Lo que más importa (primera parte)

berserk37

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Lo que más importa (primera parte)

Me llamo Víctor, nací en una de las familias más ricas del país, eso sería bueno si no fuera porque fui el gemelo que nació después. En mi familia pensaban que tener dos hijos era malo para la fortuna familiar, porque en el pasado disputas familiares casi les habían llevado a la bancarrota. Ellos lo tenían claro, el hijo que naciera primero lo hederaria todo y el segundo hijo no tendría derecho a nada.

Os podéis imaginar que hijo fui yo, pues sí, el que no tenía derecho a nada, prácticamente me crio el mayordomo de la mansión y su mujer. Mis padres no tenían tiempo para nadie más que para mi hermano Héctor, todo lo mejor para él. De cara a los demás Héctor era hijo único, pero había algo que no podían esconder, mi rostro. Lo intentaron de la misma forma que en la película la máscara de hierro, mis padres no fueron tan lejos como para ponerme una máscara de hierro candente, se limitaron a tenerme encerrado cada vez que venía una visita.

Prácticamente, vivía con el servicio, eso sí, sería yo quien estudiara, quien dirigiera la empresa desde la sombra, mientras mi hermano se pegaba la buena vida. Tampoco me queje, todo lo que aprendiera ahora me vendría bien en el futuro, me esforcé, noches sin dormir para preparar los trabajos de clase y los exámenes. Mi hermano y yo desaparecíamos cuando llegaba el fin de semana, él salía un viernes por la noche y no volvía hasta el domingo. Yo me metía en mi cuarto, no saliendo de el hasta terminar todos los trabajos. Mi hermano era un mujeriego, yo triunfaba durante un minuto, era lo que tardaban en darse cuenta de que yo no era él.

Para cursar el bachiller mis padres nos metieron en la misma escuela para ricos, si os pensáis que fue por la bondad de su corazón, ya os podéis ir olvidando. Mis padres eran los mayores benefactores de esa escuela, mi cometido en esa escuela fue aprobar los exámenes de mi hermano. Mientras yo me mataba a estudiar, mi hermano no pegaba ni golpe, pero llegaban los exámenes y él aprobaba todo, mientras yo tenía que recuperar todas las asignaturas. El primer trimestre fui a reclamar, pero me lo dejaron claro, esto eran como las lentejas o las comes o las dejas. Eso no me detuvo, en esta vida las cosas se consiguen con esfuerzo, aprobar sin haber estudiado era un acto estéril, pero si mis padres querían eso para su hijo, que así fuera.

Podía haberlo denunciado, pero cuando vives entre poderosos eres consciente que si no eres uno de ellos siempre terminarás metido en el fango. Ellos siempre se salen con la suya, pero no hay mal que por bien no venga. Si algo tenía claro era que mientras me necesitaran para que mi hermano aprobara, tendría los mejores estudios pagados. Lo aprovecharía al máximo, la verdad es que tuve mejor relación con algunos profesores que con los alumnos que estaban cortados por el mismo patrón.

Era una escuela para formar a los futuros líderes, miedo me daba el futuro de la humanidad. Como pretendían formarlos si sus padres pagaban para que sus hijos aprobaran sin hacer nada. Allí solo estaría dos años, era lo que tardaría en sacarme el bachillerato, estudie como un descosido para sacarme las mejores notas. La verdad es que termine agotado, pues tenía que aprobar los exámenes de mi hermano y los míos, lo peor fue en la selectividad.

• Víctor pronto serán los exámenes de selectividad, tienes que estudiar mucho – dijo mi padre.
• Esta vez no aprobaré para Héctor, que estudie un poco para variar.
• ¡Hijo desagradecido!, ¡después de lo que hacemos por ti!
• ¿Por mí?, me he matado a estudiar para que el inútil de vuestro hijo apruebe.
• ¡No hables así! - dijo mi madre.
• ¡Hablaré como me dé la gana!, ¡no me voy a presentar en la selectividad!
• ¿Cómo dices? - dijo mi padre.
• Si Héctor quiere aprobar ya puede hincar los codos.
• Si no te presentas a la selectividad ahí tienes la puerta – dijo mi madre.

Pues así lo hice, como ya me esperaba una reacción así, el mayordomo de la mansión me había encontrado un trabajo como aprendiz de mecánico, no cobraría mucho, pero por lo menos mi nuevo jefe me dejaba vivir en la pequeña casa que se encontraba encima del taller. Cumplí mi amenaza y no me presente a la selectividad, lo haría el siguiente año, si llego a presentarme mis notas irían directamente a mi hermano y yo tendría que volver a presentarme en septiembre. El problema era que seguramente las plazas estarían cubiertas, terminando en una lista de espera.

Si me presentaba el año siguiente por mi cuenta podría aprobar y tener una plaza en empresariales, mi trabajo en la empresa de mis padres no peligraba, sabía que mi hermano se pegaría la gran vida, mis padres me querrían a mí para hacer el trabajo. Sabía que si la empresa caía en manos de mi hermano esta terminaría en bancarrota, solo esperaba que me diera tiempo de pasar por todos los puestos, para que pudiera aprender a dirigir una empresa, pudiendo montar una propia en el futuro. El año paso, la verdad es que aprendí mucho de mi jefe, ahora era capaz de arreglar mi propio coche. Llego la hora de presentarme a la selectividad, durante ese año estudié mucho para sacar las mejores notas.

Estaba sacrificando mi juventud, pues solo trabajaba y estudiaba, no salía porque los únicos que se acercaban a mí eran los amigos de mi hermano pensando que era él, una vez que se daban cuenta de que yo no era Héctor me dejaban de lado, después estaban los que odiaban a mi hermano. Alguien pensará que ellos podían ser mis amigos, pero al ser su hermano también estaba en la lista negra. De hecho algunos de ellos se desquitaron conmigo por culpa de mi hermano, según supe después mi hermano se había follado a sus novias.

Como me parecía a él, tenía que ser como él. Por eso decidí no salir hasta llegar a la universidad, como me iría a estudiar a otra ciudad, no me conocería nadie y podría empezar de cero. Llegue pronto, di un último repaso, ya estaba listo para aprobar todos los exámenes con nota. Clave uno a uno todos los exámenes, pero como tendría que haberme imaginado, cuando pusieron los resultados no había aprobado ninguna. En vez de aparecer mi nombre aparecía el nombre de mi hermano, me cagué en mi puta vida, dirigiéndome directo a casa de mis padres.

Cuando llegue estaban celebrando que mi hermano había aprobado la selectividad sin haberse presentado siquiera, toque la puerta Anselmo me abrió y me dijo.

• Siento lo que te ha pasado Víctor.
• Más lo siento yo, yo no pedí nacer y menos un castigo como este, ! Donde está¡
• En la piscina.

Me dirigí muy cabreado, lo estaba tanto que al abrir la puerta de cristal lo hice con tal fuerza que el cristal salto por los aires, mis padres me miraron asustados, mi hermano que es imbécil salió del agua muy farruco.

• ¿Has venido a reconocer quien es el mejor de los dos?

Ni siquiera me moleste en contestarle, le di un tortazo con tal fuerza que me dolió hasta el codo, el imbécil de mi hermano cayó sobre una de las mesas tirándolo todo, decidió quedarse ahí, no fuera que le cayeran más.

