Pedromiguel
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Estaba hacia poco tiempo en la sauna seco El calor se sentía, yo me había bajado la toalla, sobre la que estaba sentado, mostrando mi pene casi erecto. No había más nadie conmigo.
Me masturbé, despacio, suave, para mantenerla algo levantada. Y también me daba gusto tocarla.
Entra un hombre. Unos 60 años, pelo abundante, lacio, entrecano. Bien afeitado, facciones agradables, nariz grande y labios gruesos. Físico normal, ni gordo ni flaco, ni músculos especiales. Normal. Pelo en cuerpo y pecho, tambien entrecano.
Se para frente a mi, sin decir nada, se corre la toalla y me muestra su pija ya erecta. Es oscura, de tamaño normal, con una curiosa curva a la derecha.
Lo miro a la cara y le agarro la polla. Esta dura, pero no del todo. La pajeo un poco y me la llevo a la boca. Cuando lo hago el hombre suspira y empuja hacia adelante con su cintura, para que la trague más. Lo hago, hasta sentirla en la garganta, que tambien abro, dejando que entre profundamente a la vez que sumerjo la nariz en la mata peluda que le rodea la base del pene. Huele bien, creo que a un perfume de los de moda, ¡si será hijo de puta! ¡Se perfuma la verga!
Se quita la toalla y se sienta en un banco más alto que el mío. Me ofrece otra vez la verga que trago agradecido.
Sé que la chupo muy bien y me pongo a la tarea.
A los pocos minutos me dice de ir a mi cuarto. Estoy de acuerdo y vamos.
Entramos y se sienta en la cama, contra la pared, ofreciéndome su verga. Me arrodillo entre sus piernas y la meto en mi boca.
Tengo la boca caliente y muy húmeda. La muevo como si la follara a la vez que le paso la lengua por la cabeza y por abajo, en el frenillo, lo más sensible. Cada poco la trago profundamente, apretándola con la garganta, lo que hace que gima y me sujeta la cabeza, metiendo sus dedos entre mi pelo.
Chúpame los huevos – me ordena, levantándose la verga para exponerlos.
Les paso la lengua y los chupo una vez que están húmedos.
Él se pajea y gime bajito :
-así, dale chupa puto, maricón chupapijas, chúpame un huevo, dale puto….
Me gusta que me insulte. Mi polla se me pone dura al oírlo.
Chúpame el culo, dale, -ordena ahora.
Le digo que no, que el culo no. Trata de empujarme, pero me resisto, le agarro la verga y me la pongo en la boca. No dice nada y me deja seguir chupando.
Me toma una mano y la lleva a sus pezones, son grandes y estan bien largos. Se los pellizco suave. El busca los míos y me hace lo mismo, pero fuerte, haciéndome doler. Me gusta y le hago lo mismo. También le gusta y me agarra la cabeza fuerte. Su verga está grande y dura ahora, manteniendo esa rara curva.
Me folla la boca y lo siento bien caliente, creo que se está por acabar.
Se detiene y me dice de ir a descansar un poco. Asiento y se va.
Cuando está en la puerta me dice que no me vaya a ir sin verlo antes.
Como a la hora decido irme. Abro la puerta de mi cuarto y empiezo a vestirme, con la puerta abierta al corredor.
En eso pasa él, me ve vistiéndome y me dice que no me puedo ir. Que tengo que hacerlo acabar antes. Discuto, que no puedo, que es tarde y tengo que irme.
No es cierto, pero me gusta ver que hace.
Insiste, me toca, se saca la toalla y entra un poco a la fuerza al cuarto. Tira la toalla en la cama y me desnuda.
No te vas sin que yo acabe. Si se te hace tarde jodete. Chupa! – me ordena .
Intento resistir pero “me dejo” ganar. Me sienta y se para frente a mi, poniéndome su polla torcida en la cara. Abro la boca y lo trago, ¡con gusto! Así estamos unos minutos y luego decide cambiar de posición.
Se acuesta en la cama y me hace arrodillarme entre sus piernas, su pija bien accesible. Me arrodillo a sus pies y se la chupo.
Despues de un rato veo que es tarde y le digo otra vez que me tengo que ir.
Me dice que de ninguna manera. Que no sea idiota, que tengo que hacerlo acabar.
Acuéstate boca arriba,- ordena, mientras se pone de pie.
Lo hago y me corrige la posición varias veces, que más arriba, que más abajo, me pone la almohada bajo mi cabeza. Su polla está bien grande, brillante con mi saliva y sus jugos. Lubrica mucho, rico.mmmmmm!
