Joseagma
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Buenas, chicos.
Llevo un tiempo leyendo relatos en la web y hoy me decido a contar una experiencia que he tenido este verano.
A ver si más gente se hace el ánimo y nos cuenta sus experiencias.
Noche de verano.
Estaba de vacaciones en una ciudad costera de Castellón y, como es normal, por la noche hace mucha calor...
Total que a eso de las 3 de la madrugada me despierto y salgo a pasear por el paseo marítimo a ver si me refresco con la brisa marina.
Paseando a esas horas, me cruzo con muchos grupitos de chicos y chicas jóvenes que supongo vuelven a sus nidos después de una noche de fiesta. Entre esos grupos, pasan 4 mujeres algo menos jóvenes y con una actitud muy fiestera y de mucho cachondeo.
A estas alturas, he de decir que soy un hombre de 50 años, 1'70 de altura, 72 Kg de peso, completamente depilado y piel bronceada. No soy nada el otro mundo y nunca he sido resultón, más bien soy normalito y paso bastante desapercibido.
A lo que estábamos, estas 4 mujeres pasan por mi lado estando yo sentado fumando un cigarrillo y no sé por qué, pero no puedo quitarles el ojo a las 4 desde que empiezo a intuir su presencia y hasta que las pierdo de vista.
Al pasar por mi lado me fijo en su vestimenta muy veraniega, con vestidos cortos que dejaban ver sus piernas hasta los muslos y aparentemente sin sostén, ya que las tetas bailaban al son del caminar de las 4... Mi imaginación voló y no pude evitar que mi entrepierna respondiera a lo que estaba viendo y tuve una erección inmediata.
Tengo por costumbre dormir desnudo y al salir del apartamento, solo me puse unos pantalones de deporte cortos y la primera camisa que salió del cajón, por tanto, mi erección no era nada disimulable y al estar sentado y sin calzoncillos el pene salía, por un lado, del pantalón.
Evidentemente, ellas no pudieron ver la situación, ya que tampoco había demasiada luz e iban a lo suyo.
Tuve que esperar unos 5 minutos hasta que, al menos, el pene bajara la intensidad y se quedara morcillón, pero no erecto, para poder empezar a deshacer los pasos que había recorrido y volver al apartamento. Aunque más fresco por la brisa, iba más caliente por lo visto de esas 4 mujeres que me habían excitado sobre manera.
Estaba llegando a la entrada del apartamento cuando veo que de frente viene dos mujeres que, en ese momento, no soy capaz de reconocer, pero que cuando se cruzan reconozco como dos de las cuatro en las que me había fijado anteriormente. Al cruzarse conmigo nos quedamos mirándonos y veo que sonríen, después girándome yo para volver a contemplarlas veo que juntan las cabezas como para decirse alguna cosa por lo bajini, soltando una pequeña carcajada acto seguido.
No sé por qué, pero no entre en el apartamento y seguí sus pasos. Unos metros más adelante, había un entrador de esos de madera a la playa que daban a una zona de alquiler de hamacas que, evidentemente, estaba cerrado y las tenía apiladas unas encima de otras. Giraron por el entrador dirigiéndose a la orilla del mar. Yo, hice lo mismo, pero viendo que se acababa el camino de madera y que ya era más que evidente que las seguía, me pare contemplando el movimiento de sus caderas e imaginando cosa que no sucederían... Pero para mi sorpresa, una de ellas se giró y me indico con el dedo índice que les siguiera y así lo hice.
En ese momento mi calentura era de tal magnitud, que a mí celebro no le llegaba sangre y solo pensaba con la polla que la tenía toda acumulada.
Entre las dos bajaron una de las hamacas apiladas y sin más, se quitaron el vestido subiéndoselo desde la parte baja para sacárselos por la cabeza. Madre mía, qué espectáculo contemplaban mis ojos.
Las dos tenían la piel bronceada, a pesar de la oscuridad, se podía entre ver la tonalidad de esta, ya que se podía vislumbrar el cambio de tono de las partes ocultas al tomar de sol y no hacerlo desnudas.
A las dos se les podía intuir que no eran unas jóvenes con cuerpos perfectos y sin evidencias del paso del tiempo, como tambien me pasaba a mí, pero eran dos mujeres bellas que el paso del tiempo lo llevaban muy bien. Pechos medianos y no muy caídos, muy pequeñas barrigitas y de cintura para abajo, culos bonitos y piernas perfectamente contorneadas. Vamos, que para un tipo como yo, eran unas bellezas que ni en mis mejores sueños...
Como ya había dicho, ellas ya estaban completamente desnudas, ya que, para mi asombro, además de no llevar sostén, tampoco llevaban bragas y se dirigieron a la orilla del mar.
