Pedromiguel
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Fernanda, mi mujer, mi hotwife, me contó esta historia de una conocida de ella.
Lo cuento como me la contó ella, a quien a su vez se lo contó una amiga de Lana, quie estuvo en la fiesta en el velero.
n
Ronnie soltó las amarras y salió del puerto a motor. Montó la punta que cerraba el puerto y se dirigió a una pequeña bahía situada del otro lado. Entre ambos extremos se extendía una playa de arena blanca, bordeada toda de edificios altos, todos de 10 a 12 pisos.
Se acercó a la playa a unos 100 o 150 metros y soltó el fondeo. El mar estaba casi chato, con muy pocas ondas que apenas movían al velero. No había viento y hacía calor.
Una vez que se aseguró que estaba firme trajo la hielera de adentro y abrió el bar.
Los chicos vestían pantalón corto de baño y una remera. Las chicas no podían estar vestidas más diferentes. Eran muy distintas.
Mientras Tami era toda elegancia, con un short blanco corto, que cubría la parte alta de sus muslos y una camisa blanca suelta, de evidente buena calidad, zapatos náuticos y medias blancas. El blanco contrastaba con su piel bronceada y su rubio cabello, todo complementado con pocas alhajas de buena calidad.
Lana era toda distinta, lo opuesto.
Voluptuosa, con caderas amplias y grandes tetas se había puesto un vestido rojo, apretado, corto abajo y arriba, mostrando la parte de arriba de las tetas y muslo casi hasta arriba del todo. Iba muy maquillada y con grandes joyas de fantasía. Hablaba fuerte y se reía fuerte.
Ronnie le hizo sacar los zapatos de taco alto, totalmente inadecuados para un barco. Entonces quedó descalza, más bajita.
Pese a que Martin la presentó como su novia, era claramente una conquista del momento. Tenía incluso aspecto de prostituta y a nadie le extrañaría que hubiera cobrado por venir.
Igual Tami estaba contenta porque prefería que hubiera otra chica, para ayudarla a contener un poco a los amigos de su novio.
Pusieron música y al poco rato bailaban todos en cubierta y cabina. Las conversaciones fluían fácilmente y había un buen humor contagioso. Chistes y bromas fueron subiendo de tono y el ambiente se empezó a poner más fuerte con el alcohol y el contacto.
Martín y Paco, los más perjudicados por el alcohol, cargaron a Ronnie y lo tiraron al agua, en medio de risas y aplausos.
Luego Antonio tiro a Paco y Martín se tiró solo, antes de que alguien lo hiciera.
Ronnie llamó a Tami al agua. Tami se sacó el short y la camisa, quedando en bikini. Se había imaginado que esta fiesta incluiría baño, y había venido preparada.
¡Pero Lana no!! Y viéndolos a todos en el agua se moría de envidia. ¡Todos en el agua y ella no!
En el camarote hay bikinis míos, grito Tami, - ¡Ponete el que quieras!
Cuando desde cubierta contó el problema, Martín le dijo que no jodiera más y se bañara con la ropa interior, que eran todos grandes.
Lana se rio, encantada de mostrarse, se sacó el vestidito y quedo sólo con una tanga pequeñísima, nada más. No tenía sostén.
Sus tetas, por su tamaño, caían un poco, pero se mantenían muy bien, con una areola grande y un pezón bien duro, por el frío o por la excitación de ser vista por todos. La tanga era colales, mostrando su culo todo desnudo ya que la fina tira posterior se introducía entre las nalgas y no se veía. Por delante un pequeño triángulo rojo ocultaba su coño de la mirada de todos. Así, exhibiendo descaradamente sus grandes tetas, saltó y cayó al agua sentada.
Apenas cayó empezó un desesperado braceo para mantenerse a flote. Martín y Paco fueron rápidos en su ayuda.
La sostuvieron, algo asustados, pero, aprovechando la situación, le manosearon las tetas y el culo, mientras trataban de mantenerla a flote. Paco, que le agarró el culo, metió una mano entre las piernas y le busco la concha, apena protegida por la tanguita. La encontró depilada, suavecita, húmeda y caliente. Sin dudar nada, le metió dos dedos.
Todos se rieron.
