¿Como nos comportamos sexualmente cuando estamos en casa de los suegros o padres de nuestra pareja?

Andalus

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Este foro va para todas las parejas, sean eventuales, novios, casados, divorciados con amante, jóvenes, maduros o mayores… Todos aquellos que, en algún momento, han visitado a sus suegros o padres durante las vacaciones, un fin de semana, una comida familiar o incluso mientras su casa está en reformas.

Cuando surge el deseo de tener un encuentro íntimo y apetece besar, acariciarse o echar un polvo en estas circunstancias, ¿cómo lo viven? ¿Sois discretos o no les importa que os vean acariciaros o oigan? ¿Os da morbo la situación? ¿Provocáis a vuestra pareja para que exprese más su placer?

Compartir vuestros pensamientos, sentimientos, experiencias y anécdotas de esos momentos.
 
Comienzo con una de mis experiencias. Con una de mis ex, cuando ya me presentó formalmente a sus padres y hermanos, al vivir ciudades distintas, nos buscábamos la vida pa tener encuentros en casas de sus amigos o hotel si la economía lo permitia

Hasta que les dijo a sus padres que me quedaria en su casa pero en el sofa cama del salón. Sus padres eran ultra religiosos, con imágenes de cristo y virgenes por toda la casa, incluido el salón. Las primeras noches tras irse todos a dormir, montábamos la cama y se quedaba conmigo viendo una película, seguido de besarnos y meternos manos y acabando masturbando mutuamente. Todo en riguroso silencio pero con un morbo increíble. Sus padres dormian en la habitación de al lado y segun me dijo mi ex, no estaba conforme en que durmiera en su casa. Sin embargo a su padre le cai bien, buen chaval, con carrera, ..y dio su consentimiento ☺️.

En el sofá disfrute de las mejores mamadas de mi vida. Esa tensión, sus padres en alerta, mas de una vez los oímos levantarse e incluso creer que estaban escuchando tras la puerta. La imagen de mis muchas corrida en la boca de mi ex y ver como depositaba el semen en un pañuelo de papel que luego me lo daba para que lo guardase y que en ocasiones lo olvide sobre la mesita del salon, y que su madre lo recogió religiosamente a la mañana siguiente.

Como extra, cuando sus padres iban a misa de 12 los domingos, aprovechamos para follar en la habitación de mi ex y en una ocasion nos pillo en pleno extasis su hermana pequeña, mientras nos corriamos en la posición del perrito. Fue el momento donde no pudimos parar y la chica se quedo mirando hasta que su hermana la echo de la habitación ya bien follada. ,
 
Al principio de salir juntos fui invitado a casa de sus padres a comer. Un domingo a mediodia. La cocina estaba justo al lado del salón y del comedor y mientras sus padres preparaban el postre (algo entre helado y fresco) me chupo en el sofá. Me corrí en su garganta y ella me limpio entero. Me había cerrado la cremallera desde unos segundos que nos llamaron para el postre. Ella se levantó, me besó y todavía su boca sabía a lefa. Unos meses después volvíamos de una boda en coche, los padres delante, nosotros detrás y ella tumbada la espalda contra el respaldo de la banqueta y su cabeza encima de mis piernas. Estaba tapada con mi chaqueta. Llegue a meterla dedos en el culo y que se corra. Salió un chorro que pensé que se iba a mojar el asiento y ella haciéndose la dormida
 
Yo con respeto pero me harto de meterle mano en la cocina, sofá, etc .. , sin que nos vean por supuesto. Luego ya en la ducha me la follo sin problemas o me la tiro en la cama de su hermana viendo las fotos de ésta. Alguna vez la he enculado en la cama de la hermana , pensando que sodomizaba a mi cuñada. Además sé que mi cuñada también folla por el culo, así que el morbo es brutal.
 
Mi novia se niega a follar en casa de sus padres, pero para tenerme desahogado, cuando ellos están en la cocina o en el comedor aprovecha para pajearme lo mas rapido posible y cuando me voy a correr se la mete en la boca y se lo traga para no dejar pruebas.
 
