A veces pillas meando a una tía cuando menos lo esperas. Volviendo de las vacaciones en la playa, hicimos una parada en una de esas áreas de descanso de la autopista que consisten en una zona con árboles y bancos y mesas de picnic, pero sin cafetería ni baño. Queríamos estirar un poco las piernas y comernos los bocadillos que habíamos comprado para el viaje. Total, que estando allí decidí echar una meada y, al alejarme a una zona más apartada, pude ver que en los alrededores de muchos arbustos, setos y árboles había muchos pañuelos tirados por el suelo, señal de que muchas mujeres que aprovechan también para mear en esas paradas.
Minutos más tarde llegó un coche del que se bajó una familia compuesta por padre, madre y dos niños pequeños. No perdí ojo a la madre por lo que pudiera pasar y al rato se puso detrás de árbol y se puso a mear. No pude ver mucho, esa es la verdad, porque la tenía a unos 50 metros, pero le vi levantarse toda la falda (llevaba una de estas largas que llegan hasta los tobillos) y ponerse de cuclillas junto al árbol. No es la mejor pillada que he vivido, ni mucho menos, pero me dio mucho morbo.
