Se follan a mi novia en la litera inferior

joselitoelgallo

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Parte 1:



Empezaba una nueva etapa de mi vida y estaba muy contento e ilusionado.

Había conseguido entrar en la carrera que quería y por fin me estaba a independizando de mis padres y me disponía a vivir mi vida en el campus. A su vez, mi novia también había entrado en otra carrera en la misma universidad que yo, por lo que pensamos en mudarnos juntos. Por desgracia, por razones de dinero y el reglamento de los dormitorios, no pudimos hacerlo y ella se fue a vivir a unos dormitorios a 20 minutos de la universidad mientras que yo viviría a 5 minutos de esta.

Mucha gente pensaría que a estas alturas me gustaría empezar a probar experiencias nuevas y conocer a más chicas, pero nada más alejado de la verdad. Mi novia y yo llevábamos 4 años saliendo, des de los 14 años, y estábamos muy enamorados. Nuestra vida sexual era buena y tenía las necesidades cubiertas. Por su lado, creo que mi novia opinaba lo mismo. Sí que es verdad que ella alguna vez salían bromas sobre tríos, intercambios y fantasías mutuas, como que le gustaría follar con varios chicos a la vez o con alguien que tuviese un pene enorme, como en las pelis porno, solo por probar, pero con mi consentimiento y que con mi miembro ella ya estaba contenta.

Por fin llegó el esperado día y me mudé al dormitorio. Al llegar, no pude evitar fijarme en que mi compañero de piso era un chico muy guapo y musculoso, de esos que las chicas se giran disimuladamente para ver pasar, que nunca han tenido problemas para ligar y que nos quitan las chicas al resto de nosotros. Aunque mi primera impresión visual me dejó un mal sabor de boca, al conocerlo mi opinión cambió por completo, ya que resultó ser un chico muy amable y tranquilo, además de educado.

Nos estuvimos explicando nuestras vidas y nos dimos cuenta de que teníamos varias cosas en común, como por ejemplo que a los dos nos gustaban mucho los videojuegos o que llevábamos casi el mismo tiempo saliendo con nuestras respectivas parejas, aunque nosotros un poco más que ellos. Por lo visto su novia vivía a un par de manzanas de nuestro edificio.

Llegó el momento de repartirse las camas y, como ya sabíamos, serían dos literas. Bromeando, pero medio en serio le dije “¡Me pido la de arriba!” y corrimos a la habitación. Me llevé una sorpresa al ver que las literas no eran iguales, como yo me esperaba, si no que la de arriba tenía el tamaño individual, mientras que la de abajo era mucho más ancha, de matrimonio.

- Jajajajaja Vaya, a mí me parece bien que te quedes con la de arriba. Dijo mi compañero de piso. Pensaba que habías leído que la litera era una litera de matrimonio.

- Jajaja Sí bueno, a ver que era broma eh, lo hacemos a suertes y ya está. Dije yo.

- Bueno no quiero presionar, pero me gustaría tener la cama de abajo, ya que mi novia vive al lado y es de suponer que vendrá más a menudo que la tuya. No digo que vayamos a hacer nada ¿eh? Pero podremos dormir más anchos.

- Bueno… -Balbuceé- La verdad es que no es una mala razón… Pero yo también quiero dormir bien con mi novia. Dije yo.

Estuvimos discutiendo un rato y, al final, decidimos jugárnoslo todo en un uno contra uno en un videojuego que los dos conocíamos. Para hacerlo más emocionante y evitar discusiones futuras, quien ganara se quedaría la parte de abajo para siempre sin que el otro tuviese derecho a quejarse.

Estábamos jugando e iba ganando yo, pero estábamos muy empatados. La verdad es que me lo estaba pasando muy bien. Por algún motivo, en el último momento me dio pena y pensé que, realmente, era verdad eso que me había contado de que el la aprovecharía mucho más y, finalmente, me dejé ganar de forma disimulada. Mi compañero dejo ir un grito de alegría y yo me hice el triste durante un rato, le felicité y así empezó el curso.

Pasaron los meses y por desgracia, nuestra relación se fue amargando. No es que nos odiásemos ni nada por el estilo, pero teníamos maneras muy diferentes de gestionar el piso y eso llevaba a discusiones y malentendidos, pero pese a eso tampoco nos llevábamos tan mal como para querer salir del piso.

Tampoco ayudaba la reacción que tubo mi novia al conocerle, fijando sus ojos demasiado tiempo en su cuerpo y tardando demasiado en responder cuando le decían algo, como si su mente estuviese en otro lado.

Por su lado, mi novia sí que tenía problemas en el piso de estudiantes. Sus compañeras eran insoportables y se llevaban a matar. A tanto llegó el asunto que un día se presentó en nuestra puerta llorando y pidió si se podía quedar a dormir durante un tiempo, mientras buscaba otro sitio.

Le dije que pasara y fui a hablar con mi compañero, al cual me encontré muy abatido. Después de explicarle la situación accedió a dejar dormir a mi novia durante un tiempo conmigo, en la cama de arriba, siempre y cuando no hiciésemos nada raro.

Aceptamos sin dudarlo y mi novia empezó a dormir en mi cama. Sin saber muy bien cómo, fue pasando el tiempo y, sin que nos diésemos cuenta, empezó a vivir con nosotros. Al principio pasó una semana sin ningún problema y tampoco ninguna queja de la administración del edificio, cosa que me alegró, además mi novia y mi compañero de piso se llevaban muy bien y él incluso le dijo que se podía quedar todo el tiempo que quisiese, que le había demostrado que era una chica de fiar y que me mantenía a mí a raya para que no ensuciara el piso más de lo debido.

- Muchas Gracias, eso me tranquiliza – Dijo mi novia – Estaba preocupada por si te cansabas y te chivabas a la dirección de este edificio y me echaban fuera. La verdad es que he estado buscando piso y no encuentro nada decente.

- No te preocupes guapa – dijo él – No pienso hacer nada de eso. -Dijo riendo –

Noche 1

Un par de días más tarde de la conversación anterior, en plena noche, no pude evitar despertarme al notar un extraño ruido que provenía de algún lado de la habitación. Era un ruido muy ligero pero repetitivo, como un chasquido. Además, pude notar un ligero vaivén en la cama. Después de estar un rato escuchando ese familiar sonido, no pude evitar darme cuenta de lo que estaba pasando. ¡Mi compañero se estaba masturbando!

Miré a mi novia, pero estaba completamente dormida, no parecía reaccionar para nada a lo que estaba pasando. Pensé en mirar, pero como yo dormía del lado de la pared y mi novia del lado donde tenía buenas vistas, decidí no moverme demasiado para no provocar una situación incómoda para todos.

Decidí olvidarlo y seguir con mi vida sin mencionar nada…

Noche 2,3 y 4

Eso continuó pasando cada una de las noches siguientes, cosa que me ponía de los nervios, pero no lo suficiente como para superar la vergüenza que me daba comentar lo que estaba pasando con mi compañero. Además, tampoco quería alterar el equilibrio en el que se encontraba la situación de mi novia en el piso.

Noche 5

La quinta noche me despertó no solo por el sonido, que era más intenso de lo normal, sino que también notaba un vaivén bastante más intenso al que estaba acostumbrado de las noches anteriores. Parecía que hoy se estaba masturbando con muchas ganas. Luché por dormirme, pero no lo conseguí y al final, después de durar, cedí ante mi propia curiosidad.

Lentamente me moví por encima de mi novia, que hacía un rato se había girado hacia el lado exterior, dándome la espalda. Aproveché que me asomaba para mirarle la cara, y me alegré al ver que tenía los ojos cerrados y que no tenía que estar aguantando esto. Tampoco me había dicho nada estos días por lo que no se debía haber percatado aún de lo que hacía nuestro compañero de piso por las noches.

