Buenos vecinos

Al día siguiente, estaba trabajando cuando recibo un mensaje de la vecina diciendo, que cuando llegue a casa suba a su casa que me devolverá la lencería que se llevó, y si quiero subirle otra que encantada se la pondrá, pero con la única condición que la lencería que suba la tengo que llevar puesta yo. Me reí con su ocurrencia, y puestos a jugar acepté el trato. Y añadió que para que no me sintiera solo, su marido también iría en lencería y ella… seguro que me gustaría como iría. Me gustaba el cambio de roll que me ofrecía, y mi mente ya nos veía como unas putitas al servicio de su macho.

Creo que estuve toda la mañana empalmado, pensando que me pondría y que me tenían preparado para la tarde.

Al llegar a casa, fui directo al cajón de la ropa interior de mi mujer y empecé a buscar que me podía poner, ardua tarea, ya que tenía que encontrar algo que me cupiera y que fuera sexy… al final encontré un tanga lila que estaba dado y me cabía y el sujetador a juego. Tienen unas transparencias que cuando se lo pone mi mujer me pone bastante cachondo, y ahora que me lo he puesto me ha puesto muy cerdo, no se si por como me queda, porque me verán los vecinos o porque se lo pondría mi vecina también. Era una montaña rusa de emociones!

Me puse unos pantalones cortos y una camiseta y mandé un mensaje a mis vecinos diciendo que ya estaba listo y si ellos estaban en casa. Me respondieron que subiera en 10 minutos. Esperé y cogí el ascensor, al llegar a su puerta, estaba entornada, la abrí y encontré una nota que decía, “cierra la puerta, quedate en lencería, ponte esta peluca y ven al comedor”.

Me desnudé y con la ropa interior de mi mujer y la peluca morena, viendome en el espejo del recibidor me sentía ridiculo pero excitado. Me dirigí hacía el comedor y al abrir la puerta, vi a mi vecina de pie, desnuda, con unos tacones de palmo y un arnés con una polla enorme. Mi vecino arrodillado con un tanga i sujetador azul claro, una peluca rubia y lamiendo la polla de mi vecina.

Cuando me vio mi vecina, su cara se iluminó y me encantó la cara de vicio que puso, y como me decía lo guapa que estaba, que me diera una vuelta, porque quería ver lo que se iba a comer esa tarde. Yo obedecía sin decir nada, me atrajo hacía ella y nos empezamos a besar, ella estrujaba mi culo y masajeaba el sujetador como si tuviera tetas, mientras me calentaba con sus palabras.

Poco a poco me hizo arrodillar al lado de su marido para que em enseñara como tiene que dar placer una buena putita a su macho. Nuestras bocas y lenguas jugaban con esa polla de plástico, pero que en mi mente era una real y de carne. Él me cogía la cabeza y me indicaba como lo tenía que hacer, era mi maestra.

Pasado un rato, nos hizo poner de rodillas sobre el sofá, uno al lado de otro, muy juntos. Nos apartó el tanga y empezó a lubricar nuestros culos, mientras nos daba cachetadas cada vez más sonoras y sus palabras aumentaban nuestra calentura. Cuando vió que ya estabamos preparados, comenzó a penetrarme lentamente hasta el fondo, momento en que agarró mi polla para pajearme. Estuvo un rato follándome lentamente, me la sacó y pasó a penetrar a su marido, si dejar de jugar con sus dedos en mi culo, para que no se enfriara. Iba pasa de un culo a otro, cada vez más fuerte, con más ganas, se iba corriendo escandalosamente, pero no paraba de poseernos. Cuando su marido se corrió le dijo que la ayudara a que me corriese yo, ahora mi vecina me estaba follando el culo y yo me follaba la boca de mi vecino, y evidentemente duré muy poco!

Caímos rendidos en el sofá, unos encima de los otros, acariciandonos lentamente, recuperando el aliento. Ella se sacó el arnés y me desnudó para ponerse la lencaría que llevaba y se fué a su habitación a ver como le quedaba.
 
Me desperté al notar como alguien jugaba con mi polla, el sol que entraba por los agujeros de la persiana me permitió ver como unos cabellos ondulados, estaban en mi entrepierna, besando y lamiendo mi polla. Cuando dije "Buenos días", sus ojos color miel se clavaron en los míos y risueñamente dijo "Y aún serán mejores", y siguió con sus manualidades sin dejar de mirar fijamente. tal como estaba, arrodillada entre mis piernas, veía sus ojos y su culo en pompa que tan caliente me pone! me dice que cierre los ojos y disfrute, que ella ya lo está haciendo. Le hago caso y me centro en las sensaciones que provoca en mi entrepierna, sus labios, su lengua, sus manos....

