Las Aventuras de Trick

Trick

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Abro este hilo para contaros mis experiencias y anécdotas sexuales. Si queréis saber más sobre cualquier situación no dudéis en hablarme. Espero que os guste.

LA PRIMERA PAJA

Era verano de 2010, España acababa de ser campeona del mundo y yo tenía 15 años, era el verano antes de entrar a mí último año de ESO. Los veranos nos los pasábamos en las piscinas municipales, allí sucedían todas mis tardes y muchas de mis mañanas durante los 3 meses.

Conforme avanzaba el verano muchos de mis colegas se iban de vacaciones a sus apartamentos, campings o a los pueblos de sus padres, eso hacía que nos acabásemos juntando con gente que no era tan de nuestro grupito. En ese verano, los que nos quedamos, nos unimos bastante a otro grupo de chicas que eran de nuestra edad e iban a nuestro instituto y las conocíamos de toda la vida.

La historia de como me hicieron mi primera paja tiene como protagonista a Cristina, era de mi edad, la conocía desde la primaria, incluso fue a la primera que le vi las tetas (en un descuido, se quedó la puerta abierta del vestuario y pasé yo viéndole las tetas, a los pocos días de entrar al instituto). Cristina era guapa, piel blanca, pelo negro ondulado, pecosa, con unas tetas normalitas (se desarrolló pronto pero no le crecieron exageradamente, como me esperaba), y un gran culo respingón. Había sido la novia de uno de mis mejores amigos en el primer año de instituto, pero solo se habían liado y ni si quiera le llegó a hacer una paja. Después estuvo con un novio 3 años más mayor con el que de desvirgó. Meses antes de verano se enrolló con un chaval dos años mas mayor y le hizo una paja (es lo que tiene vivir en un pueblo que todo se sabe rápidamente).

Una tarde, después de salir de la piscina, mi grupo y el de las chicas decidimos quedar para cenar por el pueblo todo juntos. Nos fuimos a nuestras casas a ducharnos y quedar un par de horas más tarde. Cristina y yo vivíamos bastante cerca y fuimos juntos hasta nuestras casas. Al despedirnos me dijo que en un par de horas más o menos me picaría al timbre para ir con el resto a cenar.

Yo me duché tranquilamente, y me iba a poner a jugar a la play, porque tenía tiempo de sobras, cuando sonó mi teléfono. Era Cristina diciéndome que si quería ir a su casa que estaba sola y le daba pereza esperar hasta la hora que habíamos quedado. Yo me puse algo nervioso porque intuía que podía pasar algo entre nosotros (no había hecho nada con ninguna chica aún), pero tampoco me quería montar una película en mi cabeza y luego llevarme un chasco.

Fui a su casa y cuando llegué estaba Cristina recién duchada, con un pijamita blanco y azul. El pantalón era muy corto y se le veían bien las piernazas anchas, sus caderazas y se le asomaba el culazo grande. La parte de arriba era de tirantes y se le notaban esas tetitas juguetonas sueltas.

Me senté con ella en el sofá, puso la tele y no tardó ni 10 segundos en lanzarse a mi boca. Yo me puse durísimo al instante. Empecé a meterle mano en las tetas y ella se quitó la parte de arriba, yo fui directo a comerle las tetas y morderle los pezones, mientras ella gemía. Yo me quité la camiseta, las bambas y los calcetines y ella soltó un "Ahora me toca a mí" que nunca se me olvidará. Me desabrochó el pantalón corto y me lo bajó, después estiró de mis calzoncillos de los que salió mi polla peluda rebotada (nunca me había depilado la polla por entonces), ella roja y sonriendo dijo "Joder, si que es verdad lo que decían de tu polla" (siempre hablábamos los chicos con las chicas de clase y nos preguntaban por las pollas de los demás y nosotros a ellos sobre sus tetas y coños, no sé si era normal, pero en nuestra generación era una conversación bastante habitual). Se sentó a mí lado y empezó a pajearme, yo le metí mano en el coño lo tenía peludo y empapado. Mientras le metía los dedos, ella se tocaba el clítoris con una mano y con la otra me pajeaba. Hubo un momento que empezó a gritar "Me corro, me corroooo" y dejó de tocarse mientras gemía, eso hizo que yo echase toda mi leche, manchando su mano, su brazo, su vientre y mi barriga.

Sin limpiarse me abrazo y nos quedamos los dos en bolas, lefados y sudados en su sofá, yo inmóvil aún flipaba. "Que polla más gorda tienes nene" me dijo riéndose y roja de la calor.

Al poco, me dejó de abrazar y se puso de rodillas enfrente mío, para hacerme una segunda paja. Mientras me pajeaba me contó las experiencias sexuales que había tenido al detalle, entre las que destacó varias veces que aún no la había chupado (según ella eso era de guarras). Cuando llevaba un rato de pajas soltó un "No aguanto más" y se metió mi glande en la boca lamiéndolo tímidamente y de forma suave, mientras no paraba de pajerame. Le avisé de que me corría y acabé salpicándole las tetas y la barbilla.

"Pues ya soy una guarra" me dijo, mientras se iba a la ducha, con mi corrida en su carita y sus tetas. Yo me quedé mirando ese culo gordo como se iba a la ducha, mientras seguía en el sofá.

"Vienes o no" me dijo a los 10 minutos. Yo ni siquiera me había movido, no era capaz de asimilar todo.

Me metí con ella en la ducha y volvía a estar empalmado, me agarró la polla y se la pasó por los pelos de su coño, haciendo amagos de metérsela. Yo mientras agarraba con una mano ese pedazo de culo y con la otra una de sus tetitas, me volví a correr rápidamente y me dijo "La última que sino no llegamos".

Así nos fuimos a cenar... Mi primera paja, fueron tres pajas.
 
En este hilo no iré en orden cronológico, iré contando experiencias y anécdotas un poco al azar. Si queréis saber más sobre alguna, no dudéis en hablarme.

GALLETITAS CON LECHE

La de hoy sucedió en la primavera de 2012, yo tenía 17 años y Carla "La Cuétara", la protagonista de hoy 16. En ese tiempo, entre la primera paja que me habían hecho hasta esta anécdota, habían pasado casi dos años y había tenido varias experiencias, entre ellas me había desvirgado (pero esa historia ya la contaré).

Carla era una chica de un pueblo cercano al mío y nos estábamos conociendo. Rubia, morena de piel, facciones algo bastas, de culo grande, tetas grandes (sobretodo para su edad) bastante redondas y un poco caídas.Quedábamos algunas tardes y nos liábamos en los parques y bancos de su pueblo.

Pero una tarde con el calentón que llevábamos me llevó a un descampado apartado, me bajó los pantalones y me sacó la polla. Me la agarró con fuerza y seguridad sabiendo lo que se hacía. Sonreía mientras me pajeaba, ella de rodillas en el descampado, yo le saqué las tetas, las tenía bastante tersas para el tamaño que tenían. Me la estuvo chupando hasta que me corrí entre sus manos y sus tetas a las que les estuvo pegando pollazos.

Fuimos quedando habitualmente (nunca fuimos novios formales, aunque era como si lo fuésemos), iba a su casa y me presentó a su madre (sus padres estaban separados y vivían las dos solas). Empezamos a hacer cosas de novios, follábamos como conejos en su casa, incluso en su piscina llegamos a hacerlo. Ella ya había follado el verano anterior con un novio que tuvo en verano. Llevaba el coño con algo de pelo, recortadito. Un día en medio de una follada (me estaba cabalgando) en su cama me soltó un:

- "Alguna vez has jugado al juego de la galleta?"

