¿Y tú qué hubieses hecho?

EscritorFrustrado

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1 Jul 2023
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Aún estoy pensando cómo cerrar el otro relato, pero el otro día llegó a mis oídos un rumor que me inspiró esta historia. Como siempre me gusta, habrá parte real y parte ficticia. Cualquier duda o consulta, respondo privados.

Capítulo 1: Lo que menos esperaba

Juan Miguel era un chico tímido, apocado y poco atractivo. No era nada llamativo para las mujeres y eso, unido a su falta de labia, había hecho que a sus 22 años su experiencia con chicas fuese prácticamente nula. Era asiduo de foros y páginas pornográficas, y también de algún grupo de mensajería en el que anónimos amateur compartían contenido. No tenía contacto con féminas, pero eso no le impedía disfrutar de orgasmos que él mismo se proporcionaba. Juanmi, como era conocido en su entorno, trabajaba como cartero. No era su trabajo soñado, pero esperaba ascender pronto y para ello estaba preparando la oposición para administrativo.

El trabajo de cartero no estaba tan mal. Tenía horario fijo, jornada continua y le permitía interactuar con gente, algo que le estaba viniendo bien para su timidez. Entregaba correo a empresas, pero también dejaba algún paquete en domicilios particulares, algo que le había dado momentos demasiado morbosos. Desde alguna universitaria que salía ligera de ropa a recoger un paquete en un piso de estudiantes hasta alguna MILF trabajando en un despacho de abogados. Pero su favorita era Clara. Siempre lo había sido.

La conocía desde bien pequeños. Habían coincidido en la misma clase en preescolar y de ahí hasta que salieron del instituto. Clara, la niña rubia que tenía encandilados a todos. Siempre tan esbelta y tan bien vestida. Nunca la faltaron pretendientes. Ni guapos ni feos. Siempre iba arreglada, nunca la faltó un detalle. No perdia oportunidad de ir a la última moda. Con un toque ligero de vanidad, de quién se sabía deseada y guapa. Quizá, en ocasiones, pecaba de ligera prepotencia. Alguna vez había mirado por encima del hombro a alguien, pero con Juanmi siempre se había portado tremendamente bien. Incluso en épocas en las que sufrió bullying encontró en Clara un salvavidas al que agarrarse. Una amiga, a la que en demasiadas ocasiones había dedicado ratos de placer con sus muñecas. Sobre todo desde que ella empezó a comportarse en redes como si de una influencer se tratase, con fotografías cuidadas y posados veraniegos de infarto. Unas publicaciones que le habían proporcionado un nicho de seguidores que la dejaban en un limbo entre la verdadera influencer y un perfil al que unicamente seguían amigos, familiares y conocidos. Incluso alguna colaboración con alguna peluquería local había tenido.

El padre de Clara tenía una empresa de construcción bastante importante a nivel local. Había logrado sobreponerse a la crisis y orientar el negocio hacia un modelo sostenible, que les había permitido mantener un tren de vida en el que los caprichos no hacían daño a las arcas familiares. Ropa cara, conciertos en zonas vip, viajes al extranjero, barcos en verano... Ella solía echar una mano en la oficina en épocas vacacionales mientras estudiaba. Ahora, recién graduada y al no tener expectativas de trabajar de lo suyo, se había incorporado plenamente. Aunque, para disgusto de su padre, no tenía planes de acabar llevando las riendas del negocio familiar y esperaba que aquella fuese una etapa pasajera en su vida.

Juanmi fantaseaba cada vez que veía algún paquete o carta para entregar en aquella empresa. Le encantaba imaginar el atuendo con el que Clara lo recibiría. Siempre era ella la que abría al correo y siempre se quedaba un rato charlando con su excompañero de clase. Le encantó el día que ella lo recibió con una falda negra, botas altas y camisa blanca. Un look más apropiado de colegiala en película porno que de una oficina. Aquel día perdió la cuenta de las veces que se masturbó. Más aún, cuando ella subió foto a sus redes con semejante outfit. Otras veces era menos ostentosa y simplemente lo recibía con unos vaqueros ceñidos, que ella solía lucir con elegancia, o un vestido sobrio.