• ¡Porque no me matasteis al nacer! Me hubierais hecho un favor.
• Eso no sería provechoso hijo – dijo mi padre mientras reía.
• Muy bien, de aquí en adelante no quiero saber nada de vosotros, yo me pagaré la universidad, más os vale que este inútil aprenda algo, porque si no vuestra empresa irá a pique en un año.
• No puedes hacernos esto, tú eres quien tiene que dirigir la empresa desde la sombra, a ese acuerdo llegamos.
• No llegamos a ningún cuerdo, lo decidisteis vosotros, si no espabilarais a Héctor, seréis la familia más pobre del país en un santiamén.
• Por favor hijo, te daremos lo que quieras.
• No tenéis nada que me interese, por lo que a mí respecta habéis muerto.

Me di media vuelta para no volver a pisar esa casa, me volví a presentar a la selectividad en septiembre, saque la media más alta, creo que fue eso lo que me permitió a una de las últimas plazas que quedaban en empresariales. Me moví y pude conseguir una beca, una casa con un alquiler bajo, solo tenía una habitación, un pequeño baño, una cocina más pequeña todavía y una sala de estar, para mí, suficiente. Además, quedaba cerca de la universidad, pero para mantener la beca tendría que mantener una media muy alta y trabajar en la cafetería o la copistería de la universidad. Opte por la copistería, no pagaban mucho, pero me permitía pagarme el alquiler.

Entrar en la universidad fue una liberación para mí, no me volví loco, ni me pase todo el año de fiesta en fiesta, pero por primera vez me permití divertirme. En la universidad nadie me conocía y eso me ayudo a vencer mi timidez, aunque había un hándicap que me tenía muy preocupado. Todavía era virgen, tenía un miedo atroz a llegar a ese punto con una mujer. Sentía que si veía lo mediocre que era en la cama me dejarán de hablar o me odiarán, Empecé a salir con mis compañeros de la copistería, entre ellos se encontraba Nuria, fue verla y me quede con la boca abierta, de hecho intente presentarme, pero era como si mi mandíbula se hubiera agarrotado.

A Nuria le hizo mucha gracia, decidió invitarme a un café en la cafetería. Durante un rato yo miraba a la taza de café mientras ella me miraba a mí.

• ¿Te vas a pasar toda la mañana mirando la taza de café?
• No, perdona.
• Jamás pensé que alguien tan guapo podía ser tan tímido

Lo dijo mientras intentaba dar un trago al café, al atragantarme con el café empecé a toser y la puse fina, pensé que ahí se había terminado mi relación con Nuria, pero no fue así. Empezó a reírse, me dijo que ese fin de semana me llevaría a un garito donde nos pondríamos ciegos a cerveza y música Heavy metal. La verdad es que a mí me gustaba esa música, mi grupo preferidos eran Iron Maiden, Megadeath y Epica. A diferencia de mi hermano llevaba el pelo largo, al principio me lo dejé así para diferenciarme de él, pero después me lo fui dejando más largo para parecerme a mis cantantes preferidos.

Llego el fin de semana, me puse mis botas, vaqueros, una camiseta de Megadeath y mi chupa. Me la compré el año que estuve de aprendiz en el taller, mis padres jamás me hubiera permitido tener una. Nuria ya me estaba esperando en el portal, ella también llevaba chupa y una camiseta de Nightwish. Me gusto cuando me miro de los pies a la cabeza, mi hermano y yo habíamos sacado la belleza de nuestra madre, además el pelo largo incrementaba esa belleza. Podía notar como yo le gustaba a Nuria, eso me daba mucho miedo, mientras mi hermano tenía una seguridad absoluta en las interacciones sociales, yo tenía todas las inseguridades, no dándoseme demasiado bien.

Pero me dejaría llevar y veríamos como terminaba la noche, no tardamos en llegar a un local que parecía la entrada de una cueva. De hecho por dentro le habían dado esa misma apariencia, la verdad es que me gusto nada más verlo, Nuria me empezó a presentar a la gente del local, pensé que volvería a salir mi parte más introvertida, pero no fue así. Uno me invitaba a una cerveza, después venía otra y si veía que mi jarra estaba vacía enseguida pedía otra. Esto era nuevo para mí, pero también tenía mis reticencias, cuantas veces me paso lo mismo, después todos me dejaban de lado cuando descubrían que yo no era Héctor. La noche fue pasando, eso no ocurrió, recuerdo que empezó a sonar the wicker man de los Iron Maiden. Todos empezamos a mover las greñas hasta que me termino doliendo el cuello, nunca me había divertido tanto. Nuria no se apartó de mi lado, pero había algo con lo que no había contado, mi resistencia al alcohol era muy baja. Para cuando me di cuenta todo el local me daba vueltas y debí de perder el conocimiento porque no me acuerdo de nada.

Cuando me desperté estaba en un cuarto que no reconocía, en el techo había un póster del disco de Metallica Ride the Lightning. La ventana estaba medio abierta, los rayos del sol me dieron en la cara haciendo que cerrara mis ojos. La cabeza me dolía horrores, me senté sobre la cama y vi una foto de Nuria junto a otra chica que se parecía a ella. Tocaron la puerta, tenía una resaca tan grande que no me di cuenta de que estaba desnudo. Sin darme cuenta dije que adelante y me puse de pies, Era la chica que aparecía junto a Nuria en la foto, empezó a mirarme de arriba para abajo poniéndose cada vez más roja.

Me dio por mirarme, estaba total y absolutamente desnudo, muerto de vergüenza me tapé mi entrepierna. La chica salió corriendo y yo me puse a buscar mi ropa por toda la habitación, para darme cuenta de que no aparecía por ningún sitio. Cogí la sabana, tapándome con ella como si fuera un fantasma, baje las escaleras que daban a una sala de estar y la cocina. Al entrar en esta última se encontraba Nuria colgando la ropa que acababa de lavar.

• ¿Ya te has despertado?, menuda cogorza que te pillaste ayer.
• Lo siento – dije muy avergonzado.
• Ayer empezaste a devolver como si fueras un aspersor, parecías la niña del exorcista – mientras se reía a mandíbula partida.
• Lo siento de verdad – estaba jodido, para una vez que había encontrado personas con las que me encontraba a gusto voy y la lio parda.
• Tranquilo hombre, no eres el primero ni el último que la liá parda en ese bar, te caerán unas cuantas vaciladas y ya está, si llegas a ver mi primera borrachera allí fliparías – volvía a reírse.

La otra chica se llamaba Lucia y era la hermana pequeña de Nuria, según me contó Nuria, su hermana vivía en otra ciudad por trabajo y había venido este fin de semana para asistir a un concierto que se suspendió en el último momento. Es verdad que cuando llegamos al bar empezaba a chispear, pues según nos dijo Lucia, poco después empezó a caer un aguacero que inundo el terreno donde se daría el concierto. Llamo a su hermana y se presentó en el bar.

• Allí te conocí Víctor, pero veo que no te acuerdas de mí, pero yo me acordaré de ti después de esta mañana – riéndose.
• Lo siento de verdad, toda la noche es una gran laguna en mi cabeza – dije corriendo un tupido velo sobre su último comentario.