Estaba como en un sueño, que desperté de golpe al sentir un cachetazo y un grito, abro lo ojos de golpe y era el vecino, que acababa de propinar un cachete a su mujer, mientras decía, "Yo que os iba a decir si desayunábamos pero veo que alguna ya está comiendo", no reímos y continuaba, "pero bueno, este coñito creo que está hambriento!", se ve, que después del cachete, no quito su mano y le estaba acariciando las nalgas, y los dedos jugaban con sus agujeros, hasta que se agacho tras de ella, y empezó a darle lengua. Todo eso me lo imaginaba por los gemidos y comentarios de ellos. Al cabo de unos instantes, ella se levantó y dijo, "Ya no aguanto más! os quiero dentro de mi!". Su marido se tumbó a mi lado, con la polla tan dura como la mía, ella se sentó sobre el, y tiró su cuerpo hacía delante, hasta dejarle las tetas a la altura de su boca. No me hicieron falta instrucciones, para saber cual era mi posición, me levanté y me situé detrás de ella y lentamente fui penetrando su culo lentamente... que gran trabajo había hecho su marido, y que entrenado lo tenía, como se la tragaba!

Una vez los tres acoplados y ella se acomodó las dos pollas a su interior, y de unos cuantos resoplidos y varias palabras incomprensibles, nos empezamos a mover, costó un poco coger el ritmo, pero cuando nos sincronizamos fue espectacular, los gemidos y soplidos iban en aumento, como ella movía sus caderas y oía sus palabras de lejos, tan inmerso en el placer que me provocaba y estaba alucinando que estaba cumpliendo una fantasía que ya pensaba que nunca haría realidad, y como como se suele decir, la realidad supera la ficción, y ni en mis sueños pensé que disfrutaría tanto. Me sacó de mis pensamientos el grito de ella de "Me corrooooo", y con unos espasmos se nos saco de encima y cayo rendida a un lado de la cama, dejándonos a los dos cara a cara, con lo cual, nuestras pollas quedan en contacto, y con unos leves movimientos se van rozando y se nos dibuja una sonrisa en nuestras caras, al tiempo que vamos aumentando los movimientos, su mano agarra las dos pollas y empiezo a follar su mano y su polla, lastima que en pocos segundos nos empezamos a correr gruñendo como osos!

Me volví a quedar medio dormido, no estoy acostumbrado a hacer tan ejercicio y el cuerpo lo nota, pero me despertó el ruido de la ducha y las risas que salían del baño. Mis vecinos se estaban duchando y por lo que parecía estaban contentos de lo sucedido en las últimas horas, y por los susurros que me llegaban y algunas palabras sueltas se confesaban las sensaciones que habían tenido. No os engañaré que sentía una cierta envidia por esa relación tan sana y desinhibida que tenían y me sentía culpable por los cuernos que estaban creciendo en la cabeza de mi mujer, pero, joder, que bien me lo estaba pasando y no quería que terminara.

Al cabo de poco rato, salieron los dos desnudos del baño y me dijeron que si quería ducharme adelante, que iban a preparar algo de comer, que ya eran casi las 15 de la tarde. Me sorprendió ver como salían de la habitación desnudos, supongo que con lo fogosos que son, cuando les pilla la calentura van directo al grano.
Me duché y desnudo fui hacía la cocina, donde oí que estaban trasteando. Al entrar me volvieron a sorprender, estaban los dos cocinando de espaldas a la puerta, los dos desnudos, pero con un delantal, ver sus dos culos adornados por un lacito y ver el lateral de sus pechos intentando escapar del delantal, hizo que mi polla empezara a despertar de nuevo, me iban a matar! al oírme entrar, se giraron y me ofrecieron una cerveza, me senté en un taburete a beberla. Les pregunté si siempre iban desnudos por casa, y me decían que siempre que estaban solos, la mayor parte del tiempo iban así o en ropa interior, pero que era la primera vez que tenían un invitado y los tres iban sin ropa.

