Soy Sara

calvason

Miembro muy activo
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13 Ago 2023
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Ubicación
MADRID
Hola me llamo Sara y voy a contar mi historia, mi infancia no fue muy buena, mis padres no se llevaban bien y las discusiones eran habituales, mi madre siempre acababa pagándolo conmigo, de hecho creo que mi madre nunca me quiso. Al divorciarse de mi padre mi madre se fue a vivir a su pueblo y mi padre se quedo la custodia, al principio iba a ver a mi madre cada 15 días y en vacaciones pero poco a poco según me fui haciendo mayor, la distancia con mi madre aumentó, hasta el punto de no ir a verla excepto una vez al año.


La vida con mi padre era feliz, era cariñoso y estaba pendiente de mi, era mi único amor y yo era correspondida, hasta que una día apareció Elsa. Elsa era una mujer también divorciada y tengo que reconocer que muy atractiva, mi padre enseguida se enamoró de ella, fue un mazazo para mí, veía a mi padre besarla y era como si me clavaran puñales en el corazón.


Pero nada comparado a lo que me pasó los pocos meses de conocerla; mi padre solía salir con ella a cenar muchas noches y yo me quedaba sola en casa, una noche llegaron sobre la 01:30 de la madrugada y me despertaron sus voces, tenía la puerta entornada y pude oírles y verles, reían y hablaban en voz alta y vi a mi padre besarla en el salón, me iba a meter otra vez en la cama cuando observé como mi padre le quitaba el suéter que llevaba y la besaba en los pechos. Me quede petrificada, a continuación la cogió en brazos y la tiró contra el sofá , comenzó a quitarle la falda y las bragas mientras ella se quitaba el sujetador, una vez desnuda mi padre comenzó a besarle en los pechos y a recorrer su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, hundió su cabeza y Elsa comenzó a gemir y gritar mientras se agarraba las tetas, estaba hipnotizada viendo la escena cuando mi padre paró, se levantó y empezó a quitarse la camisa mientras Elsa le desabrochaba los pantalones y se los bajaba de un tirón llevándose también los calzoncillos. Ya sabéis lo que pasó después, veía los movimientos de su cabeza y podía oír el ruido, de Elsa chupando y mi padre gimiendo y jadeando.


El tiempo se detuvo, no era consciente de nada más, hasta que de pronto pararon, entonces mientras mi padre se intentaba quitar los pantalones y los calzoncillos, se giró lo justo para verle el pene completamente erecto. Me quedé helada, me pareció simplemente precioso, de pronto mi padre le agarró las piernas y se tiró encima de Elsa.


Os podría decir muchas cosas de lo que sentí en ese momento pero la principal y la cual más me sorprendió fue la envidia, envidiaba a Elsa sobre todas las cosas, ese sentimiento fue más fuerte que la excitación que sentía y que notaba en mis pechos, mi cuello y en mi sexo. Yo debería ser la que estuviera en ese sofá y no ella, yo que durante años no le había querido más que a el, que había sido su niña, la receptora de su cariño y de su amor.


Sin darme cuenta tenía metida la mano entre mis piernas y me estaba acariciando mientras veía a mi padre entrar una y otra vez en Elsa, la sensación era agridulce, por una parte estaba muy excitada pero al mismo tiempo sentía una tristeza inmensa. De pronto mi padre paró y se sentó al lado de Elsa podía ver su pene todavía erecto y manchado, Elsa se agachó sobre el y comenzó a chuparsela y a masturbarle. Empecé a notar oleadas de placer en. Mi cuerpo, con la otra mano me acaricié los pechos, el orgasmo llegó rápido, tan intenso que se me doblaron las piernas y tuve que ahogar el gemido. No pude mirar más.
 
El día siguiente fue horrible una tristeza llenaba mi corazón, me habían arrebatado a mi padre y no había nada que yo pudiera hacer, esa idea no dejaba de pasarse por mi cabeza durante todo el día. Por la noche estaba a solas con mi padre, hasta el se dio cuenta y me preguntó si me pasaba algo, le contesté que no, después de cenar y antes de irme a la cama me fui a duchar, mientras me desnudaba me comencé a mirar al espejo y me di cuenta de que tenía una cuerpo bonito, había comenzado a hacer gimnasia rítmica con 6 años y lo dejé a los 15, pero desde entonces comencé a ir al gimnasio, mis pechos eran redondos y mis pezones rositas y puntiagudos, mi culo redondo y respingón y mis piernas estaban duras y moldeadas por el gimnasio.


-Joder si estoy mucho más buena que Elsa ¿Porque no se fija en mi?-


De pronto la respuesta se me pasó por la cabeza, hace muchos años que no ve a su hija desnuda, creo que tenía 10 años, si me viera así no se volvería a fijar en la zorrona esa, me duché rápido mientras notaba que mi nerviosismo aumentaba, varias veces se me pasó por la cabeza que esta loca pero ya había tomado una decisión.