En casa de Nuria, pase la tarde viendo una película con las dos hermanas. La verdad es que Nuria me gustaba, pero después del espectáculo que debí de montar en el bar lo más normal es que no quisiera saber nada más de mí. Nada más lejos de la realidad, cuando la película termino les dije a las chicas que me tenia que ir a casa, la verdad es que no me quería ir, pero tenia que volver para terminar la tarea que había dejado sin terminar el viernes, pensaba hacerlo el domingo por la mañana.

Lucia se despidió de mí dándome dos besos en la mejilla, Nuria me acompaño a la salida y cuando vio que su hermana había dejado de mirar me beso en los labios con mucha pasión. Era mi primer beso, me temblaron hasta las canillas. Me fui para casa flotando como en una nube feliz de la vida, no estaba acostumbrado a esto, lo normal en mi vida era que me dejara los cuernos trabajando para que otro se llevara todo el mérito. Las siguientes semanas fueron increíbles, Nuria y yo nos besábamos cada vez que teníamos oportunidad, no hablamos de ser novios, pero creo que los actos hablaban más que las palabras, dándolo los dos por hecho.

Pronto llegaron los exámenes, Nuria tenia dos asignaturas atragantadas, decidimos que ese fin de semana lo pasaría en su casa, de esa manera podría ayudarla con esas díscolas asignaturas. Empecé la tarde explicándole esas dudas que tenia, para cuando me di cuenta, Nuria se encontraba sobre la cama con las piernas abiertas y yo entre ellas comiéndole el coño. Nunca lo había hecho, os prometo que hice mi mejor esfuerzo, pero fue un desastre. Nuria lo paro todo poniendo la mano sobre mi cabeza, al levantarla vi la decepción reflejada en su rostro.

Se levantó sin decir nada metiéndose en le baño, yo me senté sobre la cama pegando mi cabeza contra mis muslos. Estaba muy nervioso, además de muy cabreado conmigo mismo, durante las semanas en las que llevábamos de relación Nuria me hablo de lo importante que era el sexo para ella. Sentí una gran presión, porque tenia claro que en ese terreno no tenia ninguna experiencia y lo más lógico era que la terminara decepcionando siendo el final de nuestra relación.

Nuria salió del baño y mirándome se sentó a mi lado.

• Cuando me dijiste tu falta de experiencia pensé que exagerabas para no parecer un chulo, pero no exagerabas, no – dijo muy seria.
• Lo siento, si crees que esto va a ser un escoyo entre los dos, lo dejamos, no quiero ser una carga para ti – notaba como mi corazón se iba haciendo trizas.
• ¿Pero qué dices?, no vamos a dejarlo porque seas un desastre en la cama, has demostrado ser rápido a la hora de aprender y esto es como todo.

Las semanas fueron pasando, mientras yo le enseñaba trigonometría, ella me enseñaba a mí a follar. Tres semanas después ya le comía el coño con soltura, pero seguía sintiendo esa presión que me ponía muy nervioso agarrotando mis músculos. Nuria me tumbo en la cama, después de ponerme el condón con la boca se fue introduciendo mi polla en su coñito poco a poco. Me empecé a relajar y mi cuerpo se fue dejando llevar por lo que estaba sintiendo, se dejó llevar tanto que para cuando mi polla entro hasta el fondo no pude aguantar más y me termine corriendo en el condón.

Su cara era un poema, yo ya estaba viendo en las necrológicas como ponía “ya es demasiado tarde”. Sentí tanta vergüenza que me vestí y salí corriendo de esa casa, empezaba a pensar que mis padres habían acertado en elegir a mi hermano, yo no valía para nada más que para estudiar, era en lo único que destacaba. Pase por casa y cogiendo algo más de dinero me fui al bareto heavy a ahogar mis penas, con un poco de suerte borraba mis últimas semanas, dejando de sentirme tan decepcionado conmigo mismo.

Antonio que así se llamaba ese viejo rockero me miro, sacándome una jarra de cerveza bien fría.

• Qué mala cara me traes.
• Es lo que tiene decepcionar a las personas – dije totalmente abatido.
• No será para tanto, hombre.

Le conté lo inútil que era en la cama, la decepción que veía en el rostro de Nuria cada vez que lo hacíamos, sabía que no estaba bien hablar de mis problemas con Nuria, pero necesitaba desahogarme y sobre todo necesitaba que alguien me diera un consejo.

• A ver chaval, nadie nace sabiendo, si Nuria es lista tendrá paciencia.
• ¿Y si no la tiene?
• Entonces sabrás que no te quería tanto como tú pensabas.
• Cada día la veo más decepcionada, te prometo que pongo todo de mi parte si me he aburrido de ver porno en el ordenador.
• Eso no vale para nada, hombre, habla con ella, dile lo que te gusta y que ella te diga lo que le gusta a ella.
• No sé yo si estará por la labor – dije casi convencido de que la había perdido.

Lo que no me di cuenta es que Tania estaba escuchando la conversación, ella era la mujer de Antonio y la otra dueña del bar heavy.

• Haz caso a Antonio, tenéis que tener una comunicación fluida, tu chica no sabe la suerte que tiene, puede moldearte a su gusto, convertirte en su amante perfecto.
• ¿Seguro? - dije con una sonrisa viendo la luz al final del túnel.
• Pregúntale a este, Antonio era un desastre cuando nos conocimos y ahora me hace gritar de placer – lo dijo mirando a su marido de reojo y con una gran sonrisa.
• Bueno, Bueno, ya está bien Tania – dijo Antonio poniéndose como un tomate.

Entre los dos terminaron por animarme, cerveza tras cerveza me contaron como se conocieron, como decidieron abrir el bar. El miedo que tuvieron al principio de que no funcionara, como este estuvo a punto de romper su relación, pues se pasaban más tiempo dentro del bar que fuera. Según ellos si una relación tiene buenos cimientos nada podrá derribarla, Llego la hora del cierre, la verdad es que me hubiera quedado un poco más, pero tenia un trecho largo hasta llegar a casa, el viaje de vuelta fue muy divertido, era incapaz de andar recto, hacia unas eses que me llevaban de una esquina a la otra de la cera.

Llegar al portal fue todavía peor, tarde cerca de una hora en meter la llave en la cerradura, cuando llevaba media hora me dio un ataque de risa que tuve que sentarme. Después de estar un rato riéndome volví a ponerme de pies con mucho esfuerzo, al final conseguí meter la llave en la cerradura. Al entrar en casa no me quite ni la ropa, me tumbe sobre la cama, quedándome dormido según mis greñas tocaron la almohada. Puse en práctica lo que Antonio y Tania me habían aconsejado y en el siguiente fin de semana, Nuria me fue indicando como le gustaba, por fin pude escuchar gemidos saliendo de su garganta.

La verdad es que era la primera vez que estaba disfrutando del sexo, sin presiones, que lo único que hacían era ponerme nervioso, no dando pie con bola. Nuria me tumbo boca arriba e hizo lo mismo del otro día, solo que esta vez, en vez de ponerme solo el condón, me hizo una corta mamada, pero suficiente para que mi polla alcanzara la dureza del acero. Después de ponerme el condón se la fue metiendo poco a poco, recite en mi cabeza toda la compra que había hecho durante toda la semana y funciono, porque para cuando me di cuenta Nuria me estaba cabalgando como una amazona desbocada.