Esa mañana de lunes, Juanmi comprobó que en su tarea del día figuraba un paquete para entregar en esa dirección que ya podía recitar de memoria y a la que podía acudir con los ojos cerrados. Ella estaba allí. Lo recibió con una falda que dejaba a la vista sus piernas firmes, trabajadas en horas y horas de gimnasio, y una blusa blanca, de una tela que transparentaba el sujetador que llevaba bajo ella, también a juego aunque en otro tono.

-Buenos días, Juanmi.- Lo saludó con una sonrisa.

Era primeros de Julio y el aire acondicionado de la oficina estaba bastante alto.

-Buenos días, Clara. Traigo esto para vosotros.

Ella lo cogió y firmó la entrega con su mano izquierda, fina y cuidada, en la que destacaba una manicura francesa.

-¿Irás el sábado?- pregunto ella.

-¿ A donde? - Replicó él intrigado.

La cara de Clara era propia de quien cree que ha metido la gamba y siente lástima por su interlocutor.

-Vaya, se les ha debido pasar meterte en el grupo. Quieren hacer una cena de antiguos alumnos. Juntarnos todos y salir un ratito para recordar viejos tiempos.- Sin darle tiempo a responder se metió hacia dentro y cogió su móvil de una de las mesas. Empezó a escribir en el.
-Ahora mismo te meten, ya te digo que debe haber sido un error. No acepto un no por respuesta.
Lo miró y Juanmi no tuvo más respuesta.

Se despidieron con dos besos en la mejilla, como casi siempre.

De vuelta a casa comprobó que lo habían incluido en un grupo. Leyó por encima y comprobó la hora y el lugar de quedada. No quiso mirar más. Tampoco respondió a los mensajes que preguntaban quién era el último contacto añadido.

Se pegó una ducha y se tumbó en la cama. Tenía ganas de desahogarse. Abrió un canal, de una conocida aplicación de mensajeria, en el que parejas liberales y novios cabrones compartían contenido sexual, ya fuera de ellos mismos o de sus parejas. Deslizó con el dedo la mayoría de mensajes. Muchos de ellos estaban bastante repetidos. Muchos de aquellos videos llevaban bastante tiempo rulando y no tardaban en volver a salir a la palestra por alguno que lo consideraba nuevo. De repente el corazón se le paró. Podía distinguir aquella mirada entre un millón. Su cabeza le decía que era imposible que fuese lo que él pensaba, pero su vista no mentia. Apretó con el dedo y comenzó a descargar el vídeo. En la miniatura el contorno de una polla y la mirada de Clara.

(continuará)
 
Última edición:
Quizás su actual novio o ex difundió el video sin su consentimiento, espero que no cometa la estupidez de chantajearla.

Por otro lado, toda su descripción lo desfavorece, al menos espero que folle bien y/o esté bien armado.
 
Buen inicio.
Se proyecta muy interesante el relato
 
Aún estoy pensando cómo cerrar el otro relato, pero el otro día llegó a mis oídos un rumor que me inspiró esta historia. Como siempre me gusta, habrá parte real y parte ficticia. Cualquier duda o consulta, respondo privados.

Capítulo 1: Lo que menos esperaba

Juan Miguel era un chico tímido, apocado y poco atractivo. No era nada llamativo para las mujeres y eso, unido a su falta de labia, había hecho que a sus 22 años su experiencia con chicas fuese prácticamente nula. Era asiduo de foros y páginas pornográficas, y también de algún grupo de mensajería en el que anónimos amateur compartían contenido. No tenía contacto con féminas, pero eso no le impedía disfrutar de orgasmos que él mismo se proporcionaba. Juanmi, como era conocido en su entorno, trabajaba como cartero. No era su trabajo soñado, pero esperaba ascender pronto y para ello estaba preparando la oposición para administrativo.

El trabajo de cartero no estaba tan mal. Tenía horario fijo, jornada continua y le permitía interactuar con gente, algo que le estaba viniendo bien para su timidez. Entregaba correo a empresas, pero también dejaba algún paquete en domicilios particulares, algo que le había dado momentos demasiado morbosos. Desde alguna universitaria que salía ligera de ropa a recoger un paquete en un piso de estudiantes hasta alguna MILF trabajando en un despacho de abogados. Pero su favorita era Clara. Siempre lo había sido.

