Rompiendo la Monotonia

MARORI69

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Rompiendo la monotonia



Nosotros


Para empezar esta historia, voy a contar un poco sobre mi mujer y yo. Tenemos 45 años y nos conocimos hace 10, procedentes de sendos divorcios, y coincidiendo por los avatares de la vida. No me voy a extender mucho en esto ni en como somos, yo 1,85 m, 78 kg, atlético pero no fibrado, me gusta tomar mis vinos, y comer bien, y depilado y rapado, para disimular mi incipiente calvicie.

Vanessa, mide escasos 1.60m, y pesa unos 45 kg. A pesar de no hacer deporte, y gustarle la buena comida, se mantiene muy bien. Es ancha de cadera y usa una talla 90 de sujetador, aunque no lo necesita, pues siempre me ha llamado la atención, que la ley de la gravedad y los años, al contrario que en mi ex, en ella no han causado estragos, teniendo todo muy bien puesto y en su sitio. Vamos, somos lo que viene siendo una pareja normal. Los primeros años, el sexo, era como de adolescentes, a cualquier hora, en cualquier sitio, y cualquier excusa era buena para tener relaciones. Tengo ido a trabajar de doblete, por pasar la noche haciéndolo, y repetir al llegar de trabajar; la verdad, que era intenso. Poco a poco, con el paso del tiempo, se fue haciendo más monótono, solamente en casa, en la cama y llegaban a pasar semanas sin hacerlo. Después ella tuvo una profunda depresión por motivos personales, que termino de espaciar mas el tiempo entre relación y relación, a veces más de un mes. Además, con los antidepresivos, y a pesar de que cuando nos poníamos, ella se excitaba a tope, no conseguía llegar al orgasmo, quedándose siempre a medias y yo, con una frustración tremenda, y con sentimiento de culpa, por haber terminado, y ella no. En el sexo, fuimos también de más a menos, al principio, quizás por la novedad, y la falta de confianza para decir no, probamos muchas cosas, posturas, oral con final en la boca, intentos de anal, antifaces, atada, etc, pero todo fue a menos también. Excepto el sexo oral, ese sigue siendo un habitual las pocas veces que ya lo hacemos; además, siempre me llamo la atención, para ser bastante “mojigata” (no ha visto nunca porno, es más le ofende) lo bien que lo hace. A mí no me gustaba especialmente, mis ex, no tenían mucha idea, está claro, porque la primera vez que Vanesa me lo hizo, termine en su boca, y jamás lo había conseguido. Yo, a ella, se lo hago siempre, las pocas veces que ha tenido orgasmos con la medicación, ha sido con el sexo oral. Se vuelve loca, será que tampoco se me da muy mal. Pero el tema es, que por uno u otro, pasan semanas sin tocarnos, y eso, a mí, particularmente, me empieza a pasar factura. Consumo porno a diario, me masturbo, con 45 años como si tuviera 18, fantaseo con Gangbangs, BDSM, he incluso me he planteado, buscar una amante, o pagar por sexo, algo que jamás he hecho. Y vuelvo otra vez a los remordimientos, porque la amo demasiado, como para hacerle daño.

Y después de extenderme en la presentación más de lo que pensaba, comienza realmente la historia. Y comienza unas vacaciones improvisadas, con un descanso en su trabajo que no contábamos, y una época de poco trabajo yo, que me permitió cerrar mi negocio unos días. Y nos fuimos a una casa rural, en una zona apartada de la montaña vasca, una casa de ensueño, con chimenea, rodeada de naturaleza, y bastante alejada de las demás casas. Dejamos al niño con los abuelos y nos fuimos solos unos días. Como la casa era grande, sin decirle nada, invite a su hermano y cuñada, que estaban pasando una mala racha, a venir. Una vez en la casa, deshaciendo las maletas, aparecieron ellos. Vane se quedo un poco perpleja, y le comente que se lo había dicho, para que desconectaran un poco también, pero no pareció agradarle mucho la sorpresa. Nos saludamos, vimos la casa, tomamos las habitaciones, y nos fuimos fuera, a prepara una barbacoa, pues el tiempo invitaba a ello. Manuel, mi cuñado, es un poco mayor que nosotros, pero hace mucho deporte y cuida mucho su aspecto. Silvia, su mujer, tiene nuestra edad, y tras superar una enfermedad hace un par de años, se ha puesto en plan de cuidarse un poco y bajar algún kilo. No está gorda, pero le sobra alguno. Con la parrilla, empezamos a beber vino, pues el coche no se iba a mover, y me sorprendió Vanesa, cuando se sirvió la segunda copa, porque nunca bebe. Le dije, apartados, que tuviera cuidado con la medicación, y me susurro, que al saber que veníamos aquí, había dejado de tomarla unos días, para ver si recuperaba algo de lo perdido este tiempo, ya sabes…. Me dijo. Pero me lo has estropeado

Yo me quede un poco perplejo, pero intente quitar hierro diciéndole:

No te preocupes, si lo dices por ellos. La casa es grande, y además, a que piensas que vienen?

La tarde transcurrió amena, entre risas, copas de vino y carne. Empezó a refrescar y decidimos ir dentro, encender la chimenea y jugar algún juego de mesa

Vane, que estaba bastante perjudicada tras varias copas, jamás la había visto así, sugirió las cartas, y Silvia, también algo alegre, pero no como Vanesa, pues esta mas acostumbrada, me miro pícaramente y soltó:

Strip póker??????

Yo me reí nerviosamente mirando a Manuel y Vanesa, que para mi asombro, asintieron entre risas.

Necesito algo más fuerte que el vino para esto, comente mientras iba a mi cuarto a por una botella de Bourbon.