Ronnie abrazó a Tami y la besó, flotando, sosteniéndose de la escalera. Le metió la mano bajo el sostén y le agarró una teta bajo el agua.
Tami sintió las manos de Ronnie, una en su espalda y la otra en la teta. ¡Entonces, alguien le acariciaba la cola!
Se dio vuelta rápidamente y vio que atrás tenía a Paco.
Tami, deberías sacarte también el sostén, para no avergonzar a Lana, ¿no crees?
Lana se estaba besando con Martin y Antonio estaba detrás de ella, sujetándose del cabo del fondeo, a proa. No era difícil imaginar que ocurría bajo el agua, estando las 3 cabezas tan cercanas una de otra.
Sin tener a donde ir ya que Ronnie y Paco seguían hablando en la escalera, se quedó mirando el terceto de proa.
Lana y Martin se besaban apasionadamente, Antonio la abrazaba por detrás y besaba su nuca. El trío estaba a los suyo.
Harta, se dirigió a la escalera decidida a subir y vestirse. Para ella la fiesta estaba terminada.
¿Cómo podía Ronnie hacerle eso delante de sus amigos?
Ronnie no quería dejarla subir y la hizo luchar para hacerlo, Tami estaba cada vez más enojada. Tampoco le importó a Ronnie que Paco participara de la lucha por subir, la manoseara y se riera de ella, mientras le tocaba a la fuerza las tetas y el culo delante de su exnovio, que eso era ya Ronnie en su mente.
Finalmente subió y entró a la cabina, buscando una toalla para secarse y vestirse.
Ronnie entró atrás de ella. Enojado, le reprendió su falta de humor.
Ronnie se sacó el pantalón y desnudó su polla, totalmente erecta. Era grande y gorda, no enorme, pero estaba muy bien.
-Chupámela, dale siéntate
Sentía su verga, salada del agua, ocupando toda su boca, Ronnie la follaba con ella mientras ella la lamía al mismo tiempo.
-Uyyy que divino lo hacés, sos la mejor chupa pija que conozco, Tami, que bien la chupas, que divino que lo siento… pará amor pará que me vas a hacer acabar y todavía no quiero, noooo
Tami se reía, encantada de la respuesta de Ronnie a su boca.
Éste la sacó de la boca de su novia, retirándose un poco, para no venirse todavía.
Cuando Tami abrió los ojos, al retirarse Ronnie, vio que Paco, también desnudo, con su pija bien dura, se hacía la paja mientras los miraba desde la escalera de entrada a la cabina.
Paco miraba, sonreía, y sin dejar de mirarla a la cara, le mostraba su gruesa polla.
Tami no pudo evitar mirarle la pija y ver que calzaba un regio pollón, gordo y largo, bastante más grande que le pija de Ronnie, en todo sentido.
- Chúpamela un poco también Tami, se buena, un poquito que yo no tengo mujer y a mi amigo Ronnie no le importa compartirte conmigo un rato, vení, jajaja, sé buenita, ¿sí?, un poco de compasión conmigo
Sin decir nada se acercó a Tami. Ésta, asustada por la situación, y sintiéndose desprotegida por su novio, retrocedió y se metió en el camarote. Ronnie fue tras ella, metiéndose dentro antes de que ella pudiera cerrar la puerta. La cerró apenas entró, pero sin cerrar la cerradura.
Ronnie salió, sirvió dos copas y en una echó un polvo que sacó de su billetera. Le guiño un ojo a Paco, que seguía desnudo y empalmado. Llevándose la botella abierta, volvió a entrar al camarote.
Tami sonrió, le dio un piquito, y se bebió toda la copa de un trago.
Ronnie relleno las copas y volvieron a besarse, cada vez con más pasión.
No iba a confesar que ver a Paco masturbarse mirándola la había hecho calentarse, pero su pensamiento volvía una y otra vez a esa verga grande, tan gorda, oscura, con el glande brillante de jugos y gruesas venas que la recorrían. Suspirando se abrazó a su novio, desnuda.
Ronnie se dio cuenta, la tocó y encontró que su concha que era un charco de jugos, hinchada, blanda y caliente. La acostó y cubriéndola con su cuerpo, la penetró sin más, arrancándole un suspiro de placer al sentirse llena por su hombre, su concha invadida por esa pija que había aprendido a querer.
