Buenos vecinos

Derben

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27 Jun 2023
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Me gustaría empezar diciendo que esto me paso hace unos años, que es real... pero no... todo es fruto de mi imaginación... Es la primera vez que me atrevo a subir un relato y exponerme a vuestros comentarios. Pongo lo que tengo escrito hasta el momento, pero seguiré escribiendo y si os gusta iré subiendo.
¡Empecemos!


Hace unos meses abrieron un mega sex-shop cerca de donde vivo, pero por diferentes motivos no había tenido la oportunidad de ir a visitarla, hasta hace unas semanas. Mi mujer y los niños iban a pasar una semana a casa de unos tíos de mi mujer que viven en Francia. Por suerte, por motivos laborales no podía acompañarlos, quizás exageré los problemas que teníamos en la empresa, y la comprensión de mi esposa, que sabe que al no hablar nada de francés, los días con sus parientes se me hacen eternos, me he quedado solo en casa 6 días, ¡6 gloriosos días de tranquilidad!

El sábado, a media tarde, después de haber despedido a la familia, me acordé que tenía la visita pendiente al sex-shop y decidí que me acercaría a investigar antes de ir a cenar con los amigos, y si veía algo que me gustara quizás haría un regalo a mi mujer para la vuelta.
Sobre las 17:00 entraba en ese santuario del placer. No había mucha clientela y me gustó, podría pasear tranquilo. Iba pasando por la cantidad de pasillos y alucinando con todos los juguetes expuestos, hasta que llego a la zona de ropa, voy viendo los diferentes modelos e imaginando como le quedarían a mi mujer, sumergido en mis calientes pensamientos, cuando levanto la mirada y fuera de los probadores veo a un vecino que parece esperar a alguien que está en el probador, sostiene una chaqueta y un bolso. Mi yo voyeur aparece y busco un escondite donde pueda ver con quien ha ido de compras mi vecino, será su mujer, será una amiguita… No tardo mucho en averiguarlo, del probador sale su mujer con un minivestido negro, arrapado como una segunda piel, lleno de agujeros a excepción de los puntos claves, pechos, entrepierna y culo. Da un par de vueltas sobre si misma lentamente, para que su marido pueda dar su opinión, y creo que por la cara que pone le gusta y le calienta tanto como a mi!

Son una pareja algo mayor que yo, normales, nada de gimnasio ni excesivas grasas, del montón. Ella morena, con el pelo ondulado, de complexión grandota, pero hasta ahora no podría haber definido su cuerpo, ya que nunca la había visto con una ropa tan ceñida! Tiene unos pechos generosos, sin ser escandalosos, una barriguita fruto de la edad y de los dos críos que tienen y un culo algo caído pero que me está enloqueciendo… El marido más delgado que ella, la típica pareja que se ve claramente que manda ella.

Se ponen a hablar del vestido, el marido resigue la piel que queda expuesta en los agujeros mientras le dice cosas que no llego a escuchar, y ella sonríe y viendo como reaccionan sus pezones, le gusta como suena.

No se que me pasa por la cabeza, que sin pensarlo o fruto de la calentura, me hago el distraído y avanzo hacía ellos, hasta que oigo un “¡Ei! ¿Que haces por aquí?” Me hago el sorprendido y me giro hacía ellos, “¡Hola! Que casualidad… pues me he quedado solo en casa y he aprovechado para venir a cotillear, que no había venido aún. ¿Y vosotros, veo que de compras?”
Estuvimos un rato hablando y me maravillaba su tranquilidad al hablar conmigo, teniendo a su mujer vestida tan sexy, y ella parecía disfrutar de ser el centro de atención de dos hombres. Con los pantalones cortos que llevaba yo, cada vez se me hacía más difícil disimular la erección creciente que me provocaban sus gestos, su sonrisa, sus caricias, cuando sin aparente importancia tocaba mi brazo… y creo que no lo pasó por alto, cuando descaradamente miró mi entrepierna, se mordió el labio y dijo: “Bueno, creo que me lo quedo, ya que os gusta tanto a los dos!” Y mientras iba hacia el probador, añade “Pero tendrás que ayudarme a sacármelo que me va muy pegado”. Su marido empieza a ir hacía ella, y de repente se gira y le dice, “Tu no, él”, señalándome a mi!!

Me quedo de piedra, y más cuando el marido me mira con una sonrisa cómplice y me hace un gesto de torero para darme paso hacía el probador donde ya está entrando su mujer. Como un autómata voy hacía ella y al ir a cerrar la cortina ella me para el brazo y sonriendo, hace que no con la cabeza, se da la vuelta y levanta los brazos. Mis manos se posan sobre sus muslos desnudos, donde termina el vestido y empiezan a subir lentamente, subiendo el vestido con ellas, sintiendo su suave piel. Su culo empieza a asomar y parece desnudo, hasta que veo que lleva un tanga de hilo color negro. Su respiración profunda, ahoga algún gemido al notar que mis manos dejan el lateral de se cuerpo, para dirigirse por su barriga hacia el bajo de sus pechos, para liberarlos del vestido… alucino al pensar lo que estoy haciendo, pero no puedo parar, noto sus pezones duros en mis palmas, pero tengo que seguir hasta quitárselo del todo. Ella echa su culo hacia atrás y se roza en mi entrepierna dura como una piedra. Momento que recuerdo que la cortina no está echada y su marido ¡está fuera! Lo miro, y está sonriendo con cara de placer y con la mano dentro de las bermudas, le devuelvo la sonrisa, y veo que mi querida vecina está apunto de ponerse el sujetador, la paro y le pregunto si es necesario. Ríe, se los tira a su marido y se pone el vestido floreado con el que había venido.

Pagan el vestido y salimos los tres. Me dicen que han venido en coche, lo tienen aparcado en un parking cercano, si quiero me acercan a casa que ellos también van para allá. Acepto y no dirigimos los tres hablando de banalidades, aunque las frases con doble sentido van ganando protagonismo.
Al ser verano en el parking no hay muchos coches ni muchos transeúntes y al llegar a su coche suelta un “Yo ya no aguanto más, ¡Vigila!”, le dice a su marido, y sin darme cuenta se pone de cuclillas frente a mi, me baja los pantalones y empieza una mamada espectacular, sus labios carnosos y su lengua me hacen tocar el cielo. Con la calentura de toda la tarde no aguantaré mucho, y cuando se lo digo, aumenta el ritmo y no para hasta que me corro en su boca y limpia hasta la última gota. Se levanta relamiéndose y nos fundimos en un beso lascivo, donde nuestras lenguas entran en batalla y mis manos estrujan sus nalgas con pasión.

Nos despegamos acalorados, es mi turno de darle placer, la siento sobre el capó del coche, le levanto la falda, aparto el tanga y descubro su conejito completamente depilado, húmedo y brillante que no puedo esperar ni un segundo en saborearlo. Mi lengua lo resigue lentamente deleitándome como un manjar, no puedo parar y sus gemidos indican la velocidad de mi lengua. No paro, cuando me dice que se corre, quiero llevarla hasta donde ella me ha hecho llegar y por los tacos y palabrotas que suelta y lo que le dice a su marido, creo que lo he logrado!

