Recuperando mi vida

berserk37

Miembro muy activo
Desde
22 Jun 2023
Mensajes
915
Reputación
4,168
Esta es mi forma de agradecer a Emsibi por esta obra de arte que ha compartido con nosotros las últimas semanas.

Recuperando mi vida

Son las cuatro de la madrugada y me vuelvo a despertar con la respiración y el corazón desbocados y las sabanas están empapadas de sudor, otra vez esa maldita pesadilla, en ella podía ver a Judit botando sobre la polla de aquel cabrón que decía ser mi amigo, pero lo peor de la pesadilla eran sus gritos, esos gritos no se me borraran del cerebro en la vida. Habían pasado cinco años desde entonces y la misma pesadilla aparecía noche tras noche.

La sicóloga hizo un buen trabajo, pero parece ser que algunos traumas cuestan más en dejar de torturarte. Cerca de ese hotel donde reserve habitación había un bosque, al ser verano y la temperatura ser tan, decidí coger mi esterilla y un fino saco de dormir para dirigirme hacia allí. Cuando dormía al raso las pesadillas no solían ser tan intensas, tal vez era que las habitaciones de hotel eran un recordatorio demasiado atroz.

Llevaba cinco años sin pisar Madrid, tuve que hacerlo así porque todo me recordaba a ella y con su recuerdo el dolor se intensificaba y volvían las preguntas ¿Por qué?, entiendo que por aquel entonces yo era muy celoso y controlador, ¿sería un castigo por ese motivo?, no, lo que viví esa noche fue demasiado desproporcionado. Mientras estaba inmerso en mis pensamientos llegue al lugar que haría de improvisado dormitorio, coloque la esterilla y el saco y una vez dentro cruce los brazos debajo de mi cabeza y mire al cielo, un cielo despejado en donde se dibujaba una preciosa luna.

No volví a dormir en lo que quedaba de noche, pero aquel lugar trasmitía una paz que me envolvía y con eso tenía suficiente por el momento. Me pasé por el hotel con la intención de recoger mis enseres y darme una ducha, había quedado a las diez y media con mi supervisor/mentor, después deje la llave en recepción y me peque un señor desayuno, lo hice con calma, pues tenía tiempo de sobra.

En vez de coger el coche decidí meter la mochila en el maletero y dar un paseo, llegue con tiempo, pero vi que mi mentor ya me estaba esperando, para el ser puntual era llegar una hora antes.

- ¡Llegas tarde Agustín!–dijo mi mentor.

- ¡Cómo voy a llegar tarde si hemos quedado a las diez y media y son las diez y cuarto!–conteste enfadado.

- Bueno, bueno, me imagino que querrás saber para qué te echo volver a Madrid, ¿verdad?–pregunto mi mentor.

- Pues si–conteste–. Ha pasado mucho tiempo, no será que…

- Tranquilo tus amigos están a salvo–dijo mi mentor.

- ¿Entonces?– pregunté.

Mi mentor tenía una carpeta con un dosier, al entregármelo y verlo mis ojos se abrieron como platos, Lev, el mayor promotor de luchas clandestinas del mundo había dado señales de vida otra vez, seis meses atrás se nos había escapado y mi mentor sospechaba que dentro de la Interpol había un topo. Lev era un hombre peligroso que disfrutaba viendo como dos hombres se mataban a golpes, pero eso no fue lo que más me sorprendió, había una chica muy hermosa junto a él en esas fotos, estaba de espaldas, pero se me hacía muy familiar. En la siguiente foto se le veía la cara a la mujer y no era otra que Judit, ¿qué hacía Judit al lado de semejante monstruo?

- ¿Que coño está ocurriendo aquí?–pregunte–. ¿Qué hace Judit con ese monstruo?

- Por lo que he podido averiguar al igual que tú se juntó con las personas equivocadas–dijo mi mentor–. Pero a diferencia de ti ella lo cogió bajo su ala la persona equivocada.

- Judit es...–dije–. ¡Dime que no!

- Así es–contesto mi mentor–. Judit ha terminado siendo la mujer que usa Lev para cerrar sus negocios, lo siento de verdad Agustín, sé que todavía la quieres.

- Estaba sola, destrozada– murmuré–. Tal vez si hubiera hablado con ella.

- Creo que es su forma de cumplir penitencia–dijo mi mentor–. Tú tiraste por el alcohol y el juego y ella por el sexo y las drogas, cada uno lo sobrelleva como puede.

- ¿Cómo pretendes que entre?–pregunte a mi mentor–. Porque la única manera es que seas patrocinado por un miembro y no conocemos a ninguno.

- ¿Cómo que no?–pregunto mi mentor–. Tú si conoces a uno.

Abrí los ojos como platos y apreté los dientes hasta hacerme sangre, estaba hablando del malnacido de Juan Carlos, el cabrón que me jodió la vida follándose Judit.

- ¿A Juan Carlos?– pregunté enfadadísimo–. Prefiero que me ejecutes ahora mismo.

- Tú quieres salvar a esa chica, o no–dijo mi mentor–. Pues esa es la entrada, el será el miembro que nos patrocinara, yo seré el entrenador y tu el luchador.

- ¿Qué te hace pensar que no lo mataré una vez lo tenga delante?–pregunte.

- Que todavía la quieres lo suficiente para tragarte tu orgullo y rencor–contesto mi mentor–. A mí tampoco me gusta, pero es nuestra única manera de matar dos pájaros de un tiro, liberamos a Judit y encerramos a Lev para muchos años.

Trague, que remedio, Judit dependía de que yo entrara en esa pelea clandestina y ganara suficiente tiempo para que mi mentor pusiera micros en todo el lugar, de esa forma pudiéramos conseguir una confesión que lo encerrara para muchos años. Tenía destreza, tres años en los circuitos clandestinos más el adiestramiento que mi mentor me proporciono sería suficiente para sobrevivir.

En la carpeta también había una orden para sacar a Juan Carlos de la cárcel y a que no sabéis a quién le tocaba ir a recogerlo, habéis acertado, me toco a mí. Tenía las mismas ganas de ver a ese cabrón como de tener una almorrana. Le esperé en la salida de la penitenciaria recostada contra la pared, no tardo en salir, había ganado músculo y los años parecían no haber pasado para él, cabrón con suerte, no tardo en reconocerme.

- ¿Agus eres tú?–pregunto–. ¿Qué haces a aquí?

- Sacarte de la cárcel–conteste–. Venga deprisita Juan Carlos que tenemos cosas que hacer.

- No me gusta ese tonito Agus–dijo Juan Carlos–. ¡Y me llamo Dutch!

- ¡Te llamaré como me salga de los cojones!–dije muy cabreado.

- Agus primer aviso–dijo Juan Carlos.

- Empiezas con el primer aviso, ¿no?–conteste.

Lance una patada frontal durísima directa a su boca del estómago que hizo chocar a Juan Carlos contra la puerta de mi coche dejándolo sentado en el suelo casi sin respiración. La mirada de Juan Carlos era mitad asombro mitad humillación. Sabía lo que venía después así que me prepare, una vez pudo respirar me lanzo unos cuantos golpes de boxeo que esquive y termine la pelea usando la llave de Judo llamado Uki-Goshi con lo que lo derribe poniendo la suela de mi bota contra su cuello.

- Yo no soy esos lamebotas a los que tenías amedrentados–dije–. ¡Harás lo que se te ordene por las buenas o por las malas!, ¡tú decides!

- Tú no eres el Agus que yo conocía–dijo Juan Carlos–. ¿Qué te ha ocurrido?

- Ese Agustín se ahogó en alcohol y deudas de juego–conteste.

Juan Carlos era un buen luchador, pero yo durante años me estuve enfrentando a los mejores luchadores de las luchas clandestinas. Muchos de esos luchadores barrieron el suelo conmigo y tengo que reconocer que es un milagro que siguiera con vida, pero todas esas derrotas me sirvieron para mejorar y sobre todo para endurecerme. Abrí la puerta del conductor mientras Juan Carlos iba hacia la puerta del copiloto sujetándose el estómago.

Al entrar en el coche se dio cuenta de que había una carpeta sobre su asiento, una vez se puso el cinturón de seguridad nos pusimos en marcha y entonces abrió la carpeta.

- Joder es Lev–dijo Juan Carlos–. Incluso yo temería enfrentarme a él, no sabes donde te estás metiendo Agus.

- Sí que lo sé–conteste–. Tuve una deuda de cincuenta mil euros con él.

- ¿Cómo?–pregunto alarmado Juan Carlos–. ¿Cómo es posible que sigas con vida?

- Es una larga historia que ahora no viene al cuento–dije.

- Por lo menos me dirás que hago yo aquí–contesto juan Carlos–. Ya puede ser algo bueno, no me pondría en semejante peligro por nada.

- Mira la siguiente foto–dije–. Entenderás qué hacemos aquí.

Al mirarla los ojos de Juan Carlos se abrieron como si fueran dos platos.

- ¡Es Judit!–dijo Juan Carlos–. ¿Qué demonios hace Judit con Lev?

- Esa noche nos jodió la vida a todos–dije muy serio–. Incluso a ti te termino afectando aunque al principio parecía que la cosa no parecía ir contigo, Yo utilice el alcohol y el juego y Judit el sexo y las drogas.

- Si está con Lev eso significa...–contesto Juan Carlos–. Agus lo siento de…

- ¡Aquel día te dije que te callaras y ahora te digo lo mismo!–dije furioso–. No necesito tus disculpas, necesito que hagas de benefactor, solo con la invitación de un socio se puede combatir ahí.

- ¿Qué te hace creer que sigo siendo un socio? –pregunto Dutch.

- Que sigues con vida–conteste–. No has hablado y eso le dará confianza a Lev.

- ¿Cómo conseguiste devolver esa cantidad de dinero a Lev?–volvió a preguntar Juan Carlos.

- Luchando para él–conteste–. Así conseguí saldar mi deuda y seguir vivito y coleando.

