Unas semanas después de aquel día, recibí un correo de Marcos. Con tono próximo y cordial me preguntó que tal iba todo y como estaba mi disponibilidad para quedar el fin de semana. Le respondí que no era posible por motivos de trabajo, que ellos conocían, por lo que pospusimos el encuentro para el siguiente viernes.
Me sorprendió que quisieran quedar a las once de la mañana, en su casa. No lo di más importancia. Habíamos hablado de quedar para comer.....y echar la tarde sin prisa. Me pareció bien plan.
El día era caluroso. Un vaquero y una camiseta. Sin más. Me pongo en camino y en media hora estoy en su casa. Llego un poco antes de la hora acordada pero decido esperar. No me gusta ser impuntual, ni por arriba ni por abajo. Espero en las inmediaciones unos minutos. Se abre el portón y sale un vehículo con dos personas. Son la pareja del este que se van a pasar el fin de semana fuera. Nos saludamos de coche a coche. El con cara seria pero amable y ella con gran sonrisa y mirada que entendí, rapidamente, de cierta complicidad. Como si se imaginara algo.....nos deseamos buen fin de semana y desaparecieron. Antes de hacerlo me invitaron a pasar, aprovechando que el portón estaba abierto, pero decliné su oferta. Aún faltaban unos minutos. Me gusta la puntualidad, como he dicho.
A la hora convenida llamé al telefonillo. Al momento me abrieron y entre decididamente. Salió Marcos a recibirme y a interesarse por unos temas de trabajo míos. Le entregue dos botellas de vino blanco que había comprado para la ocasión. Me dijo que Belén estaba terminando de prepararse y que enseguida estaría con nosotros. Que nos íbamos.... No entendí exactamente lo que quería decirme, a si que pregunté. Marcos me dijo que Belén iba a salir a comprar unas cosas que que la gustaría que la acompañara...entendí que él se quedaba y que eramos nosotros, ella y yo, quienes salían de compra. Asintió con la cabeza y dijo que él nos esperaría en la piscina. Al tiempo apareció ella con una gran sonrisa y me saludó efusivamente con dos besos. Su presencia me abrumo por que está imponente. Me embriagó su colonia y un escalofrío me subió por la espalda.
No me dijo nada. Solo que nos íbamos y que volveríamos en unas dos horas. Yo asentí y me parecía bien todo. A marcos también. Me sonrió pícaramente y se despidió de nosotros encaminando se con las botellas hacía la piscina.
Entramos en su coche y me preguntó más calmadamente como estaba. Que que tal me había ido estas semanas.midntras conversábamos nos acomodamos y salimos dirección Madrid centro.
Al tiempo que circulabamos entre el tráfico, tomó mi mano izquierda y la depósito con calma sobre su muslo derecho. Dejo su mano sobre la mía apretando contra si unos segundos. Me gustó, aunque no me lo esperaba en ese momento. Llevaba un vestido normal, tirando a corto, que dejaba a la vista unas bonitas piernas bronceadas.
Cuando abandonó mi mano para llevarla al volante de nuevo, dirigió un momento su mirada hacia mi y con un sonrisa que me excitó mucho, me dijo: "vamos al corte inglés. Quiero comprarme unas cosas y quería que me acompañaras".
En ese momento intuí por donde iba la cosa y me imagine como se desarrollaria. La pregunté con descaro, "de que color sería" y echó una enorme sonrisa sin decir nada. También la dije que debería de haber venido Marcos, a lo que respondió que no.
Aunque tenía unas tremendas ganas de mover la mano hacia el interior de sus piernas e incluso deslizarla bajo el vestido más profundamente, decidí no hacerlo, al menos por el momento. Me limite a acariciar suavemente su pierna por encima del vestido y a dejarla con ganas. Me dijo que quería que fuera con ella a comprar. Que la acompañara yo. Solos.
Subimos a la planta donde se exhiben sin pudor los conjuntos más sexys y después de mirar aquí y allá, seleccionó dos prendas que, también a mi, me gustaron bastante. Me pidió opinión y la dije que cualquier cosa que se pusiera la quedaría como si la hubieran diseñado expresamente para ella. Se ruborió.
Antes de ir al probador volvió hacia atrás y se fijó en un bonito corsé que lo exhibía una maniquí. También lo añadió a la compra.
