Su primer Topless

Tereso

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29 Abr 2025
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Recreando el relato de AnayJavi en la anterior plataforma.

Lo que voy a relatar a continuación nos sucedió hace 10 años, cuando Ana y yo llevábamos un año y medio saliendo. A muchos os puede parecer una situación de lo más natural. A nosotros nos dio mucho morbo, y nos sirvió para descubrir muchas de las situaciones que ahora tanto nos excitan.

Ana mide 1’65, castaña, con el pelo largo rizado por aquella época, delgadita, aunque con una talla 90 de suje. Teníamos entonces 20 años y nuestra relación era bastante buena, sin apenas discusiones y disfrutando del sexo tanto como podíamos. Me imagino que como la mayoría de los tíos, tenía fantasías de montarme un trío Ana y otra chica. También me ponía el dominarla de forma suave. Ambas fantasías las había compartido con ella, y muy de vez en cuando fantaseábamos. Nunca me había llamado la atención el tema de exhibirla. Es más, era incluso celosillo.
En el puente de mayo nos fuimos con una pareja de amigos al apartamento que ese mismo año habían comprado los padres de Ana en la costa almeriense. Estando en la playa, la chica de la otra pareja estaba tumbada boca abajo con el bikini desabrochado mientras su novio le echaba crema. Ana al verla hizo lo mismo y me pidió que le echara crema. Me llamó la atención, ya que el verano anterior estuvimos muchas veces en la playa y la piscina tanto con amigos como solos y ella nunca hizo nada parecido. Aunque, la verdad, estaba más pendiente de ver si nuestra amiga mostraba algo, que de Ana. Al acabar de echarle crema, dijo que se lo abrochara. Me tranquilizó un poco.
Pasado un rato, me dijo que si me apetecía dar un paseo. Caminamos durante un buen rato por la orilla, y nos metimos al agua. Ana llevaba un bikini de triángulos, de esos que se desliza la parte de arriba para ajustarla, o como en este caso, para retirar los triángulos a un lado y dejarla con las tetas al aire (bueno más que al aire, dentro del agua). Estábamos muy calientes, la besaba y magreaba sus pechos. Se alejó un poco nadando porque había gente relativamente próxima. Al acercarse de nuevo llevaba el bikini tapándole del todo.
- Te lo voy a tener que quitar- le dije.
- No hace falta, ya me lo quito yo- dijo al tiempo que se lo desabrochaba y se lo sacaba por el cuello.
- Ten cuidado, que se te van a ver- realmente me sorprendía.
- Si no salto no se ve nada.
Y justo al acabar de decir eso, empezó a saltar las olas, dejando en cada salto el cuerpo fuera del agua de cintura para arriba. La gente que estaba bañándose perfectamente la podían ver de lejos con las tetitas al aire. De hecho un señor miraba más o menos fijamente.
No se que me pasó, pero eso, algo que nunca me había dado el más mínimo morbo empezó a ponerme a mil, hasta el punto que acabé corriéndome ahí mismo. Al acabar, seguía excitado, me acerqué a ella, y le ayudé a terminar.
- ¿Me das el bikini?- le pregunté al terminar ella.
- ¿Para qué?
- Para que salgas así.
- Ni de coña. Menudo corte, y además estos pueden haber venido hacia aquí.
- ¡Anda, ahora te da corte! Bien que te has desabrochado el bikini antes.
- Pero si estaba boca abajo y no se vio nada…

No insistí más, pero desde ese momento se metió en mí el morbo de que hiciera topless y exhibirla.

A finales de junio terminamos los exámenes. Mi grupo de amigos y yo decidimos subirnos unos días de acampada a la sierra a desfasar un poco. Lo teníamos todo preparado, cuando, dos días antes de salir mi chica me llamó contándome que sus padres habían encargado unos muebles para la casa de la playa y que tenían previsto que se los llevaran el día antes de irme de acampada.

