Que la edad no impida disfrutar

voy buscando una mamada, hace meses que contacté con él por primera vez y parece el tipo adecuado.

hoy, por fin, hemos podido coincidir, han tenido que pasar las vacaciones suyas y mías, viajes míos y parones en las conversaciones por motivos diversos, pero hoy es el día.

hemos quedado primero a tomar un café, él ha elegido el sitio porque está cerca de su casa.

entro y lo reconozco inmediatamente por la foto de su "güasap", nos saludamos con cordialidad pero con una cierta distancia.

en un tipo alto, buena apariencia física y edad en la cincuentena muy bien llevada; su aspecto me agrada.

tomamos un café rápido y mantenemos una breve conversación que sinceramente no recuerdo ni acerca de que versó, para aligerarnos el peso de la primera toma de contacto.

cuando me quiero dar cuenta estoy subiendo las escaleras de su casa, me invita a pasar a su dormitorio y plantado ante mí lleva su mano a mi bragueta para tentar lo que contiene.

es un tipo alto, me saca una cabeza, pero a pesar de que se mueve con seguridad en ningún momento avasalla y eso me hace sentir confianza.

le hago un gesto para indicarle que yo me deshago de mi ropa, me desabrocho y quito la camisa, suelto el cinturón, bajo el pantalón hasta los tobillos y lo saco, por último me quito los zapatos y los calcetines.

él mientras se desnuda hasta quedarse en boxer, se arrodilla ante mi a los pies de la cama para engullir literalmente mi polla que está todavía en reposo, y, mama, mama con suavidad mientras apoya una de sus manos en mi cintura.

su boca juega con mi polla, se nota que le gusta mamar y además lo hace con soltura y bien, la mama entera, la saca de su boca, mama la punta, mete mis huevos en su boca, no hay ansiedad, no hay prisa.

si cuando Luis -pongamos que ese es su nombre- empezó a mamar, la situación estaba en modo "reposo", ahora la situación ha cambiado y la sangre empieza a fluir en la dirección correcta engrosando el fruto de sus deseos.

le propongo tumbarme en la cama y acepta, pero antes baja su boxer hasta los tobillos desprendiéndose de ellos y estamos de igual a igual.

ahora yo estoy tumbado en su cama con las piernas estiradas y abiertas y con los brazos entre mi cabeza y la almohada; Luis está enfrente de rodillas y coge uno de mis pies para llevarlo a su boca mientras su otra mano pasea de su polla a la mía pajeándolas con suavidad.

sigue sin haber ansias ni prisas, tan solo sexo, palabras que ayudan a que el ambiente se mantenga a la temperatura adecuada y miradas de complicidad.

luego mama, soba y acaricia hasta el final, pero el final todo el mundo sabe cual es.

cuando terminamos el ambiente de la habitación es fresco y me invita a entrar debajo del edredón.

allí tumbados uno al lado del otro, me pide permiso -que concedo- para acariciar mi muslo y pasamos diez o quince minutos charlando de forma animada de no recuerdo que.
 
voy buscando una mamada, hace meses que contacté con él por primera vez y parece el tipo adecuado.

hoy, por fin, hemos podido coincidir, han tenido que pasar las vacaciones suyas y mías, viajes míos y parones en las conversaciones por motivos diversos, pero hoy es el día.

hemos quedado primero a tomar un café, él ha elegido el sitio porque está cerca de su casa.

entro y lo reconozco inmediatamente por la foto de su "güasap", nos saludamos con cordialidad pero con una cierta distancia.

en un tipo alto, buena apariencia física y edad en la cincuentena muy bien llevada; su aspecto me agrada.

tomamos un café rápido y mantenemos una breve conversación que sinceramente no recuerdo ni acerca de que versó, para aligerarnos el peso de la primera toma de contacto.

cuando me quiero dar cuenta estoy subiendo las escaleras de su casa, me invita a pasar a su dormitorio y plantado ante mí lleva su mano a mi bragueta para tentar lo que contiene.

es un tipo alto, me saca una cabeza, pero a pesar de que se mueve con seguridad en ningún momento avasalla y eso me hace sentir confianza.

le hago un gesto para indicarle que yo me deshago de mi ropa, me desabrocho y quito la camisa, suelto el cinturón, bajo el pantalón hasta los tobillos y lo saco, por último me quito los zapatos y los calcetines.

él mientras se desnuda hasta quedarse en boxer, se arrodilla ante mi a los pies de la cama para engullir literalmente mi polla que está todavía en reposo, y, mama, mama con suavidad mientras apoya una de sus manos en mi cintura.

su boca juega con mi polla, se nota que le gusta mamar y además lo hace con soltura y bien, la mama entera, la saca de su boca, mama la punta, mete mis huevos en su boca, no hay ansiedad, no hay prisa.

si cuando Luis -pongamos que ese es su nombre- empezó a mamar, la situación estaba en modo "reposo", ahora la situación ha cambiado y la sangre empieza a fluir en la dirección correcta engrosando el fruto de sus deseos.

le propongo tumbarme en la cama y acepta, pero antes baja su boxer hasta los tobillos desprendiéndose de ellos y estamos de igual a igual.

ahora yo estoy tumbado en su cama con las piernas estiradas y abiertas y con los brazos entre mi cabeza y la almohada; Luis está enfrente de rodillas y coge uno de mis pies para llevarlo a su boca mientras su otra mano pasea de su polla a la mía pajeándolas con suavidad.

sigue sin haber ansias ni prisas, tan solo sexo, palabras que ayudan a que el ambiente se mantenga a la temperatura adecuada y miradas de complicidad.

luego mama, soba y acaricia hasta el final, pero el final todo el mundo sabe cual es.

cuando terminamos el ambiente de la habitación es fresco y me invita a entrar debajo del edredón.

allí tumbados uno al lado del otro, me pide permiso -que concedo- para acariciar mi muslo y pasamos diez o quince minutos charlando de forma animada de no recuerdo que.
Vaya lujazo de sesión, que envidia...
 
Sin contexto...

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