Aguante bastante, pero no lo suficiente para hacerla llegar a ella a un orgasmo. Nuria volvió a poner esa cara de decepción, se desacopló de mí y bastante ofuscada se metió en el baño. Escuche como empezaba a caer el agua, sabía que no era suficiente, pero había mejorado e iría mejorando según fueran pasando las semanas, tenia miedo, pero también la esperanza de ver un rostro de satisfacción en ella.
Semana tras semana la cosa fue mejorando, pero aunque se le veía más contenta, alababa todo lo que estaba poniendo de mi parte, pero ese gesto de hastío seguía en su rostro. Tal vez lo mejor era tirar la toalla y terminar con la relación, de esa manera podría encontrar a alguien que la satisficiera. La verdad es que no tuve el valor de hacerlo, estaba tan enamorado de ella que el simple pensamiento de perderla me quemaba por dentro. Para eso estaba el destino para echarme una mano, pero al cuello. Un mes después de nuestra última vez, salimos al bar de Antonio y Tania, había sido una semana dura ente trabajo y clase, la verdad pensé que me vendría bien distraerme.

Además, tenia el run, run de que Nuria no quisiese follar conmigo, los fantasmas empezaron a invadir mi mente. Fantasmas que me decían a que tal vez Nuria había conocido a otro y me estaba engañando. Esto no era fruto de unos celos infundados, desde hacía unas dos semanas no nos habíamos visto más que una vez, porque le espere a la salida de su facultad, la veía distraída, esquiva y muy fría conmigo.

Según entramos al bar mis sospechas se convirtieron en casi certezas, en la barra apoyado se encontraba a la última persona que esperaba ver ahí. Mi hermano Héctor, Nuria, me dijo que Héctor había contactado con ella para darme una sorpresa. Entre los dos había una familiaridad que no correspondía a dos personas que solo habían hablado una sola vez, mi hermano era más diestro disimulándolo, Nuria era incapaz de hacerlo, mire a mi hermano y le dije.

• ¿Se puede saber qué hacer aquí?
• Qué carácter tienes hermanito, solo quiero un favor tuyo.
• Claro, que te haga los exámenes porque no apruebas ni una, ¿verdad?
• Así es, a mí me da igual, pero papa y mamá me dicen que tengo que sacarme la carrera de empresariales.
• Eso es problema tuyo, Héctor, ¡no mío!
• Sabes que siempre consigo lo que quiero, si no lo haces te castigaré quitándote eso que tanto quieres – mirando a Nuria que hablaba con algunos amigos.
• Si sabes lo que te conviene, Héctor te quedaras quietecito – cogiéndole del cuello, lo estampe contra la pared.

Sabía que a Antonio no le gustaban las peleas dentro del bar, decidí que mejor me salía fuera a que me diera el aire, para calmarme un poco. Me senté en un banco que había en la cera de enfrente, entonces vi como mi hermano salía del bar, saludándome con ese rostro de triunfador que siempre levaba. Después de un rato decidí entrar al bar, pude ver con que seriedad me miraba Nuria, decidí ignorarla e irme a la barra, para tomarme una cerveza, mientras bebía pude ver como Nuria se acercaba.

• Te has pasado un poco con tu hermano, ¿no crees?
• Pues yo creo que no.
• Solo quería ayuda – dijo Nuria empezando a enfadarse.
• No quiere que le ayude, quiere que le apruebe los exámenes para que él pueda seguir con su buena vida.
• Eso es lo que te molesta, que él vive bien mientras tú no, pensaba que eso no te importaba.
• Y no me importa, ¡lo que si me importa es que me amenace con quitarme lo que más quiero!

Nuria me miro con una expresión extraña, me dijo que la acompañara a casa, que no se encontraba bien. Pague mi cerveza a Tania que me miraba muy preocupada, entonces me dirigí a la salida junto a Nuria y llamamos a un taxi. No hablamos de nada durante el rato que tardo en venir, le di la dirección de Nuria y allí nos dirigimos. Pensé que me diría de subir a su casa, pero no fue así, se despidió de mí con un beso en la mejilla, espere a que Nuria entrara en su portal, entonces le dije al taxista que me cobrara que yo me quedaba ahí.

Me miro con una cara como diciendo que lo mejor que podía hacer era irme a casa, pero no le hice caso. Cuando el taxi se fue me escondí en un parque cercano de la casa de Nuria, si salía de su casa yo la vería a ella, pero ella no me vería a mí. Tenia un mal presentimiento que se hizo realidad cuando la vi salir una hora después vestida con un vestido que no había visto en mi vida, espero durante un rato y de repente apareció un coche que reconocería en cualquier sitio. Era el coche de mi hermano, pude ver que él no iba en él, pero reconocí a su chofer.

No tenia pruebas, pero tenia claro que Nuria me era infiel con mi hermano, también tenia claro que esta noche no había sido la primera vez, en conclusión daba por terminada mi relación. Me adentré en lo más profundo de ese parque y me senté en uno de los bancos para poder llorar. Otra vez mi hermano sé salía con la suya y yo salía perjudicado, llore hasta quedarme sin lágrimas, pero tome una decisión. Dejaría la universidad y mi trabajo en la copistería, sabía que era tarde, pero llame a mi jefa.

• Joder Víctor, ¿sabes que hora es?, me pillas despierta de milagro.
• Lo siento jefa, te llamo para decirte a que dejo el trabajo.
• ¿Y la beca?
• Dejo también la universidad, me voy lejos.
• ¿Qué ha pasado?
• Nada, que me he dado cuenta de que empresariales no es lo mío.

Mi jefa no era tonta, sabia que algo había pasado, pero no me pregunto nada deseándome suerte. Llame a un taxi para que me llevara a casa, una vez allí me duche y me metí en la cama. Quería despertarme pronto para preparar las maletas, pagarle a la casera y después hacerle una visita a mi hermano antes de desaparecer de su vida para siempre. No pegue ojo en toda la noche, no sé qué hora seria, pero mi móvil sonó, tenia un mensaje en mi correo electrónico, en él había dos videos que abrí.

Mejor si no llego a hacerlo, en él se veía a Héctor tumbado sobre la cama, a Nuria cabalgándolo dándole la espalda mirando hacia delante donde estaba la cámara, no sabía si era consciente de que la estaban grabando o no, pero lo que si vi fue como le empezó a temblar todo el cuerpo gritando un orgasmo a todo pulmón, el video duraba una hora más. Decidí cerrarlo, ya había visto suficiente, abrí el segundo, en él había una conversación que seguro se daría después del polvo.

• Eres una leona, mira como me has dejado la espalda con tus uñas.
• Eso es porque me pones muy caliente.
• Se nota que mi hermano te tenia a pan y agua – mientras reía.
• Tu hermano le pone voluntad, pero es un inútil en la cama, eso sí, como novio, no tiene rival.
• Por algo me eligieron a mí mis padres en vez de a él, ahora me tendrás a mí para cuando te pique el coñito.
• Con vosotros lo tengo todo, al novio tonto y al cabrón que folla como dios.

Cerré el video ya tenia suficiente, conque ¿el novio tonto, eh? Pues al novio ya lo había perdido, el que ambiciona todo en la vida, termina perdiéndolo todo, Nuria no tardaría en descubrirlo pronto, para cuando me di cuenta vi los primeros rayos de sol, me levante y después de ducharme desayune. Llame a mi vecina que era mi casera, para despedirme de ella, no quería cogerme el dinero para todo el mes cuando solo había estado la primera semana.

