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AL DÍA SIGUIENTE
El Sol salió y yo había dormido muy mal, estaba dolorido en mi ano, en mis partes y me sentía fatal por los dos porros que me había fumado con Inma y Lola.
La llamada no se hizo esperar, a las 10 de la mañana Inma me llamó por teléfono.
Tardé 15 minutos en llegar, ellas ya estaban esperando en la calle, estupendísimas, guapísimas, con gafas de sol, escotes pronunciados, pantalones cortos ajustados a esos culazos y simpatiquísimas.
Cada uno a su vestuario hasta que salimos los tres y nos dirigimos a la zona nudista, allí nos quitamos la ropa.
Sus cuerpos bonitos y esculturales destacaban entre la poca gente que había.
Había mucho tío, mayor o muy mayor, alguna pareja de mediana edad y algún jovencito y jovencita como nosotros.
Mira ahí viene Enrique, dijo Lola.
Lola no se había equivocada en nada en la descripción de Enrique. Un tío de 1,60, con barriga, mucho pelo en el cuerpo, en sus partes, en el culo además de celulitis, media calvicie.
Hola Amo, dijo Lola.
Me quedé intrigado… ¿amo?
En uno de los juegos Lola se agarró a mí y me habló al oído.
Inma se restregó lo suyo con Enrique. Una vez buceando y viendo los cuerpos vi cómo Inma agarraba a Enrique de los huevos mientras los cogía con las dos manos. Los tenía descomunales es cierto. Otra vez vi a Inma agarrada a Enrique agarrándole con las piernas y rozando su sexo con el de él mientras este la zambullía.
Algunas veces Lola se agarraba a Enrique y se frotaba, le acariciaba, besaba, le hablaba al oído. Otras Enrique agarraba a Lola y a Inma levantándolas a cada una de ellas con un brazo cada una, un hércules a pesar de su complexión.
Comimos, bebimos cosas frías, hablamos del tiempo, del fútbol, del trabajo, los estudios, pasamos una mañana y un medio día muy agradables, Enrique resultó una agradable compañía, todo esto desnudos y poniéndonos muy cachondos los cuatro.
Pasamos una mañana y un medio día muy cálidos, muy divertidos y agradables.
Llegó el momento de marchar.
Sígueme, me dijo Enrique mientras Lola iba con él en su coche, un R-5 Turbo.
Llegamos a su piso alquilado en Aluche, Calle General Romero Basart 91.
Era el picadero de Enrique con Lola. Enrique sí tenía pasta para eso y para mucho más.
Subimos al segundo piso y entramos por la puerta del piso. Un piso muy bonito, cálido con buena luz y sobre todo con aire acondicionado que para la época era raro.
Puso el aire acondicionado y por turnos fuimos a ducharnos. El turno primero fueron para Enrique y Lola que se ducharon juntos muy alegres, jugando, diciéndose cosas, hasta corrían el uno detrás de la otra riéndose.
Luego fuimos nosotros.
Inma me comentaba mientras nos duchábamos lo alegre y agradable que era Enrique. Me comentaba que le gustaba, que aunque viejo y gordete le parecía muy atractivo y con unas cualidades de hombre que la ponían cachonda. Me dijo que le había tocado los huevos porque no se creía lo gordos que eran y que además pesaban mucho, aspecto que yo había visto ya en la piscina.
Me comentó que tenía loca a Lola. Que Lola era su perra como él la llamaba. Que Lola aunque dominanta con los hombres con Enrique era otra cosa, estaba enamorada de él, él lo sabía y hacía de ella lo que quería.
Enrique era el AMO de lola. Enrique le había enseñado a Lola a ser una Hembra Reina, como tratar a los hombres que no fueran como él, MACHOS ALFA, TOROS.
Inma estaba llena de curiosidad y me reconoció que no la importaría que la tocara Enrique.
Yo por mi parte reconocí que Enrique tenía algo. Reconocí que su pene descapullado tenía un atractivo especial en la piscina y que sí era cierto que llevaba el peso de los testículos con gracia, a Inma este comentario la puso calentita y me regaló un beso en la punta descapullada de mi miembro.
Una vez en el salón vestidos cómodamente los cuatro Enrique puso música, (Los chichos, el Fary) sacó unos vasos, hielo y wiski. Lola por su parte sacó 2 porros, uno para ellos y otro para nosotros.
Empezamos a hablar y Enrique abrió el melón.
Son jóvenes pero muy avanzados, vale la pena que los pruebes.
Contestó Enrique
Lola se quitó la camiseta, las tetas quedaron al aire. Enrique se quitó la camiseta de obrero de tirantes. La besaba el cuello, las clavículas, las tetas. Lola ponía los ojos en blanco.
Enrique de un solo tirón le quitó los pantalones cortos y las bragas, todo junto.
La levantó las caderas, se las puso a la altura de su boca y empezó a comerle el sexo.
Lola se retorcía, ponía los ojos en blanco.
Enrique también se había quitado los pantalones y su miembro empezó a crecer, a crecer, a crecer… Inma miraba con mucha atención y en silencio cómo crecía.
Para, para, para Enrique o me correré antes de tiempo, paraaaaaaaaaaahhahahahahaahahah.
Y Lola se corrió.
Lola por su parte con el dedo índice me llamó y yo me arrimé.
Lola me bajó el pantalón y los calzoncillos y me descapulló.
Yo ya estaba con el rabo tieso, empezó a frotarme lentamente mientras me miraba a la cara y se sonreía.
Ven.
Lola agarrándome la polla y sin soltarla me llevó a una habitación.
Deja a Inma con Enrique, no le va a pasar nada, me ha dicho que no se la follaría, que en todo caso haría otras cosas que ella quisiera, se porta muy bien ya verás.
Lola me quitó la camiseta, ella se subió a la cama.
Quiero que me hagas una kata de esas de kárate que tú haces bien desnudito, quiero volver a ver tus músculos en acción.
Y empecé a hacer heian shodan, Lola me miraba con atención.
Cuando terminé Lola me llamó a la cama.
Quiero ahora que te pongas con en el culo en pompa, mirando hacia a mí.
Y así lo hice.
Mi culo miraba a Lola.
Lola me empezó a acariciar los huevos, cogió mi polla y empezó a estimularla, pajearla, rítmicamente.
Yo no decía nada, con la cara apoyada en el colchón y mirando un cuadro de la virgen maría no dije nada.
Así me gusta que seas buen chico.
Lola aumentaba el ritmo pero paró.
Se colocó debajo de mi sexo sin que yo quitara la postura.
Se metió mi miembro en la boca y empecé a ver las estrellas, joderrr que mamada empezó a hacerme.
Inma me la había chupado a menudo pero nada como Lola.
Lola sabía exactamente donde tenía que pulsar y acariciar con la lengua y con los labios, el ritmo justo.
Mis huevos empezaban a removerse, el orgasmo incipiente me venía y paró.
Lola empezó a pajearme nuevamente, con una mano, con la otra me tocaba los cojones y me los lamía mientras yo estaba a cien.
Yo aguantaba, aguantaba y Lola se cansó y paró.
Espera, tengo que cagar, ya sabes lo que hacer.
Y fuimos al baño y empezó a cagar. Esta vez la caca era líquida, maloliente. Ella se alivió mucho.
