Transgresión a Diana y su hijo

guarrillo

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Transgresión a Diana y su hijo

Femi abandono a Diana con las primeras luces del día, ella estaba exhausta y agotada, se acurrucó a un lado de la cama, las sabanas estaban empapadas de sus fluidos y de semen, se quedo asolada con un llanto profundo, había sido violada y usada a su antojo por sus agresores, alargo la mano y alcanzo el móvil y puso la alarma, apoyo la cabeza en la almohada y pensó firmemente en denunciar los hechos y sopeso todo el sufrimiento y humillación que conllevaría, se quedo profundamente dormida.

El sonido irritante de la alarma la despertó, se levanto perezosa y estiro las sabanas y las tiro a un lado, fue a la cocina y empapo una bayeta con jabón líquido y la restregó por todo el colchón, más tarde le dio la vuelta y cambio las sabanas, se fue a la ducha y se paso un largo rato dejando que el agua cayese por su cuerpo, alcanzo un espejo de mano y lo puso entre sus piernas, su coño estaba escocido y los labios enrojecidos y si se movía bruscamente un pinchazo le sacudía su maltratado útero, salió y se seco con cuidado, comió algo ligero y se dedico a hacer la limpieza de la casa, a media tarde salió y se dirigió a la estación de tren a recoger a su hijo.

Aquella noche cenaron en silencio cada uno estaba absorto en sus propios pensamientos, ella se sentía ultrajada delante de su hijo, su propio concepto de ser una mujer decente estaba totalmente destruido.

Pasaron los días y Diana empezó a encontrarse más animada, aquel día se cruzo con sus violadores y sensación estremecedora recorrió su cuerpo, cómo ya era una costumbre su hijo y ellos se dedicaron gestos ofensivos y humillantes.

- ¡Para ya por favor! - le grito Diana a su hijo.

Se quedaron en silencio y cuando llegaron a su casa empezaron a discutir otra vez entre ellos.

- Es que no los soporto

- No digas tonterías - lo aplacaba su madre.

- ¡Siempre me están jodiendo!

- ¡Deja de refunfuñar y vete a recoger la habitación!

Blas se fue a su habitación enojado, mientras su madre preparo la cena, aquella noche cenaron en medio de otra discusión, Diana se fue a la cama, pero aquella noche algo había cambiado en ella, el hecho de ver a sus agresores hizo subir la temperatura de su cuerpo, su mano bajo y busco inconscientemente su coño, estaba mojada y una fuerte excitación hizo que se masturbara.

A partir de aquel día Diana pasaba por la urbanización, su mirada buscaba a Rai y Femi, cuando se cruzaban sus miradas eran morbosas y provocadoras, con su hijo era totalmente al contario, incluso llego a preocupar profundamente a Diana. Por las noches y en la soledad de su habitación su mente intentaba mantener su racionalidad, pero su interior que no había tenido relaciones sexuales durante tanto tiempo no podía resistirse a la lujuria y se masturbaba hasta saciarse, tuvo que ponerse una toalla para contener los chorreos de su coño al correrse.

Ese fin de semana Diana acompaño a su hijo que se iba con unos conocidos a la fiesta de un pueblo y volvería al día siguiente, al volver ellos la vieron volver sola y aquello era como una llamada para ir a por su botín.

Diana se ducho y se puso cómoda con unas bragas y una camiseta sin sujetador, ceno y se dispuso a estirarse en el sofá a ver una serie, escucho un ruido procedente del aparcamiento, curiosa se levanto se puso las pantuflas y fue a ver qué pasaba, a la altura de la puerta de entrada Diana se encontró con Femi y Rabi que habían accedido por la cochera.

Diana soltó un grito de sorpresa y temeroso, ellos se abalanzaron sobre ella y la inmovilizaron, la espalda de Diana se pego a la pared mientras apoyaba un pie para coger impulso y apartarse de ellos, pero la tenían agarrada con fuerza y ella se vio impotente ante la fuerza de sus agresores, Rabi la puso una mano en la boca mientras que la otra mano le sobaba las tetas por encima de la camiseta, Femi se puso al otro lado y le sobo las nalgas y sus manos buscaron sus bragas.

