Vero en su isla (9 de junio 2019)

Perigeia

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Un lejano 9 de junio de 2019, subí este relato a la página madre (DEP) y como una es nostálgica, aquí lo coloco otra vez. Fue fruto del arrebato de un momento y no tiene continuación.
***



Buenas tardes, muchachos, ahora que tengo un rato os quiero contar mi historia.

Es habitual que a principios de verano pase unos días sola...

Huy, que no me he presentado. Me llamo Verónica, como aquel personaje que se aparecía a medianoche en los espejos. Si tenéis los años suficientes para ser considerados caballeros interesantes, sabréis de lo que hablo. La verdad es que Verónica suena un poco a actriz porno...pero si lo dejamos en Vero ya soy la vecina de enfrente, esa a la que los habituales de la página miráis mientras tiende las bragas.

A lo que iba.

Por motivos que ahora no vienen al caso, desde hace unos años, a principios de verano se rompe mi vida habitual y me quedo sola, de Rodríguez, como suele decirse. Y es entonces cuando emerge algo que fui en otros tiempos pero que ahora suelo tener controlado.

Hummm...está feo decir esto por aquí. ¿Control? ¿No se trata aquí de que todas las mujeres estén permanentemente cachondas y no puedan resistirse? Pues mirad, os diré un secreto: a todo se aprende, también a dominar los impulsos o a canalizarlos de otro modo si hace falta. El mundopajillero es como Disney: estupendo pasearse por aquí y fantasear, pero todos sabemos lo que pasa al otro lado.

Blablabla, Verónica, cuánto hablas. Céntrate.

El primer año, tras un par de días de soledad y descanso, algo hizo "plof" en mí. Los recuerdos. La etapa de adicción al cibersexo. Las personas a las que conocí. ¿Qué pasaría ahora? ¿Cuáles serían las plataformas y las maneras de encontrar a alguien?

No sabía ni por dónde empezar y no sé cómo, recalé en esta página, que conocí hace tiempo, a través de un amante.

Y ahí me tenéis consumiendo vídeos como una cerda. Vídeos de todo tipo, que para eso soy ecléctica. Esa vez estuve especialmente entretenida con los vintage, ya que nunca antes los había mirado con mucho detenimiento y no los tenía trillados. Además, suelen contar con un maravilloso sentido del humor, que por desgracia se está perdiendo.

Algunas escenas:

En un avión un pasajero exige, señalando su pollón erecto, que la azafata se ocupe del asunto. Ella accede con mucha profesionalidad,
mamándosela como es debido.

En otro vídeo a una muchacha la masturban con el palo de una escoba.

Un poco más allá y tenemos a un hombre en bolas sirviendo la mesa a un grupo de mujeres. Según pasa al lado de cada una, esta para la charla despreocupada con las amigas, y se mete en la boca un poquito de polla...y luego sigue hablando. Así hasta que una decide pedirle algo más, retira los trastos de la mesa, se apoya en ella, y le ofrece el culo.

Entre tanto, esta humilde servidora, no para de apretar los músculos de los muslos y el pubis, con las piernas cruzadas. No quiero tocarme. Si me toco me corro y se acaba, tan pronto, la sesión. Lo prolongo, lo prolongo...

Otros tíos empalmados miran a través de un agujero lo que hace una pareja en la habitación contigua.

No puedo más. Saco el consolador del cajón. Tanto tiempo sin uso que ya no vibra. Una pena. Pero es lo que hay. Me sirve. Pongo la punta en la entrada, no hace falta ningún lubricante tal y como estoy. Lo succiono, me lo trago entero, con voracidad. Y en un par de minutos, termino.

Pero al acabar, no estaba para nada saciada. ¿Una masturbación? ¿Eso iba a ser todo? Seguí buscando. Así encontré algunas páginas desde las que se podía contactar con gente. ¿Problemas? Piden registros, piden dinero, casi todas piden fotos. ¿Fotos? ¿Y si alguien me reconoce? Eso quedaba totalmente descartado. También había tablones de anuncios, en los que había ofertas variadísimas...¿Serían reales?

¿Un señor maduro que me comiera entera? ¿Un jovencito al que enseñar? ¿Alguien que me lamiera los pies? Buff, no sigo. Me iba a volver loca. Todo. Le diría que sí a todo.