Cuando acabé cogí la toalla del pelo y en lugar de secármelo me la enrollé en el cuerpo, me miré varias veces al espejo, mi pelo y mi piel estaban empapados y la toalla apenas tapaba mi pecho y mi entre pierna, sin pensármelo dos veces salí del baño y me fui al salón.


Mi padre estaba sentado viendo la tv al principio creo que ni se dio cuenta que estaba allí, estuve paseando por delante y os juro que no se dio cuenta ni de como iba, estaba enfadadísima -¿Como no podía fijarse en lo que tenía delante?- Decidí dar un paso más. Nuestra cocina es americana y está unida al salón, la nevera también americana era el electrodoméstico que estaba mas cerca del sofá, la abrí y mientras me agachaba ligeramente le pregunté a mi padre -¿Papá quedan yogures?


Noté que a mi padre se le entrecortó la voz, me giré y vi lo que estaba mirando, el se dio cuenta que le miraba y levantó la vista, seguía medió agachada y a pesar de que le estaba mirando se le fueron varias veces los ojos a mi trasero, estaba pletórica, cogí el yogurt y me senté en la mesa de la cocina, asegurándome de estar lo más cerca posible de la vista de mi padre.


Intentaba mirar la tv pero veía como me observaba, aunque me hacía la tonta, lo veía de reojo, en ese momento pensé que ya no habría vuelta atrás, sabía cual era mi objetivo y no iba a parar hasta conseguirlo. Después de cerca de media hora me levanté y me fui a mi habitación a ponerme el pijama, no cerré la puerta me seque muy despacio y tarde en vestirme mas, no pasó nada, entonces decidir aumentar la apuesta, cogí un pijama que me quedaba pequeño y me lo puse si bragas ni sujetador y volví a salir al salón.
 
El día siguiente fue horrible una tristeza llenaba mi corazón, me habían arrebatado a mi padre y no había nada que yo pudiera hacer, esa idea no dejaba de pasarse por mi cabeza durante todo el día. Por la noche estaba a solas con mi padre, hasta el se dio cuenta y me preguntó si me pasaba algo, le contesté que no, después de cenar y antes de irme a la cama me fui a duchar, mientras me desnudaba me comencé a mirar al espejo y me di cuenta de que tenía una cuerpo bonito, había comenzado a hacer gimnasia rítmica con 6 años y lo dejé a los 15, pero desde entonces comencé a ir al gimnasio, mis pechos eran redondos y mis pezones rositas y puntiagudos, mi culo redondo y respingón y mis piernas estaban duras y moldeadas por el gimnasio.


-Joder si estoy mucho más buena que Elsa ¿Porque no se fija en mi?-


De pronto la respuesta se me pasó por la cabeza, hace muchos años que no ve a su hija desnuda, creo que tenía 10 años, si me viera así no se volvería a fijar en la zorrona esa, me duché rápido mientras notaba que mi nerviosismo aumentaba, varias veces se me pasó por la cabeza que esta loca pero ya había tomado una decisión.


Cuando acabé cogí la toalla del pelo y en lugar de secármelo me la enrollé en el cuerpo, me miré varias veces al espejo, mi pelo y mi piel estaban empapados y la toalla apenas tapaba mi pecho y mi entre pierna, sin pensármelo dos veces salí del baño y me fui al salón.


Mi padre estaba sentado viendo la tv al principio creo que ni se dio cuenta que estaba allí, estuve paseando por delante y os juro que no se dio cuenta ni de como iba, estaba enfadadísima -¿Como no podía fijarse en lo que tenía delante?- Decidí dar un paso más. Nuestra cocina es americana y está unida al salón, la nevera también americana era el electrodoméstico que estaba mas cerca del sofá, la abrí y mientras me agachaba ligeramente le pregunté a mi padre -¿Papá quedan yogures?


Noté que a mi padre se le entrecortó la voz, me giré y vi lo que estaba mirando, el se dio cuenta que le miraba y levantó la vista, seguía medió agachada y a pesar de que le estaba mirando se le fueron varias veces los ojos a mi trasero, estaba pletórica, cogí el yogurt y me senté en la mesa de la cocina, asegurándome de estar lo más cerca posible de la vista de mi padre.


Intentaba mirar la tv pero veía como me observaba, aunque me hacía la tonta, lo veía de reojo, en ese momento pensé que ya no habría vuelta atrás, sabía cual era mi objetivo y no iba a parar hasta conseguirlo. Después de cerca de media hora me levanté y me fui a mi habitación a ponerme el pijama, no cerré la puerta me seque muy despacio y tarde en vestirme mas, no pasó nada, entonces decidir aumentar la apuesta, cogí un pijama que me quedaba pequeño y me lo puse si bragas ni sujetador y volví a salir al salón.
Sigue...
 