- Ah, pues genial, así los tenéis para julio cuando se vayan tus padres para allá.- lo cierto es que me traía al pairo lo que me estaba contando.
- Bueno, es que …verás, te tengo que pedir un favor.
- A ver dime…
- Es que, mis padres tenían pensado ir al apartamento a esperar los muebles, pero…bueno, mi padre tiene que ir a visitar a uno de sus proveedores y no va a poder ir. Yo había pensado que…
- ¡No jodas! Sabes que no puedo, me voy de acampada.
- Por fa, ya se lo he dicho a mi padre…
- Pero tía, ¿cómo dices eso sin hablar conmigo?
- Había pensado que te gustaría pasar unos días los dos solitos allí….
- Sabes que llevo mucho tiempo esperando esta acampada.
- Por favor…Te recompensaré.
- Es que encima te has ofrecido sin preguntarme ni nada.
- Es que me apetece pasar unos días contigo después todos los nervios de los exámenes.
- Ya, y a mí contigo, pero también he quedado con mis amigos. En cuanto les diga que no voy, y por lo qué no voy me van a decir que soy un calzonazos, que hago todo lo que me dices…
- Por fa…haré lo que tú quieras.
- Ya eso lo dices ahora, y además ellos no lo van a saber.
- Bueno, pero tú lo vas a disfrutar. Haré todo lo que quieras…seré como tu esclava.

Al oír eso último, mi cerebro secundario dejó de funcionar y mi polla volvió a tomar el control de la situación.


-Bueno, déjame que lo piense.

Cinco minutos después ya había hablado con un amigo para comentarle que no iba a poder ir a la acampada.

Después de eso, mandé un mensaje a Ana: “Todo lo que yo quiera?”

Ella me respondió: “TODO, MI AMOR”
“Querrás decir ‘Todo, mi Amo’, no?


Tardó en contestar, pero 15 minutos después recibía el mensaje con un “Todo lo que mi amo quiera”

Nada más recibir ese mensaje no tuve más remedio que hacerme una paja.

El día antes de salir le mandé un mensaje diciendo que se llevara la ropa más sexy que tuviera, y que no quería ni un pantalón.

Y por fin llegó el día. Pasé a recogerla a eso de las 7 para aprovechar el día.
Nada más subir al coche quise dejar las cosas claras.
- Buenos días, esclava.
- ¿Vas a estar muy pesadito con eso?
- Pues sí, me lo has prometido, pero si no estás dispuesta a cumplir tu palabra avísame para irme de acampada.
- Eres un cerdo, mi amo-dijo con bastante sorna.
- Bueno, veo que vienes sexy- dije mientras arrancaba. Llevaba una blusa y una falda con unas sandalias de verano.

Tuve la tentación de pedirle que se quitara el suje y las bragas, pero pensé que si forzaba la situación se podía ir todo a la mierda así que continué el viaje y olvidé el tema durante un par de horas.
Hicimos una parada para desayunar, y cuando estábamos sentados le dije que se descalzara. Sé que eso le daba corte, porque alguna vez me había dicho que se sentía como desnuda al estar descalza en un sitio en el que se supone que debes llevar zapatos.
Fui al baño y al regresar comprobé que estaba calzada.

- No te he dicho que te calces.
- Es que me daba vergüenza.
- Entonces te tendré que castigar por no obedecerme.
- Mmmm que me vas a hacer.
- Cuando subamos al coche te quitaras la ropa interior.
- Eso sí que no.
- Creí que ibas a hacer todo lo que te dijera.
- Joderrr…- dijo resoplando- de acuerdo, pero ¿puedo hacerlo cuando hayas arrancado?
- Elige tú, pero si lo haces con el coche en marcha te tendrás que desabrochar también la blusa.
-¿Cuánto tiempo tendré que estar así?
- Cinco minutos.
- Entonces cuando salga decido.

Al salir había la suficiente gente como para que decidiera hacerlo en marcha.
Casi me corro cuando la veo hacerlo.
Le hice poner las manos en el reposacabezas. Y la acaricie mientras la entrepìerna y los pechos con una mano.

- ¿Te gusta lo que te hace tu amo?
- Mucho, sigue, por favor.
- Nos vamos a divertir estos días, ¿eh?
- Mucho
- Bueno, suficiente abróchate y guarda suje y tanga en la guantera.
- Me apetece seguir un poco más.
- Ya pero no quiero que te corras aún
- Joerr.
Veía que la cosa iba hasta mejor de lo que me esperaba, pero no quería quemar todas las naves antes de tiempo. Mi objetivo era esta tarde en la playa, quería verla en topless.