Muy lentamente me asomé por el hueco y lo que vi me sorprendió en sobremanera. Mi compañero estaba tumbado, sin camiseta y con los pantalones bajados, masturbándose furiosamente con su musculoso brazo. Puede ver como se contraía y se movía con los ojos cerrados, imaginándose quien sabe qué, y como su enorme mano masajeaba su igual de enorme verga. Debía de ser como mínimo el doble de larga que la mía, o incluso un poco más y era difícil determinar como de gorda era, pero considerando que su mano era más grande que la mía, seguro que su miembro era mucho más gordo.

Me quedé hipnotizado, viendo como un hombre con un cuerpo tan perfecto, de esos que yo siempre había soñado en tener, se excitaba cada vez más hasta que, de golpe, dejó salir un silencioso gemido y se corrió. ¡Y como se corrió! Salió leche a borbotones, tres chorros principales que le fueron al pecho y unos cuantos más a los abdominales, el resto no los pude ver a causa del ángulo en el que me encontraba.

Anonadado, al retirarme volví a mirar a mi novia y me pareció ver como la expresión de mi novia había cambiado a una más tensa, como si estuviese fingiendo dormir, pero, después de pensarlo un rato me convencí de que me lo había imaginado.

Al día siguiente me decidí a hablar con él de una vez por todas.

Fui directo a la cocina y me lo encontré hablando con mi novia. Me sonrió y me dijo que fuese para allá, que mi novia le había propuesto comparar el tamaño de las manos y querían hacer una comparación los tres.

Fui para allá sorprendido e hice lo que me decían. Al comparar mi mano que mi compañero puede ver que la suya era considerablemente más grande. Me sacaba el segmento superior de cada dedo y la palma también un poco más. “Definitivamente” -pensé- “su polla es mucho más gruesa que la mía”.

Seguimos comparando entre nosotros entre bromas durante un rato.

Cuando mi novia se fue de la concina, aproveche para sacarle el tema a mi compañero.

- Oye, escucha, no he podido evitar notar que últimamente… por la noche… ya sabes… No sé qué pasa ahora pero no puedo dormir, por no mencionar que mi novia está justo encima y te podría ver perfectamente. Le dije.

- Vaya - Me miró con cara preocupada – Lo siento mucho, no he querido molestarte ni nada por el estilo. – Bajó la vista – Es que no te lo he dicho, pero hace una semana mi novia y yo cortamos y desde entonces que no he podido… ya sabes… desahogarme. Pensaba que estaba siendo completamente silencioso, pero es evidente que no. No volverá a pasar no te preocupes.

- Lo siente mucho… no tenía ni idea. – Dije – Bueno intenta desahogarte en el lavabo las próximas veces y estamos en paz. -Le dije.

Estuvimos un rato más hablando sobre su ruptura y continuamos con nuestra vida.

Pasaron un par de semanas y mi novia ya se había acostumbrado a vivir con nosotros por completo. Incluso ya no se molestaba a llevar ropa interior por casa cuando estaba mi compañero, cosa que me molestaba un poco pero que no mencioné para no parecer mojigato.

La situación parecía estable ya que mi compañero nunca más se había vuelto a masturbar en la cama y mi novia y yo, aunque muy apretados, dormíamos bien en nuestra cama. O eso pensaba.

Un día por la noche, mientras estaba viendo una serie con mi compañero. Mi novia se acercó a mí y me comentó que tenía algo serio que decirme. Yo, preocupado dejé lo que estaba haciendo y procedí a seguirla a la habitación para escuchar que quería decirme.

- Sabes que de aquí poco tengo los exámenes. Dijo ella.

- Sí – Asentí.

- Y que dependo de la matrícula para poder continuar haciendo esta carrera. Dijo.

- Sí, claro – dije.

- La cuestión es, y no sé cómo ponerlo… es que no duermo nada bien en esta cama tan apretada. Me gustaría que nos mudásemos a la cama de abajo, al menos durante un tiempo, mientras duran los exámenes.

- ¡Estás loca! -Exclamé- ¡No podemos hacer eso! – Me arrepentí de haberme dejado ganar a aquel estúpido videojuego – Nos jugamos la litera de abajo y pusimos lo condición de que no se podía negociar.

- ¡Pero lo necesito! -Dijo ella-

Exasperado, la miré, i le dije:

- No puede ser, lo siento.

Ella me miró y vi cómo se le llenaban los ojos de lágrimas y empezaba a hiperventilar

- ¡Si suspendo lo exámenes nos dejaremos de ver! Dijo ella.

Al decir eso noté como si me cayese un cubo de agua fría. Empecé a pensar en soluciones, pero no creía que mi compañero se fuese a dejar cambiar la cama que él había ganado.

Estuve pensando un rato mientras ella lloraba a mi lado y, finalmente, le dije:

- Bueno, está bien, intentaré hablar con mi compañero a ver qué opina él.

Vi cómo se iluminaba la mirada de mi novia ante ese rayo de esperanza y no pude evitar pensar en lo guapa que era.

Mi conversación con mi compañero de piso no fue tan bien como hubiese deseado. No conseguí convencerlo de que nos cambiara las literas. Estuvimos discutiendo un rato sobre el trato que hicimos y finalmente le dije que me había dejado ganar.

- Vaya, entonces… ¿esas tenemos eh? Dijo él. Te ofrezco una revancha, si ganas tú, te quedas con la cama de abajo, pero si gano yo, no hay más que hablar.

- De acuerdo. -Acepté, jugándomelo todo a una carta. Pensé que era mi única baza para conseguir mi objetivo.

Encendimos el juego y volvimos a jugar en el mismo nivel y con los mismos personajes. Esta vez parecía que él se lo estaba tomando muy en serio. La partida fue de las más empatadas de mi vida, era sorprendente lo igualados que estábamos. Finalmente, mi novia me abrazó por detrás para darme ánimos, pero sin quererlo lo único que consiguió fue que perdiese la concentración y perdiese definitivamente la partida.

- Bueno, parece que esto lo zanja todo. Lo siento. – Dijo mi compañero de piso.

- ¡No! ¡Espera! Balbuceé…

- ¡Nada de peros!

Estuvimos hablando un buen rato, pero ya había perdido todo mi poder de negociación.

Mi novia estaba triste, hasta que se le iluminó la cara y dijo.

- ¿Y si me mudo solo yo a bajo? ¿Te molestaría?

- ¿Qué? La miré, sorprendido.

- Piénsalo, solo será durante un tiempo y después ya volveremos a dormir como siempre.

- ¿Estás loca? Dije.

Estuvimos discutiendo y la conversación subió de tono hasta que mi novia empezó a llorar. Finalmente me dejé ganar, con la condición de que durmiesen completamente separados. A lo que los dos finalmente accedieron. Aunque hubiese preferido que no, y así no ser yo el malo de la película.

Noche 31.

Esa noche nos fuimos a dormir y, por primera vez, mi novia no subió conmigo. Se quedó en la parte de abajo, junto a mi compañero de piso. Estuvimos un rato hablando los tres y finalmente se durmieron. Digo que se durmieron porque yo no pude pegar ojo en toda la noche. Estaba consumido por los celos, aunque debía admitir que no se acercaron entre ellos en ningún momento.

Fueron pasando unas cuantas noches y me fui relajando. Hasta pude dormir.

Noche 36

Había pasado casi una semana y yo ya dormía tranquilo, me había acostumbrado a la nueva situación y, la verdad, el espacio libre en la cama se notaba bastante. Aunque esa noche me despertaría un ruido ya conocido…

En plena noche me desperté e inmediatamente supe lo que estaba pasando. Mi compañero se estaba masturbando otra vez. ¿Y mi novia? ¿Qué estaba haciendo? Apresuradamente, pero con cuidado, me asomé a la cama para ver qué estaba pasando.

Por suerte la situación fue mejor de lo que esperaba. Mi compañero se masturbaba de cara a la pared, espalda con espalda con mi novia. Lo estuve vigilando mientras estaba atento a movimientos que indicasen si mi novia se iba a despertar, pero parece dormida.

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Durante los días siguientes se fue repitiendo este suceso, ya hasta casi me lo esperaba, pero nunca encontraba el momento o la fuerza de voluntad para comentarlo con nadie.