No nos dio tiempo a hablar de nada más, pues habíamos llegado a las coordenadas que Lev le había dado a mi mentor. Aparcamos el coche y nos dirigimos a la entrada que estaba custodiada por dos armarios empotrados que hacían pequeño a Juan Carlos. Nos cachearon y una vez se cercioraron que no teníamos armas nos dejaron entrar, escoltados por ellos claro.

- Mira a quien tenemos aquí–dijo Lev–. El hijo pródigo ha vuelto aunque veo que no te alegras mucho de verme.

- No mucho la verdad–conteste–. ¿Quién será mi contrincante?

- Yo seré tu contrincante–dijo un hombre que se acercaba por la espalda.

Lo reconocí enseguida era Thiago, el mejor luchador que jamás hubieran visto las luchas clandestinas.

- Así que has sido tú el que me ha liado para esto, ¿verdad?–pregunte.

- Eres difícil de encontrar–contesto Thiago–. Era la única manera de volver a enfrentarme a ti.

- Venga ya, podrías haber elegido a otro luchador mejor que yo–dije.

- Ningún luchador ha sido capaz de llevarme al límite a excepción de ti–dijo Thiago–. Necesito sentir esa adrenalina otra vez.

- Bien, espero no decepcionarte–conteste–. Tu seguro que has mejorado.

- Y tú también que nos conocemos–contesto Thiago–. Estoy deseando que llegue ese momento.

Nos dimos un gran abrazo, Thiago fue de los únicos amigos que hice en aquella época, criado en las favelas entro en el ejército y consiguió entrar en las fuerzas especiales él no luchaba por motivos egoístas sino para ayudar a muchas de las familias que se morían de hambre en Brasil, pero yo había venido para rescatar a Judit de ese destino que nadie se merecía.

- Pero antes quiero verte en acción–dijo Lev–. Hace mucho que no combates y la gente se va a apostar auténticas fortunas, quiero que el espectáculo merezca la pena además si ganas podrás ganar unos tres millones de euros.

- No quiero el dinero, lo que quiero es a ella–conteste–. Ella será mi premio.

- Judit–dijo Lev–. Tengo entendido que fue tu novia, pero después pasaron cosas que no vienen al cuento ahora.

- Sí, que se la follaran bien follada–dijo uno de los hombres de Lev, mientras el otro se reía.

- Veo que tus amigos no saben mantener la boca cerrada, ¿verdad Dutch?–dije muy cabreado–. Muy bien tendrás tu prueba, me enfrentaré a tontito 1 y tontito 2.

- Me parece bien–dijo Lev–. Mis hombres son luchadores competentes, no te duermas en los laureles o te destrozarán.

Tontito 1 y tontito 2 me seguían con caras muy serias.

- Venga alegrad esa cara–dije–. Si me dais una paliza ganaréis puntos ante vuestro jefe.

Mientras ellos se adelantaban yo decidí quitarme la camisa, era nueva y no me apetecía mancharla de sangre o que se rompiera por el lance de la pelea, al descubrir mi torso y espalda pude ver como Dutch se llevaba las manos a la cabeza por la cantidad de cicatrices que adornaban mi cuerpo, como estaba acostumbrado no le di más importancia y me metí en la zona de combate.

Los dos tontitos se empezaron a reír, no sabían la que les venía encima se iban a cagar, Tontito 1 era más bajito, pero el que mejor en forma estaba de los dos, tontito 2 era muy corpulento, pero eso le hacía mucho más torpe. Tontito 1 sería el primero en caer y después me ocuparía de tontito 2 si seguía con ganas de pelear. Como me imagine tontito 1 se lanzó al ataque de forma alocada, solo tuve que parar su golpe con mi mano derecha mientras atacaba su codo con el puño izquierdo rompiéndoselo, tontito 1 empezó a gritar a pleno pulmón, después golpee su rodilla con una patada descendente haciendo que esta crujiera obligándole a hincar la rodilla, mi siguiente movimiento fue un codazo a la mandíbula.

Tontito 1 cayó inconsciente con el codo, rodilla y mandíbula rotas, me quedaba Tontito 2 que como me imagine se debatía entre atacar o salir corriendo, pero una mirada de su jefe fue suficiente para que este se lanzara contra mí de frente, me tire al suelo deslizándome por debajo de sus piernas obligándolo a parar en seco. Eso hizo que su cuerpo se venciera hacia atrás aprovechando eso para pasar mi brazo derecho por encima de su cuello y apoyando su cuello sobre mi hombro, solo tenía que ejercer presión hacia abajo y todo habría terminado, cuando me dispuse a hacerlo escuche como Lev gritaba que nos detuviéramos.

Solté a tontito 2 que termino cayendo de espaldas como si fuera un saco de patatas.

- ¿Te vale con esto?– pregunté–. O necesitas alguna demostración más.

- No es necesario–contesto–. Me has demostrado con creces que puedes medirte con Thiago, pero me gustaría saber que opina él.

- Opino que estoy deseando enfrentarme a ti–dijo Thiago–. Solo te pido una cosa no te refrenes, ahí adentro somos enemigos y las dudas se pagan caras.

- Lo tendré en cuenta–dije.

Lev nos dijo que había una habitación en el hotel para cada uno de nosotros, me dirigí hacia allí. Quería pegarme una ducha y después saldría a correr un poco, no quería exteriorizarlo, pero estaba nervioso, Thiago era un luchador sobresaliente y me daba miedo luchar con él, pero también lo deseaba con todas mis fuerzas esa era la manera de superar los límites.

La habitación era muy espaciosa, pero el plato de ducha era minúsculo, justo justo entraba y eso que era el más pequeño de todos, me empecé a reír pensando que Thiago tendría que ducharse a trozos, porque duraba que entrara. No sé cuanto tiempo estuve debajo del agua caliente, pero sentir el agua caliente recorrer mi piel me relajaba. Cerré el grifo y me enrollé la toalla en la cintura saliendo del cuarto de baño para ponerme la ropa para correr, pero algo me detuvo, no estaba solo.

No me costó reconocer a la persona que tenía delante, los años le habían sentado muy bien y estaba más preciosa que antes si cabe, después de cinco años Judit y yo estábamos cara a cara. Llevaba puesto un vestido muy similar al que llevo a aquella infame cena que fue con Juan Carlos, empezó a deslizarse el vestido dejando cada vez sus pechos más expuestos, pero la detuve, aquella infame noche me jure a mí mismo que entre Judit y yo no volvería a ver nada y tener sexo con ella sería el mayor de los errores.

- ¿Cómo has entrado?–pregunte.

- Lev tiene una tarjeta maestra–contesto–. Me la dio para darte una sorpresa.

Este momento tenía que llegar tarde o temprano, pero hubiera querido poder prepararme para verme cara a cara con Judit y ese no era el caso, así que no estaba muy contento.

- Me sigues odiando, ¿verdad?–pregunto Judit sin levantar los ojos del suelo.

- Nada tiene que ver con el odio–conteste–. Da igual lo que te haya ordenado Lev, no te sientas obligada.

- No es obligación Agus–dijo Judit casi sin voz–. Quiero compensarte todo lo que te hice.

- No es necesario, Judit–dije–. Aquí Lev no manda

- Agus yo… no sé que decir–contesto Judit.

- ¿Por qué?–pregunte–. ¿Por qué semejante traición después de que a la tarde decidimos irnos y te pedí matrimonio?

Judit se sentó en la cama y estuvo llorando por un rato, no me gustaba verla así, pero tenía claro que no pensaba ablandarme ni un milímetro, después de calmarse y tomar aire me miro.

- Está bien–dijo Judit–. Te mereces que sea sincera.

JUDIT

Todo comenzó cuando llegamos al grupo, para ellos el tiempo no había pasado, seguían con las mismas bromas de la universidad era como si nunca me hubiera ido de su lado. Me metí en esa dinámica sin darme cuenta de que tú te estabas quedando cada vez más atrás. Cada día que pasaba tú estabas más a la defensiva y yo me negaba a aceptar que algunos miembros de ese grupo se estaban pasando de la raya. Para mí eran bromas, bromas que nos habíamos hecho durante muchos años ya habíamos perdido a un grupo y no estaba dispuesta a perder otro, además eran mis amigos y no quería admitir que no te querían allí, eras el bicho raro que tenían que aguantar por ser mi novio.

Nunca me disculpe por ello, pero quiero que sepas que durante estos años y después de repasar todo lo sucedido soy consciente que yo propicie muchos de esos momentos donde en vez de defenderte a ti defendía al grupo, quiero que sepas que me arrepiento mucho de eso aunque ahora no valga mucho.

Dutch fue un antes y un después de nuestra llegada a ese grupo, fue verle y algo se removió dentro de mí, al principio no fui del todo consciente, él era tu amigo de la infancia y tú eras mi novio, pero pronto empezó a tener detalles conmigo, el teatro, el concierto con la posibilidad de conocer al cantante que estaba en mi lista, la cena que fue más desagradable de lo que te pudieras imaginarte, pero lo compenso con creces con el Spa, te prometo que allí no paso nada, pero al estar tu malo me permitió acercarme más a él, con él me reía y me colmaba de atenciones y eso me alagaba.

Por aquel entonces habíamos tenido unas cuantas discusiones que poco a poco me fueron alejando de ti y acercándome a él, por aquel entonces no tenía ninguna intención de nada, solo que con él no había imposiciones ni discusiones solo cercanía y diversión. Gisela, Jenni y Raquel llevaban tiempo hablando de lo buenos que era Dutch en la cama y de lo grande que era su polla, una no es de piedra y empecé a fantasear, eran fantasías inocentes, pero que calaron dentro de mí mucho más de lo que yo quería admitir, las vacaciones resultaron ser un desastre, discutiendo desde el primer día por un estúpido biquini y te fuiste dejándome allí sola.

Me puse muy triste, porque de verdad quería pasar esas vacaciones divirtiéndome a tu lado, pero tú te empeñabas en estropearlo todo, la verdad es que estaba demasiado ciega para darme cuenta de que ciertas situaciones que yo daba como normales no lo eran y encima yo en vez de intentar calmar las cosas echaba más sal a la herida. La situación en la playa nudista con la expectativa de que Dutch se quitara el bañador me calentó y más cuando te enfadaste y Omar me puso la crema, reconozco que no fue mi mejor idea, pero solo quería hacértelo pagar, hacerte pagar esos celos enfermizos que yo creía que solo estaban en tu cabeza y más tarde se demostró que no era así.