Nos adecentamos la ropa y nos montanos en el coche.
 
Me gustaría empezar diciendo que esto me paso hace unos años, que es real... pero no... todo es fruto de mi imaginación... Es la primera vez que me atrevo a subir un relato y exponerme a vuestros comentarios. Pongo lo que tengo escrito hasta el momento, pero seguiré escribiendo y si os gusta iré subiendo.
¡Empecemos!


Hace unos meses abrieron un mega sex-shop cerca de donde vivo, pero por diferentes motivos no había tenido la oportunidad de ir a visitarla, hasta hace unas semanas. Mi mujer y los niños iban a pasar una semana a casa de unos tíos de mi mujer que viven en Francia. Por suerte, por motivos laborales no podía acompañarlos, quizás exageré los problemas que teníamos en la empresa, y la comprensión de mi esposa, que sabe que al no hablar nada de francés, los días con sus parientes se me hacen eternos, me he quedado solo en casa 6 días, ¡6 gloriosos días de tranquilidad!

El sábado, a media tarde, después de haber despedido a la familia, me acordé que tenía la visita pendiente al sex-shop y decidí que me acercaría a investigar antes de ir a cenar con los amigos, y si veía algo que me gustara quizás haría un regalo a mi mujer para la vuelta.
Sobre las 17:00 entraba en ese santuario del placer. No había mucha clientela y me gustó, podría pasear tranquilo. Iba pasando por la cantidad de pasillos y alucinando con todos los juguetes expuestos, hasta que llego a la zona de ropa, voy viendo los diferentes modelos e imaginando como le quedarían a mi mujer, sumergido en mis calientes pensamientos, cuando levanto la mirada y fuera de los probadores veo a un vecino que parece esperar a alguien que está en el probador, sostiene una chaqueta y un bolso. Mi yo voyeur aparece y busco un escondite donde pueda ver con quien ha ido de compras mi vecino, será su mujer, será una amiguita… No tardo mucho en averiguarlo, del probador sale su mujer con un minivestido negro, arrapado como una segunda piel, lleno de agujeros a excepción de los puntos claves, pechos, entrepierna y culo. Da un par de vueltas sobre si misma lentamente, para que su marido pueda dar su opinión, y creo que por la cara que pone le gusta y le calienta tanto como a mi!

Son una pareja algo mayor que yo, normales, nada de gimnasio ni excesivas grasas, del montón. Ella morena, con el pelo ondulado, de complexión grandota, pero hasta ahora no podría haber definido su cuerpo, ya que nunca la había visto con una ropa tan ceñida! Tiene unos pechos generosos, sin ser escandalosos, una barriguita fruto de la edad y de los dos críos que tienen y un culo algo caído pero que me está enloqueciendo… El marido más delgado que ella, la típica pareja que se ve claramente que manda ella.

Se ponen a hablar del vestido, el marido resigue la piel que queda expuesta en los agujeros mientras le dice cosas que no llego a escuchar, y ella sonríe y viendo como reaccionan sus pezones, le gusta como suena.

No se que me pasa por la cabeza, que sin pensarlo o fruto de la calentura, me hago el distraído y avanzo hacía ellos, hasta que oigo un “¡Ei! ¿Que haces por aquí?” Me hago el sorprendido y me giro hacía ellos, “¡Hola! Que casualidad… pues me he quedado solo en casa y he aprovechado para venir a cotillear, que no había venido aún. ¿Y vosotros, veo que de compras?”
Estuvimos un rato hablando y me maravillaba su tranquilidad al hablar conmigo, teniendo a su mujer vestida tan sexy, y ella parecía disfrutar de ser el centro de atención de dos hombres. Con los pantalones cortos que llevaba yo, cada vez se me hacía más difícil disimular la erección creciente que me provocaban sus gestos, su sonrisa, sus caricias, cuando sin aparente importancia tocaba mi brazo… y creo que no lo pasó por alto, cuando descaradamente miró mi entrepierna, se mordió el labio y dijo: “Bueno, creo que me lo quedo, ya que os gusta tanto a los dos!” Y mientras iba hacia el probador, añade “Pero tendrás que ayudarme a sacármelo que me va muy pegado”. Su marido empieza a ir hacía ella, y de repente se gira y le dice, “Tu no, él”, señalándome a mi!!

Me quedo de piedra, y más cuando el marido me mira con una sonrisa cómplice y me hace un gesto de torero para darme paso hacía el probador donde ya está entrando su mujer. Como un autómata voy hacía ella y al ir a cerrar la cortina ella me para el brazo y sonriendo, hace que no con la cabeza, se da la vuelta y levanta los brazos. Mis manos se posan sobre sus muslos desnudos, donde termina el vestido y empiezan a subir lentamente, subiendo el vestido con ellas, sintiendo su suave piel. Su culo empieza a asomar y parece desnudo, hasta que veo que lleva un tanga de hilo color negro. Su respiración profunda, ahoga algún gemido al notar que mis manos dejan el lateral de se cuerpo, para dirigirse por su barriga hacia el bajo de sus pechos, para liberarlos del vestido… alucino al pensar lo que estoy haciendo, pero no puedo parar, noto sus pezones duros en mis palmas, pero tengo que seguir hasta quitárselo del todo. Ella echa su culo hacia atrás y se roza en mi entrepierna dura como una piedra. Momento que recuerdo que la cortina no está echada y su marido ¡está fuera! Lo miro, y está sonriendo con cara de placer y con la mano dentro de las bermudas, le devuelvo la sonrisa, y veo que mi querida vecina está apunto de ponerse el sujetador, la paro y le pregunto si es necesario. Ríe, se los tira a su marido y se pone el vestido floreado con el que había venido.

Pagan el vestido y salimos los tres. Me dicen que han venido en coche, lo tienen aparcado en un parking cercano, si quiero me acercan a casa que ellos también van para allá. Acepto y no dirigimos los tres hablando de banalidades, aunque las frases con doble sentido van ganando protagonismo.
Al ser verano en el parking no hay muchos coches ni muchos transeúntes y al llegar a su coche suelta un “Yo ya no aguanto más, ¡Vigila!”, le dice a su marido, y sin darme cuenta se pone de cuclillas frente a mi, me baja los pantalones y empieza una mamada espectacular, sus labios carnosos y su lengua me hacen tocar el cielo. Con la calentura de toda la tarde no aguantaré mucho, y cuando se lo digo, aumenta el ritmo y no para hasta que me corro en su boca y limpia hasta la última gota. Se levanta relamiéndose y nos fundimos en un beso lascivo, donde nuestras lenguas entran en batalla y mis manos estrujan sus nalgas con pasión.

Nos despegamos acalorados, es mi turno de darle placer, la siento sobre el capó del coche, le levanto la falda, aparto el tanga y descubro su conejito completamente depilado, húmedo y brillante que no puedo esperar ni un segundo en saborearlo. Mi lengua lo resigue lentamente deleitándome como un manjar, no puedo parar y sus gemidos indican la velocidad de mi lengua. No paro, cuando me dice que se corre, quiero llevarla hasta donde ella me ha hecho llegar y por los tacos y palabrotas que suelta y lo que le dice a su marido, creo que lo he logrado!