Y empezamos a jugar. Soy malísimo con las cartas, pero de póker se algo mas, y aunque me pareció raro no fui el primero en perder prenda. Manuel empezó perdiendo, después Vane, yo, Silvia, Vane otra vez……… y una hora después y media botella de Bourbon, mi mujer y mi cuñada en tanga, yo en calzoncillos y Manuel en camiseta y calzoncillos. A todo esto Vanessa llevaba 2 chupitos ya. Yo miraba las tetas de Silvia, algo caídas, pero voluminosas, una 105 calculaba, comparándolas con las de Vanesa, y pude ver como Manuel, miraba sin disimulo el cuerpo de su hermana, solo tapado por el diminuto tanga, pero demasiado mareada como para darse cuenta. Fue la primera en perder y quitárselo todo, sin pudor, dejando a la vista su recién y perfectamente perfilado coñito, mientras hacia un pequeño contoneo. Yo esperaba que mañana no se acordara de nada, porque sabía que se iba a morir de vergüenza.

Después perdí yo, y medio empalmado por la situación, me quite el bóxer, mientras Silvia y Vanesa animaban como si estuviesen en un espectáculo de boys. Jamás vi a mi mujer en ese plan, y la verdad, me excitaba

Al final gano Silvia las 2 partidas siguientes, acabando mi cuñado desnudo también, y Silvia, como ganadora, dijo que todos teníamos que darle un beso, y pensaría en quedarse como nosotros, desnuda, si le satisfacían. Mi cuñado le dio un profundo y largo beso, yo me acerque sin saber muy bien que iba a hacer, pero Silvia tomo la iniciativa y me metió la lengua hasta el fondo un buen rato, lo que acabo de hacer estallar una erección en mí, como hacía mucho tiempo no tenia. Le tocaba a Vanessa, que ni corta ni perezosa, se tiro a la boca de su cuñada. Esa imagen provoco en Manuel una erección y en mi una excitación tremenda. Silvia se quito el resto de la ropa, y lucio totalmente depilada, al igual que mi cuñado. En ese momento nos fuimos al sofá, cada uno con su pareja, y empezamos a besarnos y tocarnos por todas partes, totalmente excitados y fuera de sí, por lo que decidimos irnos a los cuartos.

En mi cabeza rondaba algo hacía tiempo, y decidí poner en juego, visto lo desinhibida que estaba Vanessa, mi fantasía. Le sugerí atarla a la cama, a lo que no se opuso, y así lo hice. Con unos cinturones ate sus piernas separadas a las patas de la cama, y con otro, las dos manos juntas, por encima de su cabeza, al cabecero. Usando un pañuelo grande de su armario, le vende los ojos. Me aparte un poco para disfrutar del espectáculo. Su delgado cuerpo, completamente desnudo e inmovilizado, sus pezones duros y erguidos, las piernas completamente separadas con su vagina abierta, expuesta, brillante por la excitación, y el contoneo sensual de su cuerpo, expectante, indefenso, sin saber que le iba a pasar. Me entraron unas ganas tremendas de follarmela directamente. Pero me resistí. En silencio salí en dirección al cuarto de mis cuñados, pero cuál fue mi sorpresa, cuando los encuentro tras la puerta, observando lo que hacíamos. Les hice un gesto para que entraran, lo que hicieron inmediatamente. Manuel se echo la mano a su erecto pene, mirando a su hermana en esa situación, y Silvia me miro, mientras se acercaba a la cama y comenzaba a mordisquear los pezones de Vanesa, que respondió con un gemido y retorciéndose de placer. Manuel, sin ni siquiera buscar una mirada de aprobación en mi, se dirigió al otro lado de la cama, y comenzó a acariciar las piernas a su hermana, que por un momento, puso expresión de que algo no le cuadraba, pero cuando la mano de Manuel, comenzó a acariciar su vulva, y su boca succiono su otro pezón, la expresión se convirtió en rostro desencajado de placer y gemidos.

Me uní a la fiesta, cogiendo las tetas de Silvia por detrás, porque llevaba toda la noche con unas ganas tremendas de hacerlo. Después Manuel se concentro en besar a su hermana, mientras Silvia comenzaba de nuevo a masajear y chupar los inhiestos pezones de Vane, y yo comencé a besarle y succionarle el clítoris mientras le iba introduciendo 2 dedos en su mojada vagina. Creo que no tardo más de 5 minutos en tener un orgasmo como nunca le había visto. Estaba claro que la situación, la ausencia de medicación y 3 personas dedicadas a darle placer, estaban dando resultados. Manuel se hizo sitio, para ponerse sobre Vane, y comenzó a penetrarla lentamente, Silvia tomo mi polla y se la acerco a la boca a Vanesa, que inmediatamente, comenzó a chupármela. Silvia se puso a su lado y empezó a alternar en su boca mi polla y la lengua de Vane. Mientras los envites de Manuel eran cada vez más rápidos y fuertes.

Le indique que aflojara, mientras me dispuse a desatar las piernas de mi mujer.

Aun atada por las manos, Manuel se acostó boca arriba a su lado, mientras Silvia y yo ayudamos a Vane a acomodarse encima suyo, y ser penetrada nuevamente por su hermano. La inclinamos hacia delante, y Silvia lubrico eficazmente el culo de mi mujer, mientras le introducía un dedo, alternado este con su lengua. Después, fueron dos los dedos, y lleno su boca con mi polla, para luego guiarme al agujero que tanto había soñado poseer, y ayudarme a penetrar analmente a mi mujer, como tantas veces había fantaseado. Vanesa hizo una leve mueca, para después dejarse llevar. Emprendí un ritmo fuerte, y, con sus dos agujeros llenos, gemía y se retorcía loca de placer y de lujuria; Mientras Silvia, acomodaba su vulva en la boca de su marido, para dejarse comer mientras nos follabamos rítmicamente a su cuñada. Yo sentía que no podía más, y un orgasmo tremendo estallo dentro de mí, y me corrí en el culo de mi mujer, jadeando, mientras ella se dejaba ir también de nuevo, en su segundo orgasmo, aun más intenso que el primero. En ese momento, Manuel, también empezó a jadear y se corría dentro de su hermana, mientras Silvia lo hacía en su boca, agarrada al cabecero de la cama.