Ya sabes cómo me gusta que me limpien.
Y empecé a limpiarla como el día anterior.
Espera que me queda pis.
Me metió en la bañera me tumbó, se puso de pié y en cuclillas con la vista de su fenomenal concha morena empezaron a salir primero unas gotas de pis luego una cascada, un chorro fuerte y enorme que me dio de lleno en la cara, en la nariz, ojos.
Abre la boca y recibe el elixir de tu ama Lola MANSO.
Y así lo hice abrí la boca y bebí, bebí el pis de Lola.
Cuando hacía fuerza para el pedo la estrella dorada de su ano se abría y cerraba, me excitaba.
Salió el siguiente pedo y la fuerza del aire me dio en la cara.
Olía muy mal, muy mal, ella se reía. Los gemidos del salón continuaban.
Lola se reía.
Espera que tengo otro.
Y se tiró otro en plan metralleta, terminando con uno más pequeño, me encantó.
Lo recuerdo hoy en día después de 40 años y todavía me excito.
Salimos de la bañera, limpia y desahogada Lola me llevó a la cama.
Se abrazó a mi, me hizo una presa con sus piernas (fantásticas piernas) y me empezó a besar, a comerme la lengua, a comerme los labios, me mordía, me mordía fuerte, me mordía las orejas y me decía cosas al oído.
La lamí el coño, como yo sabía. Lola se retorcía y me paró.
No, no. Eres bueno para.
Necesito fuerzas y ganas para mi MACHO.
Ven ponte como antes y terminemos.
Cogió el vaso de yogur “la lechera” y me puso la polla dentro.
Empezó a meneármela muy bien meneada y por fin me dijo.
Cuando te venga te corres tío bueno
Y me empecé a correr, mi semen salía a presión salpicando el vaso, Lola se reía.
Muy bien campeón, muy bien, ahora haremos algo con esto.
Quedé tendido en la cama, en éxtasis. Los gritos en el salón habían terminado también.
Lola salió y vino al poco con 2 plátanos, un cuchillo 2 cucharillas y un plato.
Cortó los plátanos en trocitos en el plato y derramó el semen del vaso en los plátanos.
Había sido muy abundante con lo que Lola estaba encantada y me decía.
Que pena, con lo buen eyaculador que eres que seas de esta niña.
Removió con la cuchara los trozos de plátano con el semen y empezamos a comérnoslo.
Hummm qué rico, que rico.
Yo me comí el primer trozo con asco pero… joder estaba bueno, sabía a dulce, a plátano a suavidad, el plátano estaba frío pero el semen caliente hacía un contraste único y delicioso.
Hummm de verdad que lo tienes muy rico.
Así que tras merendar los plátanos con semen me dio la enhorabuena, me dio un beso apasionado y me dijo.
La imagen del salón era buena.
Inma estaba totalmente desnuda y despatarrada en un sillón, mientras que Enrique estaba en otro fumando y bebiendo también desnudo, con su miembro relajado.
Inma estaba como en una nube, saliendo de su aturdimiento y con una sonrisa preciosa dijo
Mientras Lola y Enrique se besaban suavemente y Lola agarraba el miembro de Enrique y se lo llevaba consigo a la habitación.
Inma con un dedo (aprendía de Lola rápido) me hizo señas para que me arrimara.
Me preguntó.
Mi miembro se animó, me descapulló y empezó a pajearme, Inma era una reina de las Pajas.
Me metía la lengua en la boca mientras lo hacía. Yo guardaba la calma y recordaba las enseñanzas de Lola, “a ninguna mujer le gusta que su hombre dure poco o que no controle la excitación.
Inma seguía dándole al manubrio con fuerza, muy diferente a Lola, me daba menos gusto y no tocaba bien en comparación, pero me gustaba… siempre me gustaba.
Y siguió el juego. Volvió a acariciarme, a pajearme hasta que ella dijo que quería su merienda como LOLA y me dio permiso para eyacular.
Eyaculé, con menos semen que antes ya que LOLA me había descargado pero bien.
Salió poco semen y Inma se contrarió.
¡QUEEEE!
Se oyó desde la habitación.
Allí me quedé traumatizado.
El miembro de Enrique, (el gran Enrique) estaba poderoso, más grande que antes, su cara era otra.
Llegamos justo en el momento en que Lola abierta de piernas, muy abierta, se disponía a recibir esa cosa enorme, con esos dos huevos enormes que cada uno de ellos equivalía a los dos míos juntos (imaginaros la grandeza de Enrique) y no los tengo pequeños, joder algo enorme sobrehumano.
Enrique apuntó como un profesional y empaló a Lola con un grito medio desgarrador medio de placer y éxtasis trataba de decirnos mientras Enrique bombeaba con fuerza.
Inma estaba paralizada, no decía nada.
Inma puedes tocar si quieres, dijo Lola.
Inma me aparto y no solo le tocó, si no que también le llamó la atención el músculo y lo empezó a chupar.
Mira la niña que viciosa es, muy bien Inma muy bien, pero me temo que esto no es suficiente para que un MACHO como yo se corra, tengo perfecto control.
Lola seguía gimiendo de gusto.
Lola no podía controlar su cuerpo y se movía, se movía.
Enrique penetraba más fuerte.
Lola chillaba.
Inma miraba.
Yo miraba.
Inma se agarró a mi polla.
Me apretaba.
Me apretaba cada vez más y me hacía daño.
Enrique paró.
Soooooo perraaaaa, o te has creído que esto es así.
Saco el descomunal miembro y se sentó en la cama con el respaldo.
Atrajo a lola, la puso de espaldas y a horcajadas como si hiciera sentadillas la dijo que fuera penetrándose ella misma.
El descomunal miembro estaba más descomunal si podía ser.
Lola se empezó a clavar ese monstruo.
Enrique la sujetaba y la levantaba por el culo.
Lola chillaba, chillaba y sudaba.
Uf, uf, uf, arf, arf, uf, uf que bueno, sí, sí, sí.
Enrique se reía, era consciente de lo que hacía y de nuestras caras.
El olor a sexos era penetrante.
Los restos del tarro de “la lechera” junto al plato estaban en la mesilla de noche.
Me siento llena, llena, arrrggggg, que bueno, me vas a destrozar, arggggggg, sigue , sigue mi MACHO.
Y Enrique seguía y seguía.
Lola parecía desfallecer le temblaban las piernas y seguía gimiendo. Enrique se reía y apretaba más fuerte contra su viril y descomunal miembro.
Los huevos de Enrique eran algo digno de verse. En ese momento se podían comparar con Lola y parecían dos tomates gordos, gordos inflamados.
Yo estaba cachondo perdido y Inma ni os cuento, no paraba de agarrarme el miembro y sus tetas estaban enhiestas.
Tras más de 40 minutos así dándole miembro viril a Lola, Lola seguía chillando y nosotros paralizados. En un momento Lola empezó a dar convulsiones y por lo tanto sus piernas y cuerpo temblaban como poseída, sus ojos se pusieron en blanco mientras gritaba.
ARGGGGGGGG CABRÓN, CABRON, MI MACHO, MI MACHOOOOOO, ME CORROOOOO, ARGGGGGGG, DAMELO , no , nooooooo, dáselo a ellos.