Yo le dije que no, mientras seguía moviendo mi polla en su coño. Ella siguió meneando sus caderas sobre mi polla, mientras me contaba que le daba mucho morbo ese juego, que había visto algún vídeo de tíos lefando una galleta y otras comidas y que se había tocado pensando en tíos jugando a la galleta.

- "Te corres en una galletita para mí?"

Carla se vistió, se fue a la cocina (cruzándose con su madre, que estaba en el sofá viendo la tele) y trajo a la habitación un paquete de galletas Pims (le dijo a su madre que íbamos a merendar). Se quedó en tetas y bragas, y siguió pajeándome y mamando mi polla que seguía durísima. Sacó una galleta Pims (de esas que son como una galleta blanda con una capa fina de chocolate y rellenas de mermelada, en este caso de frambuesa), me preguntó si me iba a correr ya, y me pajeó con fuerza apuntando a la galleta. Dejé la galleta llena de lefa, goteando, igual que las manos de Carla y parte de sus sábanas. Ella cachondísima se comió la galleta.

Esta práctica la seguimos haciendo mientras estuvimos de rollo. Fue probando varios tipos de galletas, incluso si me corría en sus tetas, sacaba una galleta y las mojaba en la "leche" que había en sus tetas.

Estos hechos hicieron que entre mi grupo de amigos se le bautizase como Carla "La Cuétara".

Años después volví a tener alguna experiencia más con ella que contaré más adelante.

A su madre a veces la veo por mi pueblo (su hermana vive aquí). Siempre se para a hablar conmigo, nos llevábamos muy bien y me tiene mucho cariño (a mí la verdad que me da bastante morbo, no es muy guapa, pero me recuerda mucho a Carla, algo más mayor, más gordita y por lo tanto más tetona). Casi siempre me suelta:

- "Yo te quería para mi Carla".

Y siempre pienso en si ella sabrá que la merienda favorita de su hija es leche con galletas.
 
MI PRIMER AMOR

Esta historia sucedió durante mi curso de cuarto de la ESO. Desde que entré al instituto me fijé en Alba, una chica de mi edad con la que estudié todos los años de instituto (era amiga de Cristina, la que me había hecho ni primera paja meses antes). Alba era muy mona, dulce, simpática, muy risueña. Físicamente era guapita, con unos labios muy apetecibles, unos ojos marrones alargados, unos hoyuelitos que me volvían loco. Tenía el pelo liso marrón, delgada (pero no en exceso), tetitas pequeñitas (aunque para su cuerpo eran normales), y buen culete.

A los pocos meses de empezar el curso, nuestro "feeling" terminó haciéndose patente y empezamos una relación. Era mi primera novia y yo para ella también. Los primeros meses no pasábamos de besos, estábamos muy enamorados (el primer amor como se vive), nos tirábamos horas sentados en bancos del pueblo hablando y dándonos besos como tontitos.

Al llegar mi 16 cumpleaños, ella me dijo que ese fin de semana tendría un buen regalo. Sus padres se fueron el sábado por la mañana y no volvían hasta el domingo por la tarde, y yo aproveché para estar en su casa solos.

Llegué sobre las 12 del mediodía, era invierno pero ella estaba con una camiseta blanca de tirantes con la que se le marcaban esas tetitas y se le intuían unos pezones grandes y una faldita corta. Hay que decir que yo nunca la había visto desnuda, que lo máximo que habíamos hecho era besarnos y yo tocarle las tetas y el culo por encima de la ropa. Después de estar un rato besándonos en el sofá, me cogió de la mano y me dijo que fuese con ella.

Con su voz característica (un poco de pito, bastante nasal y hacía gallos cuando estaba nerviosa), me pidió que me tumbase en su cama. Ella se quitó la camiseta, enseñándome sus tetitas, que no eran tan pequeñas como me las imaginaba, pero que destacaban un pezón y una areola muy grandes para esa teta. Después se quedó en braguitas y me dijo que me tocaba a mí. Yo me quité toda la ropa con rapidez, dejando ver mi polla dura (y sin depilar). Ella me dijo nerviosa mientras se reía:

- "Pues si que tenía razón Cristina, que voy a hacer yo con esto".

Se refería al tamaño de mi polla, bastante gorda sobretodo y a qué su amiga Cristina, ya le habría hablado del tamaño de mi polla (aunque como ya dije, en mi generación todas las tías sabían el tamaño de nuestros rabos y nosotros el de sus tetas y como tenían los coños, eran conversaciones habituales).

Me cogió la polla suavemente y después de 5 o 6 sacudidas se la metió en la boca. Alba nunca había hecho nada con otro tío, nunca había visto una polla en directo, pero en menos de un minuto ya la tenía metida en la boca. Estuvo chupando mucho rato, hasta que me acerqué a ella le quité las bragas y la posicioné para que hiciésemos el 69. Fue mi primera comida de coño, lo llevaba depilado y sabía a gloria, tenía un sabor muy suave. No sé si lo hice bien, pero ella se corrió en menos de 5 minutos. Yo estuve aguantando la mamada (se notó la resistencia que tenía después de años de pajas) hasta que no pude más y solté toda la leche en su boca.

Aquella experiencia me hizo sentir extraño, primero al ver a mi novia (la que en aquel momento pensaba que iba a ser la mujer de mi vida y con la que formaría una familia) comiendo polla y después con la boca y parte de la cara llena de mi lefa. Fue ver qué la persona de la que estás tan enamorado, también es capaz de hacer esas guarradas que veía en el porno de la época, pese a parecer tan inocente.

Continuamos el día con normalidad, como dos tortolitos, pero por la tarde llegó otro calentón, entonces fui yo quien le quité la ropa y la tiré a la cama. Le comí un poco el coño y me saqué la polla dura, estuvimos un rato intentando que entrase, pero al final, después de algo de dolor de ella, conseguí penetrarla. Tenía el coño ardiendo, pero le dolía bastante, tras unas cuantas embestidas paré porque le dolía. Del bajonazo que nos dió desvirgarnos juntos y que su dolor impidiese que durase más de dos minutos, no intentamos nada más en todo lo que quedaba de día.

Yo la intentaba animar, ella estaba rallada por ese tema, se sentía que no había estado a la altura. Fuimos a dormir sin intentar nada, pero a media noche se metió bajo las sábanas y empezó a chuparme la polla (que estaba dura por una erección nocturna), intenté levantarme para ir a comerle el coño, pero ella sacándose el pollón de la boca y sosteniéndola en modo micrófono me dijo:

- "Tu niña quiere darte placer, relájate y disfruta".

Yo estuve aguantando la mamada hasta que me corrí en su boca sin ni siquiera avisarla. Ella sonrió y se tragó la mayoría de la corrida, lo que le cayó por la cara se lo limpió con la mano y se tumbó a mi lado abrazándome y diciéndome al oído "Te Quiero ".

Por la mañana después de desayunar me iba a ir para casa, pero ella me dijo que quería volver a intentarlo. Hicimos un 69 (como le gusta mamar) y acabó montándose en mi polla, el dolor fue desapareciendo mientras me cabalgaba y se convirtió en placer, ella acabó corriéndose sobre mi polla y yo se la saqué para pajearme y correrme en su cuerpo, cayendo gran parte de la corrida en sus pezonazos. Después de aquello, nos despedimos, ella se fue a la ducha y yo volví a casa sintiéndome un héroe.
 
FIN DE CURSO EN ROMA

Siguiendo con mis experiencias tempranas, hoy rescato lo que me pasó en el viaje de Fin de curso a Roma en junio de 2011.

Alba y yo ya no éramos novios desde hacía 3 meses y yo había empezado a conocer a Ariadna, una chica de un pueblo cercano al mío (aunque solo nos habíamos visto un par de veces y siempre en grupo, se notaba que nos gustábamos). Pero la protagonista de hoy no es Ariadna (ya saldrá más adelante), la protagonista de hoy es Paula.

