Transgresión a Diana y a su hijo (1)
Diana llevaba tiempo despierta, su cabeza era un torbellino de emociones y sensaciones contrapuestas, cómo había sido violada en contra de su voluntad y cómo los orgasmos no consentidos la habían llevado a una dimensión sexual desconocida y le habían abierto una brecha en su moralidad recatada.
Los primeros rayos de sol se introdujeron en la habitación a través de las laminas de la persiana, Rai esbozo un ronquido profundo y abrió los ojos, estirando su cuerpo y sus brazos, giro a Diana que había pasado toda la noche de espaldas a él, se cruzaron las miradas desafiantes, ella mantuvo una postura distante y encrespada, pero no pudo disimular como lanzo una ojeada a la polla empalmada y erecta.
- ¡Ven aquí guarra! - le susurró Rai poniendo a Diana en el centro de la cama y abriéndole las piernas con violencia - ¡Te voy a comer el coño!
- ¡Te lo suplico! - balbuceo Diana con la voz entrecortada e intentando levantarse - ¡Ya has abusado bastante de mi!
- ¡Cállate guarra! - le vocifero Rai abriéndole las piernas con fuerza y enterrando sus cara entre las piernas de Diana.
Diana gimoteaba y lloriqueaba, sentía cómo le abrían los labios vaginales y la lengua se introducía en sus raja y la recorría buscando su clítoris, cuando la lengua de Rai lamio su clítoris Diana lanzo un suspiro profundo seguido de unos gemidos placenteros.
- ¡Déjalo! - farfullo ella amargamente - ¡No me des ahí!
- ¡Te gusta que te coman el coño!..... ¡Eres tan puta como todas!
Diana gemía complacientemente, sus manos agarraron los extremos de la almohada, notaba cómo su cuerpo se entregaba sin control a su abusador, cómo los diálogos y el tono que utilizaba él la estaban excitando.
- ¡Cómo te huele el coño a putilla!
Ella se llevaba las manos a la cara y se masajeaba las tetas mientras cada vez gemía más escandalosamente, intentó evitar correrse, pero la lengua puntiaguda de él le lamio el clítoris con intensidad y eso la llevo a un orgasmo salvaje y prolongado.
Intercambiaron sus posturas y Diana quedo arrodillada delante de Rai que le hizo un gesto con los ojos señalándole su polla, ella asintió y se arrodillo y se llevo el glande a la boca iniciando una felación.
- ¿Te gusta correrte por las mañanas? - le pregunto él acariciándole la cabeza con las manos.
- ¡Y comerme una buena polla también! - le contestó ella descarada.
- ¿Hasta donde puedes llegar?
Diana le lanzo una sonrisa y se metió casi toda la polla en la boca llegándole casi hasta la campanilla lo que provoco un gruñido de asombro al ver desaparecer su tronco dentro de la boca de ella.
- ¿Quiero follar? - le advirtió Rai
- ¡Déjame follarte yo a ti! - le sorprendió Diana deslenguada.
Diana se puso encima de Rai de cuclillas y enfilo la polla a su coño y se dejo caer encima clavándose la mitad de la polla, soltó un grito, se levanto un poco y se volvió a dejar caer con fuerza metiéndose la polla hasta el fondo de su coño, se apoyo con las manos en el pecho de él y empezó a moverse de arriba abajo lentamente y aumentando la velocidad.
- ¡Buena chica! - le premio él su entrega - ¡Que puta que eres!
- ¡Quieres que sea muy puta!
Los gemidos de ella y los bufidos de él se juntaban con el ruido que hacían las nalgas de Diana golpeando la cintura de Rai y el chapoteo que empezó a hacer el coño encharcado de Diana que bajo sus pies y se apoyaba con las rodillas cabalgando frenéticamente anunciaban un nuevo orgasmo.
- ¡Me gusta cómo se te mueven las tetas y la cara de puta que pones!
Diana soltó un grito gutural y se convulsiono encima de Rai y se dejo caer encima de su pecho, por primera vez busco su boca y se dieron un beso y después se fundieron en un desenfrenado morreo.
- ¡Me he venido muy fuerte! - le susurró ella mientras daba unos saltos hacia atrás y le empezó a hacer una paja con movimientos frenéticos - ¡Córrete tú!
Rai tardo poco en correrse, estaba excitado por ver cómo ella se entregaba y participaba activamente, soltó un bufido y su polla empezó a eyacular y lanzar un chorro de esperma por el aire mientras ella le estrujaba la polla y lo ordeñaba con rabia.