A diferencia de otras veces, esta vez ocurrió en casa de mis padres. Hasta entonces, nunca había llevado a una chica a dormir estando ellos presentes. El morbo estaba servido. Mis padres dormían en la habitación de al lado, y la primera noche llegamos cuando ya estaban acostados y nosotros con el deseo a flor de piel.

Ella me miró con complicidad y preguntó:

—¿Crees que podemos hacerlo?

Sonreí y respondí sin dudarlo:

—Claro que sí, pero tendremos que ser silenciosos.

Nada más lejos de la realidad. Al entrar en la habitación, vimos que mi madre había preparado las camas nido… separadas. Nos miramos y soltamos una carcajada. No importaba. Con rapidez, las juntamos y comenzamos a desnudarnos.

La penumbra era apenas rota por la luz tenue de un flexo de estudio pegado al mueble. Lo suficiente para vernos. Cuando ella quedó en ropa interior y yo en calzoncillos, nos fundimos en un beso profundo, apasionado, nuestras lenguas entrelazadas mientras nuestras manos exploraban cada rincón de nuestros cuerpos.

Nos desnudamos por completo y mi erección era evidente. Entonces, ella sacó un cordón de su bolso y lo ajustó en la base de mi miembro con precisión, mirándome con una mezcla de picardía y deseo. Nos tumbamos en la cama… y horror: las lamas chirriaban como si estuvieran poseídas.

Ella estaba demasiado excitada para detenerse. Se abrió de piernas y, al ver su sexo húmedo y expectante, no lo dudé un segundo. Me lancé directo al placer.

En un intento de disimular el ruido, ella me sujetaba por las caderas, intentando amortiguar el movimiento, pero era inútil. La cama crujía con cada embestida, una sinfonía de gemidos ahogados y el inconfundible “ñik, ñik, ñik” que, sin duda, mis padres podían escuchar perfectamente.

Fueron veinte minutos de un placer prohibido y electrizante. Al terminar, nos quedamos abrazados, jadeando, tratando de recuperar el aliento en medio de la oscuridad.

A la mañana siguiente, mi madre no dijo nada, pero su mirada seria lo decía todo. Mi padre, en cambio, parecía indiferente. Sonrió con complicidad y le dio un par de besos a mi novia, como dándole su aprobación.

Desde entonces, hubo muchas más noches de pasión en esa casa, pero aprendimos la lección: hacerlo de pie era una opción mucho más segura…

Pero esa, esa es otra historia.
 
Última edición:
Con una ex, ella vivía con su madre divorciada y me excitaba darle fuerte para que nos escuchara, a ella creo que nunca le importó porque tampoco disimulaba mucho los gemidos
 
Cuando empezamos juntos, nos fuimos de vacaciones y a la vuelta, teníamos previsto encontrarnos con sus padres en un camping. Ellos con autocaravana, nosotros tienda de campaña. Pero cuando llegamos nosotros al camping, estaba diluviando, el suelo con charcos de agua. Sus padres nos dijeron de dormir en la autocaravana, ellos dormían en la parte superior y nosotros en la banqueta de la mesa de comer que se hacía cama... Y por supuesto, nos entró ganas de follar. Ella estaba mojada y perra, yo un pollón que no sabía dónde meterlo. Nos pusimos de lado y empezamos a follar despacito. Ella se corrió una primera vez y enseguida bajo a chuparmela. Me corrí en su boca, no podíamos manchar las sábanas. Un poco más tarde, de nuevo de lado, el uno contra el otro y fue ella que empezó a masturbarse, la acaricie los pechos y con la otra mano, mis dedos follaron su culo. Segundo orgasmo y ella otra vez me fue mamando. Todo el silencio, sin un suspiro. Lo primero que hicimos al día siguiente fue correr a meternos en una ducha del camping a follar a gusto con gemidos y suspiros
 

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