Compañeros 2 - Venganza

25
Sara

Salí de la ducha y me miré al espejo. El castigo de ayer noche había sido tremendo, el mayor que nunca me había aplicado Carmen. Y me lo merecía, Carmen tenía razón en estar enfadada, había sido una idiota total.

Me empecé a poner crema con gestos de dolor cuando me tocaba. Nunca me habían azotado tanto tiempo, no tenía ni idea de cuanto había sido pero me habían parecido horas, aunque eso era imposible. Y había tenido suerte de que Carmen solo permitiera que me azotara Dani, que aunque había sido duro, nada que ver con la saña con la que se habían aplicado esos dos brutos con la pobre Isa. “Luego, cuando terminé de desayunar, iré a verla” pensé.

Terminé de ponerme la crema y salí del baño, entrando con cuidado en nuestro dormitorio. Carmen dormía y no quería despertarla. Anoche, tras la paja, habíamos estado hablando un buen rato. Me había contado su plan completo para su venganza. Y me había prohibido salir del caserón y pensaba hacerle caso, jamás volvería a prisión, y menos sin Carmen que era la que me cuidó allí. Me dijo que tras completar su venganza, saldríamos del país para volver a Sudamérica y, que desde allí, terminaríamos con mi venganza, pero que la olvidara por un tiempo, era demasiado arriesgado. Y tenía razón, me contendría, no podía cagarla una cuarta vez, Carmen me mataría de verdad. Le haría caso, la ayudaría con su venganza, y desde la distancia, pensaría junto a ella como destruir la vida de Cris.

Me acerqué al armario pensando que ponerme, y vi el bote de pastillas. Tomé dos mientras pensaba que ropa ponerme. Tenía que ser algo muy ligero y suave, me dolía solo pensar en la ropa rozándome la piel. Al final opté por ponerme una bata corta de satén que me dejé abierta “Total, aquí solo estamos Carmen, Dani y esos dos bestias y todos me han visto desnuda innumerables veces”. Me guardé el bote de pastillas en un bolsillo y salí de nuestro dormitorio. Fui al de Dani. Vi la cama deshecha pero no estaba. Se había ido. Me dio rabia, tenía ganas de hablar con él, pero Dani no tenía prohibido salir, nadie lo buscaba.

Bajé a la cocina y me preparé un buen desayuno, con café, zumo de naranjas y un par de tostadas, estaba desfallecida. Y mientras lo terminaba, pensé “Mmm Isa y Alberto también tendrán hambre, a ver si les preparo algo, seguro que esos dos cafres no lo han hecho”. Entonces recordé lo que me había mandado Carmen, tenía que matarlos. Suspiré, me daban mucha pena, pero Carmen tenía razón, eran unos putos drogatas, seguro que se irían de la lengua. Pero sería muy clemente con ellos, les prepararía un buen chute final, que se fueran a la otra vida contentos. Cogí la taza de café y miré por la ventana pensando “Pero antes les daría de comer, pobres, toda la noche ahí en las celdas” entonces me fijé en el buen día que hacía “Joder, que mierda, con el día tan bueno y no puedo salir ni a tomar el sol, se me quedarían marcas en las heridas” pensé con rabia. Entonces se me ocurrió una buena idea, me tomaría un baño relajante en la bañera “Sí, así me relajo que después de lo de anoche bien me lo merezco”. Me tomé otra pastilla y subí de nuevo para meterme en la bañera.

Tras un buen y largo baño relajante, volví a salir y tras secarme, pensé en qué hacer. Entonces me acordé de Isa y Al “Voy a ver como están”. Me puse la bata, tomé otra pastilla y bajé.

Al bajar al sótano donde estaban las habitaciones y celdas para las grabaciones, escuché unos jadeos y gemidos inconfundibles. Aumenté mis pasos y al llegar a la habitación vi lo que sospechaba. Isa seguía colgada del techo, y Samuel la tenía levantada sosteniendo sus piernas en sus brazos, follándola por delante, mientras Tomás la follaba desde atrás. Les grité:
- ¿QUÉ COÑO HACÉIS?

Los dos pararon y me miraron. Samuel dijo:
- La señora nos dijo que podíamos divertirnos con la puta
- Dejadla en paz

Dije mientras me acercaba a ellos enfadada. Samuel la soltó, cayendo las piernas de Isa al suelo, sin ella reaccionar. Tomás también se retiro. Los dos me miraron, repasando con sus ojos mi cuerpo que se veía por mi bata abierta. Me molestó como me miraban y les dije:
- Fuera de aquí
- La señora nos dijo…
- La señora dijo que yo me encargaba de ella y el otro, fuera de aquí

Por un momento, vi en los ojos de Samuel rabia y deseo. Estaba excitado, con su enorme polla dura, y me volvió a repasar sin cortarse nada. Me preocupé pero no me eché para atrás. Entonces me acordé de algo que me había dicho Carmen la noche anterior. Le dije:
- La señora quiere que vayáis a recoger un paquete… Os podréis divertir con ella todo lo que queráis cuando la traigáis

El tipo siguió mirándome pero entonces Tomás le hizo una seña y se miraron, tras volverme a mirar con rabia, los dos salieron. Le quité la mordaza a Isa y le pregunté:
- Isa ¿Estás bien?
- Por… por favor… diles que no me peguen más
- No te van a pegar más, cariño
- No… no puedo más, Sara, llevo horas colgada y me duele todo… y esos dos no paran de pegarme y follarme y… no puedo más, suéltame, por favor

Lo fui a hacer pero me paré. Si la soltaba, no tenía donde atarla. Miré a mi alrededor pero no encontré nada. Le dije:
- Sí, cariño, ahora busco la llave (mintiendo porque no se necesitaban llaves)
- Por favor, diles… diles que no me peguen más, que follaré con ellos, haré lo que quieran, soy una puta muy buena, lo sabes, lo que ellos quieran, pero que no me peguen más

Isa sollozaba, sin fuerza para llorar. Cogí el bote de las pastillas y le abrí la boca poniéndole dos. Le dije:
- Tómate eso, te sentirás mejor ¿Quieres algo? ¿Quieres comer?
- Agu… agua, por favor
- Vale, ahora vengo

Fui a ponerle de nuevo la mordaza, no quería que Carmen la viera sin ella. Isa protestó pero se la puse y se la sujeté fuerte. Luego me fui a buscar a Al. Lo encontré mirando al suelo, desnudo y también con los brazos en alto atado al techo. Le habían dado una paliza. Lo llamé y levanto la cara, con los ojos casi cerrados por los golpes. Le dije:
- Al, cariño ¿Cómo estás?
- Sara joder ¿Quiénes son esos? ¿Qué pasa? Me cogieron en mi casa y me dieron una paliza y luego me he despertado aquí, no entiendo nada ¿Estás con ellos?
- Nada, cariño, ya está todo resuelto
- Suéltame, Sara, por favor, me duele todo

Al se puso a llorar. Le dije:
- Voy a por la llave y ahora vengo
- Tengo hambre y sed
- Ahora te traigo algo, tranquilo

Y me fui pensando en esos dos cafres “Me tengo que acordar de prohibirles violarle, que a esos dos les gusta todo, y a Al nunca le han ido los tíos”. Subí arriba y me dirigí a la cocina. Entonces escuché el timbre de Carmen, ya estaba despierta. Corrí escaleras arriba a atenderla y me olvidé totalmente de Isa y Al.

Gema
“Chicas, no sois de ayuda y en menos de tres horas viene a recogerme” dije llevándome las manos a la cara. Las había reunido esa tarde para contarles lo de mi cita con Fran y habían llegado hacía un rato porque Sofi era cuando terminaba de trabajar en casa de Héctor y Cris. Estábamos en mi cuarto, con un montón de ropa esparcida por la cama y por la mesa y silla de mi escritorio.

Por la mañana le había contado todo a mi madre y a mi tía, y las dos super felices, le tenían mucho cariño a Fran, pero no me ayudaron nada, al contrario, me hicieron tener más ilusión por la cita, y no es lo que quería. Lo que necesitaba era que me tranquilizaran y me prepararan para una desilusión, por si Fran volvía a defraudarme.

Ahora, estaba con Ali y Sofi y les acababa de contar lo acontecido el día anterior. Como siempre, la más positiva y emocionada era Sofi, mientras Ali se mantenía más en la línea del pragmatismo.