Lentamente Ronnie empezó a follarla, entrando profundamente luego de que hubiera retirado casi del todo su polla de la vagina de su novia. Eso la enloquecía a Tami, sentir como iba abriendo su coño y empujando sus órganos le encantaba, no demoró en tener un orgasmo largo y profundo.
Ronnie oyó que Paco abría la puerta, miró y lo vio parado, desnudo, pajeándose. Le hizo un guiño, aceptándolo y siguió a lo suyo.
Paco había silenciosamente entreabierto la puerta y miraba como follaban sus amigos por una pequeña rendija.
Seguía sosteniendo su erección y la mantenía, pajeándose despacito. Casi se acaba cuando presenció el orgasmo de Tami y tuvo que soltarse y apretarse fuerte la verga para no soltar la leche.
Un griterío sonó a sus espaldas, miró hacia atrás y vio que Lana, Martín y Antonio subieron desde el mar a cubierta y, después de secarse apenas, entraron a la cabina.
Lo cuento como me la contó ella, a quien a su vez se lo contó una amiga de Lana, quie estuvo en la fiesta en el velero.
n
Ronnie soltó las amarras y salió del puerto a motor. Montó la punta que cerraba el puerto y se dirigió a una pequeña bahía situada del otro lado. Entre ambos extremos se extendía una playa de arena blanca, bordeada toda de edificios altos, todos de 10 a 12 pisos.
Se acercó a la playa a unos 100 o 150 metros y soltó el fondeo. El mar estaba casi chato, con muy pocas ondas que apenas movían al velero. No había viento y hacía calor.
Una vez que se aseguró que estaba firme trajo la hielera de adentro y abrió el bar.
Los chicos vestían pantalón corto de baño y una remera. Las chicas no podían estar vestidas más diferentes. Eran muy distintas.
Mientras Tami era toda elegancia, con un short blanco corto, que cubría la parte alta de sus muslos y una camisa blanca suelta, de evidente buena calidad, zapatos náuticos y medias blancas. El blanco contrastaba con su piel bronceada y su rubio cabello, todo complementado con pocas alhajas de buena calidad.
Lana era toda distinta, lo opuesto.
Voluptuosa, con caderas amplias y grandes tetas se había puesto un vestido rojo, apretado, corto abajo y arriba, mostrando la parte de arriba de las tetas y muslo casi hasta arriba del todo. Iba muy maquillada y con grandes joyas de fantasía. Hablaba fuerte y se reía fuerte.
Ronnie le hizo sacar los zapatos de taco alto, totalmente inadecuados para un barco. Entonces quedó descalza, más bajita.
Pese a que Martin la presentó como su novia, era claramente una conquista del momento. Tenía incluso aspecto de prostituta y a nadie le extrañaría que hubiera cobrado por venir.
Igual Tami estaba contenta porque prefería que hubiera otra chica, para ayudarla a contener un poco a los amigos de su novio.
Pusieron música y al poco rato bailaban todos en cubierta y cabina. Las conversaciones fluían fácilmente y había un buen humor contagioso. Chistes y bromas fueron subiendo de tono y el ambiente se empezó a poner más fuerte con el alcohol y el contacto.
Martín y Paco, los más perjudicados por el alcohol, cargaron a Ronnie y lo tiraron al agua, en medio de risas y aplausos.
Luego Antonio tiro a Paco y Martín se tiró solo, antes de que alguien lo hiciera.
Ronnie llamó a Tami al agua. Tami se sacó el short y la camisa, quedando en bikini. Se había imaginado que esta fiesta incluiría baño, y había venido preparada.
¡Pero Lana no!! Y viéndolos a todos en el agua se moría de envidia. ¡Todos en el agua y ella no!
En el camarote hay bikinis míos, grito Tami, - ¡Ponete el que quieras!
Cuando desde cubierta contó el problema, Martín le dijo que no jodiera más y se bañara con la ropa interior, que eran todos grandes.
Lana se rio, encantada de mostrarse, se sacó el vestidito y quedo sólo con una tanga pequeñísima, nada más. No tenía sostén.