- ¡Soltadme! - intentó gritar ella moviendo la cara y burlando la mano que le tapaba la boca por un momento - ¡Sois escoria!

Rabi le volvió a tapar la boca y los gritos de Diana quedaron ahogados sin estrépito, Femi se acerco a la cara de Diana y esta pudo sentir su aliento y su respiración sus manos le magreaban las caderas y le estiraban las bragas y la mano de Rabi se coló por debajo la camiseta y ya le acariciaba una teta y le pellizcaba el pezón.

- ¡Sé que lo estas deseando guarra! - le susurró Femi al oído - ¡Estas pidiendo a gritos que te la meta y te parta en dos!

Diana hizo un último intento para zafarse de ellos, pero no sirvió de nada y empezó a comprender que no podría resistirse y resignarse que era una presa fácil.

- ¡Cómo tiene las tetas! - dijo Rabi que soltó la mano de la boca de Diana y con sus dos manos le había subido la camiseta y le sobaba las tetas y le estiraba los pezones erguidos - ¡los pezones se le ponen durísimos!

Ella ladeo la cabeza y Femi la beso en el cuello y eso le arranco un incontrolable suspiro, fue la señal para que ellos iniciaran el ataque y Rabi empezó a besarle y lamerle las tetas y los pezones, las manos de Femi le estiraron de las bragas desde los lados de las cadera y su mano convergió en su coño y un dedo le recorrió la raja mientras las bragas caían entre sus pies.

- ¡Cómo tiene el coño de mojado! - susurró Femi mientras Diana suspiraba de forma incontrolada - ¡La gordita estaba deseando que viniesen a follarla!

- ¡No me toques el coño cabrón! - gimoteo ella ¡Que me pongo muy mala!

Diana notaba como aquellas fuertes cuatro manos le manoseaban y acariciaban sus partes íntimas y estaba entrando en un estado de excitación profundo cosa que no paso desadvertida a ellos que se miraron victoriosos.

- ¡Cada vez se le moja más el coño!

Femi le saco el dedo del coño y lo puso delante de la cara de Diana que observo como el dedo de Femi estaba empapado, giro la cara avergonzada ya no podía disimular su excitación, Rabi ocupo su lugar y le metió un dedo profundamente en el coño y Diana pego su espalda a la pared lanzando un grito.

- ¡Le va chorrear el coño! - anuncio Rabi que le metió otro dedo y empezó a meterlo y sacarlo con fluidez y girando los dedos.

Diana empezó a gritar con fuerza, sus piernas se abrieron empujando su pelvis hacia abajo, unas ganas de orinar le invadieron y empezó a soltar líquido de forma involuntaria como respuesta a la excitación, sus piernas empezaron a temblar y sus manos se pegaron junto con su espalda y su cabeza a la pared y tuvo su primer orgasmo salvaje, comenzó a gritar y soltar palabras incoherentes mientras su cuerpo se agitaba presa del clímax que sentía.

- ¡Estáis abusando de una mujer indefensa! - farfullaba Diana con voz pesada y ronca.

Ellos la miraron lanzando una risas y mirándola lascivamente, entre tanto Diana se dejo caer al suelo y gateando intentó alejarse de ellos con movimientos torpes y lentos, Rabi se puso delante de ella le levanto la cabeza y le apunto con la polla en la boca.

- ¡Chúpamela gordita!

- ¡Déjame! - lloriqueaba Diana apartando la cara y interponiendo sus manos como escudo - ¡ya basta!

Femi la sujeto las manos por detrás, Rabi le abrió la boca y empujo sus caderas y penetró la boca de Diana y comenzó a hacerle un movimiento de mete y saca en su boca. Ella opuso resistencia durante unos minutos, pero dejo de resistirse y empezó a participar activamente en la felación.

- ¡Te estás portando como una buena zorrita! - le susurraba Rabi entre bufidos placenteros por la mamada que estaba recibiendo.