La tarde antes de ir a la discoteca habíamos discutido por ese top semitransparente azul que Dutch me había regalado, nunca debí de aceptar ese regalo, pero me pareció tan transgresor y le veía tan satisfecho viéndomelo, puesto que quise compensarle lo bien que se había portado conmigo sin tener en cuenta como te debiste sentir tú. Aquella noche bebí de más, habíamos discutido y decidí hacértelo pagar quitándome la camisa y bailando con Dutch, llegado un momento de la noche me insinué a Dutch, le dije que me llevara al hotel que lo necesitaba.

- Si lo escuche todo–dijo Agustín.

Por suerte para mi Dutch no quiso aprovecharse de mi estado y no paso nada, pero de no ser así ese hubiera sido mi primera infidelidad, además creo que de ahí saco la idea del juego el cabrón de Dutch, ese juego estaba diseñado para sacarte de quicio a ti y calentarme a mí funcionando a las mil maravillas. Dutch gano y Raquel y yo perdimos, en aquel juego Dutch utilizo tus celos y mi consabido enfado contra nosotros y en su beneficio sacando lo peor de los dos, el enfado acumulado que llevaba desde el inicio de las vacaciones empezó a aflorar y siguió haciéndolo el siguiente día en la playa cuando no fuiste capaz de ganar porque Jordi hizo trampas y Omar te zancadilleo, hoy en día soy consciente que tendría que haberme plantado en ese momento, pero estaba tan cabreada que preferí pagarla contigo.

Lo del top debajo de la camisa negra reconozco que me la puse porque me lo pidió él, para ese entonces hacia todo para agradarle, pero también fui una estúpida que creyó poder jugar a su juego sin poder quemarme entonces llego la bronca que tuviste con Dutch, le plantaste cara de una manera tan categórica que me sentí muy orgullosa de ti y esas palabras que dijiste retrataron a más de uno de ese grupo incluso a mí, tuve que haberte seguido, pero temía que Dutch tomara represalias y decidí quedarme para evitar males mayores, pero la cena fue muy incómoda y los comentarios hacia ti cada vez eran más duros y despectivos , llegando un momento que me sentí tan decepcionada con ellos que decidí que tenías razón, que no necesitábamos este grupo.

Quiero que sepas que todas y cada una de las palabras que te dije cuando volví a la habitación eran ciertas, pero esa idea seguía rebotando en mi cerebro, se va, no lo volverás a ver y esta es tu última oportunidad de disfrutar de lo que Dutch tenía para ofrecerme. Te creí cuando me dijiste que estabas dispuesto a cambiar, pero cuando me pediste matrimonio me quede de piedra, nunca habíamos hablado de esto y me estaba pareciendo muy precipitado, pero se te veía tan ilusionado que no pude evitar emocionarme.

La verdad es que no sabía que contestarte, habíamos estado enfadados la mitad de las vacaciones, nos habíamos reconciliado y acto seguido me pides matrimonio, era demasiada información y necesitaba tiempo para asimilarlo, eso era lo que te iba a decir cuando me pusiste el dedo en el labio diciéndome que ya hablaríamos de ello a la vuelta. Sinceramente, lo agradecí y después de tanta convulsión me sentí feliz porque volvíamos a conectar, pero mi móvil sonó y sabía que esa conexión que había durado una hora y media estaba a punto de saltar por los aires.

Al mirar la pantalla vi el nombre de Dutch, estaba segura de que me llamaba para reclamarme lo del reto. Por un momento me sentí tentada a colgar hacer las maletas y marcharnos de ese hotel, pero fue escuchar su voz y algo dentro de mí hizo clic, Dutch me había dicho que Thalía también estaría, pero algo me decía que eso no sería así, que seriamos Raquel y yo solas con él, tampoco me creí del todo que veríamos una película, la verdad es que me esperaba que se sacara un juego de la manga parecido al juego que nos había traído hasta aquí.

No te conté mis sospechas porque sabía que te enfadarías más de lo que ya estabas y serias capaz de ir a su habitación a decirle lo que pensabas de él a la cara y eso hubiera traído unas consecuencias nefastas.

- Hoy día hubiera ido y le hubiera dicho todas las verdades a la cara–dijo Agustín muy serio–. Le hubiera quitado esa sonrisa de suficiencia de un tortazo.

- Pues yo me alegro de que no fueras el Agustín actual–conteste–. Porque el resultado podría haber sido catastrófico.

- Para él, que conste–dijo Agustín–- perdona que te haya interrumpido, continua por favor.

Como iba diciendo no tarde en comprobar que mis sospechas eran ciertas, no había rastro de Thalía y tampoco había pinta de que veríamos ninguna película, mi parte racional me decía que saliera de allí que estaba jugando con fuego y me terminaría arrepintiendo el resto de mi vida, pero en contraparte tenía un nudo en el estómago, un ardor en el coñito y los pezones duros como el pedernal, entre mi mente racional y mi cuerpo se dio una batalla que mi cuerpo gano con soltura y una vez me subí a esa cama selle mi destino. Una pregunta empezó a martillear mi cerebro, estaba allí por Raquel o estaba allí porque quería llegar hasta el final y que Dutch me llevara al máximo placer.

Dutch empezó con sus retos como me temía, segundo aviso para abandonar el barco, pero mi cuerpo seguía sin reaccionar y poco a poco mi mente se iba uniendo a él.

El reto consistía en echar un dado con esta configuración, 6: nada, 5: un simple masaje de unos minutos, 4: un morreo de un par de minutos… 3: paja, 2: mamada de un minuto y por último 1: follar. Esto no era lo que él y yo hablamos por teléfono, tenía todo el derecho del mundo a haber salido de esa habitación, pero había dos problemas.

El primero que de hacer eso Dutch no se quedaría de brazos cruzados y seguro que nos lo hacía pagar de alguna manera en el futuro y el segundo que sentía una morbosa necesidad de tirar el dado y ver que me deparaba la suerte. Mirándolo con perspectiva mi forma de actuar fue suicida, pero esa es la realidad quería jugar y ver hasta donde estaba dispuesta a llegar. Decía que no, pero mis negativas carecían de convicción y eso Dutch lo sabía.

Raquel sacó un tres y yo un cuatro, aunque eso tú ya lo sabes, me negué a hacerlo y el cabrón de Dutch dijo que haríamos un duelo que como ya sabes termine perdiendo yo, me tocaba hacerle una mamada, quería, pero tampoco quería, Dutch no se jugaba nada, pero Raquel y yo si, nuestras relaciones, además de tener que hacerlo no quería que Raquel estuviera presente, porque aunque en aquel entonces me fiaba de ella, se lo podía contar a Jordi y con que este lo contara a alguno del grupo tú te hubieras enterado.

Al final fue Raquel la que se sacrificó, bueno en realidad no fue tanto porque estaba dispuesto a hacerlo, ver la escena de Raquel chupando aquella herramienta de 25 cm me estaba poniendo a tono, pero intentaba disimularlo aunque con poco acierto, pues Dutch era consciente de lo mucho que me estaba gustando verlo, una vez terminado el reto de Raquel se fue y yo tendría que haber hecho lo mismo, pero me quede, era como si una fuerza me rebutiera allí. Dutch por fin me dio mi regalo y no era otra cosa que una lencería muy sexy, mi error fue aceptarla y después ponérmela, eso fue como darle carta blanca a Dutch que cada vez era más insistente intentando convencerme con sus palabras.

Nos tumbamos en la cama y entonces le conté cosas íntimas que no tendría que haberle contado, eso solo nos concernía a nosotros y me he arrepentido de verdad porque le di munición que más adelante utilizo contra mí y te pido perdón por ello. El colmo fue cuando me deje hacer el masaje que por parte de Dutch que más que un masaje fue una escusa para restregarse su polla por mi culo, reconozco que en aquel momento estaba como una moto y le deje tocarme ellas tetas y el coño. No quiero ni imaginarme como debiste sentirte al ver a tu novia que horas atrás te había pedido que confiaras en ella en esa situación tan comprometida.

Pero de repente escuché como Dutch decía que me iba a follar como nadie y entonces tuve un momento de lucidez echando mi culo hacia atrás dándole en su entrepierna, de esa manera pude zafarme de él pudiendo salir de la habitación, pero fue agarrar el pomo de la puerta y abrirla cuando un loco pensamiento cruzo mi mente, se va, esta será tu última oportunidad de experimentar lo que Raquel y Gisela han experimentado, se libre como Raquel te ha aconsejado además ella ya no está Agustín no tiene por qué saberlo, entonces cerré la puerta y dándome la vuelta volví al lado de Dutch cerrando mi destino.

Me quede callada mirando a Agustín, cuanto había cambiado, si llega a ser el Agustín de hacer cinco años ya hubiera estado gritando y haciendo aspavientos, pero ese no era el caso, se mantenía sereno, aunque intuía que algo sí que se había cabreado.

AGUSTÍN

Volver a escuchar esto no fue nada agradable, pero tenía que ser así si queríamos seguir cada uno con nuestra vida sin mochilas del pasado, aunque yo tenía algunas dudas.

- ¿Que pensaste cuando fuiste a nuestra habitación y no te abrió Nadie?–pregunte.

- La verdad es que me dio mala espina, y decidí volver a la habitación de Dutch para decirle que no abrías la puerta–dijo Judit–. El intento tranquilizarme diciéndome que estarías durmiendo, pero ese mal estar que estaba creciendo dentro de mí me decía que algo no iba bien.

- ¿Qué sentiste cuando me viste en el hall del hotel?–volví a preguntar.

- El miedo empezó a recorrerme todo el cuerpo, no estabas en la habitación, no estabas durmiendo, estabas frente a mí con la ropa de calle–dijo Judit–. Me empezó a dar un ataque de pánico viendo que mis peores presagios se estuvieran haciendo realidad.

- ¡Joder Judit!, ¿no eras consciente de que con los gritos que estabas pegando se enterarían en toda la ciudad?–pregunte.