El día siguiente fue horrible una tristeza llenaba mi corazón, me habían arrebatado a mi padre y no había nada que yo pudiera hacer, esa idea no dejaba de pasarse por mi cabeza durante todo el día. Por la noche estaba a solas con mi padre, hasta el se dio cuenta y me preguntó si me pasaba algo, le contesté que no, después de cenar y antes de irme a la cama me fui a duchar, mientras me desnudaba me comencé a mirar al espejo y me di cuenta de que tenía una cuerpo bonito, había comenzado a hacer gimnasia rítmica con 6 años y lo dejé a los 15, pero desde entonces comencé a ir al gimnasio, mis pechos eran redondos y mis pezones rositas y puntiagudos, mi culo redondo y respingón y mis piernas estaban duras y moldeadas por el gimnasio.


-Joder si estoy mucho más buena que Elsa ¿Porque no se fija en mi?-


De pronto la respuesta se me pasó por la cabeza, hace muchos años que no ve a su hija desnuda, creo que tenía 10 años, si me viera así no se volvería a fijar en la zorrona esa, me duché rápido mientras notaba que mi nerviosismo aumentaba, varias veces se me pasó por la cabeza que esta loca pero ya había tomado una decisión.


Cuando acabé cogí la toalla del pelo y en lugar de secármelo me la enrollé en el cuerpo, me miré varias veces al espejo, mi pelo y mi piel estaban empapados y la toalla apenas tapaba mi pecho y mi entre pierna, sin pensármelo dos veces salí del baño y me fui al salón.


Mi padre estaba sentado viendo la tv al principio creo que ni se dio cuenta que estaba allí, estuve paseando por delante y os juro que no se dio cuenta ni de como iba, estaba enfadadísima -¿Como no podía fijarse en lo que tenía delante?- Decidí dar un paso más. Nuestra cocina es americana y está unida al salón, la nevera también americana era el electrodoméstico que estaba mas cerca del sofá, la abrí y mientras me agachaba ligeramente le pregunté a mi padre -¿Papá quedan yogures?


Noté que a mi padre se le entrecortó la voz, me giré y vi lo que estaba mirando, el se dio cuenta que le miraba y levantó la vista, seguía medió agachada y a pesar de que le estaba mirando se le fueron varias veces los ojos a mi trasero, estaba pletórica, cogí el yogurt y me senté en la mesa de la cocina, asegurándome de estar lo más cerca posible de la vista de mi padre.


Intentaba mirar la tv pero veía como me observaba, aunque me hacía la tonta, lo veía de reojo, en ese momento pensé que ya no habría vuelta atrás, sabía cual era mi objetivo y no iba a parar hasta conseguirlo. Después de cerca de media hora me levanté y me fui a mi habitación a ponerme el pijama, no cerré la puerta me seque muy despacio y tarde en vestirme mas, no pasó nada, entonces decidir aumentar la apuesta, cogí un pijama que me quedaba pequeño y me lo puse si bragas ni sujetador y volví a salir al salón.
tiene muy buena pinta...
 
El día siguiente fue horrible una tristeza llenaba mi corazón, me habían arrebatado a mi padre y no había nada que yo pudiera hacer, esa idea no dejaba de pasarse por mi cabeza durante todo el día. Por la noche estaba a solas con mi padre, hasta el se dio cuenta y me preguntó si me pasaba algo, le contesté que no, después de cenar y antes de irme a la cama me fui a duchar, mientras me desnudaba me comencé a mirar al espejo y me di cuenta de que tenía una cuerpo bonito, había comenzado a hacer gimnasia rítmica con 6 años y lo dejé a los 15, pero desde entonces comencé a ir al gimnasio, mis pechos eran redondos y mis pezones rositas y puntiagudos, mi culo redondo y respingón y mis piernas estaban duras y moldeadas por el gimnasio.


-Joder si estoy mucho más buena que Elsa ¿Porque no se fija en mi?-


De pronto la respuesta se me pasó por la cabeza, hace muchos años que no ve a su hija desnuda, creo que tenía 10 años, si me viera así no se volvería a fijar en la zorrona esa, me duché rápido mientras notaba que mi nerviosismo aumentaba, varias veces se me pasó por la cabeza que esta loca pero ya había tomado una decisión.


Cuando acabé cogí la toalla del pelo y en lugar de secármelo me la enrollé en el cuerpo, me miré varias veces al espejo, mi pelo y mi piel estaban empapados y la toalla apenas tapaba mi pecho y mi entre pierna, sin pensármelo dos veces salí del baño y me fui al salón.