Diana se subió encima de él y le dio un beso en los labios con dulzura, se levanto y se fue a la ducha y luego se ducho él mientras ella preparaba café y unas tostadas.
Rai almorzó y se fue, Diana por su parte paso el día haciendo compras y paseando, volvió bien entrada la noche y descargo las compras y recogió un poco la casa, escucho cómo alguien se acercaba a la puerta, abrió al ver a Rai y este entró apartándola acompañado de Femi que le dedico una sonrisa picara.
Diana se quedo asustada en el pasillo, su espalda quedó pegada a la pared, la expresión de su cara delataba temor mientras ellos la miraban sensualmente, ella se sabía indefensa y se movió inquieta.
- ¡Me hice una paja el otro día pensando en ti! - le susurró Femi interponiéndose delante de ella.
- ¡Os lo suplico! - farfullo Diana atemorizada - ¡No quiero!
- ¡Mira como tengo el rabo! - le dijo Femi mientras se magreaba el paquete - Hoy vas a probar un rabo negro.
Diana hizo un gesto desesperado e intentó zafarse en medio de ellos pero los dos la sujetaron con fuerza y Femi la hizo agachar en el suelo con violencia.
- ¡Soltadme! - chillo Diana con cólera.
Femi se saco la polla mientras Rai la seguía sujetándola e inmovilizándola, su compañero la penetro en la boca y empezó a follarle la boca exaltado, Diana se dejo caer de rodillas en el suelo llorando y agitándose, Femi le sacaba la polla de la boca y le golpeaba en la cara con el glande.
- ¡Sois unos hijos de puta! - dijo Diana con la voz entrecortada presa de la frustración y vergüenza.
- ¡Métesela hasta el fondo! - vocifero Rai - ¡La guarra se la ha metido hasta la garganta esta mañana!
- ¿Te gusta chupar pollas? le susurró Femi levantándole la cara y metiéndole los dedos en la boca - ¡No me has dicho que eres tan putilla!
- ¡Déjame! - rogó Diana aturdida - ¡No quiero chupártela!
- ¿Quieres que tu hijo sepa lo marrana que eres?
Diana bajo la cabeza avergonzada mientras hacía un gesto de negación con la cabeza y su mano agarró la polla y empezó a pajearla con lágrimas en los ojos, la polla de Femi era más larga y gruesa que la de Rai.
- ¡Vamos a tu habitación guarra! - le ordeno Femi levantándola con fuerza.
Los dos la empujaban a trompicones mientras ella se giraba para suplicar que la dejaran, perdió las zapatillas que llevaba y Femi la empujo en medio de la habitación.
- Súbete la falda que te vea las piernas - le ordeno Femi
Diana hizo un gesto pidiendo que parara y recibió una sonora bofetada que la hizo tambalear y se giró con lágrimas en los ojos y se subió la falda mostrando sus piernas, no solo la iba a violar sino que jugaba con ella a su antojo.
- ¡Quítate la falda lentamente!
Diana se quito la falda y luego le obligo a quitarse la camisa y a desabrocharse el sujetador
-¡Que tetas que tiene! - soltó un bufido Femi - ¿Esas braguitas las has elegido tú?
Diana le hizo un gesto afirmativo avergonzada y la obligaron a ponerse las manos en la nuca y moverse para que sus tetas se movieran de un lado a otro.
- ¡Cómo se le mueven las tetas a la guarra!
Diana se sentía humillada, aquellos tipos estaban jugando con su cuerpo y veía como la polla de Femi se empalmaba al verla en aquella humillante situación, ella callaba su llanto ahora era silencioso y evitaba cruzarse la mirada con ellos y ver sus caras de regocijo.
- Ahora me la vas a chupar - le ordeno Femi haciéndola agachar y empujándola por la nuca poniéndola delante de su rabo, Diana bajaba la cara y él la obligaba a levantarla con violencia.
Diana miro aquel monstruoso rabo totalmente erecto y duro, mediría unos 22 cm y era tremendamente gruesa, él le abría la boca con los dedos y Rai la empujo por detrás y entre los dos le metieron la polla en la boca.