Después de mucho insistirse, la convencí para que me lo cogiera, después prepare las maletas. Una vez tuve todo recogido me vestí para coger el autobús que me dejaría cerca de la mansión de mis padres. Una vez llegue a ella, llame al timbre, me abrió Anselmo, esta vez no pregunto ni dijo nada.

Solo me dejo pasar, fui directo a la piscina y allí se encontraba mi hermano tomando el sol con una sonrisa. Sonrisa que se le borró según me vio acercarme, se cubrió con los brazos como si eso le sirviera para algo. Cogiéndole del cuello le empecé a dar puñetazos uno detrás de otro hasta que me empezaron a doler los nudillos, nadie movió un dedo para pararme hasta que llegaron mis padres, para ese entonces Héctor tenia el labio partidos, los ojos hinchados y la cara llena de sangre, después lo cogí, lanzándolo al agua de la piscina que se empezó a mezclar con su sangre, mis padres me amenazaron con llamar a la policía hasta que les enseñe los videos.

EL RELATO SIGUE MAS ABAJO
 
• Ahora podéis llamar a la policía si queréis, si sabéis lo que le conviene que se mantenga alejado de mí.
• Hijo nosotros…
• Vosotros nada, eso también va para vosotros, dejadme en paz para siempre.

Antes de ir a casa compré un billete de autobús, el destino me daba igual, lo más lejos posible de mi familia. Después cogí mis maletas y fui a despedirme de Antonio y Tania, tenia intención de volver, pero para eso tendría que pasar bastante tiempo. Me dijeron de echarme la última, me senté en la barra, entonces escuche como la puerta del bar se abría y entraba Nuria con la cabeza gacha. Seguro que mi hermano ya le había dado la buena nueva, cuando llego hasta mí fue a decir algo y le corte.

Terminando la cerveza de un trago cogí una servilleta, pidiéndole un bolígrafo a Tania, apoye la servilleta a en la barra y escribí algo, después doble la servilleta, cogiendo mis maletas me dirigí a la salida sin decir nada, cuando pase a su lado metí la servilleta doblada en uno de los bolsillos de su cazadora vaquera no parando hasta salir por la puerta. Nuria se quedó petrificada, cogió la servilleta y en ella pudo leer estas palabras.

Ya es demasiado tarde

Cuando estaba a punto de salir por la puerta, Nuria se dio la vuelta y dijo.

• Víctor yo…
• Nuria, ¿has hablado con mi hermano?
• Sí.
• ¿Has visto los videos?
• Sí.
• Has leído lo que pone en la servilleta, ¿verdad?
• Sí.
• Pues ya no tenemos nada más que hablar – fui seco y muy frío, pero estaba muy decepcionado con ella.

Llegue a la puerta, me di la vuelta para mirar otra vez a dentro de aquel local donde encontré a personas como Antonio y Tania, personas que no olvidaría jamás. Ahora lo veía improbable, pero tal vez algún día podría volver a este bar, tal vez siendo feliz. ¿Por qué me costaba tanto ser feliz?, cerré la puerta tras de mí, no aguantando más dejando que los diques que impedían que las lágrimas brotaran por mi rostro se terminaran de romper. Llore amargamente, coloque mi bolsa en mi hombro y arrastre mi maleta que por suerte tenia ruedas, yendo directo a la parada de autobús.

Mi autobús tardaría dos horas en salir, me senté en uno de los bancos que había allí, poniéndome a rememorar la vida que me había tocado vivir. Si hubiera nacido en una familia normal ahora podría llamar a mis padres y desahogarme con ellos, pero yo no tenia esa suerte. Mis padres decidieron en el mismo momento que nací que sería una herramienta en beneficio de mi hermano, sin derecho a sentir ni decidir.

Luego estaba mi hermano, me lo había quitado todo, creo que no podía odiarlo más. Cualquier otra persona le hubiera quitado la vida, pero yo era mucho mejor que eso. Por mucho que responsabilizara a mi hermano de la destrucción de mi relación, la que me debía respeto era Nuria. Ella tendría que haber puesto freno a mi hermano, pero decidió que era mejor follar con él y después tenerme a mí como el abnegado novio. Con lo que no contaba ella era que mi hermano solo le ponía una cosa, humillar a la gente y si era a su hermano mejor que mejor para él.

Por fin llego la horade salida de mi autobús, la verdad es que no tenia rumbo, solo me monte dejándome llevar. Pague hasta la última parada de ese autobús, así que tenia veintiuna horas de trayecto para decidir. No sé qué hora seria, había conseguido dejar de pensar en mi vida y gracias al movimiento del autobús me había dormido, entonces note como mi móvil empezaba a vibrar dentro del bolsillo del pantalón. No me apetecía cogerlo no tenia ganas de escuchar las excusas de Nuria.

Algo dentro de mí me obligo a cogerlo, no reconocía el número que aparecía en la pantalla, la curiosidad me pudo y conteste.

• ¿Dígame?
• Víctor soy yo Roberto

No me lo podía creer, Roberto fue el mecánico de mi padre, trabajo en un taller que tenia mi padre, recuerdo a Eva su hija. Estuve muy unido a ella, habíamos hablado de ir a la misma universidad, pero un día desaparecieron y no volví a saber nada más de ella. Cada vez que llamaba a su teléfono me daba apagado y fuera de cobertura. Fue la primera mujer de la que me enamore, pero fui un cobarde y no le dije nada. Tal vez si hubiera sido más valiente hoy en día no me sentiría tan perdedor como me sentía.

• Joder Roberto cuanto tiempo, desaparecisteis y llegue a pensar que os había pasado algo – mi voz reflejaba verdadera preocupación.
• No te preocupes chaval estamos bien los dos, tengo algo que proponerte.
• Tú dirás.
• Me ha llamado Anselmo – Anselmo era el mayordomo de mi padre.
• ¿Qué te ha dicho?
• Que estás jodido, llevo un año con la espalda hecha polvo y necesito a alguien que ayude a Eva en el taller, ¿te interesaría?
• Joder, pues claro – esto sería perfecto para olvidarme de mis problemas, la verdad es que me apetecía volver a ver a Eva.
• Tengo el taller en un pueblo de montaña – me paso la dirección por WhatsApp.
• Perfecto en el autobús en el que voy me para en el pueblo que está al lado del tuyo, solo tendría que coger otro autobús y presentarme en el taller.
• Déjate de otro autobús, dime a qué hora llegas a la parada del pueblo de al lado, Eva y yo iremos a recogerte.

Volvía a ver algo de luz en mi vida, seguía muy jodido, pero saber que pronto estaría con Roberto y Eva me daba una nueva ilusión. Roberto siempre me llevaba al taller, él y Anselmo fueron más padres míos que mi propio padre. El autobús llegó a la parada a las siete de la mañana, hacia un frío que pelaba, pero en mi rostro se reflejaba una pequeña sonrisa. Anselmo seguía igual, pero a Eva los años le habían sentado de maravilla, era una mujer de bandera y banda de música. Eva se sorprendió al verme, llevaba pelo largo, barba de cuatro días, un vaquero desgastado y una camiseta de los Iron Maiden, sobre la camiseta llevaba mi chupa que me cerré hasta arriba intentando protegerme de la rasca que hacía.

• Menudo cambio, si te veo por la calle no te hubiera reconocido – dijo Eva.
• Tú estás preciosa – Eva se sonrojó.