Yo me quité la camisa y los pantalones de deporte en cuestión de segundos, pero ellas ya estaban en la orilla mojándose solamente los pies, una enfrente de la otra cogidas de las manos, jugueteando con el agua.
Me fui acercando lentamente a ellas y cuando ya estaba a su altura, se fueron acercando una a la otra hasta que se fundieron en un morreo de los que hacen época. Me quedé embobado mirando junto a ellas hasta que una de ellas alargo su mano, sin dejar de morrear a la otra, cogiendo mi polla y empezando a masturbarme de una manera muy suave y lenta.
Tengo una polla muy normalita, como yo en conjunto. Mide aproximadamente unos 15 cm ya en el estado que estaba. No es muy gorda, pero tampoco fina, lo dicho, lo normal supongo que como la media. La verdad es que de lo que sí puedo estar contento es de que la dureza, de momento, no la pierdo.
Pues en ese punto en el que estábamos, yo extendí mis brazos y empecé a tocarles las espaldas desde el cuello y bajando hasta sus culos, magreando sus nalgas muy suavemente para provocar excitación en sus cuerpos sin querer parecer agresivo ni desesperado.
Acto seguido, la otra chica estiro su brazo para tocarme la polla, la cual estaba siendo manoseada por su compañera. Empezaron una serie de caricias entre sus manos, alternando los roces y tocamientos entre las dos con mi polla que me volvían loco.
Estuvieron así unos pocos minutos mientras yo cada vez acariciaba sus nalgas con más fuerza y buscaba tocar sus orificios más deseados. Dejaron de besarse y se dirigieron a la hamaca que habían bajado previamente y sin soltarme, una de ellas, la polla, llevándome como quien pasea a un animalito. La primera que llego, cogió la ropa y la coloco encima de una pila de hamacas y la otra que me llevaba de paseo, me puso de espaldas a la hamaca y me acompaño sin soltarme el pene para que me acostase boca arriba.
En esa posición estaba a merced de ellas y así lo acepté. La chica que me llevaba de paseo, una vez recostado, empezó a mamar la polla con la misma suavidad con la que me habían estado masturbando. La otra chica que había apartado la ropa, se abrió de piernas, dejando una a cada lado de la hamaca y dejándose caer hasta que su coño estaba en mi boca y, de frente a su compañera recostada en mi estómago, acariciaba, alargando los brazos conforme podía, las tetas de su compañera.
Estaba fuera de mí con esa mamada que estaba siendo exquisita y con ese coño que empapaba mi cara y se meneaba de atrás a adelante con cada vez más presión sobre mi cara y boca. La chica que estaba con la mamada de repente paro y se levantó abriendo las piernas como su compañera y quedándose de frente a ella, me cogió la polla y se la inserto poco a poco en su coño hasta que estuvo toda dentro empezando movimientos hacia atrás y hacia adelante sin sacar ni un milímetro de pene del interior de su vagina. Debía de ser una chica muy dulce, ya que los movimientos eran igual que la masturbación y la mamada, lentos pero acompasados y profundos...
Yo tenía mis manos en el culo de la chica a la que le estaba comiendo el coño y con el dedo gordo de la mano izquierda le presionaba, sin llegar a introducir, el ano. Esto la empezó a volver loca y en pocos momentos empezó a retorcerse de placer, llegando a un orgasmo intenso y largo que le provocaba temblores y perdía el control de la presión que ejercía sobre mi cara y boca. Tuve que empujar hacia arriba con mis manos sobre sus nalgas para poder respirar...
Una vez se recompuso un poco y volviendo a moverse sobre mi cara y boca, se acercó a la oreja de su compañera diciéndole algo al oído en voz muy baja. Acto seguido, se intercambiaron las posiciones...
Esta vez, la chica que me había estado cabalgando, se colocó de espaldas a la compañera que lo hacía ahora y ejercía menos presión sobre mi cara y boca, dejándome ver sus tetas y cara de placer. Aproveche y esta vez, mientras comía coño, le manoseaba las tetas con suavidad, como ella lo había hecho todo hasta ese momento.
La chica que estaba cabalgando sobre mi polla, supongo que ya muy activada y caliente por el orgasmo que había tenido antes, cada muy poco tiempo tenía otro orgasmo de menos intensidad y tiempo, pero continuos, perdí la cuenta y además necesitaba tan pocas embestidas que no tenía ni que decirle que parara para no correrme...
