Un verano diferente

FranRel

Miembro muy activo
Desde
28 Jun 2023
Mensajes
438
Reputación
4,150
Hola, queridos lectores.

Voy a publicar aquí este viejo relato que solo estaba en TR. No tiene nada nuevo, es solo una publicación del relato, sin revisión ni actualizaciones.

También publicaré otro más que no está por aquí.

Saludos, amigos.
 
Capítulo 1
Fuengirola. Verano 2022

Tony

Abrí la puerta de la casa pero no pude entrar porque, de repente, me llegaron una gran cantidad de recuerdos en tropel. Era la casa de mi infancia y adolescencia, la casa de mi madre, y desde su muerte, mi casa, pero la última vez que había estado aquí había sido hacía casi 20 años. Habían pasado muchas cosas desde entonces.

Entré y cerré la puerta. Los muebles eran más modernos y con pocos objetos decorativos, no los que recordaba de mi adolescencia, todos recargados de objetos. Y no vi foto, solo algunos cuadros baratos en las paredes. Todo estaba muy limpio y ordenado. Cuando murió mi madre, le había encargado a una vecina que cuidara la casa y la alquilara. La vecina se hacía cargo de todo y se quedaba con casi todo el alquiler a cambio de que no me molestara con nada, no quería saber nada de la casa.

Recorrí las habitaciones con mi bolsa de viaje en la mano, revisando y recordando. No sentía añoranza, más bien culpabilidad y vergüenza. Mi madre había sido una gran mujer y madre, pero yo había sido un hijo despreciable que solo la había hecho sufrir. Por eso, tras su muerte, no había sido capaz de venir, no soportaba enfrentarme a mis recuerdos, a mi falta de cariño, ella que nunca mereció eso.

Vi una puerta cerrada y me dirigí hacia ella. Era el cuarto de estar, la habitación preferida de mi madre, llena de sus libros, su espacio de lectura y tranquilidad. Intenté abrirla pero estaba cerrada con llave. Tendría que preguntarle a Laura, la vecina que se había encargado de la casa todos estos años. Recordé que una vez me había dicho que había guardado todas las cosas personales de mi madre (fotos, cacharros, libros…) en una habitación y cerrado con llave para que los diversos inquilinos no rompieran nada de esas cosas.

Dejé la bolsa en el suelo y fui a la terraza. Salí fuera y admiré el soleado y caluroso día de julio. Abajo, la piscina de la urbanización estaba llena de gente, muchos gritos de niños, risas, conversaciones… Miré a ver si reconocía a algún vecino pero no, no vi a nadie que me sonara, seguro que muchos vecinos eran nuevos. Me quedé mirando a dos chicas jóvenes, una morena y una castaña, que, de pie, charlaban con unos chicos junto a la piscina. La morena se reía mucho mientras un chico le contaba algo. Estaba muy morena, mucho sol, y era más bien bajita pero con muchas curvas, un generoso pecho y caderas anchas, pero no estaba gorda, ni siquiera rellenita, estaba muy bien, mi tipo, y ese bikini de color claro que llevaba le quedaba genial. La otra chica, la castaña, era más alta y más delgada, largas piernas esbeltas, un pecho generoso para lo delgada que estaba aunque tenía bastante menos pecho que su amiga. Era de piel más clara aunque también estaba morena. Sonreía mientras su amiga se carcajeaba en alto y se echaba sobre el chico sin parar de reír. Pensé que serían los novios. Eran afortunados porque las chicas estaban bastante bien.

Laura
Tenía los ojos cerrados y estaba medio adormilada a pesar del jaleo de los niños en la piscina. Entonces, Begoña me tiró del brazo diciendo:
• Lauri, Lauri ¿Es ese?

Abrí los ojos y la miré:
• ¿Qué? ¿Quién?
• Ese, el del balcón

Miré hacia arriba y lo vi. Había cambiado pero, a la vez, no. Me pareció que seguía tan alto y fuerte como lo recordaba, con ese aspecto de chico malo duro, pero ahora tenía el pelo corto, y, si los ojos no me engañaban, algo canoso… le quedaba bien. Nunca había sido un hombre guapo, y seguía sin serlo, pero tenía algo, siempre lo había tenido, que volvía locas a todas las chicas cuando tenía 18 años y seguro que seguía encandilando a las mujeres.

Lo observé unos segundos más. Era mentira, no estaba como lo recordaba, estaba más fuerte, con esa camiseta ajustada marcando su pecho y brazos, grandes y musculosos. Entonces, él me miró y me saludó con un movimiento de cabeza. Le correspondí. Begoña me dijo:
• ¿De verdad mató a alguien?

La miré, cansada de esa conversación. Begoña era mi mejor amiga en la urbanización, algo más joven que yo, unos 40, pero se había mudado aquí hacía cinco años así que no vivió todo aquel drama. Begoña señaló a un coro de mujeres que hacía cerca, mirando al balcón y, bajando la voz, dijo:
• Mira a Nati, no le quita ojo
• ¿Y?
• Ya sabes lo que se rumorea
• Ufff, que cotillas sois
• ¿No te lo crees?
• No, no sé, Bego, aquel verano estaba yo con la cabeza en otra parte y hace casi 20 años de aquello
• Yo la veo capaz, y míralo, él está bastante bien
• Pues vale ¿Qué más da si se lo estaba tirando? Ella tenía 25 años y estaba soltera
• Ya pero… es un asesino, Lauri, acostarse con un asesino… puff, me estremezco de solo pensarlo
• No seas tonta, Bego, en ese momento no lo era, solo un chico normal, es que mira que os gusta el drama

El grupo de mujeres se nos acercaron y empezaron a hablar de Tony. Ninguna lo conocía excepto Nati y yo, no vivían aquí cuando ocurrió todo, pero era uno de los temas estrellas cada año, y más cuando se enteraron que este año iba a venir.

Begoña dijo:
• Estuvo más de diez años en la cárcel ¿No, Lauri?
• No seáis pesadas, estáis siempre con lo mismo
• Pero ¿De verdad era tan malo?
• Era… era problemático

Nati, que había estado callada mirando al balcón, dijo:
• Mmmm está igual de bueno como entonces

Todas se rieron nerviosas. Yo cerré los ojos, harta de esa conversación. En cambio, a Nati le encantaba hablar de Tony, le gustaba hacerse la misteriosa y ni confirmar ni negar categóricamente si se había acostado o no con él. En realidad era triste porque se agarraba a eso ya que era lo único emocionante que le había pasado en su vida. Seguía soltera y ahora vivía sola en casa de sus padres que habían muerto hacía años. No era una mujer guapa ni agraciada, muy delgada pero sin curvas, y bastante desdeñosa con todos. Yo no recordaba haberlos visto juntos en aquel tiempo, pero tampoco recordaba mucho de aquellos años, tenía otras preocupaciones entonces. La conversación seguía y otra de las mujeres preguntó:
• ¿Es verdad que estaban todos los vecinos asustados cuando vivía aquí?

Nati respondió:
• Tanto como asustados… intranquilos más bien
• Pero ¿Robaba? ¿Amenazaba?
• Sí, estoy segura

Repliqué:
• Nati, no te inventes historias, eso no lo sabía nadie. Y si se llega a saber, lo denuncian

Nati me miró con enfado y dijo:
• ¿Qué sabrás tú?
• Yo vivía aquí, como tú
• Pero no eras… no eras de su edad
• Tú tampoco
• Por poco, pero tú eras una madre, no te juntabas con la… juventud

Me reí pensando “que cabrona, me acaba de llamar vieja” pero lo dejé correr. Nati dijo:
• Yo me juntaba con la gente joven y todos lo sabíamos, era un delincuente, guapo y sexi, pero delincuente

Una de las mujeres dio un respingo, la que llevaba menos tiempo en la urbanización, y dijo:
• Madre mía ¿Y seguirá igual? Porque ahora somos todos casi una familia, no hay ni un problema aquí, espero que no venga para trapichear con drogas y cosas así

Volví a intervenir:
• Me dijo que venía para arreglar cosas… creo que quiere vender la casa
• Ah, vale, ojalá sea eso y se vaya pronto

Le cuidaba la casa desde la muerte de Vera, su madre. Y todos los años la alquilaba, sobre todo en verano, pero hacía unos días me había llamado diciéndome que cancelara los alquileres de este verano. Me había enfadado mucho, ya tenía entradas y cerrados días pero él dijo que se encargaría de todo, que les devolviera el dinero y una bonificación, y me mandó dinero, tanto para los inquilinos como para mí por hacerme cargo de todo. No me había dado más explicaciones.

Entonces Nati se despidió de nosotras y se fue. Al poco, Mari, otra vecina de unos 30 años, y con un bebé en los brazos, dijo:
• Pues yo coincido con Nati, está muy bueno

Todas se rieron pero luego asintieron sin dejar de mirarlo. Begoña dijo:
• B: Está cuadrado ¿no? De gimnasio
• M: No sé pero esa camiseta le queda de muerte

Todas volvieron a reír como colegialas y me vino un flash de unas risas nerviosas parecidas hacía casi 20 años, con todas las crías babeando por Tony en la piscina mientras él se exhibía. Begoña continuó:
• B: Nati siempre dice que en aquellos años ya se veía como iba a acabar, que andaba en temas de drogas
• M: Pero ¿Aquí?
• B: Sí, dice que a los vecinos les daba miedo salir de noche a tirar la basura, que siempre estaba él con gente muy mala
• M: Oh
• B: Que había jeringuillas en el césped y…

Ya no pude reprimirme más y solté:
• L: Eso son exageraciones de esa chismosa
• M: ¿No es verdad?
• L: Me refiero a lo de las jeringuillas, yo nunca vi eso
• M: Ah
• L: Sí es verdad que se decía que estaba en temas de droga y la gente hablaba de eso, pero de ahí a que esto fuera un sitio donde se drogaban… pues no
• B: Bueno, pero ella dice que hubo muchos robos
• L: Sí, eso decían pero sin pruebas de que fuera él
• M: ¿A ti no te pasó?
• L: No, ese año yo acababa de tener a Patri y no salía demasiado, la nena consumía todo mi tiempo. Solo lo recuerdo en la piscina, pavoneándose delante de todas, un niñato chulito total
• M: ¿Ya estaba así de cuadrado?
• L: Mmmm no, tanto no… Ahora parece más hinchado, no sé
• B: Nati dice que siempre estaba drogado
• L: Puff, ni idea
• B: Y que los padres con niñas adolescentes estaban muy asustados porque todas estaban tontas con él
• L: Eso sí es verdad, siempre estaba rodeado de chicas aquí en la piscina, supongo que tenía carisma
• M: Yo creo que sería porque está muy bueno
• L: Eso también sería jeje
• M: Entonces ¿Tú no tienes miedo?
• L: ¿De él? ¿Por qué iba a tenerlo?
• M: Pues por lo que cuenta Nati y…
• L: Ya os lo he dicho muchas veces, ese chico no era trigo limpio, trataba mal a su madre, a los vecinos, hacía lo que le daba la gana,... pero nunca vi que robara o hiciera daño a alguien… y lo del asesinato no fue aquí, ni siquiera vivía ya aquí cuando pasó aquello
• M: Ya…
• B: Pobre Vera, con lo buena persona que era… menudo hijo le tocó
• L: Eso sí, Vera no se merecía todo por lo que tuvo que pasar
• B: Para nada, pero si su hijo sigue con sus temas de droga…
• L: Han pasado casi 20 años, Bego, a saber qué hace ahora
• B: ¿Tú no lo sabes?
• L: No
• B: Pero le llevas la casa, algo te habrá contado
• L: Nada, casi no hablamos, solo algunos mensajes, yo me encargo de todo, le ingreso el dinero y él nunca pregunta nada
• B: Pues yo creo que es muy mala persona, ni siquiera ha venido para recoger las cosas de su madre
• M: ¿Sí? Pero si murió hace años
• L: Eso sí es verdad, nunca ha venido… Él sabrá, las tiene todas guardadas en una habitación con llave… ah, joder, acabo de caer que no le he dicho nada de la llave de esa habitación… Como él tenía llaves de la casa ni me he acordado… Bueno, ya vendrá a preguntar si le interesa
• B: ¿No vas a hablar con él?
• L: Yo no, que venga él
• B: ¿No tienes curiosidad?
• L: ¿Curiosidad? ¿De qué?
• B: Pues de lo que hace, si está casado, que quiere hacer con la casa…
• L: No, nada… de la casa, pues ya me contará… Alguien que se portó tan mal con una buena mujer como fue Vera no se merece nada, y por mí, que se vaya a la mierda cuanto antes

Y era la verdad, no entendía como se había portado así de mal con Vera, nunca lo entendería, y eso no merecía perdón. Las chicas siguieron hablando y contando rumores a cual más disparatado. Me reía de las exageraciones, pero les decía que, a pesar de tanta exageración, lo cierto es que ese tío no era buena persona, que cuanto antes se fuera, mejor, pero no porque fuera a montar un negocio de drogas como ellas temían sino por todo lo malo que le hizo a Vera, no podía soportar la idea de tenerlo por allí.

Horas después…
Tony

Miré el cielo nocturno desde la terraza, allí se veían más estrellas que en Sevilla. Eran ya las once y hacía una noche buenísima, corría una leve brisa y no hacía demasiado calor. Acababa de cenar una pizza con cerveza, solo. Había pasado la tarde recorriendo el pueblo, rememorando momentos del pasado. Luego, había comprado una pizza y me la había llevado a casa. Estaba cansado pero sabía que me iba a costar dormirme, como todas las últimas noches. Pensé en intentar probar otra cosa, salir a correr, cansarme de verdad a ver si me dormía, pero antes tiraría la basura.

Entré en la casa, cogí la caja de la pizza y las dos latas y salí de casa. Crucé por la urbanización. En el césped, a la luz de una farola, vi a las dos chicas de esa mañana rodeadas de chicos, charlando animadamente. Me vi a mí mismo rodeado de chicas y chicos en ese mismo sitio hacía muchos años, muchos, muchos…

Salí por la parte de atrás de la urbanización y busqué a mi alrededor con la vista, pero no veía los contenedores. Caminé un poco hasta que escuché una suave voz joven femenina decirme:
• Los cambiaron de sitio hace años

Me giré y vi una figura sentada en un banco, casi a oscuras. Pregunté:
• ¿El qué?
• Los contenedores
• Ah y ¿Dónde están ahora?
• Delante
• Ajá… gracias
• De nada

Me giré para volver a entrar en la urbanización e ir a la parte delantera y la voz dijo:
• Eres Tony

La miré y, cuando mi vista se adaptó mejor a la oscuridad, conseguí ver mejor la figura. Por la voz, estaba claro que era una chica joven. Le dije:
• ¿Qué haces ahí a oscuras?
• Leer
• ¿A oscuras?
• Tiene luz
• ¿El qué?
• Mi Kindle
• ¿Tu qué?
• Mi lector

Entonces comprendí de lo que me hablaba. Sonreí y le dije:
• ¿Y qué haces aquí sola a oscuras? ¿No estás mejor con los demás chicos?
• No, me gusta estar sola
• Ah

Di un paso para irme pero ella continuó:
• Vera siempre me hablaba de ti

Frené en seco. La volví a mirar y le pregunté:
• ¿Mi madre?
• Claro
• ¿La conociste?
• Sí, mucho

Entonces hice memoria y recordé algo. Dije:
• Tú eres… mmmmm eres ¿Mimi?

Ella jadeó con sorpresa. Dijo:
• ¿Cómo lo sabes?
• Mi madre me escribía contándome cosas, entre otras, sobre ti y tu hermana
• ¿Sí? Nunca me lo dijo

Entonces fui hacia ella y me senté a su lado. No la veía claramente, tenía el pelo largo que le cubría parte de la cara. Era una adolescente de unos 15 o 16 años, una cría. Dije:
• Eres… eres hija de Laura ¿no?
• Sí
• Le hicisteis mucha compañía a mi madre
• Sí, y ella a nosotras
• Ya

Nos quedamos callados. Entonces ella dijo con un hilillo de voz:
• La echo mucho de menos
• Se fue hace mucho
• Cinco años, lo sé perfectamente, y cada día la he echado de menos, era mi mejor amiga

No dije nada, estaba pensando. Durante mis años en prisión, mi madre me escribía mucho, pero en aquellos años estaba siempre enfadado, conmigo y con todos, por lo que muchas veces rompía las cartas sin abrirlas, pero a veces sí las leía y recordaba como ella me contaba cosas de esa familia, de Laura y sus hijas, y la compañía que le hacían, especialmente la pequeña, Mimi. En aquellos años, saber eso me gustaba, me alegraba por mi madre, pero también me enfadaba, me daba rabia pensar que esa familia extraña era mejor familia que yo, que esas niñas desempeñaban mejor que yo el papel de hijos y eso me corroía por dentro.

Entonces Mimi dijo:
• Lo sé todo sobre ti
• ¿Qué?
• Vera hablaba sin parar de su querido niño, de su Tony, de su amor, de lo mejor que le había pasado en la vida

Sonreí tristemente y dije amargamente:
• Je… lo mejor… Eso lo diría por amor de madre porque la realidad es muy distinta, fui lo peor
• No, para ella no, jamás me habló mal de ti
• Ya, pero como te digo, la realidad es que fui el peor hijo posible
• Ella no lo veía así
• Pero fue así, fui un cabrón egoísta
• ¿Por qué no has venido antes?

La miré sin responder. Ella insistió:
• ¿Por qué?
• Estaba ocupado
• No, estás mintiendo
• Mira, niña…
• Tenías miedo
• ¿Miedo? jajaja
• Vera siempre decía que te sentías muy culpable
• ¿Por el asesinato?
• Por todo, por eso y por como te comportaste en general durante aquellos años

Me levanté de un salto, enfadado porque no pensaba hablar de estas cosas con una niña, y di dos pasos hacia la urbanización pero ella se levantó rápidamente e, interponiéndose en mi camino, y dijo:
• Perdona, no te vayas
• Mira, niña, no…
• Lo siento, lo siento… es que… es que es como si te conociera de siempre, de ahí mi familiaridad contigo, pero no… no te enfades

La miré. Ahora, a la luz, la vi bien. Era una chica muy guapa, con unos grandes ojos claros, labios gruesos y sensuales, mirada limpia… pero tenía un lado de la cara cubierta por su pelo, y, a pesar del calor, llevaba mangas largas y mallas largas. Eso me extrañó y entonces recordé otra cosa, su accidente. Recordé como mi madre, en una visita, me contó lo que le había pasado a esta chica, un incendio en una casa, sus quemaduras… ese día me sentí fatal por mi madre, por como lloraba contándomelo, pero luego, en la celda, me alegré, ya no sería la hija perfecta… Me alegré por el accidente de una cría de diez años, así era yo.

Mientras yo recordaba todo eso y me sentía aún peor conmigo mismo, Mimi no paraba de moverse intranquila y nerviosa, hablando rápido y diciéndome:
• Perdona, perdona, no te estaba recriminando nada, es solo, quería solo… yo solo…

La miré unos segundos mientras a ella no le salían las palabras y entonces sonreí, le dije:
• No, tranquila, para recriminarme ya estoy yo, pero es que no te conozco, no te voy a contar cosas personales así de pronto ¿No crees?
• Pero yo sí te conozco, mucho, Vera siempre me enseñaba fotos, me contó miles de anécdotas, sé que tienes 36 años, que naciste el 12 de abril, que…
• Ya pero yo de ti sé poco, no te conozco

Ella se calló y dijo:
• Vale, lo entiendo
• Bien

Mimi se retiró al banco y se sentó. La miré e iba a despedirme pero dijo:
• Pues pregunta lo que quieras
• ¿Sobre qué?
• Sobre mí, para conocerme

Me reí. Ella continuó:
• Me llamo Mimi, mi madre se llama Laura, mi hermana Patricia, mi padre Felipe, mi padrastro Juan y quiero ser bibliotecaria

Me reí aún más. Pregunté:
• ¿Como mi madre?
• Sí

Meneé la cabeza sonriendo. Ella preguntó:
• ¿Qué más quieres saber?

La miré sonriendo pero dije:
• Me tengo que ir, estoy cansado y quiero acostarme pronto, el viaje ha sido largo
• Mmm vale
• Adiós, Mimi
• Buenas noches, Tony

Me giré y fui hacia la puerta y entonces me dijo:
• Estoy aquí todas las noches, a esta hora

No dije nada y abrí la puerta. Ella continuó:
• Para que me preguntes lo que quieras, y me conozcas, y luego podamos hablar sobre ti y Vera

La miré sin dejar de sonreír y, tras unos segundos, le dije:
• Estás un poco loca ¿no?

Ella contestó con voz ofendida:
• No, de loca nada

Me reí de nuevo y ella dijo:
• Pero tengo pocos amigos, casi nunca hablo con la gente, pero quiero hablar contigo

Meneé la cabeza y ella dijo:
• Vendrás mañana ¿Verdad?
• Ya veremos
• Genial, te espero mañana

Reí y me fui. Menudo personaje estaba hecha la chica. Se me habían quitado las ganas de correr pero me daría una vuelta por la playa que estaba a cinco minutos andando, aunque antes iría a tirar la dichosa basura.

Laura
Escuché cerrarse la puerta y unos pasos en el pasillo. Era Juan, imposible confundirlo con las chicas. Al poco, entró en el cuarto de baño donde yo me secaba el pelo. Me dio un beso en mi hombro desnudo y le dije:
• Has tardado mucho en tirar la basura
• Me he encontrado con Paco y Sebastián, y luego se han unido Bego y otras
• Ajá
• Están con el tema del asesino
• Que pesados, llevan así días
• Ya, jeje, ahora dicen que lo han visto salir solo, y les ha parecido sospechoso
• ¿Sospechoso?
• Sí, porque es muy tarde y se ha ido a la playa
• ¿Y?
• Según ellos, va a por drogas jeje
• Ah, claro, será eso… menudas películas se están montando
• Bueno, no todos los días se tiene a un vecino que ha matado a alguien
• Ya

Juan se puso a lavarse los dientes y le pregunté:
• ¿Has visto a las niñas?
• A Patri (con la boca llena de pasta) con sus amigos en el jardín
• ¿Y Mimi?

Negó con la cabeza. Pensé que estaría en cualquier sitio con poca luz, leyendo. Suspiré pensando en lo poco sociable que era, le costaba mucho hacer amigos, todo por culpa de ese maldito accidente. Juan terminó y dijo:
• Creo que me voy a dar una ducha rápida, en la calle se está bien pero aquí dentro hace mucho calor
• Vale

Juan se desvistió y se metió en la ducha. Yo seguí a lo mío. Entonces me preguntó:
• ¿De verdad era tan malo?
• ¿El qué?
• El tío ese, ¿De verdad era un mal bicho?
• Ah, bueno, sí, supongo… desde luego, en la urbanización había mal ambiente por él, cuando se fue, todo mejoró
• Ya
• Y luego lo de Vera, como la trataba con la punta del zapato, le gritaba… La gente dice que iba drogado pero yo creo que era así de malo
• Bueno… Lo mejor es que venda ya la casa y se vaya
• Ya, aunque es una lástima perder ese dinero de los alquileres
• También es verdad

Me quité la toalla y empecé a ponerme crema por el cuerpo. Al poco, Juan salió de la ducha y se secó con una toalla. De reojo, vi como me miraba y sonreí por dentro. Se puso detrás mía y, cogiéndome las tetas desde atrás, me dijo:
• Las niñas tardarán aún en subir
• ¿Sí?
• Si tienes ganas, podríamos…

Noté como su polla crecía contra mi culo. Sonreí y le dije:
• Claro, cariño, pero déjame terminar, espérame en la cama
• Vale

Y me dio una palmada en el culo para luego salir feliz y contento. Sonreí frente al espejo mirándome. Se me notaban claramente mis 48 años, mis pechos demasiado caídos, al igual que mi culo, pero seguía delgada y sin tripa, que lo mío me costaba. Pero lo que tenía claro es que a Juan aún le ponía, y mucho. Juan era mi segundo marido y era seis años más joven que yo. Nos conocíamos del trabajo, éramos compañeros en la misma empresa desde hacía casi 25 años y siempre nos habíamos llevado bien pero solo eso ya que ambos estábamos casados y, además, Juan no era para nada mi tipo, siempre había sido algo regordete y cada vez con menos pelo pero nos hicimos amigos desde el principio.

Tras divorciarme de Felipe, pasé una mala época, y en una cena de empresa, no sé cómo, me acosté con Juan. Él seguía casado pero nos liamos, nos hicimos amantes. Estuvimos así un año, acostándonos a escondidas. Luego, él dejó a su mujer, y poco a poco empezó a venir a casa, a conocer a las niñas, salíamos los cuatro juntos… y un par de años después, nos casamos. Y ahora, a mis 48 años, follaba más y mejor que cuando tenía 30 años porque Juan funcionaba muy bien en la cama y siempre tenía ganas. Sonreí pensando “Y yo, siempre tengo ganas yo”.

Terminé con la crema, me lavé los dientes y entré en el dormitorio desnuda. Juan estaba en la cama, desnudo, mirando el móvil mientras me esperaba. Al escucharme, dejó el móvil y me miró con esa mirada de vicio que solo él sabe poner. Me dijo:
• Joder, que buena estás, Lauri

Me reí, siempre me decía lo mismo, pero lo decía con pasión, estaba claro que lo pensaba, y eso me encantaba. Me dijo:
• Enséñame ese precioso culo, cariño

Me giré y él dijo:
• Hostia putas, que culo tienes, Lauri

Me incliné un poco y me separé una nalga. Él jadeó y dijo:
• Joder, que me quieres matar, cariño

Reí con ganas. Juan dijo:
• Hace tiempo que no te lo follo, Lauri
• Mmmm, es verdad, pero hoy no
• ¿Por qué?
• No me he preparado… El próximo día ¿Vale?
• Bueno…

Dijo con pena. Me volví y vi que ya estaba empalmado. Y sí, era un hombre de 42 años, con una buena barriga, medio calvo y con una polla normalita pero que me ponía a mil, y noté un hormigueo por todo mi cuerpo. Sonreí y me incliné sobre él para besarle. Juan aprovechó para meterme mano en mis tetas y culo. Tras el morreo, le dije:
• Pero te lo voy a compensar con una buena mamada ¿Quieres?
• Puff, que si quiero…

Le besé por el cuello, pecho y barriga hasta llegar a su polla y metérmela en la boca. Suspiré de gusto. Pensaba tomármelo con calma y disfrutar chupándosela un buen rato.

Mimi
Entré en casa y fui a la cocina a beber agua. Luego, me dirigí al cuarto de baño y entonces escuché los gemidos de mi madre. Sonreí y pensé “Menos mal que Patri no ha subido aún, hubiera dicho ‘son unos salidos’ poniendo los ojos en blanco” porque no le gustaba saber que nuestros padres follaban pero a mí me gustaba que lo siguieran haciendo y tan a menudo. Me metí en el cuarto de baño sin hacer ruido. Cuando salí, ya habían terminado y me fui a mi dormitorio. Allí me desnudé y me quité la prótesis de mi pierna. Me masajeé el muñón y, antes de ponerme el pijama, me miré al espejo. Seguía siendo virgen y “lo que me queda” pensé mirando el lado izquierdo de mi cuerpo, porque ¿Qué tío se me iba a acercar estando así de horrible? Miré mi piel quemada y mi pierna amputada. Suspiré y me puse el pijama.

Me metí en la cama, sin arroparme porque hacía calor. Apagué la luz y escuché atentamente. No se oía nada. Esperé un par de minutos y pensé en Tony. Me había encantado hablar con él aunque yo había sido muy bocazas “Seguro que piensa que le estaba recriminando su comportamiento, idiota, que eres una idiota” me dije. Llevaba varios días nerviosa, desde que me había enterado que iba a venir. Tenía muchas ganas de conocerlo, Vera me había hablado tanto de él que era como si lo conociera de toda la vida, pero verlo en persona y hablar con él me había emocionado muchísimo, tanto que no podía parar de hablar y decir tonterías sin pensar “idiota, idiota”.

Suspiré y pensé en su sonrisa, tenía una sonrisa muy seductora, era un hombre muy atractivo, sin duda, mucho más que en las fotos, donde ya me parecía muy atractivo “está cañón, muy cañón” y sonreí. Su sonrisa era bonita y denotaba a un hombre seguro de sí mismo, y era fuerte y grande. Vera nunca se había creído que fuera traficante ni que robaba, su Tony no. Siempre lo disculpaba y se echaba la culpa de todo porque no lo había atendido bien, no le había dado la atención que necesitaba cuando su padre los abandonó… Todo eso decía Vera disculpando el comportamiento de Tony y yo no sabía si era amor de madre o no, pero me iba a enterar, pensaba hacerme amiga de Tony, vaya que sí.

Metí la mano dentro del pijama y comencé a acariciarme el estómago, suavemente con las yemas de los dedos. Luego, bajé la mano y la colé en los pantaloncitos. Mis dedos acariciaron los pelos de mi pubis, suavemente, y luego llegaron a mi clítoris. Me lo acaricié despacio y entonces recordé la sonrisa de Tony y cerré los ojos mientras respiraba más rápido y mis dedos se movían cada vez más. Me corrí en silencio, como todas las noches, y tras recuperarme del orgasmo, me fui adormilado rápidamente, y lo último que pensé fue “lleva una alianza, Tony lleva una alianza” y me dormí.

Tony
Me desperté de pronto, sudando y con el corazón a mil. Había tenido una pesadilla angustiosa pero ya estaba despierto, había sido solo eso, una pesadilla. Giré la cabeza y no había nadie, estaba solo. Me extrañó pero entonces recordé. No había sido una pesadilla, era la realidad, Olga no estaba, me había engañado con otro.
 
Capítulo 2
Verano 2022

Mimi

Me levanté temprano, como siempre. Fui al baño y luego a la cocina, ya vestida con un chándal y camiseta de mangas largas, y mi guante para ocultar mi mano quemada, en casa tampoco me gustaba estar mostrando mi piel quemada. Allí estaba mi madre preparando café. Estaba ya vestida para irse al trabajo. Le di un beso y los buenos días y me senté. Al poco escuchamos la puerta de la calle y luego entró Juan en la cocina, sonriente como siempre. Nos dio un beso y los buenos días y puso en la mesa el pan que acababa de comprar.

Nos pusimos a desayunar charlando de esto y aquello, nada importante. Mi madre preguntó:
• Cariño ¿Hoy tienes algún plan?
• No, mamá
• ¿Nada?
• ¿Qué plan voy a tener?
• ¿No le das clases a Alberto y Fer?
• ¿Eso es un plan? (desdeñosamente)
• Al menos es hablar con alguien

Refunfuñé sin contestarle. Mi madre siempre estaba intentando que saliera más a la calle, que hablara con gente de mi edad, que me integrara… Ella no comprendía lo que era ser una persona deforme, siempre había sido una mujer preciosa. Juan intervino:
• ¿Por qué no os vais tu hermana y tú de compras?
• No
• Pero si a ella le encanta y así tú…
• Que no, papá

Quería mucho a Juan, y aunque era mi padrastro, para mí era mi verdadero padre, pero me ponía enferma cuando los dos intentaban inmiscuirse así en mis cosas. Vi como se miraban y les dije:
• Ya vale, haré lo que quiera, como siempre
• Sí, cariño pero Juan tiene razón, si sales…
• Que noooooooo
• Bueno, bueno…

Odiaba salir en verano, la gente me miraba al ir totalmente tapada, y lo que menos quería es que me miraran. Pero entendía lo que querían hacer. Respiré hondo y dije:
• He quedado con Alberto y Fer luego, les daré clase de matemáticas y física, y luego voy a practicar un poco con el piano en casa de Vera y…
• Ya no puedes ir allí, Mimi
• ¿Qué? ¿Por…?

Entonces lo recordé. Dije:
• Ah
• No puedes ir a casa de Tony
• Cierto, no me acordaba
• Ya sabes que no quiero que os acerquéis a él, es un tipo que…

Entonces entró Patri con cara de dormida y diciendo muy bajito “buenos días”. Iba aún en pijama corto y camiseta de dormir. Se dirigió directamente al café. Se echó una taza y se sentó a mi lado. Dijo:
• ¿De qué habláis?
• Mamá y sus prohibiciones
• ¿Qué?

Patricia me miró sin comprender, aún medio dormida. Mamá dijo:
• L: Solo le estaba diciendo a tu hermana que no os acerquéis al hijo de Vera
• P: Ah, ya
• L: Ya sabéis lo que hizo y no sabemos en qué más cosas turbias anda metido y…
• M: Mamá, por Dios, que han pasado muchos años y las personas cambian
• L: ¿Cambian? Ni siquiera quiso venir a despedirse de su madre ni a recoger sus cosas… poco ha cambiado
• M: Pero no sabemos si es por…
• L: Excusas, Mimi, excusas
• P: Pues ayer lo vi

Nos quedamos todos mirando a Patri con los ojos muy abiertos y ella se rio diciendo:
• P: Dios, parece que os he dicho que he visto al diablo jajajaja
• L: ¿Qué te dijo?
• P: Buenas noches… pasó a nuestro lado y saludó
• L: ¿Y ya está?
• P: Sí
• L: Bueno, sí, sed educadas pero ya está, no me gusta nada, estoy deseando que se vaya
• M: Pero Vera siempre nos decía que él era…
• L: Mimi, ya eres mayor como para comprender que Vera no era nada imparcial con las cosas de su hijo, nunca veía nada malo, pero yo vi como la trataba cuando vivía aquí
• M: Pero de eso hace mucho tiempo y…
• L: Y nada
• P: Pues Isa dijo que estaba cañón

Me reí viendo como a mi madre le salían chispas por los ojos. Dijo:
• L: Isa como siempre…
• P: Bueno, el tío está cuadrado, eso está claro
• L: Pero…
• P: A ver, que a mí no me gusta, solo comento lo que dijo
• L: Pues dile a Isa que se mantenga alejada de ese tío
• P: Je, como si Isa hiciera caso de alguien
• L: Lo digo muy en serio, alejaos de ese hombre
• P: Por mí no hay problema, es un viejo
• M: Pero…

Juan carraspeó y dijo:
• J: Bueno, chicas, haced caso a vuestra madre, ella es la única de aquí que sabe que ocurrió entonces, y aunque la gente cambia, uno es como es por dentro, y eso no cambia

Mi madre sonrió, feliz por el apoyo. Yo refunfuñé de nuevo. Entonces Juan se levantó y dijo:
• Cariño, vamos tarde
• Ah, sí… niñas ¿Recogéis esto?
• Sí, mamá

Nos dimos besos y se fueron corriendo, ambos trabajaban en la misma empresa e iban y venían juntos. En cuanto escuchamos cerrarse la puerta, Patri dijo:
• Que pesada es…
• Sí
• Pero tiene razón, ese tío da mal rollo
• ¿Por qué?
• Tiene cara de malas pulgas y no me gustan los tíos que están tan hinchados
• Pues yo creo que es muy atractivo
• ¿En serio? Ahora resulta que vas a estar tan salida como Isa

Dijo riéndose mientras cogía mi rebanada de pan y le daba un mordisco:
• ¡¡¡Tía!!! Que me la pensaba comer
• Se te va a enfriar con tanta cháchara
• Idiota

Dije riéndome mientras cogía otra rebanada y le untaba mantequilla. Patri, entre mordisco y mordisco, dijo:
• Además, un tío para estar así de hinchado, seguro que se toma muchas mierdas de proteínas y esas cosas
• ¿Y?
• Pues que luego eso les deja la pilila así

Y levantó una mano señalándose medio dedo. Me reí diciendo:
• Que tonta eres
• Que sí, que sí, o que no se le levanta
• Idiota jajaja
• Mira, en Granada me enrollé con un tío así de cuadrado

La miré con los ojos muy abiertos. Patri había estado ese curso en Granada estudiando en la universidad. Siempre me había contado todo pero desde que se había ido, casi no me hablaba de temas personales y me sorprendió que ahora sí. Le pregunté:
• ¿Y qué pasó?
• Nada
• ¿Nada?
• Era un baboso, babeaba mucho al besar
• Jajaja
• En serio… y luego, sí, muy buen cuerpo pero cuando le toqué el paquete allí no había ná
• Anda ya jajaja
• Que sí, tonta, nada de nada
• No se la pondrías dura
• Serás… Anda que no, la tenía dura pero casi no se notaba por encima del pantalón
• Pero… ¿Hiciste algo más? ¿Se la viste?
• Que va, al notar lo que tenía entre las piernas pasé, no me hubiera enterado de nada con esa mini polla jajajaja

Nos reímos un rato como tontas hasta que nos calmamos. Entonces dijo:
• Que yo venía de tener la de Javi y, bueno, no es que fuera enorme pero sí muy apañada

Dijo sonriendo. Se refería a su novio del año pasado con el que había roto al poco de irse a Granada. Le dije:
• Ya no me cuentas nada
• ¿De qué?
• De tus líos
• Es que no he tenido ninguno
• ¿De verdad? ¿Allí sola y nada?
• Hermanita, algunas maduramos, somos responsables y nos dedicamos a estudiar
• Jajajaja ¿Tú responsable? jajaja
• Eres idiota
• Pero si el año pasado estabas todo el día más salida que una esquina, si lo hacías todos los días con Javi
• Y más de una vez al día, pero eso fue el año pasado, ahora soy más… madura
• Jajajaja
• ¿Ves? Aún eres una cría idiota, no se te puede contar nada

La miré extrañada. Lo cierto es que la notaba rara desde que había terminado el curso y había vuelto. No me acababa de creer lo que me contaba, pero decidí no profundizar porque cada vez que lo había intentado, se había enfadado. Le dije:
• Anoche volviste muy tarde
• No tanto, a las doce y media ya estaba en la cama

La miré sonriendo. Ella me devolvió la mirada y preguntó:
• ¿Qué?
• Nada
• Suéltalo
• Me pareció ver a Carlos muy insistente
• Querrás decir “muy pesado”
• ¿No te gusta?
• Paso
• Pero es guapo
• Ya
• Y anda detrás tuya desde hace años
• Ya
• ¿No te mola?
• No… no sé, es que no tengo ganas de líos
• ¿En serio?
• Sí, en serio
• ¿Por qué?
• Ya te he dicho que he madurado, no veo tan importante el sexo

Eso me sorprendió, a Patri le encantaba el sexo desde que había perdido la virginidad… incluso antes. Todo eso me lo había contado, sin cortarse casi nada, hasta que se fue a Granada. Lo primero que pensé fue “Se ha enamorado” pero ella dijo:
• Ahora me importa más terminar la jodida carrera, que me está costando más de lo que esperaba
• Ya

Eso era verdad, Patri lo estaba pasando mal con la carrera. Siempre había aprobado todo sin problema pero este año se había traído dos suspensos y eso lo llevaba muy mal. Entonces se levantó y empezó a recoger para limpiar. Mientras lavaba las tazas y platos, le pregunté:
• ¿De verdad no te parece atractivo Tony?
• Puff

La miré y ella se rio:
• Sí, es un tío atractivo pero no es mi tipo
• ¿Por qué?
• Porque… no sé, nos dobla la edad, Mimi
• ¿Y? ¿Por eso deja de ser atractivo?
• Para mí sí, no me gustan los viejos
• ¿Viejo? Pero si tiene 36 años
• Bueno, vale, no es viejo pero sí es demasiado mayor para mí
• Mmmm
• ¿Sabes a quién me recuerda?
• ¿A quién?
• A la Roca
• ¿El actor?
• Sí
• Pero si no se parece en nada, y no está calvo
• Ya, ya… me refiero a que es un feo atractivo, para quien le guste ¿no?
• No sé
• ¿Me vas a decir que es guapo?
• Tiene una bonita sonrisa
• Pero no es guapo
• A mí no me parece feo
• Ya
• No sé, yo me lo tiraría
• Jajajaja ¿Tú?
• Sí, yo
• Ay, Mimi, pero si eres incapaz de estar con un tío
• Ya pero… algún día me atreveré ¿no?
• Sí, claro que sí, te lo he dicho mil veces, lo que tú ves al mirarte al espejo no es lo que vemos el resto
• Ya, claro, porque no enseño mis quemaduras

Patri se volvió a mí y me dijo:
• Los demás vemos a una chica preciosa
• Patri… Deja de darme coba
• Es la verdad
• No
• Cualquier tío estaría encantado
• Eres tonta
• No, es que no conoces a los tíos, si quisieras follar, lo tendrías facilísimo

Me enfadé como siempre que teníamos esta conversación e hice el gesto de irme. Patri me cogió del brazo y dijo:
• Espera, espera… no huyas como siempre
• Es que eres tonta o te crees que soy tonta
• No, para nada…

Me miró seria y dijo:
• ¿Y esos chicos…?
• ¿Qué chicos?
• A los que le das clase
• ¿Alberto y Fer? jajaja
• Son monos
• Son unos críos, están en un curso menos que yo
• ¿Y? Son guapillos
• Y medio tontos, son incapaces de hacer una división
• Jajaja, pero quizás no te hace falta sus cerebros sino sus… cosas jajajaja
• Lo dicho, eres tonta
• Jajaja
• Ya sabes todo lo que he tenido que aguantar en el instituto por mis quemaduras
• ¿De ellos?
• No, ya no, ya hace mucho que no se meten conmigo, pero el resto…
• ¿Seguro que esos dos no se meten contigo?
• Seguro
• Que si hace falta, les vuelvo a decir…

Y recordé hacía dos veranos como durante unas semanas, aquí en la urbanización todos se metían y reían de mí, comandados por esos dos. Los llegué a odiar mucho, me hicieron la vida imposible ese verano, hasta que Patri se enteró y se encaró con ellos y los acojonó. A partir de ese momento se disculparon y no volvieron a meterse conmigo, ni ellos ni nadie más en la urbanización. Incluso habíamos llegado a ser medio amigos gracias a las clases privadas. Dije:
• Nooo, que no, que se portan bien quitando que son tontos… Imagino que les sigo dando asco pero no lo dicen
• Ayyyy, hermanita

Y fue a abrazarme pero me aparté enfadada. Ella rio y dijo:
• ¿Te cuento un secreto?
• ¿El qué?
• Tú dile a algunos de ellos que le quieres hacer una mamada, verás la cara de asco que pone jajaja
• Idiota
• ¿No te gustaría? Porque te aseguro que a ellos les encantaría jajaja
• ¿A Alberto o Fer? Noooo, aghhhh, que asco
• Jajajaja pues yo creo que te gustaría tocar polla

La miré sorprendida pero me reí, menudas ocurrencias tenía mi hermana. Pero me reía sobre todo porque tenía razón, me moría de ganas de tocar una pero no la de esos dos tontos. Estuvo bromeando con pollas, su tacto, su sabor,... durante un rato, haciéndose la graciosa hasta que sonó su móvil. Lo miró y dijo:
• Es Isa, que baja ya a la piscina
• Vale

Me miró unos segundos y dijo:
• ¿Y si le digo que coja su coche y nos vamos a una playa donde no va gente y te vienes con nosotras?
• Nooooo, no me gusta la playa
• Mimi, anda, por favor, vente
• No
• Pero si no te va a ver nadie
• Que no
• ¿Y tú y yo? Cogemos el autobús y vamos a…
• Que no, Patri, que no voy a la playa ni a ningún lado

Me miró con desesperación y entonces suspiró y dijo:
• Te prometo una cosa
• ¿El qué?
• Con mi primer sueldo te voy a llevar de viaje a una isla de esas paradisíacas que no hay nadie, y vamos a tomar el sol las dos desnudas todo el día
• Jajaja
• Sí, sin nadie más
• Tonta
• Ven, hermanita

Y me abrazó diciéndome al oído:
• Es una promesa
• No voy a ir…
• Sí, vamos a ir, las dos solas, te lo prometo, porque te mereces disfrutar, más que nadie

Nos quedamos unos segundos abrazadas y se me saltaron las lágrimas. Ella también se emocionó y, para bromear, dije:
• Con lo blanquita que estoy, seguro que me quemo más aún… no estaría mal, así me quedo pareja ¿no?
• Serás…
• Jajaja
• También podríamos invitar a un par de mulatos
• ¿Cuadrados?
• Sí, pero no te preocupes, dicen que esos siempre la tienen grande
• Jajajaja

Nos separamos y me dijo:
• No te voy a convencer de venirte con nosotras ¿no?
• No
• Que cabezona eres… bueno, me voy a poner el bikini

Y se fue a su habitación. La seguí para preguntarle algo que se me acababa de ocurrir:
• Oye, Patri

Ella miraba en su cajón buscando uno de sus bikinis:
• Mmmm no sé cual ponerme… Dime
• El chico ese de Granada
• ¿Qué chico?
• Con el que te liaste
• Ah, el de la mini polla
• Sí jeje
• ¿Qué le pasa?
• ¿Era mayor?
• ¿Mayor que yo?
• Como Tony
• Ah, no, que va, veinte y pocos, estudiaba en la uni
• Ah
• Ya te he dicho que no me van los maduros

Patri ya se había decidido y se quitó el pijama, quedándose desnuda. Me fijé que se había depilado completamente, cosa que era nueva. Le pregunté:
• ¿Y eso?
• ¿El qué?
• Te has depilado completamente
• Ah, sí, por probar

Se giró a mí y me preguntó:
• Me queda bien ¿no?
• Sí… ¿Te lo ha dicho alguien?
• No, bueno, me dio por ahí y me gusta
• Ya
• ¿Y tú? ¿Tienes pelambrera?
• Jajaja
• Niña, no lo puedes dejar así a lo salvaje, que cualquier día de estos mojas y lo mismo el chico ni lo encuentra entre tanto pelo
• Jajaja, que bruta, no tengo tanto

Se giró a su espejo y se miró en él. La observé atentamente. Patri tenía un cuerpo estupendo, delgado pero fuerte, siempre había hecho mucho deporte de todo tipo. Estaba morenita pero no en exceso, y su piel era limpia y suave. Sus pechos no eran grandes pero tampoco nada pequeños, muy redondos, así como su culo. Me daba mucha envidia pero sana. Patri negó con la cabeza y su melenita castaña se agitó. Dijo:
• Se me están quedando las tetas blancas de tanta piscina
• Ya
• Lo mismo le digo a Isa de irnos a la playa a hacer topless, no me gustan así ¿No?
• Yo te veo fantástica
• Jajajaja, gracias pero está claro que mis tetas necesitan tomar el sol… A ver que me dice Isa
• ¿Isa? Ella encantada, con lo que le gusta que le miren las tetas
• Sí, jeje, eso es verdad

Se puso el bikini y luego una camiseta y un short. Cogió algunas cosas y las metió en un bolso de playa, así como una toalla y salimos de su habitación. Me preguntó:
• Entonces ¿Te vienes?
• Que pesada
• Lo tenía que intentar
• Anda, vete ya, que te diviertas

Me miró con resignación y, tras darme un beso rápido, se despidió. Me fui al balcón y miré hacía la piscina. Allí estaba Isa poniendo su toalla en el césped. Al poco llegó Patri, hablaron e Isa recogió su toalla y se fueron hacia su casa, seguramente a coger las llaves de su coche, se irían a otra playa para tomar el sol en topless. Suspiré, me hubiera encantado ir con ellas pero era imposible. Entonces escuché como llamaban a la puerta. Entré en la casa y, al abrir la puerta de la calle vi a Alberto y Fer, los dos con caras largas. Lo primero que pensé fue “¿En serio quiere que le haga una mamada a uno de estos críos tontos? Sé bien a quien se la haría” mientras me venía a la cabeza la imagen de Tony.

Alberto saludó y entró en mi casa sin esperar invitación mientras decía:
• Esto es un sufrimiento
• ¿El qué?
• Con el buen día que hace y tener que estar aquí con las putas matemáticas
• Pues a ver si te entran ya en esa dura cabezota, alcornoque
• ¿No será que eres muy mala profesora?
• ¿No será que la única neurona que tienes la dedicas al deporte?

Porque a Alberto lo que le gustaba era hacer deporte, fútbol, baloncesto, tenis, natación… cualquier cosa se le daba bien. Fer estaba a mi lado sonriendo mientras escuchaba nuestras pullas. Le dije:
• Y tú no te rías, que eres igual que él pero con videojuegos
• No he dicho nada
• Pero estás pensando lo mismo que él

Los conocía de toda la vida y ahora nos llevábamos muy bien pero eran unos críos, solo pensaban en tonterías aunque últimamente los había visto con chicas de su edad, quizás ya estaban espabilando. Les dije:
• Anda, sentaos, y dadme los deberes a ver si habéis hecho algo bien

Fer dijo:
• Todo está bien
• JA, lo dudo, a ver esas integrales…

En cuanto miré la primera, vi que estaba mal. Inspiré profundamente “Son unos alcornoques de verdad” y me armé de paciencia para volver a explicarles todo de nuevo.

Horas más tarde, por la noche
Tony

Vi a Mimi sentada en su banco, o más bien la intuí porque no le daba ninguna luz al banco. Me acerqué y la escuché decir:
• Ya pensaba que no ibas a venir
• Pues he estado a punto
• ¿Por qué?
• Eres una cría y si alguien nos ve aquí a oscuras, ya sabes qué pensarán
• Mmmm No pasa nada
• Sí, sí pasa… Ya sabes la fama que tengo
• Pero a mí me da igual
• A mí no
• ¿Crees que te voy a seducir?

Noté el tono socarrón en su voz. Me reí y dije:
• Temo lo que piensen de ti si te ven al lado de un asesino
• Ya te he dicho que me da igual

Me senté a su lado y ella preguntó:
• ¿Y por qué has venido?
• Eso me pregunto yo
• Imagino que porque te deslumbré anoche con mi personalidad
• Jajaja, que modesta ¿no?
• Era broma, pero ahora me lo preguntó ¿Por qué estás aquí?
• ¿Sinceramente?
• Sí
• Porque… Tengo curiosidad por ti y…
• ¿Y?
• Me aburría
• Serás…

Y me empujó riendo. Dijo:
• ¿Y por qué tienes curiosidad por mí?
• Por mi madre, me hablaba mucho de ti
• Y supongo que también te hablaría de mi madre y Patri ¿No?
• También, pero tú eras su preferida
• Lo sé… Es que… Ella me cuidó muchas veces cuando mi madre trabajaba o salía, era mi canguro... y de Patri, claro
• Ya
• Pero como yo era la pequeña…

Y dejó la frase en suspenso. Le dije:
• Lo cierto es que acompañasteis mucho a mi madre cuando yo no estaba, y eso os lo agradezco
• No era por hacerle un favor, me encantaba estar con ella
• Ya
• Me enseñó… Me enseñó a apreciar un buen libro, me hablaba horas y horas sobre libros
• A mí nunca me gustó leer, seguro que también la decepcioné en eso
• Nunca decía que estaba decepcionada contigo
• Ya…
• También me enseñó a tocar el piano, el de tu casa
• Eso también me lo enseñó a mí, pero hace… no toco desde que me fui de aquí
• Pues un día probaremos los dos juntos
• Jejeje
• En serio, verás como te acuerdas rápido
• Si tú lo dices…

Nos quedamos callados. Entonces ella dijo:
• Ayer te dije que te ayudaría a conocerme para que los dos estemos en igualdad de condiciones
• Ya
• Así que voy a empezar por hablarte de mi familia, hoy te contaré sobre mi madre y mis padres ¿Vale?
• A tu madre la conozco
• Ya pero yo te contaré como es de verdad mi madre

La miré divertido. Desde luego, Mimi era una chica muy especial. Ella pensó unos segundos y dijo:
• Mi madre, Laura, tiene 48 años y se quedó huérfana a los 16, sus padres murieron en un accidente de coche
• Vaya
• Y no tiene hermanos, ni tíos ni nada, estaba sola hasta casarse con mi padre
• Ya
• Se mudó aquí con mi padre justo cuando iba a nacer Patri
• No me acuerdo bien
• Sí, dos meses antes, así que la conociste antes de irte
• Sí
• ¿Te acuerdas de ella?
• Sí, era una mujer atractiva, y yo estaba en la adolescencia, me fijaba en todas las mujeres
• Jajaja, claro, y mi madre es una mujer muy guapa
• Sí
• Pero estaba de siete meses, estaría enorme
• De eso no me acuerdo, la recuerdo con tu hermana en brazos en la piscina, me pasaba el día en esa piscina y conocía a todos los vecinos de vista
• Ya… Ella dice que se acuerda poco de ti, que estaba muy ocupada con Patri
• Supongo
• ¿Y te acuerdas de mi padre?
• No, nada
• Nos abandonó dos años después, siendo yo un bebé
• ¿Por qué?
• Se fugó con otra
• ¿Lo veis?
• No, se divorció y dejó de pasar la pensión, se fue a algún lado de Sudamérica
• Ah
• Nunca ha intentado ponerse en contacto con nosotras
• Vaya
• Pero me da igual, no lo considero mi padre, mi padre es Juan
• Tampoco lo conozco
• Es un hombre especial… es muy bueno, nos quiere mucho, a las tres
• Me alegro
• Es compañero de trabajo de mi madre. Cuando nos quedamos solas, ella trabajaba mucho y no salía nunca, solo vivía para nosotras y su trabajo
• Ya
• Pero Juan también se divorció, salieron y, bueno, se acabaron casando
• Bien
• Los años entre el divorcio y que empezaron a salir juntos fueron muy duros para mi madre
• ¿Te acuerdas?
• No, nada, yo tenía 2-4 años, pero me lo dijo Vera. En esos años, ellas se hicieron muy amigas, nos dejaba con Vera para irse a trabajar y, poco a poco, se estableció una buena amistad entre ellas, Vera la quería mucho, y mi madre a Vera
• Ajá
• Sé que Vera ayudó económicamente a mi madre en esos años
• ¿Eso te lo dijo mi madre?
• ¿Vera? No. Las escuché hablar una vez de eso sin que me vieran, mi madre quería devolverle el dinero pero Vera no lo quería… eso sería un par de años antes de que muriera y parecía que no era la primera vez que mi madre intentaba devolvérselo
• Ya
• Lo que recuerdo de esos años que estuvimos solas es a mi madre siempre cansada. Luego, cuando llegó Juan, todo cambió, siempre está sonriendo, Juan la quiere muchísimo, y ella a él

Se quedó callada, pensando. De repente dijo:
• No sé qué más contarte ¿Quieres saber algo?
• No especialmente
• Mi madre tiene 48 años, y Juan 42
• ¿Es más joven?
• Sí, pero mi madre aparenta 40 así que parece más joven que él

Pensé en el día anterior, cuando la vi en bikini en la piscina, y sí, no aparentaba estar cerca de los 50, seguía siendo una mujer atractiva. Mimi continuaba hablando:
• En serio, mi madre está genial… y bueno, hacen… tienen sexo un par de veces a la semana

Me reí con ganas. Ella se pensó que no la creía y dijo:
• Es verdad, ayer noche, por ejemplo y…
• Vale, vale, no me des más detalles, te creo, es solo que me ha hecho gracia que me cuentes eso
• Te dije que te iba a contar todo
• Pero eso ya es demasiada información
• Bueno pero es que te quería preguntar una cosa ¿Crees que es mucho o poco?
• ¿El qué?
• Que lo hagan un par de veces a la semana
• Jajaja
• Te lo pregunto en serio
• No tengo ni idea
• Patri dice que son unos salidos… bueno, que Juan es un salido
• Jajaja
• Pero yo creo que es mi madre la que lo busca, o bueno, los dos, es que si los ves juntos te das cuenta que son una buena pareja
• Ya

Nos volvimos a callar hasta que dijo:
• No se me ocurre nada más pero pregunta lo que quieras
• No, nada
• De verdad, te lo voy a contar, lo que quieras
• Mmmm
• Dime
• ¿Qué piensa tu madre de mí?

Mimi se calló unos segundos hasta que dijo:
• Ella… Ella no entiende como no has venido antes a ver las cosas de Vera
• ¿No entiende o le molesta?
• Las dos cosas
• ¿Y a ti te molesta eso?
• No, pero tengo curiosidad por conocer la razón
• Ya
• ¿Me lo explicas?
• Aún no
• Mmmmm
• Es un tema… complicado
• Ya… bueno, al final conseguiré que me lo expliques
• ¿Sí?
• Sí
• Jajaja, que segura estás
• Sí porque los dos nos vamos a conocer bien y confiaremos el uno en el otro
• ¿No crees que eres demasiado confiada con un tío que es un asesino?
• No, no lo creo, te conozco bien gracias a Vera
• Puff, no confíes en el amor de una madre
• Y me das buenas sensaciones

Solté una carcajada. Ella, algo indignada, dijo:
• De verdad, es lo que siento

La miré sonriendo. Entonces dijo:
• Mi madre también dice…
• ¿El qué?
• Que no eres buena persona… por lo del asesinato
• Y tiene razón
• Entonces… ¿Lo hiciste?
• Sí
• ¿Qué pasó?
• Ufff, más preguntas complicadas
• Ya… bueno, ya me lo explicarás
• Jajaja
• Y también dice que eras un drogadicto y tratabas mal a Vera
• Sí, eso también es cierto
• ¿Sí?
• Sí
• Oh
• ¿Te he decepcionado?
• No, es que… no sé, no pareces malo
• Jajajaja, espera a conocerme
• Ya… A mi madre le daría algo si me viera hablando contigo
• Normal, por eso te digo que esto no es buena idea
• Pues voy a tu casa
• Eso es peor
• Pues aquí te aseguro que no viene nadie, y si viene, se ve a distancia
• Mmmm
• Por favor, necesito conocerte
• Ya veremos, Mimi

Volvimos a callarnos unos segundos hasta que preguntó:
• ¿Y ahora sigues siendo un drogadicto?
• Je… No, ya no
• Mmmm ¿A qué te dedicas?
• Soy responsable de un departamento de logística
• ¿Logística?
• Almacenes y transportes
• Ah

Alargó su mano y tocó mi alianza, diciendo:
• Me he fijado en esto
• Ah, sí
• ¿Estás casado?
• Sí
• ¿Ella… vendrá?
• No
• ¿Por qué?
• Porque nos hemos separado
• Oh ¿Cuándo? ¿Por qué?
• Haces muchas preguntas
• Lo siento pero si llevas el anillo es porque piensas que se arreglará ¿No?
• No, no se va a arreglar, ella… Me dejó hace unos días… ha… ha conocido a otro
• Oh

Noté como ella se moría de ganas de seguir preguntando pero me levanté y le dije:
• Me voy
• Perdona, no te pregunto nada más, de verdad
• No, no es eso… Es que me voy a correr y ya es tarde
• Pero…
• Ha sido interesante, Mimi
• Sí, mucho ¿Vendrás mañana?
• No lo sé
• Aún te tengo que contar de Patri y de mí
• Jeje
• Por favor
• Ya veremos
• Espera… apunta mi móvil y me avisas por WhatsApp si no puedes venir o quieres que vaya a tu casa
• Mimi, no…
• Es el 655… Venga, apúntalo

La miré pero saqué el móvil y grabé su número. Dijo:
• Llámame
• Otro día
• No, a ver si lo has apuntado bien, y para tener yo el tuyo
• Mimi…
• No te voy a dar el coñazo, prometido, pero es por si algún día no puedo venir o… o algo
• Jejeje
• Venga, llama

La llamé y, gracias a la luz del móvil, vi su sonrisa radiante. Le dije “Buenas noches, Mimi” y me giré para irme. Tras andar varios pasos, la escuché preguntarme:
• ¿Cómo se llama?
• ¿Quién?
• Tu mujer
• Olga
• Hoy hemos aprendido los dos cosas del otro que no conocíamos

Me reí y me fui. Esta chiquilla tenía algo especial. No sabía que era pero sí que era encantadora y muy curiosa.
 
Capítulo 3
Verano 2022

Tony

Vi el resplandor de la pantalla en el banco. Ya era de noche y esa zona estaba totalmente oscura excepto por ese tenue resplandor. Meneé la cabeza, allí estaba Mimi leyendo. Me quedé unos minutos sin moverme, dudando. Aún me duraba el mal cuerpo por la discusión que había tenido hacía ya un rato y quería estar solo, pero también tenía ganas de hablar con esa chiquilla, reírme un rato con sus ocurrencias.

Al final, me acerqué y me senté en su banco diciendo:
• ¿No te da miedo estar aquí sola con todo tan oscuro?
• ¿Miedo? Por aquí no viene nadie
• Por eso mismo, hay gente muy mala en este mundo
• ¿Te refieres a que me violen o algo así?
• O no tanto, que te roben ese aparato
• Mmmm, eso sí me fastidiaría
• ¿Y lo otro no?
• ¿Que me violen? Soy un monstruo, nadie se me va a acercar

La miré sorprendido por esa afirmación tan tajante. Al cabo de unos segundos, le dije:
• ¿Monstruo? Eres una chica muy guapa
• No, soy un monstruo… Tú no me ves bien aquí en penumbras pero estoy deformada
• ¿Qué? ¿Lo de tu accidente?
• Claro, tengo medio cuerpo quemado y me falta esto

Se dio unos golpes en una pierna que sonaron a plástico. Dije:
• ¿Tienes una prótesis?
• Sí, me tuvieron que amputar la pierna
• Vaya
• Por todo eso nadie va a querer acercarse a mí
• Mimi, eso es una tontería, eres una chica preciosa y…
• No, no hables de lo que no sabes… Además, hoy no toca hablarte de mí, hoy te hablaré sobre la mejor hermana del mundo que se pueda tener

Sonreí y suspiré. Ella preguntó:
• ¿Te pasa algo?
• No, bueno… Hace un rato he conocido a tu hermana
• ¿Sí? ¿Y eso?
• He ido a tu casa para hablar con tu madre de cosas de la casa
• Ah
• Y hemos discutido
• ¿Con mi hermana?
• No, con tu madre, pero tu hermana estaba allí
• ¿Qué ha pasado?
• Nada
• Algo ha pasado, cuenta

Sonreí. Era una chica muy curiosa. Respiré hondo y dije:
• Supongo que no me sienta bien que me digan verdades a la cara
• ¿Qué te ha dicho?

