Hola.
Es la primera vez que escribo algo por aquí, he vivido recientemente una situación inesperada, morbosa y excitante a la vez, y sentía la necesidad de compartirlo.
En agosto nos pasamos de Movistar a Digi, los precios son inmejorables, pero es cierto que me habían comentado que el servicio técnico dejaba bastante que desear.
Estuvimos sin fibra de viernes a martes, lo que significa sin ordenador, sin tele y sin teléfono fijo.
Gracias a la insistencia de mi mujer y a su mala leche; conseguimos que vinieran los técnicos. Ellos no trabajan los sábados (mi día libre) así que era imposible que los atendiera yo personalmente . Conseguí que vinieran a la hora del almuerzo, cosa que era evidente que no les hizo gracia, pero aún así sólo pude estar el tiempo suficiente para explicarles el problema y llevarlos hasta nuestro salón.
Eran 2, el más alto debía rondar los treinta y el otro , de aspecto árabe, algo más mayor y fornido. Desde el principio el más bajo actuó como jefe de equipo mientras el alto se limitada a observar.
Tengo que comentar que mi mujer es una mujer madura a punto de cumplir 50, pero sigue siendo atractiva, yo por mi parte soy el típico cincuentón calvo y con barriga.
Al final, los tuve que dejar ya que tenía cita con un cliente muy importante, recuerdo que les dije que se quedaban en buenas manos y entonces no le puse importancia , pero el alto respondió " no lo dude".
Es la primera vez que escribo algo por aquí, he vivido recientemente una situación inesperada, morbosa y excitante a la vez, y sentía la necesidad de compartirlo.
En agosto nos pasamos de Movistar a Digi, los precios son inmejorables, pero es cierto que me habían comentado que el servicio técnico dejaba bastante que desear.
Estuvimos sin fibra de viernes a martes, lo que significa sin ordenador, sin tele y sin teléfono fijo.
Gracias a la insistencia de mi mujer y a su mala leche; conseguimos que vinieran los técnicos. Ellos no trabajan los sábados (mi día libre) así que era imposible que los atendiera yo personalmente . Conseguí que vinieran a la hora del almuerzo, cosa que era evidente que no les hizo gracia, pero aún así sólo pude estar el tiempo suficiente para explicarles el problema y llevarlos hasta nuestro salón.
Eran 2, el más alto debía rondar los treinta y el otro , de aspecto árabe, algo más mayor y fornido. Desde el principio el más bajo actuó como jefe de equipo mientras el alto se limitada a observar.
Tengo que comentar que mi mujer es una mujer madura a punto de cumplir 50, pero sigue siendo atractiva, yo por mi parte soy el típico cincuentón calvo y con barriga.
Al final, los tuve que dejar ya que tenía cita con un cliente muy importante, recuerdo que les dije que se quedaban en buenas manos y entonces no le puse importancia , pero el alto respondió " no lo dude".