Noche 41

Esa noche todo fue como de costumbre. En algún momento de la noche mi compañero se empezó a masturbar. Como el resto de las veces, llevaba un ritmo que se iba acelerando y aguantaba la respiración cuando iba a correrse. Ese día hubiese sido como los demás, pero, mientras miraba absorto como se masturbaba ese chico al lado de mi novia, y vigilaba que no intentase nada raro, mi novia, dormida, fue a darse la vuelta y, sin querer, dejó caer su mano encima del miembro de mi compañero.

¡No me lo podía creer! La mano de mi novia estaba reposada encima de la enorme polla de mi compañero de piso. La polla era tan grande y estaba tan empalmada que consiguió aguantar el peso de la mano dormida de mi novia. Miré con los ojos desorbitados a mi compañero y vi cómo, él sorprendido, se quedaba pasmado mirando esa mano que, por acto reflejo le estaba cogiendo el rabo. De golpe, pareció reaccionar y rápidamente, se dio la vuelta y paró de masturbarse. Supongo que la sorpresa le había cortado el rollo.

Noche 42

Aquella noche me costó más dormirme sabiendo lo que había pasado la noche anterior, no podía quitarme la imagen de la mano de mi novia encima de la polla de mi compañero de piso, ¡y a saber lo que pensaba él!

Cuando llegó la noche ya se me había pasado bastante la sorpresa, había sido casualidad y así seguro que paraba de masturbarse de una vez sin que yo tuviese que hacer nada. Cuando apagamos la luz estuvieron susurrando entre ellos más de lo normal, con alguna que otra risita contenida entre susurros, lo cual me pareció extraño, pero lo achaqué a la incomodidad que debía de tener mi compañero con mi novia recordando la noche anterior. Poco a poco me dormí, entre susurros y risas.

Esa noche me desperté y escuché unas respiraciones aceleradas, escuchaba el sonido de masturbación al que ya estaba acostumbrado, pero el ritmo no era el habitual, era menos rápido y de movimientos más suaves. Pues vaya, parecía que al final sí que tendría que hablar con él otra vez. Esa noche tardó mucho menos en correrse, cosa que me extrañó. Al asomarme vi como los dos estaban acostados mirando hacia arriba, pero separados por unos 50 centímetros, y me quedé más tranquilo.

Noche 48

Pasaron las noches y ya me había acostumbrado al nuevo ritmo. Ahora cada día se masturbaba de esta forma. Parecía que le gustaba más ya que gemía más fuerte, pero por lo demás yo después me dormía y tan tranquilos.

Pero esa noche algo fue diferente.

Cuando estaba en plena sesión escuché de golpe una risita que reconocí muy bien… Mi novia. Alterado, me incliné para mirar en la litera de abajo, pero al apresurarme no pude evitar hacer ruido. Cuando miré, estaban los dos mirando boca arriba, con la sábana cubriendo completamente el cuerpo de mi novia y hasta la mitad del pecho de mi compañero de piso. En su entrepierna se podía observar claramente una tienda de campaña enorme

- ¿Pasa algo cari? Dijo mi novia

- ¿Cómo? Ah… ¡No, no! Que va. Dije yo. Es que me ha parecido escuchar un ruido y me preguntaba si pasaba algo. Me ha parecido que reías.

- Pues la verdad es que me he despertado un momento y como puedes observar me ha hecho gracia el panorama que tiene entre las piernas nuestro amigo aquí presente y no he podido evitar reírme. Siento haberte despertado cari.

Luego seguimos hablando un poco mientras mi compañero se hacía el dormido y nos volvimos a ir a dormir.

Estuve un buen rato dando vueltas en la cama, por algún motivo lo que había visto me había dejado intranquilo y no conseguí conciliar el sueño. Al cabo de un rato me pudo la curiosidad y no pude evitar volver a mirar.

Seguían los dos en la misma posición, ella estaba completamente cubierta, pero él estaba ya descubierto y con la polla al aire, completamente empalmada y mi novia con los ojos como platos, mirándola fijamente. Me pareció que el tiempo se paraba. Estuve unos segundos mirando como reaccionaria mi novia, con el corazón en un puño. Ella estaba completamente inmóvil, pero sin apartarle la vista a esa enorme polla a unos pocos centímetros de su mano. Finalmente, miró a mi compañero, comprobando que estaba dormido, y luego miró hacia mí, a lo que me hice el dormido. Pareció relajarse y sacó de debajo de las sábanas una mano temblorosa, que se acerco muy lentamente al erguido pene y, suavemente, lo agarró completamente por debajo del glande. Yo estaba congelado mirando la escena. Dejó la mano reposando allí durante unos segundos y luego la empezó a subir y bajar muy lentamente… hasta que mi compañero hizo un pequeño movimiento y ella se asustó, dejando lo que se traía entre manos y volviendo a dormir…

El siguiente día estuve todo el día enfadado y ofuscado con ella. Finalmente, al notar mi extraño comportamiento me preguntó:

- Cariño, ¿Qué te pasa hoy? Estás muy raro

- Nada. - Dije yo.

- Anda va, no me mientas. – Me respondió ella, que me conocía bien.

Después de un rato me consiguió sonsacar la verdad y le expliqué lo que había visto.

- Ay cari, perdona, lo siento mucho. Ya sabes que siempre he tenido curiosidad por saber como se siente otro pene y ayer al verlo tan cerca y tan fácil no pude evitar tocarlo. Pero no te preocupes, ¡no pude ni rodearlo todo con la mano! ¡Seguro que me haría mucho daño! Jajajajaja – río

Luego de hablar un rato más nos fuimos a dormir.
 
Parte 2:
Noche 49


Por la noche me despertó el sonido que ya tanto conocía. Mi compañero estaba masturbándose. Esta vez estaba nervioso debido a lo que había visto la noche anterior y me asomé a mirar, como ya era costumbre.

Hoy era un poco extraño ya que los dos estaban cubiertos hasta el cuello, cosa que era rara para mi compañero. Pude ver como un bulto se levantaba y bajaba en la entrepierna de mi compañero de piso. A primera vista hubo una cosa que me llamó mucho la atención; se estaba masturbando con su mano izquierda, cosa que era raro al ser el diestro. Además, la mano estaba envuelta en las sábanas, cosa que me pareció extraña. Después de mirar un tiempo me fijé mejor en la postura de mi novia y me noté el detalle de que no podía ver su brazo derecho… Un pensamiento inundó mi mente ¿y si era mi novia la que le estaba masturbando bajo las sábanas? Con la poca visibilidad que tenía no podía confirmarlo. Los celos me comían por dentro pero no podía hacer nada excepto mirar sin llamar la atención. En ese momento mi compañero se removió y se destapó la manta hasta la entrepierna, cosa que me permitió ver su enorme polla rodeada por una mano que no podía distinguir claramente…

Continué viendo como esa mano tapada subía y bajaba, cada vez más rápido, ¿era la de mi compañero o la de mi novia? Subía y bajaba… Tanto mi novia como mi compañero se mantenían inmóviles boca arriba y con los ojos cerrados. Subía y bajaba cada vez más rápido… El cuerpo de mi novia empezó a temblar ¿o era debido al movimiento de la cama? No podía saberlo. Sin yo esperarlo, llegó el momento álgido y, junto la respiración agitada de mi compañero, empezaron a salir chorros de semen a una presión increíble, algunos de los cuales fueron al cuerpo de mi compañero y algunos encima de la sábana que cubría a mi novia… Estaba embobado mirando el espectáculo cuando, de forma inesperada, la mano dio un par de sacudidas más, cosa que provocó que mi compañero dejara ir un gemido, como sorprendido, y que salieran dos chorros más de leche a gran potencia. Por desgracia, esta vez fueron a parar directamente a la cara de mi novia, que al estar dormida no reaccionó. El primero le fue directo al pelo y a los ojos, el segundo, un poco menos potente, le dio en toda la mejilla, boca y mentón. No me lo podía creer.