—----------------------------------
1 hora antes
Patri

Escuché como llamaban a la puerta y a mi madre decir desde la cocina:
• Patri, abre, que no puedo

Suspiré y me levanté del sofá dejando el móvil en la mesa. Fui a la puerta y al abrirla me quedé de piedra, era el asesino. Dijo:
• Hola ¿Está tu madre?
• Mmmm no… sí, un momento

Y cerré la puerta para luego correr a la cocina:
• Mamá, es el asesino
• ¿Qué?
• Que está en la puerta el hijo de Vera

Mi madre puso mala cara y dijo:
• Vigila esto que no se queme

Y fue hacia la puerta. Escuché como la abría y decía:
• ¿Qué ocurre?
• Hola, Laura

Mi madre demoró un poco su respuesta pero al final dijo:
• Hola
• Vengo a… Bueno, hay una habitación con la puerta cerrada y supongo que tienes la llave ¿no?
• Sí, claro

Otros segundos de silencio hasta que mi madre dijo:
• Bueno, pasa, la tengo que buscar, hace mucho que no entramos ahí

Escuché como entraban en el salón y como mi madre luego salía e iba a su cuarto. Al poco, vino a la cocina y me preguntó muy bajito:
• ¿Dónde están las llaves de Vera?
• Tú sabrás, mamá
• No están en su sitio
• La habrás dejado en otro lado
• No

Mi madre me miró nerviosa. Entonces movió un poco la cazuela y apagó el fuego. Dijo:
• Ve y pregúntale si quiere algo de beber, voy a mirar en el cuarto de Mimi, seguro que ella las tiene, le encanta entrar en esa habitación
• Vale

Fui al salón. Allí, el asesino miraba las fotos familiares. Pregunté:
• ¿Quieres beber algo?
• ¿Qué?
• ¿Una cerveza?
• Ah, no, gracias

Cogió una de las fotos y dijo:
• Me gusta esta foto

Miré la foto. En ella estábamos Mimi antes del accidente, mi madre, Vera y yo, sonrientes. Él preguntó:
• Imagino que es tu hermana (señalando a Mimi)

Fui hacia él enfadada y cogí la foto. Dije:
• No es asunto tuyo

Él me miró sorprendido pero luego dijo:
• Ya, claro… Estáis muy bien las cuatro en esa foto

Entonces, mi madre dijo entrando en el salón con las llaves:
• Como si te importase algo

Él la miró impasible. Mi madre continuó:
• No quisiste saber nada de tu madre ni cuando estaba viva ni cuando murió

Tampoco dijo nada pero noté que se le endurecía el semblante y la mirada, daba un poco de miedo, pero mi madre no se amedrantó y siguió hablando:
• Lleva muerta años y ahora es cuando vienes

Le acercó las llaves y se las dio diciendo:
• Vera era una mujer estupenda, no se merecía…

Él cogió las llaves y se movió para salir. Mi madre continuó:
• Lloraba mucho por tu culpa ¿Sabes? Preguntándose qué hizo tan mal contigo

Él se paró bruscamente, pero no se giró, seguía dándonos la espalda. Mi madre siguió hablando:
• Siempre tenía buenas palabras hacia ti, siempre, se echaba la culpa de todo, todo eran errores suyos, tú eras solo la víctima de sus errores

Entonces mi madre soltó una carcajada triste para decir:
• Su error fue no darse cuenta del tipo de hombre que eras, ese fue su único error

Él se giró mirándonos con un gesto que me hizo dar un paso atrás, parecía a punto de pegarnos. Alargué la mano para decirle a mi madre que se callara pero ella dijo:
• Ni has ido a verla al cementerio ¿No?

Él dio un paso amenazador hacia nosotras, me acerqué a mi madre para apoyarla aunque estaba muy asustada. Miró fijamente a mi madre sin decir nada durante varios segundos y luego me miró. De pronto, pareció avergonzado y relajó el semblante. Le dijo a mi madre:
• Os agradezco la compañía que le hicisteis a mi madre pero eso no te da derecho a hablarme así
• No me pienso disculpar por decir la verdad
• Ni quiero tus disculpas, pero ya es suficiente

Se giró y fue hacia la puerta a grandes zancadas. Me di cuenta que había contenido la respiración. Solté el aire aliviada. Mi madre salió fuera cuando él estaba a punto de abrir la puerta para irse y dijo:
• Me imagino que vas a vender la casa

Me asomé por la puerta del salón y vi como se paraba mientras mi madre seguía hablando:
• Esa habitación…

Mi madre dudó unos segundos hasta decir:
• En esa habitación hay muchos recuerdos de tu madre. Por favor, cuando los vayas a tirar, avísanos, nos gustaría quedarnos con algunas cosas

Él giró la cabeza y miró a mi madre pero esta vez sin furia, solo impasible. Mi madre, nerviosa, dijo:
• Las niñas y yo le cogimos mucho cariño a tu madre, pasamos muchas horas con ella, y hay fotos, libros,... que nos gustaría quedarnos si todo va a ir a la basura

Entonces se abrió la puerta de la calle y Juan se quedó sorprendido ante la escena. Miró a mi madre preocupado y dijo:
• Ehhhh ¿Hola?

El asesino lo miró y dijo:
• Hola, ya me iba… Adiós

Juan se hizo a un lado para que saliera y luego entró cerrando y mirando extrañado a mi madre:
• ¿Ha pasado algo?
• Nada, que ese indeseable ha venido a por la llave de la habitación de Vera
• ¿Y os habéis peleado?
• No

Reí nerviosa y dije:
• Yo me he acojonado

Juan me miró asustado y preguntó:
• ¿Os ha amenazado?
• No, no, es solo que da miedo ese tío

Mi madre dijo:
• Que me he quedado a gusto diciéndole cuatro verdades
• Jo, mamá, casi me meó, de verdad ¿No te ha dado miedo? ¿En serio?
• No, Patri, ese es un bravucón, solo eso

Y se metió en la cocina con Juan. A mí me temblaban las piernas. La escuché decir:
• Nos vamos a quedar sin el dinero del alquiler
• ¿Te lo ha dicho?
• No ha contestado, pero está claro… Que mierda, con lo bien que nos venía ese dinero para la operación de Mimi

Mi madre guardaba todo ese dinero junto a muchos ahorros para una futura operación de Mimi para quitarle las quemaduras. Suspiré y me fui al salón, con ganas de contarle todo a Isa. Le escribí:
• Tía, que movidón en mi casa
• ¿Qué ha pasado?
• Ha venido el asesino y casi me meo del susto
• ¿Qué? Cuenta, cuenta
• Voy a cenar algo y luego te cuento abajo
• Tíaaaaa, no seas zorraaaaaa…. cuentaaaaaaaa
• Nooo, luego jajaja

---------------------------------

Sonreí con pesar y contesté a Mimi:
• Tu madre solo me ha dicho la verdad, nada más
• No te enfades con ella, quería muchísimo a Vera
• Ya veo
• Cuando murió las tres estuvimos muy mal, llorando sin parar. Juan nos cuidó y apoyó durante esos días, fue un cielo. Poco a poco, nos hicimos a la idea de que ya no estaba, pero jamás la olvidaremos, jamás, ninguna de las tres
• Me he enfadado conmigo, no con ella

Miré a esa chiquilla en la oscuridad, casi sin verla, pero pude ver que tenía los ojos húmedos. Le dije:
• Le he pedido a tu madre la llave de la habitación que está cerrada
• Ah, la tengo yo
• Me la ha dado
• La habrá encontrado en mi mesa, voy… iba allí mucho, me gusta mucho esa habitación, está todo como Vera lo dejó, con sus libros, las fotos, sus recuerdos… Allí pasé muchas horas con ella
• No me he atrevido a entrar, he estado paseando mientras pensaba en las cosas que me ha dicho tu madre y también por no enfrentarme a esa habitación
• ¿Por qué?
• Es lo único que queda de ella en esa casa, todo el resto es diferente, pero… Me siento muy culpable, niña, sé perfectamente lo cruel que fui con ella
• Pero ella no…
• Ella no quería ver la realidad, fui un cabrón
• Ella no lo veía así y, si lo veía, te perdonaba todo, ella…
• Lo sé, y eso es peor, si me hubiera odiado como me merecía me sentiría mejor, me sentiría como si hubiera recibido mi merecido, pero no, no es así, sé que ella jamás me odió
• Para nada

Nos quedamos callados. Entonces me levanté y ella dijo:
• No te vayas, tengo que contarte sobre…
• Hoy no, Mimi, no estoy de humor
• Pero…
• Mañana ¿Vale?
• ¿Qué vas a hacer?
• Me voy a casa
• ¿Vas a abrir esa habitación?
• No lo sé… Hasta mañana
• Adiós

Me fui a casa. Allí, cogí una cerveza y me quedé un rato delante de la puerta, con las llaves en la mano, sin abrirla. Me parecía que no tenía derecho a entrar allí, que sería como mancillar un sitio honesto, limpio de mí, de mi inmundicia,... Me terminé la cerveza y noté que no me había dado el valor suficiente para abrir esa puerta. Iba a darme por vencido cuando llamaron a la puerta. Extrañado, la abrí. Me encontré con una Mimi seria que me dijo:
• No has podido entrar en la habitación ¿Verdad?

La miré sin decir nada. Entonces, ella entró, me cogió de la mano y dijo:
• Ven, lo haremos juntos

Me dejé llevar por ella. Nos situamos delante de la puerta y ella cogió la llave de mi otra mano. La abrió, encendió la luz y tiró de mí para que entrara con ella. Preguntó:
• ¿Está como recuerdas?

Miré a mi alrededor. Era una habitación amplia, de unos 25 m2 pero atestada de estanterías para libros. Mimi se dirigió hacia un sillón y dijo:
• Ella ponía su silla de ruedas ahí al lado de la ventana o se sentaba aquí, a leer o a contarme historias. Yo me sentaba en el suelo o en ese otro sillón… Aquí se me pasaban las horas volando

Vi como acariciaba con ternura el viejo sillón. Luego, me sonrió de una forma que me quedé impactado. Ahora, con la luz de la habitación, pude verla de verdad. En la penumbra del banco me había parecido una chica de 15 años pero ahora que la veía bien, me pareció algo mayor. Ciertamente era una chica muy guapa, con unos ojos grandes marrones claros, unos labios gruesos, y una sonrisa que haría derretirse a muchos hombres en el futuro, lo tuve claro. Su largo pelo negro liso, echado hacia la izquierda, le tapaba gran parte de ese lado y supe que era para ocultar sus quemaduras. Tenía muy buen tipo, con esas mallas ajustadas y la camiseta larga que dejaba intuir unos pechos sugerentemente grandes para su edad.

Miré a mi alrededor. Vi la silla de ruedas apoyada en la pared. La mesa, las paredes y los muebles estaban llenos de fotos, fotos de Mimi, de su hermana, de su madre, pero también mías, muchas… Demasiadas. Mimi me observaba y al ver como miraba las fotos, cogió una y dijo:
• Esta era su favorita… y la mía

Era una foto de mi madre y yo sonrientes. La recordaba. Yo tendría 15 años. Mi padre aún vivía con nosotros y ella aún andaba. Me había llevado al cine y lo habíamos pasado muy bien. Yo la abrazaba, muy feliz. Poco después ocurrió el accidente que la dejó postrada en una silla de ruedas para el resto de su vida, y meses más tarde, la gran bronca entre mis padres que provocó que él se fuera, y nada fue igual a partir de ese momento, se me acabó la infancia y salió mi verdadero yo, el Tony cruel, pendenciero, violento…

Mimi, ajena a mis pensamientos, miraba la foto con cariño y dijo:
• Aquí ya se veía lo guapo que ibas a ser jijiji, me encanta esta foto

Luego, fue hacia el piano o más bien un órgano pero de madera con pedales. Se sentó y dijo:
• Me enseñó a tocarlo
• Tocaba muy bien
• Sí, y me dijo que tú también
• Ufff, desde los quince no toco
• Pero eso no se olvida
• Anda que no, ahora sería un torpe total
• Pero eso se arregla, ven, toquemos juntos
• No
• Anda, sí
• Otro día, hoy no estoy de ese humor

Me miró y asintió. Pasamos la hora siguiente sin salir de allí, con Mimi contándome mil anécdotas y recuerdos, muchos del tipo “Y recuerdo cuando Vera me contó la vez que fuisteis al campo y te caíste en un riachuelo buscando renacuajos y ella tuvo que sacarte de allí mientras tú no parabas de reírte”. Era verdad que mi madre le había hablado mucho de mí, pero de mi versión infantil, la buena, no le había contado nada de mi versión real, la de adulto, la versión que le gritaba, la insultaba, la despreciaba, la que le echaba la culpa de que se fuera mi padre…

Mimi miró su móvil y dijo:
• Huy, me tengo que ir, que mis padres ya mismo me están llamando a ver donde estoy
• Claro
• Me lo he pasado muy bien
• Yo también

Salimos y nos dirigimos a la puerta de la calle. Allí, antes de abrirla, le dije:
• Mimi, gracias
• De nada (sonriente)
• Creo que no hubiera entrado si no llegas a venir
• Lo sé

Y se puso de puntillas y me dio un beso en la mejilla. Luego, sonriente, abrió la puerta y salió fuera. En el umbral, me dijo:
• Dime una cosa
• ¿Qué?
• ¿Cuánto llevas con tu mujer?
• Mmmm ¿Casado?
• Sí
• Algo más de dos años
• ¿Y cuándo la conociste?
• Al poco de salir de la cárcel, casi cuatro años
• ¿Dónde la conociste?
• Muchas preguntas jeje
• Lo sé, lo sé… Es la última
• La conocí en una fiesta
• Mmmmm

La miré sonriendo, se notaba que quería seguir con las preguntas. Le dije:
• Anda, dispara
• ¿Fue flechazo?
• Mío sí, de ella no, me lo tuve que currar durante semanas
• Jajaja Enséñame una foto

La miré unos segundos. Luego, cogí el móvil y lo encendí. Mi fondo era una foto de ella, sonriente. Se la enseñé. Mimi abrió mucho los ojos y dijo:
• ¡¡¡Pero si es guapísima!!!!
• Sí (dije tristemente)

Me miró durante unos segundos de una forma intensa, sin decir nada. Entonces se giró y fue al ascensor. Allí dijo:
• Hasta mañana
• Hasta mañana
• En el banco, que tenemos que seguir conociéndonos
• Jejeje, sí

Y se fue. Y me sentí vacío, esa chiquilla llenaba y desbordaba el vacío que tenía desde Olga.

Entré en casa y fui a la habitación. La miré desde fuera y apagué la luz para luego cerrar la puerta. Sin Mimi allí, seguía sin ser merecedor de entrar en esa habitación tan especial.

Cuando me acosté pensé en todo lo ocurrido ese día. En mi visita al cementerio aquella mañana. Lo limpio y cuidado que estaba el nicho de mi madre, se notaba que iban allí a menudo. Estuve un par de horas frente a su tumba, pensando, con los remordimientos desgarrándome,... Luego, la visita a casa de Laura, su claridad al decirme las cosas y como su hija, al verme avanzar hacía Laura, se había acercado a su madre para apoyarla. No tenía intención de hacerles daño pero claro, al ser tan grande y estar tan serio, debía haberles parecido muy amenazador, pero me había gustado el gesto de esa chica, asustada pero valiente a la vez, poniéndose al lado de su madre… Dos mujeres con carácter, sí.

Y Mimi, esa preciosa chiquilla, tan dulce y tierna, llena de recuerdos, y tan frágil. Que injusta era la vida, un mierda como yo totalmente sano, y una gran chica como ella mutilada… “Que asco de vida” pensé.

Y Olga, mi preciosa Olga… Y pensé en la pregunta de Mimi “¿Dónde la conociste?”. Y recordé ese día, el día más afortunado de mi vida… Llevaba unos meses fuera de la cárcel. Había conseguido rápidamente un “trabajo” gracias a un contacto en la cárcel. Y me había ido muy bien esos meses, había ascendido rápidamente, se me daba bien el trapichear con droga, asustar a la gente… Además, había recuperado mucho del tiempo perdido sin estar con chicas, cada noche una, cada noche un polvo, o dos, o tres… Y esa noche había salido pensando en el mismo plan, ligarme a una chica fácil y follármela hasta hartarme. Pero las cosas no salen siempre como se planifican…

—--------------------------------------------------
4 años atrás. Mayo 2018
Tony

Esa noche, un colega me había convencido para ir a una fiesta de cumpleaños de una amiga suya. Me había convencido diciéndome que su amiga tenía muchas amigas universitarias que estaban muy bien. Cuando llegamos, comprobé que era verdad, había muchas chicas y bastantes estaban muy follables. Pero antes fui a buscar una copa. Estuve charlando con unos y otros, solo conocía a mi colega pero allí la gente ya estaba muy animada así que las conversaciones eran fáciles. Empecé a entrarle a una chica rubia bastante guapa y rápidamente me di cuenta que iba a ser sencillo follar esa noche.

Todo iba según el plan hasta que de pronto la vi entrar. Iba con una amiga muy pechoguna con escote enorme pero casi no la miré, me quedé extasiado mirando solo a esa preciosidad alta, morena, con un tipo imponente. Iba con un vestido que no enseñaba casi nada, un poco de escote pero poco, y la falda a medio muslo, pero nada más, pero se veía claramente que tenía cuerpazo, un buen culo, unas bonitas piernas, pecho generoso… Y guapa, guapa a rabiar. Me acerqué y me presenté. La pechugona con escote me dijo algo pero no le presté atención, solo tenía ojos para la belleza morena. La miré a los ojos, de un azul intenso. Su melena negra, frondosa, y su sonrisa... una sonrisa que me tenía atontado.

La chica se presentó como Olga, y rápidamente capté un fuerte acento de Europa del este. Hablaba español sin problemas pero con mucho acento. Pude hablar con ella unos minutos pero luego, nos separamos. Volví con la rubia pero no me quitaba de la cabeza esos ojos y esa sonrisa. Busqué a Olga con la mirada, la vi rodeada de tíos, la vi charlando con unos y otros, lo normal, todos los buitres a su alrededor.

Dejé a la rubia y busqué a la morena, a Olga, pero no la veía por ningún lado y pensé “Ya se la han ligado”. Salí fuera a fumar, nervioso y decaído. Y la vi, sola, mirando el jardín. Me acerqué y ella se giró. Me sonrió y dijo:
• Tony ¿No?

Me sorprendió. Asentí y me puse a su lado. Vi que tenía sus zapatos en la mano y estaba descalza. Le pregunté:
• ¿Te molestan esos tacones?

Ella se rio, y avergonzada, me dijo:
• Se han roto
• ¿El qué?
• El tacón, mira

Y sí, en efecto, uno de los zapatos no tenía tacón, el otro sí y era bastante alto. La miré sin entender y me dijo:
• No son míos, son prestados, y los he roto
• ¿No tienes?
• No, no salgo nunca
• ¿Y eso?
• Estudio y trabajo
• Pero saldrás con tu… novio ¿No?
• No tengo novio
• ¿Cómo puede ser eso?
• Piensa

Me quedé extrañado, pensando, mientras ella me miraba divertida. Entonces caí:
• ¿Eres lesbiana?
• Jajajaja
• Joder, perdona, yo…
• No, no lo soy, pero sabía que ibas a pensar eso

La chica se estaba cachondeando de mí. Me reí y pregunté:
• Entonces vuelvo a mi pregunta inicial ¿Cómo puede ser que no tengas novio? Pretendientes no te faltarán
• Lo que me falta es tiempo, estudio y trabajo, no tengo tiempo para relaciones
• Anda ya
• Hoy vengo aquí (cometía algún error al hablar español) por mi amiga que ha sido muy pesada
• ¿Cómo?
• Dice que nunca salgo, que solo estudio, y por no escucharla más…

Y sonrió. Le pregunté:
• ¿Y en qué trabajas?

Ella me miró seria y sin decir nada. Le mantuve la mirada hasta que dijo:
• Sé que piensas
• ¿Ah, sí? ¿Eres lectora de mentes?
• No, pero lo sé
• ¿Y qué pienso?
• Piensas “chica extranjera, con ese acento es del este, allí solo putas… ésta trabaja de puta”

Me quedé sorprendido ante su franqueza. Sonreí un poco cortado, era verdad, estaba pensando más o menos eso. Ella dijo:
• Pero te equivocas, yo estudio para enfermera, y trabajo tardes en tienda de ropa, y luego estudio en casa
• Ah
• Vivo en piso estudiante, con mi amiga Trini y otra chica, las tres estudiantes, no putas
• Vale, vale, lo siento
• He acertado ¿No?
• No… no sé, es que es raro que una chica tan guapa no esté ya pillada
• ¿Pillada?
• Con novio
• Ah, pues no, no estoy “pillada”

Ella me sonrió dejándome bastante cortado. Entonces dijo:
• Trini prestarme sus zapatos y yo se los he roto, me va a matar
• ¿Y por qué tacones? Si ya eres alta
• Esti… esta… estila…
• ¿Estiliza?
• Eso, y me gustan… Además, no tenía otros zapatos a juego con este vestido

Vi como se abrazaba. Aunque hacía buena noche, ella tenía solo el vestido y se notaba que tenía frío. Me quité la chaqueta y se la puse. Ella me sonrió y dijo:
• Gracias
• De nada

Nos quedamos callados, sin mirarnos. Entonces le pregunté:
• ¿Y qué haces aquí fuera?
• Me da… vergonza
• Vergüenza
• Eso… Le he mandado mensaje a Trini para irnos, pero creo que está ocupada con la lengua de su amigo dentro de su boca
• Jejeje

Nos volvimos a callar. La miré. Era increíblemente guapa. Le pregunté:
• ¿Quieres que te lleve a tu casa?

Ella me miró con desconfianza hasta que dijo:
• Te voy a hablar claro

La miré esperando:
• No voy a follar contigo, ni con nadie, no he venido a eso
• Ah, yo…
• Y no te conozco, no me voy a ir con alguien que no conozco
• Tienes razón, lo siento
• Pero me puedes hacer compañía si quieres, pero sabiendo que no vamos a follar
• Vale, vale, lo capto
• ¿Seguro?
• Sí jeje
• Entonces ¿Te quedas o te vas?
• Me quedo
• ¿Vas a perder el tiempo conmigo sin ninguna posibilidad?
• Creo que es imposible decir que se pierde el tiempo estando contigo
• ¿Por qué?
• Pues… me he divertido más con esta conversación que con cualquiera que haya tenido en estos últimos meses con una chica

Ella me dedicó una gran sonrisa. Entonces le dije:
• Pero es un poco rollo estar aquí fuera esperando a tu amiga ¿No crees?
• Sí, pero dentro… no, me da…
• Vergüenza, lo sé, pero te propongo algo… Mira

Abrí mi cartera, saqué mi DNI y se lo enseñé. Le dije:
• Haz una foto, y hazme otra a mí, grábame diciendo que te voy a llevar a casa a esta hora, y luego cuando te deje en tu casa, me grabas diciendo que te he dejado sana y salva. Mandas todo a tu amiga y a mí, y si te hago algo, tienes fácil denunciarme

Ella cogió mi DNI y lo miró. Dijo:
• Tienes 32 años
• Sí, eres rápida con los números ¿Y tú?
• 24… Eres mucho mayor que yo
• Ya
• Mmmm me gustan los hombres algo mayores que yo
• ¿Algo mayores? ¿Y yo soy mucho mayor?
• Mmmmm Quizás en el límite

Y sonrió. Entonces me lo devolvió y dijo:
• De acuerdo, llévame a casa
• Vale, venga, haz las fotos
• No hace falta
• ¿Te fías de un desconocido?
• Mmmm, no pareces malo
• Soy grande y fuerte
• Lo sé

Nos miramos y la guié hasta mi coche. La llevé a su casa mientras charlábamos y me contaba sobre sus estudios. Paré el coche y cuando iba a bajar, le pregunté:
• Si no has salido para ligar ¿Para qué has salido?
• Para divertirme, bailar, desconectar
• ¿Y si te propongo algo?
• No vamos a follar, Tony
• Lo sé, lo sé

Me miró divertida, esperando. Le dije:
• Cámbiate de zapatos y vamos a un bar, solo para charlar y bailar, nada de follar
• No tengo otros zapatos para este vestido
• Pues te pones unos vaqueros, no sé, lo que sea, es solo para eso, no vas a ligarme, tranquila

Ella se rio con ganas y me miró sin decir nada, con esos impresionantes ojos azules. Luego dijo:
• Está bien, espérame

Salió, dio varios pasos hacia su portal pero se paró de nuevo y volvió inclinándose en la ventanilla para decirme:
• Lo de follar es totalmente en serio, no busco eso
• Lo sé
• Vas a perder la noche conmigo, lo digo en serio
• Ya te he dicho que contigo es cualquier cosa menos perder el tiempo

Me sonrió de nuevo y se enderezó. La vi entrar en su portal. Salió diez minutos después, con unas botas, vaqueros y jersey de cuello alto. Entró en el coche y dijo:
• Tengo un poquitín de hambre
• Vamos a tomar unas tapas, ya verás que buenas

La dejé en su casa a las cinco de la mañana, tras una noche de risas, bailes y charla, nada más. Nos despedimos con besos en las mejillas y dándonos los móviles. No había follado pero me lo había pasado mejor que nunca en muchísimos años. Y estaba perdidamente enamorado.

Olga
Estaba en la cocina preparándome un café cuando escuché la puerta. Al poco, entró en la cocina Trini con la ropa de la noche anterior. Me reí y dije:
• Vaya juerga, Trini
• Puff, estoy reventada
• ¿Todo bien?
• Buenooooo, no sé, un polvete que ni me acuerdo bien jajaja

Me reí con ella. Entonces dijo:
• ¿Y tú?
• ¿Yo qué?
• Te fuiste con ese pedazo de tío
• Sí
• Está muy bueno
• Sí, no está mal
• ¿Te lo has follado?
• No
• ¿En serio? Nena, ¿Te vas con ese pedazo de tío y no lo matas a polvos??? ¿Estás tonta?
• Sí, un poco jajaja
• ¿De verdad no te has acostado con él?
• No, no quiero… no quiero… mmm ¿Cómo se dice?
• ¿No quieres follar?
• No, eso no… no quiero… distraer
• Distracciones
• Eso, no quiero distracciones y me conozco, me gusta demasiado el sexo y dejaría de estudiar, y no me lo puedo permitir
• Pero tía, un polvo, un jodido polvo con un tío cañón, eso no es una distracción, es arreglarte el cuerpo por días jajaja

Nos reímos un rato hasta que dijo:
• ¿Se lo tomó mal?
• ¿El no follar?
• Sí, claro
• No, estuvo muy… mmmm muy…
• ¿Considerado?
• Sí, pero eso no… muy gentleman
• ¿Caballeroso?
• Sí ¿No? Quiero decir, no intentó nada cuando le dije que no buscaba eso, pero estuvo divertido y me sentí bien, cómoda con él
• Y no te lo tiras, es que mira que eres rara, hija
• Jajaja
• Pero ¿No te apetecía o qué?
• Pues claro que tenía ganas, pero ya te digo que me conozco, yo y el sexo mala combinación, y entonces yo perder cabeza y no… no puede ser ahora
• Pero te llamará ¿No?
• Creo que sí, o lo llamo yo
• O me pasas su teléfono y lo llamo yo, verás si me lo follo o no jajaja
• Noooo, ese es para mí, pero no ahora
• No ahora… claro, que se va a quedar esperando a que a la señorita le pique el chichi lo suficiente
• Jajajaja

Tony
Al día siguiente me moría por llamarla, hablar con ella, pero me contuve como pude, no quería que me viera como un pesado, pero al final no pude evitar mandarle un mensaje por la noche preguntándole por los tacones y su amiga, una chorrada pero no se me ocurrió otra cosa. Ella se rio, y hablamos un rato. Y a partir de ese día le escribía, la llamaba o quedaba con ella siempre que podía. Dejé de salir o follar con otras, no pensaba en nadie más. Y con Olga era solo salir como amigos, ni morreos ni nada, solo salíamos, charlábamos, la invitaba al cine, a comer…

La estuve cortejando, algo que jamás había hecho ni que sabía hacer, pero lo estuve haciendo durante semanas. Me armé de paciencia porque ella tenía poco tiempo libre, o trabajaba o estudiaba. Todas las tardes trabajaba, los sábados completos también. Los domingos estudiaba, pero yo iba a su casa, la ayudaba con los trabajos porque ella entendía bien el español pero lo leía y escribía regular, y en eso la ayudaba. Me sentía un poco pagafantas pero también pensaba que estaba haciendo méritos ante sus ojos, y veía como me miraba, no era solo como amigo, o eso quería pensar.

Y al final llegaron los exámenes finales de ese curso. Olga dejó totalmente de salir, pero yo iba a su casa a ayudarla. Me quedaba con ella en su cuarto leyéndole los libros cuando se ponía nerviosa por no entender algo. La ayuda escribiendo. Y ella siempre me sonreía y se me olvidaba todo con esa sonrisa, las ganas que tenía de follar con ella, de tocarla, esa sonrisa me llenaba totalmente.

Con el último examen, ideé un plan. Cuando terminara, le diría de irnos de vacaciones, la llevaría a un buen sitio, los dos solos. Me moría de nerviosismo, por si me decía que no. La noche antes de ese último examen me llamó para que fuera a ayudarla como había estado haciendo con los anteriores. Me dirigí a su casa pensando como contarle lo de mi plan, como decírselo sin cagarla, como proponérselo sin que pareciera ansioso,... Subí el ascensor cada vez más acojonado, no lo entendía, yo que nunca me asustaba ante nada, que nunca tenía problema para entrarle a las chicas, que siempre ligaba, y ahora estaba casi temblando de nerviosismo por esa chica, por decirle de irnos juntos de vacaciones. Totalmente acojonado, me planté delante de su puerta pensando que mejor se lo proponía al día siguiente, que ahora estaría muy tensa y no querría saber nada de eso.

Me abrió su compañera Trini que me dijo:
• Hoy está de los putos nervios
• Ya
• Joder, está acojonada, cree que se va a poner mañana nerviosa y no va a hacerlo bien

Era un examen práctico. Asentí y dije:
• Bueno, ahora repasaremos todo, para que se tranquilice
• Anda, sí, que como vaya mañana así, la va a cagar pero por nervios

Fui hacia su dormitorio y llamé. Ella contestó con un “entra”. Abrí y la vi sobre su escritorio, leyendo su libreta. Levantó la mirada y me sonrió. Le devolví la sonrisa diciendo:
• Vamos, pequeña, que mañana lo vas a hacer perfecto, que te lo sabes perfectamente, vamos a repasar juntos y…

Olga se levantó y me dio un morreo de muerte mientras cerraba la puerta detrás mía. Me llevó a su cama donde me desnudó ansiosa, y se desnudó ella, y me cabalgó con presteza, sin dejar de gemir, de besarme. La observé extasiado, era perfecta, unos pechos redondos, grandes, su vientre liso, su pubis recortado… Nos corrimos a la vez, yo dentro de ella. Olga se derrumbó en mi pecho, sin dejar de besarme.

Nos quedamos callados, con la respiración agitada. Entonces dije:
• Vaya, esto sí que no me lo esperaba
• ¿No?
• No, pensaba en otra noche entre libros
• No, será una noche de sexo, porque esto no ha acabado
• ¿Y el examen?
• Necesito relajarme, y nadie mejor que tú para eso, Tony

Me besó ardientemente, y luego bajó pasando su lengua por mi cuerpo hasta llegar a mi polla. La lamió lentamente, se la metió en la boca y comenzó a chupármela lentamente. Se me volvió a poner dura inmediatamente. Fue una noche larga. Entre polvo y polvo, charlábamos, reíamos, para luego volver a empezar con el sexo. Nos dormimos en algún momento y me desperté con un beso de ella. Estaba sentada en la cama, ya vestida. Me dijo:
• Buenos días
• ¿Qué? Bu.. buenos días
• Me voy al examen
• Espera, te llevo
• No, descansa, lo necesitas

Lo cierto es que estaba hecho polvo. Ella me sonrió y continuó:
• Por lo de anoche, que dejé esto vacío (mientras metía la mano debajo de las sábanas y me acariciaba los huevos) y por lo de esta noche, que esto no ha acabado

La miré tontamente. Le pregunté:
• Seguro que te sale estupendamente el examen, luego salimos a celebrarlo
• Claro, cariño

Me volvió a besar y se levantó de la cama. Le cogí la mano y le pregunté:
• ¿Estás bien?
• Sí, muy bien (sin dejar de sonreír)
• ¿Nerviosa?
• Un poquito, pero muy relajada y muy a gusto

Volvió a agacharse para darme otro beso y salió de la habitación. Y yo me quedé en su cama, totalmente enamorado para siempre de ella y sin ser consciente aún del vuelco que acababa de dar mi vida.
 
Capítulo 4
Verano 2022

Mimi

En cuanto me vestí, fui casi corriendo a la cocina donde se escuchaba la radio y sonidos de platos. Me moría de ganas por saber lo que había pasado la anterior noche con Tony porque cuando llegué a casa, mis padres ya estaban acostados y Patri llegó cuando yo ya dormía.

Le di un beso a mi madre y al poco llegó Juan con el pan. No sabía como sacar el tema sin que me preguntaran como me había enterado así que dije:
• He pensado que podría preguntarle a Tony si puedo usar el piano

Mi madre me fulminó con la mirada y dijo:
• Ni se te ocurra
• ¿Por qué? Necesito practicar
• Pues practica en el órgano
• Sabes que no es lo mismo tocar es ese teclado que en el de verdad (tenía un pequeño órgano eléctrico)
• Pues olvídate de ir allí
• Pero…

Entonces Juan intervino y dijo:
• Mimi, no insistas, no es buen momento, y más después de lo de ayer

“Ajá” pensé, “ya tengo la puerta abierta para preguntar” me dije muy satisfecha. Inmediatamente pregunté:
• ¿Lo de ayer? ¿Qué pasó?

Mi madre dijo:
• Nada

Y Juan:
• Estuvo aquí y tu madre le dijo un par de verdades a la cara y se enfadó
• ¿Se enfadó? ¿Os amenazó?

Mi madre se sentó diciendo:
• No, pero no le sentó bien, obviamente
• Pero ¿Qué ocurrió?
• Nada, solo le di sus llaves, le dije que era un mal nacido por como se portó con Vera y se fue enfadado, solo eso
• Pero…
• Pero nada, tú aléjate de ese desgraciado y ya está

Iba a decir algo más pero Juan me miraba negando como diciendo “no está el horno para bollos”. Me mordí la lengua. Le preguntaría a Patri. Terminamos de desayunar y se fueron a trabajar tras despedirse de mí. Limpié la cocina y luego miré un poco el móvil. Cuando me aburrí, entré en la habitación de Patri y la desperté:
• Venga, dormilona
• Eres idiota, que estamos de vacaciones (dijo pegando la cara a la almohada para cubrirse los ojos mientras yo levantaba su persiana)

Me reí y la zarandeé hasta que se incorporó rápidamente, me abrazó y me tiró en la cama echándose encima y diciendo:
• Pues me duermo sobre ti
• Quita, tonta del culo
• Sí, estás blandita, así duermo bien (mientras me hacía cosquillas)

Estuvimos unos segundos más retorciéndonos en la cama y riéndonos hasta que conseguí levantarme diciéndole:
• Eres tonta
• Y tú más
• No, tú eres la tonta del culo
• ¿Qué hora es, lista del culo?
• Las nueve y media
• Joeeee, que anoche me acosté a las dos

Patri se sentó en la cama y abriendo mucho la boca, lanzó un gran bostezo mientras levantaba los brazos para desentumecerse. Me reí y dije:
• ¿Así te levantas tú cuando te quedas a dormir con un tío?
• ¿Qué pasa?
• Es poco femenino
• Pues vale, pero me quedo a gusto. Además, si me despierto con un tío estaré desnuda y él estará más atento a mis tetas que a mi bostezo

Nos reímos y se levantó para meterse en el baño. Fui a la cocina y calenté leche y café, y le unté una tostada con mantequilla y mermelada. Cuando llegó, me miró extrañada y dijo:
• ¿Y esto?
• Nada
• ¿Qué quieres?
• Nada
• Tú quieres algo, venga, suéltalo
• Que no, tonta
• Ya…

Me miró con suspicacia y se sentó, cogiendo el café. Se quedó mirándome, a la espera. Entonces pregunté:
• ¿Qué pasó anoche?
• Ajá
• ¿Qué?
• Te mueres de curiosidad
• No, que va, me lo ha contado mamá
• Pero quieres la versión completa con los detalles jugosos
• Pues sí

Patri se rio y se tomó el café a sorbitos, callada, sin dejar de mirarme hasta que perdí la paciencia y dije:
• Que tonta eres, de verdad
• Jajajaja
• Venga, cuenta de una vez
• Vale, vale

Le dio un bocado a la tostada, y masticando, me dijo:
• Pues vino el asesino y…
• Tía, traga antes de hablar, que asco
• Pero ¿No tienes tanta prisa?
• Sí, pero no de ver la tostada en tu boca
• Pues no mires… Como decía, vino el asesino
• Tony
• ¿Es o no es un asesino?
• Supongo, no lo sé
• Estuvo en la cárcel por eso
• Ya pero pudo ser en defensa propia o sin querer
• ¿Sin querer? Anda que ya te vale
• Vera siempre decía…
• Vera decía lo que decía porque era su hijo, la realidad es que mató a alguien
• Bueno, vale, sigue
• Vino a pedirle a mamá la llave de la habitación de Vera
• Ya
• Por cierto ¿Y tú por qué la tenías?
• Porque voy allí a tocar
• Pero mamá dijo de no ir más
• Ya pero fui una última vez ¿Pasa algo?
• Bueno, pero ya no puedes ir más
• Que sigas
• En serio, Mimi, es un tío que da miedo, casi me meo del susto
• Que exagerada
• Sí, sí, cuando mamá le dijo la verdad, se enfadó y se encaró con ella y, dios, que susto me dio, pensé que nos iba a pegar
• Venga ya, Patri, no exageres
• Que sí, solo fue un segundo pero avanzó con esa mirada ufff luego se le pasó, pero ese segundo, dios, que acojone, de verdad
• Mmmm
• Luego se fue y ya está
• ¿Y Juan?
• No estaba llegó justo cuando se iba
• Pero ¿Os levantó la mano o algo?
• No, no, solo fue su mirada pero… asusta ese tío
• ¿No será que estás sugestionada por lo del asesinato?
• Mmmm, puede ser, pero me acojoné de verdad
• ¿Y mamá?
• Ella no, ya sabes como es

Nos quedamos calladas, pensativas, mientras Patri seguía comiendo su tostada. Entonces le pregunté:
• ¿Y qué te pareció?
• ¿Cómo?
• Así de cerca ¿Te parece atractivo?
• Tía, que te estoy diciendo que casi me meo del susto
• Ya, ya, pero antes de eso…
• Impone, es grande como una mole y fuerte, y sí, bueno, quizás tenga un polvo para algunas
• ¿Para algunas?
• Para alguna de su edad, para mí no
• Jajaja pues yo lo veo muy follable
• ¿Follable? Pero si ese te partiría en dos con una mano
• Anda ya
• Ese nos da ayer un tortazo y nos deja en el sitio, menudos brazos y manos tiene

Entonces sonó el móvil de Patri que lo miró y sonrió:
• Isa se acaba de levantar
• ¿Anoche qué pasó?
• Nos fuimos con los chicos a la playa
• Ahhhh ¿Y ocurrió algo?
• Nada de lo que piensas… Pero bebimos un poco, un poco demasiado jejeje
• Ya
• Y el pesao de Carlos…
• ¿Qué?
• Eso, que es un pesado
• ¿No te enrollaste con él?
• Noooo
• Que rara estás

Patri se levantó y dijo:
• Anda, remata la faena y limpia esto
• Oye, que ya he limpiado antes
• Pues termina lo que empezaste ¿No ves cómo está todo?
• Por ti, que dejas migas por todos lados mientras hablas con la boca llena

Patri se rio, me achuchó y dijo:
• Me voy a duchar, anda, sé buena

Me puse a limpiar y luego a leer. Al rato, llamaron a la puerta y dejé entrar a Alberto y Fer, tocaba otro rato de clase y, como siempre, me sacaron de mis casillas con sus errores.

Los dejé repitiendo ejercicios y fui a ver a Patri que se estaba terminando de vestir:
• ¿Te vas ya?
• Sí, a la playa
• Vale
• Están esos dos ahí ¿No?
• Sí
• Quiero preguntarles algo

Salió y entró en el salón. Alberto y Fer dejaron de escribir y miraron a Patri con cara de asustados. Ella dijo:
• A ver, mequetrefes, espero que os estéis portando bien con mi hermanita

Los dos asintieron enérgicamente. Patri se los quedó mirando, seria. Dijo:
• Como me entere que volvéis con gilipolleces…
• No, no (dijo Fer muy apurado)
• ¿Te he dicho que hables, piltrafa?

Fer me miró angustiado mientras yo miraba a Patri y veía a mi madre en ella. Patri continuó:
• Mi hermana vale más en su dedo meñique que vosotros dos juntos, mierdecillas

Los dos asintieron. Patri se calló sin dejar de mirarles. Luego, me dio un beso en la mejilla y dijo:
• Me voy, hermanita, y vosotros cuidado, que no os dejo de vigilar

Y se metió dentro, cogió sus cosas y se fue. Fer carraspeó y dijo:
• Oye, Mimi, no hemos dicho nada, de verdad
• Lo sé
• Yo… nosotros, no… Ya sabes, nos arrepentimos mucho de aquello, fuimos gilipollas, pero ya no, bueno, no es que seamos más listos pero sí lo suficiente para saber lo mal que lo hicimos
• Bueno, dejemos el tema ¿Habéis terminado?
• No
• Pues venga, no tengo todo el día

Al acabar la clase, se fueron y me quedé sola leyendo y perdida en mis pensamientos hasta que pensé en hacer el almuerzo para distraerme. Me fui a la cocina y miré que podía hacer. Me apetecía algo con pescado pero no teníamos nada en la nevera. Me llevé un chasco. Podía ir a la tienda pero no me gustaba salir, la gente me miraba por ir con ropa larga. Miré un poco más pero al final decidí bajar, me apetecía mucho pescado. Cuando pasé por la piscina, escuché mi nombre y me giré. Fer venía hacia mí casi corriendo. Imaginando qué pasaba, dije:
• Mañana no podéis dar clase ¿No?
• No, es por lo de antes
• ¿Lo de antes?
• Lo de tu hermana

También se acercó Alberto, los dos mojados de la piscina. Los miré sin entender nada y pregunté:
• ¿Qué pasa con Patri?
• ¿Te ha ocurrido algo?
• ¿A qué te refieres?
• Si tu hermana nos ha dado un toque, imagino que es porque alguien te ha dicho algo ¿no?
• No
• ¿Seguro? Si es así, dínoslo y lo machacamos

Me reí y dije:
• ¿Lo machacamos?
• Sí, Al y yo, no vamos a consentir que nadie te diga alguna barbaridad
• Nadie me dice ya nada, lo piensan pero no lo dicen
• No creo que nadie…
• Anda, volved al agua, tengo cosas que hacer

Alberto dijo:
• Vale, pero si necesitas algo, dínoslo y…
• Machacaréis a alguien, lo sé

Dije riéndome y me fui pensando “críos”. Entonces Alberto dijo:
• Tú sabes que nos sentimos fatal por aquello que pasó
• Lo sé
• Y que jamás volveremos a hacerlo

Fer, nervioso, dijo:
• Y sabemos perfectamente que eres más lista que los dos

Alberto añadió:
• Que los dos juntos
• Eso, eso, los dos juntos (dijo Fer)

Los miré sin entender nada hasta que caí y dije:
• ¿Tanto miedo os da mi hermana?

Los dos se miraron y Fer dijo:
• Un poco, pero no es solo eso… Es que…

Alberto dijo:
• Estamos en deuda contigo, por aquello, si necesitas algo, nosotros…
• Vosotros machacaréis a alguien (dije divertida)
• O lo que sea (dijo Fer)
• Sé defenderme solita
• Ya pero…
• Pero nada…

Me iba a ir pero me entró la curiosidad y pregunté:
• ¿Qué os dijo mi hermana aquella vez para que dejarais de meteros conmigo?

Los dos se miraron y Fer contestó:
• Nos dijo que nos cortaría las pelotas con unas tijeras oxidadas

Me reí con ganas y dije:
• Y capaz que es
• Eso pensamos… pero no lo dejamos por eso, fue porque nos dijo que… mmmm dijo que llorabas por las noches y nos sentimos unos mierdas y… No sabes como lo sentimos

Me puse sería pensando “pero será cabrona ¿Cómo les cuenta eso?” con ganas de machacarla. Se iba a enterar. Fer continuó:
• Éramos unos gilipollas, solo era por hacernos los duros… En fin, ya sabes, somos tontos del culo, lo ves todos los días con las mates, pero no somos malos aunque contigo lo fuimos
• Mirad, eso está olvidado por mi parte, no pasa nada
• Sí, sí pasa, yo no lo olvido
• Ni yo
• Pues olvidadlo, a mí ya no me afecta

Los dos se miraron y volvieron a decir:
• Si necesitas cualquier cosa, nosotros…
• Ya, ya… vale, lo tengo en cuenta, anda, idos

Y se fueron, y yo seguí mi camino pensando en todo aquello. Se habían disculpado mil veces, pero nunca de esa forma tan peculiar.

Patri
Isa y yo habíamos decidido ir a la playa pero la que tenemos cerca de casa. Pero no nos gustaba ponernos allí mismo así que echamos a andar por la orilla mientras charlábamos. Isa, como siempre, me contaba disparates tal como los pensaba, sin ningún filtro, y yo me reía. Decía:
• Mira ese, tiene paquetón

Y yo miraba y me reía. O:
• Mira cuanto pelo tiene ese, seguro que comerle los huevos es como chuparle la cabeza

No paraba de reírme de sus ocurrencias, cuando le daba por decir gilipolleces, no paraba. Entonces, de repente, se paró y dijo:
• Mira, tu amigo el asesino

Y miré, y en efecto, era él, dentro del agua. Salió de ella unos metros por delante de nosotras, sin mirarnos, e Isa silbó por lo bajo y dijo:
• Madre mía, que bueno está
• Tía, no es para tanto
• Pero has visto que cuerpazo, está cuadrado
• Ya pero…
• Joder, como está el tío

La miré, nerviosa. Dije:
• Vamos a volver
• Espera, espera, mira, tiene hasta buen culo, y que espalda, madre mía, me muero jajaja
• Isa, vamos
• Ayer casi te meas con él, pero yo estoy ahora con el chichi hecho agua jajaja
• ¡¡¡ISA!!!
• ¿Qué? Pero no ves que está buenísimo
• Es un tío que da miedo
• Te dará miedo a ti que eres una cobardica
• Pero…
• Vamos

Y vi como Isa se metía en la arena y echaba su toalla a unos tres metros del tío ese. Corrí detrás de ella diciendo muy bajito:
• De eso nada, yo me voy, que ese tío me da…
• Pues yo me quedo

La miré y al final, suspirando, dejé mis cosas a su lado, mientras decía:
• Solo unos minutos

Me tumbé y enfurruñada con Isa. Entonces ella dijo:
• ¿Hacemos topless?

Me incorporé y le dije:
• Ni se te ocurra… Aquí ni hablar
• Pero…
• Pero nada, hay vecinos y está… está el tío raro ese
• Por eso mismo

Dijo Isa con malicia. Negué con la cabeza y ella, por una vez, me hizo caso:
• Que aguafiestas eres

Mientras se tumbaba también pero sin quitarse el bikini. Me quedé medio dormida al poco, cansada de la juerga de la noche anterior. Entonces, escuché:
• Perdonad

Levanté la cabeza a la vez que Isa, que estaba boca abajo. Miramos para verlo de pie al lado mío. Llevaba la toalla en la mano y su camiseta puesta. Me puse muy nerviosa y lo miré sin decir nada. Él dijo:
• Perdona por lo de ayer
• No… no pasa nada
• Sí, bueno, fui bastante brusco y me enfadé pero lo tenía merecido, tu madre tenía razón en todo… lo siento, de verdad
• No… yo no…
• Creo que os asusté, no era mi intención
• No, que va

Entonces Isa se rio y dijo:
• Anda que no

Le dirigí una mirada asesina y ella dijo:
• Hola, soy Isa

Y se levantó y le estampó dos besos en las mejillas. Él dijo:
• Encantado, soy Tony
• Lo sé, eres famoso jiji
• Ya

Y se me quedó mirando. Isa dijo:
• Ella es Patri, bueno, ya la conoces ¿No?
• De ayer, pero no me dijo su nombre
• Pues es Patri

Lo miré sin levantarme, tumbada boca arriba. Se hizo un silencio incómodo hasta que Isa dijo:
• ¿Ya te vas?
• Sí
• Pensábamos meternos ahora, báñate con nosotras

Dirigí otra mirada asesina a Isa pero me ignoró. Él me miró y dijo:
• No, no puedo, tengo cosas que hacer
• Oh, que lástima… Pero si vienes todos los días, nos veremos por aquí
• No, no vengo, solo ha sido hoy, por recordar viejos tiempos
• Pues baja a la piscina, está muy bien
• Ya… Bueno, lo dicho, Patri, perdón por lo de ayer, no era mi intención asust… bueno, no era mi intención haber sido tan brusco ayer, díselo a tu madre, por favor… Y dile que las cosas de esa habitación son más vuestras que mías, que podéis coger todo lo que queráis… Adiós

Y se fue. Isa no dejó de mirarlo hasta que se perdió de vista, mientras decía:
• Que bueno está, que bueno está, y ha sido simpático

Le eché la bronca pero ella no paraba de decir que estaba muy bueno. Isa, como siempre, pensando con el chichi.

Tony
Me dirigí al banco y me senté al lado de Mimi que me dijo:
• Pensaba que ya no ibas a venir y que tendría que ir a tu casa
• No, Mimi, no vayas más a mi casa
• ¿Te molestó?
• No, al contrario, pero no es… Si tu madre se entera… o un vecino…
• Ya

Nos callamos hasta que ella dijo:
• Hoy me han contado lo que ocurrió ayer
• ¿Y?
• Nada, lo que me dijiste, mi madre enfadada, Patri flipada…
• ¿Flipada? No, eso no es así, la asusté
• Ya pero es que creo que está autosugestionada por…
• No, fui… Verás, Mimi, soy una persona grande, que impone, y si encima me enfado, más impongo, y a veces no me doy cuenta, y anoche me enfadé y las asusté
• Ya pero…
• Tu hermana se asustó claramente, pero hizo algo que me asombró
• ¿El qué?
• En vez de retroceder asustada, como cualquiera haría ante mi actitud, ella tuvo el coraje de ponerse al lado de tu madre para defenderla, porque no solo hizo eso, es que incluso se adelantó un poco para interponerse entre tu madre y yo, para defenderla

Mimi no dijo nada. Continué:
• Imagina la escena, un tío grande y fuerte, da un paso hacia tu madre, visiblemente enfadado, y tu hermana, tan delgadita y poca cosa, en vez de retroceder, hace lo contrario, apoya a tu madre y la defiende con su cuerpo… Me impresionó, pocos tíos harían eso
• Es que Patri… Patri es… muy protectora
• Hoy la he visto en la playa
• ¿Sí?
• Sí, con su amiga… No recuerdo el nombre
• Isa
• Eso… Y me he disculpado
• No me lo ha dicho
• Ya, se la notaba muy incómoda, pero siento mucho haberme comportado como un energúmeno
• Pero no hiciste nada, solo diste un paso
• Suficiente, más que suficiente por ser quien soy y como soy

Nos callamos. Entonces ella dijo:
• Pues hoy te voy a hablar de ella, de Patri, de mi hermana ¿Vale?
• Vale
• Bueno, ya has visto lo guapa y atractiva que es
• Sí, las tres lo sois, tres bellezas
• Ya, claro
• Lo digo en serio
• Ya, ya… Vas a compararme con ellas…
• Naturalmente
• Bueno, eso lo discutiremos mañana cuando te cuente sobre mí, hoy toca Patri
• De acuerdo
• Este año cumplió 19 años y siempre me ha cuidado, es la hermana mayor y eso siempre lo ha tenido en cuenta

Se quedó callada, pensando. Entonces dijo:
• Cuando mi accidente, ella… ella se lo reprochó mucho, no haber estado allí conmigo
• ¿Dónde estaba?
• De excursión con unas amigas
• Ah
• No fue para nada su culpa, ni de lejos, pero ella… Ella siempre lo pensará, por mucho que le diga que no es así. Es una persona muy responsable y para ella soy su responsabilidad por ser la pequeña
• Te quiere
• Mucho, muchísimo… Cuando mi accidente lo pasó muy mal… Vera me contó que mientras mi madre estaba en el hospital conmigo, Patri se quedaba con Vera y no hacía más que llorar y decir que todo era culpa suya, que se quería morir… Me… lo pasamos muy mal, ella no paraba de llorar cuando me veía… Al final, gracias a Vera y mi madre, lo superó un poco, pero estuvo años sin querer separarse de mí, solo me dejaba si estaban mi madre o Vera o Juan
• ¿Y por qué se echaba la culpa?
• Porque nos habían invitado a una fiesta de pijamas, y ella prefirió irse con sus amigas de excursión
• Ah
• Pero es que ella ya era mayor para eso, era normal que se quisiera ir con sus amigas, pero no deja de reprochárselo, y no sé como hacerle ver que no fue su culpa, que fue mala suerte
• Ya
• En fin, que ahora ya no está tan obsesionada con no dejarme sola, ya sabe que me gusta estar sola y me da “libertad” (haciendo los gestos de las comillas con las manos) pero costó años convencerla
• Es que lo que te pasó es para provocar un trauma a todos
• Sí… Bueno, sigamos con Patri… Ella, además de guapa, es muy inteligente, está estudiando para ser veterinaria
• Ah
• Sí, le encantan los animales… Y es una carrera dura, le está costando, y eso que siempre ha sacado muy buenas notas
• Ya
• Además de inteligente, siempre ha sido muy deportista, le encanta nadar, ha participado en muchos campeonatos de natación, tiene un montón de medallas y trofeos, pero un día lo dejó
• ¿Por qué?
• Dijo que le quitaba tiempo de estudio
• ¿Y era así?
• No lo sé, pero ella es muy cuadriculada, si toma una decisión la lleva a rajatabla, pero aunque ya no nada de forma competitiva, nada muchísimo, le encanta, y juega al tenis, al paddle, corre… hace mucho deporte

Se calló mientras pensaba. Tras unos segundos, continuó:
• Hace un par de años lo pasé mal por una cosa… Bueno, se metían conmigo, unos chicos se reían y me llamaban monstruito deforme y esas cosas… Lo pasé mal pero me lo callaba, me daba vergüenza que lo supieran mis padres o Patri, pero un día Patri me pilló llorando en mi cama. No le dije nada, solo que estaba triste pero ella intuyó algo, y me estuvo vigilando unos días hasta que pilló a esos chicos y sus insultos. Se puso hecha una furia, pensé que los iba a matar. Les pegó dos tortas a cada uno y se los llevó del pelo a un rincón donde les gritó y los amenazó… A partir de ese día, no volvieron a molestarme
• Vaya
• Yo me fui asustada, no vi todo lo que pasó
• Mmmmm
• ¿Qué?
• Hoy te he visto hablando con dos chicos en la piscina
• Sí
• Parecían… preocupados, nerviosos, como disculpándose por algo
• Ya
• ¿Son ellos?
• Sí, pero ya no se meten conmigo, incluso ahora somos, más o menos, amigos, les doy clases
• ¿Sí? ¿Les has perdonado?
• Sí, claro, se disculparon
• Yo jamás los hubiera perdonado
• Anda ya, si luego han sido muy amables y cada dos por tres se acuerdan de eso y se vuelven a disculpar, me dan hasta penilla

La miré sonriendo, la chica era todo corazón. Mimi se rio y dijo:
• Como cambian las cosas ¿No? Me hicieron vivir un pequeño infierno durante un mes hará dos veranos, y ahora, les doy clases y bromeo con ellos
• La vida da muchas vueltas… Y si fue hace dos años ¿Hoy se han vuelto a disculpar?
• No, no, se disculparon en su momento y más veces. Es que hoy mi hermana les ha leído la cartilla, por si acaso
• Pero esos chavales ¿Te han dicho algo más?
• Nooo, que va, desde entonces están muy “suaves” jeje, Patri les acojona, aunque… mmmm
• ¿Qué?
• Hoy me han dicho que… No sé si será verdad, pero me han dicho que dejaron de meterse conmigo porque Patri les contó como lloraba, y se sintieron mal
• ¿No les crees?
• Sí, les creo, se les ve muy apurados conmigo desde entonces, se sienten muy culpables, los dos
• No es para menos
• Supongo, pero fue cosa de críos
• Yo fui un crío de su edad y sé lo malo que se puede ser
• Ya, bueno, pero ahora no, ahora estoy bien en general… pero vamos, que hoy no es sobre mí, es sobre Patri
• Jeje
• Así que ya ves, me cuida y se preocupa por mí siempre ¿Sabes que quiere hacer con su primer sueldo?
• No
• Es que no dejo que nadie vea mis quemaduras y por eso no voy a la playa
• Ah
• Y Patri dice que cuando tenga dinero me llevará de vacaciones a una playa privada paradisíaca para que pueda bañarme y tomar el sol sin que me vea nadie jeje
• ¿Sí?
• Eso dice
• Es un bonito detalle
• Mucho, pero no la dejaré, sé que los primeros sueldos son bajitos y ella tendrá muchos gastos, pero me gusta que me lo diga, que se acuerde siempre de mí
• Me gusta mucho que os tengáis la una a la otra
• Sí, es la mejor hermana del mundo

Se volvió a callar, esta vez tanto rato que pensé que había acabado. Le dije:
• Creo que me voy a ir ya
• Espera, no he acabado
• Ah
• Falta el sexo
• ¿Qué?
• Como comprenderás, y más habiéndola visto en bikini, Patri no tiene ningún problema en ligar, y no es virgen

Me reí y le dije:
• Espera, espera, no des tantos detalles
• No importa, si perdió la virginidad hace un montón, con 16
• Pero que no…
• Fue con un chico que la tenía loca, me lo contaba todo, sus primeros besos, morreos, tocamientos, la primera paja que le hizo, la primera… mmm la primera “mamada” (diciéndolo más bajito), la primera vez que él a ella…
• Vale, vale, entiendo, no tenía secretos para ti
• No, nada… y yo le preguntaba mucho, me interesaba mucho
• Ya
• Y luego, el año pasado, tuvo otro novio y con ese a diario

Entonces se giró y dijo:
• Ahí los vi muchas veces liados, y ella de rodillas… ya sabes
• Jaja ¿Y ella sabía que mirabas?
• No, yo me quedaba quieta y no me veían
• Eres una voyeur
• Quizás, no sé, como yo no… Pues miro y disfruto por ella también
• Jajaja
• Pero desde que se fue a la universidad está rara
• ¿Rara?
• No sale con nadie, no tiene sexo… este verano no ha traído a nadie ahí
• Ah
• Creo que… creo que se enamoró de algún chico en la universidad pero algo ha pasado, han roto o algo
• ¿Te lo ha dicho?
• Ella dice que no ha ligado con nadie, que no tiene tiempo, que tiene que estudiar mucho
• ¿Y no la crees?
• Puede ser, ya te digo que es muy cuadriculada, pero lo raro es que ahora, aquí en verano, no haga nada, porque a ella le encanta el sexo ¿Sabes?

