Una historia real

Joaco19

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Sucedió un verano, en la costa argentina, donde tenemos casa de veraneo desde mi infancia. Lugar donde hacés amigos del verano, familias enteras con quienes compartis veranos durante años, quizas toda la vida. Y pasan cosas, especialmente durante la adolescencia y la juventud. Algunas, o quizás muchas, quedan alli, enterradas en las arenas del pasado, casi como si jamás hubieran ocurrido.
Hoy me animo a desenterrar aquí una de las vivencias más sorpresiva, inesperada, inimaginada, pero a la vez excitante y placentera que me tocó vivir.
Muchas familias amigas compartiendo balneario durante años. Abuelos, padres, hijos, nietos, tioa, sobrinos, hermanos, primos, de todas las edades. Romances y relaciones de todo tipo, fugaces, oficiales, clandestinas,...y prohibidas. Ustedes comprenderán, en la vida pasa de todo y sexualmente, ni hablar. Más entre personas, de cualquier sexo y/o edad, quienes han generado vínculo, confianza, conocimiento, amistad durante años de vacacionar en el mismo lugar.
Como les comenté anteriormente, hoy voy a intentar escribir una de esas experiencias. La primera de varias vividas que me atrevo a confesar(les), quizás porque es de las más excitantes y, digamos, la menos "prohibida".
Fue durante el verano de mis 19 a 20 años. Ya pasados los más efervescentes años de la adolescencia, ya con cierta experiencia sexual consumada con dos o tres noviecitas, más o menos formales. El grupete de jóvenes, chicos y chicas, de entre 13/14 y 25/26, de familias amigas de años, era bastante numeroso. Como en todo grupo de adolescentes y jóvenes, habia ciertas afinidades y liderazgos mas notorios. Yo estaba en un gran momento. Digamos que con las chicas, me iba de maravillas. Y con los amigos, lideraba la banda notoriamente. Armaba todas las actividades, diurnas y nocturnas. Tambien ejercia el liderazgo para influenciar y a concretar parejitas, especialmente entre los mas jovencitos y entre quienes tenian sus novios o novias "oficiales", pero que no estaban, los incentivaba a una relación clandestina de verano. Casual, digamos.
Lo mejor eran las activades nocturnas. Los varones saliamos solos, en banda, de cacería. Escapabamos de las chicas "amigas" de la playa, en busqueda de nuevas "aventuras". Contábamos con dos vehículos, el mio y otro de un amigo mayor, Carlitos. Conformamos una banda muy unida de 7 u 8 muchachos de entre 15, el mas chico, y 25 el mayor, que actuábamos en equipo para todo: fútbol en la playa durante el dia, excursiones a otros balnearios y salidas a pubs y discos por las noches. Manejabamos códigos inquebrantables en todas las situaciones. Habia un torneo de truco (juego de baraja muy popular en argentina)en el balneario y estaban todos jugando. Mi pareja de juego era H, hijo de uno de los matrimonios má amigos de mis padres, quienes salian juntos a cenar todas las noches y despues a algun show o al casino. Como H era mas chico, practicamente lo dejaban a mi cuidado con total tranquilidad, permitiendole salir de noche sin restricciones. En realidad, tanto chicas y chicos, a partir de los 15/16, salian a los pubs y discos con total normalidad y amanecian en la playa como todos los jóvenes.
Lo elegi como mi pareja en el torneo de baraja porque era el mas inexperto en el juego y nadie queria jugar con el. Los torneos de truco eran (son) a muerte. Se juega fuerte y participan tipos expertos de todas las edades entre 15 y 70 años aprox.
Habiamos ganado rápidamente el primer partido y quedamos libres a la espera de rival. Como teniamos bastante de espera, H me dice de ir a su casa a ver un partido del Barça, (época gloriosa de Leo y Pep). Fuimos a su casa, muy cerca de la playa, casi enfrente. Lógicamente solos porque era una jornada de sol espectacular y todo el mundo estaba en la playa.
Vimos un rato la tv en el living y en el entretiempo fuimos a su habitación. Tenía una netbook y quizo mostrarme unas cositas. Por supuesto yo ya habia pasado esa etapa de ver videos x y no tenia mucho de nuevo para descubrir. Pero H estaba a pleno descubriendo ese mundo virtual. La verdad no le di mucha bola y lo deje solo en su cama mirando su pantalla. Tenia una tv en su cuarto también y me puse a ver el 2do tiempo del partido.
Al rato, no recuerdo exactamente cuánto, me giro para comentarle una jugada, y lo que vi me dejó congelado. H estaba con el short bajo, con la verga al palo, agarrándosela, como mostrándomela y me miraba fijo, a los ojos, con una mueca de sonrisa, mudo. Me gire instantanémente a la tv, fingiendo que no habia visto nada. Como si no hubiera pasado. Segui mirando el partido, bah, intentando ver. Estaba perplejo, no entendia nada la situación y no atiné a decir palabra. Terminó el partido, volvimos a la playa, jugamos otro partido de truco, y siguió todo normal como si nada hubiera pasado. Asi siguieron varios dias y noches. Todo normal. O aparentemente normal para mí, que no podia dejar de pensar en lo que habia pasado y más aún en lo que eso significaba. ¿Por qué lo había hecho?