Salí del culo de mi mujer, y Silvia se arrodillo a chuparme los restos de semen que aun salían de mi polla, mientras Manuel se zafaba de su hermana y le metía la suya en su boca. Un rato después y exhaustos, se fueron sin mediar palabra. Yo desate y quite la venda de los ojos a Vanesa. Contemple su cuerpo, chorreando semen por su culo, boca y coño, la tape un poco, me metí en la cama con ella y nos dormimos.

Al día siguiente, despertamos tarde, Vanesa se fue a la ducha, yo fui detrás, nos duchamos juntos e hicimos el amor lentamente bajo el agua, yo aun recordaba la noche anterior, pero ella no hizo ningún comentario. Salimos a la cocina, y mi cuñada estaba haciendo el desayuno. Todo parecía normal, como si nada hubiera pasado. Hacia un día espectacular, unos 25 grados, que para ser el norte, ya es una buena temperatura. Vanesa fue al baño y un rato después salió, con un albornoz, y dijo:

Voy a aprovechar el día, y tomar el sol

Trajiste bikini? Le pregunte

No, pero después de lo de anoche, creo que no me hace falta no? Comentó


Manuel, me miro sorprendido, y añadió:

Creo que ayer se nos fue un poco la cosa de las manos, y sería mejor olvidarlo y no volver a hablar de ello.

Olvidarlo?
Dijo Vane. Yo tengo vagos recuerdos, imágenes sueltas, el alcohol no me deja muy claro nada, pero lo que recuerdo, me excita sobremanera, y creo, que lo mínimo que me debéis, es repetirlo para qué lo disfrute como hicisteis todos vosotros, o no?

Y ahora me voy a tomar el sol.
Y dicho esto, ser quito la bata y completamente desnuda se fue a la hamaca. Manuel la miraba, un poco cortado y de reojo, y Vanesa le dijo:

Creo que has visto y usado cada rincón de mi cuerpo, y ahora te cortas de mirarme? Vamos, que somos adultos, no seas chiquillo

Dicho esto salió fuera, y Silvia la siguió, desnudándose también para tomar el sol. Las seguimos como corderitos, estaba claro quién dominaba la situación en ese momento.

Después de una buena recarga de vitamina C y una buena comida, las chicas estuvieron hablando un rato y Silvia dijo:

Iros a descansar, nosotras vamos a prepararnos bien para dar a Vanesa la noche que se merece. Coger fuerzas, las necesitareis.

Y dicho esto, se fueron al cuarto que estaba libre.

Serian aproximadamente las 8 de la tarde, cuando Silvia reclamo nuestra presencia.

Estaba en ropa interior, lencería muy sexy. Un minúsculo y transparente tanga, dejaba ver su vulva completamente depilada, y el sujetador, apenas podía sostener sus enormes tetas. Los pezones, duros, amenazaban con desgarrar la tela que los cubría y salir fuera.

La seguimos a la habitación sin decir nada. El espectáculo era digno de mis mejores fantasías. Vanesa estaba en la cama completamente desnuda. Boca abajo, con unos cojines bajo su vientre, que elevaban sus caderas, dejando expuesto completamente su culo y su coño. Entre sus nalgas se distinguía algo brillante y redondo, que identifique como un dilatador metálico, como los que tantas veces había visto en los videos de BDSM que consumía. De su coño, salían dos cables, que terminaban en dos electrodos pegados a sus nalgas. Los cinturones habían sido sustituidos por unas correas de cuero con grilletes que estiraban sus brazos por encima de su cabeza hasta el cabecero de la cama. Las piernas, separadas al máximo por una barra metálica extensible, y con correas en los tobillos, pero sin atar a la cama, para tener más libertad de movimiento con ella, supuse. El pañuelo de los ojos lo suplía un antifaz negro de piel, y en su boca lucia una mordaza con bola, por la cual resbalaba abundante saliva. Me excite al momento, preguntándome de donde había salido todo aquello. Distinguí una maleta a un lado de la cama, con fustas, cadenas, grilletes, consoladores y demás parafernalia sado.

Manuel comento:

Nunca pensé que íbamos a usar “la maleta” así, este fin de semana. Mirando a Silvia

Lucia una esplendida erección y Vanesa se estremeció un poco al oír la voz de su hermano

Silvia cogió un látigo de varias colas, y comenzó a azotar el culo de Vanesa, primero suavemente, y aplicando poco a poco más fuerza en los golpes, mientras decía:

Nos ha salido putilla la cuñada, habrá que darle lo suyo,jajaja

El culo de Vanesa lucia rojo ya por lo azotes recibidos

Vi un pequeño mando a distancia en la mesilla, me acerque y lo cogí. Sin decir nada oprimí uno de los botones, y un ligero zumbido salió de la entrepierna de mi mujer, a la vez que esta se empezaba a retorcer y jadear. Estaba claro que tenía un vibrador en su vagina. Volví a darle y el zumbido aumento de intensidad, así como los contoneos y jadeos. Había otro botón, que presione, y Vanesa lanzo un pequeño grito, ahogado por la mordaza, mientras su cuerpo se tensaba y Silvia se reía.

Parece que tu marido encontró el botón de las descargas,jajaja, dijo

Inmediatamente volví a darle, manteniendo más tiempo pulsado el botón. El cuerpo arqueado y tenso de Vanesa, empezaba a sudar, por la tensión de las descargas y la excitación que se apoderaba de ella. Solté el botón y oprimí varias veces el de la vibración, y entre convulsiones y jadeos, se corrió por primera vez esa noche.

