eljulih
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Quería contaros, una de las pocas situaciones morbosas que me he encontrado, que ojalá fueran más, pues son como un vicio quieres más y más, jeje.
Tenía que hacer unos trabajos en una casa de unos clientes que tengo amistad, la pareja ronda los 67, en veces anteriores que he estado en su casa, solemos estar por el jardín charlando y la mujer suele llevar camisolas de verano, se adivina que va sin sujetador, por su generoso escote, que al inclinarse se pueden ver sus generosos pechos que cuelgan ricos como frutas, y a la vez se clavan sus peones, marcándose en el tejido. Ya esa situación me empieza a poner malo, ese balanceo constante, ella no para, mientras nosotros charlamos ella está haciendo cosas, en una de esas se pone a arrancar malas hierbas y al agacharse, el vestido deja asomar ese culo y las bragas, llegando a marcar el bulto del coñitto, yo disfrutaba cada vez que lo hacia, por que solía ser lejos del ángulo de visión del marido, pero en una de las veces lo hizo delante de los dos y me corté y miré hacia otro lado, lo que me extrañó, que el no la avisara ni nada, un buen rato después, fijándome me di cuenta que la braga ya no se la marcaba bajo el vestido, me empecé a poner nervioso y creo que se me nota a, ella se puso a tender ropa, estaba situada cinco peldaños por encima nuestro, yo la veía de frente y el marido estaba en medio nuestro, pero mirándome solo a mi, ella comenzó a agacharse a recoger la ropa del balde del suelo y me dí cuenta que asomó un poco el culo, se había girado un poco y casi la veía de lado, la siguiente vez se agacha a más y el vestido cada vez subía más y más, yo intentaba no ponerme nervioso, pero se me notaba bastante, me temblaba hasta la voz, pero no podía evitar quitar la vista del marido y disimular mirándola a ella, en una de esas veces pensé, no puede ir sin bragas, llevará un tanga, pero las dos últimas veces que se agachó me borró esa idea, pues el vestido se la subió tanto que no había ni rastro de hilo ni tira, ni nada, se me heló la sangre, menos la que tenía en la polla, que quería salirse del pantalón, la situación agachada era como cuando se suben la falda para hacer pis, pues así y casi la veo el coño si hubiera estado girada un poco más, me fui para casa a hacerme una buena paja, y pensando si ellos querían algo más u ocurrió por casualidad, claro está que yo no voy a dar un paso sin saber, pero cada vez que los veo, fantaseo...
Tenía que hacer unos trabajos en una casa de unos clientes que tengo amistad, la pareja ronda los 67, en veces anteriores que he estado en su casa, solemos estar por el jardín charlando y la mujer suele llevar camisolas de verano, se adivina que va sin sujetador, por su generoso escote, que al inclinarse se pueden ver sus generosos pechos que cuelgan ricos como frutas, y a la vez se clavan sus peones, marcándose en el tejido. Ya esa situación me empieza a poner malo, ese balanceo constante, ella no para, mientras nosotros charlamos ella está haciendo cosas, en una de esas se pone a arrancar malas hierbas y al agacharse, el vestido deja asomar ese culo y las bragas, llegando a marcar el bulto del coñitto, yo disfrutaba cada vez que lo hacia, por que solía ser lejos del ángulo de visión del marido, pero en una de las veces lo hizo delante de los dos y me corté y miré hacia otro lado, lo que me extrañó, que el no la avisara ni nada, un buen rato después, fijándome me di cuenta que la braga ya no se la marcaba bajo el vestido, me empecé a poner nervioso y creo que se me nota a, ella se puso a tender ropa, estaba situada cinco peldaños por encima nuestro, yo la veía de frente y el marido estaba en medio nuestro, pero mirándome solo a mi, ella comenzó a agacharse a recoger la ropa del balde del suelo y me dí cuenta que asomó un poco el culo, se había girado un poco y casi la veía de lado, la siguiente vez se agacha a más y el vestido cada vez subía más y más, yo intentaba no ponerme nervioso, pero se me notaba bastante, me temblaba hasta la voz, pero no podía evitar quitar la vista del marido y disimular mirándola a ella, en una de esas veces pensé, no puede ir sin bragas, llevará un tanga, pero las dos últimas veces que se agachó me borró esa idea, pues el vestido se la subió tanto que no había ni rastro de hilo ni tira, ni nada, se me heló la sangre, menos la que tenía en la polla, que quería salirse del pantalón, la situación agachada era como cuando se suben la falda para hacer pis, pues así y casi la veo el coño si hubiera estado girada un poco más, me fui para casa a hacerme una buena paja, y pensando si ellos querían algo más u ocurrió por casualidad, claro está que yo no voy a dar un paso sin saber, pero cada vez que los veo, fantaseo...