A mí las mujeres cada vez me gustaban más. Estaba en un momento espectacular y practicamente todos los dias(noches) conocia y terminaba con una mina distinta. Tal es asi que tenia una habitación reservada y pagada en un hotel residencial, muy barato, lejos del centro y de la playa, en donde no hacian preguntas ni pedian identificacion a mis ocasionales acompañantes. Era "el" lugar donde acudian la mayoria de las parejitas jóvenes (y no tan jóvenes) a concretar sin ningun problema y con total privacidad, abonando una tarifa diferencial en algunos casos. Ustedes comprenderán.
Varios dias y noches despues del "acontecimiento" tuve un problemita con los relaciones públicas de una disco. Yo estaba con una morocha alta espectacular que habia conocido unas noches antes y con quien habia pasado ya una o dos noches en el "hotel". Esa noche habia ido solo, con mi banda de amigos. No tenia a esta chica en mis planes, pero se apareció a buscarme. Bajando unas escaleras del 1er piso a la PB del boliche, la llevaba de la mano explicandole que no era nuestra noche, intentando que comprendiera que hiciera la suya o se fuera, que conmigo no iba a estar esa noche. De pronto, me frena de golpe y al darme vuelta veo que la estaban manoseando los pibes del boliche. Bah, era uno que la agarraba pero acompañado por 4 más. Muy machitos ellos 5. Los miré muy mal pero sabiendo que perdia contra 5. Se me rieron en la cara y la soltaron. Fuimos para la salida, la subi al auto, la lleve a la casa y volvi. Volvi buscando venganza. Mi banda estaba completa dando vueltas por el boliche, sin saber nada de lo ocurrido. Los busque con la mirada a todos y los ubiqué. Estaban todos entretenidos, asi que no los moleste. No dije nada y me fui a buscar a uno. Si, a ese que la agarro de prepo a la chica y me descansó acompañado por cuatro. Solito, recorri todo el lugar. No lo veia. Subo al nivel 2, donde hay sillones, un reservado para parejas que quieran estar comodas, a media luz, casi a oscuras, mirando sillon por sillon. De atras me tocan el hombro. Era H preguntandome que hacia ahi, si estaba con la morocha. Le conte todo rápidamente al oido, que estaba buscando a uno. Por la descripción q le di, H me dice q lo conoce y q sabe donde esta. Me pregunta que voy a hacer y si busca a los pibes por las dudas. Le dije que no, que no iba a hacer nada, solo hablar. Que si se armaba lio se fuera para la barra de abajo. En la barra trabajaba un amigo mio de la facultad. Un flaco mas grande, barman y peleador si hacia falta. El flaco me habia sacado un par de veces por la barra hacia una salida trasera del boliche. Una salida segura. Un escape seguro.
H me marcó donde estaba el gil. Estaba con una piba charlando. Solo. Sin sus guardias. Lo encare de frente. Me miró sin reconocerme, sonriendo buena onda. Le pregunto si no me recuerda y antes de que pudiera contestar le pongo una mano de KO en el medio de la nariz. Se desplomo ensangrentado y se armó una...batahola generalizada. Todos contra todos, batalla campal, mientras H y yo saltabamos la barra con la ayuda del flaco hacia la salida trasera. Intactos. Subimos al auto y rajamos. H se cagaba de risa aún nervioso y adrenalínico. Yo tranqui me reia. Nos reíamos a carcajadas, diciendo boludeces sin parar.
Mis fantasias homosexuales eran muy esporádicas y excepcionales. Las tenia, si, pero no eran muy concretas. Digamos que eran imagenes de unos muy pocos chicos, muy lindos, imaginandomelos desnudos y nada mas. No fantaseaba con actos sexuales concretos. Con H, desde esa vez, habia comenzado a fantasear. Fantaseaba con lo que ocurriria despues, si se repitiera. Nunca habia llegado a tener uns experiencia gay concreta. Si habia tenido unos jueguitos muy inocentes. Y dos veces tuve propuestas concretas que rechacé. Lo loco es que despues fantaseaba con esos chicos que rechacé.
Habia pensado mucho en la situacion con H. Tambien fantaseado mucho. No sabia bien como actuar. Ámbos éramos totalmente heteros, mujeriegos y exitosos con las mujeres. Claro, yo contaba con más experiencia solo por una cuestion cronológica. H me halagaba permanentemente, me decia que era su idolo. Le contaba a todos mis hazañas. Me idolatraba sin ningun pudor. Yo siempre le decia lo mismo: vos me vas a superar. Sos mas lindo que yo. Y si, era (es) una hermosura.