Deje la bolsa en el suelo, abrazándome a los dos, no quería, pero las emociones me pudieron y me eche a llorar. Cuando me calme me llevaron a una cafetería para que comiera algo, por la forma en la que me miraba Roberto sabía algo.

• ¿Qué os ha contado Anselmo?
• Que tu hermano ha vuelto a hacer de las suyas – a Roberto nunca le cayó bien mi hermano.
• Es la historia de mi vida, pero mi exnovia también ha influido en mi estado de ánimo.
• Ese chico es un demonio, lo peor es que todos le ríen las gracias.
• ¿Tuvo algo que ver con vuestra marcha verdad?
• Si – contesto Eva.
• Mi hija se enamoró perdidamente de ese botarate y se quedó embarazada – dijo Roberto lleno de amargura.
• ¡Papa!

Siempre sospeché que Eva sentía algo por mi hermano, pero estaba convencido de que él la ignoraba y que al final yo tendría mi oportunidad. Mira que era inocente en aquellos años, A Eva se le veía molesta con su padre, pero al ver que mi actitud hacia ella no había cambiado un ápice se relajó volvió a sonreír. Desde aquel entonces habían pasado ocho años, Eva y yo habíamos madurado, pero también era consciente que al volver a verla, no la tenia tan olvidada como yo me pensaba.

Viviría en casa de Roberto y Eva, habían preparado la habitación de invitados para que me sintiera como en casa, lo primero que hice fue pegarme una ducha, después les dije que quería ver el taller. Era pequeño, pero estaba bien surtido de Herramientas. Otra cosa de la que me fije fue en dos motos que se escondían debajo de una sabana, la curiosidad me pudo, al levantar la sabana, me di cuenta de que era dos Harley Davidson FX Super Glide de 1971. Pude ver la mirada llena de tristeza en los ojos de Roberto, volví a taparlas, no quería traer recuerdos dolorosos a nadie.

• Tranquilo Víctor, no pasa nada, ¿quieres conocer la historia de estas motos? - dijo Eva.
• Me gustaría – dije con curiosidad.

Eva empezó a contarme como su madre era una enamorada de las motos, sabía que Roberto también era un enamorado. Un día que habían ido a un desguace para encontrar una pieza de recambio para el viejo coche del abuelo de Eva, su madre descubrió esas dos motos entre un amasijo de hierros. Roberto como conocía al dueño del desguace, le pregunto cuanto pedía por las dos motos, El dueño sonriendo le dijo que se las llevara sin pagar. Las dos estaban estropeadas y conseguir las piezas de repuesto sería difícil y muy costoso, Roberto llamo a su padre, este vino con un pequeño camión para llevarse las motos.

Como dijo el dueño del desguace, las piezas de recambio eran difíciles de encontrar y las que encontraban estaban fuera del alcance de sus bolsillos. Decidieron que tendrían toda la vida para reparar esas motos, cuando estuvieran reparadas serían el símbolo de su amor. Pero tuvieron que dejar ese proyecto de pareja apartado cuando decidieron casarse, naciendo Eva al poco tiempo Los años fueron pasando y Roberto decidió volver a ponerse manos a la obra con las motos, pero el destino es caprichoso y la madre de Eva enfermos muriendo poco tiempo después.

La historia me cautivo, me gustaría encontrar una mujer con la que competir un vínculo así, pero no tenia la mejor de las suertes. Me fijé que en el taller tenían un torno y una fresadora, eran viejas, pero sí funcionaban bien sería suficiente para mecanizar las piezas. Nos costaría el doble del tiempo, pero sería mucho más barato que buscar y pagar los precios desorbitados de los recambios. Me acerqué al torno, poniéndolo en marcha, funcionaba muy bien igual que la fresadora.

• Eva, sé cómo daremos vida otra vez a estas dos motos.
• ¿Cómo?
• Buscare las especificaciones de las piezas que nos hagan falta y las mecanizaré yo mismo.
• ¿Sabes usar el torno y la fresadora?
• Aprendí a mecanizar en un pequeño taller en el que trabaja hace un tiempo, al ser un taller tan pequeño, mecanizaban las piezas que no podían conseguir.
• Pues si conseguimos restaurarlas, seguro que mi padre se pone muy contento.

Volvía a tener un objetivo que me había devuelto la sonrisa, pero la cercanía de Eva me ponía nervioso, mi cuerpo y mi mente no se ponían de acuerdo. Mi cuerpo quería volver a amar, pero mi mente se negaba en redondo a ello, Al ser el único taller del pueblo, teníamos mucho trabajo, así que relegamos la restauración de las motos al poco tiempo libre que teníamos durante la semana, las noches de sábado y los domingos que el taller cerraba. En un par de ocasiones quede con Eva y sus amigos, pero la cosa no salió bien, ellos no me querían allí, además de no cortarse en disimularlo, fue un gesto que agradecí, prefería eso a que me pusieran sonrisas falsas, para después darme una puñalada trepara.

Eva se puso como un basilisco, le dije que no se hiciera mala sangre, eran sus amigos y no merecía la pena que se hiciera mala sangre por una tontería semejante. La verdad es que iba para estar con Eva, los demás me daban igual, desde el siguiente fin de semana los sábados por la noche me dedicaba a hacer los planos con los que poder mecanizar las piezas el día siguiente, Uno de los sábados Eva entro en el taller, ya habían pasado tres meses desde mi llegada, Eva venía un poco bebida y se empezó a acercar peligrosamente a mí.

Uno no es de piedra, tuve que hacer esfuerzos por no dejarme llevar por lo que el cuerpo me pedía.

• ¿Víctor me estás rechazando?
• No es por ti Eva, no estoy preparado para volver a ilusionarme por una mujer y volver a sufrir.
• ¿Por qué crees que volverás a sufrir?
• Porque es lo que me ha tocado vivir.

Eva haciendo caso omiso a mis intentos de poner distancia, se acercó a mí, rodeando mi cuello con sus brazos me dio un tierno beso en los labios, podía notar la dureza de sus pechos en el mío y el calor que irradiaba su cuerpo. Eva no quiso forzar la máquina, decidiendo que por esa noche ya había dado unos pasos en dirección a donde quería llegar. Dándose la vuelta empezó a caminar en dirección a la salida contorneando ese precioso cuerpo que tenia, antes de llegar a la puerta se dio la vuelta y me tiro un beso, sonreí, empezaba a pensar que tal vez había esperanza para mí después de todo.

Durante las siguientes semanas no volvimos a tener ningún acercamiento, era como si Eva quisiera darme mi espacio, pero su mirada me indicaba que empezaba a sentir algo por mí. De repente un pensamiento se alzó por encima de todos, Nuria también tenia esa mirada y me termino traicionando. Moví mi cabeza negando, no podía pensar así eternamente, yo también tenia derecho a ser feliz. Fin de semana tras fin de semana fui mecanizando las piezas, entre Eva y yo fuimos montando las dos motos.

Eva era una diseñadora increíble, hizo los diseños de como serían las dos motos al estar terminada. Eran increíbles, poco a poco mi mente fue sucumbiendo a lo que mi cuerpo quería y cada vez deje que Eva se acercara más a mí, pero tenia un miedo que no terminaba de irse. Eva antaño estaba perdidamente enamorada de mi hermano, se quedó embarazada de él, pero un mes después tuvo un aborto, eso me desmontó que la naturaleza es sabia. Mi hermano corrompe todo lo que toca, lo que me daba miedo era que mi hermano se enterase de que Eva tenia interés en mí, entonces apareciera para volver a lanzarme al infierno. Todo cambio una noche de sábado que me encontraba dibujando en un plano de la que para mí sería la peor pieza para mecanizar.