Sus tetas, por su tamaño, caían un poco, pero se mantenían muy bien, con una areola grande y un pezón bien duro, por el frío o por la excitación de ser vista por todos. La tanga era colales, mostrando su culo todo desnudo ya que la fina tira posterior se introducía entre las nalgas y no se veía. Por delante un pequeño triángulo rojo ocultaba su coño de la mirada de todos. Así, exhibiendo descaradamente sus grandes tetas, saltó y cayó al agua sentada.
Apenas cayó empezó un desesperado braceo para mantenerse a flote. Martín y Paco fueron rápidos en su ayuda.
La sostuvieron, algo asustados, pero, aprovechando la situación, le manosearon las tetas y el culo, mientras trataban de mantenerla a flote. Paco, que le agarró el culo, metió una mano entre las piernas y le busco la concha, apena protegida por la tanguita. La encontró depilada, suavecita, húmeda y caliente. Sin dudar nada, le metió dos dedos.
- ¡Epa!, gritó Lana, y soltó una carcajada cuando se sintió penetrada por los dedos de Paco, ¡por ahí no me ahogo! jajajaja
Todos se rieron.
Ronnie abrazó a Tami y la besó, flotando, sosteniéndose de la escalera. Le metió la mano bajo el sostén y le agarró una teta bajo el agua.
Tami sintió las manos de Ronnie, una en su espalda y la otra en la teta. ¡Entonces, alguien le acariciaba la cola!
Se dio vuelta rápidamente y vio que atrás tenía a Paco.
Tami, deberías sacarte también el sostén, para no avergonzar a Lana, ¿no crees?
- Ronnie, mira lo que me dice tu amigo Paco.
- Sí, lo oigo, y creo que tiene razón, -respondió mientras le subía todo el sostén, bajo el agua, soltando las tetas, y desprendiendo el lazo, se lo sacaba totalmente y lo tiraba hacia el barco.
- No, Ronnie, no me hagas eso, me haces sentir mal delante de tus amigos – pidió Tami, avergonzada, alejándose, nadando de ambos.
Lana se estaba besando con Martin y Antonio estaba detrás de ella, sujetándose del cabo del fondeo, a proa. No era difícil imaginar que ocurría bajo el agua, estando las 3 cabezas tan cercanas una de otra.
Sin tener a donde ir ya que Ronnie y Paco seguían hablando en la escalera, se quedó mirando el terceto de proa.
Lana y Martin se besaban apasionadamente, Antonio la abrazaba por detrás y besaba su nuca. El trío estaba a los suyo.
Harta, se dirigió a la escalera decidida a subir y vestirse. Para ella la fiesta estaba terminada.
¿Cómo podía Ronnie hacerle eso delante de sus amigos?
Ronnie no quería dejarla subir y la hizo luchar para hacerlo, Tami estaba cada vez más enojada. Tampoco le importó a Ronnie que Paco participara de la lucha por subir, la manoseara y se riera de ella, mientras le tocaba a la fuerza las tetas y el culo delante de su exnovio, que eso era ya Ronnie en su mente.
Finalmente subió y entró a la cabina, buscando una toalla para secarse y vestirse.
Ronnie entró atrás de ella. Enojado, le reprendió su falta de humor.
- ¿Qué te pasa? ¿Estás loca?
- Si te parece una broma que tu amigo me toquetee pese a que le dije que no lo hiciera, estás muy equivocado, contestó Tami, enojada, sin mirarlo mientras se secaba.
- No seas boba, vení, no te vistas, dame un beso, perdóname, era todo broma
- No era broma para mí.
- Perdóname, vos sabés como es Paco, siempre hace todo en joda, todo es broma para él.
- Si, puede ser, pero me tocó en serio
- ¿Te tocó? ¿Qué te tocó?
- Me tocó las tetas y el culo, si vos lo viste, no te hagas el idiota
- Pero sin mala intención, jugando, vení, dame un beso, no seas mala.
Ronnie se sacó el pantalón y desnudó su polla, totalmente erecta. Era grande y gorda, no enorme, pero estaba muy bien.
-Chupámela, dale siéntate
- Tami se sentó y tomando la verga se la llevó a la boca. Estaba deliciosa, con gusto a la sal del mar, caliente y suave. Cerró los ojos para aumentar la sensibilidad de su boca y de sus manos que acariciaban las bolas y el culo de su novio.