Sofi me dijo:
- A ver, niña, yo lo tengo claro, el tío está cañón, pero cañón, cañón, mucho más que el chulo discotecas que te has estado tirando estos días, y es tu puto Superman, joder, que antes no te lo podía decir porque tu madre no quería, pero ese tío TE SALVO LA VIDA, tonta, te salvó, se tiró a un puto agujero oscuro por ti, sin pensárselo

Ali dijo:
- Ya, pero eso es la inconsciencia de un crío de 12 años
- Que coño inconsciencia, que se partió la puñetera pierna y no dijo ni mu, solo preocupado por “su Gema”, vamos, no me jodas, Ali, que sabes como era de pequeño, solo pendiente de la tonta ésta
- Ya, pero luego la dejó
- Por miedo a fastidiarla, no por no quererla

Sofi me miró:
- Gema, ese tío te lleva queriendo desde siempre, desde críos, y te sigue queriendo, solo hay que ver la preocupación que le entró cuando le dije que estabas con el chulo discotecas ese

Ali preguntó:
- ¿Por celos?
- Quizás, pero lo que yo vi fue preocupación

Meneé la cabeza. Sofi me miraba como si estuviera loca. Me dijo:
- ¿Y tú qué?
- ¿Yo qué de qué?
- Él te quiere desde que erais unos enanos, y estoy segura que aún te quiere pero ¿Y tú?
- Yo no...
- Y UNA MIERDA
- Que no…
- Y OTRA MIERDA
- Pero ¿Me vas a dejar hablar?
- No, vas a decir lo de siempre, pasar página, olvidadlo, me hizo mucho daño, blablabla,… pero ahí sigues, ningún tío es bueno para ti, todos tienen algo
- Yo no he dicho eso nunc…
- Porque siempre los comparas con Fran, siempre, joder, Gema, es que está tan claro que aún estás pillada por él
- Pues yo no lo tengo claro
- Porque es tu forma de defenderte por si el tonto del bote ese vuelve a joderla, que no digo que no sea capaz de hacerlo, es un tío, todos son tontos, pero joder, Gema ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- Pues que me deje jodida como hace cinco años
- Jodida llevas desde hace cinco años, eso es así… Si el tío es gilipollas de nuevo, esto puede que al fin te haga darte cuenta que es eso, un gilipollas que no merece la pena… y de camino, te llevas un buen revolcón con un buenardo de categoría plus jajaja
- Pero ¡¡¡Que no me pienso acostar con él!!! que sigo cabreada, y mucho
- Bueno, bueno, tú date un buen repasito por los bajos con la maquinilla, que nunca se sabe jajaja

Meneé la cabeza sonriendo. Con Sofi, una nunca sabía donde empezaba o acababa la broma. Le dije:
- A ver, que ese no es el tema, Sofi
- ¿Qué no es el tema? ¿Y cuál es? ¿El paso del Pisuerga por Valladolid? Hay que joderse

Las tres nos empezamos a reír sin poder parar. Las cosas de Sofi. Cuando paramos con lágrimas en los ojos le dije:
- El tema no es si lo sigo queriendo o él a mí, eso ya lo iré viendo… El tema es que necesito que me ayudéis con la ropa, idiota

Sofi cogió un mini vestido de la cama y dijo:
- Éste
- Anda ya, ese dice claramente que quiero tema
- Pues eso, te lo tiras y ya decides si merece la pena o no jajaja

Cogí el vestido y lo metí en el armario diciendo:
- Necesito un vestido que no parezca que soy una fulana buscando tema
- Polla, buscando polla, que encima nos contaste una vez que mal dotado no está ¿no? Joder, buenorro, loquito por ti y con pollón, pero niña ¿Qué más quieres?
- Jajaja, te voy a echar, no ayudas, idiota
- Soy la voz de la razón en esta habitación

Cogí un vestido sin escote y con la falda un poco por encima de las rodillas y dije:
- Estoy pensando en éste, es bonito y no…
- Joe, Gema, venga ya ¿Eso?
- Es bonito y me queda bien y no…
- Con ese par que tienes la gran suerte de tener y que envidio de una forma muy mal sana...
- Jajaja
- Ponte algo con escote, mujer, con canalillo que lo dejes bizco
- No, que va a pensar que quiero…
- QUE LO PIENSE, joder ¿Qué tiene de malo?
- Sofi, está a prueba, es una cita de prueba, me va a llevar a un restaurante que sospecho que ha llevado a otras porque lo conoce, sabe que es bonito y está bien
- Ahhh, que debería haber estado en clausura como tú ¿No?
- Noooo, idiota, yo no lo he estado e imagino que él tampoco, pero que sea original, jo, que encima que está a prueba ni se curra el buscar un sitio nuevo y...
- Pues irá a lo seguro para que te guste, menudas vueltas le das al tema, tía

Le enseñé el vestido a Ali y le pregunté:
- ¿Qué te parece a ti?
- Me gusta

Miré a Sofi con sonrisa triunfal pero entonces Ali dijo:
- Pero estoy de acuerdo con Sofi, debes ponerte algo mmm más interesante, que se ponga nervioso, que babee un poquito ¿no?
- ¿Tú también, Ali?
- Niña, es que… A ver si me entero que buscas... quieres ir mona ¿no?
- Claro
- Pero no provocativa
- Exacto, que no piense que quiero tirármelo esta noche
- Entonces… éste

Y se levantó cogiendo un vestido y dándomelo. Lo miré. Era un vestido beige claro, de tirantes, ajustado a mi busto y talle pero de falda amplia a medio muslo. Le dije:
- Muy ajustado
- Por eso, no enseñas nada pero dices “esto es lo que hay, capullo, y ahora babea”

Sofi, con cara de sorpresa, dijo:
- Hostias, Ali, me has dejado patidifusa, jajaja
- ¿No está bien?
- Sí, sí, pero no me lo esperaba de ti jajaja

Me quité la camiseta y el short y me puse el vestido. Me miré al espejo mientras Ali decía:
- Es perfecto, te queda genial y le estás diciendo “mira qué pecho tengo, qué vientre plano, qué caderas y qué piernas… o te lo curras o no vas a tener esto”

Sofi se partía de risa y dijo:
- Hostias, Ali, que el friki te ha espabilado, no me lo puedo creer
- Ya ves jeje

Me giré mirándome y sonreí. Ali tenía razón, era lo que buscaba. Le di un beso en la mejilla y dije:
- Me parece genial, muchas gracias, Ali
- De nada

Sofi dijo:
- Sigo pensando que un canalillo haría que babeara más, pero ese vestido resalta tu tipazo, si hasta yo babearía y te metería mano jajajaja
- Jajaja, idiota… pero gracias a ti también

Me seguí mirando y dije:
- Quiero que Fran no tenga dudas sobre si merece luchar por nuestra felicidad juntos, ese es mi objetivo
- Como lo dude, no es que sea tonto, es gilipollas, Gema
- Ya, a ver por donde sale, con él ya me espero cualquier cosa

Sofi me abrazó por la cadera y, mirándome al espejo, dijo:
- Saldrá bien, tonta
- No me ilusiones
- Es que lo sé, ese chico está loquito por ti, Gemita, y tú igual
- Pero me vuelvo ya mismo a la universidad, no sé si esto merece la pena para diez días
- Te esperará sin problema, lo sabes
- Ufff, la distancia…
- Lo hablaréis y lo solucionaréis
- Me estás dando demasiadas esperanzas, como mi madre y mi tía
- Ellas saben más, escúchalas

Entonces se retiró soltándome y dijo:
- Y ponte unas braguitas bonitas ¿Eh?
- Que no va a pasar nada, joe
- Bueno, tú hazme caso que no cuesta nada, maquinilla y braguitas sexy, que nunca se sabe
- Y sujetador, no pienso llevar este vestido con las perolas saltando jeje
- Ufff, pues eso es mejor que el canalillo, viva las peras libres y empitonadas jajaja

Meneé la cabeza riéndome. Entonces llamaron a la puerta y escuchamos a Fer diciendo:
- Sofi, que se nos hace tarde para las clases de francés
- Mierda, es verdad, vooooyyyy

Sofi nos miró y dijo:
- Tú tranquila, Gema, no te comas el coco, si el tío tiene una neurona, no te dejará ir

Y me dio un abrazo y se fue diciendo:
- Mañana quiero informe detallado, sobre todo de su cacharro: medida, grosor y sabor jajaja

Y se fue mientras nos partíamos de risa.

Sofi
Le di un pico a Fer y le dije:
- Ay, que tarde, tu hermana que no para de hablar
- Claro, claro, mi hermana, tú casi no hablas

Y me reí empujándole con un golpe de mi cadera. Bajamos la escalera y Fer gritó:
- NOS VAMOS

Pero entonces me acordé de una cosa y dije:
- Un segundo, feo

Y fui a la cocina donde estaban Silvia y Carlos y les pregunté:
- ¿Sabéis algo de Laira?

Ellos me miraron extrañados y les dije:
- Ayer no la localicé y hoy tampoco me coge el móvil, y quería preguntarle algunas cosas para el viaje

Silvia dijo:
- Pues… mmmm ¿Cuándo hablamos con ella, cariño? ¿Ayer?
- No, hace dos días
- Ah, pues espera y la llamamos

Les dije:
- No puedo, nos tenemos que ir, que tenemos prisa por las clases de franchute… decidle que me llame cuando pueda ¿Vale?
- Claro
- Hasta luego, suegros jeje

Y me fui con Fer.