Llegamos a la casa, y antes de bajar del coche hizo el amago de ponerse la ropa interior. Pero no la dejé.

Llegamos un poco antes de la hora de comer. Dejamos el equipaje y ella se puso a barrer las terrazas y fregarlas.

-Voy a comprar algo para comer- dije.
- ¿Te apetece un pollo asado?
- Es que no sé si te vas a hartar de tanta polla.
- Jejeje eso no me cansa nunca.
- Bueno, voy a comprarlo, ves poniendo la mesa, y quédate solo con las sandalias.
- Mmmm como ordenes.- dijo con tono juguetón.

Cuando volví, abrí sin llamar y me la encontré como la había dicho que se quedara, fregando unos platos.

- Siéntate que se enfría.
- No voy a comer así, voy a ponerme algo.
- Solo la blusa.- accedí, porque si no no hubiera aguantado hasta la playa.

Terminamos de comer y me tiré en el sillón.

- Vamos a recoger ahora, que como empecemos a acumular luego cuesta más.
- Sí, es verdad, luego cuesta más. Llamaré a la chica de la limpieza…¡anda, coño! Pero si eres tú.
- Ayúdame, por favor.
- Si te desnudas y me lo pides de rodillas me lo pensaré.
- Prefiero recoger sola, gracias.- dijo enfadada.

“La he cagado” pensé. No hice nada más. Terminó de recoger se echó un rato a mi lado y a las cinco o así me despertó.

- Vámonos a la playa- me dijo mientras me tiraba mi bañador.
- Espera un rato, no me apetece mucho- mentí para hacerme de rogar.
- Anda, que ya estoy preparada. Venga que te echo crema.
- Bueno, vamos.

Llegamos a la playa y no había demasiada gente comparado con agosto, pero para ser finales de junio, sí que se podía decir que había gente.

Estaba nerviosísimo.
Colocamos las toallas sin sombrilla. Me quité la camiseta y me quedé en bañador. Ella solo llevaba un pareo largo, que también se quitó quedándose con un bikini rojo.

- No sé si bañarme, igual el agua está fría.- dije.
- Hay gente en el agua no debe estar mal.
- Vete a probarla, esclava.
Se levantó sin rechistar.
- Espera, deja aquí la parte de arriba.
- Estás soñando.

Se fue y volvió.

- Está rica.
- Pues báñate si quieres – contesté enfadado.
- ¿qué te pasa?
- Que te he dicho que te quitaras lo de arriba y no me has hecho caso.
- Es que estás loco si pensabas que me lo quitaría.

En ese momento me llamó un colega.

- Qué pasa chaval.
-……
- Es que no he podido. Mañana traen unos muebles a mis suegros.
-……….
- Pues si lo habéis retrasado, espérate que mañana no me vuelva cuando pongan los muebles y me suba para allá.
-……….
- Hecho, si me animo os llamo. Nos vemos, tío


Al volver a mirar a Ana, a la que había perdido de vista durante la conversación la encontré boca abajo con la parte de arriba desabrochada.

- ¿De verdad estás pensando en irte?
- ¡Qué va! Era una forma de hablar como otra cualquiera.
- ¿Y de verdad quieres que haga topless?
- Pues la verdad es que sí. No me gustan las marcas, pero lo que más me llama la atención es verte medio desnuda a la vista de todos.
- Me da mucho corte.
- Eso aún me excita más. Y sé que a ti te da morbo también. Si me equivoco abróchate el bikini, pero si estoy en lo cierto date la vuelta sin quitártelo, pero sin abrochártelo.

Pasaron diez segundos que se me hicieron una hora, pero acabó poniéndose boca arriba. La besé y la acaricié el culo. Al girarse, se le descolocó un poco el bikini.

- Ya estás enseñando una teta. Seguro que te están mirando.- ella miró a todos lados mientras se lo colocaba.

-Quítatelo.
- ¿Y si me hacen fotos?
- Yo vigilo.
- No se…
- Te lo ordeno.

Y en ese momento se lo quitó y se quedo tumbada boca arriba.
- ¿Contento?
- Más bien cachondo, ¿y tú?
- Nerviosa, me siento observada.
-¿Excitada?
- Sí.
- Échate crema que se te van a quemar.
- Ya me había echado en casa.
 

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