Sonreí mientras la escuchaba. Mimi continuó:
• Ella no paraba de tener sexo con el novio pero por ella, por sus ganas, y ahora, nada de nada… Es raro ¿No?
• No… no sé, las hormonas van cambiando
• Y hay un chico, Carlos, de su panda de amigos, que anda detrás de ella, y es un chico guapo y atractivo, más que su exnovio, pero no hace nada con él… Es raro
• ¿Y crees que es porque se ha enamorado de otro?
• Eso me parece, pero ella lo niega
• Algún día te lo contará
• Sí, pero… me duele un poco que no me lo haya contado ya… Creo que lo de irse fuera a estudiar nos ha separado un poco
• Ya, pero eso es normal
• Lo sé pero… la echo de menos
• ¿Tú le cuentas esto que hacemos?
• Noooo, me mataría
• Pues eso mismo, ella tampoco te cuenta todo y no pasa nada, es lo normal
• Sí, supongo

Se quedó pensativa y luego dijo:
• Ahora sí he terminado, a no ser que quieras preguntar algo
• No, ya me has dado demasiados detalles
• Pues me toca preguntarte
• Ufff
• Tu mujer te ha dejado por otro ¿No?
• Eso es
• Y tú has venido aquí ¿Por qué?
• Para… Para poder… No sé… Imagino que para pensar
• ¿Aquí? ¿Con tantos recuerdos?
• Sí, no sé, no quería estar en casa y, además, necesitaba reconciliarme con mi madre
• Ya ¿Y ahora?
• ¿Ahora?
• Digo ¿Qué piensas hacer?
• Irme a dormir
• No seas malo
• Jeje… Pues eso, pensar que voy a hacer
• ¿Has… Has tenido ya sexo por venganza?
• ¿Qué?
• Eso dicen ¿No? Que cuando te engañan, la gente busca… busca tener sexo con otros como venganza
• ¿Dónde has escuchado eso?
• Lo he leído, leo mucho ¿Recuerdas?
• Jeje, pues no, no he tenido
• ¿Y lo tendrás?
• No lo sé, no lo busco, estoy… Estoy un poco hundido como para pensar en eso
• ¿Sí?
• Sí, verás, Olga es.. ha sido la mujer de mi vida. Antes de conocerla nunca tuve pareja seria, solo sexo esporádico o no tan esporádico pero sin llegar a ser pareja, pero cuando conocí a Olga dejé de mirar a otras mujeres, dejaron de interesarme totalmente, solo tenía ganas de Olga
• ¿Le has sido fiel?
• Totalmente
• Vaya, entiendo que estés dolido
• Muchísimo, no me esperaba… No me esperaba esta traición, incluso hace poco habíamos hablado de tener hijos y ella parecía ilusionada… No sé qué pasó para este cambio
• ¿Dejaste de… de estar con ella?
• ¿Te refieres al sexo?
• Sí
• No, para nada, lo hacíamos mucho, no a diario pero casi… Y me siento imbécil por no darme cuenta de nada, y aunque la noté un poco rara los últimos días, no le di importancia y no me enteré de nada hasta el final
• Ah
• Nunca he sido inteligente, no como mi madre o como tú o como tu hermana, y ya ves el resultado, totalmente en la inopia

Mimi me puso su mano sobre la mía y dijo:
• No sabes como lo siento
• Ya
• En serio, me duele que te hayan… mmmm traicionado así
• A nadie le gusta algo así
• Claro… Mi madre siempre dice que de todo se aprende, pero que de lo malo hay que aprender más, para que no te pase de nuevo
• Je ¿Tengo que aprender a ver los cuernos?
• Bueno, visto así… Pero me refería a confiar en la persona adecuada
• Pensaba que Olga era la adecuada
• Ya, claro
• En fin…

Me levanté y le dije:
• Por hoy ya vale, ya me he humillado lo suficiente
• No, no lo veo así, veo a un hombre dolido pero no humillado
• Pues así me siento además de dolido
• Lo siento
• No es tu culpa… Bueno, Mimi, gracias, me haces más fácil sobrellevar lo mío gracias a estas charlas contigo
• ¿Sí? Me hace ilusión si lo dices en serio
• Claro que lo digo

Entonces se levantó y me abrazó. Le devolví el abrazo y ella levantó la cara para mirarme muy cerca. Se puso de puntillas acercando su boca a la mía, y me aparté diciendo:
• Mimi, no
• Pero…
• Lo siento, eso no

Y me fui.

Mimi
Entré corriendo en mi habitación. Mis padres ya estaban en la cama y Patri no había llegado, menos mal porque ya iba llorando sin poder contenerme. Me eché en la cama y lloré contra la almohada, recriminándome todo el rato “idiota, idiota, pero ¿Cómo has podido pensar que él te iba a besar? A un monstruo como tú, idiota, idiota”.
 
Capítulo 5
Verano 2022

Laura

Las seis de la tarde. Salí al balcón y miré como estaba la piscina, bastante llena pero bien para bajarse un rato. Entré en casa y le dije a Juan:
• Cariño, me bajo un rato a tomar el sol
• Vale, preciosa, yo bajo en un rato
• Bien

Le di un beso y cogí el bolso con la toalla y demás complementos para la piscina. Dejé la toalla en el césped y me fui a la ducha para luego meterme en la piscina. Al poco, se me acercó Nati y directamente me preguntó:
• ¿Has hablado con Tony?
• Hola, Nati
• Eh, sí, hola ¿Has hablado con él?
• ¿Hoy?
• Hoy o cuando sea
• El otro día estuvo en casa para ver unas cosas de su casa ¿Por?
• Nada
• ¿Qué pasa, Nati?
• Nada, nada
• ¿Te ha dicho algo o qué?
• No, ese es el problema, que ni ha venido a saludarme ni nada
• Ah
• Joder, con lo que fuimos y…
• ¿Qué fuisteis, Nati? Si erais solo unos chavales
• Fuimos… No sé, estábamos siempre juntos, que menos que venir a saludarme ¿No?
• Nati, ese tío… Ese tío no es trigo limpio, siempre fue un egoísta, no te equivoques
• Pero conmigo no…
• Nati, era así con todos, y seguirá igual
• Tú no lo conociste bien
• Ya pero conocí muy bien a Vera, y sé como se portó con ella y…
• Pero eso no tiene nada que ver, a saber que pasó entre ellos, pero yo me porté muy bien con él siempre y…

Vi a Nati muy alterada y quise cortar:
• Pues chica, ve tú a verlo

Se me quedó mirando seria hasta que dijo:
• ¿Tú crees?
• Si erais tan amigos, pues ve tú y le das la bienvenida, no sé, dile de hablar de los viejos tiempos
• Fuimos más que amigos
• Pues lo que sea. Si él no da el paso, ve tú, lo mismo ni sabe que vives aquí aún
• Ah, no lo había pensado
• Y han pasado casi 20 años, lo mismo ni te reconoce
• Pero si estoy igual
• Nati, que ahora tienes más de 40 y entonces veinte y tantos
• 25, y he envejecido muy bien

Sonreí pero no dije nada. Ella se quedó pensando y terminó diciendo:
• Sí, creo que tienes razón, puede que no sepa que sigo viviendo aquí… Quizás vaya a su casa a saludarle
• Vale
• Sí, y le puedo invitar a cenar en casa, para hablar de los viejos tiempos
• Claro

Entonces se alejó lentamente, centrada en sus pensamientos, mientras yo la miraba pensando “mira que eres rara”. Salí de la piscina y me tumbé al sol que aún daba en ese lado del césped. Y empecé a pensar en aquellos años…

—---------------------------------------
Verano 2004
Laura

Dejé el carrito en el césped y saqué una toalla. Cogí a Patri y la senté en la toalla. Miré con adoración a mi pequeña Patri, que reía sin parar dando golpecitos a la toalla. Me quité el vestido y cogiendo a Patri en brazos, nos metimos en la piscina donde Patri chilló de contenta, le encantaba el agua.

Al poco se acercó Tere haciéndole carantoñas a Patri que no paraba de reírse. Tere preguntó:
• ¿Y tu marido? ¿No baja?
• No, está trabajando
• Que niña tan preciosa y graciosa tienes, Lauri
• Sí jeje

Y la miré con todo mi amor, que me parecía imposible sentir tanto amor por una cosita tan pequeña, pero ahí estaba. Entonces escuchamos unas voces y risas y vimos llegar a un grupo de cinco o seis chavales. Tere arrugó la nariz mientras decía:
• Se nos acabó la tranquilidad
• Ya
• Ahí llegan el gallo del gallinero y su corte

Se refería a ese chico tan controvertido, Tony, y a sus amigos. Venían con música a mucho volumen y riéndose. Patri se asustó y empezó a gimotear y la tranquilicé. Los chicos se quitaron las camisetas y se tiraron en tromba al agua, asustando de verdad a Patri que se puso a llorar. La tranquilicé pero los gritos, salpicaduras de agua, empujones… nos hicieron salir de la piscina. Tere se sentó a mi lado, sin dejar de mirarlos y criticar, pero ninguna nos atrevimos a decir nada. Rápidamente llegaron un montón de chicas, muchas de 15-16 años, pero algunas algo mayores como Nati, esa pobre delgaducha que miraba con adoración a Tony y lo seguía como un perrito faldero.

Vi como Tony salía de la piscina y se pavoneaba. Y la verdad es que tenía con lo que pavonearse, el chico tenía muy buen cuerpo, con músculos marcados en brazos, los pectorales, la espalda… No era guapo, pero con esa melenita, esos ojos, esos labios… llamaba mucho la atención, y por eso todas las chicas andaban coladitas por él. Pero era un chulo y me lo demostró cuando lo escuché decir:
• Oye, canija, tráeme una coca cola

Nati se le acercó rápidamente con una lata. Él la bebió de un trago y lanzó un eructo enorme que me hizo poner cara de asco pero en su “corte” todos se rieron a voces y lo vitorearon. Entonces, tiró la lata al césped y dijo:
• Canija, tráeme unas patatas

Nati preguntó:
• ¿Cuáles, Tony?
• Coño ¿Aún no sabes las que me gustan?
• Sí, sí
• Pues ya tardas
• Es que…
• ¿Qué?
• No he traído dinero
• Pues lo buscas… ya tardas

Y Nati salió casi corriendo pero se paró al escuchar a Tony decirle:
• Y trae para todos, cinco o seis bolsas
• Va.. vale, Tony
• Y bocatas o alguna mierda parecida
• Sí, vale

Miré a Tere con la boca abierta mientras ella meneaba la cabeza y dijo:
• La madre de esa chica está súper preocupada, dice que cree que le desaparece dinero… ya ves donde va
• Pero es mucho mayor que ese niño ¿No?
• Nati tiene 24 o 25 y el chico creo que 18 o está a punto de cumplirlos

Entonces escuchamos como otro chico le decía a Tony:
• Oye, Tony ¿Te tiras a la canija?
• ¿A esa? Pero si es un callo y no tiene tetas
• Jajajaja
• A mí me gustan así (mientras le sobaba las tetas a una chica que se partía de risa)

Miré a Tere con los ojos muy abiertos y dije:
• Pero, menudo imbécil está hecho ese niño ¿No?
• Ni te imaginas… Es que llevas poco tiempo aquí y aún no lo has visto todo, pero cualquier día de estos verás como trata a la madre
• ¿Quién es la madre?
• Vera, esa mujer que va en sillas de rueda
• Ah
• Pues la trata a gritos, insultándola… Pobre mujer
• Pero ¿Por qué?
• Porque es un sinvergüenza, por eso

La miré meneando la cabeza, menudo asco de niñato ¿Cómo se podía tratar así a una madre?

—----------------------------

Actualidad. Verano 2022
Tony

Abrí la puerta y me encontré con una mujer de unos 40 años que me sonreía. Me quedé esperando hasta que dijo:
• Hola, Tony
• Mmmm Hola ¿Quieres algo?
• Soy yo

La miré sin comprender. Ella, nerviosa, dijo:
• Es que sigo viviendo aquí y…

Seguí sin entender nada, callado, esperando a ver si se explicaba. La mujer dijo:
• Bueno, para que supieras que sigo aquí, que si necesitas algo, lo que sea, yo…
• Perdona, es que yo… No tengo buena memoria, y en aquella época me drogaba y…
• Pero si estábamos juntos todo el día, te… te… te hacía recados y…

Entonces caí, era “la canija”. Nunca supe su nombre, siempre fue “la canija”. Y sí, me acordaba bien de ella, de como me aproveché de ella. Era uno de mis remordimientos. Dije:
• Ah, perdona, eres… Sí, sí, claro… Ven, pasa ¿Quieres un café?
• Sí, gracias (dijo ella muy contenta)

La llevé a la cocina y preparé un par de tazas mientras decía:
• Mira, perdona, de verás que me da mucho apuro pero es que entre las drogas de aquella época y mi mala memoria, no recuerdo tu nombre, de ti sí me acuerdo pero tu nombre…
• Ah, no pasa nada, soy Nati
• Ah, eso, Nati, perdona

Preparé todo y lo dejé en la mesa de la cocina, invitándola a sentarse. Le dije:
• Ha pasado mucho tiempo
• Sí, pero tú estás… estás genial
• Estamos mayores, Nati, eso no se puede negar
• Sí pero tú… que bien te han sentado los años

Sonreí, e intenté que sonara cierto lo siguiente que dije:
• A ti también, Nati
• ¿Sí? Gracias

Ahora me acordaba perfectamente de ella. Esa chica me adulaba y seguía a todas partes, y yo la exprimía, pero no sexualmente porque no me atraía, solo me aprovechaba de ella para recados, pedirle dinero, comida,... Incluso me hacía los deberes. Le pregunté:
• ¿Y qué es de tu vida? ¿Estás casada?
• ¿Yo? No, no… Vivo en casa de mis padres, pero ellos murieron hace años, vivo… vivo sola por ahora
• Ah
• Pero bien, tengo un buen trabajo en una tienda de fotocopias
• Ajá
• Y bueno, bien, todo bien ¿Y tú?
• Pues he venido a arreglar unas cosas
• Ah ¿Estás casado?

Dijo mirando mi alianza. Miré mi dedo y moví la cabeza afirmando:
• Oh, no lo sabía
• Ya, claro
• Yo… ¿Dónde está ella?
• No ha podido venir
• Oh, vaya

No pensaba contarle mis problemas. Mi idea era otra y fui al grano:
• Oye mmmm
• Nati
• Eso, perdona, que cabeza… Nati… yo…

Removí la cuchara dentro de la taza. La miré y dije:
• Esos años fui un capullo contigo
• No, que va
• Sí, Nati, un completo capullo
• Pero si fueron los mejores años de mi vida
• Nati, me aprovechaba de ti
• Ya pero a mí no me importaba, yo…
• Nati, lo siento, de verdad, en esos años hice cosas muy malas, y como me comporté contigo fue una de ellas
• No, que disparate

La miré incrédulo ¿No se acordaba o qué? ¿No se acordaba de la última noche?

………………………..
Final de verano 2004

Me tumbé en la arena, totalmente mareado. Era mi última noche en esta mierda de sitio, al fin me iba con mi padre, y dejaría de ver a la estúpida de mi madre, y a todos estos mierdas perdedores que me seguían a todos lados. Cerré los ojos para que las cosas dejaran de girar, estaba demasiado colocado.

Y me tuve que dormir porque de repente me desperté con muchas ganas de orinar, pero al levantar la cabeza, lo que vi fue la cabeza de una chica de pelo negro, que me estaba haciendo una mamada. La empujé y me reí al ver quien era:
• Pero, canija ¿Qué coño haces?
• Tony, yo… es tu última noche y quiero…
• Estás como una puta cabra, quita
• Pero…
• Quita, que quiero mear ¿O es que quieres que te mee en la boca?
• Yo… Si tú quieres…
• Pero que asco, eres una asquerosa, quita

Y la empujé. Me levanté y oriné a su lado, con ella de rodillas en la arena, mirando como orinaba porque ya no me aguantaba más. Cuando terminé, me la sacudí y ella se movió para intentar cogerla y metérsela en la boca. La aparté:
• Que no, canija
• Tony, fóllame
• ¿Estás loca?
• Haré lo que quieras, cualquier cosa, pero fóllame
• Pero si eres un palo esmirriado, ni de coña te follo, ni aunque fueras la única puta del mundo
• Es tu última noche, yo…
• Sí, y me libraré de verte ese feo careto que tienes

Miré a mi alrededor, vi a la gente a unos veinte metros. Entonces ella dijo:
• Llévame contigo
• ¿Qué?

Y empecé a reírme. Ella dijo:
• Sí, haré lo que sea, te quiero, Tony
• Jodeeerrr pero ¿Qué te has tomado?
• Nada, yo…
• ¿Tantas ganas de follar tienes?
• Sí
• Pues le digo a uno de esos que te folle, seguro que habrá algún desesperado que quiera meterlo en caliente aunque sea contigo
• No, yo solo… solo contigo

La miré con desprecio y le dije:
• Zorra estúpida

Y me fui.

—----------------------------------

Actualidad

Me acordaba perfectamente, la traté como basura. Ella tenía que odiarme, debía odiarme, me merecía que me gritase, que me arañara… lo que quisiera, pero ahí la tenía, mirándome abobada “¿Qué le pasa a esta mujer?” pensé.

Carraspeé nervioso y pregunté:
• ¿Te acuerdas qué pasó la última noche que estuve aquí?
• Claro (sonriendo)
• ¿El qué?
• Hicimos… hicimos el amor en la playa

Me quedé alucinado mirándola. Ella sonreía aunque se había puesto colorada “¿Me está tomando el pelo?”. Dije:
• ¿Cómo?
• Nos… nos alejamos de los chicos y… allí en la playa…

Dudé de mí ¿Estaría yo equivocado? Pero no, me acordaba perfectamente, y me acordaba bien con quien follé, y desde luego, no fue con ella, fue con una monada de la que ya no recordaba el nombre. Y, sobre todo, me acordaba nítidamente de mi desprecio hacia ella, era algo que me había perseguido durante muchas noches en la cárcel. Estuve a punto de decirle lo que pasó de verdad pero entonces pensé “¿Y si ella se construyó eso para olvidar lo hijo de puta que fui con ella? ¿Le debería destruir esa ilusión y hacerle ver la verdad nauseabunda?”. Dudé. Me merecía su desprecio pero ¿Ella se merecía recordar la verdad? Al final dije:
• Sí, estuvo bien
• Fue genial, Tony, mi mejor noche
• Me… me alegro, Nati

Me miraba sonriente, ilusionada. Me levanté y dije:
• Me vas a perdonar pero es que tengo que salir
• Ah, oh ¿Tan pronto?
• Sí, es que… he quedado y voy tarde
• Vale pero ven a mi casa una noche de estas, te preparé una buena cena y recordaremos viejos tiempos, nos reiremos mucho
• Claro, claro, te avisaré
• Genial

La acompañé fuera y, al cerrar la puerta, me llevé las manos a la cabeza ¿Esta mujer estaba así de mal entonces? Pobre mujer. Entonces me fijé en un papel en el suelo. Lo cogí. Era un sobre que ponía “Para Tony” con una bonita letra. Lo abrí para leer:
“Siento mucho lo de anoche, fui una estúpida y me avergüenzo de ello. No sé cuando tendré el valor, o si llegaré a tenerlo, para volver a hablar contigo. Por favor, perdóname por ponerte en esa situación. No sé en lo que estaba pensando. No iré más al banco, no me busques, soy incapaz de mirarte ahora mismo, pero lo prometido es deuda, te dije que te iba a contar sobre mí pero en vez de contártelo, te lo escribiré. Si no quieres saber más de mí, quema estos papeles.”

Me reí, esta chica sabía perfectamente lo que es el melodrama. Fui a la cocina y me senté para seguir leyendo:
“Tengo 17 años y, en realidad, no me llamo Mimi, o más bien, sí me llamo Mimi, es el nombre que me gusta y por el que respondo y por el que quiero que me llamen mis amigos, o más bien, los amigos que algún día espero tener porque ahora mismo creo que no puedo decir que los tenga. Tengo a mi familia, eso sí, que es mucho, muchísimo para mí, pero amigos no, solo conocidos. Y luego estás tú, que esperaba que fueras mi amigo pero tras lo de anoche, creo que lo he estropeado.

El nombre que sale en mi expediente, en mi carnet de identidad, es Cristina. Cuando nací, Patri era muy pequeñita aún y le costaba decir mi nombre, y decía “mi hermanita” pero se le trababa la lengua y solo repetía “mi… mi…” y empezó a llamarme Mimi y de ahí viene según mi madre. Y a Vera y a mi madre les hacía gracia y empezaron a llamarme igual y como me gusta, me quedo con Mimi.

Hasta mi accidente era una niña normal. Según mi madre y Vera, era muy extrovertida y siempre estaba feliz, pero es que tenía motivos, tenía a mi madre, a mi hermana y a Vera, eran mi mundo y un mundo maravilloso.

Cuando mi padre… o más bien, el hombre que puso el semen dentro de mi madre porque a él no lo puedo considerar mi padre, para mí, mi padre es Juan, el hombre que hace feliz a mi madre, que nos quiere a las tres y que sabemos que siempre está ahí, nos apoya y nos consuela cuando lo necesitamos… Bueno, que me voy por las ramas… Cuando ese hombre se fue, la vida de mi madre cambió radicalmente, tenía que pagar la casa, la comida, nuestras cosas… todo porque ese hombre no pagó ni una pensión. Así que mi madre se mató a trabajar, a echar horas extras, incluso tuvo dos trabajos a la vez. Y claro, con ese panorama, no podía estar con nosotras, y ahí apareció Vera. Ella no trabajaba por su invalidez. Tenía su pequeña paga y le era suficiente. Se ofreció a mi madre para cuidarnos y nos pasábamos el día con ella, e incluso muchas noches nos quedábamos las tres en su piso, con ella.

Mi madre la ayudaba a bañarse, vestirse y esas cosas. Y la acompañaba al médico. Pero Vera solo vivía para nosotras. Yo… Me cuesta hablar de ella sin llorar. Ah, eso es otra, soy muy llorona, ahora mismo tengo los ojos… Vera, para mí era como la abuela que nunca pude tener porque los padres de mi madre murieron jóvenes. Yo creo que en mi vida hay cuatro pilares, o cuatro patas de una mesa y son mi madre, la más fuerte, mi hermana, la que siempre me apoya en todo, mi padre Juan, el mejor hombre del mundo, y Vera, pero ese pilar se fue, y desde entonces todo cambió para mí, es un vacío que jamás se irá.

Pero me estoy adelantando. Tuve una infancia muy feliz. Pero llegó mi accidente. Fue una fiesta en casa de una amiguita. Pero hubo un incendio y me quedé atrapada. Cuando me rescataron, me había quemado medio cuerpo, y la pierna izquierda era insalvable. Estuve a punto de morir por los gases que respiré, pero salí adelante. Mi hermana se culpaba por no haber estado conmigo. Mi madre y Juan intentaban darme ánimos pero no paraban de llorar a escondidas. Y Vera, Vera se pasaba las noches a mi lado cuando volví del hospital. Por el día con Patri y por las noches conmigo. Siempre he pensado que por culpa de mi accidente, su cáncer se adelantó, que eso lo activo ¿Sabes? Porque no dormía nada, comía mal, solo estaba con nosotras, pendientes de Patri y mía. Ella me leía sin cesar, me contaba historias, cualquier cosa para tenerme distraída y no pensar en mis dolores.

Fueron meses de muchos médicos, curas, aprender a llevar prótesis… Todo muy duro para una niña de doce años. Y esa niña extrovertida pasó a ser una niña que no quería salir, que le daba miedo la gente y qué dirían del monstruo. Cuando me obligaban a salir, yo gritaba y me negaba. Fue muy duro para todos, mi madre, mi padre, Vera, Patri… Poco a poco fui aceptando mi nueva situación, me adapté, pero me había convertido en una niña solitaria que solo quería estar con su familia.

Pero tenía que ir al cole, y allí lo pasé mal, los niños se reían o me miraban con pena. Nadie se me acercaba porque era el monstruo deforme. Me vendaba, me ponía guantes, ropa larga… pero daba igual, todo el mundo sabía que tenía debajo.

Y bueno, ahora no lo paso mal, sigo evitando salir de día pero no me afecta tanto que la gente me mire. Y claro, soy virgen, y seguiré siéndolo por mucho tiempo porque ¿Quién se va a acercar a un monstruo? He pensado mucho en eso. Creo que mi única posibilidad es liarme con un ciego pero también hay un problema y es que los ciegos usan las manos para “ver” y si me toca en mi lado quemado ¿Vomitará?”

Paré de leer “esta niña tiene una visión de sí misma muy deformada”. Inspiré hondo, la carta me estaba afectando demasiado, pero tenía que terminarla:
“Yo creo que hay muchas posibilidades de que vomite, soy asquerosa. Así que si quiero perder la virginidad será con un ciego sin manos, es mi única posibilidad”

Meneé la cabeza “Que cosas tiene”. Continué:
“Y sí, te lo confieso, me gustaría perderla contigo, pero sé que jamás ocurrirá, me pongo en tu lugar y, sé que eres buena persona y jamás me lo dirás, pero anoche debiste sentir un asco enorme, lo siento, siento mucho haberte hecho pasar por eso. Soy una estúpida. Ya no te molestaré más. Lo siento”

Y así terminaba. No se me había ocurrido que lo de la noche pasada la hubiera afectado de esa forma. Me levanté y busqué el móvil. Busqué el contacto de Mimi y escribí:
• Esta noche te quiero ver en el banco, y no admito un no. Si no estás, voy a tu casa y verás que divertido

Al poco, recibí una respuesta:
• No puedo
• Sí, puedes y vas a ir
• No, me quiero morir, no puedo verte
• Mimi, pues voy a tu casa
• NO
• Pues nos vemos en el banco a la noche
• No sé
• A la noche
• ¿Estás enfadado?
• Claro que lo estoy
• Te he pedido disculpas en la carta
• Estoy enfadado por el último párrafo de esa carta ¿Sentir asco por ti? Pero ¿Cómo puedes pensar eso?
• Es lo normal
• No, Mimi, no lo es
• Entonces ¿Por qué no me besaste?
• Esta noche te explico

No escribió nada durante cerca de un minuto hasta que vi aparecer:
• Está bien

Respiré profundamente “A ver como arreglo esto”.

Esa noche llegué antes al banco y me senté a esperarla. Cuando pensaba que ya no iba a venir, la vi acercarse. Se paró en seco cuando se dio cuenta que ya estaba allí. Le dije:
• Ven, siéntate

Se acercó despacio y se sentó diciendo:
• Lo siento, lo siento, de verdad, soy estup…
• Calla, Mimi, sabes perfectamente que no eres ninguna estúpida ni tonta ni nada parecido
• Pero hago tonterías
• No, pero piensas cosas que no son correctas, y hoy vamos a dejar las cosas claras
• Yo…
• Ahora me toca a mí hablar ¿Vale?
• Bueno
• En primer lugar, no vamos a acostarnos
• Lo sé (muy bajito)
• Pero no por lo que piensas
• Mmmm
• Sí, no es eso. Eres una niña, tienes 17 años, Mimi, y yo 36
• ¿Y qué?
• Pues mucho, no me voy a aprovechar de una niña, soy un desgraciado pero tengo un límite
• No sería aprovecharse si yo quiero
• Sí, lo sería porque estás en una situación personal complicada y sería aprovecharme de ella
• Pero si yo quiero…
• No, Mimi, no, y déjame terminar
• Pero…
• Mimi
• Vale, vale
• Lo primero es eso y la causa es la que te he dicho
• La causa es que doy…

Le cogí la cara con mis manos y le dije:
• No das ningún asco
• Sí, tú no sabes…
• Mimi

Y dirigí mi mano hacia su lado izquierdo de la cara. Ella se revolvió y dijo:
• NO
• Confía en mí
• No, no
• Mimi, confía en mí
• Doy asco
• Mimi, por favor

Empezó a sollozar de nervios. Esperé y le pregunté:
• ¿Puedo seguir?
• No quiero darte más asco
• Pero es que no me lo puedes dar, mira

Le aparté el pelo. No la veía bien pero vi su oreja destrozada. Ella gimoteó diciendo muy bajito “no, no, no”. Le toqué la oreja, ella se puso tensa y se calló. Bajé mi mano por su cuello quemado y dije:
• ¿Ves?
• Pero soy deforme y…
• No, Mimi, no lo eres, tuviste un accidente pero eres una chica preciosa
• No, yo no…
• Que no me acueste contigo no tiene que ver con esto, tiene que ver con que aún tengo algo de decencia dentro de mí, no me voy a acostar con una niña

Mimi empezó a llorar sin parar y se echó sobre mí, hundiendo su cara en mi pecho. La abracé y dejé que llorara hasta que se calmó. Entonces la aparté suavemente y le dije:
• ¿Entiendes esas dos cosas?
• Ajá
• ¿De verdad?
• Sí
• ¿Me das la mano?

Y me dio la derecha pero dije:
• No, la otra
• Pero…
• Y quítate el guante

Mimi se quedó parada pero al final, se lo quitó y me la dio. Se la cogí y la acaricié:
• ¿Ves? No siento ni asco ni nada parecido, solo rabia por lo injusta que ha sido la vida contigo, pero ya está
• Pero…
• Anda, vamos a dar un paseo

Le solté la mano y, corriendo, se puso el guante. Echamos a andar, el uno al lado del otro pero sin tocarnos. Dije:
• Me ha encantado la carta, ha sido muy emotiva
• No creo ser capaz de describir bien muchas cosas que he puesto ahí
• Me queda claro tu amor por mi madre, y por tu familia
• Es que eso es lógico, es mi familia, Vera también
• Ya, pero no es tan lógico, mira yo con mi madre
• Pero eso sería por algo
• Era un cabrón, Mimi
• Anda ya
• Sí… Mira ¿Ves esa zona de la playa?
• Sí
• Ahí me comporté de la forma más nauseabunda que se puede portar uno con una mujer sin llegar a violarla
• ¿Qué quieres decir?
• Despreciar a una chica, insultarla, humillarla… Todo eso le hice a una pobre chica
• ¿Por qué?
• Porque yo era un gran cabrón… Mira, sinceramente, si llegas a estar tú con tus quemaduras cuando yo tenía 18 años, estoy seguro que te hubiera hecho llorar mil veces
• No lo creo
• Sí, Mimi, sí, era lo peor

Seguimos caminando lentamente mientras charlábamos. Luego, dimos la vuelta y cuando llegamos a la urbanización, le dije:
• Otra cosa
• Dime
• En tu carta decías una cosa
• ¿Qué?
• Que no tienes amigos
• Así es
• ¿Puedo ser yo tu amigo?

Ella se quedó mirándome con esos grandes ojos y dijo:
• Creo que ya lo eres ¿No?
• ¿Sí?
• Yo te considero así, a nadie más fuera de mi familia le podría contar las cosas que te cuento
• Muchas gracias

Y me volvió a abrazar. Entonces me dijo:
• Cuando cumpla 18 ¿Podremos ser algo más?
• Jajaja
• Te lo pregunto en serio
• Ya se verá
• Mmm no es un no rotundo, genial

Y salió corriendo riendo.
 
Capítulo 6
Verano 2022
Tony

Me senté en el banco, al lado de una Mimi que me miraba con cara de curiosidad:
• Vaya, vaya, quien se ha dignado a visitarme
• Jeje, lo siento
• Llevas dos días sin venir
• He estado fuera
• Lo sé, fui a tu casa
• Quedamos en que no ibas a ir
• Pero no contestabas al móvil
• Me dejé aquí el móvil
• ¿En serio?
• Sí
• ¿Y dónde has ido?
• Tenía cosas que hacer
• ¿Qué cosas?
• Cosas personales
• Los amigos se cuentan todo ¿No?
• No, esa regla te la has inventado
• Jo

Nos quedamos callados. Entonces preguntó:
• ¿Has visto a tu mujer?
• No, no ha sido eso… Ella ha conocido a otro, me ha engañado con otro, me lo dejó bien claro ¿Perdonarías a alguien en quien confiabas y que te ha engañado así?
• Mmmmm no creo

Nos quedamos callados. Entonces ella insistió:
• ¿Y qué has hecho?
• Jajaja, eres muy curiosa
• Sí jiji

Le sonreí y dije:
• No es ningún secreto
• Pues dímelo
• Es que tengo un pequeño yate y he ido a revisarlo, creo que voy a hacer un viaje
• ¿Solo?
• Claro
• Mmmm ¿Para qué?
• Pensar, replantearme la vida… No sé ¿Y tú qué te cuentas?
• Nada nuevo
• ¿Seguro?
• Sí
• Hoy te he visto otra vez hablando con esos dos chicos
• ¿Qué chicos?
• Ahí en la piscina, los del otro día
• ¿Me espías?
• No, miro por la ventana de vez en cuando
• Ya…
• ¿Posibles novios?
• ¿Qué? Puff, que va, jajaja, son unos críos
• Habló la mujer madura
• Soy mucho más madura que ellos dos juntos
• Ya, jeje, pero se os veía bien juntos
• Me estaban dando excusas por unos deberes que les he puesto
• Ah
• Son muy tontos, y se creen que me voy a tragar sus historias
• Ya

Me callé y ella me miró extrañada hasta que dijo:
• ¿Qué pasa?
• Nada
• No, ese “ya” ha sonado raro ¿Crees que me gustan?
• No lo sé, pero creo otra cosa
• ¿Qué cosa?
• Que tú a ellos sí les gustas

Mimi se quedó con la boca abierta unos segundos y después se partió de risa:
• Pero que tonto eres
• Cuando te fuiste, no dejaron de mirarte
• ¿Sí? Estarían riéndose de mí o hablando de que otra excusa me iban a dar por los deberes
• No, esa mirada y esos gestos no eran de risa, era de “está muy buena”

Mimi me miró con la boca abierta antes de empezar a reírse y decir:
• Eres idiota
• Mimi, eres consciente de que tienes un tipito muy seductor ¿No?
• ¿Quién? ¿Yoooo???
• Claro
• Pero que tontería…
• Esas mallas te marcan un buen culo, y de arriba estás bien, más que bien
• ¿De arriba??? ¿De tetas?
• Sí
• Yo… ¿Te estás riendo de mí?
• Nooo, te digo lo que ve un hombre al mirarte

Entonces Mimi se levantó, se sentó, se volvió a levantar y me dijo:
• Te estás burlando y eso no está bien
• No me estoy burlando, para nada, te digo que esos chicos lo que ven es a una chica con un buen culo, unas buenas tetas y que es muy guapa
• Eres… Eres…

Y se volvió a sentar. Me dijo muy seria:
• Soy muy sensible con mi físico, no te rías de mí con estas cosas, por favor
• Que no me estoy riendo, Mimi, te digo lo que vemos
• Pero… Pero… Pero…

Se volvió a levantar y dio varios pasos. Luego, se sentó y dijo:
• La gente solo me mira con lástima o asco, no… Nadie me mira así
• Eso es lo que tú crees, pero imagina una cosa
• ¿Qué?
• Imagina que nadie conoce lo que te pasó, y te ven, sin saber lo que oculta tu ropa ¿De verdad piensas que no tienes buen tipo?
• Yo…. ¿Tú crees?
• Jajaja
• No te rías, tonto
• Es que es de risa que no seas consciente de eso
• Pero… pero… Bueno, eso da igual, aunque sea como dices, que no lo es, lo cierto es que nadie querría verme desnuda
• Te querrá ver desnuda el chico al que enamores
• A nadie voy a enamorar
• Ayyyy, Mimi, que equivocada estás
• Y de todos modos, esos son dos críos pajilleros, me importan una mierda
• Ya
• Claro que no me importan
• Pero eso es lo de menos, lo que tienes que ver es que no eres solo tus quemaduras, eres una chica divertida, ocurrente, y que está muy bien
• ¿Por qué me dices esto?
• Porque tienes que salir de tu burbuja autoimpuesta, Mimi
• Yo no me he autoim…
• Anda que no… ¿A que soy el primero en tocarte en esas zonas?
• No, tonto
• ¿No?
• El médico también
• ¿Y alguien más?
• Mmmmm
• ¿Tu madre? ¿Tu hermana?
• No
• ¿Nunca?
• Al principio sí, me ayudaban, pero dejé de pedirles eso, no quiero que me vean como soy, ellas no querrán eso
• ¿No quieren o no las dejas?
• Claro que no las dejo, no quiero darles asco
• Mimi
• Que tú seas un raro y no te de asco no quiere decir que las personas normales sean así
• Jajaja ¿Tienes puesto el guante en casa?
• Sí
• Mimi, por favor, no me lo puedo creer
• A quien menos quiero dar asco es a mi familia, es obvio

Nos quedamos callados hasta que le dije:
• ¿Sabes una cosa que le encantaría a tu familia?
• ¿Qué?
• Que no les ocultaras esas quemaduras
• Eres tonto
• Lo sé, pero te apuesto lo que quieras
• ¿Lo que yo quiera?
• Sí
• ¿Sexo?
• No, eso no jeje
• Ahhh, no estás tan seguro
• De acuerdo, sexo

Ella me miró sorprendida y preguntó:
• ¿Cómo sería la apuesta?
• En tu casa, ve sin guantes y con una cola de caballo
• Ni hablar
• Y si tu madre y hermana no se ponen a dar saltos de contentas, me acuesto contigo
• ¿En serio?
• Sí
• Pero… No… ¿Y si se enfadan o…?
• ¿De verdad crees que se enfadarían por algo así?
• Mmmm No, creo que se aguantarían aunque les diera mucho asco
• Mimi, no estás siendo sincera contigo
• Es que las pondría en un aprieto, de ponerme buena cara aunque se mueran del asco
• No les das asco
• No puedo hacerles eso, lo siento
• Mimi, de verdad que les darías una gran alegría
• No, no puedo, son mi familia, las quiero tanto que no puedo… no puedo hacerles eso
• Ayyyy, niña
• Olvida eso, no lo voy a hacer
• Dame la mano
• No, otra vez no, por favor
• ¿Crees que me va a dar asco?
• Yo… No sé
• Mimi

Ella suspiró y se quitó el guante y me dio la mano. Se la cogí:
• Ves, pequeña
• Es diferente

Con la otra mano, aparté su pelo y dejé su cuello al aire. Ella se estremeció pero me dejó hacer. Dije:
• Así, que te dé el aire
• Ufff, estoy muy incómoda
• Pues ya se te irá quitando, conmigo quiero que estés así
• Puff

Pero no se movió para taparse. Entonces dijo:
• Me tienes que hacer un favor
• ¿El qué?
• ¿Te gusta el cine?
• Depende
• Es que hay un ciclo de pelis antiguas de ciencia ficción y me gustan mucho y quiero ir ¿Me acompañas?
• Ufff, me dormiré
• ¿Sí? Pero si son buenísimas, está 2001, la de Alien, la de…
• Ya me estoy durmiendo jeje
• Joooo, quiero ver esas pelis en pantalla grande
• ¿Y tu hermana?
• Que va, odia esas pelis
• Pues invita a un chico
• Ya lo estoy haciendo, pero pasa de mí
• Jajaja
• Anda, porfi, por lo menos la de 2001, esa necesito verla en pantalla grande
• No, lo siento
• Jo, me tocará ir sola
• Haces bien si te gustan
• Claro que me gustan, son clásicos

Dejé su mano y le dije:
• Me voy a ir
• ¿Ya?
• Sí, esta mañana madrugué y estoy con ganas de dormir
• Vale… Ah, no, espera, espera
• ¿Qué?
• Que te tengo que contar una cosa
• Dime
• Anoche mi hermanita volvió a la acción jiji
• ¿Qué?
• Se trajo ahí al chico ese que te dije
• Ah
• Se morrearon un buen rato y luego… (bajando mucho la voz) se la chupó
• Jajaja
• Sí, y luego lo escupió, siempre lo escupe
• Ya
• ¿Es lo normal?
• Pues depende del sabor, de la situación…
• Yo no sé qué haría
• Lo que te apetezca en ese momento
• Ya, imagino… Oye, Tony
• ¿Qué?
• ¿Una mamada es sexo?
• Claro
• ¿Seguro? ¿No podría ser una muestra de afecto entre amigos? (sonriendo cándidamente)
• Jajajaja, noooo, es sexo y del bueno
• Ya… Lo tenía que intentar jiji
• ¿Tienes ganas de probarlo?
• Claro, pero con un tío que me guste, no con cualquiera
• Claro, claro… todo llegará
• Sí, ojalá
• Anda, me voy ya
• Vale, buenas noches
• Buenas noches

Y me fui riéndome de las cosas de Mimi.

Al día siguiente, fui a comprar comida y algunas cosas que me hacían falta. Pasé por el cine y vi el ciclo de pelis que me había contado Mimi. Las miré y pensé “Pufff, menudas antiguallas”. Y me iba a ir cuando vi a un chico mirando los carteles. No le hice caso pero entonces me di cuenta que era uno de los dos de Mimi. Me acerqué a él y le dije:
• Hola, tú eres de mi urbanización ¿No?

El chico me miró con sorpresa y luego asintió:
• Me conoces ¿no?
• Sí
• Es que te he visto aquí mirando esos carteles y me ha entrado curiosidad

El chico me miró sin comprender. Continué:
• ¿De verdad os gustan estas antiguallas?
• Son clásicos
• Ya pero muchas de esas, cuando se estrenaron, ni tu padre habría nacido
• ¿Y qué?
• Me llama la atención, solo eso
• Son muy buenas
• Y me llama más la atención que antes también estaba mirando esos carteles una chica

El chaval me miró sin entender:
• Es una chica de la urbanización

Aquí me miró con sorpresa y luego interés:
• Morena, muy guapa
• ¿Mimi?

El chico había dicho el nombre de inmediato con tan vaga descripción. Sonreí:
• Sí, creo que se llama así ¿No es raro que una chica tan guapa se interese por estas… cosas de friki?
• No son cosas de friki
• Yo creo que sí, esto no lo ve la gente normal de vuestra edad
• Que tontería
• Sí, la chica es muy guapa pero rara, muy friki
• Que no es friki, es normal y con buen gusto
• Rara, te lo digo yo
• Que no
• Normal no parece

Estaba intentando picar al chico que acabó mordiendo el anzuelo porque me miró enfadado y dijo:
• No te metas con ella
• Si no me meto, es solo que es rara
• No, es solo que es muy inteligente
• ¿Y qué?
• Que estas son pelis para personas inteligentes
• No sé, me parece demasiado guapa para ser tan inteligente
• Pues lo es
• ¿El qué? ¿Guapa o inteligente?
• Las dos cosas
• A mí me parece que sois unos frikis
• No tiene ni idea de como es Mimi, ella es… es… es increíble y usted no tiene ni idea de… (cada vez más enfadado)

Lo miré sonriendo, me gustaba el chico, no se callaba. Le dije:
• ¿Sabes? Esa chica…
• ¿Qué?
• Estaba mirando esto sola
• ¿Y?
• Que lo mismo no tiene amigos para venir, me refiero a amigos frikis como ella
• Que no es friki
• Ya, ya, bueno, lo que sea… En fin, nada chaval, te dejo, era solo curiosidad por los gustos de la juventud

Me miró extrañado y di unos pasos, pero luego me paré y dije:
• La chica, cuando pasé por su lado, estaba diciendo “oh, 2001, que pasada” creo que es la que le gusta
• Lo sé, es la mejor
• Ah, vale, ni idea de cual es

Me fui pensando “A ver si lo has pillado, chico”.

Por la noche, cuando llegué al banco y me senté, charlé con Mimi unos minutos pero la noté rara. Le pregunté:
• ¿Qué te pasa? ¿Estás poco parlanchina?
• Mmmm es que me ha pasado algo extraño hace un rato
• ¿El qué?
• Cuando venía hacia aquí
• Cuéntame

Ella se removió nerviosa en el banco y no dijo nada. Esperé pacientemente hasta que dijo:
• Pues venía aquí y me ha parado Fer
• ¿Quién?
• Uno de los chicos a los que doy clase
• Ah, sí, el que te miraba el culo
• Idiota
• ¿Qué? Es verdad
• Lo que tú digas, tonto
• Jejeje
• Bueno, pues me ha parado para decirme que está el ciclo de cine clásico de ciencia ficción y…

Se calló de nuevo mientras yo pensaba “vaya, mira, el chaval pilló la idea”. Esperé hasta que dijo:
• Y dice que mañana echan la de 2001 y que si quiero ir
• Anda, que bien, ya tienes con quien ir
• No voy a ir con él, es un crío tonto
• Pero le gusta esa peli ¿No?
• Eso parece, no sé…
• Pues ve con él, total, no tienes que acostarte con el chico por ir al cine con él
• Pero… pero… aghhh, eso ya lo sé, tonto
• ¿Entonces?
• Que es… raro
• ¿Es un chico raro?
• No, es raro que me diga eso
• ¿Es raro que quiera ir al cine con una chica guapa? No sé, yo creo que es de lo más normal
• Es raro que quiera ir conmigo
• Raro para ti, para él será algo emocionante

Mimi torció la boca en un gesto despectivo y me reí. Dijo:
• Además, me ha dicho una cosa aún más extraña
• ¿El qué?
• Dice que él conoció esa peli gracias a mí
• ¿Y eso?
• El año pasado me dieron un premio en el instituto por escribir un trabajo sobre esa peli
• Ah, y le picó la curiosidad y la vio ¿No?
• No solo eso, se lo leyó ¿Quién se lee un trabajo de instituto de un curso superior? Es raro ¿No?
• Sí
• Y me ha dicho que vio la peli, no la entendió bien, se leyó mi trabajo y entonces la entendió, y que se ha leído los libros y visto la de 2010
• Ah, pues sí que le ha gustado
• Mmmm es todo muy raro, así de pronto… No sé
• ¿Qué piensas que ocurre?
• No sé ¿Y si es una trampa para reírse de mí?
• ¿En serio piensas eso?
• Es que es muy raro, jamás me han dicho de ir a ningún sitio, ni fiestas de cumpleaños ni nada
• Jejeje
• No te rías
• Mimi, es que ya no es algo infantil, es que ya son hormonas, al chico le gustas
• Que no, idiota, eso no puede ser
• ¿A ti te gusta?
• ¿Fer? ¡¡Qué me va a gustar!! ¿Estás tonto? Anda ya
• ¿Es feo?
• No
• ¿Entonces?
• Pero… ay, que no, que no voy
• Mimi
• O voy sola, paso de él
• Mimi
• ¿Qué?
• Ve con él, si te aburre o te molesta, te cambias de sitio
• Pero…
• Pero lo mismo es un fan como tú y compartís la peli tan contentos
• Ya pero…
• Pero ¿Qué? ¿Qué puede ocurrir?
• Que… no sé
• ¿El chico te desagrada?
• Mmmmm
• Contesta
• Desagradar no… Es… mono y quizás… gracioso, no sé
• Pues ya está, ve, no pasa nada, veis la peli, disfrutas de verla en grande y luego ya veréis
• ¿Veremos? ¿Qué quieres decir?
• Pues de ir a otras pelis, es un ciclo ¿No?
• Sí, pero… Ay, no me gustan estas cosas
• ¿Qué cosas?
• Me gusta mi normalidad, sin estas cosas raras
• ¿Raro es que un chico pida ir al cine a una chica?
• Raro es que alguien me pida eso a mí
• Pues vete acostumbrando, va a ser muy normal
• Ayyyyyyy

Mimi no paraba de removerse nerviosa. Me preguntó:
• ¿Crees que debería ir?
• Claro
• ¿Seguro?
• Sí
• ¿Por qué?
• Porque si el chico no te cae mal y la peli te gusta, pues hay muchas posibilidades de que te diviertas
• Pero ¿Y si…?
• No busques casos raros, ve, disfruta de la peli y, si puede ser, de la compañía y ya está
• Ayyyy, dejemos el tema, me estoy poniendo muy nerviosa
• Jajaja

Entonces le dije:
• He estado pensando una cosa
• ¿El qué?
• Una cosa que me dijiste
• ¿Sí? ¿Qué?
• Lo del sexo por venganza
• Ah ¿Lo has hecho?
• Aún no pero me lo estoy planteando
• ¿Con quién?
• Con nadie concreto, solo salir y ligar
• Ah
• ¿Qué te parece?
• Me parece que… Si no puedo ser yo, pues me fastidia un poco jeje
• Jajaja
• Pero creo que te vendrá bien, creo que debes hacerlo
• No sé si estoy preparado
• ¿No?
• Llevo muchos años con solo una mujer, sin ver a otras de esa forma
• Ya
• Pero tendré que pasar página, e imagino que esa será una forma ¿No?
• Sí, seguro

Entonces, Mimi me cogió la mano, pero antes se quitó el guante y dijo:
• Me gusta que me digas estas cosas
• ¿Sí?
• Sí, ya tienes la confianza para contarme estas cosas, me encanta
• Y a mí me ha gustado que te hayas quitado el guante
• Lo sé… Vamos bien ¿Verdad?
• Sí, solo te falta hacer lo mismo con tu familia
• Puff
• Lo harás, ya verás
• Ya veremos

Pero me sonreía, no como el día anterior que solo pensarlo se descomponía. Entonces me levanté y le dije:
• Vamos a dar un paseo, te invito a un helado, te gustan ¿No?
• Jiji, claro

Cuando volvimos, la dejé en el banco y le dije:
• Y mañana no quedamos
• ¿Por qué?
• Porque tienes que ir al cine
• Aún no sé…
• Sí, lo sabes… Ya me contarás que tal ha ido con ese chico
• Pero…

Y me fui sonriendo mientras ella me decía por la espalda:
• Jooooo, no me gustan estas cosas, yo estaba tranquila sin invitaciones

Y le grité:
• VE Y DISFRUTA DE LA PELI

Y la escuché refunfuñar.
 
Capítulo 7
Agosto 2018. Menorca
Tony

“¿Puedo abrir ya los ojos?” Preguntó Olga entre risas mientras el aire le echaba para atrás su preciosa melena. Íbamos en un descapotable que había alquilado para los siete días que íbamos a pasar de vacaciones en la isla. Me había gastado todo mi dinero en este viaje, el coche y la casa pero sabía que iba a merecer la pena.

Le respondí “Aún no, preciosa” y ella hizo un puchero y se rio. Llevábamos juntos dos meses, follando como leones, siempre que podíamos, siempre con ganas de más. Era una mujer espectacular en la cama y me tenía agotado pero totalmente satisfecho.

Cuando terminó el curso, aprobando todo y siendo de las primeras de su curso, no pudimos irnos de viaje a celebrarlo porque tenía que seguir trabajando, y hasta este momento, no había podido tomarse unos días. Y yo lo había preparado todo para que fueran unas vacaciones especiales. Tenía todo pensado, un sitio espectacular, muchas actividades en el mar y mucho sexo.

Aparqué y le dije “Ya”. Ella miró y puso cara de sorpresa, mirándome y riendo. Salió del coche sin parar de lanzar exclamaciones:
• Pero, nene ¿Esto cuánto te ha costado?
• ¿Te gusta?
• Pero esto debe ser carísimo
• Vamos a entrar

Entramos en la casa y ella seguía emocionada, pasando por las habitaciones del chalet, hasta salir fuera y ver el jardín, la piscina y las vista al mar:
• Tonyyyyy, pero esto es… espectacular se queda corto

La abracé por detrás para admirar juntos el maravilloso paisaje que teníamos desde la piscina. Entonces se giró, me besó con ansia y luego se apartó. Se desnudó rápidamente y se tiró a la piscina. Allí me hizo una señal y me quité la ropa para tirarme desnudo a la piscina. Nos besamos con pasión y ella me montó enganchándose a mi cuello, metiéndose mi polla dentro y moviéndose rápidamente hasta llegar a su orgasmo. Luego, me dijo que me sentara en el borde de la piscina y se puso entre mis piernas a chupármela, con ansia, sin dejar de mirarme y usando sus manos a lo largo de mi polla y mis huevos.

Cuando ya le iba a decir que parara que no aguantaba más, Olga dejó de chupar y moviendo la mano más rápido masturbándome, me dijo:
• Dámelo todo, nene, todo

Y empecé a correrme. El primer chorro le cayó en la frente y el segundo en la cara. Se metió mi polla en la boca y los siguientes fueron en su boca. Chupó con ansia, sin dejar escapar una gota, y cuando paré de temblar, me enseñó su boca vacía. Sonrió y se aupó para besarme profundamente, y luego arrastrarme con ella al agua donde seguimos besándonos abrazados.

Tras bastantes minutos así, la dejé y fui al coche a coger las maletas. Tras meterlas en la casa, fui a la piscina. Olga estaba tumbada en una tumbona, desnuda, mojada, increíblemente sexi. Me quedé en la puerta observándola, sus grandes pechos casi perfectamente redondos y naturales, su vientre liso, sus piernas perfectas, y lo guapísima que era. Entonces, ella abrió los ojos y con su fuerte acento, me preguntó:
• ¿Qué haces ahí? Vente aquí conmigo

Me acerqué y me dijo:
• Nene, esto… esto no puede ser
• ¿El qué?
• Que te gastes tanto dinero, yo no puedo pagar algo así
• Lo pago yo
• Ese es el problema, esto deberíamos pagarlo juntos, pero yo no puedo permitírmelo
• Pero no importa
• Sí, sí importa, a mí me importa
• Pero ¿Por qué?
• Ya te conté mi anterior relación, me trataba como un objeto, su propiedad, y me hacía muchos regalos, y esto (señalando a su alrededor) me recuerda a eso, quiero tener cosas pero por mí misma, no por mi aspecto

Ella me había contado poco sobre esa relación, solo que la trataba mal, la usaba, y aunque vivía muy bien y con muchos lujos, huyó de eso y, hasta conocerme, había estado casi un año sin salir ni tener sexo.

• Pero es solo porque quiero que estés bien y descanses, trabajas mucho y…
• Lo sé, lo sé, no estoy enfadada, sé que lo haces con buena intención, pero quiero otro tipo de relación ¿Vale?
• Mmmm vale, pero ¿Te quieres ir?
• Nooo, jaja, pero solo esta vez y ninguna más
• Pero ¿No quieres regalos?
• Claro que quiero regalos, y sorpresas, y flores… pero cosas normales, cosas que nos podamos permitir sin que sean deudas o compromisos con otros ¿Entiendes?
• Sí, creo que sí

Levantó la cabeza y me besó. Luego, sonriendo, dijo:
• Y quiero sexo, mucho sexo
• Jeje, creo que eso me lo puedo permitir

Y besé sus pechos, su vientre, y me metí entre sus piernas saboreando su sexo mientras ella gemía profundamente.

Fue una semana fantástica. No paramos de hacer cosas y de follar. Olga era insaciable, siempre con ganas, siempre dispuesta, siempre provocativa, seductora. Pero cuando no estábamos en la cama era divertida, ocurrente, con buena conversación. La última noche, tras un largo polvo, nos fuimos al jardín, a mirar las estrellas y el mar. Pusimos música tranquila y ella bailaba lentamente con una copa en la mano y solo una camiseta mía puesta. Veía su excitante cuerpo cuando la camiseta se transparentaba por la luz, y veía como me sonreía, seductora, sin dejar de bailar lentamente para mí. Y en ese momento lo tuve claro, era la mujer de mi vida, no solo por el sexo, es que no podía imaginarme vivir sin ella. Y sin poder aguantarme, dije algo que tenía dentro de mí desde hacía días:
• Cásate conmigo, Olga

Ella paró de bailar y me miró sonriendo, pensando que bromeaba, pero entonces se dio cuenta que lo decía totalmente en serio y su semblante cambió. Se puso seria y dijo:
• No lo estropees, Tony
• ¿Por qué voy a estropearlo?
• Porque… calla, baila y luego fóllame otra vez
• Pero, Olga, te quiero, estoy totalmente enamorado de ti, y no es un capricho ni es solo por el sexo, es que eres la mujer de mi vida

Olga me miró triste y dijo:
• No puedo, Tony

Y se metió dentro. La seguí y le pregunté:
• ¿Por qué no puedes?
• Porque… tengo un pasado
• Como todos, yo tengo un pasado horrible pero mi futuro eres tú, borrón y cuenta nueva, nena
• Pero no con un pasado como el mío
• Pero ¿De qué hablas?

Olga me miró con mucha tristeza. Le pregunté:
• ¿No me quieres?
• Con locura
• ¿Entonces? Cásate conmigo, olvida ese pasado, me da igual
• A mí no, y a ti no te daría igual
• ¿Has pasado página con ese pasado?
• Sí
• Pues me da igual
• No, no sabes… No sabes como era
• Ni tú como era yo

Entonces le dije lo que llevaba semanas intentando confesarle y no había sido capaz:
• Estuve en la cárcel porque maté a un chico

Ella me miró y no supe interpretar su mirada. Continué:
• Yo… estaba en una banda, era un camello y otra banda nos atacó, casi matan a uno de los nuestros y fuimos a vengarnos y… y… me… no sé que pasó, me enfurecí, lo vi todo negro y luego estaba allí, muerto a mis pies

Olga seguía mirándome sin hablar. Continué:
• Tenía 19 años y más de 10 años de prisión por delante. Al principio lo pasé muy mal en prisión, me peleaba, siempre estaba rabioso, odiaba a todo el mundo

Olga me miraba pero sin decir nada:
• Hacía mucho ejercicio, me hice más fuerte, pero seguía igual de pendenciero, metiéndome en problemas, peleas… Luego me fui calmando poco a poco e incluso estudié y me saqué la carrera de empresariales
• No sigas, entiendo todo
• Pero lo peor fue mi comportamiento con mi madre ¿Sabes? También la maté, la maté de pena, la desprecié por algo que no hizo pero no… no supe la verdad hasta después, y le echaba la culpa de todo, y ella… la maté lentamente de tristeza y pena
• Cariño...
• Y no he sido ni capaz de ir a ver donde está enterrada, no puedo, no puedo, fui cobarde y miserable con ella en vida y sigo siendo igual ahora que está muerta

Noté como se me humedecían los ojos. Olga me abrazaba y decía:
• Chissst
• Y cuando salí de prisión hace unos meses seguí siendo el mismo miserable egoísta, ganándome la vida con trapicheos y droga, pero ahora contigo no quiero ser así, quiero ser diferente, quiero ser alguien mejor, quiero… quiero merecerte, voy a dejar atrás esa vida, buscaré un trabajo de verdad, algo de lo que te puedas sentir orgullosa

Y la abracé fuerte. Cuando me calmé, Olga me dijo:
• Tienes un pasado muy duro, sí
• Ya, y ahora ni de broma quieres estar conmigo
• No, nene, tú lo has dicho, eso es el pasado, yo veo a otro Tony
• Cuando estoy contigo soy otro, pero ya sabes de lo que he sido capaz
• Yo… también me siento otra cuando estoy contigo, y me olvido de mi pasado
• Pues olvídate del todo, te quiero, Olga, con toda mi alma
• Lo sé, y yo a ti pero…

Se levantó, dio varios pasos pensando y dijo:
• Pero si te cuento mi pasado, no me querrás
• Claro que sí
• Tony, sé que si te lo cuento te voy a perder, y me he enamorado de ti como no he estado enamorada antes de nadie
• Y yo de ti, pequeña
• Tengo miedo de perderte
• No me cuentes si no quieres
• Pero tendrás la duda y eso crecerá y…

Me miró fijamente y suspiró para luego decir:
• Está bien… Con 17 años mi madre murió. Vendí todo lo que teníamos y me fui a París. Allí, me puse a estudiar y quería matricularme en medicina en cuanto pudiera, era mi sueño. Pero un día, en una discoteca, un chico se me acercó y me ofreció un trabajo como modelo. Fui con miedo, pero era de verdad. Estuve haciendo algunas pruebas, pero no me llamaron. Cuando llevaba allí un año, ya se me había acabado el dinero y busqué trabajos. Y volví a ese sitio para pedir otra oportunidad. Allí me dieron largas pero uno que trabajaba allí me llamó y me ofreció trabajos de camarera, azafata… Los cogí todos. Luego, vinieron… otros trabajos

La miré entendiendo. Ella continuó:
• También los cogí. Iba a fiestas, empecé a consumir drogas y a prostituirme. Y me metí en el porno sin darme cuenta. Fueron tres años de porno, prostitución y drogas, Tony, tres años. Las drogas empezaron a afectarme demasiado, me despertaba en sitios que no conocía, ni recordaba, perdí mucho peso y mi aspecto era el de una yonki porque me convertí en eso… Dejaron de llamarme para rodar, pero no dejé de drogarme, me evadía con las drogas. Y empecé a prostituirme en la calle, ya ni puta de lujo ni nada, directamente en la calle. Con 22 años era una sombra de mí. Y allí, en la calle, un hombre me reconoció de las películas y me compró, le dio dinero a mi chulo para que fuera suya. Era de su propiedad, y hacía lo que quería conmigo, pero consiguió que dejara las drogas, que me desintoxicara, de una forma cruel pero lo consiguió. Y un día, cuando cumplí 23 años, me miré al espejo, volví a reconocerme un poco, seguía siendo una sombra pero ya no parecía una yonki, y me escapé, robándole joyas y dinero. Y me vine a España a iniciar una nueva vida, sin drogas ni prostitución

Olga miró a su alrededor y cogió su móvil. Buscó algo y me lo alargó diciendo:
• Esta soy yo

Y se fue fuera, al jardín. Miré la pantalla. Era una reconocida web de videos pornos. Había buscado un nombre “Evangina” y miré los resultados, y la reconocí en las miniaturas de videos, y aunque iba de rubia, era ella sin lugar a dudas.