Entre uno y otro orgasmo de la compañera, la chica a la que estaba comiéndole el coño cada vez se movía más rápido sobre mi boca y de repente exploto con un chorro de líquido que me empapo toda la cabeza, cara y pecho. Qué delicia y placer ver como le temblaban las piernas y se tenía que echar hacia atrás para dejarse caer sobre mi pecho y no caer... Se recostó, dejándose caer hasta estar sentada sobre mi vientre, y quedando sus tetas a la altura de mi boca, las cuales lamí, mordí y chupe durante unos instantes hasta que la que cabalgaba tuvo otro orgasmo.
A continuación, se levantaron las dos y se arrodillaron cada una a un lado de la hamaca y a la altura de mi polla y empezaron a mamar y pajear de manera alternada hasta que, sin pasar prácticamente ni un minuto, suelte la única palabra que cruzamos los tres, "me corro"... Las dos siguieron con la masturbación, pero apartaron sus bocas sin dejar de masturbarme.
En mi vida había lanzado tal cantidad de esperma ni con tanta presión, llegaron gotas a mi cara y llenaron mi vientre y pecho de líquido.
Sin mediar palabra, las dos se levantaron y me dieron al unísono un beso cada una en cada mejilla, se vistieron igual de rápido que se habían desvestido y volvieron sobre sus pasos al camino de vuelta que les había llevado allí.
Yo solo podía mirar sin poder ni moverme de aquella posición aún exhausto de la terminación que acababan de propinarme. Tuvieron que pasar unos 5 minutos hasta que empece a reaccionar mientras relamía todos los jugos que tenía sobre mi cuerpo. Me dirigí a la orilla y entre unos metros dentro del mar hasta que pude meter todo el cuerpo dentro del agua y limpiarme, muy a mi pesar, todo aquel manjar que llevaba puesto...
Mi cabeza no paraba de repetir todas aquellas imagenes que me habían sucedido mientras volvía a mi apartamento. Una vez me acoste y para acabar de relajarme, me hice una paja con los ojos cerrados y reproduciendo en mi mente todo lo sucedido hasta que volví a explotar empapando toda la sabana. No pude ni reaccionar y cuando desperte ya era mediodía y la cama olía a sexo...
Me quedaban tres días de vacaciones y los tres dias salí sobre la misma hora esperando reencontrarme con mis amantes pero no hubo suerte. La vida suele dar una oportunidad y tuve suerte.
Saludos a todos, espero os haya puesto cachond@s.
Llevo un tiempo leyendo relatos en la web y hoy me decido a contar una experiencia que he tenido este verano.
A ver si más gente se hace el ánimo y nos cuenta sus experiencias.
Noche de verano.
Estaba de vacaciones en una ciudad costera de Castellón y, como es normal, por la noche hace mucha calor...
Total que a eso de las 3 de la madrugada me despierto y salgo a pasear por el paseo marítimo a ver si me refresco con la brisa marina.
Paseando a esas horas, me cruzo con muchos grupitos de chicos y chicas jóvenes que supongo vuelven a sus nidos después de una noche de fiesta. Entre esos grupos, pasan 4 mujeres algo menos jóvenes y con una actitud muy fiestera y de mucho cachondeo.
A estas alturas, he de decir que soy un hombre de 50 años, 1'70 de altura, 72 Kg de peso, completamente depilado y piel bronceada. No soy nada el otro mundo y nunca he sido resultón, más bien soy normalito y paso bastante desapercibido.
A lo que estábamos, estas 4 mujeres pasan por mi lado estando yo sentado fumando un cigarrillo y no sé por qué, pero no puedo quitarles el ojo a las 4 desde que empiezo a intuir su presencia y hasta que las pierdo de vista.
Al pasar por mi lado me fijo en su vestimenta muy veraniega, con vestidos cortos que dejaban ver sus piernas hasta los muslos y aparentemente sin sostén, ya que las tetas bailaban al son del caminar de las 4... Mi imaginación voló y no pude evitar que mi entrepierna respondiera a lo que estaba viendo y tuve una erección inmediata.
Tengo por costumbre dormir desnudo y al salir del apartamento, solo me puse unos pantalones de deporte cortos y la primera camisa que salió del cajón, por tanto, mi erección no era nada disimulable y al estar sentado y sin calzoncillos el pene salía, por un lado, del pantalón.
Evidentemente, ellas no pudieron ver la situación, ya que tampoco había demasiada luz e iban a lo suyo.
Tuve que esperar unos 5 minutos hasta que, al menos, el pene bajara la intensidad y se quedara morcillón, pero no erecto, para poder empezar a deshacer los pasos que había recorrido y volver al apartamento. Aunque más fresco por la brisa, iba más caliente por lo visto de esas 4 mujeres que me habían excitado sobre manera.