Nos adecentamos la ropa y nos montanos en el coche.
Para cuando más?
 
Me gustaría empezar diciendo que esto me paso hace unos años, que es real... pero no... todo es fruto de mi imaginación... Es la primera vez que me atrevo a subir un relato y exponerme a vuestros comentarios. Pongo lo que tengo escrito hasta el momento, pero seguiré escribiendo y si os gusta iré subiendo.
¡Empecemos!


Hace unos meses abrieron un mega sex-shop cerca de donde vivo, pero por diferentes motivos no había tenido la oportunidad de ir a visitarla, hasta hace unas semanas. Mi mujer y los niños iban a pasar una semana a casa de unos tíos de mi mujer que viven en Francia. Por suerte, por motivos laborales no podía acompañarlos, quizás exageré los problemas que teníamos en la empresa, y la comprensión de mi esposa, que sabe que al no hablar nada de francés, los días con sus parientes se me hacen eternos, me he quedado solo en casa 6 días, ¡6 gloriosos días de tranquilidad!

El sábado, a media tarde, después de haber despedido a la familia, me acordé que tenía la visita pendiente al sex-shop y decidí que me acercaría a investigar antes de ir a cenar con los amigos, y si veía algo que me gustara quizás haría un regalo a mi mujer para la vuelta.
Sobre las 17:00 entraba en ese santuario del placer. No había mucha clientela y me gustó, podría pasear tranquilo. Iba pasando por la cantidad de pasillos y alucinando con todos los juguetes expuestos, hasta que llego a la zona de ropa, voy viendo los diferentes modelos e imaginando como le quedarían a mi mujer, sumergido en mis calientes pensamientos, cuando levanto la mirada y fuera de los probadores veo a un vecino que parece esperar a alguien que está en el probador, sostiene una chaqueta y un bolso. Mi yo voyeur aparece y busco un escondite donde pueda ver con quien ha ido de compras mi vecino, será su mujer, será una amiguita… No tardo mucho en averiguarlo, del probador sale su mujer con un minivestido negro, arrapado como una segunda piel, lleno de agujeros a excepción de los puntos claves, pechos, entrepierna y culo. Da un par de vueltas sobre si misma lentamente, para que su marido pueda dar su opinión, y creo que por la cara que pone le gusta y le calienta tanto como a mi!

Son una pareja algo mayor que yo, normales, nada de gimnasio ni excesivas grasas, del montón. Ella morena, con el pelo ondulado, de complexión grandota, pero hasta ahora no podría haber definido su cuerpo, ya que nunca la había visto con una ropa tan ceñida! Tiene unos pechos generosos, sin ser escandalosos, una barriguita fruto de la edad y de los dos críos que tienen y un culo algo caído pero que me está enloqueciendo… El marido más delgado que ella, la típica pareja que se ve claramente que manda ella.

Se ponen a hablar del vestido, el marido resigue la piel que queda expuesta en los agujeros mientras le dice cosas que no llego a escuchar, y ella sonríe y viendo como reaccionan sus pezones, le gusta como suena.

No se que me pasa por la cabeza, que sin pensarlo o fruto de la calentura, me hago el distraído y avanzo hacía ellos, hasta que oigo un “¡Ei! ¿Que haces por aquí?” Me hago el sorprendido y me giro hacía ellos, “¡Hola! Que casualidad… pues me he quedado solo en casa y he aprovechado para venir a cotillear, que no había venido aún. ¿Y vosotros, veo que de compras?”
Estuvimos un rato hablando y me maravillaba su tranquilidad al hablar conmigo, teniendo a su mujer vestida tan sexy, y ella parecía disfrutar de ser el centro de atención de dos hombres. Con los pantalones cortos que llevaba yo, cada vez se me hacía más difícil disimular la erección creciente que me provocaban sus gestos, su sonrisa, sus caricias, cuando sin aparente importancia tocaba mi brazo… y creo que no lo pasó por alto, cuando descaradamente miró mi entrepierna, se mordió el labio y dijo: “Bueno, creo que me lo quedo, ya que os gusta tanto a los dos!” Y mientras iba hacia el probador, añade “Pero tendrás que ayudarme a sacármelo que me va muy pegado”. Su marido empieza a ir hacía ella, y de repente se gira y le dice, “Tu no, él”, señalándome a mi!!

Me quedo de piedra, y más cuando el marido me mira con una sonrisa cómplice y me hace un gesto de torero para darme paso hacía el probador donde ya está entrando su mujer. Como un autómata voy hacía ella y al ir a cerrar la cortina ella me para el brazo y sonriendo, hace que no con la cabeza, se da la vuelta y levanta los brazos. Mis manos se posan sobre sus muslos desnudos, donde termina el vestido y empiezan a subir lentamente, subiendo el vestido con ellas, sintiendo su suave piel. Su culo empieza a asomar y parece desnudo, hasta que veo que lleva un tanga de hilo color negro. Su respiración profunda, ahoga algún gemido al notar que mis manos dejan el lateral de se cuerpo, para dirigirse por su barriga hacia el bajo de sus pechos, para liberarlos del vestido… alucino al pensar lo que estoy haciendo, pero no puedo parar, noto sus pezones duros en mis palmas, pero tengo que seguir hasta quitárselo del todo. Ella echa su culo hacia atrás y se roza en mi entrepierna dura como una piedra. Momento que recuerdo que la cortina no está echada y su marido ¡está fuera! Lo miro, y está sonriendo con cara de placer y con la mano dentro de las bermudas, le devuelvo la sonrisa, y veo que mi querida vecina está apunto de ponerse el sujetador, la paro y le pregunto si es necesario. Ríe, se los tira a su marido y se pone el vestido floreado con el que había venido.

Pagan el vestido y salimos los tres. Me dicen que han venido en coche, lo tienen aparcado en un parking cercano, si quiero me acercan a casa que ellos también van para allá. Acepto y no dirigimos los tres hablando de banalidades, aunque las frases con doble sentido van ganando protagonismo.
Al ser verano en el parking no hay muchos coches ni muchos transeúntes y al llegar a su coche suelta un “Yo ya no aguanto más, ¡Vigila!”, le dice a su marido, y sin darme cuenta se pone de cuclillas frente a mi, me baja los pantalones y empieza una mamada espectacular, sus labios carnosos y su lengua me hacen tocar el cielo. Con la calentura de toda la tarde no aguantaré mucho, y cuando se lo digo, aumenta el ritmo y no para hasta que me corro en su boca y limpia hasta la última gota. Se levanta relamiéndose y nos fundimos en un beso lascivo, donde nuestras lenguas entran en batalla y mis manos estrujan sus nalgas con pasión.

Nos despegamos acalorados, es mi turno de darle placer, la siento sobre el capó del coche, le levanto la falda, aparto el tanga y descubro su conejito completamente depilado, húmedo y brillante que no puedo esperar ni un segundo en saborearlo. Mi lengua lo resigue lentamente deleitándome como un manjar, no puedo parar y sus gemidos indican la velocidad de mi lengua. No paro, cuando me dice que se corre, quiero llevarla hasta donde ella me ha hecho llegar y por los tacos y palabrotas que suelta y lo que le dice a su marido, creo que lo he logrado!