- ¡Enséñame lo buena que eres haciendo mamadas! - la humillo Femi
Él la empujaba por la nuca y sus movimientos balanceaban la cabeza de Diana que agarró el tronco con las manos para evitar que la penetrara hasta el fondo, pero empujo sus caderas mientras la sujetaba con fuerza y le metió la polla hasta el fondo de su boca, Diana tuvo sensación de asfixia, aquella polla le llenaba la boca y cuando la saco tuvo arcadas y estuvo a punto de vomitar.
-¿Quieres que te la meta hasta el fondo?
Diana negó con la cabeza mientras seguía agarrada a aquella monstruosa polla y sus ojos suplicaban que no lo volviese a hacer.
- ¡Entonces hazme una buena chupada!
Ella se llevo el glande a la boca y empezó a chuparlo y succionarlo con fluidez, su lengua le recorría el tronco y le lamia los huevos, notaba como las venas se inflamaban y su polla se ponía cada vez más rígida.
-¡Que buena eres chupando rabos! - la degradaba Femi bajo la atenta mirada de Rai en un rincón - ¡Cómo te gusta chuparle la polla al negro!
Femi jugaba con Diana y movía su cabeza a su antojo, aceleraba los movimientos o sacaba su polla y le daba golpecitos en las mejillas, de pronto la levantó y la empujo en la cama, ella cayó de espaldas y se quedo con las piernas cerradas.
- ¡Quítate las bragas y enséñame el coño!
-¡No sigas! - lloriqueaba Diana llevándose las manos a la cara
- ¡Que te quites las bragas! - le chillo Femi - ¡Vas de mama decente y éstas deseando que te metan un buen rabo!
Diana obedeció y levanto las piernas y desplazo sus bragas y cuando sobrepasaron sus pies las dejo caer al suelo y cerro las piernas y se tapo el coño con las manos.
- ¡Tiene un coño maravilloso! - dijo Rai desde un rincón.
Femi le abrió las piernas al mismo tiempo que se agachaba entre las piernas de Diana, que soltó un grito, él enterró su cabeza y empezó a lamerle la raja con lentitud, Diana sentía aquella lengua grande y áspera le penetraba la raja y cuando pasaba por su clítoris su cuerpo se estremecía, intentó evitar que él la viera excitada pero no lo consiguió.
- ¡Te gusta que te coman el coño eh marrana! - le dijo Femi levantando la cabeza y mirándola - ¡Ya tienes el coño mojado!
Femi se levanto y le metió dos dedos en el coño, Diana se agitó y soltó un grito, sabía que la estaba preparando para follarla. Él le atrajo las nalgas hasta el borde de la cama empujándola por las piernas, iba a consumar la penetración.
Diana empezó a resistirse, chillaba y pataleaba con fuerza e intentaba cerrar las piernas, pero los fuertes brazos del negro lo impedían, Rai hasta ese momento un mero espectador se subió a la cama y sujeto los brazos y el cuello de Diana con fuerza.
- ¡No me lo hagas! - lloriqueaba Diana suplicando - ¡Tengo un coño muy estrecho!
Femi le paso el glande por los labios del coño y Diana gritaba y él le paso el glande por el agujero del culo.
- ¡No! - grito ella encolerizada al sentir aquel glande en su culo - ¡Suéltame!
- Que suave tienes el culito - le susurró Femi - ¡Cállate o te la meto por el culo guarra!
Diana sintió como su coño se ensanchaba al recibir la penetración del glande y soltó un grito desgarrador mientras Rai la sujetaba con fuerza, Femi empujo apoyándose en las piernas de Diana y en tres golpes la penetró hasta el fondo, ella abrió los ojos y aspiró aire y lo soltó fuertemente, cuando el inicio los primeros movimientos entrando y saliendo de su coño, ella sintió cómo algo le empujaba en el interior de su útero, nadie la había penetrado tan profundamente y aulló cerrando los ojos y suspirando agitadamente.
- ¡Me gusta el coño tan apretado que tienes! - le murmuraba - ¡Y lo calentito que se ésta dentro!
- ¡Por favor no me cabe en el coño! - suplicaba ella - ¡Sácamela!
- ¡Sacártela, te voy a reventar el coño!
-¡Te lo suplico! - gimoteaba ella - ¡Me duele el coño!
Femi aumento los movimientos y comenzó a entrar y salir de Diana con fluidez y profundidad y ella chillo con fuerza, su cuerpo empezó a convulsionar y sus pupilas se escondieron detrás de los parpados, soltó un aullido y se corrió inconscientemente, su cuerpo se estremeció y él la siguió penetrando con intensidad.
