¿Puedo contarte una vida de experiencias?

AL DÍA SIGUIENTE

El Sol salió y yo había dormido muy mal, estaba dolorido en mi ano, en mis partes y me sentía fatal por los dos porros que me había fumado con Inma y Lola.

La llamada no se hizo esperar, a las 10 de la mañana Inma me llamó por teléfono.

  • Buenos días amor.
  • Buenos días mi vida.
  • Ven a buscarnos porque nos vamos a la piscina con Lola, bueno con Lola y con Enrique para que le conozcas.
  • Ah, vale, voy corriendo a tu casa.
Desayuné a toda prisa, cogí el bañador, toalla, pasta y llaves del coche.

Tardé 15 minutos en llegar, ellas ya estaban esperando en la calle, estupendísimas, guapísimas, con gafas de sol, escotes pronunciados, pantalones cortos ajustados a esos culazos y simpatiquísimas.

  • Hola Javi, vamos a la piscina de la Elipa, Lola dice que hay una zona nudista nos la va a enseñar.
  • ¡Nudista! No sabía que hubiera eso en Madrid.
  • Sí, sí, ¿no es maravilloso?
  • Hola Lola.
  • Hola Javi, espero que no estés muy dolorido, vas a tener trabajo hoy.
  • Por cierto, vendrá Enrique para que le conozcáis, luego iremos con él a un piso que tiene alquilado en Aluche en la Calle General algo.
  • Vale, vale, lo que tú digas Lola.
Con la dirección y la guía de calles llegamos a la piscina de la Elipa.

Cada uno a su vestuario hasta que salimos los tres y nos dirigimos a la zona nudista, allí nos quitamos la ropa.

Sus cuerpos bonitos y esculturales destacaban entre la poca gente que había.

Había mucho tío, mayor o muy mayor, alguna pareja de mediana edad y algún jovencito y jovencita como nosotros.

Mira ahí viene Enrique, dijo Lola.

Lola no se había equivocada en nada en la descripción de Enrique. Un tío de 1,60, con barriga, mucho pelo en el cuerpo, en sus partes, en el culo además de celulitis, media calvicie.

Hola Amo, dijo Lola.

Me quedé intrigado… ¿amo?

  • Enrique es mi amo, él es un ser superior y tiene el derecho y el deber de iniciar a mujeres como yo, me temo que vosotros estáis en un grado muy inferior para comprenderlo.
  • Hola chicos, soy Enrique encantado de conoceros, Lola me ha hablado de vosotros, espero que seamos buenos amigos.
  • Eso espero, dije yo.
Tendimos las toallas en la piscina y nos bañamos. Jugamos y nos restregamos. Lola era muy animada y trataba de hacerme muchas perrerías en el agua, aprovechaba para tocarme el culo, tocarme los músculos, los pectorales, se agarraba a mi cuello y cruzaba las piernas empujando mis glúteos hacia sí, me mordía las orejas.

En uno de los juegos Lola se agarró a mí y me habló al oído.

  • Hoy vas tener el orgasmo de tu vida y te lo voy a dar yo, recuerda, pero tendrás que hacer algo por mi, cuando llegue el momento te lo pediré y tú no pondrás pegas.
  • Ok Lola.
Con Inma era igual, a Inma le atendía Enrique que tenía una fuerza descomunal y la lanzaba hacia arriba en el agua para caer.

Inma se restregó lo suyo con Enrique. Una vez buceando y viendo los cuerpos vi cómo Inma agarraba a Enrique de los huevos mientras los cogía con las dos manos. Los tenía descomunales es cierto. Otra vez vi a Inma agarrada a Enrique agarrándole con las piernas y rozando su sexo con el de él mientras este la zambullía.

Algunas veces Lola se agarraba a Enrique y se frotaba, le acariciaba, besaba, le hablaba al oído. Otras Enrique agarraba a Lola y a Inma levantándolas a cada una de ellas con un brazo cada una, un hércules a pesar de su complexión.

Comimos, bebimos cosas frías, hablamos del tiempo, del fútbol, del trabajo, los estudios, pasamos una mañana y un medio día muy agradables, Enrique resultó una agradable compañía, todo esto desnudos y poniéndonos muy cachondos los cuatro.

Pasamos una mañana y un medio día muy cálidos, muy divertidos y agradables.

Llegó el momento de marchar.

Sígueme, me dijo Enrique mientras Lola iba con él en su coche, un R-5 Turbo.

Llegamos a su piso alquilado en Aluche, Calle General Romero Basart 91.

Era el picadero de Enrique con Lola. Enrique sí tenía pasta para eso y para mucho más.

Subimos al segundo piso y entramos por la puerta del piso. Un piso muy bonito, cálido con buena luz y sobre todo con aire acondicionado que para la época era raro.

Puso el aire acondicionado y por turnos fuimos a ducharnos. El turno primero fueron para Enrique y Lola que se ducharon juntos muy alegres, jugando, diciéndose cosas, hasta corrían el uno detrás de la otra riéndose.

Luego fuimos nosotros.

Inma me comentaba mientras nos duchábamos lo alegre y agradable que era Enrique. Me comentaba que le gustaba, que aunque viejo y gordete le parecía muy atractivo y con unas cualidades de hombre que la ponían cachonda. Me dijo que le había tocado los huevos porque no se creía lo gordos que eran y que además pesaban mucho, aspecto que yo había visto ya en la piscina.

Me comentó que tenía loca a Lola. Que Lola era su perra como él la llamaba. Que Lola aunque dominanta con los hombres con Enrique era otra cosa, estaba enamorada de él, él lo sabía y hacía de ella lo que quería.

Enrique era el AMO de lola. Enrique le había enseñado a Lola a ser una Hembra Reina, como tratar a los hombres que no fueran como él, MACHOS ALFA, TOROS.

Inma estaba llena de curiosidad y me reconoció que no la importaría que la tocara Enrique.

Yo por mi parte reconocí que Enrique tenía algo. Reconocí que su pene descapullado tenía un atractivo especial en la piscina y que sí era cierto que llevaba el peso de los testículos con gracia, a Inma este comentario la puso calentita y me regaló un beso en la punta descapullada de mi miembro.

Una vez en el salón vestidos cómodamente los cuatro Enrique puso música, (Los chichos, el Fary) sacó unos vasos, hielo y wiski. Lola por su parte sacó 2 porros, uno para ellos y otro para nosotros.

Empezamos a hablar y Enrique abrió el melón.

  • Lola me ha contado que queréis iniciaros en esto de la sumisión y que ayer os dio vuestra primera clase.
  • Sí, cierto, contestamos.
  • Me comenta que quiere que le ayude a mostrarla lo que un MACHO ALFA, un TORO es capaz de hacer, pero tengo dudas.
  • ¿Dudas? Dijo Inma.
  • Sí, porque tú eres menor, tienes 17 años y tu chico tiene 18 años y es también muy joven.
Intervino Lola.

Son jóvenes pero muy avanzados, vale la pena que los pruebes.

Contestó Enrique

  • Bueno en todo caso jugaré un rato con ambos pero tienen que estar de acuerdo. Pero no haré nada que se salga legalmente de la minoría de edad de Inma y que ella no quiera.
  • Vale, vale, vale, síi, dijo Inma (la muy perra…)
  • Vale, dije yo, que no tenia voluntad ya con el porro y el wiski.
Lola continuó.

  • Pero Enrique antes de que juegues con ellos tienes que jugar conmigo por favor.
  • Pues claro.
Empezaron a besarse en el sofá muy apasionadamente. Inma y yo mirábamos sin decir nada.

Lola se quitó la camiseta, las tetas quedaron al aire. Enrique se quitó la camiseta de obrero de tirantes. La besaba el cuello, las clavículas, las tetas. Lola ponía los ojos en blanco.

Enrique de un solo tirón le quitó los pantalones cortos y las bragas, todo junto.

La levantó las caderas, se las puso a la altura de su boca y empezó a comerle el sexo.

Lola se retorcía, ponía los ojos en blanco.

Enrique también se había quitado los pantalones y su miembro empezó a crecer, a crecer, a crecer… Inma miraba con mucha atención y en silencio cómo crecía.

  • Jesús Javi, que grande es, me decía en bajito al oído.
  • Me gusta, es bonita, hasta ahora es la que más me gusta de las que he visto.
Enrique seguía comiéndole el sexo a Lola.

Para, para, para Enrique o me correré antes de tiempo, paraaaaaaaaaaahhahahahahaahahah.

Y Lola se corrió.

  • Un campeón de primera, dijo Lola ¿Habéis visto como me ha llevado al éxtasis?
  • Y eso que esto solo es un juego, que no hemos follado todavía.
Enrique se reía mientras se sujetaba el tremendo pollón entre sus manos.

  • Inma bonita. ¿Estarías dispuesta a darme un besito en la polla? ¿te sientes preparada?
  • Pues claro, claro, sí, sí, sí, dijo Inma.
Inma se puso de rodillas, agarró el tremendo miembro con sus dos manos blancas y se lo llevó a la boca, Inma seguía vestida como yo.

Lola por su parte con el dedo índice me llamó y yo me arrimé.

Lola me bajó el pantalón y los calzoncillos y me descapulló.

Yo ya estaba con el rabo tieso, empezó a frotarme lentamente mientras me miraba a la cara y se sonreía.

Ven.

Lola agarrándome la polla y sin soltarla me llevó a una habitación.

Deja a Inma con Enrique, no le va a pasar nada, me ha dicho que no se la follaría, que en todo caso haría otras cosas que ella quisiera, se porta muy bien ya verás.

Lola me quitó la camiseta, ella se subió a la cama.

Quiero que me hagas una kata de esas de kárate que tú haces bien desnudito, quiero volver a ver tus músculos en acción.

Y empecé a hacer heian shodan, Lola me miraba con atención.

Cuando terminé Lola me llamó a la cama.

Quiero ahora que te pongas con en el culo en pompa, mirando hacia a mí.

Y así lo hice.