Y LOLA, la campeona, la super Lola, la super azafata en ese momento se ganó un sitio en mi corazón, la respetaba, la admiraba, no sé cuantas cosas sentí por ella en ese momento.
Pero es que con Enrique me pasó lo mismo, le admiraba e incluso…. Le deseaba, me había puesto a 100.
Y LOLA tras 20 pulsaciones de su coño, porque ella las contaba, terminó de correrse. Terminó desmayada, sin fuerzas, arrinconada de lado en la cama.
ENRIQUE, el gran Enrique, seguía con el monstruo tieso, el monstruo nos miraba a los dos como diciendo ¿Quién va a ser el guapo o guapa que me entronice?
Enrique habló.
Lolaaaaa, espabila ven.
Y lola que estaba en éxtasis se giró y se puso con nosotros, los tres, yo empalmado, Inma muy húmeda y Lola rascándose el conejo.
Los tres nos pusimos de rodillas frente al “gran monstruo”. El monstruo nos miraba y su descomunal cabeza como un ciruelo nos amenazaba. La enorme raja del ciruelo adivinaba que por ahí con esa manguera debía de salir buen chorro.
Fue LOLA la que tomó la iniciativa y agarró con sus manos el gran miembro chupándolo. A estas alturas no le cabía en la boca, no podía por el tremendo grosor de… “todo”.
Se sumó Inma, que se agarró a los huevos y empezó a chupárselos, las dos se turnaban para atacar la ciruela. Sus lenguas chocaban para ser las únicas en lamer aquel manjar único.
Enrique estaba impasible, sonreía, me miraba, las miraba.
Lola me agarró el pene y me llevó de rodillas.
Ahora estábamos los tres, yo me resistía pero al final… chupé.
Junto con Inma chupé la ciruela, toqué ese músculo enorme, pasé la lengua por la enorme raja del capullo, Inma competía conmigo para hacerse con un trozo en la boca.
Lola empezó a reírse.
Muy bien, muy bien, que grandes alumnos.
Enrique gimió un poco, le gustaba, “al bicho le gustaba”.
Enrique dijo “parad”.
Paramos.
Atrajo a LOLA nuevamente, la puso a cuatro patas y la apuntó el miembro en la entrada del culo.
Ese culo que yo un rato antes había chupado.
Cogió un poco de saliva de mi boca y de la boca de Inma y se la dio en la entrada del culo y del ciruelo.
Y empujó.
Empujó.
LOLA estaba desencajada.
Aguantaba, aguantaba, se agarraba a las sábanas y no hacía otra cosa que decir.
Solo un cuarto de su enrome monstruo estaba en el ano de LOLA.
Fuerte, muy fuerte.
LOLA se desplomó en la cama.
Enrique sin ninguna compasión seguía empujando como un TORO ENFURECIDO.
La vas a matar, la vas a matar para.
LOLA dijo.
Y paró.
Aguarda perra, esto no termina así.
Sacó el ciruelo del bonito y apretado culo de Lola, el gran ciruelo de Enrique, con restos de mierda.
Y Enrique dijo, ¿Quién me limpia?
Inma se ofreció a limpiarlo rápidamente.
Y Inma se lo limpiaba con ganas, con muchas ganas.
Lola para ese momento estaba un poco más recuperada y me había agarrado los huevos, la polla, me pajeaba.
Lola me masturbaba muy rápido, yo estaba muy excitado y cachondo cogió el vaso y me dio permiso para correrme por tercera vez esa tarde y…. me corrí.
Salió muy poco, algunas gotas mucho menos que la segunda vez, no daba para un plátano, ni para pasar la lengua, LOLA se río.
Bueno, bueno, algo es algo, no te preocupes amor con Enrique lo suplimos ya verás.
Inma seguía limpiando y Enrique la dijo ya vale.
Atrajo a LOLA y la coloco a cuatro patas, la abrió las piernas y esta vez el bicho apuntó al coño negro de LOLA.
Lola flipaba otra vez.
Me vas a romper, te siento, te siento mi TORO, dale, dale fuerte.
Y Enrique le dio, pero bien fuerte. Esta vez Enrique sí gemía, esta vez sí se le vía que estaba pasándolo apurado para aguantar.
Lola se la veía que apretaba el coño todo lo que podía, se notaba porque la estrella de su ano se cerraba y abría.
Inma estaba paralizada, cachondísima, me había vuelto a agarrar, esta vez se agarraba a mi pecho, a mis pectorales, yo la toqué la concha, estaba húmeda.
La senté en una silla mientras no paraba de mirar. La abrí las piernas y empecé a lamerle la bonita rajita rubia, puse de inmediato la atención en su clítoris, lamiéndola primero en lado, luego el otro lado del clítoris, los labios los pliegues.
Inma gemía, gemía y gemía mientras agarraba mi cabeza y miraba a Enrique bombear con su descomunal miembro a Lola.
A los cuatro minutos Inma se removió de la silla, sus piernas temblaban en espasmódicas convulsiones y se desencadenaba el caos en su clítoris y su cuerpo, se volvía a correr por cuarta vez esa tarde.
Mientras terminé Enrique, el gran Enrique, seguía bobeando y LOLA seguía apretando su vagina y su ano.
Y entonces…. Se desencadenó.
ENRIQUE empezó a correrse con un bramido de TORO SALVAJE, no se corría como yo o como las chicas, era más bien como rebufos de TORO, me situé mejor para ver la escena, Enrique se había subido a la cama y Lola soportaba el peso de Enrique a cuatro patas mientras Enrique estaba sobre su espalda. La imagen era la del gran miembro, el gran ciruelo convulsionando en pulsos dentro de LOLA.
Enrique a pesar de eso seguía dándole y dándole y en esto que LOLA.
Coge el tarro, coge el tarroo javi, Inma coged el tarro y llenadlo.
Y así hicimos.
Enrique terminó y sacó el gran bicho de la vagina de LOLA. Al salir la vagina de LOLA quedó dilatada y llena de semen por todas partes.
El tremendo miembro de Enrique se asemejaba a como cuando un caballo saca el miembro de una yegua y empieza a quedar inerte y chorreando así fue.
Nosotros raudos yo le agarré el miembro y Inma puso el bote en la cabeza de la GRAN CIRUELA la cual escurría en esos momentos tardíos mucho más semen del que yo podría ofrecer en mi primera eyaculación.
Inma recogió todo lo que pudo, Enrique quedó tendido en la cama agotado.
Lola intervino.
No, esperad hay más mucho más traed un plato.
Agarré el plato y se lo di a LOLA, esta se lo puso en cuclillas en la cama y sobre él empezó a empujar y a empujar, al principio no salía nada hasta que en un momento dado booommm, empezó a salir mucho, pero mucho semen, pero mucho, mucho.
Javi trae unos plátanos y nos los comemos y así hice, fui a la cocina y traje los plátanos.
Cuando volví el plato tenía no sé…. Algo impresionante de lefa, nunca había visto tanta junta de una sola vez, Lola se reía.
Estáis impresionados verdad, es lógico.
En eso que Inma me dice.
Javi limpia a Lola el coño, lámeselo.
Y yo como no tenía voluntad con mucho cuidado retiré el plato que se lo di a Inma, puse a Lola a cuatro patas y lamí, lamí y lamí los restos de la fantástica corrida del GRAN ENRIQUE.