Sentía su verga, salada del agua, ocupando toda su boca, Ronnie la follaba con ella mientras ella la lamía al mismo tiempo.
-Uyyy que divino lo hacés, sos la mejor chupa pija que conozco, Tami, que bien la chupas, que divino que lo siento… pará amor pará que me vas a hacer acabar y todavía no quiero, noooo
Tami se reía, encantada de la respuesta de Ronnie a su boca.
Éste la sacó de la boca de su novia, retirándose un poco, para no venirse todavía.
Cuando Tami abrió los ojos, al retirarse Ronnie, vio que Paco, también desnudo, con su pija bien dura, se hacía la paja mientras los miraba desde la escalera de entrada a la cabina.
Paco miraba, sonreía, y sin dejar de mirarla a la cara, le mostraba su gruesa polla.
Tami no pudo evitar mirarle la pija y ver que calzaba un regio pollón, gordo y largo, bastante más grande que le pija de Ronnie, en todo sentido.
- Chúpamela un poco también Tami, se buena, un poquito que yo no tengo mujer y a mi amigo Ronnie no le importa compartirte conmigo un rato, vení, jajaja, sé buenita, ¿sí?, un poco de compasión conmigo
- ¿pero vos estás loco? Yo no hago esas cosas, no te confundas
- Dale, hacele el gusto – se sumó Ronnie a la discusión, - chúpasela un poquito, por mi está bien. Es un amigo mío, deberías hacerme el gusto. ¿Viste que bruta verga que tiene? ¡Es como el doble que la mía! ¡Si yo fuera mujer me encantaría comérsela!
Sin decir nada se acercó a Tami. Ésta, asustada por la situación, y sintiéndose desprotegida por su novio, retrocedió y se metió en el camarote. Ronnie fue tras ella, metiéndose dentro antes de que ella pudiera cerrar la puerta. La cerró apenas entró, pero sin cerrar la cerradura.
- No te pongas así, mi amor, no seas tan necia, aflójate un poco, ¿Te traigo una copa de burbujas?
- Tráeme, si por favor. Pero no dejes entrar a Paco, por favor, no quiero.
Ronnie salió, sirvió dos copas y en una echó un polvo que sacó de su billetera. Le guiño un ojo a Paco, que seguía desnudo y empalmado. Llevándose la botella abierta, volvió a entrar al camarote.
- Toma mi amor, - le dijo, dándole la copa con la droga. Se sentó en la cama a su lado y la abrazo.
Tami sonrió, le dio un piquito, y se bebió toda la copa de un trago.
Ronnie relleno las copas y volvieron a besarse, cada vez con más pasión.
No iba a confesar que ver a Paco masturbarse mirándola la había hecho calentarse, pero su pensamiento volvía una y otra vez a esa verga grande, tan gorda, oscura, con el glande brillante de jugos y gruesas venas que la recorrían. Suspirando se abrazó a su novio, desnuda.
Ronnie se dio cuenta, la tocó y encontró que su concha que era un charco de jugos, hinchada, blanda y caliente. La acostó y cubriéndola con su cuerpo, la penetró sin más, arrancándole un suspiro de placer al sentirse llena por su hombre, su concha invadida por esa pija que había aprendido a querer.
Lentamente Ronnie empezó a follarla, entrando profundamente luego de que hubiera retirado casi del todo su polla de la vagina de su novia. Eso la enloquecía a Tami, sentir como iba abriendo su coño y empujando sus órganos le encantaba, no demoró en tener un orgasmo largo y profundo.
Ronnie oyó que Paco abría la puerta, miró y lo vio parado, desnudo, pajeándose. Le hizo un guiño, aceptándolo y siguió a lo suyo.
Paco había silenciosamente entreabierto la puerta y miraba como follaban sus amigos por una pequeña rendija.
Seguía sosteniendo su erección y la mantenía, pajeándose despacito. Casi se acaba cuando presenció el orgasmo de Tami y tuvo que soltarse y apretarse fuerte la verga para no soltar la leche.
Un griterío sonó a sus espaldas, miró hacia atrás y vio que Lana, Martín y Antonio subieron desde el mar a cubierta y, después de secarse apenas, entraron a la cabina.