Montse y AmoManu en el chiringito

sumisos BCN

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MONTSE y MANU EN LA PLAYA
Ya habían pasado varias semanas desde nuestra primera cita con Manu y aunque no habíamos vuelto a quedar, sí que manteníamos el contacto entre nosotros.
A Montse parecía haberle gustado y sentido cómodo esa primera vez, el que no se la follaran y no tuviera que chupar pollas, le había encantado.
Pero como digo, habían pasado varias semanas y tanto Manu como yo estábamos deseando que se repitiera la situación. Además, como os había dicho, ahora no podría decir que no sabia lo que Manu quería de ella y no se podía imaginar hasta donde podía llegar la imaginación morbosa de él, bueno, la verdad yo tampoco.
Así, que un día que estábamos dando una vuelta le dije sin tapujos:
-Manu dice que le gustaría volver a quedar con nosotros, ¿qué le digo? - Le pregunte.
-No se- respondió ella- Lo del otro día fue muy fuerte, no sé qué hacer- Respondió
-Pues no sabes lo que te espera- pensé yo para mis adentros, aunque como digo, tampoco sabia a ciencia cierta que era lo que le esperaba.
-Piénsatelo-Le dije para no presionarla.
Deje pasar unos días, pero no me daba respuesta y me estaba empezando a poner nervioso, creo que tenia yo mas ganas que el propio Manu.
Así, un día que ya no podía más, volví a preguntarle
-¿Te has pensado lo de Manu?-
-Bueno, sí, podemos quedar otra vez- Me contesto.
-Vale, de acuerdo- Le respondí intentando que no se me notara la alegría y excitación con su respuesta.
En cuanto pude llame a Manu para darle la buena noticia y empezamos a tramar un plan.
¿Tramar?, Manu me dejo claro que desde ese momento Montse era suya y yo solo sería el colaborador necesario para montar lo que él quisiera, pero que no pensaba darme ninguna explicación sobre lo que quería hacer.
Así que unos días más tarde recibí un wasap que me decía que la llevara a el chiringuito El Mosquito, en la playa del Remolar a comer.
Me indico que ya teníamos la mesa reservada a mi nombre, que empezamos a comer, que el llegaría cuando lo creyera oportuno y no le dijera a Montse que él iba a ir.
Le pregunte como quería que fuera vestida y me dijo que le era igual, que él se encargaba, lo que me dejó, como se dice, con la mosca detrás de la oreja.
Le dije a Montse que ese fin de semana iríamos a la playa e iríamos a comer a El Mosquito, la verdad es que lo conocimos y no puso ningún inconveniente.
Así que el día que tocaba nos fuimos para allí, cargados con la bolsa de las toallas, el protector, las sombrillas…
Como me había indicado Manu no le había dicho nada especial a Montse para que se pusiera, así que llevaba su bañador, no le gustan los bikinis y un vestido camisero que se había comprado para esta temporada.
Llegamos y si, teníamos una mesa reservada a mi nombre, en una esquina del local, aunque como todo chiringuito esta todo prácticamente abierto, así que daba un poco lo mismo estar en una esquina o en medio del local, pero, bueno, tenia una cierte, digamos, intimidad.
Pedimos la comida, lo típico, tapas variadas, regado con una buena sangría de cava bien seca, pero la comida estaba llegando a su fin y el que no llegaba era Manu, empezaba a pensar que nos había dado plantón.
Pero no, cuando el camarero ya estaba recogiendo la mesa llego y sin decir nada se sentó al lado de Montse, que dio respingo al verlo aparecer, así de golpe y sentarse a su lado.
-Hola pareja, ¿Qué tal estáis? - nos digo dándole dos besos en la mejilla a Montse
-Bien, bien- Casi balbuceo ella recuperándose todavía de la sorpresa.
Manu no tenía ganas de perder el tiempo, así que abordo directamente el asunto.
-Me ha dicho tu marido que querías volver a quedar conmigo, pues bien, aquí estoy, ¿es así, querias volver a quedar?