Inma cortó los plátanos en el plato, cogió lo que había de mis corridas y lo juntó todo.
Los cuatro, muertos de calor aun con el aire acondicionado y sobre todo muertos de risa nos comíamos el exquisito manjar.
Bromeábamos sobre quien se comía un espermatozoide de quien.
Tras terminar y beber agua fría nos tumbamos en la cama los cuatro, como si nos conociéramos de toda la vida, con toda la confianza del mundo para besarnos, tocarnos, y acariciarnos.
Teníamos tanta confianza en ese momento que hablamos.
Enrique me dio consejos delante de las chicas.
El Sol salió y yo había dormido muy mal, estaba dolorido en mi ano, en mis partes y me sentía fatal por los dos porros que me había fumado con Inma y Lola.
La llamada no se hizo esperar, a las 10 de la mañana Inma me llamó por teléfono.
- Buenos días amor.
- Buenos días mi vida.
- Ven a buscarnos porque nos vamos a la piscina con Lola, bueno con Lola y con Enrique para que le conozcas.
- Ah, vale, voy corriendo a tu casa.
Tardé 15 minutos en llegar, ellas ya estaban esperando en la calle, estupendísimas, guapísimas, con gafas de sol, escotes pronunciados, pantalones cortos ajustados a esos culazos y simpatiquísimas.
- Hola Javi, vamos a la piscina de la Elipa, Lola dice que hay una zona nudista nos la va a enseñar.
- ¡Nudista! No sabía que hubiera eso en Madrid.
- Sí, sí, ¿no es maravilloso?
- Hola Lola.
- Hola Javi, espero que no estés muy dolorido, vas a tener trabajo hoy.
- Por cierto, vendrá Enrique para que le conozcáis, luego iremos con él a un piso que tiene alquilado en Aluche en la Calle General algo.
- Vale, vale, lo que tú digas Lola.
Cada uno a su vestuario hasta que salimos los tres y nos dirigimos a la zona nudista, allí nos quitamos la ropa.
Sus cuerpos bonitos y esculturales destacaban entre la poca gente que había.
Había mucho tío, mayor o muy mayor, alguna pareja de mediana edad y algún jovencito y jovencita como nosotros.
Mira ahí viene Enrique, dijo Lola.
Lola no se había equivocada en nada en la descripción de Enrique. Un tío de 1,60, con barriga, mucho pelo en el cuerpo, en sus partes, en el culo además de celulitis, media calvicie.
Hola Amo, dijo Lola.
Me quedé intrigado… ¿amo?
- Enrique es mi amo, él es un ser superior y tiene el derecho y el deber de iniciar a mujeres como yo, me temo que vosotros estáis en un grado muy inferior para comprenderlo.
- Hola chicos, soy Enrique encantado de conoceros, Lola me ha hablado de vosotros, espero que seamos buenos amigos.
- Eso espero, dije yo.
En uno de los juegos Lola se agarró a mí y me habló al oído.
- Hoy vas tener el orgasmo de tu vida y te lo voy a dar yo, recuerda, pero tendrás que hacer algo por mi, cuando llegue el momento te lo pediré y tú no pondrás pegas.
- Ok Lola.
Inma se restregó lo suyo con Enrique. Una vez buceando y viendo los cuerpos vi cómo Inma agarraba a Enrique de los huevos mientras los cogía con las dos manos. Los tenía descomunales es cierto. Otra vez vi a Inma agarrada a Enrique agarrándole con las piernas y rozando su sexo con el de él mientras este la zambullía.
Algunas veces Lola se agarraba a Enrique y se frotaba, le acariciaba, besaba, le hablaba al oído. Otras Enrique agarraba a Lola y a Inma levantándolas a cada una de ellas con un brazo cada una, un hércules a pesar de su complexión.
Comimos, bebimos cosas frías, hablamos del tiempo, del fútbol, del trabajo, los estudios, pasamos una mañana y un medio día muy agradables, Enrique resultó una agradable compañía, todo esto desnudos y poniéndonos muy cachondos los cuatro.
Pasamos una mañana y un medio día muy cálidos, muy divertidos y agradables.
Llegó el momento de marchar.
Sígueme, me dijo Enrique mientras Lola iba con él en su coche, un R-5 Turbo.
Llegamos a su piso alquilado en Aluche, Calle General Romero Basart 91.
Era el picadero de Enrique con Lola. Enrique sí tenía pasta para eso y para mucho más.
Subimos al segundo piso y entramos por la puerta del piso. Un piso muy bonito, cálido con buena luz y sobre todo con aire acondicionado que para la época era raro.
Puso el aire acondicionado y por turnos fuimos a ducharnos. El turno primero fueron para Enrique y Lola que se ducharon juntos muy alegres, jugando, diciéndose cosas, hasta corrían el uno detrás de la otra riéndose.
Luego fuimos nosotros.
Inma me comentaba mientras nos duchábamos lo alegre y agradable que era Enrique. Me comentaba que le gustaba, que aunque viejo y gordete le parecía muy atractivo y con unas cualidades de hombre que la ponían cachonda. Me dijo que le había tocado los huevos porque no se creía lo gordos que eran y que además pesaban mucho, aspecto que yo había visto ya en la piscina.
Me comentó que tenía loca a Lola. Que Lola era su perra como él la llamaba. Que Lola aunque dominanta con los hombres con Enrique era otra cosa, estaba enamorada de él, él lo sabía y hacía de ella lo que quería.
Enrique era el AMO de lola. Enrique le había enseñado a Lola a ser una Hembra Reina, como tratar a los hombres que no fueran como él, MACHOS ALFA, TOROS.
Inma estaba llena de curiosidad y me reconoció que no la importaría que la tocara Enrique.
Yo por mi parte reconocí que Enrique tenía algo. Reconocí que su pene descapullado tenía un atractivo especial en la piscina y que sí era cierto que llevaba el peso de los testículos con gracia, a Inma este comentario la puso calentita y me regaló un beso en la punta descapullada de mi miembro.
Una vez en el salón vestidos cómodamente los cuatro Enrique puso música, (Los chichos, el Fary) sacó unos vasos, hielo y wiski. Lola por su parte sacó 2 porros, uno para ellos y otro para nosotros.
Empezamos a hablar y Enrique abrió el melón.
- Lola me ha contado que queréis iniciaros en esto de la sumisión y que ayer os dio vuestra primera clase.
- Sí, cierto, contestamos.
- Me comenta que quiere que le ayude a mostrarla lo que un MACHO ALFA, un TORO es capaz de hacer, pero tengo dudas.
- ¿Dudas? Dijo Inma.
- Sí, porque tú eres menor, tienes 17 años y tu chico tiene 18 años y es también muy joven.
Son jóvenes pero muy avanzados, vale la pena que los pruebes.
Contestó Enrique
- Bueno en todo caso jugaré un rato con ambos pero tienen que estar de acuerdo. Pero no haré nada que se salga legalmente de la minoría de edad de Inma y que ella no quiera.
- Vale, vale, vale, síi, dijo Inma (la muy perra…)
- Vale, dije yo, que no tenia voluntad ya con el porro y el wiski.