Mi culo miraba a Lola.

Lola me empezó a acariciar los huevos, cogió mi polla y empezó a estimularla, pajearla, rítmicamente.

Yo no decía nada, con la cara apoyada en el colchón y mirando un cuadro de la virgen maría no dije nada.

Así me gusta que seas buen chico.

Lola aumentaba el ritmo pero paró.

Se colocó debajo de mi sexo sin que yo quitara la postura.

Se metió mi miembro en la boca y empecé a ver las estrellas, joderrr que mamada empezó a hacerme.

Inma me la había chupado a menudo pero nada como Lola.

Lola sabía exactamente donde tenía que pulsar y acariciar con la lengua y con los labios, el ritmo justo.

Mis huevos empezaban a removerse, el orgasmo incipiente me venía y paró.

  • Paraaaa, que te veo venir. Siento perfectamente cuando una polla se va a correr.
  • Por cierto que tienes que tener más aguante, a ninguna chica le gusta que los hombres duren poco en la cama o que no tengan control de una mamada, si se te escapa aunque sea el líquido preseminal le diré a Inma que te castigue muy duramente.
  • Vale, vale, perdona.
  • Por cierto, tengo permiso de Inma para hacerte esto y todo lo que no sea follarte. Eso no quita para que seas tú quien me folle si es que lo considero adecuado pero no será el caso. A mi me folla Enrique y vas a ver cómo lo hace de bien luego.
Según en la misma posición mientras Lola se levantaba y traía un tarro de cristal de los yogures de “la lechera”, un nombre muy adecuado para lo que iba a suceder.

Lola empezó a pajearme nuevamente, con una mano, con la otra me tocaba los cojones y me los lamía mientras yo estaba a cien.

  • Dime ama Lola cuando tengo que derramar mi leche.
  • Cuando yo me canse y te diga.
Así siguió y siguió pajeándome, lamiéndome, tocando mis piernas, mis músculos.

  • Estoy cachonda joder, que bueno estás niño.
  • Gracias ama Lola.
Mientras tanto oía gritos de placer que venían del salón, me asusté.

  • No temas, eso es que Enrique le está haciendo gozar a Inma, pero no te preocupes que no se la meterá, ese privilegio solo lo tengo yo.
  • Vale, sí, ama Lola.
Y siguió pajeándome, con más fuerza, mi rabo estaba morado por lo fuerte que lo apretaba, me clavaba las uñas en el glande y me dolía con lo que alejaba la posibilidad de concentrarme para que me viniera el orgasmo, yo se lo agradecía, ella se lo estaba pasando muy bien.

Yo aguantaba, aguantaba y Lola se cansó y paró.

Espera, tengo que cagar, ya sabes lo que hacer.

Y fuimos al baño y empezó a cagar. Esta vez la caca era líquida, maloliente. Ella se alivió mucho.

Ya sabes cómo me gusta que me limpien.

Y empecé a limpiarla como el día anterior.

Espera que me queda pis.

Me metió en la bañera me tumbó, se puso de pié y en cuclillas con la vista de su fenomenal concha morena empezaron a salir primero unas gotas de pis luego una cascada, un chorro fuerte y enorme que me dio de lleno en la cara, en la nariz, ojos.

Abre la boca y recibe el elixir de tu ama Lola MANSO.

Y así lo hice abrí la boca y bebí, bebí el pis de Lola.

  • Bebe, bebe, trágatelo.
  • Y lo tragué.
El fin del pis acabó con unas gotas y con un sonoro pedo a escasos centímetros de mi boca.

Cuando hacía fuerza para el pedo la estrella dorada de su ano se abría y cerraba, me excitaba.

Salió el siguiente pedo y la fuerza del aire me dio en la cara.

Olía muy mal, muy mal, ella se reía. Los gemidos del salón continuaban.

Lola se reía.

Espera que tengo otro.

Y se tiró otro en plan metralleta, terminando con uno más pequeño, me encantó.

Lo recuerdo hoy en día después de 40 años y todavía me excito.

Salimos de la bañera, limpia y desahogada Lola me llevó a la cama.

Se abrazó a mi, me hizo una presa con sus piernas (fantásticas piernas) y me empezó a besar, a comerme la lengua, a comerme los labios, me mordía, me mordía fuerte, me mordía las orejas y me decía cosas al oído.

  • Qué pena de chico con lo buenorro que estás.
  • Yo de ti haría un hombre, un verdadero macho si no fueras de Inma.
  • Cómeme el coño un poco.
Y obedecí.

La lamí el coño, como yo sabía. Lola se retorcía y me paró.

No, no. Eres bueno para.

Necesito fuerzas y ganas para mi MACHO.

Ven ponte como antes y terminemos.

Cogió el vaso de yogur “la lechera” y me puso la polla dentro.

Empezó a meneármela muy bien meneada y por fin me dijo.

Cuando te venga te corres tío bueno

Y me empecé a correr, mi semen salía a presión salpicando el vaso, Lola se reía.

  • Que tío, que campeón que presión tienes.
  • Con esta presión llegarás al útero de cualquier mujer y la embarazarás seguro.
Después de 5 eyecciones, las primeras muy abundantes, Lola seguía escurriendo en el vaso la lefa, todavía mi músculo y mi próstata estaban haciendo contracciones y ella sabedora del cuerpo masculino me acariciaba dicho músculo, un chorrito más salió.

Muy bien campeón, muy bien, ahora haremos algo con esto.

Quedé tendido en la cama, en éxtasis. Los gritos en el salón habían terminado también.

Lola salió y vino al poco con 2 plátanos, un cuchillo 2 cucharillas y un plato.

Cortó los plátanos en trocitos en el plato y derramó el semen del vaso en los plátanos.

Había sido muy abundante con lo que Lola estaba encantada y me decía.

Que pena, con lo buen eyaculador que eres que seas de esta niña.

Removió con la cuchara los trozos de plátano con el semen y empezamos a comérnoslo.

Hummm qué rico, que rico.

Yo me comí el primer trozo con asco pero… joder estaba bueno, sabía a dulce, a plátano a suavidad, el plátano estaba frío pero el semen caliente hacía un contraste único y delicioso.

Hummm de verdad que lo tienes muy rico.

Así que tras merendar los plátanos con semen me dio la enhorabuena, me dio un beso apasionado y me dijo.

  • Eres un campeón y con la guía adecuada serías un TORO también, cuando te canses de ser un MANSO te vienes a verme cuando quieras, pero no se lo digas a Inma de acuerdo?
  • Ok ama Lola.
Y salimos de la habitación.

La imagen del salón era buena.

Inma estaba totalmente desnuda y despatarrada en un sillón, mientras que Enrique estaba en otro fumando y bebiendo también desnudo, con su miembro relajado.

Inma estaba como en una nube, saliendo de su aturdimiento y con una sonrisa preciosa dijo

  • ¿Ya habéis terminado?
  • Nosotros también, bueno yo he terminado, bueno he terminado 2 veces. Enrique ha sido tan amable de dejarme comerle el pollón ese y él que es muy bueno me ha comido la rajita 2 veces seguidas… JAVI 2 veces seguidas y me he venido las dos.
  • Me alegro mi amor. Lola y yo hemos estado cagando, meando y merendando.
  • JAJAJA, se rió Enrique.
  • Esa es mi Lola.
La imagen de Inma era única, estaba preciosa, como una diosa en el olimpo. Una pierna en un portabrazos del sillón y la otra en el suelo, con su concha abierta. Tenía un baso de wiski en la mano y se reía. Su cabello estaba enmarañado pero muy bonito, se reía, se reía nerviosamente.

Mientras Lola y Enrique se besaban suavemente y Lola agarraba el miembro de Enrique y se lo llevaba consigo a la habitación.

Inma con un dedo (aprendía de Lola rápido) me hizo señas para que me arrimara.

  • Ha sido fantástico Javi, que dos corridas me ha pegado, yo tengo muchas ganas de ese rabo, o del tuyo o de los dos o del que sea. Tengo ganas de meterme eso aquí, señalando con su dedo su vagina.
  • Pero me da miedo, no estoy preparada para eso todavía y quisiera que fuera contigo cuando lo esté.
  • Solo estoy preparada para estos juegos ¿no te importa cariño?
  • No, no me importa, cuando tú estés preparada haré lo que tú quieras.
Y nos fundimos en un abrazo.

Me preguntó.

  • ¿Tú qué tal con Lola?
  • Muy bien, descuida que no me ha follado, solo me ha dado otra clase para ser un MANSO para ti.
  • Ah genial, me encanta.
  • Nos hemos merendado unos plátanos con mi semen.
  • Ah, que bueno, yo tb quiero hacerlo.
Y empezó a tocarme con su mano fina, blanca, bonita, con sus uñas pintadas de blanco con lunares rojos.

Mi miembro se animó, me descapulló y empezó a pajearme, Inma era una reina de las Pajas.

Me metía la lengua en la boca mientras lo hacía. Yo guardaba la calma y recordaba las enseñanzas de Lola, “a ninguna mujer le gusta que su hombre dure poco o que no controle la excitación.

Inma seguía dándole al manubrio con fuerza, muy diferente a Lola, me daba menos gusto y no tocaba bien en comparación, pero me gustaba… siempre me gustaba.

  • Dice Lola que tienes que ser tú cuando me digas que me corra, pero si quieres merendar necesitarás un recipiente, apostille.
  • Tienes razón, iré a por un plátano y algo para que me des leche.
Al minuto de la cocina traje otro bote de “leche condensada” , un plátano y un plato.

Y siguió el juego. Volvió a acariciarme, a pajearme hasta que ella dijo que quería su merienda como LOLA y me dio permiso para eyacular.

Eyaculé, con menos semen que antes ya que LOLA me había descargado pero bien.

Salió poco semen y Inma se contrarió.

  • Joder Javi solo este poco? ¿con esto no me como un plátano.
  • Espera.
¡LOLAAAAA!

¡QUEEEE!

Se oyó desde la habitación.

