Negro

juanjobbc

Nuevo miembro
Desde
20 Oct 2025
Mensajes
1
Reputación
1




    1. Casi Embarazada por un Negro
  • Cómo termine entregandome a un hombre de raza negra que casi me deja preñada.​
  • Soy Alejandra; les traigo una nueva experiencia, luego de los relatos anteriores esto me sucedió hace un año atrás, mi amiga Romeli me invito a salir un rato, por lo iríamos a una disco de la ciudad donde resido, relativamente recién aperturada según lo que me había comentado mi amiga.
    Llegada la hora me arregle para salir me coloque un pantalón strech tipo leggins negro, super ajustado, un top tipo bralett y una blusa ligera de transparencia que dejaba ver mi piel blanca y mis tetas, aunque pequeñas se veían ajustaditas y sandalias altas para resaltar mi cuerpo. Ya que como saben soy bajita 1.65 de estatura, pero como a toda mujer, me gusta resaltar mis atributos para robar miradas y sentirme admirada, deseada y porque no provocar piropos ja.ja.ja.ja…
    A eso de las 09:00 pm llegó Romeli, en su carro y nos fuimos, llegamos al lugar, se vista bastante concurrido, con una distribución muy linda y una gran sala de baile. Allí Romeli se junto con uno de nuestros conocidos de nombre Javier, quien le había hablado a ella del lugar invitándola a visitarlo.
    Estando allí pedimos bebidas cocktail “Mojitos” que me encantan, por cierto. A medida que pasaba el rato mi amiga conversaba con Javier y él nos sacó a bailar a cada una, luego rápidamente note la química entre ellos a medida que se desinhibían con el alcohol y bailaban ellos dos. Nuevamente me quede sentada un rato, notando que uno de los amigos de Javier no me quitaba la vista de encima, por lo que inevitablemente yo algo incomoda cruce algunas miradas con él. !!!!Obvio estoy acostumbrada a este tipo de situaciones, es normal!!! más aún cuando nos vestimos de forma provocadora.
    Rato más tarde Javier me presentó a su amigo, Jacinto, quien era uno de sus compañeros de trabajo, no era muy atractivo. Era un hombre mucho mayor que nosotras, recuerden que tengo 23 años y mi amiga Romeli 24. Jacinto, tenia unos 40 años, un hombre de raza negra, bastante corpulento y alto, no se veía mal. Pero para nada atractivo por lo menos, para mi gusto.
    Estando allí Javier y Romeli se fueron hacia la barra y luego desparecieron entre la escasa luz del lugar. Por lo que Jacinto, se acercó a mí invitándome a bailar, obviamente yo fui a rumbear, así que aproveché y me dispuse a bailar con él, (muy buen bailarín, por cierto), este señor bailaba muy bien todos los ritmos incluyendo la salsa que me encanta en lo particular bailar con un hombre que sepa hacerlo. Allí estuvimos conversando de forma amena, perdí la cuenta de cuantas canciones bailamos, sin embargo, bailando llegó un momento en el que estaba pegada completamente a él, apretada de la cintura por sus manos y yo rodeando con mis manos sus hombros “apenas podía” por lo grande que era Jacinto.
    Llegó un instante en el que miré hacia arriba viéndolo a los ojos, yo con cierto asombro y una sensación extraña que atravesó mi cuerpo, un cosquilleo. El alcohol y estar bailando con ese hombre enorme como un oso empezó a causarme calorrr. Además de todo, esto me encontraba ovulando esos días, saben lo que significa eso para una mujer…
    La música se tornó un poco más lenta, en ese instante bailando pegados pude, sentir un bulto grande un poco más arriba de mi vientre a la vez que Jacinto con sus manos pesadas presionaba un poco más mi pequeño cuerpo contra el suyo. El hombre estaba caliente...
    Como un reflejo, involuntario apoyé mí carita en su pecho, en ese preciso momento una especie de electricidad corrió desde mis tetas, hasta la entrada de la cavidad de mí vulva. ¿No podía entender que me estaba pasando? ¿Sería el alcohol o qué? Pero estaba cómoda con este señor Negro, Mayor y Poco Agraciado…
    Al terminar la canción le dije: "Jacinto voy un segundo al baño y después me voy, es tarde”
    Me contestó: "Ok Te espero sentado en las mesitas de allá"
    Las mesitas estaban en la oscuridad del lugar, pude ver que Jacinto dos tragos más, antes de sentarse.