- ¡Viólame despacio! - suplico ella con palabras entrecortadas y voz ronca - trátame bien.
- ¿Te gusta que te folle así? - le preguntó él mientras la penetraba suave pero profundamente.
- ¡Fóllame así! - consintió Diana en trance
-¿Quién te folla mejor tu marido o el negro?
-¡Tú! - gimoteaba Diana - ¡Nunca he tenido una tan buena dentro!
Femi le hizo un gesto a Rai que soltó a Diana y Femi le saco la polla del coño y ella soltó un grito doloroso al sentir salir aquella estaca de su coño y sintió cómo una gran cantidad de fluido salía de su coño y encharcaba la cama.
-¡Mira cómo se mea la guarra! - le dijo Femi humillándola - ¡Cómo le gusta que la folle el negro!
Diana estaba en trance, nunca había sentido tanto placer teniendo relaciones y aquello era tremendamente inexplorado para ella y nunca pensó que sentirse sometida y ser forzada pudiese llevarla a semejante clímax.
La movió y la hizo girar sobre sí misma y la puso a cuatro bajándole la espalda y subiéndole las nalgas, ella se predispuso a ser sometida a otra follada.
- ¡La voy a follar un poco a cuatro patas! - anunció Femi subiendo y flexionando una pierna encima de la cama y la otra apoyada en el suelo.
Diana soltó un grito desgarrador al sentir otra vez aquella estaca penetrándola y enterró la cabeza en las sabanas, la follo profundamente agarrándola por la cintura. Ella gritaba al estar siendo sometida a aquel martirio sexual, sentía cómo los labios del coño se estiraban.
-¡Me da igual que chilles cómo una cerdita, te voy a dar rabo toda la noche! Le dijo mientras empezó a azotarla para aumentar su vergüenza.
Rai se bajo de la cama y se dirigió a la puerta escuchando cómo Diana chillaba y los golpes que hacían las caderas de él chocando con las nalgas de ella y el ruido del chapoteo.
-¡Te voy a follar hasta que te vuelvas loca!
- ¡Me corro! - gimoteaba ella intensamente.
Rai cerró la puerta salió a la calle, se encendió un cigarro y dejo que su amigo y aquella zorra follasen toda la noche.
Diana llevaba tiempo despierta, su cabeza era un torbellino de emociones y sensaciones contrapuestas, cómo había sido violada en contra de su voluntad y cómo los orgasmos no consentidos la habían llevado a una dimensión sexual desconocida y le habían abierto una brecha en su moralidad recatada.
Los primeros rayos de sol se introdujeron en la habitación a través de las laminas de la persiana, Rai esbozo un ronquido profundo y abrió los ojos, estirando su cuerpo y sus brazos, giro a Diana que había pasado toda la noche de espaldas a él, se cruzaron las miradas desafiantes, ella mantuvo una postura distante y encrespada, pero no pudo disimular como lanzo una ojeada a la polla empalmada y erecta.
- ¡Ven aquí guarra! - le susurró Rai poniendo a Diana en el centro de la cama y abriéndole las piernas con violencia - ¡Te voy a comer el coño!
- ¡Te lo suplico! - balbuceo Diana con la voz entrecortada e intentando levantarse - ¡Ya has abusado bastante de mi!
- ¡Cállate guarra! - le vocifero Rai abriéndole las piernas con fuerza y enterrando sus cara entre las piernas de Diana.
Diana gimoteaba y lloriqueaba, sentía cómo le abrían los labios vaginales y la lengua se introducía en sus raja y la recorría buscando su clítoris, cuando la lengua de Rai lamio su clítoris Diana lanzo un suspiro profundo seguido de unos gemidos placenteros.
- ¡Déjalo! - farfullo ella amargamente - ¡No me des ahí!
- ¡Te gusta que te coman el coño!..... ¡Eres tan puta como todas!
Diana gemía complacientemente, sus manos agarraron los extremos de la almohada, notaba cómo su cuerpo se entregaba sin control a su abusador, cómo los diálogos y el tono que utilizaba él la estaban excitando.
- ¡Cómo te huele el coño a putilla!
Ella se llevaba las manos a la cara y se masajeaba las tetas mientras cada vez gemía más escandalosamente, intentó evitar correrse, pero la lengua puntiaguda de él le lamio el clítoris con intensidad y eso la llevo a un orgasmo salvaje y prolongado.