Paula era una chica de mi edad, de mi clase. También era del grupo de Alba y Cristina (que también venían a Roma).

Durante las noches en el Hostel de Roma (tenía varias habitaciones con literas) siempre nos íbamos a dar vueltas y cambiábamos de habitaciones, casi nunca dormías en la tuya. La penúltima noche fui a la habitación que estaba Alba y acabamos durmiendo juntos y abrazados (donde hubo fuego, cenizas quedan) aunque no pasó nada más allá de abrazos y algún beso tonto. Ella se durmió en mi pecho y yo seguí hablando con el resto de gente de aquella habitación en la que estaban la mayoría de mis amigos, hasta que se durmió todo el mundo.

Me desperté tarde y Alba también. Me fui corriendo a mi habitación, porque no tenía mucho tiempo (me tenía que duchar, vestir y desayunar con rapidez para llegar a la hora que habíamos quedado con los profes, para continuar visitando Roma). Cuando llegué allí solo estaba uno de mis mejores amigos con su ligue Izaskun (ésta también saldrá en un futuro), ambos en ropa interior. Yo me metí en la ducha y empecé a tocarme pensando en Izaskun y lo cachondo que me había puesto verla en sujetador (aunque no tenía mucha teta) y bragas (tenía culazo). Cuando tenía la polla dura, paré la paja, no me daba tiempo a acabarla, salí de la ducha y me puse únicamente unos calzoncillos para que Izaskun pudiese ver mi polla gorda morcillona marcada en ellos.

Cuando salí, mi amigo y su rollito Izaskun ya se iban a ir, eso no impidió que ella me mirase descaradamente el bultazo que marcaban mis calzoncillos varias veces. Pero a la habitación había llegado Paula, que tenía todas sus cosas en la misma habitación que yo y también se había quedado dormida. Paula era una chica de pelo castaño ondulado, ojos marrones, una cara muy normal, aunque le destacaba una nariz muy grande, no era la más guapa de la clase, la verdad. Eso sí, tenía unas tetas grandes (de las más destacadas de la generación) sobretodo teniendo en cuenta su cuerpo que era normal (la mayoría de tetonas eran más gorditas que ella). Tenía un culo normalito, sin duda sus rasgos característicos eran su nariz y sus tetones.

Solo tenía una toalla puesta que le cubría lo justo para que no le viese nada, y no quitó ojo al relieve de mi polla. Tanto ella como Izaskun eran las típicas cachondas que en clase no paraban de preguntarte por el tamaño de todas las pollas, por las pajas que te habías hecho el día anterior, que hablaban de sus tetas y coños y de los del resto de clase y que comentaban las nuevas escenas porno de ******* o Putalocura.

Mientras Paula se metía en la ducha, picaron a la puerta. Allí estaba Alba tan mona como siempre y con ese olor a su perfume, que hizo que toda la sangre acumulada en mi polla pasase a bombear mi corazón. Le dije que fuese ella a desayunar y después con los profesores que yo iba muy justo. Cerré la puerta y Paula me preguntó que quién era, yo le dije que su amiga Alba, pero que se había ido.

Paula salió de la ducha mojadita, con solo la toalla, yo embobado la miraba descaradamente lo que hizo que ella soltase esa toalla blanca, quedando completamente desnuda ante mi. Tenía unas tetazas grandes (mucho más que las de Alba y Cristina), algo caídas, que se movían con cada paso que daba y un coño muy peludo. Mi polla se puso durísima y quería escapar del calzoncillo. La agarré del culo y empecé a besarla, mientras con la otra mano le sobaba las tetas. Ella me bajó el calzoncillo y nos metimos en la primera cama que encontramos.

- "Olé, ese pollón gordo"

Esas fueron sus palabras al agarrarme la polla y empezar a pajearme, de vez en cuando me la chupaba, para seguir con una cubana que gocé muchísimo (Alba con sus tetitas me intentaba hacer cubanas, pero incomparables a lo que me hizo Paula). Luego me puse yo a comerle el coño, con un sabor mucho más fuerte que el de Alba y que me ponía mucho más cachondo. No tardó en montarse sobre mi polla y cabalgar. Como le rebotaban las tetas con cada empalada que pegaba. Mientras me follaba se tocaba su coñazo peludo y se agarraba una de sus tetas con la otra mano. No tardó en correrse. Luego empezó con otra cubana en mi polla empapada. Le pregunté dónde quería la leche, a lo que me contestó:

- "Te dejo elegir, Polla Gorda".

Yo le indiqué que iba a ser en sus tetazas y ella se las agarró agachada. Los dos primeros chorros fueron a su melonar, pero en el tercero subí y le apunté en esa gran nariz, ella no se quejó, es más, esbozó una sonrisa mientras cerraba los ojos.

- "Pues ya estoy maquillada para ir por Roma".

Me soltó, mientras se reía y le goteaba lefa de la nariz y también de las tetas.

Se limpió, nos vestimos rápido, y bajamos, allí sólo quedaba una profesora esperándonos, que nos llevó entre broncas con el resto del grupo. Que morbo me dió ver aquel día a Paula, cuando se acercaba a hablar con sus amigas Alba, Cristina o Izaskun, yo mientras pesaba si les estaría contando nuestra follada a sus amiguitas o se haría la tonta.
 
TIKI TAKA

Damos un salto en el tiempo hasta 2018 (ya tenía 23 años) para empezar con una nueva aventura sexual.

Yo siempre he jugado a fútbol (habrán más anécdotas relacionadas con esto en el futuro) y aquella temporada 2017-18 nos salieron las cosas inesperadamente bien. De ser candidatos al descenso y perder los 5 primeros partidos a jugar la promoción de ascenso.

La suerte nos emparejó en esos Playoffs con un equipo de una zona en la que había bastante fiesta. El partido de ida lo jugamos allí y lo ganamos 2-3. Con el equipo eufórico salimos de fiesta a una discoteca de allí, aprovechando que teníamos hotel hasta el domingo por la mañana.

A media noche un compañero de equipo llamado Óscar (10 años mayor que yo, tenía 33) me presenta a un par de chicas llamadas Leti y Nazaret. Leti era bajita, de piel morena, pelo liso oscuro, boca grande, ojos alargados marrones, parecía que tenía buenas tetas (sobretodo para su cuerpo y siendo bajita destacaban más) y un culito normal. Nazaret era alta, esbelta, con el pelo liso algo más claro que su amiga, tenía una nariz bastante grande unos labios carnosos y un lunar en la mejilla. Tenía menos tetas que Leti, pero un culazo que se le intuía con esos pantalones que llevaba. Leti tenía 23 años como yo y Nazaret 24.

En cuánto ellas se fueron al lavabo, Óscar me dijo que me ligase a Leti, que Nazaret le había dicho que solo haría algo con él si Leti ligaba y que a ellas les había parecido yo el más guapo de los del equipo. Sin dificultad acabé enrollado con Leti, mientras Óscar lo celebraba como un gol y él aprovechaba para hacer lo mismo con Nazaret.

Acabando la noche le dije a Leti que se viniese conmigo al hotel y Óscar hizo lo propio con Nazaret. Ellas aceptaron. Yo se lo comenté a mi compañero de habitación y solidariamente me dijo que se iría a la playa con unos cuantos más del equipo y así podríamos estar Leti y yo solos toda la mañana en la habitación.

- "Que sepas que Leti nunca hace esto eh, yo sí, pero ella... Me sorprende".

