soloquieroeso
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Hola, foreros.
Quería contaros una de nuestras experiencias, reales, más morbosa en tríos que tuve con Mabel, mi ex más salvaje.
Os pongo en antecedentes. Mabel y yo nos conocimos en una página de quedadas para divorciados y separados. Desde el principio hubo una química muy especial entre nosotros. Además, en la segunda quedada terminamos en su casa y en su cama, y fue una pasada el morbo y vicio que desprendía.
No pasó mucho tiempo (tres o cuatro encuentros más) para que nos contáramos nuestras fantasías.
Ella quería ser follada por dos hombres a la vez, dos pollas para ella, dos pollas para disfrutar de dobles penetraciones, oral, anal-vaginal y lo que surgiera, y yo quería tener una mujer-amante, con fantasías que quisiera cumplir y con la que cumplir las mías, así que llegó el flechazo amoroso y sexual de golpe.
El caso es que yo ya había tenido experiencias previas con tres parejas y con una de ellas tenía una "relación muy especial" de bastantes años , 4 o 5, ya que yo era uno de los folladores de ella (Sofi), pero con él (Miguel) tenía además una relación de buenos amigos.
Miguel tenía una polla fina pero larga, una delicia para un anal (lo probé en otra ocasión, he de confesarlo), con lo que era el candidato más propicio para la primera doble penetración de Mabel.
Mabel no es la típica mujer que cuentan en los relatos, exuberante, rubia y tetona. Mabel es una mujer, si no bella, es muy atractiva, sobre todo por su forma de ser. En aquel momento tenía 42 años, cuerpo normal, 1,65 de estatura, tetas pequeñas, culo normal para una mami de dos niñas, morena de pelo corto, ojos oscuros y orejas de soplillo que me encantaban.
Llegó el día del trío, que habíamos pactado ya de antemano. Miguel trajo un par de botellas de vino y al acabar la primera copa no quisimos retrasar más el sexo.
Nos fuimos a su habitación, nos desnudamos casi con urgencia y antes de quitarme los calzoncillos ya estaba Mabel en cuclillas, en pelotas y mamando el largo falo de Miguel. Me quedé unos minutos mirando cómo mi futura novia le comía la polla a mi amigo, y lo masturba mientras ella me miraba con una cara de viciosa que no olvidaré jamás.
Me acerqué ya desnudo y empalmado a ellos. Maribel agarró mi polla, más gruesa que la de Miguel y empezó a mamarnos alternando entre los dos y, a veces, juntando nuestras pollas y tratando de meterse las dos todo lo que podía en la boca.
Nosotros no habíamos ni tocado una teta aún, así que ambos la agarramos de las axilas, la llevamos a la cama, y Miguel se fue directamente a comerle el coño. Yo, mientras tanto, la besaba, acariciaba sus pechos y la miraba disfrutar de los lametones y placeres que le daba mi amigo en su sexo.
- Quiero follar - nos dijo mientras dejó claro que no sería yo quién la penetrará primero, ya que se puso sobre mí haciendo un 69 y agarrando la polla de Miguel, sin condón ni nada, la guió directamente a su coño, cosas que aprovechó mi amigo y se la hundió viendo yo desde una posición privilegiada cómo los huevos enormes de nuestro invitado se pegaron a los labios del coño. No pude evitarlo y lamí aquellos cojones que, esperaba, se vaciaran en cualquier parte de Mabel. Ahora me estaba tocando a mí saber lo que Miguel sentía al ver a su mujer con mi polla dentro y me encantaba.
Miguel bombeaba con verdadera furia, Mabel mamaba mi polla con delicadeza y vicio brutal, yo lamía clítoris, huevos, polla, labios, muslos. Estaba tan excitado que no quería dejar de tener aquella visión ni que terminaran aquellos sabores y aromas. En alguna ocasión se salía la polla de dentro de Mabel (o él la sacaba) y yo aprovechaba a agarrarla , darle un lametón y guiarla de nuevo al coño de ella.
Estuvimos no sé si unos minutos, horas... Me encantó. Mabel se incorporó un poco y le pidió a Miguel que se la sacará, que quería follarme ahora a mí y, a horcajadas sobre mi cuerpo, se atravesó el coño con mi herramienta mientras mamaba ahora la polla de Miguel. Aquello era espectacular desde el punto de vista que ahora me estaba tocando tener, el de que "mi chica" fuera objeto de placer de otro y de mí mismo, no de follarme a la mujer de otro (que me sigue gustando, claro).
