Mi primera mamada

Tiravallas

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13 Jul 2024
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Yo sigo emocionada con la polla de mi hermano, y mi hermano sigue agradecido a mi por pajearle y sacarle la leche. Pero…., a mi hermano se le va la lengua, y comenta estas cosas.

Es que…, por lo visto, un amigo suyo más salido que él le comentaba cosas que le hacía su hermana, y ya vemos que la cosa de una hermana “ayudando” a deslecharse a su hermano es más común de lo que pensaba. El caso es que, una vez que viene su amigo a mi casa a hacer nosequé cosa, este amigo me lo comenta:

-Vaya. Parece que eres toda una experta en “ordeñar” a tu hermano, jajaja

Pongo cara rara….., pero los siguientes comentarios me aclaran la cuestión. Vaya…, mi hermano “se ha chivado”!!

-No te de vergüenza, porque a mi también me lo hace mi hermana.

La tal hermana la conozco. Está en el A, mientras yo estaba en el B (mi curso estaba dividido en dos, los del A, con los apellidos primeros, y los del B. La chica, hermana del amigo de mi hermano, estaba en el A y yo en el B).

Aunque no estuviéramos en la misma clase, compartíamos cosas como los equipos de deporte en gimnasia, y varios intercambios de deberes en algunas clases conjuntas. O sea, que la conocía, había hablado con ella, había jugado con ella, aunque no mucho por ser ella del A y yo del B…, pero no me esperaba que ella también pajease a su hermano, jeje.

Mi hermano, para quitar hierro a aquella escena, me comenta que lo había comentado con su amigo porque éste le hablaba de “lo suyo”. O sea, que habían intercambiado confidencias masturbatorias, jajaja. Bueno…., que la cosa no pase de ahí.

Pero, he aquí que el amigo me dice como en broma si podría pajearle en aquel momento. En casa estábamos solos los tres. Yo…, tardo unos segundos en reaccionar…., y me da morbillo, que se me nota cuando sonrío. “Vale”, contesto…, y acto seguido, ese amigo (voy a ponerle nombre para facilitar la lectura del relato: el amigo de mi hermano se llama Oscar) empieza a desabrocharse el pantalón, con mucho desparpajo. Ni se le ocurrió dudar. Y se saca la polla, que está ancha…, pero no tiesa.

-Ven, agárrela como a tu hermano, que también me gusta a mi.

Voy…., le agarro, empiezo a bajar su pellejo…, se empieza a hinchar y a poner tirante….

-Carlos, ¿te animas? (le dice Oscar a mi hermano, que está dudando, pero que, seguro, le excita la escena)

Y mi hermano se desabrocha el pantalón para sacar su polla. No hace falta que me diga nada. La agarro yo con la otra mano. Y ahí estoy, a dos manos, sube y baja, sube y baja.

Oscar, el amigo, me dice que tenemos que ir a su casa, a hacer una “ordeñada” conjunta, los dos hermanos mayores y las dos hermanas pequeñas. Mi hermano asiente y quiere su parte: ya que yo pajeo a Oscar, la hermana de Oscar (Sandra) debería pajearle a él. Jajaja, correspondencia.

Pero eso sería otro día. Aquella tarde era yo la que tenía dos cachos de carne en mis manos. ¿Cómo era la polla de Oscar? Tan larga como la de mi hermano. Pero más fácil de abarcar. Tenía que bajar la mano hasta abajo para que luciese su brillante glande. Bueno…, cada pene de cada chico es peculiar y personal…

Tras un rato, vinieron las eyaculaciones…, y mis manos chorreando semen de cada uno. El olor especial, ya me lo conocía. No veía mucha diferencia entre el semen de Oscar y el de mi hermano Carlos. Los dos chicos se quedaron muy satisfechos, se subieron la ropa y hicieron sus cosas (después de limpiar los charquitos de semen que habían dejado).

Esa noche se intentó disculpar mi hermano sobre el tema:

-Espero que no te haya cabreado lo de esta tarde. Es que me estuvo comentando Oscar que su hermana le había vaciado los huevos…, y tal y tal…., y se me escapó a mi decir que tú también hacías cosas parecidas…..

-No te preocupes, Carlos, si me ha parecido emocionante…., pero al principio me asustó que alguien más supiera lo que te hacía en la polla….

-Ya le he dicho a Oscar que ahora es su hermana la que tiene que pajearme a mí. Un día de estos, cuando ellos me digan, vamos a su casa. Una tarde que estén solos, y sus padres estén fuera…, ese día vamos.

Vaya…, así que Sandra también pajea a su hermano…. Eso me liberaba un poco, porque eso de tocar la polla a un hermano y hacerlo a escondidas…, pues como que piensas que eres la única que lo hace… Ya veo que no.

Y llegó ese día, esa tarde, la semana siguiente: Yo, que había visto a Sandra en el colegio, no le había comentado nada sobre aquellos. Yo, discreta. Me dice mi hermano:

-Sonia, que vamos a casa de Oscar esta tarde a las 6. Esta vez será su hermana quien me saque la leche, jejeje (lo decía como en plan de venganza, jijiji)

Sí…, con la excusa de hacer “algún” trabajo que tenían que hacer, mi hermano (conmigo) se planta en casa de Oscar. Pero…, antes de realizar ese trabajo, tenían que… “relajarse” vaciando sus huevos, jajajaja.

-Hola Sonia (me dice Sandra cuando me ve). Jijiji (con risa nerviosa me dice), qué cosas, ¿eh?

El salido de Oscar nos indica el camino: vamos a su habitación y ya lo explica todo:

-Venga, cada hermana que pajee a su hermano

Y, a diferencia de mi casa, cuando estuvo, que solo se bajaron los pantalones, aquí Oscar se desnuda completamente. Carlos, mi hermano, tiene que imitarle, y también se quita toda la ropa. Sí…., verles desnudos a los dos es excitante, da su morbillo y ese calorcito interior que recorre el cuerpo. Ambos tienen la polla en horizontal, ya muy avanzada la erección. Están esperando las manitas femenitas para ponerse a tope, apuntando al cielo. Y a eso vamos Sandra y yo, cada una con su hermano.