Me dijo: "te pedí que me acompañaras para que me ayudes a probarmelo y a decidirme. Se que tienes buen gusto", y se que te gustan estas cositas.
Bufff. Estaba cachondisimo y notaba que me estaba humedeciendo. La sangre corría por mis venas desenfrenada e te y mi cuerpo irradia a calor. Mucho calor. Ella estaba tranquila, y muy segura de si misma.
De camino a uno de los probadores, me dijo: "no llevo bragas" a lo que la respondí, casi al oído, que me estaba poniendo como un toro. Todo esto ya al lado de la señora que te indicaba el probador.
Entramos en la cabina y dejó caer todos los artículos seleccionados en cima del bolso y se cogió de mi cuello para besarme con pasion. Se anticipó, sencillamente. Yo pretendía hacer lo mismo. Deseaba besarla con frenesí .
El beso apasionado dio paso a la retirada del vestido por arriba para dejar aquella cintura y piernas al descubierto. Efectivamente, sus bragas quedaron en en casa, y su delicioso coño, y y digo delicioso, estaba pidiendo una atención imediata que yo debía de resolver con la mayor de las premuras. Me arrodillé y la subí una de sus piernas sobre el taburete. Con cierta dificultad conseguí meter mi boca en aquella fuente de fluidos que, hasta me llegó a preocupar, como disimulariamos después. Mis pies casi salían por debajo de la puerta del probador, hacia el pasillo, donde un monton de gente entraba y salía con sus prendas colgadas de los brazos. Estoy seguro que alguien tuvo que escuchar sus jadeos, por que fue una comida de coño y labios extrema. El probador ardía. Era un excenario morbosisimo. Yo estaba excitado al máximo.
Mientras me esforzaba por comerme su coño caliete con ansia, me sujetaba la cabeza con fuerza contra él, ayudandose con ambas piernas, que temblaban sensiblemente.
De repente paró bruscamente y se dirigió al bolso, de donde extrajo el teléfono para llamar a Marcos. No lo hizo con una llamada al uso, si no que optó por una videollamada de watsap. Colocó el teléfono en el suelo de modo que nos enfocara hacia arriba. Que excitación!!!!! Quería que vieran lo que la estaba haciendo. Se excitaba por momentos.
Continué saboreandola, ahora con más empeño si cabe, para que Marcos pudiera verlo.
Se corrió de imediato al sentirse observada. Y lo hizo hacia adentro para no denunciar nuestras fechorías. Entiendo que Marcos nos observaba sin perder detalle desde la tumbona en la piscina.
Pase a mover mis dedos sobre su clitoris y se encogió fuertemente debido a la carga orgasmica del momento. No pudo aguantarlo. Decidí entonces darla un pollazo contra la pared. La volví contra el lateral del vestuario con las manos apoyadas en la estructura y la cara pegada mirando lateralmente. Saque la polla caliente como el infierno y coji una de sus manos para que la sujetara. Más que sujetarla, para que comprobara la calidad de ese momento. Cuando lo hizo bramó y dijo algunas cosas casi en susurro que no pude identificar. La retire la mano para volverla a llevar arriba y se la metí hasta el fondo sin ningún tipo de piedad. Exaló un gemidos profundo, como ahogado, y sacó el culo hacia el exterior. Empujé como un salvaje, con una tremenda fuerza pero lentamente y hasta el fondo. Hizo unos movimientos y se volvió a correr en segundos. Percibí su jugo que escurría por la pierna abundantemente.
Después de correrse, decidí no seguir. Había que parar. Quedaba mucho día... Y quizá noche! Mire al teléfono y allí estaba marcos disfrutando y haciendo la señal del pulgar hacia arriba. Tenía una sonrisa enorme. Y franca.
Cojimos uno de los conjuntos y se lo probó. Aunqie era muy bonito y apto para ocasiones especiales, no era la talla adecuada. Lo desestimó y pasamos al segundo. Este quedaba como si hubiera sido diseñado para ella. En color negro, constaba de un liguero fino, con unas medias que no llego a sacar de su envase. Nos lo llevamos. El tercer conjunto ni lo probó. "Otro dia venimos", me dijo. "me querras acompañar?" "por su puesto qie si", la dije. Las veces que sea necesario si vas a follarme así.