- Dutch me aseguro que no te enterarías y me agarre a eso–contesto Judit–. Aquel día nos falle a los dos Agustín, a ti por serte infiel y a mí porqué tenía en la mano hacer lo correcto y tome la decisión incorrecta.

- ¿Te mereció la pena?– pregunté.

- No, no me mereció la pena–contesto Judit–. Fue un sexo increíble, pero no valía el precio que los dos tuvimos que pagar.

Judit se llevó las manos a la cara mientras empezaba a llorar, esta vez le pase el brazo por la espalda acercándola a mí para abrazarla, deje que se desahogara, aunque ya no amaba a Judit me seguía afectando muchísimo verla en ese estado, me levante al mueble bar y le traje una botella de agua y unos pañuelos para que se secara las lágrimas, durante un raro estuvo mirando hacia la pared dejando de llorar y cogiendo aire con la intención de tranquilizarse.

- En Madrid intenté contactar contigo–dijo Judit–. Solo quería que me escucharas como lo has hecho hoy y poder pedirte perdón, sé que no tengo derecho a hacerlo, pero lo necesitaba.

- Lo peor de aquella noche no fue verte follar con él–conteste–. Fueron los gritos y gemidos de extremo placer que recorriendo todos los pasillos llevando la certeza de que en ocho años no había conseguido satisfacerte y que jamás lo conseguiría.

- Los siento, lo siento de verdad–dijo Judit–. Fui una egoísta que no quiso ver que esa posibilidad era muy real y te jodí la vida, perdóname por favor.

Las lágrimas volvían a caer por el rostro de Judit que apenas podía secárselas con el dorso de la mano, volví a abrazarla hasta que volvió a tranquilizarse.

- Mi sicóloga me dijo que cortara todo contacto con el grupo y contigo–dije–. Pero contigo tenía una guerra interna atroz, no quería verte, pero tampoco podía borrarte.

- ¿A qué tenías miedo?–pregunto Judit.

- Aunque me hubieras hecho un daño atroz, seguía enamorado de ti–conteste–. Temía que si hablaba contigo volviéramos a estar juntos y eso hubiera sido nuestra total y absoluta destrucción.

- Pasado el tiempo entendí que el daño fue demasiado grande y que ya no había vuelta atrás para nuestra relación–dijo Judit–. De hecho llegué a la conclusión que en nuestra relación no supimos querernos bien.

- Estoy totalmente de acuerdo, mi falta de autoestima y mis celos tensaron mucho la relación desde el principio-dije–. Tal vez si me hubiera puesto en manos de un profesional, tal vez...

- No te martirices por eso, yo no tendría que haber empezado a salir contigo–contesto Judit–. Déjame terminar que te veo venir.

- Empecé a salir contigo al poco tiempo de cortar con Rodri–dijo Judit–. Tal vez lo que tendría que haber hecho fue dejar tiempo para el duelo y no empezar a salir con nadie hasta que hubiera estado preparada, pero me precipite.

- Entonces, ¿no me querías?– pregunté.

- Claro que te quería–contesto Judit–. Pero creo que no fui capaz de quererte como debía quererte, no sé si me entiendes.

- Lo entiendo, tal vez no fue nuestro momento y no fuimos capaces de verlo–dije–. Ya es hora de dejar el dolor atrás y empezar a vivir la vida, ya verás como encuentras a alguien que te haga feliz de verdad.

- No sé yo–contesto Judit–. Porque todos los que se me acercan están muy locos.

Esa salida hizo que los dos nos empezáramos a reír, después de cinco años volvía ver una sonrisa dibujada en mi rostro aunque esta fuera pequeña.

- O tal vez sea yo que los atraigo–volvió a decir Judit.

Otra vez volvimos a reírnos los dos con ganas, esa sintonía que Judit y yo tuvimos al principio de la relación volvía poco a poco, no nos amábamos, no volveríamos a ser pareja nunca más, pero sí podríamos volver a ser amigos en el futuro.

- Agustín estás muy cambiado–dijo Judit–. Cuál es tu historia.

Dijo eso fijándose por primera vez en mis cicatrices, con la mirada me pidió permiso para tocarlas, veía como cambiaba su expresión, como si sintiera el dolor que sentí yo al recibirlas.

- Demos un paseo, hace buena noche–conteste– ¿as traído más ropa?, si no podría dejarte algún chándal mío.

- No te preocupes–contesto Judit–. He traído ropa para cambiarme en una pequeña bolsa.

Judit se metió en el baño para cambiarse, lo agradecí, porque yo no era de piedra, no tardo mucho en salir, estaba preciosa y todo lo que se pusiera le quedaba de cine y mira que se había puesto una camiseta un chándal y unas zapatillas, salimos del hotel y nos pusimos a caminar sin rumbo aparente, entonces empecé a relatar lo que había sido mi vida los últimos cinco años.

AGUSTÍN

La sicóloga fue una gran ayuda, pero todo en la ciudad me recordaba a ti Judit, entonces me venían los recuerdos buenos, pero acto seguido aparecían los malos y con ellos los ataques de ansiedad intercalados con ataques de pánico, en casa las cosas no eran mejores, todas las noches sufría la misma pesadilla, todo lo que vi aquella noche se agolpaba dentro de mi mente no dejándome olvidad nada.

Las pesadillas dieron paso a los terrores nocturnos, todas las noches me despertaba con el corazón y la respiración desbocadas y las sabanas empapadas en sudor, mi rendimiento laboral empezó a decrecer siendo reprendido en más de una ocasión por mis jefes. Mi sicóloga me derivo a un colega suyo psiquiatra, este me hizo un estudio y me receto unos antidepresivos que lo único que conseguían era que estuviera grogui todo el día, pero a la noche las pesadillas y los terrores nocturnos volvían igual.

Llego un momento que no podía seguir así y después de hablarlo con Marcos y Nuria decidí pedir el traslado a la filial de la empresa que se encontraba en otra ciudad. Pensé que si me cambiaba a una ciudad que no conocía no me recordaría tanto a ti, la verdad es que los ataques de ansiedad y de pánico fueron disminuyendo poco a poco, pero los terrores nocturnos y las pesadillas no, casi no dormía por las noches y empecé a salir a tomar unas copas con algunos compañeros de oficina con los que había hecho buenas migas.

Estos al principio me llevaban a bares normales donde tomábamos unas copas, pero cuando se cercioraron que yo era de fiar empezamos a ir a locales que no aparecían en las guías de turismo, allí se jugaban partidas de póquer clandestinas, durante las primeras semanas solo estuve observando como jugaban. Pero pronto uno de los que parecía uno de los que mandaba allí me dijo que mis compañeros de oficina le habían dicho que yo era de fiar y a ver si quería hecha unas manos.

El póquer no se me daba mal y si conseguía distraerme no me vendría mal, las primeras semanas estuve ganando, pero de lo que no me estaba dando cuenta es que me estaban dejando ganar para que me confiara, entonces fui consciente que mis compañeros de trabajo trabajaban para ese hombre captando incautos como yo para poder desplumaros.

Para cuando me di cuenta el juego había entrado en mi sangre y no podía dejarlo, jugaba para recuperar lo perdido sin darme cuenta de que lo único que hacía era agrandar mi deuda que ya era de cuarenta mil euros. Tuve que pedir un crédito para poder saldar esa deuda. Lo normal hubiera sido dejarlo ahí ahora que ya le había visto las orejas al lobo, pero no lo hice, en ese momento es cuando estuve más cerca de entender tu comportamiento en aquella noche aciaga Judit.

Volví a jugar, pero esta vez aderecé las partidas de póquer con whisky, mala combinación y así me fue. Para cuando fui consciente volvía a tener una deuda de cincuenta mil euros y no podía pedir otro crédito porque todavía estaba pagando el primero, intente ir a otros locales con partidas clandestinas o casinos, pero tenía vetada la entrada en todos ellos, no sé quién movería los hilos, pero tenía mucho poder.

En muchas ocasiones me preguntaba que estaba haciendo, pero mientras bebía y jugaba no había ataques de ansiedad o de pánico y por las noches estaba demasiado borracho como para tener pesadillas o terrores nocturnos. Dormir poco y beber mucho me llevo a que mi rendimiento en el trabajo fuera ridículo, cosa que me llevo al despido cuando mis jefes se cansaron de de darme toques de atención viendo que no cambiaría nada, iba en caída libre.

Sabía que que los hombres del hombre al que debía el dinero me estaban buscando, intente esconderme lo mejor que pude y me funciono bien al principio, pero algo jugaba en mi contra mi adicción. Termine viviendo en la calle, puesto que la casa en la que vivía pertenecía a la empresa, buscaba calles donde pasar desapercibido para poder pedir dinero y seguir alimentando mi adicción al alcohol y así fue como aquellos matones dieron conmigo.

Usaba un bosque para esconderme y dormir allí, en ese bosque había una pequeña cueva, no era nada profunda, pero tenía suficiente espacio para poder tumbarme y hacer un fuego para no morir de frío, me las arreglé para conseguir una esterilla y un saco de dormir en una iglesia cercana. Mi plan para no ser capturado estaba saliendo bien, ninguno de los matones entraban en el bosque así que me sentía a salvo y eso hizo que me confiara. Una noche salí de la cueva para dirigirme a una gasolinera que se encontraba a un kilómetro de aquel bosque.

Pensé que sería mucha casualidad que esos hombres estuvieran allí y necesitaba un trago tanto como respirar, puesto las botellas que había conseguido la última vez ya se habían acabado. Entre intentando que la única cámara no captara mi cara como las últimas veces, pero cuando uno tiene síndrome de abstinencia su cuerpo no funciona como debería y mis reacciones se volvieron muy lentas siendo captado por la cámara sin darme cuenta. Sabiendo eso el hombre al que debía dinero solo tenía que sumar dos más dos y sus hombres no tardaron mucho tiempo en sacarme de esa cueva a rastras.

Me metieron en un coche que me llevo a una enorme mansión, nuestra casa hubiera entrado enterita en ese hall. El hombre me esperaba en una sala de estar tan grande que necesitaba dos chimeneas para poder calentar la estancia, él se encontraba sentado en la mitad de esta en un sofá individual mirándome como si fuera una cucaracha.