No sé si fui yo quién lo pedí, pero sí recuerdo que fue Mabel quien le dijo a nuestro amigo que quería doble penetración, que le follara el culo mientras me seguía cabalgando.
Una de las sensaciones más bestias que puedes tener con tu pareja es notar la polla del otro entrando en su culo y notas cómo se va frotando con la tuya mientras tu pareja enloquece de placer y vicio.
Mabel se corrió como loca varias veces por el placer, por saber que tenía dos machos, dos pollas, dos hombres dentro de ella.
Le pidió a Miguel que la sacará, le mandó limpiarse la polla en en baño y, mientras él estaba limpiando su polla, ella me dijo que quería que nos corriéramos los dos en su boca, que quería probar dos tragadas de lefa seguidas. Casi me corro de cómo estaba tras lo vivido y lo que iba a vivir.
Cuando regresó nuestro invitado Mabel estaba tumbada, masturbándose, y le dijo a Miguel que quería vernos pajearnos y tragarse nuestra leche. Estaba como loca y se mordía el labio de abajo. En un par de ocasiones masturbé yo a mi amigo y él a mí y fui yo el que menos resistió vertiendo mi leche dentro de la boca de la que sería mi novia a partir de ese día.
Ella se tragó toda la corrida y volvió a abrir la boca para darle turno a Miguel, que con cuatro sacudidas fuertes le regó el interior de su paladar con una abundante corrida que ella tragó ávida y excitada mientras se corría frenética con sus dos manos en su sexo.
Besarla con sabor a sexo mezclado en su boca me enamoró de su sonrisa, su pasión, sus ojos, su vicio...
Tras el descanso y terminar la botella de vino dimos por finalizada la primera prueba (habría más quedadas de los tres con corridas de Miguel y mías en su culo, en su coño, y de Miguel en mi boca, en mi polla, en mi culo y mías en sus orificios e incluso quedadas y sexo bisexual muy cerdos a petición tanto de Maribel como de Sofi...).
Quería contaros una de nuestras experiencias, reales, más morbosa en tríos que tuve con Mabel, mi ex más salvaje.
Os pongo en antecedentes. Mabel y yo nos conocimos en una página de quedadas para divorciados y separados. Desde el principio hubo una química muy especial entre nosotros. Además, en la segunda quedada terminamos en su casa y en su cama, y fue una pasada el morbo y vicio que desprendía.
No pasó mucho tiempo (tres o cuatro encuentros más) para que nos contáramos nuestras fantasías.
Ella quería ser follada por dos hombres a la vez, dos pollas para ella, dos pollas para disfrutar de dobles penetraciones, oral, anal-vaginal y lo que surgiera, y yo quería tener una mujer-amante, con fantasías que quisiera cumplir y con la que cumplir las mías, así que llegó el flechazo amoroso y sexual de golpe.
El caso es que yo ya había tenido experiencias previas con tres parejas y con una de ellas tenía una "relación muy especial" de bastantes años , 4 o 5, ya que yo era uno de los folladores de ella (Sofi), pero con él (Miguel) tenía además una relación de buenos amigos.
Miguel tenía una polla fina pero larga, una delicia para un anal (lo probé en otra ocasión, he de confesarlo), con lo que era el candidato más propicio para la primera doble penetración de Mabel.
Mabel no es la típica mujer que cuentan en los relatos, exuberante, rubia y tetona. Mabel es una mujer, si no bella, es muy atractiva, sobre todo por su forma de ser. En aquel momento tenía 42 años, cuerpo normal, 1,65 de estatura, tetas pequeñas, culo normal para una mami de dos niñas, morena de pelo corto, ojos oscuros y orejas de soplillo que me encantaban.
Llegó el día del trío, que habíamos pactado ya de antemano. Miguel trajo un par de botellas de vino y al acabar la primera copa no quisimos retrasar más el sexo.
Nos fuimos a su habitación, nos desnudamos casi con urgencia y antes de quitarme los calzoncillos ya estaba Mabel en cuclillas, en pelotas y mamando el largo falo de Miguel. Me quedé unos minutos mirando cómo mi futura novia le comía la polla a mi amigo, y lo masturba mientras ella me miraba con una cara de viciosa que no olvidaré jamás.