- Pero Enrique antes de que juegues con ellos tienes que jugar conmigo por favor.
- Pues claro.
Lola se quitó la camiseta, las tetas quedaron al aire. Enrique se quitó la camiseta de obrero de tirantes. La besaba el cuello, las clavículas, las tetas. Lola ponía los ojos en blanco.
Enrique de un solo tirón le quitó los pantalones cortos y las bragas, todo junto.
La levantó las caderas, se las puso a la altura de su boca y empezó a comerle el sexo.
Lola se retorcía, ponía los ojos en blanco.
Enrique también se había quitado los pantalones y su miembro empezó a crecer, a crecer, a crecer… Inma miraba con mucha atención y en silencio cómo crecía.
- Jesús Javi, que grande es, me decía en bajito al oído.
- Me gusta, es bonita, hasta ahora es la que más me gusta de las que he visto.
Para, para, para Enrique o me correré antes de tiempo, paraaaaaaaaaaahhahahahahaahahah.
Y Lola se corrió.
- Un campeón de primera, dijo Lola ¿Habéis visto como me ha llevado al éxtasis?
- Y eso que esto solo es un juego, que no hemos follado todavía.
- Inma bonita. ¿Estarías dispuesta a darme un besito en la polla? ¿te sientes preparada?
- Pues claro, claro, sí, sí, sí, dijo Inma.
Lola por su parte con el dedo índice me llamó y yo me arrimé.
Lola me bajó el pantalón y los calzoncillos y me descapulló.
Yo ya estaba con el rabo tieso, empezó a frotarme lentamente mientras me miraba a la cara y se sonreía.
Ven.
Lola agarrándome la polla y sin soltarla me llevó a una habitación.
Deja a Inma con Enrique, no le va a pasar nada, me ha dicho que no se la follaría, que en todo caso haría otras cosas que ella quisiera, se porta muy bien ya verás.
Lola me quitó la camiseta, ella se subió a la cama.
Quiero que me hagas una kata de esas de kárate que tú haces bien desnudito, quiero volver a ver tus músculos en acción.
Y empecé a hacer heian shodan, Lola me miraba con atención.
Cuando terminé Lola me llamó a la cama.
Quiero ahora que te pongas con en el culo en pompa, mirando hacia a mí.
Y así lo hice.
Mi culo miraba a Lola.
Lola me empezó a acariciar los huevos, cogió mi polla y empezó a estimularla, pajearla, rítmicamente.
Yo no decía nada, con la cara apoyada en el colchón y mirando un cuadro de la virgen maría no dije nada.
Así me gusta que seas buen chico.
Lola aumentaba el ritmo pero paró.
Se colocó debajo de mi sexo sin que yo quitara la postura.
Se metió mi miembro en la boca y empecé a ver las estrellas, joderrr que mamada empezó a hacerme.
Inma me la había chupado a menudo pero nada como Lola.
Lola sabía exactamente donde tenía que pulsar y acariciar con la lengua y con los labios, el ritmo justo.
Mis huevos empezaban a removerse, el orgasmo incipiente me venía y paró.
- Paraaaa, que te veo venir. Siento perfectamente cuando una polla se va a correr.
- Por cierto que tienes que tener más aguante, a ninguna chica le gusta que los hombres duren poco en la cama o que no tengan control de una mamada, si se te escapa aunque sea el líquido preseminal le diré a Inma que te castigue muy duramente.
- Vale, vale, perdona.
- Por cierto, tengo permiso de Inma para hacerte esto y todo lo que no sea follarte. Eso no quita para que seas tú quien me folle si es que lo considero adecuado pero no será el caso. A mi me folla Enrique y vas a ver cómo lo hace de bien luego.
Lola empezó a pajearme nuevamente, con una mano, con la otra me tocaba los cojones y me los lamía mientras yo estaba a cien.
- Dime ama Lola cuando tengo que derramar mi leche.
- Cuando yo me canse y te diga.
- Estoy cachonda joder, que bueno estás niño.
- Gracias ama Lola.
- No temas, eso es que Enrique le está haciendo gozar a Inma, pero no te preocupes que no se la meterá, ese privilegio solo lo tengo yo.
- Vale, sí, ama Lola.
Yo aguantaba, aguantaba y Lola se cansó y paró.
Espera, tengo que cagar, ya sabes lo que hacer.
Y fuimos al baño y empezó a cagar. Esta vez la caca era líquida, maloliente. Ella se alivió mucho.
Ya sabes cómo me gusta que me limpien.
Y empecé a limpiarla como el día anterior.
Espera que me queda pis.
Me metió en la bañera me tumbó, se puso de pié y en cuclillas con la vista de su fenomenal concha morena empezaron a salir primero unas gotas de pis luego una cascada, un chorro fuerte y enorme que me dio de lleno en la cara, en la nariz, ojos.
Abre la boca y recibe el elixir de tu ama Lola MANSO.
Y así lo hice abrí la boca y bebí, bebí el pis de Lola.
- Bebe, bebe, trágatelo.
- Y lo tragué.
Cuando hacía fuerza para el pedo la estrella dorada de su ano se abría y cerraba, me excitaba.
Salió el siguiente pedo y la fuerza del aire me dio en la cara.
Olía muy mal, muy mal, ella se reía. Los gemidos del salón continuaban.
Lola se reía.
Espera que tengo otro.
Y se tiró otro en plan metralleta, terminando con uno más pequeño, me encantó.
Lo recuerdo hoy en día después de 40 años y todavía me excito.
Salimos de la bañera, limpia y desahogada Lola me llevó a la cama.
Se abrazó a mi, me hizo una presa con sus piernas (fantásticas piernas) y me empezó a besar, a comerme la lengua, a comerme los labios, me mordía, me mordía fuerte, me mordía las orejas y me decía cosas al oído.
- Qué pena de chico con lo buenorro que estás.
- Yo de ti haría un hombre, un verdadero macho si no fueras de Inma.
- Cómeme el coño un poco.
La lamí el coño, como yo sabía. Lola se retorcía y me paró.
No, no. Eres bueno para.
Necesito fuerzas y ganas para mi MACHO.
Ven ponte como antes y terminemos.
Cogió el vaso de yogur “la lechera” y me puso la polla dentro.
Empezó a meneármela muy bien meneada y por fin me dijo.
Cuando te venga te corres tío bueno
Y me empecé a correr, mi semen salía a presión salpicando el vaso, Lola se reía.
- Que tío, que campeón que presión tienes.
- Con esta presión llegarás al útero de cualquier mujer y la embarazarás seguro.
Muy bien campeón, muy bien, ahora haremos algo con esto.
Quedé tendido en la cama, en éxtasis. Los gritos en el salón habían terminado también.
Lola salió y vino al poco con 2 plátanos, un cuchillo 2 cucharillas y un plato.
Cortó los plátanos en trocitos en el plato y derramó el semen del vaso en los plátanos.
Había sido muy abundante con lo que Lola estaba encantada y me decía.
Que pena, con lo buen eyaculador que eres que seas de esta niña.
Removió con la cuchara los trozos de plátano con el semen y empezamos a comérnoslo.
Hummm qué rico, que rico.
Yo me comí el primer trozo con asco pero… joder estaba bueno, sabía a dulce, a plátano a suavidad, el plátano estaba frío pero el semen caliente hacía un contraste único y delicioso.