Le dimos la vuelta en la cama, y vi que unas pinzas metálicas, unidas entre sí por una fina cadena metálica, habían estado castigando sus pezones todo ese tiempo. Manuel le quito una de ellas y atrapo el pezón con sus dientes, apretando y chupando, y obteniendo la respuesta esperada en su hermana. De nuevo jadeos y contoneos, y un incesante hilo de saliva caía por la comisura de la boca y la bola de la mordaza. Silvia hizo lo mismo con su otro pezón y yo le saque el vibrador aun zumbando, que era de un tamaño considerable. Vi por primera vez también que su perfilado y arreglado monte de Venus, había desapararecido y lucia completamente depilada. Lamí su vagina e introduje un par de dedos dentro, mientras succionaba con fuerza su hinchado clítoris. Creo que estaba a punto de correrse de nuevo, por lo que pare un poco el ritmo y le di un par de descargas nuevas en el culo, para que le bajase la excitación.

Mis cuñados estaban afanados en sus tetas, mordiendo con fuerza sus pezones, amasándolas y retorciéndolas, pellizcando y poniendo de vez en cuando las pinzas y tirando con fuerza de la cadena, tanto, que parecía por momentos que se los iban a arrancar. Vanesa estaba como ida, entre el placer y el dolor.

Yo no podía mas, por lo que me tumbe sobre ella y la penetre de golpe, no fue difícil, pues estaba empapada, y comencé a follarla como si no hubiera un mañana. Silvia le quito la mordaza y puso su coño sobre su boca, para que se lo comiera, mientras Manuel se situaba también sobre su cara y comenzaba a follarse a su mujer. Me corrí en poco tiempo, pues la excitación era máxima, Silvia frente a mi cara, se estaba corriendo también. Vanesa se vino inmediatamente en un sonoro orgasmo, y Manuel lo hacia dentro de su mujer al poco tiempo, mientras mi mujer lamia los restos que salían de la vagina de Silvia. Esta cogió mi polla, ya fuera, y comenzó a chuparla para dejarla limpia y casi en plena forma de nuevo. Manuel aparto el culo de su mujer de la cara de su hermana, e introdujo su polla en su boca, para que hiciese lo mismo con ella.

Levantamos a Vanesa de la cama tras desatarle las manos, pero aun con la barra en los tobillos. Tuvimos que sujetarla para que no se callera al suelo. Se veía exhausta. Manuel saco unas correas de la maleta y hábilmente ato las manos de su hermana, una al cabecero y otra al lado de los pies de la cama, quedando en cruz. Por su boca y su entrepierna resbalaba un fluido mezcla de semen, saliva y sudor, y el maquillaje de su cara estaba diseminado por toda ella. Ese aspecto grotesco, me excito de nuevo, había soñado ver esa imagen delante de mí muchas veces, pero nunca pensé que sería la mujer que tanto quería.

Manuel me acerco un látigo, y Silvia le ponía de nuevo las pinzas en los pezones, esta vez conectadas a unos cables que iban a una caja que ella tenía en la mano. Además de cada pinza colgó unas pequeñas pesas que estiraban de los pezones hacia abajo con fuerza. La primera descarga no tardo, y debió de dolerle, pues el grito fue grande, acompañado de una lágrima en su ojo derecho.

Paramos? Le dije. A lo que negó con la cabeza

Manuel le puso la mordaza de nuevo. Empezamos a acompasar descargas en los pezones, con el látigo por todo el cuerpo. No imprimía demasiada fuerza, pues no quería dejarle marcas, pero la suficiente como para que su cuerpo fuese tomando un color rojizo en las zonas castigadas, especialmente nalgas y pechos. Un buen rato después, paramos. Manuel se puso tras ella y le saco el dildo del culo, que aun seguía ahí. Silvia lo chupo con lascivia, mientras Manuel aflojaba un poco las correas y sentaba a Vanesa sobre él , y le metía la polla en el culo, que aun no había probado. Yo frente a ella. Levante la barra de sus pies, me acomode entre sus piernas y de un golpe volví a metérsela en el chorreante coño. Atada en cruz a la cama, semisentada sobre su hermano con su polla en el culo y la mía en el coño, Silvia se afanaba en darle descargas en los pezones y lamerle toda la cara. Tardamos muy poco en volver a corrernos los 3. Desatamos a Vanesa y Silvia se ocupo de limpiar todo el semen que de ella salía, mientras Manuel y yo, uno a cada lado de la cama, le quitamos el bozal, para que hiciera lo propio con nuestros miembros.

La verdad que se nos veía cansados a todos, sobre todo a Vanesa, pero ese afán en chuparnos la polla, la situación, Silvia limpiando con la legua cada rincón de su cuñada, todo eso junto provoco en mi otra semiereccion. Yo no me creía lo que estaba viviendo con mi edad, y mucho menos con quien. El colmo ya fue cuando Silvia se coloca en postura de 69 sobre Vanesa, y las 2 empiezan a comerse los coños como si hubiesen sido lesbianas toda la vida; Me situé detrás de mi cuñada, mi polla medio erecta entre sus nalgas, recibía lametones de mi mujer y volví a estar en forma al momento. Observe un dildo en el culo de Silvia, que no dude en sacar y sustituir por mi polla inmediatamente, pues era la que menos había disfrutado en su cuerpo durante el fin de semana. Alterne envites en su culo y su coño, mientras Manuel, que llevaba un rato comiendo el coño de Vanesa junto a Silvia, se acomodo y penetro a su hermana, medio de lado. Estuvimos un buen rato dándole en esa postura. Silvia fue la primera en correrse, mientras mi polla estaba en su culo y su clítoris en la boca de Vanesa. Esta se corrió casi de inmediato, presa de la follada de su hermano y la comida de coño que le proporcionaba su cuñada. Manuel lo hizo de inmediato al ver a su mujer y su hermana presas de un orgasmo incontrolado, y detrás me vine yo, que no pensaba que quedara más semen en mi interior. Silvia se aparto un poco para, una vez más limpiar la polla de su marido y el coño de su cuñada, mientras esta, se afanaba en chupar y limpiar la mía, y un chorro resbalaba desde el culo de Silvia, sobre su boca.