Se sube a la cama, apoya una rodilla a cada lado de mi cuerpo y se sienta en mi pecho. Me pone la verga en la boca, la chupo, luego la saca y me pone los huevos en la cara. Se los chupo y se pajea, moviéndose hacia adelante y atrás. Me doy cuenta de lo que quiere y decido dejarlo, con alguna resistencia, para darle gracia.
- chupá puto, y cállate. No me aburras.
Y yo chupo, excitado, contento de que me haya obligado, feliz por mi sumisión a sus deseos.
Él disfruta y se pajea con velocidad, respirando fuerte, gimiendo y hablando: - seguí puto dale así, más fuerte, más lengua, dale más que me acabo, me viene la leche, y te la vas a llevar toda vos, toda ahora, siiiiiiii
Se levanta un poco, y sostiene la verga que se sacudo escupiendo hacia mi cara abundante leche. La siento caer, tibia y espesa en mi mejilla, la frente, mi pelo, los labios. Cierro los ojos para que no me entre porque ya sé que arde mucho. La siento deslizar por la mejilla. Abro los ojos y veo que sigue acabando. Me la pone en los labios y abro la boca, tragando la que todavía sale y la que moja toda su verga. Está ahora bien grande y parece no tan curvada. Me pasa la cabeza enlechada por los labios y la cara, juntando leche para dármela en la boca después. La chupo y la trago, goloso.
¿Te gustó eh? ¿Y vos como estás? A ver…
Se corre por mi cuerpo, buscando mi verga que está bien dura.
¡Opa, está bien parada, muy linda! y qué gorda que es! Me encanta cómo se te puso. ¡Ahora me vas a coger!
Sin cambiar de posición se deslizó hacia mis pies, apoyando su culo en mi pija, que dirigía con su mano. El culo estaba bien ensalivado por mi chupada y algo dilatado por mi lengua y mis dedos.
Apoyó el culo sobre la punta de mi verga y se dejó caer, despacio.
No demoró en tenerla toda adentro, sentado sobre mi, con toda mi verga dentro de él. Se sentía muy caliente y apretado. Cuando llegó al fondo se levantó un poco e inció un mete y saca lento y profundo, delicioso. La pija se le volvío a parar.
Te dije que no te acabaras, ¡idiota! Ahora me vas a limpiar el culo con tu lengua, chúpate toda tu leche.
Y diciendo eso se sacó mi verga del culo, que aún seguía dura y echando leche y me puso su culo en la cara, otra vez. Pero ahora abierto, chorreando leche que me empapó la cara. Su verga era otra vez un fierro de dura, me maravilló cómo lo hacía a su edad. ¡Una recuperación así de rápida! Chupe su culo ahora abierto y chorreando mi leche. Estaba delicioso.
Me hizo darme vuelta, me puso boca abajo, me escupió el culo y poniéndose arriba mío, me la clavo de un golpe, toda adentro. Me dolió mucho, grité, insultándolo, y entonces, cuando grité, me pegó una palmada fuerte en el culo.
Quieto puto, calladito y aguante, que para eso son los maricones como Ud.
Y entonces me folló, fuerte, muy rápido, haciendo crujir la cama con nuestro peso y sus golpes. Ya no me dolía, al contrario, era muy excitante sentirlo como tomaba posesión de mi culo y lo cogía a su gusto. Entraba y salía casi totalmente, dilatándome y rozándo esa piel tan sensible, dándome mucho placer. Pero no duró mucho.
Se acabó rápido, con un grito bajo, como un gruñido. La metió profunda y luego me la sacó del culo, echándome toda la leche por la espalda y los cachetes del culo. No era tanta cómo la que me echó en la cara, ¡pero no era poca!
Recién entonces se levantó y se fue, diciéndome que debía volver el próximo martes.
Me di cuenta entonces que hicimos todo con la puerta abierta, a la vista de todos. Cuando se fue también la dejó abierta.
Quedé ahí tirado, chorreado de leche en espalda, el culo y la cara, donde ya estaba casi secos. Descansé unos minutos, sin molestarme en cerrar la puerta. En realidad, excitado porque me vieran así, follado, enlechado, usado y tirado en la cama revuelta.
Me masturbé, despacio, suave, para mantenerla algo levantada. Y también me daba gusto tocarla.
Entra un hombre. Unos 60 años, pelo abundante, lacio, entrecano. Bien afeitado, facciones agradables, nariz grande y labios gruesos. Físico normal, ni gordo ni flaco, ni músculos especiales. Normal. Pelo en cuerpo y pecho, tambien entrecano.
Se para frente a mi, sin decir nada, se corre la toalla y me muestra su pija ya erecta. Es oscura, de tamaño normal, con una curiosa curva a la derecha.