Estaba tan absorto en mis cosas que no me di cuenta de la entrada de Eva en el taller, se sentó sobre la mesa que se encontraba en frente de la que yo estaba sentado y abrió las piernas, Eva llevaba una falda que se abrió completamente, dejándome ver su coñito rasurado y brillante. Trague saliva, pero esta vez deje que las cosas fluyeran, casi había pasado un año desde que aterrice en ese pueblo y yo también tenia derecho a ser feliz. Me agaché, metiendo mi cabeza entre sus dos piernas, pudiendo aspirar ese aroma que me tenia loco.

Empecé a comerme su coñito como Nuria me había enseñado, por los gemidos que daba Eva, sabía que le estaba gustando. De repente agarro mi cabeza y me apretó mi cara contra su coñito, casi me ahoga, pero como se suele decir sarna con gusto no pica. No tardo en correrse teniendo que meterse la mano en la boca para no gritar. No lo he dicho, pero nuestra casa se encontraba sobre el taller. Una vez que Eva recupero el aliento se tiró a besarme degustando su propio sabor, relamiéndose mientras me miraba, eso hizo que mi polla se pusiera más dura si cabe.

Eva se agachó, mirándome de una forma que me dejo sin respiración, cuando note como mi polla entraba en su boca y esta cerraba sus labios rodeando mi tronco con estos me fallaron hasta las piernas. Su cabeza subía y bajaba, a mí me tenia al borde del orgasmo, paro cuando se dio cuenta de que estaba a punto de caramelo, dándome un enpujoncito me indico que me sentara en una de las sillas, Eva se sentó sobre mí, empalándose poco a poco note como mi polla entraba en su vagina estrecha y muy caliente.

Eva empezó a subir y a bajar sobre mi polla, saco sus bragas de su bolsillo, se las metió en la boca para ahogar los gritos de placer. Eva se arrancó la camisa que llevaba desparramando todos los botones por todo el taller, entonces aproveche para meterme a la boca uno de sus grandes pezones, duros y rosaditos. Eva terminó mordiendo las bragas con fuerza cuando empezó a correrse, yo no tarde mucho más en hacerlo, al correrse ella apretó todos los músculos de su coñito haciendo que yo me derramara dentro de ella.

Los dos teníamos nuestros cuerpos sudorosos y la respiración agitada, pero ver la sonrisa que Eva tenia en el rostro me hizo muy feliz. No sabría deciros cuando empezamos a salir, solo sé que un día aparecimos delante de sus amigos cogidos de la mano y a estos no les hizo ni puta gracia. A mí me dio igual, yo volvía a ser feliz otra vez, daba gracias a la paciencia que Eva había tenido conmigo, pero también pude notar ciertos gestos cuando hacíamos el amor, era como si le faltara algo. Decidí dejar de pensar y disfrutar de mi nueva relación.

Los meses fueron pasando, Era feliz, Eva también lo era y el que más contento estaba era Roberto. Por fin terminé de arreglar las motos, al arrancarlas se encendieron las dos. El primer en ir a probarlas fue Roberto, disfruto como un enano y eso nos hacía muy felices a su hija y a mí. Ya habían pasado dos años desde que llegue a aquel pueblo de montaña, a Roberto le había dado otra hernia de disco, teniéndolo que operar. A Eva le llamo una amiga de nuestro antiguo ciudad para invitarla a su cumpleaños.

Eva al principio se escudó diciendo que su padre estaba ingresado, pero después de hablar con Roberto y conmigo le convencimos para que fuera, además estaba yo para que ese cabezón hiciera la rehabilitación como era debido. Eva se fue un viernes, me llamo al llegar y no supe nada más de ella hasta el domingo por la mañana, no note nada raro en su voz, bueno sí que tenia una resaca de

Las grandes. Cuando el domingo por la noche fui a recogerla a la parada de autobuses pude fijarme que algo había cambiado, no era capaz de mirarme a los ojos, eso me empezó a preocupar.

• ¿Va todo bien Eva?
• Si lo que pasa es que hemos desfasado mucho este fin de semana, mis amigas han sacado videos de todo y me da vergüenza que llegues a verlos.
• ¿Sale algo comprometido? - mis alarmas empezaban a encenderse.
• No nada comprometido, pero es que me da mucha vergüenza y más porque no me acuerdo de nada de esa noche.

En el video aparecían Eva y dos amigas suyas bailando sobre la barra del bar totalmente borrachas, la verdad es que me hizo gracia, no le di más importancia, eso pareció calmarla y poco a poco volvió a ser la que siempre había sido. El siguiente mazazo me lo dieron a mí semanas después, recibí una llamada de la hija de Anselmo, este había fallecido debido a una enfermedad. Fue como un padre para mí, quería mucho a Carmen y a Inés, mujer e hija de Anselmo. Inés no podía dejar de llorar. Me dijo que no me avisaron porque todo fue tan rápido que no dio tiempo, Roberto quería ir al entierro y al funeral, pero no estaba en condiciones para estar tantas horas de viaje.

Eva decidió ir conmigo en representación de su padre, para aquel entonces decidimos ir en las motos. Ya estaban listas, hacía unos días que habían sido pintadas con el diseño de Eva, ahora esas motos serían el símbolo de nuestro amor. Botas moteras, pantalones vaqueros, chupa de cuero y un casco. Estábamos listos para hacer nuestra primera ruta en moto como pareja, lo único que lamentábamos era que hubiéramos deseado haber hecho esa ruta en mejores circunstancias.

Llame a Antonio y Tania, nos cambiaríamos en su casa que estaba sobre el bar, después iríamos seguidos al tanatorio. Tengo que decirlo, llegue molido, me tuve que tomar un ibuprofeno para mitigar el espantoso dolor que tenia en la espalda. En casa de Antonio y Tania me puse calor en la espalda y decidimos ir un poco más tarde, de esa manera los dos podíamos descansar. Eva durmió un par de horas, por suerte el dolor fue desapareciendo para cuando Eva despertó, yo ya me había vestido.

Elegante, pero informal, Eva se decantó por un vestido y una chaqueta por si refrescaba por la noche. Antonio y Tania estaban muy felices al volver a verme y más felices todavía viéndome cogido de la mano de Eva. Decidimos ir dando un paseo, el tanatorio quedaba cerca del bar de Antonio y Tania, cuando llegamos vimos que en aparcamiento de este había muchos coches aparcados. No me esperaba menos, Antonio fue un buen hombre, lo primero que hice fue dar el pésame a Carmen y a Inés mientras las abrazaba a las dos. Acto seguido presente a Eva como mi novia y ella también les dio el pésame.

Al entrar no me había fijado, pero después de estar hablando durante un rato con Carmen e Inés me di cuenta de la presencia de mis padres y mi hermano allí, joder, menuda cara, tenían si nunca lo habían tragado, para ellos solo era un empleado, un ser inferior. Ni siquiera me moleste en ir a hablar con ellos. Lo que me mosqueo fue esa sonrisa socarrona que tenia mi hermano en el rostro, no me gusto ni un pelo, pero decidí ignorarle, ahora tenia que estar con Carme e Inés que habían sido más familia para mí que ellos.