La conocía desde bien pequeños. Habían coincidido en la misma clase en preescolar y de ahí hasta que salieron del instituto. Clara, la niña rubia que tenía encandilados a todos. Siempre tan esbelta y tan bien vestida. Nunca la faltaron pretendientes. Ni guapos ni feos. Siempre iba arreglada, nunca la faltó un detalle. No perdia oportunidad de ir a la última moda. Con un toque ligero de vanidad, de quién se sabía deseada y guapa. Quizá, en ocasiones, pecaba de ligera prepotencia. Alguna vez había mirado por encima del hombro a alguien, pero con Juanmi siempre se había portado tremendamente bien. Incluso en épocas en las que sufrió bullying encontró en Clara un salvavidas al que agarrarse. Una amiga, a la que en demasiadas ocasiones había dedicado ratos de placer con sus muñecas. Sobre todo desde que ella empezó a comportarse en redes como si de una influencer se tratase, con fotografías cuidadas y posados veraniegos de infarto. Unas publicaciones que le habían proporcionado un nicho de seguidores que la dejaban en un limbo entre la verdadera influencer y un perfil al que unicamente seguían amigos, familiares y conocidos. Incluso alguna colaboración con alguna peluquería local había tenido.

El padre de Clara tenía una empresa de construcción bastante importante a nivel local. Había logrado sobreponerse a la crisis y orientar el negocio hacia un modelo sostenible, que les había permitido mantener un tren de vida en el que los caprichos no hacían daño a las arcas familiares. Ropa cara, conciertos en zonas vip, viajes al extranjero, barcos en verano... Ella solía echar una mano en la oficina en épocas vacacionales mientras estudiaba. Ahora, recién graduada y al no tener expectativas de trabajar de lo suyo, se había incorporado plenamente. Aunque, para disgusto de su padre, no tenía planes de acabar llevando las riendas del negocio familiar y esperaba que aquella fuese una etapa pasajera en su vida.

Juanmi fantaseaba cada vez que veía algún paquete o carta para entregar en aquella empresa. Le encantaba imaginar el atuendo con el que Clara lo recibiría. Siempre era ella la que abría al correo y siempre se quedaba un rato charlando con su excompañero de clase. Le encantó el día que ella lo recibió con una falda negra, botas altas y camisa blanca. Un look más apropiado de colegiala en película porno que de una oficina. Aquel día perdió la cuenta de las veces que se masturbó. Más aún, cuando ella subió foto a sus redes con semejante outfit. Otras veces era menos ostentosa y simplemente lo recibía con unos vaqueros ceñidos, que ella solía lucir con elegancia, o un vestido sobrio.

Esa mañana de lunes, Juanmi comprobó que en su tarea del día figuraba un paquete para entregar en esa dirección que ya podía recitar de memoria y a la que podía acudir con los ojos cerrados. Ella estaba allí. Lo recibió con una falda que dejaba a la vista sus piernas firmes, trabajadas en horas y horas de gimnasio, y una blusa blanca, de una tela que transparentaba el sujetador que llevaba bajo ella, también a juego aunque en otro tono.

-Buenos días, Juanmi.- Lo saludó con una sonrisa.

Era primeros de Julio y el aire acondicionado de la oficina estaba bastante alto.

-Buenos días, Clara. Traigo esto para vosotros.

Ella lo cogió y firmó la entrega con su mano izquierda, fina y cuidada, en la que destacaba una manicura francesa.

-¿Irás el sábado?- pregunto ella.

-¿ A donde? - Replicó él intrigado.

La cara de Clara era propia de quien cree que ha metido la gamba y siente lástima por su interlocutor.

-Vaya, se les ha debido pasar meterte en el grupo. Quieren hacer una cena de antiguos alumnos. Juntarnos todos y salir un ratito para recordar viejos tiempos.- Sin darle tiempo a responder se metió hacia dentro y cogió su móvil de una de las mesas. Empezó a escribir en el.
-Ahora mismo te meten, ya te digo que debe haber sido un error. No acepto un no por respuesta.
Lo miró y Juanmi no tuvo más respuesta.

Se despidieron con dos besos en la mejilla, como casi siempre.

De vuelta a casa comprobó que lo habían incluido en un grupo. Leyó por encima y comprobó la hora y el lugar de quedada. No quiso mirar más. Tampoco respondió a los mensajes que preguntaban quién era el último contacto añadido.