Mi compañero, que parecía que no se había dado cuenta de lo que acababa de pasar, se dio la vuelta y se puso a dormir, yo no sabía que hacer, viendo la cara de mi novia cubierta del semen de otro hombre… Mi novia, dormida, se giró de manera que no podía verle la cara y siguió durmiendo. Yo intenté dormir, pero me di cuenta de que estaba completamente empalmado, me hizo mucha rabia que mi cuerpo reaccionara de esta forma, no entendía que le pasaba a mi cuerpo ni porqué reaccionaba así. Después de intentar dormir un poco y no conseguirlo, tuve que recorrer a masturbarme intentando sacar esas imágenes de mi cabeza, aunque no lo conseguí. La verdad es que hacía mucho tiempo que no me corría tan fuerte.

Noche 50

Como era de costumbre se empezó a escuchar el sonido de la paja que se estaba haciendo mi compañero. Hoy estaba el ambiente más silencioso de lo normal, demasiado silencioso. Me di cuenta de que estaba otra vez completamente empalmado pensando en lo que podía estar pasando. No aguanté ni cinco minutos hasta que finalmente me acerqué muy silenciosamente al borde de la cama y me dispuse a mirar.

Los dos estaban boca arriba, ojos cerrados y tapados con la sábana hasta la cabeza. Estuve un rato mirando, pero no parecía que pasase nada, no había ningún movimiento sospechoso. Estuve diez minutos aguantando la respiración, con un nudo en el estómago, observando. Finalmente, se me empezó a quitar el nerviosismo y decidí ir a dormir, pero justo cuando me disponía a alejarme atisbé un ligero movimiento debajo de las sábanas.

¿Podía ser que la mano de mi novia se hubiese movido hacia el paquete de mi compañero? No tenía manera de saberlo. Otra vez con un nudo en el estómago, esta vez mucho más fuerte, me quedé helado mirando.

Poco a poco pude ver cómo, debajo de la sábana, en la zona donde se encontraba el miembro de mi compañero de piso, se empezaban a notar ligeros movimientos, como caricias o jugueteo. Poco a poco se empezó a empalmar y a formar esa pirámide de tela que ya conocía demasiado bien.

El ritmo fue aumentando y, supongo que por la luz de luna que entraba por la ventana, hoy tenía una visión más clara que nunca de la situación. De golpe dejó de masturbarse, yo me quedé congelado y aguanté la respiración para no llamar la atención.

Lo que pasó después acabó de confirmar mis miedos más profundos.

Mi novia, susurrando, se removió en su sitio y dijo algo sobre el calor. Se quitó la sabana y, con un rápido movimiento, se quitó la parte de arriba y se quedó con los pechos completamente desnudos. Los miré anonadado y excitado, pero lo que pasó después ya fue la gota que colmó el vaso. De otro movimiento, mi novia le bajó la sábana hasta las rodillas a mi compañero de piso, lo que dejó completamente al descubierto su enorme polla, apuntando directamente hacia arriba, hacia mi cama y, sin perder ni un momento, la pequeña mano de mi novia rodeó ese pene que tenía al lado y empezó a masturbarlo.

Podía ver perfectamente como la mano derecha de mi novia, que no llegaba ni a rodear por completo la circunferencia de la polla que tenía agarrada, masturbaba suavemente a su compañero de cama. Pude ver sin dudar como le masajeaba la polla a un ritmo que yo ya conocía muy bien, pude ver como aumentaba el ritmo a medida que pasaba el tiempo y como mi compañero se retorcía de placer. Pude ver el vaivén de las tetas de mi novia a la luz de la luna y pude notar como se mecía la cama con cada movimiento que ella realizaba. Llegó el momento que yo más temía. La respiración del hombre que tenía debajo se empezó a hacer más entrecortada, los movimientos de mi novia cada vez más rápidos, mi polla cada vez más dura, las tetas de mi novia se movían de arriba abajo de manera hipnotizante con los pezones completamente duros, pude ver como mi compañero de piso tenía la cara girada hacia estas, pero no pude ver si tenía los ojos abiertos.

Se hizo el silencio. Mi novia apuntó ese enorme pene hacia sí misma y, entonces, mi compañero se empezó a correr. Los chorros de semen fueron directos a la cara de mi novia, le dieron en la frente, la boca, la nariz y las mejillas… luego los siguientes disparos, con menos potencia, fueron a bañar sus tetas y barriga.

El cuerpo de mi novia estaba completamente cubierto por el semen de otro hombre, y había pasado delante de mí. No pude más y me corrí sin ni siquiera tocarme, después supongo que entré en estado de shock y no recuerdo muy bien que pasó.

A la mañana siguiente me desperté y ella ya se había marchado. No me pude concentrar en clase y estuve todo el día pensando en la bronca que le iba a meter cuando nos viésemos. ¿Cómo me podía haber traicionado así? Por suerte era el último día del curso antes de las vacaciones de navidad y no había mucho temario importante.

Cuando llegué a casa, aproveché que estábamos solo mi novia y yo y salté.

- Oye, necesitamos hablar sobre lo que pasó anoche.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan serio? Dijo ella.

- Ayer por la noche, escuché ruidos raros y vi lo que hiciste con mi compañero de piso mientras yo estaba arriba en la litera.

Ella se puso seria.

- ¿Ah, eso? Solo le estaba haciendo un masaje. Necesitaba relajarse… Dijo poco convencida.

- ¿Cómo que masaje? ¡Vi cómo le hacías una paja! Dije, perdiendo los nervios. Las lágrimas se me empezaban a escapar y ella también empezó a sollozar.

Estuvimos hablando un buen rato y ella me explicó que hacía unos días que no podía dormir ya que él se masturbaba a su lado y que, una vez se cansó y le interrumpió para pedirle que parara. Se ve que mi compañero le dijo que él nunca se masturbaba por sí sólo y que era su exnovia la que se ocupaba de sus “necesidades”. Después me explicó que llegaron al acuerdo de que ella se ocuparía de eso con la condición de que no dijese nada y que la dejase dormir después y así podría seguir durmiendo en esa cama hasta que acabasen los exámenes.

Me quedé helado de la ira. El muy cabrón se había estado aprovechando de la buena fe de mi novia… ¿Qué no se sabía masturbar? ¡Anda ya! Por desgracia nos enteramos de que mi compañero ya se había ido del piso durante todas las vacaciones y no le veríamos en las próximas semanas, por lo que no podríamos hablar inmediatamente.

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Pasaron las navidades y volvimos a la normalidad. No me vi capaz de sacar el tema directamente cuando vi a mi compañero, pero por suerte mi novia ya había hecho los exámenes y volvía a dormir conmigo… O como mínimo fue así durante la primera semana.

Después de pasar una semana durmiendo poco por el poco espacio y los ejercicios nocturnos de mi compañero, me encontré a mi novia llorando sola en la cocina un viernes cuando volvía de clase.

- ¿Qué te pasa? Le pregunté.

Ella me miró, sin poder formar las palabras. Estuve un rato calmándola.

- Tengo que ir a recuperar tres asignaturas. Consiguió decir finalmente, no sin dificultad.

Me quedé petrificado.

- Necesito volver a dormir en la litera de abajo. Lo siento.

Noche 66

Era la primera vez que volvían a dormir juntos después de lo que pasó la última vez y yo estaba nerviosísimo. Notaba un nudo en el estómago que no me dejaba dormir. Durante toda la noche estuve mirando constantemente, con ansiedad por si pasaba algo, pero finalmente no pasó nada. El siguiente día lo pasé mal del sueño que tenía, pero estuve más tranquilo.

Noche 67

Cuando llegó la noche me volvió la ansiedad y tampoco pegué ojo. Otra vez estuve toda la noche mirando a cada rato, vigilando que no pasara nada. Por suerte tampoco pasó nada, simplemente se acercaron un poco más que la noche anterior, pero era normal supongo, ya que la primera noche debían estar nerviosos

Noche 68

Esa noche me fui durmiendo a intervalos. El sueño me podía, pero de vez en cuando me despertaba de golpe y me ponía a mirarlos. Una vez cuando me desperté, se había puesto inconscientemente a hacer la cucharita, pero nada más… y me volví a dormir. Conseguí dormir un poco pero no fue para nada reparador, al día siguiente estaba cansadísimo y notaba en los huesos todo el cansancio que acumulaba.

