Esta ya la conté, pero la dejo por aquí, que viene que ni pintada
Como relato inicial, contar una de este mismo verano. Fuimos mi mujer y yo a una playa muy grande cercana a nuestra localidad, frecuentada por gente de nuestra misma ciudad, pero al ser una playa grande es bastante improbable que nos juntáramos con nadie.
La playa es nudista en una parte, al final del todo, y allí nos pusimos. Al rato de estar allí, decidimos ir con una tabla de bodyboard a coger olas. Siempre hay mucha gente que pasea por la orilla en bañador, proviniendo de la parte no nudista.
Al tratarse del mes de octubre, no había demasiada gente en el agua, ya que es el cantábrico, y seguro que desde fuera llamábamos la atención, ya que mi mujer para sus 43 está muy bien. 1,60, pecho pequeño pero muy bonito, pubis depilado, 45 kg, y una figura espectacular. Y yo tampoco estoy mal para mi edad, cuerpo trabajado en el gimnasio, 1,90, 97 kg y no soy CR7 pero los abdominales se me intuyen, y tengo un pene bastante grueso.
El caso es que llevábamos un rato en el agua, y le dije a mi.mujer que se quedara ella, que me iba a la orilla, y al salir, de frente con una excompañera de trabajo. Ella iba con una amiga, ambas en bikini, que se apartó unos 4 metros y miraba la escena desde fuera. El caso es que nos saludamos, dos besos y estuvimos un rato hablando. Yo miraba sus ojos y ella a los míos, pero en 30-35 segundos se fue para atrás y ahí ya miraba mi cuerpo de arriba a abajo de vez en cuando. Estuvimos como 3-4 minutos poniéndonos al día de los hijos, qué tal por la empresa, su nuevo trabajo etc...
Lo más sorprendente fue al despedirnos, que se acerca y me dice que mucha ilusión vernos y que un abrazo. Como ya he dicho, yo soy alto, y mi excompañera no, y me dio un abrazo de esos que se pegan cuerpo con cuerpo, de modo que mi pene quedó pegado literalmente a su abdomen. Y así sin separar el cuerpo se inclinó hacia atrás para darme dos besos, con lo que el refrote fue considerable.
Su amiga reía divertida y se marcharon mientras miraban para atrás varias veces.
Y yo directo al agua, donde mi mujer me dijo que se habían puesto las dos las botas.