-Si, si, se lo dije- Respondio con un hilo de voz
-Perfecto, pero tienes que saber que entonces serás mía y harás todo lo que yo te pida y desee, sin ningún reparo por tu parte, en ningún momento te pondré en peligro ni estarás en situaciones que no tengan toda la seguridad necesaria, pero por lo demás, no tendré ningún límite, ¿estas de acuerdo? Puedes decir ahora que no y nos vamos, no pasa nada. Pero quiero que estes segura de lo que quieres. - Acabo
Era prácticamente un contrato de sumisión que ella debía aceptar y si lo hacia quedaba en sus manos.
Lo que ella no sabia era que Manu y yo habíamos acordado de que si en alguna situación ella estaba abiertamente a disgusto pararíamos.
Ella mantenía los ojos sobre la mesa, no se atrevía a mirarnos a la cara, sobre todo a él, pero la pudimos escuchar decirle.
-De acuerdo, lo hare-
-Perfecto entonces-Le dijo cogiéndola de la mano.
-Vamos-
Manu no tenía ganas de perder el tiempo y quería empezar a usar a su sumisa.
Los vi salir del chiringuito y dirigirse a la parte de atrás, que daba al camino que llevaba a la playa nudista, a unos quince minutos andando y el parking de la playa y el chiringuito.
Yo me quede en la mesa, esperando como un tonto, no sabia si salir a ver que estaban haciendo, quedarme en la mesa… cuando sonó mi móvil, era una videollamada de Manu.
Descolgué inmediatamente y en la pantalla pude ver a mi mujer en la pared del chiringuito, ya no llevaba el vestido y estaba solamente con el bañador.
-Quítate el bañador- Escuché la voz de AmoManu le decía.
Y ella poco a poco se lo fue quitando, primero los tirantes, dejando a la vista sus tetas, pareció dudar un momento, pero él fue tajante.
-Continua, te quiero sin bañador ya, si tardas tendrás un castigo-Le dijo.
No sé a que se refería con un castigo, pero el caso es que ella se empezó a enrollar el bañador y enseguida apareció su barriga y de inmediato su coño, un poco peludo, no esperaba que se lo viera nadie y no se lo había arreglado.
Se había quedado con el bañador justo por debajo de las ingles, dejándola casi completamente desnuda, pero con el morbo añadido de tener el bañador de esa manera.
No veía el camino, pero estaba claro de que cualquiera que pasara camino del parking podría verla.
-Venga, acaba de quitártelo y dámelo- Le ordeno AmoManu.
Y ella, obediente, sumisa, así lo hizo, quedando completamente desnuda en aquel camino.
Manu le cogió el bañador y se lo guardo en una bolsa que llevaba, no sabia como iba a volver al chiringuito.
Se separo de ella para que pudiera ver la situación, ella completamente desnuda, contra la pared trasera del chiringuito y a la vista de cualquiera que pasara del parking al chiringuito o hacia la playa.
Pero Manu sabia que era suya y la iba a disfrutar y vaya si lo iba a hacer.
Dejo el móvil encima de unas cajas, de manera que podía ver a Montse de cintura para arriba y vi aparecer en la pantalla a Manu, llevaba en la mano lo que me pareció una botellita de laca de uñas y si, era eso.
Le cogió una teta a Montse, apretándosela y levantadola a la vez, de manera que su pezón quedaba mirando al cielo y empezó a pintarlo con la laca de un rojo intenso, siguió con la aureola y amplio la zona pintada todavía un poco más, acabada la primera teta le pinto también el segundo pezón, entonces volvió a coger él el móvil para que pudiera verla bien. Tenia los pezones completamente rojos de la laca, pero no había acabado.
De la bolsa saco un huevo, tendría un tamaño algo menor que el de gallina, no muy grande, pero no estaba mal, se lo dio a Montse y una botella de lubricante.
-Empápalo bien y métetelo en el coño- Le dijo a la vez que se lo daba.
-Pero ¿Cómo voy a meterme esto? - Protesto ella.
-Ya sabía yo que tendría que educarte, pero eso me va a gustar mucho- Le dijo mientras la cogía de la mano y la llevaba hacia el camino.
-No por favor, ya me lo meto, lo intentare, pero no me saques así al camino-Suplico ella.