Noche 69

Al fin esta noche me pudo el sueño. Dormí profundamente durante lo que me parecieron horas. Tuve un montón de sueños, muchos de ellos eróticos y, en mitad de la noche, me desperté. Miré para abajo y me extrañó no ver a mi novia. Desconcertado, la busqué por la habitación y no la encontré. Un poco más calmado me dispuse a dormir… pero escuché un extraño sonido. Me asomé para confirmar mis sospechas y lo vi. Mi compañero había aprovechado que mi novia no estaba para empezar a masturbarse, como siempre. Pensé que, como mínimo, se le debía tener en cuenta la cortesía de esperar a que se fuese mi novia antes de empezar. Después de pensar eso no pude dejar de fijarme en un detalle. El sonido que escuchaba era muy diferente al que estaba acostumbrado… era casi… ¿húmedo?

El bulto de las sábanas en la entrepierna de mi compañero también era muy diferente, era mucho más grande. Grande como una cabeza, pensé. ¿Era eso posible? El miedo me invadió y pensé en moverme para tener un mejor ángulo y confirmar mis más grandes ansiedades ¿Le estaba haciendo mi novia una mamada? La duda me carcomía, pero no supe cómo reaccionar ni cómo colocarme para ver mejor el espectáculo sin que se notara. Mi compañero de piso parecía estarlo gozando como nunca. Incluso tenía las dos manos bajo las sábanas. El bulto de debajo de las sabanas subía y bajaba lentamente, como jugando y mi compañero parecía estar muy interesado en mirarse el miembro debajo de las sábanas. En mi cabeza no había ya duda. Mi novia había sucumbido a la tentación y le estaba haciendo una felación a esa enorme polla que dormía a su lado. Escuche como esos sonidos húmedos iban haciéndose cada vez más intensos, como la respiración de mi compañero se volvía rápida y entrecortada, como el bulto se movía cada vez más rápido y con más intensidad y como, finalmente, mi compañero empezó a correrse, intentando contener un gemido inútilmente. Mi compañero se empezó a retorcer en la cama, imaginé como sus fuertes manos apretaban la cabeza de mi novia contra su pelvis, clavando su glande hasta la garganta y dejando ir poderosos chorros de semen como los que yo ya había visto en las noches anteriores. Finalmente, incluso me pareció escuchar como si alguien tragara… Y tragara otra vez… Y otra vez y finalmente una vez más.

Mi compañero se relajó y me dirigió una mirada, yo rápidamente me hice el dormido y, de lo cansado que estaba, me dormí.

Al despertarme por la mañana todos mis recuerdos estaban borrosos. ¿Había sido un sueño? No, pensé. Estaba casi seguro de lo que había pasado y lo tenía que hablar con mi novia.

Después de desayunar le saqué el tema a mi novia y ella se río.

- ¿Qué dices? Si yo ayer tuve mala noche y estuve en el lavabo todo el rato. Dijo ella

- ¿A si? – Dije, no muy convencido

- Sí, sí. No tengo ni idea de lo que me hablas.

- ¿Y como es que sonaba tan diferente?

- Pues yo que sé, se estaría masturbando con lubricante o algo. No pensaba que eras tan celoso, deja de ser tan controlador. – Dijo ella enfadada.

- Viendo hacia donde estaba hiendo la conversación decidí dejar el tema e ir a hablar con mi compañero de piso.

La conversación con mi compañero fue un poco diferente. Primero le regañé por volverse a masturbar, cosa que él negó. Luego le dije que le había oído y como es que ahora sonaba diferente, a lo que pude notar un cambio brusco en su actitud.

- ¿Has estado utilizando lubricante para masturbarte? - Le dije. A lo que el abrió los ojos como sorprendido

- Vaya, sí, me has pillado. Como hacia tiempo que no lo hacía pensé en utilizar lubricante para ir más rápido y molestar menos. Lo siento mucho.

- Bueno, que no vuelva a ocurrir. Como mínimo lo has hecho cuando mi novia no estaba en la habitación. – dije.

- Jajajaja Sí, sí. Dijo él.

Continuamos hablando un poco más, pero yo ya no le aguantaba y encontré una excusa para irme rápidamente.

Noche 70

Mi cansancio aún duraba y esa noche dormí mucho. De vez en cuando iba escuchando cuchicheos y me asomaba, pero no estaban haciendo nada. Me asomé un poco y vi que mi compañero intentaba hacer la cucharita, pero le apartaba ligeramente, aunque yo, por su lenguaje corporal, pude intuir que ella también quería.

Durante los siguientes días continuó insistiendo. A mí me enfurecía el comportamiento de mi compañero de piso pero lo que más me molestaba era que mi novia cada noche cedía un poco más.

Noche 73

Esa noche decidí cambiar la estrategia. Les iba a pillar con las manos en la masa.

Compré dos cámaras de video espías por internet y las coloqué estratégicamente para poder ver la cama en dos ángulos que me era imposible ver des de mi lugar habitual. Además, también decidí fingir estar muy enfermo. Me tomé, a la vista de todos, unas pastillas de gominola de esas que imitan a una medicina y comenté que parecía que tenían un efecto somnífero muy potente. Me fui a dormir preparándome para lo que se venía.

Como el resto de los días, mi compañero continuó insistiendo. Ahora, aprovechando que creían que estaba dormido, estaban haciendo la cucharita muy apretados, pero sin hacer nada demasiado sospechoso. Yo los veía por las cámaras utilizando mi teléfono móvil. Escuché cuchicheos, lo que me pareció la voz de mi compañero bromeando y haciendo cosquillas a mi novia. Escuché risas y vi cómo se iban rozando disimuladamente, como quien no quería la cosa.

En la cámara que tenía en la parte inferior de la cama pude ver como el enorme bulto de mi compañero estaba pegadísimo al culo de mi novia, ella debía notarlo clarísimamente en sus nalgas. También vi como mi novia tan solo llevaba un tanga, pero se tapaba la entrada de la vagina con la mano. Siguieron jugando durante un rato, vi como él le metía la mano debajo de la blusa de pijama y la subía hacia sus senos, vi la cara de mi novia, como cerraba los ojos y se mordía los labios, aguantando como podía la lujuria. Cuando me quise dar cuenta, pude ver que mi compañero se había quitado los pantalones y tenía el miembro completamente erecto en la entrada de mi novia, pero ella lo mantenía fuera con su mano, con la que le acariciaba suavemente el glande.

Hubo un momento de silencio y vi como la expresión de mi novia cambiaba.

Se había decidido.

Me hizo varios gestos y me golpeó suavemente para comprobar que dormía, a lo que yo me seguí haciendo el dormido.

Miré las cámaras y lo vi. Ella cogió la enorme polla que tenía entre las piernas y se la llevó a su entrada. Él empezó a empujar suavemente, entro centímetro a centímetro. Pude ver como a mi novia se le ponían los ojos en blanco y se mordía el labio inferior. Lentamente la polla se abrió camino hasta que no pudo más y entonces empezó el vaivén. Notaba como la cama se mecía al ritmo al que se la estaban follando justo debajo de mí y yo lo único que hacía era mirar las cámaras y ver sus caras de éxtasis.

Durante unos minutos el vaivén se fue haciendo cada vez más intenso, y los ruidos más fuertes, podía escuchar como los dos intentaban esconder lo mejor que podían sus gemidos. Vi como mi novia empezaba a temblar de una manera que ya conocía muy bien, se estaba corriendo.

Nunca la había visto corriéndose así. Parecía otra mujer, las piernas le temblaban como si estuviese poseída, pero él no paraba con sus embestidas. Cuando ella cayó rendida, el empezó a acelerar el ritmo i ella giró la cara para mirarle a los ojos. Atento, escuche:

- No tienes condón, no te corras dentro. No te preocupes que te lo voy a compensar.