Sara
Me desperté con Dani zarandeándome. Estaba en la butaca junto a la cama y me había dormido. Dani, con cara de mala leche me dijo al oído:
- Joder, Sara, ¿Eres idiota o qué te pasa?
- ¿Qu… qué pasa?
- Ven fuera

Miré a la cama donde Carmen dormía. Salí con Dani que me dijo:
- Has dejado a Isa todo el puto día ahí colgada y sin comer ni nada
- ¿Qué?
- ¿Estás colocada?
- Mmmm es que tu madre ha pasado muy mal día y…
- JODER, puta yonki de los cojones
- No grites, que vas a despertar a tu madre
- Isa está fatal, coño, tiene la piel en carne viva, deshidratada, los brazos ni los siente, tiene fiebre… Coño, Sara
- Yo… es que he estado con tu madre y…
- ¿Y no has podido desatarla y darle algo de comer y beber?
- Ahora… ahora voy
- Está en mi bañera, ve y la cuidas, coño, que me tengo que ir
- Yo no sé si…
- Y el otro sigue ahí abajo colgado, tú sabrás pero lleva también más de 24 horas colgado y sin comer
- Ya

Dani me miró sorprendido y dijo:
- Coño, que es tu amigo ¿Te da igual?
- Es que… van a morir, da igual si…
- ¿Qué?
- Tu madre dijo que los dos...

Dani me miró con asco y dijo:
- Lo flipo con vosotras ¿Isa también?
- Sí
- Pero si es una cría, estúpida y yonki pero una cría ¿Qué ha hecho? ¿Seguirte en tus planes locos?
- Tu madre dice que te conoce y no quiere que tú te veas involucrado

Dani meneó la cabeza y dijo:
- Vale, perfecto, pues no me involucro, ahí está en mi bañera, no quiero saber nada más, pero que sepas que es una gran putada, coño, que ella solo hizo lo que le dijiste
- Ya
- Me voy
- No, espera, llévala otra vez abajo, yo no puedo…
- Díselo a los dos bestias esos
- Se han ido a un recado de tu madre
- ¿Dónde están?
- En Francia, han ido a recoger un paquete, bueno, a la puta cubana esa, que la tienen retenida y ellos la tienen que traer
- Perfecto, otra más para cargarse… perfecto…

Dani meneaba la cabeza con gesto cansado y hastiado. Entonces dijo:
- Mira, paso de todo, me voy
- Espera
- ¿Qué?
- ¿Y la putilla? Tu madre me preguntará y…
- Sigue sin cogerme el puto móvil
- Joder, Dani, tu madre se va a poner…
- Ya lo sé, coño, ya lo sé… Dile que lo arreglaré

Y se fue. Me quedé sin moverme, mareada. Busqué mi bote de pastillas y me tomé dos. Luego fui al cuarto de baño de Dani. Allí vi a Isa metida en el agua, temblando. Cuando me vio dijo:
- Sara, no viniste y me encuentro muy mal, quiero irme a casa

Me agaché junto a la bañera y le dije:
- Lo sé, cariño, es que he estado super liada, pero no te preocupes, anda, sal y te seco
- No me sostienen las piernas, ayúdame

La ayudé. Era verdad, tenía el cuerpo mucho peor que yo. La miré y noté que me excitaba. Isa temblaba y estaba caliente. La sequé con muchos quejidos y “ays” de ella. La llevé a la cama de Dani y le di dos pastillas que ella aceptó sin casi darse cuenta. Luego fui al dormitorio de los dos bestias y rebusqué hasta encontrar un par de esposas. Volví donde estaba Isa y le esposé un tobillo a la cama. Ella se dio cuenta y dijo:
- ¿Qué haces?
- Es para jugar
- No quiero jugar, quiero irme a mi casa
- Chisst, vamos a jugar un poquito, Isa
- Pero no me encuentro bien, no tengo ganas y…
- ¿Prefieres jugar con esos dos? ¿Los llamo?
- No, por favor, esos no, por favor

Me quité la bata y me eché sobre Isa que dijo:
- Pero no me pegues, no puedo más
- No, tranquila, solo quiero acariciarte

Y le pasé mis dedos por su piel en carne viva, embelesada. Ella se quejó diciendo que le dolía pero no le hice caso. Le apreté las tetas y ella “ayyyy, me duele, no me toques, por favor”. Lamí sus heridas lentamente mientras ella lloriqueaba. Luego, me tumbé boca arriba, y abriendo las piernas, le empujé la cabeza diciéndole:
- Ahora cómemelo, zorrita, como tú sabes

Gemí de gusto en cuanto noté la lengua de Isa sobre mi clítoris.

Gema
Me miré al espejo, dudando. Al final había hecho caso a las dos. A Ali con el vestido que me había dicho, y a Sofi con el repaso con la maquinilla y la ropa interior. La elección de la ropa interior me había costado un buen rato, y me daba rabia haberlo perdido, pero no paraba de pensar en lo que Sofi había dicho “por si acaso”. Y era una gran tontería, no iba a pasar nada de nada, ni yo tenía cuerpo de eso ni esto era una cita para eso.

No tenía cuerpo porque aún me estremecía recordando el último sexo que había tenido, drogada y siendo abusada por ese tipo negro y esa chica, y mi cuerpo traicionándome mientras esos dos… Ufff, es que era pensarlo y me ponía mala. No, el sexo para mí ahora no era una opción, pero eso no se lo podía contar a Sofi, ni a ella ni a nadie.

Entonces, si no tenía nada de ganas de sexo ¿Por qué había acabado haciendo caso a Sofi? “Porque es el hombre de tu vida, vas a tener una cita con el hombre de tu vida” escuché en mi cabeza, pero de inmediato escuché otra voz diciendo “El hombre de tu vida que te dejó tirada, que te traicionó”. Me llevé las manos a la cara, me estaba volviendo loca de lo nerviosa que estaba, ahora escuchando vocecitas, una buena y otra mala pero ¿Cuál era la buena y cuál la mala?

Me volví a mirar al espejo y me señalé con un dedo y dije en voz alta: “Cero expectativas, Gema, no esperes nada. Es una cita donde él se va a disculpar y a prometerte mucho pero ¿Cuánto será de sincero? No bajes la guardia, que te puede volver a hacer mucho daño, no es de fiar”.

Meneé la cabeza riéndome de mí misma, estaba fatal de la cabeza hablando sola. Llevaba casi tres horas arreglándome para la maldita cita, no me lo podía creer. Entre la elección del vestido, ducharme, repasarme, pintarme las uñas de pies y mano, la elección de la ropa interior, lo varios intentos de maquillaje… Esto era un desatino sin sentido, tanto esfuerzo y nerviosismo para este tipo de cita, pero no podía evitarlo.

Entonces sonó mi móvil. Lo miré, era Fran que ya estaba esperándome. “Mierda, que puntual” pensé nerviosa porque aún no me había decidido con el pintalabios. Miré los tres con los que dudaba. Pensé “Puedo decirle que entre, a mis padres les gustará hablar con él” pero acto seguido pensé “No, no, que eso da más peso a la cita, no, que se quede esperando”. Y sin pensármelo, cogí uno de los pintalabios, el menos llamativo, y me lo puse y me eché mi perfume. Luego, busqué unas bonitas sandalias de tacón alto y me las puse. Cogí mi bolso a juego con el vestido y metí el móvil dentro junto con mis medicinas.

Me di un último vistazo en el espejo, me retoqué el pelo con el cepillo y salí. Al bajar, vi a mi madre en el salón y le dije:
- Mamá, ya está aquí Fran
- Dile que pase
- No, nos vamos ya
- Pero no lo hemos visto desde el hospital, dile que…
- Que no, mamá, que bastante nerviosa estoy ya
- Bueno, tranquila, que todo va a ir bien
- Aiiiinnnsss, no me ayudas, no me des esperanzas, mamá
- Bueno, pues verás como todo sale horrible jeje
- Ofú…. Dame un beso
- Ven, tonta…. Estás guapísima

La miré y le pregunté:
- ¿Guapa de “es una mujer por la que me voy a dejar la piel por hacer que lo nuestro funcione” o guapa de “me la quiero llevar a la cama”?
- Jajaja, mujer, de lo primero, que no quita lo segundo
- Mamááááá, te he preguntado en serio
- Que sí, estás bellísima y deslumbrante, si no piensa lo primero es que está ciego
- Como me vuelva a dar esperanzas para luego dejarme… lo mato
- Y yo también, hija, jeje

Le di dos besos y salí a la piscina donde estaba mi padre, que también quiso que entrara Fran pero le dije que íbamos con prisas. Le di dos besos y me fui.

Salí a la calle y vi a Fran apoyado en un pequeño C3 gris, haciendo algo en el móvil. Me paré sorprendida, estaba guapísimo y eso que no estaba especialmente arreglado. Llevaba unos vaqueros oscuros y una camisa, pero me quedé unos segundos mirándolo. Entonces cerré la puerta y él levantó la vista. Su mirada fue de sorpresa y admiración. “Vale, un puntito por esa mirada y otro por lo guapo que estás” pensé. Fui hacia él, que un poco incómodo dijo:
- Estás… impresionante
- Gracias
- Mmm pero yo no… no… mierda, el sitio donde vamos no es elegante, Gema, vas muy arreglada

“Mierda” pensé. Había supuesto que sería un restaurante bueno, de ir arreglados. Pero ahora, mirándolo, quizás sí que iba demasiada arreglada. “Mierda, mierda, mierda”. Le dije:
- Ah, pues me cambio y…
- No, no, que va, si estás preciosa, era porque… yo solo voy en vaqueros, lo siento
- Pero ¿Voy a dar la nota donde sea que me vas a llevar?
- No, bueno, tú siempre… ejem… llamas la atención, claro
- Pero ¿Voy a hacer el ridículo?
- No, no
- ¿Seguro?
- Sí
- Fran, que no tardo nada en cambiarme y…
- No… perdona, perdona, he empezado fatal ¿Puedo rebobinar?