Pero él ya no iba a atender suplicas, la llevo por el camino, en ese momento no se cruzo con nadie, hasta la zona de parking de la playa, un recorrido corto, unos 25 metros, pero allí estaba el chico que daba los tickets que se quedó con la copla.
Manu la llevo entre los coches haciéndola sentar sobre un capo.
-Ay, quema- Se quejo Montse
Por toda respuesta Manu le paso el móvil a ella.
-Enfoca el coño- Le ordeno
Y entonces vi cómo le puso lubricante al huevo y haciéndola separar las piernas se lo fue metiendo, enseguida vi cerrarse los labios del coño alrededor del huevo, con todo el dentro, solo salía un pequeño cable, después entendí que era la antena, era inalámbrico.
Manu recupero el móvil y enfoco al chico del parking unos coches más allá contemplando la escena.
-El resto es una sorpresa- Me dijo y la video llamada se acabó.
Esperé ansioso a ver que pasaba y a los pocos minutos pude ver a mi mujer, su sumisa, haciendo su entrada nuevamente en el comedor, ella delante, sola, mirando al suelo muerta de vergüenza y Manu unos pasos por detrás de ella, dejándola completamente sola.
Manu la había “vestido” por decir algo, a su gusto, le había hecho poner un microbikini, Montse no tiene mucho pecho, pero hasta ese mini sujetador dejaba a la vista toda la teta, es más, no tapaba mas que un poco el pezón y se veía la aureola pintada de rojo por los lados del diminuto triangulo de tela, que para mas morbo, era de algodón, de color blanco, lo que junto con el intenso color rojo con el que se los había pintado hacia que se vieran perfectamente.
La braga, ¿Qué braga?, aquello era un pequeño triangulo que apenas le tapaba el pubis, que además como no se había depilado se podían ver los pelos saliendo también del triangulo y se le transparentaba a través de la fina tela.
Llego Montse casi corriendo a la mesa, para ello tuvo que atravesar completamente la sala y todos los comensales pudieron contemplarla a su antojo.
Se sentó Manu a su lado dejando el mando a distancia del huevo que llevaba en sus entrañas sobre la mesa.
Era como el mando de la puerta de un parking, con dos teclas de + / -, supuse que ese momento estaba completamente apagado, porque Manu, mirándome con una sonrisa pícara empezó a darle al más.
Montse dio un respingo al notar la vibración dentro de ella, y él le dio otro clic, empezando entonces ella a agitarse suavemente.
-Yo me tomaría una copa- Dijo Manu como si nada- ¿-Y vosotros- Nos preguntó
Yo apuntándome al carro le dije que sí, que yo también y le hice un gesto al camarero para que se acercara a nuestra mesa para pedir.
El hombre ya se había quedado con la situación de Montse y en cuanto llego no le quito ojo de encima, además, Manu le había dado un par mas de clics al mando y ella no sabia ni como ponerse, ni disimular. Se debía estar retorciendo de placer y muriéndose de vergüenza.
Nos tomamos con calma hacer la comanda. Que ginebras tiene, pues yo lo prefiero de ron…
Y cuando le pregunto a Montse esta casi no podía articular palabra.
-Yo me tomare un gin-Le dijo
-Si, ¿Pero que ginebra quieres- Le preguntaba para obligarla a hablar a la vez que pude escuchar un nuevo clic del mando?
-La que sea- Contesto ella con la voz temblando
-¿Pero cual te gusta más- Insistía él para hacerla sufrir
-Nordic, Nordic, me gusta esa- Le contesto casi gritando de placer.


Al fin el camarero se fue con nuestra comanda y vi como Manu bajaba la intensidad de la vibración hasta dejarla en lo que parecía el mínimo o parado.
Empezamos entonces una conversación banal, de tema varios, como la vez anterior, de nuestras vidas, trabajo, … mientras nos tomábamos las copas que ya nos habían traído.
Fue como la calma antes de la tempestad.
En cuanto nos acabamos la copa Manu le dijo a Montse que fuera a pagar y entonces entendí una de las peticiones que me había hecho Manu, que llevara el dinero para pagar en billetes de cinco €uros.