Estuvimos diez minutos, quizá más. No lo puedo saber. Salimos con la mayor de las naturalidades que pudimos pero estoy seguro de que la persona encargada de la zona se percató de la escena que había tenido lugar. Es más, ya la intuía aún antes de entrar. Al salir del vestuario, un olor diferente irrumpió en el habitaculo. Entraba el aire "fresco" de la planta y contrastaba con el olor a sexo que había dentro. Yo salí con cierta tensión? Ella no. Con una natural sonrisa, dio las gracias y nos marchabamos hacia los expositores y caja. No me extraña. Eso es lo que yo llamo irse bien follá!!!
En el parking me dijo que había fantaseado muchas veces con este momento. Que la excitaba la situación y que yo la ponía cahondisima. Nunca la había pasado hasta que iniciamos esta relación consentida. Allí mismo con el coche aún sin poner en marcha, intentó colocarse encima otra vez, pero la advertí que una serie de cámaras cubrían la zona donde estábamos y podría ser peligroso. Por un momento sentí como esa advertencia, lejos de aplacarla, sirvió de acelerante al proceso y me vi allí otra vez liado. Con un giro rápido me eche sobre ella y la besé con pasión, intentando calmar el momento para que bajara la temperatura. Lo conseguí, pero estaba como un volcan. Yo también.
Nos encaminamos a su casa sin gran tráfico en esos momentos. En un abrir y cerrar de ojos estábamos allí. Durante el trayecto yo tenía un calentón de los que se recuerda toda la vida y pensaba si lanzarme sobre sus piernas y acariciar de nuevo ese volcan que tenía bajo su vestido. Realmente lo necesitaba pero era consciente que enseguida llegaríamos a casa y además, me quedaba mucha batalla por librar...
A la llegada nos recibió Marcos. Estaba muy alegre. Se dirigió a mi y me preguntó si me había gustado. Le dije que a que se refería exactamente, si al hecho de acompañarla, al conjunto que compró, al imprevisto... Se río con una fuerte carcajada y dijo que un poco todo. Que que me había parecido. Le expliqué que la "encerrona" me había resultado muy excitante. Original. La compañía de Belén me excitó desde el momento que me hizo la propuesta. El conjunto adquirido era una delicia y el encuentro que tuvimos en el probador no lo iba a contar.... Tendría que imaginarselo en base a lo que vio por watsap. Me dijo que le había gustado y que ella fantssesba a menudo con hacerlo conmigo. Ya lo había logrado.
Belén se fue a duchar y a cambiar, que la hacía falta y él me acompaño a la ducha. También necesaria.
Cuando todos estábamos listos, comimos en el jardín un pescado al horno buenísimo. Lo acompañamos con las dos botellas de vino blanco que a mi, y al menos, y me afectaron un poco.

CContinuará
La comida transcurrió con normalidad. Charlamos amigablemente, comimos y bebimos. Todo sin prisa. Hacia un poco de calor.
En la sobremesa ellos tomaron unos ging tonic. Yo me decante por tomar un último vino. Me empezaba a hacer efecto.
Nos apartamos de la mesa para ir junto a la piscina, a un sofá columpio, en un rincón cito muy aparente a la sombra. Allí se estaba de vicio en un día de calor como aquel.
Según llegamos al rincón, Belén con un gesto cariloso, extendió la mano y me invito a acomodarme en el sofá columpio. Sostenía en la mano su ging tonic. Ahí estaba tan elegante con su vestido veraniego, más ceñido y algo más corto que el de la pasada vez. Yo estaba un pelin perjudicado con el vino pero me sentía bien. El calor me hacía transpirar y estaba espectante ante la situación que podía desencadenarse. Si bien yo me había relajado desde el "revolcon" de la mañana, ella conserva a una pizca de excitacion que no había desaparecido ni aún en la comida.
Me deje caer en el sofá con cierta confianza, ocupandolo casi entero. Una pierna extendida a lo largo en la base del resoaldo y la otra hacia el césped, abierto...
Marcos se acomodó a mi derecha, al lado, en lo que yo presentí su butaca favorita. También con su copa, extendió sus piernas cruzadas sobre una mesa baja de cristal y expreso lo agusto qie estaba.