Estaba llegando a la entrada del apartamento cuando veo que de frente viene dos mujeres que, en ese momento, no soy capaz de reconocer, pero que cuando se cruzan reconozco como dos de las cuatro en las que me había fijado anteriormente. Al cruzarse conmigo nos quedamos mirándonos y veo que sonríen, después girándome yo para volver a contemplarlas veo que juntan las cabezas como para decirse alguna cosa por lo bajini, soltando una pequeña carcajada acto seguido.
No sé por qué, pero no entre en el apartamento y seguí sus pasos. Unos metros más adelante, había un entrador de esos de madera a la playa que daban a una zona de alquiler de hamacas que, evidentemente, estaba cerrado y las tenía apiladas unas encima de otras. Giraron por el entrador dirigiéndose a la orilla del mar. Yo, hice lo mismo, pero viendo que se acababa el camino de madera y que ya era más que evidente que las seguía, me pare contemplando el movimiento de sus caderas e imaginando cosa que no sucederían... Pero para mi sorpresa, una de ellas se giró y me indico con el dedo índice que les siguiera y así lo hice.
En ese momento mi calentura era de tal magnitud, que a mí celebro no le llegaba sangre y solo pensaba con la polla que la tenía toda acumulada.
Entre las dos bajaron una de las hamacas apiladas y sin más, se quitaron el vestido subiéndoselo desde la parte baja para sacárselos por la cabeza. Madre mía, qué espectáculo contemplaban mis ojos.
Las dos tenían la piel bronceada, a pesar de la oscuridad, se podía entre ver la tonalidad de esta, ya que se podía vislumbrar el cambio de tono de las partes ocultas al tomar de sol y no hacerlo desnudas.
A las dos se les podía intuir que no eran unas jóvenes con cuerpos perfectos y sin evidencias del paso del tiempo, como tambien me pasaba a mí, pero eran dos mujeres bellas que el paso del tiempo lo llevaban muy bien. Pechos medianos y no muy caídos, muy pequeñas barrigitas y de cintura para abajo, culos bonitos y piernas perfectamente contorneadas. Vamos, que para un tipo como yo, eran unas bellezas que ni en mis mejores sueños...
Como ya había dicho, ellas ya estaban completamente desnudas, ya que, para mi asombro, además de no llevar sostén, tampoco llevaban bragas y se dirigieron a la orilla del mar.
Yo me quité la camisa y los pantalones de deporte en cuestión de segundos, pero ellas ya estaban en la orilla mojándose solamente los pies, una enfrente de la otra cogidas de las manos, jugueteando con el agua.
Me fui acercando lentamente a ellas y cuando ya estaba a su altura, se fueron acercando una a la otra hasta que se fundieron en un morreo de los que hacen época. Me quedé embobado mirando junto a ellas hasta que una de ellas alargo su mano, sin dejar de morrear a la otra, cogiendo mi polla y empezando a masturbarme de una manera muy suave y lenta.
Tengo una polla muy normalita, como yo en conjunto. Mide aproximadamente unos 15 cm ya en el estado que estaba. No es muy gorda, pero tampoco fina, lo dicho, lo normal supongo que como la media. La verdad es que de lo que sí puedo estar contento es de que la dureza, de momento, no la pierdo.
Pues en ese punto en el que estábamos, yo extendí mis brazos y empecé a tocarles las espaldas desde el cuello y bajando hasta sus culos, magreando sus nalgas muy suavemente para provocar excitación en sus cuerpos sin querer parecer agresivo ni desesperado.
Acto seguido, la otra chica estiro su brazo para tocarme la polla, la cual estaba siendo manoseada por su compañera. Empezaron una serie de caricias entre sus manos, alternando los roces y tocamientos entre las dos con mi polla que me volvían loco.
Estuvieron así unos pocos minutos mientras yo cada vez acariciaba sus nalgas con más fuerza y buscaba tocar sus orificios más deseados. Dejaron de besarse y se dirigieron a la hamaca que habían bajado previamente y sin soltarme, una de ellas, la polla, llevándome como quien pasea a un animalito. La primera que llego, cogió la ropa y la coloco encima de una pila de hamacas y la otra que me llevaba de paseo, me puso de espaldas a la hamaca y me acompaño sin soltarme el pene para que me acostase boca arriba.
En esa posición estaba a merced de ellas y así lo acepté. La chica que me llevaba de paseo, una vez recostado, empezó a mamar la polla con la misma suavidad con la que me habían estado masturbando. La otra chica que había apartado la ropa, se abrió de piernas, dejando una a cada lado de la hamaca y dejándose caer hasta que su coño estaba en mi boca y, de frente a su compañera recostada en mi estómago, acariciaba, alargando los brazos conforme podía, las tetas de su compañera.