Femi ocupo el lugar de su amigo y este se puso detrás agachado con Diana y empezó a abrirle las nalgas y acariciarle el coño, Diana agarró el tronco del pollón de Femi y se lo llevo a la boca y a lamerle el glande con la lengua.

- ¡Que lengua que tienes guarra! - le susurraba Femi complacido - ¡Té gusta chupársela al negro!

Diana estaba con un pollón en los labios y sentía como unos dedos le acariciaban y le estimulaban el coño y la estaban preparando para la follada que venía a continuación, ella se abría de piernas permitiendo que aquellos dedos hurgaran en su coño, Femi le saco la polla de la boca y comenzó a darle golpes en los labios y las mejillas.

Diana se quedo muda, las lágrimas le bajaban por las mejillas, se sentía profundamente humillada, pero a la vez profundamente excitada, dos pollas para ella eran un potente imán, ellos la intentaban humillar con sus palabras, pero solo conseguían que ella aumentase su excitación, aquellas palabras soeces y crueles se convertían en un poderos afrodisiaco.

- ¡Ya le chorrea el coño otra vez! - murmullo Rabi excitado - ¡Es una mama muy marrana!

- ¿Quieres que te taladre el coño? - le pregunto Femi metiéndole morbosamente dos dedos en la boca - ¡Hueles a mama cachonda, eres una perrita!

Diana observo lascivamente a Femi mientras su mano le hacía una paja a su enorme pollón, la expresión en la cara de ella había cambiado, era lasciva y provocativa, sabía que era un juguete en manos de ellos y su cuerpo le pedía sexo, quería que la excitación que sentía en aquel momento no acabara nunca.

- ¡No aguanto más! - exclamo Rabi levantándola - ¡Quiero follarla!

Diana se levanto mientras se quitaba la camiseta y la tiraba al suelo, ella misma se estiro en la cama y Rabi le abrió las piernas y la penetró con fuerza, Diana soltó unos pequeños gritos de dolor que pronto se convirtieron en gemidos placenteros y cuando Rabi la penetraba con fluidez le llego otro orgasmo, ella chillo y se agito en la cama, Rabi la siguió penetrando y Diana noto como la mano de Femi que se había subido encima de la cama y se había arrodillado delante de ella le ofrecía su enorme rabo.

-¡Chúpala! - le conmino Femi - ¡Dos rabos para ti guarra!

Diana se llevo la polla a la boca y empezó a chuparla mientras aguantaba las embestidas de Rabi, ella misma se sorprendía por el hecho de tener dos pollas en sus agujeros y lo guarra que se estaba poniendo.

Rabi la embistió salvajemente y el cuerpo de Diana se movía al compás de las embestidas y eso permitía que la polla de Femi entrase y saliese de la boca de Diana sin que ella tuviera que hacer nada, sus tetas botaban descontroladas y ella soltaba gemidos entrecortados.

Los parpados de Diana se escondían debajo de sus parpados dejando ver todo un color blanco en sus ojos, no podía negar que sufría un placer enorme y constante que le estaba haciendo perder el sentido, por el momento la mejor experiencia sexual que había tenido.

Cambiaron de postura y acercaron a Diana al borde de la cama y luego a cuatro, Femi estaba de pie le sujeto por las caderas y la penetró, ella soltó un grito doloroso al sentir como su coño se abría al recibir aquel enorme rabo, él la penetraba clavándole lentamente la polla en el coño, ella ya chillaba desesperadamente, su coño empezó a engullir aquel rabo, Femi siguió empujando hasta meterle todo el rabo y llenarle el coño y empezó a follarla con movimientos lentos y profundos.

- ¡Dios que gusto me das! - sollozaba Diana

Femi ya la follaba fluidamente y Rabi se puso de rodillas delante de ella y la agarró por los pelos y la penetró en la boca, pronto paso como en la primera postura que las embestidas salvajes de Femi la obligaban a tragarse la polla de Rabi, solo que este la sujetaba por los pelos y la sensación de sentirse sometida la llevaron a otro inesperado orgasmo.