Y….., hala…., glandes hinchados, brillantes, pollas anchas, venosas, calientes. Un tacto agradable, una visión emocionante. Hala, agarrar, sube y baja, sube y baja. Ellos recostados, poniendo cara de lujuria (bueno, cara de excitación, con la boca entreabierta, jadeando). Pasan 10 minutos y……. me preguntan los dos hermanitos, Oscar y Sandra:

-Sonia, ¿se la has mamado a Carlos ya?

-¿Cómo?…………………………..(tras unos segundos)…….. nooo.

Nunca había pensado en chupar la polla a mi hermano. Nunca me lo pidió, nunca me lo planteé…, y eso que muchas veces tenía la polla cerca de mi cara. No sé….. supongo que eso sería un paso adelante que no me había planteado.

-A él le gustaría mucho (me dice la pizpireta Sandra). Venga, vamos a hacer todos lo mismo.

Miro a mi hermano. No dice ni sí ni no. No hace gestos de aprobación o denegación. Estamos los dos, mi hermano y yo, expectantes, como novatos o aprendices de los otros dos, más lanzados en estos temas.

-¿Te vas a atrever? (me dice Sandra)

-Venga, anímate (dice Oscar). Hazlo por tu hermano.

Acerco mi cara a la polla de mi hermano…, qué grande es esa polla, qué glande más brillante…, qué sabroso… ¿sabroso?. Antes de ver lo que hacía Sandra, voy y doy un besito en la punta de la polla de mi hermano. “Biennnnnn”, me aplauden Sandra y Oscar. Ahora, les tengo que imitar…

Sacando la lengua, empiezo a lamer (lo que veo que hacía Sandra) el pene de mi hermano desde abajo, desde la base…., voy subiendo el ancho de mi lengua en el ancho de su pene…, hasta la punta.

El pene da un respingo…; se nota que le gusta el tacto húmedo de mi lengua, y…, meto esa cabeza del pene en mi boca. Ya está, el glande dentro de mi boca. “Biennnnnnnn”, otra vez. El primer paso. Con mi mano agarrando el ancho del pene, y mi boca ocupada en el glande, entrando y sacando mi boca, chupo y pajeo a la vez a mi hermano, que está (ahora todavía más) excitadísimo. Yo paro de vez en cuando, preguntando a Sandra y Oscar sobre el tema de la chupada y la leche.

Ellos me aclaran que me la puedo beber, que me la beba, porque tiene muchas proteínas y vitaminas la leche de hombre. Yo me lo creo, jajaja, no en vano, esa leche sirve para fecundar y hacer hijos (eso pensaba en aquel momento). Y no es cuestión de desperdiciar esa leche tan nutritiva, jajaja.

¿Me daba asco la leche de hombre? Pues……., ya me había chorreado mucho semen por mi mano. Ya conocía el olor a semen, tan peculiar. No olía a orina. Olía a semen. Olor curioso y característico… Pero…, ¿a qué sabría? Como el olor no me parecía revulsivo, y ante el ánimo que me daban Sandra y Oscar, pues estaba encaminada a probar esa leche de hombre, tan nutritiva.

Pero que me avisen. No quería que me duchara y me cayera la leche en la cara, la ropa o el pelo, como se ve en tantos vídeos. No entiendo esos vídeos y no me gustaría que me pasara a mi.

Y ahí llegó el momento. Mi hermano estaba tan excitado que su corrida fue pronto. Me avisó y me dio un toque…, y en ese momento cerré mi boca atrapando su glande dentro, que empezó a escupir semen.

Ese pene palpitante inyectaba chorros y chorros de semen en mi boca, que me tragué por reflejo la mayoría…., pero los últimos chorros los guardé en mi boca. ¿A qué sabe?….. Lo saboreé y…… la verdad es que no sabe a gran cosa. Es como beber yogur natural sin azúcar. Un poco soso. Casi mejor.

Mi hermano acabó exhausto. Yo me tragué su semen, y los otros dos hermanos, Oscar y Sandra aplaudieron mi decisión. Olé!!! Mirando a Sandra, se veía que ella tenía mucha destreza y había chupado muchas veces esa polla de Oscar, que, se corrió al poco tiempo (no se hizo esperar).

Desnudos los dos chicos, recostados, descansados, estaban en la Gloria. Las dos chicas, reíamos nerviosas. Teníamos nuestra ración de proteínas. Qué mayores nos sentíamos…., y más yo, que había aprendido cosas nuevas.

Esa misma noche en casa…, me dijo discretamente mi hermano:

-Ejem…., Sonia….., ¿te ha parecido bien lo de esta tarde en casa de Oscar?

Pongo cara de póker……….. Claro que me había parecido bien. Fue excitante. Contesto:

-Sí, claro.

-Te ha gustado chupármela? ¿Te gustó mi leche?

-Ha sido gracioso. La leche le falta azúcar, jejeje, pero no estaba mala

-mmmmmmmmmmm (se lo piensa mi hermano antes de hablar)…….., y…., ¿podrías hacerlo otra vez, si es que no hay problemas?

-¿Ahora?

-Bueno…. Dentro de un rato, cuando papá y mamá se hayan acostado y hayan cerrado su puerta.

-Vale……

Y…, una vez que la casa estaba en silencio, y mis padres durmiendo, Carlos se desnuda, aparece su pollón, ya descapullado y tieso…, bamboleándose mientras se quita la ropa. Y voy yo agarrando esa polla.

Me meto el glande en la boca, mojándolo. Mi mano agarra el tronco del pene y lo empiezo a pajear mientras doy chupetoncitos al glande. Obviamente, esa polla no se mete en mi boca más allá del glande…, pero suficiente para que mi hermano se excitase sobremanera. Esos huevos moviéndose, empujando, subiendo, bajando. Carlos, de pie, sin moverse….

Yo, agachada, mi boca chupando la punta de su polla….. Me paro y le advierto que me avise de cuando salga la leche. No quiero ser duchada. Me lo beberé todo…., pero que me avise. Y me avisa…. Como en la tarde, todos los chorros entran en mi boca, y no salen. Van al estómago. Más proteínas y vitaminas, jajajaja.

Días después: coincido con Sandra en el patio. Ella me buscaba y me cuenta que a ver cuando voy a su casa, que ella y Oscar (su hermano) me quieren enseñar algo. Bueno……., una tarde, cuando Sandra me diga, voy a su casa.

-¿Llamo a Carlos (mi hermano) para que venga?

-No (dice Sandra). Ven tú sola.