Nos adecentamos la ropa y nos montanos en el coche.
Muy bueno quedamos a la espera
 
Hola, gracias por los comentarios y las reacciones, y disculpad la demora, pero como no sabía si gustaría o no, no tenía nada escrito, y las vacaciones no han ayudado a poder escribir. Aquí va otro capitulo a ver que os parecen.
 
Última edición:
Los 10 minutos de trayecto en coche los pasamos ellos dos hablando y yo aún en estado de shock por lo que había pasado. Yo iba detrás, inmerso en mis pensamientos, nunca había sido infiel a mi mujer. En mi mente muchas, pero en la realidad nunca, y aunque me carcomía, no me podía engañar a mi mismo, lo había disfrutado demasiado, y había sido plenamente consciente de lo ocurrido, no tenía excusa.

Entramos directamente al parking de la finca y al bajar, supongo que vieron mi cara y entendieron que algo no iba bien, e intentaron animarme, que sería nuestro secreto, que había sido genial, que si me había gustado, que si estaba solo subiera con ellos a cenar y hablábamos. Sus críos estaban con los abuelos en el pueblo y tenían la casa para ellos. Al final me convencieron y subimos directamente a su casa. No sentamos en los sofás y sacaron algo para picar y una botella de vino.

Mientras cenábamos y bebíamos, me explicaron sus aventuras de pareja, disfrutaban del sexo, pero lo que más les gustaba era el roll de ama y sumiso, aunque todo era un juego, ya que no era que él no la satisfaga, sino todo lo contrario, pero él disfrutaba viéndola disfrutar con otro o incluso con otros a la vez!!! Siempre lo hacían lejos de donde vivimos, porque no querían que nadie se enterara de su secreto, pero me confesaron que alguna vez, cuando follaban solos habían fantaseado conmigo, y cuando me vieron en el sex-shop, no dudaron ni un momento en entrarme. Al oírlo, mi ego aumentó al mismo tiempo que mi calentura y la amargura de no poder tener esta relación con mi mujer, ya que las veces que había sacado el tema, me tachaba de cerdo y cerraba cualquier puerta a que se hicieran realidad algunas de mis fantasías, si bien no era la de cornudo, más bien un cambio de pareja, un trio (con otra mujer u otro hombre), ir a un club liberal… y estaba con los vecinos que las habían hecho todas realidad!

Al terminar de cenar, mi vecina se ofreció a prepararnos unas copas que aceptamos gustosamente, se levanto y nos quedamos los dos hombres hablando como vivía él que su mujer se follara a otros. Y su respuesta me sorprendió, "igual que ella cuando me ve follando con otros y otras". Que una cosa era el amor que sentían y otra cosa era el sexo, que se querían tanto que les encantaba verse disfrutar y como se contaban las sensaciones al llegar a casa y como se calentaban que siempre acababan follando!

Estábamos charlando cuando de repente baja la luz, empieza a sonar música “sexy” y aparece la vecina, con una bandeja con las copas y vestida con el nuevo vestido! Nos quedamos embobados viendo como se acerca al ritmo de la música, deja la bandeja en la mesita de centro, mostrándonos su escote en todo su esplendor, sin dejar de sonreír pícaramente. Nos sirve una copa a cada uno y se pone a bailar de una forma muy erótica… con el dedo me señala e indica que me levante. Doy un largo sorbo a mi copa y me levanto para colocarme delante y empezar a bailar con ella, sus manos se posan sobre mi pecho y las mías en su culo sin dejar de mirarnos a los ojos. Voy subiendo su vestido y descubro que debajo de él ¡no hay nada! Ella lo lee en mi cara y ríe divertida.
Nos empezamos a morrear y su marido se une a nosotros, ella entremedio de los dos gira la cara y le besa mientras cuatro manos recorren su cuerpo, cuando para, me mira y me pregunta, “¿Te apetece que juguemos los tres juntos?”, y mi respuesta fue, sonreír y volverla a besar con más ganas, si es que se puede.

La desudamos entre los dos, a la vez que ella nos va quitando prendas, hasta quedar los tres desnudos en medio del salón, fundidos en un beso donde las tres lenguas se enzarzan en una batalla épica y las manos acarician cuerpos sin importar de quien es. Sin darme cuenta ella retira su cara y me quedo besando con su marido, cuando me doy cuenta, paro de golpe asimilando lo que está pasando. Me estoy besando con un tío, su mano está en mi nalga, su mujer nos tiene a los dos cogidos por la polla, pajeándonos lentamente, mis manos están una en el culo de cada uno, y lo estoy disfrutando!! Los dos se ponen serios y me dicen si me han incomodado, que podemos hacer lo que a mi me apetezca, miro a cada uno a los ojos, y me llenan con sus miradas de lujuria, y me digo a la mierda, vamos a disfrutar, y como respuesta, pongo mi mano en la polla de él, y empiezo a pajear por primera vez una polla que no es la mía, y reprendo el morreo con mi primer tío, mientras oigo como ella grita de alegría poniéndose de cuclillas y empieza a lamer nuestras pollas.

Estoy desatado, me separo de él, y le digo si no le gustaría ayudar a su mujer, sonríe y se arrodilla junto a ella, y mientras él se encarga de mi polla, ella juega con mis testículos con sus manos y noto como su lengua se intenta abrir paso en mi culo, estoy gozando como hacía años que no lo hacía, las sensaciones se acumulan en mi cuerpo, hasta que siento que me voy a correr, se lo digo entre suspiros, ella se levanta y se pone tras de mi, con sus tetas clavadas en mi espalda, y me agarra la polla y empieza a pajearme con fuerza, apuntando hacía la boca de su marido que la abre con ganas de recibir su premio!
 
Con las prisas se me quedó un trocito para acabar de explicar como acabó la noche....
 
Las piernas me temblaban y me tire al sofá, contemplando como mis vecinos, arrodillados se besaban furiosamente y jugaban con mi corrida, como se la pasaban para acabar mi vecino tumbado en el suelo y ella cabalgándolo mientras se apretujaba sus tetas e iban soltando improperios sin ningún filtro: me encanta lo zorra que eres! Como he disfrutado compartiendo polla! entre otras muchas, la que me volvió a encender fue, cuando me mira y me dice, "Antes de que acabe la noche quiero vuestras pollas dentro de mi, quiero que me folles el culooooooo!" momento en que se corrieron y cayeron desplumados al suelo, fundidos en un abrazo.

Creo que nos quedamos dormidos, al menos yo, porque me desperté al oír movimiento, ya era noche cerrada y mis vecinos se estaban levantando del suelo y me decían que fuéramos a descansar a la cama que estaríamos más cómodos. Cogidos de la mano, nos fuimos los tres desnudos a su cama y nos tumbamos con ella en medio y quedamos profundamente dormidos medio abrazados...
 