No lo entendí en ese momento, pero en cuanto vi la situación lo entendí perfectamente, lo tenia todo estudiado el tío.
Le di la cartera y Montse se levantó y se fue hacia la barra, con la mirada al suelo, llena de vergüenza.
Al entrar no le había visto la espalda, pero ahora que se dirigía a la barra pude verle todo el culo, parecía que iba completamente desnuda, aunque no se que hubiera sido peor, desnuda o con aquel microbikini del que la cinta se metía entre sus nalgas y parecía que no llevara nada.
Como había tramado Manu, todo lo tenia bien pensado, al no haberle pedido que ya tuviera la cuenta preparada, tuvo que ir revisando, línea por línea, todo lo que habíamos pedido y tal y como tenia a Montse delante le estaba llevando mucho tiempo, se lo estaba tomando mientras de deleitaba mirándole con todo descaro las tetas, ¿No las estaba mostrando, porque no mirarlas? Debería pensar el hombre, que para su desgracia no podía ver la parte de abajo, tapada por la barra.
Una vez el hombre dio por buena la cuenta pasamos a pagar, como yo había calculado el importe estaba sobre los 100€, no llegaba y como había previsto Manu, al hacer que ella pagara con billetes de 5€ obligo a Montse a ir contándolos y después el camarero repasarlo, que además, casualmente se equivoco un par de veces, con lo que Manu, había conseguido su objetivo, tener a su sumisa un buen rato expuesta en el chiringuito.
Montse volvió a la mesa con la cuenta y su cara era todo un poema, nosotros ya nos estábamos levantado y nos dirigimos a la salida.
-Ves tu delante- Le indico a Montse
-¿Dónde vamos ahora?-Le pregunte
-A la playa a tomar un rato el sol- Contesto Manu
-¿A la nudista?- respondi
-En la nudista no tiene ningún merito,

vamos a la textil- No respondió
Y hacia allí nos fuimos, con Montse con su micro bikini delante y nosotros dos detrás, viendo su culo moverse al ritmo de sus pasos
 
MONTSE y MANU EN LA PLAYA
Ya habían pasado varias semanas desde nuestra primera cita con Manu y aunque no habíamos vuelto a quedar, sí que manteníamos el contacto entre nosotros.
A Montse parecía haberle gustado y sentido cómodo esa primera vez, el que no se la follaran y no tuviera que chupar pollas, le había encantado.
Pero como digo, habían pasado varias semanas y tanto Manu como yo estábamos deseando que se repitiera la situación. Además, como os había dicho, ahora no podría decir que no sabia lo que Manu quería de ella y no se podía imaginar hasta donde podía llegar la imaginación morbosa de él, bueno, la verdad yo tampoco.
Así, que un día que estábamos dando una vuelta le dije sin tapujos:
-Manu dice que le gustaría volver a quedar con nosotros, ¿qué le digo? - Le pregunte.
-No se- respondió ella- Lo del otro día fue muy fuerte, no sé qué hacer- Respondió
-Pues no sabes lo que te espera- pensé yo para mis adentros, aunque como digo, tampoco sabia a ciencia cierta que era lo que le esperaba.
-Piénsatelo-Le dije para no presionarla.
Deje pasar unos días, pero no me daba respuesta y me estaba empezando a poner nervioso, creo que tenia yo mas ganas que el propio Manu.
Así, un día que ya no podía más, volví a preguntarle
-¿Te has pensado lo de Manu?-
-Bueno, sí, podemos quedar otra vez- Me contesto.
-Vale, de acuerdo- Le respondí intentando que no se me notara la alegría y excitación con su respuesta.
En cuanto pude llame a Manu para darle la buena noticia y empezamos a tramar un plan.
¿Tramar?, Manu me dejo claro que desde ese momento Montse era suya y yo solo sería el colaborador necesario para montar lo que él quisiera, pero que no pensaba darme ninguna explicación sobre lo que quería hacer.
Así que unos días más tarde recibí un wasap que me decía que la llevara a el chiringuito El Mosquito, en la playa del Remolar a comer.