  • Me has dejado sin merienda a JAVI no le sale más, ¿qué hago?
  • Espera un momento, no venid, venid.
Nos levantamos y fuimos a la habitación.

Allí me quedé traumatizado.

El miembro de Enrique, (el gran Enrique) estaba poderoso, más grande que antes, su cara era otra.

Llegamos justo en el momento en que Lola abierta de piernas, muy abierta, se disponía a recibir esa cosa enorme, con esos dos huevos enormes que cada uno de ellos equivalía a los dos míos juntos (imaginaros la grandeza de Enrique) y no los tengo pequeños, joder algo enorme sobrehumano.

Enrique apuntó como un profesional y empaló a Lola con un grito medio desgarrador medio de placer y éxtasis trataba de decirnos mientras Enrique bombeaba con fuerza.

  • Ahora en un poco os damos un poco de la de Enrique nos va a dar para los tres ¿verdad Enrique?
  • ¡Claro que sí perrita mía?
Y nos sentamos junto a la cama, Inma en un lado mirando a Enrique con cara de horrorizada y yo mirando a Enrique y Lola, lo que más me llamaba la atención además de la cara de Lola que estaba traspuesta, en otro mundo, con los ojos en blanco, era ver cómo ese miembro se abría paso empalando a Lola. Me impresionaba ver ese músculo entre el ano y los huevos que parecía un tronco, no pude por menos que tocarlo y Enrique se rió.

  • Bien, bien javi, puedes tocar.
  • Lola también dijo, bien Javi, muy bien.
Y toqué y ayudé empujando con las dos manos esos dos huevos a que penetraran a Lola, toque el músculo, ufffff, que excitación.

Inma estaba paralizada, no decía nada.

Inma puedes tocar si quieres, dijo Lola.

Inma me aparto y no solo le tocó, si no que también le llamó la atención el músculo y lo empezó a chupar.

Mira la niña que viciosa es, muy bien Inma muy bien, pero me temo que esto no es suficiente para que un MACHO como yo se corra, tengo perfecto control.

Lola seguía gimiendo de gusto.

Lola no podía controlar su cuerpo y se movía, se movía.

Enrique penetraba más fuerte.

Lola chillaba.

Inma miraba.

Yo miraba.

Inma se agarró a mi polla.

Me apretaba.

Me apretaba cada vez más y me hacía daño.

Enrique paró.

Soooooo perraaaaa, o te has creído que esto es así.

Saco el descomunal miembro y se sentó en la cama con el respaldo.

Atrajo a lola, la puso de espaldas y a horcajadas como si hiciera sentadillas la dijo que fuera penetrándose ella misma.

El descomunal miembro estaba más descomunal si podía ser.

Lola se empezó a clavar ese monstruo.

Enrique la sujetaba y la levantaba por el culo.

Lola chillaba, chillaba y sudaba.

Uf, uf, uf, arf, arf, uf, uf que bueno, sí, sí, sí.

Enrique se reía, era consciente de lo que hacía y de nuestras caras.

El olor a sexos era penetrante.

Los restos del tarro de “la lechera” junto al plato estaban en la mesilla de noche.

  • Cuando yo os diga cogéis el tarro y se lo ponéis a Enrique en la polla.
  • Inma contestó, vale, vale, y lo cogió.
Enrique sin inmutarse seguía subiendo y bajando a Lola.

Me siento llena, llena, arrrggggg, que bueno, me vas a destrozar, arggggggg, sigue , sigue mi MACHO.

Y Enrique seguía y seguía.

Lola parecía desfallecer le temblaban las piernas y seguía gimiendo. Enrique se reía y apretaba más fuerte contra su viril y descomunal miembro.

Los huevos de Enrique eran algo digno de verse. En ese momento se podían comparar con Lola y parecían dos tomates gordos, gordos inflamados.

Yo estaba cachondo perdido y Inma ni os cuento, no paraba de agarrarme el miembro y sus tetas estaban enhiestas.

Tras más de 40 minutos así dándole miembro viril a Lola, Lola seguía chillando y nosotros paralizados. En un momento Lola empezó a dar convulsiones y por lo tanto sus piernas y cuerpo temblaban como poseída, sus ojos se pusieron en blanco mientras gritaba.

ARGGGGGGGG CABRÓN, CABRON, MI MACHO, MI MACHOOOOOO, ME CORROOOOO, ARGGGGGGG, DAMELO , no , nooooooo, dáselo a ellos.

Y LOLA, la campeona, la super Lola, la super azafata en ese momento se ganó un sitio en mi corazón, la respetaba, la admiraba, no sé cuantas cosas sentí por ella en ese momento.

Pero es que con Enrique me pasó lo mismo, le admiraba e incluso…. Le deseaba, me había puesto a 100.

Y LOLA tras 20 pulsaciones de su coño, porque ella las contaba, terminó de correrse. Terminó desmayada, sin fuerzas, arrinconada de lado en la cama.

ENRIQUE, el gran Enrique, seguía con el monstruo tieso, el monstruo nos miraba a los dos como diciendo ¿Quién va a ser el guapo o guapa que me entronice?

Enrique habló.

  • Bueno, quien quiere merendar.
  • Yo, yo, yo, dijo Inma.
  • Yo tb dije yo…
Y Enrique, el gran Enrique, se puso en el borde de la cama con el bicho enhiesto apuntándonos.

Lolaaaaa, espabila ven.

Y lola que estaba en éxtasis se giró y se puso con nosotros, los tres, yo empalmado, Inma muy húmeda y Lola rascándose el conejo.

Los tres nos pusimos de rodillas frente al “gran monstruo”. El monstruo nos miraba y su descomunal cabeza como un ciruelo nos amenazaba. La enorme raja del ciruelo adivinaba que por ahí con esa manguera debía de salir buen chorro.

Fue LOLA la que tomó la iniciativa y agarró con sus manos el gran miembro chupándolo. A estas alturas no le cabía en la boca, no podía por el tremendo grosor de… “todo”.

Se sumó Inma, que se agarró a los huevos y empezó a chupárselos, las dos se turnaban para atacar la ciruela. Sus lenguas chocaban para ser las únicas en lamer aquel manjar único.

Enrique estaba impasible, sonreía, me miraba, las miraba.

  • Que buenas dos perras sois joder.
  • Estoy por adoptar también a Inma como perra pero no, yo me debo a mi mujer, mis hijos y a mi LOLA.
Yo no decía nada.

Lola me agarró el pene y me llevó de rodillas.

Ahora estábamos los tres, yo me resistía pero al final… chupé.

Junto con Inma chupé la ciruela, toqué ese músculo enorme, pasé la lengua por la enorme raja del capullo, Inma competía conmigo para hacerse con un trozo en la boca.

Lola empezó a reírse.

Muy bien, muy bien, que grandes alumnos.

Enrique gimió un poco, le gustaba, “al bicho le gustaba”.

Enrique dijo “parad”.

Paramos.

Atrajo a LOLA nuevamente, la puso a cuatro patas y la apuntó el miembro en la entrada del culo.

Ese culo que yo un rato antes había chupado.

Cogió un poco de saliva de mi boca y de la boca de Inma y se la dio en la entrada del culo y del ciruelo.

Y empujó.

Empujó.

LOLA estaba desencajada.

Aguantaba, aguantaba, se agarraba a las sábanas y no hacía otra cosa que decir.

  • OH, DIOS, OH DIOS, PAREZCO VIRGEN.
  • OH, DIOS, POR FAVOR.
  • OH, DIOS, SIGUE.
Y Enrique, el gran Enrique, siguió.

Solo un cuarto de su enrome monstruo estaba en el ano de LOLA.

  • No cabe más perra, tienes el culo pequeño para tu dios.
  • Pues dale, me vas a romper OH DIOS.
Y Enrique empezó rítmicamente a bombear aquel culo que temblaba.

Fuerte, muy fuerte.

LOLA se desplomó en la cama.

Enrique sin ninguna compasión seguía empujando como un TORO ENFURECIDO.

  • No puedo más me vas a romper mi TORO.
  • No puedo más ARGGG ME DUELE, ME DUELE ARGGG.
  • Calla perra y aguanta, recibe a tu señor.
Inma con los ojos muy abiertos dijo en ese momento.

La vas a matar, la vas a matar para.

LOLA dijo.

  • Nooooo, no pares, no me va a amatar esto es así, cuando te llegue el momento lo entenderás.
  • Ah vale.
Y Enrique, el gran Enrique siguió penetrando rítmicamente.

Y paró.

Aguarda perra, esto no termina así.

Sacó el ciruelo del bonito y apretado culo de Lola, el gran ciruelo de Enrique, con restos de mierda.

Y Enrique dijo, ¿Quién me limpia?

Inma se ofreció a limpiarlo rápidamente.

Y Inma se lo limpiaba con ganas, con muchas ganas.

Lola para ese momento estaba un poco más recuperada y me había agarrado los huevos, la polla, me pajeaba.

  • Me entretengo mientras mi TORO recupera fuerzas.
  • Vale.
Asentí.

Lola me masturbaba muy rápido, yo estaba muy excitado y cachondo cogió el vaso y me dio permiso para correrme por tercera vez esa tarde y…. me corrí.

Salió muy poco, algunas gotas mucho menos que la segunda vez, no daba para un plátano, ni para pasar la lengua, LOLA se río.

Bueno, bueno, algo es algo, no te preocupes amor con Enrique lo suplimos ya verás.

Inma seguía limpiando y Enrique la dijo ya vale.

Atrajo a LOLA y la coloco a cuatro patas, la abrió las piernas y esta vez el bicho apuntó al coño negro de LOLA.

Lola flipaba otra vez.

Me vas a romper, te siento, te siento mi TORO, dale, dale fuerte.

Y Enrique le dio, pero bien fuerte. Esta vez Enrique sí gemía, esta vez sí se le vía que estaba pasándolo apurado para aguantar.

Lola se la veía que apretaba el coño todo lo que podía, se notaba porque la estrella de su ano se cerraba y abría.