Las piernas me temblaban y me tire al sofá, contemplando como mis vecinos, arrodillados se besaban furiosamente y jugaban con mi corrida, como se la pasaban para acabar mi vecino tumbado en el suelo y ella cabalgándolo mientras se apretujaba sus tetas e iban soltando improperios sin ningún filtro: me encanta lo zorra que eres! Como he disfrutado compartiendo polla! entre otras muchas, la que me volvió a encender fue, cuando me mira y me dice, "Antes de que acabe la noche quiero vuestras pollas dentro de mi, quiero que me folles el culooooooo!" momento en que se corrieron y cayeron desplumados al suelo, fundidos en un abrazo.

Creo que nos quedamos dormidos, al menos yo, porque me desperté al oír movimiento, ya era noche cerrada y mis vecinos se estaban levantando del suelo y me decían que fuéramos a descansar a la cama que estaríamos más cómodos. Cogidos de la mano, nos fuimos los tres desnudos a su cama y nos tumbamos con ella en medio y quedamos profundamente dormidos medio abrazados...
Que morbazo,uff
 
Muchas gracias por los comentarios!! El morbazo es escribirlo, imaginando a mis vecinos en estas situaciones, acabo siempre escribiendo empalmado!
Creo que aún pueden pasar más cosas....
 
Muchas gracias por los comentarios!! El morbazo es escribirlo, imaginando a mis vecinos en estas situaciones, acabo siempre escribiendo empalmado!
Creo que aún pueden pasar más cosas....
Sigue contando 😜
 
Vuestros deseos son ordenes para mi!
 
Me desperté al notar como alguien jugaba con mi polla, el sol que entraba por los agujeros de la persiana me permitió ver como unos cabellos ondulados, estaban en mi entrepierna, besando y lamiendo mi polla. Cuando dije "Buenos días", sus ojos color miel se clavaron en los míos y risueñamente dijo "Y aún serán mejores", y siguió con sus manualidades sin dejar de mirar fijamente. tal como estaba, arrodillada entre mis piernas, veía sus ojos y su culo en pompa que tan caliente me pone! me dice que cierre los ojos y disfrute, que ella ya lo está haciendo. Le hago caso y me centro en las sensaciones que provoca en mi entrepierna, sus labios, su lengua, sus manos....

Estaba como en un sueño, que desperté de golpe al sentir un cachetazo y un grito, abro lo ojos de golpe y era el vecino, que acababa de propinar un cachete a su mujer, mientras decía, "Yo que os iba a decir si desayunábamos pero veo que alguna ya está comiendo", no reímos y continuaba, "pero bueno, este coñito creo que está hambriento!", se ve, que después del cachete, no quito su mano y le estaba acariciando las nalgas, y los dedos jugaban con sus agujeros, hasta que se agacho tras de ella, y empezó a darle lengua. Todo eso me lo imaginaba por los gemidos y comentarios de ellos. Al cabo de unos instantes, ella se levantó y dijo, "Ya no aguanto más! os quiero dentro de mi!". Su marido se tumbó a mi lado, con la polla tan dura como la mía, ella se sentó sobre el, y tiró su cuerpo hacía delante, hasta dejarle las tetas a la altura de su boca. No me hicieron falta instrucciones, para saber cual era mi posición, me levanté y me situé detrás de ella y lentamente fui penetrando su culo lentamente... que gran trabajo había hecho su marido, y que entrenado lo tenía, como se la tragaba!

Una vez los tres acoplados y ella se acomodó las dos pollas a su interior, y de unos cuantos resoplidos y varias palabras incomprensibles, nos empezamos a mover, costó un poco coger el ritmo, pero cuando nos sincronizamos fue espectacular, los gemidos y soplidos iban en aumento, como ella movía sus caderas y oía sus palabras de lejos, tan inmerso en el placer que me provocaba y estaba alucinando que estaba cumpliendo una fantasía que ya pensaba que nunca haría realidad, y como como se suele decir, la realidad supera la ficción, y ni en mis sueños pensé que disfrutaría tanto. Me sacó de mis pensamientos el grito de ella de "Me corrooooo", y con unos espasmos se nos saco de encima y cayo rendida a un lado de la cama, dejándonos a los dos cara a cara, con lo cual, nuestras pollas quedan en contacto, y con unos leves movimientos se van rozando y se nos dibuja una sonrisa en nuestras caras, al tiempo que vamos aumentando los movimientos, su mano agarra las dos pollas y empiezo a follar su mano y su polla, lastima que en pocos segundos nos empezamos a correr gruñendo como osos!

Me volví a quedar medio dormido, no estoy acostumbrado a hacer tan ejercicio y el cuerpo lo nota, pero me despertó el ruido de la ducha y las risas que salían del baño. Mis vecinos se estaban duchando y por lo que parecía estaban contentos de lo sucedido en las últimas horas, y por los susurros que me llegaban y algunas palabras sueltas se confesaban las sensaciones que habían tenido. No os engañaré que sentía una cierta envidia por esa relación tan sana y desinhibida que tenían y me sentía culpable por los cuernos que estaban creciendo en la cabeza de mi mujer, pero, joder, que bien me lo estaba pasando y no quería que terminara.

Al cabo de poco rato, salieron los dos desnudos del baño y me dijeron que si quería ducharme adelante, que iban a preparar algo de comer, que ya eran casi las 15 de la tarde. Me sorprendió ver como salían de la habitación desnudos, supongo que con lo fogosos que son, cuando les pilla la calentura van directo al grano.
Me duché y desnudo fui hacía la cocina, donde oí que estaban trasteando. Al entrar me volvieron a sorprender, estaban los dos cocinando de espaldas a la puerta, los dos desnudos, pero con un delantal, ver sus dos culos adornados por un lacito y ver el lateral de sus pechos intentando escapar del delantal, hizo que mi polla empezara a despertar de nuevo, me iban a matar! al oírme entrar, se giraron y me ofrecieron una cerveza, me senté en un taburete a beberla. Les pregunté si siempre iban desnudos por casa, y me decían que siempre que estaban solos, la mayor parte del tiempo iban así o en ropa interior, pero que era la primera vez que tenían un invitado y los tres iban sin ropa.

Estábamos hablando de banalidades, pero mis ojos y mi mente no perdía detalle del movimiento de esos dos culos, que se me hacían deliciosos y muy morbosos. Con el último sorbo de la cerveza me levante y situándome entre ellos dos, puse una mano en cada culo, y dije, "creo que la comida va a tener que esperar, porque con el espectáculo que me habéis estado ofreciendo se me ha despertado otro apetito..." mientras hablaba iba masajeando sus nalgas y algún dedo se adentraba tímidamente en su agujerito... los dos se apoyaron a la encimera con los codos, así dejaban más expuestos sus culitos, y lo aproveché chupando mis dedos, y empezando a penetrarlos y dibujando círculos en su interior. Seguí jugando con sus culos, añadiendo alguna cachetada que les hacía suspirar, hasta que ella me dijo, "me muero de ganas de ver como te follas el culo de mi mariquita". Saqué las manos de sus culos, y me posicioné a unos centímetros detrás de él, y le dije a ella, "Quieres ayudarnos", a ella se le dibujo una sonrisa traviesa y poniéndose de cuclillas empezó a ensalivar el culo de su marido y con la mano empezó a pajearme para ponérmela aún más dura. Al poco rato, empezó a acercar mi polla hasta el agujero que había dilatado con tanto esmero. Empecé a hacer presión y mi polla se abría paso lentamente, parando cuando los gruñidos de mi primer amante aumentaban de volumen, cuando se relajaba seguía mi camino, hasta que la tuve toda dentro. Mi vecina se había situado en un lateral, sentada en un taburete donde tenía una visión perfecta de la follada, se había deshecho del delantal, y ya tenía una mano acariciándose el coño y la otra jugando con su pezón.