Al mismo tiempo Belén se sentó a mi lado, y dejando mi pierna izquierda atrapada a su espada. Alargó la copa para depositarla en la mesa de cristal. En el momento en que se sentó junto a mi, me subió una sensación brutal desde los pies a la cabeza, mezcla de excitacion, de bienestar y de incertidumbre. Todo a la vez. Me preguntó si estaba cómodo a lo que respondí que estaba fenomenal, en su compañía. Emitió una enorme sonrisa y se volvió a morder el labio. Como diciendo, no no sabes lo qie te espera. Ella sabía que eso me ponía mucho a si que lo volvió a hacer.
No pasó mucho tiempo, miéntras nos deleitabamos con la conversación y nuestras bebidas, hasta que Belén decidió acomodarse mejor, reclinandose ahora sobre mi pecho. Yo lo estaba deseando hacía rato y ella lo sabía. Ella también lo quería.
Cuando se acomodó en la mencionada postura, pude percibir su aroma y su perfume intenso. Esa fragancia y su olor se apoderaron de mi de una forma total. Era irresistible para mi. El olor de su olor cabello.
Marcos dio un salto repentino como si le quemara el culo el asiento y mientras cojia la copa dijo: "me voy a cambiar de sitio que aquí me va a dar el sol en breve". Evidentemente no le preocupaba el sol. Me di cueta rápido. Se situó enfrente de ella, para lo que tuvo que acercar otra butaca de mimbre. Una vez instalado en ella, sonriendo, nos dijo: "aquí mejor". Lo que verdaderamente queria era ver verla cuando se abriera de piernas y ver como la estaba excitado con los dedos.
Estaba súper agusto, con ella recinada sobre mi pecho. Pero muyyy agusto y relajado. Aunque también sabía como estaba el momento.
La conversación fue disminuyendo dando paso a un silencio agradable en el que se escuchaba nuestro palpitar y nuestra reapiracion miéntras saboreabamos la bebida. Pedí a Marcos si me podía acercar un vaso de agua. Empecé a sentir una sed tremenda. Se levanto y fue a por una jarra con hielo y trajo varios vasos. Él mismo me acercó uno para que no me moviera de la postura en la que estaba. Sabía que estaba muy agusto y ella también. Bebí el vaso casi entero. Y me reconfortó, la verdad.
Al alargar el brazo para dejarlo en la mesa, Belén lo tomó y lo dejo ella. Al volver a recostarse lo hizo llevando su mano hacia la espalda de manera que quedara interpuesta entre ambos. La colocó hábilmente encima de mi pantalón, donde mi polla estaba a la espera de ver que acontecimientos vendrían a continuacion. Hizo unos movimientos suaves sobre ella y note al momento como crecía. Reclinoó su cabeza hacia atrás y hacia un lado, dejándome su cuello completamente descubierto, invitándome que clavar a mis labios con ganas.
Con un movimiento suave de cabeza, la recoloqué de manera que pudiera besarla cómodamente desde la clavícula a la barbilla. Mis manos, que habían permanecido descansando sobre sus caderas, se movieron muy lentamente hacia la ingle, por encima del vestido. Me juré a mi mismo que la iba a hacer desearlo hasta que no pudiera más. Y lo cumplí, aunqie me costó lo mio. Disfrute de su cuello todo lo que quise y más. Estaba empapado de besarlo y disfrutarlo.
De ver en cuando miraba de reojo a su marido como disfrutaba de la escena. Él permanecia con la copa vacía en la mano. Se había puesto sus gafas y nos miraba con curiosidad y lujuria. Estaba claro que lo disfrutaba, tanto o más que la primera y anterior vez.
Belen estaba loca perdida pero mantenía las formas. Se movía muy lentamente y yo percibía sus músculos apretados, como si no quisiera que se la notara. Mis manos en la cadera e ingle recogían esos movimientos lascivos que me denunciaba el cale ton qie habiandentro. Irradiaba un calor tremendo especialmente el procedente de su coño. Era percibido por mi mano derecha que estaba sobre la ingle, por encima del vestido.
Seguía mordiendo su cuello con la suficiente lentitud para hacerla perder los nervios. Las manos por encima del vestido. Estaba decidido a martirizarla. Sabía que bajo el vestido llevaba unas bragas. Se la marcaban cuando se levantó en la comida y las percibía ahora al tacto, y bajo el vestido.
Mientras la acariciaba con ambas manos la zona inguinal, sin prisa, aunque me estuviera muriendo de ganas por avanzar, me subió un olor intenso que procedía de su coño. Eso me enloqueció más aún. Es algo que me excita.