Lo miré extrañada y dijo:
- Buenas noches, Gema
- Buenas noches
- Estás increíble, guapísima
- Gracias

Y entonces me dio dos besos. Olí su aftershave, me gustó. Estaba recién afeitado y eso también me gustó. Nos miramos unos segundos, un poco incómodos los dos y le pregunté:
- ¿Y dónde vamos?
- Ah, es un sitio… creo que te gustará
- ¿Has estado antes?
- Sí

Arrugué la nariz. Ni siquiera intentaba disimular que había llevado allí a otras. “Punto negativo para ti” pensé. Me moví para ir a la puerta del acompañante. Él se quedó mirándome el culo y sonreí sin que me viera. Abrí la puerta y él dijo:
- Oh, mierda, debería habértela abierto yo, lo siento

Me reí pensando “Te has quedado lelo mirándome el culo jeje venga, te doy otro punto positivo por no poder ni reaccionar”. Entramos en el coche y al empezar a moverse, me extrañó la dirección que tomaba ya que, por donde iba, no había nada que yo supiera. Le pregunté:
- ¿Han abierto un restaurante en el campo?
- Ehhh, sí, bueno…
- Mis padres no me lo han dicho
- Es que…
- Ah, será de comida… (iba a decir basura pero no quise parecer snob) comida… ¿De qué?
- Hay de todo
- Ah

Lo miré extrañada, estaba en plan misterioso y si me llevaba a una hamburguesería, sí que me encontraría ridícula. Estuve a punto de decirle de dar la vuelta parar ponerme unos shorts y una camiseta, pero al final me resigné.

Entonces, de pronto frenó y paró el coche. Miré a nuestro alrededor extrañada. No veía nada, solo campo y árboles, ninguna luz o edificio. Le pregunté:
- ¿Es aquí?
- Sí, bueno, hay que andar un poco
- ¿Dónde?

Fran abrió su puerta y salió viniendo a mi puerta pero salí antes. Miré más a mi alrededor. De pronto reconocí el sitio. Me giré hacia unos árboles y dije:
- ¡¡Nuestro refugio!!

De niños, veníamos aquí en nuestras bicis y nos quedábamos a la sombra de unos árboles que estaban lejos de los caminos y senderos. Y allí empezamos a llevar cosas viejas, algunas sillas, alguna caja de plástico, juegos, libros… Le pregunté:
- ¿Siguen nuestras cosas ahí?
- No lo sé

Lo miré ilusionada. Hacía mucho que no pensaba en este sitio, con la de horas y buenos ratos que habíamos pasado aquí los dos, nuestro refugio secreto. Pero entonces me miré los pies y le dije:
- No voy a poder ir con estos zapatos
- Ya

Entonces fue al maletero del coche, lo abrió y me dio una caja de zapatos. La abrí. Dentro había unas zapas de tela blanca. Lo miré divertida y dijo:
- Imaginé que traerías sandalias, aunque no de tacón tan alto

Me senté en el asiento del conductor y me quité las sandalias y me probé las zapas blancas. Me estaban perfectas. Lo miré extrañada diciendo:
- Has acertado de pleno con mi talla
- Bueno…
- ¿Qué?
- Le pregunté a tu madre

Me quedé pasmada y dije:
- ¿Mi madre sabía que me ibas a traer al campo?
- Sí
- ¿Y no me ha dicho nada y me ha dejado salir con este vestido y calzado? La mato
- Es que le pedí que no te dijera nada, que era una sorpresa
- Pero me podría haber dicho para ponerme algo más cómodo y sencillo, que me he tirado…

Me callé, tampoco era cosa de decirle las tres horas que me había pasado arreglándome. Meneé la cabeza incrédula. Entonces él dijo:
- Es que si te llega a avisar y no vienes tan increíble por eso, la hubiera matado yo jeje

Me reí feliz. Entonces dijo apesadumbrado:
- Pensé en llevarte en brazos hasta el refugio pero es que no estoy en buenas condiciones físicas así que pensé en que mejor te traía un calzado más cómodo para andar por el campo

Y me acordé de sus costillas. Ni le había preguntado. Dije:
- Oh, lo siento, ni te he preguntado
- Bah, estoy mejor, pero no para llevarte en brazos, lo siento

Lo miré. La cara seguía con moretones, pero mucho menos visibles. Y lo de las costillas seguro que le dolían, y más después de conducir en la misma postura pero si no se quejó de una pierna rota, ahora no iba a decir que le dolía eso, estaba claro. Meneé la cabeza y dije:
- Pero si ayer te costaba andar bien
- Ya, pero estoy mejor
- Ya, seguro
- Si quieres, adelántate a ver como está, mientras yo voy sacando esto

Me asomé al maletero y vi que tenía una bolsa con comida, una neverita, una mochila y una manta. Le dije:
- Ah, no, ni hablar, esto no lo llevas tú solo allí
- No es nada, de verdad, ve tú a mirar si…
- Que no, hombre, que yo estoy fuerte y sin una lesión en las costillas

Y empecé a sacar cosas, y al coger la bolsa y la nevera, le dije:
- La madre que te parió ¿Y querías llevar esto allí arriba en tu estado? Es para matarte, por cabezón
- Hubiera dado dos paseos
- Anda, anda… coge tú la mochila que parece que pesa menos y la manta y tira para adelante, cabezón jajaja

Sacamos las cosas y Fran cerró el coche. Empezamos a andar y le dije:
- Pero ¿Cuánta comida has traído?
- No estaba seguro de si habías cambiado de gustos y he hecho un poco de todo
- ¿Hecho o comprado?
- Hecho, se me da bien cocinar, creo, ahora me dirás

Lo miré mientras andábamos. Yo me había tirado tres horas para arreglarme pero seguro que él llevaba todo el día en la cocina y pensé feliz “Ya he perdido la cuenta de puntos positivos, nene, y el negativo de antes te lo quito y lo cambio por veinte positivos, esta idea es mil veces mejor que llevarme a un restaurante”.

Tras una buena caminata llegamos a los árboles y exclamé feliz:
- ¡¡Mira!! Aún están nuestras cosas

Me refería a dos viejas y estropeadísimas sillas de playa y a una mesa también hecha polvo de madera que habíamos encontrado una vez en un contenedor. Dejé la bolsa y la nevera en el suelo y corrí a mirar nuestro rincón. Moví las sillas y allí estaba, la gran caja de plástico. Me giré y le dije a Fran:
- ¡¡Está la caja del tesoro!!

La llamábamos así porque ahí guardábamos nuestras cosas más queridas y especiales. Fran dijo:
- Ah, pues revísalas a ver si está todo, mientras, voy montando esto
- Espera, te ayudo
- No, no, si es solo sacar cosas… Mejor lo hago yo… no mires ¿eh?

Lo miré con suspicacia y pregunté:
- ¿Por?
- Bueno, porque quiero que quede bonito, solo eso
- Ah, vale

Y me acuclillé para sacar la caja y abrirla. Solo abrirla solté una exclamación de sorpresa. No me acordaba pero la última vez que había estado aquí fue cuando Fran me había dejado y, ya segura de que no iba a volver conmigo, vine y dejé en la caja un pequeño joyero con regalos de él. El anillo de novios, varias pulseras que me había comprado y, lo que más me gustaba, una pulsera que me había hecho con 12 años que era de cuero entrelazado en un bonito diseño, y que desde el día que me la regaló, nunca me la quité hasta que rompió conmigo y vine aquí para guardarla. Ese día la corté con unas tijeras porque no podía deshacer el nudo. La cogí y la miré con mucho cariño, y me la guardé en mi bolso. El resto lo dejé en el joyero, cerrándolo.