Sin darnos cuenta, ni pensarlo, de repente estabamos entrando al bosque fuera de la ciudad. El bosque frente al mar, a la luz de la luna y las estrellas. Donde se escondian otros autos, con otras parejas, pero donde nadie se veia.
En el asiento trasero de mi auto, el apoya brazos del centro, escondia detras una heladerita, ubicada en el baul. Dos bebidas colas, dos aguas, dos birras, y una de champagne. Hielo y dos copas.
Tiramos los asientos delanteros bien para adelante, nos fuimos atras, saque las copas y tomamos un poco de agua primero para calmar las risas y carcajadas, despues compartimos una birra. Ya mas tranquilos, en un clima especial, muy especial, por el lugar, la musica de fondo, la comodidad, la privacidad, los brindis...las miradas. Mis miradas cada vez más profundas, intensas, provocativas que H esquivaba riendo nerviosamente, medio con verguenza, pero sabiendo perfectamente lo que significaban.
No senti necesidad de hablar o decirle nada. Me fui acercando lentamente, suavemente, mirándolo a los ojos y a su boca con deseo. H se dejó llevar. Respondia a mi mirada. Lo bese suavemente en los labios. Mi mano izquierda tomaba su cuello, lo acariciaba y lo atraia hacia mi. Mi mano derecha acariciaba sus muslos bajo el jean buscando su pija y sus huevos. Los suaves besitos en los labios se convirtieron en bocas hambrientas en devorarse una a la otra, jadeantes. H me penetraba con su lengua, me chupaba. Su mano guiaba, empujaba, forzaba a la mia a que tocara su verga.
De pronto, sin dejar de mirarme con lujuria, jadeando de deseo, H se apartó lo necesario para desabrochar su camisa, quitarsela , estirarse hacia abajo y adelante, desabrochar el cinto, el boton del jean, bajar el cierre....
Me quite mi remera, me saque el jean, y asi solo con el boxer, me zambulli entre sus piernas y termine de quitarle el jean.
Se inclino a besarme una ultima vez antes de ofrecerme todo eso abriendo totalmente sus piernas, tomandome con sus manos mi cabeza hacia su bulto y ese pedazo que el ajustado y mínimo slip celestito ya no podia contener.

Se lo empecé a tocar, a pajear y a chupar primero sobre la tela del slip.
La verga del pendejo era una delicia. Se la estaba devorando. Sentia su calentura y me volvia loco. Estaba pasando como si fuera un sueño todo. Los dos desnudos y al palo. Una locura total. Deje de mamarlo, me sente, lo segui besando ya a su lado. Qué es esto H lo indagué. Nunca me pasó, le susurré. No se que hacer, como seguir...
El experto con experiencia de pronto no sabia como seguir. Le pidio, le rogó, le suplicó al jóven inexperto que lo guiara.
Te gusto me pregunto H. Si, pero no se como seguir..le respondi gimiendo como una nena virgen.
Segui asi putita que me encanta, soy tu macho, te gusto, re caliente H me habló como un macho dominante.
Pará, le dije. Vamos al hotel. Acá no puedo.
Maneja vos. Lleváme.
Nos vestimos, H se puso al volante, yo me recoste en su hombro, lo acariciaba y le iba indicando el camino.
Llegamos, H conocia la historia del lugar, pero nunca habia ido. Saque un bolsito del baul y entramos. Cachito, el sereno de la noche, me dio la llave y me miró como preguntando, sorprendido. H paso rápido para el pasillo hacia la habitación como yo le habia indicado, pero Cachito se hace el boludo pero no es ningun boludo.
Nada, le dije, un amigo q tuvo kilombo en la casa...
Otra vez con kilombo el pendejo, me tiró Cachito riendose. Como si yo supiera algo que obviamente no sabia.
Entramos al cuarto, nos besamos como locoa, tirandobos a la cama. Le digo a H "desvestite q ya vengo". Apagué todas las luces, cerre bien la ventana y las cortinas. Prendi la tv en mute para que fuera la unica iluminación y fui al baño. En el bolsito que baje del auto guardaba unos souvenirs de aventuras pasadas: tanguitas, culottes, corpiñitos, pantymedias, vestiditos, remeritas, lapiz labial, gels lubricantes, preservativos, juguetes varios.
Se me dio por hacerme lo más nena que pudiese. Eleji una musculosa blanca que me quedaba re ajustada y una tanga roja. Me pinte apenas los labios,, un toque casi imperceptible. Me envolvi en un toallon y volvi a la cama.
H estaba tapado, metido denteo y haciendo zapping en la tv. Ni me miro. Me meti dentro y me acurruque a su lado. El seguia con el zapping, fijo en la tele. Ey, volvi, le dije. Ni bola.
Acá está, casi gritó. Mira, me dijo.
Era la repe de un partido del Barça.
Hasta acá llego hoy. Por supuesto sigue
 
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