¿Cómo? Pensé ¿Qué quería decir con eso?

No tardé mucho en descubrirlo ya que él estaba en su límite, ahogando un gemido, sacó rápidamente su polla de la vagina de mi novia y ella se bajó de la cama, arrodillándose. Él se levantó y se empezó a masturbar en su cara.

Yo no podía creer lo que veían mis ojos, mi novia nunca había hecho eso conmigo.

No llevaban ni diez segundos de pie, con mi novia arrodillada y sonriéndole con la boca abierta, que empezó a correrse.

Sentí como mi compañero gemía y salió un primer chorro de semen, que viajó rápidamente y chocó con la lengua de mi novia, el choque redirigió el chorro hacia su garganta y ella tragó inmediatamente.

El segundo y el tercer chorro fueron a su frente y mejillas y le cubrieron completamente la cara de lefa.

El resto no los pude ver ya que mi novia, mientras le miraba fijamente a los ojos, se metió la polla de mi compañero hasta la garganta, prácticamente desencajándose la mandíbula, y solo pude ver como los huevos de mi compañero subían y bajaban con cada chorro que salía de su miembro y como, a la vez, la garganta de mi novia tragaba el semen sin dudarlo ni un momento.

Yo me seguí haciendo el dormido para mantener la coartada, a la siguiente mañana les enseñaría los vídeos y me vengaría… Por desgracia, como pude ver en ese momento, la app que estaba utilizando era una versión de prueba y apenas se habían grabado los dos primeros minutos, donde ni siquiera se habían acostado y por lo tanto no me servía de nada.

Noche 74

Esta noche sería la buena. Ya no podía aguantar la manera en que se comportaban los dos durante el día, casi sin disimular y sin tener en cuenta que yo estaba en esa casa.

Fingí continuar enfermo y no tardaron mucho en empezar. Él movió su mano a la entrepierna de mí novia, que ya estaba húmeda y expectante. La empezó a masturbar y escuche los contenidos gemidos de mí novia durante unos minutos. Luego se pusieron haciendo la cuchara y vi por las cámaras como su enorme pene entraba rápidamente hasta sitios donde yo nunca había llegado. Estuvieron follando en silencio durante un tiempo, yo solo escuchaba el crujir de la cama y un ligero vaivén. Finalmente, mi novia se corrió y pude ver como se sacaba la verga y le decía a mi compañero que se pusiera encima suyo. Mi compañero empezó a masturbarse en su cara mientras ella tenía la boca abierta, ella le miraba fijamente a los ojos con lujuria y el no paraba de masturbarse con violencia, apuntando a su garganta. Parecía que no estaba funcionando, él parecía tener una estamina infinita a mi parecer. Finalmente mi novia tomó las riendas y se puso la polla entre sus tetas y empezó a masturbarlo con estas, mientras tenía la punta dentro de la boca.

Su pene era tan largo que ella podía masturbar su base con los pechos mientras le lamía el glande con la boca. No pude evitar admirar esa miembro, ya que lo que estaban haciendo era completamente imposible con el mío.

La técnica pareció funcionar, ya que mi compañero de piso no tardó en empezar jadear y a correrse a borbotones en la boca de mi novia, que tragó su semen con ansia, aunque mucho le salía por las comisuras de los labios entre trago y trago.

Me sentí muy triste al ver a mi novia disfrutar así del sexo, aunque a la vez estaba fascinado con sus habilidades. Al ir a ver el video me di cuenta de que con la emoción no me había acordado de darle a grabar…

Noche 75

Esa misma tarde me aseguré de que las cámaras grababan y que estaban guardando el video correctamente. Todo estaba listo para la vez definitiva.

Todo empezó como de normal, yo me hice el enfermo y me fui a dormir. Media hora más tarde entraron los dos por la puerta. Esta vez ya ni estaban disimulando, mi novia entró sin la parte de arriba, con las tetas al aire, y comiéndole la boca. Se estiraron rápidamente en la cama inferior y quedaron claramente en el foco de mis cámaras. Se desnudaron apresuradamente y ella procedió a hacerle una mamada intensa, mientras el se acababa de desnudar. Después procedieron a hacer un 69, del cual pude ver los dos ángulos. Los dos se corrieron de manera sincronizada en esa posición y pude ver como la vagina de mi novia se contraía y dejaba ir sus flujos en la cara de mi compañero, mientras que, por su lado, la verga de él hacia pulsaciones mientras disparaba su semen a la garganta de mi novia. Ya ni siquiera disimulaban los gemidos.

Pensé que ya habían acabado, pero ella continuó chupando hasta que, poco después, se volvió a empalmar. Entonces se puso a cuatro patas y él empezó a follarla por detrás con violencia, moviendo estrepitosamente la cama, que pensé que se podría llegar a romper y haciendo muchísimo ruido. Ahora los dos gritaban de placer y cada vez que él la penetraba hasta el fondo, se escuchaba el fuerte chasquido de sus cuerpos chocando. Después de un tiempo así, decidieron cambiar de postura y se colocaron haciendo el misionero. Él estaba boca abajo, penetrándola rápidamente y gimiendo cada vez más fuerte. Ella estaba mirando hacia arriba gritando de placer. Por algún motivo, no pude evitar querer mirar esa escena en persona y me incliné, mirándolos con mis propios ojos. En ese momento se encontraron nuestros ojos.

Mi novia me miró fijamente, sin parpadear, mientras el continuaba follándosela, me sonrió y acto seguido, sin dejar de mirarme, empezó a temblar y a correrse.

- Me corro. - Dijo mi compañero de piso

Hizo el amago de empezar a salir, pero ella cerró con fuerza las piernas alrededor de su cintura y se lo impidió. Entonces él empezó a correrse salvajemente dentro suyo.

Nosotros aún nos mirábamos fijamente a los mientras la llenaban de semen. Pude ver como los testículos de mi compañero de piso subían y bajaban con cada oleada de semen que estaba descargado en mi novia y mi novia finalmente cerró los ojos para disfrutar de esa sensación.

Noche 76

Derrotado después de la noche anterior, me enfrenté a mi novia por la mañana, cuando mi compañero de piso se había ido de casa.

- Como pudiste hacerme esto. -Dije llorando.

Ella me miró y, sin mucha pena en sus ojos dijo.

- No lo sé. Una cosa llevó a la otra y, como ya pudiste ver. Nuestro compañero de piso es un semental. Tengo derecho a saber lo que es un buen orgasmo antes de pasar el resto de mi vida junto a ti, ¿Verdad?

Yo la miré sorprendido de que hablase de nuestro futuro. Pero ella continuó hablando.

- A partir de ahora nosotros dormiremos en la litera de arriba y nuestro compañero arriba. Espero que eso sea satisfactorio para ti.

Me quedé callado y asentí ligeramente. Alegrándome de que mi novia por fin hubiese entrado en razón.

Llegó la noche y, por fin, mi novia y yo nos fuimos a dormir a la litera de abajo, mientras mi compañero se fue a la de arriba. Mi compañero me miró con unos ojos desafiantes antes de subir y darse la vuelta. Le odiaba profundamente.

Por fin todo volvía a la normalidad.

- Pero me voy a vengar. Pensé

Cuando apagamos las luces, y antes de que a nadie le diese tiempo a dormirse, empecé a tocar a mi novia y a restregarme contra ella, para ponerla cachonda.

Iba a hacerle sufrir lo que él me ha hecho sufrir estos meses.

Para mi sorpresa mi novia reaccionó positivamente. Empezó a restregarse y mover su cuerpo sugestivamente. Hacía tanto tiempo que no hacíamos nada que estaba muy cachondo, pero no podía notar que algo no iba bien.

Fui escalando la situación hasta que me di cuenta del problema. No estaba para nada empalmado. ¿Cómo no podía haberme dado cuenta hasta ahora? – Pensé. Muy confundido y asustado.