Lo miro a la cara y le agarro la polla. Esta dura, pero no del todo. La pajeo un poco y me la llevo a la boca. Cuando lo hago el hombre suspira y empuja hacia adelante con su cintura, para que la trague más. Lo hago, hasta sentirla en la garganta, que tambien abro, dejando que entre profundamente a la vez que sumerjo la nariz en la mata peluda que le rodea la base del pene. Huele bien, creo que a un perfume de los de moda, ¡si será hijo de puta! ¡Se perfuma la verga!
Se quita la toalla y se sienta en un banco más alto que el mío. Me ofrece otra vez la verga que trago agradecido.
Sé que la chupo muy bien y me pongo a la tarea.
A los pocos minutos me dice de ir a mi cuarto. Estoy de acuerdo y vamos.
Entramos y se sienta en la cama, contra la pared, ofreciéndome su verga. Me arrodillo entre sus piernas y la meto en mi boca.
Tengo la boca caliente y muy húmeda. La muevo como si la follara a la vez que le paso la lengua por la cabeza y por abajo, en el frenillo, lo más sensible. Cada poco la trago profundamente, apretándola con la garganta, lo que hace que gima y me sujeta la cabeza, metiendo sus dedos entre mi pelo.
Chúpame los huevos – me ordena, levantándose la verga para exponerlos.
Les paso la lengua y los chupo una vez que están húmedos.
Él se pajea y gime bajito :
-así, dale chupa puto, maricón chupapijas, chúpame un huevo, dale puto….
Me gusta que me insulte. Mi polla se me pone dura al oírlo.
Chúpame el culo, dale, -ordena ahora.
Le digo que no, que el culo no. Trata de empujarme, pero me resisto, le agarro la verga y me la pongo en la boca. No dice nada y me deja seguir chupando.
Me toma una mano y la lleva a sus pezones, son grandes y estan bien largos. Se los pellizco suave. El busca los míos y me hace lo mismo, pero fuerte, haciéndome doler. Me gusta y le hago lo mismo. También le gusta y me agarra la cabeza fuerte. Su verga está grande y dura ahora, manteniendo esa rara curva.
Me folla la boca y lo siento bien caliente, creo que se está por acabar.
Se detiene y me dice de ir a descansar un poco. Asiento y se va.
Cuando está en la puerta me dice que no me vaya a ir sin verlo antes.
Como a la hora decido irme. Abro la puerta de mi cuarto y empiezo a vestirme, con la puerta abierta al corredor.
En eso pasa él, me ve vistiéndome y me dice que no me puedo ir. Que tengo que hacerlo acabar antes. Discuto, que no puedo, que es tarde y tengo que irme.
No es cierto, pero me gusta ver que hace.
Insiste, me toca, se saca la toalla y entra un poco a la fuerza al cuarto. Tira la toalla en la cama y me desnuda.
No te vas sin que yo acabe. Si se te hace tarde jodete. Chupa! – me ordena .
Intento resistir pero “me dejo” ganar. Me sienta y se para frente a mi, poniéndome su polla torcida en la cara. Abro la boca y lo trago, ¡con gusto! Así estamos unos minutos y luego decide cambiar de posición.
Se acuesta en la cama y me hace arrodillarme entre sus piernas, su pija bien accesible. Me arrodillo a sus pies y se la chupo.
Despues de un rato veo que es tarde y le digo otra vez que me tengo que ir.
Me dice que de ninguna manera. Que no sea idiota, que tengo que hacerlo acabar.
Acuéstate boca arriba,- ordena, mientras se pone de pie.
Lo hago y me corrige la posición varias veces, que más arriba, que más abajo, me pone la almohada bajo mi cabeza. Su polla está bien grande, brillante con mi saliva y sus jugos. Lubrica mucho, rico.mmmmmm!
Se sube a la cama, apoya una rodilla a cada lado de mi cuerpo y se sienta en mi pecho. Me pone la verga en la boca, la chupo, luego la saca y me pone los huevos en la cara. Se los chupo y se pajea, moviéndose hacia adelante y atrás. Me doy cuenta de lo que quiere y decido dejarlo, con alguna resistencia, para darle gracia.
- No, no, no te voy a chupar ahí, - le digo.
- Un poquito, dale un poquito, si sos puto, dame el gusto,
- No no, - insisto en mi negativa, tratando de salirme de abajo, pero sin hacer demasiada fuerza.
- chupá puto, y cállate. No me aburras.
Y yo chupo, excitado, contento de que me haya obligado, feliz por mi sumisión a sus deseos.
Él disfruta y se pajea con velocidad, respirando fuerte, gimiendo y hablando: - seguí puto dale así, más fuerte, más lengua, dale más que me acabo, me viene la leche, y te la vas a llevar toda vos, toda ahora, siiiiiiii
Se levanta un poco, y sostiene la verga que se sacudo escupiendo hacia mi cara abundante leche. La siento caer, tibia y espesa en mi mejilla, la frente, mi pelo, los labios. Cierro los ojos para que no me entre porque ya sé que arde mucho. La siento deslizar por la mejilla. Abro los ojos y veo que sigue acabando. Me la pone en los labios y abro la boca, tragando la que todavía sale y la que moja toda su verga. Está ahora bien grande y parece no tan curvada. Me pasa la cabeza enlechada por los labios y la cara, juntando leche para dármela en la boca después. La chupo y la trago, goloso.
¿Te gustó eh? ¿Y vos como estás? A ver…
Se corre por mi cuerpo, buscando mi verga que está bien dura.
¡Opa, está bien parada, muy linda! y qué gorda que es! Me encanta cómo se te puso. ¡Ahora me vas a coger!
Sin cambiar de posición se deslizó hacia mis pies, apoyando su culo en mi pija, que dirigía con su mano. El culo estaba bien ensalivado por mi chupada y algo dilatado por mi lengua y mis dedos.
Apoyó el culo sobre la punta de mi verga y se dejó caer, despacio.
- No, ¡no sin condón! No, por favor, ponte uno, - le pido, preocupado.
- Cállate marica, los hombres no usan condón. Cogé cómo un hombre, no como una puta.
No demoró en tenerla toda adentro, sentado sobre mi, con toda mi verga dentro de él. Se sentía muy caliente y apretado. Cuando llegó al fondo se levantó un poco e inció un mete y saca lento y profundo, delicioso. La pija se le volvío a parar.
- No voy a durar mucho así, - le dije
- Vas a aguantar lo que yo te diga, oíste? Ahora aguantá, que se me paró otra vez.
- Se me hace muy tarde, - comenté, buscando que me mandara.
- ¡Otra vez con esa bobada! ¡Cállate y cogé, y no te acabes!, de ninguna manera. ¡Y si lo haces ten en cuenta que no te vas hasta que yo acabe de nuevo, que me han dado ganas de follarte ahora!
- No se si puedo…es muy tarde ya…
- Claro que puedes, y si no puedes, pues te jodes y me esperas, ¡que no te vas a ir sin que te folle y te deje el culo lleno de mi leche! Agarrame la polla y hazme una paja mientras me follas… claro que en realidad… ¡quien te folla soy yo! Jajajajaja!
Te dije que no te acabaras, ¡idiota! Ahora me vas a limpiar el culo con tu lengua, chúpate toda tu leche.
Y diciendo eso se sacó mi verga del culo, que aún seguía dura y echando leche y me puso su culo en la cara, otra vez. Pero ahora abierto, chorreando leche que me empapó la cara. Su verga era otra vez un fierro de dura, me maravilló cómo lo hacía a su edad. ¡Una recuperación así de rápida! Chupe su culo ahora abierto y chorreando mi leche. Estaba delicioso.
Me hizo darme vuelta, me puso boca abajo, me escupió el culo y poniéndose arriba mío, me la clavo de un golpe, toda adentro. Me dolió mucho, grité, insultándolo, y entonces, cuando grité, me pegó una palmada fuerte en el culo.
Quieto puto, calladito y aguante, que para eso son los maricones como Ud.
Y entonces me folló, fuerte, muy rápido, haciendo crujir la cama con nuestro peso y sus golpes. Ya no me dolía, al contrario, era muy excitante sentirlo como tomaba posesión de mi culo y lo cogía a su gusto. Entraba y salía casi totalmente, dilatándome y rozándo esa piel tan sensible, dándome mucho placer. Pero no duró mucho.
Se acabó rápido, con un grito bajo, como un gruñido. La metió profunda y luego me la sacó del culo, echándome toda la leche por la espalda y los cachetes del culo. No era tanta cómo la que me echó en la cara, ¡pero no era poca!
Recién entonces se levantó y se fue, diciéndome que debía volver el próximo martes.
Me di cuenta entonces que hicimos todo con la puerta abierta, a la vista de todos. Cuando se fue también la dejó abierta.
Quedé ahí tirado, chorreado de leche en espalda, el culo y la cara, donde ya estaba casi secos. Descansé unos minutos, sin molestarme en cerrar la puerta. En realidad, excitado porque me vieran así, follado, enlechado, usado y tirado en la cama revuelta.