Eso me dijo Nazaret, refiriéndose a qué ella solía tener relaciones con chicos cuando salía de fiesta fuese donde fuese (baños, coches, casas, hoteles como esta vez), pero no así su amiga, que dicho por ella misma solo había tenido relaciones con dos novios que había tenido en toda su vida.

Llegué a la habitación con Leti y Óscar se fue a la suya con Nazaret. No me había dado ni tiempo a quitarme la camisa cuando pican a la puerta. Era Óscar, su compañero de habitación estaba durmiendo y no le abría la puerta (el plan era buscarle una habitación al compañero de Óscar con alguien del equipo para que ellos pudiesen estar solos). Me dijo que si podían hacer lo suyo en el lavabo. Yo les dejé pasar y me puse a lo mío con Leti.

Me tumbé con ella y le saqué las tetas, mientras ella acababa de quitarse el resto de la ropa. Tenía unas tetas bastante considerables y redonditas, que estuve comiéndole un buen rato. Desde el baño se escuchaban golpes y lamentos, Óscar era bastante alto y Nazaret para ser mujer también y no conseguían follar cómodamente. Yo notaba a Leti bastante nerviosa y más con esos ruidos de su amiga, a lo que intenté hacerles callar. Fui a comerle el coño (lo llevaba recortado pero con pelo) poniéndome arriba, en plan 69 inverso para que tuviese mi polla cerca de su cara, lo que hizo que me la empezase a mamar con esa gran boca (es una táctica que nunca me falla)

- "Tía, no somos capaces de follar ahí, podemos ponernos a vuestro lado?"

Le dijo Nazaret asomada desde la puerta del baño en tetas a Leti que se cubría con las sábanas. Leti aceptó.

Aparecieron los dos en bolas en un lado de la cama. Nazaret se montó sobre la polla de Óscar y empezó a cabalgar, llevaba el coño depilado y tenía un culazo espectacular. Mientras yo estaba tumbado en el otro lado de la cama en la misma posición que mi compañero recibiendo una mamada (tenía un ojo puesto en como me la mamaba Leti y otro en como se movía Nazaret y su culazo). Nazaret miraba de reojo a su amiga mamar y le soltó un:

- "Como te estás poniendo eh, no creo que te hayas comido de ese tamaño".

Ellos cambiaron a misionero y yo aproveché para empezar a follarla en la misma posición.
Ambas amigas gemían una al lado de la otra e incluso se cogieron de la mano. Después se pusieron juntas a cabalgarnos, hasta que acabó pasando, lo que al menos yo y mi compañero imaginábamos.

- "¿Cambiamos?" Preguntó Nazaret al aire.

Las dos amigas cambiaron de polla y empezaron a cabalgar. Nazaret tenía mejor movimiento que Leti, follaba mucho mejor, se notaba su experiencia más dilatada. Al rato las pusimos a 4 patas, una frente la otra y nosotros de pie en los extremos de la cama. Como rebotaba el culo de Nazaret en mi zona pélvica. Leti paró agotada y Óscar aprovechó para meterle la polla en la boca a Nazaret mientras yo seguía dándole a 4 patitas. Cambiamos los roles mi compañero y yo varias veces, hasta que en plena mamada Óscar se corrió en la boca de Nazaret, ella se tragó toda la leche.

Después Óscar se marchó a fumar, dejándome a mí con las dos. Ellas me la mamaron juntas, sin olvidarse de mis huevos e incluso Nazaret lamió mi culo. Acabé corriéndome en ellas, que aunque abrían la boca pidiendo la leche dentro, les acabé escupiendo la corrida por toda la cara. Nazaret acabó besando a Leti, llenas de lefa, antes de irse juntas a limpiarse al baño. Nos vestimos, las acompañé fuera del hotel y me despedí de ellas. Al rato volvió Óscar que me chocó la mano.

La vuelta a casa estuvo repleta de comentarios de nuestros compañeros a Óscar y a mí, se pasaron todo el camino diciéndonos "Tiki Taka".
 
MAMADA A ALTA VELOCIDAD 🚄

Volvemos a 2012, esta vez a noviembre, tenía 17 años y quedaban apenas un par de meses para que cumpliese los 18.

Mis amigos y yo fuimos de fiesta a la discoteca de moda nocturna para mayores de 16 años. Teníamos que coger un tren de más de una hora de trayecto, para ir y volver, pero cuando eres joven y tienes ganas de fiesta eso no es un problema.

La noche transcurrió con normalidad, sin grandes anécdotas. Allí nos encontramos casualmente a un grupo de amigas de nuestra edad y pueblo (era bastante normal, era la discoteca de moda y siempre que ibas te encontrabas con gente conocida). En ese grupo estaba la protagonista de esta historia, Patri.

La conocía desde que entramos al instituto y coincidimos en varias clases a lo largo de los años. No era del grupo de amigas de Alba, Cristina, Paula o Izaskun (de las que ya he contado alguna historia). Patri estuvo pillada de mí hacía 4 años más o menos, e incluso me pidió salir, pero la rechacé (a mí la que me gustaba desde que entré al instituto era Alba y al final la conseguí). Físicamente era una chica un poco gordita, morena de piel, mona de cara, con el pelo liso oscuro. Tenía un culo grande y unas tetas bastante grandes también.

Como he dicho, en la discoteca no pasó nada del otro mundo. De vuelta a casa mi grupo de amigos, y el de Patri y sus amigas fuimos juntos en el tren. Nos repartimos por el vagón y Patri se sentó a mi lado. Puso su cabeza sobre mis muslos, teniendo la carita sobre mi polla. A los 10 minutos de arrancar el tren todos los que tenía en mi campo de visión (un par de amigas de Patri enfrente mío, y un colega que veía a lo lejos) se habían quedado dormidos. Al poco Patri se levanta y me dice:

- "Que mamada le voy a hacer a mi novio cuando llegue a casa, lo tengo ahí al pobrecito durmiendo en casa de mis padres y lo voy a despertar metiéndome su polla en la boca. Siempre que salgo de fiesta tengo unas ganas locas de comer polla. Si no me hubieses rechazo podrías ser tú el de la mamada".

Yo le vacilé diciéndole:

- "Pues con la mía ibas a tener para rato".

Con picardía me indicó que fuéramos al baño del tren. En el camino hasta entrar al lavabo la polla ya se me puso dura como una piedra. Me senté en la tapa del váter y ella me ayudó a sacarme la polla.

- "Tenías razón, pedazo de polla gorda, combina bien con mis tetas gordas"

Eso comentaba mientras me agarraba la polla y se sacabas las tetas por el escote de su vestido negro (grandes, morenas, gordas y caídas, de pezón marrón oscuro). Empezó con una mamada lenta, que combinaba con paja y con una cubana con esos tetones. La verdad que lo hacía todo muy bien, se le notaba la práctica. Conforme iban anunciando estaciones y nos acercábamos a nuestro pueblo, fue acelerando, sobretodo en la mamada, sacándome la leche cuando apenas faltaban un par de estaciones para llegar. Me enseñó su boca llena de mi corrida espesa y se la tragó, abriendo de nuevo la boca y sacando la lengua para enseñarme qué no había dejado nada y relamiendo los restos de semen que tenía en la comisura de los labios.

Volvimos con los demás, la mayoría seguían durmiendo. Al bajarnos del tren seguí un rato junto a Patri (también iban amigos míos y amigas suyas), al despedirme de ella junto a su casa, me dijo al oído:

- "Que sepas que ahora voy a seguir comiendo polla, aunque no tan gorda".

Aquellas palabras me volvieron a empalmar. Al llegar a casa no tuve más remedio que hacerme una paja, mientras recordaba la mamada de Patri en el tren y me la imaginaba comiéndosela a su novio.
 