Inma estaba paralizada, cachondísima, me había vuelto a agarrar, esta vez se agarraba a mi pecho, a mis pectorales, yo la toqué la concha, estaba húmeda.

La senté en una silla mientras no paraba de mirar. La abrí las piernas y empecé a lamerle la bonita rajita rubia, puse de inmediato la atención en su clítoris, lamiéndola primero en lado, luego el otro lado del clítoris, los labios los pliegues.

Inma gemía, gemía y gemía mientras agarraba mi cabeza y miraba a Enrique bombear con su descomunal miembro a Lola.

A los cuatro minutos Inma se removió de la silla, sus piernas temblaban en espasmódicas convulsiones y se desencadenaba el caos en su clítoris y su cuerpo, se volvía a correr por cuarta vez esa tarde.

Mientras terminé Enrique, el gran Enrique, seguía bobeando y LOLA seguía apretando su vagina y su ano.

Y entonces…. Se desencadenó.

ENRIQUE empezó a correrse con un bramido de TORO SALVAJE, no se corría como yo o como las chicas, era más bien como rebufos de TORO, me situé mejor para ver la escena, Enrique se había subido a la cama y Lola soportaba el peso de Enrique a cuatro patas mientras Enrique estaba sobre su espalda. La imagen era la del gran miembro, el gran ciruelo convulsionando en pulsos dentro de LOLA.

Enrique a pesar de eso seguía dándole y dándole y en esto que LOLA.

  • ARGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG, ME CORRROOOOOOOOOOOOOOOOOOO
  • ME COROOO, MI MACHOO, MI MACHOOO, MI TOROOOOO DÁME MÁS.
  • ESTÁ MUY CALIENTE, SIENTO TU SEMEN, SIENTO TU SEMEN, ARGGG.
El corazón me iba a mil, Enrique seguía pulsando y por las comisuras de la vagina de Lola salían regueros de semen por los lados.

Coge el tarro, coge el tarroo javi, Inma coged el tarro y llenadlo.

Y así hicimos.

Enrique terminó y sacó el gran bicho de la vagina de LOLA. Al salir la vagina de LOLA quedó dilatada y llena de semen por todas partes.

El tremendo miembro de Enrique se asemejaba a como cuando un caballo saca el miembro de una yegua y empieza a quedar inerte y chorreando así fue.

Nosotros raudos yo le agarré el miembro y Inma puso el bote en la cabeza de la GRAN CIRUELA la cual escurría en esos momentos tardíos mucho más semen del que yo podría ofrecer en mi primera eyaculación.

Inma recogió todo lo que pudo, Enrique quedó tendido en la cama agotado.

Lola intervino.

No, esperad hay más mucho más traed un plato.

Agarré el plato y se lo di a LOLA, esta se lo puso en cuclillas en la cama y sobre él empezó a empujar y a empujar, al principio no salía nada hasta que en un momento dado booommm, empezó a salir mucho, pero mucho semen, pero mucho, mucho.

Javi trae unos plátanos y nos los comemos y así hice, fui a la cocina y traje los plátanos.

Cuando volví el plato tenía no sé…. Algo impresionante de lefa, nunca había visto tanta junta de una sola vez, Lola se reía.

Estáis impresionados verdad, es lógico.

En eso que Inma me dice.

Javi limpia a Lola el coño, lámeselo.

Y yo como no tenía voluntad con mucho cuidado retiré el plato que se lo di a Inma, puse a Lola a cuatro patas y lamí, lamí y lamí los restos de la fantástica corrida del GRAN ENRIQUE.

Inma cortó los plátanos en el plato, cogió lo que había de mis corridas y lo juntó todo.

Los cuatro, muertos de calor aun con el aire acondicionado y sobre todo muertos de risa nos comíamos el exquisito manjar.

Bromeábamos sobre quien se comía un espermatozoide de quien.

Tras terminar y beber agua fría nos tumbamos en la cama los cuatro, como si nos conociéramos de toda la vida, con toda la confianza del mundo para besarnos, tocarnos, y acariciarnos.

Teníamos tanta confianza en ese momento que hablamos.

Enrique me dio consejos delante de las chicas.

  • Javi me han dicho que comes muy bien los coños, pero no sabemos cómo follas. Según Inma follas bien, pero ella solo ha follado contigo con lo que no vale. ¿tú has follado con otras?
  • No, respondí.
  • También me ha dicho LOLA que quieres ser un sumiso ¿por qué?
  • Porque Inma es mi ama y tiene anulada mi voluntad, ¿tú la has visto? Es sencillamente espectacular.
Inma se reía, Lola también.

  • ¿No te parezco que estoy buena yo? Dijo LOLA
  • Tú eres una diosa inalcanzable para mi LOLA, además Inma no me dejaría follarte.
  • Eso es verdad, dijo Inma.
  • Tú podrías ser un MACHO ALFA, un TORO, con mi entrenamiento y sabiduría harías muy feliz a media humanidad femenina, dijo Enrique.
  • No tienes por qué ser un MANSO, continuó Enrique.
  • Eso es verdad, añadió LOLA.
  • Cuando te canses de la situación de MANSO que sepas que tienes a un amigo para enseñarte. Un amigo que en un día te ha visto cómo eres y que te ha cogido aprecio.
  • Ya se lo he dicho yo, añadió LOLA. Cuando se canse de ser humillado que venga a vernos. Tienes madera y es una pena que Inma sea tu Reina dueña.
  • ¿Me lo estáis quitando? Añadió Inma.
  • Es que Javi es lo suficientemente hombre como para ser un TORO de los buenos, sería injusto que le sumieras en el papel de SUMISO.
  • Pero tú lo haces con tu novio… apostilló Inma.
  • Ya, pero es que mi novio se lo merece. Un tío que ha tardado en tocarme 2 años, que cuando me tocó me tocó mal, que tiene una pollita pequeña de 10 cm, con huevos de codorniz y que para colmo no sabe manejarla, se corre rápido y no hablemos de la lengua… pues se lo mere, es un mierda y lo que quiere y siente placer es que le humillen y que de vez en cuando una polla superior le humille, pero bien.
  • Como ha hecho hoy Enrique con Javi, dijo Inma.
  • Es que Enrique humilla a todos, hay muy poco como él, siguió LOLA.
  • Perdonad, chicas, dije yo, Enrique no me ha humillado. Soy consciente de los 18 cm que tengo de pene, para muchas es un pollón, pero es que no puedo compararme a Enrique, con lo que no me doy por humillado, más bien he disfrutado como un perro, me habéis enseñado mucho hoy y salgo de aquí con la sensación de que os quiero, que tengo tanta confianza como para hablar con vosotros y poder rozarnos a la vez. Sois fantásticos y por mi si Inma me da permiso jugaré con vosotros cada vez que queráis.
  • Inma apostilló. No sé tengo que pensarlo, jaja. Me ha gustado mucho esto hoy, demasiado, tenía expectativas, pero no tantas.
  • Además, me habéis respetado y no he hecho nada que yo no quisiera hacer, aunque lo he deseado. Pero de todas formas me parecía mal entregarme a Enrique por no ponerle en un compromiso por mis 17 años, y por respeto a LOLA que es la hija de la prima de mi madre, habría estado muy mal. No ya por Javi, él está destinado a compartir mi sexualidad y así se lo he dejado muy claro, ¿verdad Javi?
  • Sí amor.
  • Enrique ¿cómo llevas el tema de los celos con tu mujer? ¿hay celos?, añadió Inma.
  • Mi mujer ya me da por imposible, tenemos dos hijos que ya tienen 20 y 21 años cada uno. Ella me controla, pero con la ley en la mano, si me separo y me voy con LOLA me desahuciaría y me quedaría en la calle sin nada, la pasta es de ella. Explicaba Enrique.
  • Así que me la follo cuando ella quiere, siempre como el misionero, cuando se corre y se corre siempre, no quiere que me corra yo, me empuja y me dice “hazte una paja”.
  • Pero conocí a LOLA en el avión de vuelta a Madrid, pensé que no me haría caso pero cuando coincidimos en la zona franca y nos tomamos un café algo salió entre nosotros. Como dos almas que se reencuentran y se desean, desde entonces somo pareja.
  • Yo no quito que LOLA folle con otros hombres o que haga lo que ella quiera. De hecho, la animo a que si encuentra un chico o un hombre mejor que yo lo disfrute, lo de su novio es otra cosa.
  • ¿Y tú LOLA? Continuó Inma.
  • Yo como sabes tengo un novio desde los 14 años y no sé cómo dejarle. El tema es que mis padres conocen a los suyos y nos tienen comprados hasta el ajuar, quieren que cuando él saque las oposiciones yo deje de trabajar porque según su madre “es de guarras”, jajaja, ya ves tú, ¿con lo que me habéis visto hacer hoy dirías que soy guarra?
  • Inma salió al paso, sí muy guarra, pero me encantas. Quiero ser como tú LOLA, quiero dinero, amantes como ENRIQUE, quiero viajar y quiero a mi Javi.
  • ¿y tú Javi qué quieres?, apostilló Enrique.
  • No lo sé, la verdad, hoy estoy aquí con vosotros, os quiero, pero mañana sabe dios.
  • Bien dicho, dijo LOLA.
  • Bueno tenemos que irnos, que ya es tarde, sugirió Inma.
  • Ok
  • Ok
  • Vale.
  • ¿Os parece que hagamos algo mañana domingo? Continuó Inma.
  • Por mi bien, dijo LOLA.
  • Por mi también, continuó Enrique.
  • Yo lo que dima Inma, dije yo.
Enrique tomó la palabra para decir.

  • ¿Qué os parece si hago una paellita mañana aquí y luego nos rozamos un poco?
  • Por mi bien, dijo Inma.
  • Por mí también dijo LOLA.
  • Yo idem.
Recuerdo esos días como si fueran ayer, me dejaron marcados y empecé caminos que la mayoría no conocerán nunca.
 