- ¿Tú no eres muy listo, verdad Agustín?, sí, sé cómo te llamas–dijo aquel hombre–. He dejado que sigas jugando porque la primera vez solventaste rápido la deuda, pero esta vez no ha sido así y no soy hombre de mucha paciencia, así que aunque no recupere el dinero libraré a este mundo de un despojo como tú,

No dije nada, pero pude fijarme que al lado de ese hombre había otro hombre que no conseguía reconocer, la verdad es que no tenía ningún sentido preocuparme de ese hombre, puesto que me quedaban muy poco de vida, en cuanto ese hombre diera la orden esos hombres me sacarían de allí y me llevarían al bosque para ejecutarme.

Mirándolo por el lado bueno dejaría de sufrir y ya no tendría que tener que preocuparme del desastre que se había convertido mi vida, como imagine esos hombres me cogieron cada uno de un brazo y me llevaron directamente al coche, antes de que me metieran en el maletero me di cuenta de que aquel misterioso hombre que no había reconocido también sería testigo de mi muerte, El trayecto en coche fue corto, pero después sí que me hicieron andar bastante hasta que encontraron el sitio idóneo para que yo desapareciera de este mundo.

Fue un destello, un acto de rebeldía final, con mis últimas fuerzas me levanté impactando mi puño contra el mentón de uno de esos gorilas dejándolo grogui, quedo sentado en el suelo sin saber que había pasado, pero incapaz de poder levantarse, yo mire mi puño con asombro, nunca había sido tan fuerte, pero el asombro me duro poco, pues el otro hombre apretó el cañón de su pistola contra mi frente, cerré los ojos y espere lo inevitable, pero lo único que escuche fueron golpes y quejidos. Al abrir los ojos los dos hombres estaban inconscientes y aquel hombre me miraba con una sonrisa en el rostro.

- Ha sido un buen golpe, tienes talento–dijo aquel hombre–. Con el debido entrenamiento me podrías servir.

- Ha sido suerte, ni siquiera estaba mirando–conteste–. ¿Qué entrenamiento?

- No debería hacer esto, pero estoy desesperado–dijo aquel hombre–. Estoy infiltrado en esta organización y entre como luchador con la misión de conseguir pruebas contra Lev.

- Pruebas, Lev–conteste confundido–. ¿De qué me estás hablando?

- De darte la oportunidad de saldar tu deuda con Lev y proporcionarte algo mejor que la miserable vida que llevas ahora–dijo aquel hombre–. No ha sido suerte, aunque tu cuerpo no sabía lo que tenía que hacer tu instinto si y ha sido un golpe preciso.

- No digo que acepte–dije–. ¿Pero cuál sería mi cometido?

- Yo entre como luchador–contesto aquel hombre–. Pero me lesioné y Lev me coloco como su guardaespaldas limitando todos mis movimientos.

- ¿Y qué tengo que ver yo en todo esto?–pregunte.

- Tú serás el luchador y yo tu entrenador–contesto aquel hombre–. De esa manera podre seguir recabando información y pruebas contra ese cabrón, es perfecto.

- Es perfecto porque a ti ya no te van a partir la cara–dije irónicamente–. No sé luchar, me destrozarán enseguida.

- No sabes luchar de momento–contesto aquel hombre–. Mañana empieza tu entrenamiento.

Era una locura, pues sí, pero qué alternativas tenía, era hacer esto o morir, hace un rato había dicho que no me importaba morir, pero no era así, había sido mi último coletazo de valor, quera volver a ver a Marcos, Nuria, Paco y Fran mis amigos. Acompañe a ese hombre a su coche y este me llevo a un motel de mala muerte donde pasaría la noche mientras él convencía a Lev de que valía más vivo que muerto. Aquella noche no dormí nada, no fue por las pesadillas o los terrores nocturno, más bien era porque estaba realmente acojonado, en que lío me había metido esta vez.

No te voy a aburrir con los detalles, pero resumiré mi entrenamiento con una palabra infierno, un infierno que comenzaba a las cuatro de la mañana y terminaba a las diez de la noche, hubo días en los que creí que no despertaría al día siguiente al ver el deplorable estado de mi cuerpo, pero contra todo pronóstico sobreviví. Ya no tenia ni adicción al alcohol ni al juego, mi estado físico mejoro de una manera que ni yo me lo podía creer. Seis meses habían dado para mucho a la tutela de ese hombre que jamás me dijo como se llamaba, yo le empecé a llamar mentor.

Una mañana que estaba practicando meditación vino a decirme que había llegado la hora de la verdad, si ganaba ese combate viviría, pero si lo perdía mi vida terminaría en ese mismo instante, me reí por no llorar. Me dijo que utilizara lo que me enseño, en la lucha hay un estado de conciencia alterada donde la mente se enfoca intensamente, a menudo perdiendo la noción del tiempo, permitiendo reacciones más rápidas y automáticas, entrene este estado hasta la extenuación, más vale que lo que me dijo ese chalado fuera ciento si no estaba apañado. Durante esos seis meses me hablo del estilo de artes marciales mixtas que él había desarrollado, en seis meses no dio tiempo para mucho, pero si lo suficiente para salir airoso de este combate, pues me mediría a los luchadores de menor rango de la organización. Llego la hora del combate y las cosas no empezaron bien, al entrar a la zona de combate todo mi cuerpo temblaba de miedo y mis piernas a penas me sujetaban, pero entre, cuando mi cuerpo me pedía salir corriendo sin mirar atrás.

La primera hostia fue antológica, creo que me cambio los dientes de sitio, pero me sirvió para concentrarme y poder entrar en ese trance que los nervios me habían impedido alcanzar. Mis movimientos empezaron a ser mucho más fluidos y era más consciente de todo lo que me rodeaba, pude fijarme que dejaba sus piernas expuestas y empecé a atacar por ahí, le daba una patada en el muslo y tomaba distancia para que no me derribara y terminara el combate, a la tercera patada mi contrincante empezó a cojear no pudiendo apoyar bien ese pie y hacinado que sus movimientos y reacciones fuera muy lentas, yo aproveche eso para lanzarle una patada en la boca del estómago y una vez se agachó producto del dolor practicarle una guillotina que lo dejo sin conocimiento.

Una vez terminado el combate Lev bajo a la zona de combate aplaudiendo.

- Bien Agustín tengo que reconocer que me has sorprendido–dijo Lev–. Yo seré tu benefactor y permitiré que saldes la deuda que tienes conmigo peleando, pero solo te sirve ganar, el día que pierdas te ejecutaré.

Así empezó mi periplo por las luchas clandestinas, mi adiestramiento continuo durante los siguientes dos años hasta que aprendí todo lo que mi mentor sabía, también me contó que trabaja como infiltrado para la Interpol y que pasaría a ser mi supervisor.

- A partir de ahora colaborarás conmigo y con la Interpol–dijo mi mentor.

- ¿Entonces soy un agente?–conteste–. ¿No tendría que poder decir yo algo al respecto?

- Tú no tienes ni voz ni boto, salve tu vida y me lo debes–dijo mi mentor–. Además, serias, asesor, tú no conseguirías entrar en la Interpol ni con toda la suerte del mundo.

El cabrón se empezó a reír tanto que se le saltaban hasta las lágrimas, después de pasarse un rato así y viendo que me estaba empezando a cabrear se puso serio otra vez.

- Tú eres el infiltrado perfecto, sin familia conocida, viviendo en la calle, Lev nunca sospechará de ti–comento mi mentor–. Yo tuve suerte y tu llegada ha asido primordial para que no me descubrieran y poder aumentar mi rango de acción.

- Eso me ha quedado claro–conteste–. ¿Pero se puede saber en qué te puedo asesorar yo?

- La respuesta es muy sencilla–dijo mi mentor–. Me asesorarás en recibir golpes.

Otra vez partiéndose la caja a mi costa, la madre que lo parió, pero la verdad es que formamos un buen equipo, aunque el problema era que todo dependía de que fuera ganando los combates importantes, en los que Lev apostaba grandes cantidades de dinero, no se podía ganar siempre y él lo sabía, pero mientras diera la talla en los importantes mi vida no correría peligro y mi mentor tendría más tiempo para hundir a ese demonio vestido con trajes caros.

Fui escalando poco a poco hasta que conseguí que Thiago se fijara en mí, el rey de las luchas clandestinas. Me eligió para un combate estelar que se daba en una especie de coliseo romano que se encontraba escondido debajo de un edificio en ruinas fuera de la ciudad. Cuando llegue allí era como si un huracán hubiera arraso ese sitio, pero por un pasadizo accedías a un ascensor que bajaba unos cuantos centenares de metros hasta llegar a un recinto lleno de lujo, donde se encontraba la gente más distinguida del país. Todos llevaban máscara para que no se les pudiera reconocer, el único que no llevaba máscara era Lev, este estaba claro que no le importaba nada que fuera reconocido.

Mi mentor durante todo ese tiempo había conseguido informes, grabaciones y tenia audios que incriminaban a Lev en más de un delito, él lo tenia todo guardado en un pendrive que entrego a alguien que él creía ser de confianza para que esa misma noche la Interpol hiciera la mayor redada jamás vista, pero el destino es caprichoso y las horas iban pasando sin que ocurriera nada. Yo seguí combatiendo con Thiago intentando sobrevivir, solo podía usar todas mis fuerzas para defenderme y esperar un golpe de suerte, este llego en un momento en que Thiago bajo su brazo izquierdo con la intención de darme el golpe de gracia.

Aproveche esas décimas de segundo para alcanzarle con mi puño izquierdo en el mentón, ese golpe hizo que el gran campeón se tambaleara y tuviera que cogerse a una de las cadenas que hacía de ring para no caerse. Ese fue mi minuto de gloria, después me vino encima una lluvia de golpes que hicieron que terminara perdiendo el combate y la consciencia.