Estábamos hablando de banalidades, pero mis ojos y mi mente no perdía detalle del movimiento de esos dos culos, que se me hacían deliciosos y muy morbosos. Con el último sorbo de la cerveza me levante y situándome entre ellos dos, puse una mano en cada culo, y dije, "creo que la comida va a tener que esperar, porque con el espectáculo que me habéis estado ofreciendo se me ha despertado otro apetito..." mientras hablaba iba masajeando sus nalgas y algún dedo se adentraba tímidamente en su agujerito... los dos se apoyaron a la encimera con los codos, así dejaban más expuestos sus culitos, y lo aproveché chupando mis dedos, y empezando a penetrarlos y dibujando círculos en su interior. Seguí jugando con sus culos, añadiendo alguna cachetada que les hacía suspirar, hasta que ella me dijo, "me muero de ganas de ver como te follas el culo de mi mariquita". Saqué las manos de sus culos, y me posicioné a unos centímetros detrás de él, y le dije a ella, "Quieres ayudarnos", a ella se le dibujo una sonrisa traviesa y poniéndose de cuclillas empezó a ensalivar el culo de su marido y con la mano empezó a pajearme para ponérmela aún más dura. Al poco rato, empezó a acercar mi polla hasta el agujero que había dilatado con tanto esmero. Empecé a hacer presión y mi polla se abría paso lentamente, parando cuando los gruñidos de mi primer amante aumentaban de volumen, cuando se relajaba seguía mi camino, hasta que la tuve toda dentro. Mi vecina se había situado en un lateral, sentada en un taburete donde tenía una visión perfecta de la follada, se había deshecho del delantal, y ya tenía una mano acariciándose el coño y la otra jugando con su pezón.

Me agarré de su cintura, y empecé a sacarla lentamente, y antes de que saliera se la volví a clavar, él resoplaba y yo le decía que tenía uno de los mejores culos que había follado, si quería más o paraba ya. Él respondió con algún insulto, que le follará duro, y no lo pensé dos veces y aumenté el ritmo progresivamente, mirando fijamente a los ojos de mi vecina que se masturbaba al mismo ritmo. Estaba apunto de correrme cuando oigo que mi vecino grita ¡me corro!, no se estaba tocando y se iba a correr, eso me puso a 100 y exploté llenándole su culo justo cuando nos mojó la corrida de ella que explotó en un sonoro orgasmo.
Uffff una es escena espectacular ummm
 
Cuando las pulsaciones volvieron a la normalidad y después de lavarnos un poco, comimos como animales debido a las energías gastadas. Al terminar ya era media tarde, y tenía que irme ya que había quedado con mi mujer para hacer una videoconferencia con los niños, la tenía que hacer desde casa, además si me quedaba allí no descansaría nada y al día siguiente tenía que ir a trabajar, así que me fui a casa. Después de hablar con los niños me quede dormido en el sofá, hasta que me despertó la alarma, ya era hora de ir a trabajar.

Por la tarde, estaba en casa cuando sonó el timbre, al abrir me encontré con la vecina sonriendo, la hago pasar, y le digo "¿que haces aquí? te podría haber vist



o algún vecino del rellano" a lo que ella me contesta, que lo tenía todo controlado, y que sabía que los dos vecinos que hay en el rellano no estaban, los que faltaban se habían ido de vacaciones esa misma mañana, así que estaba solo en el rellano, y como su marido trabajaba de tarde, estaba sola en casa y se aburría, y ha pensado que podía hacerme una visita. Y mientras decía esto dejaba caer su vestido al suelo y se mostraba completamente desnuda. Esa imagen, hizo que se dibujara un bulto en los pantalones cortos que llevaba, se mordió el labio y empezó a acariciarlo, yo llevé una mano a su teta, y empecé a jugar con su pezón que se endureció rápidamente.

En esta situación me dijo que tenía una fantasía que nunca había podido llevar a cabo y quizás la podría ayudar. Me extraño esa revelación, pues pensaba que lo habían hecho todo! Evidentemente no me podía negar a nada, y le dije que si estaba en mi mano lo haríamos realidad. Con un poco de timidez, y si saber como decirlo, titubeando dijo que la fantasía era ponerse la lencería de otra mujer, sin que ella lo supiese y exhibirse delante de su amante. No sabía que decirle, pero la insistencia de sus caricias sobre mis pantalones, y con todo lo que habíamos hecho juntos, no me pude negar. La cogí de la mano y la llevé hasta nuestra habitación y le abrí el cajón donde mi mujer guarda la ropa interior. Me hizo dejarla sola y que la esperara en el comedor, que quería que fuese una sorpresa.