Se pegó una ducha y se tumbó en la cama. Tenía ganas de desahogarse. Abrió un canal, de una conocida aplicación de mensajeria, en el que parejas liberales y novios cabrones compartían contenido sexual, ya fuera de ellos mismos o de sus parejas. Deslizó con el dedo la mayoría de mensajes. Muchos de ellos estaban bastante repetidos. Muchos de aquellos videos llevaban bastante tiempo rulando y no tardaban en volver a salir a la palestra por alguno que lo consideraba nuevo. De repente el corazón se le paró. Podía distinguir aquella mirada entre un millón. Su cabeza le decía que era imposible que fuese lo que él pensaba, pero su vista no mentia. Apretó con el dedo y comenzó a descargar el vídeo. En la miniatura el contorno de una polla y la mirada de Clara.

(continuará)
Me ha encantado la introducción. Esperando la continuación.
 
Capítulo 2: El video

Respiró profundamente cuando vio que el círculo de descarga se había completado. Se tomó unos segundos para decidir si darle al play o no. No sabía que se podía encontrar y de qué forma había llegado ese video ahí. Pensó que podía meterse en un lío, pero la ocasión de ver un contenido así de Clara lo llevó a dar con su pulgar en la pantalla.

-Joder... Me da cosa.- Clara movia la cabeza nerviosa. Alternaba la mirada entre los ojos del interlocutor, en la imagen se clavaban en el objetivo del móvil, y un lateral, Juanmi supuso que miraba una puerta.

-Venga.. que no pasa nada...- Se escuchó la voz de un chico.

-¿Pero esto para que lo quieres?- Clara seguía indecisa. Tenía agarrada la polla de aquel chico con una mano y daba tímidas sacudidas aunque sin ganas de centrarse en la paja. Seguía sin poder mantener la mirada fija en él.

-Para mí, para verlo cuando no estés...- El chico pareció abalanzarse suavemente sobre ella porque la imagen se volvió negra y solo se escuchaban sonidos de repetidos besos y labios chocando.

Volvió a echarse atrás y a apuntar a Clara. Esta vez a más distancia, por lo que se podía apreciar más cuerpo. Clara lucia un sujetador blanco con el detalle de un lacito azul entre copa y copa. Muy rollo teenager. Sus pechos parecían bastante aprisionados en él, como si ella quisiese aparentar alguna talla que no tenía.

-Es que no se...- Se atrevió a dar un chupetón en el glande, tímido pero con el toque de picardía suficiente como para mirar a cámara a la vez.- A ver.. Yo confío en ti, pero como lo vea alguien...

El pollón era bastante grande. Nada descomunal, pero si lo suficiente como para dar por válida esa fama que atribuyen a la gente de color. La boca de Clara parecía llenarse con poco más de la mitad de aquel falo.

-No lo va a ver nadie, cariño. Confía.

Clara miró a cámara, la primera vez que lo hacía con seguridad, y se inclinó hacia delante. Empezó a mamar con suavidad, midiendo bien los tiempos. Denotaba una experiencia que ni de coña nadie hubiese intuido que tenía. Jamás se escuchó hablar de ella. Ningún rumor corrió en el instituto sobre sus líos o sus rollos sexuales, pero se notaba que no había perdido el tiempo. Estaba completamente centrada en aquel tronco que entraba y salía con suavidad de su boca. De vez en cuando buscaba con su mirada la cara de su novio, para Juanmi el objetivo de la cámara, que la animaba con palabras suaves y algún gemido de aprobación. Cuando notaba que se cansaba, sacaba el pene y empezaba a dar lamidas, en los laterales y también en el propio glande, haciendo círculos con la lengua. El chico aprovechaba estos momentos para retirarle el pelo. Parecía empecinado en sacar buenos planos, en que los bonitos ojos de Clara se viesen bien en el vídeo.

-¿Te gusta mi polla?- Se le oyó decir con voz caliente.
-Me encanta...- Clara miraba desde abajo, con la polla pegada a sus labios.


Fue en ese instante cuando Juanmi soltó un chorro de leche que salió disparado por toda la habitación acompañado de un gemido que apenas consiguió ahogar.

Asustado por si alguien más en su casa había escuchado aquello, se puso de pie y empezó a limpiar todo aquello. El vídeo seguía reproduciéndose en el teléfono. Cuando volvió a mirar la pantalla, Clara esperaba arrodillada y con la lengua fuera un chorro de lefa que salía disparado contra ella. Su cara fina y delicada de niña pija empezaba a mancharse de un semen espeso que en poco tiempo cubrió todo su rostro. A Juanmi le pareció impresionante aquella imagen e hizo captura de pantalla.