Cuando desperté mire a mi mentor que tenia una expresión mitad orgullo y mitad decepción, según me dijo había conseguido llevar al límite a Thiago, hasta ese momento nadie lo había conseguido y eso le hacía sentirse orgulloso de mí aunque hubiera perdido el combate, pero la decepción vino porque se había confirmado que dentro de la Interpol había un topo de Lev que había conseguido destruir el pendrive haciendo que Lev volver a librarse y de esa forma pudiera salir del país con toda impunidad.

Eso es a grandes rasgos lo que ha sido mi vida los últimos cinco años, estaba tan absorto en mi historia que no me fije que Judit estaba llorando.

- Has tenido que sufrir tanto por mi culpa Agustín–dijo Judit–. Jamás pensé que ese acto egoísta traería semejantes consecuencias.

- No le des más vueltas Judit–conteste–. Los últimos cinco años no han sido por culpa tuya, las decisiones que tome fueron de cosecha propia.

- Además, tu vida en los últimos cinco años no ha sido un camino de rosas, ¿me equivoco?– pregunté.

- No, no lo ha sido, yo también he tenido que recorrer un camino espinoso, pero la diferencia es que yo me lo merecía–contesto Judit.

JUDIT

Cuando regrese de aquellas vacaciones que habían supuesto la destrucción de nuestra relación por mi culpa lo hice sin haber podido hablar contigo, pues fuiste arrestado junto a Dutch y al llegar a casa tenia la vaga esperanza de que tal vez no te hubiera dado tiempo de sacar todas tus cosas y pudiera encontrarte allí. Necesitaba hablar contigo, pedirte perdón e intentar justificar la injustificable, pero no fue el caso, para cuando llegue tú ya te habías ido dejando una gran vació en esa casa y en mi corazón, vació que me merecía, lo que había hecho esa noche no tenia perdón alguno. Lo disfruté, de eso no tengas ninguna duda, decir lo contrario sería tomarte por imbécil.

Pero como ya te he dicho tenia claro que no me había merecido la pena, nos habíamos reconciliado, me habías pedido que me casara contigo y lo peor de todo te había dicho que confiaras en mí cuando te había tachado todo el viaje de celoso y yo termine poniéndote unos cuernos kilométricos con el agravante que no solo los escuchaste, sino que también te obligaron a verlos, eso es algo que no perdonaré a ninguno de ellos empezando por Dutch.

Intente contactar contigo por todos los medios, te llame centenares de veces, te mande mensajes, correos y WhatsApp, pero nada funciono, incluso fui en varias ocasiones a buscarte a tu oficina con la esperanza de encontrarte allí, ¿que es lo que quería?, ni yo misma lo sé. Una parte de mí quería volver contigo aunque sabía que eso sería imposible después de lo ocurrido y tú hubieras sido testigo, otra posibilidad podría ser que intentara aliviar mi conciencia si conseguía que me perdonases, pero conociéndote sabía que eso tampoco sería fácil, estaba hecha un lío, pero lo que si tenia claro era que quería volver a verte, volver a oír tu voz.

Me fue imposible, pensé en ir a ver a Marcos y Nuria para preguntarles por ti, pero sabía que sería incapaz de mirarles a la cara temiendo ver en ellas esa expresión de decepción que tanto temía y tanto merecía, tiempo después me encontré con Fran, fue él el que me dijo que habías pedido el traslado y te habías mudado a otra ciudad, Fran no me dijo nada, pero su mirada lo decía todo, él tuvo que sufrir los cuernos de Nerea y ahora era yo la que había sido infiel, ignoraba si sabía lo que ocurrió realmente o simplemente sabia que te había sido infiel con Dutch.

La verdad es que no tenia mucha importancia, una infidelidad era una infidelidad y era lo suficiente grabe aunque no supiera más. Me encerré en casa, una casa que sin ti se me hacía enorme. Cada rincón de la casa me recordaba a ti y a los momentos felices que vivimos allí, momentos que no se volverían a repetir, esa casa que al principio se me hacía tan grande empezó a hacerse cada vez más pequeña hasta que me empezó a agobiar. Sin amigos me encontraba sola, así que acudí a las únicas dos personas que no me rechazarían, Jenni y Nerea, me recibieron con los brazos abiertos y tengo que reconocer que fue un bálsamo para mí, el dolor y la culpa seguían ahí, pero las horas que pasaba con ellas era más llevadero, Jenni empezó a drogarse y Nerea le siguió, yo al principio me resistí, pero sabiendo que no tenia nada que perder termine cediendo y ese fue el principio de mi fin.

Cada vez que me drogaba me convertía en la Judit que viste en esa grabación y con ello el sexo desenfrenado, En una de esas ocasiones el amante de turno que había conocido esa noche de fiesta me llevo a un club de intercambio, me dijo que tenia que cerrar un negocio muy lucrativo y yo era perfecta para eso, no me negué, había perdido totalmente el respeto por mí misma y no haría nada de lo que no hubiera hecho las anteriores semanas. Fue en ese club donde conocí a Lev, yo era el regalo que aquel tío que había conocido le obsequio para cerrar el negocio.

Lev tenia un aire a Dutch, pero con más años y más experiencia en todos los sentidos, me trato muy bien y el sexo fue increíble, no me sentía orgullosa de lo ocurrido esa noche porque había ejercido de prostituta, Lev no me pago con dinero, pero si con champán caro, no quería ni imaginarme lo mucho que costaría cada botella. La cosa quedó ahí siguiendo con mi vida hasta que un día revivir una llamada de un número desconocido, me sentí tentada de no contestar, pero la curiosidad me pudo y conteste, era Lev.

Me invitaba a una fiesta, me dio una dirección donde podría recoger el vestido, la lencería y los zapatos que luciría esa noche con un bolso a juego, el vestido era precioso, pero este me parecía demasiado y pensé en llamar a ese número para decirle a Lev que rechazaba la invitación, fui por morbosa curiosidad, pero esto ya era demasiado.

- Acepte el regalo señorita–dijo el modisto–, los hombres como Lev no acostumbran a revivir un no como respuesta.

- Yo no le he dicho que iría a esa fiesta con él–conteste.

- La respuesta está implícita, créame señorita–dijo el modisto–. Puede ir por las buenas y pasárselo bien o puede ir por las malas y llevarse un disgusto, se lo digo por experiencia propia.

Vi el terror reflejado en los ojos de ese hombre y tragando saliva me probé el vestido para que ese hombre me lo pudiera ajustar, me puse el vestido y baje a la calle a la hora que Lev me indico, una lujosa limusina vino a recogerme y me llevo a un precioso palacio con unos jardines que no parecían tener fin. En la entrada había un hombre que tenia una lista de invitados, si no estabas en ella no podías entrar, mi nombre aparecía y ese hombre me dio una máscara y me dejo pasar. Dentro sonaba una música suave, que te permitía disfrutar de ella o hablar con otra persona sin tener que gritar, también había comida y bebida en abundancia, en medio de un gran salón había parejas bailando.

Si no supiera que había gato encerrado tal vez me lo hubiera pasado bien, pero no tarde mucho en salir de dudas, el anfitrión hizo acto de presencia dando un discurso que ignore, necesitaba beber algo, solo había vino o champán, no quería tomar ninguno de los dos y empecé a moverme para ver si encontraba algo más fuerte, en eso estaba cuando alguien puso un vaso con whisky al lado de mi mano.

- ¿Estás buscando esto verdad?–dijo Lev–. Es mi mejor whisky, disfrútalo que tengo algo que proponerte.

Cogí el vaso y me lo tomé de trago, Lev sonreía, puso el brazo en jarra para que yo metiera el mío y empozamos a caminar, me contaba que hoy era el día de hacer negocios, para eso estaban todos ahí, cada persona tenia su papel que jugar y a mí también me había asignado el mío, llegamos a una mesa apartada donde se encontraba un hombre impecablemente vestido con un traje que me costaría el sueldo de un año por lo menos, tendría unos cincuenta años, su manera tan descarada de mirarme los pechos me incomodaba, esa era la idea de Lev, el vestido era todo escote.

Lev miró a ese hombre y él le devolvió un gesto de aprobación que pareció alegrar mucho a Lev que me llevo a un despacho donde pudimos hablar sin que nadie nos molestara.

- Ese hombre es la joya de la corona–dijo Lev–. Si consigo concretar este negocio me convertiré en uno de el hombre más ricos del mundo y te lo tendré que agradecer a ti.

- ¿A mí?– pregunté–. A mí, ¿por qué?

- Venga no te hagas la tonta–contesto Lev–. La respuesta está clara, te lo vas a follar hasta que firme este contrato.

- No, no soy la puta de nadie–dije–. Búscate a otra para esto.

- Te he visto follar y también te he follado y sé cuanto te gusta el sexo–contesto Lev–. Además no eres mi puta, digamos que eres mi comodín que nunca falla, ningún hombre puede resistirse a un cuerpo precioso como el tuyo.

Me gustaba el sexo como a los demás, pero eso no significaba que estaba dispuesta a hacerlo con cualquiera, ni por todo el oro del mundo, pero este hombre trasmitía una aura mucho más oscura que la que proyectaba Dutch en su día y también sabia que esa amabilidad que estaba demostrando ahora tenia caducidad, no sabía que hacer, no tenia escapatoria, empecé a frotarme las manos mostrando el nerviosismo que me invadía, como era posible que hubiera metido tanto la pata en los últimos meses.

- ¡No tengo todo el día, niña!–dijo Lev con tono duro–. Te lo pondré fácil, te tomas esta pastilla lo pasas bien y después te llevamos a casa con una sustancial cantidad de dinero como pago por tus servicios o si no te tomas la pastilla te enterraré en los cimientos de alguno de los edificios que estoy construyendo, ¡tu eliges!

Que podía hacer, me tome la pastilla viendo la sonrisa triunfadora de Lev, entonces vino un hombre que me subió a una de las habitaciones del piso de arriba, no tarde en empezar a notar un calor abrasador que comenzaba en mi coñito para ir propagándose por todo mi cuerpo, mi corazón se aceleró al igual que mi respiración, el último recuerdo que tengo de esa noche es estar sobre las piernas de aquel cliente de Lev mientras me follaba con su cabeza metida entre mis dos pechos.