Revisé el resto de cosas. Había cartas y dados para jugar, un par de libretas donde apuntábamos ideas, otra con un libro que estábamos escribiendo entre los dos, y varios libros, entre ellos mi favorito, La princesa prometida, y algunos de Stephen King de Fran. Sonreí notando que se me iban a saltar las lágrimas de emoción y nostalgia. Seguí revisando, encontrando un montón de muñequitos con los que jugábamos a derribarlos con tirachinas, algunos juegos de mesa…

Decidí que mejor dejaba de mirar, estaba a punto de llorar y no quería destrozar mi maquillaje. Luego lo revisaría con él y nos reiríamos, seguro. Me levanté y él preguntó:
- ¿Está todo?
- Sí, luego lo revisamos juntos ¿Ya puedo ir?
- Eeeee, vale

Me volví y me acerqué sonriendo. Ya había anochecido. Fran había extendido la manta fuera de los árboles y había puesto dos velas junto a una lámpara para los bichos. Y había un montón de platos de plástico, unos con jamoncito, con queso de varios tipos, choricitos, vi algo de pescado a la plancha, de filetitos, aceitunas, una ensalada, pasta, unas pequeñas hamburguesitas… Me llevé las manos a la boca y dije:
- Pero ¡¡qué cantidad de comida, nene!!
- Es que no estaba seguro de que te gusta ahora, Gema, y he traído de todo un poco
- Todo tiene una pinta fabulosa, me gusta todo jiji
- ¿Sí? ¿Y de beber? He traído refrescos, cerveza con y sin, vino tinto… No estaba seguro
- Empecemos con el vinito ¿No?
- Vale
- ¿Dónde te sientas?

Y me descalcé para luego pisar la manta y esperar a que él se sentara y ponerme a su lado.

Carlos
Silvia se me acercó con semblante preocupado. Le pregunté:
- ¿Nada?
- Nada… me estoy empezando a preocupar, Carlos

Asentí. Era muy raro que Laira no cogiera el móvil y no leyera mensajes. Silvia dijo:
- He llamado a Claire y también está preocupada, tampoco sabe de ella

Claire era una francesa que trabajaba para Laira y que llevaba una de las tiendas. Me sentí aún más preocupado. Le dije:
- ¿Seguro que la has entendido bien? Ya sabes que el inglés de Claire es…
- Sí, sí, se lo he preguntado varias veces ¿Será una urgencia por el embarazo?
- No lo sé

Pero yo me temía otra cosa, que fuera Carmen, pero no dije nada, aunque Silvia me miró entendiendo y dijo:
- ¿Crees que será esa bruja?
- No sé, Silvia, creo que voy a coger un avión mañana y voy a…
- Espera, no te precipites, déjame mañana llamar a la clínica
- Vale
- Y ha empezado a salir con una chica, lo mismo se ha ido con ella unos días
- ¿Sin coger el móvil y sin atender el negocio? ¿Laira dejando su negocio?
- Ya, es raro pero… No sé, Carlos… Ay, Dios

La abracé y le dije:
- Mañana llamas a primera hora y yo voy a reservar un vuelo. Si la localizas, perfecto y si no, voy para allá ¿Vale?
- Vale

Gema
“Ay, no puedo comer más jiji” dije. Y era verdad, había comido de todos los platos y estaba ya repleta. Entonces él sacó el postre diciendo:
- Tienes que probar mis natillas
- Noooo ¿También sabes hacer natillas?
- Claro, a mi padre le encantan y las hago muy a menudo
- Ainnnssss, pero mejor compartimos ¿Eh? Que estoy llena

Cogí una y quité el papel de aluminio y reí diciendo:
- Pero si le has puesto hasta galletita y su canela, que apañao jajaja
- Claro

Metí la cuchara cogiendo natilla y galleta y la probé. Dije:
- ¡Están ricas!
- Vaya, gracias por sorprenderte que sepa hacer un postre
- Jajaja, pero es que están ricas de verdad, mira prueba

Y cogí con mi cuchara un poco de natillas con galleta y se la metí en la boca diciendo:
- ¿Ves que rica te ha salido? Jajaja

Y nos comimos las natillas entre los dos, alternando cucharadas para cada uno. Cuando se acabaron, nos quedamos mirándonos. Había sido una cena estupenda, muy variada y todo estaba bueno. Y luego nos habíamos reído un montón recordando nuestra infancia, y hablado de mi vida en EEUU (obviando a mi ex) y su vida aquí. Lo miré pensando “Este sí es el Fran que yo recordaba, divertido y ocurrente, no el taciturno de las semanas pasadas”. Entonces dije:
- Me voy a medir el azúcar, me noto algo mareada, y seguro que es por el vino, pero por si acaso…
- Claro, voy recogiendo esto, que no vengan muchos bichos

Cogí mi bolso y comprobé que todo estaba bien. Terminamos de recoger y entonces le dije:
- Tenemos que revisar la caja del tesoro
- Vale ¿La traigo a la manta?
- Mmmm, no, espera, vamos a tumbarnos, que estoy algo mareada, y vemos las estrellas como antes hacíamos

Me tumbé y él lo hizo a mi lado, algo separado. Automáticamente, sin pensarlo, le cogí la mano, como siempre había hecho antes. Cuando me di cuenta me sorprendió. Había sido un gesto totalmente natural, y me sorprendió aún más lo bien que me sentí al hacerlo, había sido como sentirme muy protegida y segura, muy reconfortada… Pensé que serían los recuerdos de cuando lo hacía de niña. Le dije:
- ¿Aprendiste ya las constelaciones?
- No ¿Y tú?
- Claro
- Ah ¿Y las ves?
- Pues claro, tonto, voy a una buena universidad
- Pues enséñame

Me moví para pegarme a él, y juntando mi cabeza a la suya, le dije señalando con mi mano libre:
- Ahí está la famosa constelación de Pacman
- ¿Qué?
- Y ahí la constelación de Caballito de mar, y allí la Nube fea, y allí la de Boñiga gorda

Fran se empezó a reír con ganas. Era una vieja broma nuestra. Como jamás habíamos conseguido ver las constelaciones de verdad, nos habíamos inventado las nuestras. Fran dijo entre risas:
- Y se te ha olvidado la más importante
- ¿Cuál, listillo?
- La constelación Puñao de estrellas juntas
- Ainnnsss, ¿Cómo se me había podido olvidar? Jajaja

Cuando nos calmamos de reír, le dije:
- ¿Sabes? En la caja del tesoro aún están algunos de nuestros libros
- Déjame adivinar, tu destrozado ejemplar de La princesa prometida
- Claro
- La de veces que lo leíste, por lo menos cincuenta veces lo tuve que escuchar
- ¿Qué? Como si no te gustara
- Bah, es demasiado romanticón y ñoño jeje
- Pues anda que no me lo pedías veces “¿Me lees La princesa prometida?”
- Sí, me encantaba mirarte cuando lo leías

Separé mi cabeza de la suya y lo miré. “Esa mirada…” pensé estremeciéndome. Volví a pegar mi cabeza a la de él y mirar al cielo y, para disimular, le dije:
- También hay un par de tus horrorosos libros de miedo
- Pero si te encantaba que los leyéramos juntos, siempre con “venga, un capítulo más”
- Claro, pero porque me pegaba a ti para no tener tanto miedo, eras mi héroe
- ¿Héroe? Pero si habías olvidado lo que pasó en ese agujero
- Sí, pero me acuerdo perfectamente de como te comportaste cuando murió mi padre
- Ya
- Pero ahora sí me acuerdo del agujero, y sí, fuiste mi Superman, me salvaste, eso es un hecho, fuiste super valiente
- No lo fui, solo he sido una vez valiente y ahí no fue
- Nene, te tiraste a un agujero sin saber que había ahí
- Eso no fue valentía, fue desesperación y miedo
- ¿Qué? Menuda tontería
- Miedo por ti, estaba desesperado pensando que te pasaba algo, ahí no hubo valentía, Gema, fue puro miedo por perderte

Lo volví a mirar, recorriéndome por el cuerpo otro estremecimiento. Apreté con más fuerza su mano y me pegué más a él. Le dije:
- No estoy de acuerdo, una persona que tiene miedo se queda parada sin saber que hacer o corre huyendo, no se tira por un agujero siniestro para salvar a otro
- Pero…
- Eso que dices es una bobada, pero si no es esa ¿Cuándo fuiste valiente según tú?

Fran suspiró y no dijo nada. Le insistí y terminó diciendo:
- Este sitio es especial ¿no?
- Claro
- Aquí hemos pasado mucho tiempo, los dos solos
- Sí
- Y hemos hecho muchas cosas
- No me esquives la pregunta, nene
- Esa vez que fui valiente de verdad fue aquí
- ¿Aquí?
- Sí, cuando me atreví a besarte por primera vez

Me incorporé mirándolo con sorpresa y dije con tono de sorpresa e incredulidad:
- ¿Eso fue valiente?
- Claro, no sabía si te enfadarías y perdería a mi mejor amiga
- Pero si llevaba meses dándote señales para que lo hicieras
- ¿Qué?
- Sí, nene, solo me faltaba tatuarme en la frente “Quiero ser tu novia”
- Jaja, anda ya

Lo miré incrédula y dije:
- Madre mía, que tontito
- Nunca me enviaste señales, te lo estás inventando, fue un acto de valentía sublime por mi parte

Nos volvimos a mirar sin decir nada y pensé “Nadie me mira así, muchos tíos me miran con deseo, como Jack o Dani, pero así no me mira nadie”. Me volví a tumbar pero sin dejar de mirarlo y le dije:
- No captabas señales, pero veo que ahora sigues igual