Volví a mirar a Olga que, dándome la espalda, observaba el mar abrazándose. Dejé el móvil en la mesa sin mirar los videos. Salí fuera. Le dije:
• Esa eras tú, como yo era ese que te he contado

Olga me miró. Me acerqué a ella:
• Pero hemos cambiado
• ¿Crees que no pensarás en mí como una puta ahora que lo sabes?
• ¿Y tú en mí como un asesino?
• No lo sé, Tony, como no sé si de verdad no pensarás en mí de esa forma cuando me folles o te enfades conmigo
• ¿Y por eso no lo vamos a intentar?
• No lo sé ¿Qué opinas?
• Que quiero estar contigo
• Ya no dices casarte
• Quiero casarme contigo
• No, Tony
• ¿Por mi pasado?
• Porque es una locura, no sé si podremos ignorar nuestro pasado… Pero te propongo otra cosa
• ¿Qué?
• Un año, si en un año seguimos bien, nos casamos
• ¿Y mientras?
• Mientras lo intentamos
• Vale pero te propongo un pequeño cambio a eso
• ¿Cuál?
• Vivamos juntos, sin casarnos. Dejaré mi trabajo actual que no es… no es lo que quiero ser para ti. No tendremos lujos pero…

Olga me miró, sonriendo tristemente:
• Mmmm
• Creo que vivir juntos será la verdadera prueba de que olvidamos nuestros pasados y nos aceptamos ¿No?
• Sí, puede ser

Me acerqué a ella y la besé tiernamente. Olga me devolvió el beso pero entonces se apartó y dijo:
• Sabes que me gusta el sexo
• Sí
• Y sabes que me gusta follar guarro

La miré sin comprender. Ella se apartó y me rodeó. Intenté girarme para mirarla pero ella siguió andando alrededor mía y dijo:
• Me gusta ser una zorra durante el sexo
• Lo sé
• Y ahora no sé si estaré cómoda contigo siendo así durante el sexo
• ¿Por qué?
• Porque pensaré “¿Y si hago esto y piensa que era lo que hacía cuando era puta?” o “¿Y si piensa que esto se lo hacía a cualquiera?” o “¿Y si piensa que hago menos guarradas con él que cuando era puta?” o “¿Y si algo que me apetece no lo hago por miedo a que piense que lo hago porque he sido una puta?” o aún peor “¿Y si él quiere que haga algo pero no lo hago para que no piense que soy tan zorra?”

No dije nada, no sabía que decir sin meter la pata. Ella continuó dando vueltas alrededor mía mientras decía:
• O “¿Le dará miedo pedirme algo por si yo pienso que me lo pide por haber sido una puta?” o “¿Y si piensa que le pondré los cuernos porque la que es puta, lo es para toda la vida?” o…

Le agarré un brazo y la paré. Le dije:
• O me follas ahora mismo y me demuestras lo zorra que eres
• ¿Y entonces qué?
• Te diré que he pensado
• ¿Y sí…
• Y si te follo de una puta vez y dejamos las teorías

Se lo había dicho con un tono demasiado seco y me arrepentí de inmediato pero es que estaba nervioso ¿Y si tenía razón y no era capaz de separar a Olga de su pasado? Olga se quitó la camiseta quedándose desnuda pero estaba seria, no tenía su pose sexi ni seductor que siempre exhibía conmigo.

Nos miramos sin movernos. Alargué la mano y acaricié su cara. No reaccionó, estaba tensa. Me acerqué a ella y le pregunté al oído:
• ¿Sabes lo que veo cuando te miro?
• ¿Qué?
• A la mujer de mi vida

La miré y me sonrió tímidamente. Supe que estaba asustada, que tenía miedo a perderme, lo vi claramente. La besé. Me devolvió el beso buscando mi lengua pero seguía tensa, lo notaba.

Alargué el beso mientras mis manos acariciaban su espalda, intentando relajarla pero le estaba costando. Bajé la cabeza y le chupé un pecho, luego su pezón, y se lo mordisqueé como ya sabía que le gustaba. Ella gimió levemente y noté sus manos acariciándome el pelo y la espalda. Me agaché arrodillándome ante ella, lamiendo su cuerpo hasta llegar a su pubis. La miré desde abajo. Ella me observaba con ojos de deseo aunque estaba más pasiva que de costumbre, seguía sin relajarse. Besé sus muslos, se los lamí hasta llegar a su coño. Pasé mi lengua por sus labios y se la metí dentro. Estaba mojada. Busqué con mi lengua su clítoris y ella gimió más alto. Entonces, levantó la pierna derecha para apoyarla en mi espalda y me cogió de los pelos, para mantener el equilibrio. De esa forma, me facilitó el acceso y se lo comí con ansia mientras ella gemía más y más. Le metí dos dedos y la masturbé al ritmo de sus gemidos. Luego, le metí un tercer dedo pero por detrás. Ella lanzó un gemido más fuerte. La masturbé así sin dejar de lamerle el clítoris.

Ella movía sus caderas al ritmo de mis dedos y dijo:
• Otro por detrás, nene, rápido

Le metí otro dedo. Movía mis dedos dentro de su coño y culo, y ella agarraba mis pelos con más fuerza sin dejar de gemir cada vez más alto hasta que se corrió con fuertes espasmos. Aún temblando por el orgasmo, tiró de mí para ponerme de pie y me besó ardientemente. Ahora sí era la Olga normal, cachonda perdida y con muchas ganas de sexo. Sin dejar de morrearme salvajemente, metió su mano en mi bañador y cogió mi polla que estaba totalmente dura. Le cogí un pecho con una mano y con la otra el culo, apretándoselos mientras nuestras lenguas no paraban de entrelazarse.

Se arrodilló y me quitó el bañador para comenzar una fantástica mamada, alternando boca, lengua y manos en mi polla y huevos mientras no dejaba de mirarme con ojos lujuriosos. Tras un buen rato de casi llevarme al orgasmo para luego bajar la intensidad y luego volver a subir, dejó de chupármela. Tenía la polla chorreando de su saliva. Ella me miró sonriente y se dio la vuelta poniéndose a cuatro sobre el césped y separándose una nalga para mostrarme su ano mientras volvía la cabeza para mirarme con sonrisa lujuriosa.

Me incliné y se la metí despacio por el estrecho agujero aunque como mi polla estaba tan lubricada por su saliva, entró sin mucho problema. Olga lanzó un suspiro cuando la notó dentro en gran parte, y volvió a girar la cabeza para mirarme y decir:
• Fóllame duro

La cogí por las caderas y la follé rápido mientras ella gritaba de placer. Fue un polvo duro, intenso, largo, con muchas posturas, alternando coño, culo y boca, donde Olga encadenó varios orgasmos pero no se saciaba. Terminamos conmigo tumbado boca arriba, y ella montándome encima, con las piernas abiertas, inclinada hacia atrás, y con mi polla en su culo, follándome rápido mientras tres dedos míos entraban y salían de un coño tan mojado que se escuchaba el sonido de mis dedos a pesar de sus gemidos de gusto. Cuando se corrió, fue de una forma tan salvaje que hasta expulsó líquido que me llegó al pecho, mientras yo le llenaba el culo de mi leche.

Olga se echó sobre mí, temblando sin parar. Nos quedamos los dos tumbados, destrozados. Olga no paraba de tener pequeños espasmos. Tras varios minutos sin ninguno decir nada, ella habló:
• ¿Y bien?
• ¿Qué?
• Ya sabes
• ¿Qué?
• ¿Has pensado… eso?
• ¿Eso?
• Mi pasado
• ¿Tu pasado? No sé de qué me hablas
• ¿Qué? Lo que te he conta… ahhhh, jajaja, que tonto
• Ni me acordaba, cariño
• ¿De verdad?
• Joe, Olga, ha sido bestial ¿Te crees que voy a estar pensando en algo que no sea la suerte que tengo?

Olga me besó en la mejilla. Le pregunté:
• ¿Y tú?
• Al principio no podía más que pensar que ya solo verías en mí a una puta y no me atrevía a hacer nada
• Lo sé, te noté tensa
• Sí, mucho, estaba segura que te había perdido
• Anda ya
• Sí, te noté distinto
• Estaba nervioso pero por hacer algo mal
• Lo has hecho sensacional, como siempre

Olga sonrió feliz. Nos quedamos callados, mirándonos. Entonces dijo:
• Vale
• ¿Vale qué?
• Vivamos juntos
• ¿Sí?
• Sí, quiero esto todos los días
• ¿Esto? Me vas a matar
• No creo, estás fuerte, puedes aguantar echarle un polvete al día a tu novia… o dos… o tres… o cuatro… o…
• ¿Mi novia?
• Si vamos a vivir juntos, que menos que eso ¿No?
• ¿En serio quieres vivir conmigo?
• Sí, contigo me siento yo, me siento Olga, te quiero, nene, mucho
• Yo también, preciosa

Nos dimos un piquito y luego dijo:
• Y necesito hacer pipi
• Que romántica
• Jajaja, pero es que no aguanto más

Me incorporé y la ayudé a ella, pero, al ponerse de pie, se tambaleó y se agarró a mí diciendo:
• Ayyy, me tiemblan las piernas, no puedo andar
• Pues te llevo

Y la cogí en brazos mientras ella reía sin parar. En cuanto volvimos de las vacaciones, Olga se mudó a mi pequeño piso. Nunca volví a pensar en su pasado.
 
Capítulo 8
Verano 2022. Dos días después de la última conversación con Mimi
Tony

Me acababa de levantar y estaba preparándome un café cuando escuché el timbre de la puerta. Miré el reloj, las 9:20 ¿Quién sería a estas horas?

Cuando abrí, entró una Mimi muy nerviosa y alterada. Le dije:
• Buenos días

Mientras ella decía:
• No te vas a creer lo que me ha pasado

Le señalé la cocina y entramos. Ella, sin poder quedarse quieta, se quedó de pie, casi dando saltitos de los nervios. Llevaba dos días sin verla. Le pregunté:
• ¿Quieres un café?
• Que va, con lo nerviosa que estoy solo me faltaba eso… Mejor me hago un té

Y se puso a trastear buscando y calentando agua. Me senté y la observé. Estaba nerviosa pero no parecía que fuera de preocupación, por algo grave, así que esperé. Cuando terminó de prepararse el té, se sentó y dijo:
• Es que no sé como me pasan a mí estas cosas
• Ayer me dejaste plantado
• Ay, lo sé, perdona, perdona, se me pasó totalmente, es que esto es muy fuerte, estoy… He perdido mi rutina, siempre hago las mismas cosas, tengo una rutina que nunca cambia, pero estos días me está pasando cada cosa que estoy totalmente descolocada, lo siento
• No pasa nada, venga, cuenta

Lanzó un gran suspiro y cuando iba a empezar a hablar, la interrumpí y le dije:
• Pero una cosa antes… Estás conmigo, ya sabes
• ¿Qué?
• Ponte cómoda
• ¿Que me pong…?
• El guante y el pelo
• Ah, no, aquí hay mucha luz
• Mimi
• Pero es que aquí vas a ver…
• Mimi
• Pero…
• Mimi, soy yo
• Pero es asqueroso y bastante nerviosa estoy como para…

Me quedé mirándola y ella, suspirando de nuevo, se quitó el guante y se puso el pelo detrás con gesto de exasperación y dijo:
• ¿Contento?
• Sí
• Pues no me mires así
• ¿Así?
• Tan fijamente
• ¿Te has dado cuenta que no he vomitado el café?
• Pero…
• Ni te estoy mirando con cara de asco ni nada de eso
• Ya pero…

Le cogí la mano quemada y le dije:
• Mimi, tienes que naturalizar esto, que sí, que no está bonito pero tampoco es tan horrible, y lo importante no es esto (señalando sus quemaduras), eres tú, estás aquí por como eres, no por tu aspecto
• Jo
• Si fueras una top model buenísima y perfectísima pero gilipollas, no estarías aquí
• Ya, estaría en tu cama
• Jajaja
• ¿Ves?
• Tienes gracia, puñetera, jaja, y sí, quizás, pero te follaría y adiós, y en cambio, ahora estoy disfrutando viendo a una chica guapa e impaciente para que me cuente lo que sea que me quiere contar

Ella me apretó la mano y se me quedó mirando a los ojos, esos preciosos ojos que me dejaron sin aliento unos segundos. Luego, suspiró diciendo:
• Bueno, intentaré no pensar que sientes asco
• Ay, Mimi… Anda, cuenta ya, que me tienes en ascuas

Entonces se le iluminó la cara con una gran sonrisa y dijo:
• Es que no te lo vas a creer
• Venga, no te hagas de rogar
• Jaja, no es eso, es que es tan increíble… bueno, te cuento… el día de la peli estuve todo el día súper nerviosa, mil veces pensé en no ir y mil veces en ir pero pasar de Fer y mil veces ir con Fer, no me decidía
• Me lo creo jeje
• Encima, Patri ese día se había ido con Isa a la playa y no volvía, y yo quería preguntarle que hacer, y no aparecía, y pensé en escribirle pero luego pensé que por una tontería así no, que era darle mucha importancia a solo ir al cine… Estaba hecha un lío, quería leer y no pensar en eso, pero ni eso podía hacer porque no me concentraba
• Jajaja
• No te rías, tonto, que lo pasé muy mal
• Seguro
• Al final, fui al cine sin saber si entrar sola o no, y al llegar, allí estaba Fer esperando, y me dijo que ya tenía las entradas, y fui a darle el dinero y resulta que con los nervios había salido de casa sin cogerlo, que desastre soy (meneando la cabeza)
• Jajaja
• Y allí estaba, que me quería morir porque parecía que había ido para que me invitara, y le dije que volvía a casa corriendo a por el dinero pero ya empezaba la peli, y él insistía en entrar y cada vez más nerviosa… Al final entré prometiéndole que al día siguiente le daba el dinero, y se lo di, claro
• Jajaja, pero si él estaría encantado de invitarte
• Pero yo no quería eso, que… Puff, un desastre, la cosa empezó horrible, me sentía fatal, y encima compró palomitas y refrescos y ni quería probarlos de la vergüenza que sentía
• Pero mira que eres…
• No sabía como comportarme
• Jajaja
• Ayyy, tonto, deja de reírte o no te cuento más
• Vale, vale
• Pero entonces empezó la peli y nos quedamos callados y fue espectacular, el sonido, la imagen… Nos quedamos callados, mirando embobados y…
• Disfrutaste de la peli
• Sí, mucho, y Fer me hacía unos comentarios sobre mi trabajo que me tenían asombrada, se lo sabía casi de memoria y, no sé, al poco estaba muy cómoda, comiendo, cuchicheando, admirando la peli… con él

Le sonreí. Ella siguió:
• Y luego, al salir, estábamos los dos entusiasmados comentando cosas, y nos fuimos al paseo marítimo, y nos sentamos de cara al mar, hablando de libros, pelis… Más de dos horas estuvimos, y se me pasaron sin darme cuenta… No es tan tonto como pensaba, y lee, no tanto como yo pero lee, y tenemos gustos parecidos, y…
• Y te lo pasaste muy bien
• Sí, la verdad es que sí… Fue como cuando debatía con Vera sobre libros, algo así, Fer no es tan profundo ni sabe tanto como Vera pero… Fue algo así, me encantó volver a poder tener una conversación así
• Genial
• Y luego, al llegar a casa, me acompañó a mi portal porque él vive en el edificio oeste y nosotros en el este, y eran casi las doce de la noche, y me costaba dejar de hablar pero me tenía que ir, y de pronto, me dio un beso en los labios
• ¡¡Anda!!
• Y me quedé petrificada, no me lo esperaba, te lo juro que no me lo esperaba para nada. Fue muy rápido, pero luego, se volvió a acercar y me dio otro, más lento, tierno,... y… se lo devolví

La miré, estaba con la mirada perdida, recordando ese momento. Continuó:
• Fue solo labio contra labio pero fue… fue increíble, de verdad. Nos separamos y nos miramos. Yo sentía que iba a explotar de lo colorada que estaba, y él estaba igual, pero solo nos miramos. Entonces, le di las buenas noches y entré corriendo en el portal porque me temblaban las piernas y me iba a caer

Le sonreí sin decir nada. Ella volvía a tener la mirada perdida. Dijo:
• Y ya dentro, me apoyé contra la pared para no caerme, y miré fuera y vi como el muy tonto estaba como bailando
• Claro, había triunfado besando a la chica guapa
• Tonto

Pero sonreía ampliamente, recreando en su cabeza esa imagen del chico bailoteando por haberla besado. Y pregunté:
• ¿Y ayer me dejaste plantado porque volviste a ir al cine con él?
• Bueno, es que lo de ayer fue más increíble aún, espera, espera que te cuente
• ¿No me digas que ya te has acostado con él?
• NOOOOO, tonto
• Jajaja, pero antes de seguir ¿Qué tal el beso?

Entonces, dejó de cogerme la mano y se cubrió la cara con sus dos manos, para luego, cogerme de nuevo la mano y decir sonriente:
• No sé, no me lo esperaba
• ¿Que no lo sabes? Mimi, no me vengas con rollos
• Jajaja
• Te gustó ese beso sorpresa ¿No?
• Bueno, el primero fue sorpresa total, pero el segundo me dejó temblando jajaja
• Vamos, que te encantó
• Síííí jajaja, mi primer beso y fue súper tierno y tras una noche donde me lo había pasado fantásticamente bien, fue... fue… fue perfecto
• Te gusta ese chico
• Nooo, bueno, es mono pero no, no mucho… o un poco… no sé… yo que sé, joe
• Jaja, anda, sigue con el día siguiente ¿Qué tal en el cine?
• Espera, espera, que por la mañana pasaron cosas

—-----------------------------------------
El día anterior, 10 de la mañana, casa de Mimi
Mimi

Esa mañana en cuanto desperté, me vestí rápidamente y fui al cuarto de Patri a contarle todo, no podía esperar, pero me encontré la habitación vacía. Fui a la cocina donde mi madre me contó que se había ido temprano porque esa noche iba a dormir fuera por un cumpleaños y se habían ido ya a comprar comida, regalos… Me quedé muy fastidiada, estaba deseando contarle todo pero no iba a poder. Mi madre me preguntó qué me pasaba pero esto se lo tenía que contar a Patri, no a ella, era cosa de hermanas.

Cuando se fueron mis padres caí en la cuenta que en un rato se presentaría Fer con Alberto y me entraron de nuevo los nervios, aún peores ¿Qué le diría? ¿Le podría mirar? ¿Y él qué haría? No me podía estar quieta, pensando mil cosas.

Cuando llamaron a la puerta y les abrí, los dos entraron pero algo pasaba porque no había ni chanzas, ni quejas ni nada, solo un apagado “hola” de cada uno. Luego, cuando les pedí los deberes, me los dieron sin excusas, callados. Los miré. Ninguno hablaba, ni me miraba ni se miraban, estaban muy raros así que dije:
• M: A ver ¿Qué os pasa?
• F: Nada
• A: Nada
• M: ¿Os creéis que soy tonta? ¿Qué pasa?

Esperé y, de repente, Alberto dijo muy enfadado:
• A: ¡¡Quiero que este mierda traidor se vaya, es un cabrón!!
• F: Y tú eres gilipollas
• A: Rata traidora, te voy a machacar cuando…
• M: EH, EH, EH, YA VALE

Grité al ver como los dos empezaban a levantarse mirándose con ganas de pegarse. Pensé “Es que son unos críos, y yo he besado a uno, es que soy tonta”. Los miré enfadada diciendo:
• M: Os vais a estar tranquilitos
• F: Yo estoy muy tranquilo
• A: Claro, porque eres un mierda incapaz de tener remordimientos
• F: Te voy…
• M: ¡¡¡QUE YA VALE!!!

Miré a Alberto y le dije:
• M: Tú, explícame porque te ha traicionado
• A: Porque…

Y se calló, mirando al suelo. Le dije:
• M: Venga, no tengo todo el día

Entonces alzó la mirada y me dijo:
• A: Porque habíamos acordado en jugarnos a suerte quien te iba a invitar a salir antes, y este mierda ayer, a traición, te invitó y me he enterado porque os vieron en el paseo marítimo, ni siquiera ha tenido cojones de decírmelo y a mí me dijo que se quedaba en casa viendo una peli pero no…

Y siguió diciendo cosas pero yo ya no escuchaba, me había quedado estupefacta. Entonces dije muy flojito:
• M: ¿Cómo que invitarme a salir?
• A: Claro, y ahora él tiene ventaja después de pegarme esa puñalada rastrera
• F: Porque eres un gallina que lleva semanas sin atreverse a pedírselo, y yo sí he sido capaz, gallina
• A: Porque me decías que…
• M: A ver, a ver ¿Qué ventaja?
• A: Ahora tiene ventaja para que él te guste más
• F: Tengo ventaja porque no soy un musculitos sin cerebro
• A: Y tú eres un friki de mierda que…
• M: ¡¡¡YA VALE!!!

Me reí incrédula por lo que estaba pasando:
• M: ¿Por qué queréis salir conmigo?

Los dos se quedaron callados y se miraron, nerviosos:
• A: Porque…
• F: Tú…
• A: Sí, tú…
• F: Es…
• A: Y…
• M: ¿Qué?
• A: Nos gustas mucho
• F: Pero mucho
• A: Eres fantástica y…
• F: Lista y…
• A: Y guapa y…
• M: Pero ¿Sois tontos o ciegos?

Los dos se miraron y me miraron como sin comprender:
• M: Soy la deforme, sin una pierna, con la piel quemada ¿Cómo os voy a gustar?
• A: Pero eres guapísima
• F: Y divertida
• A: y…
• M: Y deforme… Habláis sin saber como soy de verdad porque si me vierais sin esta ropa, os daría mucho asco

Los dos se volvieron a mirar:
• A: Pero es que…
• F: Te hemos visto y eso nos da igual
• M: ¿Cómo que me habéis visto?
• A: Claro
• M: ¿Cuándo?
• F: Todos los días cuando venimos aquí
• M: ¿Qué?
• A: Cuando te agachas para corregir algo, se te ve el cuello y la oreja

Rápidamente me cubrí esa parte con la mano, totalmente avergonzada pensando “idiota, idiota, ni lo habías pensado”:
• F: Y cuando gesticulas harta de nosotros, se te sube la manga y se ve tu brazo
• M: Pero... pero… ¿Por qué no me lo habéis dicho?

Me quería morir:
• A: Porque…
• F: Nos da igual, Mimi
• A: Sí, nos gustas y ya está

Se me saltaron las lágrimas por vergüenza y rabia contra mí misma. Les dije.
• M: Pero doy mucho asco
• A y F: NOOOOO

Y me levanté y salí corriendo encerrándome en el cuarto de baño, llorando de vergüenza. Al poco, escuché unos golpecitos en la puerta:
• M: Dejadme
• A: Mimi, no nos peleamos más, prometido
• F: Y no pasa nada, te avisamos a partir de ahora cuando se te vea, a nosotros no nos importa pero si a ti sí, te avisamos, prometido
• A: Sí, de verdad, pero no llores, por favor
• F: Haremos lo que quieras
• A: Sí, cualquier cosa
• M: Dejadme
• F: Pero Mimi…
• M: Ahora voy, pero dejadme unos minutos
• F: Vale

Y se fueron. Conseguí tranquilizarme y me eché agua en la cara. Cuando llegué al salón, los dos me miraban con una mezcla de miedo, duda, ansiedad. Me senté y les dije:
• M: Además de tontos, sois muy raros, los dos

No dijeron nada. Continué:
• M: Esto no será para montar una broma de las vuestras y reíros de la pobre deforme ¿No?

Los dos abrieron mucho los ojos y soltaron al unísono:
• A y F: NOOOOO, de verdad que no, jamás te haríamos algo así, te lo juramos

Se les notaba totalmente apurados con esa idea. Les dije:
• M: Vale, os voy a creer
• A: Pero…
• M: ¿Qué?
• A: Ayer saliste con él y soy el perdedor porque él…
• M: A ver, yo no salí con nadie, no fue una cita, solo fuimos al cine ¿Entendido?

Vi la cara de tristeza de Fer y me sorprendió. Continué:
• M: Y hoy hay otra peli que quiero ver, así que, para que estéis en paz y no os peleéis más, hoy me acompañarás tú (señalando a Alberto que sonrió triunfal)
• F: Pero si es la de Alien
• M: ¿Y?
• F: Que es de miedo y él es un cagueta, no querrá verla
• A: Y tú eres gilipollas, claro que quiero verla
• F: Pero si nunca ves las de miedo
• A: Eso es mentira
• M: VALE, VALE… Ya está decidido, iré con Alberto, es lo justo para que no os peleéis como unos críos
• F: Menuda mierda
• A: Jajaja

Me levanté y cogí el dinero que tenía preparado:
• M: Toma, mi parte de lo de ayer
• F: Pero que no…
• M: Cógelo, y ya vale, se acabó hablar de esto, y ahora los deberes, que os estáis escaqueando una cosa mala

—-----------------------------------------

Miraba a Mimi mientras me contaba la historia, sonriente, luminosa, feliz, con los ojos brillantes de emoción… y me estaba encantando verla así. Entonces dijo:
• ¿Tú te crees lo raros que son estos dos críos?

Me fijé que no había dicho “críos” pero no dije nada de eso, solo pregunté:
• ¿Raros?
• Sí, ven mis quemaduras y siguen queriendo salir conmigo, están mal de la cabeza
• Mimi...
• Sé sincero, es raro
• Mmmm, vale, es raro de cojones que dos adolescentes se fijen en una chica guapa, raro, raro
• Idiota (pero sin parar de sonreír)
• ¿Y cómo fue la segunda cita?
• ¡¡¡Que no son citas!!!
• Jajaja
• Solo es quedar para ir al cine, solo eso
• Vale, vale ¿Y cómo fue?
• Bien, bien, Fer tenía razón, Al es un cagueta total, lo que me reí con lo mal que lo pasó durante la peli jajaja
• Lo que hace un hombre por una mujer que le gusta ¿eh?
• Jajajaja, sí, jajaja, pobre
• ¿Y nada más?
• Bueno, luego me llevó a un bar, la primera vez que voy a uno
• Anda ¿Y qué tal?
• Es que no me di cuenta, íbamos andando y charlando y de pronto dijo de meternos a tomar algo… Ah, y pasó una cosa
• ¿Qué?
• Que cuando miré el local, vi a su grupo de amigos del fútbol allí en la terraza
• ¿Y?
• Que le dije de irnos porque pensé… mmmm
• ¿Qué?
• Es que pensé… mmm pensé que se avergonzaría de que lo vieran conmigo
• MIMI, por favor
• Es que es verdad, sería lo lógico
• ¿Y le dijiste eso?
• Sí, claro
• ¿Y qué dijo?
• Se rio y dijo “pero si van a flipar de verme contigo, voy a ser la envidia de todos”
• Jajaja
• Obviamente exageraba y lo decía por no hacerme sentir mal
• Claro, claro, obviamente
• Y también dijo algo como “si alguno te dice algo que no te guste, le parto la cara” haciéndose el chulito, pero luego añadió “pero todos opinan que estás muy buena, tranquila”... de verdad que no sé cuando hablan en broma o en serio
• Jajaja, pero si el chico te estaba contando la realidad
• Ya, ya, seguro
• ¿Y actuó avergonzado en el bar?
• Mmmm no
• Jajaja
• Pero yo que sé, es todo muy raro, joe
• ¿Y cómo te lo pasaste?
• Muy bien, me reí mucho, contaba muchas tonterías… Ah, y bebí un poco de su cerveza y se me subió jiji
• Jaja
• Y nada, volvimos a casa cerca de las doce otra vez
• ¿Yyyyyy????
• Y bueno…
• Jajaja
• Sí, vale, también me besó
• Pobrecillo, que gran sacrificio besarte ¿No? Se merece una medalla
• Pero que idiota eres, no te voy a contar nada más si te ríes así de mí
• Jajaja
• Fue más… más atrevido que Fer, se me pegó más y fue algo más largo, y más atrevido, un beso diferente
• ¿Te gustó?
• Sí, mucho
• ¿Más que el otro?
• No, o no sé, diferente pero también me gustó

Sonreí esperando. Ella titubeó hasta que dijo:
• Abrió la boca, y yo la mía, y noté su lengua en mis labios, y la toqué un poquito con la mía y… y entonces me aparté porque…

Y vi que se ponía totalmente colorada. Titubeó más y terminó diciendo:
• Porque noté… como se pegó… noté que… mmmm que se le… mmmm ponía dura su cosa
• Jajaja
• ¿Te lo puedes creer? Conmigo, se le puso dura ¡¡¡CONMIGO!!!
• Ayy, Mimi, pues vete acostumbrando, esa va a ser la reacción normal
• Pero ¿Conmigo? ¿Por qué?

Y vi que lo preguntaba en serio, no se lo explicaba. Me levanté y tiré de su mano para que se levantara y me siguiera. Me situé delante de un espejo de pie y la puse delante y yo detrás, y dije:
• Mira, eres preciosa, y mira tu cuerpo, este cuerpo levanta ya pasiones y muchas más que levantará
• Pero…
• Pero nada, tú te has obsesionado con algo que no es real, esto es lo real, Mimi, esa eres tú

Y de repente, ella rompió a llorar. Se giró y me abrazó con mucha fuerza, hundiendo su cara en mi pecho. Cuando se calmó, se separó y me dijo:
• Gracias
• ¿Por? No he hecho nada
• Por… por todo
• Pero que no he hecho nada
• Sí, haces mucho… esto me llega a pasar hace dos semanas y me hubiera recluido en mí, como siempre, pero aquí estás, dándome ánimos y haciendo que vea cosas que no, que no sabía que, que no…

Y siguió llorando abrazándome de nuevo hasta que consiguió calmarse. Luego, se separó diciendo:
• Te dije que era una llorona
• Ya veo jeje
• ¿Qué hora es?
• Casi las diez
• Jo, me tengo que ir, que tengo que darles clases a esos dos alcornoques
• Jeje ¿Qué piensas hacer con ellos?
• ¿Yo? Nada
• ¿Cuál te gusta más?
• No… No sé
• ¿Seguro?
• Los dos son diferentes, y los dos tienen cosas que me gustan, y los dos son guapos… no sé, no sé, no sé nada
• Tendrás que elegir
• ¿No me puedo quedar con los dos?

Dijo riéndose. Luego, meneó la cabeza y continuó:
• Si no sé ni si me gustan de verdad o es otra cosa
• ¿Otra cosa?
• La emoción de esto que me está pasando, no sé
• Ah, ya
• ¿Qué hago?
• Pues diría que conocerlos mejor y dejarte llevar por tu instinto
• Yo no tengo de eso para… para chicos, no sé nada sobre chicos
• Irás aprendiendo, eso seguro
• Jooo, ayúdame
• Bueno, siempre puedes decirle que se echen a suerte quien se queda contigo
• Que idiota eres
• Jajaja
• No me ayudas nada, que lo sepas
• Jeje, sé salomónica, sal hoy con los dos
• ¿Con los dos? ¿A la vez?
• Claro, en plan amigos
• Pero es que entonces…

Y se calló. Me reí y terminé su frase:
• Es que entonces te quedas sin beso ¿no?

Mimi se puso colorada pero asintió:
• A ver, Mimi, piensa ¿Con cuál te divertiste más?
• Mmmm con los dos
• ¿Igual?
• No, igual no, pero me lo pasé muy bien con los dos
• Vale, y ¿Qué beso te gustó más?
• Puesssss… Ayyyyy, esto es una mierda, yo paso, me quedo en casa leyendo y no salgo nunca más, y ya está, fuera complicaciones
• Jajaja
• Yo estaba tranquila y ahora estoy de los nervios todo el día y… y… mierda, mierda, mierda
• Jajaja
• Y DEJA DE REÍRTE
• Vale, vale, perdón
• ¿Qué hago con estos dos tontos?
• Vamos a ver… Quieres volver a salir esta noche ¿No?

Mimi asintió:
• Y quieres volver a dar otro beso ¿No?

Mimi dudó pero asintió:
• Pues no tengo ni idea, creo que lo mejor es que lo consultes con tu hermana
• ¿Qué? ¿Ya está?
• Es mi mejor consejo
• Puff, eso ya lo sabía yo
• Pues ve y le preguntas
• Ya quisiera yo, a ver si viene pronto que ha pasado la noche fuera en un cumpleaños, necesito contarle todo esto
• Claro
• Se reirá de mí, la muy tonta, pero bueno
• Se alegrará por ti
• ¿Sí?
• Seguro… Imagino que esta noche no nos vemos en el banco, me plantas otra vez ¿No? (dije poniendo tono triste)
• Mmmm
• Es broma, anda, sal esta noche y te diviertes
• Pero tienes razón, llevamos muchos días sin hablar
• ¿Y esto de ahora qué es?
• Me refiero a que yo te he contado todo sobre mí y mi familia, ahora te toca a ti
• ¿A mí? Soy un triste cornudo, poco tengo que contar
• Mucho, empezando por Vera y lo que os pasó
• Puff
• Eso me lo tienes que contar, y muchas más cosas

Me dio un beso en la mejilla y se fue, nerviosa pero feliz, casi daba saltitos de lo contenta que iba. Ya se iba a meter en el ascensor cuando se paró y se acercó para preguntarme flojito:
• Oye y lo de tu… tu sexo por venganza ¿Lo has hecho?
• Jajaja
• ¿Qué pasa?
• No, no he tenido ganas
• Muy mal, te vendría bien
• Ah, claro, la experta en sexo me da consejos

Entonces se me acercó al oído y dijo muy bajito:
• Para tu información, he visto bastante porno y me masturbo mucho así que sé lo que relaja el sexo

Me sacó la lengua y ahora sí se fue corriendo mientras se ponía el guante y se tapaba con el pelo.

17:00 de esa tarde
Juan

Miré a Laura que estaba metiendo las toallas en la bolsa para bajarnos a la piscina y le pregunté:
• Entonces ¿Mejor vamos mañana?
• Sí, necesitamos comprar, pero hoy puedo apañármelas con lo que tenemos en la despensa, mejor vamos mañana
• Es que es cuando hay más gente
• Ya pero hoy no me apetece salir, quiero tumbarme un rato al sol
• Vale

Entonces escuchamos un grito, pero era un grito de alegría, y era de Patri. Llevaba ya varios esa tarde. Laura y yo nos miramos y le pregunté:
• Pero ¿A qué viene tanto grito?
• Está con Mimi, que la he visto antes entrar a su cuarto, estarán viendo algo en el móvil

Y entonces escuchamos como se abría la puerta de su cuarto y llegó Patri corriendo cogiendo de la mano a su madre mientras le decía:
• MAMÁ, MAMÁ, VEN, CORRE, CORRE

Laura me miró con cara “pero qué les pasa ahora” y la siguió. Escuché como se cerraba de nuevo la puerta y, a los dos minutos, como Patri y Laura reían y gritaban. Me acerqué extrañado y llamé a la puerta. Abrió Laura con lágrimas en los ojos pero sonriendo. Pregunté:
• Pero ¿Qué pasa?

Y Patri gritó con alegría:
• COSAS DE CHICAS
• Ah

Laura me miró y dijo:
• Mimi tiene novio
• Pero ¿Estás tonta? No tengo novio (escuché decir a una Mimi indignada)

Laura, dándome un beso en la boca, me dijo muy flojito:
• Luego te cuento, ahora es cosa de chicas, pero mírala

Laura se apartó un poco y me quedé de piedra, Mimi estaba en mangas cortas, sin guante y con el pelo recogido en una trenza. Entonces Laura cerró la puerta sin dejar de sonreír y llorar. Y noté como me recorría una gran alegría por todo el cuerpo y se me saltaban las lágrimas mientras mi corazón estaba a punto de estallar de felicidad, al fin mi Mimi salía de su burbuja.
 
Capítulo 9
Verano 2022. Varios días después
Tony

Cogí el móvil y le escribí a Mimi:
• Pequeña, ya estoy por aquí

Mimi no tardó en contestar:
• Pero ¿Dónde te habías metido? Estaba preocupada
• Tenía asuntos que resolver
• Pero ¿Y por qué no contestabas?
• Me dejé el móvil aquí
• ¿Otra vez? No me lo puedo creer
• ¿Estás ocupada esta noche?

Mimi tardó unos segundos en responder:
• No, para ti no
• ¿Nos vemos en el banco a las diez?
• Claro, tengo muchas cosas que contarte
• ¿Ya decidiste?
• ¿Sobre qué?
• Tu novio
• Nooooo jajaja, eso no
• Bueno, te dejo, luego me cuentas
• Claro

Esa noche, cuando fui al banco, Mimi me esperaba, esta vez sin libro. Cuando me senté me dijo:
• Eres de lo que no hay
• ¿Por?
• ¿A quién se le ocurre salir sin móvil?
• Fíjate, y no me he muerto, que cosas ¿No?
• Pero… pero… eso es… tercermundista
• Jajajaja, claro, claro
• Que desastre de hombre ¿Y dónde has estado?
• Ya te he dicho, asuntos que resolver
• ¿Con… con una chica?
• Jajajaja
• Es eso ¿No?
• No, sigo sin… sin ese sexo por venganza
• ¿En serio?
• Y tanto
• Pero… ¿Por qué?
• El ánimo, supongo
• Pero tienes que pasar página ¿No? ¿O es que tienes esperanzas de volver con ella?
• No, eso no pero… Mimi, es que Olga era la mujer de mi vida
• Pues recupérala
• Me engañó y eso no lo puedo perdonar porque las mentiras me han hecho mucho daño en mi vida
• Pero todo se puede hablar y….
• ¿Y crees que ella me engañó para seguir conmigo? Me engañó porque encontraría a otro mejor
• Puff, dudo mucho eso
• Ya, claro, la que me conoce perfectamente
• Pues hoy te voy a conocer un poco más, hoy te toca contar
• No creo
• Sí

Miró el móvil. Le dije:
• Te esperan ¿No?
• No, no
• ¿No? ¿Seguro?
• Bueno, sí, pero no hay prisa
• Jeje ¿Y qué tal con los chicos?
• Bien
• ¿Solo bien?
• Bueno…
• Porque anoche os vi pasándolo muy bien

Mimi me miró con la boca abierta y dijo:
• ¿Llevas aquí desde ayer y ahora me avisas?
• Llegué cerca de las once y salí a comer algo, y os vi en el paseo marítimo, a los tres
• Pero con lo preocupada que estaba y ¡¡¡no me escribes!!!
• Encendí el móvil esta mañana para ver tus tropecientos mensajes y llamadas
• ¡¡¡Claro!!!
• Lo siento… Pero eso, me gustó mucho verte riendo con esos chicos
• Bueno, son bastante payasos pero… Sí, me divertí anoche

Dijo sonriente. Le pregunté:
• ¿Y no has elegido a uno?
• Noooo, que pesados, que no quiero a ninguno
• ¿No?
• No, mi hermana está igual, y mi madre
• ¿Ya se lo has contado?
• Pufffff, no sé por qué se lo tuve que contar, la que me liaron
• ¿Sí?
• Ya te digo, que vergüenza me da recordarlo, se pusieron histéricas las dos, incluso mi padre, con gritos, lágrimas… pufffff
• Jajaja
• Fui a hablar con Patri a su cuarto y me daba tanto corte sacar el tema que le pregunté otra cosa, lo primero que se me ocurrió
• ¿El qué?
• Que si me quedaría bien una trenza
• Jajaja
• Y se emocionó la muy tonta, y se puso a gritar que me la hacía y… pufffff
• ¿Y no vomitó mientras te la hacía?

Mimi me miró con cara de “que hartita estoy de todos” y me dijo:
• No, porque está tan ciega como tú, por lo que parece
• Jajaja
• Y luego… luego me quité la camiseta de mangas largas quedándome con la de tirantes

La miré sonriente. Ella continuó:
• Y la tonta se puso a gritar pero de contenta, y a abrazarme… como una loca
• Jeje
• Vale, vale… tenías razón ¿Contento? No le molestó verme las puñeteras quemaduras
• ¿Cuánto hacía que no te las veía?
• Dos o tres años
• Mimi, es que tienes tela
• Y yo que sé, yo solo quería no darle asco a nadie, y mucho menos a mi familia

Le cogí la mano mientras ella sonreía. Continuó:
• Y luego… luego le conté lo de los dos tontos y ahí ya se volvió loca del todo, salió corriendo a llamar a mi madre que vino y se pusieron a gritar, no sabes tú, me quería morir de vergüenza

Dijo pero sonriendo ampliamente:
• Y luego se lo contaron a mi padre, que cuando me vio, se puso a llorar ¿Tú te crees? Un tío de 40 años llorando mientras me abrazaba y daba besos

Mimi me apretó la mano, sin dejar de sonreír, estaba encantada recordándolo. Se calló y luego dijo:
• Se pusieron todos muy contentos por mí, y me abrazaban sin parar y me miraban y…
• Y no vomitaron

Mimi me empujó y dijo:
• No, para nada, que me atreviera a mostrarles mi cuerpo les emocionaba… Es que no lo entiendo ¿Por qué les emociona verme las quemaduras?
• Ay, Mimi, les emociona…
• Lo sé, lo sé… verme aceptarlo
• Aceptarte
• Vaaaaaale, captado… En fin, que ahora están muy pesadas con lo de que tenga novio, y yo no quiero eso, estoy bien como estoy
• ¿Sí?
• Nunca he tenido… nunca he tenido amigos, y me he dado cuenta que me gusta salir y charlar y divertirme… Nunca he tenido eso
• Ya
• Si elijo a uno, creo que eso lo perderé ¿Verdad?
• Más bien cambiará
• Creo que los dos están como intentando llamar mi atención
• Pues claro jeje pero no te gustan lo suficiente ¿No?
• No es eso, es… que no sé… Patri me dice que salga con ellos y ya pasará algo, que no le dé tantas vueltas, pero no puedo evitarlo
• ¿Vueltas a qué?
• A si me gusta uno más que el otro
• ¿Y es así?
• A veces es uno, a veces el otro… No sé, Al es más impulsivo, más activo, y tiene mejor cuerpo, está cachas como tú, bueno, mucho menos pero está cachas, y Fer es casi lo contrario, más delgado, más reservado, más meditativo, pero más ingenioso y ocurrente… Y más guapo… No sé, son muy diferentes
• ¿Y no has tenido más besos?
• No, ahora salgo con los dos, y los dos me acompañan al portal
• Y ahora te están esperando ansiosos
• Un poquito jiji

Nos callamos y ella suspiró:
• Estoy muy nerviosa con todo esto ¿Sabes? A veces echo de menos mi tranquilidad
• Pero esto es mejor, Mimi
• Ya, lo sé pero no sé… Los dos son… No sé… Me he… me he masturbado pensando en los dos ¿Sabes?

No dije nada, esta niña no sabía callarse ciertas cosas. Miraba al suelo y hablaba bajo:
• No a la vez, quiero decir, una noche uno, la otra otro… y los dos me ponen rápido a tono, me empiezo a tocar y pienso… vamos, no pienso en sexo salvaje ni nada de eso, pienso en como huelen, en sus sonrisas, sus ojos… y corriendo me llega el orgasmo ¿Eso es normal?
• Pues no sé de masturbación femenina
• Ya, claro… Patri dice que a veces le pasa eso también, correrse solo por esas sensaciones
• Sí que habéis hablado
• Sí, mucho… Me quieren llevar al ginecólogo para el anticonceptivo ¿Tú te crees? como si yo me fuera a acostar con alguien, vamos ni de coña me desnudo delante de uno de esos dos o de cualquiera
• Conmigo te querías acostar
• Contigo a oscuras, muy a oscuras jiji

Le sonreí. Ella continuó:
• Y Patri dice que tengo que… mmmm es que dice que tengo mmmm mucho pelo ahí
• Jajaja
• Oye, no te rías… Tengo pero el normal pero a ella le gusta recortado o como lo tiene ahora, totalmente rasurado
• Ya
• ¿A ti como te gusta?
• Me gusta poco o rasurado, pero creo que prefiero con un poco, una línea cortita de pelo o algo así
• ¿Tu mujer como lo llevaba?
• Pues cambiaba mucho pero siempre de ese estilo, una línea, un triangulito, nada…
• Mmmm Patri dice que cualquier día de estos me meten mano y que no lo puedo tener así
• Creo que a esos chicos les va a dar igual tu pelo si consiguen meterte mano jejeje
• Jajaja
• ¿Les dejarías meterte mano entre las piernas?
• Noooo ¿Estás loco? Si ni siquiera les he dado un beso en condiciones
• Jajaja
• Pero… pero eso sí lo veo más posible ¿No? No verían nada ni tocarían nada asqueroso
• Si lo hacen, fliparán tanto que desde luego asqueroso no les parecerá nada de nada
• Jajaja

Entonces Mimi me apretó la mano diciendo:
• ¡¡Oyeeee!! que hoy te toca a ti contar, y me tienes aquí contándote tonterías
• Pero me han gustado
• Ya pero no te libras, hoy me cuentas cosas

Suspiré y le pregunté:
• ¿Qué quieres saber?
• ¿Qué os pasó a ti y a Vera?
• Puff
• Venga, cuenta
• ¿Qué te contó mi madre?
• Que todo empezó a ir mal cuando se fue tu padre, que ella no supo apoyarte ni ayudarte en esos momentos

Me quedé pensando unos segundos y luego dije:
• Tiene razón en que todo fue mal cuando se fue mi padre pero no fue por falta de apoyo o ayuda
• ¿Entonces?
• Antes de eso no es que fuéramos una familia perfecta ni mucho menos pero yo no era problemático, iba al cole, hacía deberes, salía con mis amigos a jugar al fútbol, mucha playa… lo normal
• Ajá
• Mi madre era maravillosa para mí, muy lista, sabía de todo, me ayudaba con el cole… Mi padre era un tío normal, me llevaba por ahí los domingos, me veía jugar al fútbol… Cuando yo tenía trece años, él perdió el trabajo y ahí todo empezó a ir cuesta abajo, mucho tiempo en casa o en el bar, siempre enfadado, empezó a beber más de la cuenta… y cuando bebía, yo me iba de casa
• ¿Por qué?
• Le gritaba a mi madre, le pegaba y luego follaban a lo bestia, o eso creo aunque quizás no fuera para tanto porque yo era un crío y todo me parecía mucho, pero recuerdo la cama, sus crujidos, los gemidos de mi madre, los insultos de él llamándola puta y diciéndole como le gustaba que la follara… Era de ese tipo ¿Sabes?
• Mmmmm
• Yo me ponía música alta en los auriculares, aunque no eran polvos largos
• No… no me imagino a Vera así
• Era bastante sumisa con mi padre en ese aspecto
• Mmmm
• Y luego ocurrió algo… ¿Qué te contó de su parálisis?
• Un accidente, que resbaló en la escalera
• Eso decía… Fue una noche de verano parecida a esta. Mi padre llegó borracho y gritando que era una zorra, una puta, y empezó a pegarle sin dejar de insultarla. Alguien le había dicho que la habían visto con un tío en algún lado en actitud muy cariñosa. Mi padre gritaba que a él nadie le ponía los cuernos, estaba mucho más furioso de lo normal. Yo me asusté y no intervine, me quedé en una esquina viendo como la golpeaba. Al final, mi madre consiguió escapar por la puerta y corrió por la escalera con mi padre detrás pero resbaló y cayó por el hueco y… se rompió la espalda y ya sabes, nunca volvió a andar
• Ohhh
• Ella dijo siempre que se había resbalado
• ¿Y no fue así?
• No, pero luego te cuento eso. Mi madre estuvo hospitalizada y mi padre se fue, no quería estar con una puta que lo había engañado, y tiene hasta su gracia, he acabado como mi padre
• ¡¡Tú no eres así!!
• Me refiero que he acabado con una mujer que me ha engañado aunque… bueno, continúo. Nos quedamos solos, se divorciaron, él se fue y nunca llamaba ni nada. Mi madre no podía trabajar pero le dieron una paga. Y yo, en vez de ayudarla en casa o con su invalidez, la odié, por engañar a mi padre, por echarlo de nuestras vidas, le eché todas las culpas, la llamaba puta…
• Oh
• No te puedes imaginar mi mala leche con ella. Fueron algo más de dos años así, imagínate el infierno para ella, sin poder andar, inválida, con un hijo así de cabrón que jamás la ayudaba…
• Pero ¿Cómo pudiste…
• Porque no soy bueno, Mimi, nadie bueno se puede comportar así con una madre
• Pero…
• Cuando cumplí 18 y me enteré donde estaba mi padre me fui. Estaba en Barcelona. Fui con una imagen idolatrada de él, era el engañado, la víctima, mi madre la culpable, la puta. Él me recibió sin nada de cariño ni afecto. Se ganaba la vida con chanchullos ilegales y me metió en ellos. Me puse a vender droga.

Respiré hondo. Continué:
• No te creas que yo era una víctima, sabía que hacía y me gustaba, tenía droga, algo de dinero, no estaba con mi madre… Y un día empezamos a pelearnos con otra gente, otra banda, por los sitios de venta, y a un colega casi lo matan de un navajazo. Esa noche planeamos una incursión en el territorio de los otros y pegarles una paliza. Y esa noche, mi padre totalmente drogado, me contó varias cosas.

Mimi me miraba con los ojos muy abiertos. Le dije:
• Me contó que cuando nos dejó, fue a darle una paliza al amante de mi madre y resultó que era un amigo gay. Mi padre se descojonaba “era un puto maricón, pero maricón del todo, a ese no se le había levantado con una mujer en toda la puta vida”. Resulta que mi madre no tenía un lío, solo la habían visto hablando con ese tío que era un amigo y ella le ayudaba escuchándolo llorar por un amor no correspondido. Mi madre me lo había dicho muchas veces, que no lo había engañado, pero jamás la creí, si mi padre decía eso, era verdad ¿Entiendes? Pero no, ella era la que decía la verdad todo el tiempo.
• Oh
• Pero no solo eso me dijo ese cabrón esa noche. Se reía de mi madre diciendo que si era una frígida con el coño seco, que no sabía como había pensado que se acostaba con otro “pero quién coño se la querría follar jajajaja” y también que él sí que le había puesto los cuernos muchas veces. Yo lo escuchaba sin reaccionar, hundido, pensando en mi pobre madre. Entonces dijo “Tuvo suerte esa noche, si no llega a escapar la mato a palos, pero se llevó su merecido cuando la empujé por la escaleras”... No lo maté de milagro, cuando paré tenía los nudillos ensangrentados por los golpes. Ese soy yo, pegando una paliza a su propio padre… Esa noche me fui de allí viéndolo todo negro, y llegué a la pelea y… no recuerdo nada, solo ver al chico ese a mis pies, destrozado a golpes.

No dijimos nada durante varios minutos. Entonces, Mimi con la voz entrecortada preguntó:
• ¿Y no le dijiste nada a Vera?
• Sí, cuando ya estaba en la cárcel. Me dijo que daba igual, que yo era su hijo y siempre me había querido, que no tenía nada que perdonar, pero yo jamás me he perdonado
• Oh
• En prisión mi rabia siguió creciendo, pero ya no la dirigía a mi madre o a mi padre, la dirigí hacia mí. Ella intentaba que me diera cuenta que me perdonaba pero los primeros años no quería ni verla, ni leer sus cartas,... nada, pero no por ella, era por mí, me merecía estar repudiado, no su perdón
• Pero Vera no era…
• Mi madre era todo cariño, pero yo no lo merecía ¿Entiendes, Mimi?
• No
• Ya, porque eres una buena chica, no llena de maldad como yo
• Pero ya no eres así
• Sí, lo soy, eso está dentro de mí
• Pero…
• Voy a terminar, que te están esperando
• No voy a ir…
• Sí, sí vas a ir, ya queda poco que contar
• ¿Y tu padre?
• Murió al poco, de sobredosis, no quise saber nada
• Ya
• Bueno, que termino ya esta maravillosa historia… En la cárcel no me fue bien. Me drogaba y peleaba, era un matón. Me pasaba el día haciendo ejercicio, me puse más fuerte. Y diez años sin sexo son muchos, Mimi, así que también follaba, allí había “tíos” que por dinero… en fin… Pero un día conocí a un tío que me pidió protección, era un niño bien, un pijo guapo pero poca cosa. Le cobraba caro, en dinero para drogas y también le cobraba en sexo, se convirtió en mi putita. El tío no se separaba de mí, estaba siempre asustado, aunque todos sabían que no podían tocarle, que estaba bajo mi protección. Y empezamos a hacernos amigos poco a poco. Y poco a poco me fue cambiando porque hablábamos del futuro más allá de la cárcel, pero no de un futuro juntos, me refiero a qué íbamos a hacer tras salir de prisión y también hablábamos de nuestras familias, él había decepcionado a la suya y yo había maltratado a la mía. Empecé a estudiar, dejé de drogarme, y el sexo se volvió más íntimo con él. Me puse como objetivo salir de allí con una carrera y empezar de nuevo con mi madre.

Miré a Mimi que no se movía. Reí con tristeza:
• Fue una buena época, me quedaba poco para salir, me veía trabajando en algo legal y reconciliándome con mi madre. Ella venía a verme todos los meses y era todo demasiado bonito, demasiado perfecto, pero lo que llevo dentro de mí lo emponzoñó todo de nuevo. No me di cuenta de su enfermedad, no me lo contó y yo no me fijé, egoísta como siempre, solo pensando en mí. Un día me dieron la noticia de su muerte y lo negro de mi interior estalló otra vez. Rompí todo lo que pude, me peleé con los presos y los guardias, le pegué una paliza a mi amigo cuando intentó tranquilizarme… Y me encerraron, por eso no vine a su entierro, por mi locura. Y por eso no salí cuando hubiera podido, me tuve que quedar en prisión casi dos años más, por aquellas agresiones. Volví a recaer en las drogas y en mi agresividad. Mi amigo salió de prisión para ir al médico por la paliza que le di y se fugó. No le pude pedir perdón ni despedirme, seguía encerrado, aislado del resto. No he vuelto a saber de él. Me encontré solo, totalmente solo, y volví a las andadas hasta que conocí a Olga.
• Re… recuerdo como Vera, en uno de sus últimos viajes a la prisión, volvió muy ilusionada, por como te había visto
• Sí, creo que es la única vez que la hice feliz, cuando le conté mis planes de futuro con ella
• Eso no es verdad, ella siempre tenía recuerdos felices tuyos
• Pero eran de antes de que todo empezara… Después de aquello, todos fueron momentos horribles excepto aquel día que hablamos del futuro… En fin, así soy, Mimi… Anda vete
• No, me quedo contigo
• ¿Por qué?
• No te puedo dejar solo después de hacerte recordar todo eso
• No, jeje, si eso pasó hace mucho, solo te lo he contado, ya lo tengo asumido, no estoy más triste ahora, es como soy
• Pero…
• Pero ahora debes disfrutar
• Mmmmm Gracias por contármelo, ahora entiendo todo

La miré muy serio y le dije:
• Mimi, creo que tenemos que dejar de vernos

Mimi me miró asombrada y preguntó:
• ¿Por qué?
• Ya sabes como soy, no puedo aportarte nada bueno, soy un mal bicho
• Noooo, eso no es así, desde que nos conocemos he cambiado mucho, a mejor
• Ya pero eso hubiera ocurrido sin mí
• No, no es cierto, y tú no eres un mal bicho, eres un hombre encantador y…

Entonces me abrazó muy fuerte diciendo:
• No pienso dejar de verte
• Pero Mimi, ahora que sabes todo lo que hice…
• Sí, horrible pero… pero eso es el pasado, ahora no eres así, lo sé

Y me vino a la mente un flash en una piscina, con Olga. Y Mimi, como si me leyera la mente, preguntó:
• ¿Todo esto lo sabía tu mujer?
• Sí, y con más detalle, no tenía secretos para ella, conocía esos impulsos míos, mi agresividad, lo que había provocado con esos impulsos agresivos… No le ocultaba nada aunque parece que ella sí tenía secretos conmigo (sonreí tristemente)
• Y a pesar de conocer tu pasado, siguió contigo
• Sí porque con ella cambié, o eso pensé

Entonces, Mimi, sonriendo, me dijo:
• Yo creo que ella vio lo mismo que yo, al Tony bueno… No te vas a librar de mí
• Pero Mimi…
• Que no, tonto

Su teléfono vibró pero ella no le hizo caso:
• Vete, tienes a esos chicos impacientes
• Que se aguanten
• No, vete
• Pero…

Me levanté y le dije:
• Vete, pequeña
• Pero si estás mal, jo, yo estoy mal… Mejor te acompaño, podemos ir a pasear y…
• Nooo, gracias, estoy bien, y estaré mejor si sé que estás divirtiéndote

Ella me miró dudando. Eché a andar y me dijo:
• ¿Quedamos mañana?
• No lo sé
• ¿Por qué?
• Lo mismo tengo esa venganza
• A ver si es verdad… y luego me la cuentas
• Ja
• Anda que no

Me giré y la vi salir casi corriendo hacia donde la esperaban los chicos pero entonces frenó y giró la cabeza para mirarme. Vi como dudaba, a punto de volver hacia mí pero le hice una señal para que se fuera y, tras unos segundos, siguió andando para ir con los chicos. Tenía que ir separándome de ella ahora que ya sabía como era yo en realidad.
 
Capítulo 10
Verano 2022
Tony

Salí al balcón con una cerveza en la mano. Hacía una noche fantástica, con una leve brisa que hacía muy agradable la noche. Me di cuenta que echaba de menos la charla con Mimi en el banco, me encantaría estar en ese momento escuchándola, pero estaba con sus amigos, como debía ser. Durante el día me había mandado varios mensajes preocupada por mi historia de la noche anterior y queriendo quedar otra vez pero le di excusas, ella tenía que estar con chicos de su edad, no con un viejo deprimido como yo.

Entré en la casa y miré a mi alrededor. Se me hacía inaguantable estar aquí porque sabía que iba a pasar, me iba a poner a pensar en Olga, como siempre “Tendría que salir, ligar y echar un polvo, pasar página” pero no me apetecía nada. Miré el sofá, si me sentaba, empezaría a recordar a Olga. De repente, no pude más. Dejé la cerveza en la mesa, me quité la ropa y me metí en la ducha. Luego, me vestí y salí.

Conduje durante veinte minutos hasta que llegué a la zona de bares que sabía que estarían llenos de chicas guapas. Entré en uno cualquiera. Miré a mi alrededor, buen ambiente, muchas chicas… Fui a la barra, pedí una cerveza y la pagué. Observé con más detenimiento. Varias chicas me miraban, algunas disimuladamente, otras no tanto. Sería tan fácil ir, hablar con ellas,... Eso siempre se me había dado bien, pero no conseguía arrancarme. Me puse a beber y a pensar. Y volví al día anterior de la marcha de Olga.

—---------------------------------
28 junio 2022. Sevilla
Tony

Había sido un día normal, y la noche igual. Olga había preparado la cena. Habíamos cenado juntos, con la tele de fondo y charlando sobre el día, como cualquier otro día. Quizás Olga estaba un poco menos risueña de lo normal pero a veces estaba cansada del día en la clínica y no era algo extraño de todo.

Cuando terminamos de cenar, recogí los platos y me fui a la cocina. Ella cocinaba y yo fregaba, ese era nuestro trato tras varios intentos desastrosos de hacer yo la cena.

Estaba terminando cuando Olga entró en la cocina. Como ya hacía calor, iba descalza y solo llevaba unos pantaloncitos muy ajustados y cortos, y una camiseta de tirantes sin sujetador que dejaba ver claramente el contorno de sus grandes pechos, y que me encantaba observar cuando andaba y se le movían al compás de los pasos.

Olga me abrazó por la espalda, fuerte. Me dio pequeños besos en el cuello y me metió las manos por dentro de la camiseta, acariciándome el torso. Luego, una de sus manos se metió en mis pantalones buscando mi polla. Le dije:
• Espera, ya mismo termino

Ella me mordió en el cuello y luego dijo:
• No, no puedo esperar

Tiró de mí para girarme y me besó ardientemente. Luego, se arrodilló y tiró de mis pantalones cortos hacia abajo, para luego masajear mi polla por encima de mis boxers que no tardó en endurecerse. Entonces, tiró hacia abajo de ellos y mi polla saltó dura. La cogió y la lamió lentamente, sin dejar de mirarme.

Este comportamiento no era lo normal en Olga, pero tampoco era inusual, a veces viendo una peli o sentados leyendo, se calentaba de pronto y quería sexo de inmediato. Ésta parecía una de esas ocasiones. Me la mamó como ella sabía hacer, con una maestría total. Me comió los huevos mientras con su mano no paraba de masturbarme, y luego me la chupaba sin dejar de masajearme los huevos, y siempre sin perder el contacto visual conmigo.

Tras unos minutos de intenso placer, Olga sin dejar de chupar, se bajó los tirantes y la camiseta, dejando libres sus pechos. Entonces, cogió mi polla y la restregó por ellos, por sus pezones, sin dejar de mirarme y dijo:
• Córrete en mi boca
• ¿Seguro?
• Sí

Y continuó la mamada, pero ahora a un ritmo que en pocos segundos descargué en su boca. Olga paró de moverse pero sin sacarse mi polla de la boca. Me miraba mientras yo seguía corriéndome y gimiendo. Luego, ella se lo tragó todo y siguió chupando un poco más. Cuando ya notó que no salía nada más, se levantó, me dio un beso y se quitó la camiseta, y luego el pantaloncito, quedándose desnuda. Dejó la ropa en el suelo y salió de la cocina, pero antes me lanzó una mirada clara.

Me subí la ropa y fui al salón. Olga estaba tumbada en el sofá, esperándome con las piernas abiertas y acariciándose los pechos. Pude ver su coño mojado, deseando ser besado y acariciado. Me desnudé y me tumbé sobre ella para besarla pero pronto bajé por su cuerpo, sabía perfectamente lo que quería.