Lo siguiente que recuerdo es despertarme en mi casa, al levantarme tenia la madre de todas las resacas y la boca muy seca, dirigiéndome a la cocina pase por la sala de estar viendo un maletín abierto que contenía una gran suma de dinero. Esa es mi historia, desde ese día voy cada vez que me llama, porque sé que de no hacerlo me hará desaparecer.

Si hace dos años no se nos hubiera escapado–dijo Agustín cabreado–. No hubieras tenido que pasar por lo que estás pasando.

- Da igual Agustín–conteste–. Es el Karma que me está pasando la factura por mis actos.

- ¿Crees de verdad que te mereces esto?–pregunto Agustín–. Nadie se merece esto Judit.

- Judit, si todo sale bien, después de esta noche no tendrás que volver a pasar por esto–dijo Agustín–. Después podrás empezar una nueva vida.

- ¿Que vida Agustín?–pregunte desesperada–. No me queda Nadie y todo por mi culpa.

- Marcos y Nuria no te darán la espalda–contesto Agustín–. Paco y Fran también están ahí y en cuanto a nosotros, aunque ya no volvamos a ser pareja, estoy seguro de que con el tiempo si podremos ser amigos.

- ¿Eso significa que me perdonas?–pregunte.

- No corras tanto–contesto Agustín–. Quiero que el día que te diga que te perdono sea porque lo siento y me sale del corazón.

Me había gustado hablar con él, sin darnos cuenta se nos había hecho de día, pero tenia un mal presentimiento con respecto a lo que iba a ocurrir por la noche, esperaba que esta no fuera nuestra última charla, levantándome le di un beso en la mejilla mirándole sonriente mientras me dirigía al hotel, necesitaba dormir un poco.

AGUSTÍN

Judit y yo habíamos hablado por fin y tengo que decir que me sentía muy bien, tenia miedo que al verla algo se despertara dentro de mí, pero no ha sido así, mi amor por ella estaba enterrado, pero no le he mentido con lo de ser amigos en un futuro cercano, ya he odiado y guardado rencor durante mucho tiempo y gracias a esta charla he podido ir soltando todo ese lastre poco a poco, me pasaría por el hotel para pegarme una ducha, pues había quedado con mi mentor en un par de horas y cuando se enterase de que la noche antes de mi combate no había dormido nada por hablar con Judit cuando hubiera tenido más días para eso se iba a enfadar.

La ducha me sentó muy bien, salí de ella como nuevo, me puse ropa limpia y salí dando un paseo para hacer tiempo para llegar a la hora a la cita con mi mentor. Como de costumbre el tío llevaba ahí esperando la tira de tiempo, siempre se cabreaba conmigo, pero el que hacía el gilipollas llegando mucho antes de la hora era él.

- Esta noche será cuando ocurra–dijo mi mentor–. Sé de buena tinta que si no es esta noche Lev se nos escapará para siempre, a la mañana siguiente tiene programado un vuelo a un país sin tratado de extradición.

- Yo no lo veo–conteste–. Lev no es hombre que cometa errores.

- No subestimes la ambición humana mi querido aprendiz–dijo mi mentor–. Alguien puede hablar y hacer que las cosas se precipiten.

No me gustaba el cáliz que estaba tomando esto, parecía que mi mentor había quedado conmigo más para despedirse que para contarme los pormenores de la misión.

- Parece que te estés despidiendo–dije–. No estarás pensando en hacer alguna estupidez, ¿verdad?

- Anda déjate de chorradas y duerme un poco–dijo mi mentor mientras se reía–. Como Thiago te pille así. Barrera el suelo contigo.

La verdad es que no me vendría mal dormir, pero seguía con ese run, run de lo que había percibido de las palabras de mi mentor. No tenia tiempo de andar buscando un buen sitio donde dormir de día, así que no me quedo otra que dormir en la habitación de hotel, cuando mi cabeza toco la almohada cerré los ojos y pensé que sea lo que dios quiera. Dormí del tirón, el cansancio, pero sobre todo la charla con Judit me había venido muy bien, no sé si las pesadillas volverían o no, pero mi cuerpo necesitaba recuperar sueño y estaba agradecido.

Baje a la cafetería con la intención de comer algo ligero y después salir a correr un poco, pelear siempre me ponía nervioso y una pequeña carrera siempre me había venido bien para relajarme. Unas mesas más haya se encontraba Juan Carlos hablando con uno de los hombres de Lev, parecía satisfecho, la verdad es que a mí me daba igual, solo quería comer algo que tenia mucha hambre.

Baje las escaleras saliendo del hotel y me dispuse a correr a un paso ligero, durante el tiempo que estuve corriendo repase mentalmente el anterior combate que había tenido con Thiago. La verdad es que fue el combate más complicado de mi vida y eso que entonces tenia ritmo de competición y estaba mejor que ahora que llevaba casi un año sin competir, pero no pasaba nada, saldría ahí y daría lo mejor de mí esperando volver a sorprenderlo como lo hice la última vez, pero algo me decía que esta vez no se dejaría sorprender tan fácilmente.

Por fin llego la hora de la verdad, un coche vino a recogerme para llevarme al estadio subterráneo donde se celebraría el combate, normalmente solía haber algún combate menor antes, pero por lo que parecía esta vez Lev tenia mucha prisa. Una vez en el estadio entre en mi vestuario y empecé a calentar un poco, mi mentor no había hecho acto de presencia y eso me tenia muy preocupado, él nunca llegaba tarde ni faltaba a una cita.

No podía estar pensando en eso y ya no me podía echar atrás el pescado estaba vendido y había llegado la hora de que los dos combatientes hiciéramos acto de presencia. Iba caminando por el pasillo que me circundara a la zona de combate y se podía respirar una tensión extraña, tenia un mal presentimiento. Al entrar en la zona de combate vi en las gradas a Judit al lado de Juan Carlos, no me fiaba ni un pelo de él, pero sabía que no permitiría que le hicieran daño a Judit y me había dado su palabra de que si ocurría algo él se encargaría de sacarla de allí sana y salva.

Acto seguido entró Thiago, miraras por donde lo miraras era un hombre imponente que al verlo lo primero que te venía a la mente era ver cuál era la salida más cercana para salir corriendo sin mirar atrás, pero yo era demasiado estúpido para perderme este combate que me aterraba y me excitaba a partes iguales, en esos combates no había árbitros y teníamos que esperar que alguien diera a la campana, cuando la campana sonó y los dos nos pusimos en guardia fue cuando se desató el infierno.

Se empezaron a escuchar disparos, Thiago y yo nos miramos y después miré a donde se encontraban Juan Carlos y Judit, Judit estaba forcejeando, no entendía que estaba haciendo Juan Carlos, tendrían que estar de camino a la salida, pero no me dio tiempo de pensar en nada más. Lev escoltado por dos hombres entro en la zona de combate apuntándome con un arma.

- ¿Tú y tu entrenador os pensabais que podríais engañarme y salir impunes?– pregunto Lev muy enfadado–. El estúpido de tu entrenador sí que lo ha creído, pero se ha llevado un balazo y después lo ejecutaré junto a ti por traidor, ¡pensar que confié en el para que fuera mi guardaespaldas!

Mi mentor estaba herido, pero todavía estaba vivo, Thiago se acercó a él para taponarle la herida del hombre cuando Lev le apunto disparándole en la pierna, yo volví a mirar a donde se encontraba Judit y Juan Carlos y estos no es que no se hubieran movido, Juan Carlos tenia bien sujeta a Judit para que no se moviera.

- Sabes, si te portas bien y dejas que te mate sin resistirte tal vez deje que esa puta viva–dijo Lev.

Mire a Juan Carlos y mi sangre empezó a hervir,

- ¡Dutch saca a Judit de aquí!–dije gritando–. ¿Se puede saber qué estás haciendo?

- No es nada personal Agus–contesto Juan Carlos–. Son negocios, me gusta mucho más lo que me ofrece él.

Ese cabrón se estaba riendo, volvía a traicionarme otra vez, pero está sería la definitiva.

- ¡Te di la oportunidad de redimirte!– grité–. Pero tú has decidido traicionar a Judit y traicionarme otra vez a mí, ¡se acabó!, ¡te voy a matar!

Lev estaba apretando el cañón de su pistola contra mi frente dispuesto a dispararme y matarme en el acto y yo no era capaz de quitar mi vista de ese ser que una vez fue mi amigo y me volvía a traicionar, Juan Carlos tenia la mano puesta sobre la boca de Judit, pero de un mordisco consiguió zafarse el tiempo suficiente para darle un golpe en los huevos que hizo que este la soltara. Judit empezó a bajar las escaleras de dos en dos gritando “noooooo” con la intención de evitar lo que parecía inevitable, mi muerte, pero el destino es caprichoso, los gritos de Judit le debieron parecer muy molestos a Lev que se dio la vuelta con la intención de liquidarla, Thiago y mi mentor aprovecharon esas décimas de segundo para reducir a los dos hombres de Lev, eran tan buenos que esos dos hombres no fueron rivales para ellos aun estando heridos.

Afuera del recinto se empezaron a escuchar disparos y explosiones, Lev quería morir matando y Judit había sido la elegida, pero cometió un gran error, rápidamente me puse detrás de él, al estar de espaldas a mí no vio mis movimientos, seguramente pensó que no me movería por miedo de que él la matara, pero se equivocaba, estruje su muñeca, golpee el hueco popliteo de su rodilla haciendo que cayera para atrás y por último pase mi brazo izquierdo por su cuello haciéndole una guillotina.

- Nunca se le da la espalda al enemigo, tendrás mucho tiempo para pensar en ello en la cárcel–Dije.

Juan Carlos seguía dolorido por el golpe de Judit, estaba tan cabreado que empecé a subir las escaleras de tres en tres. Juanky se levantó lo más rápido que pudo con la intención de pegar el primero, pero sus pasos eran torpes por el dolor, llego a las escaleras antes que yo, pero eso era lo que yo pretendía que hiciera al estar en una posición más baja me permitió meterle el cuerpo hacia su cintura obligándole a apoyar el peso en mi espalda, después lo único que tuve que hacer es levantar mi tronco superior con fuerza levantando a Juanky por encima de mí cayendo a las escaleras y rodando por estas hasta abajo.