Llevaba ya horas en casa pensando en sexo, masturbándome, chateando con los de las webs...Decidí salir de esa casa que olía a mis fluidos y distraerme un poco.
Pero ya estaba atrapada, así que me puse vestido, pero no ropa interior. Salí a caminar en una especie de rapto o locura, como en sueños.

Ya en la calle, miraba a los hombres -entonces sin mascarilla- de otro modo. No me fijaba en la edad o el atractivo. Solo imaginaba sus rabos y qué gustos esconderían bajo aquellos aspectos aparentemente banales. ¿Quién me metería la mano en la vagina y luego se chuparía los dedos en el asiento de un cine? ¿Quién querría una jovencita de pechos pequeños? ¿Quién un culo grande, a ser posible con celulitis? Pollas por todas partes.


Por dentro me moría, el clítoris se hacía notar de modo doloroso, y sentía que cualquiera, si cruzaba la mirada conmigo, sabría que solo tenía que chasquear los dedos. Cualquiera.
 
Pues deberías tener más arrebatos de este tipo, un relato corto, duro y intimista me ha gustado es como salir del cine de Hollywood y ver cine de autor, esperó que te animes a escribir más relatos 👏👏👏👏
 
Un estilazo tu forma de escrbir.
Enhorabuena. Y además he terminado cómo en el relato... Chasqueando los dedos... Y no apareces :unsure::cool:
 
Un lejano 9 de junio de 2019, subí este relato a la página madre (DEP) y como una es nostálgica, aquí lo coloco otra vez. Fue fruto del arrebato de un momento y no tiene continuación.
***



Buenas tardes, muchachos, ahora que tengo un rato os quiero contar mi historia.

Es habitual que a principios de verano pase unos días sola...

Huy, que no me he presentado. Me llamo Verónica, como aquel personaje que se aparecía a medianoche en los espejos. Si tenéis los años suficientes para ser considerados caballeros interesantes, sabréis de lo que hablo. La verdad es que Verónica suena un poco a actriz porno...pero si lo dejamos en Vero ya soy la vecina de enfrente, esa a la que los habituales de la página miráis mientras tiende las bragas.

A lo que iba.

Por motivos que ahora no vienen al caso, desde hace unos años, a principios de verano se rompe mi vida habitual y me quedo sola, de Rodríguez, como suele decirse. Y es entonces cuando emerge algo que fui en otros tiempos pero que ahora suelo tener controlado.

Hummm...está feo decir esto por aquí. ¿Control? ¿No se trata aquí de que todas las mujeres estén permanentemente cachondas y no puedan resistirse? Pues mirad, os diré un secreto: a todo se aprende, también a dominar los impulsos o a canalizarlos de otro modo si hace falta. El mundopajillero es como Disney: estupendo pasearse por aquí y fantasear, pero todos sabemos lo que pasa al otro lado.

Blablabla, Verónica, cuánto hablas. Céntrate.

El primer año, tras un par de días de soledad y descanso, algo hizo "plof" en mí. Los recuerdos. La etapa de adicción al cibersexo. Las personas a las que conocí. ¿Qué pasaría ahora? ¿Cuáles serían las plataformas y las maneras de encontrar a alguien?

No sabía ni por dónde empezar y no sé cómo, recalé en esta página, que conocí hace tiempo, a través de un amante.

Y ahí me tenéis consumiendo vídeos como una cerda. Vídeos de todo tipo, que para eso soy ecléctica. Esa vez estuve especialmente entretenida con los vintage, ya que nunca antes los había mirado con mucho detenimiento y no los tenía trillados. Además, suelen contar con un maravilloso sentido del humor, que por desgracia se está perdiendo.

Algunas escenas:

En un avión un pasajero exige, señalando su pollón erecto, que la azafata se ocupe del asunto. Ella accede con mucha profesionalidad,
mamándosela como es debido.

En otro vídeo a una muchacha la masturban con el palo de una escoba.

Un poco más allá y tenemos a un hombre en bolas sirviendo la mesa a un grupo de mujeres. Según pasa al lado de cada una, esta para la charla despreocupada con las amigas, y se mete en la boca un poquito de polla...y luego sigue hablando. Así hasta que una decide pedirle algo más, retira los trastos de la mesa, se apoya en ella, y le ofrece el culo.

Entre tanto, esta humilde servidora, no para de apretar los músculos de los muslos y el pubis, con las piernas cruzadas. No quiero tocarme. Si me toco me corro y se acaba, tan pronto, la sesión. Lo prolongo, lo prolongo...