Estaba fuera de mí con esa mamada que estaba siendo exquisita y con ese coño que empapaba mi cara y se meneaba de atrás a adelante con cada vez más presión sobre mi cara y boca. La chica que estaba con la mamada de repente paro y se levantó abriendo las piernas como su compañera y quedándose de frente a ella, me cogió la polla y se la inserto poco a poco en su coño hasta que estuvo toda dentro empezando movimientos hacia atrás y hacia adelante sin sacar ni un milímetro de pene del interior de su vagina. Debía de ser una chica muy dulce, ya que los movimientos eran igual que la masturbación y la mamada, lentos pero acompasados y profundos...
Yo tenía mis manos en el culo de la chica a la que le estaba comiendo el coño y con el dedo gordo de la mano izquierda le presionaba, sin llegar a introducir, el ano. Esto la empezó a volver loca y en pocos momentos empezó a retorcerse de placer, llegando a un orgasmo intenso y largo que le provocaba temblores y perdía el control de la presión que ejercía sobre mi cara y boca. Tuve que empujar hacia arriba con mis manos sobre sus nalgas para poder respirar...
Una vez se recompuso un poco y volviendo a moverse sobre mi cara y boca, se acercó a la oreja de su compañera diciéndole algo al oído en voz muy baja. Acto seguido, se intercambiaron las posiciones...
Esta vez, la chica que me había estado cabalgando, se colocó de espaldas a la compañera que lo hacía ahora y ejercía menos presión sobre mi cara y boca, dejándome ver sus tetas y cara de placer. Aproveche y esta vez, mientras comía coño, le manoseaba las tetas con suavidad, como ella lo había hecho todo hasta ese momento.
La chica que estaba cabalgando sobre mi polla, supongo que ya muy activada y caliente por el orgasmo que había tenido antes, cada muy poco tiempo tenía otro orgasmo de menos intensidad y tiempo, pero continuos, perdí la cuenta y además necesitaba tan pocas embestidas que no tenía ni que decirle que parara para no correrme...
Entre uno y otro orgasmo de la compañera, la chica a la que estaba comiéndole el coño cada vez se movía más rápido sobre mi boca y de repente exploto con un chorro de líquido que me empapo toda la cabeza, cara y pecho. Qué delicia y placer ver como le temblaban las piernas y se tenía que echar hacia atrás para dejarse caer sobre mi pecho y no caer... Se recostó, dejándose caer hasta estar sentada sobre mi vientre, y quedando sus tetas a la altura de mi boca, las cuales lamí, mordí y chupe durante unos instantes hasta que la que cabalgaba tuvo otro orgasmo.
A continuación, se levantaron las dos y se arrodillaron cada una a un lado de la hamaca y a la altura de mi polla y empezaron a mamar y pajear de manera alternada hasta que, sin pasar prácticamente ni un minuto, suelte la única palabra que cruzamos los tres, "me corro"... Las dos siguieron con la masturbación, pero apartaron sus bocas sin dejar de masturbarme.
En mi vida había lanzado tal cantidad de esperma ni con tanta presión, llegaron gotas a mi cara y llenaron mi vientre y pecho de líquido.
Sin mediar palabra, las dos se levantaron y me dieron al unísono un beso cada una en cada mejilla, se vistieron igual de rápido que se habían desvestido y volvieron sobre sus pasos al camino de vuelta que les había llevado allí.
Yo solo podía mirar sin poder ni moverme de aquella posición aún exhausto de la terminación que acababan de propinarme. Tuvieron que pasar unos 5 minutos hasta que empece a reaccionar mientras relamía todos los jugos que tenía sobre mi cuerpo. Me dirigí a la orilla y entre unos metros dentro del mar hasta que pude meter todo el cuerpo dentro del agua y limpiarme, muy a mi pesar, todo aquel manjar que llevaba puesto...
Mi cabeza no paraba de repetir todas aquellas imagenes que me habían sucedido mientras volvía a mi apartamento. Una vez me acoste y para acabar de relajarme, me hice una paja con los ojos cerrados y reproduciendo en mi mente todo lo sucedido hasta que volví a explotar empapando toda la sabana. No pude ni reaccionar y cuando desperte ya era mediodía y la cama olía a sexo...
Me quedaban tres días de vacaciones y los tres dias salí sobre la misma hora esperando reencontrarme con mis amantes pero no hubo suerte. La vida suele dar una oportunidad y tuve suerte.
Saludos a todos, espero os haya puesto cachond@s.
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