Follamos un buen rato sobre el sofá, en varias posturas, aunque Olga no necesitó mucho tiempo para correrse varias veces. Acabamos los dos exhaustos tumbados y abrazados en el sofá, dándonos tiernos besos y diciéndonos lo mucho que nos queríamos.

—---------------------------------

Actualidad. Verano 2022
Tony

No me había dado cuenta de nada, de que algo pasaba, de que estaba con otro, nada, no supe detectar ninguna señal, y eso me cabreaba más. Esa noche nos fuimos a la cama cansados pero satisfechos después del sexo, y nos acostamos abrazados, y al día siguiente…

Estuve a punto de tirar la botella contra el mostrador de bebidas del bar. Me calmé como pude. Miré a mi alrededor, más chicas guapas pero yo estaba como capado, no podía, no podía entrarle a ninguna de ellas, no podía.

Dejé la bebida casi sin probar y me marché. No era la primera vez que hacía esto mismo en esos días, otro patético intento de dejar de lado a Olga pero me era imposible. Anduve un rato por la zona sumido en mis tristes y rabiosos pensamientos, porque a veces me entristecían pero otra vez me sentía tan traicionado que quería pegar a alguien. Pensé en meterme en un bar a buscar bronca, eso quizás me calmara, pero ni de eso tenía ganas. Al final, fui a por mi coche.

Conduje casi en automático, la cabeza se me iba una y otra vez a lo mismo ¿Cómo pudo hacerme eso Olga? ¿Desde cuándo? ¿Habría sido con más de uno? Todas esas y muchas más preguntas me rondaban por la cabeza cuando vi a una chica andando por el arcén. Melena oscura, vestido corto, tacones y buen culo, y andaba zarandeándose. Pensé “¿Una puta colocada?” pero era un sitio raro, en medio de ningún lado. Moví el volante para separarme un poco más del arcén y no asustarla. Cuando la sobrepasé, miré por el espejo retrovisor y la reconocí “pero ¿Qué coño?” Instintivamente, frené. La chica pareció no darse cuenta, siguió andando. La miré sin salir del coche “¿Cómo se llamaba? ¿Trini? ¿María? Joder con mi puta memoria”. Era la amiga de Patri.

Bajé del coche y le dije:
• No te asustes, soy… tu vecino

Ella se paró y me miró sin verme. Estaba borracha o colocada. Me acerqué despacio y a un par de metros, ella me reconoció:
• Ah, el tío bueno
• ¿Qué haces aquí?

Ella se rio nerviosa y dijo:
• Dando un paseo
• Pero… Es peligroso, niña
• No, no creo

Se me quedó mirando y dijo:
• Estás realmente bueno ¿Quieres follar?
• ¿Estás borracha o colocada?
• Mmmm no sé ¿Ambas cosas? jiji
• Anda, sube, te llevo a casa
• No, no, quiero bailar, y follar
• Vale, vale, pero primero a casa, luego…
• Nooooo, fóllame, aquí mismo
• Niña, anda, entra en el coche

Tras varios intentos, logré convencerla y entró sentándose en el asiento del acompañante. Me dijo:
• Me duelen los pies

Y se quitó los tacones. Aproveché para mirarla bien, la chica estaba realmente bien, un bombón de piernas sexis y el vestido demasiado corto con un buen escote y claramente sin sujetador. Luego dijo:
• Tengo sed
• Ahí en la guantera hay agua

La abrió y sacó un botellín. De un trago se bebió la mitad. Luego dijo:
• Menudo cabrón
• ¿Qué te ha pasado?
• Mi… mi… no sé ni lo que es… el cabrón con el que salgo, me ha dejado tirada
• ¿Dónde?
• Aquí
• ¿En la carretera?
• Sí
• ¿Por qué???
• Porque…

Se quedó mirando por la ventana. Pensé que no iba a decir nada más e iba a arrancar cuando dijo:
• Quería que follara con una pareja de viejos y no quise
• ¿Qué???
• Le gusta ver como me follan, es raro ¿No?
• Bastante
• Pero es que eran un tío y una tía de ¿60 años? o por ahí
• ¿En serio?
• Y quería que me los follara para luego follarme él, como siempre

La miré alucinado. Ella continuó:
• Joder, ni con la puta pastilla que me dio pude hacerlo, me daba asco, y eso que siempre me pone muy cachonda esa pastilla pero ni con esas… aunque cachonda me puso

Entonces me miró provocativamente y dijo:
• Y sigo cachonda

Y alargó una mano para tocarme la pierna. Se la aparté con delicadeza. No conseguía recordar el nombre de la chica. Le dije:
• Mira, vamos a casa
• ¿A tu casa?
• No, a la tuya
• ¿Me quieres follar en mi cuarto?
• No, te quiero dejar en tu casa
• Pero ¿Cuándo me vas a follar?
• No vamos… a ver, niña, estás colocada y necesitas controlarte
• Necesito follar
• No
• Vamos a bailar, y luego a follar
• Que no

Arranqué de nuevo. Entonces ella dijo:
• ¿Y mi móvil?
• ¿Qué? No lo sé
• ¿Y mi bolso?
• No llevabas
• Sí, lo tenía en… oh, joder, me lo he dejado en su coche ¿No?
• No lo sé, pero no llevabas nada en las manos
• Mierda, mierda
• Tranquila, mañana se lo pides
• Mañana está con su mujer, no puedo llamarlo, y no tengo mi móvil para llamarlo

“Madre mía con la niña, menudo tío se ha buscado” pensé. Iba a meter la marcha y dijo:
• No puedo entrar en mi casa
• Pues llamas y que te abran tus padres
• No está mi madre, estará por ahí follando con su amigo
• Joder
• Me quedo a dormir contigo después de follar
• Joder, que no vamos a…

Entonces, la chica se fijó en algo de la guantera y lo sacó. Era una bolsita con pastillas. Me miró sonriendo y dijo:
• Entonces era verdad, eres camello
• No, no vendo esa mierda
• ¿Y esto?
• Las… las pillé para…
• Para una fiesta jajaja
• Bueno, sí (ni me acordaba de ellas, las había pillado para colocarme y olvidarme de todo, pero gracias a Olga, que era totalmente anti drogas, había dejado de tomarlas hacia mucho y al final no había podido tomarlas y me había olvidado de ellas)

Entonces, la chica abrió la bolsa, cogió varias y se las metió en la boca:
• Pero ¿Qué coño haces? (dije alarmado)

Ella sonrió y tragó:
• Me cago en la puta, niña, que ni sabes lo que son
• Me da igual, quiero colocarme más
• Pero que son fuertes, joder ¿Cuántas has cogido?
• No sé, unas cuentas
• Joder, joder

La chica, sonriente, bebió del botellín y dijo:
• Ahora llévame a bailar
• A bailar… Ya mismo vas a estar en otro mundo
• Pues me follas en ese mundo jajaja

Puse la marcha y nos empezamos a mover hacia nuestras casas aunque no sabía que iba a hacer con ella si era verdad lo de su casa. A los cinco minutos la chica estaba ya sintiendo los efectos de las pastillas. Al principio muchas risas y zorreo, pero pronto comenzó a sentirse mal. Tuve que parar para que vomitara, pero ni aún así se recuperó. Empezó a temblar y a sentirse mal. Me dijo:
• Llama a Patri, llama a Patri
• Y yo que sé donde está
• Llámala, llámala (llorando)

La llevé a los asientos posteriores y la tumbé. No paraba de temblar y llamar a su amiga. Me puse nervioso. Miré la hora, la una y media de la noche. Al final, llamé a Mimi que me respondió al poco asustada:
• ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? (muy bajito y voz somnolienta)
• Tengo un problema
• ¿Qué?
• La amiga de tu hermana…
• ¿Isa?
• Sí, esa

Y le expliqué todo. Mimi escuchaba y dijo:
• Espera, voy a por Patri

Esperé unos segundos y luego Mimi dijo:
• No ha llegado
• ¿Dónde está?
• Ha salido esta noche con… se supone que con Isa y el resto
• Pues aquí no está, te lo aseguro
• Espera, cuelga y la llamo
• Vale, gracias

Esperé diez largos minutos donde Isa pareció dormirse pero sin dejar de temblar. Descolgué la llamada de un número desconocido:
• ¿QUÉ COÑO LE HAS HECHO A ISA?
• Tranquila, que no…
• COMO LE HAYAS HECHO ALGO TE…
• Que no, tranquilízate… Déjame contarte

Patricia no estaba nada tranquila, me interrumpía constantemente. Al final, quedamos en que iba a recogerla ya que ella estaba en un bar de la zona de donde yo venía. Tuve que dar la vuelta y volver. Me la encontré esperando donde habíamos quedado. En cuanto me vio bajarme del coche, vino casi corriendo a pesar de los tacones que llevaba. Me fulminó con la mirada y miró por las ventanillas del coche. Cuando vio a su amiga, abrió la puerta y la llamó. Isa no se despertaba y Patricia me increpó:
• ERES UN CABRÓN ¿QUÉ LE HAS DADO?
• Que no le he dado nada, que ella…
• HIJO DE PUTA

La gente empezaba a mirarnos y me puse nervioso. Patricia se metió en el coche y cogió a su amiga llamándola. Me quedé fuera, esperando. Al fin, Isa abrió los ojos y dijo:
• Quiero irme a casa
• Sí, cariño, ya vamos

Intentó sacarla del coche pero Isa no quiso y al final, Patricia me dijo:
• Llévanos a casa
• Vale

Me metí y conduje en silencio, con ellas dos atrás. Solo escuchaba murmullos de Patricia tranquilizando a su amiga que pareció dormirse. Entonces, al poco, Patricia dijo:
• Pero ¿Qué…?

Miré por el retrovisor y vi a Patricia moviéndose en el asiento y entonces dijo con una rabia intensa pero bajito:
• ¿Dónde coño están sus bragas?
• ¿Sus bragas? Y yo que sé
• ¿La has violado, cabrón?
• No, joder
• Hijo de puta
• Que no la he tocado, ya te he contado como la encontré
• No te creo
• Pues es lo que hay
• Como la hayas tocado…
• Mira, niña ¿De verdad te crees que me voy a meter en este lío habiéndola drogado, violado y no sé cuantas cosas más? La hubiera dejado tirada por ahí
• No me fío de ti
• Y haces bien, pero tu amiga es la que tiene amistades muy raras porque lo que me ha contado tiene tela

Ella se calló y noté que sabía algo. Cuando llegamos a la urbanización le pregunté:
• ¿Qué vas a hacer?
• No lo sé
• Dice que su madre no está
• Ya, nunca está
• ¿Entonces?
• Que no lo sé, joder

Nos callamos. Entonces le dije:
• Mira, creo que lo mejor es que la lleves a tu casa
• Mis padres…
• Tus padres se asustarán y cabrearán como es normal, pero os ayudarán sin pensárselo

Patricia se lo pensó unos segundos y asintió con la cabeza. Sacamos a Isa del coche y la llevé en brazos hasta el ascensor. Allí, mientras lo esperábamos, Patricia me dijo:
• Es mejor que mi madre no te vea, que bastante se va a enfadar ya
• Como quieras
• Pero como mañana Isa me cuente que te aprovechaste…
• Vale
• Ah, y ¿Tú qué coño haces con el móvil de mi hermana? (me dijo con una rabia contenida espeluznante por la mala leche que destilaba)
• Tranquila, no es nada raro
• ¿Te van las niñas o qué?
• No, no es eso
• Como le hayas hecho algo…
• Que no, joder, tampoco la he tocado
• Pero como estés pensando en…
• Que no es eso, es solo que quiere saber cosas de mi madre y mías

Me miró con los ojos que parecían echar chispas. Llegó el ascensor y subimos, con el peso muerto de Isa en mis brazos. Patricia dijo:
• Me enteraré de todo y como…
• Que sí, lo sé
• Y no vuelvas a llamarla ¿Te enteras? Un puto viejo llamando a una cría… Joder, puto pervertido

Las dejé ante la puerta de Patricia, dejando a Isa apoyada en el suelo. Patricia esperó a que me fuera para abrir la puerta.

Me fui a mi casa y me eché en la cama… Menuda nochecita.
 
Capítulo 11
Verano 2022. Al día siguiente
Tony

Me senté en el banco donde me esperaba una Mimi impaciente. Había pasado todo el día en casa, pensando mucho en la noche anterior e iba a empezar a hablar pero Mimi no me dejó:
• La que liasteis ayer noche jiji
• Ya ¿Mucho follón en casa?
• Buenoooo, a Patri y a Isa les ha caído una buena de mi madre, no te puedes imaginar
• Creo que puedo imaginármelo
• El susto que tuvieron mis padres al ver a Isa desmayada y a Patri descompuesta, menudo show jiji
• ¿Y te ríes?
• Bueno, yo sabía de qué iba la cosa y me quedé a un lado mientras mi padre metía a Isa en casa y mi madre se ponía de los nervios
• ¿Cómo está Isa?
• Bien, bien, se ha tirado el día en la cama de Patri, cuchicheando con ella, y esta noche se ha ido a su casa con mi madre, que quería hablar con la de Isa
• Ya
• Pero que Isa es mayor de edad, que tiene casi veinte, que no sé por qué se tiene que meter mi madre en nada ¿No?
• Por Patri, imagino
• ¿Por qué?
• Para que Patri no llegue así un día
• Pues lo has clavado jiji, la bronca que le echó a Patri era más o menos eso… Pero Patri no toma drogas
• ¿Nada?
• Mmmm le decía a mi madre que no, pero a mí sí me ha contado alguna vez que fuma hierba de vez en cuando
• Ya
• En fin, que ha sido un domingo fuera de lo común jiji

Mimi se lo había tomado con muy buen humor, seguramente porque todo había acabado en anécdota aunque yo la noche anterior pensé en que íbamos a acabar en el hospital.

Entonces dijo:
• Pero me diste un susto de muerte cuando sonó el móvil, pensé que era Patri, que le había pasado algo, y luego al ver que eras tú, no supe que pensar
• Lo siento, no sabía que hacer
• Hiciste bien aunque hoy Patri me ha dicho que tenemos que hablar seriamente sobre ti, me va a leer la cartilla ¿No?
• Sí, anoche me prohibió verte más
• Pues se va a aguantar porque no piens…
• Y creo que tiene razón, Mimi
• UNA MIERDA
• Mimi, piénsalo, si alguien nos ve juntos, la perjudicada vas a ser tú, yo tengo poco que perder, mi reputación es la que es, pero la tuya…
• Me da igual
• Ya pero…
• Pero que no, que una mierda, que no pienso dejar de verte y fin
• Pero…
• Y FIN

La miré sin decir nada. En realidad, ya había tomado una decisión, pronto me iría y no me volvería a ver, era lo mejor para ella. Suspiré y cambié de tema:
• Esa chica, Isa…
• Muy loca ¿no?
• Ufff, no piensa las cosas y creo que se relaciona con gente que…
• Una vez escuché algo (me dijo muy bajito, como si alguien nos fuera a escuchar estando más solos que la una)
• ¿El qué?
• Hace unos meses escuché trozos de conversación entre Patri y ella

Me quedé mirándola, por el tono que estaba usando, me podía imaginar por dónde iban los tiros. Mimi siguió hablando bajito:
• Estaban en el cuarto de Patri, con la puerta entornada. Mis padres no estaban y yo salí del mío para hacer un pis, y… quizás, solo quizás, me quedé escuchando un poquito
• ¿Quizás?
• Jiji… bueno, tenían la música alta y no las entendía pero de pronto, mi hermana dijo en alto “¿CON DOS? ¿A LA VEZ?”. Isa se rio y dijo algo que no escuché pero mi hermana estaba en shock y dijo “ESTÁS LOCA”. Siguieron hablando hasta que Patri dijo “¿POR DETRÁS? ¿LOS TRES?”. Esa parte no la entendí pero lo de por detrás imagino que se refería a…

Asentí meneando la cabeza. Mimi preguntó:
• ¿Crees que era verdad?
• ¿El qué?
• Que ella, bueno, que ella se acostara con dos… o tres, no sé, no lo entendí bien
• A saber
• Pero, no sé, si yo no me puedo imaginar ni con uno jiji, me parece… ¿Y cómo se hace eso? A ver, me explico ¿Cómo se consigue a tres tíos para hacerlo? No sé, es que no lo entiendo

Me reí ante la ingenuidad de Mimi que se molestó:
• Que no soy tonta, que he visto porno y sé que es el sexo anal y los tríos pero lo que quiero decir es que es Isa ¿Cómo ha conseguido eso? No lo entiendo
• Ya te he dicho que tiene unas compañías bastante raras
• No sé… y tampoco entiendo ¿Sexo anal? ¿Por qué? Que sí, que en el porno las tías sonríen mientras un tío con una cosa enorme se la mete por ahí pero eso es todo espectáculo ¿No? Eso no puede gustar, debe doler

Entonces se me quedó mirando de una forma extraña. Le devolví la mirada esperando saber que estaba pensando. Titubeó hasta que dijo:
• Tú… me contaste que en la cárcel… ¿Tú lo has hecho por ahí o era solo sexo oral?
• ¿Si he follado a tíos por detrás?
• Sí, eso
• Claro
• Oh

Se calló y miró al suelo. Me miró, titubeó y esperé la pregunta que ya sabía que me iba a hacer:
• Y… A ti…
• Sí
• Oh
• El amigo ese que te comenté… Tienes que entender que estar allí es algo muy jodido, te cambia la forma de pensar, de relacionarte… No tiene nada que ver con esto
• Ya
• Y las necesidades tanto físicas como de afecto… No sé, todo es diferente
• Pero ¿No era suficiente con la masturbación?
• Sí, a veces, otras no, pero ya te digo que lo del amigo éste fue algo muy concreto, me ayudó mucho y una cosa llevó a la otra… En fin, después de salir de allí no he vuelto a pensar en tíos, bueno, allí tampoco es que pensara en eso, era solo… un medio ¿Entiendes?
• Un medio de relajarte excepto con tu amigo que fue algo más ¿no?
• Eso es
• ¿Te… te enamoraste de él?
• No, no era eso exactamente, era… el afecto, la necesidad de cariño, esas cosas… Fueron muchos años solo
• Oh… ¿Y… te dolió?
• Jajaja, pues casi que no, es que antes de llegar a eso ya habíamos hecho otras cosas… A él sí le dolió, fue al principio de conocernos y todo era muy frío y físico… es que estas cosas dependen mucho de la preparación, excitación, confianza…
• Oh ¿Y con chicas también?
• Claro
• ¿Con tu mujer?
• Con la que más
• Oh, hoy me estoy quedando de piedra
• ¿Decepcionada?
• No, no, solo que… no sé mmm quizás es que me cuesta verte con otro hombre y el sexo anal es algo que nunca he pensado en hacerlo
• Ni lo tienes que pensar, mira, Mimi, estas cosas es mejor no pensarlas, en el sexo hay muchas cosas que si las piensas son asquerosas o humillantes, lo mejor es dejarse llevar y disfrutar, ya sea dando o recibiendo del otro
• Pero solo los tíos dais y solo las tías recibimos
• No, no me refiero a eso… Por ejemplo ¿Qué placer recibe uno mismo haciendo sexo oral a la pareja? Físico ninguno, es el placer de ver al otro disfrutar
• Ah, ya…
• Cuando llegue el día todo surgirá solo y no me refiero concretamente al sexo anal. Ya verás, no vayas pensando en qué harás o no, déjate llevar, obsérvalo y espero que tengas suerte y el chico sea igual, que te observe y vea tus reacciones ante las cosas que te haga
• Ya, bueno, queda muchísimo tiempo para que yo pueda probar eso, si es que alguna vez llega a pasar
• Antes de lo que te imaginas, ya verás
• No, no creo… Verás, anoche pasó algo
• ¿Con los chicos?
• Sí
• ¿Bueno o malo?
• No lo sé, creo que más bien fue un jarro de agua fría de realismo
• ¿Cómo?
• Anoche salí con ellos y me llevaron a un parque aquí al lado donde estaban sus amigos
• Ajá
• Me sentí desplazada, los veía con sus amigos y… no, no puedo relacionarme así
• Claro que sí
• No, no puedo
• Poco a poco, ya verás
• Me quedé en un rincón, mirándolos y me di cuenta de una cosa
• ¿El qué?
• Que ellos son normales y yo no
• Mimi, eso no…
• Espera, déjame seguir… Ellos hablaban con todos, bromeaban, reían… Lo mismo que hacen cuando están conmigo
• ¿Y?
• Los veía con otras chicas, chicas normales, guapas, atractivas…
• Ay, Mimi
• Déjame terminar… Los dos se acercaban a mí, me daban charla, divertidos como siempre, los dos se portaron bien, pero en cuanto se iban era yo, la solitaria, la rara
• Es que no…
• Y ¿Sabes una cosa? Comprendí aún menos por qué pierden el tiempo conmigo, si allí tenían todo lo bueno, amigos, amigas, risas, diversión

Se calló y miró al suelo. Esperé hasta que dijo:
• Vi a Al siendo el centro de atención de casi todos, con su camiseta ajustada y sus músculos, las chicas lo miraban con adoración y Fer…
• ¿Qué?
• No sé, vi a Al así rodeado de chicas, y venía a mí de vez en cuando, me llevaba para presentarme a alguien, estuvo muy bien, muy atento
• Pero…
• Pero Fer… Fer estuvo todo el tiempo atento a mí, en cuanto me veía retirarme a mi esquina, venía casi de inmediato para hablar conmigo
• Bien ¿No?
• Sí pero… Una vez que yo estaba con Al y con otros chicos, vi como Fer se ponía a hablar con dos chicas. Me fui a un lado y lo observé. Tenía a las chicas embelesadas, en serio, y eran muy monas
• ¿Y?
• Y… sentí celos, celos de que estuviera con ellas. Y pensé en irme con Al pero no me apetecía, solo miraba a Fer. Y entonces él me buscó con la mirada, y cuando me vio, vino y me llevó con las chicas, estaba contándoles sobre el ciclo de cine, y me metió en la conversación, y vi claramente que a las chicas les fastidiaba porque él no hacía más que ponerme como referencia, pedirme opinión…
• Eso está bien ¿No?
• Jo, me lo hubiera comido a besos pero me escabullí en cuanto pude y me volví a casa
• ¿Por qué?
• Porque yo… yo no soy como esas chicas, con sus bonitas piernas, tan bronceadas… yo soy lo contrario, soy rara y él… él se merece chicas como esas
• Ay, Mimi
• Nada de ay, es la realidad
• No, es lo que a ti te parece… ¿Qué hizo Fer?
• Me… me mandó mensajes al móvil cuando iba de camino a mi casa
• Preocupado ¿No?
• Sí, bueno, preguntando si me había enfadado, que si quería íbamos a otro sitio, que donde yo quisiera, que donde estaba,... le dije que estaba llegando a casa y cuando me metí en el portal apareció corriendo. Me quedé mirándolo desde dentro, a oscuras. Él me escribía y yo solo lo miraba, estaba sin resuello, y fastidiado por no haber llegado a tiempo
• ¿Y no saliste?
• No
• ¿Por qué?
• Porque… porque me lo hubiera comido a besos y no… él se merece a alguien normal
• ¿Y hoy?
• No he salido de casa, solo ahora
• Y te ha escrito
• Los dos
• ¿Y?
• Les he dicho que estaba mala. Al no ha insistido mucho, Fer cada media hora me ha estado preguntando si estaba mejor
• Bueno, ya tenemos ganador ¿No?
• Sí, ellos ganan, me retiro a mis cosas y ellos se buscan a una chica normal, como debe ser

Me reí y ella, ofendida, dijo:
• ¿Te hace gracia?
• Sí
• ¿Por qué?
• Te digo yo que ese chico no se va a dejar convencer tan fácilmente
• Pero es que es por su bien, ya se dará cuenta y…
• No
• Pues sí, se lo diré mañana claramente y…
• Y él luchará por ti
• Pues no le va a merecer la pena porque… porque… porque no… que no…

Entonces vibró su móvil. Ella lo miró y luego me miró y al ver su cara, sonreí y dije:
• Es Fer
• Sí
• Contéstale
• No tengo nada que decirle
• Dile que quieres dar un paseo y hablar con él
• ¡¡Yo no quiero eso!!
• ¿Lo vas a dejar así mandándote mensajes cada rato?
• Pero es que…
• ¿Qué te dice?
• Nada
• Léemelo
• Mmmm
• Anda, lee
• Solo dice “Espero que estés mejor, que raro se me ha hecho el día sin verte, estoy deseando que llegue mañana para verte en clase, descansa y recupérate”
• ¿Solo? Creo que ahí dice mucho ¿No?
• No sé…
• ¿Y no te ha gustado?

Mimi se levantó nerviosa, dio varios pasos y luego se sentó:
• Pues claro que me ha gustado, me ha encantado y si estuviera aquí me lo comería a besos pero es que pierde el tiempo conmigo, cuando sepa como soy de verdad…
• Lo sabe de sobra, Mimi
• No, no lo sabe, no lo sabe…
• Mimi, dale una oportunidad
• Saldrá mal
• No lo sabes
• Pero ¿Y si sale mal?
• Pues llorarás, claro, pero te volverás a levantar
• No soy fuerte, me hundo muy fácilmente
• Pues los demás te apoyaremos, pero no te puedes echar a un lado y dejar pasar la vida por tener miedo a los demás y al qué dirán, Mimi
• Ya, qué fácil es decir eso
• Mira, sabes que yo no estoy bien, lo de Olga me ha dejado fatal
• Lo sé
• Pues gracias a ti no estoy en la más absoluta mierda, me apoyo en ti para estar a flote

Mimi me miró con la boca abierta:
• ¿En serio?
• Claro, pequeña
• ¿No soy una pesada niña indecisa e insegura?
• Claro que lo eres pero ¿Te crees que estaría ahora aquí con una cría charlando si no estuviera bien contigo?
• Oh

Mimi se quedó pensando. Esperé a que estuviera recapacitando sobre ese chico pero me saltó con otra cosa:
• ¿Sabes que pensé anoche cuando me llamaste y me dijiste que estabas con Isa?
• No
• Que era con ella con quien te ibas a vengar de la traición de tu mujer
• Jajaja
• ¿Por qué te ríes? Isa es muy atractiva
• Sin duda
• ¿No lo pensaste?
• No la viste, estaba súper colocada
• ¿Y? Con más razón hubiera sido fácil de convencer ¿No?
• Supongo ¿Te parecería mal?
• Sinceramente mmmm No lo sé
• Creo que tu hermana me cortaría los huevos jeje
• Jajaja, sí, puede ser
• No veas como se puso ayer
• Ya, ya
• Lo cierto es que anoche salí para eso, pero no con Isa, salí a buscar a cualquier chica
• ¿Y?
• No pude, estoy… No sé, no puedo olvidar
• Ya… Veo que anoche no fue una buena noche para ninguno de nosotros
• No, parece que no

Mimi se quedó mirando su móvil apagado, ahora sí estaba pensando en el chico. Le dije:
• Llámalo
• Pero… mierda, mierda y mierda, odio esto
• ¿El qué?
• Ser tan indecisa e insegura
• Llámalo, ese chico está loquito por ti
• Puede pero no sé si eso es bueno o malo
• Es bueno, sin duda

Me miró y encendió el móvil. Escribió y al momento, le respondieron. Escribió más, leyó, contestó y luego me dijo:
• He quedado con él
• Bien
• En el paseo
• Pues ve
• Le voy a decir la verdad
• ¿Y cuál es?
• Como soy
• Bien
• Sí, bien, así se le abren los ojos y me deja tranquila y puedo volver a mis cosas
• Jajaja
• No te rías, idiota

Se levantó y me dijo:
• Me voy
• Claro

Me levanté y ella me dio un beso en la mejilla y se fue hacia el paseo. La observé hasta que se perdió de mi vista. Entonces, fui hacia la urbanización. Al entrar, vi al chico corriendo como si le persiguiera el diablo, se daba prisa por no hacer esperar a Mimi “Bien, chico, bien” y me fui sonriendo.

Mimi
Vi llegar a Fer corriendo “pero que le gusta correr” pensé. Me buscó con la vista unos segundos hasta que me vio y vino, a paso rápido pero sin correr. Cuando llegó a mi lado me miró nervioso:
• ¿Ya… ya estás mejor?
• Sí, gracias
• Ah, que bien
• En realidad, no estaba mal
• ¿Qué? ¿Entonces?

Me callé, pensando como decirle todo lo que tenía que decirle. Él nervioso perdido, dijo:
• Si anoche hice algo mal no fue con mala intención, yo… no sé que hice pero perdón, de verás, perdóname yo…

Lo miré divertida pero sin cambiar mi expresión. Él, más nervioso aún, dijo:
• Yo… perdona por dejarte sola anoche, yo… no quería… es que yo… fue porque… yo…
• ¿Me dejaste sola?
• Sí, lo siento mucho, no quería…

Vi que estaba sudando, nervioso, movía las manos sin poder terminar sus frases:
• Es que yo… pensé que si… porque…
• No me estoy enterando de nada
• No quería… ejem no quería ser un pesado
• ¿Pesado?
• Contigo, agobiarte, te veía con los demás y no quería… ser pesado… yo… es que…
• Estuviste pendiente de mí
• Lo siento, de verdad, no quería ser pesado, es que… me daba miedo que… bueno, que… te sintieras… no sé, ¿incómoda?
• ¿Por qué iba a estar incómoda?
• No te gusta la gente, quiero decir, mucha gente alrededor y allí había muchos desconocidos y por eso no quería…
• Ah, que era por eso
• Sí
• ¿No era porque quisieras estar conmigo?
• ¿Qué? No, claro que no, quiero decir que sí, que quería estar contigo pero no ser un pesado, y yo… no quiero aburrirte y no quiero…
• ¿Te gusta estar conmigo?

Me miró como si no entendiera mi pregunta. Se la repetí:
• Sí, claro
• ¿Por pena?
• NOOOO
• ¿Entonces?
• Porque… estoy…
• ¿Te gusto o no te gusto?
• Mucho
• ¿Por qué?
• Porque…
• ¿Tú eres consciente que jamás podré estar como esas chicas de ayer? Enseñando piernas y brazos, ni estar morena ni nada de nada, que tengo toda esta parte del cuerpo quemada, que me falta una pierna, que…

Entonces me besó. Solo un pico rápido. Le miré y le repetí la pregunta:
• ¿Por qué? No lo entiendo
• Me gusta estar contigo, y escucharte
• Vale, pues seamos amigos
• Y quiero besarte, tocarte
• ¿Por qué? Cualquier chica de las de ayer es más atractiva y guapa y normal y…
• No
• Sí
• No

Y me volvió a besar. Esta vez se quedó pegado a mi labios y cuando se fue a separar, fui yo la que se apretó a sus labios. Luego, nos separamos y le dije:
• Eres tonto y raro

Él sonrió. Continué:
• Muy raro si de verdad te gusto
• Pues entonces sí, soy muy raro
• O tonto, aún no estoy segura

Y ahora fui yo la que le dio un beso. Le miré y le pregunté:
• ¿Y ahora qué?
• Ahora damos un paseo
• ¿Y ya está?
• Y me cuentas que has hecho todo el día sin salir de casa
• Jo, está claro, leer
• ¿Te lo has terminado?
• Pues claro, ya te conté ayer que solo me quedaban 100 páginas
• ¿Y te ha gustado?
• Pues…

Y me cogió de la mano y nos pusimos a pasear mientras charlábamos y reíamos. De vez en cuando nos parábamos para darnos un beso, que eran cada vez más largos y más atrevidos. Pronto abrimos nuestras bocas y pronto entremezclamos nuestras lenguas, siempre poco a poco, pero siempre un poco más lejos y más largos.

Sin darnos cuenta eran las doce y volvimos. En mi portal había gente. Me llevé a Fer a un lado más oculto y allí tuve mi primer morreo de verdad. Me pegué a él mientras nuestras lenguas se entrelazaban sin parar y rápidamente noté su erección. Tras un par de minutos paramos para recuperar el aliento y entonces me separé y vi la gran tienda de campaña que tenía en su pantalón corto. Me reí diciendo:
• ¿Eso.. eso es por mí?

Fer, avergonzado, se rio también. Iba a alargar la mano para tocarla cuando sonó mi móvil. Lo miré, era mi madre. Contesté diciendo que ya subía. Miré a Fer y le di un beso rápido. Le dije:
• Tengo que subir ya
• Vale
• ¿Vienes?
• Mejor… mejor me espero un momento

Lo miré sin entender y él se señaló la tienda de campaña. Reí con ganas y me fui pero antes le di otro beso. En el ascensor me miré al espejo, tenía cara de alucinada “que pasada, que pasada” sin poder dejar de sonreír.
 
Capítulo 12
Verano 2022.
Patri

Miré aburrida a Carlos que me contaba algo sobre una fiesta a la que había ido en la universidad. Estaba de un pesado increíble, pero era culpa mía, no debería haberme enrollado con él y luego hacerle esa mamada, pero me había colocado con la hierba y en ese momento me apeteció. Ahora lo tenía cada dos por tres intentando meterme mano y besarme, quería más, pero yo pasaba. La verdad es que estaba bastante bien, no besaba mal y la mamada había estado bien pero no, no tenía ganas de más.

Miré a Isa que reía sin parar junto a los otros chicos. Siempre estaba de buen humor, pasara lo que pasara, y eso a pesar del susto del día anterior, que menudo susto nos llevamos todos. A mi madre no se le iba a olvidar, y naturalmente no coló que era por beber, sabía perfectamente que era por drogas y me estaba dando la turra con eso.

Entonces vi como Isa dejaba de reír y miraba atentamente hacia un lado. Volví la vista para ver que le había llamado la atención y vi pasar a Tony “jo, ese tío” pensé con resquemor. Mira que me gustaba poco ese tío pero tras lo que me contó Isa y esta mañana Mimi, ya no sabía que pensar de él ¿De verdad era un buen tío como decían ellas o buscaba algo? “Desde luego, si toca a Mimi le corto los huevos” pensé enfadada. Mimi era una ingenua total con los tíos y una belleza a pesar de lo que ella pensara. Y ese tío seguro que lo tenía claro. Me crispé por dentro solo de pensar como se podía aprovechar de ella “tengo que hablar con él y dejarle claras las cosas” porque normal no podía ser esa “amistad” entre un tío de treinta y muchos y una niña, y aunque había amenazado a Mimi con contarle todo a mamá si lo seguía viendo, sabía que ella pasaría de mí, era muy cabezona. Tenía que estar más vigilante con ella. Lo bueno era ese noviete con el que estaba, eso era genial y sonreí al recordar como esa mañana me hablaba sobre el chico, con voz y mirada tonta “también tengo que hablar con ese chico y dejarle muy claro que como le haga daño o le diga algo de sus quemaduras o su pierna, lo capo”.

Miré a Carlos que se tronchaba de risa con su anécdota y le sonreí pensando en decirles a ir a tomar algo por ahí. Vi que Isa se levantaba y me hacía señas. Fui con ella y nos alejamos de los chicos. Me dijo:
• Me voy a ir
• ¿Y eso?
• Voy a ir a casa de Tony

La miré sorprendida y pregunté:
• ¿Para qué?
• ¿Tú qué crees? jiji

La miré con la boca abierta y pregunté tontamente:
• ¿En serio te lo quieres tirar?
• Claro
• Pero tía…
• Si no me lo follé el sábado fue por mi estupidez tomándome esas jodidas pastillas
• Pero que ese tío es…

Pero Isa ya no me escuchaba, estaba decidida y siguió hablando sin prestarme atención:
• Si esa noche hubiéramos ido a tomar algo, ese me folla, fijo, no veas las miradas que me echaba y los ojos se le iban constantemente a mi escote y mis piernas

Decía feliz y sonriente. Le puse los ojos en blanco:
• Es que mira que te gustan los viejos
• Pero ¿No ves lo buenísimo que está? Viejo dice, con el polvazo que tiene jiji

La miré unos segundos meneando la cabeza y le pregunté:
• ¿Y vas a ir directamente a su casa para decirle que quieres follar?
• Él lo sabe de sobra
• Joe, tía, que está casado, me lo ha dicho Mimi
• Como si eso fuera un problema para mí jiji
• Puff
• Además, tiene mis zapatos
• Ya, poco a poco vas recuperando tus cosas: tu móvil, tu bolso, tus bragas y ahora los zapatos
• Jiji Mañana te cuento, bye guapa

Y se fue. La miré unos segundos y entonces escuché a mis espaldas:
• ¿Dónde va Isa?

Me volví a los chicos y les dije:
• Está cansada, se va a casa
• ¿Tan temprano?
• Eso parece… Tengo hambre ¿Vamos a comer algo?

Y todos se levantaron inmediatamente. Volví la cabeza pero Isa ya no estaba. No tenía claro lo que sentía, pero con Isa siempre era igual, si alguien le gustaba, se lo tiraba, le daba igual todo.

Tony
Fui a la puerta extrañado ¿Quién podía ser a estas horas de la noche? Mimi seguro que no, la había visto hacía quince minutos paseando de la mano con ese chico. Sonreí de nuevo al recordarlo. Hoy no habíamos hablado pero me había escrito diciendo que tenía muchas cosas que contarme pero que no iba a poder quedar esta noche. Lo entendí perfectamente y había salido a cenar solo, y al volver, los había visto mirándose acaramelados de la mano.

Abrí la puerta para encontrarme a una Isa sonriente. Me quedé sin decir nada y ella dijo:
• Hola
• ¿Qué ocurre?
• Nada

La miré sin decir nada más. Ella dijo:
• Solo quería… mmmm agradecerte lo de la otra noche
• No fue nada
• Siento mucho haberme tomado tantas pastillas
• Ya, niña, tienes que pensar y preguntar antes de hacer una tontería así, te podría haber pasado algo muy grave
• Sí, lo sé

Iba a despedirme cuando dijo:
• ¿Te puedo contar una cosa?
• ¿Qué?
• ¿Puedo pasar y te cuento?
• Creo que es mejor que no…
• Es sobre lo que pasó esa noche, me gustaría saber que opinas
• ¿De qué?
• De… bueno, te cuento y me dices ¿Vale?

La miré dubitativo pero al final, me eché a un lado y ella entró sonriendo. Le dije:
• Tengo algo tuyo
• Mis zapatos
• Ah, te acuerdas
• Claro, te los pensaba pedir ahora

La llevé al salón y señalé una bolsa:
• Ahí están
• Gracias, es lo último que me faltaba por recuperar de la otra noche
• Ah, encontraste tu bolso
• Sí, me lo trajo mi… mmmm chico a la tienda esta mañana
• Le habrás mandado a la mierda ¿No?
• ¿Por qué?
• Te dejó tirada en medio de ningún lado
• Ah, ya… bueno, le he dicho que estoy enfadada con él
• ¿Sólo eso?
• Quiso follar en la trastienda y me negué, decía que era un polvo de reconciliación

“Menudo jeta” pensé. Meneé la cabeza sin decir nada. Entonces ella preguntó:
• ¿Me invitas a una cerveza?
• Mejor me cuentas ya eso, es tarde
• Pero es que tengo sed, y es más fácil de contar con una cervecita

La miré sin moverme ni decir nada. Ella sonreía “¿Qué buscas, niña?” pensé aunque lo de niña era mentira. La chica era toda una mujer muy atractiva. No iba maquillada, se notaba que venía de haber pasado la tarde en la piscina, con unas sandalias, pantalones vaqueros muy cortos y deshilachados y una camiseta que le dejaba al aire el vientre y un hombro donde se veía el tirante de un bikini. Y a pesar de su aspecto casual, estaba mucho más sexi que como estaba la otra noche con las pupilas tan dilatadas por las drogas y el maquillaje y vestido de putoncillo.

Fui a la cocina y volví con dos cervezas sin vasos. Ella cogió una y bebió un poco. Esperé mientras Isa se sentaba cruzando sus bonitas piernas. Entonces dijo:
• Lo de la otra noche te parecería raro ¿No?
• Bastante
• Y lo que te conté, aún más ¿No?

No contesté. Ella rio nerviosa y dijo:
• Es que mi amigo y yo tenemos una relación un poco mmmm especial
• Ajá
• Follamos mucho y es genial. Está casado, no tiene niños y el sexo con su mujer le aburre. Nos conocimos en la tienda y al principio solo era sexo normal, ya sabes

No dije nada. Ella continuó:
• Luego empezamos con los juegos, lo hacíamos en sitios más o menos públicos y eso nos excitaba más, y luego quiso verme follar con otra chica y me excitó probarlo
• ¿A dónde quieres llegar con esto?
• Espera… Follar con otra chica no me emocionó mucho, lo mío son los tíos, pero me puso muchísimo saber que estaba mirando y excitándose, eso fue un subidón

Bebió cerveza y dijo:
• Lo probamos más veces y cada vez mejor… Me refiero a la excitación por él, por las chicas no tanto… Sin él también he probado con chicas pero no, no es lo mío, ni punto de comparación a cuando lo hago delante de él

Me miró esperando mi reacción pero no dije nada. Continuó contando:
• Tampoco es que me desagrade follar con chicas ¿eh? Solo digo que me gusta más con tíos

“¿Me quiere calentar con esta historia o qué?” pensé. Ella siguió hablando:
• Luego pasamos a invitar a chicos, primero uno, luego un par. Me follaban delante de él, y luego me follaba él, o a veces se nos unía. Ahí me lo pasaba muchísimo mejor que con una chica y a él lo excitaba aún más
• Sigo sin saber por qué me cuentas esto
• Porque quiero que veas que lo que te dije el sábado fue algo diferente
• ¿Diferente?
• Esa noche salimos a cenar los dos solos y luego, tomando una copa en un bar, empezó a hablar con esa pareja de viejos, y se le metió en la cabeza que me quería ver follando con ellos
• ¿Así? ¿Sin conocerlos?
• Es bueno para eso, y a la pareja le gustaba la idea

Meneé la cabeza pensando que naturalmente se la querían follar, la chica estaba realmente bien. Ella bebió más:
• Y quedamos en irnos a su casa, cada pareja en su coche. Y en el coche, le dije que no quería, e intenté ponerlo cachondo, para que nos fuéramos los dos solos a follar. Por eso iba sin bragas, me las quité en su coche intentando excitarlo
• Puff, la que me lió tu amiga con tus bragas
• Sí, jiji, me ha contado
• Me acusó de violarte
• Estaba cabreada y asustada
• Ya, pues a mí me cabreó tanta acusación
• Estaba asustada
• Ya
• Bueno, sigo... mi amigo se enfadó, yo también, discutimos y me echó del coche y al poco me encontraste
• ¿Y el cabrón te deja ahí sola y ni se preocupa?
• Bueno, esta mañana decía que me estuvo buscando y que se preocupó, pero como no llevaba móvil ni tenía forma de contactarme, esperó a verme en la tienda
• ¿Y le crees?
• Sí, creo que iría a buscarme pensando que estaría ya más conforme de hacer el juego
• Que hijo puta, perdona que te lo diga pero es un hijo de puta
• Bueno, es que nos gusta jugar
• No digo por los juegos, por lo de dejarte. Tuviste suerte que fuera yo
• Lo sé
• Pero sigo sin saber para qué me cuentas todo esto
• No sé qué hacer con mi amigo
• Está clarísimo, olvídalo, es un mierda
• Pero es que… no sé, me gusta mucho el sexo con él y nuestros juegos
• Una chica como tú no va a tener problema en encontrar tíos mejores
• ¿Tíos como él que disfruten viéndome follar con otros?
• Bueno, eso será más difícil
• Por eso

Quise ir terminando la conversación y le dije:
• Mira, os veo todos los días rodeadas de chicos ahí abajo
• ¿Y?
• Alguno bueno habrá ahí ¿No?
• No sé
• ¿No te has acostado con ellos?
• No, no me gustan tan inmaduros, son graciosos pero no para el sexo
• ¿En serio? Pero si babean por vosotras
• Ya, y es divertido pero no, paso de ellos, me gustan más maduros

Isa dejó la botella en la mesa y vino hacia mí. Se sentó a horcajadas sobre mí y dijo:
• Tú eres un madurito que está muy bueno, y seguro que follas muy bien ¿Verdad?

Intentó besarme pero me levanté y a ella conmigo, pero la dejé en el suelo y le dije:
• Mira, Isa, eres una chica muy atractiva pero no… no busco eso
• ¿No quieres sexo?

No pensaba explicarle mis neuras y decidí cortar por lo sano:
• No quiero follarte ¿Vale? Vete a casa
• Pero sé que te gusto

“No te jode, pues claro, pero tengo la cabeza en otra parte” pensé y la cogí del brazo y la llevé fuera con cuidado pero firmemente:
• Es mejor que te vayas
• Espera, espera
• ¿Qué?
• Mis zapatos

Volví a por la bolsa y al ir a dársela, me dijo:
• Necesito hacer un pis
• Pues lo haces en tu casa
• Por favor, que me lo hago encima

Suspiré y le señalé el pasillo:
• Imagino que ya sabes donde es ¿No?
• Sí, es como mi casa

Y entró en el pasillo. La esperé pensando “Pero ¿Por qué no me la follo? Tiene ganas y está realmente bien” pero no conseguía arrancarme, llevaba años solo pensando en Olga y no era tan fácil. Me quedé sumido en mis pensamientos hasta que me di cuenta que estaba tardando demasiado. Dije:
• Isa ¿Te has dormido?

No contestó. Fui al baño y estaba abierto y sin nadie dentro. Escuché ruidos en mi cuarto. Fui allí y encendí la luz para encontrarme a Isa desnuda en mi cama, esperándome. Estaba tumbada de lado, mirándome con una sonrisa nerviosa. Iba a coger su ropa y dársela para que se vistiera y se fuera pero no pude, me quedé mirándola. Tenía unos pechos grandes y redondos, y un pequeño triángulo de pelo en el pubis, y pensé “Es un bombón ¿No lo vas a aprovechar?”. Me quité la camiseta y ahora ella sonrió ampliamente, había ganado.

Me eché sobre ella y nos besamos mientras mis manos agarraban sus tetas. Luego, se las chupé, mordisqueando sus pezones mientras ella gemía y buscaba como liberar mi polla. Me quité el resto de la ropa y me tumbé boca arriba. Ella se echó sobre mí para besarme cogiendo mi polla ya totalmente dura. La paré y le dije:
• Chúpamela

Ella, sonriente, obedeció de inmediato. Se notaba que tenía práctica, la chupaba muy bien. Disfruté durante unos minutos de su boca y su lengua. Entonces, busqué con la mano el cajón de la mesita de noche y saqué una caja de condones que había comprado hacía unos días. Saqué uno y se lo di. Isa lo sacó de plástico y, hábilmente se lo puso en la boca y me lo enfundó siguiendo mamando un poco más pero por encima del plástico. Luego, se subió encima y me folló lentamente mientras yo le cogía las tetas y jugaba con sus pezones.

Follamos en diferentes posturas, Isa muy fogosa y ruidosa. Estando a cuatro sobre la cama, se la saqué del coño y apunté a su ano. Ella giró la cabeza para mirarme y preguntó:
• ¿Tienes lubricante?
• No
• Mmmm echa saliva y ve despacio, que la tienes grande

Escupí sobre su ano y se la metí despacio. Ella gemía sin quejarse. Cuando me cansé de ir despacio, le follé el culo duro. Isa tampoco se quejó, solo gemía cada vez más alto mientras que con una mano se acariciaba el coño. Me corrí dentro de su culo y ella tuvo un gran orgasmo casi seguido.

Nos quedamos los dos tumbados en la cama, ella boca abajo y yo boca arriba. Tras unos minutos, ella se levantó y dijo que tenía sed:
• ¿Te traigo algo?
• Una cerveza
• Y… ¿No te quedan pastillitas de esas?

La miré asombrado:
• Con lo mala que te pusiste ¿Quieres otra pastilla de esas?
• Sí, pero solo una jiji
• No, las tiré
• ¿Por qué?
• Porque sí
• Que desperdicio

Y se fue a la cocina. Cuando volvió, bebimos tranquilamente mientras ella me contaba que le gustaba ser sumisa en el sexo y que para ella es el tío el que tenía que llevar las riendas. Tras terminarme la cerveza, la volví a follar, tal como le gustaba.

Tras el segundo polvo, le dije que se fuera a casa. Ella se vistió y se fue sin rechistar, sonriente. Cuando escuché cerrarse la puerta me puse a pensar. Era la primera vez en cuatro años que tenía sexo con otra mujer que no fuera Olga. Y había estado bien, Isa sabía complacer a un tío y sabía pasárselo bien, pero me sentía vacío. Desde luego, no sentía el gusto de venganza realizada, eso seguro.

Olga, no conseguía que se me fuera de la cabeza. Y había una pregunta que siempre tenía ahí ¿Desde cuándo me engañaba? Y recordé la primera vez que tuve dudas:

—————————————————————————————————————————
Mayo 2021. Sevilla
Tony

Miré la hora. Más de las diez de la noche. Olga me iba a matar y con razón. Ese día era importante para ella, su jefe nos había invitado a su cumpleaños en su chalet. Ella me había insistido mucho para ir porque necesitaba relacionarse más con los compañeros ya que recientemente la habían ascendido en la clínica y ese era el primer paso, ella tenía en mente mucho más porque se le daba bien no solo atender sino también liderar y organizar.

El problema es que justamente ese día yo había tenido diversas urgencias en el mío. Un problema de seguros en un transporte de mercancía desde Asia. Había avisado a Olga y quedamos que ella iría por su cuenta a la fiesta y luego yo en cuanto terminara. Como seguramente yo bebería y ella nada, Olga iba a llevar su coche y yo iría en taxi, pero la cosa se me había complicado tanto que ya me había perdido la cena, dejando sola a Olga casi toda la velada.

Cuando llegué, se escuchaba música y los invitados estaban en el jardín bailando o tomando copas. Busqué a Olga con la mirada y no la vi. Iba a llamarla al móvil cuando la vi aparecer con su jefe y me saltaron todas las alarmas. Iban los dos pegados, demasiado pegados, y salían de dentro de la casa riendo, y él con una mano en la espalda de Olga, muy por debajo de lo normal, un poco por encima del culo. Me puse enfermo. El jefe era el dueño de la clínica y, aunque tendría unos 40-45 años, estaba de buen ver, era un hombre atractivo, eso sin duda.

No me moví y casi rompí el vaso que tenía en mi mano de tanto apretarlo. Seguí observándolos. Olga estaba preciosa, con su abundante melena negra, su preciosa sonrisa y un vestido largo pero ajustado a su increíble figura, resaltando sus pechos, sus caderas y su culo, pero sin enseñar ni escote ni piernas ya que el vestido era largo hasta los tobillos. Pero Olga se giró y vi que el vestido se abría en la pierna derecha, dejando ver sus medias y algo del encaje de las mismas. Era un vestido muy sexi aunque sin enseñar nada, solo los brazos y ese detalle de la pierna. Con el giro, el tipo había dejado de tocarla, pero pronto se acercó de nuevo y la cogió de un brazo para indicarle algo pero sin soltarla, y Olga rio, y algo en su actitud me lo dejó claro, ahí había complicidad.

Quise ir y romperle la cabeza a ese pedazo de cabrón. Entonces, Olga giró la cabeza, me vio y me sonrió ampliamente, haciéndome una seña. Me acerqué y me dio un beso en los labios. No dije nada pero ella sí:
• Al fin llegas, cariño

Asentí y ella me miró extrañada. Su jefe me miraba también sonriente y Olga dijo:
• Cariño, recuerda que es su cumpleaños

Quería que lo felicitara pero yo solo quería darle un puñetazo. Entonces, el tipo dijo:
• Me ha comentado Olga que has tenido un mal día en el trabajo

Asentí sin dejar de mirarlo. Por el rabillo del ojo vi que Olga se alarmaba, había notado que algo me pasaba. Dijo:
• Luis, discúlpanos un momentito

Olga me llevó a un lado y cuando estuvimos a cierta distancia me preguntó:
• ¿Ha pasado algo?
• No
• Pero ¿Por qué estás así? A ti te ha pasado algo ¿Es por el trabajo?
• No
• Pero…
• ¿Qué hacías con ese tipejo ahí dentro?

Ella me miró sin comprender hasta que de pronto entendió:
• Pero ¿Qué insinúas?
• ¿Qué hacías?
• Me estaba enseñando una colección que tiene de…
• ¿Enseñándote o metiéndotela?

Olga me miró con la boca abierta y dijo muy bajo:
• Pero ¿Estás borracho o qué?
• ¿Te lo tiras?
• No pienso contestar a eso
• ¿Te lo tiras?
• No, Tony, no me lo tiro, ni a él ni a nadie, solo a ti

Y se fue enfadada. El resto de la velada no fue nada bien, bebí demasiado y Olga me ignoró hasta que dijo que era hora de irnos. Nos metimos en el coche y no hablamos en todo el trayecto. Cuando llegamos a casa y aparcó, salimos del coche, yo bastante mareado. Vivíamos en un pequeño chalet de dos plantas con jardín pequeño y cochera. Olga fue hacia la puerta y abrió. Escuché sus pasos con los tacones que llevaba, eran pasos rápidos, enfadados,... Pero yo seguía con mis sospechas.

Entré y me fui al salón. Al poco llegó ella y me miró con visible enfado:
• No me puedo creer que hayas pensado eso
• Es lo que he visto
• ¿Qué has visto?
• Como habéis salido de la casa riendo y casi abrazados
• ¿Abrazados? Pero ¡¡¡qué dices, Tony!!!
• Con su mano casi en tu culo

Ella alzó las manos y dijo:
• Mierda, Tony, no me he acostado con él ni me estaba tocando el culo
• Yo solo digo lo que he visto
• Luis es un poco tocón, eso lo sabemos todas, pero solo eso, no me ha tocado indebidamente, te lo aseguro
• Pero…
• Le hubiera cruzado la cara aunque fuera mi jefe

Nos quedamos callados. Entonces vi que ella estaba al borde del llanto:
• Sabía que esto ocurriría
• ¿El qué?
• Que no olvides mi pasado y pienses que sigo siendo una puta

Me quedé pasmado. En realidad no había pensado eso, solo que me ponía los cuernos. Le dije:
• No he pensado eso
• ¿No? Ja
• No, han sido solo… solo celos
• Celos porque me sigues viendo como una puta ¿No?
• No, joder, Olga, jamás te he visto así, lo sabes
• Entonces ¿A qué vienen ahora estas dudas?
• Por… lo siento, he reaccionado mal
• ¿Mal? ¿Llamarme puta infiel es reaccionar mal?
• Lo siento, ni pienso que eres una puta ni mmmm vale, vale, ahora creo que me he pasado bastante con este numerito
• ¿Solo crees?
• Lo siento, de veras, he sido gilipollas
• ERES GILIPOLLAS

Y se fue dando taconazos pero de pronto se paró. Estuvo unos segundos parada y luego volvió:
• Hoy era importante para mí
• Lo sé
• Y encima tendré que agradecerte que no te pusieras a darle puñetazos ¿No?
• Mmmmm
• Joder, Tony
• Es que… Lo siento, no sé porqué he reaccionado así, lo siento

No me moví, me sentía avergonzado por haber dudado de ella. Se prolongó un silencio durante bastantes segundos. La miré, estaba enfadada pero, de repente, su semblante se suavizó y dijo:
• Tenía un regalo para ti
• ¿Por qué?
• Porque me apetecía
• Ah
• Lo tienes que desenvolver
• ¿Ahora?
• Sí
• Bien, dámelo
• Ya lo tienes, es todo tuyo
• ¿Cómo?

Ella se giró dándome la espalda. No entendía nada. Ella giró su cabeza para mirarme y decir:
• Venga, desenvuélvelo

Mientras se señalaba el enganche del vestido. Me acerqué a ella y bajé la cremallera hasta el inicio del culo. Ella se volvió para mirarme y se quitó el vestido con algo de esfuerzo porque era muy ajustado. Se quedó en ropa interior y con el vestido en el suelo. La miré, estaba súper sexi con esa ropa interior negra y con encajes. Las bragas eran un culote ajustado y el sujetador con muchas semi transparencias negras. Un conjunto muy sexi. Pensé “¿Se ha comprado este conjunto por mí o por el mierda ese?” pero rápidamente deseché esa idea. Ella esperaba. Dije:
• Me encanta, te queda…
• Ese no es el regalo, sigue desenvolviendo

La miré sin comprender y ella esperó. Entonces le desabroché el sujetador, y luego me agaché para bajarle el culotte. Al hacerlo, se desveló mi regalo. Era un pequeño tatuaje de un corazón con mi nombre, justo debajo de la línea de las bragas. Ella dijo:
• ¿Sabes qué es eso?
• Sí, un tatuaje
• No, es un sello de propiedad, soy tuya y ahí solo entras tú ¿Te enteras? Muchos hombres me han dicho que yo era suya pero era mentira, ninguno era mi dueño excepto tú, y es porque yo quiero que sea así, como quiero que tú seas solo mío

La miré desde abajo y vi que le caían dos lágrimas por sus mejillas. Me levanté y se las limpié con un dedo. Le dije:
• Lo siento, soy un completo gilipollas
• Sí
• Joder, lo siento, lo siento

Y nos quedamos quietos, casi pegados, sin decir nada más hasta que ella dijo:
• Bueno ¿Vas a hacer uso de tu propiedad o nos quedamos así?

Esa noche, ya acostados y agotados por un intenso polvo, Olga dormía a mi lado, desnuda. La observé en la oscuridad y me prometí no volver a dudar nunca más de ella.

—————————————————————————————————————————
Actualidad. Verano 2022
Tony

Y eso había hecho, no había vuelto a dudar, nunca más. Pero al final, ella me engañó y ahora no sabía si lo que me había parecido ver ese día era real o solo imaginación ¿Sería por eso su rápido ascenso? Y esas dudas me mataban poco a poco por dentro, me atormentaba pensar que me podía haber engañado durante años y yo sin enterarme, adorándola y haciendo planes de futuro con ella.
 