MI MEJOR AMIGA ES COMO MI HERMANA

Mi mejor amiga es como mi hermana pequeña, o eso pensé durante un tiempo. La conocí en 2014, ella con casi 18 y yo con 19. Fue la novia de verano de un amigo mío, pero ella y yo hicimos muy buenas migas. Se llama Olivia, es rubia, de ojos azules, alta, esbelta, muy guapa (yo creo que podría haber sido actriz o modelo). Mi amigo la acabó dejando al final del verano porque decía que era muy cria, caprichosa, cabezona y consentida, no le faltaba razón al chaval.

Durante el siguiente año Olivia se convirtió en mi mejor e inseparable amiga. Para mí era como mi hermana pequeña. A veces salíamos solos de fiesta y la gente se pensaba que éramos novios, la cuál cosa negábamos rápidamente. Yo tuve mis novias y mis ligues esa temporada y ella igual con los tíos, y nunca habían celos. Nos veíamos como hermanos. Ella incluso se hizo amiga de alguna novia mía.

A finales de julio de 2015, Olivia, algunos amigos más y yo fuimos a las fiestas de un pueblo cercano al nuestro. Al final de la noche nos quedamos los dos solos (solía pasar que el resto se acababan yendo antes y a nosotros nos gustaba aguantar hasta el final). De camino a mi coche íbamos bastante borrachos hablando de tonterías (anécdotas sexuales de ambos). Antes de llegar al aparcamiento fuimos a un pequeño bosque a mear. Ella se bajó los shorts tejanos dejándome ver la silueta de su culo lateralmente y escuchaba el chorro de su pis. Yo me saqué la polla morcillona (no sé si estaba así por la conversación que veníamos teniendo o por tenerla tan cerca meando).

- "¿Te la aguanto, tete?"

Eso me soltó Olivia, que ha había acabado de mear y venía hacia mí. Yo bromeando le dije que si. Pero ella no se lo tomó a broma y me sujetó la polla.

- "Si que se está poniendo gorda"

Dijo Olivia mientras meaba con la polla bastante dura. Me la sacudió un poco en forma de pajilla y se agachó a darle un beso.

- "Meada hecha, y polla limpita"

Yo no entendía lo que estaba sucediendo, la que consideraba mi hermana me había cogido la polla y me la había besado. Pero con la borrachera que llevábamos no podía pensar mucho.

Nos subimos al coche y el silencio se apoderó de nosotros. Pero Olivia tan simpática como siempre lo rompió rápido.

- "Quédate a dormir conmigo tete, que estoy solita"

Yo estaba cachondo y acepté su propuesta. Llegué a su casa, me quité la ropa y me quedé en calzoncillos sobre su cama, esperando a ver qué pasaba. Olivia entró un par de minutos después completamente desnuda.

Que buena estaba, tenía el coño completamente depilado, unas tetitas tersas duritas y venosas, como las de una quinceañera y esa sonrisa que nunca se le quita de la cara. Yo me igualé a ella quedándome desnudo y ella se acercó a mi polla para empezar con una mamada celestial. Que bien me estaba comiendo la polla, como lo gozaba, le agarré ese culito pequeño y me la puse en posición de un 69 que duró mucho rato. Ese coñito rosita era un manjar.

-"¿Follamos tete?"

Obviamente le respondí que si. Se montó sobre mi polla y me cabalgó como si estuviese bailando conmigo en una discoteca. Ella no paraba de repetirme que vaya pollón tenía su "hermano" y se corrió con rapidez.

Se bajó de mi polla y me hizo una mamada cerda, muy babosa, restregándose la polla por la cara y sin olvidarse de mis huevos y mi culo. Cuando le dije que me iba a correr, me la pidió en la boca, para no manchar la cama.

"Si, en la boquita tete"

Fue lo ultimo que escuché antes de llenarle la boca de leche, a la que hasta hace unas horas veía como mi hermana pequeña. Olivia se la tragó toda y nos abrazamos hasta que nos quedamos dormidos.

A mí me costó, no entendía lo que había hecho con ella. Pero tenía claro que era la primera vez, pero no la última. Y así fue como mi mejor amiga "mi hermana pequeña" y yo empezamos a follar, algo que seguimos haciendo hoy en día.
 
Genial, que bien contadas las aventuras de tu adolescencia. Esperando que cuentes más.
 
PECAS

Verano 2013, ya tenía 18 años. Mis colegas y yo nos pasábamos los días de fiesta en fiesta. Uno de mis amigos había encontrado ese típico "amor de verano". La chica no era demasiado guapa la verdad, pero en su grupo de amigas estaba Samantha o Sam o como yo le llamaba "Pecas" (me creía Sawyer de "Lost").

Pues bien, ese colega mío con "amor de verano " nos informó que Sam tenía su casa con piscina sola sábado y domingo y que el grupo de amigas quería que nosotros fuésemos. Nosotros teníamos claro que si había piscina, fiesta y chicas íbamos a ir.

Sam era dos años más pequeña que nosotros y su grupo de amigas también. Era la típica que siempre estaba seria, que enviaba miradas intimidantes a casi todo el mundo, era muy borde, si la veías sonreír podías pedir un deseo. Eso sí, conmigo sonreía bastante para ser ella (sobretodo cuando la vacilaba llamándole "pecas"), teníamos una tensión sexual notable. Físicamente era de piel blanca y llena de pecas por toda la cara, labios carnosos también con pecas, y ojos oscuros intimidantes, pero muy guapa. Cuerpo de deportista, alta, buenas piernas, buen culo y aparentaba tener buenas tetas también.

Llegamos a casa de Sam el sábado al mediodía, allí estábamos mi grupo de 7 chicos y el suyo de 6 chicas. Comimos y estuvimos en la piscina gran parte de la tarde. Los "tortolitos" que habían organizado todo esto, no paraban de enrollarse cachondos en la piscina, también uno de mis amigos (el típico que le da igual con la que sea) empezó a liarse con una de las amigas, la más gordita y tetona. Yo tonteaba con Sam (llevaba un bikini negro y fluorescente que le quedaba espectacular), pero me hacía el duro, lo que la enfadó gran parte de la tarde. Al final, obviamente, nos enrollamos, a media noche y con varios cubatas encima.

La fiesta siguió dentro de la casa, sobretodo para los que no habían ligado, pero al final acabaron casi todos dormidos en los sofás del comedor. Mi amigo con su "novia" fueron a la habitación de los padres de Sam y mi otro amigo con la gordita a la habitación de la hermana de Sam. Sam y yo subimos a su habitación. No tenía pensado hacer nada más con ella (a no ser que ella diese el paso) era una chica bastante seca y borde de normal, así que ya estaba contento con haberme liado con ella. Nos seguimos besando un buen rato en su cama, hasta que me preguntó:

- "¿Vamos a la piscina?"

Serían las 4 y algo de la mañana y no me apetecía mucho volverme a mojar, pero no le podía llevar la contraria a Sam.

Volvimos a la piscina sigilosamente, pasando por el comedor donde todos los presentes dormían. Que tetas le hacía ese bikini negro y fluorescente a Sam. Seguimos enrollándonos en la piscina, yo le agarraba el culazo y le mordía esos labios que tanto morbo me daban. Ella no aguantó más y me metió mano en la polla, sacándola del bañador bajo el agua y empezando con una paja bastante dura. No sé si ya había pajeado más veces, pero tenía un movimiento bastante brusco, bajaba siempre hasta abajo, y me agarraba la polla con fuerza. Yo le metí mano en el bañado y noté su coño peludo y mojado.

- "Suave, porfa".