Hummm de verdad que lo tienes muy rico.
Así que tras merendar los plátanos con semen me dio la enhorabuena, me dio un beso apasionado y me dijo.
- Eres un campeón y con la guía adecuada serías un TORO también, cuando te canses de ser un MANSO te vienes a verme cuando quieras, pero no se lo digas a Inma de acuerdo?
- Ok ama Lola.
La imagen del salón era buena.
Inma estaba totalmente desnuda y despatarrada en un sillón, mientras que Enrique estaba en otro fumando y bebiendo también desnudo, con su miembro relajado.
Inma estaba como en una nube, saliendo de su aturdimiento y con una sonrisa preciosa dijo
- ¿Ya habéis terminado?
- Nosotros también, bueno yo he terminado, bueno he terminado 2 veces. Enrique ha sido tan amable de dejarme comerle el pollón ese y él que es muy bueno me ha comido la rajita 2 veces seguidas… JAVI 2 veces seguidas y me he venido las dos.
- Me alegro mi amor. Lola y yo hemos estado cagando, meando y merendando.
- JAJAJA, se rió Enrique.
- Esa es mi Lola.
Mientras Lola y Enrique se besaban suavemente y Lola agarraba el miembro de Enrique y se lo llevaba consigo a la habitación.
Inma con un dedo (aprendía de Lola rápido) me hizo señas para que me arrimara.
- Ha sido fantástico Javi, que dos corridas me ha pegado, yo tengo muchas ganas de ese rabo, o del tuyo o de los dos o del que sea. Tengo ganas de meterme eso aquí, señalando con su dedo su vagina.
- Pero me da miedo, no estoy preparada para eso todavía y quisiera que fuera contigo cuando lo esté.
- Solo estoy preparada para estos juegos ¿no te importa cariño?
- No, no me importa, cuando tú estés preparada haré lo que tú quieras.
Me preguntó.
- ¿Tú qué tal con Lola?
- Muy bien, descuida que no me ha follado, solo me ha dado otra clase para ser un MANSO para ti.
- Ah genial, me encanta.
- Nos hemos merendado unos plátanos con mi semen.
- Ah, que bueno, yo tb quiero hacerlo.
Mi miembro se animó, me descapulló y empezó a pajearme, Inma era una reina de las Pajas.
Me metía la lengua en la boca mientras lo hacía. Yo guardaba la calma y recordaba las enseñanzas de Lola, “a ninguna mujer le gusta que su hombre dure poco o que no controle la excitación.
Inma seguía dándole al manubrio con fuerza, muy diferente a Lola, me daba menos gusto y no tocaba bien en comparación, pero me gustaba… siempre me gustaba.
- Dice Lola que tienes que ser tú cuando me digas que me corra, pero si quieres merendar necesitarás un recipiente, apostille.
- Tienes razón, iré a por un plátano y algo para que me des leche.
Y siguió el juego. Volvió a acariciarme, a pajearme hasta que ella dijo que quería su merienda como LOLA y me dio permiso para eyacular.
Eyaculé, con menos semen que antes ya que LOLA me había descargado pero bien.
Salió poco semen y Inma se contrarió.
- Joder Javi solo este poco? ¿con esto no me como un plátano.
- Espera.
¡QUEEEE!
Se oyó desde la habitación.
- Me has dejado sin merienda a JAVI no le sale más, ¿qué hago?
- Espera un momento, no venid, venid.
Allí me quedé traumatizado.
El miembro de Enrique, (el gran Enrique) estaba poderoso, más grande que antes, su cara era otra.
Llegamos justo en el momento en que Lola abierta de piernas, muy abierta, se disponía a recibir esa cosa enorme, con esos dos huevos enormes que cada uno de ellos equivalía a los dos míos juntos (imaginaros la grandeza de Enrique) y no los tengo pequeños, joder algo enorme sobrehumano.
Enrique apuntó como un profesional y empaló a Lola con un grito medio desgarrador medio de placer y éxtasis trataba de decirnos mientras Enrique bombeaba con fuerza.
- Ahora en un poco os damos un poco de la de Enrique nos va a dar para los tres ¿verdad Enrique?
- ¡Claro que sí perrita mía?
- Bien, bien javi, puedes tocar.
- Lola también dijo, bien Javi, muy bien.
Inma estaba paralizada, no decía nada.
Inma puedes tocar si quieres, dijo Lola.
Inma me aparto y no solo le tocó, si no que también le llamó la atención el músculo y lo empezó a chupar.
Mira la niña que viciosa es, muy bien Inma muy bien, pero me temo que esto no es suficiente para que un MACHO como yo se corra, tengo perfecto control.
Lola seguía gimiendo de gusto.
Lola no podía controlar su cuerpo y se movía, se movía.
Enrique penetraba más fuerte.
Lola chillaba.
Inma miraba.
Yo miraba.
Inma se agarró a mi polla.
Me apretaba.
Me apretaba cada vez más y me hacía daño.
Enrique paró.
Soooooo perraaaaa, o te has creído que esto es así.
Saco el descomunal miembro y se sentó en la cama con el respaldo.
Atrajo a lola, la puso de espaldas y a horcajadas como si hiciera sentadillas la dijo que fuera penetrándose ella misma.
El descomunal miembro estaba más descomunal si podía ser.
Lola se empezó a clavar ese monstruo.
Enrique la sujetaba y la levantaba por el culo.
Lola chillaba, chillaba y sudaba.
Uf, uf, uf, arf, arf, uf, uf que bueno, sí, sí, sí.
Enrique se reía, era consciente de lo que hacía y de nuestras caras.
El olor a sexos era penetrante.
Los restos del tarro de “la lechera” junto al plato estaban en la mesilla de noche.
- Cuando yo os diga cogéis el tarro y se lo ponéis a Enrique en la polla.
- Inma contestó, vale, vale, y lo cogió.
Me siento llena, llena, arrrggggg, que bueno, me vas a destrozar, arggggggg, sigue , sigue mi MACHO.
Y Enrique seguía y seguía.
Lola parecía desfallecer le temblaban las piernas y seguía gimiendo. Enrique se reía y apretaba más fuerte contra su viril y descomunal miembro.
Los huevos de Enrique eran algo digno de verse. En ese momento se podían comparar con Lola y parecían dos tomates gordos, gordos inflamados.
Yo estaba cachondo perdido y Inma ni os cuento, no paraba de agarrarme el miembro y sus tetas estaban enhiestas.
Tras más de 40 minutos así dándole miembro viril a Lola, Lola seguía chillando y nosotros paralizados. En un momento Lola empezó a dar convulsiones y por lo tanto sus piernas y cuerpo temblaban como poseída, sus ojos se pusieron en blanco mientras gritaba.
ARGGGGGGGG CABRÓN, CABRON, MI MACHO, MI MACHOOOOOO, ME CORROOOOO, ARGGGGGGG, DAMELO , no , nooooooo, dáselo a ellos.
Y LOLA, la campeona, la super Lola, la super azafata en ese momento se ganó un sitio en mi corazón, la respetaba, la admiraba, no sé cuantas cosas sentí por ella en ese momento.
Pero es que con Enrique me pasó lo mismo, le admiraba e incluso…. Le deseaba, me había puesto a 100.