Última edición:
Capítulo 13
Verano 2022.
Tony

Al día siguiente salí de casa para hacer varias compras. Me pasé el día fuera y por la tarde me di un paseo por el centro comercial. Luego cogí el coche para volver a casa y en un semáforo, miré a un lado y vi a Patricia en una parada de autobús con varias bolsas de haber comprado en varios sitios. La miré dudando. Entonces ella me vio. La saludé con la cabeza pero ella no hizo ningún gesto, solo me miraba. Le pregunté:
• ¿Quieres que te lleve? Voy a la urbanización

Patricia se lo pensó un par de segundos y dijo:
• Vale, me viene bien, tenemos que hablar

Y abrió la puerta de atrás para meter las bolsas y luego se puso a mi lado. El semáforo se puso en verde y continué. Le pregunté:
• ¿De qué tenemos que hablar?
• De lo que te traes entre manos con Mimi
• No me traigo nada entre…

Entonces sonó mi móvil. Lo miré y le dije:
• Disculpa, esperaba esta llamada

Descolgué con el manos libres y escuché:
• Tony, tío, ya lo tengo
• ¿Ya? ¿Tan pronto?
• Sí, tío, por ser tú
• Pero ¿Y cuándo lo pueden montar?
• Ahora mismo

Miré a Patricia y dije:
• Ahora no puedo
• Pues el colega está tela ocupao, a saber cuando puede
• Dile que mañana
• No, nanai, se va
• ¿Y cuándo vuelve?
• En una semana o dos
• Venga ya
• Sí, tío

Miré otra vez a Patricia y le pregunté:
• ¿Tienes prisa?
• ¿Por qué?
• Es que necesito ir al puerto, me van a reparar una cosa del motor y…
• Ya, ya he escuchado
• Si te viene mal, te llevo y vuelvo, no hay problema
• ¿Cuánto va a tardar?
• Espero que poco
• Mmmm
• Venga, luego te invito a un café y hablamos, prometido

Me miró indecisa. El otro me metía prisa y ella acabó asintiendo. Le dije al del teléfono:
• Venga, vale, en diez minutos estoy allí
• Guay, tío
• Gracias, Liti

Cuando colgó, le dije a Patricia:
• Es un colega de cuando vivía aquí

Ella no contestó. Llegamos al puerto y aparqué. Patricia me acompañó a mi barco donde me esperaban Liti y el mecánico. Todos subimos al barco. Me metí dentro con Liti y su colega mientras Patricia se sentaba a tomar el sol mientras esperaba. Liti, el mecánico y yo nos pusimos a trastear y probar. Al cabo de media hora, ya parecía funcionar todo correctamente. El mecánico salió fuera a esperarnos y me quedé dentro con Liti que me dijo:
• Está buena la chavala pero muy jovencita para ti ¿No, tío?
• Es una vecina, me la he encontrado en una parada de autobús y le había dicho de llevarla a casa cuando me has llamado, capullo
• Jajaja, si yo no digo ná, solo que está muy buena

Miré a Patricia que, con sus gafas de sol puestas, tenía la cabeza girada hacia el sol. Llevaba unos shorts, sandalias y una camiseta, nada especial pero que le sentaba muy bien. Y sí, la chica estaba bien aunque demasiado delgada para mi tipo. Salimos fuera y pagué a Liti con una buena propina. Cuando se fueron, la escuché preguntar:
• ¿Sabes… mmmm ¿Se dice conducir?
• Más bien pilotar o navegar el barco
• Pues eso ¿Sabes?
• Sí, tengo el título de patrón de embarcaciones de recreo
• Ah… Es grande ¿No?
• No está mal, doce metros de eslora
• Ajá

Con el tono de “Bueno, ya no quiero saber más, me importa poco”. Le dije:
• ¿Te preparo un café y hablamos aquí mismo?
• Bueno
• ¿Con leche?
• Sí, y poco café
• ¿Azúcar?
• No

Me metí dentro y al poco salí con dos tazas. Le di la suya y la miré. Ella bebió un sorbo y dijo:
• Sé que la otra noche me comporté un poco… mmmm me puse muy nerviosa al ver así a Isa y te dije de todo, y además el saber que te hablas con Mimi… Lo siento, me puse de los nervios
• Es comprensible
• Pero las dos me dicen que te portaste bien
• No les hice nada, eso seguro
• Pero sigo sin entender ¿Por qué un tío de casi 40 años se ve con una cría de 17?
• Ya te dije que solo charlamos sobre mi madre y sobre mí, tiene curiosidad
• ¿De qué?
• Curiosidad por saber por qué mi madre y yo nos peleamos y no vine nunca, ni siquiera a su entierro
• Lo de ella lo puedo entender pero lo tuyo no ¿Por qué le cuentas esas cosas? ¿Qué sacas de eso?
• La verdad es que no quería hacerlo, es un tema muy personal, pero Mimi es… mmmm sin que me entiendas mal, Mimi es cautivadora

Patricia arrugó el ceño, lista a saltar pero alcé las manos:
• Espera, espera… cautivadora porque es ocurrente, divertida, sabe expresarse muy bien, tiene muchos sentimientos hacia mi madre… En fin, que poco a poco ha conseguido que me caiga muy bien y me abriera a ella
• Mira, te lo voy a decir claramente, Mimi es una chica que lo ha pasado muy mal, pero mucho, y no se relaciona con la gente como debería ser normal en alguien de su edad
• Lo sé
• Y es muy ingenua, y es muy fácil engañarla y más un tipo como tú
• ¿Cómo yo?
• Sí, un tipo que tiene tu atractivo y carisma, que la podrías engatusar sin ningún problema
• Ya, pero…
• Y me asusta que tú la hayas convencido para mostrar sus quemaduras a su familia y a ti, me asusta pero también me alegra
• ¿Cómo sabes eso?
• Ayer tuvimos una larga charla, hemos hablado mucho de ti
• Vale, lo de enseñar sus quemaduras ha sido cosa de ella, Mimi ha dado ese paso, yo no he hecho nada salvo decirle lo evidente
• A nosotros no nos hacía caso
• Claro, porque tenía pánico de haceros sentiros mal, os quiere muchísimo, y ella jamás os querría hacer daño ni nada parecido. Mi “ventaja” es que soy un desconocido, conmigo no se arriesga tanto, por eso fue más sencillo que me enseñara sus quemaduras
• Mmmm
• Vamos, solo he visto su mano y su cuello, nada más, no pienses cosas raras
• Lo sé, me lo ha contado
• Pero no hice nada, solo decirle lo que ve cualquiera al mirarla, que es un una chica preciosa
• Te lo agradezco mucho, muchísimo, no sabíamos como hacérselo ver, pero me da miedo que uses eso para llevártela a la cama
• Lo entiendo, y no sé como asegurarte que esa no es mi intención
• Ahora tiene novio
• Ya, la vi anoche de la mano con un chico
• Por favor, déjala tranquila, que tenga una relación normal, es su primer chico y necesita algo así para coger confianza en sí misma
• Estoy de acuerdo y te prometo que no voy a intentar nada con ella ni a interferir en esa relación
• ¿Por qué debo creerte?
• Porque es una niña, muy joven para mí
• Pero anoche estuviste con Isa ¿No?

La miré unos segundos. Ella dijo:
• He estado esta tarde con Isa y algo me ha contado
• Isa es mayor de edad y vino a mi casa buscando eso
• Sí, cierto… y sé que le costó convencerte ¿No?
• Mira, no te voy a contar…
• Sé lo de tu mujer, y entiendo que te encuentres mal anímicamente
• Joder con Mimi
• Fui muy insistente y persuasiva, no la culpes

Me reí pensando “Claramente son hermanas”. Le dije:
• Las dos sabéis obtener la información que queréis, está claro
• Sí, naturalmente, pero además, yo no me chupo el dedo como Mimi, a mí no me la vas a colar fácilmente
• No le he colado nada
• Eso espero pero te lo digo claramente, voy a estar vigilante, te agradezco que la apoyes pero tengo que cuidar de ella
• Me parece bien
• No me fío de ti, fuiste un cabrón con Vera y ahora, de pronto, eres buena gente con Mimi… ¿Qué buscas?

La miré serio, y vi que ella se incomodaba y que seguro que estaba pensando que se había pasado pero le dije:
• Tienes razón con lo de mi madre, y con Mimi te aseguro que no busco sexo, tú misma lo has dicho, hubiera sido sencillo seducirla y no lo he hecho
• Entonces ¿Qué buscas?
• No buscaba nada hasta empezar a hablar con ella y ahora lo que busco es esa charla, esa amistad
• ¿Con una cría?
• Una cría muy inteligente ¿O me vas a decir que tiene una charla de niña?
• Mmmmm
• Mira, que entiendo tu desconfianza y hasta la veo bien, pero no puedo hacer nada más por convencerte así que sí, vigila, pregunta o lo que sea, me parece bien

Patricia me miró dudando y suspiré y le dije:
• Veras, lo de mi mujer me ha dejado hecho una mierda, no tengo la cabeza para pensar en otra cosa, fíjate anoche lo que me costó echar un polvo con una chica tan atractiva como Isa
• Me lo ha contado
• ¿Crees que eso es normal?
• No, supongo que no
• Y en este patético estado ¿Voy a querer algo con Mimi? Lo que me pasa es que las charlas con ella me hacen dejar de pensar en mi mujer y me ayuda a perdonarme un poco lo cabrón que fui con mi madre
• ¿Perdonarte?
• Sí ¿Te crees que no soy consciente de lo que hice sufrir a mi madre?
• No lo sé
• Pues lo soy, no he venido antes porque no me veía con derecho a entrar en su casa
• Mmmm
• En fin, dejemos el tema… Lo importante es que no pienso acostarme con Mimi ni nada parecido, y me parece bien que te preocupes y me vigiles, no voy a objetar nada

Patricia me miraba sin decir nada. Me levanté y le pregunté:
• ¿Puedes perder otros diez minutos?
• ¿Por qué?
• Voy a limpiar esto un poco, que lo han dejado todo hecho un asco
• Mmm bueno, vale
• Tómate lo que quieras, hay bebidas en el frigo

Entré dentro y al poco la escuché llegar y decir:
• Guau, es más espacioso de lo que pensaba
• Bueno, no tanto
• ¿Y duermes aquí?
• Esa era la idea, lo íbamos a estrenar este verano… Bueno, lo de estrenar es por decir, este yate tiene un montón de años, lo compré de cuarta o quinta mano, a punto de irse al desguace
• Ah, pues está muy cuidado ¿No?
• Sí… Era una sorpresa para mi mujer

Dije tristemente. Entonces Patricia empezó a hacerme preguntas sobre los permisos, los cursos,... para navegar. La chica era tan preguntona como su hermana. Terminé de limpiar y nos fuimos al coche. En el camino siguió con sus preguntas, tenía curiosidad sobre mi trabajo, cuando decidí navegar…

Al llegar a la urbanización aparqué y la miré para despedirnos. La vi dudando y esperé hasta que dijo:
• Mira, sé que soy muy pesada pero no me fio de ti, no tienes un historial que dé mucha confianza
• Ya
• Te aseguro que estaré pendiente de mi hermana
• De acuerdo

Patricia cogió sus cosas y salió del coche. La vi irse pero se paró y volvió sobre sus pasos. Abrió la puerta y me dijo:
• Una vez le fallé a mi hermana, no pienso volver a hacerlo

Asentí y ella, titubeando, dijo:
• Por favor, no le hagas daño, ella es… si le rompes el corazón lo pasará muchísimo peor que cualquier chica… Ella…
• Tranquila, no va a ocurrir nada de eso

Me miró dudando si decir más cosas pero se incorporó y cerró la puerta. Ahora sí se fue. Me gustaba que Mimi tuviera una hermana así, se preocupaba realmente por ella.

Esa noche sí había quedado con Mimi que llegó con una gran sonrisa. Rápidamente se puso a contarme sobre su novio:
• Jo, besa genial
• ¿Sí?
• Sí, y es muy tierno y atento conmigo
• Pero si hace dos días decías de no querer nada con él
• YO NO DIJE ESO
• ¿No?
• No, me refería a que pensaba que él estaría mejor con otra, pero yo sí quería algo con él, tonto
• Jeje
• ¿Y sabes una cosa?
• ¿Qué?
• Se le pone dura súper rápido jiji
• Jajaja
• Y menudas tiendas de campaña que monta en su pantalón jiji

Me hacía gracia como me contaba esas cosas, con una mezcla de emoción y vergüenza. Dijo:
• Anoche se la cogí
• ¿Y?
• Flipante jajaja
• ¿Te gustó?
• Jo, pues claro, por mí no se la hubiera soltado nunca jiji
• Pero ¿Se la sacó o qué?
• No, no, por encima del pantalón
• Ah
• Y ahora pongámonos serios porque tengo muchas dudas y me tienes que ayudar
• ¿Dudas?
• ¿Cuánto tengo que esperar para poder hacerle una paja?
• Jajaja
• No te rías, tonto, es una pregunta seria
• Lo siento, lo siento
• Responde
• Pues no sé ¿Se lo has preguntado a tu hermana?
• Claro
• ¿Y?
• Dice que lo haga sufrir, que cuanto más tarde, más enchochao estará
• Jajaja, que cabrona tu hermanita
• ¿Verdad? (poniendo cara de “para matarla”)
• Es cierto que sufrirá pero pienso que el chaval ya está totalmente enchochao y una paja solo lo reforzará a querer más de ti
• ¿Sí?
• Claro
• Pero entonces ¿Cuándo se la hago? Porque claro, mi hermana dice que aún no pero es que ella eso lo hace cuando quiera, yo no, ahora es mi oportunidad y tengo muchas ganas
• Jajaja
• QUE NO TE RÍAS, esto es muy serio para mí, que estoy muy nerviosa pensando estas cosas
• ¿Nerviosa? ¿Por qué?
• Porque si lo hago muy pronto puede pensar que soy una guarra ¿No?
• Jajaja
• Me voy a ir, no me tomas en serio
• Perdona, perdona
• Anoche cuando se la cogí, estuve a punto de bajarle el pantalón, pero me entró miedo a que pensara eso
• Ya
• Nos estábamos besando, súper bien, y él me empezó a tocar el culo, que me puso muchísimo… Ah, me dijo una cosa, una tontería, pero me hizo mucha gracia jiji
• ¿Qué?
• Que un día en mi casa, mientras les daba clase, él se fue al baño y yo me quedé con Al explicándole algo, y cuando Fer volvió, yo estaba inclinada y me vio el culo en pompa, y dice que se puso malo jijiji
• Jajaja, normal
• Jamás hubiera imaginado eso
• Ya ves, y él matándose a pajas por ese culo
• Jajajaja, que bruto… pero me ha dicho que alguna sí jiji
• ¿Y eso te gusta?
• Pues claro, en la vida hubiera pensado que un tío se pajeara por mí
• Ayyy, Mimi, que ciega estás
• Ya, ya… pero responde ¿Cuánto tengo que esperar?
• Cuando te apetezca, te aseguro que él flipará y no se quejará nada
• Ya pero ¿Pensará que soy una guarra?
• Mimi, él te conoce, si fuera un tío que acabas de conocer, pues podría pensar eso, sí, pero lleváis tonteando una temporada
• Unos días
• Pero él no, él lleva loquito por ti una temporada
• Ya pero… ¿Y una mamada? Para eso sí tengo que esperar ¿No?
• Jajaja
• Jo, otra vez riéndote, son preguntas serias
• Pues lo mismo, ya verás que el día que sea será porque hay oportunidad y ganas
• Ganas ya tengo, jo
• Jejeje
• Más preguntas… Anoche cuando me tocó el culo me gustó pero me hubiera gustado que me tocara también las… mmmm tetas
• Ajá
• Si se lo digo ¿Pensará que soy una guarra?
• ¿Decirle que te toque? Pues no, pero no se lo digas
• ¿No? ¿Por qué?
• Cógele la mano y llévala a tu pecho, es mejor
• Ah
• Él lo flipará en colores, ya verás
• Mmmm ¿Y para eso tengo que esperar?
• No, si él no lo ha hecho aún es porque tiene miedo a ir demasiado deprisa contigo, porque te conoce y sabe que no lo has hecho ¿No?
• Claro que lo sabe, él y todos, solo hay que verme
• Mimi
• Vale, vale, pero sí, lo sabe
• ¿Y él? ¿Tiene experiencia?
• Sí, el año pasado tuvo una medio novia, según me ha contado
• Ah
• Pero no sé hasta donde llegaron, no sé si quiero saberlo
• Pues nada, a experimentar con él
• Y más preguntas… ¿Cuándo le digo que él me toque a mí ahí abajo?
• Me parece que en cuanto toméis confianza, él te lo pedirá
• ¿Sí? Es cortadillo
• Pero se le pasará, ya verás
• Mmmm

Y se quedó pensativa unos segundos. Luego dijo:
• No sé si me has ayudado mucho
• Esto no son matemáticas, niña
• Ya, ya… pero sí me he quedado un poquitito más tranquila
• ¿Sí?
• Sí, me estaba comiendo mucho la cabeza con todo esto ¿Sabes? Soy muy novata
• Jeje, lo sé
• Gracias
• Nada, me alegra un montón verte tan contenta
• ¿Sí? jo, pero es verdad, lo estoy
• Has quedado con él ¿No?
• Sí, pero aún tengo un ratito, quiero que me cuentes algo tuyo
• ¿Mío?
• Sí
• ¿El qué?
• ¿Tienes ganas de hablarme de tu mujer?
• Ya te he contado cosas de ella, como la conocí ¿No?
• Sí pero cuéntame como fue vuestra vida juntos
• Mmmm Hoy no
• ¿No?
• Te voy a contar otra cosa que me pasó ayer
• Vale
• Pero lo mismo te molesta
• ¿Has follado?
• Joe
• ¿Sí? (ilusionada)
• Sí
• BIENNNNNNN (y fue a abrazarme pero la aparté)
• Espera, espera, que lo mismo no te gusta con quién
• ¿Con… con Isa?
• Sí

Se quedó callada bastante tiempo, o eso me pareció, pero luego dijo:
• Me alegro que haya sido con ella
• ¿Por qué?
• Porque es guapa, atractiva y de confianza, no una guarra cualquiera jiji
• Jaja
• ¿Y contento?
• Claro
• Me alegro mucho, de verdad
• Gracias
• ¿Y te sientes mejor?
• No te creas, no fue fácil
• Ya
• Que tiene guasa decir que no fue fácil acostarse con una chica como ella, pero así de patético soy
• Pero es por tu ánimo
• Ya
• ¿Y no estás mejor de ánimo?
• No lo sé, la verdad
• Yo creo que te viene bien
• Por cierto, hoy me he encontrado a tu hermana y me ha echado una buena charla
• Jajaja, lo siento
• Ya te puedes imaginar ¿No?
• Sí, sí, me dijo que lo pensaba hacer
• Y me he enterado que tienes la lengua un poco suelta
• ¿Qué?
• Que cuentas cosas mías
• Ah, no, pero si no… Ah, lo de tu mujer ¿No?
• Sí
• Lo siento, es que no conseguía que entendiera que eres un buen tío que lo está pasando mal
• Ya
• Encima, eso no sirvió, me dijo que con más razón, que seguro que buscabas un polvo para desahogarte
• Normal
• No me atreví a decirle que yo te lo había propuesto y me habías rechazado, estaba muy cabreada
• Mejor que no
• Lo siento
• Nada, tampoco es importante… Además, ya se había enterado de lo mío con Isa y creo que eso la ha tranquilizado porque Isa le contó que me tuvo que convencer
• ¿Sí?
• Sí, os gusta hablar, a las tres
• Jiji

Nos callamos hasta que ella dijo:
• ¿Y es buena en la cama?
• Jeje
• Anda, di
• Sí, lo es
• Lo sabía

Entonces sonó su móvil, un mensaje. Lo miró y dijo:
• Me tengo que ir
• Claro

Nos levantamos y me abrazó diciéndome casi al oído:
• ¿Te has fijado que casi a la vez estamos tomando la senda del sexo?
• ¿La senda del sexo?
• Bueno, yo iniciándome y tú retomándolo jiji
• Jeje
• Me alegra un montón, de verdad

Me dio un beso en la mejilla y se fue casi dando saltitos. Al volver a casa, pasé por la piscina y vi a Isa y Patricia rodeadas de chicos. Isa me miraba sonriente. A los diez minutos de llegar a casa, llamaron a la puerta. Al abrir, vi a una Isa sonriente. Cogí su mano y tiré de ella para que entrara. En cuanto cerré la puerta la besé con ansia mientras la desnudaba.

Esa noche volvimos a echar dos buenos polvos, muy intensos y satisfactorios. Cuando ella se estaba terminando de vestir para irse, le dije:
• Isa
• ¿Qué?
• No vuelvas

Ella me miró extrañada. Se lo repetí y preguntó:
• Pero, si ha estado bien ¿No?
• Muy bien
• ¿Entonces?
• No quiero que vuelvas
• No lo entiendo
• Ni yo me entiendo pero ésta ha sido la última vez
• Pero…
• Isa, que no

Ella me miró totalmente sorprendida y entonces se rio y dijo:
• Me estás tomando el pelo, si han sido dos polvazos
• Sí, lo han sido, pero no es broma
• ¿No quieres que vuelva? ¿De verdad?
• Eso es
• ¿He hecho algo mal? Puedo hacerte...
• Isa, no es eso, te mereces mucho más que estar con alguien como yo
• A mí me gusta
• Estás perdiendo el tiempo
• No, para nada
• Isa, ya está, se acabó, no vuelvas, por favor

Me miró aún sin creérselo, pero se fue. Me eché las manos a la cabeza. No había parado de pensar en Olga mientras me follaba a Isa y había notado como me alteraba y enfurecía, y no quería hacerle daño a esa chica por mis neuras, porque Isa tenía un cuerpo muy parecido al de Olga y me era imposible no pensar en ella. Me estaba volviendo loco.
 
Capítulo 14
Verano 2022
Tony

Los siguientes días y noches los pasé en el barco, poniéndolo a punto para un viaje. Desde la traición de Olga no había podido trabajar y me había cogido vacaciones y ahora pensaba cogerme una excedencia, no me veía capacitado para trabajar en mi estado mental.

Mimi me escribía bastante a menudo contándome cualquier cosa, y por las noches hablábamos por el móvil. Poco a poco le iba contando cosas sobre mi vida con Olga, mi trabajo… La chica tenía una curiosidad insaciable, y ella me contaba sus avances con el chico, los normales en cualquier pareja adolescente.

Pero Mimi no sabía aún una cosa y es que yo ya había decidido irme, iría una última vez a la casa de mi madre para dejarle las llaves a Laura y despedirme de Mimi, esta vez no me iría como hacía casi veinte años, insultando a mi madre, drogado, humillando a una pobre chica enamorada de mí y acostándome con otra chica de 18 años de las muchas que me seguían ese verano y de la que ya no recordaba ni el nombre. No, esta vez lo haría bien, hablaría con Mimi y me despediría en condiciones. Le diría la verdad, que me iría una temporada con el barco y que no pensaba volver a esa casa. Tenía que olvidarme.

Me senté en una silla con una cerveza en la mano, mirando las otras embarcaciones atracadas en el puerto. Pensaba tirarme esa noche como las anteriores, en el barco bebiendo cerveza y pensando, pero entonces me di cuenta que era sábado noche. Tuve un arranque y me duché y cogí el coche, no aguantaba más mis neuras sin dejar de pensar en Olga, necesitaba desconectar. Conduje hasta Marbella para cambiar un poco de ambiente. Allí anduve por varios bares y luego me fui a una discoteca que me había recomendado un barman.

Al entrar vi mucho ambiente y muchas chicas. Pedí una cerveza y me di una vuelta buscando a alguna chica interesante. Entonces la vi, Isa hacía cola en el servicio de mujeres. Me dije “No puede ser tanta casualidad, mira que hay sitios”. Iba con un vestido muy corto y escotado, llamando la atención. Me planteé durante dos segundos si ir a por ella pero finalmente decidí que mejor no. Pensé “¿Estará con el cabrón ese que la dejó tirada en la carretera?” y esperé a que saliera y la seguí con la vista. Isa fue directa a la pista y se paró detrás de otra chica que bailaba sola. La chica se volvió y la abrazó riendo. Era Patricia. Iba con una camiseta atada al cuello, sin mangas y sin escote, y con falda muy corta. Estaba muy sexi, las dos lo estaban.

Se pusieron a bailar abrazadas, y de repente, empezaron a besarse, un morreo en toda regla. Me sorprendió, eso no me lo esperaba. Entonces llegó un tipo de unos treinta que les dijo algo. Isa interrumpió el beso para reírse, y el tío puso una mano en el culo de Isa y la otra en el de Patricia, y ninguna se quejó. Isa besó al tío y luego, él dijo algo e Isa empezó a morrear de nuevo a Patricia. Luego paró para volver a morrear al tío, y luego el tío intentó besar a Patricia pero ella le esquivó un par de veces pero al final lo morreó. Y cuando él cambió de nuevo a Isa, Patricia levantó la vista y me vio.

La saludé levantando la cerveza pero ella no hizo gesto alguno hasta que Isa fue de nuevo a besarla y Patricia se desentendió de mí. En ese momento me fui a otro lado de la discoteca. Estuve por allí diez minutos más pero sin entrarle a nadie. Me olvidé completamente de Isa y Patricia, no eran asunto mío, pero no conseguía encontrar las ganas de bailar o ligar con alguna chica.

Al final, me fui hastiado conmigo mismo. Al salir por la puerta, escuché:
• Tony, Tony

Me giré. Era Patricia que estaba apoyada en la pared fumando. Me preguntó:
• ¿Me llevas?
• ¿A dónde?
• A casa

Pensé en decirle que no iba hacia allí, que iba a mi barco, pero vi en su cara que algo pasaba. Dudé un poco y pensé “Bueno, que cojones, a la chica le ha pasado algo, no la voy a dejar aquí, y no me pasa nada por dormir un día en la casa”. Asentí y la llevé a mi coche donde le señalé la puerta del acompañante y ella se dirigió allí y la abrió. Entramos y arranqué. No me dijo nada pero buscó en su pequeño bolso hasta sacar su móvil. Estuvo un rato tecleando y bufando, y luego lo dejó en el bolso y se puso a mirar por la ventanilla.

Cogí la carretera de la costa en vez de la autovía porque me gustaba la brisa del mar. Ella no protestó ni pareció darse cuenta. Al rato, dijo:
• ¿Puedes parar?
• ¿Aquí?
• Tengo pis

Busqué un sitio donde parar y ella salió con prisas. La vi desaparecer tras un terraplén. Al rato, extrañado por lo que tardaba, salí, cerré el coche y fui por donde había desaparecido. No la vi. Bajé un poco más y entonces la vi. Había bajado hasta la playa y estaba sentada cerca de la orilla, con los zapatos echados a un lado. Fui y le pregunté:
• ¿No ibas a orinar?
• Sí, ya lo he hecho pero estoy un poco colocada ¿Te importa esperar un poco a que se me pase?

Me senté a su lado. Se hizo el silencio durante un rato hasta que, de repente, dijo:
• No me gustan las cosas raras
• ¿Qué?
• Me he enfadado con Isa

Nos callamos de nuevo un buen rato hasta que ella quiso seguir:
• Creo que me ha dado una pastilla de alguna mierda mientras nos besábamos
• Ah
• Es una cabrona, sabe que no me gusta esa mierda, me la ha dado para animarme
• ¿Animarte?
• A hacer un trío con su amigo
• ¿Ese es el amigo casado?
• Ese mismo
• Ya
• Quería vernos follar y luego follarnos

Eso estaba bastante claro pero no dije nada. Ella bufó y dijo:
• Ni de coña me follo a ese tío, ni voy a dejar que me vea follando con Isa, vamos, ni de coña… Y ahora Isa se ha cabreado, me ha dicho que soy una bollera por no querer acostarme con su amigo

Se volvió a callar y, de pronto, gritó:
• JODER, MIERDA

Y cogió un puñado de piedras y las tiró al agua con rabia. Entonces dijo:
• No soy bollera, o eso creo, no lo sé, no estoy segura, puede que sí pero… joder, no lo sé
• Pero hoy querías acostarte con Isa más que con ese tío ¿No?

Ella me lanzó una mirada asesina, pero al momento se relajó y asintió mientras decía:
• Pero he tenido novios, y rollos con tíos, y me han gustado
• Ya
• Pero…

Y se volvió a callar. Esta vez un silencio muy largo. Me empezó a doler el culo y le iba a decir de irnos, cuando volvió a hablar:
• ¿Sabes? Me encanta el agua
• Ah
• Antes nadaba mucho, de competición, y era buena

Recordé que me lo había dicho Mimi. Asentí. Ella siguió:
• Pero a los 16 lo dejé

“Por los estudios” pensé recordando lo que me dijo Mimi, pero Patricia dijo:
• Lo dejé porque me enamoré de mi entrenadora, una chica de 25 años, y fui tan tonta como para decírselo, y ella obviamente me rechazó, y sentí tanta vergüenza que no volví, pero después de aquello casi no volví a pensar en tías, solo en tíos, tuve un par de novios y follaba mucho, y me corría, y me lo pasaba genial, me encantaba el sexo con ellos, sobre todo con el segundo, y llegué a convencerme que lo de mi entrenadora había sido una fase

Cogió más piedras y empezó a tirarlas al agua una a una. Y continuó:
• Pero una noche, una puta noche, pasó algo. Estaba a punto de irme a la universidad. Ese verano había estado súper colgada de mi novio pero él ya se había vuelto a su ciudad y como casi no había quedado con Isa en todo el verano, pensamos en hacer una noche de chicas antes de irme, en su casa porque su madre había salido…

—----------------------------------------------
Finales Verano 2021
Patricia

• No, no más, por favor
• Síí, esta noche vamos a emborracharnos

Reía Isa mientras vertía más alcohol en mi vaso. A mí ya me estaba costando hablar bien pero ella quería beber más. Llevábamos ya un buen rato de risas y chismorreos. Ese verano nos habíamos visto poco, yo estaba todo el día con mi chico y ella trabajando en su tienda o saliendo con alguien que era un misterio. Entonces Isa cambió de tema:
• Entonces Alberto…
• ¿Qué?
• ¿Bien?
• Sí, estamos muy bien
• No me refiero a eso

La miré sin comprender, con la cabeza ya muy afectada por el alcohol. Isa se rio y dijo:
• Que si la tiene grande o pequeña, tonta
• Ahhhh jajaja
• ¿Entonces?
• Bien, la tiene bien jajaja
• Huy, huy… eso suena a pequeñaja
• Nooooo, serás idiota, la tiene bien, así (dejé el vaso en la mesa y medí las distancia con mis dedos pero me empecé a tronchar de risa al notar que ni podía calcularlo)
• Cuéntame algo que hayáis hecho que sea excitante, peligroso…
• No sé
• ¿Nada? ¿Solo folláis en la cama?
• ¿En la cama? Ya quisiera yo, follamos donde pillamos, claro
• Vamos, en su coche
• Sí, casi siempre
• ¿Y nada arriesgado?
• Pues…
• Ajá, venga, suéltalo
• A veces lo hacemos en el callejón detrás de la urbanización
• Huy, que arriesgado, como los críos
• Eres idiota
• Venga, cuenta algo excitante

Me quedé pensando y luego dije:
• Un día, en la playa, al medio día, nadamos hasta hondo y se puso… bueno, ya sabes
• ¿Follasteis delante de todo el mundo?
• Noooo, idiota, solo me la metió un poquito jiji
• ¿Se corrió?
• Que no, fue solo un momento, me daba mucho corte, y eso que estábamos en el quinto pino
• Que monjita estás hecha jiji
• ¿Monjita? Serás imbécil, si hemos follado todos los días y no sé cuantas mamadas, idiota
• ¿Y ya está? ¿Sólo eso?
• ¿Sólo? No sé qué más quieres ¿Y tú? Seguro que nada

Ella se rio sin decir nada. Me mosqueé y dije:
• No te hagas la misteriosa, que seguro que haces lo mismo, follar en coches
• No, no
• Mentirosa
• Mmmm no sé si contarte, que luego te escandalizas, monjita
• Pero serás…

Cogí un cojín y le di en la cabeza y empezamos a reír como tontas gracias a la bebida. Cuando paramos, le dije:
• Y ya que estamos, cuéntame sobre tu misterioso novio
• Mmmm
• Cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta
• Vale, vale…

Me miró sonriendo haciéndose de rogar. Le empujé un poco y dijo riéndose:
• Es un cliente de la tienda
• Ah
• Venía bastante para comprarle cosas a su... mujer
• ¿CÓMO???? ¿ESTÁ CASADO?
• Sí, pero sin críos
• Pero… pero… ¿Qué edad tiene?
• 33 años
• Joder
• Empezamos a tontear y un día que estábamos los dos solos en la tienda, me lo tiré allí mismo jiji
• Joder, joder
• Eso fue en abril… La mujer es doctora y tiene muchos turnos de noche y es cuando salimos
• Joder, pero ¿Estás hablando en serio?
• Ya te digo, no sabes como folla, es una bestialidad
• Pero Isa, estás… estás chalada
• Y es muy divertido y guarro en el sexo jiji
• ¿Guarro?
• Sí, a ver, tu chico ¿Dónde se suele correr?
• ¿Te refieres a posturas?
• No, que donde lo echa todo cuando se corre
• Ah, pues en el condón, claro
• ¿Y ya está?
• Bueno, a veces en mi boca cuando solo le hago una mamada
• Pues a Julio le encanta correrse en mi cara y en mis tetas
• ¡¡Tía!! ¿Qué dices? ¿Le dejas ahí?
• Claro
• Pero eso es… es… es muy porno
• Jajaja
• ¿Qué gracia tiene que te deje toda pringada? Si hasta te llegará al pelo
• A veces jiji
• Aghhhh, estás como una cabra
• Y también le gusta hacérmelo por detrás
• ¿Te refieres a… por el culo?
• Sí
• ¿Le dejas que te la meta por ahí???!!!!
• Y me encanta
• ¡¡¡ANDA YA!!! Te estás quedando conmigo
• Nooo, es que con él me siento cómoda y libre de probar cositas que tenía curiosidad
• Pero, tía, por el culo… estás fatal
• Me pone muchísimo

Meneé la cabeza incrédula, sin terminar de creérmelo. Ella, sin parar de reír, dijo:
• Y luego los sitios donde lo hacemos
• ¿Dónde?
• En cuartos de baño de restaurantes, probadores…
• ¡¡Tía!!
• En un par nos pillaron y tuvimos que salir corriendo muertos de risa
• ¿Risas? Yo me muero de vergüenza
• Jaja, y una vez en un aparcamiento nos pillaron
• ¿Se pusieron a mirar por la ventanilla?
• No, no, estábamos fuera, yo apoyada en el coche, casi desnuda y él detrás mía
• ¿En… en plena calle?
• Sí, y un tío nos pilló jiji

Me eché hacia atrás con las manos en la cabeza. Para mí eso era totalmente impensable. Pensé “Si ya me dio muchísima vergüenza dentro del agua y lejos de la orilla, con eso me muero si me ven”. Isa continuó
• Se nos quedó mirando y a mí me puso más cachonda aún
• Pero ¿No parasteis?
• Que va, el tío era viejo y feo, pero eso me daba igual, yo no lo miraba, solo sabía que me miraba y tuve un orgasmo bestial
• Jo, yo creo que me quedaría seca
• Pues ese día empezamos a hablar de fantasías más interesantes
• ¿Cómo cuál?
• Julio me propuso que follara con una tía delante de él

Me quedé mirándola con la boca abierta mientras ella decía:
• Julio se encargó de buscar a la chica, muy mona y simpática
• ¿Te… te… te has acostado con una tía?
• No, con una no, por ahora con tres jajaja
• Jo
• La verdad es que la primera vez me costó relajarme jiji pero la chica sí tenía experiencia
• Pero ¿Qué… qué hicisteis? ¿Besaros y tocaros?
• Claro, y follar
• ¿Follar? ¿Cómo…?
• Tía ¿Ves como eres una monjita? Pues con la lengua y los dedos ¿Cómo va a ser? bueno, podría ser con juguetes, eso quiere verlo Julio, pero por ahora no lo hemos probado

Yo la miraba sin cerrar la boca, estaba en shock. Isa, hablando de una forma muy natural, siguió:
• Y ahora estamos hablando de meter a un tío
• ¿Cómo?
• Sí, que me folle un tío delante de él, o un tío y una tía, no hemos decidido aún
• ¿Quiere ver como otro te folla?
• Sí jiji

Isa bebió y yo aproveché para intentar asimilar todo eso. Le pregunté:
• Y… ¿Te gustó?
• ¿El qué?
• Lo de la chica, bueno, chicas
• Ah, bueno… No sé, con la primera me costó, no me solté demasiado, pero con las otras mejor
• ¿Te… te corriste?
• Mmmmm sí pero creo que más por él que por ella
• ¿Por él?
• Por como me miraba mientras la chica me lo comía, me ponía mucho ver su cara jiji
• Jo

Isa me miraba sonriente, esperando la siguiente pregunta. Cogí el vaso y casi me lo bebí de un trago. Ella me lo volvió a llenar. Tras mucho dudar, le pregunté:
• ¿Y no fue… raro?
• ¿Follar con una tía?
• Sí
• Mmmm con la primera un poco, pero luego bien
• ¿Y te gustó… besarla?

Isa sonrió. Dejó su vaso en la mesa y me besó tiernamente, varios besos en los labios. Luego, se separó y, sonriente, me preguntó:
• ¿Qué tal?
• Yo… yo…
• Jiji, así no fueron los besos, esos son para una monjita
• En… enséñame como fueron

Isa me miró de nuevo un par de segundos, evaluando la situación. Luego, se sentó sobre mí a horcajadas y me besó abriendo la boca. Rápidamente busqué su lengua con la mía. Acaricié su espalda con mis manos sin dejar de besarla y cuando Isa paró el beso, quise seguir pero ella echó para atrás la cabeza riéndose. La miré desamparada, temblando de excitación. Isa fue a quitarse de encima mía pero la paré y le cogí las tetas mientras se las besaba por encima de la camiseta.

Isa rio y luego me echó hacia atrás contra el respaldo del sofá. Fui a besarla pero ella me esquivó y me dijo al oído:
• Ya me había fijado como miras a otras tías

No dije nada, solo quería besarla y tocarla. Isa me cogió las manos y me las retuvo contra el sofá mientras me decía al oído:
• ¿Quieres follarme, Patri?
• Sí, sí

Entonces me miró pegando su cabeza a la mía y, de pronto, me soltó y se quitó la camiseta, mostrándome sus tetas, que rápidamente besé y acaricié. Los pezones de Isa se endurecieron mientras los chupaba con ansia y ella gemía. Entonces, me apartó y me quitó la camiseta y el sujetador, para pellizcarme los pezones y chupármelos. Gemí de gusto y apreté su cabeza contra mi pecho, no quería que parara.

Isa me tumbó en el sofá y me quitó el resto de la ropa. Me miró con lascivia y abrí mis piernas. Isa se agachó y me besó en los muslos, y luego me los lamió lentamente cada vez más al interior y cuando noté su lengua en mi clítoris pensé que iba a estallar pero paró justo en el momento y lancé un quejido. Ella rio y volví a notar su lengua, esta vez en mis labios, abriéndose paso. Y entonces usó sus dedos a lo largo, varias veces hasta meterlos dentro de mí. Gemí al compás de sus dedos mientras ella decía:
• Que mojadita estás

Cuando volvió a lamerme el clítoris ya no aguanté más y me corrí gritando. Cerré los ojos y me los cubrí con el brazo, intentando calmar mis temblores. Entonces noté como Isa se tumbaba a mi lado y me daba besos por el cuerpo. Moví mi brazo y la miré. Estaba desnuda y me volvió la excitación. La besé por todo su cuerpo, y se lo comí con ansia, metiéndole dos dedos mientras la saboreaba. Isa gemía pero me paró sin llegar a correrse. Tiró de mí y nos volvimos a besar profundamente. Luego, me movió para sentarme sobre su cara. Me lo volvió a comer y me llevó varias veces a oleadas de excitación que no sabía si eran orgasmos o qué. Entonces, mientras su lengua seguía moviéndose sin parar en mi coño, noté como acariciaba con un dedo mi ano y dije sin parar de gemir:
• ¿Qué ahhhh qué mmmm haces?

Ella no hizo caso y noté su dedo entrar en mi culo, despacio, mientras su lengua recorriendo mi coño y clítoris. Pronto, a ese dedo lo acompañó otro, y me gustaba, mucho. Gemí sin parar y me tiré de los pezones hasta que me llegó un gran orgasmo, el mayor de mi vida, o eso me pareció. De nuevo, me tiré en el sofá temblando sin control mientras Isa reía.

—-----------------------------

Actualidad

Miré a Patricia que observaba el mar sin hablar, pensativa. Entonces continuó:
• Esa noche tuve mi primera experiencia lésbica y fue con mi mejor amiga, una locura
• Imagino que fue algo especial
• Sí, y el mejor polvo de mi vida hasta entonces. Cuando me fui a mi casa estaba como en shock, pero al día siguiente era todo remordimientos y miedo. Cuando vi a Isa, ella se rio y no le dio importancia, la muy zorra me dijo “a mí me dio gustito, pero tú te lo pasaste bomba ¿eh?” riéndose, ella ni se había corrido y yo varias veces. Me dijo que a ella no le iban las tías “pero hay mucha bollera, verás como no tienes problema en encontrar a otra”. Eso me cabreó, le dije que no era bollera, que solo había sido una experiencia y que el que me gustaba era mi novio.
• ¿Y era así?
• No, o no lo sé, estaba hecha un lío. Para colmo, mi novio no estaba ni lo esperaba en semanas. Me fui a la universidad hecha un lío. Y las relaciones a distancia son una puta mierda, poco a poco, mi novio y yo nos fuimos distanciando, pero no porque yo pensara que era lesbiana, me hubiera gustado quedar y acostarme con él, lo intenté, pero me daba excusas, no venía, no quería que yo fuera…
• Ya
• Pasaron unos meses y en febrero, con los exámenes encima, ya tenía completamente claro que iba a romper con mi novio, ya casi ni hablábamos o no sabíamos de qué hablar. Desde el polvo con Isa que fue en septiembre, solo me había acostado con él un par de veces en Navidad, solo eso. Tampoco había ligado con nadie más, ni chico ni chica.
• Ya
• En fin, que estaba mal pero demasiado ocupada con la universidad y dejaba pasar los días sin romper definitivamente.
• Entiendo, no tenías la cabeza para más líos
• Sí, puede ser… En fin, mi día a día era estudiar y los fines de semana normalmente volvía aquí, pero en una ocasión tenía que preparar un trabajo con una compañera y ella me dijo de quedarnos para terminarlo. Esta chica, Paula, me caía muy bien y me parecía muy atractiva, pero tenía novio y siempre iba con él, los dos eran del mismo pueblo y eran pareja desde los quince. De todas formas, aunque me parecía muy guapa, no me planteé nada con ella, por su novio y porque yo no sabía lo que quería.
• Pero pasó algo
• Sí… el sábado por la noche, cansadas de tanto trabajar, dijimos de salir a tomarnos algo. Y entre cervezas, nos contamos nuestras relaciones. Ella se quejaba de que llevaba casi cuatro años con su novio y solo había estado con él, nadie más, que lo quería mucho pero que a veces pensaba que estaba dejando pasar experiencias. Yo le conté mi relación a distancia, y no sé como, me atreví a entrarle y acabamos enrollándonos y acostándonos. Y al día siguiente no salimos de la cama. Entonces vi claro que era lesbiana. Pero el lunes llegó el novio y ella ya no me hizo caso. Y me enfadé con ella, y salí una noche y me follé a un tío, y me gustó. Lo curioso es que salí pensando en buscar a una chica, pero él me entró, me hizo gracia y… en fin, otra vez estaba totalmente liada, no podía ser lesbiana si me gustaba echar un polvo con un tío ¿no?

Sonreí y ella se lo tomó a mal:
• Tú no sabes lo que es no conocer tu tendencia sexual
• Bueno…

Ella me miró con la boca abierta. Le dije:
• He estado con hombres, sí
• ¡¡¡Anda ya!!!
• Sí
• Pero si Isa me dijo que follas de puta madre
• Me gustan las mujeres, claro, pero tuve mis años de…

Ella me miraba con la boca abierta. Entonces le expliqué y ella dijo:
• ¿Pero te gustaba ese tío?
• Sí
• Jo, que sorpresa
• ¿Te disgusta?
• No, no… es solo que no me lo esperaba
• También tuve tus dudas
• Pero ya no
• No, ya no
• Oh
• Bueno ¿Qué pasó con esa chica?
• Ah, sí… me enfadé con ella, me acosté con ese chico y me enrollé con algún otro pero una tarde Paula me dijo de quedar para hablar y nos volvimos a acostar, y a partir de ese momento, quedábamos a escondidas, y yo me colgué totalmente de ella, con mi novio ya había roto mientras estaba enfadada con ella, una ruptura sin drama alguno por ninguno de los dos, seguro que él tenía algo en su ciudad
• ¿Y ella rompió con su novio?
• Me decía que me quería pero que necesitaba tiempo para romper con su novio, e hicimos planes para el verano, irnos juntas de viaje… pero llegó el verano y no terminaba de romper con el novio, y discutimos

Se volvió a callar un buen rato. Esperé pacientemente. Dijo:
• Nos insultamos, ella me dijo que era una puta bollera y que ella no lo era, que quería a su novio, yo la llamé zorra, nos tiramos cosas y se fue
• ¿Y habéis vuelto a hablar?
• No
• ¿Y la sigues queriendo?
• Claro, y la echo muchísimo de menos pero… Me ha engañado, estuvo meses diciéndome que me quería e iba a romper con el novio y todo era mentira, solo quería follar

Entonces pensé en Olga, en como seguramente me había tenido engañado durante años. Se lo conté a Patricia que me escuchaba atentamente. Al final, preguntó:
• ¿Y cómo te enteraste?
• Por una nota que me dejó
• ¿Una nota? ¿No fue capaz de decírtelo a la cara?
• No, cogió sus cosas y me dejó una nota donde decía que había conocido a otro y se iba con él, que no la buscara
• Jo, tío, que palo
• Ya
• ¿Y de verdad te pilló tan de sorpresa?
• Y tanto, no me olí nada de nada, ni una pequeña sospecha… Un tiempo antes había tenido algún ataque de celos por verla con un tío pero ella me dijo que no era nada… Ahora pienso que sí que sería, que un sexto sentido me advirtió, pero me dejé engañar como un imbécil
• ¿Crees que fue con ese?
• No, con ese no, fui a por él y no
• Jo
• Lo que más me jode es eso, haber sido tan gilipollas… Joder, si es que cuando estaba conmigo era todo amor y en la cama era fantástica. Siempre tenía ganas y ella misma pedía quedarnos fines de semana sin salir de la cama, pero en este mismo año, quiero decir, que no es que durante la relación hubiera ido a menos sus ganas, al contrario, o eso me parecía a mí
• Ya, una buena actriz
• No lo sé, o que yo no le daba todo lo que necesitaba, no sé
• Mmmm
• ¿Sabes? Ella no paraba de decir una cosa “Somos parte del mismo colchón que no corra ni el aire entre tú y yo”
• Anda, eso es de una canción

La miré extrañado:
• Sí ¿La conoces?
• Claro, a mi padre le encanta Marea
• Pues esa canción era nuestra canción. La noche que la conocí fuimos a un bar y allí la tenían puesta. Ella no la conocía, no sabía nada de música española, pero le gustó y le tuve que explicar algunas cosas de la letra, y le encantó. Luego, con el tiempo, la ponía mucho, bailaba con ella… Jamás volveré a escucharla
• Jo
• Así que ya ves, a ti te engañó tu chica durante unos meses, a mí durante años
• Quizás no nos mentían ¿no?
• ¿Acostarse con otros no es engañar?
• Sí, sí, pero me refiero a que no nos mentían cuando nos decían que nos querían
• Ah
• Quizás era cierto ¿No? pero nos traicionaban
• Mmmm
• Es que me cuesta mucho creerme que no me quería, sus ojos eran totalmente francos cuando me lo decían, no podía ser una mentira
• Puede ser que en esos momentos fuera verdad, también pienso eso con Olga

Nos callamos, ambos sumidos en nuestros pensamientos. Quizás sí era verdad que Olga no había dejado de quererme cuando me engañaba, pero me dejó, y no se deja a alguien a quien quieres. Patricia habló entonces:
• Eres un tío extraño
• ¿Yo?
• Sí, tienes una fama y un aspecto que dicen una cosa pero luego eres… eres…
• Un gilipollas
• No, eres tierno y con muchos sentimientos
• Jajaja que va
• Sí, me lo dijo Mimi pero no la creí, pero ya veo que tenía razón
• Os engañáis, soy un cabrón, siempre lo he sido
• Puede ser, pero tienes otro lado, eso está claro
• Je
• ¿Sabes? Ahora entiendo que te costara acostarte con Isa
• ¿Sí?
• Sí, me pasa lo mismo, estoy tan baja de ánimo por lo de Paula que no quiero sexo con otros
• Mmmm
• Este verano casi no he tenido nada
• ¿Casi?
• Una noche me enrollé con un chico, pero al final solo le hice una mamada, no tuve ganas de más, pero no porque no me pareciera atractivo, es que no me apetecía que me tocara
• Pero le hiciste la mamada
• Sí, y lo hice porque eso sí me apetecía, pero solo eso
• Me parece que la rara eres tú jeje
• Ya… Y la noche que te encontraste a Isa en la carretera, yo había salido con la intención de ligar con alguna chica pero a la hora de la verdad, no tuve ánimo, y ya me volvía a casa cuando llamaste
• Pues estamos bien los dos
• Isa me ha contado que le has dicho que no te busque más
• Sí
• Y seguro que no es por ser un sexo malo ¿Verdad?
• Ni mucho menos
• Es por tu mujer
• Sí
• Jo… ¿Ves? Estamos igual
• Pero tú hoy querías acostarte con Isa

Ella me miró unos segundos y luego, se giró su cuerpo hacia mi y me dijo:
• Te voy a contar la verdad
• ¿Antes no?
• La verdad sobre lo que has visto esta noche
• Vale
• Al día siguiente de cuando rechazaste a Isa, ella estaba de mal humor
• Vaya
• Y se le ocurrió que seguro que te animabas si íbamos las dos
• ¿Las dos?
• Un trío
• Ah
• Pero yo le dije que no pensaba acostarme contigo, pero Isa es muy pesada, no paraba de insistir y yo que no, que no y que no
• Jeje
• Lo siento pero para mí eras un tío malo, un cabrón
• ¿Y ya no?
• Mmmm aún no sé que pensar, pero sé que tienes dos lados
• Jeje
• Pues eso, ella insistiendo y yo que no, pero entonces la llamó su chico y cambió de planes, trío con su chico
• Ya
• Y me contó que primero sería entre nosotras, que me lo pasaría genial… Yo no quería trío porque esas cosas no me gustan, pero sí tenía ganas de ella
• Y accediste
• Sí, pero luego, esta noche, tras enrollarnos y eso, se me quitaron las ganas, ya no solo del trío sino de acostarme con ella
• ¿Por qué?
• Por lo mismo que tú, por mi chica o exchica más bien, me tiene anulada sexualmente
• Jajaja
• No te rías, que a ti te ha pasado lo mismo
• ¿A mí?
• ¿Dónde ibas cuando te llamé?
• A mi barco
• ¿A tu barco?
• Sí
• ¿Me vas a llevar a tu barco?
• No, cambié de planes, te iba a llevar a tu casa y ya me quedaba yo en la mía, pero cuando salí de la discoteca me iba a mi barco
• Ah, vale… Pero habías salido para ligar ¿No?
• Sí
• Y te ibas a tu barco solo
• Sí
• ¿Ves? Lo mismo
• Puede ser

Entonces Patricia se volvió a poner mirando al mar y volvimos a callarnos. Le iba a decir de irnos, que me dolía el culo de estar sentado en la arena, cuando ella se levantó y dijo:
• Me voy a dar un baño
• ¿Ahora?
• Sí, me encanta el mar

Y comenzó a desnudarse. La miré asombrado. Ella miraba al mar mientras se quitaba toda la ropa. Cuando se quitó las bragas, salió corriendo hacia el agua. Observé su cuerpo, delgado y en forma, y un culo pequeño pero redondo. Y sus tetas, aunque no eran tan grandes como las de Isa, eran grandes para lo delgada que estaba.

Se zambulló y nadó un poco. Luego, gritó:
• Está muy bien ¿No vienes?

Negué con la cabeza. Patricia insistió pero yo me negaba. No era una buena idea. Entonces salió del agua y vino a mí. Se plantó delante mía, desnuda y mojada, muy sexi y pensé “Es toda una mujer, y pensar que la conozco desde que era un bebé”. Ella, ajena a mis pensamientos, me dijo:
• ¿No estás ya cansado?
• ¿De qué?
• De ella, de como te tiene la cabeza, porque yo estoy ya harta, mucho
• Ya
• Y he decidido que ya está bien

La miré mientras ella respiraba nerviosa. Me cogió de la mano y tiró de mí:
• Vente al agua
• No, Patricia
• Sí, vas a venir y vamos a follar porque no les debemos nada a esas dos perras traicioneras

Negué con la cabeza. Entonces ella se echó encima mía y me besó. Le devolví el beso pero luego dije:
• Patricia, esto es mala idea
• Puede… pero peor idea es no hacerlo por culpa de ellas
• Pero…

Se incorporó y me dijo:
• ¿O te desnudas o te desnudo?

Me reí y ella se fue otra vez al agua mientras yo me levantaba. Me empecé a quitar la ropa ante su atenta mirada desde el agua. Cuando me desnudé, entré en el agua y ella se acercó y me besó apasionadamente. Luego, cogiéndose a mi cuello, se aupó y enroscó sus piernas alrededor de mi cadera, sin dejar de meterme la lengua. Acaricié su espalda notando sus pechos contra mí. Entonces paró el morreo y me dijo muy flojito:
• Métemela

Dudé y ella insistió:
• Rápido

Me cogí la polla que ya estaba totalmente dura y la apunté hacia su coño. Ella, al notarla, se movió y se la introdujo con un gemido. Ayudándose de sus piernas, se movió lentamente sin dejar de besarme. La ayudé a moverse con mis manos en su culo y el ritmo aumentó. Tras varios segundos, me dijo de salir fuera. Se descolgó de mí y, cogiéndome de la mano, me llevó a la orilla donde se tumbó boca arriba donde llegaban suavemente las olas. Me puse encima suya y la penetré.

La follé despacio escuchando y sintiendo las olas contra nosotros. Ella me cogió del culo empujándome para aumentar el ritmo. Pronto tenía sus dedos clavados en mi espalda mientras gemía sin parar. Se corrió con un par de espasmos y un quejido bajo, abrazándome fuerte. Tras unos segundos, me empujó para que me pusiera boca arriba.

Me cogió la polla moviendo la mano a lo largo de ella mientras me besaba, y luego fue hacia abajo y comenzó una lenta mamada. Cuando paró, se rio diciendo:
• Estaba salada

Se puso encima y me cabalgó despacio. Le acaricié los pechos y jugué con sus duros pezones. Patricia comenzó a moverse más rápido y sus apagados gemidos se hicieron más audibles. La zona estaba totalmente desierta, solo se escuchaba a algún coche pasar por la carretera que estaba un poco más arriba. Cuando noté que ya no aguantaba más le dije:
• Para, que no aguanto más

Pero ella hizo caso omiso y me corrí dentro de ella. En ese momento, ella paró y echó la cabeza atrás, y al momento estalló en un gran orgasmo mientras lanzaba un grito largo. Se quedó parada sacudiéndose en varios espasmos antes de caer sobre mí.

Nos quedamos tumbados 10-15 minutos hasta que se levantó y se metió en el agua para limpiarse. Nos vestimos sacudiéndonos la arena como pudimos y volvimos al coche.

En cuanto entramos, puso la radio y pasó el resto del trayecto mirando por la ventana sin decir nada. Cuando llegamos a la urbanización aparqué, pero ella no salía del coche. Le dije:
• Lo siento, Patricia, ha sido un error por mi parte
• No siento que haya sido un error
• ¿No? Pensé que estarías enfadada
• Para nada
• Has estado muy callada
• Es que… No lo entiendo
• ¿El qué?
• ¿Cómo puedo correrme así con un tío y lo mismo con una tía? No lo entiendo
• Bueno…
• En fin, que cada vez estoy más liada…

Nos miramos sin decir nada. Ella suspiró y dijo:
• Oye, un par de cosas
• Dime
• No le cuentes nada de esto a Mimi ¿Vale?
• Claro
• Ni de lo que viste en la disco
• Sin problema
• Gracias… Ah, y a mi madre tampoco, me mataría
• Jeje, tranquila
• Bueno… Pues me voy a ir
• Sí, es tarde
• Sí…

Pero no salía del coche. Entonces dijo:
• Tienes… mmmm tienes mi número de móvil ¿no?

La miré sorprendido. Ella continuó:
• Sí, claro que lo tienes, cuando te llamé por Isa…

Cogió su bolso mientras decía:
• Me ha gustado mucho la charla, necesitaba contarle eso a alguien
• Ya
• Y me ha gustado que tú también me contaras lo tuyo
• Bueno, a mí me parece que he sido muy patético
• ¿Sí? No sé, a mí me ha mostrado a un Tony con sentimientos…
• Jeje
• Y me ha gustado el polvo aunque creo que tengo arena hasta aquí dentro (señalándose entre las piernas)

Me sonrió y luego se inclinó hacia mí y me dio un beso rápido en los labios. Inmediatamente salió rápido del coche. Dio varios pasos, se paró, dudó, pero siguió andando y la vi desaparecer por la puerta. Suspiré pensando “Bien hecho Tony, follarte a una cría que casi viste nacer, cada vez mejor”. Meneé la cabeza apesadumbrado. Cuando me tumbé en mi cama, volví a pensar en Patricia. Había sido un buen polvo, sin duda.
 
Capítulo 15
Verano 2022. Varios días después
Patri

Salí de la piscina y me tumbé en mi toalla. Cerré los ojos y al poco, escuché una risa que conocía bien. Levanté la cabeza y vi llegar a Isa rodeada de tres de nuestros amigos. Llevaba sin hablar con ella desde aquella noche, las dos enfadadas. Aún me dolían sus mensajes cuando estaba en el coche con Tony, donde me llamaba bollera resentida, cobarde y mal follada, entre otras lindezas. La verdad es que ni yo misma entendía por qué me había ido así, de pronto, dejándolos plantados. Lo cierto es que esa noche tenía ganas de sexo y me había llegado a convencer de que quería probarlo con ellos dos. Y todo iba bien, Isa contenta y cachonda, y su amigo no estaba mal, pero tenía algo que no me gustaba, me miraba desnudándome, imaginándose como me iba a follar, y eso me había dado asco, aunque lo cierto es que el plan era justamente ese.

Y ahora Isa estaba convencida de que me había ido porque en realidad era una lesbiana que solo quería follar con ella, no con su chico, pero no, no había sido eso, más bien era que su chico no me gustaba y que eso del trío tampoco me gustaba, el sexo debía ser entre dos personas, no entre varios. Y que se me habían quitado las ganas de sexo.

Y luego estaba Tony. Tampoco entendía lo que me había pasado con él. No tenía ninguna intención de acostarme con él, pero ninguna. Era un tío que me producía rechazo por lo que había hecho en el pasado, pero la verdad es que al hablar con él me había mostrado una forma de ser muy diferente a lo que esperaba. Su lado sensible me había sorprendido. Estaba realmente destrozado por la traición de su mujer. Y también me sorprendió como me había reconocido su experiencia gay sin sentirse avergonzado, solo como algo que le pasó y que no rechazaba ni ocultaba, a pesar de que ahora no lo buscara. Eso me gustó pero ¿Por qué me había acostado con él? Ya sabía que era un tío atractivo pero eso no me llamaba tanto la atención como para desearlo ¿Entonces? “Creo que estaba en el sitio adecuado en el momento justo” pensé. Y además, Tony, al mostrarse de esa forma sensible, había roto mi rechazo inicial hacia él.

Y el sexo con Tony había sido increíble. No solo ya por lo bueno que está ni por el tamaño de su polla que era grande de verdad (me reí por dentro al recordar como le había dicho a Mimi que la tendría pequeña… de pequeña nada de nada) ni por su cuerpazo. Bueno, sí, todo eso había ayudado muchísimo, pero también como lo había hecho, atento a mí, tierno pero también apasionado. Y luego el lugar, con el ruido del agua, sintiendo las olas, la arena… Me estremecí al recordarlo. Había sido un polvazo, vaya que sí. Y pensaba que a él le había gustado tanto como a mí y que me llamaría, pero no, el cabrón no me había llamado “Y si llama ¿Querría volver a follar con él?” me pregunté como si no supiera la respuesta. También podría ir a su casa como había hecho Isa las dos noches pero me resistía a eso, era él el que debía llamarme.

Entonces alguien me tapó el sol y abrí los ojos. Era Isa que se agachó y me dijo muy bajito:
• ¿Qué pasa? ¿No me vas a hablar hasta que me acueste contigo?

La miré con rabia y dije:
• Aparta, me tapas el sol
• Venga, reconócelo, eres bollera, no pasa nada
• Vete a la mierda, Isa
• No sé por qué te cuesta tanto reconocerlo, no te gustan los chicos, pues tú te lo pierdes, pero no pasa nada
• Eso te lo estás inventando
• ¿Inventando? Si Julio no hubiera estado la otra noche ¿Qué hubiera pasado?
• Nada
• Ja, pero si te morías de ganas de follarme… Pero vamos, que no estoy enfadada, encontramos a una parejita y nos lo pasamos de miedo jiji

La miré enfadada y le dije:
• Yo también me lo pasé de puta madre
• ¿Ligaste con una chica? Ahhh, ahora entiendo todo
• No, con un tío
• JAJAJAJAJA
• Eres una gilipollas
• Anda ya, Patri ¿A quién vas a engañar?
• Me tiré a Tony

Ella me miró sorprendida y preguntó tontamente:
• ¿Qué Tony?
• El que te dijo que estaba harto de ti

Eso le dolió pero se recompuso y se rio de mí:
• Eres patética
• ¿No me crees?
• No
• Polla sin pellejo y grande, muy depilado, incluso los huevos, y varias cicatrices, aquí, aquí y aquí (dije señalándome por mi cuerpo)

Isa me miraba con la boca abierta. Tras unos segundos, dijo:
• Serás zorra
• Aprendiendo de ti
• Pero… Que cabrón

Pensé que se iba a ir enfadada pero entonces se rio de buena ganas y me dijo:
• ¿A que folla de muerte? jiji

La miré sorprendida por su cambio repentino de enfadada a risueña y sonreí:
• No está mal
• ¿No está mal? Serás zorra, como si a ti te hubieran follado alguna vez igual, y con ese pollón

Nos reímos como tontas e Isa me dijo de irnos al agua y allí estuvimos hablando un rato, en susurros y riendo:
• ¿Y lo habéis hecho más veces estos días?
• No
• ¿Por qué?
• El cabrón no me ha llamado
• Pero ve a por él, tonta
• Paso, él debe llamarme
• Es un tío raro, no te va a llamar
• Está deprimido
• ¿Sí? Pues habrá que verlo follar cuando no lo está jiji
• Jeje

Me estuvo interrogando sobre todo lo que había pasado esa noche. Le conté que lo había visto en la disco, y como lo habíamos hecho en la playa. Tras un rato de risas, dijo:
• Me voy una semana con Julio
• ¿Y eso?
• Su mujer se va a EEUU por una cosa de médicos y él le ha dicho que no puede ir por el trabajo, pero nos vamos a ir a Ibiza jiji
• ¿Sí?
• Sí, esta tarde cogemos el avión
• Isa, no descontroles mucho
• Anda ya, al contrario, pienso descontrolar todo lo posible jiji
• Estás loca
• Sí

Y nos reímos. Entonces, de repente, se puso seria:
• Oye, Patri
• ¿Qué?
• Perdona por lo que te escribí el sábado
• No importa
• Es que me sentó mal que huyeras así
• No huí, solo cambié de opinión
• Ya, ya… Pues eso, siento haberte llamado bollera resentida mal follada
• No pasa nada, pero no pienso disculparme por llamarte zorra
• Claro que no, si lo soy jajaja

Al medio día, Isa dijo que se tenía que ir para ducharse y preparar la maleta. Nos despedimos y me alegré de haber hecho las paces con ella. Pensé en quedarme un rato más en la piscina pero como era la hora en la que más gente había, al final decidí subirme a casa. Me metí en el portal y pulsé el botón del ascensor. Entonces escuché la puerta del garaje y miré para ver como aparecía Tony. Le saludé contenta pero él casi ni me miró. Le dije:
• Tony, no me has llamado…

Pero subió rápidamente por la escalera sin dirigirme la palabra. Eso me enfadó mucho, había pasado completamente de mí. Entonces llegó el ascensor y entré. Fui a pulsar el botón de mi planta pero cambié de opinión y pulsé la planta de Tony. Al salir del ascensor, fui a su puerta y llamé. No me habría e insistí, le pensaba decir cuatro cosas a ese gilipollas.

