En mi caso, cuando tenía ventipocos empecé a salir con una chica de otra ciudad (Madrid) ella tenía 18-19 y era una preciosidad. Morena, ojos verdes.... con algún kilito de más pero estaba estupenda.
Ella era virgen todavía y yo iba con mucha calma. Jamás le dije nada y siempre esperaba a que tomase la iniciativa de lo que quería hacer.
Una vez vino a visitarme y nos fuimos a un bar a tomar algo antes de cenar. Vimos a gente jugando a los dardos y nos animamos a jugar nosotros también (yo ni idea de jugar)
Al final empezamos a decir si nos apostabamos algo. Yo en ese momento pensé que diría algo tipo que el que perdía pagaba la cena o algo así cuando me mira fijamente con sus ojazos verdes y me dice "te apuesto mi virginidad, si ganas me estrenas"
A partir de ahí, si llego a tener que commoetir contra Guillermo Tell y el campeón olímpico de dardos.... Los destrozo.
No se de donde saqué mis superpoderes pero las mandaba todas al centro. Ella se quejaba de que la había engañado diciendo que no sabía jugar. Yo le decía que no la engañaba pero que el destino lo quería así.
Al final gané, novela dije nada, ni le vacile porque no sabía si había sido un calentón y quería que si lo hacíamos era porque ella no deseaba
(luego sigo)