DOMINGO CON LOLA Y ENRIQUE



Acudimos a la casa-picadero de Enrique Inma, Lola (que os recuerdo que estaba pasando el finde con Inma) y yo.

Lo tenía todo preparado, una paella buenísima, buenísima, vino, cerveza fría, música, buen ambiente y mucha complicidad.

Nos recibió con un mandil en pelotas, no llevaba nada. Su culo flácido lleno de pelos se le veía por detrás y resultaba muy gracioso. Los pelos del pecho se le salían por el mandil, estaba muy divertido.

Cuando llegamos LOLA le dio un beso muy apasionado, Inma otro en la boca y yo la mano.

Pero entrad, entrad y poneros cómodos que ya tenemos confianza, nos dijo Enrique.

Así hicimos.

Lola se quedó en bragas y con una camiseta del mundial 82.

Inma se quedó también en bragas blancas, uf esas de encaje que se la ven los pelos del pubis y el culo transparente por detrás y otra camiseta de tirantes sin sujetador, solo las tetas enhiestas y de punta daban constancia de su presencia como elementos amenazadores.

Yo por mi parte me quedé en calzoncillos y sin camiseta. Sabía que a Inma y a Lola les volvían locas mis pectorales, mis músculos, mi culo y mis piernas.

Empecé a ayudar a Enrique mientras las chicas hablaban y se tomaban algo fresquito en la terraza.

Colaboré en todo lo que me dijo, puse la mesa y comimos alegremente.

  • Uf, que buena está la paella, dijo Lola.
  • Muy buena, apostilló Inma.
  • Buenísima, dije yo.
Comimos alegremente y no hablamos de nada del día anterior.

Entre conversación y conversación habló LOLA.

  • Javi quiero decirte una cosa.
  • Sí, guapa dime…
  • He hablado con Enrique aquí presente y con Inma y ambos están de acuerdo en que puedo follarte ¿estás de acuerdo?
  • Hummm por mi sí pero… ¿y Inma?
  • Yo le he dado permiso a Inma para que folle con Enrique si no te importa.
Me quedé blanco.

Desde que desvirgué a Inma en otro momento de otro verano siempre habíamos jodido juntos, no sé cómo llevaría yo eso de verla empalada por este MACHO.

  • Bueno no sé, si Inma está conforme…
  • Yo estoy conforme, quiero aprender, quiero aprender y sentir, dijo Inma.
  • Pues entonces vale, pero cómo vamos a hacerlo ¿juntos o separados? Dijo Enrique.
Nos miramos.

  • ¿Cómo queréis chicos? Dijo Lola.
  • Juntos, dijo Inma.
  • Juntos, dije yo, lo que sea de uno que se de todos, incluido el pollón de Enrique, jajaja.
Jajaja, todos nos reímos.

Terminamos de comer con conversaciones sin sustancia y Enrique y yo recogimos los platos y fuimos a lavarlos. Él como he dicho con su mandil y su culo al aire daban un aspecto gracioso a la escena.

En uno de esos momentos Inma llegó detrás de Enrique y le pegó un pellizco en el culo, Enrique se removió.

  • Eyy ten cuidado con mi culo o el bicho te comerá, jajaja.
  • Jajaja, tonteaba Inma.
  • Jajajaja Se reía Lola.
Nos tomamos un café cada uno, luego un winski y por último un porrito que nos puse en órbita.

Como es habitual en muchas personas después de comer entraron ganas de cagar a algunos, el primero fue Enrirque, al que Lola le limpió y duchó como se merecía.

Luego fue Lola, que me llamó a mí también la limpié, aseé y puse guapa con algún dibujo.

Y por último fue Inma a la que también limpié el culo y aseé.

Tengo que decir que a las dos la dieron ganas de cagar a la vez y que pasamos los tres al baño mientras Enrique terminaba de recoger los trastos del café y se terminaba el porro mientras escuchaba un partido del atletico de Madrid.

Una vez en el baño, como he dicho, la primera fue Lola que cagó pero bien, mientras nosotros mirábamos. Inma siempre presente contempló cómo la limpiaba su bonito, estupendo, blanco, fantástico culo. Como en ocasiones anteriores primero con la lengua, luego con esponja, gel y agua y luego la duché con agua templada para que no la diera ningún corte de digestión.

Por supuesto en la duche la toqué, la acaricié, todo esto delante de Inma que ponía cara de celosa y de “te estas pasando”.

Lola aprovechó para tocarme los músculos.

Lola me dijo que tenía que lavarse la cabeza y que la ayudara. Pero tenía que entrar dentro para que ella se agachara y yo la pudiera lavar la cabeza y así hice.

Inma estaba celosa, no cabía duda. No estaba acostumbrada a que yo me arrimara a otras hembras y más si estaban tan buenas o más que ella.

Me desnudé y entré en la bañera de pie. Lola agachada quedaba su cara a la altura de polla, que estaba flácida, pero que aún así estaba muy bonita, porque ellas me decían que era una polla “bonita” y bien formada.

Empecé con el agua, ella se agarró a mis fuertes piernas para no caerse, según con el champú, enjabonándola, ella subió sus manos a mi cintura y sus pulgares estaban más cercas de mi pene.

Yo sentí aquello, sentí cómo sus manos no se colocaban si no que acariciaban mies piernas y mis caderas hacia puntos más sensibles.

Mi rabo empezó a reaccionar y Inma se dio cuenta.

  • ¿Oye, oye qué estás haciendo? Que se te está poniendo tiesa.
  • Jajaja, se rio Lola.
  • Perdón, perdón, pero no tengo control sobre ella.
  • Como que no tienes control, date la vuelta.
Y me dio un sopapo en la polla por dos veces que se me puso más dura.

  • ¿Y en estos casos que hago Lola? No hace ningún efecto.
  • Jajaja, me temo que tendrás que darle en otro sitio.
Y no tardó en terminar la frase cuando Inma me dio una hostia en la cara que me la volvió del revés.

  • Eso para que te empalmes sin permiso y con mis amigos.
  • Ok, ok, perdón ama.
Y cuando me doy la vuelta otra hostia, pero esta vez de Lola.

Esto para que te empalmes cuando te digamos, no cuando tú quieras.

Flipé, mi polla no se bajó y seguí lavándola la cabeza.

Mi glande descapullado quedaba a la altura de la nariz de Lola y esta cerraba los ojos.

Yo seguía lavando la cabeza y terminé.

Lola salió y la sequé con una toalla grande.

Vino el turno de Inma, Lola permanecía a nuestro lado mirándose al espejo.

Inma se sentó en el wáter y empezó a empujar.

Chop, chop, choppp, caía la mierda saltando gotas de agua en su culo.

Yo esperaba desnudo delante de ella mientras cagaba.

Hasta que no salga el último moñigo nada javi, no te muevas

Mientras yo esperaba y miraba a Lola.

En ese momento de relax mental Inma cogió mi miembro descapullado y como quedaba a la altura de su boca se lo metió en la boca y empezó a chupar.

Ahora sí, ahora ponte dura que te lo dice tu ama.

Y chupaba.

Chupaba y absorbía mientras más moñigos caían y saltaban las gotas de agua.

Así estuvimos hasta que el último de los 4 moñigos salió de su bonito y erótico culo.

Luego, mientras chupaba, vinieron unos pedos y otro poco de pis.

Ale ya está, límpia.

Lola que estaba presente se reía.

  • Eres todo un ama Inma, que buena eres.
  • ¿A que sí?
Se levantó, tiré de la cadena mientras usaba la escobilla y como siempre volví a lamer su ano con ansia y furia. Cuando consideré que estaba bien limpio la insté a entrar en la ducha.

Allí la enjaboné como había hecho con Lola.

Quiero lavarme el pelo yo también.

Y se agachó quedando nuevamente a la altura de mi polla de 18 centímetros tiesa.

Volví a enjabonar con el champú, agua etc y Inma miraba muy fíjamente mi miembro.

Lola también lo miraba.

Estaba bien tieso y bien descapullado, llamaba la atención.

Inma no pudo más y me empezó a acariciar los cojones.

  • Te tengo que quitar los pelos de ahí, no me gustan.
  • Y te tengo que dejar el rabo sin pelos por los lados para que se luzca en su esplendor.
  • Que buena idea has tenido Inma, añadió Lola.
  • Y también quiero quitarme yo los pelos, quiero tener el pubis como Lola.
  • Yo te lo hago, añadió Lola, a los dos, ahora mismo se tarda poco.
Y Lola sacó unas tiras de cera para quitarnos los pelos.

  • Enriqueeeeee ¿quieres que te quitemos los pelos?
  • No, que es de maricones.
  • Jajajaja, se rieron las chicas.
Lola calentó las tiras de cera y primero se las pegó a Inma en el pubis.

Como lola sabía lo que se hacía trabaja de dejarla solo pelo en la rajita, como si una bici hubiera frenado, la quedó muy bien. Yo la di crema y muchos besitos porque lo tenía dolorido. Inma estaba complacida.

Ahora tú.

Y Lola siguió con lo mismo, calentó la cera y me dio por todo el pelo del pubis. Llegó el turno al punto ciego entre los testículos y el ano y vi las estrellas. Siguió quitándome pelos y dejó el tronco de mi pene, que se había bajado y las chicas estaban muertas de risa, limpio de pelos. Si es cierto que el pene parecía más bonito, más grande, más limpio.

Enrique vennnnn correeee, mira lo que hemos hecho.

Y Enrique con su mandil vino.

Y Lola le enseñó lo que nos había hecho y dejado.

  • A que están guapos, dí que sí, a que te gustan.
  • Sí, sí, están muy guapos, Inma está más guapa todavía con el coño así. Y javi parece que tiene la polla de un artista de cine jajaja, jajaja, nos reímos todos.
Yo también cagué, pero a mi nadie me lavó el culo. Pero Lola y Inma miraron y me preguntaron.

  • Una curiosidad, dijo Lola, ¿cuando tienes la polla dura puedes hacer pis?
  • Con entrenamiento sí, añadí yo.
Me duché y salí, las chicas y Enrique estaban allí ya, sentados en el sofá.