Vale…., será prontito en la tarde. Que no se me pase el tiempo….​
 
Yo sigo emocionada con la polla de mi hermano, y mi hermano sigue agradecido a mi por pajearle y sacarle la leche. Pero…., a mi hermano se le va la lengua, y comenta estas cosas.

Es que…, por lo visto, un amigo suyo más salido que él le comentaba cosas que le hacía su hermana, y ya vemos que la cosa de una hermana “ayudando” a deslecharse a su hermano es más común de lo que pensaba. El caso es que, una vez que viene su amigo a mi casa a hacer nosequé cosa, este amigo me lo comenta:

-Vaya. Parece que eres toda una experta en “ordeñar” a tu hermano, jajaja

Pongo cara rara….., pero los siguientes comentarios me aclaran la cuestión. Vaya…, mi hermano “se ha chivado”!!

-No te de vergüenza, porque a mi también me lo hace mi hermana.

La tal hermana la conozco. Está en el A, mientras yo estaba en el B (mi curso estaba dividido en dos, los del A, con los apellidos primeros, y los del B. La chica, hermana del amigo de mi hermano, estaba en el A y yo en el B).

Aunque no estuviéramos en la misma clase, compartíamos cosas como los equipos de deporte en gimnasia, y varios intercambios de deberes en algunas clases conjuntas. O sea, que la conocía, había hablado con ella, había jugado con ella, aunque no mucho por ser ella del A y yo del B…, pero no me esperaba que ella también pajease a su hermano, jeje.

Mi hermano, para quitar hierro a aquella escena, me comenta que lo había comentado con su amigo porque éste le hablaba de “lo suyo”. O sea, que habían intercambiado confidencias masturbatorias, jajaja. Bueno…., que la cosa no pase de ahí.

Pero, he aquí que el amigo me dice como en broma si podría pajearle en aquel momento. En casa estábamos solos los tres. Yo…, tardo unos segundos en reaccionar…., y me da morbillo, que se me nota cuando sonrío. “Vale”, contesto…, y acto seguido, ese amigo (voy a ponerle nombre para facilitar la lectura del relato: el amigo de mi hermano se llama Oscar) empieza a desabrocharse el pantalón, con mucho desparpajo. Ni se le ocurrió dudar. Y se saca la polla, que está ancha…, pero no tiesa.

-Ven, agárrela como a tu hermano, que también me gusta a mi.

Voy…., le agarro, empiezo a bajar su pellejo…, se empieza a hinchar y a poner tirante….

-Carlos, ¿te animas? (le dice Oscar a mi hermano, que está dudando, pero que, seguro, le excita la escena)

Y mi hermano se desabrocha el pantalón para sacar su polla. No hace falta que me diga nada. La agarro yo con la otra mano. Y ahí estoy, a dos manos, sube y baja, sube y baja.

Oscar, el amigo, me dice que tenemos que ir a su casa, a hacer una “ordeñada” conjunta, los dos hermanos mayores y las dos hermanas pequeñas. Mi hermano asiente y quiere su parte: ya que yo pajeo a Oscar, la hermana de Oscar (Sandra) debería pajearle a él. Jajaja, correspondencia.

Pero eso sería otro día. Aquella tarde era yo la que tenía dos cachos de carne en mis manos. ¿Cómo era la polla de Oscar? Tan larga como la de mi hermano. Pero más fácil de abarcar. Tenía que bajar la mano hasta abajo para que luciese su brillante glande. Bueno…, cada pene de cada chico es peculiar y personal…

Tras un rato, vinieron las eyaculaciones…, y mis manos chorreando semen de cada uno. El olor especial, ya me lo conocía. No veía mucha diferencia entre el semen de Oscar y el de mi hermano Carlos. Los dos chicos se quedaron muy satisfechos, se subieron la ropa y hicieron sus cosas (después de limpiar los charquitos de semen que habían dejado).

Esa noche se intentó disculpar mi hermano sobre el tema:

-Espero que no te haya cabreado lo de esta tarde. Es que me estuvo comentando Oscar que su hermana le había vaciado los huevos…, y tal y tal…., y se me escapó a mi decir que tú también hacías cosas parecidas…..

-No te preocupes, Carlos, si me ha parecido emocionante…., pero al principio me asustó que alguien más supiera lo que te hacía en la polla….

-Ya le he dicho a Oscar que ahora es su hermana la que tiene que pajearme a mí. Un día de estos, cuando ellos me digan, vamos a su casa. Una tarde que estén solos, y sus padres estén fuera…, ese día vamos.

Vaya…, así que Sandra también pajea a su hermano…. Eso me liberaba un poco, porque eso de tocar la polla a un hermano y hacerlo a escondidas…, pues como que piensas que eres la única que lo hace… Ya veo que no.

Y llegó ese día, esa tarde, la semana siguiente: Yo, que había visto a Sandra en el colegio, no le había comentado nada sobre aquellos. Yo, discreta. Me dice mi hermano:

-Sonia, que vamos a casa de Oscar esta tarde a las 6. Esta vez será su hermana quien me saque la leche, jejeje (lo decía como en plan de venganza, jijiji)

Sí…, con la excusa de hacer “algún” trabajo que tenían que hacer, mi hermano (conmigo) se planta en casa de Oscar. Pero…, antes de realizar ese trabajo, tenían que… “relajarse” vaciando sus huevos, jajajaja.

-Hola Sonia (me dice Sandra cuando me ve). Jijiji (con risa nerviosa me dice), qué cosas, ¿eh?

El salido de Oscar nos indica el camino: vamos a su habitación y ya lo explica todo:

-Venga, cada hermana que pajee a su hermano

Y, a diferencia de mi casa, cuando estuvo, que solo se bajaron los pantalones, aquí Oscar se desnuda completamente. Carlos, mi hermano, tiene que imitarle, y también se quita toda la ropa. Sí…., verles desnudos a los dos es excitante, da su morbillo y ese calorcito interior que recorre el cuerpo. Ambos tienen la polla en horizontal, ya muy avanzada la erección. Están esperando las manitas femenitas para ponerse a tope, apuntando al cielo. Y a eso vamos Sandra y yo, cada una con su hermano.

Y….., hala…., glandes hinchados, brillantes, pollas anchas, venosas, calientes. Un tacto agradable, una visión emocionante. Hala, agarrar, sube y baja, sube y baja. Ellos recostados, poniendo cara de lujuria (bueno, cara de excitación, con la boca entreabierta, jadeando). Pasan 10 minutos y……. me preguntan los dos hermanitos, Oscar y Sandra:

-Sonia, ¿se la has mamado a Carlos ya?