    Entré al baño de damas con las mejillas coloradas y acalorada. Oriné, luego al secarme la vagina, la baba de mis flujos literalmente “chorreó” por mis labios vaginales, señal inequívoca de la receptividad de mi vulva, hacia ese hombre. !!No lo podía creer!! Traté de controlarme, soy una mujer joven, muy inteligente y formada. Aún así estaba mojada por un enorme y tosco, hombre negro de 40 años mayor que yo, nada atractivo, mucho menos simpático.
    Pensó en irme y no volver a la mesa con él, eran las 02:00 am, Romeli estaba con Javier en lo suyo pasándola bien y no quería “aguarle la fiesta”.
    Así que volví a la mesa" y allí estaba Jacinto esperándome con una nueva copa llena.
    -le dije: "Oh no!!!, yo no bebo más –gracias ha sido suficiente para mí".
    Me contesto: ¿Estás acalorada verdad?", dijo Jacinto clavando su mirada en mí cuerpo.
    Bajo la luz tenue y escasa del lugar, quedamos nuevamente mirándonos a los ojos, yo solamente podía emitir sonrisas nerviosas. Este hombre se apresuró y me plantó un beso abriendo mis labios, metiendo su lengua. Yo desinhibida por el alcohol sin pensar, le devolví el beso lenta y tiernamente.
    En un momento me detuve, intentando parar la situación. Le dije: "Me voy a casa ya me tengo que ir" fui hablar con Romeli, sin embargo, ella quería quedarse con Javier. La entendí. Obviamente se lo iba a comer esa noche y yo me iba a casa de inmediato en un taxi, por lo que me despedí y salí, sin embargo, Jacinto me alcanzo nuevamente y se ofreció a llevarme de la forma más caballerosa y educada. Pensé: ¿porque qué no? Y accedí a que me llevara a casa, total la había pasado bien con ese señor.
    Habiendo llegado a mí casa, nos despedimos, yo me sentía un poco mareada por tanto licor de los cócteles y mojitos, al igual que él. Quien debía manejar su camioneta por un rato más prolongado hasta su residencia.
    Eran eso de las 03:30 am y me pidió si le podía preparar un café antes de irse para bajar un poco el efecto del alcohol y llegar sin riesgos a su casa. Accedí a darle café bien cargado (Mí peor error) pasamos dentro, mis padres estaban dormidos en otra ala de mi casa. Él se sentó y yo me fui a la cocina a hacer el café, 05 minutos después regresé con dos cafés y azúcar.
    Jacinto se tomó su café, luego me tomó por mis manitos y me plantó otro beso con el que no habría vuelta atrás. Me comió la boca sin mediar palabra. Yo sin pensar en nada, no supe si despacharlo o corresponderle…Dentro de mi sabía que si le seguía el juego, no tenía escapatoria e iba a terminar cogida esa noche, por lo caliente que estaba.
    Jacinto no era un hombre de mi gusto, sin embargo, mi cuerpo era receptivo a sus ataques, no podía entenderlo. Tal vez era el momento en el que pasaba todo: ¿la calentura?, ¿el tiempo que tenía sin tener intimidad con un hombre?, ¿mis días fértiles de ovulación?, ¿estaba en celo? No sé.
    Lo que sí sé, es que pasamos a mi habitación, cerrando la puerta completamente, en minutos me desnudo, me acomodo en los cojines de la cama, abriendo mis piernas, inmovilizándome con sus enormes manos y brazos, empezó a olfatear y besar mi rajita que estaba totalmente mojada y babeada dándose cuenta de que estaba en celo, de la receptividad de mi cuca y se aprovechó de eso. Empecé a sentir gran placer llegando a mi primer orgasmo. Luego empezó a bajar sus pantalones, allí pude ver lo que portaba entre sus piernas “El Bulto” un pene considerablemente grande al igual que sus bolas. Siempre escuche eso de los hombres negros, pero nunca había estado con uno y menos tan mayor que yo. De hecho, no me gustan los hombres muy oscuros de piel…
    En el roce de nuestros cuerpos y los besos, vi como comenzaron a salir de su miembro erecto gruesas gotas de líquido pre seminal transparente. El me acariciaba con sus enormes manos, hasta que me tomó contra su cuerpo en la cama mientras me dijo:
    -"Alejandra, Te lo voy a meter, te voy a coger rico, estás mojadita, estas pidiendo guevo, lo necesitas".