Me acerqué ya desnudo y empalmado a ellos. Maribel agarró mi polla, más gruesa que la de Miguel y empezó a mamarnos alternando entre los dos y, a veces, juntando nuestras pollas y tratando de meterse las dos todo lo que podía en la boca.
Nosotros no habíamos ni tocado una teta aún, así que ambos la agarramos de las axilas, la llevamos a la cama, y Miguel se fue directamente a comerle el coño. Yo, mientras tanto, la besaba, acariciaba sus pechos y la miraba disfrutar de los lametones y placeres que le daba mi amigo en su sexo.
- Quiero follar - nos dijo mientras dejó claro que no sería yo quién la penetrará primero, ya que se puso sobre mí haciendo un 69 y agarrando la polla de Miguel, sin condón ni nada, la guió directamente a su coño, cosas que aprovechó mi amigo y se la hundió viendo yo desde una posición privilegiada cómo los huevos enormes de nuestro invitado se pegaron a los labios del coño. No pude evitarlo y lamí aquellos cojones que, esperaba, se vaciaran en cualquier parte de Mabel. Ahora me estaba tocando a mí saber lo que Miguel sentía al ver a su mujer con mi polla dentro y me encantaba.
Miguel bombeaba con verdadera furia, Mabel mamaba mi polla con delicadeza y vicio brutal, yo lamía clítoris, huevos, polla, labios, muslos. Estaba tan excitado que no quería dejar de tener aquella visión ni que terminaran aquellos sabores y aromas. En alguna ocasión se salía la polla de dentro de Mabel (o él la sacaba) y yo aprovechaba a agarrarla , darle un lametón y guiarla de nuevo al coño de ella.
Estuvimos no sé si unos minutos, horas... Me encantó. Mabel se incorporó un poco y le pidió a Miguel que se la sacará, que quería follarme ahora a mí y, a horcajadas sobre mi cuerpo, se atravesó el coño con mi herramienta mientras mamaba ahora la polla de Miguel. Aquello era espectacular desde el punto de vista que ahora me estaba tocando tener, el de que "mi chica" fuera objeto de placer de otro y de mí mismo, no de follarme a la mujer de otro (que me sigue gustando, claro).
No sé si fui yo quién lo pedí, pero sí recuerdo que fue Mabel quien le dijo a nuestro amigo que quería doble penetración, que le follara el culo mientras me seguía cabalgando.
Una de las sensaciones más bestias que puedes tener con tu pareja es notar la polla del otro entrando en su culo y notas cómo se va frotando con la tuya mientras tu pareja enloquece de placer y vicio.
Mabel se corrió como loca varias veces por el placer, por saber que tenía dos machos, dos pollas, dos hombres dentro de ella.
Le pidió a Miguel que la sacará, le mandó limpiarse la polla en en baño y, mientras él estaba limpiando su polla, ella me dijo que quería que nos corriéramos los dos en su boca, que quería probar dos tragadas de lefa seguidas. Casi me corro de cómo estaba tras lo vivido y lo que iba a vivir.
Cuando regresó nuestro invitado Mabel estaba tumbada, masturbándose, y le dijo a Miguel que quería vernos pajearnos y tragarse nuestra leche. Estaba como loca y se mordía el labio de abajo. En un par de ocasiones masturbé yo a mi amigo y él a mí y fui yo el que menos resistió vertiendo mi leche dentro de la boca de la que sería mi novia a partir de ese día.
Ella se tragó toda la corrida y volvió a abrir la boca para darle turno a Miguel, que con cuatro sacudidas fuertes le regó el interior de su paladar con una abundante corrida que ella tragó ávida y excitada mientras se corría frenética con sus dos manos en su sexo.
Besarla con sabor a sexo mezclado en su boca me enamoró de su sonrisa, su pasión, sus ojos, su vicio...
Tras el descanso y terminar la botella de vino dimos por finalizada la primera prueba (habría más quedadas de los tres con corridas de Miguel y mías en su culo, en su coño, y de Miguel en mi boca, en mi polla, en mi culo y mías en sus orificios e incluso quedadas y sexo bisexual muy cerdos a petición tanto de Maribel como de Sofi...).