Me agarré de su cintura, y empecé a sacarla lentamente, y antes de que saliera se la volví a clavar, él resoplaba y yo le decía que tenía uno de los mejores culos que había follado, si quería más o paraba ya. Él respondió con algún insulto, que le follará duro, y no lo pensé dos veces y aumenté el ritmo progresivamente, mirando fijamente a los ojos de mi vecina que se masturbaba al mismo ritmo. Estaba apunto de correrme cuando oigo que mi vecino grita ¡me corro!, no se estaba tocando y se iba a correr, eso me puso a 100 y exploté llenándole su culo justo cuando nos mojó la corrida de ella que explotó en un sonoro orgasmo.
 
Como veo que algunos me leéis, y parece que gusta, me voy animando a publicar más situaciones que imagino. Es como una adicción, no puedo parar de imaginar situaciones y escribirlas. Si alguien tiene alguna idea o fantasía, para que la llevemos a cabo con mis vecinos, será bien recibida, por aquí o por privado.
 
Cuando las pulsaciones volvieron a la normalidad y después de lavarnos un poco, comimos como animales debido a las energías gastadas. Al terminar ya era media tarde, y tenía que irme ya que había quedado con mi mujer para hacer una videoconferencia con los niños, la tenía que hacer desde casa, además si me quedaba allí no descansaría nada y al día siguiente tenía que ir a trabajar, así que me fui a casa. Después de hablar con los niños me quede dormido en el sofá, hasta que me despertó la alarma, ya era hora de ir a trabajar.

Por la tarde, estaba en casa cuando sonó el timbre, al abrir me encontré con la vecina sonriendo, la hago pasar, y le digo "¿que haces aquí? te podría haber visto algún vecino del rellano" a lo que ella me contesta, que lo tenía todo controlado, y que sabía que los dos vecinos que hay en el rellano no estaban, los que faltaban se habían ido de vacaciones esa misma mañana, así que estaba solo en el rellano, y como su marido trabajaba de tarde, estaba sola en casa y se aburría, y ha pensado que podía hacerme una visita. Y mientras decía esto dejaba caer su vestido al suelo y se mostraba completamente desnuda. Esa imagen, hizo que se dibujara un bulto en los pantalones cortos que llevaba, se mordió el labio y empezó a acariciarlo, yo llevé una mano a su teta, y empecé a jugar con su pezón que se endureció rápidamente.

En esta situación me dijo que tenía una fantasía que nunca había podido llevar a cabo y quizás la podría ayudar. Me extraño esa revelación, pues pensaba que lo habían hecho todo! Evidentemente no me podía negar a nada, y le dije que si estaba en mi mano lo haríamos realidad. Con un poco de timidez, y si saber como decirlo, titubeando dijo que la fantasía era ponerse la lencería de otra mujer, sin que ella lo supiese y exhibirse delante de su amante. No sabía que decirle, pero la insistencia de sus caricias sobre mis pantalones, y con todo lo que habíamos hecho juntos, no me pude negar. La cogí de la mano y la llevé hasta nuestra habitación y le abrí el cajón donde mi mujer guarda la ropa interior. Me hizo dejarla sola y que la esperara en el comedor, que quería que fuese una sorpresa.

Al cabo de 10 minutos, que me parecieron una eternidad, apareció en el comedor, vestida con un body rojo con transparencias, que hacía años había regalado a mi mujer por fin de año, que creo que solo se había puesto una vez o dos. Como ella tiene más pecho que mi mujer, parecía que estuviera a punto de salirle por encima las tetas. Al verla me puse en pie de golpe, y supongo por como se reía con una cara de tonto flipado, que daba miedo! Una vez pasada la impresión inicial, de verla con el body de mi mujer, y que estaba radiante y muy sexy, no pude evitar decirle que le quedaría mejor así, mientras le sacaba las tetas del sujetador. Le dije, que si quería exhibirse que fuera a la cocina y me trajera una cerveza, se dio la vuelta, y al ver ese culo solo tapado por una tira central y otras dos tiras que iban hacia el lateral, no pude evitar darle un sonoro cachetazo que le hizo dar un gritito y salir corriendo. Al alejarse pude ver que también se había puesto unos zapatos de tacón de mi mujer que le estilizaban las piernas y le subían el culo, que culo!

Al volver de la cocina, la intercepté a la altura de la mesa del comedor, y cogiéndola por las caderas la empotré contra la mesa, al oído le decía que me había puesto a 100 con su fantasía, y que ahora no podría escaparse de que la follase duro, ella solo respiraba profundamente y asentía, mis manos recorrían todo su cuerpo, una mano estrujaba sus tetas y la otra jugaba con su coño por encima la tela. Después de un rato así, y ella moviendo su culo para rozarse con mi polla, me dijo que la follara ya! Le respondí que me sabía mal por su marido, que estaba trabajando, que quizás le gustaría saber lo que hacíamos, todo era parte del juego para ponerla más caliente o a ver como reaccionaba. Riendo me dijo que era muy malo, pero seguro que su marido estaría encantado de recibir alguna foto, ya que estaba solo en el despacho y estaría muy aburrido. Me separé de ella, bajándome el pantalón, ella se apoyo en la mesa sacando su culo, le aparté la tira del tanga, y sin demora la penetré, previo empezar una videollamada con su marido. Al descolgar, su cara fue un poema, al ver como tenía a su esposa, y nos recriminó, en tono de broma lo bien que nos lo pasábamos en su ausencia. Su coño estaba empapado y caliente, cada embestida hacía mover toda la mesa y un ooooh se escapada de su boca. Le había pasado el teléfono para que lo sujetara y que nuestro espectador pudiera vernos a los dos, pero yo también tenía ganas de ver esa cara de vicio con la lencería que llevaba, así que le di la vuelta y la senté encima de la mesa, y nos empezamos a besar salvajemente. Acerqué su culo al borde de la mesa, aparte el body y la penetré hasta el fondo, cuando le dije que estaba muy húmeda me contestó que des del momento que acepté hacer realidad su fantasía ya se había puesto cachonda y al tocar la ropa interior de mi mujer había notado alguna gota resbalando por su muslo. Al oírle decir esto mi ritmo de embestidas aumento, ella se dejó caer sobre la mesa, y la visión de ver sus tetas moverse enloquecidas, sus bocanadas de aire, sus gemidos, avivaban mi fuego interior y sujetándola por las caderas mis embestidas se iban haciendo más rápidas y fuertes. No iba a aguantar mucho y cuando se lo dije, a modo de respuesta empezó a gritar de placer, e hizo que explotara yo también... De repente oímos una voz, era su marido des del móvil que había quedado apoyado en una silla y había sido testigo de la follada. Al mirarlo, lo vimos con la polla en la mano y todo perdido por la corrida que acababa de tener. Se cagó en nosotros, porque ahora no sabía como limpiar ese desperdicio y aún le quedaban un par de hora de trabajo, nos reímos los tres, y finalizamos la llamada y nos fuimos al sofá a descansar y a tomarnos la cerveza que ya se había empezado a calentar...