(Si alguno quiere hacer fotocorrida a "Clara" que me mande privado)
 
Interesante, espero publiques más seguido
 
Capítulo 2: El video

Respiró profundamente cuando vio que el círculo de descarga se había completado. Se tomó unos segundos para decidir si darle al play o no. No sabía que se podía encontrar y de qué forma había llegado ese video ahí. Pensó que podía meterse en un lío, pero la ocasión de ver un contenido así de Clara lo llevó a dar con su pulgar en la pantalla.

-Joder... Me da cosa.- Clara movia la cabeza nerviosa. Alternaba la mirada entre los ojos del interlocutor, en la imagen se clavaban en el objetivo del móvil, y un lateral, Juanmi supuso que miraba una puerta.

-Venga.. que no pasa nada...- Se escuchó la voz de un chico.

-¿Pero esto para que lo quieres?- Clara seguía indecisa. Tenía agarrada la polla de aquel chico con una mano y daba tímidas sacudidas aunque sin ganas de centrarse en la paja. Seguía sin poder mantener la mirada fija en él.

-Para mí, para verlo cuando no estés...- El chico pareció abalanzarse suavemente sobre ella porque la imagen se volvió negra y solo se escuchaban sonidos de repetidos besos y labios chocando.

Volvió a echarse atrás y a apuntar a Clara. Esta vez a más distancia, por lo que se podía apreciar más cuerpo. Clara lucia un sujetador blanco con el detalle de un lacito azul entre copa y copa. Muy rollo teenager. Sus pechos parecían bastante aprisionados en él, como si ella quisiese aparentar alguna talla que no tenía.

-Es que no se...- Se atrevió a dar un chupetón en el glande, tímido pero con el toque de picardía suficiente como para mirar a cámara a la vez.- A ver.. Yo confío en ti, pero como lo vea alguien...

El pollón era bastante grande. Nada descomunal, pero si lo suficiente como para dar por válida esa fama que atribuyen a la gente de color. La boca de Clara parecía llenarse con poco más de la mitad de aquel falo.

-No lo va a ver nadie, cariño. Confía.

Clara miró a cámara, la primera vez que lo hacía con seguridad, y se inclinó hacia delante. Empezó a mamar con suavidad, midiendo bien los tiempos. Denotaba una experiencia que ni de coña nadie hubiese intuido que tenía. Jamás se escuchó hablar de ella. Ningún rumor corrió en el instituto sobre sus líos o sus rollos sexuales, pero se notaba que no había perdido el tiempo. Estaba completamente centrada en aquel tronco que entraba y salía con suavidad de su boca. De vez en cuando buscaba con su mirada la cara de su novio, para Juanmi el objetivo de la cámara, que la animaba con palabras suaves y algún gemido de aprobación. Cuando notaba que se cansaba, sacaba el pene y empezaba a dar lamidas, en los laterales y también en el propio glande, haciendo círculos con la lengua. El chico aprovechaba estos momentos para retirarle el pelo. Parecía empecinado en sacar buenos planos, en que los bonitos ojos de Clara se viesen bien en el vídeo.

-¿Te gusta mi polla?- Se le oyó decir con voz caliente.
-Me encanta...- Clara miraba desde abajo, con la polla pegada a sus labios.


Fue en ese instante cuando Juanmi soltó un chorro de leche que salió disparado por toda la habitación acompañado de un gemido que apenas consiguió ahogar.

Asustado por si alguien más en su casa había escuchado aquello, se puso de pie y empezó a limpiar todo aquello. El vídeo seguía reproduciéndose en el teléfono. Cuando volvió a mirar la pantalla, Clara esperaba arrodillada y con la lengua fuera un chorro de lefa que salía disparado contra ella. Su cara fina y delicada de niña pija empezaba a mancharse de un semen espeso que en poco tiempo cubrió todo su rostro. A Juanmi le pareció impresionante aquella imagen e hizo captura de pantalla.

(Si alguno quiere hacer fotocorrida a "Clara" que me mande privado)
Joder, espero que continúes este relato, parece que va a ser buenísimo... Por cierto, lei el tuyo también de Marta Diaz en el hilo de relatos de famosas y tiene un pintón muy bueno también. Ánimo y continua con ellos, nos haces disfrutar mucho!
 
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