- ¡No para de correrse la puta! - vocifero Femi - ¡Tiene el coño totalmente encharcado!

Femi le saco la polla del coño y ella soltó un grito doloroso, una gran cantidad de fluidos salieron de su coño, Femi le metió dos dedos y empezó a moverlos en su interior, ella soltó un grito y de su coño empezó a salir un buen chorro de líquido y pis.

- ¡Se mea de gusto la guarra! - dijo Femi riendo mientras Rabi le asentía con un gesto en la cabeza.

- ¿Quieres que te la clave otra vez gorda? - le pregunto cruelmente Femi.

- ¡Fóllame hasta el fondo! - contestó Diana deslenguada girándose para mirarlo con la cara desencajada - ¡Quiero ser tu puta!

Femi la giro y se puso los pies de Diana en su hombro y la penetro con fuerza, empujo y en tres golpes le había clavado la polla entera.

- ¡Me vas a romper el coño! - grito escandalosamente ella abriendo los ojos y la boca para inspirar aire - ¡Despacio cabrón!

Femi le sujeto los pies y empezó a follarla con intensidad, Rabi se volvió a subir encima de la cama y la volvió a sujetar por el cuello y le clavo también la polla en la boca, Diana temblaba con cada embestida, en aquella postura el rabo de Femi la penetraba profundamente, nadie la había penetrado tan profundo y su glande le golpeaba el útero.

- ¡Para! - chillo Diana sacándose la polla de Rabi de la boca - ¡Me haces daño hijo de puta!

- ¡El negro te va a destrozar el coño! - le chillo él mientras la follaba frenéticamente y no hacia caso de los lamentos de ella.

Diana sentía pinchazos en el interior de su cuerpo y chillaba desesperadamente, las penetraciones tan profundas y dolorosas le llevaron a un orgasmo inesperado y profundo que provoco un corriente que le recorrió todo el cuerpo haciéndola convulsionar violentamente, incluso Diana sintió que iba a perder el conocimiento, nunca había tenido un orgasmo de tal magnitud interna.

- ¡Té voy a abrir el coño tan estrecho que tienes marrana! - le vocifero Femi con rabia.

Rabi la agarró por el cuello y le giro la cara justo en el momento que se corría lanzándole la lefa en su cara y desparramándola por el pelo, Femi la siguió follando en la misma postura y profundidad.

- ¡No me folles más negro! - rogó Diana con voz ronca y entrecortada - ¡Me duele el coño!

Femi no le hizo caso y siguió con el martirio, Diana experimento otra cosa inesperada y se volvió a correr otra vez, esta vez las convulsiones fueron intensamente menores, pero no había experimentado nunca dos orgasmos tan seguidos.

Él le saco la polla y ella soltó un grito descomunal, el coño le escocía como si tuviese un hierro candente y volvió a expulsar una gran cantidad de fluido que le provocaron un doloroso ardor, ella se levanto de la cama e intento caminar, las piernas le flojearon tanto que tuvo que gatear por el suelo, sintió como una mano la agarraba por el cuello y giraba bruscamente, era Femi con su polla erecta que empezó a pajearse delante de la cara de ella.

- ¡Toma la lechecita del negro! - le anuncio él cruelmente antes de correrse en su cara y en su pelo juntándose con la lefa que Rabi le había esparcido con anterioridad.

Ella se quito la leche que le cubría sus ojos y vio venir a Rabi que se puso delante de ella y se puso a orinar y esparcir el pis por sus tetas mientras reían cruelmente, se fueron y Diana se quedo agachada en el suelo encima del charco de orina llorando. Se levanto apoyándose en la pared y cuando consiguió aguantar el equilibrio fue a buscar para recoger el charco de orina, volvió a limpiar el colchón y cambiar las sabanas se ducho durante más de media hora y se acostó entre llantos y llevándose las manos a su dolorido pero satisfecho coño, sus sensaciones eran contrapuestas la habían vuelto a violar, esta vez dos hombres a la vez, pero nunca había experimentado tanto placer sexual y tan prolongado, agotada se quedo profundamente dormida.











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