Estuvimos un rato charlando, hasta que me dijo que se iba, que estaba apunto de llegar su marido, y ella mañana madrugaba. Fue al baño a limpiarse un poco, y al regresar venía con el body en la mano, pero para mi sorpresa se había puesto otro conjunto de mi mujer, esta vez un conjunto de leopardo, esta vez si que las tetas le salían, hasta se le veía parte de la aureola... se puso el vestido que aún estaba en el recibidor, me dio un pico y se despidió con un "Mañana te lo devuelvo..."
 
Cuando las pulsaciones volvieron a la normalidad y después de lavarnos un poco, comimos como animales debido a las energías gastadas. Al terminar ya era media tarde, y tenía que irme ya que había quedado con mi mujer para hacer una videoconferencia con los niños, la tenía que hacer desde casa, además si me quedaba allí no descansaría nada y al día siguiente tenía que ir a trabajar, así que me fui a casa. Después de hablar con los niños me quede dormido en el sofá, hasta que me despertó la alarma, ya era hora de ir a trabajar.

Por la tarde, estaba en casa cuando sonó el timbre, al abrir me encontré con la vecina sonriendo, la hago pasar, y le digo "¿que haces aquí? te podría haber visto algún vecino del rellano" a lo que ella me contesta, que lo tenía todo controlado, y que sabía que los dos vecinos que hay en el rellano no estaban, los que faltaban se habían ido de vacaciones esa misma mañana, así que estaba solo en el rellano, y como su marido trabajaba de tarde, estaba sola en casa y se aburría, y ha pensado que podía hacerme una visita. Y mientras decía esto dejaba caer su vestido al suelo y se mostraba completamente desnuda. Esa imagen, hizo que se dibujara un bulto en los pantalones cortos que llevaba, se mordió el labio y empezó a acariciarlo, yo llevé una mano a su teta, y empecé a jugar con su pezón que se endureció rápidamente.

En esta situación me dijo que tenía una fantasía que nunca había podido llevar a cabo y quizás la podría ayudar. Me extraño esa revelación, pues pensaba que lo habían hecho todo! Evidentemente no me podía negar a nada, y le dije que si estaba en mi mano lo haríamos realidad. Con un poco de timidez, y si saber como decirlo, titubeando dijo que la fantasía era ponerse la lencería de otra mujer, sin que ella lo supiese y exhibirse delante de su amante. No sabía que decirle, pero la insistencia de sus caricias sobre mis pantalones, y con todo lo que habíamos hecho juntos, no me pude negar. La cogí de la mano y la llevé hasta nuestra habitación y le abrí el cajón donde mi mujer guarda la ropa interior. Me hizo dejarla sola y que la esperara en el comedor, que quería que fuese una sorpresa.

Al cabo de 10 minutos, que me parecieron una eternidad, apareció en el comedor, vestida con un body rojo con transparencias, que hacía años había regalado a mi mujer por fin de año, que creo que solo se había puesto una vez o dos. Como ella tiene más pecho que mi mujer, parecía que estuviera a punto de salirle por encima las tetas. Al verla me puse en pie de golpe, y supongo por como se reía con una cara de tonto flipado, que daba miedo! Una vez pasada la impresión inicial, de verla con el body de mi mujer, y que estaba radiante y muy sexy, no pude evitar decirle que le quedaría mejor así, mientras le sacaba las tetas del sujetador. Le dije, que si quería exhibirse que fuera a la cocina y me trajera una cerveza, se dio la vuelta, y al ver ese culo solo tapado por una tira central y otras dos tiras que iban hacia el lateral, no pude evitar darle un sonoro cachetazo que le hizo dar un gritito y salir corriendo. Al alejarse pude ver que también se había puesto unos zapatos de tacón de mi mujer que le estilizaban las piernas y le subían el culo, que culo!

Al volver de la cocina, la intercepté a la altura de la mesa del comedor, y cogiéndola por las caderas la empotré contra la mesa, al oído le decía que me había puesto a 100 con su fantasía, y que ahora no podría escaparse de que la follase duro, ella solo respiraba profundamente y asentía, mis manos recorrían todo su cuerpo, una mano estrujaba sus tetas y la otra jugaba con su coño por encima la tela. Después de un rato así, y ella moviendo su culo para rozarse con mi polla, me dijo que la follara ya! Le respondí que me sabía mal por su marido, que estaba trabajando, que quizás le gustaría saber lo que hacíamos, todo era parte del juego para ponerla más caliente o a ver como reaccionaba. Riendo me dijo que era muy malo, pero seguro que su marido estaría encantado de recibir alguna foto, ya que estaba solo en el despacho y estaría muy aburrido. Me separé de ella, bajándome el pantalón, ella se apoyo en la mesa sacando su culo, le aparté la tira del tanga, y sin demora la penetré, previo empezar una videollamada con su marido. Al descolgar, su cara fue un poema, al ver como tenía a su esposa, y nos recriminó, en tono de broma lo bien que nos lo pasábamos en su ausencia. Su coño estaba empapado y caliente, cada embestida hacía mover toda la mesa y un ooooh se escapada de su boca. Le había pasado el teléfono para que lo sujetara y que nuestro espectador pudiera vernos a los dos, pero yo también tenía ganas de ver esa cara de vicio con la lencería que llevaba, así que le di la vuelta y la senté encima de la mesa, y nos empezamos a besar salvajemente. Acerqué su culo al borde de la mesa, aparte el body y la penetré hasta el fondo, cuando le dije que estaba muy húmeda me contestó que des del momento que acepté hacer realidad su fantasía ya se había puesto cachonda y al tocar la ropa interior de mi mujer había notado alguna gota resbalando por su muslo. Al oírle decir esto mi ritmo de embestidas aumento, ella se dejó caer sobre la mesa, y la visión de ver sus tetas moverse enloquecidas, sus bocanadas de aire, sus gemidos, avivaban mi fuego interior y sujetándola por las caderas mis embestidas se iban haciendo más rápidas y fuertes. No iba a aguantar mucho y cuando se lo dije, a modo de respuesta empezó a gritar de placer, e hizo que explotara yo también... De repente oímos una voz, era su marido des del móvil que había quedado apoyado en una silla y había sido testigo de la follada. Al mirarlo, lo vimos con la polla en la mano y todo perdido por la corrida que acababa de tener. Se cagó en nosotros, porque ahora no sabía como limpiar ese desperdicio y aún le quedaban un par de hora de trabajo, nos reímos los tres, y finalizamos la llamada y nos fuimos al sofá a descansar y a tomarnos la cerveza que ya se había empezado a calentar...