Otros tíos empalmados miran a través de un agujero lo que hace una pareja en la habitación contigua.

No puedo más. Saco el consolador del cajón. Tanto tiempo sin uso que ya no vibra. Una pena. Pero es lo que hay. Me sirve. Pongo la punta en la entrada, no hace falta ningún lubricante tal y como estoy. Lo succiono, me lo trago entero, con voracidad. Y en un par de minutos, termino.

Pero al acabar, no estaba para nada saciada. ¿Una masturbación? ¿Eso iba a ser todo? Seguí buscando. Así encontré algunas páginas desde las que se podía contactar con gente. ¿Problemas? Piden registros, piden dinero, casi todas piden fotos. ¿Fotos? ¿Y si alguien me reconoce? Eso quedaba totalmente descartado. También había tablones de anuncios, en los que había ofertas variadísimas...¿Serían reales?

¿Un señor maduro que me comiera entera? ¿Un jovencito al que enseñar? ¿Alguien que me lamiera los pies? Buff, no sigo. Me iba a volver loca. Todo. Le diría que sí a todo.

Llevaba ya horas en casa pensando en sexo, masturbándome, chateando con los de las webs...Decidí salir de esa casa que olía a mis fluidos y distraerme un poco.
Pero ya estaba atrapada, así que me puse vestido, pero no ropa interior. Salí a caminar en una especie de rapto o locura, como en sueños.

Ya en la calle, miraba a los hombres -entonces sin mascarilla- de otro modo. No me fijaba en la edad o el atractivo. Solo imaginaba sus rabos y qué gustos esconderían bajo aquellos aspectos aparentemente banales. ¿Quién me metería la mano en la vagina y luego se chuparía los dedos en el asiento de un cine? ¿Quién querría una jovencita de pechos pequeños? ¿Quién un culo grande, a ser posible con celulitis? Pollas por todas partes.


Por dentro me moría, el clítoris se hacía notar de modo doloroso, y sentía que cualquiera, si cruzaba la mirada conmigo, sabría que solo tenía que chasquear los dedos. Cualquiera.
😲😲😲😲
Sí, cara de asombro
Un lejano 9 de junio de 2019, subí este relato a la página madre (DEP) y como una es nostálgica, aquí lo coloco otra vez. Fue fruto del arrebato de un momento y no tiene continuación.
***



Buenas tardes, muchachos, ahora que tengo un rato os quiero contar mi historia.

Es habitual que a principios de verano pase unos días sola...

Huy, que no me he presentado. Me llamo Verónica, como aquel personaje que se aparecía a medianoche en los espejos. Si tenéis los años suficientes para ser considerados caballeros interesantes, sabréis de lo que hablo. La verdad es que Verónica suena un poco a actriz porno...pero si lo dejamos en Vero ya soy la vecina de enfrente, esa a la que los habituales de la página miráis mientras tiende las bragas.

A lo que iba.

Por motivos que ahora no vienen al caso, desde hace unos años, a principios de verano se rompe mi vida habitual y me quedo sola, de Rodríguez, como suele decirse. Y es entonces cuando emerge algo que fui en otros tiempos pero que ahora suelo tener controlado.

Hummm...está feo decir esto por aquí. ¿Control? ¿No se trata aquí de que todas las mujeres estén permanentemente cachondas y no puedan resistirse? Pues mirad, os diré un secreto: a todo se aprende, también a dominar los impulsos o a canalizarlos de otro modo si hace falta. El mundopajillero es como Disney: estupendo pasearse por aquí y fantasear, pero todos sabemos lo que pasa al otro lado.

Blablabla, Verónica, cuánto hablas. Céntrate.

El primer año, tras un par de días de soledad y descanso, algo hizo "plof" en mí. Los recuerdos. La etapa de adicción al cibersexo. Las personas a las que conocí. ¿Qué pasaría ahora? ¿Cuáles serían las plataformas y las maneras de encontrar a alguien?

No sabía ni por dónde empezar y no sé cómo, recalé en esta página, que conocí hace tiempo, a través de un amante.

Y ahí me tenéis consumiendo vídeos como una cerda. Vídeos de todo tipo, que para eso soy ecléctica. Esa vez estuve especialmente entretenida con los vintage, ya que nunca antes los había mirado con mucho detenimiento y no los tenía trillados. Además, suelen contar con un maravilloso sentido del humor, que por desgracia se está perdiendo.