Y LOLA tras 20 pulsaciones de su coño, porque ella las contaba, terminó de correrse. Terminó desmayada, sin fuerzas, arrinconada de lado en la cama.
ENRIQUE, el gran Enrique, seguía con el monstruo tieso, el monstruo nos miraba a los dos como diciendo ¿Quién va a ser el guapo o guapa que me entronice?
Enrique habló.
- Bueno, quien quiere merendar.
- Yo, yo, yo, dijo Inma.
- Yo tb dije yo…
Lolaaaaa, espabila ven.
Y lola que estaba en éxtasis se giró y se puso con nosotros, los tres, yo empalmado, Inma muy húmeda y Lola rascándose el conejo.
Los tres nos pusimos de rodillas frente al “gran monstruo”. El monstruo nos miraba y su descomunal cabeza como un ciruelo nos amenazaba. La enorme raja del ciruelo adivinaba que por ahí con esa manguera debía de salir buen chorro.
Fue LOLA la que tomó la iniciativa y agarró con sus manos el gran miembro chupándolo. A estas alturas no le cabía en la boca, no podía por el tremendo grosor de… “todo”.
Se sumó Inma, que se agarró a los huevos y empezó a chupárselos, las dos se turnaban para atacar la ciruela. Sus lenguas chocaban para ser las únicas en lamer aquel manjar único.
Enrique estaba impasible, sonreía, me miraba, las miraba.
- Que buenas dos perras sois joder.
- Estoy por adoptar también a Inma como perra pero no, yo me debo a mi mujer, mis hijos y a mi LOLA.
Lola me agarró el pene y me llevó de rodillas.
Ahora estábamos los tres, yo me resistía pero al final… chupé.
Junto con Inma chupé la ciruela, toqué ese músculo enorme, pasé la lengua por la enorme raja del capullo, Inma competía conmigo para hacerse con un trozo en la boca.
Lola empezó a reírse.
Muy bien, muy bien, que grandes alumnos.
Enrique gimió un poco, le gustaba, “al bicho le gustaba”.
Enrique dijo “parad”.
Paramos.
Atrajo a LOLA nuevamente, la puso a cuatro patas y la apuntó el miembro en la entrada del culo.
Ese culo que yo un rato antes había chupado.
Cogió un poco de saliva de mi boca y de la boca de Inma y se la dio en la entrada del culo y del ciruelo.
Y empujó.
Empujó.
LOLA estaba desencajada.
Aguantaba, aguantaba, se agarraba a las sábanas y no hacía otra cosa que decir.
- OH, DIOS, OH DIOS, PAREZCO VIRGEN.
- OH, DIOS, POR FAVOR.
- OH, DIOS, SIGUE.
Solo un cuarto de su enrome monstruo estaba en el ano de LOLA.
- No cabe más perra, tienes el culo pequeño para tu dios.
- Pues dale, me vas a romper OH DIOS.
Fuerte, muy fuerte.
LOLA se desplomó en la cama.
Enrique sin ninguna compasión seguía empujando como un TORO ENFURECIDO.
- No puedo más me vas a romper mi TORO.
- No puedo más ARGGG ME DUELE, ME DUELE ARGGG.
- Calla perra y aguanta, recibe a tu señor.
La vas a matar, la vas a matar para.
LOLA dijo.
- Nooooo, no pares, no me va a amatar esto es así, cuando te llegue el momento lo entenderás.
- Ah vale.
Y paró.
Aguarda perra, esto no termina así.
Sacó el ciruelo del bonito y apretado culo de Lola, el gran ciruelo de Enrique, con restos de mierda.
Y Enrique dijo, ¿Quién me limpia?
Inma se ofreció a limpiarlo rápidamente.
Y Inma se lo limpiaba con ganas, con muchas ganas.
Lola para ese momento estaba un poco más recuperada y me había agarrado los huevos, la polla, me pajeaba.
- Me entretengo mientras mi TORO recupera fuerzas.
- Vale.
Lola me masturbaba muy rápido, yo estaba muy excitado y cachondo cogió el vaso y me dio permiso para correrme por tercera vez esa tarde y…. me corrí.
Salió muy poco, algunas gotas mucho menos que la segunda vez, no daba para un plátano, ni para pasar la lengua, LOLA se río.
Bueno, bueno, algo es algo, no te preocupes amor con Enrique lo suplimos ya verás.
Inma seguía limpiando y Enrique la dijo ya vale.
Atrajo a LOLA y la coloco a cuatro patas, la abrió las piernas y esta vez el bicho apuntó al coño negro de LOLA.
Lola flipaba otra vez.
Me vas a romper, te siento, te siento mi TORO, dale, dale fuerte.
Y Enrique le dio, pero bien fuerte. Esta vez Enrique sí gemía, esta vez sí se le vía que estaba pasándolo apurado para aguantar.
Lola se la veía que apretaba el coño todo lo que podía, se notaba porque la estrella de su ano se cerraba y abría.
Inma estaba paralizada, cachondísima, me había vuelto a agarrar, esta vez se agarraba a mi pecho, a mis pectorales, yo la toqué la concha, estaba húmeda.
La senté en una silla mientras no paraba de mirar. La abrí las piernas y empecé a lamerle la bonita rajita rubia, puse de inmediato la atención en su clítoris, lamiéndola primero en lado, luego el otro lado del clítoris, los labios los pliegues.
Inma gemía, gemía y gemía mientras agarraba mi cabeza y miraba a Enrique bombear con su descomunal miembro a Lola.
A los cuatro minutos Inma se removió de la silla, sus piernas temblaban en espasmódicas convulsiones y se desencadenaba el caos en su clítoris y su cuerpo, se volvía a correr por cuarta vez esa tarde.
Mientras terminé Enrique, el gran Enrique, seguía bobeando y LOLA seguía apretando su vagina y su ano.
Y entonces…. Se desencadenó.
ENRIQUE empezó a correrse con un bramido de TORO SALVAJE, no se corría como yo o como las chicas, era más bien como rebufos de TORO, me situé mejor para ver la escena, Enrique se había subido a la cama y Lola soportaba el peso de Enrique a cuatro patas mientras Enrique estaba sobre su espalda. La imagen era la del gran miembro, el gran ciruelo convulsionando en pulsos dentro de LOLA.
Enrique a pesar de eso seguía dándole y dándole y en esto que LOLA.
- ARGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG, ME CORRROOOOOOOOOOOOOOOOOOO
- ME COROOO, MI MACHOO, MI MACHOOO, MI TOROOOOO DÁME MÁS.
- ESTÁ MUY CALIENTE, SIENTO TU SEMEN, SIENTO TU SEMEN, ARGGG.
Coge el tarro, coge el tarroo javi, Inma coged el tarro y llenadlo.
Y así hicimos.
Enrique terminó y sacó el gran bicho de la vagina de LOLA. Al salir la vagina de LOLA quedó dilatada y llena de semen por todas partes.
El tremendo miembro de Enrique se asemejaba a como cuando un caballo saca el miembro de una yegua y empieza a quedar inerte y chorreando así fue.
Nosotros raudos yo le agarré el miembro y Inma puso el bote en la cabeza de la GRAN CIRUELA la cual escurría en esos momentos tardíos mucho más semen del que yo podría ofrecer en mi primera eyaculación.