Mire a Marcos y pude percibir como estaba excitado, aunque no lo expresaba. Ella le miraba de cuando en cuando, aunque permanecía con los ojos cerrados casi todo el tiempo, jadeando lenta y profundamente.
Intensificó el movimiento con su mano sobre mi polla e incluso intentó meterla por debajo del pantalón, lo que la costó cierto esfuerzo. Con la otra me cojió de la cabeza y me empujó sobre su cuello con más fuera aún si cabe. Consiguió hacerse con mi polla y sentí que era suya en ese momento. Que era para su placer absoluto.
Y es ahora cuando la subí el vestido, más ajustado que el otro, hasta dejarlo a la altura de sus caderas. Ella misma consiguió que subiera un poco más al abrirse de piernas todo lo que el sofá y la postura la permitía. Coloco la pierna izquierda junto a la mía, doblandola hacia su pecho y dejándola descansar en el respaldo del sofá. La otra la extendió hacia el césped junto a la mía. Aproveche y coloque la mía en el interior, de manera que no pudiera cerrarse cua do tuviera el coño a mi disposición y empezara a retorcerse.
Ahí estaba su coño, nuevamente mojado. Nuevamente dispuesto para la batalla. No lo percibi si no por el olor nada más. Tenía un inmenso deseo de apoderarse de esa raja mojada y caliente a más no poder pero continúe con la promesa que me había auto impuesto. Deslice los dedos de la izquierda por la ingle debajo de las bragas. Con los dedos de la derecha hice lo mismo bajando un poco hasta rozar los labios. Sutilmente. Solo un roce. notó rápidamente te el estímulo y al sentir la retirada de los dedos se retorcido y bramó con descaro. Las bragas apretadas fueron empujada un poco hacia afuera para hacer sitio y poder moverme. Aquello era un horno.
Deje pasar un par de dedos sobre el clitoris que estaba como un garbanzo de grande y comprobé entonces que estaba chorreando. No hacía más que mover la pelvis en con movimientos provocativos como si yo estuviera encima, invitandome a meter esos dedos qie no querían nada más que calentarla.
De repente, con palabras entrecortadas, dijo: "llevarme al gimnasio". Estaba como en las nubes. Como ida. Jadeando y diciendo cosas que yo no podía apenas escuchar. Había pasado a un estadio de extasis total.
Sin dejar de acariciarla los labios por el exterior, cumpliendo mi promesa, mire a Marcos en busca de ayuda. De información. Estaba descolocado y no entendía. Que ha dicho? A que se refiere????
El sabía perfectamente a que se referia. Yo jugaba en campo contrario. Ellos jugaban en casa.
Por un momento, Belén echo la cabeza atrás como para cojer aire y relajarse unos instantes, y presa del deseo volvió a repetir que queria ser llevada al gimnasio. Y añadió que si me importaba si venía una persona de máxima confianza a vernos.... Que lo que yo dijera. Que si decía que no no pasaba nada.
Buf. Me quedé unos segundos bloqueado por que no me lo esperaba. Estaba claro que ya lo habían hablado entre ellos y con la persona. Solo faltaba mi aprobación y adelante. El me volvió a aclarar con una sinceridad que pude comprobar, que si no estaba de acuerdo no pasaba absolutamente nada. Que continuaba os con el juego, que Belén estaba muy excitada.
En un segundo me recompuse y mantuve el tipo lo mejor que pude. Me dije para mis adentros: a tomar por culo!!!!!!!!! . La pregunté que había dicho que "la lleváramos" al gimnasio. Que si consideraba que no podía llevarla yo solo o que dicha estancia tal vez estuviera muy lejos......
"llevame", me dijo mirándome a los ojos. Estaba como un moto pero a la vez un poco descolocado con la repentina invitación. Pero ya digo. A tomar por culo! Si es de confianza..... Y ellos lo eran al máximo, pero pues adelante. Y ya veríamos que pasaba.
Acerque a Belén hacia mi, y la coloqué las manos en la cintura y la levante ligeramente el vestido para cojerla el culo. Que culo dios!!!!! De un golpe la subí en brazos, con una pierna por cada lado. Al hacerlo note imediatamente su coño encharcado sobre mi estómago. Me beso en los labios profundamente como liberandose de un peso que acarreaba. No tenía claro si a cedería a la presencia de esta persona.