Algunas escenas:

En un avión un pasajero exige, señalando su pollón erecto, que la azafata se ocupe del asunto. Ella accede con mucha profesionalidad,
mamándosela como es debido.

En otro vídeo a una muchacha la masturban con el palo de una escoba.

Un poco más allá y tenemos a un hombre en bolas sirviendo la mesa a un grupo de mujeres. Según pasa al lado de cada una, esta para la charla despreocupada con las amigas, y se mete en la boca un poquito de polla...y luego sigue hablando. Así hasta que una decide pedirle algo más, retira los trastos de la mesa, se apoya en ella, y le ofrece el culo.

Entre tanto, esta humilde servidora, no para de apretar los músculos de los muslos y el pubis, con las piernas cruzadas. No quiero tocarme. Si me toco me corro y se acaba, tan pronto, la sesión. Lo prolongo, lo prolongo...

Otros tíos empalmados miran a través de un agujero lo que hace una pareja en la habitación contigua.

No puedo más. Saco el consolador del cajón. Tanto tiempo sin uso que ya no vibra. Una pena. Pero es lo que hay. Me sirve. Pongo la punta en la entrada, no hace falta ningún lubricante tal y como estoy. Lo succiono, me lo trago entero, con voracidad. Y en un par de minutos, termino.

Pero al acabar, no estaba para nada saciada. ¿Una masturbación? ¿Eso iba a ser todo? Seguí buscando. Así encontré algunas páginas desde las que se podía contactar con gente. ¿Problemas? Piden registros, piden dinero, casi todas piden fotos. ¿Fotos? ¿Y si alguien me reconoce? Eso quedaba totalmente descartado. También había tablones de anuncios, en los que había ofertas variadísimas...¿Serían reales?

¿Un señor maduro que me comiera entera? ¿Un jovencito al que enseñar? ¿Alguien que me lamiera los pies? Buff, no sigo. Me iba a volver loca. Todo. Le diría que sí a todo.

Llevaba ya horas en casa pensando en sexo, masturbándome, chateando con los de las webs...Decidí salir de esa casa que olía a mis fluidos y distraerme un poco.
Pero ya estaba atrapada, así que me puse vestido, pero no ropa interior. Salí a caminar en una especie de rapto o locura, como en sueños.

Ya en la calle, miraba a los hombres -entonces sin mascarilla- de otro modo. No me fijaba en la edad o el atractivo. Solo imaginaba sus rabos y qué gustos esconderían bajo aquellos aspectos aparentemente banales. ¿Quién me metería la mano en la vagina y luego se chuparía los dedos en el asiento de un cine? ¿Quién querría una jovencita de pechos pequeños? ¿Quién un culo grande, a ser posible con celulitis? Pollas por todas partes.


Por dentro me moría, el clítoris se hacía notar de modo doloroso, y sentía que cualquiera, si cruzaba la mirada conmigo, sabría que solo tenía que chasquear los dedos. Cualquiera.
Ni lo vi en origen y en este nuevo foro, lo leo ahora. No tengo perdón, suelo pasarme por esta sección y no lo he visto 😭😭
Pero hablemos del contenido. Magníficamente bien escrito, casi parece que estamos leyendo tus pensamientos.
Ahora bien, creo que el relato tiene más de ficción que de realidad. ¿Una niña buena como tú haciendo esas cosas? No me lo creo.
Si fuese realidad yo veo mucho tirón. Podría ser un hilo legendario. Varias entregas con tus aventuras, y más capítulos contando como tomaste la decisión de dejar esa adicción, como te controlas, qué pasa cuando te quedas sola...

Enhorabuena y ojalá te animes a seguir, sea ficción o realidad
 
Última edición:
30 de junio...¡y lo veo hoy, 21 de enero!

Y "Vero" nada ha vuelto a escribir desde entonces. Una lástima. Porque escribe bien, muy bien; en el fondo y en la forma. Algo indisoluble, como todo el mundo sabe.

Ya lo suponía tras leer algunas ensaladas (si se leen los posos de té y de café, ¿por qué no se van a leer las ensaladas?). Este texto me lo confirma. Así que, si usted está en contacto con Vero, póngala a escribir YA.
 
La próxima, voy donde estés para ser un "cualquiera"
 
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