Primera vez en club swinger

InusualBCN32

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3 Jul 2023
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L: La verdad es que es una pena, mira lo que llevo puesto... dijo Lucía levántando ligeramente la falda de cuero dejando ver una sexy media de liga...
D: No jodas! ¿en serio te has puesto estas medias? joder como me estás poniendo... ¿¡Pero ya tenías esto planeado!?
L: Quería ponerte cachondo pero no sabía que me ibas a traer aquí.
D: ¿Estás cachonda? Le dije metiéndo la mano en su entrepierna encontrándome su vagina totalmente depilada.
L: ahammm... Gimió asintiendo con la cabeza mientras se mordía el labio.

En ese momento supe que entraríamos por primera vez a un local swinger.

Quiero dejar claro que este es un relato real, lo descubrirás porque no acabamos haciendo nada del otro mundo, pero es nuestra primera experiencia en un lugar así y creo que este relato puede ayudar a algunas parejas en nuestra misma situación.

Soy Dani de 33 años y mi pareja Lucía de 32, llevamos más de media vida juntos, quizás una pareja más normativa de unos tiempos más antiguos. Todos nuestros amigos han ido cambiando de pareja, y nosotros aquí seguimos felizmente juntos. Creo que el secreto de nuestra relación es que siempre hemos tenido libertad de hacer lo que queríamos con nuestros amigos, dándonos espacio para nuestras cosas (aunque siempre respetándonos) yo he de reonocer que al principio era un poco celoso, y Lucía también, para qué engañarnos... es gracioso pensar en las discusiones estúpidas del pasado por inseguridades que se podrían haber evitado.

¿Y cómo hemos acabado en una situación así?

Pues ni idea la verdad, creo que nuestro sexo siempre ha estado bien, no follamos todo lo que me gustaría... tener una vida sexual muy activa siendo padres de un niño que duerme fatal es complejo, pero siempre que podemos disfrutamos de nuestros cuerpos, y después de tantos años sigue poniéndome cachondo como el primer día.

Hará 4 o 5 años (o quizás más) en el que comenzamos a introducir juguetes sexuales, ahí despertó algo en mí... me encantaba verla con algún juguete, el hecho de ver a Lucía disfrutando con algo que no soy yo produce en mí una mezcla de sentimientos que no soy capaz de expresar. Para mí es increíble poder verla disfrutando de su sexualidad.

Ese fue el punto de inflexión, a partir de ahí nuestras conversaciones en el sexo fueron subiendo de tono, cada vez nos decíamos más locuras mientras follábamos y creíamos que era cosa de la excitación del momento, pero un día la conversación siguió después del sexo.

D: Oye... las cosas que nos decimos, ¿te gustan de verdad o lo haces para no cortarme el rollo?
L: ¡Que va! Me encanta nuestro sexo... ¡Todo lo que me dices, y me haces hacer!
D: ¿Seguro eh?
L: Que sí... ¿Te estás rayando?
D: Un poco... es que me pone muchísimo la situación, pero a la hora de la verdad no sé si sería capaz de algo así.
L: ¿Y yo con lo vergonzosa que soy? Calla, calla, eso son nuestras fantasias, y eso pueden seguir siendo.

Y llegó un día en el que volviendo de una boda, yo borracho, y ella no tanto nada más entrar a casa la junté contra mí, me moría de ganas por comerle las tetas después de estar toda la boda poniéndome enfermo con el increíble escote de ese vestido rosa.

D: Vas a tener que cambiarte, quiero que te pongas un poco puta -mientras mi mano buscaba su culo-.
L: ¿Y eso?
D: Te voy a llevar a un sitio y quiero que llames la atención.
L: ¿A un club de esos que hablamos tanto?
D: Sí.... (a mis manos le faltaban tiempo por recorrer todo su cuerpo) ¡Corre vístete ya! Se nos hace tarde, insistí.
L: ¿Y qué me pongo? decía mientras se dirigía al vestidor y yo contemplando ansioso como se iba quitándo el vestido por el camino.
Lucía seguía buscando ropa, lo removía todo y me iba preguntando que qué quería que se pusiera.
Yo cachondísimo tocándome por encima del pantalon sin poder evitar una erección.
Seleccionó una falda de tubo apretada, y una camisa blanca que se transparentaba el sujetador con unos zapatos altos.
Estaba espectacular, y no me pude contener la tiré contra la cama y comenzamos a follar.

Ahí descubrí que ella estaba lista, pero a la hora de la verdad yo no me atreví.

Al día siguiente la conversación fue algo así:
L: ¿Ayer qué?
D: No tengo ni idea de lo que me estás hablando... -me hice el loco-
L: ¿Seguro? jajajaja
D: jajajaj ¿Lo habrías hecho?
L: Ya estaba vestida y todo.
D: Ya lo se ya, no pude contenerme...

Ese fue el momento en el que sentí que las cosas se estaban poniendo serias, lo que antes era una simple fantasía ahora iba a ser real.
(CONTINUARÁ)
 
Que morbazo compañero, mi mujer y yo deseando seguir leyendo a ver si ella también se anima.
 
