—Ave María purísima.
—Sin pecado concebida.
—En el nombre del padre, del hijo, y del Espíritu santo. Amén.
—Padre, bendígame porque he pecado. Ha pasado una semana desde mi última confesión, pero... ay, Dios mío, lo que ha sucedido estos días me quema el alma como un fuego del infierno. No sé...