  • Ya está bien señor de la polla bonita cuanto has tardado, dijo Enrique.
  • Bueno perdón.
Vamos a la sienta.

Y nos fuimos a la habitación que por cierto habíamos puesto otra cama más junto a la de matrimonio para poder estar los cuatro agusto.

El aire acondicionado a tope, bebidas frías prepadas, galletas, fresas, plátanos, algún recipiente para… todo estaba preparado.

Enrique se quitó el mandil y quedó completamente desnudo, como estábamos ya las chicas y yo.

Os gusta lo que veis verdad, jajaja dijo Enrique.

Enrique estaba preparándose ya, tenía el pollón morcillón y aun así la cabeza del glande parecía ya una ciruela.

Nos reímos mucho, que grande Enrique.

Pasamos los cuatro a la cama.

Enrique empezó a darnos instrucciones.

  • Esto es un poco más complicado pero lo superaremos. La idea es que gocemos los cuatro a la vez y quien se corra antes de los chicos sufrir un castigo por parte de las chicas.
  • ¿Y si una de nosotras se corre antes? Dijo Inma.
  • Entonces deberéis una mamada a Enrique y su bicho y un beso en la punta a la polla de javi.
  • Jajajaja, nos reímos los cuatro.
Empezó Lola besando a Inma en la boca, la acariciaba los hombros luego yo por el otro lado de Inma empecé a besarla por el otro lado, las orejas, los hombros, brazos, manos, la acariciaba la cadera hasta llegar a su rasurado y nuevo pubis, ahí metí el dedito para dar con su clítoris.

Enrique por su parte besaba los pies de Inma y sus piernas, rodillas dedos de los pues hasta las ingles, no llegaba hasta donde mi dedo estaba tocando su clítoris.

Inma estaba siendo tocada por tres personas en todo su cuerpo a la vez, ponía mucha cara de placer, mucho placer y se estaba poniendo super húmeda y muy chachonda.

Seguimos así un buen rato, la composición cambiaba. Yo besaba a Lola, le tocaba las tetas, los pezones. Ella me tocaba los músculos, se reía. Inma había tomado la iniciativa y le estaba dando besos a Enrique en la prominente barriga hacia el ombligo, sin llegar al bicho, que estaba cogiendo más forma.

Más giros, Inma me abrió el culo y me metió la lengua en el ano, me estaba comiendo el culo. Lola la boca, los pectorales. Enrique le estaba tocando el coño por detrás a Lola, la metía un dedo, luego dos y los movía. Lola se turbaba y ponía cara de gusto.

Inma dejó de hacerlo y le tocó el turno a Enrique. Le abrió el culo celulítico y lleno de pelos y le comió el culo. La polla ciruela de Enrique se animó mucho más, los huevos se volvieron a poner como grandes tomates, estaban listos para su desempeño.

Más cambios y giros nos llevaron a que yo le estuviera haciendo una paja a Lola, eso sí despacio, no quería pasarme de listo. Ella a su vez besaba en el pecho a Enrique, y Inma estaba abrazando a Enrique por detrás, le besaba la espalda el cuello, Enrique bufaba y su descomunal miembro ya no se ocultaba de nada.

La cosa iba a más, estábamos muy cachondos, con la luz tenue se veía lo justo, para no tener vergüenza, lo que pasaba allí se quedaría allí habíamos dicho.

En un nuevo giro no resistí más y mi excitado por lo que iba a hacer le cogí el pollón a Enrique para metérmelo en la boca, era la primera vez que chupaba una polla, me estaba haciendo a todo después de esto porque era muy joven. Ahora sabía qué sentían las chicas al tener algo así en la boca… excitación, suavidad, dureza, excitación, olor, todo me ponía, estaba super dura. Me quitó la polla Inma, más bien me empujó y cogió el testigo. Enrique como si de un capitán se tratara adoptaba una posición de mando, todo giraba a su alrededor. Lola le estaba tocando el coño a Inma, la metía un dedito y le movía el clítoris con mucho atino porque Inma ya gozaba, daba gruñiditos que se transformaban en embestidas de la polla de Enrique en se boca.

Yo por mi parte contemplé el puzle y empecé a tocarme. Lola se dio cuenta, avanzó sobre la cama a gatas y me empezó a chupar con la lengua como una gata la espalda, hasta llegar a la nuca, luego bajó hasta llegar al inicio del culo, luego con la mano por detrás agarró mis testículo y empezó a masajearlos. Lola me habló al oído.

Esto te lo hago para que tus testículos despierten y den un buen rendimiento. Hoy tienen que portarse muy bien, lo vas a hacer muy bien ya verás.

Yo cerraba los ojos.

En ese preciso momento Enrique me besó, siguió besándome hacia abajo y llegó a y mi polla. Ahí empezó a masturbarme, lentamente y sabiendo cómo hacerlo.

Estábamos integrados los cuatro, como una orquesta tocando a la vez, nada de aquello saldría de allí, era un espacio seguro para los cuatro, solo se trataba de gozarnos sin pedirnos nada a cambio, era fascinante.

Enrique me la chupó, mal chupada, porque como las chicas no lo sabíamos hacer pero bueno.

Giró el guión y Lola me rescató.

Me tumbó en la cama y puso su culo en mi cara en un 69. Culo al que yo ya conocía bien y me encantaba, culo que había visto moverse, gozar, cagar y mear y al que le tenía tanta confianza que me excitaba cada vez más.

Lola empezó a chuparme el capullo, solo el capullo. Por mi parte la apreté los carrillos y hundí mi cara en su coño.

Acaricié con la lengua la textura del labio de su coño más desarrollado, el otro estaba más pequeño, como si no hubiera crecido más pero mucho más sensible que el otro, porque yo notaba como cuando acariciaba con mi lengua ese labio Lola se removía. Llegué a su clítoris que estaba muy gordo, no imaginé que el clítoris de Lola se pusiera así, mucho más gordo que el de Inma, en comparación con el día anterior diría que está más excitado y predispuesto a mi, como si supiera que un nuevo miembro viril fuera a visitarlo y se hubiera vestido con sus mejores galas, en este caso inflamándose más.

Lola hacía un buen trabajo, yo me aplicaba, Lola gemía.

A mi lado estaba Inma, tumbada boca arriba con las piernas abiertas, una de ellas encima de mi cabeza, olía sus pies, su sudor me excitaba.

Entre sus piernas estaba la cabeza de Enrique, que la estaba comiendo bien comido el bonito y tierno coño de una chiquilla de 17 años, para el suponía un manjar.

Inma gemía, Lola gemía, las dos como si de una canción se tratara ofrecían un conjunto de armoniosos instrumentos de placer.

Yo me aguantaba, tenía que dar la talla como Enrique y lola estaba dispuesta a ayudarme a darla y a demostrar a Inma que yo no valía para ser un MANSO.

Lola quitó su culo de mi cara y lo apoyó en mi pecho dejando a mi vista su ano abierto, ya digo que ano me volvía loco. La señal de que no quería que la comiera más el coño porque con lo que gemía me daba a mi que iba durar poco. Ella seguía chupando despacio. Cuando notaba que mi pene perdía el control y antes de entrar en la fase de no retorno Lola me ayudaba y paraba, poniendo los dedos uno en el frenillo y el otro en la parte opuesta mientras apretaba, la excitación bajaba y el punto de retorno desaparecía, entonces me miraba y se sonreía como diciendo…. “te he hecho un favor eh”. Así seguimos 10 minutos.

Inma seguía gozando y zas… empezó a convulsionar y se corrió.

AH, AH, AH, AH, AH, AH,AHH

Enrique había hecho un muy buen trabajo y la había estado aguando el orgasmo hasta los 12 minutos más o menos. Inma no duraba más de 4, los teníamos cronometrados, cuando la comía el coño.

Enrique subió y le dio besos a Inma, un largo abrazo cariñoso de besos y roces pasaron paso al clímax de Inma.

Lola por su parte se dio la vuelta, se puso de pie en la cama y volvió a poner su coño en mi boca para que yo le diera a su clítoris todo lo que ella deseaba.

Una vez en mi boca moví la lengua, agarré sus caderas y no veía nada salvo los gruñidos de Inma que seguía gozando.

Lola estaba tocando a Inma en las tetas, Enrique la daba besos en el ombligo, la tripa, pasó a las piernas, rodillas y pies. Inma volvió a abrir las piernas.

Lola empezó a mover sus caderas y a rozar todo su coño y su culo con mi cara, estaba jadeando y tras 30 0 40 movimientos se quedó muy quieta, punto que aproveché yo para darle duro a su clítoris y entonces empezó dar espasmos. Yo sin soltarla seguía y seguía dándole al clítoris, era consciente que en algún momento la dolería, pero antes de que eso sucediera la metí la lengua en la vagina y la sujeté bien hasta que paró 23 veces después de convulsionar su vagina. Dio 23 pulsos su vagina en el orgasmo con mi lengua dentro y los sentí todos, me encanta contarlos.

Enrique se rio y dijo.

  • Las chicas se han corrido antes que los chicos, me debéis una mamada cada una de vosotras y un besín a Javier en la punta.
  • Jajajajaja, nos reímos todos.
Inma estaba en la gloria, pero tenía ganas de hacer pis.

  • Ahora vuelvo que voy a hacer pis.
  • No hace falta dijo Lola.
Los chicos se pueden encargar de eso ¿no es cierto javi?

Uf, pensé.

  • Pero vamos a poner todo perdido.
  • No si vais al baño, además yo también tengo ganas después de esta estimulación.
Enrique tómate algo y coge fuerzas.

Sí cariño, dijo Enrique.

Y una vez más fuimos al baño los tres.

Lola se metió en la bañera y me atrajo hacia ella.

Ya sabes cómo ponerte

Me tumbé.

Puso su coño en su cara y empezó a mearse encima de mí.

Un chorro caliente que me quemaba caía en mi cara, mi pecho, me mojaba todo, terminado con un pedito que me gustó.