Fue lo que me dijo mi pecosa. Le metí los dedos suave y gimió como si se estuviese corriendo. Me llevó a una esquina de la piscina donde no cubría, se agachó y me la empezó a chupar. Yo de vez en cuando se la sacaba de la boca y se la pasaba por esos labios, y esa carita pecosa, para acabar pegándole un par de pollazos en su nariz llena de pecas y volver a metérsela en la boquita. También le estuve follando la boca y le saqué las tetas (grandecitas, duras, blanquitas y con algo de caída). En el lugar de la piscina que estábamos cualquiera nos podría haber visto durante aquella mamada. Nos movimos, se apoyó en el bordillo de la piscina, se apartó la braga del bikini para que le metiese mi polla gorda.

- "Suave, porfa, que soy virgen".

Aquellas palabras me pusieron malo, y la empalé sin hacerle demasiado caso. Con la polla ya dentro mis movimientos si que fueron suaves, yo le cogía las tetas y ella gemía con fuerza, yo pensaba que alguien la escucharía y nos pillarían, pero me daba igual, incluso me hubiese dado morbo.

Volvimos al lugar de la mamada, ahora para que Sam se sentase sobre mi polla, mientras yo me sentaba en el principio de los escalones de la piscina (en la parte que casi no cubre). Allí me folló con su coño peludo hasta que se corrió. Que morbo ser el primero en profanar aquél templo.

Me empecé a pajear pasándole la polla por la cara. Y ella me dijo en voz alta y seria, mientras se cogía las tetas:

- "Córrete en la Pecas"

Mi leche salió disparada hacia su cara, mientras ella sonreía con cada chorro de lefa caliente que iba llegando a su cara. Era la primera vez que sonreía desde que habíamos vuelto a la piscina. Metió la cabeza bajo el agua y se limpió toda la corrida. Volvimos a su habitación y dormimos juntos, nadie nos pilló, aunque mis amigos no tardaron en saber de esta historia porque necesitaba contarles que había desvirgado a la "Pecas".
 
LA CHONI

31 de mayo de 2014, fecha difícil de olvidar para mí, aquella tarde nos proclamamos campeones de liga juvenil, con el equipo de mi pueblo, con los amigos de toda la vida y conseguíamos un ascenso a una categoría en la que ningún club de mi pueblo había llegado. Fue mi último partido oficial con el equipo de mi pueblo, para mí y para la mayoría de mis amigos. Pero estas historias no van de fútbol y mucho menos de mi vida personal.

La celebración de aquella liga acabó con la mayoría de mi equipo en una discoteca de mi pueblo. Allí solían ir jóvenes de mi pueblo y de los de alrededor. A altas horas de la madrugada me encontré con Dafne, una choni de época. A Dafne la conocía de toda la vida, su padre (estaban separados sus padres) era el vecino de mis padres, además ella (un año mayor que yo) repitió en el instituto y fuimos al mismo curso 4 años. Siempre me llevé muy bien con ella, aunque era una choni, un poco garrula, que había llevado los típicos piercings de choni, vestía de leopardos y se maquillaba de forma exagerada. No era para nada mi estilo, pero la chica siempre era muy simpática conmigo e incluso teníamos algún gusto en común (nos pasamos el instituto hablando de la WWE y sus batallitas, nos gustaba bastante a los dos).

Dafne era muy bajita, aunque poderosa, tenía buen culo y unas tetas redondas que rozaban la perfección, parecían operadas porque los escotes que llevaba le quedaban increíbles. De cara tenía una nariz grande, aunque era mona. No sé si fue el alcohol, o que llevábamos tiempo queriendo hacer eso (desde el instituto la veía hacer topless en la terraza de su padre, ella lo sabía y no se escondía, después nos encontrábamos y como si nada). Pero nos acabamos liando. El morbo de estar enrollándome como esa choni explosiva, repetidora, que veía tomar el sol en tetas desde mi adolescencia, me puso durísimo y ella no tardó en darse cuenta, tocando mi paquete con descaro.

Me llevó al lavabo de chicas y entramos a un pequeño baño.

- "Que pollón nene, casi me sacas un ojo".

Me dijo cuando me bajó los calzoncillos y mi polla salió rebotada cerca de su ojo repasado de forma llamativa con el eyeliner. Empezó a chuparme la polla de forma bastante guarra y babosa, sin olvidarse de mis huevos y mí culo. Aquella mamada me recordaba a la típica escena de Putalocura donde chicas jóvenes (la mayoría chonis) hacían cualquier cosa por fama y dinero. Yo le fui a meter mano en el coño, pero ella me dijo:

- " Ven mañana a casa de mi padre que estaré sola y follamos, hoy solo vengo a comer polla".

Me relajé y disfrute de como Dafne se gozaba mi polla y se la pasaba por la cara. Se notaba que disfrutaba del sabor y el olor de mi polla dura. Le avisé que venía la corrida y ella se sacó las tetas. Las tenía como me imaginaba, redondas y duras, como si fuesen operadas pero eran naturales, bastante venosas. Mi corrida fue directa a sus tetas, bastante líquida y transparente me salió aquella vez. Dafne ni si quiera se limpió, se esparció mi corrida líquida con las manos por las tetas y se las volvió a guardar en aquel top de "animal print".

La noche siguió y cada vez que me la encontraba pensaba en sus tetas que seguirían con el olor a mi lefa.

-" Acuérdate de mañana nene, yo me voy a hacer unos dedos al llegar a casa pensando en tu pollón gordo y en la chupada que te he pegado".

Fue lo último que me dijo aquella noche, ya no la volví a ver más en la discoteca. Que gran manera de celebrar una liga en la que había tenido gran influencia en el campo. Y obviamente fui a casa de su padre al día siguiente, pero esa historia la contaré otro día.
 
MIS DULCES 18

Enero de 2013, llegaba a mi mayoría de edad, y para celebrarlo mis amigos y yo iríamos en tren a una discoteca.

Al llegar a la estación de tren de mi pueblo, me encuentro con mis chavales, 10 amigos míos y la novia de uno de ellos (Izaskun, la que en el viaje de fin de curso se me quedó mirando el paquete al salir de la ducha). Pero junto a Izaskun había otra chica, Cristina (la de la primera historia del hilo, la que me hizo mi primera paja). Cristina le había preguntado a Izaskun si íbamos a hacer algo para mis 18 y ella se había unido al plan de salir de fiesta.

Cristina iba con un vestido rojizo, tirando a naranja salmón, con escote (que marcaba esas tetitas juguetonas), le llegaba por encima de la rodilla, dejando ver esas piernazas y llevaba unos tacones negros. La verdad que estaba espectacular y no aparentaba sus 17, casi 18 años, parecía más bien que tuviese 20 o 21.

En la discoteca Izaskun y mi colega se daban el lote, mientras algunos de mis otros amigos buscaban sin demasiada fortuna ligar con alguna chica. Todos nos fuimos separando. Uno de mis amigos vino para decirme que Cristina estaba un poco mareada y fui con ella.

La saqué de la discoteca para que le diese el aire, y me dijo que se encontraba mucho mejor, pero que fuésemos a dar una vuelta. Acabamos en un bordillo del polígono, detrás de unos coches. Cristina me besó, y fue rápidamente a desabrocharme el pantalón, era un nuevo asalto de sus pajas. Si con 15 años hacía buena pajas, ahora cerca de los 18 era una maestra pajera. Se mojaba la gema del dedo pulgar de su saliva y me la pasaba por el glande, de vez en cuando escupía o me la chupaba un poco. La paja fue larga, yo llevaba algunos cubatas encima y a eso hay que añadirle mi durabilidad habitual (había practicado mucho con pajas propias), al final acabé corriéndome sobre sus tetas (al empezar la paja se las sacó del vestido) que no paraban de moverse con cada sacudida que me daba. Cogió pañuelos se limpió y volvimos a la discoteca.