Al cabo de 10 minutos, que me parecieron una eternidad, apareció en el comedor, vestida con un body rojo con transparencias, que hacía años había regalado a mi mujer por fin de año, que creo que solo se había puesto una vez o dos. Como ella tiene más pecho que mi mujer, parecía que estuviera a punto de salirle por encima las tetas. Al verla me puse en pie de golpe, y supongo por como se reía con una cara de tonto flipado, que daba miedo! Una vez pasada la impresión inicial, de verla con el body de mi mujer, y que estaba radiante y muy sexy, no pude evitar decirle que le quedaría mejor así, mientras le sacaba las tetas del sujetador. Le dije, que si quería exhibirse que fuera a la cocina y me trajera una cerveza, se dio la vuelta, y al ver ese culo solo tapado por una tira central y otras dos tiras que iban hacia el lateral, no pude evitar darle un sonoro cachetazo que le hizo dar un gritito y salir corriendo. Al alejarse pude ver que también se había puesto unos zapatos de tacón de mi mujer que le estilizaban las piernas y le subían el culo, que culo!

Al volver de la cocina, la intercepté a la altura de la mesa del comedor, y cogiéndola por las caderas la empotré contra la mesa, al oído le decía que me había puesto a 100 con su fantasía, y que ahora no podría escaparse de que la follase duro, ella solo respiraba profundamente y asentía, mis manos recorrían todo su cuerpo, una mano estrujaba sus tetas y la otra jugaba con su coño por encima la tela. Después de un rato así, y ella moviendo su culo para rozarse con mi polla, me dijo que la follara ya! Le respondí que me sabía mal por su marido, que estaba trabajando, que quizás le gustaría saber lo que hacíamos, todo era parte del juego para ponerla más caliente o a ver como reaccionaba. Riendo me dijo que era muy malo, pero seguro que su marido estaría encantado de recibir alguna foto, ya que estaba solo en el despacho y estaría muy aburrido. Me separé de ella, bajándome el pantalón, ella se apoyo en la mesa sacando su culo, le aparté la tira del tanga, y sin demora la penetré, previo empezar una videollamada con su marido. Al descolgar, su cara fue un poema, al ver como tenía a su esposa, y nos recriminó, en tono de broma lo bien que nos lo pasábamos en su ausencia. Su coño estaba empapado y caliente, cada embestida hacía mover toda la mesa y un ooooh se escapada de su boca. Le había pasado el teléfono para que lo sujetara y que nuestro espectador pudiera vernos a los dos, pero yo también tenía ganas de ver esa cara de vicio con la lencería que llevaba, así que le di la vuelta y la senté encima de la mesa, y nos empezamos a besar salvajemente. Acerqué su culo al borde de la mesa, aparte el body y la penetré hasta el fondo, cuando le dije que estaba muy húmeda me contestó que des del momento que acepté hacer realidad su fantasía ya se había puesto cachonda y al tocar la ropa interior de mi mujer había notado alguna gota resbalando por su muslo. Al oírle decir esto mi ritmo de embestidas aumento, ella se dejó caer sobre la mesa, y la visión de ver sus tetas moverse enloquecidas, sus bocanadas de aire, sus gemidos, avivaban mi fuego interior y sujetándola por las caderas mis embestidas se iban haciendo más rápidas y fuertes. No iba a aguantar mucho y cuando se lo dije, a modo de respuesta empezó a gritar de placer, e hizo que explotara yo también... De repente oímos una voz, era su marido des del móvil que había quedado apoyado en una silla y había sido testigo de la follada. Al mirarlo, lo vimos con la polla en la mano y todo perdido por la corrida que acababa de tener. Se cagó en nosotros, porque ahora no sabía como limpiar ese desperdicio y aún le quedaban un par de hora de trabajo, nos reímos los tres, y finalizamos la llamada y nos fuimos al sofá a descansar y a tomarnos la cerveza que ya se había empezado a calentar...