Salió Lola y entró Inma.

Primero un pedito y una meada caliente, caliente, me quemaba, ambas se reían mucho, pero mucho mucho estaban siendo muyyy malas.

Para compensarme me ducharon las dos a la vez.

Volvimos a la cama y Enrique estaba escuchando el fútbol.

Lola le dijo que apagase eso y que lo de antes había sido un fallo técnico que hacíamos doble o nada.

Estuvimos de acuerdo.

Así que volvimos a unirnos los cuatro en un abrazo, un tremendo abrazo de sensaciones, besos y otra vez tocamientos.

La cosa después de unos minutos volvió a la calidez y intensidad de antes. Pero ahora estábamos jugando ya a otro nivel.

Enrique tenía preparada a Inma espatarrada, con un hijo de flujo y de excitación cayendo por su vagina. Inma se tapaba la cara y decía.

Hay dios, hay dios.

Enrique había sacado un gel para lubricar y la dio un poco al coño de Inma y otro poco en su gorda polla.

Lola la tocaba, la decía cosas al oído como.

Lo vas disfrutar ya verás, no tengas miedo, después de esto ya me cuentas.

Inma super nerviosa asentía a Lola.

Entonces Enrique, el gran Enrique, con su tremendo pomelo morado y listo apuntó a la entrada de Inma. Empezó a empujar lentamente. Inma decía que no cabía, que no podía, que la iba a romper. Lola la consolaba, la decía que sí, que se relajara que lo siguiente sería mejor.

Enrique empujó más y zas, el pomelo estaba dentro, pero le quedaba más de medio rabo fuera.

Inma sentía y sentía mucho.

AH, AH, DIOS QUE GRANDE, JAVI, DAME LA MANO ME PARTE EN DOS, PERO QUE BUENOOOO, ME ESTÁ PRESIONANDO NO SÉ DONDE.

Yo la di la mano, se la apreté.

Enrique empujó más hasta que la metió casi todo el rabo, enorme.

Inma empezó a gozar y Enrique a moverse, la estaba empalando suavemente pero Inma gozaba así.

AH, AH, AH, AHORA UN POCO MÁS FUERTE POR FAVORRR AH, AH

Y Enrique un poco más fuerte, hasta que empezó a darla embestidas de TORO.

Inma ponía los ojos en blanco, se removía, se agarraba, gritaba, jadeaba, reconocía que era una puta.

  • SOY MUY PUTA, JAVI PERDONAME SOY MUY PUTA Y NO PUEDO DEJAR DE SERLO.
  • JAVI CONFIESO QUE ME FOLLÉ A JESUS EN EL GIMNASIO, LO CONFIESTO, AHH, AH, AHHHH NO FUE UNA PAJA LO QUE LE HICE ME FOLLÓ Y BIEN FOLLADA AH, AH, AH.
Toda una concesión que en ese momento ya no venía a cuento, yo ya lo sabía y la había perdonado.



JAVIII CONFIESTO QUE LA PAJA SE LA HICE AL PROFESOR DE INGLES AH, AH, AH.

Y seguía confesando pero qué más da, yo la agarraba la mano y la decía.

No te preocupes amor mío, sigue gozando, estamos aquí para que goces, soy tu siervo, soy tu esclavo, haré lo que tú me digas, te quiero, goza, goza, goza.

Y Inma gozaba, chillaba como una gorrina. Su cara desencajada, sudaba, olía mucho a sudor de todos, sus ojos se ponían en blanco con las embestidas. Enrique empujaba, empujaba rítmicamente, como si de una canción se tratara, no tenía expresión, solo los ojos cerrados, concentrado.

Lola seguía hablando a Inma.

  • Ves lo que yo te decía de lo que es un TORO, esto es un TORO, UN MACHO DE VERDAD.
  • Sientes lo que un TORO te hace?
  • Sí, sí, es fantástico HA HA HA HARG, QUE BUENOOO.
Enrique paró.

Vamos a cambiar de posición, no todos los días me follo a Inma.

Y cambiaron de posición.

Enrique se sentó y Inma sobre el a horcajadas. Como tenía el rabo tan grande con la postura la longitud del rabo quedaba reducida y así Inma estaría más cómoda y controlaría lo que entraba, podría presionar ella y disfrutar lo que ella quisiera y así fue.

Inma agarrada al cuello de Enrique jadeaba mientras se movía. Los chorros de sudor caían por su espalda, los pelos de Enrique la llenaban de sudor de olor a macho, a hombre de verdad y no niños.

Inma controlaba la profundidad del “bicho”, se movía, jadeaba.

Lola dejó la situación así y la dijo.

Aguanta así todo lo que puedas, no hace falta que corras él no lo hará y él aguantará todo el tiempo que tú desees, disfruta.

Yo dejé de agarrarla la mano y Lola me trajo así.

Ven, ahora eres mío bomboncito.

Lola se tumbó boca arriba y me abrió las piernas.

Ven bombón, ven.

Yo apunté con mi polla su coño, ella me frenó.

Mientras tanto:

AH, AH, AH, QUE BUENO ENRIQUE, QUE BUENO, AH, AN.

Lola habló.

  • La polla la apunto yo vale?
  • Vale.
Y Lola agarró el tronco de mi rabo y se lo puso en la entrada de la vagina.

Con un fuerte movimiento me agarró del culo y me hincó en ella.

Ella dio un respingo y empezó a jadear.

-AH, AH, AH, AH, AH,

Nos movíamos coordinados, sus movimientos se acompañaban perfectamente a los míos. Yo sentía que mi glande presionaba su vagina en un punto donde es rugoso, cada vez que la daba ahí se ponía peor y yo también.

AH, AH, AH, AH, lola estaba gozando.

Por otra parte Inma seguía gozando, ya iba para 10 minutos así y no tenía pinta ni ganas de parar.

Yo llevaba dos con Lola y estaba en el punto rojo.

  • Lola por favor no puedo más.
  • Yo te ayudo.
Y Lola paró, me besó y no se movió hasta que la excitación de mi polla empezó a bajar.

Como Lola veía que no bajaba la sacó y me dijo.

Ven bombón que te ayudo de verdad.

Cogió un vaso, unos hielos que teníamos preparados, puso agua fría en el baso y me metió la polla.

El hinchazón empezó a bajar, me recuperaba.

Mientras Lola me besaba y me susurraba al oído.

No te preocupes amor, es normal, estás muy bien dotado, cuando acabe de entrenarte serás mejor que Enrique te lo aseguro.

Mi excitación bajaba.

No así la de Inma que gozaba todavía más y más, 20 minutos moviéndose sobre Enrirque y este no daba señales de nada, como si de un monje budista en trance se tratara no daba señales, solo Inma brillaba, vibraba, gemía, chillaba, hablaba cosas que no se entendían, otras sí.

Inma cuando estaba con Lola penetrándola me miraba y se ponía más cachonda, chillaba más y en algún momento me dijo.

  • Pero que polla tiene mi novio, uf, uf, y como la hinca, uf, uf.
  • Lola a que es buena, a que es buena dime que sí.
  • Es buenísima Inma, tienes una suerte de cojones de tener un chico así.
  • A que sí, a que sí. HA, HA, HA, QUE BUENOOOO
Una vez bajado el hinchazón y fuera de riesgo de correrme Lola volvió a la carga y me dijo.

  • No te preocupes, tómate tu tiempo, a mi me está gustando mucho, si sigues así me correré contigo dentro ¿lo deseas verdad?
  • Lo deseo mucho Lola, mucho, mucho y volví a excitarme.
Esta vez Lola me tumbó de nuevo en la cama mi cabeza estaba junto a las piernas de Inma y de Enrique y veía el culo de Inma subir y bajar y claro a Inma gemir como una puta perra.

Lola se puso sobre mi y se hincó mi tridente, empezó a moverse hacia adelante y hacia atrás. Yo sentía que no tenía control que me estaba costando ya y llevaba un minuto, no como los 25 que llevaba sin parar Enrique.

Lola volvió al truco de antes pero de otra manera.

Tenía hielos en las manos y uno me lo puso en el pecho, el otro con la otra mano me lo puso en los huevos y lo frotaba, se movía despacio, dándome tiempo a mi para que me recuperara, la cosa iba bien.

Lola gozaba, ya gozaba por fin como ella quería y necesitaba, no como con Enrique porque Enrique era único y lo estaba disfrutando Inma pero iba bien la cosa.

Cuando volvía a calentarme mucho el rabo volvía al hielo ya llevaba 3 hielos aplicados en los cojones y seguíamos.

Inma seguía gozando.

HAH , AH ,AH AH, AH JO QUE BUENO ENRIQUE QUIERO MÁS, MÁS.

Y Enrique imperturbable llevaba ya 30 minutos de reloj.

Yo por fin llegaba a los 16 minutos con la inestimable ayuda de Lola, mi diosa y maestra.

Para apañar el asunto Lola se pegó a mi mientras se la clavaba y me empezó a decir al oído.

Goza campeón, goza, soy tu regalo, no pensabas que soy inalcanzable pues aquí me tienes, una diosa te ha elegido para que la hagas el amor.

Yo me ponía peor, más cachondo.

Si consigues que me corra con tu polla dentro te llamaré en otras ocasiones si no lo haces no volveré a vere, me dijo.

Y yo apreté los dientes, pero mucho, me cogí un brazo y me lo mordí incándome los dientes en la piel para aguantar.

Empecé a contar, 1001, 1002, 1003, las embestidas que daba Lola sobre mí, me concentraba en eso y no quería ver ni escuchar nada más.

Inma estaba a mi lado gimiendo.

No puedo más, no puedo más HA HA HA, HA, HA HA.

Esto era el minuto 43 de polvo intenso para Inma, sudaba a chorros, la caía el sudor por la frente, por las axilas, los pies, piernas. Entonces Enrique dijo BASTA.

Quitó a Inma de encima y decidió reconfigurar.

Vamos a reconfigurar chicas.