La noche siguió su curso normal y todos juntos nos fuimos hacia el tren. Como era habitual en nosotros, algunos se adelantaron y cogieron el tren antes, quedándonos Izaskun, Cristina, el novio de Izaskun, un par de amigos más y yo de camino a la estación. Al lado de la estación Cristina me dijo que quería ir a buscar una botella de agua, la acompañé en busca de algo abierto, el resto entraron a esperar el tren. Izaskun llamó a Cristina para decirle que el tren ya pasaba, pero Cristina con calma les dijo que se fuesen ellos, que ella ya volvía conmigo y no pasaba nada.

Cristina tenía un plan, me llevó de la mano a un descampado cerca de la estación, y nos metimos en una pequeña zona de bosque y vegetación. Allí me volvió a pajear, se agachó y se puso de rodillas a mamar. Sus medias quedaron completamente rasgadas, pero aquella mamada la disfruté mucho. Ella misma acabó de romperse las medias y las tiró al suelo, se bajó las bragas quedándoselas en la mano, y dejando ante mi un buen coño peludo.

- "Peludito, como a ti te gusta". (Probablemente mi ex Alba, al ser amiga suya, le hubiese contado mi gusto por los coños peludos, ya contaré lo que me pasó con Alba en relación a ese tema, pero Cristina con 15 años, cuando me hizo mi primera paja, lo llevaba igualmente peludo)

Yo no me pude resistir a ponerme de rodillas y comerme ese coño mientras la agarraba del culo (ella estaba de pie). Me estiré sobre la vegetación y ella se introdujo mi polla en su coño. Como se movía sobre mi polla dura y gorda. Yo le cogía ese culo respingón y notaba cómo sus nalgas se movían como si fuesen de gelatina. Aquella follada hizo que se corriese y me dejase la polla bien mojada.

- "Córrete donde quieras".

Así que me hice una paja sobre su coño y acabé corriéndome sobre su felpudo
Que morbazo me dió ver ese coño bien negro pintado de mi blanca corrida.

En el tren no paramos de hablar de lo que había pasado aquella noche, de la tarde de mi primera paja, y del morbo que nos dábamos el uno al otro. Ella había sido mi mejor amiga en primaria, y había estado ahí para hacerme la primera paja y para follarme en la noche que cumplía 18 años.

- "Tu Cristina siempre aparece en los momentos importantes eh. Algún día tenemos que follar bien, tranquilos, en una cama, sin prisas, sin estar pendientes de que alguien nos pueda pillar".

Aquellas palabras dejaron claro que este no había sido el último asalto entre Cristina y mi polla.
 
LA EVOLUCIÓN DE LA GORDITA

Nos vamos a la primavera de 2017 (yo tenía una novia, aunque le ponía los cuernos constantemente) desde hacía un par de años una chica que había ido a mi clase en el instituto subía a redes sociales fotos bastante provocativas. Esa chica era Eva.

Como estaba diciendo, a Eva la conocía del instituto. Era la típica chica tímida y gordita. Morenita de piel, pelo negro, ni fea ni guapa, normal, tetones grandes y caídos (según se vislumbraba en aquellos escotes que lucía de adolescente), culo grande y piernas gordas. Eva no ligaba en aquella época, aunque yo alguna paja me había hecho pensando en ella y en sus tetones.

De no subir casi nada a redes sociales (algún selfie cuando se veía mona o alguna foto con amigas), pasó a subir fotos bastante extremas. Fotos tapándose las tetas (o únicamente los pezones), fotos en tanga o directamente enseñando el culo, frases relacionadas con el sexo, todo al limite de lo que está permitido subir en esa red social.

Aquello obviamente fue comentado por todos y Eva se ganó algún nuevo fan, aunque empezó el revoloteo de que si aquella tímida chica, se había vuelto una "guarra", dicho por alguna amiga suya.

A mí me daba igual, lo que era cierto es que Eva estaba desatada y no iba a perder la oportunidad. Así que empecé a reaccionar y comentar algunas de aquellas fotos, las que subía más provocativas. Ella no tardó en hablarme y la cosa se fue calentando en pocos días, hasta que me dijo que un día estaría sola en su casa, que fuese a verla.

Fui al encuentro de aquella chica gordita tímida del instituto que ahora con 22 años había evolucionado a un chica gordita que no me hubiese extrañado ver en alguna escena porno.

Al llegar a su casa me abre con una camiseta blanca marcando los pezones y un tanga negro de hilo, sobre ese culo enorme (que culo tan grande tenía la niña, con celulitis como sus piernas, pero tan enorme que se me puso la polla como el acero de dura).

Pocos preámbulos hubieron, sin darme cuenta ella ya estaba en bolas con esas dos grandes tetas morenitas y caídas haciéndome una mamada. Como babeaba y escupía, yo le metía los dedos en su coño gordo y depilado. No tarde en ponerla a cuatro patas, necesitaba que ese gran culo rebotase contra mí. Eva gemía sin parar mientras la empotraba a cuatro patas y le agarraba los tetones que se le movían un montón. Le azoté el culo hasta que se le puso rojísimo y se notaba que le gustaba. Sus piernas no aguantaban más y se tumbó boca arriba.

- "Te voy a comer el culo".

Me indicó que me pusiese en postura del 69 pero estando yo arriba y ella aprovechaba para comerme el culo mientras yo le follaba las tetas y mis huevos rebotaban a su barbilla. Yo le comí el coño y le devolví la comida de culo. Cachondísimos me puse a follarla en 69 mientras le tocaba el ano mojadito.

- "Follamelo si quieres".

Obviamente le metí el pollón duro en el culo, no costó mucho (tenía la habitación llena de dildos y me comentó que se los metía por el culo y el coño). Eso sí, gritaba mientras ella misma se metía los dedos en el coño. Esta loca y espectacular follada acabó con una cabalgada de la gorda. Como se movía, primero se la metió por el culo, luego cambio al coño, que movimientos le hacían esas tetas. Ella se corrió y me dejó elegir donde me quería correr, no sabía dónde elegir, así que culminé en sus tetas que me habían sacado pajas de adolescente, cuando éramos compañeros de clase y ella una chica que casi no hablaba.

- "Cuando llegue el veranito nos vamos algún día a la playa, a la nudista, que seguro que a esa no te lleva tu novia".

De esa forma me ganaba un buen plan para verano.
 
PAJA DOBLE DE LA BANANA

Mediados de septiembre, se acababa el verano de 2011, ya había empezado bachillerato y quedaba una última fiesta de verano, la del pueblo vecino. En aquella última noche culminé lo que tanto deseaba, ligarme a Ariadna, la chica que desde que lo había dejado con Alba llenaba mi corazón. Es verdad que desde que conocí a Ariadna, me había tirado a Paula en Fin de Curso (junio de 2011) y en aquel verano habían pasado cosas con otras, pero yo me sentía un héroe porque por fin había conseguido a la que tengo anhelaba.

Pero mis historias no son de amor y yo de romántico tengo más bien poco, así que Ariadna (que protagonizará alguna historia en el futuro) tampoco es hoy la estrella. Cómo decía, Ariadna y yo estuvimos aquella noche besándonos sin parar durante horas. Fuimos al concierto de la fiesta con mis amigos y sus amigas y ambas partes estaban bastante motivados (por fin estábamos juntos después de un verano movido, sobretodo por mi culpa). Mis colegas empezaron a marcharse y yo me quedé con Ariadna y sus amigas esperando que las vinieran a buscar (eran un año más pequeñas que yo y de otro pueblo distinto al de esa fiesta y al mío y venían unos padres a buscarlas). Mientras esperaba apareció un amigo mío, Alberto. Venía de estar con su nueva novia (llevaban días juntos) Vero (tampoco es protagonista hoy, pero como Ariadna, saldrá en un futuro, así que ya os pongo su nombre para que cuando hable de ella os pueda sonar).