Estuvimos un rato charlando, hasta que me dijo que se iba, que estaba apunto de llegar su marido, y ella mañana madrugaba. Fue al baño a limpiarse un poco, y al regresar venía con el body en la mano, pero para mi sorpresa se había puesto otro conjunto de mi mujer, esta vez un conjunto de leopardo, esta vez si que las tetas le salían, hasta se le veía parte de la aureola... se puso el vestido que aún estaba en el recibidor, me dio un pico y se despidió con un "Mañana te lo devuelvo...
 
Al día siguiente, estaba trabajando cuando recibo un mensaje de la vecina diciendo, que cuando llegue a casa suba a su casa que me devolverá la lencería que se llevó, y si quiero subirle otra que encantada se la pondrá, pero con la única condición que la lencería que suba la tengo que llevar puesta yo. Me reí con su ocurrencia, y puestos a jugar acepté el trato. Y añadió que para que no me sintiera solo, su marido también iría en lencería y ella… seguro que me gustaría como iría. Me gustaba el cambio de roll que me ofrecía, y mi mente ya nos veía como unas putitas al servicio de su macho.

Creo que estuve toda la mañana empalmado, pensando que me pondría y que me tenían preparado para la tarde.

Al llegar a casa, fui directo al cajón de la ropa interior de mi mujer y empecé a buscar que me podía poner, ardua tarea, ya que tenía que encontrar algo que me cupiera y que fuera sexy… al final encontré un tanga lila que estaba dado y me cabía y el sujetador a juego. Tienen unas transparencias que cuando se lo pone mi mujer me pone bastante cachondo, y ahora que me lo he puesto me ha puesto muy cerdo, no se si por como me queda, porque me verán los vecinos o porque se lo pondría mi vecina también. Era una montaña rusa de emociones!

Me puse unos pantalones cortos y una camiseta y mandé un mensaje a mis vecinos diciendo que ya estaba listo y si ellos estaban en casa. Me respondieron que subiera en 10 minutos. Esperé y cogí el ascensor, al llegar a su puerta, estaba entornada, la abrí y encontré una nota que decía, “cierra la puerta, quedate en lencería, ponte esta peluca y ven al comedor”.

Me desnudé y con la ropa interior de mi mujer y la peluca morena, viendome en el espejo del recibidor me sentía ridiculo pero excitado. Me dirigí hacía el comedor y al abrir la puerta, vi a mi vecina de pie, desnuda, con unos tacones de palmo y un arnés con una polla enorme. Mi vecino arrodillado con un tanga i sujetador azul claro, una peluca rubia y lamiendo la polla de mi vecina.

Cuando me vio mi vecina, su cara se iluminó y me encantó la cara de vicio que puso, y como me decía lo guapa que estaba, que me diera una vuelta, porque quería ver lo que se iba a comer esa tarde. Yo obedecía sin decir nada, me atrajo hacía ella y nos empezamos a besar, ella estrujaba mi culo y masajeaba el sujetador como si tuviera tetas, mientras me calentaba con sus palabras.

Poco a poco me hizo arrodillar al lado de su marido para que em enseñara como tiene que dar placer una buena putita a su macho. Nuestras bocas y lenguas jugaban con esa polla de plástico, pero que en mi mente era una real y de carne. Él me cogía la cabeza y me indicaba como lo tenía que hacer, era mi maestra.

Pasado un rato, nos hizo poner de rodillas sobre el sofá, uno al lado de otro, muy juntos. Nos apartó el tanga y empezó a lubricar nuestros culos, mientras nos daba cachetadas cada vez más sonoras y sus palabras aumentaban nuestra calentura. Cuando vió que ya estabamos preparados, comenzó a penetrarme lentamente hasta el fondo, momento en que agarró mi polla para pajearme. Estuvo un rato follándome lentamente, me la sacó y pasó a penetrar a su marido, si dejar de jugar con sus dedos en mi culo, para que no se enfriara. Iba pasa de un culo a otro, cada vez más fuerte, con más ganas, se iba corriendo escandalosamente, pero no paraba de poseernos. Cuando su marido se corrió le dijo que la ayudara a que me corriese yo, ahora mi vecina me estaba follando el culo y yo me follaba la boca de mi vecino, y evidentemente duré muy poco!

Caímos rendidos en el sofá, unos encima de los otros, acariciandonos lentamente, recuperando el aliento. Ella se sacó el arnés y me desnudó para ponerse la lencaría que llevaba y se fué a su habitación a ver como le quedaba.
Esto si que es tener unos buenos vecinos ya me gustaría a mí
 
Atrás
Top Abajo