A ver javi tú tumbado.

Me tumbé.

Inma sobre Javier en la postura del 69 pero al revés, con el culo de Inma al revés y con la cabeza en el borde de la cama sin chupar nada todavía hasta que yo no lo diga.

Lola tú te follas encima a Javier.

Tú Inma besarás a y ayudarás a Lola, tenéis que quedar en frente, podéis acariciaros y daros gusto.

Y yo aquí en el borde de la cama te follaré definitivamente Inma, mientras Javier tendrá ámplia visión de la entrada del Bicho a unos pocos centímetros y podrá saborear mis grandes cojones.

Y así se hizo.

Ahora se trataba de coordinar todo eso.

Empezó Enrique empujó y Inma empezó como antes.

AH, AH, AH, AH.

Yo debajo, viéndolo todo y rascándome los grandes testículos de Enrique mi cara, el músculo me rozaba también, era descomunal, empecé a chupar, los cojones, el músculos, el coño lo que podía y me llegaba la lengua.

Lola me cabalgaba, me puso más hielo en los cojones, iba aguantando.

Ahora el ritmo lo ponía Enrique. Por cada embestida suya yo trataba de chupar y Lola se movía, mientras Inma besaba a Lola y la metía la lengua en la boca, se decía cosas.

  • Lola estoy gozando como nunca, uf, uf.
  • Aprovéchalo, sé la puta de Enrique como lo soy yo.
  • Ya sabes cómo es ser su perra ¿verdad?
  • Ya sabes por qué me tiene loca ¿verdad?
  • HA, HA, HA, HA, SÍ, SI, HA, HA.
  • Tu novio tampoco está mal ¿me lo dejarás más veces?
  • HA, HA, HA, SÍ, SÍ, CUANDO QUIERAS.


Yo escuchaba todo esto pero seguía contando 8320, etc.

Y de golpe y porrazo con esta sintonía Inma rompió.

Se empezó a correr de una forma que no la había visto antes nunca, se desplomó sobre mí sin fuerzas, yo la lamía, lamía los huevos de Enrique su tronco. Y Inma…

HA, HA, HA, HA, HA, SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHA HA HA AH A A HAH

Y 32 pulsaciones de vagina después con el rabo de Enrique dentro porque las conté Inma quedó tendida. Y sin fuerzas.

  • He visto a dios, he viso a dios.
  • Algo me ha pasado en la cabeza que me ha llevado a otro sitio, me ha trasportado a otra dimensión, no sé explicarlo, contaba Inma.
Lola seguía sobre mi empujando, ya no ponía hielo y estaba gozando, esta vez sí gozaba y en el minuto 38 PUM, Lola empezó a correrse.

AH, AH, AH, AH, PERO QUE PIVÓN DE 18 AÑOS ME FOLLO AAAAAAA, GRACIAS DIOS, GRACIAS DIOS.

Yo aguanté, aguanté como Enrique, no me corrí porque si no Lola no volvería estar conmigo.

Y Lola cayó extenuada sobre mí, abrazada a mí, con el miembro dentro, pulsando su vagina en mi mi miembro.

  • Javi que bueno, he gozado mucho, comentó Lola.
  • Notas como se contrae mi vagina?
  • Sí, sí, llevas más de 30 contracciones.
  • Ha sido fantástico, casi estás al nivel de Enrique, casi pero es que el es un maestro.
Bueno chicas ha sido doble o nada, me debéis 2 mamadas cada una y cuatro besos para este chico.

Jajajaja, empezamos a reírnos.

Lola no hacía nada más que decir que me había comportado como un MACHO, que no se corría con todos los tíos y que sobre esa cama estaba con los dos únicos tíos con los que había conseguido que su coño se corriera con una buena tranca dentro, me felicitó.

Inma a su vez no podía ni moverse.

  • Jo, ha sido fantástico, Javi folla bien, pero Enrique es superior, que pollón, me encantan los pollones así. Javi si te pongo los cuernos serán con pollones así que lo sepas.
Bueno chicas que lleváis 2 y nosotros cero a ver qué pasa.

Intervino Lola, es cierto, es cierto perdonad, perdonad.

¿Merendamos?

Y Lola se abalanzó sobre Enrique hincándose el miembro más que Inma antes.

Empezó unas embestidas salvajes en las que Enrique que le había pillado por sorpresa empezó a gemir.

Inma el truco para que Enrique se corra es que no se concentre, si se concentra no se correrá nunca y te matará de placer, mira como lo hago yo y ayúdame.

Inma se arrimó a ellos, Enrique estaba tumbado, Lola sobre el embistiendo furiosamente.

Corre pon tu coño en su cara corre, ya verás.

Y Inma puso su coño en su cara y Eduardo empezó a chuparlo y a comerlo.

No puede hacer dos cosas a la vez, si se concentra en tu coño se correrá.

Y efectivamente, PLOFFFF, Enrique empezó a chillar como un toro, a bufar como un MACHO y a embestir desde abajo a Lola que la alzaba hacia arriba haciendo que lola cayera más fuerte sobre su portentoso miembro.

Yo miraba todo esto estupefacto.

HA, HA, PERRAS TRAIDORAS, BUF, BUF, BUF HUMMMMMMMM, HUMMMMMM

Y la leche empezó a fluir y a desparramarse por el coño de Lola.

Yo muy rápido cogí otro bote y empecé a pillar la lefa de Enrique para la merienda.

Después de 14 o 20 embestidas expulsando semen paró.

Lola se sacó el rabo chorreando y como una manguera rezumaba esperma.

Yo me apliqué a recoger todo lo que pudiera, era para 5 y quería que tocáramos a mucho cada uno.

Lola se puso como el día anterior sobre el plato y empezó a expulsar aire de la vagina, algún pedo del culo y a chorrear semen, semen y más semen, de ahí salió medio bote de yogu del tarro de cristal, que junto con lo que yo había cogido antes del rezumado eran casi tres cuartos del bote, algo grandioso y portentoso, un titán.

Sobre las dos camas dispusimos las fresas, los plátanos, uvas y galletas, con y sin chocolate.

Pero en esto Lola cayó en la cuenta.

  • TRAIDOR, TRAIDOR, ahora que me doy cuenta JAVIER NO HA EYACULADO.
  • Traidor, dijo Eduardo.
  • TRAIDOR dijo Inma.
Bueno qué le voy a hacer, he aguantado para satisfacer a la maestra de mi Ama Inma, la diosa que me ha permitido entrar en el Olimpo para saber cómo es hacer el amor con una de ellas, además de con mi Inma.

Esto no puede ser.

Y ambas se abalanzaron sobre mí.

Hasta Enrique intervino y la configuración volvió a empezar así.

Enrique con el miembro casi listo de pie junto a la cama.

Yo tumbado, Inma se clavó mi verga mirando a Enrique y mientras me cabalgaba le comía la polla a Enrique.

Y Lola subió su chocho a mi cara.

Efectivamente no podía concentrarme en dos cosas a la vez.

Ahora jadeábamos los cuatro.

AH, AH, AH, HUMMMM. BUFFFF, HUMMM, BUFFFF, HA HA, HA.

Enrique fue el primero en caer y empezó a orgasmar otra vez.

  • HUUUUUUMMMMM, HUMMMMMMMM COMO UN TORO.
  • ESTA NIÑA ES LA HOSTIA LOLA HUMMMMMMMMM BUFFFF COMO UN TORO
Y la lefa salía a raudales en la boca de Inma que no quería tragársela para poder llenar un vaso.

Como no la cabía en la boca decidió que regara la cara, los ojos, la caían chorros por la cara por el cuello y la boca llena, Enrique paró y siguió hincándose mi verga, más fuerte, ya sin miramientos, como había aprendido y hecho con Enrique y entonces JPUMMM empiezo a correrme

Inma rápidamente se quita para poder intentar llenar el bote de mi semen.

En ese preciso momento Lola empieza a correrse y todo es un lío.

HA, HA, HA, HA, HA, ME CORRROOOOOOOOOOO

Y Lola volvió a caer en la cama.

Enrique se hizo cargo de la situación cogiendo un bote y dirigiendo junto con Inma mi rabo al bote pudieron recuperar las 5, 6, 7 expulsiones eyaculatorios bien frondosas que se sumaron a las de Enrique.

Inma estaba hecha unos zorros de semen, tanto mío como de Enrique.

Para congraciarnos con ella decidimos que cada uno lameríamos una parte manchada y luego merendaríamos, o más bien cenaríamos porque nos dieron las 9 de la noche de un domingo de verano.

Esta vez sí, sobre la cama hablamos, untamos semen sobre las fresas, sobre los plátanos, cada uno a su gusto.

Nos cambiábamos la comida de boca en boca con el semen y lo probábamos todo así, nos estaba dando gusto psicológico y morbo, mucho morbo, el día estaba siendo más fantástico que el día anterior.

  • Ha sido fantástico, dijo Lola.
  • Ha sido genial, dijo Enrique, casi pierdo la cabeza hoy.
  • Ha sido único, dijo Inma.
Inma prosiguió.

  • Javi que sepas que has estado fantástico y que te quiero.
  • Pero quiero que sepas también que si no te tuviera me quedaría con Lola y Enrique para hacer el amor continuamente.
  • Jajajaja, nos reímos todos.
Nos fundimos nuevamente los cuatro en un abrazo común sudoroso, nos besamos, nos acariciamos y ya decidimos poner fin al día, había sido fantástico.

Llevé a Inma y a Lola después de despedirnos de Enrique a casa de Inma, Lola tenía sus cosas allí y tenía que madrugar al día siguiente para coger un vuelo a París.

Lola me pasó una nota antes de despedirnos.

Por favor no se lo digas a Inma, pero te buscaré como amante ocasional cuando Enrique no esté disponible, espero que no te importe.

Yo cuando nos despedimos le dije que sí.

Inma me preguntó y la dije que sí, que me habían gustado mucho.

Nos despedimos ese día en busca de otros momentos.

 
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