Intercambiaron sus posturas y Diana quedo arrodillada delante de Rai que le hizo un gesto con los ojos señalándole su polla, ella asintió y se arrodillo y se llevo el glande a la boca iniciando una felación.
- ¿Te gusta correrte por las mañanas? - le pregunto él acariciándole la cabeza con las manos.
- ¡Y comerme una buena polla también! - le contestó ella descarada.
- ¿Hasta donde puedes llegar?
Diana le lanzo una sonrisa y se metió casi toda la polla en la boca llegándole casi hasta la campanilla lo que provoco un gruñido de asombro al ver desaparecer su tronco dentro de la boca de ella.
- ¿Quiero follar? - le advirtió Rai
- ¡Déjame follarte yo a ti! - le sorprendió Diana deslenguada.
Diana se puso encima de Rai de cuclillas y enfilo la polla a su coño y se dejo caer encima clavándose la mitad de la polla, soltó un grito, se levanto un poco y se volvió a dejar caer con fuerza metiéndose la polla hasta el fondo de su coño, se apoyo con las manos en el pecho de él y empezó a moverse de arriba abajo lentamente y aumentando la velocidad.
- ¡Buena chica! - le premio él su entrega - ¡Que puta que eres!
- ¡Quieres que sea muy puta!
Los gemidos de ella y los bufidos de él se juntaban con el ruido que hacían las nalgas de Diana golpeando la cintura de Rai y el chapoteo que empezó a hacer el coño encharcado de Diana que bajo sus pies y se apoyaba con las rodillas cabalgando frenéticamente anunciaban un nuevo orgasmo.
- ¡Me gusta cómo se te mueven las tetas y la cara de puta que pones!
Diana soltó un grito gutural y se convulsiono encima de Rai y se dejo caer encima de su pecho, por primera vez busco su boca y se dieron un beso y después se fundieron en un desenfrenado morreo.
- ¡Me he venido muy fuerte! - le susurró ella mientras daba unos saltos hacia atrás y le empezó a hacer una paja con movimientos frenéticos - ¡Córrete tú!
Rai tardo poco en correrse, estaba excitado por ver cómo ella se entregaba y participaba activamente, soltó un bufido y su polla empezó a eyacular y lanzar un chorro de esperma por el aire mientras ella le estrujaba la polla y lo ordeñaba con rabia.
Diana se subió encima de él y le dio un beso en los labios con dulzura, se levanto y se fue a la ducha y luego se ducho él mientras ella preparaba café y unas tostadas.
Rai almorzó y se fue, Diana por su parte paso el día haciendo compras y paseando, volvió bien entrada la noche y descargo las compras y recogió un poco la casa, escucho cómo alguien se acercaba a la puerta, abrió al ver a Rai y este entró apartándola acompañado de Femi que le dedico una sonrisa picara.
Diana se quedo asustada en el pasillo, su espalda quedó pegada a la pared, la expresión de su cara delataba temor mientras ellos la miraban sensualmente, ella se sabía indefensa y se movió inquieta.
- ¡Me hice una paja el otro día pensando en ti! - le susurró Femi interponiéndose delante de ella.
- ¡Os lo suplico! - farfullo Diana atemorizada - ¡No quiero!
- ¡Mira como tengo el rabo! - le dijo Femi mientras se magreaba el paquete - Hoy vas a probar un rabo negro.
Diana hizo un gesto desesperado e intentó zafarse en medio de ellos pero los dos la sujetaron con fuerza y Femi la hizo agachar en el suelo con violencia.
- ¡Soltadme! - chillo Diana con cólera.
Femi se saco la polla mientras Rai la seguía sujetándola e inmovilizándola, su compañero la penetro en la boca y empezó a follarle la boca exaltado, Diana se dejo caer de rodillas en el suelo llorando y agitándose, Femi le sacaba la polla de la boca y le golpeaba en la cara con el glande.
- ¡Sois unos hijos de puta! - dijo Diana con la voz entrecortada presa de la frustración y vergüenza.
- ¡Métesela hasta el fondo! - vocifero Rai - ¡La guarra se la ha metido hasta la garganta esta mañana!
- ¿Te gusta chupar pollas? le susurró Femi levantándole la cara y metiéndole los dedos en la boca - ¡No me has dicho que eres tan putilla!
- ¡Déjame! - rogó Diana aturdida - ¡No quiero chupártela!
- ¿Quieres que tu hijo sepa lo marrana que eres?