Mi novia pareció darse cuenta al mismo tiempo que yo y me miró con los ojos muy abiertos y con expresión enfadada.

- ¿En serio? Dijo en voz alta. ¿Después de tanta tontería no te vas ni a empalmar?

Deseé estar en cualquier otro lugar.

Luego escuché una ligera carcajada en la litera superior y noté movimiento encima mío. Mi compañero se había destapado y había encendido la luz. Luego pude escuchar como ese horrible sonido que ya conocía muy bien empezaba de nuevo. Se estaba masturbando.

Mi novia se levantó, aún con el pijama puesto y dijo.

- ¿Tú tienes algo que ofrecer?

Él, sin decir nada, se giró y pude ver como su erecto pene quedaba horizontal sobre el vacío, a pocos centímetros de la boca de mi novia.

Ella sonrió, se bajó los pantalones unos centímetros y se levantó el pijama hasta el cuello, enseñando todo su cuerpo desnudo, y procedió a metérsela en la boca y a chupar.

Yo desde abajo tenia una vista perfecta de mi novia de rodillas en la cama, chupando esa enorme polla, 3 veces más grande que la mía, mientras sus pechos se bamboleaban al ritmo de la mamada y su mano se masturbaba a escasos centímetros de mí.

- Ven, tengo ganas de correrme. Dijo mi novia.

La miré confundido, pero mi compañero de piso no dudó ni un momento.

Yo estaba congelado en la cama mientras él bajaba de la litera superior. Mi novia aprovecho para quitarse la parte de arriba y ponerse a cuatro patas encima de mí, sujetándome por las muñecas y mirándome fijamente.

Mi compañero puso su musculosa figura detrás del culo de mi novia y se arrodilló, dispuesto a follarse a perrito directamente conmigo debajo.

Mi novia me miró con una sonrisa y arqueó la espalda, como invitándole.

Él no espero ni un minuto más y acercó su enorme polla a la entrada de mi novia. dejándola ahí un momento, como para hacerse desear.

- ¡Venga! – Dijo mi novia apresuradamente. No puedo esperar m-

Él la cortó, penetrándola rápidamente. Pude ver como a mi novia se le desorbitaban los ojos en una mueca de placer.

Luego empezaron a moverse sincronizadamente. Yo tenia un primerísimo plano de la cara de éxtasis de mi novia mientras se la follaba ese hombre. Empezó a gemir con fuerza a unos centímetros de mis oídos, sin disimular ni un poco. Se corrió fuertemente y yo creo que hasta despertó a los vecinos.

Yo seguía congelado, pero parecía que mi compañero continuaba teniendo esa estamina inacabable. Apretó la cabeza de mi novia hacia la almohada y la estiro completamente encima de mí. Luego se estiró encima suyo y la siguió follando de esa forma. Me estaba ahogando con el peso de 2 personas más encima. Mi compañero no paraba y yo estaba en medio de todo eso, aún no sé por qué, escuchando todos los ruidos, notando el calor de sus dos cuerpos y viéndolos gozar mientras me ignoraban.

Después de un rato que se me hizo eterno, mi novia se giró encima de mí, reposando su espalda contra mi pecho y abriendo sus piernas para que se la follase en misionero, lo que mi compañero no dudó en hacer.

Estaban los dos abrazados encima de mí, gritando de placer cada vez más fuerte. Notaba como se iban a correr de un momento a otro.

Ese momento que tanto temía llegó.

- Me corro. Dijo mi compañero.

Mi novia le atrapó con las piernas para que no se retirara y el empezó a venirse dentro de ella, por su parte, mi novia al notar los chorros de semen que entraban dentro suyo empezó a correrse también. Se estuvieron corriendo un buen rato, yo notaba como la cama se movía con cada embestida que él daba para que su semilla entrara la más profundo posible, hasta que finalmente los dos se relajaron.

Pensé que por fin había acabado la pesadilla.

- Fóllame el culo. -Dijo ella.

La miramos los dos incrédulos. Él se volvió a empalmar inmediatamente.

- ¿Qué? -Dijo él.

- Siempre lo he querido hacer y ahora creo que es un buen momento. Aún estoy muy cachonda.

Se volvió a poner en posición del perrito encima de mí y mi compañero de piso volvió a su posición original. Pero esta vez iba a explorar lugares donde ni yo había estado.

Ella me miró fijamente a los ojos y puso su cara contra la almohada.

Empezó a penetrarla suavemente. Giré la cabeza y pude ver como mi novia tenia los ojos cerrados y mordía la almohada con fuerza mientras mi compañero la iba dilatando poco a poco.

Se empezó a mover con fuerza y los dos empezaron a gemir. La cama temblaba y yo podía sentir como cada embestida que impactaba sobre el culo de mi nova rebotaba en mi piel.

El ritmo fue aumentando y llegó el momento en que mi novia dejó de morder la almohada para poder gritar libremente. Parecía que sus dos cuerpos se entendían perfectamente. Sus caras cuerpos se aceleraban acercándose al orgasmo mutuo. Entonces lo entendí.

Yo nunca podría darle lo que ella necesitaba.

Mi compañero de piso empezó a correrse y a llenar de semen el culo de mi novia, ella por su lado empezó a correrse como nunca la había visto, sus piernas temblaban y sus brazos fallaron, cayendo su cabeza en mi pecho, derrotada.

Finalmente, al día siguiente decidí cortar con ella, pero se quedó en casa, y continuó follando cada día con mi compañero de piso e incluso haciendo tríos o cuartetos con sus amigos, todo eso mientras yo buscaba otro piso durante las 4 o 5 semanas que me costó encontrarlo.

FIN
 
Menuda zorra tenías, y tu sin saberlo, a saber los cuernos que ya llevarias, porque desde luego pinta a que ese zorrón no iba de nuevas con los episodios pajeros, ni con el folleteo, y luego ya el remate con todos, anda que no habrá tragado leche de otros estando contigo y antes de estarlo, si no el cambio tan radical no esta justificado.

Yo en la universidad me estuve follando a Bea, era muy parecida, iba de medio modosita, estudiosa y niña bien, con el novio todo guay y genial, a comer, a tomar helados y batidos, al cine, a pasear, etc. (todo pagado por el, su pagafantas particular), algún dia se daban el lote y si podia evitarlo, pues no follaba con el y como mucho le hacia una paja rapida que le hacia terminarse a el, o le hacia la paja con condon y que se corriera en el condón, y algun dia muy de vez en cuando le dejaba echar algún polvito que podríamos calificar del polvito del cornudo, de esos rapidos en plan misionero o una cabalgada de ella de 5 minutitos y listo, y como digo sin dejarle correrse dentro de ella aunque la follaba con condon.

Y conmigo la cabrona se hinchaba a hacer de todo y a dejarse hacer de todo, comerla, follar, encular, le echaba la leche donde me daba la gana, y cuando tocaba se la tragaba toda, y al novio ni se la comia, follaba casi nada con el, no le dejaba correrse dentro aunque la follara con goma, etc.

Ya sabes lo que dicen de la diferencia de una puta y una hija de puta, la primera folla con todos y contigo, la segunda folla con todos menos contigo. Tu sabrás donde la colócas, yo lo tengo clarisimo.

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Maravilla de relato. Me ha puesto a mil. Yo no la dejaría... me encantaría esa humillación
 
Al menos el hizo lo que tuvo que hacer, mandar a paseo a esa zorra.
Aunque yo al sinvergüenza e impresentable del " compañero", le hubiera partido la cara o al menos le hubiera dicho la clase de basura, miserable y repugnante que es.
Esa " señorita", dudo mucho que alguna vez tenga una pareja estable siendo tan puta.
 
Al menos el hizo lo que tuvo que hacer, mandar a paseo a esa zorra.
Aunque yo al sinvergüenza e impresentable del " compañero", le hubiera partido la cara o al menos le hubiera dicho la clase de basura, miserable y repugnante que es.
Esa " señorita", dudo mucho que alguna vez tenga una pareja estable siendo tan puta.