Tras mucho insistir, me abrió. Le empujé y entré, dirigiéndome al salón. Le escuché decir:
• Patricia, no es un buen momento
• Eres un cabrón
• Vete a casa, ya hablaremos
• Una mierda, me has ignorado completamente todos estos días. Me follas y ¿Ya está? Y luego me ves y ni un hola ¿Qué pasa contigo?
• Mmmm vale, perdona, no me he dado cuenta, yo…
• Joder, que me abrí a ti, y no solo de piernas, te conté cosas que a nadie más
• Lo sé, pero en serio, no es buen momento
• Me embaucaste la otra noche ¿No? Haciéndote pasar por un buen tío sensible pero no, eres un cabrón
• ¿Qué quieres, Patricia? Sí, soy un cabrón, ya lo sabías
• Pero no lo fuiste la otra noche
• Siempre lo he sido y lo seré, un cabrón, me aproveché de ti ¿Vale? así que vete
• Pero no eres…

Entonces se me acercó, fuera de sí. Me asusté al verle los ojos y su expresión. Se me pegó y me dijo:
• ¿Qué pasa? ¿Quieres un polvo? ¿Eso es? Porque si quieres te follo, pero te aseguro que hoy voy a ser duro de verdad, te voy a hacer daño y te voy a romper el culo ¿Entiendes? Para que veas como soy de verdad

Me quedé asombrada y con la boca abierta ante esa explosión de rabia. Él, sin retirarse, insistió:
• ¿Eso es lo que buscas? ¿Que te folle así?

Me miró a los ojos y me asusté aún más pero no podía ni moverme. Entonces se retiró y se sentó en el sofá y se cubrió la cara con las manos. Al poco dijo:
• Por favor, vete, no es… lo siento

Me giré hacia la puerta y di varios pasos para irme, pero me paré y lo miré. Vi a un tío destrozado. Estaba claro que le pasaba algo. Y entonces lo supe. Me acerqué a él y le pregunté:
• ¿Has… has hablado con tu mujer?

No dijo nada. Pensé “Mejor me voy, este tío mató a alguien, es peligroso” pero no pude irme, estaba pasándolo mal, estaba claro. Me senté a su lado y le insistí:
• ¿Es eso?

Al cabo de unos segundos, respondió:
• No
• Pero es algo de ella

No dijo nada durante un buen rato, entonces se quitó las manos de la cara y me miró:
• Sé quien es el tío
• Ah

Esperé. Claramente conocía al tío con el que le había engañado. De repente gritó con furia:
• JODER, ES QUE NO ME LO PUEDO CREER
• ¿Quién es?
• Pensaba que sería alguien de su trabajo, estaba convencido, un médico o algo así, incluso fui dispuesto a partirle la cara a uno del que sospeché de inmediato pero no, ese no podía ser, lleva meses trabajando fuera del país, ni me acordaba que me lo había dicho Olga

Tony se levantó y paseó nervioso por la habitación. Esperé hasta que dijo:
• Es un hijo de puta, joder, el hijo de puta más cabrón que te puedas echar a la cara, un puto degenerado
• ¿Quién?
• Mi exjefe
• ¿Y cómo lo sabes?
• Cuando he aparcado abajo, tenía una llamada perdida de una compañera de Olga que es muy amiga nuestra, y la he llamado. Quería saber cuando volvía Olga. Le he contado que me ha dejado y ella se ha callado y he tenido el pálpito de que sabía algo. Al final me ha dicho que la había visto un par de veces meterse en el coche de un tío que iba con chófer. Me los ha descrito y es ese hijo de puta, es que no me lo puedo creer
• ¿Por qué?
• Porque a Olga le repugnaba, o eso me decía, y tenía razón, me fui de ese trabajo por él, es un puto degenerado

—---------------------
Febrero 2021. Sevilla
Tony

Miré la hora y empecé a recoger los papeles para la reunión con mi jefe. Estaba algo nervioso porque, aunque llevaba ya en la empresa casi dos años, era la primera vez que un cliente se estaba retrasando con los pagos, y si fallaban, la bronca me la iba a llevar yo, además de una reducción significativa de mi bono.

Lo metí todo en una carpeta y me dirigí a la escalera. El trabajo me gustaba. Tras empezar a vivir con Olga, había dejado mis trapicheos y buscado un trabajo serio. Aprovechando mis estudios en la cárcel, y tirando de un contacto que había hecho allí, había tenido una entrevista y me habían contratado como comercial, pero poco a poco había ido tomando más responsabilidades y ahora era responsable de cuentas.

Llegué a la planta donde solo estaba el despacho de Lucas, mi jefe. Vi que Belinda, su secretaria, no estaba en su mesa así que fui directo a la puerta del despacho que estaba entornada. Iba a llamar cuando escuché un gemido. Empujé un poco la puerta y me asomé un poco. Vi las pantorrillas de una mujer que estaba de rodillas detrás de la mesa de Lucas y los ruidos claros de una mamada junto a gemidos de él.

Me aparté y pensé que mejor volvía en diez minutos. Cuando volví a subir, vi a Belinda de pie junto a la impresora. Miré hacia sus pies y vi que los zapatos eran los que había visto tras la mesa. Las habladurías en la empresa decían que estos dos follaban pero siempre me habían extrañado ya que Belinda tenía 54 o 55 años y no era el tipo de mujer con el que solía ver a Lucas, que siempre se rodeaba de mujeres jóvenes y delgadas, y Belinda estaba mayor y bastante gruesa.

Belinda me miró y dijo:
• Entra, hoy está de un humor de perros
• Ah

Llamé a la puerta y Lucas me dijo:
• Entra de una puta vez

Me senté en una de las sillas que había delante de su mesa. Sin más preámbulos, me dijo:
• ¿Qué coño es eso de que los Caster llevan tres meses sin pagar?

Directo al grano. Suspiré y dije:
• Están teniendo un problema con un barco que no dejan salir de un puerto de China por la pandemia
• ¿Y a mí qué cojones me importa eso?
• Lucas, es un contratiempo, sabes que ellos siempre…
• ¿Un contratiempo? ¿Un contratiempo que me cuesta miles de euros? Deja de tocarme los cojones y haz tu puto trabajo
• Lucas…
• Ni Lucas ni pollas, tres putos meses y tú tocándote los cojones mientras ellos no pagan ¿No?
• No es así, dentro de mis atribuciones tengo la posibilidad de…
• Tú haces lo que a mí me salga de los huevos ¿Entiendes? Y no me vengas con mierdas

Me estaba calentando con las malas formas pero me dije “Tranquilidad, solo se está desahogando”. Entonces dijo:
• Y encima llegas tarde a la puta reunión ¿Qué pasa? ¿Charlando con los colegas o tocándote los huevos?

Aquí me harté y solté:
• He llegado puntual pero tú estabas ocupado
• ¿Ocupado? Te he estado esperando casi media hora
• ¿Media hora? Coño, Lucas, que son las 10:15 y la reunión era a las 10
• Pues un cuarto de hora haciendo esperar a tu jefe
• No, he llegado a las 10 pero tú estabas ocupado con Belinda

Lo solté y me quedé a gusto. Él me miró perplejo y en ese momento entró Belinda con una taza de café para Lucas. Él empezó a reírse a carcajadas y Belinda me miró sin entender. Entonces Lucas dijo:
• Coño, Beli, aquí el chaval nos ha pillado

Belinda me miró con dureza y dijo:
• ¿Cómo que pillar?
• Que antes llegó justo cuando me la mamabas

La mirada asesina de Belinda hizo que me removiera nervioso en mi asiento. Me dijo:
• ¿Y tú qué haces espiando?
• No espiaba, os habéis dejado la puerta abierta e iba a llamar cuando…

Belinda se marchó sin preguntarme si quería café como siempre hacía. Lucas se partía de risa y cuando se calmó me dijo:
• Pues le tendrías que agradecer la mamada
• ¿Por qué?
• Porque esta mañana cuando he visto el balance, me he subido por las paredes y ella me ha tranquilizado de esa forma, me conoce bien porque si no, ahora estarías recogiendo tus cosas

No sabía si bromeaba o no. El agujero en las cuentas era importante pero no demasiado. Lucas era muy rico y la empresa iba muy bien. Los préstamos y seguros que vendíamos daban grandes beneficios, y era la primera vez desde que yo estaba al cargo, que un cliente se retrasaba tanto. Me dijo:
• Hoy vas a ver a esa gente y le das un ultimátum, quiero mi dinero esta semana
• Pero Lucas, lo tienen todo invertido en ese barco, solo necesitan un poco más de tiempo, puedo sacarles más intereses y…
• No, esa zorra pija me dejó con la palabra en la boca en esa fiesta, ahora que se joda

Suspiré. Se refería a Sandra Caster, la dueña de la empresa tras la muerte de su padre. Era una clienta mía y nunca había dado problemas. Lucas había coincidido con ella en una fiesta y, por lo que él contaba, fue a saludarla y charlar con ella, y ella le dio la espalda ignorándolo, cosa que le había sentado como una patada en los huevos. Cuando me lo contó, supe que la siguiente operación con ellos sería complicada porque Lucas nunca olvidaba ni perdonaba, se vengaría subiéndoles mucho las condiciones. Iba a decir algo más pero sabía que no iba a cambiar de opinión y desistí:
• De acuerdo, esta tarde voy a su oficina
• Déjaselo claro, esta semana
• Bien
• A ver ¿Qué más me tienes que contar? Espero que nada igual
• No, el resto va bien

Y le detallé el resto de operaciones que iban según lo previsto.

Cuando terminamos la reunión, salí del despacho y Belinda me llamó:
• Tony, ven

La miré y vi que seguía enfadada. Me dijo:
• Esa boquita callada ¿eh?
• Sí, perdona Belinda, no quise decirlo pero Lucas me estaba…
• Como me entere de algo, te aseguro que estás en la puta calle al minuto siguiente

La miré y no dudé que era verdad. Asentí y dije:
• No te tienes que preocupar por eso
• Bien, eso espero

Vi detrás de ella las fotos de sus hijos y su marido, en una repisa que tenía en la pared. Me despedí. Llamé a Sandra y concerté una cita con ella por la tarde en su despacho. Sobre las doce me llamó Belinda para decirme que Lucas había dicho que almorzara con él. Me fastidió pero no me negué, a ver que coño quería ahora.

Cuando llegué al restaurante, Lucas ya estaba allí, en un reservado. Me senté y hablamos sobre cosas de la empresa. Cuando ya estábamos con el postre, sacó el tema por el que me había invitado al almuerzo:
• Belinda está muy enfadada
• ¿Por qué?
• No quiere más habladurías
• No voy a decir nada, Lucas
• Lo sé, lo sé, pero ya sabes como son las mujeres, unas putas moscas cojoneras cuando se les mete algo en la cabeza, o te daba el toque o no me iba a dejar en paz nunca

Asentí resignado ante la charla y porque sentía haberme hecho una enemiga con Belinda, que hasta ese momento me había ayudado siempre. Lucas me dijo:
• Mira, no te voy a engañar, eres mayorcito, sí, Belinda me la ha chupado esta mañana y no es la primera vez, eso te lo aseguro (riéndose socarronamente)

Esperé incómodo. Él dijo:
• Belinda lleva más tiempo que yo en la empresa ¿Lo sabías?
• No
• Empezó con mi padre, con veintitantos, y seguro que mi padre se la follaba desde el primer día porque en aquellos años Belinda no era la foca asquerosa de ahora, era una tía buenísima, con unas tetas y un culo que, uffff, no sabes lo buena que estaba

Lucas se había bebido una botella de vino durante el almuerzo y ahora estaba con un coñac, y estaba rojo por el alcohol. Era un tipo de unos 40 y tantos, bastante gordo, con una coleta y grandes entradas. No era feo pero estaba muy desmejorado y no cuidaba su dieta. No dije nada y él se quedó pensativo. Dijo:
• Ella me desvirgó ¿Sabes?

Me quedé de piedra. Se rio y dijo:
• Mi padre le dijo que me desvirgara en mi décimo sexto cumpleaños y joder, que maravilla de mujer. A partir de ese día estuvo follándonos a los tres, a su marido, a mi padre y a mí, siempre le ha ido la marcha jajajaja

No sabía como cortarle para irme, pero él continuaba:
• Luego mi padre tuvo algunos problemas ahí abajo y no se le levantaba ni con pastillas, y la cosa fue a peor con su corazón, así que me traspasó la empresa y a Belinda como secretaría… Fueron buenos años… Luego empezó a engordar y ya no la follo, me da asco lo gorda que está, pero sigue chupándola de muerte, es una verdadera maestra, es de las pocas capaz de meterse mi polla entera en la boca, y no es fácil, te lo aseguro jajajaja

Me estaba entrando un asco tremendo. Me sentía mal por Belinda, que en realidad, me caía bien, y mal por el asqueroso de Lucas ¿No se paraba a pensar lo que sentirían las pobres chicas con las que lo había visto? Él sí era gordo y asqueroso. Terminó de reírse y dijo:
• En fin, que es muy puta pero le tengo cariño y si ella dice que no quiere que hables, tú no hablas ¿Entendido?
• Esto no hacía falta, Lucas, claro que no voy a decir nada
• Bien, bien, pero Belinda es muy pesada… Ándate con cuidado con ella, ahora te tiene en el punto de mira

Y se volvió a reír. Yo meneé la cabeza. Entonces, Lucas cambió el tema de la conversación:
• Y esa tarde, con esa puta pija, no le des ni un resquicio de posibilidad de retrasar el pago
• No se lo daré pero no sé si podrán afrontarlo
• Pues que vendan la puta empresa
• Lucas, que es solo un bache
• ¡¡¡Un bache con mi dinero, joder!!! Que pague de una puta vez y ya está
• Bien, lo intentaré
• No, de intentar nada, lo haces
• Sí
• Y si te pone pegas, le dices que venga a verme y que me coma la polla, solo así conseguirá algo de mí, una buena corrida jajaja

Ya no aguanté más. Le dije:
• Tengo que irme, Lucas
• Termina el puto postre

Pero la conversación me había quitado todas las ganas. Me excusé y me fui.

Esa tarde cuando llegué a la empresa Caster, Sandra me esperaba sola en su despacho. No me extrañó no ver a su marido que también trabajaba en la empresa pero era un cero a la izquierda, la empresa la llevaba ella sola tras la muerte de su padre hacía unos años. Sandra era una mujer de treinta y tantos, rubia de bote, alta, delgada y esbelta, con un buen pecho y muy atractiva. De cara era guapa, con unos bonitos ojos verdes y una nariz algo alargada, pero con labios grandes y sensuales.

Me recibió como siempre, dándome la mano y llevándome a su despacho donde ella se sentó en su mesa y yo en una silla delante de su escritorio. Sandra era una mujer seria, casi nunca sonreía, al menos eso me parecía, quizás en el día a día en casa fuera de otra forma, pero en los negocios era extremadamente seria. Se puso a contarme las dificultades con China, que el gobierno seguía teniendo la ciudad confinada y los barcos no podían salir, pero que un contacto de allí le había asegurado que era cosa de días. Me aclaré la garganta y le dije:
• Sandra, me llevas diciendo eso desde hace semanas
• Pero esta vez parece que ya están a punto de quitar las prohibiciones, en algún momento lo tienen que hacer
• Ya pero…

No sabía como decírselo así que fui directo:
• Mi jefe no admite más demoras, tenéis que hacer frente a las deudas esta semana
• ¿Esta semana? Eso es imposible
• Pues tendrá que serlo porque si no, se ejecutarán las sanciones indicadas en el contrato

Sandra frunció el ceño. Me dijo:
• Eso no es admisible
• Es lo que pone el contrato
• Pero sabes que es cuestión de días, Tony, tienes que ayudarme
• Sandra, llevo jugándomela por vosotros desde hace dos meses, ya no puedo hacer nada más
• Pero sabes como está la empresa, tengo a los operarios parados, sin poder trabajar por falta de material, y tengo muchos contratos a la espera de ese material, va a ser llegar y vender todo, no he querido echar a nadie porque es cuestión de días, de verdad
• Lo sé
• Por eso, solo necesitamos mmmm dos semanas más, tres a lo sumo
• Sandra, que no puedo
• Joder, Tony, solo unos días
• No puedo
• Las sanciones supondrán vender la empresa, la empresa de mi familia desde hace generaciones, y echar a toda mi gente, familias que dependen de mí
• Lo sé, pero no puedo…
• No duermo bien, sé que me advertiste de esta operación, del riesgo que asumíamos, pero lo tuve que aceptar, o era eso o la quiebra, y hemos tenido tanta mala suerte con el puñetero virus, primero la pandemia aquí, y ahora sigue allí en China
• Ya
• La pandemia nos dejó meses parados, pagando sueldos pero sin poder dar salida al producto e incumpliendo contratos, que más mal que bien, renegocié, pero ahora esto, esto no lo soportaríamos, sería la quiebra
• No puedo, Sandra

Entonces se levantó y se sentó a mi lado. Observé sus delgadas piernas embutidas en medias negras, y sus zapatos de tacón no demasiado alto. Ella me cogió una mano y me dijo:
• Solo unos días, Tony, solo eso
• No… No puede ser
• Pero… Mira, estoy alterada, ha sido un día infernal de llamadas y gritos con la gente de China pero te propongo una cosa, salgamos a cenar, los dos solos, y hablamos tranquilamente con una buena botella de vino, verás como nos entendemos

Me quedé asombrado. La proposición era clara y no me esperaba eso de ella, una mujer seria, profesional, casada y con un niño de dos años. La miré a los ojos, estaba nerviosa, ansiosa, tensa y claramente desesperada. Tenía que estar realmente apurada para llegar a esto. Retiré mi mano y dije:
• Sandra, por mucho que me gustaría cenar contigo, no puedo, he quedado con mi mujer

Ella torció el gesto, dolida. Continué:
• De todas formas, es que esto ya está fuera de mis posibilidades, ha escalado a mi jefe, estoy aquí porque hoy ha saltado este tema en la reunión de seguimiento y se ha armado una buena
• Pero dile que nosotros siempre cumplimos, que nunca…
• Lo sabe, he hecho todo lo que he podido por ocultar vuestra situación y por defenderos pero es que son tres meses, Sandra
• Ya pero…

Me levanté, dolido porque ella tenía razón, todo era por mala suerte, no por mala gestión o engañar. Ella se levantó y me dijo:
• Tengo que hablar con tu jefe ¿No?
• Sí, pero no sé si servirá de algo
• Puff, que poco me gusta ese hombre
• ¿Por qué?
• Me lo encontré en una fiesta de un amigo común
• ¿Y?
• Iba con una chica de ¿18 años? Una cría con mucho pecho
• Ya
• Y cuando se me acercó, me dio un repaso asqueroso, y me hablaba mirándome al escote, casi babeando mientras la chica que tenía al lado tenía que aguantar como me miraba

No dije nada pero era fácil de imaginar. Ella continuó:
• Me fui por no darle una bofetada
• Ya
• Y ahora tengo que suplicarle a él ¿No?
• Tanto como suplicar… Exponle un plan aunque tendrás que asumir pagar más
• ¿Qué aceptaría? Ayúdame en eso, Tony, por favor, estoy desesperada, en serio

La miré y me dio mucha pena. Le conté algunas ideas que a ella no le gustaron pero le dije que o era algo drástico o él no se movería de su intención de ejecutar las sanciones del contrato.

Esa noche, al cenar con Olga, le conté todo, incluida la insinuación de Sandra. Olga me miró muy seria y le dije:
• No ha pasado nada, ni pasará ¿Eh?
• Lo sé, solo estaba pensando
• ¿El qué?
• Lo va a pasar mal con Lucas
• Ya, ya sé, le va a costar convencerlo de que le de más días a pesar del plan que hemos preparado
• No, me refiero a que Lucas es un tío vengativo
• ¿Por?
• Se nota, y ella tiene razón, da asco como mira a una mujer
• Mmm

No dije nada pero me empecé a mosquear. Al final, pregunté:
• ¿Te ha dicho alguna vez algo?
• ¿Lucas? No, pero es por como te mira, sé bien como son esos tíos y él se va a vengar de Sandra
• ¿Cómo?
• Querrá humillarla
• ¿Le va a pedir más condiciones?
• Ojalá sea solo eso pero ya ves como habla de Belinda, y se supone que son amigos y amantes de hace mucho, pero para él es solo un objeto que se la chupa o que se follaba
• No sé, yo creo que se expresa así pero que con ella se porta bien
• Ya veremos… Tony, sería mejor que dejaras de trabajar para ese indeseable
• Ya, lo estoy pensando, pero no tengo fácil encontrar otro trabajo así

Al día siguiente, a media mañana, me avisaron de recepción. Había llegado Sandra. Fui a por ella y nos saludamos dándonos la mano, Sandra no era de las que daba besos. Iba con un traje pantalón y una chaqueta. Llevaba el pelo recogido en un moño. Tenía una aspecto muy profesional. Me dijo que tenía una reunión con Lucas. La llevé hasta el despacho sin saber si quedarme o no. Lucas me hizo una señal para que me quedara. Sandra empezó exponiendo la situación. Lucas la cortaba cada dos por tres, menospreciando esto o aquello. Vi que Sandra se enfadaba pero continuaba exponiendo. Le presentó el plan que era generoso para nuestra empresa pero más recortado de lo que habíamos hablado la tarde anterior. Entendí que ella había ido a mínimos para poder negociar.

Los dos se pusieron a discutir y revisar las cifras. Poco a poco, Sandra cada vez más acorralada, iba aceptando el aumento de las compensaciones. Llegaron a lo que yo le había dicho pero ni aún así Lucas daba su brazo a torcer. Entonces, Sandra me miró y dijo:
• Tony ¿Puedes dejarnos un momento?

La miré extrañado. Miré a Lucas que sonreía haciéndome un gesto para que me fuera. Bajé a mi despacho. Sandra bajó media hora más tarde y se fue sin despedirse. La miré y observé algo extraño, iba con el pelo suelto. A los diez minutos me llamó Lucas y subí. Me senté y me dijo:
• Le damos una semana más
• ¿Bajo qué condiciones?
• Las últimas que escuchaste, la verdad es que vamos a sacar un buen pico de este retraso

Lo miré extrañado pero asentí. Entonces me dijo:
• Una semana más con opción a otras dos
• ¿Otras dos?
• Sí, ya te lo confirmaré
• ¿Dependiendo de qué?

Entonces se rio y dijo:
• ¿Qué te ha parecido negociando?
• Mmmm
• Se la notaba desesperada ¿Verdad?
• Sí (dije cautamente)
• Menos mal que se le da mejor chuparla que negociar

Y se rio con ganas. Me quedé de piedra aunque ya me lo estaba imaginando. Continuó:
• Aunque me ha decepcionado, tiene las tetas operadas, me gustan naturales

No dije nada, solo pensé en Olga y lo que me había dicho. Lucas terminó diciendo:
• Y a tu pregunta, las semanas extras dependen de lo satisfecho que me deje el sábado, a ver como se porta en la cama, porque aquí, cuando me la he follado, ha estado muy seca la muy zorra aunque ha sido un gustazo ver su cara de engreída cuando le he dicho mis condiciones

Y se tronchaba de risa. Me levanté y le dije que iba a preparar los papeles, pero necesitaba salir de allí porque estaba a punto de partirle la cara.

Esa noche, al contarle todo a Olga, ella solo asintió con gesto triste y dijo:
• Lo que me imaginaba, es un cerdo

Al día siguiente, con los papeles preparados, fui al despacho de Sandra. Se los di para que firmara la prórroga. Los leyó y dijo:
• Aquí solo hay una semana
• Sí
• Quedé con Lucas que serían tres
• Sí, pero me ha dicho que la segunda y tercera están condicionada

Me miró enfadada y dijo:
• De cumplir esa “condición” me encargo yo, pon las tres semanas
• Pero…
• Ponlas, no habrá ningún problema
• No puedo, Sandra, Lucas no lo va a firmar

Sandra me miró unos segundos y luego dijo:
• ¿Me dejas un momento? Tengo que hacer una llamada

Salí del despacho. Tras un rato, Sandra abrió la puerta y me dio su móvil. Lo cogí. Era Lucas:
• Pon las tres semanas
• Pero ¿Qué condición pongo?
• Ninguna, tengo su palabra de puta pija que me va a dejar hacerle lo que quiera, vamos a darle ese voto de confianza (dijo riéndose)

Le devolví el teléfono a Sandra y saqué mi portátil para hacer el cambio, imprimirlo y llevármelo firmado.

El lunes siguiente, Lucas me llamó a su despacho. Estaba muy contento. Repasamos varias cuentas y cuando llegamos a Caster, sonrió y dijo:
• Menuda putita está hecha esa zorra

No hice caso del comentario y seguí hablando de la situación, los barcos no podían salir aún. Le dije:
• Deberíamos darle una semana más
• Ni hablar
• Pero…
• Mira, Tony, a esa zorra ya la he puesto en su sitio, me la follé todo lo quise y por donde quise, que esa va de pija engreída pero es tan puta como cualquier tía, bien abierto que tenía el culo la muy zorra
• Lucas, por favor, no quiero saber…
• Y luego se la pasé a los chicos, a Paco y Esteban

Me quedé de piedra. Esos eran sus guardaespaldas / chóferes. Él se rio con ganas diciendo:
• La muy puta al principio se hizo la escandalizada y la indignada, pero luego se tiró dos horas follando con esos dos a la vez, la muy zorra

Riéndose. Noté que me temblaba la mano e hice un esfuerzo por no partirle la cara. Le dije:
• Lucas, ya te has vengado, deja que salve su empresa
• Tiene dos semanas, ella sabrá
• Pero es casi imposible que lleguen los barcos si aún siguen las restricciones de las autoridades chinas
• Ese no es mi problema

No logré convencerlo. La semana pasó sin cambios, y a la semana siguiente, me llamó Sandra, muy nerviosa. Fui a su despacho y me la encontré muy desmejorada, visiblemente tensa y agobiada. Me dijo:
• No van a llegar a tiempo
• Lo sé
• Y Lucas no me coge el puto teléfono

No dije nada. Ella me suplicó:
• Ayúdame, Tony
• No me hace caso, Sandra
• Pero… después de lo que tuve que hacer con ese… esos… degenerados
• Yo… Lo siento

Y se echó a llorar. Me fui compungido. El barco no llegó a tiempo y se acabó el plazo. Lucas fue inflexible y se ejecutaron las sanciones del contrato. Ese día dimití tras hablarlo con Olga porque ella sabía que cualquier día de esos iba a darle una paliza a ese cabrón. Durante un tiempo íbamos a depender solo de su sueldo pero fue ella la que insistió que no podía seguir ahí por miedo a que no pudiera contenerme más, y fue la mejor decisión.

Le dije a Olga de ir a hablar con Sandra para denunciar a Lucas pero Olga me dijo:
• Jamás lo hará
• Pero ¿Por qué? Yo la ayudaré, testificaré, no me importa
• Pero a ella sí, tiene familia y si esto sale a la luz ¿Qué pensará la gente? Pues que es una puta

Unas semanas más tarde fui a la empresa de Sandra. Estaba cerrada. Me dijeron que la habían tenido que cerrar y los acreedores se habían quedado con todo, es decir, Lucas. Pregunté por ella pero me dijeron que se había mudado a otra ciudad, no la volví a ver.

—----------------------------

Actualidad. Verano 2022
Tony

Miré a Patricia que me observaba preocupada. Le dije:
• De verdad que no lo entiendo, no la imagino con ese… con ese hijo de la gran puta
• Pero ¿Seguro que es él?
• Seguro, la descripción es clara
• ¿Y… y qué piensas hacer?
• Hasta que has llegado, solo pensaba en matarlo
• Oh, Tony, no digas eso
• Sí, es lo que debería hacer, es un mal bicho
• Pero ¿Y tú?
• Yo doy igual
• No, no das igual… Pasa página, Tony, no dejes que ella siga haciéndote daño
• No puedo dejarlo

Me miré las manos, me temblaban de rabia. Patricia puso sus manos en las mías y ese gesto me tranquilizó. La miré y le dije:
• Perdona por lo de antes, estaba desquiciado
• Ya, lo sé
• Siento haberte asustado
• Sí, casi me meo jiji
• No te vayas, Patricia, si te vas, creo que me voy a volver loco
• Claro que no me voy

Se apoyó en mi hombro y nos quedamos sin decir nada. Entonces dijo:
• Si necesitas desahogarte, lo del polvo puede ser buena idea

La miré extrañado y le pregunté:
• ¿En serio? Después de lo cabrón que he sido contigo
• Ya, pero lo entiendo, y no ha sido para tanto
• Sí, sí lo ha sido
• No, de verdad, y eso, que un polvo relaja mucho, yo la otra noche estaba súper mal y después del polvo estaba muy relajada
• Pero eso sería usarte
• No me importa
• A mí sí, Patricia
• Además ¿Usarme? Pero si la que tiene ganas de un polvo desde hace días soy yo, a ver si quien te va a usar soy yo jiji
• ¿Sí?
• Claro, pero has pasado de llamarme
• He estado probando el barco durante un par de días
• Ah
• Hoy he venido para coger algunas cosas porque pensaba irme unas semanas con el barco
• Oh
• Pero con esto que me acabo de enterar no puedo irme, me volvería loco, lo sé

Patricia se incorporó y me besó en los labios, pero antes de seguir, me miró a los ojos y me dijo:
• Me parece bien que me folles duro, pero nada de hacerme daño ni romperme el culo ¿Eh?
• Ya, ya, además, tienes un culo precioso
• Y así va a seguir

Se levantó y en un segundo se quitó el vestido playero que llevaba, y luego el bikini, quedándose desnuda y echándose sobre mí besándome. Tras unos minutos de morreo intenso y caricias, la cogí en brazos y la llevé a mi dormitorio donde la eché sobre la cama y luego me desnudé. Seguimos besándonos en la cama y fui bajando por su cuerpo hasta llegar a su depilado coño. Se lo lamí mientras ella se estremecía y gemía, pero al poco ella tiró de mí y me dijo:
• Lo comes muy bien pero necesito tenerte dentro
• Espera, me pongo un condón
• No, no, así
• ¿Estás segura?
• Sí, estoy protegida y tú no me vas a pegar nada raro ¿No?
• No

Me cogió la polla y tiró de mí para ponerme encima y que se la metiera. Follamos durante un buen rato, y aunque no fui demasiado duro, sí fui intenso y le provoqué varios orgasmos y conseguí cansarme y relajarme. Cuando terminamos, ella se echó en mi pecho y dijo:
• Jo, follas genial
• Gracias
• Si llego a encontrarte antes, lo mismo no me acuesto con tías jiji
• ¿Tú crees?
• Mmmmm No, jajaja
• Jeje
• Paula también me deja así, o más bien, me dejaba, aunque con ella era diferente, estaba enamorada de ella
• ¿Estabas? ¿Ya no?
• No lo sé, quizás, no paro de pensar en ella así que supongo que sí
• ¿Volverás con ella?
• Supongo que no, nos dijimos cosas muy feas y a mala leche

Nos callamos cada uno sumidos en nuestros pensamientos, entonces ella dijo:
• Ya estamos pensando otra vez en nuestras ex parejas ¿Verdad?
• Eso parece
• Te propongo una cosa
• ¿Qué?
• Necesito desconectar y nunca he ido en barco, vámonos juntos
• No, Patricia, no voy a coger el barco, no tengo ánimos
• Los ánimos te los doy yo
• Jeje
• En serio, Tony, vámonos juntos, sabes que necesitas compañía si no quieres estar pensando en lo mismo una y otra vez
• El problema es que no creo que vaya a ser buena compañía
• Ya veremos
• Ufff, no sé si dejaré de pensar en…
• De eso me ocupo yo, vas a follar mucho, tendrás poco tiempo para pensar jiji

Se incorporó y dijo:
• Sí, decidido, nos vamos
• Pero ¿Qué le vas a decir a tu familia?
• Algo se me ocurrirá, para una semana puedo inventarme algo sin problema
• No sé
• Yo sí, voy a casa y preparo una mochila

Se levantó de la cama y fue a salir de la habitación pero se paró y dijo:
• No hace falta que lleve mucha ropa ¿No?
• No, ni siquiera bikini
• ¿No?
• No, vas a tomar el sol desnuda
• Jiji, vale, pero cogeré alguno por si acaso

Y salió disparada para vestirse en el salón donde estaba su ropa e irse. Suspiré. Era solo una cría pero era verdad que si me quedaba solo no iba a poder parar de pensar en Olga y Lucas.
 
Capítulo 16
Verano 2022. Un par de días después
Mimi

Miré a Al que se partía de risa con otra chica mientras contaba una de sus chorradas. El primer día de empezar con Fer, Al no aceptó de buena gana que hubiera decidido salir con Fer, pero le duró poco, al rato se lo tomó con filosofía y siguió como si nada. Y ahora estaba ahí delante mía intentando ligar con esa bonita rubia, cosa que me parecía genial aunque me daba de pensar lo pronto que se había olvidado de mí.

Estábamos en el parque con varios amigos de ellos, charlando en otra calurosa noche de verano. Fer, a mi lado, reía también mientras me cogía la mano. Lo miré. Estaba muy guapo, tan moreno y risueño. Habíamos seguido con nuestros morreos pero la cosa avanzaba lentamente para mí, yo quería más pero me reprimía por miedo a fastidiarla. Necesitaba volver a hablar con Patri o Tony pero ambos habían decidido dejarme sola por unos días. Patri se había ido con unos amigos de la universidad y Tony a “arreglar unos asuntos”. Suspiré, los echaba de menos aunque solo hacía dos días que se habían ido.

Al nos preguntó si queríamos patatas y Fer dijo que sí y cogió en el aire la bolsa que le lanzó Al. Al tener la mano libre, aproveché para acariciarle el muslo a Fer, que llevaba pantalones cortos. Me gustaba tocarle, estaba suave aunque tenía bastantes pelos en la pierna. La verdad es que estaba suave en todos lados que había podido tocarlo. Ahora, en los morreos, nos tocábamos más, él a mí en las tetas y en el culo, y yo a él en su paquete y su culo, pero siempre por encima de la ropa y eso me fastidiaba, tenía unas ganas enormes de cogérsela directamente, ver como la tenía, si era suave o no… la curiosidad y la excitación me tenían fatal, pero no me atrevía a dar ese paso por si me veía demasiado guarra.

Fer me miró y dijo:
• ¿Tienes sed?
• No
• ¿Seguro? Creo que voy a ir a por una lata
• Vale
• ¿No quieres una?
• Mmmmm no, beberé de la tuya
• Vale, ahora vengo

Me dio un pico y se fue a una tienda cercana que abría hasta tarde por las noches. Al poco salió con su lata y tres chicas lo llamaron. Se puso a hablar con ellas y sentí un pinchazo de celos y temor. Las tres chicas con sus bonitas piernas bronceadas, sus camisetas ligeras, sus hombros a aire,... Y temí lo que llevaba pensando desde antes de empezar a salir con Fer, que cualquier día se daría cuenta que yo no le podía ofrecer lo que cualquier chica, es decir, la excitación por unas bonitas piernas, piel donde tocar… Me miré, mis mallas y camiseta de mangas largas, mi guante, mi única pierna… y me entró el pánico que siempre me entraba cuando pensaba en eso. Entonces, Fer llegó y se sentó a mi lado, dándome otro beso y la lata.

La bebimos en silencio. Él, preocupado ante mi cambio de humor, me preguntó pero le di una excusa tonta. Cuando terminamos la lata, le dije:
• Vámonos
• ¿Quieres dar un paseo?

Me acerqué a su oído y le dije:
• Quiero darme el lote

A él se le iluminó la cara y se levantó de inmediato. Me reí pensando “cualquier día se dará cuenta y me dejará, pero ahora mismo está coladito por mí”. Fuimos al picadero de Patri y allí empezamos a besarnos. Pronto nuestras lenguas se enlazaban mientras una de sus manos me apretaba el culo y la otra estaba sobre una teta, siempre sobre la ropa. Mis manos agarraban su culo, apretándolo contra mí porque me gustaba sentir como se le ponía dura.

Cuando ya la tenía totalmente dura, le dejé separarse con la intención de cogerle el paquete pero se me ocurrió algo. Le cogí la mano que me acariciaba una teta y se la moví para meterla por debajo de mi camiseta. Fer paró de besarme y me miró sorprendido. Le sonreí tranquilizadoramente y él empezó a acariciarme el vientre, no lo suficientemente despacio como para provocarme cosquillas ni rápido como para parecerme desagradable. Cuando me pareció que no se iba a atrever a más, le dije al oído:
• Puedes subir

Él me miró con cara de lelo y me reí. Sabía que él había besado a otras chicas e incluso tocado, pero siempre por encima de la ropa. Mi teta era la primera que iba a tocar directamente y eso me encantaba. Noté su mano subir hasta cogérmela suavemente por encima del sujetador. Le pregunté:
• ¿Te gusta?

Él asintió con cara de alucinado. Le dije:
• Espera

Metí mi mano dentro de mi camiseta pero por la espalda y me desenganché el sujetador, entonces Fer notó que se destensaba y me miró con los ojos muy abiertos, pero esta vez no hizo falta que le dijera nada, movió su mano bajo mi sujetador y me acarició directamente la teta. Le pregunté:
• ¿Así mejor?

Fer movía su mano como absorto y tras unos segundos, dijo:
• Bestial
• Jajaja
• Joe, es… es… que grande, Mimi, y suave y…
• Tira un poquito de mi pezón

Él me miró indeciso pero me hizo caso. Noté sus dedos sobre mi duro pezón y como pellizcaba muy suavemente. Gemí y le dije:
• Más fuerte
Tras varios tironcitos, me lancé a su boca pensando “dios, que cachonda estoy, voy a dejar mis bragas mojadísimas”. Lo morreé sin dejar de gemir por sus tironcitos pensando que ojalá tirara más fuerte o me lo chupara, pero sin atreverme a decírselo por miedo a lo que pensaría. Mis manos bajaron a su paquete y lo cogí, apretándolo sobre la ropa.

Me notaba hasta mareada de la excitación y entonces me dije “A la mierda, necesito tocársela” y metí mi mano dentro de su pantalón y calzoncillos y se la cogí. Fer paró de tocarme y besarme, sorprendido. Intenté mover mi mano para acariciársela pero estaba todo tan apretado que me costaba, así que tiré de ella para arriba y con mi otra mano, tiré de su ropa para abajo hasta que salió fuera y la solté. Y nos quedamos los dos quietos.

La miré aunque estaba muy oscuro pero algo se veía. Le dije:
• Me gusta
• ¿Sí?
• Sí

Aunque la verdad es que no sabía que pensar. No me parecía que fuera como la de los videos pornos, y no sabía si era grande o no, pero a mí me lo parecía. Pensé “¿Y esto me lo tendría que meter?” un poco incrédula. Nos quedamos callados, yo sin quitar ojo de su polla y él nervioso. Entonces se la cogí de nuevo y moví mi mano un poco. Sí, era suave pero me paré y le dije:
• Enséñame
• ¿Qué?
• Que me enseñes
• ¿El qué?
• A hacerte una paja, nunca he hecho una y no sé si te voy a hacer daño
• Mmmm

Lo miré extrañada y asustada de repente ¿Me estaba pasando?. Le pregunté:
• ¿No quieres?
• Sí, sí, claro… es que…
• ¿Qué?
• No me lo esperaba y estoy muy nervioso
• Ya, ha sido un impulso

Moví mi mano suavemente a lo largo, sin atreverme a apretar o qué, cosa tonta porque los días anteriores se la apretaba bien, pero al tenerla directamente en mi mano me daba miedo pasarme de bruta. Mi mano llegó a su punta y noté líquido. Le pregunté:
• Pero ¿Ya te has corrido?
• No, no
• Ah, es que noto…
• Eso es… no sé, el agüilla que sale antes
• Ahhh, el líquido preseminal ¿No? Que tonta
• Mmmm
• Claro, para que se lubrique bien… La teoría me la sé
• Ah
• Pero de la parte práctica ni idea, venga, enséñame ¿Cómo lo haces? ¿Puedo pasar la mano por la punta? Mmm creo que sí, que sería mejor mojármela para que se mueva mejor a lo largo ¿no?
• Sí, bueno... no sé
• Venga, enséñame, que quiero hacerlo bien

Y me enseñó con su mano, guiándome un poco. La cosa era muy sencilla y pronto le estaba haciendo la paja sin problemas. Le dije:
• Sigue tocándome como antes, eso te gusta ¿No?
• Claro pero…
• ¿Qué?
• Que si te toco voy a durar muy poco
• Bueno ¿Y qué? Para eso te estoy haciendo la paja ¿No?
• Ya pero…
• Anda, venga, toca, que a mí también me gusta

No se hizo de rogar y rápidamente metió de nuevo su mano dentro de mi camiseta y me agarró una teta. Y era cierto, al poco empezó a correrse mientras yo miraba alucinada pensando “Genial, mi primera paja y me encanta”. Cuando terminó de estremecerse lo besé y le dije:
• Vaya, sí que echas cantidad, mira mi mano

Y se la enseñé, estaba bastante mojada. Él me miró con vergüenza y le di un pico riéndome. Le dije:
• No tengo con qué limpiarme
• ¿No?

Él miró a su alrededor mientras se subía la ropa y entonces salió fuera buscando algo. Me acerqué la mano y la olí. No me desagradó ni me gustó. Entonces, miré por donde se había ido y, al no verlo, y saqué la lengua. Toqué el semen con la punta de mi lengua y lo saboreé “Bueno, no sé ¿quizás salado?” pensé sin recordar si debía saber así o no. Miré de nuevo y no vi a Fer y entonces me lamí un dedo. Ahora sí lo noté, salado, seguro, y caliente. Lo degusté un poco con intención de escupirlo, pero entonces llegó Fer y bajé rápidamente la mano y tragué sin darme cuenta. Inmediatamente pensé “Mierda, me lo he tragado” y me reí. Él, sin saber que pasaba, me dijo:
• He encontrado este periódico
• Vale, dame

Me sequé la mano y luego me puse bien el sujetador. Fer me miraba y cuando terminé, me preguntó:
• ¿No quieres…?
• ¿Qué?
• Que yo… bueno, que te haga lo mismo

Me quedé pasmada, ni lo había pensado. Dudé, ganas tenía, eso sin dudas, pero ya era demasiada guarrería por una noche y era algo que, de pronto, me daba mucho apuro. Le di un beso y le dije:
• Hoy no
• ¿Por qué? A mí me gustaría…
• Ya hemos hecho hoy demasiadas guarrerías ¿No crees?
• ¿Guarrerías?
• Vas a pensar que soy una fresca
• NOOO

Él protestó e intentó convencerme pero me negué pensando que esa noche me daría un buen homenaje recordando todo tranquilamente.

Patricia
Cerré los ojos y escuché el mar, las pequeñas olas chocando contra el yate y sobre todo, a Tony encima mía, sus jadeos, su respiración, sus besos y el ruido de nuestros cuerpos mientras me follaba sin parar sobre la cubierta del barco. Estaba conteniendo la respiración hasta que abrí los ojos y clavé los dedos en su espalda. Vi el cielo negro pero lleno de estrellas y grité mientras me invadía el estremecimiento por un gran orgasmo. Me convulsioné sin parar mientras Tony seguía follándome y grité sin miedo a que alguien nos escuchara allí en medio del mar.

Tony paró el ritmo y se salió de mí mientras yo temblaba sin poder controlarme. Cerré de nuevo los ojos intentando tranquilizarme. Al poco, noté como Tony me cogía y me giraba para ponerme boca abajo, y luego tiraba de mi cintura para levantarme el culo. Quería seguir follándome pero yo no podía. Le hice un gesto con la mano sin poder hablar y él lo entendió. Me soltó y me volví a derrumbar boca abajo. Me quedé así unos minutos, sin poder ni moverme y pensando “este tío me va a matar a polvos, no para de provocarme estos orgasmos tan bestiales” pensé. Solo Paula me provocaba lo mismo, y pensar en eso me molestó y sacudí un poco la cabeza para dejar de pensar en ella. Llevábamos dos días navegando y con un sexo brutalmente bueno. Tony era una máquina de follar, me tenía muerta pero, a la vez, con ganas de más, aunque no en ese momento.

Con desgana, me giré y me puse boca arriba. Vi a Tony mirando por la cubierta, sudoroso y con respiración agitada, y la polla aún dura. Él se volvió y me miró. Dio unos pasos hacia mí con evidentes ganas de terminar el polvo. Me incorporé y cogí su polla con mis dos manos porque me mareé y pensé que me iba a caer. Me metí solo su glande en mi boca y moví mi lengua por él, esperando a dejar de sentir el mareo antes de hacer nada más.

Acaricié sus muslos con mi mano y luego su abdomen marcado y duro. El tío estaba buenísimo. Con mi otra mano le acaricié los huevos, grandes y sin pelos. Cuando ya no sentí mareo, saqué su polla de mi boca y me incliné un poco para lamerle los huevos y luego chupárselos. Me gustaba metérmelos en la boca, no eran para nada como los de mi ex, llenos de pelos y más pequeños. Pensé si follar o no, pero me notaba el sexo hinchado y el clítoris igual e irritable, seguro que no sería agradable ahora mismo. Decidí que esto acabaría en mamada, no podía seguir follando.

Me volví a meter su polla en mi boca y ahora sí moví mi cabeza. Con mis manos recorrí el resto del tronco que no me cabía en la boca y aumenté el ritmo. Él se dio cuenta de mi intención y se dejó hacer. Cuando noté que ya quedaba poco, él de pronto, me la sacó de la boca y tiró de mi pelo para atrás, no muy fuerte pero firme, para que lo mirara. Se cogió la polla y empezó a meneársela. Lo entendí, quería correrse en mi cara. Pensé “Pero ¿Lo voy a dejar?” Siempre me había negado a eso, me parecía humillante y sucio, pero entonces me di cuenta que la idea me excitaba y quise que lo hiciera pero pensé “¿Qué hago? ¿Lo miro? ¿Y si me cae en los ojos? ¿Abro la boca para que apunte ahí? ¿O será de muy guarra?” pero entonces empezó a correrse, me llegó el primer latigazo de semen encima de mi boca, y luego en mi cara y en mi nariz. Cerré los ojos notando un par más y luego los abrí. Me sentía llena de semen. Me metí su polla en la boca y limpié con mi lengua lo que le quedaba de semen. Él me miró excitado y luego se tumbó boca arriba, cansado. Me eché sobre él, notando el semen caliente en mi cara. Me quedé dormida al poco escuchando los latidos de su corazón.

Tony
Escuché la respiración de Patri y me di cuenta que estaba dormida. Con cuidado, la eché a un lado y me incorporé. Busqué una toalla y le limpié la cara. Luego, la cogí en brazos y la llevé dentro, a la cama. La tumbé y salí fuera. Hacía una noche magnífica y estaba exhausto, pero sabía que no iba a poder dormir. Me abrí una cerveza y me puse a pensar en lo de siempre “¿Por qué, Olga? ¿Con ese mierda? ¿En serio ese cabrón es mejor que yo? ¿Es por el dinero?” Noté como la rabia me invadía y no, tenía que dejar a un lado la rabia, tenía que dominarme y pensar. Sabía que si no llega a ser por Patricia, habría cogido el coche para ir a casa de ese mierda y allí, allí no sabía que habría pasado en el estado de agitación y rabia en el que me encontraba, seguro que nada bueno. Patricia me había salvado de cometer una locura, pero era una buena chica y me estaba aprovechando de ella. Ahora tenía que pensar mis siguientes pasos, ir allí con la cabeza lo más fría posible y enterarme de la razón de la traición de Olga, sin dejarme llevar por mis impulsos agresivos como siempre, porque tenía claro que iba a ir a casa de ese cabrón y que saldría de allí con esa información pero si entraba como un toro en una cristalería, sería imposible enterarme de la verdad.

Miré el móvil y vi un mensaje de Mimi de hacía unas horas. Sentí el remordimiento por mi comportamiento con su hermana. Me iba a odiar cuando se enterara de como me estaba aprovechando de Patricia, aprovecharme de que estaba confusa y triste, la estaba usando para descargar mi rabia e intentar tranquilizarme. Mimi se enteraría porque al final todo acababa por salir a la luz, lo tenía claro.
 
Capítulo 17
Verano 2022. Dos días después
Tony

Subí al barco después de estar nadando durante un buen rato. El sol ya pegaba bien, debían ser cerca de las doce. Miré hacia donde estaba Patricia, tumbada boca abajo, tomando el sol desnuda, con gafas de sol y la cara girada hacia mí. Podía estar dormida pero me parecía que más bien estaba rara, se había levantado extrañamente callada, y eso era muy raro en una chica que no paraba de hablar, contando cosas y preguntando. Era igual que su hermana, igual de curiosa e igual de abierta una vez cogía confianza, pero allí estaba, callada, no habría dicho más de diez palabras en toda la mañana.

Yo también estaba desnudo y pensé si tumbarme a su lado o ponerme a la sombra. Tenía que decirle que al día siguiente tomaríamos rumbo a casa, ya me sentía más frío, más controlado, y ya era hora de ir a ver a Lucas. Entonces escuché:
• Ven, échame la crema

Me acerqué y me senté a su lado. Cogí la crema y ella dijo:
• Esa en la espalda, y luego el aceite en el culo

En la espalda para no quemarse y en el culo para coger más bronceado. Le eché un buen chorreón en la espalda y se lo esparcí por los hombros, brazos y espalda, despacio. Ella casi ronroneó de gusto con el masaje. Le pregunté:
• ¿Qué te pasa hoy?
• Nada
• Patricia, no me engañes ¿En qué piensas?
• ¿Ahora mismo?
• Sí
• Que tienes unas manos maravillosas jiji
• Jeje, bueno, antes que eso
• Pues no sé… Cuando te he visto salir del agua, me he acordado de una cosa
• ¿El qué?
• El otro día cuando íbamos a salir con el barco...
• Zarpar
• Bueno, eso, pejigueras
• Jeje ¿Qué pasó?
• Que me di cuenta que me iba en barco con un tío al que conocía poco, con antecedentes peligrosos y sin decirle nada a mi familia, y me entró algo de miedo

Me quedé pensando, no se me había ocurrido eso. No dije nada:
• Fue solo un momento pero ahora, cuando no estabas era cuando tenía miedo de verdad, y cuando te he visto salir del agua, me ha entrado alivio
• Ah
• Bueno, alivio y alguna cosilla más
• ¿Cómo?
• Estás muy sexi mojado y desnudo jiji

Me reí mientras me echaba en las manos el aceite y me ponía encima de sus piernas para aplicárselo en el culo con comodidad. Entonces dije:
• También eres sexi a pesar de lo canija que estás

Ella giró la cabeza para mirarme y dijo:
• ¿Perdona?
• Que tienes que comer más
• Pero serás cabrón ¿Qué pasa? ¿Te gustan tetonas y culonas?
• Bueno, un poco
• ¿Estás insinuando que me faltan culo y tetas?
• No, no, jajaja, tienes un buen culo y unas tetas preciosas
• Ah, porque vamos, no has parado de meterme mano
• Normal

Me miró unos segundos y luego, volvió a echar la cabeza sobre sus manos diciendo como para sí misma pero bien alto:
• Que estoy canija, será el tío… y lo dice mientras me mete mano en el culo y tiene su cosa ya dura

Me reí de nuevo, la chica no perdía atención porque era cierto. Seguí masajeando su culo y un poco sus muslos, y luego, empecé a masturbarla. Patricia gemía flojito, dejándose hacer. Tras un rato, me incorporé un poco y se la metí dentro de su coño totalmente lubricado. La follé despacio, escuchando sus gemidos quedos pero profundos. Pero la postura era incómoda para mí, con ella en horizontal sin levantar sus caderas. Se la saqué y le dije:
• ¿Sabes? Este aceite es buen lubricante

Ella no dijo nada hasta que de repente, levantó la cabeza, girándola para mirarme:
• Eso no
• ¿Por qué? Deberías probarlo
• Que no
• Pero…
• Pero ¿Tú has visto tu cosa? Ni hablar
• Jeje, que exagerada
• ¿Exagerada? Pero si ya me parece grande para mi vagina o mi boca, ni hablar por detrás, no, no

Volví a masturbarla despacio pero esta vez le metí un dedo por el culo. Ella gimió y dije:
• ¿Ves? Te gusta
• Un dedo sí, tu cosa no

Seguí moviendo mis dedos y ella volvió a poner su cabeza tumbada, sin dejar de gemir. Entonces me dijo:
• ¿Sabes a quién le gusta por detrás?
• ¿A quién?
• A Isa
• Lo sé

Ahora dio un bote y se incorporó mirándome con la boca abierta:
• ¿Se la has…? ¿Habéis hecho…?
• Sí
• Pero si solo has follado con ella dos veces ¿No?
• Dos días, sí
• Joe ¿Y te dio su culo en dos días?
• Bueno, más bien se lo pedí yo… el primer día

Abrió más la boca y dijo:
• Pero será zorra

Y meneó la cabeza incrédula. Le dije:
• Entonces ¿Quieres probarlo?

Me miró con cara de “eres tonto o qué” y me dijo:
• No, porque a ella le guste no me voy a dejar destrozar el culo
• Que exagerada

Entonces me empujó diciendo:
• Anda, túmbate

Y se puso encima, metiéndosela despacio. Cuando estuvo toda dentro, dijo:
• ¿Qué pasa? ¿No tengo el coñito prieto o qué?
• Jajaja
• Joder, porque yo me siento llena
• Sí, la verdad es que sí, lo tienes muy prieto
• Pues disfrútalo porque lo otro va a ser que no

Y empezó a cabalgarme. Follamos durante un rato y luego nos tiramos al agua. Y allí, junto a la pasarela del barco, le volví a preguntar:
• ¿Me cuentas ya lo que te pasa?

Ella no dijo nada. Le pregunté:
• ¿Has soñado con Paula?
• Nooo
• ¿Seguro?
• Y tanto, si por las noches me dejas muerta y duermo del tirón
• ¿Entonces?
• Es que esta mañana al despertarme y coger el móvil vi una notificación
• ¿Un mensaje de ella?
• Que va, de *********, que es su cumple
• Ah
• Y he curioseado y me ha entrado algo por dentro… Se la ve contenta con sus amigos y su novio
• Ya
• Es que es tan injusto, te juro que pensé que ella estaba tan colada por mí como yo de ella, no la entiendo

Estuvo un rato más desahogándose y luego subimos al barco. Me dijo:
• Jo, es que me da corte llorarte tanto con esto
• No, mujer
• Sí, a ver, sé que soy muy pesada y llevo llorándote con este tema desde que estamos aquí, pero no puedo evitarlo, no dejo de pensar en ella
• Te entiendo
• Yo… Estoy cómoda contigo, me siento cómoda y segura, y me gusta contarte todo, pero esto no te lo quería contar por no ser tan pesada
• No importa

Se sentó abatida. Dijo:
• Me lo estoy pasando genial, de verdad, por el barco, el sol, el sexo pero sobre todo por la compañía, eres… sabes escuchar, y sabes hablar
• Bueno, gracias, sí, tengo orejas y boca jeje
• No, tonto, ya sabes de lo que hablo
• Ya
• ¿Sabes que he estado pensando estos días?
• ¿Qué?
• Pues… verás, me lo estoy pasando muy bien contigo, el sexo es genial ¿no? muchísimo mejor que genial, pero es sexo entre amigos, nosotros somos… mmmm pues eso, folla amigos ¿No?
• Sí
• Sexo divertido, intenso, pero sin más
• ¿Y?
• ¿Y si ella sentía eso conmigo?
• ¿Que te veía solo como folla amiga?
• Sí, no sé, a veces pienso que de verdad me quería tanto como yo a ella, pero otras veces pienso “¿Y si era por el sexo?” porque ella me contaba que el sexo con su novio era muy aburrido
• No sé, Patricia
• Porque yo estoy segura que yo no estaba con ella solo por el sexo, porque mira, ahora tengo un sexo igual de bueno y sigo pensando en ella, si solo fuera por el sexo, pues ni me acordaría y solo disfrutaría contigo ¿No?
• Mmmm
• Igual que te pasa a ti ¿Verdad? Sigues pensando en tu mujer a pesar de todo el sexo buenísimo que estamos teniendo

Asentí. Patricia meneó la cabeza diciendo:
• Vaya dos
• La verdad es que cosas así también me las planteo ¿Estaría Olga conmigo solo por el sexo, por la comodidad? ¿Me habrá querido de verdad?
• Ya, eso me pasa, pero luego me acuerdo de cuando estábamos juntas… no sé, me parece que eso no se puede simular, me refiero al amor que yo veía en ella hacia mí ¿No?
• No lo sé, Patricia
• Ufff, ya… pero es que…

Se levantó y la vi dirigirse a la cocina. Entonces le pregunté:
• ¿La has felicitado?
• ¿Qué? Noooooo, que dices
• ¿Por qué no?
• Porque acabamos a gritos y diciéndonos cosas muy feas
• ¿Y qué? Eso son calentones
• Pero que ella no quiere saber nada de mí
• Es solo una felicitación

Me miró sopesándolo pero negó:
• No, no puedo
• ¿Por qué?
• Porque sería peor estar esperando a ver si me lee, si me contesta, o si me contesta con una bordería
• ¿Peor? Sería mejor, quizás te sientas liberada ¿No?
• No, le doy demasiadas vueltas a todo, seguro que me pondría hasta mala de los nervios

Y nos pusimos a cocinar mientras ella cambiaba de tema. Luego, por la tarde, mientras estábamos tumbados, Patricia preguntó:
• Pero si le escribo ¿No se lo puede tomar a mal?

Me reí y le dije:
• ¿Aún pensando en eso?
• Claro, no he parado de pensar en eso en todo el día
• Jeje
• Bueno, di
• ¿Tomarse a mal una felicitación? ¿En serio crees eso?
• Me mandó a la mierda, puede que piense que me meto en su vida y no quiere ¿No?
• Lo dudo, o te ignora o te responde, pero enfadarse me parece raro
• Mmmm

Se quedó pensativa y entonces bufó:
• Mierda, mierda y mierda
• Estás nerviosa
• Mucho
• Jeje
• Anda, ven y fóllame, que eso me tranquiliza y dejo de pensar
• ¿Ah? ¿Ahora soy un tranquilizante?
• El mejor jiji

Y me besó ardientemente.

Esa noche, tras una cena donde ella tampoco estuvo muy habladora (solo dijo que tenía una llamada perdida de Mimi pero sin mensajes, que al día siguiente la llamaría cuando estuviera de mejor humor, que si fuera urgente le habría mandado un mensaje), se levantó y se sentó mirando las luces de un pueblo cercano. La dejé tranquila y al rato, vino y se sentó a mi lado:
• Dime la verdad
• ¿Sobre qué?
• Si debo o no felicitarla
• Jajaja
• Joder, no te rías, que estoy fatal
• Perdona, perdona
• Contesta
• Felicítala
• Pero… ya es tarde ¿No?
• Quedan tres horas para que se acabe su cumpleaños ¿No?
• Sí, pero… no sé
• Escríbele, solo un “Felicidades, espero que hayas pasado un día genial” o algo así
• Pero… uffff, no

Y se quedó callada. Luego dijo:
• Toma, escríbele tú
• ¿Yo?
• Sí, yo no puedo, me tiemblan las manos
• A ver ¿Dónde?
• Aquí
• Vale

Entonces, de repente, volvió a coger su móvil arrebatándomelo de las manos y dijo:
• No, mejor que no
• Patricia, dámelo
• Pero…
• Dámelo

Me lo dio dudando y se levantó y se fue. Pero luego volvió y cuando me vio darle a enviar, me dijo:
• No me digas si escribe o no, y si responde algo malo, bórralo ¿Vale?

