En mi caso, yo soy el maduro. Tengo 64 años, alto (1,88) y sin estar ya delgado por la edad, tampoco tengo un barrigón, peso 87 kg. Adjunto una foto mía en la playa del pasado verano.
Trabajo alquilando un velero conmigo de patrón. En el velero, puedo montar un solárium uniendo los bancos de la bañera con unos tablones (adjunto foto del solárium). Es un trabajo donde los clientes no van a volverme a ver, no conozco a nadie de su entorno, alejado de miradas indiscretas y al aire libre, vamos ideal para que una pareja que desee llevar a cabo alguna fantasía de pareja... En los 40 años que llevo trabajando se han dado varias experiencias con clientes, más frecuentes cuando era joven, sin que hayan sido habituales, puede que unas 8 o 9 ocasiones, la primera vez cuando yo tenía 27 años que tuve 3 parejas de clientes swingers una semana entera de morbo. Pero yo alucinaba y no estaba preparado... pero esto no va con este hilo.
Vamos al grano de lo que sí es pertinente en este hilo de parejas jóvenes con mayores...
El pasado verano una pareja donde él puede que tuviera 40 años y ella, puede que entre 36 y 38 años, muy atractivos ambos, me alquilaron el barco por 4 horas empezando a las 12 del mediodía. No tenía otros clientes después de ellos. Ya saliendo del puerto, me preguntan si me molestaría que ella hiciera topless, soy nudista por lo que les dije que todo es flexible y posible, algunos se fuman algún "cigarrillo especial" o traen sus bebidas... o son nudistas, en cuyo caso yo también me desnudo (de joven me bañaba desnudo aunque los clientes fueran textiles... de joven...). Enseguida les monté el solárium y, por si acaso y sin decirles nada puse un par de botellas de vino a enfriar en la nevera, nunca se sabe... (normalmente, en el alquiler no hay nada de bebidas o comida incluidas y los clientes pueden traer lo que quieran).
Icé las velas y nos pusimos a navegar a vela recorriendo la costa Sur de Lanzarote. Tras hora y media de navegación en la que estuvimos hablando de diversos temas, entre los que les comenté, de pasada, que alguna experiencia he tenido con parejas cuando era más joven, o hecho algunas fotos o videos a parejas mientras follaban sin yo participar...llegamos a una cala poco recurrida en la que éramos el único barco fondeado y no había tampoco nadie en la playa.
Les dejé el solárium para ellos y me metí en la cabina para que pudieran bañarse solos. Así acostumbro a hacer, cuando fondeamos me meto dentro del barco y les dejo que disfruten del barco en la intimidad quedándome yo dentro comiendo lo que me pueda haber traido de casa hasta que sea el momento de volver a puerto. Como me habían caído bien y me estaban alegrando la vista (
), ya había decidido que aunque habían pagado por 4 horas, no iba a haber hora de vuelta cerrada.
Al cabo de un rato les ofrecí invitarles y abrir una de las botellas de vino blanco que ya estaba fresquito. Accedieron y me uní a ellos en el solárium. Entonces él me dijo que entre ellos tenían un rollo sexual de amo/sumisa y si quería participar en un "juego". Por supuesto que accedí pero les avisé que mi pene ya no responde con la facilidad que lo hacía de joven y que respeto todos los límites que deseasen.
Ya, sin más preámbulos, él le espetó a su mujer: "¡zorra, le vas a enseñar tu coño al capitán, como se merece!" Ella, mordiéndose el labio inferior, se abrió de piernas y me ofreció su coño depilado y húmedo bien abierto. UFFF... ¡qué preciosidad!.. encima él va y me pregunta si me gustaba la perra de su mujer y si quería comerme ese coño. Con la adrenalina subiendo a mi cabeza a tope, me incorporé y acerqué mi boca a semejante manjar, poco a poco fui besando sus piernas mientras me iba acercando. Me demoré acariciando y besando sus delgadas piernas sin apartar la mirada de su coño que ella mantenia abierto con los dedos y en el que ya podía empezar a verse ese botoncito que tanto placer les da y parecía decir que no me demorara más... pero... ya le llegará el turno, tenía que disfrutar cada segundo del momento que se me presentaba. Y, le llegó el turno, lo lamí con la parte plana de mi lengua de forma que la punta de mi lengua rozara la abertura de su vagina, sin presionar e intentando marcar un ritmo lento haciendo círculos. Así, mantenía la lengua en el clítoris y rozaba la entrada de la vagina cuando el círculo que iba haciendo la lengua pasaba por encima. Él le acariciaba los pechos pellizcando los pezones. Cuando los gemidos pasaban a jadeos pasé a concentrarme más presionando el clítoris ya con la punta de la lengua y aumentando mi ritmo todo lo que pude... no tardó en correrse y moverse de tal modo que ya me costaba mantener mi lengua pegada a su coño... pegó un grito, me agarró la cabeza, me la apretó contra sí primero mientras jadeaba y blasfemaba, hasta que me separó la cabeza y respiraba profundamente.
Me recompuse y volví a mi sitio a beber un poco de vino. Ellos hicieron lo propio y él le decía "pero que perra que eres, ahora se la vas a comer tu a él y le demuestras que no hay polla que se te resista mientras yo te follo". Evidentemente, él ya la tenía bien dura y en forma.
Yo me quedé quieto, ella se puso a cuatro patas y se acercó a comerme la polla, aún flácida. Y él por detrás le metía la polla y empezó a follársela. Mientras ella gemía, se introdujo la polla en la boca y a succionar. Tardé un par de minutos, y ante mi propia sorpresa, mi "amiguita" empezó a reaccionar y aumentar su tamaño, me estiré formando un ángulo recto respecto a ellos (por problemas de espacio en el solárium) y me dejé hacer mirando el espectáculo que se me ofrecía a los ojos.
Se corrieron ambos y al correrse ella de nuevo, no pudo seguir chupando... pero no me importó en absoluto.
Le acaricié la cabeza y sus tetitas colgando. Mientras seguía gimiendo y jadeando y él bajaba el ritmo de las embestidas hasta parar y separarse.
Les dejé solos en ese momento de intimidad y me metí en el agua para refrescarme y bajar mi calentura.
Al cabo de un rato, subí el ancla e inicié el regreso al puerto. En el trayecto de vuelta, ellos siguieron con "sus juegos" comiéndose el uno al otro... yo ya concentrado en la navegación, no perdia detalle. Pero sin interactuar más con ellos.
Como estaban aquí de vacaciones, no he vuelto a saber nada de ellos.