Pues fíjate al compañero, yo no le diría nada básicamente porque no es más que eso un compañero de piso, y no tienes con él ningún tipo de compromiso ni nada, no como podría ocurrir con un amigo por ejemplo, oas.bien supuesto amigo, porque si se folla a tu novia, muy amigo no es que sea, a la única que se le pueden pedir explicaciones, si es que merece la pena pedirselas, que en este caso resulta obvio porque creo que no, es a ella.

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A mí me parece un auténtico sinvergüenza, pero bueno es cuestión de puntos de vista.
A Ella no le tiene que pedir explicaciones porque directamente lo que tiene que hacer es lo que hizo, mandarla a paseo.
 
A mí me parece un auténtico sinvergüenza, pero bueno es cuestión de puntos de vista.
A Ella no le tiene que pedir explicaciones porque directamente lo que tiene que hacer es lo que hizo, mandarla a paseo.

No me debido de explicar bien

Quiero decir tú como mucho, si le tienes que pedir explicaciones a alguien, es a ese alguien con quien tienes una relación, ya sea laboral, emocional, sentimental, sea del tipo que sea, pero no a un tercero ajeno que no tiene ningún compromiso contigo, y al que tú en el fondo le sudas tanto la polla como él a ti.

Por supuesto que estoy de acuerdo contigo en que lo que hizo es lo que tenía que hacer, es más yo creo incluso que tenía que haberlo hecho antes, porque además ya se veía lo que iba a pasar.

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Estoy de acuerdo con ese punto de vista.
Lo que más rabia me da es la desfachatez de esta mala mujer de follar con ese impresentable poniéndose encima de él. Yo soy el y salgo de allí zumbando.
 
Pues fíjate al compañero, yo no le diría nada básicamente porque no es más que eso un compañero de piso, y no tienes con él ningún tipo de compromiso ni nada, no como podría ocurrir con un amigo por ejemplo, oas.bien supuesto amigo, porque si se folla a tu novia, muy amigo no es que sea, a la única que se le pueden pedir explicaciones, si es que merece la pena pedirselas, que en este caso resulta obvio porque creo que no, es a ella.

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Es que hay tener un mínimo de sangre corriendo por el cuerpo, no puedes no reaccionar con esa excusa.

Si te pone que se haya acostado con tu novia, lo respetaré, no por compartir tu preferencia, por tu sinceridad y honestidad para tratar las cosas.

Pero decirme que no encaras a tu compañero de piso por no tener culpa o responsabilidad en el hecho es querer tapar el Sol con un dedo, él te engañó y luego se rió en tu cara, por qué?, porque se lo permitiste.
 
Es que hay tener un mínimo de sangre corriendo por el cuerpo, no puedes no reaccionar con esa excusa.

Si te pone que se haya acostado con tu novia, lo respetaré, no por compartir tu preferencia, por tu sinceridad y honestidad para tratar las cosas.

Pero decirme que no encaras a tu compañero de piso por no tener culpa o responsabilidad en el hecho es querer tapar el Sol con un dedo, él te engañó y luego se rió en tu cara, por qué?, porque se lo permitiste.

No a mi no me pone nada de nada, que mi "lo que sea mio" consuma carne leche o huevos ajenos, o se deje consumir por un ajeno.

Yo en mi caso, la hubiera mandado a la mierda a la primera paja, no me hubiera esperado a los pajotes siguientes, ni al salpicado de lefa, y mucho menos a la follada "impuesta por los cojones de ella".

A ver, que es simplemente alguien con quien compartes piso, no es un amigo, hermano, o etc. Es un tipo cualquiera con quien compartes habitación, como pasaba en la mili, en las residencias universitarias, etc. Y ni tu le debes nada a el, ni el a ti, simplemente es alguien que coincide contigo en un espacio en el tiempo, es exactamente como un tio con el que coincides en un bar, pub, garito, etc. o como un compañero de curro. Son gente que comparte contigo un tiempo y un espacio por pura obligacion, no porque te caigas bien, te aprecies, ni nada por el estilo.

No es una cuestión de sangre o no sangre en las venas, porque si hay que tener sangre en las venas, es con ella, no con el extraño al que ni tu ni lo tuyo nunca le ha importado una mierda.

A lo que me refiero es que tu no puedes pedir explicaciones a quien no tiene nada contigo. Porque su respuesta puede ser "es tu problema si tienes una zorra o lo que sea por novia, pareja, mujer, pidele cuentas a ella que yo no te debo nada." y tendrá toda la razón, a el "como a ti" se le presenta una oportunidad de merendar, y como no tiene nada contigo ni te debe lealtad, ni nada de nada, pues se la merienda, y es un problema tuyo y de ella que sois la pareja, no de el, que solo es un transeunte.

Teneis la mania de culpar al "cazador" y en mi criterio es un error, si el cazador quiere cazar, pero la presa no quiere, no hay caza. Asi que toda la culpa es de ella, que es la que le ha abierto la puerta, y o bien se ha dejado cazar, o incluso es ella la que ha cazado.

A lo que me refiero es a que a quien le pido explicaciones o con quien tomo medidas es con quien si tengo algo, que es con ella, con quien hay un pacto tácito de exclusividad sexual (salvo que se haya pactado pareja abierta o lo que sea), y la única que le puedo pedir explicaciones o mandarla a tomar por culo o una mezcla de todo, es a ella.


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Última edición:
Si veo algo que no me gusta, no lo miro, si pruebo algo que no me gusta dejo de comerlo y si leo algo que no me es de mi agrado dejo de leerlo, pero lo que jamas haría es leerlo para despotricar y criticar y menos aun sin saber si esta historia es real o ficticia.
Algunos actuáis como los políticos, pensando que aquí vale todo y olvidáis que esto es un foro de sexo, un foro de relatos, un foro que trata de gustos sexuales, de sexualidad y lo que la rodea y a quien no le guste alguna de las facetas sexuales que se dan o se cuentan aquí que simplemente pase pagina y sobre todo de dejen de hacerse los muy machos e intentar ensuciar las libertades de las mujeres que dicho sea de paso tienen los mismos derechos y libertades que los hombres, ni mas ni menos y a eso se le llama respetar. También hay que tolerar los gustos de aquellos que se sientan identificados con estas situaciones y estilos de vida porque no por ello son menos machos aunque están también los que no les gusta y rompen la relación.

Pero lo que seguramente sea mas sorprendente o inquietante aunque indemostrable es que aquellos que han despotricado y lo seguirán haciendo se habrán leído este relato haciéndose un buen pajote y cuando se han corrido se les ha caído la doble moral por los suelos.

Mi consejo: Si no te gusta o no compartes, no sigas leyendo y menos criticando. ;)
 
Gracias por el relato
a mi gusto me parece demasiado inverosímil, pero sobre gustos..

Lo que no sé es donde alguien ve que alguno de los tertulianos ha despotricado contra el autor o el relato
 
Gracias por el relato
a mi gusto me parece demasiado inverosímil, pero sobre gustos..

Lo que no sé es donde alguien ve que alguno de los tertulianos ha despotricado contra el autor o el relato
Comparto ambos, bien poco factible lo ocurrido en el relato, y nadie ha atacado al autor.
 
Última edición:
Hablando de literas no puedo evitar recordar lo morboso que era notar cómo se movía aquello cuándo la compartías con un hermano, primo o colega, mientras se cascaban un pajotazo.
A mí, solo ese hecho ya me ponía burraco y me tenía que hacer una. Lo que nunca descubrí fue el no saber si el otro, al notar que yo también le daba al manubrio, se ponía tan cachondo como el menda jajajaja.
 
Tengo una duda por qué diablos leen estás cosas? Si son tan machos? Déjeme adivinar si la historia fuera desde el punto de vista del compañero estarían dando alabanzas siempre es así
 
Tengo una duda por qué diablos leen estás cosas? Si son tan machos? Déjeme adivinar si la historia fuera desde el punto de vista del compañero estarían dando alabanzas siempre es así
No sé exactamente a quien pregunta.

¿cree usted que sus complejos son extendidos a los demás?
 
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