Juanky se encontraba abajo del todo boca arriba quejándose de los golpes que había recibido, pero todavía no había terminado, empecé a bajas las escaleras a toda velocidad saltando para aterrizar con todo el peso de mi cuerpo sobre sus rodillas. Los crujidos se escucharon en todo el recinto, pero sus gritos se escucharon en toda la ciudad, por primera vez vi miedo en los ojos de mi ex amigo, dándose la vuelta intento escapar arrastrándose como el gusano que era.

Poniendo un pie sobre su espalda lo miré.

- ¿A dónde crees que vas?–pregunte.

- Me vas a matar–contesto Juanky con lágrimas en los ojos.

- No tendrás tanta suerte–dije–. Me juego lo que quieras a que has sido tú el que se ha chivado a Lev y un agente de la Interpol a salido herido, te vas a cansar de chupar celda.

Los agentes de la Interpol empezaron a aparecer por todos sitios, según parecía mi mentor había conseguido colocar cámaras y micros en todas las zonas del recinto y los agentes pudieran ver lo que ocurría en tiempo real, mientras estos entraban y empezaban a esposar a los invitados, me acerque a Judit que se había quedado petrificada.

- Me has salvado la vida, eres mi heroína–dije con una sonrisa.

- Yo... yo no he hecho nada–contesto–. Solo he gritado.

- Cierto, pero ese grito me ha dado tiempo suficiente para poder reducirlo–dije–. No lo hubiera podido hacer sin ti.

Abrace el cuerpo de Judit que no dejaba de temblar por el miedo que había pasado, acercando mi boca a su oído le dije “te perdono” , después de escuchar esas palabras me abrazo con fuerza empezando a llorar, cuando se tranquilizó nos acercamos a donde estaban Thiago y mi mentor que les estaban haciendo las curas.

- Bueno Agustín te libero de ser mi asesor–dijo mi mentor con una sonrisa–. Todas tus deudas están saldadas y puedes empezar esa nueva vida que estabas buscando.

- Muchas gracias por todo–conteste–. Si tú no te llegas a cruzar en tu camino ahora mismo estaría en una cuneta.

El cabrón se empezó a reír mientras se lo llevaban en la camilla dirección de la ambulancia despidiéndose con la mano, una vez lo hubieran ingresado iría a visitarlo, después mire a Thiago, que también le estaban haciendo las primeras curas.

- Esta es la dirección de un gimnasio que queda cerca de aquí–dije–. Si algún día vuelves por aquí luchamos allí, sin gente, solos tú y yo por diversión.

- Te tomo la palabra–contesto Thiago.

Él también se despidió moviendo la mano mientras se lo llevaban en camilla, al final quedábamos Judit y yo que tuvimos que ir a prestar declaración y una vez terminamos esas pesquisas fuimos a desayunar a una cafetería cercana.

- Ya eres libre Judit–dije–. Como te dije llama a Marcos y Nuria, son tus amigos y lo sabes.

- Para ti es fácil decirlo–contesto–. Me da miedo que me rechacen.

- Hagamos una cosa, tienes mi teléfono–dije–. El día que te veas con fuerzas me llamas y vamos juntos.

Judit asintió con la cabeza y seguimos hablando de lo que habíamos vivido aquella noche, de eso han pasado unos seis de meses, me he buscado un trabajo honrado y he alquilado una casita cerca de este para ahorrar en gasolina que está muy cara, parecía que todo había vuelto a su cauce, pero como dice el refrán, que poco dura la alegría en la casa del pobre. Marcos empezó a sentirse mal y al final lo tuvieron que ingresarlo otra vez, había recaído y las pruebas no reflejaban nada bueno.

Judit lo dio todo, al principio tuvo un recibimiento muy frío, pero eso no amilano a Judit no dejando ni un momento sola a Nuria que estaba pasando los peores momentos de su vida viendo como el amor de su vida iba empeorando día a día. Para Nuria Judit se convirtió en su apoyo, las noches que a Nuria no le tocaba pasar noche era Judit la que iba a su casa para no dejarla sola y se hundiera al estar Yaiza trabajando en otra ciudad y no poder venir muy seguido, fue ella la que se encargó de todo, haciendo un trabajo sobresaliente.

Judit se ganó a todos con sus actos, ya no solo era mi heroína, también se convirtió en la heroína de los demás. Marcos estuvo mucho tiempo ingresado, pero no dejo de luchar y poco a poco se fue recuperando, los médicos nos lo pusieron tan mal que creímos que había sido un milagro. Cuando le dieron el alta decidieron hacer una cena para agradecer todo lo que habíamos hecho por ellos, a Fran, a Paco, a Yaiza, a mí, pero sobre todo a Judit.

La cena estaba siendo estupenda, volvió la dinámica que teníamos en este grupo antes de que llegara Rodri y lo estropeara todo, lo único que había cambiado era que ahora me respetaban por mí mismo sin que Marcos tuviera que intervenir, eso fue culpa de Judit que durante la cena no se calló ni debajo del agua contando batallitas, la verdad es que todos se divertían y yo también me deje contagiar por esa diversión.

En un momento de la noche tuve dos problemas y por eso decidí salir un rato al balcón, la primera fue que la temperatura de la casa era demasiado alta para mi gusto y el segundo el alcohol, para un adicto como yo era demasiada tentación y estuve a punto de meter la pata así que decidí alejarme un momento.

Me di cuenta de que todos miraron, pero fue Yaiza la que se levantó viniendo hasta donde yo estaba.

- Recuerdas que me debes una cena, ¿verdad?–pregunto Yaiza.

No me acordaba de eso, pasadas unas semanas después de lo ocurrido con Judit, Yaiza quiso invitarme a cenar, pero yo por aquel entonces lo tenia todo muy reciente y rechace esa cena diciendo a Yaiza que no me encontraba preparado, después a ella le trasladaron a otra ciudad y poco después fue a mí al que trasladaron, no pude evitar empezar a reírme por la salida de Yaiza, pero la verdad sea dicha me apetecía mucho ir a cenar con ella.

- Te recojo el viernes a las ocho, ¿te parece bien?– pregunté.

- Me parece estupendo–contesto Yaiza.

Acto seguido me dio un piquito en los labios que hizo que todos se pusieran a vitorear, yo me lleve los dedos a los labios mientras una gran sonrisa crecía en mi rostro, no sé si había conseguido recuperar mi vida, pero esta vida que tenia ahora empezaba a gustarme mucho.

EPÍLOGO

Han pasado dos años desde que ocurrió lo narrado anteriormente, después de aquella cena con Yaiza le siguieron más y para cuando me di cuenta me había enamorado de ella hasta el tuétano, por suerte dicen que los tontos tenemos suerte y ese amor fue correspondido, hace un año que vivimos juntos y hace seis meses me atreví a pedirle matrimonio, no diré que no estaba acojonado que la última vez me salió rana, pero esta vez el sí quiero fui categórico y sin ninguna duda.

Nuestros amigos están encantados y ya están empezando a preparar las despedidas de soltero y soltera miedo me dan, sobre mí tengo que decir que conseguí enjaular a la bestia y en eso mucho tuvo que ver el amor que Yaiza me demostraba día a día. Ahora soy un Agustín 2.0, he dejado de ser, imbécil, celoso y controlador y la verdad es que vivo mucho más feliz así, tal vez si lo hubiera hecho un poco antes me hubiera ahorrado muchos disgustos, de todas maneras dicen que en la vida las cosas pasan por algo y tal vez esos errores me han traído al lado del verdadero amor de mi vida Yaiza.

Judit también lleva un año y medio saliendo con Óscar un monitor de escalada que conoció mientras volvió a practicar este deporte, la verdad es que congeniamos muy bien con el chaval desde el primer momento y a menudo solemos ir todos juntos a hacer escalada, tengo que decir que me llevo mejor ahora con Judit que cuando éramos pareja y me alegro mucho, porque es una persona que siempre he querido, cometió un error, pero después supo redimirse con actos y eso era lo más importante.

Fran y Paco como siempre, la infidelidad de Nerea hizo mucho daño a Fran, pero aunque no haya dicho nada todos tenemos la sospecha que a conocido a alguien o está en proceso de hacerlo, en cuanto a Paco sigue sin presentarnos a su novia, empiezo a pensar que todo es una invención suya para reírse a costa nuestra, veremos si el tiempo me da la razón o tengo que retractarme.

Hace unas semanas le hicieron la última revisión a Marcos y todos teníamos el corazón en un puño, pero los resultados fueron satisfactorios y por lo que dijo el doctor mi mejor amigo había conseguido superar la enfermedad, para celebrarlo les hemos regalado unas vacaciones con todo pagado con crucero incluido, han sido años muy malos para ellos y se merecen disfrutar de esta segunda luna de miel, creo que Marcos se está planteando pedirle matrimonio a Nuria, pero como no estoy seguro no he dicho nada a nadir, ni tan siquiera a Yaiza, veremos si no nos llevamos una sorpresa a su vuelta.

En cuanto a Juanky, mi ex amigo ha tenido la mala suerte de terminar en el mismo corredor que Lev, conociendo lo rencoroso y vengativo que es creo que se lo hará pagar todas y cada una de las noches, esta vez será Juanky quien grite y serán sus gritos los que se escuchen por todo el centro penitenciario.

Bueno, pues esta es mi historia, ha sido un camino duro lleno de escollos, pero al final todo ha salido bien y vuelvo a ser feliz.

FIN.
 
Última edición:
Sabía que no me ibas a decepcionar.
Me alegro que haya perdonado a Judit y sean buenos amigos y que ahora sea feliz con Yaiza.
 
Estimado berserk,buen cierre de la historia.
AL final judit acabó como la jenni de forrest gamp,,,de polla en pollla.
Pero tuvo suerte y agustin se cruzó en su camino.
Me ha gustado..es usted un artista.
 
"ver la escena de Raquel chupando aquella herramienta de 25 cm me estaba poniendo a tono"

Menos mal que quiso ser sutil y no hacerle más daño 😅
 
Última edición:
Atrás
Top Abajo