Me indico que ya teníamos la mesa reservada a mi nombre, que empezamos a comer, que el llegaría cuando lo creyera oportuno y no le dijera a Montse que él iba a ir.
Le pregunte como quería que fuera vestida y me dijo que le era igual, que él se encargaba, lo que me dejó, como se dice, con la mosca detrás de la oreja.
Le dije a Montse que ese fin de semana iríamos a la playa e iríamos a comer a El Mosquito, la verdad es que lo conocimos y no puso ningún inconveniente.
Así que el día que tocaba nos fuimos para allí, cargados con la bolsa de las toallas, el protector, las sombrillas…
Como me había indicado Manu no le había dicho nada especial a Montse para que se pusiera, así que llevaba su bañador, no le gustan los bikinis y un vestido camisero que se había comprado para esta temporada.
Llegamos y si, teníamos una mesa reservada a mi nombre, en una esquina del local, aunque como todo chiringuito esta todo prácticamente abierto, así que daba un poco lo mismo estar en una esquina o en medio del local, pero, bueno, tenia una cierte, digamos, intimidad.
Pedimos la comida, lo típico, tapas variadas, regado con una buena sangría de cava bien seca, pero la comida estaba llegando a su fin y el que no llegaba era Manu, empezaba a pensar que nos había dado plantón.
Pero no, cuando el camarero ya estaba recogiendo la mesa llego y sin decir nada se sentó al lado de Montse, que dio respingo al verlo aparecer, así de golpe y sentarse a su lado.
-Hola pareja, ¿Qué tal estáis? - nos digo dándole dos besos en la mejilla a Montse
-Bien, bien- Casi balbuceo ella recuperándose todavía de la sorpresa.
Manu no tenía ganas de perder el tiempo, así que abordo directamente el asunto.
-Me ha dicho tu marido que querías volver a quedar conmigo, pues bien, aquí estoy, ¿es así, querias volver a quedar?
-Si, si, se lo dije- Respondio con un hilo de voz
-Perfecto, pero tienes que saber que entonces serás mía y harás todo lo que yo te pida y desee, sin ningún reparo por tu parte, en ningún momento te pondré en peligro ni estarás en situaciones que no tengan toda la seguridad necesaria, pero por lo demás, no tendré ningún límite, ¿estas de acuerdo? Puedes decir ahora que no y nos vamos, no pasa nada. Pero quiero que estes segura de lo que quieres. - Acabo
Era prácticamente un contrato de sumisión que ella debía aceptar y si lo hacia quedaba en sus manos.
Lo que ella no sabia era que Manu y yo habíamos acordado de que si en alguna situación ella estaba abiertamente a disgusto pararíamos.
Ella mantenía los ojos sobre la mesa, no se atrevía a mirarnos a la cara, sobre todo a él, pero la pudimos escuchar decirle.
-De acuerdo, lo hare-
-Perfecto entonces-Le dijo cogiéndola de la mano.
-Vamos-
Manu no tenía ganas de perder el tiempo y quería empezar a usar a su sumisa.
Los vi salir del chiringuito y dirigirse a la parte de atrás, que daba al camino que llevaba a la playa nudista, a unos quince minutos andando y el parking de la playa y el chiringuito.
Yo me quede en la mesa, esperando como un tonto, no sabia si salir a ver que estaban haciendo, quedarme en la mesa… cuando sonó mi móvil, era una videollamada de Manu.
Descolgué inmediatamente y en la pantalla pude ver a mi mujer en la pared del chiringuito, ya no llevaba el vestido y estaba solamente con el bañador.
-Quítate el bañador- Escuché la voz de AmoManu le decía.
Y ella poco a poco se lo fue quitando, primero los tirantes, dejando a la vista sus tetas, pareció dudar un momento, pero él fue tajante.
-Continua, te quiero sin bañador ya, si tardas tendrás un castigo-Le dijo.
No sé a que se refería con un castigo, pero el caso es que ella se empezó a enrollar el bañador y enseguida apareció su barriga y de inmediato su coño, un poco peludo, no esperaba que se lo viera nadie y no se lo había arreglado.
Se había quedado con el bañador justo por debajo de las ingles, dejándola casi completamente desnuda, pero con el morbo añadido de tener el bañador de esa manera.
