Gran Estreno en el Cine

Pedivertido

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31 May 2024
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Paola era una tía del grupo de amigos del insti a la que yo le molaba y bastante. Ella era algo gordita, tampoco mucho, y muy tetona. No tenía complejo alguno, no se callaba nada y hasta resultaba ordinaria. Era por eso por lo que a mi no me atraía. En cambio yo si le gustaba mucho, tanto que no lo ocultaba ante los demás. Se pegaba todo el curso pidiéndome ser su novia incluso con amigos por delante. A mi por una parte me era un coñazo pero por otro me gustaba sentirme deseado y sería por ésto último que en una ocasión acabé aceptando una cita con ella, la primera que tendría puesto que yo ni había tenido novia aún. Aún así no estaba nervioso porque como Paola no me gustaba apenas no lo sentía como una cita amorosa. El sitio escogido para la cita sería el cine del barrio, a ver una peli nueva de acción que estaba esperando a que saliese en cartelera.

Ya en el cine estábamos con nuestros cubos de palomitas y refrescos. Como no estaba muy llena la sala nos podíamos sentar por donde quisiéramos, pero Paola insistió pesada con que nos sentásemos en la última fila. Era un sitio de mierda para ver la película pero por no oírla me callé. Allí sentados al fondo de la sala se podía ver toda esta. Solo estaba llena a un tercio de su capacidad y todos muy esparcidos. Como es lógico nadie se había ido a sentar tan atrás y las personas mas cercanas era un trío de chicas sentadas a cuatro filas de la nuestra.

Ni quince minutos llevaba la película que a mi lado Paola dejó de comer palomitas para hacer caer su mano en mi pierna como si tal cosa. No pude evitar pensar <<¿Esta que haceee...?>> pero como tampoco me molestaba hice como el que no se enteraba. Además también me picaba el gusanillo de saber hasta que era capaz Paola, sin imaginar que lo se avecinaba. Su mano comenzó a moverse. De reojo la miraba a ella y miraba su mano que me masajeaba el muslo cada vez mas y mas arriba. Despacio pero sin pausa. Cuando la sentí cerca de mi entrepierna la piel se me puso de gallina. De repente el pulso se me estaba acelerando. Aunque ella no me gustase en especial yo no dejaba de ser un chaval revolucionado por las hormonas por lo que en los calzoncillos mi polla empezó a ponerse dura con la casualidad de que se fue formando hacia el lado del pantalón por donde se acercaba su mano. Cuando se topó con mi bulto ella no paró, todo lo contrario, se puso a darle apretones a mi dureza que no podía evitar que palpitase bajo sus dedos.

Sácatela – se inclinó para decirme sin mas al oído.

Como por estar cachondo había perdido gran parte de la vergüenza miré que todos miraban a la pantalla y ni corto ni perezoso me descorrí la cremallera de los pantalones, sacándomela. No tenía ni idea de que iba a hacerme Paola exactamente pero me conformaba con cualquier cosa. Ella se subió de rodillas a la butaca, se agarró al reposabrazos que nos separaba y se inclinó frente a mí. El gustazo se hizo en mi polla. Primero fueron sus labios que besaron mi glande. Luego fue su lengua lamiéndome el frenillo y comienzo del tronco. Y finalmente el interior de su boca húmeda calentándome. Los ojos se me cerraron a la vez que subía la cabeza con la boca abierta.

El sonido de la película inundaba la sala fuertemente pero incluso con esas podía oír el chupeterreo de su boca con mi polla. Intentaba también prestar atención a la sala para apartarla si veía que alguien se giraba hacia nosotros. Me pude haber corrido al minuto de la mamada si no fuera porque era un poco brusca, seguramente por la pose incómoda que tenía. De todas maneras no es que aguantase mucho más. Cuando ya estaba apuntito de venirme la veía tan entregada que no me atreví a interrumpirla y la sorprendí corriéndome en su boca. Ella lejos de enfadarse reaccionó aumentando la succión, exprimiendome hasta la última gota de leche y de placer. Al ser mi primera mamada no supe apreciar el talento que tenía Paola con la boca ya tan joven.

-Hostia puta... - soltó con su ordinariez habitual - ...te has corrido mucho. Casi me asfixio tragandomelo ¿Te ha gustado?

-Un montón – le respondí resoplando a gusto en mi butaca.

