Relatos eróticos sobre varios temas

Sexyjavy

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11 Mar 2024
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Buenas tardes. Abro hilo para que subáis relatos eròticos reales o no y así entretenernos con un rato de lectura.

Subo uno para abrir el hilo;

abíamos quedado en su casa para terminar ese interminable proyecto de trabajo. Entré con la mochila cargada de documentos y un poco de tensión acumulada. Ella estaba en la cocina, preparando dos cafés, con una camiseta ligera que dejaba al descubierto su figura delgada y esos shorts diminutos que acentuaban sus caderas y ese trasero perfecto. Su presencia era casi hipnótica.


Nos sentamos en el salón, y mientras revisábamos los papeles, su risa casual y sus gestos me distraían cada vez más. Había algo eléctrico en el aire. Me di cuenta de que ella también me miraba diferente, un segundo más de lo necesario, sus labios curvados en una sonrisa que parecía un reto.


—¿Qué pasa? —preguntó finalmente, dejando el bolígrafo sobre la mesa.


—Nada… solo me cuesta concentrarme —admití, dejando que mi mirada recorriera sus piernas cruzadas, su piel tersa que brillaba bajo la luz de la tarde.


Ella se mordió el labio y se inclinó hacia mí. La distancia entre nosotros desapareció cuando su mano rozó la mía, y en un impulso, mis labios encontraron los suyos. Fue como prender una chispa en gasolina. Sus manos subieron a mi cuello, y las mías se deslizaron por su espalda hasta agarrar sus caderas firmes.


Sin detenernos, ella se levantó y me guió hacia su habitación, sus pasos seguros y decididos. Cerró la puerta tras de sí y se giró para mirarme. Levantó su camiseta despacio, revelando sus pequeños pechos perfectos, redondos y firmes, con pezones oscuros y tensos. Me quedé observándola, sintiendo cómo mi deseo se hacía insoportable.


—Quítate eso —susurró, señalando mi camisa mientras sus manos ya se encargaban de mi cinturón.


Cuando mis pantalones cayeron al suelo, ella se arrodilló frente a mí, mirándome con una mezcla de picardía y deseo. Sus dedos acariciaron mi erección por encima del bóxer, antes de liberarla por completo. Se mordió el labio, admirando lo que tenía frente a ella, y luego sus labios suaves rodearon la punta de mi miembro, arrancándome un gemido inmediato.


Sus movimientos eran lentos al principio, su lengua dibujando círculos perfectos que me hacían perder el control. Poco a poco, tomó más de mí en su boca, succionando con una intensidad deliciosa mientras sus ojos no dejaban de mirarme. Mis manos se enredaron en su cabello, guiándola suavemente mientras ella gemía contra mí, enviando vibraciones que me volvían loco.


El ritmo se aceleró, su boca y sus manos trabajaban en perfecta sincronía. Yo no podía contener los gemidos, el placer era demasiado intenso. Cuando sintió que estaba cerca, se detuvo con una sonrisa traviesa, dejando un beso en la punta antes de levantarse.

—Tu turno —susurró, y me llevó a la cama.

Nos dejamos caer en el colchón, y mientras mis labios exploraban su cuerpo, ella me recibía con gemidos suaves que pronto se volvieron gritos de placer. La urgencia de nuestros movimientos, el choque de nuestras pieles, y su cuerpo perfecto arqueándose bajo el mío hicieron que la habitación se llenara de pura pasión.


Finalmente, ambos nos dejamos caer exhaustos, con la respiración entrecortada y nuestras pieles brillando bajo la luz tenue que entraba por la ventana. Se giró hacia mí, sonriendo satisfecha.

—¿Crees que terminemos el proyecto esta noche?

—No tengo ninguna prisa —respondí, tirando de ella para besarla otra vez.
 

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