Diana bajo la cabeza avergonzada mientras hacía un gesto de negación con la cabeza y su mano agarró la polla y empezó a pajearla con lágrimas en los ojos, la polla de Femi era más larga y gruesa que la de Rai.
- ¡Vamos a tu habitación guarra! - le ordeno Femi levantándola con fuerza.
Los dos la empujaban a trompicones mientras ella se giraba para suplicar que la dejaran, perdió las zapatillas que llevaba y Femi la empujo en medio de la habitación.
- Súbete la falda que te vea las piernas - le ordeno Femi
Diana hizo un gesto pidiendo que parara y recibió una sonora bofetada que la hizo tambalear y se giró con lágrimas en los ojos y se subió la falda mostrando sus piernas, no solo la iba a violar sino que jugaba con ella a su antojo.
- ¡Quítate la falda lentamente!
Diana se quito la falda y luego le obligo a quitarse la camisa y a desabrocharse el sujetador
-¡Que tetas que tiene! - soltó un bufido Femi - ¿Esas braguitas las has elegido tú?
Diana le hizo un gesto afirmativo avergonzada y la obligaron a ponerse las manos en la nuca y moverse para que sus tetas se movieran de un lado a otro.
- ¡Cómo se le mueven las tetas a la guarra!
Diana se sentía humillada, aquellos tipos estaban jugando con su cuerpo y veía como la polla de Femi se empalmaba al verla en aquella humillante situación, ella callaba su llanto ahora era silencioso y evitaba cruzarse la mirada con ellos y ver sus caras de regocijo.
- Ahora me la vas a chupar - le ordeno Femi haciéndola agachar y empujándola por la nuca poniéndola delante de su rabo, Diana bajaba la cara y él la obligaba a levantarla con violencia.
Diana miro aquel monstruoso rabo totalmente erecto y duro, mediría unos 22 cm y era tremendamente gruesa, él le abría la boca con los dedos y Rai la empujo por detrás y entre los dos le metieron la polla en la boca.
- ¡Enséñame lo buena que eres haciendo mamadas! - la humillo Femi
Él la empujaba por la nuca y sus movimientos balanceaban la cabeza de Diana que agarró el tronco con las manos para evitar que la penetrara hasta el fondo, pero empujo sus caderas mientras la sujetaba con fuerza y le metió la polla hasta el fondo de su boca, Diana tuvo sensación de asfixia, aquella polla le llenaba la boca y cuando la saco tuvo arcadas y estuvo a punto de vomitar.
-¿Quieres que te la meta hasta el fondo?
Diana negó con la cabeza mientras seguía agarrada a aquella monstruosa polla y sus ojos suplicaban que no lo volviese a hacer.
- ¡Entonces hazme una buena chupada!
Ella se llevo el glande a la boca y empezó a chuparlo y succionarlo con fluidez, su lengua le recorría el tronco y le lamia los huevos, notaba como las venas se inflamaban y su polla se ponía cada vez más rígida.
-¡Que buena eres chupando rabos! - la degradaba Femi bajo la atenta mirada de Rai en un rincón - ¡Cómo te gusta chuparle la polla al negro!
Femi jugaba con Diana y movía su cabeza a su antojo, aceleraba los movimientos o sacaba su polla y le daba golpecitos en las mejillas, de pronto la levantó y la empujo en la cama, ella cayó de espaldas y se quedo con las piernas cerradas.
- ¡Quítate las bragas y enséñame el coño!
-¡No sigas! - lloriqueaba Diana llevándose las manos a la cara
- ¡Que te quites las bragas! - le chillo Femi - ¡Vas de mama decente y éstas deseando que te metan un buen rabo!
Diana obedeció y levanto las piernas y desplazo sus bragas y cuando sobrepasaron sus pies las dejo caer al suelo y cerro las piernas y se tapo el coño con las manos.
- ¡Tiene un coño maravilloso! - dijo Rai desde un rincón.
Femi le abrió las piernas al mismo tiempo que se agachaba entre las piernas de Diana, que soltó un grito, él enterró su cabeza y empezó a lamerle la raja con lentitud, Diana sentía aquella lengua grande y áspera le penetraba la raja y cuando pasaba por su clítoris su cuerpo se estremecía, intentó evitar que él la viera excitada pero no lo consiguió.
- ¡Te gusta que te coman el coño eh marrana! - le dijo Femi levantando la cabeza y mirándola - ¡Ya tienes el coño mojado!