-¿Cómo?…………………………..(tras unos segundos)…….. nooo.

Nunca había pensado en chupar la polla a mi hermano. Nunca me lo pidió, nunca me lo planteé…, y eso que muchas veces tenía la polla cerca de mi cara. No sé….. supongo que eso sería un paso adelante que no me había planteado.

-A él le gustaría mucho (me dice la pizpireta Sandra). Venga, vamos a hacer todos lo mismo.

Miro a mi hermano. No dice ni sí ni no. No hace gestos de aprobación o denegación. Estamos los dos, mi hermano y yo, expectantes, como novatos o aprendices de los otros dos, más lanzados en estos temas.

-¿Te vas a atrever? (me dice Sandra)

-Venga, anímate (dice Oscar). Hazlo por tu hermano.

Acerco mi cara a la polla de mi hermano…, qué grande es esa polla, qué glande más brillante…, qué sabroso… ¿sabroso?. Antes de ver lo que hacía Sandra, voy y doy un besito en la punta de la polla de mi hermano. “Biennnnnn”, me aplauden Sandra y Oscar. Ahora, les tengo que imitar…

Sacando la lengua, empiezo a lamer (lo que veo que hacía Sandra) el pene de mi hermano desde abajo, desde la base…., voy subiendo el ancho de mi lengua en el ancho de su pene…, hasta la punta.

El pene da un respingo…; se nota que le gusta el tacto húmedo de mi lengua, y…, meto esa cabeza del pene en mi boca. Ya está, el glande dentro de mi boca. “Biennnnnnnn”, otra vez. El primer paso. Con mi mano agarrando el ancho del pene, y mi boca ocupada en el glande, entrando y sacando mi boca, chupo y pajeo a la vez a mi hermano, que está (ahora todavía más) excitadísimo. Yo paro de vez en cuando, preguntando a Sandra y Oscar sobre el tema de la chupada y la leche.

Ellos me aclaran que me la puedo beber, que me la beba, porque tiene muchas proteínas y vitaminas la leche de hombre. Yo me lo creo, jajaja, no en vano, esa leche sirve para fecundar y hacer hijos (eso pensaba en aquel momento). Y no es cuestión de desperdiciar esa leche tan nutritiva, jajaja.

¿Me daba asco la leche de hombre? Pues……., ya me había chorreado mucho semen por mi mano. Ya conocía el olor a semen, tan peculiar. No olía a orina. Olía a semen. Olor curioso y característico… Pero…, ¿a qué sabría? Como el olor no me parecía revulsivo, y ante el ánimo que me daban Sandra y Oscar, pues estaba encaminada a probar esa leche de hombre, tan nutritiva.

Pero que me avisen. No quería que me duchara y me cayera la leche en la cara, la ropa o el pelo, como se ve en tantos vídeos. No entiendo esos vídeos y no me gustaría que me pasara a mi.

Y ahí llegó el momento. Mi hermano estaba tan excitado que su corrida fue pronto. Me avisó y me dio un toque…, y en ese momento cerré mi boca atrapando su glande dentro, que empezó a escupir semen.

Ese pene palpitante inyectaba chorros y chorros de semen en mi boca, que me tragué por reflejo la mayoría…., pero los últimos chorros los guardé en mi boca. ¿A qué sabe?….. Lo saboreé y…… la verdad es que no sabe a gran cosa. Es como beber yogur natural sin azúcar. Un poco soso. Casi mejor.

Mi hermano acabó exhausto. Yo me tragué su semen, y los otros dos hermanos, Oscar y Sandra aplaudieron mi decisión. Olé!!! Mirando a Sandra, se veía que ella tenía mucha destreza y había chupado muchas veces esa polla de Oscar, que, se corrió al poco tiempo (no se hizo esperar).

Desnudos los dos chicos, recostados, descansados, estaban en la Gloria. Las dos chicas, reíamos nerviosas. Teníamos nuestra ración de proteínas. Qué mayores nos sentíamos…., y más yo, que había aprendido cosas nuevas.

Esa misma noche en casa…, me dijo discretamente mi hermano:

-Ejem…., Sonia….., ¿te ha parecido bien lo de esta tarde en casa de Oscar?

Pongo cara de póker……….. Claro que me había parecido bien. Fue excitante. Contesto:

-Sí, claro.

-Te ha gustado chupármela? ¿Te gustó mi leche?

-Ha sido gracioso. La leche le falta azúcar, jejeje, pero no estaba mala

-mmmmmmmmmmm (se lo piensa mi hermano antes de hablar)…….., y…., ¿podrías hacerlo otra vez, si es que no hay problemas?

-¿Ahora?

-Bueno…. Dentro de un rato, cuando papá y mamá se hayan acostado y hayan cerrado su puerta.

-Vale……

Y…, una vez que la casa estaba en silencio, y mis padres durmiendo, Carlos se desnuda, aparece su pollón, ya descapullado y tieso…, bamboleándose mientras se quita la ropa. Y voy yo agarrando esa polla.

Me meto el glande en la boca, mojándolo. Mi mano agarra el tronco del pene y lo empiezo a pajear mientras doy chupetoncitos al glande. Obviamente, esa polla no se mete en mi boca más allá del glande…, pero suficiente para que mi hermano se excitase sobremanera. Esos huevos moviéndose, empujando, subiendo, bajando. Carlos, de pie, sin moverse….

Yo, agachada, mi boca chupando la punta de su polla….. Me paro y le advierto que me avise de cuando salga la leche. No quiero ser duchada. Me lo beberé todo…., pero que me avise. Y me avisa…. Como en la tarde, todos los chorros entran en mi boca, y no salen. Van al estómago. Más proteínas y vitaminas, jajajaja.

Días después: coincido con Sandra en el patio. Ella me buscaba y me cuenta que a ver cuando voy a su casa, que ella y Oscar (su hermano) me quieren enseñar algo. Bueno……., una tarde, cuando Sandra me diga, voy a su casa.

-¿Llamo a Carlos (mi hermano) para que venga?

-No (dice Sandra). Ven tú sola.