Estuvimos un rato charlando, hasta que me dijo que se iba, que estaba apunto de llegar su marido, y ella mañana madrugaba. Fue al baño a limpiarse un poco, y al regresar venía con el body en la mano, pero para mi sorpresa se había puesto otro conjunto de mi mujer, esta vez un conjunto de leopardo, esta vez si que las tetas le salían, hasta se le veía parte de la aureola... se puso el vestido que aún estaba en el recibidor, me dio un pico y se despidió con un "Mañana te lo devuelvo..."
Espectacular relato sigue por favor
 
Cuando las pulsaciones volvieron a la normalidad y después de lavarnos un poco, comimos como animales debido a las energías gastadas. Al terminar ya era media tarde, y tenía que irme ya que había quedado con mi mujer para hacer una videoconferencia con los niños, la tenía que hacer desde casa, además si me quedaba allí no descansaría nada y al día siguiente tenía que ir a trabajar, así que me fui a casa. Después de hablar con los niños me quede dormido en el sofá, hasta que me despertó la alarma, ya era hora de ir a trabajar.

Por la tarde, estaba en casa cuando sonó el timbre, al abrir me encontré con la vecina sonriendo, la hago pasar, y le digo "¿que haces aquí? te podría haber visto algún vecino del rellano" a lo que ella me contesta, que lo tenía todo controlado, y que sabía que los dos vecinos que hay en el rellano no estaban, los que faltaban se habían ido de vacaciones esa misma mañana, así que estaba solo en el rellano, y como su marido trabajaba de tarde, estaba sola en casa y se aburría, y ha pensado que podía hacerme una visita. Y mientras decía esto dejaba caer su vestido al suelo y se mostraba completamente desnuda. Esa imagen, hizo que se dibujara un bulto en los pantalones cortos que llevaba, se mordió el labio y empezó a acariciarlo, yo llevé una mano a su teta, y empecé a jugar con su pezón que se endureció rápidamente.

En esta situación me dijo que tenía una fantasía que nunca había podido llevar a cabo y quizás la podría ayudar. Me extraño esa revelación, pues pensaba que lo habían hecho todo! Evidentemente no me podía negar a nada, y le dije que si estaba en mi mano lo haríamos realidad. Con un poco de timidez, y si saber como decirlo, titubeando dijo que la fantasía era ponerse la lencería de otra mujer, sin que ella lo supiese y exhibirse delante de su amante. No sabía que decirle, pero la insistencia de sus caricias sobre mis pantalones, y con todo lo que habíamos hecho juntos, no me pude negar. La cogí de la mano y la llevé hasta nuestra habitación y le abrí el cajón donde mi mujer guarda la ropa interior. Me hizo dejarla sola y que la esperara en el comedor, que quería que fuese una sorpresa.

Al cabo de 10 minutos, que me parecieron una eternidad, apareció en el comedor, vestida con un body rojo con transparencias, que hacía años había regalado a mi mujer por fin de año, que creo que solo se había puesto una vez o dos. Como ella tiene más pecho que mi mujer, parecía que estuviera a punto de salirle por encima las tetas. Al verla me puse en pie de golpe, y supongo por como se reía con una cara de tonto flipado, que daba miedo! Una vez pasada la impresión inicial, de verla con el body de mi mujer, y que estaba radiante y muy sexy, no pude evitar decirle que le quedaría mejor así, mientras le sacaba las tetas del sujetador. Le dije, que si quería exhibirse que fuera a la cocina y me trajera una cerveza, se dio la vuelta, y al ver ese culo solo tapado por una tira central y otras dos tiras que iban hacia el lateral, no pude evitar darle un sonoro cachetazo que le hizo dar un gritito y salir corriendo. Al alejarse pude ver que también se había puesto unos zapatos de tacón de mi mujer que le estilizaban las piernas y le subían el culo, que culo!

Al volver de la cocina, la intercepté a la altura de la mesa del comedor, y cogiéndola por las caderas la empotré contra la mesa, al oído le decía que me había puesto a 100 con su fantasía, y que ahora no podría escaparse de que la follase duro, ella solo respiraba profundamente y asentía, mis manos recorrían todo su cuerpo, una mano estrujaba sus tetas y la otra jugaba con su coño por encima la tela. Después de un rato así, y ella moviendo su culo para rozarse con mi polla, me dijo que la follara ya! Le respondí que me sabía mal por su marido, que estaba trabajando, que quizás le gustaría saber lo que hacíamos, todo era parte del juego para ponerla más caliente o a ver como reaccionaba. Riendo me dijo que era muy malo, pero seguro que su marido estaría encantado de recibir alguna foto, ya que estaba solo en el despacho y estaría muy aburrido. Me separé de ella, bajándome el pantalón, ella se apoyo en la mesa sacando su culo, le aparté la tira del tanga, y sin demora la penetré, previo empezar una videollamada con su marido. Al descolgar, su cara fue un poema, al ver como tenía a su esposa, y nos recriminó, en tono de broma lo bien que nos lo pasábamos en su ausencia. Su coño estaba empapado y caliente, cada embestida hacía mover toda la mesa y un ooooh se escapada de su boca. Le había pasado el teléfono para que lo sujetara y que nuestro espectador pudiera vernos a los dos, pero yo también tenía ganas de ver esa cara de vicio con la lencería que llevaba, así que le di la vuelta y la senté encima de la mesa, y nos empezamos a besar salvajemente. Acerqué su culo al borde de la mesa, aparte el body y la penetré hasta el fondo, cuando le dije que estaba muy húmeda me contestó que des del momento que acepté hacer realidad su fantasía ya se había puesto cachonda y al tocar la ropa interior de mi mujer había notado alguna gota resbalando por su muslo. Al oírle decir esto mi ritmo de embestidas aumento, ella se dejó caer sobre la mesa, y la visión de ver sus tetas moverse enloquecidas, sus bocanadas de aire, sus gemidos, avivaban mi fuego interior y sujetándola por las caderas mis embestidas se iban haciendo más rápidas y fuertes. No iba a aguantar mucho y cuando se lo dije, a modo de respuesta empezó a gritar de placer, e hizo que explotara yo también... De repente oímos una voz, era su marido des del móvil que había quedado apoyado en una silla y había sido testigo de la follada. Al mirarlo, lo vimos con la polla en la mano y todo perdido por la corrida que acababa de tener. Se cagó en nosotros, porque ahora no sabía como limpiar ese desperdicio y aún le quedaban un par de hora de trabajo, nos reímos los tres, y finalizamos la llamada y nos fuimos al sofá a descansar y a tomarnos la cerveza que ya se había empezado a calentar...

Estuvimos un rato charlando, hasta que me dijo que se iba, que estaba apunto de llegar su marido, y ella mañana madrugaba. Fue al baño a limpiarse un poco, y al regresar venía con el body en la mano, pero para mi sorpresa se había puesto otro conjunto de mi mujer, esta vez un conjunto de leopardo, esta vez si que las tetas le salían, hasta se le veía parte de la aureola... se puso el vestido que aún estaba en el recibidor, me dio un pico y se despidió con un "Mañana te lo devuelvo..."
Genial! Vaya vecinos tan viciosos, me encanta!
Espero que sigas contando!
 
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