Poco a poco nos fuimos separando, a los baños, a ducharnos y descansar. Esa noche dormí como un niño, pero mil imágenes me venían continuamente a la cabeza. Lamente no tener una cámara y haberlo grabado todo, para poder creerme en un futuro que no había sido un sueño.

Al día siguiente nos levantamos, desayunamos, y Vanesa dijo:

Jamás pensé que pudiera pasar lo que paso, disfrute como una loca, pero lo que paso aquí, aquí se queda. Nunca hablaremos de ello, y jamás se repetirá.

Todos asentimos con la cabeza, pero a mí me invadió una tremenda pena

Volvimos a casa, a nuestras rutinas. Vanesa comenzó el tratamiento de nuevo. El sexo volvió a espaciarse en el tiempo, y los orgasmos desaparecieron una vez más. Yo volví a mis fantasías, el porno y la masturbación.

MI LADO OSCURO

Y llego la navidad. Volvimos a juntarnos todos, en lo que yo pensé, sería una situación incómoda. Nada más lejos de la realidad. Todo parecía normal. Silvia había adelgazado bastante y se veía fabulosa. Creí ver alguna mirada furtiva hacia mí, pero la situación era tan normal que pensé que serian imaginaciones mías.

En un momento que coincidimos en la cocina solos, Me paso un pendrive, me miro y me dijo:

No puedo olvidar este verano. Cada vez que veo esto me pongo a mil, pero Manu, no quiere ni oír hablar del tema

Cogí el lápiz imaginándome lo que era, pero pregunte:

Lo grabaste?

Todo,
me respondió

Vanesa tampoco ha vuelto a decir nada, y con el tratamiento, el sexo ahora da pena, la verdad. Además, hacer el amor como antes, a mi ya no me llena.

A eso, le puedo poner solución yo. Llámame, no te arrepentirás. Dejemos a los aburridos hermanos negando lo que paso y negándose a ellos mismos que les gusto


Esa noche me levante a ver el video en el ordenador, y cayeron 2 pajas. Parecía una película de las buenas, con guion establecido. Todo fluía como ensayado o dirigido, pero éramos nosotros





Una cosa debo dejar clara, ni disfruto viendo a mujer con otro, ni lo soportaría, pero la situación con su hermano y su cuñada, era excitante al ,máximo. Eso, unido a la casi ausencia de sexo con Vanesa terminó por decidirme a llamar a Silvia. Un día, en pleno visionado del video de la cabaña, me encontré con el teléfono en la mano llamando a mi cuñada.

Si que has tardado en decidirte, me dijo. No puedo hablar ahora, pero estas de suerte, apunta esta dirección y búscate la vida para ir esta tarde.

Y eso fue todo. Colgó.

Esa tarde, argumentando una reunión, y aprovechando el turno de tarde de mi mujer, me dirigí a la dirección indicada. Era un chalet en la zona rural de mi localidad, bastante alejado, pero relativamente cerca de la ciudad. Me dirigí al aparcamiento trasero, donde había varios vehículos, entre ellos el Mini de mi cuñada.

No había terminado de aparcar, cuando la vi en la puerta trasera de la casa. Estaba visiblemente más delgada que la última vez que la vi, enfundada en un ajustado vestido negro, con botas por debajo de la rodilla y el pelo recogido en una coleta, muy sexy.

Me recibió con un beso en la boca, que no me esperaba, me cogió de la mano y me llevó dentro.

No pierdas detalle, haz lo que te diga, y mantente callado. Eres mi invitado y respondo por ti, no me hagas quedar mal

Fuimos a la parte de debajo de la casa, donde un enorme salón con chimenea estaba decorado con motivos de caza, unos sofás de piel alrededor de lo que bien podía ser una pista de baile, por el tamaño, pero que estaba tomada por una especie de potro medieval, una cruz en x, una cama con bisel, de la que colgaban varias correas y grilletes, un pequeño armario con todo tipo de látigos, fustas, dildo, consoladores, etc. Y delante de todo eso, 3 chicas, de rodillas, completamente desnudas, con los ojos cubiertos, las manos en la espalda y los pezones mordidos por pinzas metálicas con pequeños pesos colgando de ellos. Pude ver que los sofas estaban ocupados por unas 8 o 9 personas, entre los que pude distinguir al menos 2 mujeres.

Mi cuñada se puso un antifaz a la vez que me ofrecía uno. En ese momento un hombre, se acerco al centro del cuarto, y dijo:

Hoy tenemos 2 invitados, sus maestros, responden por ellos. Las 3 chicas han firmado sus contratos, tienen informe médico favorable y saben la palabra clave para parar lo que les estéis haciendo en ese momento. Si alguien, después de escucharla, continúa con la acción, será expulsado inmediatamente, con represalias, por supuesto. Ya lo sabéis de otras veces, y los nuevos, que lo recuerden. Dicho esto, las perras son vuestras, tenéis 6 horas, en grupos de 3, los invitados no se cuentan, pero pueden participar si el resto del grupo en el que están, se lo permite.

Dicho esto, se retiro, quedando solo iluminada el centro de la habitación.

Silvia me tomo de la mano y me llevo al centro, donde se junto con una pareja, que parecía conocer bastante bien. Tras una pequeña charla entre susurros, escogieron la chica del centro.