Fran puso expresión de sorpresa, y luego sonrió. Se inclinó un poco y me besó suavemente. Nos sonreímos, los dos boca arriba en la manta, con las cabezas giradas para mirarnos. Entonces dijo:
- No estaba seguro de si querías…
- Por dios, Fran jajaja, está claro que lo tuyo no son las señales, no

Nos reímos, y sin dejar de mirarnos, me dijo:
- Te quiero, Gema, nunca he dejado de quererte
- ¿Y a pesar de eso me vas a volver a hacer daño?
- No
- ¿Y vas a hacer todo lo posible por nosotros?
- Sí
- ¿Me vas a volver a dejar sola?
- Jamás

Lo miré a los ojos y le dije:
- Yo he intentado dejar de quererte, Fran, me hiciste mucho daño
- Lo siento, fui un cobarde, tenías razón… Pero lucharé para que vuelvas a quererme
- Pero es que no he podido dejar de querer, Fran, eres parte de mí… Te quiero

Fran sonrió feliz y dijo:
- Te prometo que no volveré a ser un cobarde contigo, Gema

Y me acarició la cara suavemente. Lo besé en los labios, y saqué mi lengua para lamérselos lentamente. Entonces él abrió la boca y metí mi lengua buscando la suya. Nos besamos lentamente pero pronto mi excitación se incrementó y tiré de él para que se pusiera encima y así besarnos mejor, pero Fran hizo un gesto de dolor y paré diciendo:
- Ay, perdona
- No pasa nada, es que mis costillas... tengo que ir con cuidado

Pensé “Mejor me pongo yo encima”. Me moví rápidamente y, una vez encima de él, nos besamos ardientemente durante un buen rato. Notaba sus manos acariciando mi espalda y el bulto en sus pantalones y mi calentura subía y subía. Me eché un poco hacia delante para que me besara el cuello y fuera bajando hasta mis pechos.

Cuando llegó a ellos, me incorporé y, sin dudar, me eché las manos a la espalda y me desabroché el vestido, bajándolo hasta mi cintura. Fran miró mi sujetador y pensé “Menos mal que hice caso a Sofi y me puse uno sexy”. Observé como me miraba, fascinado. Sonreí y le cogí las manos y las puse en mis pechos.

En este refugio secreto nos habíamos dado nuestro primer beso, los primeros tocamientos, nos habíamos visto desnudos por primera vez, las primeras pajas y el primer sexo oral de ambos. Y, aunque habíamos perdido la virginidad en mi cama un día que no había nadie en mi casa, aquí habíamos follado bastante así que era el lugar perfecto para nuestro reencuentro sexual. Moví una mano hacia atrás y desabroché mi sujetador. Luego aparté con delicadeza sus manos de mis pechos y dejé que el sujetador cayera lentamente.

Fran se me quedó mirando abobado y me reí diciéndole:
- Estás poniendo la misma cara que pusiste cuando me las viste por primera vez
- Es que… es que… eres preciosa, Gema
- Gracias

Fran puso sus manos en mi cintura y las fue subiendo lentamente hasta cogerme de nuevo los pechos. Me los acarició suavemente y empezó a jugar con mis pezones que estaban ya duros como piedra. Gemí de gusto y dirigí mi mano hacia atrás, acariciando su paquete y comprobando que estaba a punto de romper sus vaqueros por la enorme erección que tenía. Sonreí feliz y se lo apreté más mientras él seguía disfrutando de mis pechos. Pensé “Con tranquilidad, que no piense que te has convertido en una guarra” pero me costaba contenerme y seguí pensando “Solo un poquito más de magreo y lo corto, solo un poco más” pero entonces hice algo sin darme cuenta. Cogí una de sus manos y me llevé sus dedos a la boca, y los chupé sensualmente durante unos segundos y luego volví a poner su mano en mi pecho. Él, con sus dedos húmedos, tiró de mis pezones. Gemí profundamente, cerrando los ojos y pensé “Me… me estoy descontrolando, para, para…”. Una parte de mi cerebro estaba intentado frenar aquello, otra estaba sorprendida por lo que acababa de hacer, yo nunca me comportaba así, y otra no quería parar. Entonces pensé “mentira, nunca me comporto así con otros, con Fran siempre me he descontrolado”.

Dejé de apretar su polla por encima del vaquero y me deslicé un poco hacia atrás, aún encima de él, pero echándome atrás lo suficiente como para que mi vagina llegara a su abultamiento. Comencé a frotarme despacio, moviendo las caderas, mientras sus manos seguían jugueteando con mis pezones. Entonces abrí los ojos . Lo miré y pensé “Lo deseo, lo deseo tanto” y me eché hacia adelante inclinándome y poniéndole mis pechos en la cara. Él los besó, lamió y chupó y yo perdí todo mi escaso control gimiendo sin parar.

Luego, lo besé y me deslicé hacia atrás, abriéndole la camisa. Vi el vendaje que tenía alrededor del pecho pero seguí. Llegué a su cintura y desabroché el pantalón, seguí hacia atrás, tirando de su pantalón hasta sus rodillas y luego tirando de sus boxers. Su polla restalló en el aire al verse libre de la presión. La observé por unos segundos. Quería cogerla, tocarla, chuparla… Pero me levanté y me quité las bragas a toda velocidad. Las tiré en la manta y fui a colocarme sobre él.

Fran, alarmado, dijo:
- Gema, espera, no he traído…

Su polla entró en mí sin ninguna dificultad, estaba chorreando. Los dos gemimos. Fran terminó diciendo:
- ...condones

Yo lancé un profundo gemido y miré al cielo estrellado, sintiendo un placer enorme y pensando “Ahora estoy completa”. Comencé a mover mis caderas lentamente, sintiendo como me llenaba completamente con su polla, quería disfrutar así eternamente pero tenía ansia, pura ansia por follármelo. Aumenté el ritmo, cada vez más rápido, mientras Fran volvía a cogerme las tetas. Lo miré sin parar de moverme, cada vez más rápido. Fran gimió y noté como comenzaba a correrse, y yo exploté. Lancé un grito al aire y me quedé quieta sobre él mientras notaba sus latigazos de semen dentro de mí. Empecé a temblar y me vino un sorprendente segundo orgasmo. Volví a gritar y me derrumbé sobre él, sin acordarme de su lesión ni nada, temblando y convulsionándome. Cuando empezaron a disminuir mis convulsiones lo besé con ardor diciéndole “Te quiero, te quiero, te quiero”.

Cuando me calmé, me quedé sobre él, respirando rápidamente, exhausta pero, para mi sorpresa, aún excitada mientras él me besaba cariñosamente en la cara. Noté que aún estaba dentro de mí, me fui a mover para que se saliera pero me di cuenta que aún no estaba blanda y no me quité de encima, solo moví un poco las caderas para notarla mejor dentro de mí. Entonces recordé algo. Me incorporé con una sonrisa picarona. Fran me miró expectante, sin entender a qué venía mi sonrisa.

Me moví para que su polla saliera de mí y la miré, seguía medio dura. Lo que había recordado es que Fran, con la excitación suficiente, era capaz de seguir follando tras correrse. Le cogí la polla y lo miré sonriendo. Entonces me la metí en la boca. Sabía muchísimo a semen y a mí. La chupé con ansia sin dejar de mirarlo y al momento, estaba de nuevo totalmente dura.

Me la saqué de la boca y dije:
- ¡¡Sigues igual!!
- ¿Qué?
- Se te vuelve a poner dura rápidamente jiji

La verdad es que no sabía si eso era muy normal o no. Con mi ex o con Dani, tras ellos correrse, nunca había tenido ganas de seguir follando. Con Fran sí me había pasado mucho en el pasado, de encadenar orgasmos y seguir con ganas de más, y ahora también, estaba deseando seguir follando.

Fran
Gemí cuando Gema se volvió a meter mi polla en la boca para seguir chupándomela. Hacía mucho que no me pasaba eso, me dolían los huevos pero Gema siempre conseguía seguir manteniéndome excitado. La observé embelesado. No me podía creer que estuviéramos así. Me había pasado todo el día nervioso, ni por un momento había pensado que acabaríamos acostándonos, ni siquiera había traído condones, pensaba que Gema ya no me querría como antes y tendría que currármelo mucho durante semanas, pero ahí estaba, aún me quería, y me quería como antes, su mirada lo decía claramente.

Me dolía el pecho, Gema me había dado un buen golpe al derrumbarse sobre mí cuando se había corrido. “Mierda de costillas” pensé. Quería incorporarme, besarla, tumbarla, follarla, pero tal como estaba, iba a ser muy patético si intentaba levantarme quejándome y dolorido como si fuera un viejo artrítico.

Estaba disfrutando con locura de su boca pero quería que ella también disfrutara y la cogí del brazo y tiré de ella. Gema protestó:
- Oye, que aún no he acabado…

Pero conseguí que viniera a mí y nos besamos. Tras un buen morreo. Dijo:
- Mmmm supongo que ponerte encima de mí no va a poder ser ¿no?
- Ufff, ya quisiera pero…
- Ya, que pena ¿Me pongo otra vez encima?
- Sí, mejor
- Mmmm ¿Y otra postura?
- Lo siento, no creo que pueda hacer mucho más

Entonces se me ocurrió una cosa, una postura que habíamos hecho allí muchas veces en el pasado. Le dije:
- ¿Y si te tumbas sobre la mesa?