Inma recogió todo lo que pudo, Enrique quedó tendido en la cama agotado.
Lola intervino.
No, esperad hay más mucho más traed un plato.
Agarré el plato y se lo di a LOLA, esta se lo puso en cuclillas en la cama y sobre él empezó a empujar y a empujar, al principio no salía nada hasta que en un momento dado booommm, empezó a salir mucho, pero mucho semen, pero mucho, mucho.
Javi trae unos plátanos y nos los comemos y así hice, fui a la cocina y traje los plátanos.
Cuando volví el plato tenía no sé…. Algo impresionante de lefa, nunca había visto tanta junta de una sola vez, Lola se reía.
Estáis impresionados verdad, es lógico.
En eso que Inma me dice.
Javi limpia a Lola el coño, lámeselo.
Y yo como no tenía voluntad con mucho cuidado retiré el plato que se lo di a Inma, puse a Lola a cuatro patas y lamí, lamí y lamí los restos de la fantástica corrida del GRAN ENRIQUE.
Inma cortó los plátanos en el plato, cogió lo que había de mis corridas y lo juntó todo.
Los cuatro, muertos de calor aun con el aire acondicionado y sobre todo muertos de risa nos comíamos el exquisito manjar.
Bromeábamos sobre quien se comía un espermatozoide de quien.
Tras terminar y beber agua fría nos tumbamos en la cama los cuatro, como si nos conociéramos de toda la vida, con toda la confianza del mundo para besarnos, tocarnos, y acariciarnos.
Teníamos tanta confianza en ese momento que hablamos.
Enrique me dio consejos delante de las chicas.
- Javi me han dicho que comes muy bien los coños, pero no sabemos cómo follas. Según Inma follas bien, pero ella solo ha follado contigo con lo que no vale. ¿tú has follado con otras?
- No, respondí.
- También me ha dicho LOLA que quieres ser un sumiso ¿por qué?
- Porque Inma es mi ama y tiene anulada mi voluntad, ¿tú la has visto? Es sencillamente espectacular.
- ¿No te parezco que estoy buena yo? Dijo LOLA
- Tú eres una diosa inalcanzable para mi LOLA, además Inma no me dejaría follarte.
- Eso es verdad, dijo Inma.
- Tú podrías ser un MACHO ALFA, un TORO, con mi entrenamiento y sabiduría harías muy feliz a media humanidad femenina, dijo Enrique.
- No tienes por qué ser un MANSO, continuó Enrique.
- Eso es verdad, añadió LOLA.
- Cuando te canses de la situación de MANSO que sepas que tienes a un amigo para enseñarte. Un amigo que en un día te ha visto cómo eres y que te ha cogido aprecio.
- Ya se lo he dicho yo, añadió LOLA. Cuando se canse de ser humillado que venga a vernos. Tienes madera y es una pena que Inma sea tu Reina dueña.
- ¿Me lo estáis quitando? Añadió Inma.
- Es que Javi es lo suficientemente hombre como para ser un TORO de los buenos, sería injusto que le sumieras en el papel de SUMISO.
- Pero tú lo haces con tu novio… apostilló Inma.
- Ya, pero es que mi novio se lo merece. Un tío que ha tardado en tocarme 2 años, que cuando me tocó me tocó mal, que tiene una pollita pequeña de 10 cm, con huevos de codorniz y que para colmo no sabe manejarla, se corre rápido y no hablemos de la lengua… pues se lo mere, es un mierda y lo que quiere y siente placer es que le humillen y que de vez en cuando una polla superior le humille, pero bien.
- Como ha hecho hoy Enrique con Javi, dijo Inma.
- Es que Enrique humilla a todos, hay muy poco como él, siguió LOLA.
- Perdonad, chicas, dije yo, Enrique no me ha humillado. Soy consciente de los 18 cm que tengo de pene, para muchas es un pollón, pero es que no puedo compararme a Enrique, con lo que no me doy por humillado, más bien he disfrutado como un perro, me habéis enseñado mucho hoy y salgo de aquí con la sensación de que os quiero, que tengo tanta confianza como para hablar con vosotros y poder rozarnos a la vez. Sois fantásticos y por mi si Inma me da permiso jugaré con vosotros cada vez que queráis.
- Inma apostilló. No sé tengo que pensarlo, jaja. Me ha gustado mucho esto hoy, demasiado, tenía expectativas, pero no tantas.
- Además, me habéis respetado y no he hecho nada que yo no quisiera hacer, aunque lo he deseado. Pero de todas formas me parecía mal entregarme a Enrique por no ponerle en un compromiso por mis 17 años, y por respeto a LOLA que es la hija de la prima de mi madre, habría estado muy mal. No ya por Javi, él está destinado a compartir mi sexualidad y así se lo he dejado muy claro, ¿verdad Javi?
- Sí amor.
- Enrique ¿cómo llevas el tema de los celos con tu mujer? ¿hay celos?, añadió Inma.
- Mi mujer ya me da por imposible, tenemos dos hijos que ya tienen 20 y 21 años cada uno. Ella me controla, pero con la ley en la mano, si me separo y me voy con LOLA me desahuciaría y me quedaría en la calle sin nada, la pasta es de ella. Explicaba Enrique.
- Así que me la follo cuando ella quiere, siempre como el misionero, cuando se corre y se corre siempre, no quiere que me corra yo, me empuja y me dice “hazte una paja”.
- Pero conocí a LOLA en el avión de vuelta a Madrid, pensé que no me haría caso pero cuando coincidimos en la zona franca y nos tomamos un café algo salió entre nosotros. Como dos almas que se reencuentran y se desean, desde entonces somo pareja.
- Yo no quito que LOLA folle con otros hombres o que haga lo que ella quiera. De hecho, la animo a que si encuentra un chico o un hombre mejor que yo lo disfrute, lo de su novio es otra cosa.
- ¿Y tú LOLA? Continuó Inma.
- Yo como sabes tengo un novio desde los 14 años y no sé cómo dejarle. El tema es que mis padres conocen a los suyos y nos tienen comprados hasta el ajuar, quieren que cuando él saque las oposiciones yo deje de trabajar porque según su madre “es de guarras”, jajaja, ya ves tú, ¿con lo que me habéis visto hacer hoy dirías que soy guarra?
- Inma salió al paso, sí muy guarra, pero me encantas. Quiero ser como tú LOLA, quiero dinero, amantes como ENRIQUE, quiero viajar y quiero a mi Javi.
- ¿y tú Javi qué quieres?, apostilló Enrique.
- No lo sé, la verdad, hoy estoy aquí con vosotros, os quiero, pero mañana sabe dios.
- Bien dicho, dijo LOLA.
- Bueno tenemos que irnos, que ya es tarde, sugirió Inma.
- Ok
- Ok
- Vale.
- ¿Os parece que hagamos algo mañana domingo? Continuó Inma.
- Por mi bien, dijo LOLA.
- Por mi también, continuó Enrique.
- Yo lo que dima Inma, dije yo.
- ¿Qué os parece si hago una paellita mañana aquí y luego nos rozamos un poco?
- Por mi bien, dijo Inma.
- Por mí también dijo LOLA.
- Yo idem.