Yo ya iba a guardarme la polla pensando que ya había acabado todo pero en cambió ella volviéndose a sentar en su butaca alcanzó la mano y me la agarró. Ahora era un poco ridículo estar ahí los dos sentados en el cine viendo la película mientras mi pito asomado por la bragueta era tomado por una mano de Paola mientras que con la otra comía palomitas. No sabía ni que decir. Tampoco es que me molestase y el calor de su mano me la mantenía bastante morcillona, hasta que al fin me la soltó. Se había puesto a rebuscar algo en los bolsillos de su pantalón. El corazón, y la polla, me dieron un vuelco al ver que sacaba un condón, porque un condón en aquella situación solo podía significar que iba a haber sexo, pero sexo con su penetración. Por fin iba a meterla en un coño y a desvirgarme con ello. Desde el asiento se estiró para colocarme ella misma el condón. No es que se viese mucho que dijésemos por lo oscuro que estaba pero sentí el latex descorriéndose sobre mi pene. En cuando estuve enfundado ella se levantó de su asiento y se colocó inclinada frente a mi pero dándome la espalda. Su pantalón, y sus bragas, cayeron abajo revelando un gran culo con un coño peludo asomando por debajo. La polla me palpitaba y ella agarrándola se fue sentando en mí. Así, entre destellos de la película, sonido de disparos y olor a palomitas, me desvirgé.

Apoyada en los asientos de delante fue moviendo su culo arriba y abajo. Mi polla se clavaba en su coño envolviéndome con su calor. Con el condón no podía notar la jugosidad de su interior pero por como me deslizaba entendía que estaba muy húmeda. Su ligero sobrepeso hacía que su gran culo bajase pesado, sintiendo como mi polla se hundía profundamente en su coño a cada sentada. Al llevar los pantalones aún puesto el ruido de los choques de su culo eran amortiguados así que era imposible que nos llegasen a escuchar sumándole además el ruido de la propia película. Que nos pudiesen ver era otra cosa. Una de las tres chicas sentadas unas filas mas abajo se había ido al servicio y vimos que volvía por las escaleras. Rápido le dí unas palmaditas en el costado a Paola que se agachó a un lado en el suelo. La chica pasó rápida la mirada por donde estábamos cuando se metió en el pasillo donde se sentaba. Había estado cerca pero no había llegado a ver a Paola encima mía y como me tapaba la butaca de enfrente tampoco podía percatarse de que andaba con la polla asomada por la bragueta y un condón puesto.

Llamando mi atención Paola me dio unos toquecitos en la rodilla. En la oscuridad del pasillo de butacas la vi ahí agachada en el suelo a cuatro patas. Entendí al momento que quería y me tiré de rodillas al suelo tras su culo. Esta vez sí me desabotoné los pantalones bajándomelos por los muslos. Ahora me tocaba a mi encargarme de meterla. No negaré que me costó un poco pero en cuando atiné ya no tuve problemas en volver a meterla rápido cuando llegaba a salirse. Ser el que embestía me gustaba aún mas que de la manera anterior. Podía marcar la velocidad y la profundidad, aunque al estar en mi primera vez solo quería follarla rápido y metiéndola bien adentro todo el tiempo, cosa difícil porque el gran culo Paola me lo impedía y aún me faltaba un poco para que la polla se me desarrollase del todo. De igual forma solo por el hecho de intentarlo ya hacía que fuese increíble.

Disfrutaba lo mas grande follándome mi primer coño. Estaba tan concentrado que ni oía la película de fondo y el refugio de las butacas nos escondía pero no quitaba que pudiesen pillarnos si alguien se giraba porque mi cabeza seguía asomándose por encima de los asientos. Pero daba igual porque estaba a punto de correrme. Demasiado había estado aguantando y gracias a la corrida que había soltado anteriormente en la boca de Paola. Bajé la mano para palpar el anillo de la base del condón. Seguía puesto. Me dí permiso para correrme sin miedo adentro, embistiendo a mas placer hasta que en el abrazo de su vagina mi polla empezó a solar mi semen que fui sintiendo como iba siendo contenido en la punta del profiláctico mientras seguía embistiendo y corriéndome con tremendo orgasmo.

Ya acabado me levanté del suelo para volver a mi asiento con la punta del condón caída por el peso del semen. Mientras me lo asacaba del miembro y le hacía un nudo a mi lado Paola se subía los pantalones. Yo también me subí los míos y cerrando la cremallera dí por finalizado el primer polvete de mi vida volviendo sin mas a prestar atención a la película con palomitas en mano.
-¿Te ha gustado follar conmigo? - me preguntó ella una vez salidos del cine.

-Pues claro – respondí con obviedad.

-Si nos hacemos novio podemos follar siempre quieras – dejó caer.

De no atraerme mucho antes ahora en Paola sentía cierto atractivo que se basaba en el hecho de que habíamos follado, era un adolescente, así que ante la promesa de mas sexo acepté sin pensarlo. Así comenzamos una relación superficial en la que la base era el sexo y es que no follábamos siempre que la situación lo permitía. Me volví en el mas envidiado de mi grupo de amigos. También ella presumía de tenerme como novio ante las amigas. Nos usábamos mutuamente hasta que a los ocho meses fue ella quien me dejó porque había encontrado a otro chico que le gustaba mas. A mi no me importo apenas. Nunca llegué a estar enamorado de ella igual que ella de mi tampoco, aunque si eché mucho de menos el poder follar tan a menudo, o al menos hasta que volví a tener novia. En FIN...


por Pedivertido


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