    -Le dije en un momento de lucidez: "No estoy tomando pastillas anticonceptivas, estoy ovulando y en mis días fértiles" ¿Me puedes embarazar? ¡¡Y no quiero eso!! Por favor te pido que no me acabes adentro…
    Él volvió a mirarme con ojos penetrantes cómo mostrándome que él, era el macho que tomaba las decisiones. Me ubique de forma delicada en la cama, con mi vagina expuesta, cuál hembra que deja ver sutilmente que desea ser tomada por su macho.
    Él se subió a la cama se apoyó con su enorme cuerpo encima de mí y me montó, penetrándome suavemente hasta metérmelo entero, hasta el fondo.
    Yo no podía moverme, es un hombre muy grande y corpulento que me hacía ver como una "muñequita" debajo de él, solo recibiendo las fuertes embestidas de su miembro, ante la cogida que ya me estaba dando.
    Me límite a abrazarlo, a besarlo, a entregarle mis tetas, a recibirlo en mi seno, a sentirlo dentro de mí, entregada completamente a él en lo más profundo de mi ser, y al placer de su sexo, dejando escapar mis gemidos.
    Luego de unos minutos fallándome salvajemente, paró unos instantes y lentamente retiró de mí, gran parte de su pene.
    Yo creí que me lo había sacado por completo, pero inmediatamente él, volvió a empujar con una rudeza desproporcionada enterrando en mí, nuevamente su "guevo" (como decimos en Venezuela), hasta "la raíz", sentí que me llegaba hasta mi útero fértil, sin darme cuenta mis gemidos se convirtieron en chillidos (confieso que soy chillona, eso me encanta, llorar de placer) al parecer eso a los hombres los excita también mucho más.
    Volví a pedirle: -!!No me acabes adentro te lo ruego, me vas a preñar”¡¡ -!!!Cuando vayas a acabar sácamelo por favor!!! -Yo sabía que estaba en mis días fértiles y que no me estaba cuidando, es decir existia el riesgo...
    Sin embargo, esto lejos de controlar la situación fue más como un detonante para Jacinto y para mí, elevó nuestra excitación y placer al punto que empezamos a fantasear que él me embarazaba, que seria su mujer y madre de su hijo “Imagínense la locura y el desenfreno”. Y es que a nosotras nos encanta un hombre que nos haga sentir mujer en la cama, perder la cabeza en ese momento, eso es placer considero. Las hembras estamos para dar placer a nuestro macho y recibirlo de él. Igualmente recibir y sentir su eyaculación, su semen dentro.
    El enorme macho, aceleró el ritmo al máximo gruñendo como un animal, tomándome fuertemente, rodeando con sus brazos todo mi cuello y espalda. Intenté escapar hacia delante antes de que me acabara, pero me tenía inmovilizada, allí empecé a sentir como me inyectaba dentro, sus enormes descargas de semen con cada espasmo, sintiendo que me inundaba hasta el útero.
    Recibí con placer todo su torrente, su semilla, sabiendo el riesgo enorme que corría de quedar embarazada de él en ese momento por estar expuesta y ovulando. Era mi primera vez con un hombre negro y de esas dimensiones. Esa noche Jacinto me hizo suya dos veces más, siempre acabando dentro de mí, me encanto recibirlo, exprimir toda su leche, perdí la cuenta de los orgasmos que tuve y en las 03 cogidas que me dió, nos vinimos al mismo tiempo. Al otro día me sentía adolorida por los estrujones y las embestidas que me metió, pero totalmente plena y mujer capaz de satisfacer totalmente a un hombre y ser complacida al máximo. No obstante, esa noche, estoy segura de que Jacinto me preño, razón por la que salí de inmediato a comprar y tomarme el anticonceptivo de emergencia.
    Y luego a contarle a mi amiga​
 
Atrás
Top Abajo