Vale…., será prontito en la tarde. Que no se me pase el tiempo….​
Buff que bueno....y que nutritivo,jaja
 
Yo sigo emocionada con la polla de mi hermano, y mi hermano sigue agradecido a mi por pajearle y sacarle la leche. Pero…., a mi hermano se le va la lengua, y comenta estas cosas.

Es que…, por lo visto, un amigo suyo más salido que él le comentaba cosas que le hacía su hermana, y ya vemos que la cosa de una hermana “ayudando” a deslecharse a su hermano es más común de lo que pensaba. El caso es que, una vez que viene su amigo a mi casa a hacer nosequé cosa, este amigo me lo comenta:

-Vaya. Parece que eres toda una experta en “ordeñar” a tu hermano, jajaja

Pongo cara rara….., pero los siguientes comentarios me aclaran la cuestión. Vaya…, mi hermano “se ha chivado”!!

-No te de vergüenza, porque a mi también me lo hace mi hermana.

La tal hermana la conozco. Está en el A, mientras yo estaba en el B (mi curso estaba dividido en dos, los del A, con los apellidos primeros, y los del B. La chica, hermana del amigo de mi hermano, estaba en el A y yo en el B).

Aunque no estuviéramos en la misma clase, compartíamos cosas como los equipos de deporte en gimnasia, y varios intercambios de deberes en algunas clases conjuntas. O sea, que la conocía, había hablado con ella, había jugado con ella, aunque no mucho por ser ella del A y yo del B…, pero no me esperaba que ella también pajease a su hermano, jeje.

Mi hermano, para quitar hierro a aquella escena, me comenta que lo había comentado con su amigo porque éste le hablaba de “lo suyo”. O sea, que habían intercambiado confidencias masturbatorias, jajaja. Bueno…., que la cosa no pase de ahí.

Pero, he aquí que el amigo me dice como en broma si podría pajearle en aquel momento. En casa estábamos solos los tres. Yo…, tardo unos segundos en reaccionar…., y me da morbillo, que se me nota cuando sonrío. “Vale”, contesto…, y acto seguido, ese amigo (voy a ponerle nombre para facilitar la lectura del relato: el amigo de mi hermano se llama Oscar) empieza a desabrocharse el pantalón, con mucho desparpajo. Ni se le ocurrió dudar. Y se saca la polla, que está ancha…, pero no tiesa.

-Ven, agárrela como a tu hermano, que también me gusta a mi.

Voy…., le agarro, empiezo a bajar su pellejo…, se empieza a hinchar y a poner tirante….

-Carlos, ¿te animas? (le dice Oscar a mi hermano, que está dudando, pero que, seguro, le excita la escena)

Y mi hermano se desabrocha el pantalón para sacar su polla. No hace falta que me diga nada. La agarro yo con la otra mano. Y ahí estoy, a dos manos, sube y baja, sube y baja.

Oscar, el amigo, me dice que tenemos que ir a su casa, a hacer una “ordeñada” conjunta, los dos hermanos mayores y las dos hermanas pequeñas. Mi hermano asiente y quiere su parte: ya que yo pajeo a Oscar, la hermana de Oscar (Sandra) debería pajearle a él. Jajaja, correspondencia.

Pero eso sería otro día. Aquella tarde era yo la que tenía dos cachos de carne en mis manos. ¿Cómo era la polla de Oscar? Tan larga como la de mi hermano. Pero más fácil de abarcar. Tenía que bajar la mano hasta abajo para que luciese su brillante glande. Bueno…, cada pene de cada chico es peculiar y personal…

Tras un rato, vinieron las eyaculaciones…, y mis manos chorreando semen de cada uno. El olor especial, ya me lo conocía. No veía mucha diferencia entre el semen de Oscar y el de mi hermano Carlos. Los dos chicos se quedaron muy satisfechos, se subieron la ropa y hicieron sus cosas (después de limpiar los charquitos de semen que habían dejado).

Esa noche se intentó disculpar mi hermano sobre el tema:

-Espero que no te haya cabreado lo de esta tarde. Es que me estuvo comentando Oscar que su hermana le había vaciado los huevos…, y tal y tal…., y se me escapó a mi decir que tú también hacías cosas parecidas…..

-No te preocupes, Carlos, si me ha parecido emocionante…., pero al principio me asustó que alguien más supiera lo que te hacía en la polla….

-Ya le he dicho a Oscar que ahora es su hermana la que tiene que pajearme a mí. Un día de estos, cuando ellos me digan, vamos a su casa. Una tarde que estén solos, y sus padres estén fuera…, ese día vamos.

Vaya…, así que Sandra también pajea a su hermano…. Eso me liberaba un poco, porque eso de tocar la polla a un hermano y hacerlo a escondidas…, pues como que piensas que eres la única que lo hace… Ya veo que no.

Y llegó ese día, esa tarde, la semana siguiente: Yo, que había visto a Sandra en el colegio, no le había comentado nada sobre aquellos. Yo, discreta. Me dice mi hermano:

-Sonia, que vamos a casa de Oscar esta tarde a las 6. Esta vez será su hermana quien me saque la leche, jejeje (lo decía como en plan de venganza, jijiji)

Sí…, con la excusa de hacer “algún” trabajo que tenían que hacer, mi hermano (conmigo) se planta en casa de Oscar. Pero…, antes de realizar ese trabajo, tenían que… “relajarse” vaciando sus huevos, jajajaja.

-Hola Sonia (me dice Sandra cuando me ve). Jijiji (con risa nerviosa me dice), qué cosas, ¿eh?

El salido de Oscar nos indica el camino: vamos a su habitación y ya lo explica todo:

-Venga, cada hermana que pajee a su hermano

Y, a diferencia de mi casa, cuando estuvo, que solo se bajaron los pantalones, aquí Oscar se desnuda completamente. Carlos, mi hermano, tiene que imitarle, y también se quita toda la ropa. Sí…., verles desnudos a los dos es excitante, da su morbillo y ese calorcito interior que recorre el cuerpo. Ambos tienen la polla en horizontal, ya muy avanzada la erección. Están esperando las manitas femenitas para ponerse a tope, apuntando al cielo. Y a eso vamos Sandra y yo, cada una con su hermano.

Y….., hala…., glandes hinchados, brillantes, pollas anchas, venosas, calientes. Un tacto agradable, una visión emocionante. Hala, agarrar, sube y baja, sube y baja. Ellos recostados, poniendo cara de lujuria (bueno, cara de excitación, con la boca entreabierta, jadeando). Pasan 10 minutos y……. me preguntan los dos hermanitos, Oscar y Sandra:

-Sonia, ¿se la has mamado a Carlos ya?