Alberto y yo nos volvimos solos para casa caminando, había una media hora hasta nuestras casas que estaban en la misma calle. Cuando íbamos a salir del pueblo vecino nos encontramos con un grupo de chicas de nuestro pueblo y nos acoplamos a ellas para que la vuelta fuese más amena. Las chicas se fueron despidiendo y separando y la que vivía en nuestra calle era Miriam "Banana" (esta si que es la prota de la crónica).

Antes de nada os cuento lo de "Banana", se ve que la chica usaba las bananas en forma de dildo, o al menos lo hizo una vez y lo contó, y como todas las cosas en un pueblo, de aquella anécdota se enteró todo el mundo. Aunque la verdad que parecía que le gustaba y se enorgullecía de la historia. Miriam era una chica no muy guapa (tenía una cara particular, que más de uno pensará que es más bien fea), cuerpo extraño porque era ancha, pero no estaba gorda, ni tenía un gran culo, y de tetas andaba bien pero no eran grandes, más bien normalitas. Era rubia (por destacar algo bueno).

Con Miriam teníamos un trayecto de escasos 5 minutos y ella nos empezó a preguntar por la noche, aunque ya sabía que habíamos estado con Vero y Ariadna. Ambos comentamos el dolor de huevos que teníamos (nos habían puesto muy cachondos nuestras chicas y no habíamos eyaculado), ese comentario lo llevábamos diciendo ambos discretamente todo el camino (y que iba a caer una paja al llegar a casa), pero ella nos había pillado.

- "Pues vaya dos tías, yo tengo la suerte de enrollarme con uno chico como vosotros y ya os digo que no tenéis que esperar a casa para haceros la paja".

Yo con la borrachera le dije que si quería hacernos una paja, estaba a tiempo, y los 3 acabamos en el portal de la "Banana". Ella nos llevó hasta el piso de arriba que daba a la terraza comunitaria (nadie iba a ir a las 6:30 de la mañana allí) y en el descansillo nos sacamos las pollas, sentados, uno a cada lado de Miriam. Ella se relamía. Mi polla dura era prácticamente el doble que la de Alberto. Le saqué las tetas y empecé a decirle que era una guarra. Le metí los dedos en su coño con algo de pelo y empezó a gemir mientras aceleraba en las pajas. Alberto no aguantó más y soltó una corrida bastante líquida en la mano izquierda de Miriam. Ella sin limpiarse me la agarró con las dos manos manchando mi polla del semen de Alberto, yo aceleré los dedos en su coño haciendo que también se corriese. Le agarré la cabeza y le puse la polla en la boca, estuvo chupándola hasta que me corrí. Mi corrida no pudo tragársela (igual por la borrachera que había pillado) y se la escupió por las tetas y la camiseta que llevaba. Alberto miraba aún con la polla fuera intentando asimilar la situación. Yo la ayudé a levantarse caballerosamente y ella bajó a su casa en tetas y con la corrida por el vestido y los propios melones.

- "¿Y qué le digo yo a Vero? ¿Se lo cuento?"

- "¿Qué le vas a decir? ¿Qué la primera paja de tu vida te la ha hecho la Banana?"

No sé si Alberto y Miriam se masturbaron al llegar a casa (la verdad que lo dudo), pero ya os digo que yo si me hice una buena paja pensado en mi Ariadna, en su Vero y en la "Banana" y en qué hubiese pasado si hubiésemos estado los 5 en el descansillo del bloque de Miriam.
 
LA HERMANA DE ALBERTO

Aprovechando que en la aventura anterior os hablé de mi amigo Alberto, hoy vengo a hablaros de su hermana, Claudia. Corría 2018 y yo ya tenía 23 años.

Una noche salí de fiesta con mis amigos y coincidimos con Claudia. Alberto ya no se juntaba con nosotros desde hacía varios años, se fue separando del grupo aunque todos nos llevábamos bien con él (empezó a juntarse con otros chavales que igual eran más afines a él). Alberto y yo éramos mejores amigos de la infancia, pasábamos las tardes uno en casa del otro o en la calle, y algunas semanas de verano o en Semana Santa nuestros padres de iban juntos de vacaciones. Yo seguía manteniendo esa gran amistad con él, aunque nos veíamos bastante poco.

Con Claudia también me llevaba bien, era un año más pequeña que nosotros. Era una chica guapa, mona, de pelo castaño ondulado y ojos marrones algo rasgados. Cuerpo normal, más bien delgada, sin muchas tetas y con un buen culo, típica niña de hoy en día.

Aquella noche estuvimos bailando juntos Claudia y yo. La notaba que quería algo conmigo incluso mis amigos me lo comentaban. Yo me lancé a besarla y ella siguió apasionadamente. El morbo de besarnos después de tantos años juntos, tantas tardes en su casa y tantos veranos en la playa, hicieron que fuésemos a su coche (era más grande que el mío).

En la parte de atrás, empezó a hacerme una mamada, vaya boquita tiene Claudia. Me la chupaba con suavidad y mirándome a los ojos. Aquella niña, la hermana pequeña de mi amigo de la infancia, se estaba metiendo mi pollón en su boquita y además me miraba para que lo viese bien. Yo la tumbé en el asiento trasero de su coche y le empecé a comer el coño, con poquísimo pelo, se habría depilado hacía un par de días.

- "Métemela"

No tardé ni un segundo en metérsela en su ardiente coño cerradito. Pero la incomodidad de estar arriba hizo que cambiásemos y me cabalgara. No duró mucho y se corrió. Luego me corrí yo en su boca (para no mancharle el vestido que llevaba).

- "Mañana a partir de las 16 estoy sola en casa".

Volví a la discoteca y todos mis colegas sorprendidos me decían, te has tirado a la hermana de Alberto (más de uno lo había intentado otras veces, al menos liarse con ella).

Al día siguiente fui a su casa (vivía en la misma calle que yo) y nos pusimos rápidamente al tema en el sofá. Ella me la estuvo chupando un buen rato (se notaba que era su especialidad) y mientras me la mamaba no podía quitar la vista de una foto de la madre de Alberto y Claudia, Merche.

Merche y Claudia eran muy parecidas físicamente. Merche tendría en aquella época 50 años, ojos rasgaditos, pelo castaño, guapa de cara, más bien delgada, sin mucha teta. Una MILF que me sacaba pajas desde que empecé a hacérmelas (y eso que a mí me gustan las maduras tetonas curvys y Merche no era así). Pero crecer estando tan cerca de ella y algunos comentarios sexuales que había soltado toda la vida, me hacían pensar que era una de las mujeres más cachondas que conocía.

Empecé a imaginar que Claudia me la chupaba junto a Merche, que había sido ella quien le había enseñado a comer polla y estuve apunto de correrme. Fuimos a la cama y me la follé en misionero, dándole muy duro, como seguro que le gustaba a Merche, a la que me imaginaba abierta de patas ante mi polla. Ella gritaba mezcla de dolor y placer y empezó a correrse. Yo tampoco aguanté más, la saqué del coño de Claudia justo a tiempo, y sin tocarla mi polla empezó a soltar chorros de lefa por el vientre de Claudia, llegando incluso hasta sus tetas.

Aquella tarde Merche apareció en mi imaginación y no se fue. ¿Conseguiré follar con ella? ¿Cómo debe ser follar con una madre y una hija? Fueron algunas de las preguntas que me hice al llegar a casa.
 

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