Gema me miró traviesa, también se acordaba. Se incorporó y se bajó el vestido, quedándose completamente desnuda. Admiré su cuerpazo mientras ella buscaba sus zapatillas y se las calzaba. Luego fue hacia la mesa. No le quité ojo a su precioso culo. Gema llegó a la mesa y la empujó un poco diciendo:
- ¿Crees que después de cinco años aquí a la intemperie aguantará mi peso?
- No lo sé

Me incorporé despacio, sin intentar quejarme. Me dolía bastante, el viaje en coche y ahora este trote me estaba pasando factura, pero tendría que estar muriéndome para no intentar satisfacer mínimamente a ese pedazo de mujer, la mujer de mi vida.

Me quedé sentado pensando que con lo que me había costado incorporarme, no sabía como me iba a quitar lo pantalones para poder ir andando hacia ella. Es más, no sabía como iba a poder levantarme.

Vi como Gema se sentaba en la mesa y se movía sobre ella, probando su estabilidad. Me miró sonriente y dijo:
- Parece que puede resistir ¿Vienes y probamos?

Y entonces se abrió de piernas. Se me olvidó todo el dolor y rápidamente comencé a quitarme del todo los pantalones.

Fer
Enfilé con mi moto la calle de mi casa. Era bastante tarde, como todos los días, pero es que el tiempo se me pasaba volando cuando estaba con Sofi.

Apagué la moto y me deslicé por la pequeña cuesta, como siempre hacía. Entonces vi movimiento en la verja de mi casa y reduje velocidad, extrañado. Cuando distinguí las figuras sonreí y, parando, me quité el casco y dije:
- Tío, deja de comerte a mi hermana como un loco

Gema y Fran dieron un pequeño repullo, sorprendidos, no me habían escuchado llegar. Gema sonrió mientras Fran me miraba con cara de sorpresa. Al reconocerme, sonrió incómodo y Gema dijo:
- Buenas noches, hermanito, vaya horas de llegar
- Pues como tú, hermanita… Hola, Fran, me alegra volver a verte pero no os molesto, que veo que estáis un poco “ocupados” (con sorna)

Fran dijo:
- Buenas noches, Fer

Los saludé con la mano y metí la moto dentro del recinto de nuestra casa. Cogí el móvil y le escribí a Sofi:
- Ya he llegado

Sofi respondió de inmediato, todas las noches se quedaba a la espera de mi vuelta a casa:
- Ah, bien, pues a dormir, feo
- Sí, pero ¿A que no sabes que acabo de ver en la puerta de mi casa?

Gema
Vimos entrar a Fer en casa y miré a Fran sonriendo para decirle:
- Es que hace poco pillé a Fer y Sofi dándose el lote y le dije eso jiji
- Ah, ¿Ya lo sabéis?
- Sí
- ¿Y? Sofi estaba muy preocupada
- Ya, pero estamos muy contentos, mejor guarrilla conocida jiji
- Jajaja
- No, no, es broma… Sofi es genial y todos la admiramos y queremos mucho, estamos encantados de que formen pareja, y Sofi está colgadísima de Fer
- ¿Sí?
- Sí, estoy sorprendida, ella siempre diciendo que no quería relaciones y ahora no puede estar sin su novio

Entonces me volví a pegar a Fran, que nos habíamos separado un poco al asustarnos por Fer. Lo miré a los ojos y le dije:
- Y hablando de novios, mañana te vienes a casa a almorzar y hacemos oficial lo nuestro ¿no?

Fer me miró serio y preguntó:
- ¿Lo nuestro?
- Claro ¿O esto solo ha sido para ti sexo?
- No, claro que no pero ¿Ya me has perdonado?

Le sonreí diciendo:
- Mmmm bueno, estás a prueba
- ¿Sí?
- Ajá, por ahora vas aprobando
- Ah, entonces aún tengo mucho margen de mejora ¿no?
- Claro

Me pegué a él, casi tocando sus labios con los míos y le dije:
- Excepto en una cosa
- ¿Qué cosa?
- Sexo, ahí ya tienes un 10

Y le saqué la lengua para luego volver a besarlo y seguir por donde íbamos cuando Fer nos había interrumpido, es decir, dándonos el lote con ansias. Sus manos rápidamente volvieron a donde habían estado con anterioridad a la interrupción, es decir, una en mi culo y otra en mi pecho. Mis manos cogieron su culo mientras nos comíamos la boca con ardor.

Al rato, su mano se coló dentro de mi falda para agarrarme el culo y luego bajó hasta mis bragas, pasando el dedo por mi rajita. Gemí en su boca y empecé a besarle en el cuello muy caliente. Fran dijo:
- Vuelves a estar mojada, Gema

Sin dejar de besarle y lamerle el cuello, le dije:
- ¿Y cómo mmm quieres que esté ahhhhh mientras mmmm me metes mano? ¿Seca?

Pero lo cierto es que estaba sorprendida. Después de una larga sesión de sexo donde él se había corrido tres veces, y donde yo había perdido la cuenta de mis orgasmos porque había estado en una montaña rusa de sensaciones durante todo el sexo, pensaba que estaba saciada pero no, volvía a estar muy cachonda. Encima notaba su erección contra mí y, para colmo, Fran metió el dedo dentro de mis bragas, acariciándome directamente la rajita.

Sin apartarme ni apartarlo porque quería que siguiera, le dije:
- Para, loco
- Pero mira como estás
- No, ya no puedo… ahhhhhh, dios, paraaaa, nene
- ¿Sí? ¿Seguro?

Lo volví a besar con ansia y sacó su mano de mi falda. Protesté en su boca:
- Nooo

Pero él rápidamente volvió a meter su mano por debajo de mi falda pero por delante, metiéndola también dentro de mi bragas y comenzó a masturbarme. E increíblemente, me volví a correr tras un par de minutos de besos y masturbación, ahogando un grito contra su hombro. Cuando conseguí calmarme le dije:
- Estás loco, que nos pueden ver

Porque la calle, dentro de un recinto de chalets, estaba muy iluminada aunque nosotros estábamos contra el muro y, más o menos, en una sombra. Él riendo, dijo:
- No te podía dejar así de mojadita
- Pues no haberme puesto así de mojada, tonto, jajaja

Le cogí de la mano y le dije:
- Ven
- ¿Dónde?
- Tampoco te pienso dejar con esto así (tocándole el paquete)

Le llevé a un lado y nos metimos detrás de un seto. Me acuclillé y le dije:
- Tú vigila

Se la saqué y comencé a chupársela, intentando no hacer ruido pero chupando rápidamente. Tras un par de minutos obtuve la recompensa, tragándome todo mientras él se aguantaba los gemidos. Me levanté y le di un pico, riéndonos.

Luego volvimos a mi puerta y allí le dije:
- Entonces ¿A qué hora vienes mañana?
- No puedo trabajar mientras éste así (señalando su pecho vendado)
- Pues vente a la piscina aunque no puedas bañarte
- Mmmm vale
- Seguro que mi padre querrá montar una barbacoa para celebrar lo nuestro jiji
- Espero que se alegre
- ¿Mis padres? Ufff, estarán encantados, ya verás, eres su héroe

Me costaba dejarle pero ya era bien tarde. Le di un beso, estaba vez tierno, no me fiaba de mi calentura, y luego le dije:
- Anda, vete ya, que es muy tarde
- Gema… Hoy me has hecho el tío más feliz del mundo
- Que sepas que no pensaba tener sexo

Fran sonrió y continué:
- Pero lo de llevarme al refugio me ha dejado…
- Es nuestro sitio especial
- Sí, y mira que lo sabes… Yo quería hacerte sufrir, que te lo tuvieras que currar bien, pero has sido malo jiji
- Jeje, pero al final me lo he currado ¿no?

Le volví a besar y dije:
- ¿Tú qué crees? Buenas noches, mi amor

Entonces me acordé de una cosa y dije:
- Espera (mientras buscaba en mi bolso)

Le di la pulsera rota diciéndole:
- Esto lo tienes que arreglar

Fran la cogió mirándome extrañado y dije:
- Estaba en la caja del tesoro, la llevé allí cuando me dejaste, y tuve que cortarla porque no podía deshacer el nudo, así que ahora la arreglas, me la quiero poner otra vez

Fran se rio y me la devolvió diciendo:
- Te compraré una bonita de verdad
- Ni hablar, quiero esa
- Pero esto es de niños, Gema
- La quiero llevar en mi muñeca siempre y ya está, me la arreglas

Y abrí la puerta y entré. Fran se rio meneando la cabeza y se la guardó. Esperé hasta verlo partir en su coche. Entonces saqué el móvil del bolso. Lo había escuchado sonar repetidamente. Sabía quien era. Escribí:
- Mi hermano es un chivato

Porque Sofi me había estado escribiendo para que le contara, una y otra vez diciendo que no se iba a dormir hasta que le escribiera. Entonces me llamó y contesté:
- Tía, que son más de las dos de la noche
- Cuenta, cuenta, cuentaaaaaa
- Nada
- ¿Nada? Fer decía que os estabais morreando bestialmente ¿Es verdad?
- Un poco jeje
- ¿Un poco? Cuentaaaaaa ¿Estaba chulo el restaurante?
- Una pasada, Sofi, una pasada, mejor no podía ser
- ¡¡Hostias!! ¿Dónde era? ¿Qué te ha contado? ¿Qué habéis hecho?
- Mañana te cuento
- Tía, no seas zorra, cuéntameeeeee
- Solo te diré que te podría dar el informe que me pediste de forma muy, muy, pero que muy detallada

Sofi ahogó una exclamación y dijo:
- Pero ¿Lo habéis hecho?
- Jajaja
- La tía perra, toda la tarde diciendo que no lo pensaba hacer y…
- Cuatro veces
- ¿QUÉÉÉÉÉ?