No veía el camino, pero estaba claro de que cualquiera que pasara camino del parking podría verla.
-Venga, acaba de quitártelo y dámelo- Le ordeno AmoManu.
Y ella, obediente, sumisa, así lo hizo, quedando completamente desnuda en aquel camino.
Manu le cogió el bañador y se lo guardo en una bolsa que llevaba, no sabia como iba a volver al chiringuito.
Se separo de ella para que pudiera ver la situación, ella completamente desnuda, contra la pared trasera del chiringuito y a la vista de cualquiera que pasara del parking al chiringuito o hacia la playa.
Pero Manu sabia que era suya y la iba a disfrutar y vaya si lo iba a hacer.
Dejo el móvil encima de unas cajas, de manera que podía ver a Montse de cintura para arriba y vi aparecer en la pantalla a Manu, llevaba en la mano lo que me pareció una botellita de laca de uñas y si, era eso.
Le cogió una teta a Montse, apretándosela y levantadola a la vez, de manera que su pezón quedaba mirando al cielo y empezó a pintarlo con la laca de un rojo intenso, siguió con la aureola y amplio la zona pintada todavía un poco más, acabada la primera teta le pinto también el segundo pezón, entonces volvió a coger él el móvil para que pudiera verla bien. Tenia los pezones completamente rojos de la laca, pero no había acabado.
De la bolsa saco un huevo, tendría un tamaño algo menor que el de gallina, no muy grande, pero no estaba mal, se lo dio a Montse y una botella de lubricante.
-Empápalo bien y métetelo en el coño- Le dijo a la vez que se lo daba.
-Pero ¿Cómo voy a meterme esto? - Protesto ella.
-Ya sabía yo que tendría que educarte, pero eso me va a gustar mucho- Le dijo mientras la cogía de la mano y la llevaba hacia el camino.
-No por favor, ya me lo meto, lo intentare, pero no me saques así al camino-Suplico ella.
Pero él ya no iba a atender suplicas, la llevo por el camino, en ese momento no se cruzo con nadie, hasta la zona de parking de la playa, un recorrido corto, unos 25 metros, pero allí estaba el chico que daba los tickets que se quedó con la copla.
Manu la llevo entre los coches haciéndola sentar sobre un capo.
-Ay, quema- Se quejo Montse
Por toda respuesta Manu le paso el móvil a ella.
-Enfoca el coño- Le ordeno
Y entonces vi cómo le puso lubricante al huevo y haciéndola separar las piernas se lo fue metiendo, enseguida vi cerrarse los labios del coño alrededor del huevo, con todo el dentro, solo salía un pequeño cable, después entendí que era la antena, era inalámbrico.
Manu recupero el móvil y enfoco al chico del parking unos coches más allá contemplando la escena.
-El resto es una sorpresa- Me dijo y la video llamada se acabó.
Esperé ansioso a ver que pasaba y a los pocos minutos pude ver a mi mujer, su sumisa, haciendo su entrada nuevamente en el comedor, ella delante, sola, mirando al suelo muerta de vergüenza y Manu unos pasos por detrás de ella, dejándola completamente sola.
Manu la había “vestido” por decir algo, a su gusto, le había hecho poner un microbikini, Montse no tiene mucho pecho, pero hasta ese mini sujetador dejaba a la vista toda la teta, es más, no tapaba mas que un poco el pezón y se veía la aureola pintada de rojo por los lados del diminuto triangulo de tela, que para mas morbo, era de algodón, de color blanco, lo que junto con el intenso color rojo con el que se los había pintado hacia que se vieran perfectamente.
La braga, ¿Qué braga?, aquello era un pequeño triangulo que apenas le tapaba el pubis, que además como no se había depilado se podían ver los pelos saliendo también del triangulo y se le transparentaba a través de la fina tela.
Llego Montse casi corriendo a la mesa, para ello tuvo que atravesar completamente la sala y todos los comensales pudieron contemplarla a su antojo.
Se sentó Manu a su lado dejando el mando a distancia del huevo que llevaba en sus entrañas sobre la mesa.