Me miró a punto de un ataque de nervios. La abracé y ella se dejó achuchar. Entonces sonó una notificación y se quedó blanca. Miré el móvil y luego se lo di. Ella retrocedió asustada con las manos en su corazón diciendo:
• ¿Es… Es de ella?
• Sí
• No… no puedo mirarlo
• Patricia, toma
• No… No puedo, seguro que me dice que…
• Toma
• Léelo tú y no me digas nada, yo…
• No, Patricia, léelo tú, es lo mejor

Se lo di y me fui dentro. Ella dejó el móvil boca abajo en la mesa y empezó a pasear nerviosa. Se acercaba, lo miraba, y se iba. Al final lo cogió pero no conseguía reunir el valor suficiente como para mirarlo. Me daba pena pero pensé que era algo que le vendría bien, ya fuera malo o bueno. Estaba a punto de salir para decírselo cuando encendió el móvil y leyó. Se quedó quieta como una piedra y entonces lanzó un grito dejando caer el móvil y vino corriendo a mí llorando de contenta. Me abrazó y me dijo entre lloros:
• Me… me… me ha escrito… que… que le ha… ha dado mucha… mucha alegría mi mensaje

Lloró unos minutos sin poder contenerse, liberando tensión. Luego, me dijo:
• ¿Le… le contesto?
• Claro
• ¿El qué?
• No sé, pregúntale por sus regalos o su día
• Pero… no sé, y si… mierda, parezco una niña tonta ¿No?
• Jeje
• Pero es que me va a dar algo

Entonces escuchamos su móvil que había dejado caer al suelo. Salimos y lo miró, otra notificación de Paula. La abrió rápidamente y me la leyó:
• Me dice “Mira que me han regalado” y es una foto de un jersey… horrible

Me dijo entre incrédula y extrañada. Entonces llegó otro mensaje:
• “¿Me quedará bien?”

Patricia se rio y le escribió:
• “No, Paula, es horrible, devuélvelo ya, no te pega ese color, el tuyo es el azul, como tus ojos”

Patricia me miró con una gran sonrisa y dijo:
• Es que tiene un gusto pésimo, yo la llevaba de tiendas y le enseñaba pero…

Llegó otro mensaje y Patricia lo leyó:
• “Jaja, lo sabía, en cuanto lo vi supe que te parecería horrible, hasta yo me he dado cuenta, tuve una buena maestra”

Patricia me miró alelada diciendo:
• Ha pensado en mí

Vi como intercambiaban algunos mensajes más y me puse a pensar. Cogí mi móvil y miré una cosa. Luego, le dije a Patricia:
• Patri, tu amiga es de este pueblo ¿No?

Señalándole con un mapa en mi móvil. Patricia me había contado muchísimas cosas, incluso de donde era su amiga. Cuando afirmó con su cabeza, le dije:
• Mira, está cerca de Motril
• Sí, me dijo que iba a la playa a Motril porque está cerca
• Bien, pues nosotros estamos al lado
• ¿Y?
• Y tendríamos que ir a repostar combustible y comida

Patricia me miró sin comprender. Seguí:
• Vamos a atracar en Motril mañana
• Vale
• Dile a tu amiga de veros mañana para tomar un café

Patricia me miró con los ojos muy abiertos y negó nerviosamente con la cabeza. Le dije:
• Solo un café mientras yo compro
• Pero es que… ella no va a querer, yo…
• Pregúntale
• Pero…
• Dile la verdad, que estás en un barco y mañana tenemos que repostar, a ver si os podéis ver
• Pero es que…

Le sonreí y esperé. Ella se lo pensó y escribió. Se tiró un buen rato escribiendo, borrando, volviendo a escribir. Cuando al fin mandó el mensaje, la amiga le respondió de inmediato:
• “¿Un barco?”

Patricia le explicó un poco y la amiga respondió rápido que sí, que le parecía bien quedar al día siguiente en Motril. Patricia volvió a emocionarse, vi como estaba a punto de volver a llorar pero entonces dijo:
• No dejes que me emocione
• ¿Por qué?
• Ella solo se sentirá culpable ¿No?
• No lo sé
• No, no me voy a emocionar, no, me niego

Hablaron un poco más de los regalos y cortaron. Patricia estaba de los nervios, hablando sin parar. Un rato después estaba dormida en mi hombro, demasiada tensión acumulada, y eso que no eran ni las diez. La llevé a la cama y la dejé allí. Me sentía contento por ella aunque sabía que a mí me esperaba otra noche en blanco.

Mimi
No podía concentrarme en la película. Fer la miraba con atención pero yo no dejaba de pensar. Llevábamos unos días muy bien, ya me consideraba una experta en pajas aunque solo había hecho tres. La noche anterior, tras acabar Fer, me había vuelto a pedir hacerme una a mí pero no lo dejé y él se molestó un poco, o más bien se desesperó, no lo entendía. Yo sabía que él tenía ganas de satisfacerme pero me resistía ¿Por qué? Se me había metido en la cabeza que le iba a dar asco. Sabía que era irracional pero no podía evitarlo y tampoco podía explicárselo.

Y esta mañana cuando me había enterado que mis padres saldrían esta noche y llegarían tarde se me había ocurrido una gran idea, invitarlo a ver una peli y luego, o antes o cuando fuera, hacerle una paja pero con luz, para verlo bien, y eso me había excitado muchísimo. Y lo había preparado todo, palomitas, bebidas, no llevaba ni sujetador para que él tuviera menos problemas al tocarme. Pero esa tarde lo había visto en la piscina con varias chicas y me había entrado de nuevo el miedo, no, no era miedo, era pánico. Pánico a cuando él se aburriera de mí, de solo las pajas o quizás mamadas en un futuro, pero nada más porque jamás me desnudaría delante de él, ni tampoco me metería en una piscina con él, ni retozaríamos en una cama desnudos, o se cansaría de ir con la rara con ropa larga en verano y que la gente nos mirara… y más pronto que tarde se daría cuenta y me dejaría, y otra vez me quedaría sola y sabía que sería mucho peor que antes, que lo pasaría fatal.

Sentí que no podía ni respirar. Llamé a Patri pero no me lo cogió. Cuando me calmé estuve a punto de mandarle un mensaje a Fer para cancelar todo, pero logré reponerme y me pudo más la excitación que el miedo.

Pero cuando llegó Fer y nos pusimos a ver la peli, dijo:
• Mimi
• ¿Qué?
• Si quieres puedes ponerte cómoda conmigo
• Estoy cómoda
• Digo de mmmm de mmmm quitarte el guante y ponerte otra camiseta

Lo miré con sorpresa y le espeté:
• Ni hablar
• Pero Mimi, a mí no me importa y…
• Que no
• Pero que…
• Que he dicho que no y ya está

Y otra vez me entraron los nervios y miedos. Sabía perfectamente que lo hacía con buena intención pero también sabía que si me veía como era en realidad, me dejaría. No me pondría cara de asco y se iría, él no era así, pero sabía sin lugar a dudas que eso sería el principio del fin.

Lancé un suspiro harta de mis pensamientos y él me miró:
• ¿Sigues enfadada?
• No
• No quería enfadarte
• Lo sé
• Lo siento, Mimi, de verdad
• Ven

Y nos enrollamos. Pronto la excitación ocupó el lugar de mis miedos. Noté la mano de Fer introduciéndose debajo de mi camiseta, su sorpresa al comprobar que no llevaba sujetador, y su clara excitación en su pantalón. Tras unos minutos, se la saqué y la admiré y me gustó de verás. Sonreí ampliamente y se la cogí. Fui a besarlo pero él me paró y dijo:
• Mimi
• ¿Qué? (intentando que me volviera a besar)
• Espera
• ¿Qué pasa?
• Me gustaría verte
• Ya me ves
• Desnuda

Paré en seco y lo miré sin creerme lo que había escuchado. Él carraspeó y dijo:
• Tú me estás viendo todo y a mí me gustaría también disfrutar de ti
• Ya disfrutas, te voy a hacer una paja
• Ya, eso está genial pero sería mucho mejor si te viera
• No
• Mimi, en algún momento tendrás que…
• No, no, NO

Me levanté, furiosa y nerviosa. Fer, intentando tranquilizarme, me dijo:
• Me gustas mucho, ya lo sabes, y estoy deseando…
• QUE NO
• Pero…
• Jamás me verás desnuda ni nada, si quieres eso, ve con las chicas de la piscina, ellas son normales, yo no, yo soy deforme, jamás te podrás divertir conmigo de esa forma ni nada
• ¿Qué.. qué chicas?
• Las de esta tarde
• Pero eso eran charlas, yo no quiero nada de ellas
• Lo sé, y te creo, pero te digo que con ellas estarás mejor
• No, nunca
• Sí, vete, vete
• No, Mimi

Se levantó para abrazarme pero le grité:
• VETE, NO VUELVAS NUNCA MÁS

Y me fui corriendo al cuarto de baño donde lloré sin parar mientras Fer llamaba a la puerta pidiendo perdón. Le grité que se fuera pero él dijo que no, que me esperaba en el salón. Cuando me tranquilicé tomé una decisión, iba a acabar con este desastre de una vez por todas. Salí del baño y fui al salón. Él me miró con una carita de cordero degollado que me hizo quererlo aún más porque claramente lo estaba pasando mal, pero ya no podía seguir engañándolo.

Me planté delante de él y me quité el guante, luego la camiseta y me bajé las mallas hasta las pantorrillas, quedándome solo con las bragas blancas. Levanté los brazos y le dije:
• Esta soy yo, la verdadera yo, la asquerosa deformidad y ahora que ya lo sabes, vete, no vuelvas más

Y me eché a llorar. Fer se acercó e intentó abrazarme pero me aparté. Volvió a intentar abrazarme y esta vez me dejé, sin parar de llorar, avergonzada y humillada. Cuando solo me quedaron los sollozos, él dejó de abrazarme y, mirándome muy serio, dijo:
• Eres preciosa
• Oh, Fer, no sientas pena por mí, eso es peor
• No es pena, eres preciosa de verdad
• No, vete, vete
• No, no me pienso ir
• Vete, por favor, me quiero morir (y noté como volvían a caer lágrimas por mis mejillas, odiándome por ser tan llorona)
• Mimi…

Entonces se retiró dos pasos y me observó detenidamente. Me puse completamente roja e intenté ocultar mi lado quemado pero él andaba siguiendo mis giros. Al final me paré y él también. Me sonrió y se me acercó:
• Perdona, es que antes me he quedado tan impresionado que solo me fijé en lo más llamativo
• Mis quemaduras
• No, para nada, ahora es cuando las he visto
• ¿Y en qué te has…?

Y vi como sus ojos se iban a mis tetas y me puse aún más colorada. Él se rio y dijo:
• Lo siento, no lo puedo evitar, pero es que son preciosas
• Yo…
• Y grandes, y súper sexi
• De verdad, Fer, no sé si te estás riendo de mí o sintiendo mucha lástima, pero mejor te vas
• No
• Pero mira esto (señalándome mi lado quemado) y esto (dando golpes en mi prótesis)
• Lo he visto

Lo miré sin entender nada. Entonces él dijo:
• Me gustaría abrazarte pero…
• Pero ¿Qué? (“seguro que le da asco” pensé)
• Te vas a enfadar
• ¿Por qué?
• Porque… porque estás triste y yo estoy así

Y señaló abajo. Miré y vi una tienda de campaña en sus pantalones. Lo miré sin creérmelo. Él avergonzado, dijo:
• Lo siento, sé que no es el momento pero no puedo evitarlo
• Yo…
• Es que… no te puedes imaginar la de veces que me he imaginado verte desnuda, lo he imaginado mil veces
• ¿Y?
• Esto es un millón de veces mejor que lo que había pensado con mi imaginación, eres… estás buenísima
• Que idiota eres (pero no pude evitar el sonreír un poco)

Entonces él levantó una mano y me acarició la cara limpiándome las lágrimas, y luego bajó esa mano por mi lado quemado. Me puse rígida y dije:
• No hagas eso, por favor
• Para nada es terrible, Mimi
• Sí, lo es
• No ¿Sabes? Si pudiera me arrancaría un ojo para dártelo y que te vieras como te veo yo
• Que bestia eres (y sonreí a mi pesar, porque me había encantado)

Me sonrió de una forma que me desarmó, y dijo:
• Estoy disfrutando mucho de las vistas pero sé que estás incómoda
• Ya quieres que me vista ¿No?
• No, para nada, pero tú sí ¿No?
• Claro
• Vale, me aguantaré pero con una condición
• ¿Cuál?
• Ponte mangas cortas
• Pero…
• Mimi, ya te he visto, ya no hay excusa ¿No crees?
• Pero es que…
• O se me ocurre otra idea mejor
• ¿Cuál?
• Vamos a tu cuarto
• ¿Para qué?

Él me sonrió traviesamente y puse cara de asombro diciéndole:
• ¿En serio tienes ganas?
• Claro

Lo miré sin poder creérmelo pero asentí, y su sonrisa me mostró claramente su felicidad. Me cogió de la mano pero le dije:
• Así no puedo andar

Tenía las mallas casi en los tobillos. Entonces, él me cogió en brazos entre sorpresa y risas mías, y me llevó a mi cuarto donde encendió como pudo la luz y me echó suavemente en la cama. Allí nos besamos largamente, y luego fue bajando con sus besos por mi cuello, mis hombros, mis tetas donde estuvo bastante rato, y luego mi vientre, mi ombligo… Me miró y me quitó las mallas y luego las bragas. Cerré con fuerza mis piernas y pensaba que iba a explotar de lo roja que estaba pero él dijo:
• Guau, que preciosidad tan sexi

Tenía un pequeño triángulo muy bien recortado. Sonreí tímidamente y me empezó a dar besos en mis muslos y me relajé dejando que abriera mis piernas. Luego, cuando llegó a la zona interesante, cerré los ojos y disfruté al máximo.
 
Capítulo 18
Verano 2022. Al día siguiente
Tony

“MIERDAAAAAA” escuché gritar a Patricia que aún estaba en la cama. Me asomé y la vi levantándose. Me miró y dijo:
• Me ha llegado la regla esta noche
• Ah
• Y hay que cambiar las sábanas, lo siento
• Jeje, no pasa nada
• Joe, con razón ayer estaba así de jodida de ánimo
• ¿Por la regla?
• Sí, y se me ha adelantado, no la esperaba hasta dentro de 3 o 4 días

Se me acercó, me dio un pico y me dijo:
• Es por tu culpa
• ¿Mi culpa?
• Tanto orgasmo y tantas convulsiones, pues me has trastocado todo

Y me sacó la lengua. Luego me dijo:
• Me voy a duchar
• Vale, voy preparando el desayuno
• Bien

Al rato llegó con una camiseta mía y secándose el pelo con una toalla. Miró alrededor y dijo:
• Ah ¿Ya hemos llegado?
• Sí
• ¿Por qué estamos parados?
• Estamos esperando a que nos avisen para ir a repostar
• Pero ¿No vamos a aparcar en el puerto?
• ¿Aparcar?
• Bueno, tú sabes
• Sí, tras repostar, atracaremos donde nos digan
• Atracar, aparcar, lo mismo es
• Si tú lo dices jeje ¿Cuántas tostadas quieres?
• No, solo café
• ¿No vas a tomar nada?
• No, tengo el estómago revuelto
• ¿Por la regla?
• No, eso me molesta un poco pero me he tomado una pastilla
• ¿Entonces?
• Los nervios, joe, me he puesto a pensar en la ducha y me ha entrado de todo ¿Qué le voy a decir? Ufff
• Pues nada, charlar
• ¿Charlar? pero, no sé, me tendré que disculpar ¿No?
• ¿Por qué?
• Por lo que le dije cuando nos peleamos
• Puff, no sé, Patricia, quizás es mejor que tantees
• ¿Tantear el qué?
• Como viene, si con ganas de retomar la amistad o algo más
• Mmmm
• ¿Cómo la viste ayer?
• ¿A qué te refieres?
• Al charlar con ella por mensajes
• Ah, pues bien, creo

Cogió su móvil y se puso a revisar la conversación. Tras unos segundos, sonrió ampliamente diciendo:
• Me encanta cuando dice que se acordó de mí jiji
• Es lo normal, Patricia
• No, fue una bronca tremenda
• Ya pero habéis significado mucho la una para la otra ¿No?
• No sé, supongo… Ella para mí sí, claro, pero no sé si yo para ella…

Siguió revisando los mensajes y terminó diciendo:
• No sé, creo que le gustó charlar conmigo
• Bien ¿No?
• Sí… Creo

Dejó el móvil en la mesa y dijo:
• Me voy a vestir, mierda, tengo poquísima ropa
• Pues ve desnuda, seguro que le gusta
• Idiota

Y me dio un pico y se metió dentro. Al poco avisaron por radio que ya podíamos entrar y me puse a ello. Patricia salió y me dijo:
• ¿Qué tal?

La miré sonriendo, se había maquillado. Ella, dudando, dijo:
• ¿Mejor sin maquillaje?
• Quizás es raro que salgas de un barco tan maquillada
• Uffff, mierda

Y se metió otra vez. Cuando salió, iba sin maquillaje y dijo:
• No, joe, mira que ojos tengo, así no puedo ir
• Estás preciosa
• Una mierda, se nota muchísimo que estoy nerviosa

Se volvió a meter y cuando salió, solo llevaba una ligera capa de maquillaje en los ojos. Me miró y preguntó:
• ¿Mejor?
• No sé, te sigo viendo igual de guapa
• Ayyyy, no ayudas

Y se fue a meter de nuevo pero le dije:
• Estás perfecta, de verdad
• ¿Sí?
• Sí, además, ya estamos llegando
• ¿Ya vamos a salir?
• No, queda un poco, el repostaje

Miró su móvil y dijo:
• Bueno, queda una hora para la cita
• Da tiempo, tranquila
• Anda, enséñame lo que haces

Durante el viaje me había preguntado mucho por las cosas del barco y la navegación. Le expliqué y ella atendía y hacía más preguntas hasta que paramos, y entonces se volvió a poner nerviosa, paseando sin dejar de hablar. Cuando al fin atracamos y salimos del barco al muelle, le dije que me esperara un momento para ir a hablar con uno del puerto. Cuando volví, Patricia estaba otra vez muy alterada:
• No pienso ir
• ¿Qué? ¿Por qué?
• Soy estúpida, estúpida…
• Pero ¿Qué pasa?
• No sé como he pensado que nos íbamos a reconciliar, te dije que no me dejaras emocionarme, joe, mierda, mierda

Moviéndose nerviosa. La sujeté suavemente y le pregunté:
• ¿Qué ha pasado?
• Mira

Y me dio el móvil. Pensé que su amiga le habría escrito para cancelar el encuentro pero no vi nada. Ella señaló con el dedo un mensaje de la noche anterior. Lo leí:
• “Hay una placita cerca del puerto, la conocemos bien, allí estaremos bien”

Miré a Patricia sin comprender:
• ¿Qué le pasa?
• Pero léelo
• Ya lo he leído
• Pero ¿No te das cuenta?
• No
• Dice “Conocemos bien” y “estaremos bien”
• ¿Y?
• Que viene con el novio

Miré el mensaje y no supe que decirle. Patricia dijo:
• Vámonos, no pienso ir
• Pero ¿Por qué?
• No pienso verlos juntos, sería muy doloroso
• Pero, no sé, yo creo que no está diciendo que va con el novio
• ¿Y con quién más va a estar? Mierda, mierda

Pensé unos segundos y le dije:
• Mira, vamos a ir y allí decides
• No, me quiero ir
• Espera, miras desde lejos y si va con el novio, le escribes diciendo que al final no hemos podido atracar
• Pero…
• Y si no está con el novio, te acercas
• Mmmmmm

Le di las llaves del yate y ella me miró sin comprender. Le dije:
• Tenéis que hablar sin que nadie os moleste
• ¿Y?
• Invítala aquí al café
• ¿Para qué?
• Para ver el mar, no te jode
• ¿Qué?
• Pues para ver si hay tema
• ¿Tema? ¿Entre nosotras? Pero si te he dicho que…
• Sí, una gran pelea, como si las parejas no se reconciliaran y luego echan un polvo

Ella me miró con la boca abierta. Luego, me dio un empellón y dijo:
• Te he dicho que no me ilusiones
• Es una posibilidad ¿No?
• No
• Bueno, tú tráela con la excusa de enseñarle el yate, y ya se verá

Patricia dudó pero al final se guardó el llavero en el bolsillo de sus shorts. Salimos del puerto y buscamos la plaza. Cuando llegamos, ella miró alrededor. Aún era temprano para el encuentro pero dijo con un hilillo de voz:
• Está allí

Vi a una chica con el pelo muy largo y rubio, liso, y muy blanquita de piel. Estaba sentada en un banco y miraba algo en el móvil. Entonces sonó el móvil de Patricia que dio un salto de puro nervio. Lo miró y dijo:
• Me… me dice que ya ha llegado, y pregunta como es nuestro barco para ir a vernos entrar en puerto
• Bueno, pues mejor
• ¿Mejor?
• Quiere ver el yate jeje
• Jooooo, que nervios
• Está sola
• Sí, eso parece
• Venga, ve
• Pero… no puedo dejar de temblar
• Ya veo
• Abrázame y deséame suerte

Lo hice y luego se separó y empezó a andar hacia su amiga. Me quedé un poco y vi como su amiga se levantaba sonriente al verla llegar. Vi que tenía gafas. Las dos se quedaron de pie hablando, a casi medio metro. Patricia estaba a la defensiva, se le notaba, con las manos puestas en sus bolsillos traseros, pero la amiga parecía menos nerviosa. Era muy delgada y también iba con shorts pero estaba demasiado blanca. Patricia me había contado que era de padres alemanes que se habían mudado a las Alpujarras casi como hippies hacía 25 años, y allí tuvieron a Paula.

Entonces, la amiga se acercó y le dio dos besos y, aprovechando los besos, no se había retirado, quedándose casi pegada a Patricia. Meneé la cabeza, la cosa estaba clarísima y sonreí antes de irme a comprar algunas cosas.

Les dejé tiempo y volví al yate con varias bolsas tras una hora y media. Entré con cuidado de no hacer ruido y escuché un sonido claro, un gemido. Sonreí. Dejé las bolsas en el suelo y me asomé con cuidado por una de las ventanas laterales. Paula estaba tumbada boca arriba en la cama, desnuda. Tenía unos pechos pequeños coronados por dos gruesos pezones que imaginé que estarían muy duros porque Patricia, también desnuda, estaba entre sus piernas comiéndoselo. Me aparté y me volví a ir.

Fui a buscar una cosa para ellas y cuando volví, solo escuché conversación y risas. Llamé a la puerta y dije:
• Patricia, soy yo ¿Puedes salir?

Escuché alboroto dentro y al poco, salió una sonriente Patricia vestida solo con una de mis camisetas. Cerró la puerta detrás de ella y entonces se lanzó a mis brazos diciéndome “gracias, gracias, gracias” y dándome besos en la cara. Cuando paró, no paraba de reír. Le pregunté:
• Me parece que la cosa ha salido bien ¿No?
• Madre mía, no me lo puedo creer
• Jeje
• Me ha dicho que lo ha pasado muy mal estos días sin mí ¿Te lo puedes creer?
• Claro
• Que se tiró ayer todo el día pendiente del móvil esperando que la llamara o le escribiera, jo

Acaricié su cara que se había puesto triste. Patricia siguió:
• Si no llega a ser por ti no hubiera tenido valor
• Anda ya
• Sí, estoy segura, jo, que desastre soy

Entonces volvió a sonreír y me dijo:
• Ha dejado al novio
• ¿Cuándo?
• Esta mañana antes de venir, dice que ayer tras hablar conmigo lo tuvo claro, solo quiere estar conmigo
• Genial
• Y nos hemos acostado y ha sido… maravilloso pero, jooooo, y yo con la puta regla, mierda

Entonces me puse serio y le dije:
• Hay que zarpar, Patri
• ¿Ya? (con mucha pena)
• Sí
• Pero podríamos quedarnos a comer juntos los tres, te la quiero presentar, verás que maravillosa es, y…
• No, mejor comes tú con ella
• Pero ¿No nos vamos ya?
• ¿Qué opinaría ella si, ahora que volvéis a estar juntas, te vas con un tío?
• Mmmmm
• Mira, toma

Y le di un sobre. Ella lo miró extrañada. Le hice una seña y lo abrió. Sacó algo de dinero y unas llaves:
• ¿Qué es esto?
• Las llaves de una casita aquí cerca
• Pero…
• Y algo de dinero para que compréis comida, el alquiler es para una semana
• ¿Qué?
• No puedes dejarla ahora, tenéis que disfrutar de el reencuentro
• Pero… No puedo aceptarlo

Y metió todo dentro del sobre y me lo alargó pero no lo cogí. Le dije:
• Sí, vas a aceptarlo
• No, no puedo
• Patri, quiero hacer algo bueno
• Pero si llevas toda la semana haciendo cosas buenas
• No, llevo toda la semana aprovechándome de una chica joven que estaba pasando por un mal momento
• Eso no es verdad, yo sé perfectamente lo que quería y…
• Patri, que casi te doblo la edad
• ¿Y qué?
• Si tu madre se entera, nos mata a los dos
• Lo sé pero no se va a enterar
• En unos años cuando pienses en esto, te darás cuenta que tengo razón
• No, eso jamás será así, ha sido una semana maravillosa y…

Meneé la cabeza. Ella me cogió del brazo y dijo:
• No te puedo dejar solo, estás pasándolo mal
• No, ya no

Me miró sorprendida:
• ¿Por qué no?
• Ya sé que hacer
• ¿El qué?
• Voy a ir a ver a casa de ese cabrón
• Pero… No, Tony, no hagas una locura
• ¿Locura?
• Si ella ha decidido eso, no puedes obligarla
• No pienso obligarla, ni hacerle daño ni nada de eso, tienes razón, decidió, pero necesito saber la razón, no puedo seguir así
• Pero…
• Necesito entenderlo
• Mmmmm pero, por favor, no hagas una locura

Entonces se abrió la puerta y salió una tímida Paula que se puso al lado de Patricia que hizo las presentaciones. La chica me miraba con recelo, cosa totalmente lógica. Le dije a Patricia:
• Coge tus cosas, que ya mismo zarpo
• Pero…

Paula nos miró sin comprender. Patricia le contó lo de la casa y Paula sonrió ampliamente:
• Ah, conozco ese sitio, está muy bien
• Pero esto es mucho… No podemos aceptarlo
• Paula, dile que sí y llévatela ya, que si no, va a estar dándole vueltas a todo durante horas

Patricia me miró indecisa. Paula le dijo:
• Venga, cariño, es un regalo
• Ya pero…

Me miró y supe que no estaba pensando en el regalo sino en lo que le acababa de decir. Entonces, se metió dentro y al poco salió vestida y con su mochila. Me dijo:
• ¿Y si nos quedamos las dos contigo?
• No
• Sí, Paula nunca ha navegado y…
• No, tenéis que estar juntas pero sin un plasta
• No eres un plasta
• Sí, lo sería, díselo Paula

Ella la miró y estaba claro que lo que quería era estar a solas con Patricia. Dijo:
• Yo creo que…
• Tony, no puedes estar solo, ahora no ¿Te crees que no me he dado cuenta que casi no duermes?

La miré y dije:
• Ya
• No estás bien
• Ahora sí, de verdad, venga, coge tus cosas y os vais
• No

Miré a Paula que nos observaba incómoda. Le dije:
• No pienses que se quiere quedar por sexo o algo así, se quiere quedar para ser una buena samaritana
• Ah (aunque claramente no entendía nada)
• Se ha pasado toda la semana hablando de ti así que es vuestra segunda oportunidad, aprovechadla bien
• Eso seguro
• Llévatela

Paula tiró de Patricia que se dejó llevar hasta saltar al muelle, donde se volvió y me dijo:
• Te pienso devolver el dinero de esto
• No
• Sí y llámame si te encuentras mal
• Sí, mamá
• No seas tonto, te lo digo en serio, llámame si necesitas hablar
• Vale
• Y llámame para contarme como ha ido todo
• Que sí, gracias

Las miré alejarse cogidas de la mano. Luego, preparé todo y zarpé.

Esa noche ya estaba en casa de mi madre y le mandé un mensaje a Mimi para vernos. Ella me contestó de inmediato diciendo que sí. Quedamos donde siempre, en el banco.

Cuando llegué, ella ya estaba allí y se levantó y me abrazó diciendo:
• Me habéis dejado sola en el peor momento posible (sonriendo)
• ¿Quién?
• Mi hermana y tú
• ¿Por qué?
• Tenía que tomar decisiones importantes
• A ver, cuenta
• Es sobre Fer
• Ya me lo imaginaba ¿Qué le pasa?
• Que se ha puesto muy pesado con que quería verme las tetas o algo así

Me empecé a reír. Ella, ofendida, dijo:
• Oye ¿Te hace gracia? Porque a mí me provocó una ansiedad mortal
• A ver, Mimi, es un adolescente, claro que quiere verte las tetas
• Pero para enseñarle las tetas tendría que enseñarle mi deformidad ¿Entiendes?
• Ayyy, Mimi, “mi deformidad”
• Sí, claro, es un hecho, estoy deforme, y calla, estoy hablando yo
• Vale, vale
• Pues eso, se puso muy pesado con eso, que a mí me excitaba enseñárselas pero claro, con lo otro que tengo al lado, pues como que no
• ¿Y?
• Y me entraron los nervios, mis ataques de pánico, y salí corriendo
• ¿A casa?
• No, no, estábamos en mi casa viendo una peli, mis padres habían salido y yo había planeado darnos el lote y hacerle una paja porque ahora soy una experta

Y sonrió haciendo un gracioso gesto de “¿A qué no te lo esperabas?”. Me reí y ella siguió:
• Pues salí corriendo y me escondí en el baño
• Joe, Mimi
• Ya sé, ya sé, una niñatada pero es que me entró algo por dentro… Es que me daba muchísimo miedo a que me viera de verdad y me dejara
• Ayyy, Mimi
• Nada de ay, es totalmente normal que piense eso
• No
• Que sabrás tú… pero como desde que empecé a salir con él llevo con ese miedo que a veces me deja hasta sin poder respirar, decidí espantarlo ya del todo así que salí y me desnudé delante de él y le dije que se fuera
• ¿Y qué pasó?

Me miró poniendo cara de flipada y dijo:
• Que no entiendo como me he podido enamorar de un tonto
• Jeje
• Pero tonto de verdad, o ciego, no sé, pero el tonto va y me mira con cara de corderito y se pone a decir que soy preciosa y mentiras así
• Mimi, es que no tienes remedio
• Ya, ya, y encima, va y se excita viendo todas mis deformidades, alucinante
• Es un buen chaval, y con buen gusto

Mimi meneó la cabeza sonriendo y dijo:
• Es un cielo, no puedo dejar de pensar en él jiji
• ¿Y qué pasó?
• Pues... que iba a romper sus pantalones con la erección que tenía jiji
• Jeje
• Y me dijo que tengo unas tetas grandes y preciosas

Sonriendo ampliamente, orgullosa. Me reí y ella continuó:
• Y como yo estaba tan incómoda me dijo que me vistiera aunque él prefería que no
• Normal
• Y al final nos fuimos a mi cuarto y allí, puff, de verdad que es alucinante

Mimi estaba visiblemente alterada pero muy contenta:
• Me desnudó completamente y, joe ¡¡¡¡¡un tío me ha visto desnuda!!!!! no me lo puedo creer, pensé que eso jamás ocurriría
• Mimi…
• Y no solo eso, me vio desnuda y seguía excitado, que por cierto, su cosa me parece preciosa jiji
• Jaja
• En serio, me gusta mucho y creo que es grandecita, no sé, no tengo con qué comparar pero cogiéndola me falta mano para rodearla, eso es que es grande ¿no?
• Jajaja Pero entonces ¿Lo hicisteis?
• NOOOOO, pero vamos, porque él no me lo pidió, yo estaba tan alucinada con aquella situación que lo hubiera hecho encantada jiji
• Ah
• Nos dimos el lote desnudos y me besó por todos lados, incluso ahí abajo jiji
• ¿Te gustó?
• Sí, claro, aunque le tuve que enseñar un poco, era un desastre con los dedos aunque con la lengua bien jiji
• Sería su primera vez ¿No?
• Sí, y me corrí, un orgasmo maravilloso jiji
• Jajaja
• Y luego yo… Le hice una mamada

Sonriendo triunfante y orgullosa. Se empezó a reír y dijo:
• Es que es alucinante, Tony, hace un mes me hubieras dicho esto y me habría ido enfadada pensando que te estabas burlando de mí
• Jeje
• Se la he chupado a un tío estando desnuda y tras correrme con su lengua, A-L-U-C-I-N-A-N-T-E
• Jaja
• Y no dejé que se corriera en mi boca porque me dio corte, pero la próxima vez lo hago, seguro
• ¿Te dio corte?
• Sí, a que pensara que soy una guarra ¿No?
• Que cosas tienes
• Estuve a punto pero al final me asusté y acabé con la mano, y me dio rabia pero bueno, habrá más veces porque mira todo lo que me ha escrito hoy, está alucinando como yo jiji

Y me enseñó su móvil. Miró la pantalla leyendo mientras sonreía y dijo:
• Escucha lo que me ha dicho hace un rato
• A ver
• “Mimi, de verdad que estoy flipando, sabía que eras guapa pero es que anoche estabas guapísima, me pareciste una diosa” JAJAJA, que tonto JAJAJA

Se reía pero se notaba que le encantaba. Entonces guardó el móvil y dijo:
• Pero espera, que aún pasaron más cosas
• ¿Sí?
• Sí, nos abrazamos y nos quedamos dormidos, desnudos y con la luz encendida
• ¿Y?
• Que llegó mi madre y nos despertó, dios, que vergüenza
• Anda ¿Y qué pasó?
• Nos vestimos corriendo y salimos acojonados, mis padres esperaban en el salón
• ¿Y?
• Tengo unos padres que no están bien de la cabeza, en vez de putearnos, estaban contentos, nos dieron una charla pero sonriendo cuando les dije que no lo habíamos hecho del todo, y esta mañana mi madre diciendo que tenemos que ir ya al ginecólogo, y que tome protección, y que le gusta mucho Fer, y que le parece maravilloso que tenga esa confianza con él… ¿Tú te crees?
• Jajaja
• En vez de echarme la bronca por tener sexo con un chico, ella encantada de la vida
• Jajaja
• Es que alucino con mi madre, pero es que mi padre igual, con una sonrisita… Vaya dos
• Están encantados de que dejes de lado tus complejos
• Los he dejado de lado con Fer, solo con él, y porque es tonto o ciego, aún no lo tengo claro (sonriendo)
• Jeje
• ¿Y sabes que hizo Fer cuando nos vestimos y llegamos al salón?
• No
• Se echó todas las culpas, les dijo a mis padres que había sido cosa de él, para librarme de la bronca ¿Te puedes creer? Es que es un cielo jeje

Mimi suspiró y luego sonrió, estaba realmente contenta, no paraba de sonreír tontamente “El primer amor” pensé. Entonces miró su móvil y le dije:
• Has quedado ¿No?
• Sí, pero no hay prisa
• Yo me voy ya
• ¿Tan pronto?
• Sí, pero antes te quiero contar una cosa

Me levanté y ella también, empezamos a andar hacia el paseo:
• ¿El qué?
• Me voy ya, Mimi
• Ya lo has dicho
• Me refiero de aquí

Ella se quedó mirándome con la boca abierta. Dijo:
• Pero… ¿Irte? ¿A tu casa?
• Sí
• Oh ¿Cuándo?
• Mañana
• ¿Mañana? ¿Tan pronto?
• Sí
• Oh, mierda, pero… pero… todavía queda verano, pensé que…
• Me tengo que ir, Mimi
• Pero… ¿Me vas a dejar sola?
• ¿Sola? jeje, tienes una familia maravillosa y un novio, no me vas a echar de menos

Entonces Mimi se me abrazó y dijo:
• ¿Qué no te voy a echar de menos? Pero si estos días no he parado de echarte de menos

La separé y la miré. Vi como le caían lágrimas por la cara. Se las limpié y le dije:
• Estaremos en contacto
• Eso seguro

Nos miramos y me volvió a abrazar:
• Joooooo, me has cambiado la vida, Tony
• ¿Yo? jeje, no, Mimi, te la has cambiado tú y ese chico
• No, me has dado confianza y… y…
• No llores, pequeña
• No puedo evitarlo, te dije que soy muy llorona

La abracé durante unos minutos mientras ella sollozaba. Luego, nos separamos y dijo:
• Pero vendrás de vez en cuando ¿No?
• No lo sé
• Jo, Tony, me tienes que contar tantas cosas de ti… claro que tienes que venir
• Ya sabes lo importante de mí, lo cabrón que he sido siempre
• Sé lo malo, pero no me has contado casi nada de lo bueno, y sé que hay mucho, te conozco
• No, pequeña, no me conoces, y hay poco bueno en mí
• No, eso es mentira, te conozco, eres un tío genial
• Ay, Mimi, conoces solo una parte de mí, de verdad que casi todo es malo
• No
• Piensa en como me porté con mi madre, solo con eso tienes que tenerlo claro
• No, no es justo medirte solo por eso, eras un adolescente que…
• Mimi, déjalo
• Jooooo, mierda, mierda, con lo contenta que estaba yo… Me has puesto súper triste
• Anda ya, ahora cuando veas a tu novio, se te quita
• Que va

Nos miramos y ella dijo:
• Que sepas que voy a prepararme una lista de preguntas con todo lo que quiero saber de ti, y la próxima vez que vengas, me las vas a responder todas
• Jeje
• Sí, sí, no te rías, y no pienso contarte nada mío hasta que me cuentes de ti, que al final yo me enrollo como una persiana y solo hablo de mí, y tú no cuentas nada
• Es que lo tuyo es más interesante
• Una mierda… y pienso hacerlo ¿Eh? Y no te vas a librar, y te voy a dar el coñazo para que vengas los fines de semana o cuando sea, puedo ser muy pesada
• Jeje
• Y quiero que me llames todos los días
• Jajaja
• No te rías que no he terminado
• Vale, vale
• Y si te pasa algo importante, me llamas y me cuentas
• ¿Importante?
• Con tu mujer, no tomes decisiones sin consultármelo
• Jajaja, vale, consultaré a la experta en parejas
• No, me lo consultarás porque hablando uno se siente mejor, eso me pasa contigo

Me miró seria y asentí. Ella, con los ojos brillantes, dijo:
• Bien
• Anda, vete, que tendrás a tu novio ansioso
• Eso seguro, pero que espere… Joooo, no me puedo creer que te vayas

Y se me acercó, me dio dos besos en las mejillas y me dijo:
• Me voy ya, que si no me pongo otra vez a llorar

Y se fue casi corriendo, todo lo que le permitía su prótesis.
 
Capítulo 19
Verano 2022. Al día siguiente
Laura

Miré por la ventana, ya empezaba a dar fuerte el sol y aún había poca gente en la piscina, era buena hora para darme un baño y tomar el sol mientras esperaba a que Juan volviera. Me sentía feliz y sabía cual era la causa, era por Mimi. Se había ido con su novio de tiendas, Mimi saliendo de tiendas en verano, madre mía. Iba con su ropa de mangas largas y tapada como siempre pero salía y se divertía. Meneé la cabeza sonriendo. Y estaba lo de la otra noche, cuando los vi a los dos desnudos y abrazados, en vez de ponerme a gritar, me recorrió por dentro una felicidad absoluta al ver a Mimi dejando a un lado sus complejos gracias a ese chico.

Sonreí aún más mientras me ponía el bikini. Sabía perfectamente que debería haberles echado una buena bronca, y lo intenté, pero estaba tan feliz que me salió una mierda de bronca. Luego hablé con ella en tono más serio, y me dijo que no lo habían hecho, solo tocamientos, pero ya es una mujer, una mujer guapa y con un tipito que llama mucho la atención. Y había dejado que ese chico la viera desnuda, es que me parecía increíble.

Entonces escuché el timbre de la puerta “¿Y ahora quién será?” me pregunté mientras me ponía el pareo y una camiseta. Fui a la puerta y al abrirla me encontré a Natalia con cara de estar enfadada:
• Hola, Natalia ¿Qué pasa?
• Pasa de todo

Y entró en mi casa sin pedirme permiso. Dije:
• Pasa, pasa, no te cortes

Cerré la puerta y ella me dijo:
• ¿No está tu hija?
• Estoy sola ¿Qué ocurre?
• Tu hija, esa pequeña zorra, no me lo va a quitar
• ¿Qué?

La miré estupefacta. Natalia siguió:
• Esa zorra deforme…

Le di una bofetada tan rápida que ni me di cuenta. Natalia se quedó callada mirándome con expresión de incredulidad. Le dije:
• No vuelvas a decir eso de mi hija
• Pero es que…
• Natalia, vete de mi casa
• No, tu hija me lo quiere quitar
• Pero ¿De qué hablas?
• De Tony

Me saltaron todas las alarmas. La miré nerviosa:
• ¿Qué pasa con ese?
• Anoche los vi cerca del paseo
• ¿A Mimi con ese?
• Sí, abrazados

Me senté, me daba todo vueltas. Natalia siguió:
• Esa pequeña zorr… bueno, esa hija tuya no me lo va a quitar, es mío
• Pero ¿De qué coño hablas?
• No hacían más que abrazarse y tocarse y besarse y…

Natalia estaba visiblemente nerviosa. Le dije:
• Vete
• Pero tienes que decirle que…
• QUE TE VAYAS, NATALIA

Me miró queriendo decir más pero se fue. Cuando escuché la puerta, me llevé las manos a la cabeza “No, no, no”. Me levanté y salí de casa. Fui a la de Tony y llamé. Me abrió sorprendido. Le dije:
• No te puedes acostar con mi hija

Él puso cara de sorpresa total. Dijo:
• Yo…
• No puedes, no puedes, dime que no lo has hecho, por favor
• Laura, yo…
• Mimi es… dios, no puede ser, dime que no
• ¿Mimi? Ven, pasa

Y me llevó a su cocina. Dijo:
• ¿Café?
• No, quiero que me respondas

Lo vi beber de su taza, mirándome, pensando. Entonces dijo:
• Tiene su sonrisa ¿Verdad?
• ¿Qué?
• Y sus ojos
• ¿Lo… lo… lo sabes? ¿Te lo dijo Vera?
• No, la última vez que vi a mi madre me dijo que tenía algo que contarme cuando saliera de prisión, pero murió antes… Imagino que sería eso ¿No?
• No… no lo sé

Y recordé aquel verano donde perdí la cabeza.
————————————————————————————————————————
Verano 2005
Laura

Saqué a Patricia del coche y la acuné mientras ella lloraba sin parar:
• Venga, nenita, deja de llorar, anda, por favor, que a tu madre le va a explotar la cabeza

Llevaba un día de perros. En realidad, varios días. Patricia estaba durmiendo fatal, despertándose cada dos por tres y Felipe no estaba ayudando nada de nada. Al contrario, se quejaba tanto como su hija y me iba a dar algo.

Cuando Patricia se calmó, abrí el maletero y empecé a sacar las bolsas de la compra. Con Patricia en brazos, cogí una garrafa de agua y la dejé en el suelo, y luego seguí con el resto de la compra. Había comprado demasiado pero Felipe nunca quería ir a comprar, le estresaba ir con la niña, pero nos estábamos quedando sin lo esencial así que había ido sola. Miré todo lo que había comprado, tendría que dar muchos viajes al ascensor para llevar todo eso con Patricia en brazos. Suspiré y cogí una bolsa y al moverme, la bolsa se rompió y todo se desparramó por el suelo. Y cuando vi ese desastre y como Patricia, al asustarse, volvía a llorar, me venció la tensión y me puse a llorar, mientras me agachaba a recoger las cosas.

Entonces, de pronto, alguien dijo:
• Espera, te ayudo

Levanté la cabeza y vi que era Tony. Iba solo con el bañador, vendría de la piscina. Se puso a recoger las cosas y me levanté. Se ofreció a llevarme el resto de la compra al ascensor, cosa que agradecí de corazón. Cuando metió todo dentro, le di las gracias y entré para subir. Al llegar a mi planta, se abrió la puerta y me sorprendió verlo allí:
• Pero…
• Mujer, no te iba a dejar entrar todo esto a la casa, que son un montón de cosas
• Pero ¿Cómo has llegado tan rápido?
• Estoy en forma jeje

Y me llevó toda la compra a la cocina, mientras yo llevaba a Patricia al salón, a su silla, y la amarraba y le ponía la tele. Al volver a la cocina, Tony ya había acabado de traer todo. Le dije:
• ¿Quieres un refresco?
• Una cola, si tienes
• Claro

Le serví un vaso que bebió de un tirón. Le puse más y me dijo:
• Soy Tony
• Yo Laura
• Lo sé
• Ah, creo que no hemos hablado antes ¿No?
• No, pero eres la tía más buena de la piscina, es normal que sepa como te llamas

Me quedé con la boca abierta. El chico había sido tosco y vulgar, pero me puse colorada. Lo miré detenidamente. Tenía el cuerpo muy cincelado, con todo bien marcado en su excitante cuerpo masculino. Además, esa melenita le daba un toque de chico malo que… Meneé la cabeza y miré a otro lado. Él dijo:
• Perdona, a veces digo las cosas sin pensar

Le iba a dar de nuevo las gracias para que se fuera pero me sorprendí diciéndole:
• Ah, ¿entonces no soy la tía buena de la piscina?

El chico me miró sorprendido durante un segundo, pero luego volvió a poner su expresión de chico malo. Noté un escalofrío recorriéndome el cuerpo. Tony contestó:
• Sin lugar a dudas

Y se me acercó. Quise retirarme, decirle que se fuera, pero le dejé acercarse y pegarse a mí. Me dijo:
• Eres guapísima
• ¿Sí?
• Y tienes cuerpazo
• ¿Seguro?

Entonces me cogió las tetas de forma brusca. Esto debería haberme molestado pero me excitó que fuera tan tosco. Dijo:
• Sí, estoy bastante seguro
• Quizás debas asegurarte más

Y puso sus manos en mi culo, sonriéndome de forma socarrona. Lo besé con ansia y, sin darme cuenta, estábamos los dos desnudos en mi cocina, con él comiéndome las tetas y yo agarrando una polla sorprendentemente grande y gruesa.

Me folló sobre la mesa donde solíamos desayunar. Tony era todo intensidad y sabía follar. No tardó en provocarme un orgasmo y, luego, la sacó de mi coño y se corrió sobre mi vientre.

En cuanto terminamos, me di cuenta de mi gran error. Me incorporé avergonzada y me fui a la ducha. Allí no paré de llamarme estúpida, loca, zorra… Era la primera vez que hacía algo así, y encima con un chico de 18 años “Pero ¿En qué pensabas, zorra estúpida?”. Las cosas entre Felipe y yo no estaban nada bien, no me follaba desde que se me empezó a notar la barriga, y después de nacer Patricia tampoco porque estaba estresado y nunca tenía ganas, pero eso de buscarme un rollo porque “mi marido no me folla” sonaba hasta ridículo. Y encima el peligro, ese niñato no se callaría y las habladurías… “Dios, ¿Qué he hecho?”.

Salí de la ducha envuelta en la toalla y me dirigí a mi dormitorio. Abrí un cajón para buscar ropa interior y me quité la toalla sin dejar de pensar en mi locura. Entonces escuché:
• De verdad que estás buena

Di un respingo, había supuesto que se había ido tras el polvo. Lo miré sin taparme, desnuda, bloqueada por la sorpresa. Entró en la habitación y se me acercó. Me acarició la mejilla y dijo:
• Es increíble la barriga que llegaste a tener y lo pronto que vuelves a tener este cuerpazo
• Tony, esto ha sido un error
• No
• Sí, yo… Mi marido…
• Tranquila, no pienso contar esto a nadie
• Gracias

Y entonces me besó, un beso largo, húmedo, lento. Cerré los ojos y disfruté de su lengua. Cuando paró, abrí los ojos desesperada por seguir con ese beso, pero lo vi quitándose el bañador y echándose en mi cama, la cama donde dormía con mi marido. Me dijo:
• Ven y chúpamela

Y lo hice. Me puse sobre la cama y empecé a mamársela con deleite. Tras un rato, me movió para colocarme en un 69, y gemí al notar su lengua lamiendo mi clítoris. Se la chupé más rápido, estremeciéndome cada poco con sus lamidas. Tras un rato, él me volvió a mover, tumbándome boca arriba y se puso encima. Lo paré diciéndole:
• Espera
• ¿Qué?
• Ponte un condón
• No jodas
• Póntelo
• No tengo

Le empujé para quitármelo de encima y abrí el cajón de mi mesita de noche. Allí tenía una caja de condones sin estrenar. La abrí nerviosamente y le tiré uno:
• Ve poniéndotelo, voy a ver a mi niña
• Está bien, antes estuve con ella mientras te duchabas, es muy simpática, y es muy guapa, como su madre

Lo miré extrañada, no daba el tipo de chica al que le gustaran los bebés. Salí para ir al salón. Y sí, Patri estaba tranquila viendo la tele. Me volví al dormitorio donde Tony estaba intentando ponerse el condón pero lo tiró diciendo:
• Joder, es pequeñísimo ¿Tu marido tiene una mini polla o qué?
• No, tú eres el que la tiene muy grande
• Pues no puedo ponérmelo

Dudé, nerviosa viéndolo desnudo y sexi. Él dijo:
• Ven, no hay problema
• Mmmm
• Controlo mucho, antes de correrme la saco y hago como antes ¿Vale?

No me lo pensé mucho. Me puse sobre él y empecé a cabalgarlo. Fue un polvazo. El chico me folló como nadie, en muchas posturas y provocándome varios orgasmos. Y cumplió con lo que me había dicho, antes de correrse la sacó y me echó todo en las tetas.

Y desde ese día me volví loca durante unas semanas.
————————————————————————————————————————

Actualidad. Verano 2022
Laura

Recordé el ansia que sentía por estar con Tony, del sexo con él. Recordé como venía todas las mañanas a mi casa cuando mi marido trabajaba, y como, los fines de semana, yo iba a la suya por las tardes cuando su madre salía a que le diera el sol en su silla de ruedas. Y como ese ansia me provocaba que eso me pareciera poco y al poco follábamos por la mañana en mi casa y por la tarde en la suya, casi todos los días. Estaba totalmente ida.

Y cuando llevábamos dos o tres semanas en ese plan, una tarde en su casa ocurrió algo. Lo recuerdaba bien porque fue el día que me desvirgó por detrás.

————————————————————————————————————————
Verano 2005
Laura

El orgasmo me llegó mientras Tony me embestía desde atrás. Agarré las sábanas de su cama y grité convulsionándome por los espasmos. Tony no dejaba de follarme pero yo no paraba de temblar y le puse una mano en el muslo para que frenara. Él la sacó y me quedé a cuatro sobre su cama, intentando recuperarme. Entonces me dijo:
• Quiero metértela por detrás

Y dije:
• Vale

No me lo podía creer pero le había dicho que sí. Él no se lo pensó. Me la metió con dificultad y mucho dolor. Se me saltaron las lágrimas pero él no cejó hasta tenerla dentro de mi culo, y empezó a moverse rápido. Me dolió muchísimo, y grité, pero no le dije que parara. Cuando se corrió dentro del condón y me la sacó, sentí un gran alivio.

Me abrazó y dijo:
• Joer, eso me gusta de ti
• ¿Qué?
• Que eres una mujer de verdad
• ¿De verdad?
• Sí, las niñatas a las que me follo son todo “cuidado” “no tan rápido” “me haces daño” y tú no, tú pides más y disfrutas, eres una tía estupenda para follar

Me quedé pensando “una tía estupenda para follar”. El culo me dolía horrores, lo sentía palpitante. Tony continuó:
• Es la primera vez que me follo un culo, ha sido bestial
• Mmmmm
• ¿Te ha gustado?
• Sí (pero ¿Por qué le he dicho que sí? si había sido una salvajada y me dolía muchísimo)
• Bien, bien, lo haremos mucho más, eres jodidamente flipante

Luego me vestí y salí de su habitación para ir al salón donde había dejado a Patri en su carrito de paseo, viendo la tele. Y al entrar en esa habitación vi a Vera que estaba con Patri que reía. Me quedé de piedra. Vera me sonrió y dijo:
• Tienes una hija que es un primor, mira que preciosidad

No dije nada, estaba totalmente avergonzada. Vera continuó:
• Perdona que la haya cogido pero se asustó un poco al verme y no conocerme, pero ya nos hemos amigas ¿Verdad, ricura?

Y Patri seguía riéndose en sus brazos. Entonces llegó Tony y al verla lanzó un bufido y se fue. Cogí a Patri y le dije a Vera:
• Yo… Lo siento, es que…
• No me tienes que dar explicaciones, querida, los jóvenes sois así, a mí no me importa, y si Tony está contento, a mí me alegra ¿Quieres un café?

Y me quedé allí a tomar un café, recién follada, con el culo dolorido y queriendo que la tierra me tragase.

Al día siguiente, cuando Tony vino a mi casa, le dije:
• No pienso volver a tu casa
• ¿Por qué?

Lo miré incrédula y dije:
• Por tu madre, claro
• ¿Esa puta? Pasa de ella

Me quedé de piedra. Le dije:
• Tony, que es tu madre
• No, es una zorra
• Pero yo no…

Entonces cogió el carrito, metió con delicadeza a Patri en él y me cogió de la mano y nos sacó de mi casa. Le dije:
• Tony, que nos pueden ver

Pero él no dijo nada y nos metió en el ascensor, marcando su planta. Al salir, abrió su puerta y entramos entre mis protestas. Fuimos a una habitación donde estaba Vera leyendo y Tony dijo:
• Vamos a follar

Vera no dijo nada y yo me quería morir de vergüenza. Él siguió:
• Y como digas algo, zorra, te enteras
• No, cariño, lo que tú…
• Calla, puta, y cuida de la niña mientras follamos

Y me llevó a su habitación y me folló duramente, con furia. Ese día rompió el condón y nos dimos cuenta cuando la sacó, pero no le di importancia. Cuando se fue, fui a por Patri que estaba con Vera y dije:
• Lo siento mucho, Vera
• No te preocupes, mujer
• Siento escuchar a Tony decirle esas cosas
• Son fases, ya se le pasará, en realidad es un encanto de chico ¿Verdad? y muy guapo jeje

————————————————————————————————————————
Seguimos así un par de semanas más. Lo de follar con Vera en la casa se volvió casi normal, pero un día Tony me dijo que se iba. Me volví loca. Le dije que me llevara con él, y él se rio y me dijo “Eres tan puta como mi madre, poniéndole los cuernos a tu marido ¿Te crees que quiero una novia puta? Déjame en paz, zorra” y se volvió a reír despectivamente. Me destrozó, pero me ayudó a despejarme, a romper su encantamiento sobre mí. No volví a quedar con él para follar aunque él vino a mi casa un par de veces más pero no le abrí. Y una tarde, cuando volvía de la piscina, Tony se me acercó y arrinconándome contra la pared, me dijo:
• ¿Qué pasa, puta? ¿Ya no quieres follar?
• Vete a la mierda
• Me voy, pero no a la mierda, zorra
• Déjame, Tony
• No
• ¿Qué quieres?
• Pasta
• ¿Qué?
• Que me des dinero
• ¿Qué dinero?
• El que tengas en el banco

Lo miré sin comprender nada. Entonces él siguió:
• ¿O prefieres que el cornudo de tu marido sepa las cosas que hace la puta de su mujer?

Me entró pánico, Tony era capaz. Le dije:
• Pero… pero… no tenemos mucho dinero
• ¿Cuánto tenéis?
• No sé, 2.000€ o así
• ¿Sólo eso?
• Sí
• No me mientas, puta
• No miento, creo que es eso
• Pues tráemelo mañana
• Pero no puedo sacarlo, él se daría cuenta
• ¿Y qué prefieres? ¿Que se dé cuenta de eso o de lo puta que eres?

Lo miré asustadísima. Al día siguiente saqué el dinero y se lo dí, no volví a verlo hasta este verano, y contenta estaba de ello, me repugnaba aunque, gracias a él, tenía a una niña preciosa y había conocido bien a Vera.

————————————————————————————————————————
Actualidad. Verano 2022
Laura

Volví al presente al escuchar a Tony decir:
• Mimi vino aquí un día para ayudarme a cruzar la puerta de la habitación de mi madre, supo que sería tan cobarde como para no atreverme y vino para llevarme

Tony sonreía con tristeza. Siguió contando:
• Y ahí lo vi, su gran parecido, tiene su misma sonrisa, y sus mismos ojos, e igual de inteligente que mi madre
• Sí

Lo miré sin atreverme a hacer la pregunta que me estaba quemando. Tony siguió hablando:
• No sabes lo que me alegra que haya cogido tanto de ti y de mi madre
• ¿Le… le has dicho…?
• No, ni pienso hacerlo. Mimi tiene un padre estupendo, ella habla maravillas de él
• Sí
• Y así debe seguir
• ¿Por qué?
• Porque todo lo que tiene que ver conmigo lo corrompo, lo estropeo, lo destrozo, Laura, todo… Mira mi madre, le hice la vida imposible, un infierno. Luego contigo, me porté como el cabrón egoísta que soy, y así he seguido. Y el chico al que maté. No soy bueno, lo sé, y no quiero que Mimi piense que tiene mi sangre, debe seguir con su padre y su madre, no me voy a inmiscuir
• Yo… Le pedí a Vera que no te contara nada
• Hiciste bien
• No te quería en mi vida
• Bien, y no me vas a tener, tranquila… la casa, esta casa, seguirá igual, tú la administrarás y seguirás quedándote los ingresos, y yo no volveré por aquí

Nos miramos sin decir nada “¿Podía confiar en él?” pensé. Entonces dijo:
• ¿Sabes? No he podido evitar hablar con ella, es una chica súper curiosa, divertida, inteligente, lo has hecho muy bien, Laura
• Es muy especial
• Y ese accidente… Eso es culpa mía
• ¿Tuya? Estabas en la cárcel
• Sí, por ser mi hija, todo lo mío sufre… Por eso no debe enterarse, nunca

Se levantó y cogió un sobre. Dijo:
• Esto lo iba a dejar aquí, pero ya que has venido, llévatelo

Cogí el sobre. Ponía “Por una vieja deuda”. Lo abrí, era dinero. Le pregunté:
• ¿Esto qué es, Tony?
• Los 2.000€ que te robé más intereses, Laura
• Ese dinero me lo devolvió tu madre
• Lo sé, pero fui yo el que te lo robó
• No pienso cogerlo
• Pues ahí se quedará… Llévatelo, es tuyo
• No

Se me quedó mirando y dijo:
• He estado buscando información sobre lo de Mimi
• ¿El qué?
• Cirugía reconstructiva y esas cosas
• Eso ya lo hemos hecho nosotros
• Ya pero imagino que no se ha podido hacer mucho ¿no?
• No, necesitaría muchos injertos de piel y las pruebas que le hicieron no salieron bien, y lo pasó fatal
• No lo sabía, pero he leído que en EEUU tienen una piel sintética o algo así que…
• Lo sé, pero eso cuesta mucho dinero
• Ya, claro
• El dinero de los alquileres de esta casa lo guardo para algo así, para las operaciones de Mimi
• Pues mete ese sobre en esa hucha

Miré el sobre y lo cogí, levantándome. Pero antes de irme, le dije:
• Mira, Tony, que ahora parezcas una persona decente no me va a hacer olvidar el cabrón que fuiste

Él asintió. Continué:
• No entiendo como hiciste sufrir así a una mujer tan estupenda como Vera, solo pensarlo me dan ganas de sacarte los ojos, jamás podré perdonarte por eso
• Tienes razón, y no me excusaré, fui un cabrón indeseable, sin excusas
• Bien
• Pero sí quiero decirte una cosa
• ¿El qué?
• Aquello que te dije cuando te conté que me iba ¿Te acuerdas?
• ¿Que era muy puta?
• Sí
• ¿Qué pasa?
• Lo siento, en realidad lo que me pasó es que estaba acojonado, y te ataqué. Nunca pensé que fueras una puta pero en esa época odiaba a las mujeres, aunque contigo fue diferente
• ¿Diferente?
• Me gustabas de verdad, y no solo por el sexo
• ¿Qué me quieres decir con esto, Tony?
• Solo disculparme, y quiero agradecerte lo que hiciste por mi madre
• Tu madre hizo mucho más por nosotras que nosotras por ella. Al poco de irte me di cuenta que estaba embarazada y el padre estaba claro quien era, llevaba sin follar con mi marido una eternidad. Vine a llorarle a tu madre, ella me consoló y ayudó. Me dio el dinero que me obligaste a darte y evitó que mi marido se diera cuenta. Hice creer a mi marido que Mimi era suya echando un triste polvo, casi forzándolo, y luego se enfadó al enterarse de mi embarazo, no quería más niños, y cuando Mimi nació se dio cuenta que no era suya, al principio fue una sospecha y no me dijo nada, pero notaba que la trataba con distancia, y al año o así me lo empezó a echar en cara y unos meses después, me dejó, tenía un rollo desde hacía meses y ni siquiera quiso saber de Patricia. Me quedé hundida pero Vera estuvo ahí, siempre ayudándonos, no tienes ni idea de la gran mujer que era tu madre
• Eso seguro

Lo miré queriendo gritarle lo mucho que lloraba Vera, que siempre lo tuvo en el pensamiento, que solo decía cosas buenas de él, pero me contuve y cuando iba a salir, Tony me dijo:
• Toma, las llaves, considera ésta vuestra casa

Lo miré durante unos segundos, sin saber si decirle algo más, pero al final decidí que no, estaba ya todo dicho. Me fui con las llaves y el sobre.
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo