Fetichismo morboso

[tumorenito_18]

Invito a todo el fetichista de los pies a que lea esta increíble historia porque la va a disfrutar:

Yo soy un fetichista de los pies femeninos desde la adolescencia. Siempre he tenido deseos sexuales hacía los pies, de joven siempre me fijaba antes en los pies de una chica antes que en otros atributos como la cara, las tetas o el culo. Siempre que se acercaba el verano, llegaba la gloria para mí, podia ver los pies al descubierto de casi todas las chicas. Pero mi obsesión se centraba especialmente en los pies de nada más y nada menos que la tía de mi padre...

Por aquel entonces yo era adolescente y la tía de mi padre recién había cumplido los 53, ella aparentaba casi 10 años menos, tenía la piel muy bien cuidada y conservaba unas caderas y unas piernas espectaculares. A mí me ponía la polla durísima verla descalza porque sus piernas eran un espectáculo y ya sus pies ni te cuento. Resulta que ella cuidaba de mí cuando era adolescente mientras mis padres trabajaban, ella se quedaba en mi casa a dormir, me tenía mucho cariño y siempre nos contábamos historias y me hacía regalos.

Hasta que empecé a obsesionarme con sus pies, cada vez que venía a dormir a mí casa, siempre traía sus zapatillas de estar por casa y se las ponía sin calcetines, a mí se me hinchaba la polla cuando pensaba todos los deseos sexuales explícitos que tenía con esa mujer. Bien, una vez que se iba a dormir a la cama de mis padres, yo me iba a la mía y esperaba a q se durmiera para entrar y cogerle las zapatillas de estar por casa para pajearme oliendo el olor que desprendían sus ricos pies. Os juro que ese olor era la gloria para mí y me ponía enfermo hasta el punto en el que me hacía unas pajas con unos lefazos que en mi vida había visto.

Todo cambio cuando una vez me pilló pajeándome con sus tacones en mi boca, y se lo expliqué todo. Le dije que la atracción que sentía por sus pies no era normal y que quería que me dejara chupárselos. En su primera reacción se pensó que me había vuelto loco y no se lo estaba creyendo, pero yo sabía que en el fondo ella era una morbosa y al final lo conseguí, se dejó, había conseguido lo que estaba buscando tanto tiempo. Yo ni me lo pensé, me acerqué a sus piernas, cogí primero su pie derecho y con desesperación los empecé a oler, fue la mejor sensación del mundo, su olor a pies me ponía muchísimo, luego me lo metí en la boca. Mi primera sensación fue de estar tocando el cielo, luego a ella le estaba gustando y se estaba calentando, yo ya sabía cuál era el siguiente paso, así que me quité la ropa y me dijo:

-Qué haces, cariño?
-Nada, que me estás poniendo como un toro
(Silencio absoluto)

Luego empezamos a follar y acabé corriéndome en sus pies, aquella noche fue inolvidable...