La llevaron por la correa que pendía de su cuello a la x, donde la ataron por las extremidades de cara ella. Observe que entre sus nalgas tenía un plug anal, bastante “lujoso”, terminado en una imitación de piedra preciosa.

Silvia cogió un bote de aceite o lubricante y aplico una capa generosa por el cuerpo de la chica, incidiendo bastante en las nalgas y la entrepierna.

A penas se había separado, un sonoro latigazo impacto en el culo de la chica, que le arrancó un pequeño grito, mezcla de dolor y de la sorpresa del inesperado golpe. La mujer que tenía a mi lado blandía el látigo, despojada de la ropa que la cubría, lucía un mono de latex, que dejaba adivinar su voluptuosa silueta que tendía al sobrepeso, pero con una delantera más que aceptable. Al primero, siguieron una serie de 19 latigazos mas, incidiendo la mayor parte en el culo, que ya se veía rojizo y algo inflamado. El hombre me indicó que le acompañara, y me mandó sacar el dilatado del culo de la chica. Lo hice con sumo gusto, y ella respondió con pequeño gemido de alivio, que no me extraño, porque a pesar del corto tamaño, el diámetro era considerable. Tanto que una vez sacado, el esfínter no se cerraba, mostrando un dilatado acceso al cuerpo que allí estaba siendo usado. El hombre, unto sus dedos en la espalda de la mujer atada, en una mezcla de sudor y aceite y comenzó a meterse los por el dilatado culo, uno, dos, tres y hasta cuatro dedos entraban y salían de ella. En un momento, cambió los dedos por su miembro. Una enorme polla, con un diámetro como jamás había visto. He de decir, que en cierto modo me acomplejo y me dio envidia, pues era evidente que el mío no estaba a la altura de aquello. De todos modos, no creo que esa noche fuese a tener la ocasión de usarlo, al menos fuera de mis pantalones, porque dentro, amenazaba con salir en cualquier momento. El hombre terminó de correrse con un sonoro jadeo. Estaba empapado de sudor, y por las piernas de la hermosa joven caía un reguero de semen, que resbalaba rápido por el sudor y el aceite. Ella parecía desvanecida. El hombre comentó que se iba a lavar y tomar algo

Mi cuñada se acerco por detrás y me bajo la cremallera, deslizando su mano dentro de mi bragueta, y cogiendo mi miembro. Lo saco fuera y se arrodilló para introducirlo por completo en su boca, no tardando mucho en soltar toda mi leche en su garganta. Mientras ella se afanaba en chupar y limpiar mi polla por completo, dejándola prácticamente lista para otro asalto, la otra mujer acomodaba a la chica, de frente a nosotros en la cruz, con los brazos atados a ella y las piernas colgando, completamente abiertas, de sendas poleas del techo, mostrando su sexo abierto y expuesto a cualquier cosa. La mujer se colocó un arnés con un consolado dentro de ella, y un enorme fallo con pequeñas protuberancias en todo el, apuntando a la indefensa chica. No se hizo de rogar, y se lo metió de golpe, a lo que la muchacha respondió abriendo enormemente los ojos, he intentando gritar sin éxito, pues la mordaza que tenía en su boca lo impedía. La mujer comenzó a follarla con ímpetu, y por las expresiones, creo que las 2 se corrieron a la vez. Mientras mi pene lucia de nuevo listo para la batalla, gracias al meticuloso trabajo de mi cuñada. Pude ver al fondo de la sala, sobre la cama, al hombre que nos había acompañado, follando por turnos, junto a otros 3, a otra chica atada boca abajo en la misma. Se apreciaba su culo muy dilatado y enrojecido. Sin darme cuenta, un látigo de siete colas, estaba en mi mano, y la mujer me decía que castigará el coño de la esclava. Lo hice sin miramientos, y con bastante fuerza, bastante más de la que me atreví a aplicar sobre mi mujer en nuestra fiesta privada de hacía unos meses. Varios golpes después, los gritos ahogados de la chica me devolvieron a la realidad. Su coño estaba enrojecido e hinchado y algunas marcas en sus muslos parecía que iban a empezar a sangrar de un momento a otro. Me sentí en parte mal, por el severo castigo y en parte muy excitado, tanto que a un pequeño gesto de la cabeza de la otra mujer, introduje mi polla en la chica de un golpe y sin miramientos. Me extraño lo fácil que entro. Estaba claro que el castigo infligido la había excitado sobremanera. Me la folle con rabia, sacando mi polla casi entera fuera para volverla a meter de golpe hasta el fondo, una y otra vez, mientras tiraba de los pesos en las pinzas de los pezones, estirando tanto estos, que parecía que se iban a desgarrar de aquellas formidables tetas ,de un momento a otro. Me corrí dentro de ella al poco tiempo. En seguida mi cuñada, me tomo de la mano, y me acompaño, a través de una puerta que no había visto, a un pequeño baño, donde, afanosamente volvió a chupármela hasta dejarla completamente limpia y semierecta de nuevo. Se subió un poco el vestido, se inclino sobre el lavabo y me ofreció su generoso culo, desnudo. Jugué con mis dedos un poco en su húmedo sexo, pellizcando su clítoris, sus jadeos me pusieron a tope otra vez, y se la metí sin más, mientras introducía mi dedo medio en su culo. Responso con sus manos separando sus nalgas, a lo que respondí sacando mi polla de su coño, y empujando mi ansioso glande contra su esfínter, que se abrió para dejarme paso a su cálido interior. Bombee con fuerza varios minutos, hasta que me corrí de nuevo. Llevaba tiempo sin follar, mucho tiempo, y se notaba. Terminé de eyacular en su culo, mientras la masturbaba con mi mano, y se corría entre jadeos y contoneos. Me zafe de ella e inmediatamente, una vez más se afano en dejarme el miembro limpio, pero esta vez no hubo erección.



