.
Me relamo y le miro insistentemente la polla.
Se da cuenta y hace como que me la muestra, pero sin mirarme. Después sí me mira. Paso mi lengua por mis labios y dejo mis labios entreabiertos, mirando su pija.
Se sube el pantalón y creo que se va a ir, por su actitud. ¡Pero no!
Camina hacia el fondo y se para a mi lado, bajándose otra vez el pantalón y poniendo su polla apuntando hacia mí, que no dejo de mirarlo.
Sin dudarlo se la agarro y lo pajeo. No está dura del todo, ¡y qué gruesa que es! ¡apenas la abarco con mi mano! Se siente suave y caliente.
Se separa, ¡pienso otra vez que se va!
Pero me equivoco, se cambia de lado, sentándose del otro lado mío.
Antes de sentarse se baja del todo el pantalón.
Me mira, sentado, me agarra de la nuca y me baja a su polla. Abro la boca y me la meto, es tan gorda que me cuesta comérmela, tengo que abrir mucho la boca. ¡Mmmm[J1] ! ¡Qué rica está!
Apenas se la trago empieza a gemir, bajito. Le pongo mucha saliva y le doy calor en mi boca.
Le paso la lengua por la cabeza, muy suave y jugosa, por arriba y por abajo. Vuelve a gemir y empuja, haciendo que se meta más en mi boca. La dejo entrar y el comienza un mete y saca, follándome la boca, primero despacio y luego fuerte y rápido. Siento que se pone muy dura y me llega a la garganta. Mete su mano dentro de mi pantalón y busca mi culo. Lo encuentra ya lubricado, me mete un dedo y luego dos. Me folla con los dedos el culo mientras sigue follándome la boca. Creo que está a punto de venirse en mi boca, porque entonces se detiene.
Me la saca y me hace chuparle los huevos, que no son muy grandes, pero que se nota que le gusta mucho, lo que expresa en gemidos más fuertes y variados.
Seguimos solos en la sala.
Se para y se saca la camiseta.
Se pone frente a mí, desnudo, sin pelos en el cuerpo, su polla dura, a mi altura. La vuelvo a tragar yo y él vuelve a follarme la boca. Le agarro el culo, muy duro y acompaño su movimiento. Con la otra mano le agarro un pezón, largo y firme. Tiene buenas tetas, cómo muchos gorditos. Se lo aprieto y le gusta.
Así seguimos un rato.
En un momento la saca y se para a mi lado. Me hace inclinar la cabeza, poniéndomela de costado y se pajea furiosamente. En
nada empieza a largar la leche sobre mi cara. La siento caer, espesa, caliente y abundante en mi mejilla, frente y sobre mis labios, que abro para tragar.
¡que manjar!
No me contengo y tomándola con mi mano me la llevo a la boca, para limpiar los restos que aún quedan.
Él no dice una palabra. Se sube el pantalón y sin despedirse se va.
Quedo con la cara llena de lefa. La junto con mis dedos y la llevo a mi boca. Mas tarde, en casa, recordando lo que pasó, voy a lamentar que no pensé en sacarme una selfie de mi cara chorreada.
Hubiera sido un lindo recuerdo.
[J1]
Me estaba masturbando, despacio, sentado en el borde del pasillo de la última fila.
Entra un hombre. Unos 45 años, fuerte, con barriga. No muy alto, feo de cara. Nariz grande, aguileña, mentón chico, pelo corto, con muchos rulos y una boca de labios gruesos. Mal afeitado, con barba de varios días. Vestía un pantalón corto y una camiseta con algún dibujo de colores, no sé de qué, todo fondo negro.
Me mira y se para en el pasillo, lejos. Saca su polla del pantalón, ya en erección y se pajea mirando a las mujeres en la pantalla.
Lo miro a la cara y luego miro su verga. Se ve buena, desde lejos, al menos. Siento que me mira y vuelve a la pantalla.
Me relamo y le miro insistentemente la polla.
Se da cuenta y hace como que me la muestra, pero sin mirarme. Después sí me mira. Paso mi lengua por mis labios y dejo mis labios entreabiertos, mirando su pija.
Se sube el pantalón y creo que se va a ir, por su actitud. ¡Pero no!
Camina hacia el fondo y se para a mi lado, bajándose otra vez el pantalón y poniendo su polla apuntando hacia mí, que no dejo de mirarlo.
Sin dudarlo se la agarro y lo pajeo. No está dura del todo, ¡y qué gruesa que es! ¡apenas la abarco con mi mano! Se siente suave y caliente.
Se separa, ¡pienso otra vez que se va!
Pero me equivoco, se cambia de lado, sentándose del otro lado mío.
Antes de sentarse se baja del todo el pantalón.
Me mira, sentado, me agarra de la nuca y me baja a su polla. Abro la boca y me la meto, es tan gorda que me cuesta comérmela, tengo que abrir mucho la boca. ¡Mmmm[J1] ! ¡Qué rica está!
Apenas se la trago empieza a gemir, bajito. Le pongo mucha saliva y le doy calor en mi boca.
Le paso la lengua por la cabeza, muy suave y jugosa, por arriba y por abajo. Vuelve a gemir y empuja, haciendo que se meta más en mi boca. La dejo entrar y el comienza un mete y saca, follándome la boca, primero despacio y luego fuerte y rápido. Siento que se pone muy dura y me llega a la garganta. Mete su mano dentro de mi pantalón y busca mi culo. Lo encuentra ya lubricado, me mete un dedo y luego dos. Me folla con los dedos el culo mientras sigue follándome la boca. Creo que está a punto de venirse en mi boca, porque entonces se detiene.
Me la saca y me hace chuparle los huevos, que no son muy grandes, pero que se nota que le gusta mucho, lo que expresa en gemidos más fuertes y variados.
Seguimos solos en la sala.
Se para y se saca la camiseta.
Se pone frente a mí, desnudo, sin pelos en el cuerpo, su polla dura, a mi altura. La vuelvo a tragar yo y él vuelve a follarme la boca. Le agarro el culo, muy duro y acompaño su movimiento. Con la otra mano le agarro un pezón, largo y firme. Tiene buenas tetas, cómo muchos gorditos. Se lo aprieto y le gusta.
Así seguimos un rato.
En un momento la saca y se para a mi lado. Me hace inclinar la cabeza, poniéndomela de costado y se pajea furiosamente. En
nada empieza a largar la leche sobre mi cara. La siento caer, espesa, caliente y abundante en mi mejilla, frente y sobre mis labios, que abro para tragar.
¡que manjar!
No me contengo y tomándola con mi mano me la llevo a la boca, para limpiar los restos que aún quedan.
Él no dice una palabra. Se sube el pantalón y sin despedirse se va.
Quedo con la cara llena de lefa. La junto con mis dedos y la llevo a mi boca. Mas tarde, en casa, recordando lo que pasó, voy a lamentar que no pensé en sacarme una selfie de mi cara chorreada.
Hubiera sido un lindo recuerdo.
[J1]