dom99
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Es una historia real de la que no me siento especialmente orgulloso, pero que considero realmente morbosa y digna de compartir en un espacio como este. Por supuesto plasmándolo todo de la manera más fidedigna posible, pero cambiando nombres y omitiendo datos que pudieran identificar a alguien.
Comencé con mi ex cuando yo tenía unos 18, ambos de la misma generación. Era una tía cabrona, pero con un muy buen físico. 1,60, ojos verdes esmeralda, morena y con un cuerpazo que quitaba el hipo. Sus tetas parecían operadas y su culo también parecía sacado de quirófano. Típica chica con los labios pinchados, muy pija y morbosa. Aunque a la hora de la verdad, de morbosa tenía más bien poco. Se dejaba follar y prácticamente ya. No le gustaba hacer sexo oral ni ciertas posturas... y lo cierto es que llegó un momento en el que mi morbo hacia ella llegó a ser 0. Terminamos cortando y me jodió, más que por ella, por la buena relación que tenía con toda su familia, más en concreto con su hermana que por aquel momento era una cría de 12 o 13 años, muy buena y responsable.
Terminamos a los 20 y perdí la pista de Elena, mi excuñada. Me jodió, porque mi lazo con ella y el resto era muy bueno, pero también entendí que nuestras vidas habían tomado caminos separados y era lo natural.
Pasaron los años, más concretamente seis. Me habían invitado a una comida y pensé en no ir, pero era un chaval que se llama Jose al que prácticamente crié como a un hermano pequeño y estaba celebrando su mayoría de edad.
Sin muchas ganas, cogí el coche y allí me presenté. Era verano y Luís, mi colega, estaba con dos amigos y tres amigas. Y hostia, una era Elena. Nos dio mucha alegría volver a encontrarnos y estuvimos conversando durante mucho mucho rato. Me dijo que la convivencia con su hermana era imposible y que le jodió mucho perder el contacto conmigo.
Comenzamos con unas cañas en la piscina, unos tintos de verano y acabamos con una paella que estaba de muerte. Lo cierto es que pese a la diferencia de edad, el ambiente era realmente bueno. Nos lo estábamos pasando muy bien y pronto empezamos con los mojitos, algún chupito... y poco a poco, entre baños de piscina, música y bromas cayó la noche y con ello concluía la quedada.
Me despedí de todos, pero Elena no tenía con quién marcharse y me ofrecí a llevarla. Nos quedaban por delante unos 40 minutos de coche y durante el trayecto noté algo. Sentí que me estaba tirando los trastos. Me decía que no me recordaba tan fuerte, que vaya hombre se había perdido la tonta de su hermana... Y de alguna forma, comencé a sentir una cierta atracción hacia ella. Se parecía mucho a mi exnovia, pero su belleza era más natural, su cintura aún más fina, y sus pechos y culo aún si cabe más desarrollados. Para colmo, vestía una faldita vaquera -me encantan- con una camiseta con escote y unas zapatillas converse. Y así fueron pasando los minutos en el coche, en los que no pude resistirme y le devolví algún piropo.
- Qué suerte va a tener el que te eche mano a ti también, jodida...
+ Jajajaja sí, eso es verdad...
- ¿Te mola alguno del grupo de hoy?
+ Pues la verdad es que sí... alguien me llama la atención
- Anda, que te mola Jose.... 50 euros y no se lo digo jajajajaja
+ Pues no es Jose, tonto, si Jose para mí es un hermano
- Pfff, vaya gusto tenéis las jóvenes. Si los otros dos son unos frikis de los que huelen a cheettos.
+ ¿Y a ti quién te ha dicho que sea alguno de los otros dos, listo? Jajajajaja
- ¿Me estás diciendo que te gusto? jajajajaja
+ Jajajajaja yo no he dicho eso
Anda... -exclamé mientras ponía mi mano en su muslo- Ella, ni corta ni perezosa puso su mano sobre la mía y sonreía.