Las horas iban pasando, Inés y su madre estaban agotadas, Carmen se sentó y cuando fui a coger un poco de agua para ella vi como Eva estaba hablando con mi hermano, no me gusto, no me hacía gracia parecer el típico novio celoso, pero con los antecedentes que arrastraba con mi hermano no me fiaba ni un pelo.

• ¿De qué habláis? - pregunte muy serio.
• De los viejos tiempos hermanito, no te sulfures – dijo mi hermano riéndose.
• Hoy no está el horno para bollos Héctor – dije mascando las palabras.
• Bueno, bueno, ya me voy – dijo Héctor mirando a Eva, esta agacho la mirada y ese gesto no me gusto para nada, algo me decía que aquí estaba pasando algo.

Pasada una hora estaba hablando con Carmen cuando Eva me dijo que saldría fuera para hablar con su padre, al llegar le había llamado, pero le daba apagado o fuera de cobertura, le dije que me parecía bien, Carmen e Inés me dijeron que en un ratito se irían a descansar, yo también pensé que Eva y yo podíamos aprovechar para echar un trago en el bar con Antonio y Tania, para después ir a descansar.

Eva salió a llamar y yo seguía hablando con los invitados, ya habría pasado media hora y no veía rastro de Eva por ningún lado. Fui a los baños y le pregunté a Inés si Eva estaba dentro, puesto que ella salía de este, me dijo que dentro no había nadie más, me empecé a poner nervioso, ya había anochecido. Salí afuera para ver si le había pasado algo, en ese momento no pensaba en nada más, una vez fuera del tanatorio mire para todos lados, me fui para la parte de atrás y nada, al volver a la entrada, pude fijarme que uno de los coches que estaba aparcado al final del estacionamiento, estaba haciendo movimientos raros.

Me empezaron a entrar sudores fríos, empecé a acercarme con cautela, cuanto más cerca estaba de este, más evidente era lo que estaba pasando en ese coche. Al acercarme pude ver que era el coche de mi hermano, este estaba follando con alguien, cuando me encontraba a unos diez metros del coche reconocí el vestido y todo mi mundo volvió a estallar en mil pedazos, era Eva quien estaba con Héctor. Con toda la sangre fría del mundo toqué en la ventanilla con los nudillos, cuando Eva miro asustada sabiendo que la habían pillado, paso del rojo vergüenza al blanco después de ver que el que la había pillado era yo.

Eva empezó a balbucear una retahíla de excusas que no escuchaba por estar el coche con la puerta cerrada, entonces decidí abrirla y esperar a que Eva bajara del coche para cerrar la puerta de un portazo que hizo que la ventanilla se bajara de golpe. La sonrisa que tenia mi hermano se borró de golpe y como buen cobarde se puso en el volante para salir pitando quemando rueda.

• Sabías que estaría aquí, ¿verdad? - pregunte lleno de amargura y decepción.
• Sí – contesto Eva con un hilo de voz y con la cabeza gacha.
• ¡Desde cuando!
• Desde el día del cumpleaños de mi amiga.

Negué con la cabeza y me dispuse a volver al tanatorio, dejando allí a Eva llorando a mares, entre dentro. Inés y Carmen se asustaron al verme la cara, se acercaron para preguntarme si me encontraba bien, les dije que no y que seguramente al día siguiente no podría ir ni al entierro ni al funeral, me disculpe con ellas, después cogí mi chaqueta acercándome a mis padres y les dije.

• Más vale que no me encuentre con ese cabrón en lo que me queda de vida, ¡porque si no, no respondo de mí!

Mis padres no dijeron nada, se veía en su rostro la preocupación, pero para mí esa preocupación llegaba demasiado tarde. Salí del tanatorio en dirección al bar de Antonio y Tania, pensaba cogerme la borrachera más grande de mi vida, pude fijarme que Eva me seguía a una distancia prudencial, llorando, implorando mi perdón. No tenia ganas de verla, de tocarla, de escucharla, solo tenia ganas de desaparecer. Llegue al bar antes que ella me dirigí a la parte trasera del bar donde habíamos aparcado las motos, cogiendo la mía la aparte unos metros de donde la habíamos aparcado, después cogí uno de los bidones de disolvente que Antonio compro para pintar el bar y se quedaron ahí porque según él no había encontrado tiempo, le quite el tapón, rociando mi moto con el disolvente. Después sacando una cajetilla de cerillas que a la tarde le había cogido a Antonio, encendí una y le pegue fuego a mi moto, si la creación de esa moto simbolizaba mi relación con Eva, el fuego simbolizaba la destrucción de mi relación con ella. Cuando Eva vio la moto arder, entendió perfectamente lo que eso significaba, se puso de rodillas con las manos en la cara, llorando desconsoladamente. Pase a su lado sin mirarla tan siquiera, entre en el bar y después de sentarme en la barra le pedí a Antonio una botella de whisky y un vaso de chupito.

Solo me quedaban dos salidas, una era marcharme al rincón más recóndito de este mundo, donde no volvería a tener contacto con el ser humano, pero viviría en paz, la otra era matar a mi hermano.

• Víctor, no me gusta la expresión que veo reflejada en tu rostro – dijo Tania.
• A mí tampoco me gusta – dije mientras me miraba en el espejo que había en la pared de detrás de la barra.

FIN DE LA PARTE UNO

Continuará.
 
Creo que he clavado lo que te he dicho por privado a mitad del capítulo.
El amigo Berserk 37 no pone personajes así porque si, y si al principio apareció la Hermana de Nuria, es porque va a ser importante.
Yo creo que como a la tercera va la vencida, va a terminar juntos a Lucía.
 
Si,si, tú disimula. Pero ya me adelanto a ver si acierto.
Yo apuesto a que al final se va lejos de allí y casualmente se encuentra a la Hermana de Nuria.
Lucia tiene una historia compleja detrás y con sus dificultades y reticencias, porque es lógico que Víctor tenga miedo, pero al final se decide y con esta si acaban juntos y felices.
 
Si,si, tú disimula. Pero ya me adelanto a ver si acierto.
Yo apuesto a que al final se va lejos de allí y casualmente se encuentra a la Hermana de Nuria.
Lucia tiene una historia compleja detrás y con sus dificultades y reticencias, porque es lógico que Víctor tenga miedo, pero al final se decide y con esta si acaban juntos y felices.

Yo me hago el sueco.
 
Se me había escapado esta historia, pero ya estoy en ello
Al final va a tener que acabar con el hermano, o el hermano acabará con él.
Ya verás como mí teoría es la buena.
Al principio casi del capítulo salió un personaje, la hermana de Nuria, que es imposible que no vaya a tener protagonismo. Estoy convencido que será la definitiva.
 
Ya verás como mí teoría es la buena.
Al principio casi del capítulo salió un personaje, la hermana de Nuria, que es imposible que no vaya a tener protagonismo. Estoy convencido que será la definitiva.

La veo muy posible que así sea. De todas formas, algo tendrá que hacer con su hermano, porque si no, siempre la va a joder la vida, y las novias.
 
Después de la bajada a los infiernos, para reconstruirse, necesita a una persona que no tenga nada que ver con su vida anterior. Debe empezar una nueva vida lejos, olvidarse de su hermano, familia y amistades, una reconstrucción desde cero.
 
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