Mi padre estaba sentado viendo la tv al principio creo que ni se dio cuenta que estaba allí, estuve paseando por delante y os juro que no se dio cuenta ni de como iba, estaba enfadadísima -¿Como no podía fijarse en lo que tenía delante?- Decidí dar un paso más. Nuestra cocina es americana y está unida al salón, la nevera también americana era el electrodoméstico que estaba mas cerca del sofá, la abrí y mientras me agachaba ligeramente le pregunté a mi padre -¿Papá quedan yogures?


Noté que a mi padre se le entrecortó la voz, me giré y vi lo que estaba mirando, el se dio cuenta que le miraba y levantó la vista, seguía medió agachada y a pesar de que le estaba mirando se le fueron varias veces los ojos a mi trasero, estaba pletórica, cogí el yogurt y me senté en la mesa de la cocina, asegurándome de estar lo más cerca posible de la vista de mi padre.


Intentaba mirar la tv pero veía como me observaba, aunque me hacía la tonta, lo veía de reojo, en ese momento pensé que ya no habría vuelta atrás, sabía cual era mi objetivo y no iba a parar hasta conseguirlo. Después de cerca de media hora me levanté y me fui a mi habitación a ponerme el pijama, no cerré la puerta me seque muy despacio y tarde en vestirme mas, no pasó nada, entonces decidir aumentar la apuesta, cogí un pijama que me quedaba pequeño y me lo puse si bragas ni sujetador y volví a salir al salón.
Que buena historia espero la siguiente entrega.
 
En el momento que salí mi padre me volvió a mirar, había escogido bien el pijama, me quedaba muy justo y se me marcaba todo, me senté en el sofá en la otra punta y me tumbé. Solía hacerlo a menudo, pero ese día era distinto, casi no presté atención a la tv y mi padre a pesar de que trataba de disimular se le iba la vista, empecé a sentir otra vez el calor en mi cuerpo y en mi sexo. Estuvimos así cerca de una hora, durante ese tiempo no hablamos nada, estaba tan excitada que tenía que masturbarme, me levanté y le dije a mi padre que me iba a la cama, eme acerqué a darle un beso y le rocé en el hombro con mis pechos, me aseguré que se diera cuenta pero no noté ninguna reacción.
En cuanto llegué a la habitación me tumbé en la cama me subí la parte de arriba del pijama y me bajé los pantalones, comencé a acariciarme, estaba excitadísima, el orgasmo me llegó tan rápido que me sorprendí, tenía la mano y los muslos empapados de flujo pro seguía muy excitada.
Seguí tocándome mientras las imágenes de mi padre penetrando a su novia no se me iban de la cabeza, -Como me gustaría estar en su lugar-
Aquello me sorprendió, a pesar de mi excitación esos pensamientos me sobresaltaron, me volví a correr, esta vez el orgasmo fue mayor todavía, hasta el punto que creo que grité sin darme cuenta.
Estaba empapada, había mojado hasta las sabanas, estaba muy sorprendida, nunca había tenido un orgasmo como ese, mi vida sexual se limitaba a eso y a escasos besos y sobeteos con algún chico pero nada más. Creo que fue esa noche cuando decidí que mi primer hombre sería mi padre, no pararía hasta conseguirlo y una mezcla de sentimientos se arremolinaron en mi mente y en mi pecho, excitación remordimiento y algo de tristeza, pero ya tenía la decisión tomada.
Desde la mañana siguiente empezó mi coqueteo con mi padre, empecé a ser supercariñosa con el; le besaba, le abrazaba, cuando iba con el me vestía lo mas sexy posible y en casa me acostumbre a ir sin ropa interior. Poco a poco empecé a notar los efectos, si bien al principio a mi padre se le veía tenso, después de unas semanas se relajó y se empezó a dejar querer. A su novia directamente la ignoré, nunca quedaba con ellos y cuando se la traía a casa me metía en mi cuarto y salía lo justo para no ser maleducada y siempre que salía me comía a mi padre a besos, veía su mirada y a pesar de mi corta edad y de mi poca experiencia enseguida pude comprobar con orgullo que sentía celos de mí.
Y así llegué hasta el día de mi cumpleaños, era finales de junio y tenía mucho que celebrar, había aprobado la EVAU con nota y podría hacer medicina en Madrid, mi padre estaba feliz así que decidió reservar en uno de los mejores restaurantes de Madrid, también quiso regalarme un vestido nuevo para la ocasión y yo me empeñé en que me acompañara. Fuimos a un centro comercial y recorrimos prácticamente todas las tiendas, me probé decenas de vestidos a cual más atrevido, mi padre y muchos hombres que había en las tiendas lo disfrutaron, me porté más como una novia que como una hija, a mi padre se le notaba feliz y yo esta pletórica.
 
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