-¿Cómo?…………………………..(tras unos segundos)…….. nooo.

Nunca había pensado en chupar la polla a mi hermano. Nunca me lo pidió, nunca me lo planteé…, y eso que muchas veces tenía la polla cerca de mi cara. No sé….. supongo que eso sería un paso adelante que no me había planteado.

-A él le gustaría mucho (me dice la pizpireta Sandra). Venga, vamos a hacer todos lo mismo.

Miro a mi hermano. No dice ni sí ni no. No hace gestos de aprobación o denegación. Estamos los dos, mi hermano y yo, expectantes, como novatos o aprendices de los otros dos, más lanzados en estos temas.

-¿Te vas a atrever? (me dice Sandra)

-Venga, anímate (dice Oscar). Hazlo por tu hermano.

Acerco mi cara a la polla de mi hermano…, qué grande es esa polla, qué glande más brillante…, qué sabroso… ¿sabroso?. Antes de ver lo que hacía Sandra, voy y doy un besito en la punta de la polla de mi hermano. “Biennnnnn”, me aplauden Sandra y Oscar. Ahora, les tengo que imitar…

Sacando la lengua, empiezo a lamer (lo que veo que hacía Sandra) el pene de mi hermano desde abajo, desde la base…., voy subiendo el ancho de mi lengua en el ancho de su pene…, hasta la punta.

El pene da un respingo…; se nota que le gusta el tacto húmedo de mi lengua, y…, meto esa cabeza del pene en mi boca. Ya está, el glande dentro de mi boca. “Biennnnnnnn”, otra vez. El primer paso. Con mi mano agarrando el ancho del pene, y mi boca ocupada en el glande, entrando y sacando mi boca, chupo y pajeo a la vez a mi hermano, que está (ahora todavía más) excitadísimo. Yo paro de vez en cuando, preguntando a Sandra y Oscar sobre el tema de la chupada y la leche.

Ellos me aclaran que me la puedo beber, que me la beba, porque tiene muchas proteínas y vitaminas la leche de hombre. Yo me lo creo, jajaja, no en vano, esa leche sirve para fecundar y hacer hijos (eso pensaba en aquel momento). Y no es cuestión de desperdiciar esa leche tan nutritiva, jajaja.

¿Me daba asco la leche de hombre? Pues……., ya me había chorreado mucho semen por mi mano. Ya conocía el olor a semen, tan peculiar. No olía a orina. Olía a semen. Olor curioso y característico… Pero…, ¿a qué sabría? Como el olor no me parecía revulsivo, y ante el ánimo que me daban Sandra y Oscar, pues estaba encaminada a probar esa leche de hombre, tan nutritiva.

Pero que me avisen. No quería que me duchara y me cayera la leche en la cara, la ropa o el pelo, como se ve en tantos vídeos. No entiendo esos vídeos y no me gustaría que me pasara a mi.

Y ahí llegó el momento. Mi hermano estaba tan excitado que su corrida fue pronto. Me avisó y me dio un toque…, y en ese momento cerré mi boca atrapando su glande dentro, que empezó a escupir semen.

Ese pene palpitante inyectaba chorros y chorros de semen en mi boca, que me tragué por reflejo la mayoría…., pero los últimos chorros los guardé en mi boca. ¿A qué sabe?….. Lo saboreé y…… la verdad es que no sabe a gran cosa. Es como beber yogur natural sin azúcar. Un poco soso. Casi mejor.

Mi hermano acabó exhausto. Yo me tragué su semen, y los otros dos hermanos, Oscar y Sandra aplaudieron mi decisión. Olé!!! Mirando a Sandra, se veía que ella tenía mucha destreza y había chupado muchas veces esa polla de Oscar, que, se corrió al poco tiempo (no se hizo esperar).

Desnudos los dos chicos, recostados, descansados, estaban en la Gloria. Las dos chicas, reíamos nerviosas. Teníamos nuestra ración de proteínas. Qué mayores nos sentíamos…., y más yo, que había aprendido cosas nuevas.

Esa misma noche en casa…, me dijo discretamente mi hermano:

-Ejem…., Sonia….., ¿te ha parecido bien lo de esta tarde en casa de Oscar?

Pongo cara de póker……….. Claro que me había parecido bien. Fue excitante. Contesto:

-Sí, claro.

-Te ha gustado chupármela? ¿Te gustó mi leche?

-Ha sido gracioso. La leche le falta azúcar, jejeje, pero no estaba mala

-mmmmmmmmmmm (se lo piensa mi hermano antes de hablar)…….., y…., ¿podrías hacerlo otra vez, si es que no hay problemas?

-¿Ahora?

-Bueno…. Dentro de un rato, cuando papá y mamá se hayan acostado y hayan cerrado su puerta.

-Vale……

Y…, una vez que la casa estaba en silencio, y mis padres durmiendo, Carlos se desnuda, aparece su pollón, ya descapullado y tieso…, bamboleándose mientras se quita la ropa. Y voy yo agarrando esa polla.

Me meto el glande en la boca, mojándolo. Mi mano agarra el tronco del pene y lo empiezo a pajear mientras doy chupetoncitos al glande. Obviamente, esa polla no se mete en mi boca más allá del glande…, pero suficiente para que mi hermano se excitase sobremanera. Esos huevos moviéndose, empujando, subiendo, bajando. Carlos, de pie, sin moverse….

Yo, agachada, mi boca chupando la punta de su polla….. Me paro y le advierto que me avise de cuando salga la leche. No quiero ser duchada. Me lo beberé todo…., pero que me avise. Y me avisa…. Como en la tarde, todos los chorros entran en mi boca, y no salen. Van al estómago. Más proteínas y vitaminas, jajajaja.

Días después: coincido con Sandra en el patio. Ella me buscaba y me cuenta que a ver cuando voy a su casa, que ella y Oscar (su hermano) me quieren enseñar algo. Bueno……., una tarde, cuando Sandra me diga, voy a su casa.

-¿Llamo a Carlos (mi hermano) para que venga?

-No (dice Sandra). Ven tú sola.

Vale…., será prontito en la tarde. Que no se me pase el tiempo….​
Buen relato, muy excitante
 
Yo sigo emocionada con la polla de mi hermano, y mi hermano sigue agradecido a mi por pajearle y sacarle la leche. Pero…., a mi hermano se le va la lengua, y comenta estas cosas.

