Me había empezado a crecer la polla y tenía vello en la base del pene y en los huevos. Tenía frecuentes erecciones y sentía agradables cosquilleos cuando me tocaba. Me excitaba ver las nalgas moviéndose bajo la falda de la profetisa que escribía con mucha energía en la pizarra o las grandes tetas de una vecina proyectando su redondez a través de su jersey. En casa teníamos un catálogo de moda de ropa interior. Había dos o tres fotos de sujetadores semitransparentes y una de bragas a través de las cuales se veía el vello púbico. Yo había empezado a masturbarme con regularidad y me interesaba mucho ver mujeres desnudas porque me daba mucho placer.
Las cosas cambiaron a mejor cuando nos fuimos de vacaciones a una zona rural. Era un verano caluroso cuando descubrí que mi vecina y sus hijas iban a mear al patio trasero, detrás de un granero. Encontré un sitio adecuado detrás de la valla y esperé. No era algo seguro y por eso cuando la vi acercarse fue aún más excitante. Cuando se acercó se metió las dos manos bajo la falda y se la levantó mientras se agarraba el elástico de las bragas. Llevaba unas bragas estilo mormón ajustadas sobre el culo y los muslos regordetes. La piel blanca de las rodillas hacia arriba contrastaba eróticamente con el resto de su piel bronceada y te hacía sentir que realmente estabas viendo una parte íntima de su cuerpo. Dio dos o tres pasos más con la falda subida hasta las caderas hasta donde pensó que nadie podría verla. Allí se inclinó hacia delante y simultáneamente se echó la parte trasera de la falda por encima de las caderas y continuando con el movimiento descendente de las manos se bajó las bragas hasta las rodillas.. Mantuvo las rodillas ligeramente flexionadas y no bajó el culo. Podía verla por detrás y de perfil. Tenía las piernas muy separadas y entre sus grandes y redondas nalgas había comenzado a salir un chorro dorado que era más ancho en la salida y se adelgazaba a medida que se acercaba al suelo. Cuando terminó, llevó ambas manos hacia delante y se metió la falda entre las piernas para limpiarse. Cuando se levantó las bragas y se bajó la falda, tres potentes chorros brotaron de mi excitada polla.
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