Marcos me dijo, sígueme (con ella en brazos) . Esta aquí mismo. Yo recordé el gimnasio con el caretelito en la puerta y parte del interior que casualmente vi en aquella ocasión. Ya sabía donde iba. A poco metros en la otra fachada...
Me latía el corazón a tope y sentía que yo también estaba mojado por dentro. Como para no estarlo.
La llevaba el volandas abrazada con sus piernas en mi cintura y los brazos al rededor del cuello y su cabeza sobre mi hombro hacia atras. Avanzaba junto a Marcos. Ella me besaba el cuello con ganas. Joder. No la había visto así otras veces. Estaba presa de la lujuria. Llevándola en brazos no recuerdo la sensación de peso. Para nada. Si de mojadura caliente en el estomago....
Llegamos a la puerta donde rezaba el caretelito y que yo vi en su dia. Marcos abrió y me invito a entrar con ella en brazos. Adelante. Bienvenido, dijo.
Era un mini gimnasio muy agradable. Tenía luces de las que cambian de color a gusto. Tonos relajantes, atrevidos, de todo. Y tal como vi en aquella ocasión por la ventana, había algunos juguetes bdsm en un lateral. En su día, y a través de la ventana semi cerrada pude ver una "x" y un potro para atarla y para follarla. Había alguna cosa más que no preste atención.
Según entramos Belén preguntó a su marido si la había llamado ya a lo que respondió que si, que la había echado un mensaje. Esto en el tiempo que tardamos en bajar al gimnasio desde las tumbonas de la sobremesa.
Se estaba algo más fresquito en ese lugar. Había luz natural pero dejamos un tono morado creo recordar. Las persianas casi bajadas.
Belén espectante y visiblemente nerviosa pero excitada como antes. Los ojos brillaban intensamente y el pelo alborotado.
Belén me abrazo del cuello y me beso. Me insistió que si no estaba de acuerdo parábamos de inmediato. Me informó que venía Sara. Que era una chica de su máxima confianza. Que era "su mano derecha". No me dijo si era amiga. Solo que era alguien de máxima confianza para ellos y que arrastraba la fantasía de mirar, sin Participar. Y que llevaría una máscara o similar. No queria ser reconocida o tal vez por su intimidad. Me pareció bien. Agradecí la información y la franqueza.
Marcos me dijo, con una sonrisa cabroncita, que tiempo atrás, había comprado esos juguetes por que Belén tenía la fantasía de ser sometida a algunos juegos perversos. Que lo habían probado ellos pero que no funcionó. Que les faltaba algo. Miéntras ella permanecia abrazada a mi, me Informó que Belén le había fantaseado con algunas ideas. Y que en ellas estaba yo. Esta claro que para Belén soy una parte importantisima en su vida sexual, sabiendo en todo momento el lugar y rol que ocupo en la relación.
Ambos estaban en su punto. Ni relajados ni excitadisimos. Un término medio, aunque sentía a Belén como loca con la escena. Yo estaba espectante. Ver qie pasaba. Cachondisimo, mojadisimo.
De repente Marcos da un salto y se ausenta diciendo: "aquí está" "enseguida estamos aquí".
Uffff. Me abrazo a Belén, la miro profundamente a los ojos y le digo que estoy encantado de haberla conocido y en las circunstancias actuales. Sonríe y me responde que ella también. Que nos conocíamos desde hacía bastantes años y que se había encaprichado conmigo por muchas cosas que no voy a enumerar aquí y si resumiendo, que era una persona conocida que cumplía con creces los requisitos para que ella finalmente diera el paso. Confesó que habían tenido miedo de equivocarse o que yo rechazara el rol aquel día. La dije que fue perfecto por ambas partes. Que fueron extraordinariamente elegantes, cosa imprescindible para mi. Añadió tambien otra cosa que no tenía nada que ver con lo anteriormente expuesto, pero pero qie lo complementaba. - "estoy muy excitada con esta situacion. Nunca antes había estado así. Marcos me da sexo pero no es lo mismo que antes que era placentero. A decir verdad siempre me quedo a medias. Hemos perdido la imaginación. Hemos dejado de fantasear. Caímos en la monotonía. Y desde que nacieron las niñas, ha ido a peor. Él acepta la relación y disfruta viéndome satisfecha así".
Cuado iba a responder y a dar mi punto de vista veo a través de la persiana como pasan dos figuras conversando sin que pueda entender del todo lo que hablan.

Continuará