Era como el mando de la puerta de un parking, con dos teclas de + / -, supuse que ese momento estaba completamente apagado, porque Manu, mirándome con una sonrisa pícara empezó a darle al más.
Montse dio un respingo al notar la vibración dentro de ella, y él le dio otro clic, empezando entonces ella a agitarse suavemente.
-Yo me tomaría una copa- Dijo Manu como si nada- ¿-Y vosotros- Nos preguntó
Yo apuntándome al carro le dije que sí, que yo también y le hice un gesto al camarero para que se acercara a nuestra mesa para pedir.
El hombre ya se había quedado con la situación de Montse y en cuanto llego no le quito ojo de encima, además, Manu le había dado un par mas de clics al mando y ella no sabia ni como ponerse, ni disimular. Se debía estar retorciendo de placer y muriéndose de vergüenza.
Nos tomamos con calma hacer la comanda. Que ginebras tiene, pues yo lo prefiero de ron…
Y cuando le pregunto a Montse esta casi no podía articular palabra.
-Yo me tomare un gin-Le dijo
-Si, ¿Pero que ginebra quieres- Le preguntaba para obligarla a hablar a la vez que pude escuchar un nuevo clic del mando?
-La que sea- Contesto ella con la voz temblando
-¿Pero cual te gusta más- Insistía él para hacerla sufrir
-Nordic, Nordic, me gusta esa- Le contesto casi gritando de placer.


Al fin el camarero se fue con nuestra comanda y vi como Manu bajaba la intensidad de la vibración hasta dejarla en lo que parecía el mínimo o parado.
Empezamos entonces una conversación banal, de tema varios, como la vez anterior, de nuestras vidas, trabajo, … mientras nos tomábamos las copas que ya nos habían traído.
Fue como la calma antes de la tempestad.
En cuanto nos acabamos la copa Manu le dijo a Montse que fuera a pagar y entonces entendí una de las peticiones que me había hecho Manu, que llevara el dinero para pagar en billetes de cinco €uros.
No lo entendí en ese momento, pero en cuanto vi la situación lo entendí perfectamente, lo tenia todo estudiado el tío.
Le di la cartera y Montse se levantó y se fue hacia la barra, con la mirada al suelo, llena de vergüenza.
Al entrar no le había visto la espalda, pero ahora que se dirigía a la barra pude verle todo el culo, parecía que iba completamente desnuda, aunque no se que hubiera sido peor, desnuda o con aquel microbikini del que la cinta se metía entre sus nalgas y parecía que no llevara nada.
Como había tramado Manu, todo lo tenia bien pensado, al no haberle pedido que ya tuviera la cuenta preparada, tuvo que ir revisando, línea por línea, todo lo que habíamos pedido y tal y como tenia a Montse delante le estaba llevando mucho tiempo, se lo estaba tomando mientras de deleitaba mirándole con todo descaro las tetas, ¿No las estaba mostrando, porque no mirarlas? Debería pensar el hombre, que para su desgracia no podía ver la parte de abajo, tapada por la barra.
Una vez el hombre dio por buena la cuenta pasamos a pagar, como yo había calculado el importe estaba sobre los 100€, no llegaba y como había previsto Manu, al hacer que ella pagara con billetes de 5€ obligo a Montse a ir contándolos y después el camarero repasarlo, que además, casualmente se equivoco un par de veces, con lo que Manu, había conseguido su objetivo, tener a su sumisa un buen rato expuesta en el chiringuito.
Montse volvió a la mesa con la cuenta y su cara era todo un poema, nosotros ya nos estábamos levantado y nos dirigimos a la salida.
-Ves tu delante- Le indico a Montse
-¿Dónde vamos ahora?-Le pregunte
-A la playa a tomar un rato el sol- Contesto Manu
-¿A la nudista?- respondi
-En la nudista no tiene ningún merito,

vamos a la textil- No respondió
Y hacia allí nos fuimos, con Montse con su micro bikini delante y nosotros dos detrás, viendo su culo moverse al ritmo de sus pasos
Que ganas tengo de ver una imagen de esas tetas pintadas con laca de uñas rojo "putón" !!!
 
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