Femi se levanto y le metió dos dedos en el coño, Diana se agitó y soltó un grito, sabía que la estaba preparando para follarla. Él le atrajo las nalgas hasta el borde de la cama empujándola por las piernas, iba a consumar la penetración.
Diana empezó a resistirse, chillaba y pataleaba con fuerza e intentaba cerrar las piernas, pero los fuertes brazos del negro lo impedían, Rai hasta ese momento un mero espectador se subió a la cama y sujeto los brazos y el cuello de Diana con fuerza.
- ¡No me lo hagas! - lloriqueaba Diana suplicando - ¡Tengo un coño muy estrecho!
Femi le paso el glande por los labios del coño y Diana gritaba y él le paso el glande por el agujero del culo.
- ¡No! - grito ella encolerizada al sentir aquel glande en su culo - ¡Suéltame!
- Que suave tienes el culito - le susurró Femi - ¡Cállate o te la meto por el culo guarra!
Diana sintió como su coño se ensanchaba al recibir la penetración del glande y soltó un grito desgarrador mientras Rai la sujetaba con fuerza, Femi empujo apoyándose en las piernas de Diana y en tres golpes la penetró hasta el fondo, ella abrió los ojos y aspiró aire y lo soltó fuertemente, cuando el inicio los primeros movimientos entrando y saliendo de su coño, ella sintió cómo algo le empujaba en el interior de su útero, nadie la había penetrado tan profundamente y aulló cerrando los ojos y suspirando agitadamente.
- ¡Me gusta el coño tan apretado que tienes! - le murmuraba - ¡Y lo calentito que se ésta dentro!
- ¡Por favor no me cabe en el coño! - suplicaba ella - ¡Sácamela!
- ¡Sacártela, te voy a reventar el coño!
-¡Te lo suplico! - gimoteaba ella - ¡Me duele el coño!
Femi aumento los movimientos y comenzó a entrar y salir de Diana con fluidez y profundidad y ella chillo con fuerza, su cuerpo empezó a convulsionar y sus pupilas se escondieron detrás de los parpados, soltó un aullido y se corrió inconscientemente, su cuerpo se estremeció y él la siguió penetrando con intensidad.
- ¡Viólame despacio! - suplico ella con palabras entrecortadas y voz ronca - trátame bien.
- ¿Te gusta que te folle así? - le preguntó él mientras la penetraba suave pero profundamente.
- ¡Fóllame así! - consintió Diana en trance
-¿Quién te folla mejor tu marido o el negro?
-¡Tú! - gimoteaba Diana - ¡Nunca he tenido una tan buena dentro!
Femi le hizo un gesto a Rai que soltó a Diana y Femi le saco la polla del coño y ella soltó un grito doloroso al sentir salir aquella estaca de su coño y sintió cómo una gran cantidad de fluido salía de su coño y encharcaba la cama.
-¡Mira cómo se mea la guarra! - le dijo Femi humillándola - ¡Cómo le gusta que la folle el negro!
Diana estaba en trance, nunca había sentido tanto placer teniendo relaciones y aquello era tremendamente inexplorado para ella y nunca pensó que sentirse sometida y ser forzada pudiese llevarla a semejante clímax.
La movió y la hizo girar sobre sí misma y la puso a cuatro bajándole la espalda y subiéndole las nalgas, ella se predispuso a ser sometida a otra follada.
- ¡La voy a follar un poco a cuatro patas! - anunció Femi subiendo y flexionando una pierna encima de la cama y la otra apoyada en el suelo.
Diana soltó un grito desgarrador al sentir otra vez aquella estaca penetrándola y enterró la cabeza en las sabanas, la follo profundamente agarrándola por la cintura. Ella gritaba al estar siendo sometida a aquel martirio sexual, sentía cómo los labios del coño se estiraban.
-¡Me da igual que chilles cómo una cerdita, te voy a dar rabo toda la noche! Le dijo mientras empezó a azotarla para aumentar su vergüenza.
Rai se bajo de la cama y se dirigió a la puerta escuchando cómo Diana chillaba y los golpes que hacían las caderas de él chocando con las nalgas de ella y el ruido del chapoteo.
-¡Te voy a follar hasta que te vuelvas loca!
- ¡Me corro! - gimoteaba ella intensamente.
Rai cerró la puerta salió a la calle, se encendió un cigarro y dejo que su amigo y aquella zorra follasen toda la noche.