L: La verdad es que es una pena, mira lo que llevo puesto... dijo Lucía levántando ligeramente la falda de cuero dejando ver una sexy media de liga...
D: No jodas! ¿en serio te has puesto estas medias? joder como me estás poniendo... ¿¡Pero ya tenías esto planeado!?
L: Quería ponerte cachondo pero no sabía que me ibas a traer aquí.
D: ¿Estás cachonda? Le dije metiéndo la mano en su entrepierna encontrándome su vagina totalmente depilada.
L: ahammm... Gimió asintiendo con la cabeza mientras se mordía el labio.

En ese momento supe que entraríamos por primera vez a un local swinger.

Quiero dejar claro que este es un relato real, lo descubrirás porque no acabamos haciendo nada del otro mundo, pero es nuestra primera experiencia en un lugar así y creo que este relato puede ayudar a algunas parejas en nuestra misma situación.

Soy Dani de 33 años y mi pareja Lucía de 32, llevamos más de media vida juntos, quizás una pareja más normativa de unos tiempos más antiguos. Todos nuestros amigos han ido cambiando de pareja, y nosotros aquí seguimos felizmente juntos. Creo que el secreto de nuestra relación es que siempre hemos tenido libertad de hacer lo que queríamos con nuestros amigos, dándonos espacio para nuestras cosas (aunque siempre respetándonos) yo he de reonocer que al principio era un poco celoso, y Lucía también, para qué engañarnos... es gracioso pensar en las discusiones estúpidas del pasado por inseguridades que se podrían haber evitado.

¿Y cómo hemos acabado en una situación así?

Pues ni idea la verdad, creo que nuestro sexo siempre ha estado bien, no follamos todo lo que me gustaría... tener una vida sexual muy activa siendo padres de un niño que duerme fatal es complejo, pero siempre que podemos disfrutamos de nuestros cuerpos, y después de tantos años sigue poniéndome cachondo como el primer día.

Hará 4 o 5 años (o quizás más) en el que comenzamos a introducir juguetes sexuales, ahí despertó algo en mí... me encantaba verla con algún juguete, el hecho de ver a Lucía disfrutando con algo que no soy yo produce en mí una mezcla de sentimientos que no soy capaz de expresar. Para mí es increíble poder verla disfrutando de su sexualidad.

Ese fue el punto de inflexión, a partir de ahí nuestras conversaciones en el sexo fueron subiendo de tono, cada vez nos decíamos más locuras mientras follábamos y creíamos que era cosa de la excitación del momento, pero un día la conversación siguió después del sexo.

D: Oye... las cosas que nos decimos, ¿te gustan de verdad o lo haces para no cortarme el rollo?
L: ¡Que va! Me encanta nuestro sexo... ¡Todo lo que me dices, y me haces hacer!
D: ¿Seguro eh?
L: Que sí... ¿Te estás rayando?
D: Un poco... es que me pone muchísimo la situación, pero a la hora de la verdad no sé si sería capaz de algo así.
L: ¿Y yo con lo vergonzosa que soy? Calla, calla, eso son nuestras fantasias, y eso pueden seguir siendo.

Y llegó un día en el que volviendo de una boda, yo borracho, y ella no tanto nada más entrar a casa la junté contra mí, me moría de ganas por comerle las tetas después de estar toda la boda poniéndome enfermo con el increíble escote de ese vestido rosa.

D: Vas a tener que cambiarte, quiero que te pongas un poco puta -mientras mi mano buscaba su culo-.
L: ¿Y eso?
D: Te voy a llevar a un sitio y quiero que llames la atención.
L: ¿A un club de esos que hablamos tanto?
D: Sí.... (a mis manos le faltaban tiempo por recorrer todo su cuerpo) ¡Corre vístete ya! Se nos hace tarde, insistí.
L: ¿Y qué me pongo? decía mientras se dirigía al vestidor y yo contemplando ansioso como se iba quitándo el vestido por el camino.
Lucía seguía buscando ropa, lo removía todo y me iba preguntando que qué quería que se pusiera.
Yo cachondísimo tocándome por encima del pantalon sin poder evitar una erección.
Seleccionó una falda de tubo apretada, y una camisa blanca que se transparentaba el sujetador con unos zapatos altos.
Estaba espectacular, y no me pude contener la tiré contra la cama y comenzamos a follar.

Ahí descubrí que ella estaba lista, pero a la hora de la verdad yo no me atreví.

Al día siguiente la conversación fue algo así:
L: ¿Ayer qué?
D: No tengo ni idea de lo que me estás hablando... -me hice el loco-
L: ¿Seguro? jajajaja
D: jajajaj ¿Lo habrías hecho?
L: Ya estaba vestida y todo.
D: Ya lo se ya, no pude contenerme...

Ese fue el momento en el que sentí que las cosas se estaban poniendo serias, lo que antes era una simple fantasía ahora iba a ser real.
(CONTINUARÁ)
Acabo de pasarme por vuestro hilo y ver el cuerpazo de Lucía, e imaginármelo en la situación que acabas de relatar, me ha puesto burrísimo. Eres un tipo afortunado. Deseando que continúe vuestra historia. Gran inicio 😍
 
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