Me reí intentando que no se me escuchara. Aún no había entrado en casa y no quería despertar a nadie, aunque seguro que mi padre estaba acostado leyendo esperando a que yo llegara. Le dije:
- Mañana te cuento, buenas noches, Sofi
- Tíaaaaa, no me dejes así…
- Mañana, buenas noches
- Que perra, jajaja, buenas noches
- Ah, mañana vente a almorzar
- Vale… Ah, no, no puedo, me voy con Fer de finde romántico con el regalo de Cris y Héctor ¿No te acuerdas?
- Ah, mierda
- ¿Qué pasa?
- Quería que te vinieras con Ali y mis tíos porque os quiero presentar a mi novio jiji
- Tíaaaaaaa, joooooo
- Sé que es una chorrada pero…
- Ya, ya, como si no lo conociéramos jajaja, pero me habría encantado estar
- Bueno, cuando volváis salimos los cuatro en parejitas, bueno, los seis, que se venga Ali también
- Claro que sí, buenas noches

Y corté. Y miré al cielo nocturno pensando en lo ocurrido esa noche, y quise gritar de felicidad.

Carlos
Tumbado en mi cama, escuché los pasos inconfundibles de Gema subiendo las escaleras y luego, muy flojito:
- Papá, duerme ya, buenas noches

Sonreí y dije también muy bajo para no despertar a Silvia:
- Buenas noches, cariño

Y escuché como Gema se metía en su dormitorio y cerraba la puerta. Dejé el Kindle en la mesita de noche pero sabiendo que tendría que releer bastante, no me había podido concentrar en la lectura, y no era por Gema, sabía que estaba con Fran y con él ella estaría perfectamente.

No, no me había podido concentrar por Laira. Estaba tremendamente preocupado. Aunque había intentado calmar a Silvia diciéndole que sí, que seguramente estaba con su nuevo ligue, realmente no lo creía, no era normal en Laira dejarlo todo incluido su negocio y no contestar al móvil, no era para nada normal.

Suspiré e intenté dormir, aunque sabía que me costaría mucho, y que a media mañana tendría que coger el vuelo que había reservado para Francia.
 
Menos mal que Carlos ha dado en la tecla y con buena intuición va a coger un vuelo a Francia. Espero que no vaya solo y se rodee de gente que le ayuden con esos hombres de la repugnante Carmen. Confío en que va a llegar a tiempo para salvarla.
Por cierto, espero que Carmen tenga la peor de las muertes y sufra como la pésima persona que es.
 
Me sorprende la frialdad de Gema. Hace poco la han violado y ahora está como si nada. Bueno, al menos ya lo superó.

Pero no entiendo como no profundizan sobre el tema, se confían demasiado de Dani. Si saben que es un peligro, cómo pueden estar tan tranquilos?

Por lo pronto, por su inacción, Isa y Alberto ya fueron torturados al extremo y en cualquier momento asesinados, que si bien contribuyeron en un delito, no merecían ese final tan terrible.
 
Espero que como sea alguien salve a Isa y Alberto de esa porquería de persona que es Carmen, que es la que se merece morir de la peor de las formas.
Yo espero que Sara y Dani en algún momento saquen algo de humanidad y los salven.
 
se me olvido comentar ayer que al fin apareció Carmen
hasta el capitulo de ayer pensé que lo mismo Dani o Sara iban a ser un Norman Bates
y Laira es un personaje que me gusta espero que el autor no la use como su diana prescindible
me daría mucha pena que sea la que cae de los buenos
Anda, te refieres a que Carmen murió pero Sara está loca del todo y se hace pasar por ella ¿No? No lo había pensado, y teniendo en cuenta que Carmen no sale hasta el 24, podría haberlo hecho.
 
Con todos mis respetos hacia el autor, @FranRel , la historia tiene su qué, es adictiva, como las pastillitas para Sara o la polla de Fran para Gema, también está muy bien contada y, como siempre, los personajes se nos muestras a través de unos diálogos magistrales. Los dilemas emocionales de los personajes muestran un interés genuino por intentar comprender la naturaleza humana por parte del autor, no sé si fruto de la lectura o más bien de la observación de la pantalla, y eso enriquece a los personajes y a sus interacciones.
Hasta aquí todo bien, puntos positivos, como diría Gema, pero esa idea de ir intercalando el odio con el amor, el mal con el bien y, sobre todo, de hacerlo con pequeñas dosis de cada uno, esa idea es perversa. Tal vez el autor pueda disfrutar pensando en que nos ha montado en una montaña rusa de emociones, pero a mi me ha disparado la bipolaridad, tan pronto tengo pánico por Laira, como estoy cachondo viendo follar a Gema y Fran, para luego sentir pena por Ali y asco por Sara ... después de haberme secado las lágrimas al sentirme conmovido por los recuerdos de Gema frente a su "Refugio" y el descubrimiento de "la caja del tesoro" ... no sé cómo gestionar a la vez el odio y la rabia, con la ternura, la emoción y la excitación ... todo concentrado y alternando aleatoriamente de una emoción a otra.
He acabado que no sé si estoy excitado pensando en los colombianos con la embarazada Laira, conmovido por la dulzura de los cuidados sádicos de Sara hacia Ali, emocionado por la emotiva preocupación de Dani sobre el futuro de Gema, o envuelto por la rabia, como está ahora mismo Sofi por tener que esperar hasta mañana para conocer todos los detalles sobre la polla de Fran y su desempeño.
Y ahora ¿Cómo espero a la siguiente entrega? ¿Ilusionado por Fran y Gema, alegre por Sofi y Fer, indignado por Carmen y Sara, o temeroso por Laira? Me secaré las lágrimas, aunque no sé si son por Gema, preventivas por Laira o compasivas por Ali.

Me siento en un caos de emociones que ni sé si son buenas o malas, pero con una necesidad acuciante de tener más, de sentir más ... ¿Será eso una adicción?
Pues esto que dices también lo he pensado, pero lo he hecho así por lo que expliqué hace unos días, por no poner capítulos solo de malos. Quizás no fue una buena decisión, y quizás lo mejor hubiera sido hacer capítulos más cortitos pero solo de una "temática"... no sé, al final este tipo de cosas no las tengo nada claras.

Me hace falta un editor o productor, o quien sea que ayuda al escritor con este tipo de cosas :p
 
Entenderás que no te contestase ayer, ya te ha contestado Fran hoy, y, por cierto, ha explicado muy bien lo que es el coraje, o sea la valentía.
De todas formas, es el mecanismo del miedo, lo que nos ayuda a huir o a defendernos. Según tu teoría, o la de Franrel. La valentía sería activa y el miedo sólo reactivo.
Cuando un transeúnte que pasa por la calle, se detiene y decide entrar en un edificio en llamas para rescatar a una persona. Es un movimiento activo, pero es reactivo al miedo y a la empatía por el destino que le espera a la víctima. Es exactamente lo mismo que la historia del pozo. Creo yo 🤔
 
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Donde estaba Dani mientras Gema se divertía con Fran?
Estaba convencido que era el momento propicio para secuestrarla.
Me he quedado con las ganas, esperando el secuestro 😡😡😡
 
No lo tomes como una crítica, no es ni mejor ni peor, tan solo quería expresar, de una forma melodramática, el torbellino de emociones provocado por el capítulo y la sensación de saltar de unas a otras.
Personalmente creo que ha estado muy bien la idea de intercalarlos, yo, al menos, he experimentado una especie de "emociones aumentadas", ya que ver personificada la maldad después de haber visto la alegría y la bondad, me hacía sentir más rabia por los malos y más ternura por los buenos, y luego, mientras estás viendo un acto de crueldad, pasar a una imagen de amor y pasión era como que ese amor tenía aún más valor.
Creo que, como recurso, ha sido una buena idea para enfatizar las emociones de los lectores ... eso sí, yo, personalmente, he acabado con un colocón de emociones y ansia viva por seguir leyendo, si es eso lo que pretendías, en mi caso lo has conseguido.
Lo de los malos, hoy ha sido espeluznante 😱😱😱
La definición de la crueldad y la falta de humanidad, ha sido magistral.
 
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