Si queréis que continúe, puedo hacerlo cuando tenga algo de tiempo.
Comencé con mi ex cuando yo tenía unos 18, ambos de la misma generación. Era una tía cabrona, pero con un muy buen físico. 1,60, ojos verdes esmeralda, morena y con un cuerpazo que quitaba el hipo. Sus tetas parecían operadas y su culo también parecía sacado de quirófano. Típica chica con los labios pinchados, muy pija y morbosa. Aunque a la hora de la verdad, de morbosa tenía más bien poco. Se dejaba follar y prácticamente ya. No le gustaba hacer sexo oral ni ciertas posturas... y lo cierto es que llegó un momento en el que mi morbo hacia ella llegó a ser 0. Terminamos cortando y me jodió, más que por ella, por la buena relación que tenía con toda su familia, más en concreto con su hermana que por aquel momento era una cría de 12 o 13 años, muy buena y responsable.
Terminamos a los 20 y perdí la pista de Elena, mi excuñada. Me jodió, porque mi lazo con ella y el resto era muy bueno, pero también entendí que nuestras vidas habían tomado caminos separados y era lo natural.
Pasaron los años, más concretamente seis. Me habían invitado a una comida y pensé en no ir, pero era un chaval que se llama Jose al que prácticamente crié como a un hermano pequeño y estaba celebrando su mayoría de edad.
Sin muchas ganas, cogí el coche y allí me presenté. Era verano y Luís, mi colega, estaba con dos amigos y tres amigas. Y hostia, una era Elena. Nos dio mucha alegría volver a encontrarnos y estuvimos conversando durante mucho mucho rato. Me dijo que la convivencia con su hermana era imposible y que le jodió mucho perder el contacto conmigo.
Comenzamos con unas cañas en la piscina, unos tintos de verano y acabamos con una paella que estaba de muerte. Lo cierto es que pese a la diferencia de edad, el ambiente era realmente bueno. Nos lo estábamos pasando muy bien y pronto empezamos con los mojitos, algún chupito... y poco a poco, entre baños de piscina, música y bromas cayó la noche y con ello concluía la quedada.
Me despedí de todos, pero Elena no tenía con quién marcharse y me ofrecí a llevarla. Nos quedaban por delante unos 40 minutos de coche y durante el trayecto noté algo. Sentí que me estaba tirando los trastos. Me decía que no me recordaba tan fuerte, que vaya hombre se había perdido la tonta de su hermana... Y de alguna forma, comencé a sentir una cierta atracción hacia ella. Se parecía mucho a mi exnovia, pero su belleza era más natural, su cintura aún más fina, y sus pechos y culo aún si cabe más desarrollados. Para colmo, vestía una faldita vaquera -me encantan- con una camiseta con escote y unas zapatillas converse. Y así fueron pasando los minutos en el coche, en los que no pude resistirme y le devolví algún piropo.
- Qué suerte va a tener el que te eche mano a ti también, jodida...
+ Jajajaja sí, eso es verdad...
- ¿Te mola alguno del grupo de hoy?
+ Pues la verdad es que sí... alguien me llama la atención
- Anda, que te mola Jose.... 50 euros y no se lo digo jajajajaja
+ Pues no es Jose, tonto, si Jose para mí es un hermano
- Pfff, vaya gusto tenéis las jóvenes. Si los otros dos son unos frikis de los que huelen a cheettos.
+ ¿Y a ti quién te ha dicho que sea alguno de los otros dos, listo? Jajajajaja
- ¿Me estás diciendo que te gusto? jajajajaja
+ Jajajajaja yo no he dicho eso
Anda... -exclamé mientras ponía mi mano en su muslo- Ella, ni corta ni perezosa puso su mano sobre la mía y sonreía.
Si queréis que continúe, puedo hacerlo cuando tenga algo de tiempo.