Es que…, por lo visto, un amigo suyo más salido que él le comentaba cosas que le hacía su hermana, y ya vemos que la cosa de una hermana “ayudando” a deslecharse a su hermano es más común de lo que pensaba. El caso es que, una vez que viene su amigo a mi casa a hacer nosequé cosa, este amigo me lo comenta:

-Vaya. Parece que eres toda una experta en “ordeñar” a tu hermano, jajaja

Pongo cara rara….., pero los siguientes comentarios me aclaran la cuestión. Vaya…, mi hermano “se ha chivado”!!

-No te de vergüenza, porque a mi también me lo hace mi hermana.

La tal hermana la conozco. Está en el A, mientras yo estaba en el B (mi curso estaba dividido en dos, los del A, con los apellidos primeros, y los del B. La chica, hermana del amigo de mi hermano, estaba en el A y yo en el B).

Aunque no estuviéramos en la misma clase, compartíamos cosas como los equipos de deporte en gimnasia, y varios intercambios de deberes en algunas clases conjuntas. O sea, que la conocía, había hablado con ella, había jugado con ella, aunque no mucho por ser ella del A y yo del B…, pero no me esperaba que ella también pajease a su hermano, jeje.

Mi hermano, para quitar hierro a aquella escena, me comenta que lo había comentado con su amigo porque éste le hablaba de “lo suyo”. O sea, que habían intercambiado confidencias masturbatorias, jajaja. Bueno…., que la cosa no pase de ahí.

Pero, he aquí que el amigo me dice como en broma si podría pajearle en aquel momento. En casa estábamos solos los tres. Yo…, tardo unos segundos en reaccionar…., y me da morbillo, que se me nota cuando sonrío. “Vale”, contesto…, y acto seguido, ese amigo (voy a ponerle nombre para facilitar la lectura del relato: el amigo de mi hermano se llama Oscar) empieza a desabrocharse el pantalón, con mucho desparpajo. Ni se le ocurrió dudar. Y se saca la polla, que está ancha…, pero no tiesa.

-Ven, agárrela como a tu hermano, que también me gusta a mi.

Voy…., le agarro, empiezo a bajar su pellejo…, se empieza a hinchar y a poner tirante….

-Carlos, ¿te animas? (le dice Oscar a mi hermano, que está dudando, pero que, seguro, le excita la escena)

Y mi hermano se desabrocha el pantalón para sacar su polla. No hace falta que me diga nada. La agarro yo con la otra mano. Y ahí estoy, a dos manos, sube y baja, sube y baja.

Oscar, el amigo, me dice que tenemos que ir a su casa, a hacer una “ordeñada” conjunta, los dos hermanos mayores y las dos hermanas pequeñas. Mi hermano asiente y quiere su parte: ya que yo pajeo a Oscar, la hermana de Oscar (Sandra) debería pajearle a él. Jajaja, correspondencia.

Pero eso sería otro día. Aquella tarde era yo la que tenía dos cachos de carne en mis manos. ¿Cómo era la polla de Oscar? Tan larga como la de mi hermano. Pero más fácil de abarcar. Tenía que bajar la mano hasta abajo para que luciese su brillante glande. Bueno…, cada pene de cada chico es peculiar y personal…

Tras un rato, vinieron las eyaculaciones…, y mis manos chorreando semen de cada uno. El olor especial, ya me lo conocía. No veía mucha diferencia entre el semen de Oscar y el de mi hermano Carlos. Los dos chicos se quedaron muy satisfechos, se subieron la ropa y hicieron sus cosas (después de limpiar los charquitos de semen que habían dejado).

Esa noche se intentó disculpar mi hermano sobre el tema:

-Espero que no te haya cabreado lo de esta tarde. Es que me estuvo comentando Oscar que su hermana le había vaciado los huevos…, y tal y tal…., y se me escapó a mi decir que tú también hacías cosas parecidas…..

-No te preocupes, Carlos, si me ha parecido emocionante…., pero al principio me asustó que alguien más supiera lo que te hacía en la polla….

-Ya le he dicho a Oscar que ahora es su hermana la que tiene que pajearme a mí. Un día de estos, cuando ellos me digan, vamos a su casa. Una tarde que estén solos, y sus padres estén fuera…, ese día vamos.

Vaya…, así que Sandra también pajea a su hermano…. Eso me liberaba un poco, porque eso de tocar la polla a un hermano y hacerlo a escondidas…, pues como que piensas que eres la única que lo hace… Ya veo que no.

Y llegó ese día, esa tarde, la semana siguiente: Yo, que había visto a Sandra en el colegio, no le había comentado nada sobre aquellos. Yo, discreta. Me dice mi hermano:

-Sonia, que vamos a casa de Oscar esta tarde a las 6. Esta vez será su hermana quien me saque la leche, jejeje (lo decía como en plan de venganza, jijiji)

Sí…, con la excusa de hacer “algún” trabajo que tenían que hacer, mi hermano (conmigo) se planta en casa de Oscar. Pero…, antes de realizar ese trabajo, tenían que… “relajarse” vaciando sus huevos, jajajaja.

-Hola Sonia (me dice Sandra cuando me ve). Jijiji (con risa nerviosa me dice), qué cosas, ¿eh?

El salido de Oscar nos indica el camino: vamos a su habitación y ya lo explica todo:

-Venga, cada hermana que pajee a su hermano

Y, a diferencia de mi casa, cuando estuvo, que solo se bajaron los pantalones, aquí Oscar se desnuda completamente. Carlos, mi hermano, tiene que imitarle, y también se quita toda la ropa. Sí…., verles desnudos a los dos es excitante, da su morbillo y ese calorcito interior que recorre el cuerpo. Ambos tienen la polla en horizontal, ya muy avanzada la erección. Están esperando las manitas femenitas para ponerse a tope, apuntando al cielo. Y a eso vamos Sandra y yo, cada una con su hermano.

Y….., hala…., glandes hinchados, brillantes, pollas anchas, venosas, calientes. Un tacto agradable, una visión emocionante. Hala, agarrar, sube y baja, sube y baja. Ellos recostados, poniendo cara de lujuria (bueno, cara de excitación, con la boca entreabierta, jadeando). Pasan 10 minutos y……. me preguntan los dos hermanitos, Oscar y Sandra:

-Sonia, ¿se la has mamado a Carlos ya?