Nos dimos una buena ducha y nos vestimos, el tiempo se me echaba encima. Salimos al aparcamiento desde el mismo baño. Ya en la puerta de su coche me dijo:

Este es mi mundo. Manuel lo desconoce, me gustaría hacer todo esto con él, pero se asustaría si lo supiese. La maleta de casa se uso alguna vez, muy suavemente, hace tiempo. Cuando yo pedí más, se asustó y no quiso volver a jugar. Ahora desfogo en fiestas como esta. Solo torturo, y me masturbo, nunca follo, salvo hoy. Si llego a casa muy caliente intento hacerlo con el, normalmente lo consigo

Tienes suerte, le respondí. Yo si no tiene ganas ella, rara vez lo consigo

Suele pasar. Has probado anulando su voluntad? Me dijo

No te entiendo, le respondí.


Busco en la guantera y me extendió un pequeño vial.

Esto es escopolamina. Cuando tengo muchas ganas de sexo duro, le doy a Manuel en una copa, Viagra, para asegurarme, y unas gotas de esto, para que no recuerde al día siguiente. Salvo algún moratón, y un dolor de polla como no recuerda en su vida, no sabe qué pasó durante toda la noche. Tampoco hace preguntas.

Ya viste lo que pasó con Vanesa cuando estaba borracha, se prestó a todo. Prueba con esto, no te arrepentirás, pero no te pases, ni con la dosis ni con la frecuencia, puede ser fatal.


Tome el frasco sin mediar palabra, me subí en mi coche y me fui. Deseaba probar cuanto antes, pero esa noche, yo no iba a estar a la altura.

Pasaron varios días, y me hice con un pequeño “arsenal”, pinzas, electro estimulador, dildos, vibradores, una fusta, antifaz, esposas, lubricantes, etc y el fin de semana me decidí. Evidentemente, y pese a mis continuos intentos, sexo cero. Así que el sábado, aprovechando que Vanesa con el pescado, siempre se toma una copa de vino, puse el plan en marcha. Eche en la copa una gota menos de lo que Silvia me había dicho, por si acaso, y cenamos. Recogimos y nos fuimos al salón, todo normal. En el sofá, yo tv, ella portátil. En un momento dado, se lo quite de la mano y deslice una mía bajo su camisón, atrapando un pezón entre mis dedos, y ahí vi que algo pasaba, algo había cambiado. No hubo rechazo, se dejo manipular, sin no me apetece, ni ahora no, simplemente se dejaba llevar. Le quite el camisón, y me dedique a mordisquearle los pezones, lamer y succionar, hasta dejarlos duros como piedras. Bajo el tanga que llevaba, asomaba bastante vello, fruto de la dejadez que le acompañaba desde hacia tiempo.

Vamos al baño a arreglar esto, le dije. A lo que respondió asintiendo con la cabeza y levantándose.

Con mi corta pelos le pegue un repaso a todo, dejándolo prácticamente sin nada, para continuar por los labios y el interior de los muslos con la cuchilla. Un trabajo esplendido, y un cambio radical.

La lleve a la cama y siguieron los juegos. Mordaza, pinzas el los duros pezones, maniatada a la espalda, y generosa cantidad de lubricante en su culo. Un dedo, dos, tres, y plug dilatador dentro. Solo suspiros y gemidos, contoneos y jadeos, pero sin una queja. Varios fustigazos hasta que ese esplendido culo se torno rojo, y plug fuera. Comprobé con mis dedos que la dilatación era evidente, y poco a poco, mi polla fue entrando en el. Estaba disfrutando como un loco, tanto que tarde muy poco en correrme dentro de su culo.

Le di la vuelta y le quite la mordaza, para sustituirla por mi polla, que lamio y chupo, con la habilidad que le caracterizaba, dejándome casi listo para otro asalto.

Le solté las manos de la espalda y se las sujete por encima de la cabeza. Que recuerdos me traía aquella posición.

Uní los cables del estimulador eléctrico a las pinzas de los pezones y le di varias descargas, que la hacían retorcerse y tensar la espalda. Esa tensión con mi polla dentro tenía que ser como rozar el cielo, pensé. Así, que de un golpe de cadera se la metí. Pensé meterle el glande solamente, pero entro entera, estaba empapada , estaba disfrutando a pesar de estar drogada.

Con la polla dentro, le solté otra descarga, y al tensionarse su espalda contrajo los músculos pélvicos, atrapando con fuerza mi polla. No había sentido una penetración así, en mi vida, era como si desde su interior, me quisiera arrancar el pene. Que placer sentí.

Seguí un rato jugando, pero pensé que las descargas podían dejarle marcas o dolor varios días, y no quería responder preguntas incomodas.

Le solté las pinzas, y aun penetrada por mi, acerque uno de los vibradores y se lo puse en l clítoris, enrojecido e hinchado por el placer que estaba sintiendo. Empezó a retorcerse y jadear, hasta explotar en un sonoro orgasmo, que debieron sentir hasta en el bajo, y vivimos en un ático. Me sentí muy mojado, y vi que se había corrido, pero de verdad, estaba todo mojado, y por sus muslos caía un flujo brillante y abundante. Me arrodille sobre su cara, le sujete la cabeza y le metí la polla en la boca. Primero le deje hacer como ella sabía, pero en esa posición, y sin darme apenas cuenta, poco a poco comencé a bombear, y en un momento me vi follandole duro la boca. Ella se dejaba hacer, pero le molestaba, porque de vez en cuando, notaba en mis manos que intentaba retirar la cabeza, entre arcadas. Eso me excitaba aun mas, y continúe, hasta correrme de nuevo en su garganta. Le mantuve así un rato, hasta que note que de mi ya no salía nada más. Me aparte, para ver cómo entre sus labios se deslizaba un pequeño hilo de saliva y semen.

Trágalo todo, me salió sin darme casi cuenta.

Y obedientemente, se paso la lengua por la comisura de los labios y se trago.

Pensé que se merecía otro orgasmo, y yo estaba exhausto, así que le introduje un consolador

Y le acerque el vibrador de nuevo. Comencé a meter y sacar el dildo, mientras el vibrador zumbaba, volvieron los jadeos y los arqueos, y de nuevo estallo en otro orgasmo, más leve que el anterior.

Me levante y la deje tumbada en la cama, aun con el consolador dentro. Recogí un poco, guarde todos los juguetes, y la acompañe a la ducha. Nos duchamos juntos, la enjabone y limpie muy bien, le saque el dildo, la aclare y la seque. Le di crema por todo el cuerpo, especialmente por su maltrecho culo y su coño. Si mañana no recordaba nada, la depilación de este, si que tendría que explicarla. Y no sabía que iba a decir

Nos acostamos, y ya por la mañana sonó el despertador. Yo había dormido poco. Tenía una mezcla de sentimientos. Había disfrutado como un loco, pero me sentía mal. Había drogado a mi mujer para poder follarmela, o debería decir violarla? Que le iba a responder si me hacía preguntas? Estaba hecho un lio

CAZADOR CAZADO

Se desperezo como siempre hacia y me dio un beso de buenos días

Me duele la cabeza, me dijo. Voy al baño y a tomarme algo

Ok.
Le respondí. Se te habrá subido la copa de vino, añadí. Me miro y sonrió

Estaba preparando café, cuando llego a la cocina. Estaba súper sexy con el camisón semi transparente, que dejaba ver sus marcados pezones, y transparentaba su minúsculo tanga.

No podía dejar de mirarla, y absorto en mis pensamientos, lujuriosos, por variar, me espeta:

Acaso no tuviste bastante anoche? Aun quieres más?

Quede boquiabierto, Lo recordaba? Que había fallado? Pero si parecía en trance!!!

No sé a qué te refieres, Acerté a decir

Vamos, no finjas. Te enumero todo lo que me hiciste? Empiezo por la depilación? O por cómo me follaste la boca?

Yo no sabía dónde meterme. Que había hecho? Sin embargo, porque se dejo? Que iba a pasar?

Lo, lo, lo siento, acerté a decir.

No lo hagas, me dijo. Disfrutaste? Yo si lo hice

Si, por supuesto, pero creí que estabas drogada, y ahora me arrepiento

Ahora? Mientras me enculabas, o torturabas mis pezones, no parecías hacerlo,
respondió.

Agache la cabeza, ni sabía que responder ni me atrevía a decir nada, porque no tenía escusa.

No te preocupes, si al final eres tú la víctima, dijo Vanesa.

Lo que pusiste en mi copa, solo era suero. Llevo planeando esto con Silvia desde la cabaña. No me atrevía a pedírtelo, porque no sabía cómo reaccionarias, y ella me sugirió esto.

Cómo? Entonces estaba todo preparado? No te drogue? Lo recuerdas todo? Lo sabías todo?

Si,
respondió.

Pero??? No sé qué decir.

Nada, no digas nada. Lo planee con ella, pero tardaste bastante en llamarla, aunque me dijo que estaba segura que lo harías. Luego me aviso, quedo contigo y te llevo a “su lugar” a que aprendieras un poco, jaja

Aprender? Sabes todo lo que paso allí?

Todo. Y mi hermano también. Realmente fue todo idea suya, lo hablamos hace tiempo ya

Ok. Ósea que al final soy la victima

Victima? No pusiste ninguna pega en drogarme para poder satisfacer tus deseos, que por cierto, no están nada mal. Si hubieras sido más abierto conmigo, no habríamos tenido que llegar a esto.

Abierto? No hablar más de las vacaciones fue idea tuya y de tu hermano. No tener sexo y descuidar tu aspecto es cosa tuya. Yo lo intento casi a diario.

No lo intentes, hazlo, es lo que llevo años esperando. Tuve que emborracharme para que pasaras a la acción, y dejarme drogar para que repitieras.

Quieres decir????
Me callé, piensa rápido, me dije

Bájate las bragas, me salió sin pensar, y date la vuelta, espete

Y para mi sorpresa, sin mediar palabra, se bajo el tanga, se giro, y como leyendo mis pensamientos, se inclino sobre la mesa de la cocina.

Me acerque por detrás, le cogí las tetas sobre la fina tela del camisón, y me baje el pantalón.

Acerque mi mano a su entrepierna, y estaba empapada. Dirigí mi polla a su húmedo coño, y se la metí, lentamente. Con una mano, presione su espalda contra la mesa, mientras la otra pellizcaba uno de sus pezones y manoseaba su duro pecho. Comencé a bombear con más ritmo y fuerza, ella empezó a jadear, y nos corrimos a la vez, en un sonoro y acompasado orgasmo. Me retire un poco, y sin decir nada, Vanesa se arrodillo delante mío y comenzó a chuparme la polla como solo ella sabía. Termino de dejarla limpia y se incorporo. Un hilo de semen resbalaba entre sus muslos.

Se me ocurrió decir: No desperdicies nada

A lo que, sin mediar palabra, con sus dedos, recogió el semen, introduciéndolos posteriormente en la boca, lamiendo golosa e insinuante. Volvió a deslizar la mano entre las piernas, introdujo varios dedos en su mojado coñito, y repitió la maniobra. Mirándome con ojos de vicio, me pregunta:

Esta mejor así?

Mucho mejor,
le dije.

A partir de ese día, nuestra vida sexual cambio por completo. Alternamos sexo duro, con sexo pasional, bondage y fetichismo, con románticos encuentros, y como pareja, estábamos en una infinita luna de miel después de 10 años casados.


Continuara..................
 
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