-¿Cómo?…………………………..(tras unos segundos)…….. nooo.

Nunca había pensado en chupar la polla a mi hermano. Nunca me lo pidió, nunca me lo planteé…, y eso que muchas veces tenía la polla cerca de mi cara. No sé….. supongo que eso sería un paso adelante que no me había planteado.

-A él le gustaría mucho (me dice la pizpireta Sandra). Venga, vamos a hacer todos lo mismo.

Miro a mi hermano. No dice ni sí ni no. No hace gestos de aprobación o denegación. Estamos los dos, mi hermano y yo, expectantes, como novatos o aprendices de los otros dos, más lanzados en estos temas.

-¿Te vas a atrever? (me dice Sandra)

-Venga, anímate (dice Oscar). Hazlo por tu hermano.

Acerco mi cara a la polla de mi hermano…, qué grande es esa polla, qué glande más brillante…, qué sabroso… ¿sabroso?. Antes de ver lo que hacía Sandra, voy y doy un besito en la punta de la polla de mi hermano. “Biennnnnn”, me aplauden Sandra y Oscar. Ahora, les tengo que imitar…

Sacando la lengua, empiezo a lamer (lo que veo que hacía Sandra) el pene de mi hermano desde abajo, desde la base…., voy subiendo el ancho de mi lengua en el ancho de su pene…, hasta la punta.

El pene da un respingo…; se nota que le gusta el tacto húmedo de mi lengua, y…, meto esa cabeza del pene en mi boca. Ya está, el glande dentro de mi boca. “Biennnnnnnn”, otra vez. El primer paso. Con mi mano agarrando el ancho del pene, y mi boca ocupada en el glande, entrando y sacando mi boca, chupo y pajeo a la vez a mi hermano, que está (ahora todavía más) excitadísimo. Yo paro de vez en cuando, preguntando a Sandra y Oscar sobre el tema de la chupada y la leche.

Ellos me aclaran que me la puedo beber, que me la beba, porque tiene muchas proteínas y vitaminas la leche de hombre. Yo me lo creo, jajaja, no en vano, esa leche sirve para fecundar y hacer hijos (eso pensaba en aquel momento). Y no es cuestión de desperdiciar esa leche tan nutritiva, jajaja.

¿Me daba asco la leche de hombre? Pues……., ya me había chorreado mucho semen por mi mano. Ya conocía el olor a semen, tan peculiar. No olía a orina. Olía a semen. Olor curioso y característico… Pero…, ¿a qué sabría? Como el olor no me parecía revulsivo, y ante el ánimo que me daban Sandra y Oscar, pues estaba encaminada a probar esa leche de hombre, tan nutritiva.

Pero que me avisen. No quería que me duchara y me cayera la leche en la cara, la ropa o el pelo, como se ve en tantos vídeos. No entiendo esos vídeos y no me gustaría que me pasara a mi.

Y ahí llegó el momento. Mi hermano estaba tan excitado que su corrida fue pronto. Me avisó y me dio un toque…, y en ese momento cerré mi boca atrapando su glande dentro, que empezó a escupir semen.

Ese pene palpitante inyectaba chorros y chorros de semen en mi boca, que me tragué por reflejo la mayoría…., pero los últimos chorros los guardé en mi boca. ¿A qué sabe?….. Lo saboreé y…… la verdad es que no sabe a gran cosa. Es como beber yogur natural sin azúcar. Un poco soso. Casi mejor.

Mi hermano acabó exhausto. Yo me tragué su semen, y los otros dos hermanos, Oscar y Sandra aplaudieron mi decisión. Olé!!! Mirando a Sandra, se veía que ella tenía mucha destreza y había chupado muchas veces esa polla de Oscar, que, se corrió al poco tiempo (no se hizo esperar).

Desnudos los dos chicos, recostados, descansados, estaban en la Gloria. Las dos chicas, reíamos nerviosas. Teníamos nuestra ración de proteínas. Qué mayores nos sentíamos…., y más yo, que había aprendido cosas nuevas.

Esa misma noche en casa…, me dijo discretamente mi hermano:

-Ejem…., Sonia….., ¿te ha parecido bien lo de esta tarde en casa de Oscar?

Pongo cara de póker……….. Claro que me había parecido bien. Fue excitante. Contesto:

-Sí, claro.

-Te ha gustado chupármela? ¿Te gustó mi leche?

-Ha sido gracioso. La leche le falta azúcar, jejeje, pero no estaba mala

-mmmmmmmmmmm (se lo piensa mi hermano antes de hablar)…….., y…., ¿podrías hacerlo otra vez, si es que no hay problemas?

-¿Ahora?

-Bueno…. Dentro de un rato, cuando papá y mamá se hayan acostado y hayan cerrado su puerta.

-Vale……

Y…, una vez que la casa estaba en silencio, y mis padres durmiendo, Carlos se desnuda, aparece su pollón, ya descapullado y tieso…, bamboleándose mientras se quita la ropa. Y voy yo agarrando esa polla.

Me meto el glande en la boca, mojándolo. Mi mano agarra el tronco del pene y lo empiezo a pajear mientras doy chupetoncitos al glande. Obviamente, esa polla no se mete en mi boca más allá del glande…, pero suficiente para que mi hermano se excitase sobremanera. Esos huevos moviéndose, empujando, subiendo, bajando. Carlos, de pie, sin moverse….

Yo, agachada, mi boca chupando la punta de su polla….. Me paro y le advierto que me avise de cuando salga la leche. No quiero ser duchada. Me lo beberé todo…., pero que me avise. Y me avisa…. Como en la tarde, todos los chorros entran en mi boca, y no salen. Van al estómago. Más proteínas y vitaminas, jajajaja.

Días después: coincido con Sandra en el patio. Ella me buscaba y me cuenta que a ver cuando voy a su casa, que ella y Oscar (su hermano) me quieren enseñar algo. Bueno……., una tarde, cuando Sandra me diga, voy a su casa.

-¿Llamo a Carlos (mi hermano) para que venga?

-No (dice Sandra). Ven tú sola.

Vale…., será prontito en la tarde. Que no se me pase el tiempo….​
Me ha gustado mucho el relato, he estado empalmadisimo mientras lo leía. Si me la llegas a tocar me corro
 
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